Nikolah Cruz Miré de forma bastante extrañada la relación que tenían Devan con Frogadier. El muchacho había agradecido luego de que la rana le hiciera sangrar la nariz. ¿Acaso era uno de esos pervertidos a los cuales les gusta que sus pokémons los golpeen? Me había encontrado con varios de esos particulares sujetos en mis viajes. Solían frecuentar callejones oscuros, e incluso conocí a una persona que tenía negocio orientado a esas personas. Usaban Machamps, Gardevoirs, Lopunnys, etc. Era todo muy extraño. Me encogí de hombros, y arranqué un tallo verde de alguna hierba que seguramente no estaba hecha para llevarla a la boca, y la comencé a masticar. Eso siempre me relajaba, aunque varias veces me había causado sarpullido también. —Bueno, al parecer se acerca la noche.— me dirigí a Devan, mientras masticaba el tallo.— ¿Quieres acampar? En grupo es más difícil que nos ataquen oportunistas. Y por acampar me refiero a usar nuestras mochilas como almohadas, porque obviamente, no traigo una tienda conmigo. ¿Tú traes una? Si es así, genial. Si no, siéntete cómodo y tírate al suelo. Aunque ya lo estas. Me acomodé un poco, y tal como decía, puse mi mochila, con mis exiguas pertenencias, detrás de mi cabeza. >> Fennekin nos puede dar un poco de calor, tan solo tendrás que dormir cerca de ella y cerca mío. ¡Y esa será otra forma de darnos calor! Y no te preocupes por Trapinch, solo suele morderme a mí. Aunque, tal vez eso te guste, no te juzgo. Solté una risotada, y me acurruqué junto a mis pokémons. Tal vez tendría que soltar a Golbat, pero no tenía ganas de despertarme con la mitad de mi sangre perdida. Di un gran bostezo, imitado por Fennekin, Trapinch me mordió la cabeza, y todos nos fuimos a dormir. El día había sido agotador. ¡Y había visto a un enorme dragón!
— ¿Quieres acampar? En grupo es más difícil que nos ataquen oportunistas. Y por acampar me refiero a usar nuestras mochilas como almohadas, porque obviamente, no traigo una tienda conmigo. ¿Tú traes una? Si es así, genial. Si no, siéntete cómodo y tírate al suelo. Aunque ya lo estás. Aquello me hizo darme cuenta de que, efectivamente, no llevaba una tienda ni nada que se le pareciera. Cosa que me daba igual; ya estaba acostumbrado a dormir al raso en las calles. Nikolah siguió hablando: — Fennekin nos puede dar un poco de calor, tan solo tendrás que dormir cerca de ella y cerca mío. ¡Y esa será otra forma de darnos calor! Y no te preocupes por Trapinch, solo suele morderme a mí. Aunque, tal vez eso te guste, no te juzgo. — No te preocupes, estoy acostumbrado a que mis Pokémon me ataquen. Después saqué la Pokéball de Noibat y susurré: — Noibat, no te asustes, al menos no aún. Por favor. Y lo saqué fuera. El murciélago se posó sobre mi cabeza y se colocó en posición vigilante, observando lo que le rodeaba. De momento sin chillar — Este es Noibat. Se asusta fácilmente, y si eso ocurre... no, espero que no ocurra. Por el bien de nuestros oídos. Al menos nos avisará si hay peligro —Frogadier trató de llamarme la atención—. Y ya conoces a Frogadier. Será mejor que despiertes antes que él si no quieres acabar empapado. Me dormí con el presentimiento de que iba a ser una noche larga...
