Chad Redflame —¿Pero qué dices...? Yveltal, ¡Ala mortífera! YVELTAL: Siniestro/Volador (Legendario) Aura oscura: los movimientos de tipo siniestro ven su potencia incrementada en x1,5 mientras este pokémon esté en el campo Salud: 172/252 Fuerza: 317 (55) Resistencia: 198 (5) Agilidad: 0/3 (99 de Velocidad) Movimientos: -Pulso Umbrío (105 Potencia, Siniestro (Base 60, STAB +15)) (Usos: 1/4) -Finta (70 Potencia, Siniestro, ineludible (Base 40, +10 STAB)) (Usos: 0/3) -Protección (Se protege) (Usos: 2/2) -Ala Mortífera (90 Potencia, Volador, recupera la mitad del daño producido (Base 70, STAB +20)) (Usos: 2/3)
—Eso también se esquiva, ¿verdad, Gyarados? ¡Y ahora es hora del Rayo! GYARADOS: Agua/Volador (Potente) Intimidación: al salir al campo este pokémon, el rival pierde 30 de fuerza. Salud: 100/190 Fuerza: 316 (111) +20 Resistencia: 179 Agilidad: 0/3 (90 de Velocidad) (9) Movimientos: -Surf (65 Potencia, Agua (Base 50, +15 STAB)) -Danza Dragón (+1 punto de agilidad perdido y +10 fuerza) (Usos: 0/2) -Protección (Se protege) (Usos: 0/2) -Rayo (60 Potencia, Eléctrico) (Usos: 2/4)
Chad Redflame —¡Protección, Yveltal! YVELTAL: Siniestro/Volador (Legendario) Aura oscura: los movimientos de tipo siniestro ven su potencia incrementada en x1,5 mientras este pokémon esté en el campo Salud: 162/252 Fuerza: 317 (55) Resistencia: 198 (5) Agilidad: 0/3 (99 de Velocidad) Movimientos: -Pulso Umbrío (105 Potencia, Siniestro (Base 60, STAB +15)) (Usos: 1/4) -Finta (70 Potencia, Siniestro, ineludible (Base 40, +10 STAB)) (Usos: 0/3) -Protección (Se protege) (Usos: 1/2) -Ala Mortífera (90 Potencia, Volador, recupera la mitad del daño producido (Base 70, STAB +20)) (Usos: 2/3)
—Ehm... ¿acaso tu estrategia es algo así como esperar a que la arena siga mermándome poco a poco, poco a poco? Pues chico, a ver qué sucede antes: caer Gyarados por la arena o hacerlo Yveltal por su ¡Rayo! GYARADOS: Agua/Volador (Potente) Intimidación: al salir al campo este pokémon, el rival pierde 30 de fuerza. Salud: 90/190 Fuerza: 316 (111) +20 Resistencia: 179 Agilidad: 0/3 (90 de Velocidad) (9) Movimientos: -Surf (65 Potencia, Agua (Base 50, +15 STAB)) -Danza Dragón (+1 punto de agilidad perdido y +10 fuerza) (Usos: 0/2) -Protección (Se protege) (Usos: 0/2) -Rayo (60 Potencia, Eléctrico) (Usos: 1/4)
Emily Hodges Unfezant, que no acostumbraba a viajar tanto conmigo sus espaldas, no me decepcionó. Su vuelo fue veloz y ligero, llegamos a nuestro destino verdaderamente rápido. Quizás el tipo volador también tenía interés en conocer la nueva zona. Y yo deseaba dejar que volase a sus anchas por la isla de Udan, una vez desabriésemos que los habitantes no se asustaban de ver a nuestros pokémon. Aterrizamos en la Pradera con cuidado y, al estar solo deseosa por conocer la isla, mi atención estaba totalmente centrada en el helicóptero que nos llevaría a susodicho lugar. Me acerqué al mismo, expectante. Contenido oculto GalladeLucario still don't know what to post but here i am
Lucas Diamond El viaje hacia donde se encontraba el helicóptero fue lento. Al menos, a mí se me hizo así. Mis ganas de llegar eran tan tremendas que no podía parar de pensar en las nuevas aventuras, los nuevos pokémon, las nuevas rutas... ¡Era como empezar otra vez! —¡Ah, qué emoción! Parece que fue ayer cuando llegué a Galeia —me dije a mí mismo. Efectivamente, así parecía. Y ahora que iba a empezar otra aventura... ¿qué me faltaba? Algo no iba bien. Algo no era como aquella bien. Aún necesitaba... necesitaba... >>¡Liza! ¡Es verdad, Liza! Ella me acompañó cuando llegué aquí, ¡ahora ella tiene que venirse conmigo a Udan! Esta vez empezaremos juntos, ¡es lo justo! Sin pensármelo dos veces, tomé el holomisor y le envié un mensaje a la entrenadora. ¡Cuánto tiempo, Liza ! ¡Oye, ¿te has enterado de la nueva isla de Udan?! ¡Es genial! El profesor Abeto nos ha mandado un mensaje a todos. ¡Al parecer se han descubierto nuevos pokémon! Yo mismo he visto a un Flygon súper raro, azul y con alas que parecían para nadar. Abeto está en su laboratorio, esperando a todos los holders que quieran ir para recoger su primer pokémon y embarcarse en Udan. Eso sí, solo se puede ir con los pokémon autóctonos, por lo que no podrás usar a tu equipo corriente... En fin, ¡a lo que iba! Yo ya estoy preparado para la aventura, estoy esperando en la Pardera Arte, donde se encuentra un helicóptero esperándonos. ¡Vente, y empecemos la aventura juntos! Tú me ayudaste al principio, es lo justo que ahora los dos estemos igualados, ¿no? ¡Te estaré esperando! En cuanto llegues nos iremos. ¡Hasta pronto!
