Nikolah Cruz Me encontraba con la cabeza metida en el pasto, intentando encontrar algún rastro o huella. Lo que encontré no fue nada de eso, sino una extraña sensación líquida en mi cabello. Me froté el pelo, y mi sorpresa fue grande al encontrarme conque lo que tenía allí, era más y nada menos que desechos de Pidgeotto. Miré hacia arriba para encontrar como el pajarraco se iba volando de la escena del crimen. Podía jurar que lo había escuchado reír. Por un segundo, pensé en lanzarle a Trapinch, pero no, el pequeño (a pesar de haberme dejado un hueco en el pantalón) no se merecía eso. Así que me contenté con agitar el puño como un hombre viejo en su porche, maldiciendo a las nuevas generaciones por cambiar todo. Me limpié con un poco de agua de mis reservas la mugre que tenía en el cabello, y me dispuse a seguir buscando. No iba a dejar que un pequeño desliz me arruinara el día.
Contenido oculto Nyxbel te invoco. Al fin nos hemos aclarado (?) El lugar era una gigantesca y verde llanura, donde la hierba se extendía hasta donde alcanzaba la vista. Algunos Pokémon pájaro sobrevolaban el lugar, lo que daba una sensación de quietud. Pero lo que más me llamó la atención no era eso, sino el Fennekin que estaba con un entrenador. ¿No lo había visto antes? No, imposible. El Fennekin que yo conocía no se iría con un extraño. — Frogadier, no es el que crees —el problema era que mi Pokémon no lo vio así y se había acercado algo. Se giró extrañado—. Será mejor que no molestemos. Así que decidió buscar algún Pokémon salvaje, cosa que hice yo también...
Orgen [01/30] Llegamos al lugar y caía el atardecer sobre nosotros, cientos de pájaros, por no decir más, abundaban sobre las copas de los árboles cercanos, una hermosa pradera verde cubría con medianos montes el camino a seguir; árboles de bayas, Pigeottos comiendo dichas bayas, aullidos de algún tipo de pokemon entre la espesa maleza lejana y mucha actividad natural crearon un ambiente de los más hermoso y placentero. —Un pokemaniaco estaría encantado de estar aquí. —le comenté a Makutu, quien estaba comiendo una baya y ni cuenta me había dado. Observé tan bello paisaje y decidí probar suerte a ver si expandía mi lista de compañeros.
El Wormadam que encontré no llamaba para nada mi atención, por lo que simplemente lo dejé marchar y seguí buscando. Al parecer en aquella pradera era posible encontrar algún que otro Tyrogue salvaje, pero estos eran bastante raros. La búsqueda me llevaría bastante rato. También pude observar en ciertos momentos algunos montones de tierra removida. Supuse que aquello sería obra de un Pokémon, pero no encajaba con lo que la Pokédex indicaba que podría encontrar allí...
Observé al Tauros salvaje, me dispuse a retirarme sigilosamente para no cabrearlo, una vez fuera de su alcance me dirigí a un gran grupo de bayas, quizá conseguiría algo bueno allí aparte de tauros. Makutu de paso volvió a subir a comer bayas, mientras yo esperaba que algo apareciera; parecía todo un cazador y a lo lejos estaba Devan, parece que no le gustaban los bichos, ya que dejó escapar un Wormadan. [2/30]
Steve Yops Aterricé sobre el lomo de Noivern apenas salí del laboratorio del profesor Abeto. Devolví al murciélago a su pokébola, y tomé aire hondamente, cerrando mis ojos. Sentí como el refrescante viento de la Pradera Arte recorrió mis mejillas, mi cabello y hasta hizo ondear un poco mi ropa. Qué recuerdos. Fue en este lugar donde atrapé a Luxio cuando era conocido como "La Llanura de los Relámpagos". También fue aquí donde, junto a Liza y Ukita subimos por el Sendero Arcoíris para llegar a la Torre Dorada, y así enfrentarnos a Ho-Oh (¡además de recibir a Phanpy por intercambio con Dante !). Y cómo olvidar cuando me reencontré con papá y luchamos contra Magno y Aquiles, mientras mis amigos luchaban contra el resto de los dirigentes de antiguas organizaciones criminales. Y ahora, se marcaba un nuevo acontecimiento a apuntar en la lista de recuerdos: El inicio de una nueva aventura. Al abrir los ojos, vi como Rowlet salió de su pokébola y se posó sobre mi cabello... Y no supe como sentirme. Digo, de seguro se veía gracioso, pero también un poco vergonzoso. Mi cabello estaba tan largo, que la manera en que Rowlet se posó sobre él lo hacía ver como un nido de pájaros. ¡Neh, que importa! Hay que empezar esto con el pie derecho. Apenas me di media vuelta, lo encontré: El helicóptero que me llevaría a Udán. Tomé aire con mucha emoción y emprendí el paso hacia él. ¡Islas de Udán, allá voy!
Contenido oculto Miren, yo me rindo. No vuelvo a esperar a Reual Nathan Onyrian en la vida; si se queda aquí tirado y abandonado a su suerte me eximo de toda responsabilidad (?) [3/30] La hierba estaba tan tranquila como el lugar: literalmente no me había aparecido nada. Frogadier me hacía señas para que llamara al narrador en prácticas, pero yo me negué, suponiendo que lo que buscaba iba a aparecer en algún momento. Aunque quizás no lo hiciera. Contenido oculto Yep, quiero un Tyrogue (?)