Matthew Hale La propuesta final había sido que ambos viajáramos por este digimundo, cosa que me sorprendió un poco pensé que solamente iba a intentar entablar una conversación común y corriente como acostumbraban a ser las personas en una situación "normal" o en el caso más raro que él se disculparía por haber hecho que Elecmon se hubiera alterado, cosa que después de la invitación terminó haciendo. —Teniendo en cuenta que puedo dejarte a mitad del camino si mágicamente sigues alterando digimon, no suena tan mal la idea —admití con una pequeña sonrisa de satisfacción, aunque la compañía del chico no se veía mala del todo porque no parecía que pudiera causar muchos problemas si iba con cuidado. >>Entonces... dicho esto, vayámonos, no hay tiempo que perder.
Digimon recalcó la criatura tratando de esconderse pero por alguna razón volvió a salir, lo noté mareado luego de hacerle muchas preguntas por lo tanto me disculpé, traté de explicarle que esto es algo nuevo de ver un animal que habla. —Creo que te equivocas este es mi mundo el planeta tierra, nunca viaje a otro lado no sé qué hago aquí solo me acosté a dormir, estoy confundido—dije tocandome la cabeza. Miré extrañado a Tsunamon—¿Como es que sabes mi nombre? nunca te lo dije—afirme tratando de recordar si lo hice. —¿Sabes si hay más gente por aquí?—otra vez llenando de preguntas al pequeño.
Contenido oculto Está mucho mejor ahora, ¿ves que cuando lo intentas, puedes? ;) —¡Que no! Este es el Digimundo —insistió Tsunamon, levantando un poco la voz; al parecer, tantas preguntas lo ponían nervioso al pequeño—. No… no se qué es el planeta Tierra… ¿es de ahí de donde vienes, Daryl? >> Oh, he visto otros humanos por ahí, pero sólo hoy… creo que todos llegaron igual que ti… pero aparte de ellos, sólo hay digimons en esta isla…
Jake Matterson Al parecer, al final no había sido tan difícil como pensé conseguir que el chico aceptase que buscáramos a Gennai juntos. Por supuesto, había dejado claro que, si volvía a meter la pata, me botaba. Aún así, era un muy buen trato desde mi punto de vista, porque lo único que debía evitar era volver a meter la pata. —Estoy de acuerdo con eso —asentí— entre más pronto comencemos a buscar a ese tal Gennai más pronto lo encontraremos. Le hice una pequeña seña a Guilmon para que nos fuéramos del Pueblo. Por un momento me pregunté si Guilmon no extrañaría el pueblo donde nació, y si lo mejor no sería que se quedase a cuidar a los demás, pero luego recordé que le había prometido que no huiría, que mi espíritu estaría a la par del suyo y que sería un compañero ejemplar. Además, Elecmon y los Gazimon podían defender al pueblo por ellos mismos, eso seguro. >>Bueno, ¡Apresúrense todos, como ya se dijo, no hay tiempo que perder! —con el ánimo al máximo, comencé a correr hacia la salida del pueblo, haciéndole señas a los demás para que me siguiesen.
Lilith Campbell —¡Claro! Empezamos a caminar, bueno, empecé a caminar mientras llevaba a Tanemon en los brazos, observando el pueblo. Como ella había dicho, el pueblo era bastante pacífico y no había mucho que ver, por lo que supuse que solo había un lugar donde los demás podían haber ido. >>Tanemon... ¿crees que los demás puedan haber ido a ver a Elecmon? Parece lo único que podría llamar la atención a los demás~
—Es posible, quizás esperaban que Elecmon les diera algunas respuestas… —replicó Tanemon, considerándolo. Examinaron un poco el lugar, caminando por el pueblo. A lo lejos, Tanemon logró ver las cunas donde dormían los digimon bebés que se criaban en el pueblo, y al no notar la presencia de Elecmon cuidando de ellos dedujo que sólo podía estar en un lugar. —Si es cierto, deben encontrarse en la guarida de Elecmon —opinó Tanemon, señalando a lo lejos con una de sus patitas delanteras—. ¡Es en esa dirección, vamos! Contenido oculto @Amane ya puedes acceder a la Guarida de Elecmon ;)
Frank Goose Ya estábamos de vuelta en el centro del pueblo, donde se podía notar mejor el camino que había que seguir para salir. Una enorme pelota roja con estrellas blancas, de al menos un metro de alto, pasó por nuestro lado y tuvimos que esquivarla. La esfera siguió su camino como si tuviera mente propia, y revisando el lugar en su totalidad, reparé en algo en lo que no había pensado. —¿Nunca has salido del Pueblo de los Inicios?—le pregunté a Hawkmon. Y era que aquel lugar parecía un enorme y súper seguro parque infantil. Juguetes por todas partes, el suelo acolchonado, una roca suave...era un lugar previsto para...¿Para que los bebés Digimon vivan allí? Contenido oculto @Nami Roronoa
Luego de esquivar aquella enorme pelota, Frank y Hawkmon la observaron alejarse por unos momentos. Hawkmon se distrajo por un instante, y tardó un momento en responder a la pregunta de Frank. Sin embargo, lo hizo sin problemas. —¡Claro que sí! Sólo vivía aquí cuando era un bebé, dejé el pueblo cuando evolucioné a Poromon —le contó Hawkmon, mientras resumían su caminata—. En realidad sólo regresé al pueblo porque… bueno, porque sabía que aquí te encontraría a ti, Frank.