Nikolah Cruz Yo estaba dele roncar. Creo que Devan me había hablado, y me había advertido de que me despertara temprano, porque si no me iba a quedar empapado. ¿Se refería a que iba a llover? No sentí mucha humedad en el aire. Aunque si sentí humedad en mi pierna. Conocía ese olor bastante bien. ¿Acaso un Herdier me había orinado? ¿En mis únicos pantalones? Somnoliento, me senté, saqué un poco de agua de mis reservas, y la eché en mi pantalón, haciendo lo posible para eliminar la marca que había dejado el perro. Suspiré fuertemente, y me dispuse a dormir, sin olvidarme de saludar con una sonrisa y un movimiento efusivo al Noibat que se había posado en la cabeza de Devan. Contenido oculto Y justo a ti te toca el Arcanine, joder (? Y encima viene cuando estoy dormido. Que cozaz
Y justo cuando intentaba conciliar el sueño, un chillido de Noibat me despertó. Había un Arcanine dirigiéndose a nosotros en estampida... hasta que cayó tropezando con una piedra en el Deus ex machina más ridículo que hayáis visto jamás. Y sí, esto no lo está narrando el tipo aquel que estaba de prácticas. Cogí entonces la Pokéball que tenía más a mano, con tan mala suerte que era de Nikolah, y se la lancé al Arcanine, el cual entró y quedó atrapado. Al principio no me di cuenta, pero en cuanto intenté sacarlo y vi que no salía, supe que la Pokéball no era mía. Sin preocuparme de si Nikolah estaba despierto o no, le dije dándosela: — He cogido una Pokéball tuya por error. Tienes un Arcanine Contenido oculto: Nota para moderación Aunque el Arcanine lo he capturado yo, se lo cedo a Reual, por si no había quedado claro xd
El tañido de una campana se oye en la lejanía. Y, con ella, un terrible nubarrón cubrió toda la pradera. H-Había vuelto a ser la Llanura de los Relámpagos, con sus truenos y su lluvia incesante. Revisad el primer post del tema para ver el estado de esta pradera ahora.
Alpha Xenodis. La extensa Pradera que había conocido por bastante tiempo se había vuelto a transformar en una zona de extremas tormentas donde la cantidad de pokémon eléctricos era muy grande. De todas maneras no dejaba de ser nostálgico... Esa batalla con Ian y Destiny contra el Zapdos se venía a mi mente como si fuese ayer... Destiny... ¡Venga, Alpha, sácate eso de la cabeza! —¡Bien, vamos por el Flaaffy! Aterrizamos y entonces simplemente regresé a mi Swellow con intenciones de que no tuviese que mojarse las alas. Tras eso, comenzó mi búsqueda.
Alpha Xenodis. Dentro de las distintas especies de pokémon eléctricos que habían por el lugar apareció un Rhyhorn, cosa que me sorprendió bastante por su debilidad al tipo Agua. Realmente debía ser algo duro vivir aquí para ellos, pero quizás su habilidad de Pararrayos le funcionaba como un método de ayuda al resto. —Oh, de aquí salió el de Liza que llevaba en el Torneo Témpera. Todo calzaba ahora, siempre me pareció raro porque en mis viajes al Desierto jamás pude ver uno de esos allí.
Alpha Xenodis. A veces aparecían Mareep, pero nada de Flaaffy... Creo que era ligeramente frustrante que pudiera aparecer la fase anterior al pokémon que necesitaba, pues ni siquiera tenía el tiempo para entrenar a cinco pokémon al mismo tiempo más los que ya tenía. Incluso Midoho debía evolucionar. —Vamos, aparece pequeña cosa peluda.
Alpha Xenodis. Entonces... ¡Nada! No apareció nada. Nada útil para mi propia persona. —¡Hey, que tengo comida para ustedes, Flaaffy!—Incité con un grito mientras de mi bolsillo sacaba más de las galletas con las que había logrado cautivar a mi Togepi. Creo que era una pequeña idea bastante válida. Y fue una idea bastante útil, la verdad. Dentro de todos los Mareep que habitaban el lugar, una pequeña bolita rosada con no mucho pelaje salió hacia mí, tomando la comida entre sus patitas y dejándose capturar de manera inmediata con el simple toque de un esférico rojo. >>Muchas gracias, ahora me largo. Silbé por el pito que llevaba colgado a mi cuello y Rayquaza descendió para llevarme a un nuevo lugar, enviando lejos nuevamente a todo lo cercano a nosotros.
