Un poema ya publicado en otro sitio. Lamentablemente, soy incapaz de asegurar dónde... algunas memorias me son esquivas. Vestigios nítidos de un placer Corrupto Lecho de fuego tergiversando mi Realidad Olvido el dolor que corroe la Piel Tu cuerpo cimbreante, un pecado Fugaz. Son horas lívidas consumiendo mis Antojos Entre susurros y sombras de frenética Vigilia Tibio aliento que posee el Deseo Actos intensos encajonados en noches Furtivas. Mírame, no quiero agotar la Madrugada Déjame resguardar mis labios en tu Pecho Mírame, te ruego no me prives de Tu esencia Sería un castigo, una condena sin Tiempo. Tiemblan los hados en el Océano Conjurando premuras secretas para Nuestra intimidad Escapemos del mundo por las sendas Promiscuas Vinculemos las fantasías en lo profundo De la oscuridad. Cierra los ojos y abandona tus Sentidos Deposita en mi carne tu vitalidad Toda Cierra los ojos, recibamos los embates De la lujuria Hazme saber que te poseo, que tu libertad Abandonas. Entrégate sin condiciones y obedece Tu instinto Es un milagro, por momentos soy Inmortal Embriaga tu alma con la gracia de mi Compañía Es el hambre por lo prohibido que se Vuelve una necesidad.