Protegiendo a los seres que amo

Re: Protegiendo a los seres que amo

//Hola amigas queridas del alma!!!!//***­
bien primero que todo me disculpo por la tardanza. Se que deberia ser mas responsable pero bien ahorita lo hare seré mas responsable. tambien me quiero disculpar por la tradanza y darle la bienvenida a mi amiga *lobbita* espero que te guste esta conti. bueno no sigo mas aqui esta la conti...



Capitulo doce: “por el futuro de mis seres queridos…lo are”.


Ya ha pasado una semana desde que nuestra nueva familia conformada por una un
Hanyou, una miko y tres niños frutos de su amor, se encontraban en la casa de la
joven del fututo. Estaban en el comedor comiendo un rico desayuno preparado por ella
misma, mientras que su hijo recién alimentado se encontraban en un mini corral,
regalo de su tío Souta.
Al momento de terminar; se dirigieron al patio exterior delantero del templo higurashi,
estaban observando el árbol sagrado cuando derepente ven unas fugaces siluetas
salir de la pagoda donde se encontraba el poso que conectaba los dos mundos. El
Hanyou velozmente pensando en que podría tratarse de un demonio que los quiere
atacar; pero todo se normaliza al ver que se traba de el pequeño Shippo y la
mononoke de su amiga sango.

— ¡Shippo que estas haciendo aquí! —esto causo sorpresa en la joven.
—Es…es…Sango... ¡ella tendrá a los bebes! —esto no se los esperaba ni uno de los tres
presentes en el dialogo.
— ¡Shippo no nos estarás mintiendo! —nunca había que créele a la primera ya que así
el cayo en mucho de sus engaños.
—Si es verdad se los juro, verdad kirara —a lo que la gatita mágica responde con un
sonoro maullido.
—Inuyasha debemos ir de inmediato —el respondió positivamente.

Se despidieron de la madre y hermano de la azabache y se marcharon con los bebes lo
más rápido posible para ir a ayudar a su querida amiga Sango.
Sin saber como llegaron a los diez minutos que se les fue informado acerca de dicha
situación. La joven dejos a sus hijos con su amado y también con el futuro padre.

— ¿Sango como te sientes, hace cuanto estas con las contracciones? —miraba a la
joven exterminadora que se encontraba recostada con signos claros de parto.
—La Srta. Sango empezó con contracciones hace bastante tiempo, un se precisamente
la cantidad especifica— se disculpó una de las shinigamis.
—Ka…Kagome…mis niños… ¿nacerán bien? —se notaba el temor en los ojos de la
joven castaña.
—despreocúpate yo aré hasta lo imposible por ti y tus hijos te lo prometo.

La joven ya no podía esperar más. Junto con Aska, kosho y la niña que la ayudo a ella
en su parto dieron inicio a la difícil tarea de traer una nueva vida a este mundo.

***
­— ¿Qué pasa Miroku? ¿a caso estas nervioso o piensas que en un futuro tus hijos salgan igual de libidinosos que tú y tengas que pasar por todo lo que ha pasado la pobre de Sango? o mejor aun, que ahora ya no podrás seguir cortejando a cuanta mujer se te aparezca y te veraz obligado a guiar a tus
hijos dándoles un buen
ejemplo —se burlaba el Hanyou ya que cuando él se encontraba en la misma situación el monje aprovecho para hacerle lo mismo.
—Jejeje… no se me habían ocurrido esas cosas hasta el momento — si de por si ya
estaba nervioso, ahora con lo que le dijo su “amigo” terminó por revalsar el vaso de
las preocupaciones.
—Ya despreocúpate Miroku; al principio yo estaba igual que tú. “Matándome” pensando en que si iba a ser el mejor padre, si le fallaría en la crianza, cosa que aun me preocupa, si ellos me odiarían por lo que soy… en fin un millón de cosas más ¡pero sabes? Todos tus miedos se vas esfumando cuando por primera vez los tienes en tus brazos y los miras tan pequeños, tan frágiles y piensas ¿Cómo podría haberme podido perder esto? Y no te das cuenta cuando ya no se lo quieres entregar a su madre para que los alimente —terminó su platica de apoyo con una sonrisa sorprendiendo al monje ya que casi nunca el habla de esa manera tan profunda.
—Muchas gracias Inuyasha te prometo que seré un excelente podré para ellos—sin pensar le dio un abrazo a su amigo el cual se sorprendió bastante. Justo en ese momento aparece la miko y los sorprende de esa manera tan vergonzosa.