Nikolah Cruz — ¡Aléjate, esa es mi caja! ¡No puedes dormir en ella! ¡Yo duermo ahí!—grité, al momento que era despertado por un gran estruendo. Miré a mi alrededor. El cielo estaba completamente cubierto y negro, y una gruesa lluvia comenzaba a caer. Estuve a punto de abrir la boca para quejarme, cuando un tremendo rayo impactó contra la pradera, seguido de su gemelo el trueno, tan solo unos segundos por detrás. La intensidad de la luz se reflejaron en mis ojos azul eléctrico, y el grave estallido vibró en mis tímpanos. Ambas cosas removieron mi mente, y desenterraron muertos, esqueletos que prefería guardar en mi clóset. Todas las cicatrices de mi cuerpo comenzaron a arder. Empecé a temblar. Como flashes, con la misma velocidad que los relámpagos impactaban la tierra, recuerdos acudieron a mis ojos. Pude ver la casa destrozada, humeando. Pude ver el paisaje completamente devastado. Pude ver la silueta del pokémon, sobre los escombros. Pude verme corriendo hacia el pokémon, con un grito de furia primitiva. Pude ver el relámpago que cayó sobre nosotros. Y luego, vacío. Silencio. Tembloroso, metí a Fennekin y Trapinch en sus pokéballs y tomé la que seguramente Devan había dejado a mi lado. No sabía por qué había tomado una pokéball mía, ni para qué la había usado, pero en ese momento, no estaba pensando en nada. Guardé todo en mi mochila, y la abracé, haciéndome una bola. No le prestaba atención a mi alrededor. Me quedé mirando el cielo, con los ojos vidriosos, la mirada perdida. Con cada impacto eléctrico, mi cuerpo temblaba, y mis cicatrices ardían. Lo único que podía oír y ver, eran truenos y relámpagos. Contenido oculto Traumas de la niñéz, HERE WE GO!
El lugar había cambiado radicalmente cuando desperté. El cielo estaba negro, la lluvia caía fuertemente y los truenos y relámpagos eran habituales. Noibat chillaba de forma tan violenta que decidí guardarlo en su Pokéball. La Pokédex dio un pitido avisando de que los datos de los Pokémon que aparecían en el lugar habían cambiado, lo cual era realmente extraño. — Algo no está bien —dije—. Parece que nos vamos a encontrar con Pokémon muy distintos. Tenía la sensación de que aquella tormenta no era natural del todo. Pensaba que alguien o algo debía haberla provocado. Añadí además: — Deberíamos irnos cuanto antes.
Nikolah Cruz Las palabras me llegaban lejanas, como ecos distantes en una cueva. Creía que Devan me estaba hablando, pero era difícil poder descifrar su habla con el retumbar de los truenos zumbando en mis oídos. Sin embargo, una frase logró captar mi interés. "Deberíamos irnos cuanto antes." Sí, eso sonaba bien. Asentí levemente con la cabeza, y me incorporé despacio. Pokémons pasaban al lado nuestro, pero no les daba importancia. Encorvado, temblando ligeramente, y todavía abrazando firmemente mi mochila, me puse en marcha, sin un destino fijo. Cada vez que un relámpago impactaba, me estremecía súbitamente, para luego seguir caminando. Lo único que quería era salir de ahí.
Cuando uno está en medio de una tormenta, lo lógico es resguardarse en algún sitio y esperar a que pase. El problema era que en el lugar no había ningún sitio donde poder hacer eso. La opción que quedaba era correr. Pero cuando corres, normalmente dejas de fijarte en dónde estás pisando. Y así fue como tropecé y caí al suelo. Sin embargo, mi primera reacción al ver con qué me había topado fue lanzar una Pokéball. El culpable de mi caída era un Beldum que finalmente entró tras ocho intentos. Parecía que, después de todo, el cambio repentino de tiempo iba a servirme...
Nikolah Cruz Devan había tropezado. O eso creía. Había salido corriendo delante mío, apurándose para salir de aquí. O eso creía. Todo parecía irreal alrededor mío. La realidad se mezclaba con los recuerdos, volviendo todo un paisaje surrealista, como si todo fuera un sueño. Veía todo como si me encontrara del otro lado de un vidrio roto, en fragmentos que se confundían, de panoramas distintos. Cada trueno retumbaba en mi cabeza, cada uno imitando el aullido salvaje de aquel pokémon y el grito de furia que había surgido de mi garganta aquella tarde. De pronto, y coincidiendo con un relámpago impactando en la llanura, hace hizo click en mi cabeza. De improviso, me puse a correr, ignorando todo a mi alrededor. De un salto, esquivé al Pichu que había surgido entre los pastos, y seguí corriendo. Tan solo quería irme de allí.