Al salir del laboratorio, me encaminé a la Pradera Arte como había dicho el Profesor Abeto que hiciera. Allí al parecer nos esperaba un helicóptero. Rowlet no había tardado en agarrarme la suficiente confianza como para aletear hasta mi hombro y descansar allí. Era un pokémon bastante alegre, al parecer. Sin embargo, a la hora de montarnos en el helicóptero lo agarré en brazos. No quería que el viaje empezara con Rowlet cayéndose del helicóptero al ultimo segundo antes de cerrar la puerta y quedándose en Galeia.
Hubert Jamás había visto a Emily tan entusiasmada. Presenciar esa parte de su actitud era de cierto modo refrescante, lo malo es que la perdimos de vista mientras surcábamos los cielos en dirección a la Pradera Arte. —Deberíamos buscarla —le dije a Reshiram, inclinándome hacia adelante para que me oyera mejor—. Y por cierto: cuando me dejes en la Pradera, te pido que regreses al laboratorio del profesor Abeto, a quedarte con Serperior y los demás. Reshiram se volteó y observó mi expresión con uno de sus ojos azules. Él había visto cómo dejaba al cuidado del profesor Abeto todas las pokébolas con los pokémon de mi equipo. Casi me pareció oír las voces del Espectro Etéreo y el Hada Soñadora, los únicos que podían comunicarse conmigo en mi idioma, diciendo “Lástima. Me hubiera gustado. Pero buena suerte, chico, te estaremos esperando” y “Ten mucho cuidado, Hubert, y cuidalos a todos”, respectivamente. Y sentí la mirada de Serperior a pesar de que él también estaba dentro de su pokébola. Lo siento mucho, amigos, a mí me hubiera gustado que estuvieran aquí. ¡Pero volveremos a vernos pronto. Al final, vimos a Emily despegar desde la Isla Caballete. Curiosa parada. Recordaba que allí estaban los breakdancers que me habían dado el huevo del que nació Turtwig. Sea como sea, volvimos a perderle de vista y, al final, terminé llegando en soledad a la Pradera Arte, acompañado del rumor de un helicóptero que estaba aterrizando sobre el césped. El piloto era un joven muy simpático que me saludó con una sonrisa y me comunicó que ya había realizado unos tres viajes a la isla de Udan, confirmándome de este modo que esa tierra existía. Me bajé del lomo de Reshiram y, tras palmearle cariñosamente el pecho, le dije un: —Nos vemos luego. El dragón blanco asintió, abrió sus alas y volvió a tomar rumbo a Ciudad Lienzo. El helicóptero despegó, conmigo a bordo. La pokébola de Rowlet brillaba en mi cinturón, solitaria. Suspiré. De verdad me hubiera gustado llevar a mis otros pokémon. Mis aventuras también eran las de ellos, aunque mucho no estuvieran fuera presenciándoles. Pero ellos podían detectar lo que sucedía fuera, y se emocionaban, preocupaban y enojaban como yo lo hacía ante cada desafío... Al menos, esperaba llevarme bien con Rowlet, al parecer él también confiaba en mí... Miré por la ventana mientras el helicóptero pasaba sobre la Pradera Arte, a no mucha altura. Fue gracias a la poca altura que, de pronto, lo vi a Chad en tierra. Mi amigo estaba teniendo una batalla callejera contra un chico al que no identifiqué. Tras pedirle permiso al piloto y amarrarme con un cinturón de seguridad, abrí la puerta del helicóptero, del lado donde se encontraban los entrenadores. Tomé aire. —¡Chad! —grité con fuerza, para que se me escuchar por encima del sonido de las hélices del helicóptero. Como íbamos ganando velocidad, fui todo lo escueto que pude— ¡Cuando termines, ve al Laboratorio Pokémon de Ciudad Lienzo! ¡Es importante! ¡Ya te lo explicarán allá! Y me perdí en los cielos, rumbo a Udan.