—Ejem… siento interrumpir su momento cursi pero allá dentro hay dos bebes que necesitan de su padre —en el momento que termina la oración el padre de los niños se encontraba dentro de la cabaña sorprendiendo a todos.

— ¡Sanguito, amorcito mío! ¿Cómo te sientes y donde están mis hijos? —se notaba a
leguas que el joven de mirada violeta esta impaciente y nervioso.
—Tranquilo mi amor ya vienen los pequeños. Aska le esta vistiendo —trato de
tranquilizarlo pero todo fue inútil.
— ¡Que son niños! ¡Que emoción tuve unos hermosos hijos varones que seguirán mis
raíces!
—Es que no…—fue interrumpida al ver a Kagome guiñarle un ojo y hacerle señales de
que siguiera el juego.
— ¿Qué sucede mi Sanguito? —el pelinegro no se percato de nada así que se podría
llevar a cabo el juego.
—Señor Miroku aquí les traemos a sus hijos —las shinigamis extendieron sus brazos
para que recibieran a sus primeros descendientes.
—¡Muchas gracias niñas! Ya no espero mas entréguenme a mis retoños —al recibirlos
se dio cuenta de que tenían los colores de cabellos deferentes.

Al descubrirlos se llevó la enorme sorpresa de que no eran lo que su mujer y mejor
amigan decían. No eran niños sino que eran todo lo contrario “¡eran las dos niñas más
bellas que podían existir en este mundo!” la primera pequeña que vio era de cabellos
castaños y sus ojos tenían el mismo color que los de él; mientras que la otra pequeña
que se encontraba en brazos de su madre era de cabellos negros y ojos castaños.
Ambas niñas eran idénticas a excepción de los cabellos y ojos, algo sumamente bueno
ya que así no se podrán echar la culpa la una a la otra sin poder ser descubiertas
pensó su madre.

— ¿Qué piensas de nuestras bebes? —Sango se preocupó al verlo tan serio.
— Es…es que… no tengo palabras—se había quedado atónico. Inuyasha tenia razón en
lo que había dicho, esa alegría que sentía borro toda preocupación de su mente y
ahora solo estaba disfrutando tan maravilloso momento.
—¡Y pensar que por andar cortejando otras señoritas me estaría perdiendo esto tan
maravillo! Muchas gracias Sango por darme tan hermoso regalo —dijo sumamente feliz el monje abrazando a su mujer y produciéndole a esta un notorio sonrojo.

—Inuyasha muchas gracias por tus concejos. Tenias toda la razón amigo—se dio la vuelta para agradecerle causando confusión entre las jovencitas por lo que agradecías el monje.
— ¡Hek…no moleste libidinoso! —oculto su rostro tras la manga de su aori ya que no querría que su mujer y amiga se enteraran de las pequeñas “Charlas” que tenia con su mejor amigo.
—Inuyasha dime ¡que tanto estaba hablando allá afuera? —la curiosidad de su mujer no cambiaba, es más sabia que no se detendría hasta que le contase lo que conversaron.
—Nada en especial solo lo molestaba por lo nervioso que estaba — mintió para que le dejaran en paz.
—Pero recuerdas de las cosas que me dijiste de tus experiencias de pa…—no pudo terminar ya que el Hanyou le dio tremendo golpe en la cabeza para callarlo.
— ¡Inu por que le pegas de esa manera! —grito muy enojada la azabache.
—Él se pone a hablar demás sin razón alguna —le devuelve el Hanyou.
—Eres un insensible Inuyasha. Sabes ya no discutiré más solo te castigare ¡abajo! —el Hanyou no tubo oportunidad de nada, solo de caer de cara al piso de su nueva cabañaza que los aldeanos del lugar le construyeron a su mujer y a él por las molestias de cuidarlos de demonios malignos.
—Wou…co…como que…la embarre…—dijo todo temeroso el moje, mirando a su mujer.
—Como que es algo tarde no crees—miro enojada su mejer ya que por su culpa salio “castigado” el pobre hanyou.
—Aska, Kosho ¿Dónde está Kagome? —Le preocupaba que ella saliera así de enojada de la cabaña ya que no era bueno encontrarla de mal humor.
­—Ella salió muy enojada en dirección al río —contestaron al unísono la shinigamis.
— ¡Esa Kagome me las pagará! —el hanyou salió a toda velocidad de la cabaña
En busca de la joven; ya que aun que no lo aceptara, se preocupaba que no le fuese a suceder nada.

