Pradera Arte

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Yo quiero poner un OST también :D (?

Oía un sonido lejano. Pisadas fuertes, corridas, gritos, parecía que lugar se había vuelto muy salvaje y enérgico... como si la mismísima pradera se hubiese transformado en un campo de batalla. Pero apenas si lo oía... se escuchaba como ruido de fondo, como la estática de un televisor que no funcionaba.

Me había alejado del grupo, inicialmente con la excusa de expandir la búsqueda del Machoke salvaje, en compañía de mi Alakazam. Me alejé con pasos certeros hasta que la extensa llanura y su espeso follaje me ocultaron de la vista. Y en ese momento, sólo cuando estuve segura de que ningún par de ojos curiosos me observaban, caí de rodillas en el suelo. Me apoyé con ambas manos sobre el césped para no caer de cara al suelo, y tosí con fuerza durante unos pocos minutos.

Un hilo de sustancia color rojo carmesí manchó la verde hierba de la pradera.

Me limpié los labios con la manga de mi chaqueta. No, aún no, no podía... aún había mucho que debía hacer, no tenía tiempo para...

—Regresa, Alakazam —ordené en cuanto logré recobrar el habla, y el pokémon fue rápidamente regresado a su esférico.

Guardé la pokebola en mi bolso. Cuando lo hice, noté mi Holomisor. Tenía un mensaje nuevo... y luego de sacar la pokebola que necesitaba, tomé el aparato con una temblorosa mano y reproduje el mensaje recibido.

"Effy" la voz era inconfundible. Mi hermana... y se la oía preocupada, como ya me imaginaba yo. "Entiendo como te sientes, pero... tienes que regresar a casa. Te lo imploro. Entiendo que te fueras, pero creo que no estás comprendiendo la situación en la que estás. Tú estás-"

—Tsk —apagué el Holomisor sin terminar de escuchar lo que decía. No había necedidad de ello; ya sabía lo que diría a continuación—. Blissey. Sal y usa Deseo.

La pokémon tipo normal emergió con su usual sonrisa del interior de su esférico. Sin inmutarse ante el aspecto de su entrenadora en aquel instante, juntó ambas manitos y un brillo pronto emergió del pokémon. El brillo me envolvió y pronto mi energía vital volvió poco a poco. Me puse de pie con cautela. Sabía que era una solución temporal, como poner un parche en la rueda de un automóvil, pero era la única que tenía.

—¡Ah! —no pude evitar una pequeña exclamación de sorpresa cuando Blissey me tomó en sus brazos en un cálido abrazo. Sonreí; la pokémon haría lo que fuera por hacerme sentir mejor... su lealtad, la lealtad de mis pokémon... era el amor más incondicional y más puro con el que podía contar en este momento—. Gracias, Blissey, de verdad eres una gran ayuda... ahora regresa y descansa un poco, ¿sí?

Regresé a Blissey a su pokebola por el momento. Con energías renovadas, me aventuré una vez más a la pradera, para buscar al grupo con el que había llegado allí. Definitivamente... vería esta aventura pokémon hasta el final...

... sin impotar el costo.

 

Toda Galeia estaba temblando. En las distintas ciudades, los terremotos causaron el pánico de los habitantes, que corrieron buscando ayuda. En las rutas, extrañas criaturas negruzcas, con rostro de niña pequeña, comenzaron a atacar a los pokémon, ahuyentando a entrenadores, que huían despavoridos por los extraños seres que les atacaban sin previo aviso, extraños, amorfos, atemorizantes.

Pero fue allí, en la Pradera Arte, donde el foco del temblor parecía estar sucediéndose. Lentamente, el suelo de la pradera se resquebrajó, y una estructura comenzó a alzarse, al tiempo que el cielo se nublaba alrededor de toda Galeia. Tres extraños edificios, similares a templos, se alzaron desde la tierra, flotando en lo alto de la pradera, en mitad del cielo. Y, tras eso, un enorme orbe de energía ascendió también, colocándose en lo más alto del cielo. Los "templos", entonces, emitieron una fuerte luz en dirección al orbe de energía, que en seguida pareció empezar a recubrirse de una suerte de muros... y quedó así, flotando en el aire, aquella tétrica estructura, conectada entre sí por escaleras.

Irvine había llegado hasta allí, sobrevolando en su Dragonite, y bajó en seguida, cayendo en la base de una de las escaleras. Beta, Delta y Sigma estaban tras él.

—I-Irvine, ¿qué está pasando...? —preguntó Rhyme, Lambda, aturdida.

—... ahora, yo soy el jefe. Haced lo que se os ha mandado. ¿Habéis activado el clonador?

—Sí... yo lo hice —reconoció Ryu—. ¿Para qué querría tantos clones de esas cosas...?

Entonces, con rostro casi carente de vida, Irvine miró hacia abajo. Un enjambre de criaturas oscuras pululaba por la Pradera... muchas lograban llegar hasta allí, subiendo por las distitnas escaleras, trepando por la zona. Algunas, incluso, pasaron junto a ellos, asustando a los comandantes. Sin embargo... nada más ver a Irvine, no le dañaron, sino que pasaron de largo.

Irvine sonrió.

—... no dejes que se acerquen, hermanita.

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H-Había que hacer algo... ¡tenían que llegar hasta aquel extraño edificio, como sea!

No estaba muy claro qué estaba pasando, pero algo era seguro...

... el mundo estaba en peligro.


¡Todo el mundo debe dirigirse a la Pradera! Necesitamos que completéis una pequeña "pseudo mazmorra" aquí, ¡rápido!
El final... ha comenzado.


10 Posts para alcanzar la estructura.
Dado de 10 caras:
1- Nada
2- Aberraciones
3- Nada
4- Aberraciones
5- Aberraciones
6- Nada
7- Nada
8- Nada
9- Aberraciones
10- Aberraciones

 

Talía Wells~ [1/10]

Observé con preocupación cómo Nikolah se levantaba con quejidos, y temí que ante tal caída se hubiese roto algún hueso. ¿Qué íbamos a hacer si eso sucedía?

