Orgen Antes de irse el senpai, la lluvia cesó y el sol salió sobre la pradera, de pronto, nuevos pokemon aparecieron y mi senpai me recomendó algunos de ellos. —Esto es genial —comenté, mientras me lanzaba a cazar nuevas criaturas.
Orgen Un Arcanine hacía acto de presencia frente a mis ojos. —No pude haberlo pedido mejor. —comenté, mientras le lanzaba una Pokeball. Capturado.
Orgen Luego de atrapar a Arcanine y caminar un poco más adelante observé a una Nidorina comiendo pasto. Lancé mi Pokeball y cuando creí que casi la atrapaba se salió y estaba enfurecida, ordené a Geodude que realizara una tormenta de arena y entre los fuertes vientos lancé mi pokeball que logró capturar a dicho pokemon.
Orgen Continué caminando hacia la caverna y recordé las palabras del senpai. Me asusté un poco, pero continué caminando hacia la caverna.
Orgen [30/30] Estaba en la entrada a la caverna esperando por entrar cuando de pronto aparece un pokemon y decido rápidamente. dentro de la pokeball se encontraba Tauros.
Orgen La noche comenzaba a asentarse sobre mi cabeza, dando paso a la oscuridad apenas salí de la cueva. Observando un poco la zona, me percaté que adentrándose en la pradera se encontraba un complejo turístico.
Nikolah Cruz — Bueno, si quiéres pasar, no hay drama. Pero necesito un poco de espacio, así que me alejaré. Ya vuelvo.— le dije a Devan, mientras le dedicaba una sonrisa y me alejaba cojeando de la entrada. Cuando hube andado unos cientos de metros (una tarea dolorosa y larga por el estado en el qué me encontraba), me dirigí hacia una pequeña loma sobre la cual podía admirar la extensión de la pradera. El sol se iba poniendo a lo lejos, tiñendo el cielo de un precioso color naranja, que iba mutando de azul a violeta, a medida que la luna comenzaba a robarle el lugar al astro rey en el cielo, declarando su posición como reina de las estrellas. Vaya, que poético me había puesto. Tal vez era por lo que iba a realizar a continuación. Me senté en el pasto, dejando que el viento acariciara mi rostro y mi pierna quemada, refrescando ambos lugares, y varias partes de mi cuerpo también, debido a las rajaduras y huecos que tenía en la ropa. Me saqué la mochila de la espalda, y pasé unos segundos observándola. Luego, con un suspiro para tomar ánimos, extraje de adentro tres pokéballs. Me las quedé observando, mientras las tenía en mis manos, pensando en qué decir. Al fin me reuní de valor, y lancé las tres bolas al aire. De ellas salieron Parcheao, Mole, y Pupper. Los tres debían haber sentido mi ánimo, pues ni Parcheao intentó sorberme la sangre, ni Mole se lanzó sobre mí para lamerme la cara. Incluso Pupper se mantenía serio, sin su típica mirada desaprobatoria. Miré a los tres por un rato, con mis rodillas recogidas, mis brazos abrazados a mis pantorrillas, pensando. Al final, estiré las piernas y extendí los brazos hacia atrás, recibiendo en el rostro los últimos rayos de sol del día. Estaban tibios, y aliviaban un poco el pesar que sentía. Con una presión atenazante en el pecho, que hacía dificultoso hablar, me dirigí hacia mis amigos. — Bueno, como pueden ver, estamos en el mismo lugar dónde todos nos conocimos. Es en esta pradera que me convertí en amigo de todos ustedes, o al menos, intenté serlo. Aquí comenzó nuestro viaje, tanto el mío, como el de ustedes a mi lado. En los pocos días que pasamos juntos, una vorágine de cosas ocurrieron. Conocimos gente nueva, nuevos amigos que añadir a nuestro grupo, hemos peleado, ganado y perdido, explorado lugares oscuros y peligrosos, recorrido ciudades, enfrentado a cosplayers y a músicos. Hemos hecho de todo en este poco tiempo. Pero fue el último suceso el que me llevó a volver aquí, y hablar con ustedes.— miré a cada uno a los ojos. Esto se hacía difícil.