Three-shot de Naruto - Prohibido.

Autor: Temarii Juuzou.
Personajes: Neji Hyuga, Hinata Hyuga
Actividad: Palabra por palabra.
Advertencia. AU, quizá con un poco de Ooc, espero no sea demasiado.

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Prohibido.

Las únicas veces que se daba el lujo de verla era en las reuniones familiares; al principio era suficiente, pero en la actualidad ya necesitaban mas. Todo había empezado como un pequeño juego, hace unos cinco años atrás; ella, con 14 años, deseaba dar su primer beso y él, como todo buen primo mayor, se lo dió. Después de eso Neji Hyuga no hizo más que convertiste en la primera vez de mucha cosas en la vida de Hinata. Su primer beso, para empezar, su primera cita, su primer faje e incluso su primera vez, entre otras cosas más, tanto vanales como importantes. Pero fue en esta última donde se dieron cuenta que podrían ser la primera vez de muchas cosas, menos la más importante: la primera relación seria de ambos. Jamás, ni dnd sueños más locos, podrían llegar a presentarse ante sus familiares como pareja oficial.

Todo se les complicaba con el paso del tiempo, eso lo tenían claro. Cada vez que la veía, perdía la cordura y deseaba abalanzarse a ella para devorarla a besos; tampoco es como que Hinata ayudará a poder evitar eso... Neji siempre se daba cuenta del sutil movimiento de cadera que Hinata hacía al alejarse de él, las miradas llenas de deseo y timidez que le lanzaba en cada cena navideña o los pequeños roces de piel en cada cumpleaños al que asistían. Aquel día no fue diferente. Estaba comenzando el verano y la familia había decidido reunirse para una pequeña fiesta de piscina, donde el principal objetivo era por fin emparejar al genio Hyuga quien, con 21 años, jamás les había presentado una novia; aquel objetivo quedó en el olvido en cuanto Hinata hizo su aparición en la fiesta quien, molesta y con un leve berrinche, se dedicó a apartar a todas y cada una de las posibles conquistas de su primo. Lamentablemente, hubo una que no se espantaba con cualquier cosa y quien estaba en aquella fiesta por un solo motivo: la conquista de Neji.

La heredera del clan Hyuga, enfuruñada por sentirse derrotada e impotente de sentirse ignorada, salió de la piscina con los movimientos más atrevidos que jamás imagino hacer. Avergonzada y con la mirada de algunos de sus familiares en ella, se escondió dentro de la casa. Su primo siguió el rastro de agua que la chica dejaba tras ella.

—Hinata-sama ¿Acaso algo le molesta? —le preguntó su primo en cuanto la encontró sola en la cocina.

—Nada... —las blancas mejillas de la Hyuga se tiñeron de rojo —pero debería estar a fuera con Ino-chan, n-no querrá que la familia Yamanaka se ofenda porque no pudo atender como se debe a la heredera.

Las mejillas sonrojadas, el leve tartamudeo y aquel puchero en los suaves labios de la Hyuga hicieron palpitar el corazón de Neji, quien no se logró contral y, con la debida delicadeza, tomo la nuca de su prima para fundir sus labios en un apasionado beso. Sus salivas tenían un pequeño sabor a cloro, debido al agua de la alberca, pero también estaba esa pizca de fresa en los labios de ella y café en los de él. Sus lenguas exploraron lo ya conocido mientras las manos de ambos acariciaban las pieles mojadas y estiraban jugetonamente del elástico de sus trajes de baño. Entonces Neji sintió el impulso de llevar su mano hasta el nudo de la parte de arriba del traje de Hinata cuando recordó que, no sólo era de día y estaban en medio de la cocina, si no que la mitad de sus familiares y algunos amigos importantes estaban en el patio.

—La espero en mi habitación... porfavor, Hinata-sama, lleve su traje de baño puesto —y con una mordida en el labio inferior de la chica salió al caluroso día, donde se fue directo a la piscina esperando el agua calmara un poco la erección creciente que su prima siempre le dejaba con cada beso. O, al menos, logrará esconderlo.