Pero de pronto sentí cómo sus brazos me levantaba, abrazándome, y un gran alivio me recorrió de pies a cabeza al verlo sonreír. Al sentir el cálido contacto me aferré con fuerza a él, y en mi mente yo también le agradecía por muchas cosas, feliz de haberlo conocido.

“Bueno, no podemos pasar todo el día tirados llorando, ¿eh? Tenemos cosas que hacer. Todavía hay mucha gente a la que ayudar. Hablando de eso..”

Vi con sorpresa y preocupación cómo Nikolah subía de nuevo al árbol, queriendo coger el trozo de tela rasgado que quedó allí, y claramente no fue una buena idea ya que nuevamente cayó al suelo.

—¡Nikolah! ¿¡Estás bien!? Ya te caíste dos veces, madre mía… —Pero pude apreciar con una pequeña sonrisa que, otra vez, se encontraba bien, probablemente con algo de dolor por el golpe y ya—. ¡Debes de tener los huesos como hierro!

Y me puse a reír con él. El ambiente se había relajado bastante. Mi pecho sentía emoción y ciertos nervios, pues aún las sensaciones de momentos atrás se mezclaban con la felicidad que sentía en aquel momento. Y me quedé observándolo alejarse mientras enumeraba todas las cosas que teníamos que hacer. La sonrisa que tenía en mi rostro se agrandó, contenta de ver a Nikolah de siempre de nuevo.

“¡Vamos! Tenemos que hacer feliz a mucha gente, y no podemos hacer eso si nos quedamos tirados en ese bosquecito. ¡Hay que seguir con nuestra aventura!”

Ante tales palabras corrí hacia él riendome, sintiendo como la felicidad del momento me invadía por completo, y como siempre me monté a su espalda.

—Nikolah… eres el mejor— susurré.

Acaricié su suave cabello en cuanto me cargó encima de él como siempre, dándole a entender que podíamos continuar nuestra búsqueda ahora que todas nuestras emociones se habían calmado.

Mientras caminábamos se podía apreciar el bonito día que hacía con el sol brillando en lo más alto, siendo acompañado por alguna que otra pequeña nube. Un montón de pokémon distintos paseaban con tranquilidad o jugueteaban entre ellos, y observé cómo mis compañeros también se unían, correteando por todas partes. Se atacaban entre ellos y se perseguían los unos a los otros, y esa escena me parecía tranquilizadora de alguna forma. Me gustaba que se divirtiesen.

No como nosotros… aburridos ya de buscar al Machoke que no aparecía otro día más.

—Hey… quizá no hay Machokes en este lugar, ¿nos equivocamos al venir aquí?

Seguí buscando desde la altura en la que me encontraba, manteniendo a su vez un ojo en mis compañeros por si acaso. Y fue ahí cuando, sorprendida, vi que Maquia empezaba a emanar de su propio cuerpo una brillante luz. Confundida y extrañada, le pedí a Nikolah que me bajase y me acerqué hasta ella, encontrándome con una Maquia diferente al llegar hasta ella.

—Oh, uh… —Acaricié su cabeza, apreciando que ahora ya no debía agacharme para ello, y le sonreí con ternura abrazándola a mí—. ¡Qué bien, acabas de evolucionar, estoy orgullosa!

Contenido oculto: idk pero suena bien dont kill me(?)

Y aunque aquel supuestamente debía ser un momento bonito... mi corazón dio un gran vuelco al sentir cómo de repente el suelo temblaba violentamente bajo mis pies y caí al suelo de golpe al perder el equilibrio. Sentí una punzada de dolor en mi muñeca y en mis rodillas, y levanté mi cabeza para buscar dónde se encontraban Nikolah y mis pokémon preocupada y atemorizada. Maquia aún estaba a mi lado, y parecía que también había caído al suelo a causa del repentino terremoto. Quise alcanzar a mis otros compañeros, que estaban tan confusos y asustados como yo, pero no podía levantarme por más que lo intentase. Saqué una pokeball y no lo dudé ni dos veces para meter a Bayleef dentro de ella, y armándome de valor empecé a gatear por la hierba, sintiendo un leve escozor en mis rodillas. Alcancé primero a Pancham y Espeon, con Beldum flotando en la cercanía, y los abracé a mí queriendo tranquilizarlos un poco, para momentos después guardarlos también en sus esféricos. Por último… quedaba llegar a hasta Espeon, que parecía muy inquieta.

Pero mi trayecto se vio interrumpido por un ruido todavía más fuerte, y observé con gran horror cómo el suelo se empezaba a partir en dos, y de este empezaba a salir con lentitud una estructura que finalizó flotando en el cielo, que se había cubierto en un segundo de oscuras nubes.

—¿Qu-qué está pasando…? ¿Qué es todo esto?

Me levanté con rapidez al haber cesado el temblor y cogí a Chise en mis brazos para volver cuanto antes hacia donde estaba Nikolah, pero me paré en seco antes de siquiera comenzar a correr. Con un gran temor invadiendo todo mi cuerpo vi extrañas criaturas rondar por la pradera, acercándose indudablemente a nosotros, y escalofríos recorrieron mi cuerpo mientras trataba de alcanzar lo más deprisa posible a Nikolah, tropezando continuamente.

—¡Ni-Ni-Nikolah!— Exclamé llegando a su lado, pegándome a él mientras temblaba sin parar—. ¿Qué son esas co-cosas? ¡Huyamos!

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el cambio tan repentino de la felicidad y tranquilidad al horror puro help me
also please que no me toque aberración *prays*

 

Hubert

—¿Qué… es eso? —musité.

Cuando distinguí a lo lejos la Pradera, pude ver cómo el suelo se abría. No hubiera sido nada fuera de lo común dada la magnitud del terremoto que sacudía la región, pero no pude salir de mi estupor cuando vi cómo de las profundidades surgían tres extraños edificios, seguidos por una gran esfera de luz a la que parecieron conectarse… ¿El Núcleo?

Apenas sí pude recuperarme de la impresión para ver algo a lo lejos. Irvine.

—¡Por allá, Reshiram! ¡Acércate, por favor!