***

—¡Haaa…! Un se que boy hacer con él —dijo mientras se encontraba el las cristalinas aguas del río cerca de cascada.
—Que no sabe que me duele el decirle esa palabra, que no me gusta verlo sufrir—seguía hablando para si misma.
—En fin no se boy hacer con él, ya que me gusta tal y como es—se hundió el las cristalinas aguas.

El hanyou se encontraba en una de las ramas de un frondoso árbol, pero no se había dado cuenta de que la miko se encontraba sumergida en las aguas.
El oji-dorado dio una olfateada al aire para asegurarse de que ni un demonio anduviera alrededor. Saltó de la rama para seguir con su búsqueda con el corazón en la garganta.
Un poco más aya encontró la ropa de miko se su mujer y un sudor frío corrió por su cuerpo. Tomo la ropa y empezó a buscarla con la vista desesperadamente, de la nada siente un ruido provenir del agua. Rápidamente se dio media vuelta y lo primero que ve es a su mujer el las aguas cerca de las cascadas.

— ¡Haaa…Inuyasha sal de aquí! —la miko empieza sorpresivamente le tira pequeñas piedras para que el joven la dejara sola
— ¡Pe…pero para que me tiras piedras! —le recrimina cubriéndose para que no le lleguen las cosas que le lazaba la miko.
— ¡Sal de aquí! —le grito a todo pulmón para que la dejara.
—Ya me boy pero un me tires más cosas —de un salto sale del lugar pero se lleva las
ropas de la mujer por lo que ella se vio obligada a salir del agua y llamarle para pedirle
su ropa.
— ¡Inuyasha necesito que me devuelvas mi ropa! —primera vez en su vida que la
joven tenia que vivir esa situación tan vergonzosa a su parecer.

En unos minutos el hanyou aparece con la ropa, mientras que la miko se encuentra
escondida entre uno arbustos cercanos a la orilla de la cascada.
Después de que le devolviera loa ropa ella sale de su escondite y se dirige hacia
donde estaba su amado.

—Inuyasha ¿Por qué has venido a buscarme? —le gustaba ponerlo nervioso.
—¡Hek! Solo quería ver que no hubiera algún demonio que quisiera atacarte y robarte
la perla de shikon —dijo tartamudeando un poco.
—Gracias por preocuparte por mi seguridad y la de la perla —le tomo de la mano y se
fueron a la cabaña ya que allí se encontraba la exterminadora junto con el monje y
cinco bebes los tres de ella y los recién nacidos.

Al llegar a la cabaña se dan cuenta de que Sango esta en su cama sentada
alimentando a una de sus niñas mientras que la otra se encontraba dormida en brazos
de su cansado padre.

—Sango ¿Cómo te sientes? —la miko la miraba con una cara llena de alegría al verla
por fin con sus hijas.
—Muy bien y feliz por supuesto —por primera vez veía a la mujer sumamente feliz ya
que ahora ella cuentas con un monje le ama incondicionalmente, dos hermosas hijas y
su único familiar…su hermanito Kohaku.
—No sabes cuanto me alegra verte y oírte así amiga—esa felicidad se traspasaba a
todo ser que se encontrara cerca de ella.
—Muchas gracias Kagome. Sin ti no se que hubiera pasado —su gratitud no caía en su
cuerpo, ya que centenares de veces la joven amiga le ha apoyado en todo.
­—Es necesario que descanses ya que si no te recuperas tus niñas se pondrán tristes
le pidió la azabache.
—Muy bien. ¿Te puedo pedir un favor? Es que necesito que coloques a las niñas en su
camita —el monje en unos de sus “trabajitos” consiguió una muy bella cunitas para su
hijitas la cual estaba adornada de rosa ya que el mismo se tomo las molestias de
hacerlo.
—Esta bien ¿pero donde las duermo? — la joven aun no sabia cual era la cunita de las
pequeñitas.
—Es aquella de color rosa —le señaló la mujer.