 

Segunda parte.

Entre las sábanas y con los brazos de su primo alrededor de su cuerpo, Hinata podía sentirse entre las nubes y llena de felicidad. Su vida últimamente se estaba volviendo un caos total y sólo Neji era capaz de comprenderla.

Aquel día ambos se habían escapado de sus responsabilidades. Estaban ocultos en el departamento de él y habían pasado toda una tarde juntos, entre risas, platicas y cocinar una buena cena juntos, Hinata pudo olvidarse del estrés en el que su padre solía someterla desde que había terminado su última relación, hace dos meses.

—No quiere entender que tan sólo tengo 21 años y toda una vida por delante...

La pequeña Hinata sentía la presión de todo un clan sobre sus hombros, sin embargo, podía sentirse liberada y ligera cuando estaba con Neji; aunque en aquel momento, no se sentía tan libre como otras veces. Las caricias en su piel desnuda estaban ahí, tan tiernas como siempre que terminaban de hacer el amor, pero eran un poco diferente ya que su primo estaba algo austente y ella podía darse cuenta.

— ¿T-te ocurre algo, Neji-nisan? —ella levantó su rostro del pecho ajeno y miró a su primo con los ojos brillosos.

—No, es sólo que... —con una mano tibia y algo temblorosa el Hyuga acarició la suave piel de la mejilla de su prima —me iré a hacer mis practicas a Londres.

La chica se levantó de golpe del pecho desnudo de Neji. Se sentía de mil formas en ese instante y en bastantes sentidos, sobre todo, porque no estaba lista para quedarse sola... Londres estaba muy lejos y ella no se creía segura de poder con todo, no sin Neji a su lado. Este se sentó en la cama para quedar frente a ella y sintió como su corazón comenzaba a palpitarle en el pecho. El Hyuga estaba seguro de su decision, porque Hinata se estaba haciendo demasiado dependiente de él y porque su relación era cada vez menos sana, pero en ese momento comenzó a dudar si aquello era lo correcto: con Hinata frente a la ventana abierta, la luz de la Luna contorneando la silueta de su prima y sus enormes pechos al aire sin pudor alguno... el genio Hyuga no podía decidir si acabar con todo de aquella forma fuera lo que quisiera. Bueno, definitivamente no quería, pero si para que la hermosa heredera del clan fuese capaz de encontrar la felicidad por fin en otro hombre él tenia que desaparecer, lo haría.

Hinata lloró, era obvio que lo haría, pero no le pidió que se quedara. Neji la atrajo hasta su cuerpo y la besó como nunca antes, porque no sabía si volvería a sentir sus dulces labios. Aquel beso que normalmente tenía sabor a café con fresas les supo a tristeza.

☆☆☆

Hinata al final lo había aceptado, tenía que comenzar de nuevo... el problema es que no podía. Salir con chicos era difícil para ella; siempre tartamudeaba o se ponía nerviosa, con la única persona que podía ser ella misma sin miedo e incluso ser una mejor versión de ella, era Neji. Pasó un año y lo volvió a ver en Navidad, donde se escabullo en su habitación y, pese a lo mucho que él intentó detenerle, al final terminaron haciendo el amor con más pasión y desesperación que otras veces. Entonces él se fue y ella decidio que intentaría pasar página, pero al final no pudo y terminó llendo hasta Londres en sus vacaciones de verano, para así pasar tiempo con él y sentirse viva, como no lograba sentirse desde la Navidad.

Tocó la puerta del departamento que Neji había comprado. Ya había estado ahí , cuando él recién se mudó, pero no había podido probar la suavidad de su cama, se sonrojo imaginando la bienvenida que su primo podría darle.

—Hey, Hola —la puerta fue abierta por una chica de cabellos color chocolate. Una chica bastante hermosa para el gusto de Hinata.

—E-estoy... buscando a Neji... —la voz de la chica salió baja, casi en susurro, ante la vergüenza.