— Como bien saben, en la última batalla que tuvimos, contra esa chica de cabello de fuego y ojos esmeralda, no nos fue especialmente bien. No me importa perder si eso hace que la otra persona sea feliz, pero no por eso estoy aquí. Estuve muy distraído en la pelea, y muchas veces dejé que recibieran golpes que...si tal vez hubiera prestado más atención o planeado mejor mi estrategia...Lo que quiero decir es...que podría haber evitado, tal vez, que sufrieran de más. Peleamos contra un oponente muy fuerte, y yo no tengo la experiencia ni la capacidad, puede verse, de poder enfrentarme a alguien de esa magnitud. Y sin embargo, los seguí arrastrando, pues quería que esa niña fuera feliz. Porque sabía que si perdía, sería feliz. Me arrebujé más en mí mismo, haciéndome un ovillo, quedando en posición casi fetal. Mi mirada estaba perdida en el vacío, me faltaba el aire. Lo que estaba a punto de decir amenazaba con trabarme la lengua, evitando que las palabras salieran de mi boca. Tragué saliva, y me incorporé, a duras penas. Si iba a decir lo siguiente, más valía no hacerlo en un tono asustado. — Entonces, llegué a la conclusión de qué...tal vez, lo mejor, para ustedes...sería dejarlos de vuelta aquí. Que vuelvan a sus vidas anteriores, sean libres, y no atados a alguien que deja su seguridad de lado por una persona que acaba de conocer. Tal vez incluso tengan suerte, y logren formar una amistad con alguien mucho mejor que yo.— dije, con una sonrisa triste, que quería ocultar las lágrimas que se me estaban formando al borde de los ojos.— Todo volverá a como era antes, y pueda que así, tengan la oportunidad de ser felices. Bueno, ¿qué me dicen? ¿Quieren volver a su hogar? Intentaba mantener una buena compostura, pero el dolor, físico y emocional, que estaba sintiendo en ese momento me perforaba. Se hacía difícil mantener una sonrisa cuando tus amigos estaban debatiendo si debían seguir contigo o no. Aunque todo fuera por un bien mayor. Me di la vuelta, esperando que se alejaran. Tal vez así sería más fácil. No tendría que ver como tomaban la decisión más obvia. Escuché pasos en la hierba, detrás mío. Bueno, así iba a ser. Lo más probable es que fuera lo mejor. Apreté mis puños, y un par de lágrimas se derramaron por mis mejillas llenas de tierra. Estaba a punto de volver en dirección a Devan, cuando algo me tomó desprevenido. Una sensación conocida ya, en mi piel. Algo me estaba lamiendo el puño. Al darme vuelta, pude ver como Mole se encontraba a mi lado, lamiéndome la mano. Parcheao estaba revoloteando a mi alrededor también, con lo que parecía una sonrisa en su rostro. Yo simplemente seguía llorando, incapaz de procesar todo. Miré hacia atrás, y pude ver que Pupper seguía sin moverse. No se había alejado, pero tampoco se había acercado. Parecía que estaba decidiendo que hacer. Acaricié a Mole y a Parcheao efusivamente, y me acerqué con paso rengueante al Arcanine. Esto se encontraba mirando otro punto en el espacio, sin encontrar mis ojos. Me acerqué, y con una sonrisa manchada de barro por las lágrimas que todavía caían por mi rostro, abracé su suave cuello, inundándome en el calor que desprendía su pelaje. Acaricié su cabeza, mientras susurraba. — No te decides, ¿eh? Está bien, no tienes porque actuar de esa manera. Ni recuerdo como pude capturarte, pero de alguna forma, lo hice. Tal vez fue por puro accidente, o tal vez fue algo llamado destino. La cuestión es que de esa manera, logré obtener un amigo poderoso y fuerte. Tal vez demasiado para mí. Puedo notarlo, en tus gestos, tus miradas. No soy alguien digno de ti. Y está bien que así sea. Ve, corre salvaje y libre. Tal vez puedas encontrar a alguien que sí te merezca, y puedas ser verdaderamente feliz.— le tomé el rostro y lo miró con ojos vidriosos, directamente a su ojos. Ojos color miel, más claros de lo normal.— No quisiera que fuera de otra manera. Le dediqué una última sonrisa, y comencé a caminar en dirección hacia Parcheao y Mole. Cuando llegué hasta ellos, me di la vuelta. Pupper seguía en el mismo lugar. >> Tal vez, en un futuro, nos volvamos a cruzar. Y espero que así sea. Para poder demostrarte todo lo que he crecido, y tal vez para ese momento, ya puedas ser feliz. Fue un placer haberte conocido. Me di media vuelta, y metí a Parcheao y Mole en sus pokéballs. En ese momento, pude escuchar los pasos de Pupper, lentos, más débiles cada segundo que pasaban. Pupper se estaba alejando, volviendo a lo que había sido su vida antes de conocernos. Tragué saliva, intentando contener los espasmos y las lágrimas. Mierda, ya me había despedido de mucha gente en todos mis años, la mayor parte de esas veces para siempre. ¿Por qué siempre resulta tan complicado? No debería serlo. Ya no. Un rugido resonó en toda la pradera, haciendo vibrar el suelo bajo mis pies. Era Pupper, despidiéndose. No me atreví a mirar