El dragón, inquieto por la situación, dejó escapar un sonoro rugido y voló a toda velocidad hasta la ubicación de Irvine. Pero en el camino fuimos interceptados por clones voladores, que nos cortaron el paso con ferocidad. No nos quedó más remedio que aterrizar en el terreno mismo de la Pradera, al ser una ubicación más segura. La presencia de aquellas aberraciones con la cara de Melissa no ayudaba a mejorar la situación. Miré hacia el frente, con el ceño fruncido, pensativo. Luego me giré hacia Reshiram, que me observaba con sus penetrantes ojos azules.

—Quédate cerca —pedí—. Esto va a ser difícil. Porque no sabemos a qué nos enfrentamos. Pero debemos alcanzar esas escaleras.

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Ian Lockhart

Tras derrotar a Gamma, ésta se mostró enormemente aliviada. Sí, estaba claro que no deseaba seguir con su plan, pero entonces, ¿Quién era el que sí?

Karina nos guío por un pasillo lleno feos seres, clones de la hermana de Irvine, tal y como sospechaba. Sí, físicamente eran horribles, pero al fin y al cabo, ¿Seguían siendo una niña, no?

Cuando llegamos al altar, se me heló el cuerpo; no solo por la baja temperatura, si no por ver el cuerpo a la mitad de aquella niña. Tenía, además, un mal presentimiento.

Y cuando lo vi allí, al principio de las escaleras, lo entendí todo.

...

—Probablemente ya esté muerta —me dije en voz baja, volando en Salamence a toda velocidad. Aunque era la ex-campeona, aquella situación era demasiado incluso para ella.

Y, pese a que había sido nuestra enemiga todo este tiempo, no podía evitar preocuparme por ella. Pero no podía regresar, no sabiendo que Irvine está allí afuera, a punto de causar el fin del mundo.

Pronto divisé tres personas más que estaban allí, en guardia contra las criaturas que los Gamma habían creado. De un silbido, Salamence aterrizó al lado suyo.

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Nikolah Cruz

Todo había ocurrido demasiado de repente. En unos segundos, el panorama había pasado de ser una agradable estancia disfrutando de la compañía de pokémon salvajes mientras los nuestros jugaban (y evolucionaban, al parecer, como demostraron Fay y Chimuelo, aparte de la Chikorita de Talía) a la de un paisaje post-apocalíptico. Enormes grietas y estructuras surgieron de la tierra, junto con criaturas de pesadilla, todas ellas con el rostro de una niña en eterna expresión de dolor. Debía estar soñando, esto no podía estar ocurriendo. Pero el contacto con Talía me dijo que nada de eso era un sueño. Todo era real. La Pradera se estaba yendo al garete. Y yo todavía sin un Machoke.

Mi primer impulso fue huir, tal como decía Talía. Digo, obviamente estábamos en terreno peligroso, con la tierra agrietándose y criaturas horribles e imposibles de describir nos rodeaban. Sin embargo, algo hizo mi cambiar mi parecer. En el cielo, de pronto, apareció una figura que conocía débilmente. Era un pokémon que había conocido cuando este era pequeño, y ahora debía tener una envergadura de al menos dos metros. Noivern llegó volando, ahuyentando a las criaturas que estaban cerca. Me miró de manera significativa. Me acerqué lentamente, y pude notar que llevaba un morral colgado. Lo examiné, y pude ver que dentro estaba lleno de pokéballs, dinero, y una nota.

Arrugué el papel, después de leerlo. Tomé las pokéball que había en el morral, guardé a Noivern en su esférico, y tomé la de Arcanine. Ya habría tiempo para presentaciones luego. Me agaché para estar a la altura de Talía, mientras la tomaba por los hombros.

— Tali, lo que voy a decir va a sonar suicida. Pero tenemos que ir. O al menos yo. Al parecer, Galeia se irá al garete si no detenemos lo que sea que fuera esa cosa que surgió de la tierra. Y entiendo si tienes miedo y no quieres ir. Pero yo debo hacerlo. No quiero que todo se acabe. Todavía me tengo que disculpar, y tenemos que tener muchas más aventuras todavía, ¿eh? La Compañía de Detectives debe continuar. Todavía hay cosas por hacer.

A pesar del miedo que la embargaba, Talía logró asentir tímidamente. Yo le sonreí y le arremoliné el cabello.

— Tranquila, sé que todo va a salir bien.

Dicho eso, saqué a Pupper, y me monté sobre él, poniendo a Talía al frente mío, y tomando a Elisa (la pobre debió haber quedado paralizada del susto, pues no decía nada), la subí rápidamente a lomos del Arcanine.

>> Muy bien, Pupper. Tenemos cosas que hacer. ¡A toda velocidad hacia esas torres!

Pupper rugió, haciendo que las abominaciones que nos rodeaban se alejaran, dejando una vía libre para arremeter contra nuestro objetivo. En el camino, maldecí al recordar algo, y comencé a sacar todos los pedazos de tela que tenía y a romper ropa vieja, mientras buscaba aguja e hilo. Tomé las partes restantes de la manta de Liza, y me puse a coser. Malditos hijos de fruta, se les venía a ocurrir querer acabar con el mundo como lo conocemos cuando todavía tengo tareas pendientes. Nada iba a evitar que pudiera disculparme como era debido.

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Descontento con el post, pero ya había tenido demasiadas interrupciones, y quería terminarlo de una vez (???

 

Liza White

El viento acariciando mi rostro y el cielo azul por el que nos encontrábamos atravesando hacía de aquel un viaje pacífico y refrescante. Montada a lomos de mi Dragonite azul, con la compañía del hada maternal disfrutando del paseo aéreo a nuestro lado, nada podía ser mejor. Ahora que todo había terminado, volver a disfrutar de las vistas que nos ofrecía Galeia se sentía nostálgico y a su vez, me revitalizaba. Como si a pesar del tiempo que esté fuera, nada cambiaría nunca.

