Preludio...[kagoxsesshoxnaraku]

Hola espero que hayan tenido unas felices fiestas y que santa les haya traído lo que pidieron jejejej (ando atrasada), pues aquí está la continuación, disculpen la tardanza pero he tenido s muchos asuntos que resolver e inesperados, espero me disculpen, por cierto recuerden que este capítulo tendrá lemo, bueno, lemo, lemo no tanto pero si tendrá sus escenas jejejej, ¿de quién? Eso si no se, se los dejo.
Aclaraciones:
[ ] Narrado por el personaje.

Preludio
Capitulo14: mí amado enemigo.

Te amé, no te amo ya: piénsalo al menos;​

¡nunca si fuere error la verdad mire!:​

que tantos años de amargura llenos​

trague el olvido, el corazón respire.​

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El frio aire de la noche se deslizaba por las finas sabanas de la bella joven que permanecía dormía, se movió incomoda entre las sabanas y abrió sus ojos, miro hacia el techo y por un momento no se acordó de que era lo que hacía ahí exactamente, esa no era su cama ni mucho menos su habitación, se levantó rápidamente como si las sabanas le dieran asco, camino hasta llegar a la ventana por donde se colaba el aire, la cerro de forma estrepitosa y se quedó en silencio, luego siguió hasta llegar a la puerta y abrió empujando silenciosamente, miro hacia todas las direcciones posibles y no vio a nadie, así que camino por lo amplios pasillos, camino unos dos metros hasta que se topó con una gran puerta, estaba a punto de abrirla pero pudo oír voces del otro lado de esta, por lo que se quedó en silencio oyendo aquella conversación.
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— ¡¿Cómo que no estaba planeado?! , no te hagas la tonta con migo.

Gritaba reciamente Sesshomaru hacia la mujer sentada en el mullido sillón rojo.

—No tengo por qué darte explicación alguna, simplemente no estaba planeado y punto, que más quieres que te diga, aunque me tortures, no te diré lo que no sé.

Sesshomaru la miro de nuevo encontrando algo de mentira en sus ojos, pero ahora que había cambiado, eso era imposible de hacer, sus ojos no tenían sentimiento alguno, por lo que solo desvió la mirada.

— ¿Sigues buscando lo que ya no existirá más?
—Déjate de tonterías y respóndeme.
—Acéptalo Kagome ya no está más— dijo la voz de la mujer sentada frente a él.
—Dejemos ese tema y dime la verdad.
—Ya te dije que no sé.
—Mientes.
—Mienta o no, no te debe de importar, después de todo tú también querías gobernarnos.
—No te lo negare.

La mujer se levantó y camino hacia la puerta lentamente.

—Si hay algo que odio, es que escuchen conversaciones ajenas.

Sesshomaru no entendía lo que decía y miro como la joven vampiresa abría la puerta.

— ¿Qué haces? —dijo él a la joven.
—Encontré a tu novia oyendo nuestra conversación.

Sheryl quien había permanecido detrás de la puerta lo miraba algo seria y molesta al mismo tiempo, Kagome lo noto por lo que decidió jugar con ella un poco.

—Se supone que deberías de estar durmiendo—dijo el molesto.
—Pues ya no, me han despertado ustedes.
—Hay si ahora resulta que tienes un oído muy agudo—dijo Kagome

Ambos la miraron, ella dejo de reír y camino hacia Sesshomaru.

—Dile a tu novia que no estábamos haciendo nada malo.
—Te recuerdo que me casare con el—dijo la chica de cabello durazno.
—Y te recuerdo que no me importa, además de que te preocupas la Kagome que le gustaba a tu futuro marido ya no está, desapareció, ¿No estás feliz? — dijo Kagome sonriendo.
—Deja de decir esas incoherencias—dijo Sesshomaru.
—Bien, ahora me debo marchar, creo que hago mal tercio, ¿o no Sesshomaru?
—Si ahora vete demonio—dijo Sheryl.
—Gracias por el cumplido querida— le dijo sonriendo y mostrándole los colmillos perfectamente bancos, en señal de superioridad.

Kagome camino hacia la puerta y antes de salir se topó con el fuerte cuerpo de Sesshomaru.

—Espera Kagome, no hemos terminado—dijo el tomando su mano.

Kagome lo miro y sonrió, pasó de él y se fue.

— ¿Qué hacías con ella, y solos?
—No comiences con tus celos Sheryl.
—No es eso, es solo que no me gusta que estés con ella, entiéndelo, ya no es más la Kagome que conocías.
—Crees que soy estúpido para no darme cuenta, mejor vete a dormir, mañana será un día muy interesante.
— ¿A qué te refieres con eso?

Él había desaparecido, Sheryl miro el cuarto y sintió celos por verlos juntos, le costaría tanto lo que mencionaría a continuación, lo cual pensó en el momento que los vio pero que no se atrevía a decirles.

—Hacen una bella pareja.
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Kagome camino por los pasillos hasta llegar a su habitación donde al abrir se encontró con Naraku.

—Buenas noches, ¿a qué debo su visita? —dijo la joven cerrando la puerta detrás de ella.
— ¿Dónde estabas?
—Deberás que tú y esa mata de durazno, Sheryl, harían una odiosa pareja.
— ¿Qué?, ¿Qué tiene que ver ella en esto?
—Nada, bueno respondiendo a tu pregunta estaba de lo más cómoda descansando en la sala principal cuando llego Sesshomaru y pues comenzó a interrogarme y luego llego Sheryl e hizo su escena de celos, como tú ahora y ya.
—Gracias por la explicación, pero bueno he venido para decirte que el padre está mejor.
— ¡Que lastima!
— ¡Kagome! ¿Quieres muerto a tu padre como dé lugar?
—Así es Naraku, pero por un momento pensé que Kohaku lo mataría y luego Kagura se une a tal acción, fue increíble.
—Sí, pero bueno también te aviso que él quiere verte en privado cuando despiertes.
—Bien, dormiré ahora.
—Bien te veré más tarde.

Naraku comenzaba a caminar hacia la puerta, cuando Kagome le lanza una almohada, este la miro a ver.

— ¿No me darás mi beso de buenas noches? —dijo ella con sensualidad en su voz mientras estaba de rodillas en la cama.

Naraku sonrió y se dirigió hacia ella, se acercó a su rostro lentamente y le dio un beso en la mejilla, pero ella lo sujeto y le dio un apasionado beso en los labios, Naraku simplemente le correspondió y al igual que ella la sujeto por el cuello haciendo más profundo ese fogoso beso, ambos rodaron por la cama quedando ella sobre él, se separaron solo para respirar.

—Ayúdame a deshacerme de esta frustración que siento—dijo ella como suplica.

Naraku la miro, simplemente no podía creer que la mujer que amaba se había vuelto tan fría y calculadora y claro sin dejar atrás su belleza oscura, sintió cono ella se movía sobre él, haciendo que sus deseo por ella crecieran (entienden aquellos deseo ¿no?), ella seguía con el movimiento mortal de sus caderas, Naraku solo la miraba perdido, sus deseos lo embriagaban y solo le permitieron tocar el cuerpo perfecto de aquella mujer por encima de la ropa.

—Espera—dijo el al fin.

Ella se detuvo y lo miro.

— ¿Es que no te gusto? —dijo ella con un puchero.
—Claro que sí, más de lo que quisiera, pero nos van a oír.
—Prometo que no gritare mucho—dijo ella sonriendo pícaramente.
—Kagome sabes que te deseo pero no es el momento indicado.
—Bien, desperdiciaste una oportunidad, bueno—dijo quitándose de él y acostándose a un lado—Nos vemos entonces.

Él se levantó y camino hacia la puerta, pero de nuevo la voz de Kagome lo detuvo.

— ¿Te molestaste con migo?
—No, es solo que no es el momento.
—Bien, disculpa por eso, pero espero que en la noche de bodas no me dejes con las ganas.
— ¿Qué dices?

Ella se levantó de la cama y camino hacia él.

—Lo que escuchaste, me casare contigo, pero tengo una pregunta para ti.
— ¿Cuál es? —dijo él.
—Te quedas a dormir con migo, prometo no hacerte nada—dijo ella con una risita.
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Sesshomaru entraba a su habitación, se recostó en la cómoda cama y miro el techo y recordó porque ahora el padre estaba debilitado.
-----------flash back-----------
Kagome miro hacia donde estaba Kohaku.
—Tengo algo pendiente— dijo este.
— ¿Y qué es? — dijo Kagome.
—Acabar con mi padre.
Todos miraron hacia el padre, el cual lo miraba de una forma desafiante.