Seguía tratando de buscar en vano algún sitio sobre el que resguardarse. Al menos a Frogadier no le importaba quedar empapado al ser de tipo Agua. Lo que sí pareció importarle era el estado psicológico de Nikolah, quien no parecía estar cuerdo. Así que decidió lanzarle a la cara el pequeño Emolga que planeaba justo encima de él. Eso no le sentó nada bien al Emolga, quien tras lanzarle una descarga eléctrica mayor de la que podía esperarse se marchó visiblemente enfadado. Guardé a Frogadier en su Pokéball puesto que quedó bastante aturdido y seguí corriendo... Contenido oculto El cómo un Frogadier puede coger a un Emolga y lanzárselo a alguien a la cara se explica por el poder de la amistad. ¿No se lee esto como un anime? (?) BTW Nathan, si te cansas de rolear la locura de Nikolah avisa a Gold (??)
Orgen Decidí volver a la cueva para dirigirme a ciudad témpera, quería participar de algunos combates en la ciudad, asi que me despedí de Devan por el momento y continué mi camino en solitario de vuelta a la ciudad. Matuku observaba la entrada nocturna de la cueva y prendiendo unos fósforos volvimos de vuelta en dicha ruta, para llegar a ciudad en cuestión.
Nikolah Cruz En ese momento ocurrieron bastantes cosas. Se escuchó un gran estallido detrás mío, junto con un gran brillo. Al mirar hacia atrás, pude ver como el Frogadier de Devan había sido electrificado por un Emolga, y como Devan lo guardaba de vuelta en su pokéball y seguía corriendo. Fue ahí cuando pisé algo duro en el camino. Lo último que escuché fue un ¡voltorb! antes de salir volando debido a una explosión que ocurrió bajo mis pies. Me elevé varios metros en el aire, girando cómicamente, y caí de espaldas al suelo, perdiendo el aliento durante unos segundos. Me senté en el suelo y contemplé mis alrededores. ¿En dónde estaba? Al parecer, era una llanura asaltada por los relámpagos y los truenos. Que lugar extraño. El olor a ozono era recomfortante, y la lluvia me acariciaba la piel, aunque caía pesada. Había un chico corriendo también. ¿Acaso lo conocía? Creo que me había dicho que su nombre era Esteban. Levanté la mano y lo saludé. — ¡Oye Esteban! ¿Sabes sobre este lugar? Es muy extraño. ¿Sabes también como salir de aquí?— exclamé.
— ¡Oye Esteban! ¿Sabes sobre este lugar? Es muy extraño. ¿Sabes también como salir de aquí? Esteban. Si ya de por sí Nikolah se estaba volviendo loco, la explosión de un Voltorb le había dejado peor aún. Frogadier decidió volver a salir él solo de su Pokéball a golpearle en el estómago como hacía conmigo cuando aparecía algún dragón. — ¿Sabes decir mi nombre correctamente? —respondí de forma fría e irónica. Todo esto sucedía mientras me parecía oír a alguien despidiéndose, aunque entre la tormenta y la explosión no logré reconocer de quién era la voz. Contenido oculto Recuerda que hay que combatir para salir de aquí. Aunque me parece que Nikolah no va a estar en condiciones mientras dure la tormenta (?)