Habíamos decidido, tras despedirnos de los chicos en ciudad Vijijini, tomarnos unas merecidas vacaciones en nuestra región original, permitiendo a los pokémon de Udan una visita turística al completo. ¿Y qué mejor forma que durante el trayecto para recuperar a mi equipo en el laboratorio del profesor Abeto? Dragonite parecía feliz contemplando la región desde las alturas, y parecía que Togekiss y ella se habían llevado bien. Me permití recostarme sobre su lomo, dándonos un tiempo para estirar las alas y disfrutar de las vistas, y en ese entonces asimilé todo lo que había sucedido hasta entonces.

Jamás cambiaría mi viaje por Udan por nada en el mundo. Había conocido personas maravillosas, había crecido como persona, y había superado grandes retos formando un nuevo equipo desde cero. Casi se había sentido como un reinicio de mi aventura pokémon hacía ya varios años en Galeia, pero la ilusión nunca se olvidaba. Y a pesar de habernos enfrentado a científicos locos, a un hombre con complejo de dios y a UltraNecrozma, incluso de haber viajado por el ultraespacio... Todo había salido bien. Porque nuestra determinación era grande, y no estábamos solos. Todavía sentía mis ojos aguados por la emotiva despedida temporal con los campeones y la pequeña Furaha, a quien no dudé en abrazar aliviada de verla sana y salva, y feliz de nuevo con su hermana. Les pedí que se cuidasen mucho, y que cualquier cosa que necesitasen, estaríamos allí. Pero sobre todo, le pedí que la próxima vez que nos viésemos, Nyota y yo nos enfrentásemos en un combate. Ansiaba descubrir el equipo del que tanto me habían hablado, y aquella joven, quien se había convertido casi en un referente para mí, seguiría aguardando en la isla para cuando aquel día llegase.

Abracé la mochila que tenía entre mis brazos, contemplando las pequeñas nubes que disipábamos a nuestro paso. Incluso me había dado tiempo a pararme en ciudad Lienzo a comprar dos sanguches, recordando a cierta persona que tenía ganas de ver. No podía decir que no me molestase recordar aquello, pero no podía estar eternamente enfadada, y le había prometido que la próxima vez que nos viésemos le traería lo que se merecía. Por eso, quizás, le había pedido a Togekiss que nos enviase a la pradera arte.

Pero mi descanso momentáneo se detuvo abruptamente cuando, a escasos metros de sobrevolar la pradera, esta comenzó a agitarse violentamente, rompiéndose el suelo en mil pedazos ante nuestros ojos. Aterrorizada, me sujeté con fuerza de Dragonite, pidiendo que se mantuviesen apartados mientras tres torres extrañas unidas a una esfera surgían del interior de la pradera, y ascendían hacia el cielo. Sobrecogida por la situación, no me percaté de la llegada de cientos de criaturas sacadas de mis peores pesadillas, que comenzaron a atacar a mis pokémon e impidiendo así el paso. Tuvimos que aterrizar forzosamente, sin comprender cual era la amenaza, en las zonas que se había salvado del suelo de la pradera.

—¿¡Estais bien, chicas!? —exclamé, asegurándome de que no hubiesen sufrido daño alguno. Ambas asintieron, alertas, sin quitarle la mirada a aquellas criaturas deformes que se deslizaban de todas las formas posibles por todo el lugar, con rostros desfigurados de lo que parecía ser una niña pequeña aterrorizada. Fue ahí donde comprendí que Galeia estaba pasando por la peor situación que pudiese haberse enfrentado antes. Y el mundo entero parecía temblar a su paso. Tomé una bocanada de aire, tranquilizando los latidos de mi corazón sin demasiado éxito, y puse mi atención en las torres que se alzaban en el cielo—. Está claro que todo esto tiene que ver con esas torres, pero por esta zona es imposible llegar volando. Mantengámosnos juntas, ¿sí? Esas cosas parecen peligrosas.

Así, subida sobre Dragonite, ambas comenzaron a planear cerca del suelo, cubriéndose la retaguardia. Las vacaciones tendrían que esperar, la región de Galeia estaba en juego.

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Talía Wells~ [2/10]

Seguía pegada a Nikolah, todavía sujetando con fuerza a Chise entre mis brazos, temblando sin parar mientras observaba a las criaturas acercarse cada vez más y más. Dirigí entonces mi mirada a mi Espeon, esperando que Nikolah me diese una respuesta o hiciese algo, teniendo todos mis sentidos en alerta.

Apareció entonces un pokémon extrañamente familiar del cielo y se aproximó a nosotros, llevando algo con él. Nikolah se encargó de leer lo que fuese que llevase, mientras yo seguía atenta a los movimientos de los… ¿monstruos? Sí, monstruos. ¿Los monstruos existían? Esas cosas me lo afirmaban. No había otra forma de poder nombrarlos.

Nikolah se agachó frente a mí, y las palabras que pronunció fueron las que menos me esperaba oír. Ir hasta aquella estructura rara, teniendo un montón de seres extraños y aterradores por en medio, era en verdad una idea suicida.

Arrugué levemente mi ceño, pero sabía que estaba en lo cierto. Pero, ¿podríamos nosotros hacer algo? Ni siquiera sabíamos… o al menos yo no sabía qué estaba sucediendo. Y aún así asentí, decidida a cometer aquel plan suicida juntios. ¡La Compañía de Detectives también se iba a encargar de estos monstruos!

—¡Todo estará bien, sí!—Secundé su frase, tratando de sacar un poco de valor para lo que se avecinaba. Era algo aterrador, sí, pero no estábamos solos.

En cuanto Nikolah me subió al Arcanine aprecié cómo rostros familiares estaban llegando a la Pradera, y parecía que tenían en mente nuestro mismo plan, el llegar a esas torres. Y eso me dio más confianza y más seguridad, me daba a entender que tal vez estábamos haciendo lo correcto y que todo en verdad estará bien.

Pero esta vez desvié mi mirada a nuestro lado, observando con cierta sorpresa cómo aterrizaba aquel chico, Ian, cerca de nosotros. Y antes de poder saludarlo o decirle algo, Pupper ya había comenzado a correr, quedándome algo cortada.

Sentí cómo Nikolah se movía sin parar detrás de mí, y me giré curiosa para encontrarme con una extraña escena que realmente no cuadraba con lo que actualmente estaba sucediendo a nuestro alrededor. Nikolah se había puesto a coser.