—Hermano no lo hagas—dijo Midoriko desde donde estaba.
—Demasiado tarde—dijo Kagome mirándola— ¿Es que acaso tu no quieres el trono…Hermana?

Al oír las palabras de Kagome hacia Midoriko, Sesshomaru hablo.

— ¡De que hablan!, solo han venido para ver quién se queda con el trono.
— ¡No te metas en esto demonio! —le grito Kagome.
— ¡No me provoques Kagome!
—Dejen esos pleitos de matrimonio—grito Kohaku —ahora lo importante padre, es que te enteraste de esta forma, pero si vengo para matarte.
—No esperaba menos de ti hijo mío.
—Sabias que si mi hermana no lo haría, yo sí.
—Claro que lo sabía, después de todo eres mi hijo.
—Kohaku ¿Cómo te atreves? —dijo Midoriko.
—No te metas en donde no te llaman hermana, además tú no tienes nada que perder, ¿No es así?, porque ser la mayor a ti te será heredado el trono, es por eso que no te preocupas pero si mato a mi padre será mío—dijo mirándola— ¿o es que tu también quieres enfrentarte a mí?
— ¿Por qué no me dijiste que veníamos para esto?—dijo Kagome.
—Habías ya echo un pacto con la humana, entonces en ese momento el dolor que te atormentaba no te hubiera permitido venir, y te mente, por lo que no dije nada.
— ¿Lo sabias Naraku? —pregunto ella a el.
—Así es, no me permitieron decírtelo.
—Yo me largo de aquí—dijo la chica.
— ¿Cómo te iras? —Dijo Naraku—solo Midoriko y Kohaku saben el secreto para entrar y para salir.

Kagome miro a Naraku y se marchó de ahí, este la siguió, mientras que unos ojos dorados los seguían. Mientras tanto todos miraban como Kohaku se abalanzaba sobre su padre y como este esquivaba cada golpe y gancho que su hijo tiraba hacia él, al tercer intento este dio en el objetivo, el liquito vital rojo salpico sobre aquella habitación, los reunidos ahí solo podían mirar y nada más, Kagura quiso intervenir, pero al ver que sus intentos eran en vano decidió dejarlo, corrían tan rápido que apenas y podían ver donde estaban, solo podían escuchar los golpes, los cuales chocaban contra el viento y uno que otro en el cuerpo de su enemigo, era impresionante aquella atmósfera que se sentía.

—Ha este paso ninguno de los dos obtendrá la victoria—dijo Áyame la cual era vista por Koga, el cual se encontraba junto a ella.
—Tienes razón, ambos acabaran cansados pero no muertos—dijo el a la pelirroja.
— ¿Aún estas feliz con tu decisión? —pregunto la pelirroja.
—Así es Áyame y ¿Tu? —le dijo Koga mirándola.
—No podría estar mejor—dijo ocultando la verdadera con una sonrisa falsa.
—Seremos enemigos, porque aún no se acabara esta batalla—dijo mirando ahora la batalla—por qué a este paso habrá muchos enfrentamientos.
—Lo sé, esto no termina aun—dijo ahora mirándolo— y no podría ser mejor.
— ¿Por qué o dices?
—Por que al fin encontré a una persona que sea un digno oponente—dijo aun mirándolo.
— ¿Es un cumplido Áyame?
—No, es una confesión —dijo mirándolo.

Ambos intercambiaron sonrisas y ella desvió su mirada hacia la batalla mientras que los ojos de Koga la miraban con atención, era su forma de decirle que realmente le importaba y el hecho de que fueran enemigos, hacia mas fuerte el lazo que empezaban a tejer entre ellos, porque a pesar de todo muy dentro de ambos existía un sentimiento que ni ellos mismos podían entender y mucho menos hablar sobre él. Mientras la batalla alargaba, Kagome se había detenido en uno de los múltiples pasillos y Naraku la miraba en silencio.

—Ese maldito de Kohaku, me las pagara, ¿Cómo es que se atrevió a engañarme?, eso no se lo perdonare, teníamos un trato que yo no recibiría ordenes de él y de nadie.
—Cálmate por favor, ahora regresemos.
—Para que, sabemos de ante mano que ninguno de ellos ganara.
—Ambos son suficiente poderosos para solo noquearse y ya.
—Sí, saben bien que yo soy la única que le puede dar pelea.
—Regresemos ahora Kagome.
—No quiero ver la cara de ese maldito demonio, me enferma.

Naraku se comenzaba a desesperar por la actitud tan aniñada de su acompañante por lo que la abrazo fuertemente, no espero que le correspondiera, pero, luego de unos minutos ella le correspondió.

—Vamos, necesito ver qué pasa—dijo Kagome separándose.
—Está bien.

Ambos vuelven hacia el lugar de la pelea y al ver lo que ocurría quedaron impactados, Kohaku le estaba dando cuanto golpe podía en el estómago al padre y también vieron como Kagura intervenía y con los poderosos abanicos que poseía hacia que de estos salieran navajas los cuales cortaban el cuerpo del padre una y otra vez, Kagome sintió algo de pena, espera acaso sintió algo, ¿pena?, un sentimiento que aún quedaba en ella a pesar de haber renunciado a la humana.

—Tengo pena—dijo en un susurro, el cual solo fue oído por Naraku, que se encontraba a lado suyo.

El joven la miro con algo de sorpresa.

—Kagome aún sigue presente en ti—dijo Naraku sin pensar.

Ambos no se dieron cuenta pero el demonio de ojos dorados y cabellos plata los escuchaba atentamente.

— ¿Por qué tengo este sentimiento? —dijo ella tocándose el corazón.
—Kagome—dijo Midoriko— padre se está debilitado, hay que parar esta pelea.

Naraku y el demonio frio esperaron a que su respuesta fuera la que la humana diría, como: si, detengámoslos o que se pondría a llorar, pero ella miro a Midoriko con vacío y hablo.

—No— dijo Kagome—a ambas nos conviene, así que si quieres hazlo tú.

Midoriko la miro sorprendida, y luego de unos minutos curvo sus labios en una pequeña sonrisa.

— ¿En qué clase de monstro te has convertido?
—Mejor dicho hermana, ¿En qué me convirtieron ustedes? —dicho esto ella se retiro de ahí.
—Es verdad, te convertimos en algo malo—dijo en un susurro—Inuyasha.

El joven que había permanecido estos últimos años a su servicio llegaba hacia ella.

—Detengan esta batalla, ahora.
—Si mi señora.

Inuyasha envistió con todas sus fuerzas el cuerpo de Kohaku, Midoriko detuvo a Kagura por el cuello y mientras el grupo de ella revisaban al padre.

—Está bien—dijo Áyame—pero ha perdido demasiada sangre, hay que administrarle más sangre.
—Bien—dijo Midoriko—ahora Kagura pagaras por atacar a mi padre.
—No me importa, después de todo esto solo se prolongara.
—Ella tiene razón—dijo Kagome—lo mejor será que él se recupere y después arreglamos este pequeño encuentro.
— ¿ha esto le llamas pequeño encuentro?
—No te hagas a la tonta hermana que sabemos que esto será la guerra, él no se quedara de brazos cruzados y sé que Kohaku tampoco, aunque no quieras admitirlo estamos en guerra.
—Me temo que tienes razón, por ahora todos descansaran, ya veremos cundo papá despierte.

Entre Inuyasha y Midoriko cargaron al padre y lo llevaron hacia su habitación.
-------------------fin del flash back--------------------
Sesshomaru cerró su ventana, dormiría un poco por que después de todo estaba cansado, es muy agobiante estar ahí, cuando no sabes si es de día o de noche, los días ahí eran iguales, respiro un poco agitado y se dirigió a su cama y recordó las líneas de Kagome.

—Ella aún puede ser Kagome.
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El ruido echo por lo sirvientes la había despertado, era tan desesperante como el ruido de un pequeño mosco en su oreja, despertó molesta aun tenia sueño, no se fijó del cielo ya que este seguía igual al que vieron cuando llegaron, sabía que había dormido cuando mucho 6 o 7 horas, pudo oír también que los demás comenzaban a levantarse, se estiro y pudo sentir algo a su costado, miro y sonrió, Naraku dormía como un bebe, lo despertó con un beso en sus labios a lo que el chico le correspondió, ambos se miraron, Kagome fue sacada de sus pensamientos por la voz de Sesshomaru que por sus pasos sabía que estaba a más de dos metros de su puerta, de seguro estaba yendo al comedor y de seguro iría a despertarla , sonrió para sí misma, esta era su oportunidad de hacerle una jugarreta, por lo que no lo pensó dos veces.