Contenido oculto Tranquilo, que ni Nikolah sabe en que situación se encuentra él (? Nikolah Cruz Al parecer Esteban estaba bastante enojado, pues su Frogadier salió de improviso de su pokéball y me golpeó en el estómago, con un puñetazo limpio. El impacto hizo que casi devolviera lo que fuera que tenía en mi estómago, ya que no había desayunado. "¿Sabes decir mi nombre correctamente?" Las palabras de Esteban sonaron frías y duras en mis oídos. Vaya, con que esas teníamos, ¿eh? Al parecer, el cambio repentino en la llanura también había afectado su ánimo. Pero seguramente una buena paliza lo iba a traer a la normalidad, tal como decían los vagabundos en los callejones que solía frecuentar. Es decir, a ser el adolescente dolido con el mundo que tan bien conocía. Y eso que solo lo conocí por menos de un día. — Pues sí, ¿no era Esteban, maldita sea? ¿Y encima obligas a tu pokémon a golpearme? Yo no soy de esos a los que les gusta que sus pokémons los golpeen, no me quieras unir a tu club. Y seguramente también querías mi sándwich, ¿eh? Conque esas tenemos. Bien, pues prepárate, que ahora te voy a dar tu merecido. Me puse en pose de pelea, pero luego recordé que no estábamos en un callejón, así que seguramente la pelea sería con pokémons, no pedazos de botellas de vidrio rotas ni chapas de aluminio. Ese era un alivio. En especial porque no tenía ninguna chapa ni botella rota al alcance. Así que me relajé un poco, y rebusqué en mi mochila una pokéball, aunque no sabía la de quién, y la tiré al campo. Mi cara de estupefacción fue grande cuando de ella salió un Arcanine que nunca había visto. ¿De dónde lo había sacado? O sea, no podía negar que era hermoso, pero vaya que estaban pasando cosas raras. Je, estaban, Esteban. Estaba todo conectado. — Esto lo hago por ti, Esteban, para que entres en razón. ARCANINE: Fuego (Asesino) Absorber Fuego: los movimientos tipo fuego curan en lugar de dañar a este pokémon. Salud: 160/160 Fuerza: 210 Resistencia: 160 Agilidad: 3/3 (95 de Velocidad) Movimientos: -Velocidad Extrema (45 Potencia, Normal; se necesitan 2 puntos de agilidad para esquivarse) (Usos: 4/4) -Rastreo (Hace a los pokémon fantasma vulnerables a movimientos normal y lucha) -Nitrocarga (40 Potencia, Fuego; restaura un punto de agilidad perdido (Base 30, STAB +150) (Usos: 2/2) -Rugido (Obliga al enemigo a relevar a su pokémon) (Usos: 1/1) Contenido oculto Haremos una tiradita para ver cual de los cuatro pokémons sale xD
— Pues sí, ¿no era Esteban, maldita sea? ¿Y encima obligas a tu pokémon a golpearme? Yo no soy de esos a los que les gusta que sus pokémons los golpeen, no me quieras unir a tu club. Y seguramente también querías mi sándwich, ¿eh? Conque esas tenemos. Bien, pues prepárate, que ahora te voy a dar tu merecido. Sí, Nikolah estaba como un Gogoat. Y además planeaba combatir en esas condiciones. Decidí responder de forma irónica: — ¿De verdad crees que me gusta recibir golpes de mis Pokémon, Nicolau? —enfaticé deliberadamente la 'u' final—. Tengo mis razones. Me dirigí entonces a Frogadier y le susurré antes de hacerle la señal para que combatiera: — No tiene ni idea de lo que hace, pero no te contengas por ello FROGADIER: Agua (Ágil) Torrente: potencia de movimientos tipo agua x2 cuando los PS bajan de 1/3. Salud: 108/108 Fuerza: 166 (20) Resistencia: 108 Agilidad: 3/3 (117 de Velocidad) (20) Movimientos: -Hidropulso (75 Potencia, Agua; el rival lanza un dado de 5 caras. Si sale 1, queda confuso (Base 60, STAB +15)) (Usos: 3/3) -Antiaéreo (40 Potencia, Roca, hace que los pokémon inmunes a tierra dejen de serlo) -Ataque rápido (30 Potencia, Normal; se necesitan dos puntos de agilidad para esquivarse) (Usos: 5/5) -Rayo Hielo (60 Potencia, Hielo; el rival lanza un dado de 5 caras. Si sale 1, queda congelado) (Usos: 3/3) Contenido oculto Ahora Devan va a estar inventándose nombres para Nikolah xDDDD