Frank Goose —Ahh, vale—respondí, tratando de que no se notara que había pensado todo este tiempo que Poromon era su forma bebé. >>Entonces, supongo que es seguro seguir—agregué rápidamente, mirando el camino que tendríamos que tomar para salir del Pueblo de los inicios—. ¡Vamos entonces! Y salí corriendo. No podía negar que estaba entusiasmado por saber lo que podríamos encontrarnos adelante. Teníamos que encontrar a ese anciano...y esperar que no fuera mucho antes un niño que despertó en aquel mundo y no encontró la salida.
Patamon asintió a lo que dijo Dylan, y ambos abandonaron la guarida de Elecmon. Una vez que regresaron al pueblo, comenzaron a andar; Patamon volaba usando sus orejas como alas, pero eventualmente se cansó y comenzó a caminar a la par del niño humano. —Oye, Dylan… ¿en verdad es tan importante esa cosa? —preguntó Patamon, curioso, en referencia al dichoso mp3 del que tanto hablaba él.
—¿Podrias llevarme con ellos por favor Tsunamon?—pregunte juntando las dos manos como signo de súplica ante lo pedido. —Bueno no sé que está pasando, pero si de la tierra vengo—respondí a la pregunta del pequeño.
Contenido oculto @Nami Roronoa Laila Dampart Tras salir de la guarida de Elecmon me encontraba de nuevo en el pueblo de los inicios, rodeada de esponjosidad, pero esta vez un poco más consciente de la situación. Estaba en un mundo diferente, conectado de alguna forma con el mío y mi única esperanza de volver era encontrar a un anciano de nombre Gennai que estaba en alguna parte de esta gran isla. —Podría llegar a ser difícil... —murmuré mientras caminaba, perdida en mis pensamientos. Por suerte, solo había una salida del pueblo de los inicios así que no había mucho donde elegir por ahora. Entonces comencé, por primera vez, a recordar todo lo que había quedado al otro lado. Todo esto era como una gran aventura, algo que sinceramente siempre había deseado. Pero había dejado atrás a mis amigos, a mis padres, a mis profesores; a toda la gente que me importaba. —Me pregunto si papá está preocupado por mi —murmuré con la cabeza gacha. Pude notar como mi semblante se oscurecia un poco y como la tristeza se notaba en mi voz. Había encontrado a un nuevo amigo que, por si fuera poco, era un insecto un poco raro y eso me reconfortaba un poco. ¿Pero que podía hacer una niña asustadiza y tímida como yo en un mundo peligroso como este? Incluso me separé del resto ya que no quería ser una carga para nadie y estar en la presencia de personas a las que apenas conocía no era demasiado agradable, no obstante, ninguno de ellos era una mala persona y ahora que me paraba a pensarlo quizás irme de ese modo no fue la mejor de las ideas. Miré atrás, tratando de ver si alguien más se encontraba ahí. No estaba sola, tenía a Tentomon conmigo, pero quizás la compañía de otros humanos en un mundo tan vacío de ellos como este no estaría tan mal después de todo. —Dime Tentomon... —pregunté algo tímida jugando con el vestido entre mis manos, esta vez dirigiéndome claramente a mi compañero—. ¿Está bien que me haya marchado de ese modo?
Dylan Royes Salí junto a Patamon de la guarida de Elecmon tras vencer a Gazimon, dispuestos a explorar el mundo digimon. ... hm, ¿es necesario que todo acabe en "mon"? Los poetas se forrarían en este mundo. —¡Claro que es importante! —le dije al digimon anaranjado, en respuesta a la pregunta que me hizo antes de salir de la guarida—. Con esas orejas que tienes, deberías ser amante de la música también. Seguro que la disfrutarías un montón. Con un MP3 puedes oír música siempre que quieras —siempre, vaya, al menos en mi caso—. Y con música uno puede ignorar un poco lo que sucede a su alrededor. Miré a Patamon. ¿Tenía orejas o alas? —Ey, cuando arregle mi MP3, te dejaré que lo pruebes. Pero sólo te lo prestaré; mi MP3 es mío.