—No tienes calor—dijo abriéndole a camisa dejando ver su bien formado abdomen.
—Si un poco—dijo el dejando que ella le abriera toda la camisa.

Tocaron la puerta Kagome sabía quién era pero no se lo dijo a él.

—Tocan la puerta—le dijo al joven—ve tú, estoy despeinada.
—Bien.

Kagome sonrió, y mientras él se dirigía a abrir ella rápidamente se desvistió y se envolvió en las sabanas, y se revolvió un poco el cabello, y camino hacia la puerta donde Naraku estaba abriéndola.
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Sesshomaru había tocado su puerta, y escucho los pasos por lo que espero, al abrirse la puerta se encontró con algo que no le gusto.

— ¿Qué haces en su habitación? —dijo Sesshomaru.
—Eso es algo que no te importa.

En todo esos minutos lo estaba mirando hacia la cara, pero ahora que bajaba su vista, vio cómo su camisa estaba abierta, no quiso seguir pensando en ello y miro hacia la habitación, vio la cama revuelta y las almohadas tiradas, no dijo nada, tal vez él se cambió de cuarto con ella, pero lo que vería a continuación resolvería sus sospechas.

— ¿Quién es Naraku?

Ambos miraron hacia la voz, ambos sorprendidos miraron a la mujer, envuelta en sábanas blancas dejando ver su formado cuerpo y sus cabellos revueltos, se veía tan provocativa.

— ¡Vaya eres tu Sesshomaru!, lo lamento ahora como veras estamos ocupados, vuelve en otro momento—dijo sonriéndole.

Sesshomaru no dijo nada, simplemente se fue, Naraku cerro la puerta y la miro con sorpresa.

— ¿Por qué has hecho eso?
—Lo siento estaba a punto de entrar a bañarme y cuando oí que te pregunto eso, me puse la sabana y camine hacia ti y paso esto.
—Su cara era como si hubiera visto un fantasma.
— ¿Estas molesto Naraku?
—Solo un poco.
—No pasó nada, solo olvídalo.
—El té vio casi desnuda, sabes no voy a discutir por insignificancias, voy a bañarme.
—Está bien, nos vemos luego.

Cuando Naraku se había marchado y ella considero que ya no estaba cerca rio abiertamente.

—Si hubieras visto tu cara, sé que te has molestado.

Divertida se metió a bañarse, dejando la sabana en la puerta del baño.
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Hacía ya más de media hora que lo estaba hablado y él no le contestaba.

—Sesshomaru, ¿Qué te pasa?

Sesshomaru no podía sacarse de su cabeza aquella imagen, de Kagome envuelta por la sabana dejando marcado a la perfección su cuerpo, y sobre todo verlo a él con la camisa abierta, ¿Qué era lo que estaban haciendo?, hasta él se rio por la pregunta era obvio que habían estado haciendo…¡NO! Como podría, ella y el, no ni en sueños, apretó sus puños, de solo imaginar esas escenas de, el debajo de ella, se moría de rabia, solo imaginar su cuerpo desnudo frente a él, a su total merced.

—Sesshomaru te estoy hablando.

Fue sacado de sus pensamientos por la voz de la mujer de cabellos duraznos.

— ¿Por qué gritas aún es muy temprano?
—Es que te estaba llamando y no me haces caso.
—Estaba solo pensando.
—Bien, me voy a mi habitación.

Él ni le respondió simplemente siguió con sus pensamientos.
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Naraku se encontraba bañándose en una gran tina de plata, estaba pensativo la razón era por os últimos sucesos, primero que rechazo a Kagome, eso no era propio de él, él siempre quiso que ella viniera a él, pero ahora tenía algo de temor hacia ella, porque ya no era más la inocente y jovial chica que conoció y poseyó, era otra, pero aun así la amaba.

—Sera que aún tengo algo de mi parte humana.

Se zambulló y luego salió de la bañera cubriéndose con la toalla, se miró en el espejo.

—Tengo que dominarme, por ella.
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Kagome caminaba hacia la habitación donde le había mencionado Naraku, abrió la puerta y ahí miro en su interior, cerro tras ella y comenzó a avanzar hacia la cama donde su padre estaba descansando.

—He venido como me lo pediste.

El abrió sus ojos y la miro.

— ¿Cómo esta Kohaku?
—Él está bien, pero, ¿cómo es que preguntas por el cuándo estuvo a punto de matarte?
—Ustedes son mis hijos, tengo que preocuparme por ustedes.
—Entonces si te mato ahora y mueres, me perdonaras.

Hubo silencio en la habitación.

—Sigues aun con esa mentalidad.
—Me conviene padre, así yo ocupo el trono.
—Estoy preocupada por ti hija, ese poder que tienes pude llevarte a la perdición.
—Lo dices porque soy la única y tú no.
—La madre de tus hermanos, tenia el poder que tu tienes, pero en su ambición de ser mas poderosa, quiso matarme y a sus hijos, tuve que matarla ya que no renunciaría a sus poderes, me costo mucho, por que en ese tiempo la amaba y tu madre…
—Mi madre, fue corrompida por ti, es por eso que callo en tu juego.
—No tu madre sabia muy bien lo que pasaría.
—Quiero matarte, pero aun hay algo de la humana en mí, y es eso lo que no me deja seguir con lo que quiero.
—No quiero matarte hija, pero si no renuncias a esos poderes, ellos acabar con tigo.
—Eso quiero verlo, ahora me retiro.
—Espera, quiero hablar sobre el joven que te acompaña.
— ¿Naraku?, ¿Qué pasa con el?
—Sabes a lo que me refiero.
—Por cierto se me olvidaba me casare con el, si quieres vas si no también, nos vemos.

Salió de la habitación echa una furia, realmente le molestaba que la humana aun influyera en ella, pero se suponía que ella se había ido, se detuvo ya que había chocado con algo, levanto la vista y se encontró con un par de ojos dorados.

—Por que no te fijas en tu camino demonio.

Dicho esto se aparto y salió disparada, Sesshomaru la miro y en silencio la siguió. Kagome estaba desesperada, no sabia que hacer, aun tenia aquellos sentimientos humanos, pero también tenia la sed de su venganza, no podía simplemente dejarlo, no podía, se detuvo en lo que parecía ser un laberinto.

— ¿Pero que es esto?

Miro de un lado a otro, sin saber como había llegado ahí, fue cuando se percato de su presencia.

—Si has venido a que te pida disculpas ni lo intentes.
—No, no he venido a eso—dijo Sesshomaru frente a ella.
— ¿Y para que has venido? O mejor dicho, ¿Por qué me has estado siguiendo?
—Pensé que no te había dando cuanta ya que estabas tan pensativa.
—Pues no pienses, bueno, ahora me voy.
—No sabes por donde, así que déjame guiarte, he estado aquí un par de veces.
—No, no necesito tu ayuda.

Ella comenzaba a caminar, cuando la mano fría de Sesshomaru jalo la suya, ambos se miraron.

— ¡Suéltame!
— ¿Cómo pudiste?

Kagome lo miraba, ¿Qué demonios le pasaba?, ¿estaba delirando o que?, después de pensar unos minutos, fue cuando entendió por que, sonrió.

—Te refieres a eso, lo que viste hoy—sonrió de nuevo—Es por eso que estas así, ¿no?.
—No se por que te hago todas estas preguntas, cuando no debe de importarme.
—Pero aun así las haces, lo que quiere decir que si te importa.
— ¡No me importa! —grito.
—Entonces déjame ir.
—No, no lo hare.
—Pero que gracioso me saliste, ¿Has dicho que no me dejas?
—Así es.

Kagome lo miro desafiantemente.

— ¿Es que acaso estas celoso? —se soltó de su agarre fácilmente y se alejo de el un poco— ¡eres increíble! —se echo a reír.
— ¿Qué es tan gracioso?
—Tu actitud es la graciosa, tu te vas a casar con Sheryl y yo con Naraku, ¿Por qué estamos actuando como si no importáramos el uno al otro?, eso es lo graciosos, ¿Qué no piensas que lo es?

Sesshomaru se acercaba a ella, y la puso contra una de las paredes del laberinto, Kagome lo miro sorprendida.

— ¿piensas asustarme? —dijo riendo—no lo haces, no me das miedo.
—No puedo evitarlo, te necesito.
—Espera don Juan, ¿Estas escuchando lo que me dices?, ¿Qué me necesitas?, ¿pues no para eso te casaras?, para que te cumplan tus necesidades.
—Tú eres la única que puede.
— ¿Yo?, eso si es que es gracioso, jaja, eres increíble, ni tu crees tus mentiras.
—No estoy mintiendo.