La castaña la dejó pasar para luego ir hasta Neji, a quien llevo hasta la chica de ojos aperlados sin soltar su mano. El corazón del genio se paralizó al ver a su pequeña prima ahí, frente a él, con sus mejillas coloradas y la mirada triste.

—Esto debe ser una broma... ¿No? -—preguntó la heredera del clan Hyuga sin despegar la vista de las manos de ambos.

La castaña los miró con confusión, mientras que Neji mantenía la mirada fija y firme. El jamás tuvo tiempo de bromas, todo lo que hacía tenía un motivo y aquello no era la excepción.

—No lo es —tomó la mano de su prima y una corriente eléctrica los recorrió a los dos —Hinata-sama, le presento a mi novia, Tenten.

Y Hinata, quien sabía que su primo era la persona más sería y formal del mundo, un ser humano con poco sentido del humor y que prefería la discreción, deseó que por primera vez en la vida, su primo comenzará a reír.

Pero la única risa que había escuchado de Neji fue la última vez que estuvieron juntos entre las sábanas y Hinata, con el corazón herido, sospechaba que no volvería a deleitarse con aquello jamás.

 

Parte tres.

Neji se iba a casar en unas horas, así como Hinata lo haría en dos meses y, sin embargo, ahí estaban, con las piernas enrredadas entre las cobijas de la que sería la cama nupcial de aquel día tan maravilloso.

—Debemos dejar de hacer esto —dijo el Hyuga mientras su mano acariciaba lentamente la desnuda espalda de su prima.

—Siempre dices lo mismo, Neji-nisan... —sus mejillas toman un color rojizo mientras sus labios hacen cosquillear el pecho del genio Hyuga —y aún así, m-me sigues dejando entrar en tu cama... —levantó su rostro hacia la de su primo, quien la miró con ojos brillosos.

Y lamentablemente era así, siempre lo sería. No importaba si estaba a punto de casarse con Tenten, con quien ya llevaba dos años de relación, ni tampoco que Hinata estuviese comprometida con Naruto Uzumaki... incluso su prima podría estar embarazada y él aún así la dejaría entrar a sus sábanas porque no podía vivir sin sentir su piel chocar contra la suya, sin su delicioso sabor a fresas en sus labios y esas temblorosas caricias cada vez que entraba en ella.

No podía vivir sin Hinata Hyuga.

—Deberíamos huir... —dijo ella con decision y sin titubeos, algo extraño en ella.

Él llevo su mano hasta la suave mejilla de su prima y la acarició. Sus ojos se cristalizaron... ¿Qué más hermoso que poder huir con aquella chica tan maravillosa? Si las cosas fueran tan fáciles no se lo pensaría dos veces en llevársela lejos... pero Hinata tenía que seguir su camino y él el suyo; empezando por el primer paso, su boda.

—Sabes que no podemos.

—Lo se —ella no lució triste al bajar su mirada y apretar su rostro contra la palma de Neji —pero debía intentarlo.

Ambos se vistieron lentamente, admirando el cuerpo ajeno que no volverían a ver. Sus corazones se rompían lentamente con cada prenda que se colocaban; Neji ayudó a Hinata a subir la cremayera del hermoso vestido rosa que llevaba puesto, uno que deseó quitarle una vez mas para dejar a la vista su hermosa silueta. Soltó un suspiro. Dejarla ir sería difícil.

Neji decidió salir primero así que se acercó a la puerta, pero antes de tocar el pomo de esta, unos suaves brazos lo atraparon en un abrazo.

—No debe ser un adiós.

Se dió la vuelta para quedar frente a su prima, cuyos ojos brillantes le iluminaba el corazón. Hinata se puso de puntillas y lo besó con ternura, dejando un poco de brillo labial recién puesto en los labios de él.

—Al fin y al cabo —sus mejillas estaban aún más rojas que antes, su mirada demostraba un brillo jugeton que hacia temblar a Neji cada vez que lo admiraba —las reglas están para romperse.

Entrelazaron sus manos y sonrieron. Eso no era un juego, era amor prohibido. Pero amor al final.