Preso [NejiSaku]

PRESO​

Satis​

​

Ellos no me pertenecen, fanfic escrito para concurso, espero que les agrade.​

No tuve beta D=​

Sasuke's: Crack it!

Neji Saku , Universo alterno.​

La oscuridad y la tarde eran parecidas, ambas con el fin de esconder el sol; cómplices ariscas al amanecer, y la mañana se sentía sola, incomoda, fría.

Como Neji.

El Hyuuga se sentía débil, derrotado, angustiado; pero sus ojos seguían igual, arrogantes, engreídos y albinos. Parado, estatico, como siempre, diferente, las lagrimas cayendo por las mejillas, la miraba, en la cama.

— ¿Quién eres?—pregunta, apenada. Ojos verdes, vacios, amables. Ella no lo está viendo, él tampoco.

—Un preso—responde, astuto, elocuente. Recuerdos en su mente, respira, agotado. No lo entiende.

— ¿Preso? —se asusta, indefensa, delicada. Aprieta los puños, fuerte, agitada.

Él sonríe, no hay lágrimas. Tampoco hay amor, celos, molestia, nada; Ella, él, no existe un los dos. Mueve los ojos, blancos, tristes.; sentimientos presentes, no existían hace un mes, un año, dos, tres…

—No, ¿cómo estás? —cuestiona, suave, cálido. El frio se fue. Un caballero herido, desconocido.

—Bien, pero no respondes a mi pregunta— tinte rosa en las mejillas, irritada, desconfiada confundida; lo conoce, lo desconoce. Un salto en su corazón.

—Neji — responde, a su lado, en un sillón, sentado. Quiere tocarla, su mano, sus ojos, verdes, brillantes.

—Neji —dulce—, ¿de dónde me conoces? —menciona, curiosa. Los labios rosas están secos, olvidados, sin sentimientos.

Y él está preso, seducido, conquistado. Una punzada, dolor, impotencia, Neji Hyuuga no es un alguien, un pasado, un encuentro, un recuerdo. Ella no es consciente del dolor, de despecho y la tristeza. Dagas en su corazón.

—Primo de Hinata —fácil, sin explicaciones; cortante, como el viento.

—Hay tiempo para saber más de tí —musita, cansada; brazos pesados, fiebre, mareo, duele acostumbrarse. Es difícil, complicado.

Uno…Dos...Tres, tiempo, desconocidos que se hablan. Dialogo sencillo, presentaciones de década. Neji odia el reloj, los segundos, las horas y los minutos. Es gradual, insoportable, indeciso.

Hyuuga temé a lo indeciso, lo no visible, los pájaros que vuelan y no puede tocar. A Sakura, los ojos esmeralda, los labios resecos y su vestido rojo.

— ¿Neji? —duda.

—Me voy.

— ¿Vendrás mañana?

—Y pasado.

Todos los días, de lunes a domingo, en la tarde, de noche. Las mañanas no, el sol salía. Y Neji Hyuuga despreciaba el sol y su color, amarrillo, como el coche. Ese coche.

Salió.

Uno…Dos…Tres, minutos, tiempo, segundos, reloj. No había un pasado, un sujeto, una pareja, una vida. Sólo era el presente y las horas siguientes.

Sakura sonrió, adentro. Se sentía especial, él la hizo cálida, viva, alegre.

—Ojalá vuelva.

Regresará, lo sabía, lo pensaba. Neji igual, volverá, hablará, no como hoy, será mejor. Sin frialdad, sin lagrimas, sonriendo, feliz.

Por ella, por él, por los tres. Aunque no hay un los dos, un los tres, una familia. Neji seguirá viendo a Sakura, su amante, su esposa, ciega.

En el hospital, lastimada, internada. Y comprendía que Neji no exista en su mente, ni su hijo, ni su prima, ni su amiga.

No mintió, era un preso; atado a ella, dejando pasar el tiempo, despacio, sosegado. No quería libertad, la quería a su lado, con besos y caricias.

Él ama, la necesita.

Y no puede estar sin ella.


Crackeado hasta en el escrito. Satis.