Kagome se quedo callada, y lo miro lentamente acercarse hacia ella, quiso aventarlo, ¡tenia la fuerza para hacerlo! pero no quiso, simplemente su cuerpo y alma no querían apartar a tan imponente demonio, no querían, y ella simplemente no quería, y si pasara algo seria como ella quisiera, no como el quiera.

— ¿Qué te pasa? —dijo ella en un susurro y al oído de el.
—Me pasa que te deseo.

Kagome se quedo callada, jugaría con el, simplemente eso seria, no lo amaba, ni en lo mas mínimo, pero si le gustaba y bastante, no desaprovecharía esta oportunidad, pero no seria así de fácil.

— ¿Me deseas?, sabes yo también—dijo al oído de el, tan sensualmente como pudiera.

Sesshomaru sintió como sus piernas temblaban un poco, ella vestía un vestido en color rojo, con amplias mangas y pegado al cuerpo, se deleito con la figura femenina.

—Déjame probar un poco de ti—dijo el pegando su boca hacia el cuello de la chica.
—Has lo que te plazca.

Sesshomaru no lo pensó dos veces y clavo sus colmillos en el delicado cuello pálido de la chica, succiono poco a poco, podía sentir el néctar de la joven pasando por su garganta, tan cálido y tan sabroso, tomo mas y mas, ambos experimentaron un éxtasis, el cual nunca habían sentido, a tal grado que ambos se encontraban aferrados uno al otro, Kagome lo sujetaba por el cuello de su camisa blanca y el por los hombros, luego de unos minutos, cuando la sed del demonio fue sesada, limpio la mas mínima gota y abandono el cuello de la chica para mirarla ahora, fue cuando se dieron cuenta que ambos tenían los ojos rojos.

— ¿Ya me has probado lo suficiente? —dijo con una sonrisa.
—No.
— ¿Ahora que es lo que quieres probar?
—Tu cuerpo.

Kagome sonrió, ahora si que se desharía de su frustración, Naraku no quiso, y ahora frente a ella había un demonio que estaba dominado por sus propios deseos, sabia que el quería a la humana que vivió con el, pero ella ya no era mas ella, físicamente claro, pero del resto no, aun que compartía con ella algo, realmente era el todo un hombre, y pensó que eso estaría bien como parte de su venganza.

—Así que quieres mi cuerpo.
—Eres lo que deseo y deseare siempre, Sheryl no es nada.
— ¿Enserio?
—Si, no se que me has hecho pero pienso demasiado en ti y al verte hoy con ese sujeto, me dio rabia, tanta rabia.
—Así, mucha, pensabas como me acariciaba—dijo sensualmente a el oído de el—como comía mi cuerpo, como entraba en el, como gritaba mi nombre, como…

Fue interrumpida por la mano de Sesshomaru, la cual tapo su boca, ella lo miro.

—Eres un vampiro ahora, no se nos niega nada y ambos deseamos tener este encuentro, ¿crees que no pudo oler tu excitación y deseo por mí?
Xxxxxxxxxxxx ahora vayan al blog ahí esta la continuación: http://blogs.cemzoo.com/inariamy/blog/u90738/150564-lemo-de-preludio-sesshomarux-kagome.html
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[Me encontraba en una disyuntiva, una parte de mi hace esto por que así lo desea y por venganza, para que el, me deseara mas que su vida, para que su vida sea mía, para que luche por el deseo hacia mi, pero otra parte me dice que lo hago por que lo amo y por que realmente había deseado esto desde el momento en que lo vi, que hago lo hago por darle celos, por ser importante para mi, que yo quiera sacrificarme por amor hacia el, pero ahora que lo pienso, realmente no se por que hago esto, realmente no se si estoy haciéndolo por que lo ame o por diversión, o si las palabras que salen de mi boca, son del vampiro o de la humano.]

Sesshomaru se había detenido, sus ojos poco a poco habían cambiado de color, miraba delante de él, ella seguía ahí y en la posición, pero percibió la sal, eso solo significaba una cosa.

—Realmente has vuelto...¿kagome?

Continuara…
Gomen, gomen si no les gusta el lemo, pero creo que tuve que hacerlo para que ella se de cuanta que realmente el es importante en su vida, y que aun hay en ella algo de la verdadera Kagome.
Espero tenerlos por aquí el próximo capitulo, nos vemos, saludos a todos.

 

Gracias por sus comentarios, sin más, aquí está la continuación.

Preludio
Aclaraciones:
[ ] Narrado por el personaje.
Capitulo15: la noche esperada.

La verdad fue dicha. La tomé como una pequeña sierpe,
No me matará. Mi corazón no se romperá,
Aunque más no sea por el cariño de los que me rodean.​

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[¿Sabes que es el preludio? Hay varios significados como lo que precede y sirve de entrada o principio a una cosa y también obertura que precede a una obra musical. Infinidades hay de respuestas, pero la cuestión es, ¿es la respuesta indicada?, he aquí mi preludio y el tuyo también, ya que la noche de los demonios esta a punto de comenzar.]

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[Muy dentro de mi sabia, tan bien como ahora, que no podía ser del todo yo misma, que tendría que admitir al ser que ahora corrompía mi corazón y que con el tiempo lo corrompería por completa hasta el punto en que yo no pueda ni siquiera ser capaz de contralar mis acciones, ¡espera un momento!, ahora mismo, en este preciso momento, lo estoy haciendo, hice algo a lo cual nunca me hubiera permitido hacer, ¡he seducido a la única persona que he amado por mucho tiempo y que seguiré amando!.
A este paso, no tardare mucho, ella se hará dueña de todo lo que alguna vez ame, dé todo lo que yo solía llamar casa, familia, amigos y peor aún, de mi querido Sesshomaru.]
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[En ocasiones, un vampiro como yo, en un momento me pregunte, ¿Por qué me había fijado en Kagome?, era frágil, distraída, enfermiza, tímida, una que otra ocasión tonta. Pero ¿Qué fue lo que hizo para que yo me fijara en ella?, es la pregunta que me hago a diario, y me respondo, por su forma de hablarme, por su forma de mirarme, por los abrazos que me daba sin que yo se lo pidiese, por las comidas que me hacía, por su inmune sonrisa, por sus gestos, por sus ojos azules, y por ultimo por su belleza. Kagome fue la razón en muchas ocasiones de mi perdida de sueño, no podía dormir sin siquiera imaginármela dormida, de ver su rostro en paz y sereno. Creo que desde un principio supe que ella no podría ser humana ya que era demasiado perfecta en el aspecto de los humanos, ella rompía los estándares y colocaba nuevos, simplemente, todo este tiempo, me lo negué a mí mismo, por mi orgullo. Nunca me hubiera permitido tales sentimientos hacia ella, pero estos últimos días en que la vi, mi Kagome ya no era más ella, había sido cambiada por un ser tan frívolo y tan egoísta, pero, ¿acaso no soy así?, creo que es por eso, porque nos parecemos tanto, que la deseo más que nunca, me doy cuenta, ya muy tarde, de que la necesito, incondicionalmente y para siempre, la quiero con migo y solo con migo.]
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— ¿Kagome? —Había susurrado Sesshomaru por segunda ocasión a la joven.

Él se acercó a ella, no sin antes acomodarse la ropa, en la mejilla derecha de la joven podía ver lo que parecía ser el camino de una lagrima, la miro y se quedó mudo, por unos momentos, pudo ver, en sus ojos, la calidez y alegría que siempre la habían caracterizado, aquel brillo especial de la mujer que siempre había deseado, se culpó por haber estado con una mujer a la cual en ese momento no amaba, y la cual en ese momento no era su Kagome, solo un ser parecida a ella físicamente. Simplemente lo hizo por sus deseos y por qué en ese momento estaba segado por los celos, ¿Acaso dijo que estaba celoso?, volvió a mirar los ojos de la chica y ahora estaban tan fríos como los de él, fue ahí cuando supo, que en su cabeza había una lucha, por ver quien se quedaba, la humana o el vampiro.

— ¿Por qué me estas mirando de ese modo demonio?—dijo ella mirándolo.

Él se apartó de ella, esta se levantó y se acomodó el vestido y luego lo miro.

—Espero que lo hayas disfrutado, porque lo que está por venir, te dolerá mucho más.
— ¿A qué te refieres?
—A que serás un hombre casado dentro de una semana y adivina que, yo también.

