—Gracias!— exclame a lo lejos mientras seguia buscando, un Pidgeotto paso volando pero tampoco era lo que buscaba.
—Bien... normalmente los Tauros siempre viajan en manadas asi que deberia de haber una manada corriendo por aqui...— me dije a mi mismo pensando, pero solo pasaba el mismo Pidgeotto sobre mi cabeza.
—Nada por aqui y nada por alla... vamos donde estas Tauros? o tu Nidorino?— me dije en los pensamientos buscando con la vista.
Me limité a sonreir y continué con la búsqueda. De un momento a otro una manada de Tauros apareció de la nada y uno de ellos empezó a perseguirme. Yo, divertida, empecé a correr con el pokémon detrás hasta que llegué donde Brendan. --¡Aquí hay uno, Brendan! --reí.
Observe junto a Liza pasar una manada de Tauros, me apresure a llegar con ella y lance una pokebola capturando asi uno de ellos. —Excelente! un Tauros!— grite sonriente pues este pokemon lo habia querido desde hace tiempo, se rumuraba de su extraña mega evolucion y queria averiguarlo.
Al haberlo capturado, me tiré al suelo agotada, y sonreí mientras respiraba con dificultad. —Uno ya...falta el otro...
Slakoth empezó a moverse un poco, podía notarlo desde mis brazos, pero empezó a parecerme raro. Saltó de mis brazos y empezó a correr hasta que una luz blanca lo envolvió y de un momento a otro tenía un Vigoroth hiperactivo ante mis ojos. —Ehm...¿hola? —al pokémon no se que le picó de repente pero empezó a perseguirme con muy malas pulgas.
—¡Waaaaa! —grité mientras corría por toda la pradera pero el Vigoroth empezaba a pisarme los talones.
—¡Waaaaa! —grité mientras corría por toda la pradera pero el Vigoroth empezaba a pisarme los talones. Un tiroge se cruzó por donde yo estaba pero salió disparado preso del miedo al vernos en esa situación.
—¡Quitaos del medio! —grité al ver a Rojo en medio del camino y lo salté para seguir escapando de mi recién evolucionado pokémon.
De un momento a otro el pokémon me alcanzó, haciéndome caer y rodar por la pradera. Una nidorina pasó por allí y se marchó igual.
Levanté la cabeza totalmente mareada al notar que ya no rodaba pero Vigoroth me miraba fijamente mientras se acercaba donde yo. Daba miedo verlo así. —O-Oye...que yo soy tu entrenadora...no seas así anda...—le dije para hacerlo entrar en razón pero se abalanzó donde yo hasta tirárseme encima. Un Wormadan se rió al pasar por allí y siguió su trayectoria, divertido.
Al fin se detuvo de rodar por la colina, le pedí a Wartortle que distrajera a Vigoroth para ayudar a la pobre chica
Vigoroth saltó de donde yo estaba hacia Wartortle y empezó a luchar contra él. ¿Pero a éste que le ha dado? —Puedo sola con esto, Rojo. —dije para levantarme del todo y acercarme a separar a los pokémon. Linoone se quedó mirando la escenita oculto, para no meterse en problemas, y desapareció entre la hierba alta.