atrás. Pero una sonrisa se dibujó en mi rostro oculto por las sombras. Podía imaginarlo, glorioso, sobre una loma, con los últimos haces de luz reflejando el naranja y negro de su pelaje, haciendo que parezca una obra de arte. Él sería feliz ahora. Estaba seguro de ello. Esos pensamientos me confortaban mientras me dirigía con paso lento hacia la cueva. La noche fue cayendo, al igual que mis fuerzas. Si bien no quería preocupar de más a Devan, no tenía ánimos de hablar ni enfrentarme con nadie. Así que busqué un árbol solitario, con suficiente pasto mullido debajo, y me hice un ovillo. La noche sería fría, y debía conservar calor. Así que volví a dormir solo, arrebujado, empequeñecido, como muchas veces había hecho mientras era un niño. Extraño, tan solo había dormido acompañado un par de noches en estos días, pero uno se acostumbraba rápido. .... La noche se encontraba en su cenit, con la luna alumbrando la pradera. Yo me encontraba dormido, todavía hecho un ovillo en el suelo, intentando conseguir algo de calor. No podía sentirlo, pero una figura se acercó, y se acostó a mi lado. Una figura grande, suave y cálida. De color naranja y negro, y ojos color ámbar. Cualquiera que pasara por ahí, podría ver un gran Arcanine hecho un círculo, durmiendo, y en el interior del círculo, un joven flaco, hecho un ovillo, con la ropa ajada, surcos de lágrimas en las mejillas, y una sonrisa en el rostro. Contenido oculto Uff, perdón, perdón, ¡perdón! por el muro de texto. Es algo que tenía planeado desde que ya me veía perdido en la Torre Desafío, y quería tener la oportunidad de explorar y expandir un aspecto de Nikolah. Si es muy largo, no tengo drama en acortarlo o dividirlo en varios posts, pero pienso que en uno queda mejor. Bueno, sin mucho más que decir, bye (?
Se había hecho ya de noche y Nikolah aún no regresaba, así que de nuevo ignoré su petición de espacio y le seguí. Su Arcanine dormía a su alrededor mientras él lloraba... aunque parecía de alegría. Creía entender lo que había ocurrido. Aunque estaba dormido como para poder hablar con él. Me acerqué a Arcanine y lo acaricié débilmente. En cierto modo lo sentía como mi Pokémon, aunque la Pokéball no hubiera sido mía. Saqué a Bagon, quien se subió a mi cabeza y comenzó a jugar con mi pelo. El calor de Arcanine iba a ser útil para dormir, y el volver a hacerlo con Bagon después de tanto tiempo... no sabría describirlo. Contenido oculto Y Devan sigue creyendo que su Bagon es el mismo que murió. Supongo que pronto haré también algún post de introspección... o desarrollo de las personalidades de los Pokémon... o ambas cosas
Orgen Sobrevolé Galeia para llegar a la Pradera Arte, lugar donde conseguí parte de mis grandes compañeros. Estaba por dirigirme a la Ruta 307
Nikolah Cruz No sabía cuanto tiempo había pasado en ese sopor causado por el cálido pelaje de Pupper. Lo único que sabía era que podría haberme quedado allí toda la vida, y no me quejaría. Al levantarme, pude ver que estaba solo, con Pupper siendo el único que me acompañaba. Que raro, había jurado que alguien más había dormido con nosotros. Me encogí de hombros, y sonriendo, me desperecé. El estómago me volvió a rugir, de manera bastante intensa. Tenía bastante hambre. Me incorporé, despertando a Pupper en el proceso. El Arcanine se desperezó, soltando un gran bostezo, que resonó bastante como un rugido. Le di un abrazo, sonriendo, mientras lo acariciaba detrás de las orejas. Pupper parecía tener una expresión de enojo en el rostro, pero luego me lamió el rostro. Riendo, me puse en camino hacia la cueva. Devan todavía debía estar esperando, si es que no se había ido ya, cosa que no lo culpaba. ¡Cualquiera se hubiera aburrido si pasaba tanto tiempo esperando a alguien dormido! Así que caminando con Pupper al lado, me dirigí hacia la entrada de la caverna que me llevaría a la ciudad. Estaba hambriento. Además, si bien el dolor de la quemadura había cedido un poco, seguía molestando, y no tenía una muy buena pinta. Debería hacer que me la traten, en dónde sea. Y también dentro de esa ciudad podía estar esa pelirroja con la cual había luchado. Le iba a preguntar si ahora era más feliz. Y tal vez también estuviera Devan por ahí. No tenía muchas ganas de volver a estar solo. Aunque no estaba del todo solo, tenía a Pupper al lado.