Dicho eso, como si fuera por instinto Sesshomaru le sujeto por el brazo, ejerciendo fuerza y mirándola a la cara.

— ¿Y ahora que te sucede? —dijo ella mirándolo.
— ¿Por qué te vas a casar?

Por un momento ambos se dieron cuenta de lo estúpida que era aquella pregunta y rieron en sus interiores.

—Eso pudiera preguntarte y tú me responderías lo mismo que yo.

Ella rompió el agarre del vampiro y lo miro dureza en los ojos.

—Por tener una descendencia.

Ella aparto la mirada de él y se retiró.

— ¿Pero en qué clase de idiota me he convertido? —se dijo a si mismo sentándose entre la maleza ya seca—ella solo me engaño, así como lo hubiera hecho yo, fue por esa maldita venganza hacia mí, por haber roto su corazón, pero es que no entiende que ella fue la que me lo rompió, yo pude haber renunciado por ella, pude haber huido por ella, solo quería que esperara, que me entendiera, pero ya vi que no es así, la Kagome que una vez conocí está muy adentro de ella, muy guardado y muy temerosa de salir, esa lagrima que ella derramo fue inconsciente.

Se detuvo y se tapó la cara con ambas manos, en señal de sorpresa.

—Sera que la verdadera Kagome haya sentido que yo la…viole.

Sesshomaru dudo por un segundo, ¿Lo que dijo había salido de su boca?, estaba algo confundido, ¿algo? Mejor dicho muy confundido, pero no estaba arremetido de nada, bien o mal con la persona que estuvo no fue su Kagome, fue una mujer tan parecida a él, se dispuso a caminar, no sin antes tener presente, los ojos cálidos de ella, sonrío para sí mismo, ya que sabía que aún había una posibilidad de que ella volviera y de que la conquistaría para que ahora, jamás estuviese separada de él.
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Sango había entrado en la enorme biblioteca, había estado pasado sus dedos por los lomos de los libros, pareciera que estaba buscando un libro, pero no era eso, ni mucho menos se estaba fijando en los sucio y antiguo que era el lugar, ya que las yemas de sus dedos se habían llenado de polvo, simplemente estaba distrayéndose en algo, o mejor dicho ignorando a alguien.

— ¿Cuánto tiempo piensas ignorarme?

Ella simplemente no hizo caso a la voz, siguió pasando sus dedos por lo polvorientos estantes.

— ¿Qué no te enseñaron que es malo espiar a las personas?—dijo Sango deteniéndose y mirando a cierto punto en la habitación.
—No creo haber entrado a esa clase, pero no te estoy espiando—dijo saliendo de la oscuridad—simplemente quería hablar contigo.
— ¿De qué Miroku?

Sango aún tenía la mano en el estante, Miroku se acercó a ella y tomo delicadamente la mano ocupada y sacando un pañuelo de su bolsillo y seguido a ello quito delicadamente el polvo de sus dedos, y esta solo lo miraba, ya terminada la tarea, de limpiar, Sango retiro su mano y la miro.

—No era necesario—dijo Sango.
—Lo sé, solo quise hacerlo—dijo dándole el pañuelo.
— ¿Ahora qué es lo que me querías decir? —dijo tomando el pañuelo.
— ¿Por qué no te unes a nosotros? —dijo finalmente y mirándola fijamente.

Sango quedo estática, no pensó que lo dijera a la primera, trato de no verse algo sorprendida, por lo que doblo el pañuelo y se lo devolvió.

— Estoy bien, donde estoy ahora.

Miroku había guardado de nuevo el pañuelo en su bolsillo y la miro de nuevo.

— ¿Realmente crees que es la chica que has estado cuidando por estos años?, entiende Sango, ya no está Kagome, esa persona que se ve como ella, es una copia barata, nada más.
— Te equivocas, Yo estaré a su lado.
— Crees que si algo te pasa ella vera por ti.
— No lo sé, y no me importa.
— Estas poniendo en riesgo tu vida, ¿¡Que no te das cuenta Sango!?
— Si me doy cuenta, pero quiero hacer esto, para no sentirme mal.
— ¿Sentirte mal, por qué?
— No estuve con ella cuando más me necesitaba, no la salve de él.
— El, es nuestro señor, no podíamos hacer nada, ¿crees que yo no quise salvarla?, yo también quería ayudarla, pero no podía era ella o yo.
— No me hubiera molestado perder mi vida.

Miroku la miro impresionada, ahora que la miraba, la recorría por completo, daría cualquier cosa por que no se le olvidara el olor de su perfume, o el color de su cabellos o sus hermosos ojos tan bellos, los cuales solo podía comparar con la más bella puesta de sol.

—Hubieras muerto por ella, no es así—dijo al fin Miroku.
—Claro que si, por que ella fue la luz de mi vida, de la vida oscura que tenía junto con Sesshomaru.
—Kagome es en efecto o mejor dicho fue la luz de la casa, pero ahora ella se ha ido, ya no volverá Sango, aquella joven vivas, ya no está, y es hora que la dejes.
— ¿¡Dejarla!?, jamás ,tanto tú y como yo sabemos que ella no será la que muera al último, sabemos que nuestro amo está loco por ella, y todos saben que solo se casara para mantener su sangre, para hacer descendencia, pero no por amor, y recuerda Miroku que los que aman, son los que han de perder la razón.

Hubo un silencio incomodo entre ambos y fue roto sorpresivamente por la voz firme de Miroku.

— Entonces yo también he perdido la razón.
— No me vengas con eso, por dios, tu solo te amas a ti.
— Aún no me conoces del todo Sango.
— Así es no te conozco del todo, no pedimos esta vida, y creo que por eso tenemos estos sentimiento que son solo de…
— Los humanos, pero un vampiro puede amar incondicionalmente.
— Pues no lo sé, yo jamás he amado a alguien.
— Eso no es cierto, tú amas a Kagome.

Sango se apartó de él, caminando hacia la ventana.

— No me refería a ese amor— dijo Sango— yo nunca he amado a un hombre.
— Un vampiro no cuenta con ese privilegio, del cual los humanos gozan.
— Nosotros no nacimos para amar—dijo Sango mirando hacia los árboles que se encontraban fuera.
— No, es que tú no quieres amar.
— Por favor, esos sentimientos no los necesito.

Miroku se puso junto a ella.

— Entonces que pasa si te digo que yo soy como Sesshomaru, que he perdido la razón por alguien.
— Pues no sé, depende de quién sea la persona.
— Pues esa persona es muy bella y su sonrisa es mi más grande secreto.

Sango lo miro, mientras él hablaba.

— ¿Cómo es eso de que su sonrisa es tu secreto?
— La sonrisa de una bella joven es diferente en cada ocasión, yo he visto unas de sus mejores sonrisas aun cuando los demás no lo han visto, por eso digo que su sonrisa es mi secreto.
—Vaya Miroku has leído demasiado.
—Los libros solo te guían, pero no te dice que es lo que sientes, pero yo sé que es amor.
—Es lo que crees, yo también he leído y créeme eso solo pertenece a las novelas, cuantos y de más, pero aquí es no es así, estamos en la vida real, aquí la magia no existe.
—Nosotros somos seres de esas historias, ¿Cómo explicas eso?, Pero yo sé cómo hacer esa magia real.
—Así ¿Cómo?

Miroku se acercó a ella lentamente hasta estar a un lado de su oído y ahí le susurro.

— Simplemente deja que te bese.

Sango se había quedado rojo, como un tomate, era la primera vez que un hombre la incomodaba y vaya que sí, estaba tan nerviosa, no sabía qué hacer, fue ahí cuando se le ocurrió algo.

— ¿Quién es esa mujer? —había dicho ocultando su nerviosismo.
— Eres tu Sango.

Ahora estaba segura que se trataba de ella, no había equivocación alguna y ella sabía bien, que igual sentía lo mismo. Sé armo de valor y aclaro su voz y hablo.

— ¿Desde cuándo?
— Estabas tan pendiente de Kagome que no te dabas cuenta de mi presencia.
—Eso es muy cierto, he estado pendiente de ella, más que de mí.
— Es hora que te des la oportunidad de hacer realidad tu cuento de hadas.
—Ya está hecho realidad, Soy inmortal y he de vivir por mucho tiempo.

Ambos rieron y se miraron en silencio.

— ¿Y bien, dejaras que haga que la magia sea real?
—Por ahora la magia tendrá que esperar, si mi oído no me falla hay mucho movimiento en la sala principal, mejor vamos antes de que…

Miroku toma la mano de sango colocándola en su rostro.

