Torcí el gesto. La verdad que Tancy no había mentido en cuanto mencionó que todo el terreno había sido transformado a algo llano y aburrido. Un par de colinas, pura llanura, y los campos de cultivo del pueblo. No era mucho para iniciar. Además, tampoco parecía haber ningún lugar en donde esconder tanta gente, que era mi miedo princpal. Mi mirada se posó por unos segundos en aquel punto a la distancia, la ciudad por encima del acantilado. ¿Nuevo Alfonso? ¿Nueva Alfalfa? Algo así, no recordaba bien el nombre. Me froté la barbilla, pero luego meneé la cabeza. Incluso para mí era una idea estúpida. Cargar con tantas heridos a una ciudad del enemigo. En lo que estaba observando el panorama, pude sentir una voz en mi espalda. Al darme vuelta, pude ver al chico que había aparecido en la taberna la noche anterior. Tenía los brazos levantados, como si quisiera demostrar que no era ninguna amenaza. Lo miré curioso. Siendo sincero, no parecía ninguna amenaza de por sí, la verdad. Fruncí un poco el ceño al escuchar lo que me decía, pero tampoco me dio mucho tiempo a responder, ya que se alejó de mi lado apenas terminó de hablar, mencionando que también iba para la cantina, en busca de su pokémon. Dediqué una última mirada alrededor, y suspiré, dejando caer los hombros. Suponía que tampoco estaría mal pasar por allí. Podría disculparme por la manera abrupta con la cual había salido anoche, y también preguntarle a la mujer si sabía de alguien que pudiera vendernos algún carro o vehículo. Lo íbamos a necesitar si íbamos a cargar con tanta gente. Así que, silbando bajito sin ninguna melodía en particular, seguí los pasos del otro chico, hacia la cantina de Tancy.
Givan Velren Parecía que me había demorado algo más de lo esperado, porque veía al otro sujeto dar un par de vueltas por el sitio, me hizo cuestionarme un momento el fin... Fuese lo que fuese que le pasó, ¿estaría afectado aún? ¿O era simple reconocimiento por el área? No sabía yo si aquello pudiesen tomarlo a bien los residentes de este lugar a decir verdad, pero no quise darle más vueltas y me acerqué a él cuando me fué posible, le conté lo sucedido y no lo entretuve más, por lo que me encaminé a donde debía, sin dejar de mirar alrededor, estaba preocupado por Quaxly, quiero decir... cualquiera podría decir porque estar aquí sería un suicidio sin un Pokémon, y sí que era así, sin embargo, en lo personal genuinamente estaba preocupado por saber dónde estaba; acababa de conocerlo y no me gustaba la sola idea de pensar que andaba por ahí por su cuenta. Ya había cometido muchos errores en el pasado con respecto a mis propios compañeros Pokémon... si había alguna vez que pudiera redimirlo, ese era con Quaxly. Contenido oculto El primer dado lo haré como Suzaku lo dejó, es decir, el primero va para Nikolah y el segundo para Quaxly