Después de que la miko las recostara en su camita. Se dirigió a ver a su amiga y la
encontró profundamente dormida ya que todas las energías que tenia se
desvanecieron en el parto. Después la joven de ojos chocolates se marcho con sus
hijos fuera de la cabaña para jugar un rato con ellos. Allí se les paso todo el resto del
día ya que todo pasó muy rápido.

***

Ya ha pasado una semana y la joven con ayuda nuevamente de la miko que se
Mantenía transformada en mariposa le ayudo a la exterminadora a recuperar sus
energías y su excelente salud por que sin dar muchas explicaciones dio a entender que
la necesitaba sana.
—Bueno Sango ya lo niños están todos desayunados y vestidos ¿te parece que nos
vayamos a dar un merecido baño? — le dijo mientras que le limpiaba la boca a el
pequeño Shippo, ya que lo veía como otro hijo más de ella.
—¡Siii…! Necesito un baño urgente —inmediatamente la joven se puso de pie para ir
por sus cosas de baño.
—Entonces no se diga más nos vamos de baño. Inuyasha te molestaría cuidar lo niños
solo por diez minutos —ella era muy sobre protectora con sus bebes. No los dejaba
ni un solo momento, es mas si pudieran bañarse en las aguas de río de los
llevaría con ella.
— ¡Hek! Kagome claro que los cuidaré ¿pero lo que no entiendo es por qué necesitas
bañarte todo los días?
—Es por que yo me he acostumbrado, es más sabes cuando vuelva de mi baño tú iras a bañarte ya que no lo haces desde antes de ayer — le recriminó la joven.
— ¡Tu sabes que odio el agua! —mando un grito despertando a su hijo dormido.
—Si mi amor te entiendo. A todo los perritos no les gusta bañarse bromeó mientras salía de la cabaña.
— ¡Kagome que no me trates como un perro! —se oyó desde la cabaña.


— ¡Que divertido es Inuyasha no ha cambiado en nada! —se reía la castaña.
—Si por eso me enamoro cada día más de él —rió también la azabache.

Al llegar al lugar preferido de la jovencitas de dieciocho y diecinueve años. Se
aseguraron de que hubiese nadie por los alrededores, para después sumergirse en
las deliciosas aguas.
Ahí se relajaron y conversaron acerca de sus vidas; lo que han vivido tan
repentinamente y lo contentas que están. Después de un corto tiempo de relajación
tomaron sus ropas, se vistieron y se dirigieron a la cabaña.

—Miroku ¿Dónde se encuentra Inuyasha? “de seguro que ya escondió para no bañarse” —miro por todos lados pero no había rastro de él.
—no lo sé. Solo vi que salio un poco nervioso de aquí —respondió el monje a la pregunta de ella.
— ¿hace cuanto tiempo que se marcho? —se estaba empezando a preocupar, ya que para que el hanyou dejara a sus hijos solo con su amigo y el pequeño Shippo.
—No hace mucho salió de aquí, solo dijo que no te preocupara que iba dar una vuelta para asegurarse de que no hubiesen demonios —le entregó el mensaje a la joven para que se tranquilizara; cosa que no sirvió de nada.
—Sango cuida de lo niños por favor —le pide mientras estaba saliendo de la cabaña con un arco y flechas.
— ¿A dónde vas Kagome? — ahora no solo la azabache estaba preocupada también se le había unido su mejor amiga.
—No te preocupes solo boy a buscarlo te prometo volver lo mas rápido posible —rió
para ocultar el enorme miedo que estaba sintiendo.
—“espero que estés bien, no quiero quedarme sola…”— salió en dirección hacia el
Bosque donde al rato de estar buscando encontró la silueta de unas… ¿personas?.