—Suena genial, ¡espero que me lo dejes probar! —exclamó Patamon con alegría—. Pero, pero Dylan… ¿por qué querrías ignorar lo que sucede a tu alrededor? Patamon entonces se puso nervioso. Maldición, quizás… quizás había hecho una pregunta que no debía. Rápidamente intentó enmendar su error. —E… ¡eh, no tienes por qué responderme! ¡S… sólo fue una pregunta tonta, olvídalo! —dijo Patamon, soltando una risita nerviosa—. En cualquier caso, si seguimos por ese camino vamos a poder salir del pueblo, y por ahí saldremos al bosque… ¡vamos!
Tentomon había seguido a Laila, por supuesto, apenas ella había dejado la guarida de Elecmon. Se encontraba volando a su lado, con sus alas batiéndose rápidamente para mantenerlo en el aire, cuando escuchó que ella dirigía una pregunta hacia él. —Dime Tentomon… ¿está bien que me haya marchado de ese modo? —Hmm… —respondió Tentomon, pensativo—. Ciertamente, el viajar en grupo tiene sus ventajas, como señaló el chico que acompañaba a Agumon… pero por otro lado, si no te sientes cómoda viajando con un grupo de desconocidos, es perfectamente comprensible que te hayas marchado. >> No está ni bien ni mal, creo yo. Pero es tu decisión… y yo te seguiré en el camino que decidas, sea cual sea, Laila.
—¿Con esos humanos? Hmm, claro… creo que vi a muchos dirigirse hacia la Guarida de Elecmon —replico Tsunamon, volteándose—. Él es el guardián del pueblo, puede que hayan ido allí en busca de respuestas, aunque no sé si él sabrá algo realmente acerca de por qué están aquí… >> E… es en esta dirección, sígueme. Y, dando pequeños saltitos para avanzar, Tsunamon empezó a dirigirse hacia la pequeña caverna al final del pueblo, guiando a Daryl hacia ella. Contenido oculto @Raiven ya puedes acceder a la guarida de Elecmon.
—Oye, ¿qué tal si vamos donde la guarida de elecmom? y lo conocemos en persona o en digimon, o en persona y digimon, o como sea que se deba decir correctamente—dije a Salamon esperando su respuesta pues si yo iba a ir a algún lugar sentía la necesidad de ir con el lo sentía como mi compañero de alguna forma me había caído tan bien que ya podría considerarlo mi mejor amigo. —Bueno, si deseas acompañarme sígueme yo iré yendo—dije yo comenzando a caminar hacia la cueva de elecmon con una sonrisa y esperaba que el digimon decidiera acompañarme.
Laila Dampart Las palabras de Tentomon me devolvieron la sonrisa. Asentí con la cabeza, mirándo a sus grandes ojos. —Gracias —murmuré. Puede que no fuera demasiado valiente para estar con otras personas por ahora, pero trabajaría en ello. Ya que seguramente llegaría el momento en el que necesitaría la ayuda de otros humanos y no quisiera defraudar a la confianza que mi compañero había depositado en mi.
—E… ¡espera! ¡No es para ese lado! —exclamó Salamon, trotando para alcanzar al joven. El digimon con aspecto de cachorro se posicionó al lado del joven, quien se estaba desviando del camino. Bueno, no conocía el Digimundo después de todo, era normal que fuese a perderse… pero Salamon simplemente le sonrió. —Ven, ¡claro que te acompañaré! Es en esta dirección, sígueme… Contenido oculto @Otaku Vlogs ya puedes ir a la guarida de elecmon.
Miriam Dent Dejando la cueva de Elecmon a nuestras espaldas, nos dirigimos hacia el pueblo en completo silencio. Al final, el grupo inicial se había reducido a tres simples personas: Kenji (quien había propuesto la idea del grupo), Irina (con quien había llegado hasta la guarida del protector de los digimon bebé) y yo. Laila y Tentomon se habían marchado por su cuenta, lo mismo que el tal Dylan y su Patamon. Supongo que no se sentían cómodos junto a gente desconocida, aunque no los culpaba. Sin embargo, y bajo estas circunstancias, temía más el hallarme sola mientras sorteaba todo lo que el Digimundo pudiera deparar. Espero que les vaya bien... —Oye, Armadillomon —Me agaché junto a él para hablar en secreto, en cuanto todos paramos frente a la ruta que nos sacaría del Pueblo de los Inicios—. ¿Tú crees que debamos seguir? Contenido oculto @Nami Roronoa, @Liza White, @Gold-Kun