Estaba devolviendo a Bagon a su Pokéball cuando Nikolah despertó. Era ya de día y mi estómago rugía de hambre. Por algún motivo, Frogadier estaba mientras tanto haciendo travesuras con el pelo de Nikolah, aunque tuvo que parar en cuanto le vio los ojos abiertos. — Tengo hambre. Probablemente no eran las mejores palabras para iniciar el día siguiente a una noche donde había ocurrido lo que ocurrió. Pero fueron las primeras que salieron de mi boca en cuanto vi a Nikolah despierto...
Nikolah Cruz — Tengo hambre — Tal como dices, voz en mi cabeza. Yo también tengo hambre. Era raro, las voces en mi cabeza sonaban como Devan. ¿Acaso era que me había acostumbrado a su presencia? ¿O es qué en el estado emocional que me encontraba quería escuchar una voz conocida, como si lo tuviera al lado? Era muy extraño. Se lo iba a comentar cuando lo encontrara, si es que lo volvía a hacer. Y de hecho lo hice. Bastante rápido. Pues se encontraba en el mismo lugar en dónde yo había dormido. No tenía idea de como había aparecido allí. Tal vez era magia. Me encogí de hombros y sonreí. Si era magia, estaba genial tenerlo como compañero. Y si no era mago, igual estaba genial tenerlo como compañero. — ¡Hey, Devan! ¡Buen día! Sí, yo también estoy muriendo. ¿Qué te parece ir a la ciudad en la que estuvimos? Tal vez allí podamos comer algo. Aunque sean sobras. Soy bastante bueno esculcando la basura.— dije, con una sonrisa orgullosa, mientras acariciaba a Pupper, que se encontraba a mi lado.
— ¡Hey, Devan! ¡Buen día! Sí, yo también estoy muriendo. ¿Qué te parece ir a la ciudad en la que estuvimos? Tal vez allí podamos comer algo. Aunque sean sobras. Soy bastante bueno esculcando la basura. Estaba a punto de responder cuando comenzó a sonar mi Pokédex. Era... ¿un mensaje? Casi no tuve tiempo de leerlo cuando llegó otro, y esta vez pude reconocer que era Orgen. ¿Desde cuándo se podía mandar mensajes con una Pokédex? En cualquier caso, proponía reunirnos en Témpera, justo a donde tenía pensado ir con Nikolah. — Creo que comer no será lo único que hagamos —respondí mientras le enseñaba el mensaje. Contenido oculto Para más información, consultar el último post de Nyxbel
Nikolah Cruz — ¿Qué? ¿Qué es más importante que comer?— dije, extrañado. Luego miré la pantalla que Devan me mostraba. Me rasqué la barbilla, con expresión pensativa. No entendía absolutamente nada de los dos mensajes que mi compañero me estaba mostrando, pero simulé leerlos con atención, haciendo muecas como si estuviera cavilando. — Humm, interesante.— dije, con aire interrogativo. Luego me encogí de hombros.— Bueno, de todos modos tenemos que ir allí. Así que emprendamos la marcha. No tiene mucho sentido seguir con el estómago vacío cuando hay una ciudad llena de comida esperándonos.