—Iremos, pero, solo si me contestas algo.
—Está bien.
— ¿Pensaras en mi luego de esto?
—Los que aman han de perder la razón.

Sango sujeto la mano de Miroku y lo miro fijamente.

— Somos dos personas que hemos perdido la razón—dijo sonriéndole.
—Y por fin luego de mucho tiempo, mi secreto fue revelado—dijo refiriéndose a ella.
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Naraku, el cual hacía ya varias horas que había estado buscando a la mujer que lo volvía loco, caminaba por uno de los tantos pasillo, y al doblar hacia uno muy particular, se topó con aquellos ojos azules.

— ¡Kagome!, hacía rato que te estaba buscando, ¿dónde te habías metido?
—Lo siento Naraku, estaba ocupada, ¿Para qué me buscabas?
—Tu padre quiere hablar con todos.
— ¿Para qué?— dijo ella caminando.
—No lo sé, pero me dijo que los reúna en la sala principal—dijo siguiéndola.
—Bien, tomare una ducha y voy.
—Pero no hace unas cuantas horas tomaste una.
—realmente el clima es muy incómodo para mí, así que me voy a bañar te veo ahí.

Dicho eso ella se retiró de ahí sin mirarlo, Naraku bajo la mirada.
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Kagome me había metido a su habitación.

— ¿Qué demonios es lo que me pasa?

Su cuerpo temblaba aun cuando el clima era demasiado caluroso, sentía su cara caliente, se asomó en el espejo y vio que sus mejillas estaban sonrosadas.

— Por un momento, me fui de este mundo, al estar con él, me fui lentamente.

Ahora se deshacía de lo que quedaba de su ropa, ahora estaba completamente desnuda frente al espejo, miro cada centímetro de su cuerpo, tenía chupetones en ambos pechos y en el estómago y ni que decir en su cuello, podía ver claramente los colmillos de él, su cuerpo volvió a temblar, sus piernas le fallaron en un abrir y cerrar de ojos cayó al suelo, se sorprendió de aquella reacción, se levantó lentamente y no quiso mirarse en el espejo.

—Así que aún estás presente, humana.

Dijo entrando a la bañera.

—Tendré que encontrar un modo de que esto se termine por completo.
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Sheryl caminaba hacia la reunión cuando se topó con Sesshomaru.

—Creí que ya estarías ahí.
— ¿En dónde? —dijo sin mirarla.
—Pensé que sabias, hay una junta, al parecer el padre está recuperado y quiere comunicarnos algo.
— ¿Todos has dicho? —dijo caminando.
—Así es—dijo caminando a su lado—También Kagome.

Sesshomaru no mostraría emoción alguna, después de todo ella tampoco lo haría, ese cambio, ya que ambos, Kagome y Sesshomaru, había cambiado.
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Mientras caminaba hacia la sala principal, donde sabía bien que ya todos estaban, pensaba en como deshacerse por completo de la humana, porque aún había algo de ella, algo que no le permitiría seguir.

—Algo debe de haber.

Y con esas palabras vino la puerta, en donde detrás de ella estaba lo que por el momento odiaba más que cualquier cosa en el mundo, Sesshomaru Taisho.
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La mirada de todos los presentes se centró en la chica que entraba a la habitación, todos sentados ante el padre, Kagome busco un lugar libre y lo encontró junto a Naraku, ya sentada el Padre se dispuso hablar.

—Se preguntaran por que los he llamado, pero creo que han de tener una idea.

Nadie se atrevió contestar, ni Kagome.

—Una guerra se iniciara.

Todos se miraron entre sí, Kagome, Kohaku y Kagura sonrieron.

—Mi hijo se ha revelado y automáticamente me ha declarado la guerra, mi trono es para mi hija Midoriko y para nadie más, ya sea que ella decida no tenerlo entonces comenzara la batalla por el.
—Me honras padre, pero creo que tanto mi hermano como mi hermana no estar de acuerdo.
—Me has leído los pensamientos hermana, por supuesto que no estoy de acuerdo en ello—dijo Kohaku mirándola—pero mi hermana Kagome, también podría no participar.
— ¿Por qué estás tan seguro que no participare?

Todos miraron a Kagome, la cual estaba realmente molesta, ya que apretaba sus puños.

—Te dije claramente que yo me uniría a ti, pero te dije que no recibo órdenes de nadie.
— ¿Cómo es que confiaste en él? —dijo Midoriko.
—Querida hermana, yo no confió en ninguno de ustedes dos, crees que soy estúpida.
—No eres nada de eso, pero Kagome, creo que yo sería la mejor para gobernar, hare que todo vuelva a ser como antes.
—Querida hermana tu serias la menos apropiada, según yo sé, no eras de tan buen corazón, incluso tu misma diste la orden para matar a los humanos en contra, y ahora dices que habrá paz entre las dos razas como antes, no me vengas con eso, que no lo cumplirás.
—No miremos el pasado, si no el presente.
—Bien me parece estupendo hermana, así que yo exijo, no mejor dicho les digo que peleare por el trono, yo sé lo que es bueno y no, los humanos deben ser exterminados, y los vampiros deben reinar.

Por más cruel que se escuchara, era la verdad, todos asentaron con la cabeza, los humanos habían reducido la poco libertad que gozaban antiguamente, realmente lo que ella decía era lo más sensato, Midoriko, tal vez mantendría a las dos razas en convivencia y Kohaku, él podría matar tanto humanos como vampiros, de eso estaban seguros, pero Kagome, a pesar de todo, ella venia de una naturaleza humana y bien o mal tendría algo de piedad.
Y las disputas continuaron, nadie estaba de acuerdo, poco apoco aquella reunión se había convertido en una lucha, de haber quién sería el mejor para gobernar, el padre sabía bien que, no podía arriesgarse con Kagome, ella lo mataría en una lucha y también lo haría con sus hermanos, así que tendría que buscar una solución para que ese poder quede algo dormido por así decirlo, solo pedía tiempo, para que encuentre una forma de deshacerse de aquel terrible poder sin tener que matar a su querida hija, por lo que se levantó y todos guardaron silencio.

—Les daré 2 días más para que piense cada uno de ustedes—dijo el padre—Solo dos días, mientras tanto yo esperare aquí y ustedes volverán al mundo de los vivos.
—Padre es que acaso piensas visitar el mundo de los vivos—dijo Midoriko.
—Hace ya 20 años que no veo ese mundo, tengo deseos de volverle a ver.
—Bien—dijo Kagome—Pero te lo repito padre, no descansare hasta verme sentada en tu trono.
—No esperare menos de ti hija, pero pensare un poco más las cosas.
— ¿Qué cosas? —le dijo Kagome.
—Te lo diré a mi llegada, ahora márchense de aquí, y esperen 2 días y una noche, a la segunda noche antes de las 12 llegare ante ustedes.

Sesshomaru fue el primero en levantarse e irse de ahí seguido por Sheryl, Kagome rio divertida, ya que desde el ángulo que miraba la escena, parecía que ella iba detrás de su amo, como un perrito.

— ¿Qué te es gracioso? —Dijo Naraku.
—La forma en que Sheryl sigue a Sesshomaru.
—Eso es gracioso, vamos hay que seguir a Kohaku, ya que él sabe cómo sacarnos de aquí.
—Espero, porque ya no soporto este lugar.
—Le dijiste a tu padre de lo de nosotros.
—Claro que se lo dije.
— ¿Qué es lo que te ha contestado?
—No espere respuesta de él, simplemente le dije que lo haría, pero creo que será mejor esperarnos hasta que él nos diga que pasara y cuantos bandos habrán.
—Está bien.

Kagome camino junto a Naraku y ambos siguieron a su grupo.
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Ya todos estaban reunidos donde hacía ya varios días, habían llegado al limbo.

—Creo que lo mejor sería quedarnos en la mansión de Kohaku—dijo Midoriko.
—Concuerdo contigo hermana, después de todo ahí vivíamos.

El portal fue abierto por Midoriko y uno a uno fueron cruzando el vórtice de luz, ya todos habían cruzado y solo quedaban Midoriko, Sesshomaru y Kagome.

—Yo iré, cuando Kagome cruce el portal se cerrara—dijo Midoriko y acto seguido se adentró al vórtice y desapareció.

Sesshomaru miro a Kagome, ella lo miro.

— ¿A quién te unirás? —dijo Kagome.
—A la persona que se gane mi respeto.

Kagome rio abiertamente, haciendo que Sesshomaru se molestara y la callara colocando sus manos en los suaves labios rojos.

