Primer día de Clases

Tema en 'Fanfics Abandonados de Temática Libre de Anime' iniciado por Aleón, 21 Abril 2016.

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    Aleón

    Aleón Aleón

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    20 Junio 2011
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    37
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Primer día de Clases
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1050
    Este es un one shot en el cual tomo a Milo como mujer, aunque es mas bien la versión femenina del Milo original. Es un Milo x Camus aunque no es yaoi.

    sin mas que decir... disfruten.
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    PRIMER DIA DE CLASES

    Los rayos de sol anunciaban un nuevo día y se filtraban en una habitación, en la cual se podían apreciar dos cuerpos totalmente relajados, dormidos.

    Uno de los cuerpos, el que se encontraba bajo el abrazo del otro se empezó a remover al sentir la luz del sol molestar su descanso. Unos ojos azul claro y una cabellera rizada añil se pueden apreciar; y al sentarse en la cama se puede observar el cuerpo de una mujer muy hermosa que mira al que duerme a su lado.

    --Camus, arriba— hablaba y movía con dulzura al que dormía a su lado. En respuesta el cuerpo a su lado solo se removió un poco, alborotando más su lacia cabellera turquesa.

    La chica al ver la respuesta de su esposo sonríe divertida, para después sonreír traviesamente al pasársele una idea por la cabeza. Se inclina sobre su esposo para empezar a repartir besos por todo su rostro.

    --Vamos, arriba— dijo mientras continuaba con las caricias. Cuando de repente de un jalón la vuelven a recostar en la cama, y unos ojos azul zafiro la observan desde arriba. —¿No estabas dormido?— su expresión es de sorpresa, para después sonreír.

    --Buenos días amor— la besa con cariño y amor.— no lo estaba, Milo siempre me levanto antes que tu— hablo entre el beso, para después continuar y profundizarlo más.

    --Entonces, ¿Por qué no te has levantado cuando te he hablado?— correspondía al beso con el mismo sentimiento.

    --Porque me encanta cuando me levantas así— habló empezando a repartir besos poco a poco bajando de sus labios a su cuello.

    En esas estaban cuando escucharon unos pequeños y apresurados pasos dirigiéndose a su habitación haciendo que se separaran inmediatamente y prestaran atención a la puerta, que no tardo en abrirse mostrando una pequeña cabecita dorada y unos ojos celestes.

    --¡Mami, papi; buenos días!— sonrió el pequeño de no más de cinco años. Corriendo y lanzándose inmediatamente sobre la cama para abrazarlos a ambos.

    --Hyoga te has levantado temprano pequeño— Milo beso en la cabeza a su hijo mientras que lo abrazaba con ternura.

    --Es que Isaac no me dejaba dormir— se quejó el pequeño.

    --Eso no es cierto— replicó una infantil voz. La pareja prestó atención rápidamente al otro pequeño parado bajo el dintel de la puerta. —Hyoga duerme demasiado, si no lo levantaba llegaríamos tarde el primer día de clases— decía de brazos cruzados el niño de cabello y ojos color verde, de no más que unos ocho años.

    --Isaac tranquilo, todavía estamos a tiempo— habló Camus a la vez que miraba la hora en su celular.

    --¿El primer día de clases? Es cierto, lo había olvidado— Milo sonreía divertida.

    --Yo no quiero ir— el pequeño Hyoga se abrazó más a Milo.

    --¿Por qué cariño?— preguntó ella mientras acariciaba la rubia cabellera de su hijo menor.

    --Porque no, quiero quedarme a jugar contigo mami y también jugar con los carros que me compro papi—.

    --Vamos Hyoga, la escuela es divertida e interesante una vez que te acostumbras— Milo hablaba cariñosamente, comprendía que su hijo podría estar nervioso al ser su primer año de estudio. Además ella también entraba a trabajar ese mismo día.

    --Y habla la que se saltaba los cursos desde la secundaria para ir a vagar por el lugar y después andaba estresada por no tener las notas completas para los exámenes, notas que por supuesto yo si tenía— hablo divertido Camus recordando sus días de estudio.

    --Amor, silencio— Milo soltó una sonrisa nerviosa pero la mirada dirigida a Camus dictaba un clara ‘callate’; realmente su esposo no estaba ayudando con ese comentario.

    --¿Eso es cierto?— preguntó Isaac , quien por la curiosidad se había aproximado hasta situarse a un lado de la cama. —Pero, papá dice que no es bueno faltar a clase—.

    --Eso es cierto, les propongo algo, si se portan bien ambos en la escuela hoy, a la salida cuando pase por ustedes, los llevare a comer un helado. ¿Qué les parece?— dijo Camus para arreglar la situación.

    A ambos les pareció una idea grandiosa y asintieron al mismo tiempo alegres.

    --Bien entonces Isaac ve a alistarte tu uniforme debe estar ya en tu armario, y Hyoga espérame en tu habitación, ya llegaré a ayudarte— pidió Milo a sus dos pequeños, quienes obedecieron con un sí al unisonó retirándose de la habitación.

    Una vez solos de nuevo Milo sintió los brazos de Camus rodear su cintura y los besos se reanudaron en su cuello.

    --Amor— llamó Milo volteándose y besando en los labios a su amado. —se hace tarde para todos— para después separarse, ponerse de pie y dirigirse a la ducha.

    --¿Qué? Pero…Milo— Camus la vió adentrarse al baño.

    --En otra ocasión— fue lo último que escucho antes de que se cerrara la puerta.

    --Ha, bien— se resignó, levantándose y dirigiéndose a donde estaban sus pequeños, los ayudaría a vestirse y así Milo podría arreglarse y preparar el desayuno tranquila.

    Una vez ya listos los él y sus dos niños escuchó a Milo decir que el desayuno ya estaba servido. Bajaron y empezaron a comer tranquilos y unidos, conversando lo emocionados y nerviosos que estaban sus dos hijos.

    Una vez terminado el desayuno, y alistado sus cosas, los cuatro salieron y se dividieron en dos autos; Milo con Isaac y Hyoga y Camus solo.

    Ya los niños adentro del respectivo auto, la pareja se despidió con un beso.

    --Nos vemos en la noche amor, recuerda que hoy los niños se quedan en casa de Dokho a jugar su hijo Shiryu , yo pasare por ellos ya entrada la tarde— Milo se mantenía abrazada a Camus mientras decía esto.

    --Es cierto, solo espero que no le causen muchos problemas a Dokho— Camus la mantenía sujeta de la cintura. Para después ir acercándose poco a poco a su oído y susurrar – y esta noche si cobrare lo de hoy en la mañana— para después besarla dulcemente.

    --Eso espero amor— sonrió, para después cada uno ingresar a su respectivo auto y dirigirse a su destino.
     
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