Alpha Xenodis. Pese a poder llegar en cosa de media hora o así, pedí a mi nuevo compañero que diera muchas vueltas, me gustaba bastante sobrevolar los cielos de Galeia y observar a los múltiples entrenadores hacer su viaje. Supongo que me recordaba los inicios de todo, ¿no? Cuando solo eramos unos niñitos con una pokédex que corrían por ahí con los iniciales que el profesor les había dado... O robado del laboratorio para empezar una nueva vida después de cometer actos criminales con un equipo de finalidades bastante "curiosas", sí... Lo mismo. Descendimos hasta la Pradera y nos acomodamos bajo uno de los árboles. Todavía era de día, así que el sol estaba pegando bastante fuerte; Mejor quedarse en la sombra, sí señor. —Vaya cambio que ha dado todo, tío—A mi lado Flame se encontraba haciendo de gandul, recostado y con sus ojos cerrados. Supongo que pese a eso siempre disfrutaba su compañía.—. Un día todo lo que te importa es combatir y al otro simplemente todo se va a la mierda con alguien que quieres, todo se derrumba... Me dieron un poderoso golpe aéreo, tío—No pude evitar hacer la broma, mientras que una de mis manos se acercaba a la cabeza del tipo fuego y comenzaba a moverse lentamente a modo de caricias.—. Ojalá tuviera la resistencia de Pietr o tu capacidad de eludir, Flame. >>Creo que extraño los días donde no nos poníamos en peligro para cualquier cosa.
Dante Miles El vuelo de Staraptor lo terminó llevando hacia la pradera arte, le parecía algo bastante lógico si lo pensaba de alguna forma, era un lugar bastante pacífico ahora que no tenías que cuidarte todo el tiempo de los continuos truenos y lluvias que antes allí se encontraban, además, ahora era el lugar perfecto para su pokémon para andar planeando y vigilando en caso de que algo sucediera. —Si quieres puedes bajarme aquí, si quiero ir a otra ruta podría caminar...—sin necesidad de intentar convencerle más, Staraptor poco a poco comenzó a descender hasta que sus patas tocaron el suelo y le permitieron bajar de una vez por todas, una vez en el suelo sacó un pedazo de lo que había cocinado para sus demás pokémon y se lo ofreció a Staraptor, quien no tardó demasiado en tomarlo y emprender vuelo al arbol más cercano para comerlo con más tranquilidad, luego notó que varios de sus pokémon salieron de sus pokebolas pero realmente no le tomó mucha importancia, era algo común. Por suerte, no parecía estar solo en aquella ruta. —¡Alpha! —No solían hablar demasiado, sí, pero suponía que su relacion habia ido un poco a mejor desde que le ayudó así que, no dudó mucho en acercarse —, mucho teimpo sin verte, ¿cómo has estado?
Alpha Xenodis. —Extraño los buenos días donde simplemente íbamos tú, Venus y yo luchando codo a codo contra todo lo que se nos pusiera delante—Poco a poco el resto de mis pokémon comenzaron a salir de sus esféricos, a excepción de Darkrai, quien se mantenía alejado del grupo como siempre; Incluso para comer él tenía su propio horario.—. No, no me malinterpreten, ¿eh? Es genial que todos ustedes se hayan unido al equipo... Me dan demasiada cobertura para lo que se nos vendrá en un futuro. Hound, te volviste muy duro en poco tiempo de entrenar con Rook; Tú igual, Mandibuzz, se nota lo mucho que Flame te presiona cuando entrenamos.—Felicité con un par de caricias a los dos nuevos miembros de mi equipo que hace poco habían alcanzado su máximo potencial.—. Pero hace tiempo todo era más simple. Pasó un rato en la Pradera, todos descansábamos hasta que nos vimos interrumpidos por una voz que llamaba a mi nombre. Cuando elevé la cabeza y abrí los ojos me encontré con una figura que tampoco esperaba ver hoy: Dante. No veía al pacifista desde que me había salvado en Témpera... ¡Pensé que había muerto tras enfrentar a Mimi rabiosa! Sí... Mimi... —Yo—Saludé, sin mucho ánimo. Charizard, por su parte, se levantó con los ojos iluminados al ver al inicial de nuestro acompañante. Hace tiempo Cyndaquil le derrotó por mi negligencia, pero eso no evitaba que él se sintiese con ánimos de revancha.—. Flame, Dante no luchará contigo—Reí por unos segundos tras eso.—. Disculpa por eso, sabes cómo somos nosotros. >>¿Y cómo estoy?... Confundido, asustado y débil. ¿Tú qué tal?—No evité reír, supongo que podía tomarlo con un poco de humor, pese al dolor punzante de mi pecho que se generaba al recordar todo lo pasado hace poco.