***

El joven hanyou quien después de que le advirtieran que lo estaban esperando en el
lugar donde estuvo sellado por cincuenta años, corrió como nunca ya que tenia
algunos presentimientos acerca de lo que esta por venir.
Al llegar al lugar ve dos siluetas abrazadas que se encuentran en las raíces del árbol
Sagrado, específicamente una mujer muy bella de kimono algo antiguo y un hombre
de armadura.

— ¿Quiénes son ustedes dos? —pregunta de manera altanera el joven a lo que las dos
personas lo miran.
—Mas respeto con tus mayores, yo no te enseñé a contestar de esa manera —le
regaño la mujer sin mostrar del todo su cara.
—¡Hek! Usted quien es para criticarme —escupió el hanyou.
— ¡No le faltes el respeto hijo. Es tu madre y la tienes que respetar por sobre todo —le
habla por primera vez el hombre haciendo que el peli-plateado le mira con una cara
llena de sorpresa.
—Pa…pa…padre…en verdad…eres tú —a penas podía articular las palabras. Por primera vez veía a su padre tan nítidamente, ya que no tenía recuerdos de él.
—Así es. Mírate hijo Mio como has crecido, estas convertido en todo un hombre —le dice mientras este se levanta para poder abrasarlo confundiendo aun mas al pobre.
— ¿Pero como estas aquí? Tu no estas…—no continuo por que una enorme pena lo
invadió.
—Si es verdad yo ya no comparto tu misma suerte, pero es mejor así puedo estar al lado de tu medre —mientras estos la ven acercándose.
—Mi niño mírate estas tan grande. El tiempo ha pasado tan rápido para ti no sabes cuanto he esperado este día —le abraza y una enorme paz vuelve a sentir el oji-dorado al sentir nuevamente el calido abrazo de su madre.
— ¿Por qué han venido ha este mundo si ustedes están bien allá? —sabia que si no fuera algo de necesidad no se atreverían a venir.
—Me alegra que seas así de suspicaz hijo —le felicita mientras le frota su cabeza despeinándolo.
—Hemos venido para alertarte es mas necesitamos que utilices la perla de Shikon —finalmente le dice su madre, preocupando al hanyou
— ¿que necesitan del la perla? — si se trataba de la joya nada bueno estaba por venir eso lo tenia muy claro.
—La necesitamos para que puedas mantener en paz este y los mundos que vendrán en un futuro hijo, Me explico, necesitamos que la utilices en tu mujer para convertirla en una hanyou miko para asegurar la paz y no la destrucción.
—no padre. No lo haré es algo que yo no acepto ya que si la convierto en un ser como yo ella sufrirá toda su vida… no quiero ese destino para ella y mis hijos
—Hijo por favor entiende que es por el bien de todos los seres vivos que existen y existirán. Mira primero antes de que nos digas la última palabra ve como será el futuro si no accedes a esta petición.

La mujer abrió un portal por el cual ella seguida de su esposo pasaron, haciendo que su hijo los siguiera para ver como seria su futuro.

***
La joven miko vio y escucho todo lo que hablaron la familia Taisho y sin dudarlo llamo a dos acompañantes para que se aseguraran de guardar la mayor cantidad de información de su futuro. Tomo una pequeña flauta y un armonioso sonido salio de esta y a los minutos después de haberse escuchado la melodía aparecen dos pequeña en posición de reverencia.

—En que la podemos servir —contestaron al unísono las jovencitas de apariencia de unos doce años.
—necesito que me acompañen al mundo donde esta Inuyasha —le explico el por que las necesita.
—Si señorita la acompañaremos a donde usted desee —las jóvenes hacen nuevamente una reverencia.
—Muy bien entonces no esperemos más —la joven toma su arco y flecha sacada de su carcaj. Apunta hacia la nada y un aura morada tornándose a azul oscuro rodea la flecha, mientras que una de las shinigamis tiene en sus manos un extraño rosario negro9 con cuentas blancas.
La niña tira el rosario hacia el cielo, mientras que la miko lanza la flecha de una extraña energía dándole a este, ocasionando un portal por el cual las tres entran al mundo donde se encontraba su hanyou.