Liza White Finalmente, estábamos aquí. Bajé de Togekiss con la pequeña Umiko entre mis brazos, y esta se dedicó a saludar a la hada maternal con sus aletas, efusiva. Togekiss acarició con su ala la cabeza de la pokémon de Alola y sonrió; al parecer, le había comenzado a agradar nuestra nueva integrante del equipo. Temporal, me imaginaba, pero seguía siendo parte de la familia. —Siento tanto que no puedas venir, Togekiss... Te voy a echar mucho de menos, al igual que a todos los demás —murmuré, agachando la mirada. De pronto sus alas nos envolvieron, brindándonos un cálido abrazo que tan solo ella podría dar. Nos estaba despidiendo, pero estaba feliz. Estaba feliz porque sabía que su entrenadora estaría bien protegida, confiaba en Umiko para realizar esa tarea. Al separarnos alcé una de mis manos, y le sonreí por última vez antes de que emprendiera el vuelo hacia el laboratorio, y se perdiera de vista—. ¡Hasta pronto, Togekiss! ¡Cuídate mucho, y a todos los demás! Finalmente, desapareció en el horizonte. La inicial de agua continuó despidiendola animada, aunque ya no se viera en la lejanía, y comencé a buscar a Lucas una vez Dante y Staraptor se nos unieron en la pradera. Pronto lo localicé, con uno de esos buhitos rondando cerca de él. No me sorprendió que su elección fuese un tipo planta en realidad, y comenzamos a aminorar la marcha hasta situarnos junto a él. —¡Lucas, al fin! ¡Ya estamos aquí! —le saludé, y pronto reparé en el enorme helicóptero que nos esperaba. Palidecí un poco, pues los viajes en avión y ese tipo de cosas me atemorizaban bastante, y esta no era la excepción. Pero respiré hondo y disimulé este detalle presentando a ambos chicos entre ellos—. Lucas, este es Dante. Dante, Lucas. Si ya os conocíais de antes, ignorad este detalle. Y tras reír por lo bajo nos encaminamos hacia el transporte que nos llevaría finalmente a Udan, ansiosa por llegar cuanto antes. Abracé a Umiko y oculté mi cabeza tras ella ante su mirada extrañada una vez inició el ascenso, comenzando a reír y hacerme muecas con las aletas en mis mejillas para distraerme del viaje. Al menos así no tendría vértigo de mirar por la ventana... Contenido oculto Lucas Diamond Nekita Listo, ¡nos vamos a Udan! :D
Chad Redflame —No, mi único objetivo es retenerte lo más que pueda, ¡Protección! Yveltal resistió el ataque de Gyarados y entonces una voz familiar me distrajo de la batalla por unos segundos. "¡Chad! ¡Cuando termines, ve al Laboratorio Pokémon de Ciudad Lienzo! ¡Es importante! ¡Ya te lo explicarán allá!" —¿Hubert? YVELTAL: Siniestro/Volador (Legendario) Aura oscura: los movimientos de tipo siniestro ven su potencia incrementada en x1,5 mientras este pokémon esté en el campo Salud: 152/252 Fuerza: 317 (55) Resistencia: 198 (5) Agilidad: 0/3 (99 de Velocidad) Movimientos: -Pulso Umbrío (105 Potencia, Siniestro (Base 60, STAB +15)) (Usos: 1/4) -Finta (70 Potencia, Siniestro, ineludible (Base 40, +10 STAB)) (Usos: 0/3) -Protección (Se protege) (Usos: 0/2) -Ala Mortífera (90 Potencia, Volador, recupera la mitad del daño producido (Base 70, STAB +20)) (Usos: 2/3)
Al ver pasar a Hubert, Mike giró la cabeza para seguirle con la mirada. —¡Vaya! —le dijo a Chad—. Así que ya toca lo de Udan, ¿eh? >> Bueno, nosotros a lo nuestro: ¡Rayo! GYARADOS: Agua/Volador (Potente) Intimidación: al salir al campo este pokémon, el rival pierde 30 de fuerza. Salud: 90/190 Fuerza: 316 (111) +20 Resistencia: 179 Agilidad: 0/3 (90 de Velocidad) (9) Movimientos: -Surf (65 Potencia, Agua (Base 50, +15 STAB)) -Danza Dragón (+1 punto de agilidad perdido y +10 fuerza) (Usos: 0/2) -Protección (Se protege) (Usos: 0/2) -Rayo (60 Potencia, Eléctrico) (Usos: 0/4)