—¿Por qué estás cosiendo ahora? ¡Vas a pinch-!

Arcanine de un momento a otro paró de correr y comenzó a gruñir, y al observar al frente una de esas criaturas estaba delante de nosotros. Un gran escalofrío me recorrió la espalda y contuve la respiración. Eran realmente monstruos. Eran… eran monstruos muy aterradores. ¿Sería capaz yo de hacer esto? No podía ni mantener mi mirada en ellos por más de un minuto.

Sentí angustia cuando Nikolah bajó de repente de Arcanine y le dijo que siguiéramos sin él, que se encargaría de aquel gran bicho deforme él solo. ¡Y yo no estaba de acuerdo con eso, éramos un equipo y debíamos ayudarnos! Pero no pude hacer nada, pues Pupper empezó a correr nuevamente y no hacía caso a mis peticiones de volver con Nikolah.

Sentí cómo las lágrimas anegaban mis ojos. Cogí con fuerza a Elisa y, por más que no lo aceptaba, seguí recorriendo la pradera a lomos de Arcanine, que evitaba como podía aquellas criaturas.

Traté como pude de encontrar algún lugar seguro, pero en la búsqueda pude divisar en las cercanías cómo alguien, otra vez, descendía a la pradera. Y esta vez era alguien mucho más familiar.

—¡Pupper, por favor, llévame con esa muchacha de allí!— le supliqué, esperando que esta vez sí me hiciese caso. ¡Y tuve éxito en ello!

Nada más llegar al lado de Liza corrí a lanzarme a sus brazos, llorando. El verla de nuevo me aliviaba ya que había desaparecido de la nada la última vez. Pero me sentía tan frustrada y preocupada por Nikolah, temía que le ocurriese algo malo.

—Lizzie… ¿sabes qué está ocurriendo?—Sorbí por la nariz, levantando la cabeza para mirarla—. Nikolah… ¡está solo luchando contra una de esas extrañas criaturas!

 

Lucas Diamond

Todo pasó a una velocidad sorprendente. Emily lanzó su ball al Necrozma original, tras haber activado yo el efecto del ultranecrostal. Así que... ¿Todo había acabado?

Nyota acudió a ayudar a Furaha, pudiendo por fin darle un descanso a su equipo, y juntos todos regresamos por fin a Udan, a petición de Eoppiol, ya que nos podríamos quedar allí atrapados. Al regresar nos encontramos a Abeto curioseando por la zona, buscándonos desesperadamente. Al entrar al ultraumbral su cacharro debió de perdernos el rastro, ¡el pobre solo estaba preocupado! Y Maji le devovió la muestra de afecto con otra. Y'Kagron, debía ser algo así como "amigo mío", probablemente. Nos alegramos mucho de verle por fin, ¡cómo no! A fin de cuentas, ya estábamos a salvo y podíamos disfrutar de todo lo que nos ofrecía la isla, ¿no?

... claro, con previa atención médica de Chuma. ¡El pobre se estaba desangrando! Pero eso ahora eran problemas menores, estaba bien y eso era lo primordial.

Las chicas se despidieron entonces y abrieron sus respectivos portales hacia Galeia. Yo decidí hacer lo propio, echaba de menos a mi equipo, y ahora que toda Udan sabía la verdad de lo que había pasado, ya podían producirse ciertas relaciones entre ambos mundos; probablemente trajese a mis amigos a ayudarnos en nuestra aventura por Galeia.

Al volver, pensaba ir a la plataforma a terminar de una vez la vuelta. Atravesé ese portal, pero... ¿Qué narices? ¿Otra vez estaba fallando? Aparecí en la pradera arte, por alguna razón, pero esta vez no era normal la visita, no. Algo había cambiado. ¿Qué era...?

Ah, sí. Una enorme estructura se encontraba en mitad del sitio, mientras que cientos de monstruos deformes y atroces vagaban sin rumbo por la pradera. Pude vislumbrar a otros holders en la lejanía. Debía acercarme y preguntar qué estaba pasando. Pero claro, para eso tendría que abrirme paso entre todos estos... Monstruos. Ugh.

Decidido, avancé, evitando llamar mucho la atención. Salíamos de una y ya estábamos en otra metida, no había forma, ¿eh?

 

Hubert

Al girarme, vi que los demás habían acudido también a la Pradera, aunque no veía a Alpha ni a Mimi, tampoco a Chad.

Y mucho menos a Effy.

Pero no era necesario preocuparme. Era un hecho que llegaría pronto. Como siempre lo hacía.


[2/10]

 

Mientras todos avanzaban por la pradera, en dirección a aquellas escaleras, dispuestos a alcanzar el edifico en el que Irvine y sus comandantes se habían adentrado, a varios de los holders les asaltaron algunas de esas aberraciones, que se extendían por toda la pradera, como un ejército de seres abominables dispuestos a acabar con ellos. Emily fue una de las víctimas de varias de esas aberraciones: dos "Melissas", con patas de araña, se acercaron a ellas, el cuerpo quedando colgando, como si no se sujetase a las enormes patas.

... pero las golpeó un ataque, de pronto, viniendo desde atrás. Un Mega-Garchomp shiny, brillando en un potente color rosáceo, había atacado a una de las aberraciones con sus puños, tumbándola. Un Serperior, por otra parte, retuvo a otra aberración, agarrándola del cuello con todo su cuerpo. Por su parte, fue un Togekiss el que voló alrededor de la tercera, distrayéndola.

Alguien le puso una mano en el hombro a Emily.

... Ethan.

—¡E-Emily! ¿¡Qué demonios está pasando!? ¿Qué es esa... cosa?


...

Mientras tanto, Ian fue asaltado por otra aberración, esta arrastrándose como una serpiente. A lo lejos, alguien luchaba con otras aberraciones similares. Era un hombre, megaaro brillando con intensidad en su brazo, que peleaba junto a dos Mega Ambipom. Pronto sus pokémon la tumbaron, y la aberración que asaltó a Ian se giró, distraída, mirándolo. El tipo corrió directamente hacia ella, y sus Ambipom le siguieron.