***

El hanyou se encontraba en un extraño mundo, el cual se encontraba totalmente destruido. Sus tierras áridas sin vegetación, los río secos y nada de vida existían en el lugar solo un árbol muerto que se encontraba de pie gracias a que tenían unas flechas celestiales.

— ¿Qué mundo es este? —no podía creer lo que sus ojos le mostraban.
— Este es tu mundo Inuyasha, aquí estaba el poso y más aya esta el árbol sagrado. Lo único que se mantiene en pie gracias a tu mujer quien murió en su intento de salvarte junto con tus hijos — le explico su padre.
— No, esto no es verdad, Kagome no puede estar muerta como estas tierras —no creía que eso le estaba esperando.
— Mi vida ella murió al momento de sellarte a ti y tus hijos en el árbol sagrado antes de que… —no termino ya que su esposo la hice callar.
—Entonces es esto lo que nos espera — no se percato de que estuvo a punto de saber quien causaría todo lo que el esta viendo.
—Si para nuestras desgracias. Por eso necesitamos que Kagome sea hanyou —reiteró su madre
—Ella no tuvo la suficiente energía para acabar con el demonio y pereció en su intento de salvarlos— contó su padre. Para después marcharse de tan trágico lugar.
— padre, madre no quiero estar más tiempo aquí. Ya he tomado la decisión.

***
— He tomado la decisión —dijo apuñando su mano fuertemente.
—Gracias hijo sabíamos que podríamos contar con tigo, ahora necesitamos la perla de Shikon — la madre le decía primero a su hijo para después seguir con su marido.

De la nada algo aparece una extraña ausencia que al instante en que el joven de cabellos plateados la inhala cae rápidamente en un estado de inconciencia. A excepción de sus padres que ya no tenían esos conjuros efectos sobre ellos.

—Disculpen que me meta en su conversación. Me presento, soy Kagome Higurashi gusto de conocerlos señor Taisho y señora Izayoi— hizo una pequeña reverencia la joven de ojos chocolates.
—bueno para terminar pronto ya que el conjuro servirá por un tiempo limitado. He estado observando el futuro al igual que ustedes y sé como será y mi forma de perecer por la joya así que aquí tienen la perla, pero también necesito un deseo de ella si me lo permiten, es muy simple solo estaré oculta para que Inuyasha no se percate de mi presencia y pediré mi deseo también por favor me lo permiten —la joven mostraba una cara de suplica ya que ese favor era para su amiga.
—Claro mi niña como decirle que no a la única joven que ama a mi hijo tal y como es— la sonrisa de la mujer le dio una gran alegría.
Al momento que vio que el hanyou estaba recobrando el conocimiento ella y las shinigamis se forman un campo de energía para ocultarse. Al despertar el joven en su mano derecha encuentra la perla cosa que le extraña y los seres frente a el le dicen que ellos la hicieron aparece por eso se desmayó.
El joven la toma y pide su deseo…que Kagome se convierta en una hanyou y que conserve sus poderes espirituales...
Por otro lado la miko oculta desea que Rin sea una youkai. Debido a estos dos deseos la perla pierde toda su energía y se desvanece en el viento.
La joven Kagome por su parte se aleja rápidamente para que no se percaten pero esta no alcanza a llegas mas allá del poso y cae inconciente.


***

—Sesshomaru necesito que me ayu…— el youkai se percata de que su mujer se desmaya y antes de que caiga al suelo este la recibe.
—Rin… Rin… despierta que te ocurre…

A la joven un resplandor la toma por completo segando a su acompañante por unos minutos que parecían no terminar nunca.

Continuara…

N/A: Hola amigas un millos de disculpas pero es que me he retrasado mucho por que ahorita he tenido precentaci0ones folklóricas en el liceo.
Pero ahora que tengo un tiempito les traje un Conti y también le aviso que este fic ya esta por acabar debido a problemas personales…
Bueno espero que le guste mucho, sobre todo a mi manita bele inuxkag y me queridísima sensei windmiko a quien le mando un calido abaxo
Bye bye cuídense mucho su amiga dulcekagome

PD: su viene conti de lo que sucede en una clase de arte, gracias por ayudarme con la canción ;)