Chad Redflame Yveltal cayó ante el ataque de Gyarados sin poder esquivarlo o protegerse, chasqueé la lengua y devolví al legendario a su pokéball. La tormenta de arena iba amainando de a poco. Udan... repetí en mi mente tras escuchar a Michael mencionarlo.
Mike devolvió a su Gyarados a la ball, estiró sus brazos hacia el frente y crujió su cuello. —Bueno, Chad. Fue una buena pelea, pero no te mentiré: esperaba más. En fin, al menos has conseguido ayudar a esa maldita Melanie y has hecho que llegue tarde a mi encuentro, ¡bravo, Chad! Melanie 1 - Mike 1, la cosa va en empate. Me pregunto quién llegará a decidir el desempate... Liberó a Salamence y, tras curarlo, montó en su lomo. Antes de seguir volando, dijo: —Steve eligió mantener... tú has elegido cambiar. ¿Qué elegirá el tercero que nos encuentre? Y se perdió en el aire.
El viaje hasta la Pradera Arte no fue muy largo; por fortuna, las ruinas del pueblo no se encontraban muy alejadas de este lugar, de modo que el trayecto que Skarmory debió recorrer fue relativamente corto. De todos modos, le agradecí en cuanto bajamos en la enorme planicie verde; enrosqué mis brazos alrededor de su cuello metálico, agradeciéndole no sólo por este viaje, sino por todas las veces que me había llevado a todos lados, siempre firme e incondicional. Tras el corto abrazo a Skarmory, lo regresé a su pokebola. Rowlet dio un saltito de emoción en cuanto sus ojitos detectaron el gran helicóptero que nos esperaba en el medio de la Pradera Arte, y no pude evitar una risita ante su comportamiento; de verdad era un pokémon sumamente interesante. Rowlet subió agitando sus pequeñas alas hasta mi hombro y, una vez que se encontró ahí, apresuré el paso. Corrí hasta el helicóptero y subí al mismo de un salto; ya era hora de ver qué misterios nos esperaban en Udan. ¡En marcha!
Ian Lockhart Un rayo de luz cubrió a Salamence y lo regresó dentro de la ball luego de agradecerle por traerme hasta la pradera. —Ah, la Pradera Arte —dije, no sin cierta nostalgia—, recuerdo cuando se le conocía como la Llanura Relámpago, cubierta día y noche por nubes de lluvia y tormenta. Solían decir que, si te atrevías a cruzar por allí, las posibilidades de que te cayese un rayo eran casi del 100%. Podías quedar paralítico o ganar algún super poder después de ello, dependiendo de la suerte, claro. >>Aunque, en verdad, por mucho rayo y tormenta que hubiese, nunca supe de ningún muerto en realidad. Aunque de eso ya hace mucho, ya pocos recuerdan esos tiempos. Prefieren olvidar y ser felices con el nuevo lugar. Qué se le va a hacer —resoplé—, así es la naturaleza humana. Por mi mente pasó la imagen de Pueblo Brocha, un pequeño pueblo aislado del resto del mundo gracias a quedar a un lado de la Llanura. Dependía, en gran medida, de la buena voluntad de las demás personas, que de vez en cuando llevaban medicinas y víveres al lugar. Eso, por supuesto, hasta que dejó de existir. —Y hablando de existir —le dije al aire, levantando la cabeza en dirección al cielo, cubierto por blancas y ligeras nubes—, allá, en alguna parte del cielo, se dice que se encuentra la Torre Dorada. Un mítico lugar escondido magistralmente por las nubes. Como su existencia no ha sido demostrada, la mayoría de la gente la considera un simple mito. Yo también lo haría, si no hubiese vivido lo que he vivido, y si no tuviese a este amigo. Las yemas de mis dedos pasaron levemente sobre la superficie de una de mis pokeballs, que parecía refulgir con un tenue brillo dorado...
