Shugo Chara Primera impresión. [Drabble]

Caminó por los pasillos de la escuela con una sonrisa de oreja a oreja moviendo su largo y pelirrojo cabello con emoción.
Llegó a una de las aulas principales, 1ero de secundaria, abrió la puerta de un tirón y miró a todos lados en el salón, por suerte la profesora no había llegado, si no, estaría en problemas por llegar tarde y entrar de esa manera. Todos los alumnos la miraban, excepto uno, el presidente de la clase, Tadase, que ya estaba acostumbrado a las repentinas entradas de su novia y no se dio cuenta de su presencia. Un chico codeó al rubio para que notara que ella estaba yendo hacia él.
Tadase volteó y le sonrió a Yukia. Ella, como siempre, corrió a abrazarlo hasta dejarlo sin aire.
En las últimas semanas de clase, ellos eran el tema de conversación de todos, ¿Cómo un chico tan perfecto como Tadase podía salir con... eso... desprolija, despistada e impuntual?. Sin embargo, la "parejita" del momento, no hacía caso a todo eso.
—
—Yu-chan.. me.. me asfixias..— dijo el chico casi sin aire, eso era algo típico entre los dos.

Ella lo soltó. Los chusmas dejaron de mirarlos aunque obviamente seguían hablando en secreto.

—¡Tadase-kun! Adivina qué me sucedió ayer— le dijo ella con mucha emoción. Él pensó un segundo pero luego negó con la cabeza.

—No tengo idea, ¿que sucedió?— preguntó


—¡Mamá y papá quieren conocer a mi novio!— dijo finalmente, llena de alegría. Tadase no tenía el mismo sentimiento de felicidad, sin embargo no estaba nervioso, simplemente le parecía normal,además, ya conocía a los padres de Yukia, solo que no demasiado, los había visto un par de veces cuando acompañaba a su novia a casa.

—Ah, claro— contestó— ¿cuando quieren verme tus padres?—

Ella sonrió complacida, tenía suerte de que su novio fuera tan tranquilo y dulce.

—Mañana—

Él asintió.

*Luego de clases*

Tadase acompañana a Yukia a su casa.

—¿Nervioso por lo de mañana?— preguntó ella, adivinándole el pensamiento.

Él rió.

—Un poco—respondió—Yu-chan, ¿que clase de personas son tus padres?—

Ella pensó un poco, no quería usar cualquier palabra y terminar asustando al chico.

—Bueno...—comenzó— Papá es oficial de policía, es muy cariñoso y dulce conmigo aunque algo celoso y mamá es.. mamá es algo.. sobreprotectora. Me cuida demasiado pero es porque me quiere. También vivo con mi hermana mayor, Yia onee-chan, ella es muy molesta y siempre me hace bromas pesadas, es una bruja mala—

Él rió aunque estaba comenzando a ponerse nervioso.Llegaron a la casa de la chica, cuando ella estaba a punto de poner la llave, la puerta se abrió y allí estaba su padre.

—Adiós, Tadase-kun, nos vemos mañana— dijo ella, sin importarle mucho la presencia de su padre, que por cierto, era enorme.

—A..adiós, nos vemos— contestó él.

El padre de Yukia lo miró unos segundos.

—¿Quien es, un nuevo amigo?—preguntó a su hija.

—Es mi novio, Tadase-kun— contestó ella con alegría.

El hombre observó al joven por unos segundos con unos ojos llenos de ira, que probablemente eran celos.
Tadase solo se quedó quieto en el lugar sin saber bien que hacer o que actitud tomar. Yukia no prestaba mucha atención y le dijo a su padre que entraran porque hacía frío, él lo hizo, no sin antes lanzárle al chico una mirada de "mucho cuidado con mi hija o te disparo". Tadase se alegró de que él no llevaba una pistola en ese momento o de seguro pasaría lo peor.

Llegó a su casa luego de un rato. Ahora si que estaba nervioso. Por suerte, Kiseki apareció.

—Kiseki, ¿en donde estabas?— preguntó él.

—En tu mochila, como siempre, solo que no te diste cuenta de mi divina presencia ya que estabas muy concentrado en esa plebeya como para notarme.— contestó, ofendido.

—Ah, perdón Kiseki—dijo él, apenado por no caer en la presencia de su chara—pero Yu-chan no es una "plebeya" es mi novia, ya te lo dije.—

—Y ese gigante ¿quien es?— preguntó con inocencia, refiriéndose al padre de la plebeya.

Tadase suspiró.

— El padre de mi novia, que probablemente me mate... espero que no pase lo peor— contestó.

—¿Que sería lo peor?—

—Que usen "esa palabra"— dijo, rogándo que no se mencione la palabra príncipe, así no tener que actuar como un idiota.

—¡Un príncipe es un príncipe!— dijo Kiseki con una pose de rey malvado.

Una niñita pasó por ahí y se percató de la presencia del rubio chico con apariencia real y su chara. Sorprendida, la niña lo señaló y dijo:

—¡Un príncipe de verdad!—

Instantáneamente, Tadase reaccionó y con su típica coronita dijo al mismo tiempo de Kiseki:

—No soy un simple príncipe... ¡Soy el rey!— Seguido por una risa macabra.