—Espero que te tapes eso—dijo apuntando hacia el cuello de la chica.

Ella se quitó la mano furiosa y le dio una bofetada.

—Tú no tienes poder sobre mí, yo puedo enseñar mi cuerpo a quien quiera.

De nuevo ahí estaba aquel sentimiento que segaba a Sesshomaru, los celos.

—No puedes.

El grito de la poderosa voz de Sesshomaru retumbo por la cabeza de Kagome, la cual se había quedado callada, ¿pero quién se había creído para decirle algo así?, pudo ver como sus ojos tomaban ese color rojo, ella simplemente le dio una sonrisita.

— ¿Y tú sí?
—No me compares, yo soy un hombre.
—Y yo una mujer, además dudo que esa que tienes por prometida te de lo que yo te di.

Sesshomaru la jalo hacia su cuerpo, por la cintura, sujetándola de una forma posesiva, hasta el punto que podía ver como los pechos de la joven eran estrujados contra el suyo.

—No me lo dará, pero no quiero que nadie te toque.
—Tú marca desaparecerá con el tiempo—dijo la joven mirándolo— además, crees que te dejare que me marques de nuevo.
—Lo harás—dijo separándose de ella, no sin antes pasar su caliente lengua por el cuello de la chica, lamiendo específicamente la marca que le había dejado.

Ya separado de ella se introdujo en el vórtice, Kagome realmente estaba molesta, que no se supone que ella era la que dijera eso, ahora era lo contrario, molesta se metió ella también y acto seguido el vórtice desapareció.
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Tanto Sheryl como Naraku estaban algo impacientes, ya que sus parejas no regresaban, comenzaban a perder la paciencia, fue cuando salió Sesshomaru seguido por Kagome.

— ¿Por qué han tardado? —dijo Midoriko.
—Hemos tenida una pequeña discusión, tranquila Sheryl, no fue nada comprometedora.

Sheryl la miraba con odio y Naraku simplemente ignoro el comentario.

—De nuevo la cuidad de los humanos—dijo Kagome a Naraku—Ya extrañaba el frio clima.
— ¿Me dirás la verdadera razón de tu retraso?
—Naraku, yo no tengo por qué darte explicación alguna, confórmate con saber que me casare contigo, bien, así que vamos, tengo hambre.

Naraku no lo pasaría por desapercibido, ahora tendría que cuidarse de Sesshomaru, porque sabía de los deseos que el tenia hacia ella.
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Todos se habían quedado en la mansión de Kohaku, algunos, como Sango y Miroku habían ido a trabajar, al igual que Sheryl, mientras tanto Naraku se encontraba platicando con Kagome en la habitación de él.

— ¿No iras a trabajar? —Le dijo Naraku.
—No, Dominique me dijo que no iré.
— ¿Y que pasara con la modelo Kagome Higurashi?
—El hará una rueda de prensa donde dirá que me retire porque mi salud es delicada.
— ¿Abandonaras tu sueño solo así?
—No es mi sueño, era de la humana y como vez ahora he cambiado, se preguntarían el porqué de mi transformación y comenzarían a sospechar.
—En eso tienes razón, pero ¿qué harás?
—No lo sé, tu trabajas ¿no es así?
—Si lo hago.
—Ahí está, yo no necesito trabajar.
—Verdaderamente extraño a la antigua Kagome.
—Que mal por ti, porque ella ya no aparecerá de eso me encargo yo.
— ¿A qué te refieres?
—A que ya no está más.

Naraku se había sentado en su cama, Kagome lo miraba.

— ¿Por qué no continuamos lo que teníamos pendiente? —dijo Naraku.
— ¿Qué es lo que dejamos pendiente?
—que querías deshacerte de tu frustración.
—Ha eso.

Kagome aceptaría gustosamente, pero recordó que aún estaba la marca de los colmillos de él y también los chupetones, no podía dejar que se peleen a muerte estos dos, no es que se preocupara, si no que aún no era el momento.

—Recuerdo haberte dicho que en la noche de bodas, no comas ansias cariño.

Naraku se había decidido a que ya no se sometería más a la vampiresa por lo que la acorralo en una de las paredes, Kagome lo miraba sorprendida.

— ¿Te has molestado? —dijo ella con una voz inocente.
—No me engañes—dijo molesto—dime la verdad, pude oler en ti, ese día, la esencia de Sesshomaru, ¡Crees que soy idiota!

¿Cómo se lo pudo olvidar ese detalle?, Naraku sí que estaba molesto, no podía quedar ella como la autora de tal acción, por lo que lo miro de nuevo y ahí fue cuando surgió su pequeño plan.

—Debí desértelo, pero él me dijo que no te lo dijera.
— ¿Decirme que Kagome? —dijo tomándola por los hombros.
—Esa vez, el me violo.

Lo había dicho, ¿le creería Naraku?, sabiendo cómo es ahora, ¿Qué haría?, lo miro y para que fuera creíble lloro en sus brazos, abrazando el cuerpo del vampiro, suplico perdón.

— ¿Por qué no me lo dijiste?
—Porque tenía miedo de que tu pensaras que había sido con mi consentimiento, pero mira—dijo alzando su vestido y mostrándole sus piernas, las cuales estaban arañadas, luego se bajó un poco el escote, para mostrar los moretones y chupetones y por ultimo mostro su cuello, Naraku estaba realmente furioso, ese maldito vampiro, había tocado a la que era su mujer, porque lo fue, cuando era humana, y aun le pertenecía. Kagome agradeció, porque la forma en que lo habrían hecho fue tan brusca y sin amor, que en realidad parecía una violación, sonrió mientras sus falsas lágrimas caían en el pecho de Naraku.
—Lo matare, te juro que lo hare.
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Para la desgracia de Kagome, Sesshomaru, por extraño que parezca, no se había asomada por la mansión, según le habían dicho, había ido hacer unos negocios y no llegaría hasta dentro de dos días, Kagome comenzaba a perder la paciencia, quería que aquel enfrentamiento sucediera, aunque no sabía el motivo de su emoción por ver aquella escena, pero sabía muy dentro de ella, que en realidad necesitaba que Sheryl se enterara, para que así ella demostrara, que ella era la única que podía tener al demonio, la única que podía estrujar su corazón a su conveniencia, una sonrisa asomo en sus labios mientras recordaba todo eso.

—Solo es cuestión de esperar.

Esperaría, solo dos días, pero ahora que lo pensaba el padre también estaría ahí, ¿Cómo lo tomarían todos?, probablemente el 40% le creería y el otro 60% no, pero le daba igual, ahora solo quería imaginar la cara de Sheryl, enfurecida y al borde de las lágrimas, eso sí que le divertiría.

—Y mucho, me divertiría mucho y a lo grande.
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Kanna, la cual hacía ya varias semanas que estaba preocupada por Kagome, le había llamado infinidad de veces a su celular y también a la mansión, pero cuando fue a visitar la casa se encontró con que no había nadie, era como si hubiera desaparecido.
De nuevo se iba a buzón la llamada, no pudo dejar un mensaje ya que estaba llena la contestadora, tiro aquel aparato y lo miro resignada, algo le había pasado, de eso no había duda, la cuestión era ¿Qué?

— ¿Dónde estarás Kagome?

Fue interrumpida por el sonido del celular que venía acompañado con el vibrar del suelo, Kanna rápidamente lo agarro y miro la pantalla, sus ojos se iluminaron y contesto.

— ¿bueno?
—Kanna, ¿Dónde estás ahora?
—En mi oficina, ¿Por qué?
—Tú eres la que llamas a la casa, ¿no es así?
—Sí, soy yo, Sesshomaru, estoy preocupada por Kagome.
—No tienes de que preocuparte ella está bien, solo que ahora es muy diferente.
— ¿Qué quieres decir con diferente?
—Pasare por ti más tarde para explicarte como estarán las cosas, probablemente de nuevo vuelva a ver una lucha.
— ¿Por qué dices eso?
—En este lapso han pasado infinidad de cosas.
— ¿Y Kagome? ¿Ella está bien?
—Créeme está bien, ahora te dejo, te iré a buscar en menos de una hora y te lo explicare.

La llamada fue cortada, ahora más que nunca estaba nerviosa, una guerra era algo que no se esperaba y sabía bien que ella ya había despertado y que su dulce Kagome, había desaparecido.

—Sabía que no debía dejarla sola.

Dejo el celular en su escritorio y se levanto y miro hacia la ventana.

—Parece como si aquello que jure olvidar, volviera.