Natu me dejó caer al suelo desde unos 3 metros todavía. Una vez que mi cara de estampó contra el suelo, Natu descendió con elegancia y se posó donde siempre, en mi cabeza. Una vez estuvo compuesto nuevamente, miré rápidamente de un lugar a otro. Ahora lo tenía mucho más, claro, yo ya había estado aquí hace mucho tiempo, claro que sí, sí. Pero no era hora de nostalgias y recuerdos, sino de subir a ese helicóptero. ¿Dónde estaría? Caminé un par de pasos mientras pensaba en las aventuras y desventuras que en esa isla Udan me esperaban. Sabía que no podía llevar a mis demás Pokémon pero no tenía otro lugar dónde dejarlos, así que me dispuse a tomar todas mis pokéballs y esconderlas todas, junto a la pokédex y similares, en lo más profundo de mi mochila, entre las latas vacías de Frizz! y mi ropa interior sucia. —De acuerdo eso bastará por ahora...— Tomé la única Pokéball útil, la que había tomado del laboratorio, y la puse en mi cinturón sin mucha atención. Tras un breve suspiro, di con que se me estaba olvidando algo.—¡tú también! Regresé a Natu a su pokéball, él no estaba muy adaptado a estar ahí, pero no era cosa no podía hacer si quería pasar desapercibido en Udan. Todo esto era como una misión encubierta ahora que lo pensaba. Podría cambiar mi nombre a algo más cool quizás. Mis fantasías se vieron interrumpida, sin embargo, cuando escuché el fuerte ruido del helicóptero descendiendo hacía una zona no muy lejana de donde estaba yo. Corrí haciendo señas para que me pudiesen ver. Llegué agitado y presenté mi nombre al piloto del vehículo, quien había salido de su puesto para una revisión general—Buenos días, soy enviado exclusivo del profesor Abeto para una misión muy confidencial en esa lejana región Udan, es todo lo que puedo decirte, oh mi estimado peón. El piloto me miró con gracia y no dijo nada, luego hizo una seña a un subalterno para que me ayudase a subir. Por mi mente pasaba cómo es que Abeto podía financiar todo esto, si es que él lo hacía. —Con cuidado, pequeño—dijo el agente mientras me acomodaba en un siento. Qué falta de respeto. Lo dejé pasar pues estos asistentes no suelen estar muy al tanto de las cosas, definitivamente no sabían que estaban hablando con Ukitashi de Ciudad Lienzo. Tras unas indicaciones muy generales en caso de emergencias en el aire, emprendimos vuelo hacia nuestro tropical destino: Udan. Ahora es cuando empezaba realmente lo bueno. Nos fuimos alejando de la Pradera Arte y por mi cabeza pasaron los rostros de Dante, Emily, Liza, Steve, Hubert; también uno que otra voz familiar en distintos personajes; amigos mucho más desaparecidos que yo como Alpha; y en general pensé en todo quién en algún momento de mi vida había sido un amigo. Volví la mirada hacia mis zapatos y, por un segundo, tuve la esperanza de volver a verlos a todos juntos. ¿Udan me traería nuevas amistades?, ¿viejos conocidos? Nada estaba claro salvo una cosa: A partir de ahora era solo yo y mi inicial... Que por cierto no había tenido el placer de conocer aún. Qué cosas de la vida.