—¡Desaparece, cosa amorfa! —gritó Joel, que era el holder que había aparecido allí. Dextra y Zurdillo arremetieron con sus puños, ambos al unísono, erradicando a aquella criatura. Joel quedó mirándola, mientras se retorcía en el suelo, gritando con ira y dolor—. ... tú no eres Melissa, demonios —y fue el propio Joel el que le pisó la cara, acabando con ella allí mismo.

Luego, miró a Ian.

—... ¿qué tal? —sin mucho más que decir, giró su cuello quedando mirando a la extraña estructura—. ... no hace falta que me lo digas. Esto es cosa de Irvine, ¿eh? Tsk. Maldita sea.


...

Nikolah también estaba avanzando con rapidez por la pradera, cuando vio a un grupo de personas peleando contra varias aberraciones. Había un tipo con cabellos amarillos con un Luxray, un tipo de cabellos rojizos con un Rapidash, otro de cabellos azules con un Slowking, una chica de pelo rosáceo con un Cherrim, una mujer de pelo rizado con un Flygon y una chica menuda con un Froslass. Eran... parte de los Grandes de Galeia.

Una de las aberraciones se escapó, corriendo con sus cuatro patas aberrantes hacia Nikolah, y pronto, el Rapidash y el Luxray la detuvieron. Sus entrenadores miraron a Nikolah.

—¡Wowowo, chico, ten cuidado! ¡Este no es un lugar seguro!

—Qué demonios está pasando... ¡¡están en toda Galeia, pero aquí es donde más hay!!

—¡No hay de qué preocuparse~! —siguió la chica de pelo rosado—. Los Grandes protegeremos esta región.

—No en vano es nuestra región —sentenció el de cabellos azules.


...

En su avance, Talía tuvo la mala suerte de ser acorralada por una de las aberraciones que, sin duda, más honor hacía a su nombre: enorme, con cuatro patas que parecían ser las de un dragón y una cola larga y llena de pinchos. Del cuerpo, además, manaban una suerte de "manos" que parecían ser simplemente cuchillas. A punto estuvo de atacarla cuando, de pronto, una piedrecita le golpeó la cabeza y, enfadada, se dio la vuelta para mirar a su agresor. Era Farrow, junto a su Growlithe. El pokémon ladraba con ira.

—¡Eh, BICHO RARO! Bueno, más bien parece tipo dragón que tipo bicho. Yo lo pondría algo como dragón/siniestro, o incluso dragón/fantasma. ¡ES IGUAL! ¡Deja en paz a esa pobre chiquilla, maleante! ¡VEN A POR MÍ si te atreves!

Y se atrevió. Comenzó a correr en su dirección, pero, de pronto, tropezó y cayó al suelo abruptamente. Había tropezado con una cuerda que sostenían por ambos extremos Handsome y su Croagunk.

El detective de la interpol, sonriente, saludó a Talía.

—¡Todo solucionado por aquí! No seremos los más fuertes entrenando pokémon, pero a ingenio no nos gana nadie.

—Venga, chica —dijo Farrow—, te recuerdo de los casos de la prisión. ¡VE A INVESTIGAR! La CSG confía en vosotros, ¡VAMOS, VAMOS! Hay que averiguar qué está pasando aquí...


...
Hubert se cruzó entonces con dos Aberraciones, de cuellos alargados y rostro deforme, con patas como pequeñas arañas. Eran atemorizantes, por tener un cuerpo pequeño pero, por algún motivo, el cuello terriblemente alargado. Se acercaban a Hubert, poco a poco... pero, de pronto, una especie de "cuerdas" agarraron sus cuellos, y alguien tiró de ellos desde atrás.

—¡Kyaaaa! —gritaron a la vez los dos hermanos que tiraban de las cuerdas. Dennis y Carol eran sus nombres, holders también de tercera generación, y... antiguos ninjas del Equipo Gamma.

Al tumbarlos, sus pokémon, un Swampert y un Sceptile, pudieron golpear a aquellas criaturas, el primero aplastándolas con su cuerpo y el segundo lanzándolas por los aires y golpeándolas ya arriba.

Los hermanos, tras eso, se dirigieron a Hubert.

—Esto es un horror.... —Dennis apretaba los dientes—. ¡Hay que parar esta locura como sea! E-Están por todas partes...

—... tienen la cara de... la hermanita de nuestro amigo... de Irvine —susurró Carol.

—No sé qué pasa, ¡pero corre! Eres amigo de Steve, ¿verdad?



...


—¡Tranquila, Emily! ¡Tú sigue hacia delante! —dijo Ethan sonriendo.


...

—... heh. Domino la "ultraevolución" ahora, ¿crees que me preocupan esas cosas? —dijo con orgullo Joel—. Tú sigue y frena al idiota de Irvine. Yo me encargo desde aquí.


...

—¡Chico, avanza! —dijo Gea, la de cabellos rizados.

—Aquí t-t-tenemos la suficiente ayuda —dijo Frida, temblando de frío.

—Si los grandes no pueden, ¿quiénes podrían, huh? —orgulloso, Chisp sonrió.


...

—¡Vamos, pequeña! —Handsome instó a Talía a correr.

—No podremos retenerles mucho tiempo, ¡aprovecha ahora que puedes! ¡CONFIAMOS en vosotros! —dijo Farrow.


...

—... mi hermana y yo nos encargaremos, no te preocupes —decidido, Dennis, junto a Sceptile, se colocó en posición de combate—. ¡Nuestros pokémon no son los únicos que saben pelear!

—... adelántate, ¡y para esta locura, vamos! —Carol sonrió—. Estaremos bien.




Todos... estaban ahí para ayudar.

¡El número de posts a realizar se reduce!

Contenido oculto

En función de las tramas de Galeia que hayáis finalizado, aparecerán aquí NPCs determinados para ayudaros. Hay 6 posibles tramas, dos de las cuales son obligatorias para estar aquí ahora mismo, y las otras 4, opcionales; una de ellas, la de los Grandes, computará a la mitad si habéis vencido 5 o más de los 11 que forman parte de la saga (los otros 7 son especiales de alguna forma, por eso es que no computan). Dependiendo de cuántos NPCs acudan al rescate, mayor será el "ahorro" de posts que tengáis que hacer, ¡es la prueba de los amigos que habéis hecho por Galeia!