Dante Miles La atmosfera que había imaginado que estaría se había quedado algo así, totalmente imaginario. Y eso le preocupó un poco bastante, estaba acostumbrado a ver a un Alpha lleno de energía incluso en situaciones criticas y ahora, ni siquiera en el saludo tenía un ápice de emoción, ¿qué cosa pudo haber pasado? Typhlosion no tardó en lo absoluto en enceder las llamas de su cuerpo cunado notó que el Charizard del chico tenía su vista en ella, Dante ahogó una pequeña risa, la última vez que habían convivido había sido en una batalla donde había resultado ganadora, así que no la culpaba por emocionarse. —No tienes que disculparte, ella también se emociona mucho...—le dio una rápida caricia en la cabeza y eso pareció suficiente para animarse a acercarse a Flame y dar saltitos a su lado. Que le dijera con tanta verdad como se sentía terminó haciendo que su sonrisa se terminara de transformar en una mueca de preocupación. —Digamos que he estado en un lugar donde me veía como un vagabundo playero —con suavidad revolvió su cabello en busca de consolarlo, luego intentaría algo más —¿Qué ha pasado, Alpha? Me preocupas.
Alpha Xenodis. Me reí sin dudarlo cuando me contó su experiencia como "Vagabundo playero", imaginarlo así era un poco divertido. Después de todo, Dante siempre se mostró como una persona más o menos seria para mí, pero hoy parecía estar bastante más contento de lo habitual, incluso parecía como cuando estaba con Emily. Hasta revolvió mi cabello como si fuese mi hermano mayor... Qué nostálgico. Claro, mi hermano me daba un coscorrón, pero era parecido. —Han sido muchas cosas en pocos días, ¿sabes?—Fue como inicié todo, mirando hacia el cielo vacío de nubes de la pradera.—. Hace casi un mes acompañé a Hubert al mundo de los sueños donde nos enteramos que Bruno seguía con vida... Él quedó en un coma desde que cayó de la plataforma en nuestro combate con Ómicron y cierto pokémon, venga, Darkrai se aprovechó de eso junto a unos tipos llamados Giovanni y Lysson... La cosa es que al final atrapé a Darkrai con ayuda de Bruno y el resto—Suspiré.—. Luego de eso vine aquí con Mimi y tuvimos un combate, pero cuando acabó ella declaró su amor por mí. ¿Lo puedes creer? Mimi, que siempre me trató como si no fuese más que uno de esas cosas para limpiarte los pies antes de entrar a casa, dijo que me amaba. Claro, yo le dije cómo me sentía con respecto a eso y ahora me odia. Hundí mi cabeza entre mis piernas y fue entonces cuando sentí el frío y escamoso cuerpo de Milotic enrollarse al rededor del mío, además del pequeño y acuoso cuerpo de Manaphy lanzarse sobre mis piernas. Creo que los tipo agua eran los dos más empáticos de mi equipo. —Hoy todo terminó por explotar en la prisión. Nos llamó la CSG para ayudarlos y al final todo se convirtió en una masacre—Tuve que hacer una pausa momentánea para cubrir mi boca, aguantando las ganas de vomitar.—. Los presos... Ellos se mataron entre sí por alguna razón... Yo no lo entiendo... Se mataron todos bajo nuestros pies y nos salvó uno de los detectives con su Gardevoir. >>Yo... Tengo miedo, ¿sabes? Últimamente todo se trata de arriesgar nuestra vida. Y ahí me detuve, suspirando por última vez y dejándome caer sobre el cuerpo de Venus, abrazando a Manaphy a mi cuerpo y cerrando mis ojos. >>Creo que hubiera preferido ser un vagabundo playero, definitivamente.