Chad Redflame Todo el trayecto desde el Laboratorio del Profesor Abeto en Lienzo hasta llegar a la Pradera había sido un viaje extraordinario para Litten y se le notaba en la mirada. Con los ojos bien atentos y la boca entreabierta, miraba de aquí para allá con curiosidad. Sonreí al recordar a Fósforo años atrás siendo un pequeño Torchic y estando en el lugar de Litten. Pasó de ser un pequeño pollito con problemas de temperamento a un gran pollo con problemas de temperamento aún sin resolver... esos pensamientos me hicieron considerar llevarlo a algún terapeuta alguna vez. No pasó mucho tiempo para que viera el helicóptero que nos llevaría a Udan. Yveltal aterrizó y devolviéndolo a su pokéball, me planté de frente a Fósforo y le di "la mirada". —Ya sabes lo que ocurre ahora —empecé y éste se mostró reluctante—. Vamos, sabes que no depende de mí. —Blaziken... blaaaaziken. ¡Blaziken, blaziken! —Ya sé que es como esos juegos en los que te prohíben usar una bicicleta en lugares cerrados sin razón. Pero es inevitable. —¡Blaziken, blaziken! —Yo no creo que a la franquicia le vaya tan mal... ¡Oye, no intentes distraerme! —Blaziken, blaaaz. —Bueno, en eso tienes razón, pareciera que se les están acabando las ideas... ¡Eh! ¡Ya cállate y entra en tu maldita pokéball de una vez! Y con eso el inicial criticón quedó silenciado dentro de su esférico y Litten y yo pudimos subir al helicóptero. Udan nos esperaba.
Lo primero que noté apenas me encontré nuevamente en la Pradera Arte fue que me había olvidado de un pequeño detalle: mis ropas normales seguían en aquel momento en una pequeña cabaña de Ciudad Mkuu, y yo me encontraba vistiendo aquellas ropas de Udan en el medio de la región de Galeia. Bueno, a decir verdad no era un conjunto de ropa tan extraño como el que llevaba Maji o el resto de la gente de Udan. Una camisa blanca desabotonada, una bikini celeste y una falda blanca, con sandalias chatas de madera como calzado. Bueno… era como si viniera de la playa, ¿no? No era como si llevara puestas las excéntricas vestimentas que había visto por aquella isla… Lo segundo que noté era a mi equipo, quien me estaba esperando allí. Blastoise me esperaba fuera de su pokebola, y nos reunimos con un cariñoso abrazo. Pero no había tiempo para sentimentalismos ahora… —Veamos… el tal Ryu dijo que lo encontráramos aquí, ¿verdad? Contenido oculto GalladeLucario
Effy podría esperar cualquier cosa... pero, desde luego, no imaginaba que Ryu sería él. Su mirada oscura se alzó, y su sonrisa cínica decoró su rostro. —Vaya, vaya, vaya. Effy ha venido sin dudarlo. Obviamente, ella no podría faltar a un desafío como aquel. Al ver su expresión, el chico que vestía de negro extendió sus manos a ambos lados. —¿Esperabas algo mejor? ¡Bueno, esto es lo mejor que puedes encontrar! Sí, soy yo... el que conoces como Beta. Mi verdadero nombre es Ryu, ¿y qué? No solo soy un Comandante Gamma, también soy un Grande, es cierto, ¿y qué? Nadie me reconoce jamás nada de lo que hago. Estoy condenado a vivir a la maldita sombra de mi hermano, el "gran Lion". Beta, o Ryu, acumuló saliva en su boca y la escupió con ira contra el suelo. —¡Que le jodan al Gran León! Ahora soy un Grande, un Comandante, ¡y pronto, con la energía vital y el dinero que me ha prometido el equipo Gamma, seré mucho más poderoso que él! Inclinó su cuello hacia atrás y miró al cielo, en aquella incómoda posición. —Bueno, te mentí un poco, ¿sabes? Es cierto que buscamos al decimoctavo miembro de los Grandes... así como buscamos a alguien que sea la nueva Lambda en el equipo. Como representante de cualquiera de las dos organizaciones, podría ofrecerte un puesto, pero ya tenemos a otras personas en el punto de mira. >> Compaginar estos dos trabajos no es fácil... pero solo anhelo reconocimiento, y haré lo que sea. Es por eso... que te he