Las tramas son (en negrita las completadas)
Ethan: Trama de los espadachines (obligatorio para trama de Kappa)
Joel: Trama de las leyendas (obligatorio para la trama de Gamma)
Dennis y Carol: trama de los hermanos (opcional)
Handsome y Farrow: trama de la CSG (opcional)
Grandes (5/11): trama de los grandes (opcional)
Jaden: trama de las eonitas (opcional)

Resultado: 4'5/6
Posts a hacer: 10 > 2

Así las cosas, ¡solo tenéis que hacer 2 posts! Talía y Hubert ya han llegado, por tanto, ¡y el resto estáis a un paso!

 

Lucas Diamond

Mis amigos parecían acorralados, ¡y no podía llegar a ellos para ayudarlos! Maldición... ¿Qué podía hacer? ¡Estas aberraciones estaban por todos lados! Aunque ahora no era momento de preocuparme de los demás, yo también corría peligro, y estaba solo...

O eso creía. Una llamarada muy potente se abrió paso entre los monstruos. Era un Rapidash. El Rapidash de Pyro, uno de los grandes de Galeia, que venía a ayudarme. El camino quedó mucho más despejado y di un acelerón para intentar llegar al final, hasta las escaleras.

Y bueno, creo que es hora de hacer la pregunta que todos estábamos pensando: ¿¡de dónde narices había salido todo esto!? Necesitaba que alguien me informase urgentemente.

 

Nikolah Cruz

Asentí con la cabeza a los muchachos que parecían hacerse cargo de esos monstruos. Tenían todo bajo control, según podía ver. Y si ellos podían controlar a las bestias, sería mejor que yo me concentrara en otras cosas más importantes. Como encontrar a Talía y seguir cosiendo. Moverse por el campo minado de criaturas y de grietas no iba a ser sencillo, en especial con las manos ocupadas como las tenía. Había dejado a Pupper cuidando a Talía, lo que me dejaba a pata. Sin embargo, Pupper no era el único pokémon que tenía que podía llevarme por allí. Mis otros amigos seguían siendo bastante poderosos.

Saqué a Alicia de su esférico, que apareció rugiendo y cayendo pesadamente en la tierra, exhibiendo sus tres metros orgullosa. Apenas giró su cabeza hacia mí, y sin dejar de coser, le espeté.

— Si acaso el mínimo pensamiento de tragarme se te está cruzando por la cabeza en estos momentos, puedes asegurarte que ni tu habilidad de Cabeza Roca te va a proteger de la tunda que te daré.— Alicia pareció entender el mensaje, pues simplemente se agachó para que pudiera treparme a su cabeza de forma más sencilla.— Muy bien, Alicia. ¡Carga contra las torres! Tenemos que llegar allí lo más pronto posible. Y encontrar a Talía, aunque está segura con Pupper.

Alicia volvió a rugir, y comenzó a correr hacia las tres edificaciones tenebrosas y negras de la distancia, mientras yo hacía lo posible para unir dos retazos de tela de diferente textura y colores. Hijuefrutas, se les daba por querer acabar el mundo en el peor momento posible. Nunca cuando no estuviera bajo una pila de cosas por hacer, no, no. Justo ahora que debo buscar un Machoke, hacer las pases con Liza, arreglarle su manta, entrenar más a mis pokémon, conseguir Vuelo, acabar un jodido incendio en...¿Barniz? ¡Ah, por el amor a Arceus! Me estaba exasperando.

 

Liza White [2/2]

Dragonite, Togekiss y yo nos abrimos paso forzosamente entre aquellas criaturas deformes, una por una sin descanso. Y a pesar que por el momento el avance era seguro, estas criaturas no dejaban de salir por todas partes, incluso del cielo, y las alas de mis compañeras peligraban.

—¡Será mejor dejar de planear! ¡Ir por tierra será más seguro! —exclamé entonces, señalando el suelo resquebrajado bajo nuestros pies, y asintieron en el acto.

Una vez en el suelo, decidí que lo mejor sería llamar a más compañeros, para evitar cansar a ambas cuando tuviésemos que sobrevolar el cielo. Pero antes de seguir avanzando, un Arcanine a toda velocidad se detuvo muy cerca de nuestro paradero, y una niña rubia que conocía bien se abrió paso hasta rodearme con sus brazos. De la impresión la protegí con mi cuerpo en medio del abrazo, viendo como pasaban más y más criaturas por nuestro lado, aferrándola contra mí como si quisiese evitar que siguiese viendo aquella horrenda escena. Enterré mi cabeza en su hombro, mientras Dragonite y Togekiss limpiaban la zona, e intenté calmar sus nervios acariciando su cabello con suavidad.

—Hey, tranquila, tranquila. Ahora todo estará mejor, me has encontrado, ¿no es así? —me separé del abrazo, con mis manos en sus hombros, y le dediqué mi mejor sonrisa, buscando calmar su notorio temor y escondiendo el mio para aparentar ser fuerte—. Buscaremos a Nikolah, ¿sí? Su equipo es fuerte, estará bien.

Pero en ese instante, una enorme deformación corrió hacia nosotras a una velocidad imprevista, con enormes garras a punto de herirnos, cuando alguien pareció desviar su atención. Mientras resguardaba a la pequeña entre mis brazos, me alivió ver que Handsome había logrado salvarnos de un golpe que podría haber sido letal. ¡Y no solo eso; los holders también estaban allí, y los grandes de Galeia! ¡Incluso Joel, y Ethan! ¡Y Dennis y Carol!

Apremiante, Handsome nos pidió que siguiésemos adelante, que él se encargaría de la retaguardia. Tomé de la mano a Talía, y tras girarme una última vez hacia el hombre para agradecerle, echamos a correr lejos de allí, hacia las tres torres que sobrevolaban la Pradera Arte.