Cerró las cortinas dejando la oficina completamente a oscuras.

—Aunque no podría haber sido capaz de detener al mostro que habita en ella.
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Sesshomaru había guardado el celular en su bolsillo, su limosina doblaba a la derecha, estaba cerca de la oficina de aquella humana, su mirada estaba perdida, y no era para menos, una guerra se aproximaba, y lo más importante, la mujer que ocupaba sus pensamientos era imposible algo complicado de tener, mas no imposibles.

—Hare que me necesites.

Sus colmillos se asomaron por sus labios en señal de risa, disfrutaría la forma en como ella vendría hacia el, pero aun falta, primero tenia que solucionar la boda.

—Cumpliré lo que dije.
—Señor hemos llegado—dijo el conductor.
—Bien, no tardo, quédate aquí.

Sesshomaru salió de la limosina negra y se dispuso a entrar al edificio.
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Kikyo miraba a su amo.

—Señor esta seguro que desea ir a la tierra de los humanos.
—Si Kikyo, tengo deseo de ver como ha cambiado el mundo.
—Mucho, eso se lo puedo asegurar.
—Esta decidido.
—Otra cosa mi señor.
— ¿Qué pasa ahora?
— ¿Esta seguro de la decisión que ha tomado para Kagome?
—Así es, muy seguro.
—Pero ella no querrá.
—Por desgracia para ella, esto es lo mejor.
—Pero ¿cree que funciones?
—Es nuestra ultima esperanza Kikyo, así que pensemos que si.

Kikyo lo miro con algo de pena en los ojos, sabia que era lo mejor. Lo siguió y miro el portal que se encontraba frente a ellos, el le extendió la mano.

—Vamos querida—dijo con una sonrisa.

Las mejillas de Kikyo se tornaron rojas, acepto el gesto y entro en el portal, y ambos desaparecieron.
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Naraku miraba a Kagome, la cual se encontraba peinándose, delineo con su mirada el cuerpo de la chica.

— ¿Qué es lo que te causa tanta gracia?
—Lo bella que te has puesto.
—Esto es para ti—dijo levantándose y caminando hacia el.

Y ahí estaba la primera mentira de ella, puesto que no se había arreglado para el, si no para otra persona
—Ya han pasado los tres días, así que cuando vea a ese desgraciado lo matare.

Kagome sonrió ante el.

—Has lo que tengas que hacer amor mío.

Antes de salir de la habitación se dieron un beso fugaz.
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Kanna realmente no entendía por que estaba en esa horrible y lúgubre mansión, no era donde vivía Sesshomaru, y hablando de este, aquel día que fue por ella no dijo ni una palabra, ni siquiera se digno a contestar a sus preguntas por lo que decidió que no preguntaría, solo le había dicho que se quedara en la habitación y que no saliera, pero realmente estaba a aburrida, así que no lo pensó dos veces y salió, realmente era muy desagradable estar ahí, miro cada rincón y no pude evitar mirar las telarañas y de mas, pero al oír voces se quedo paralizada, y fue ahí cuando recordó que le dijo el vampiro, que en aquella mansión solo habitaban vampiros.
No pudo moverse, y aquellas voces se estaban acercando mas y mas, los nervios se estaban presentando, pero al ver de quien se trataba se quedo muda, realmente era ella, no pudo quedarse con las ganas y pronuncio su nombre.

—Kagome.
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Pudo escuchar su nombre, y miro hacia la persona que la llamaba, se quedo quieta, era una humana, ¿pero que demonios estaba haciendo aquí?, ¿Cómo es que entro?, camino hacia ella y la tomo por el cuello.

— ¿Cómo es que entraste aquí y por que sabes mi nombre?

Kanna se había quedado estática, esta era Kagome, esta mujer, con una belleza extraña, era ella, no pudo hablar ya que la estaba comenzando a ahorcar.

—Kagome suéltala es Kanna.

Ella aparto sus manos del cuello de la mujer y miro a su acompañante.

— ¿Quién es Kanna?
—Ella era tu representante cuando comenzaste a modelar, cuando eras humana.

Kagome la miro con superioridad.

—Realmente no me acuerdo, vamos falta poco para las doce.

Ella camino y se perdió por una de las puertas, Kanna miro a Naraku.

—Se lo que dirás, pero por ahora no te lo puedo explicar, por cierto, ¿Cómo es que entraste?, desde hace ya dos días pude detectarte, ese demonio plateado ¿fue el que te trajo?
—Así es.
—Vamos, luego te explicare.
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Sabia bien que Naraku se había quedado con la humana, realmente no le importaba ella, ni mucho menos el, camino hasta que encontró a la persona que realmente le interesaba ver esa noche, sus labios se curvearon en una bella sonrisa y se dispuso a caminar.
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Había salido del cuarto donde se supone que debía estar, pero no la encontró.

—Solo espero que no se hayan comido.
— ¿A si que tu trajiste a esa humana?

Voltio al instante y se quedo sorprendido, ella realmente estaba mas que hermosa, tenia el cabello en una trenza, la cual caía por su hombro derecho, un vestido hasta las rodillas en colores vistosos con pequeños adornos en forma de diamantes, sus sandalias doradas destacaban y también el provocativo escote, en el cual se podría apreciar el comienzo de sus dotados pechos.

—te he hecho una pregunta.
—Yo la traje por órdenes de Kohaku.
—Ese, bueno pues no te preocupes por la humana al parecer Naraku la conoce así que la llevara, ahora me voy.
—Te acompañare.
—Y tu futura esposa ¿Dónde esta?
—Ella ya esta ahí.
—Bien, pues mejor vas, no necesito de tu compañía.

Dicho eso camino en silencio hasta llegar a la parte central del jardín, pudo sentir la mirada penetrante de Sheryl, a lo cual sonrió, camino hacia donde estaba Sango y Koga. Fue cuando vieron el portal, todos quedaron en silencio, de el salió Kikyo y el padre.

— ¿Todos están? —le pregunto a Kikyo.
—No, falta Sesshomaru, Naraku y también Kohaku.

Kagome sabia que cuando ambos se miraran se enfrentarían, y sabía que el amor que sentía Naraku hacia ella lo segaría. Naraku apareció por un pasillo y Sesshomaru por el otro, Kagome no expreso ninguna emoción.

— ¡A TI TE ESTABA BUSCANDO GRANDISIMO IDIOTA!

Todos había mirado a Naraku con duda, Sesshomaru lo miraba con indiferencia.

— ¡NO FINJAS DEMENCIA, SE MUY BIEN LO QUE HICISTE!
—¿A que te refieres? —dijo tranquilamente.
— ¡TU ABUSASTE DE KAGOME!

Todos miraron a Kagome con sorpresa, mientras esta ya había preparado su cara de preocupación, lista para qué a continuación las lágrimas brotaran.
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Sheryl había corrido hacia donde se encontraba Sesshomaru.

—Es un error Naraku, el no la tocaría.
— ¿Y si lo hice que, Naraku?

Los ojos de Sheryl se llenaban de lágrimas, Kagome estaba siendo abrazada por Sango la cual miraba con odio a Sesshomaru.

—No tienes vergüenza, maldito bastardo.
—El bastardo eres tu—había dicho Sesshomaru—el cual no sabe aprovechar lo que tiene, y pues como no lo hiciste tu, tuve que ser yo.

Midoriko tuve que socorrer a Sheryl la cual se encontraba en shock, el padre había escuchado todo y simplemente sonrió, antes de que Naraku y Sesshomaru se dieran cuanta el se encontraba en medio de los dos.

—Déjense de estupideces los dos—dijo el padre mirándolos—sea lo que sea que haya pasado, mi hija no se quedara con ninguno de ustedes dos.

Ambos lo miraron.

— ¿Por qué dices eso padre? —Dijo Kagome.
—Por que he decidido con quien te casaras.

Todos lo miraron, Kagome lo miraba con sorpresa, si no era Naraku, ni Sesshomaru, ¿entonces quien era?

—Creo que lo mejor seria que te casaras con…
—Migo…

Miraron hacia la vos que provenía de la entrada, Kagome miro a la figura con sorpresa.

—…hermanita.

El padre sabia muy bien que si ella paleaba por su cuenta ganaría, por el poder que la condenaba, pero era sabido muy bien que ese poder disminuiría con la unión en matrimonio y aun mas con la concepción de hijos, era por eso que Kohaku era el indicado para ella, ya que uno de sus poderes era debilitar a sus enemigos, y podría hacerlo con ella, no del todo, pero por lo menos seria un amenaza menor.

Continuara…