Presentes y ausentes No soltó el celular desde que llegó a la casa de su tía para la cena de fin de año. Las únicas palabras que había dirigido a todos sus familiares fueron “hola, ¿todo bien?” y “felices fiestas”, que eran ya más por obligación que por otra cosa. Faltaban tan solo treinta minutos para que la cena estuviera lista y todos pudieran sentarse a la mesa, algo que ignoraba por completo porque no había dejado de chatear con todos sus amigos y amigas acerca de lo que iban a hacer el día siguiente para celebrar el nuevo año por venir. Fue ahí que se dio cuenta de que algo faltaba, y que era importante, o al menos eso era lo que estaba creyendo en ese momento. Sin embargo, su madre se acercó para decirle algo, debido a que estaba todo el rato con el celular sin hacer nada y sin hablar con ninguno de los parientes que estaban allí. — Uno de tus tíos me mandó un mensaje diciéndome que se lastimó el pie cuando quería cargar unas cosas importantes de su trabajo. ¿Me podrías acompañar a su casa para ayudarlo a venir y que pueda llegar a tiempo para cenar con la familia? — Ahora no puedo, tengo que hacer algo importante — respondió de forma seca. Su madre se sintió decepcionada ante la respuesta recibida. Su tío se lastimó y sin ayuda no podría llegar a la cena de fin de año. Sabiendo que no podía contar con su hijo, decidió pedir ayuda a alguien más, sin entender que podría ser tan importante como para no interrumpirlo por un momento para ir a ayudar a uno de sus parientes a llegar a cenar con el resto de ellos. Una vez que notó que su madre se fue para pedir ayuda a alguien más, se sintió tranquilo. Fue a su muro de Facebook y colocó “falta una copa en la mesa, y sobra un alma en el cielo; dedicado a todos nuestros seres queridos que han marchado y no pueden estar con nosotros hoy”. Luego de publicarlo, se quedó mirando la pantalla del celular, observando como la cantidad de likes y compartidos empezaba a aumentar, ampliando el tamaño de su sonrisa con cada uno que llegaba.
Bueno, es triste ver que para algunas personas, especialmente esos jóvenes que literalmente se preocupan más por aparentar ser algo o alguien que no es en las redes sociales, y que solo sienten realizados o "felices" , siendo verdaderos hipócritas, diciendo algo bonito y alentador pero que en realidad son la peor de las escorias. Lo bueno es que el tío solo se lastimo el pie y no ocurrió a mayores, pero mira que decirle eso a su madre, de forma tan fría. La verdad es que me ha parecido un muy buen relato que en pocas palabras se explica mucho y no puedo decir más porque todo está explicado. Más que darme tristeza, me sentí decepcionada (como la madre) y con mucha rabia.