—¡Vamos, tenemos que salir de aquí!

Dragonite, Togekiss y Pupper asintieron entonces, poniéndonos en marcha mientras buscaba con la mirada una cabellera rubio en específico, preocupada por su paradero.

Nikolah, ¿dónde estás?

 

Mimi Honda

No me detuve a esperar por demasiado tiempo sobre la cabeza del gran dragón. Rayquaza aterrizó en medio de aquel caos y yo no tenía tiempo para perderlo, de hecho simplemente salté de su cabeza al suelo cuando descendió. ¡Teníamos algo realmente importante entre manos! ¡Evitar el fin de mundo por ejemplo! En aquellos momentos me encontraba sobre el lomo de Raiden corriendo por la pradera rumbo a aquellas extrañas edificaciones que flotaban en el cielo, conectadas por un haz de luz a una extraña esfera amurallada. El núcleo del mundo... así lo había llamado Karina.

La esencia de toda vida.

Forzar a mi Luxray a recorrer un escenario tan accidentado con un terremoto aún en curso siendo tipo eléctrico... debía estar loca. Era una pésima entrenadora. Era una suerte que Raiden fuese ágil y lo bastante grande para cargar conmigo. Él también era consciente del peligro que corríamos.

Por ponerlo fácil, la pradera era un completo caos. Pude verlo desde el cielo... pero ahora todo cobraba un matiz diferente. Era un escenario dantesco. No podía evitar observarlo con desazón, con un extraño sentimiento de vacío en el pecho. La Pradera Arte no me traía precisamente buenos recuerdos pero pensar que estaba así, asediada de esa forma por la locura del bastardo de Irvine hacía que la sangre me hirviese en las venas. Esta no era mi región... pero era mucho más mía que Sinnoh. Había aprendido a quererla, a apreciar esta región que no aparecía ni en los mapas y verla más como un hogar que mi propia región natal. Era mi casa. Los holders, mis amigos, eran mi familia. No iba a permitir que acabase como si nada. No mientras pudiese hacer algo por evitarlo.

Aquellas horrendas criaturas, los experimentos fallidos del equipo Gamma por crear vida se extendían por toda la llanura. Algunos atacaban y era enfrentados por personas que no conocía... pero sí vi a Farrow y a Handsome en cierto momento y pude distinguir a otros holders, gente que sí me era familiar. Liza planeaba a unos metros del suelo montaba sobre el lomo de un extraño Dragonite azul.

... ¿Un Dragonite azul? ¿Liza? Si aquel Dragonite azul era una especie de variedad regional de Udan... ¿significaba eso que Emily también estaba allí? No alcancé a verla en la carrera. Cierto era que mi Luxray corría a gran velocidad esquivando en la medida de lo posible a aquellos seres... pero estaba segura de que la reconocería. Oh Arceus... no ganábamos para disgustos. Pobre chica.

—¡Raiden, por favor corre más deprisa!—le insté.

Alcé la mirada al cielo otra vez. A aquellas larguísimas escaleras que unían las torres con el núcleo. Irvine estaba allí. Desde el primer momento que lo vi en la Prisión supe que no debía fiarme de él... debí confíar en mis instintos.

Fruncí el ceño.

Debíamos llegar allí arriba.

Como fuese.

 

Drake Orestes [1/2]

Miré con horror como el antiguo hogar de Arcanine se convertía en una destrucción apocalíptica. La idea de haber llegado a la Padrera había sido poder volver a aquella isla extraña, Udan; y sin quererlo siquiera ahora me encontraba envuelto en el fin del mundo - o de la Pradera Arte, por lo menos.

Dirigí mi mirada hacia adelante, donde varios de los otros holders se encargaban de avanzar por aquellas escaleras que habían aparecido de la nada. ¿Cuando habían avisado sobre esto? No había recibido notificación alguna, y aún así por azares del destino llegaba a tiempo. Suerte nivel yo, supongo. Y por el amor de Arceus, ¿que rayos eran esas cosas que parecian estar subiendo las escaleras?

Bajé la vista hacia Arcanine, quien parecía temblar de miedo al no saber que estaba pasando con su hábitat natural. Acaricié su pelaje para tranquilizarlo y decidí que ya llegados a este punto no quedaba mas que echar una mano.

—Hay que poner de nuestra parte, Ark. ¡Pongamonos en marcha!

 

Pero Mimi... no tuvo suerte. Ella se topó con una de esas aberraciones, con patas de araña, pequeña pero ágil.

ABERRACIÓN ARÁCNIDA: Bicho/Veneno
Salud: 500/500
Ataque normal: 20
Velocidad: 0
Movimientos:
-Infectar (30 Potencia, Veneno. El rival perderá, desde ese momento, 10 PS extra en cada uno de sus turnos. Es acumulativo con Miasma, pero no con otro Infectar)
-Miasma (10 Potencia, Veneno. Afecta a todos los pokémon de un holder. Los afectados perderán, desde ese momento, 5 PS en cada uno de sus turnos. Es acumulativo con Infectar, pero no con más Miasmas)
-Traqueteo (50 Potencia, Siniestro)
-Chillido (Baja la potencia de todos los ataques de los pokémon de los holders en 10 puntos. Puede usarse dos veces sobre el mismo objetivo. Los efectos solo desaparecerán cuando el usuario caiga debilitado)
-Picadura (50 Potencia, Bicho)

 

Drake Orestes [2/2]

Al llegar a los primeros peldaños de aquella extraña escalera, me vi rodeado de gente conocida y completos desconocidos con toda la intención de ayudar. Saludé a Hubert con la mano mientras inspeccionaba a fondo el reto que tendríamos que llevar a cabo.

Tantas regiones en el mundo, y tuve que elegir como nuevo hogar una región que años después se plagaría de pesadillas mutantes. Suerte nivel yo. Aquellas cosas parecían sacadas de un libro de terror, solo que estaban muy vivas. No estaba seguro de querer saber el origen de su procedencia, aunque podría intuir que era cosa del equipo Gamma.

Guardé a Arcanine a su pokeball, y me preparé para el reto mas espeluznante al que me hubiera enfrentado nunca.