llamado. Porque tú... tú... ¿qué te pasa a ti? ¿Cómo lo haces para llegar tan alto partiendo de nada? Alpha... odiaba a Alpha por ser capaz de sobreponerse a sus miedos y de luchar por sus metas. Porque a él le daba igual el reconocimiento, siempre que luchase del lado de la justicia. ¡Le odiaba por ello! ¡Y a ti, maldita, también te odio! Porque... empezaste tu aventura a la sombra de otros, ¡los Gamma y los Grandes, ambos grupos os hemos seguido desde vuestras andanzas! Y yo lo he visto. He visto como eras una don nadie a la sombra del imbécil de Alpha o de ese tal Ian. Cómo empezabas a avanzar por Galeia con mediocres pokémon cuando ellos ya eran fortísimos, y, aún así... lograste ponerte a su nivel. Al de ellos y al de cualquier otro, ¡incluso superarlos! >> Te odio... porque eres como yo, ¡pero tú lo has logrado, y yo sigo estancado! Todo el mundo avanza y es reconocido, salvo yo. Sigo estancado. Miró con ira a Effy. —¡Es hora de demostrar, aquí y ahora, lo fuerte que puedo ser! ¡Sin trampas, sin trucos, quiero ganarte, destrozarte y pisotearte limpiamente! Como Ryu... como Grande de los Dragones, y no como Beta, yo, aquí y ahora, te desafío, ¡y te demostraré que sigues siendo una fracasada, como yo! Y liberó a un Kingdra, imponente, que flotó junto a él. KINGDRA: Agua/Dragón Francotirador: sus críticos hacen el doble de daño. Periscopio: aumenta el ratio de crítico en 1 Salud: 150/150 Fuerza: 260 (70) Resistencia: 235 (45) Agilidad: 3/3 (90 de Velocidad) (5) Movimientos: -Foco Energía (aumenta en 2 el ratio de crítico del próximo golpe) (Usos: 3/3) -Pulso Dragón (75 Potencia, Dragón (Base 60, +15 STAB)) (Usos: 5/5) -Danza Dragón (+10 fuerza, +1 agilidad perdida) (Usos: 2/2) -Surf (65 Potencia, Agua (Base 50, +15 STAB))
Decir que estaba sorprendida era quedarse corto. Creo que no alcanzaba con sorpresa… se necesitaba inventar una nueva palabra para describir lo que estaba sintiendo en este momento. Ryu… era Beta… Beta era Ryu. El Grande de Galeia que me había convocado allí no era nada más ni nada menos que uno de los comandantes del Equipo Gamma. Esta una realidad innegable y sin embargo… sonaba demasiado increíble… Pero luego escuché todo su discurso. Todas sus palabras… ¿una don nadie? En circunstancias normales, era probable que estuviese enojada ante aquellas palabras venenosas que Beta/Ryu soltaba, pero… sorprendentemente, no me enfurecí. Mantuve mi postura, y una sonrisa de lado se formó de lado, confiada. Saqué una pokebola y apreté su centro para agrandarla, apuntando a mi oponente con ella. —¿Sabes? Es realmente triste… triste y patético —solté sin reparos—. Que haces todo esto porque nadie te reconoce… que sólo por eso te has unido al Equipo Gamma… bajo mi punto de vista, el único que es un fracasado aquí eres tú. >> Pero basta de hablar. Está claro que con palabras nada cambia; aquí lo que importará serán los hechos. Así que aceptaré tu desafío, Ryu… ¡te demostraré cuan equivocado estás! ¡Adelante, Steelix, yo te elijo! Lancé la pokebola por los aires, y se abrió a mitad de vuelo… la serpiente de acero emergió en un destello de luz blanca, y rugió ante su oponente, listo para la batalla. STEELIX: Acero/Tierra (Resistente) Robustez: si recibe un movimiento que lo fulminaría y tenía todos sus PS, resiste con 1 PS. Salud: 185/185 (35) Fuerza: 140 Resistencia: 350 (85) Agilidad: 1/1 (30 de Velocidad) Movimientos: -Tóxico (Envenena gravemente) (Usos: 3/3) -Protección (se protege) (Usos: 2/2) -Rizo Defensa (sube 10 resistencia propia) -Trampa Rocas (coloca una capa de trampa rocas, que restará a todo pokémon rival que entre al campo desde su uso 1/3 de sus PS máximos si es doblemente débil a roca, 1/5 si es débil, 1/8 si es neutro, 1/10 si es resistente, y 1/12 si es doblemente resistente al tipo roca. El máximo de capas de trampa rocas es 1) (Usos: 1/1)