Algo asustado, decidi hacer una locura. --¡Resiste! Y, con dificultad, lo logró. A un soplo de vida, logró aguantar el golpe, y contraatacar con paranormal. CLAYDOL: Tierra/Psíquico (Resistente) Levitación: Evita los ataques de tipo Tierra. Salud: 10/120 Fuerza: 140 Resistencia: 305 (80) Agilidad: 0/3 (90 de Velocidad) (15) Movimientos: -Masa cósmica (aumenta en 20 la Resistencia) (Usos: 4/4) -Paranormal (50 Potencia, Psíquico (Base 40, +10 STAB)) -Isofuerza (suma las fuerzas de usuario y receptor, y las reparte a partes iguales) (Usos: 0/1) -Trampa Rocas (coloca una capa de trampa rocas, que restará a todo pokémon rival que entre al campo desde su uso 1/3 de sus PS máximos si es doblemente débil a roca, 1/5 si es débil, 1/8 si es neutro, 1/10 si es resistente, y 1/12 si es doblemente resistente al tipo roca. El máximo de capas de Trampa Rocas es 1) (Usos: 0/1) Contenido oculto Isofuerza se va con el cambio, si e.e
—¿Cómo demonios puede mantenerse aún en pie? Que Claydol resistiese un ataque como ese la sorprendió de un modo no grato. Estaba al margen de sus fuerzas... ¿por qué no solo caía y ya? —¡Raiden, insiste!— dijo—. ¡Colmillo hielo! MEGALUXRAY X: Eléctrico (Asesino) Electropoder: Aumenta la prioridad de movimientos eléctricos. Salud: 13/160 Fuerza: 340 (90) Resistencia: 173 (15) Agilidad: 1/4 (85 de Velocidad) (15) Movimientos: -Colmillo Hielo (50 Potencia, Hielo) -Onda Voltio (50 Potencia, Eléctrico; ineludible (Base 40, STAB +10)) (Usos: 1/3) -Protección (Evita un ataque sin gastar agilidad) (Usos: 2/2) -Colmillo Rayo; se necesitan dos puntos de agilidad para esquivar (65 Potencia, Eléctrico (Base 50, STAB +15))
Y entonces sucedió. Claydol cerró un ojo. Luego el otro. Cuando todos sus ojos se cerraron, Claydol dejó de levitar, hizo una voltereta en el suelo como un trompo y cayó al suelo, debilitado. Lo guardé en la pokéball con afecto. Había hecho un excelente trabajo. Había desgastado lo mayor posible al pokémon mas fuerte de Mimiko Honda. Eso podía marcarse como un logro. --Emperador, ¿estas listo?--pregunté. La pokeball se abrió con Emperador corriendo hacia Luxray, efectuando despues el ataque Acua Jet. Emperador estaba más que listo para acabar. MEGAEMPOLEON: Agua/Acero (Balanceado) Presión: todo movimiento que impacte sobre él gastará dos usos y no uno Salud: 150/182 (14) Fuerza: 250 (23) Resistencia: 240 (11) Agilidad: 2/2 (60 de Velocidad) Movimientos: -Aqua Jet (40 Potencia, Agua; se necesitan 2 puntos de agilidad para esquivar (Base 30, +10 STAB)) (Usos: 1/5) -Protección (se protege) (Usos: 2/2) -Rayo Hielo (60 potencia, Hielo) (Usos: 4/4) -Golpe Aéreo (40 Potencia, Volador; ineludible) (Usos: 3/3)
Mimi Honda Cuando la masa amorfa cayó definitivamente, realmente creí que podría respirar con alivio. Que podría tomármelo con calma y considerarlo una pequeña victoria. De hecho, suspiré, mientras una ligera y casi imperceptible sonrisa afloraba a mis labios. Siempre era un placer sacar del terreno a molestias como esas. Lo que no entendía era como había aguantado tanto en primer lugar. Quizás por eso, momentáneamente, obvié la presencia de Emperador, ignorando que aún se hallaba en el campo. De hecho, la olvidé tantísimo, que cuando volvió a aparecer con esa porte desafiante mi sonrisa se borró. Raiden gruñó, sabiendo que no tenía forma de seguir esquivando los movimientos de un pokémon que, sin Claydol, debería llevar minutos debilitado. Mi dasasosiego no se hizo esperar. Creí que era el fin. Lo creí, y mi corazón se aceleró en consecuencia, nervioso y angustiado otra vez... pero no lo fue. Al menos no entonces. Aún me quedaba una mínima oportunidad de salvarme, de retrasar lo inevitable... aunque fuera una estrategia tan desesperada. —¡Raiden, protección!— comandé, enérgica. No podía esquivar, era cierto... pero de protegerse nadie había dicho nada. MEGALUXRAY X: Eléctrico (Asesino) Electropoder: Aumenta la prioridad de movimientos eléctricos. Salud: 13/160 Fuerza: 340 (90) Resistencia: 173 (15) Agilidad: 1/4 (85 de Velocidad) (15) Movimientos: -Colmillo Hielo (50 Potencia, Hielo) -Onda Voltio (50 Potencia, Eléctrico; ineludible (Base 40, STAB +10)) (Usos: 0/3) -Protección (Evita un ataque sin gastar agilidad) (Usos: 1/2) -Colmillo Rayo; se necesitan dos puntos de agilidad para esquivar (65 Potencia, Eléctrico (Base 50, STAB +15))
Como supuse que pasaría, Luxray se protegió de ese ataque, neutralizandolo por completo. --¡Repite ese Acua Jet!--ordené. Aunque sabia que no serviría de nada. MEGAEMPOLEON: Agua/Acero (Balanceado) Presión: todo movimiento que impacte sobre él gastará dos usos y no uno Salud: 150/182 (14) Fuerza: 250 (23) Resistencia: 240 (11) Agilidad: 2/2 (60 de Velocidad) Movimientos: -Aqua Jet (40 Potencia, Agua; se necesitan 2 puntos de agilidad para esquivar (Base 30, +10 STAB)) (Usos: 0/5) -Protección (se protege) (Usos: 2/2) -Rayo Hielo (60 potencia, Hielo) (Usos: 4/4) -Golpe Aéreo (40 Potencia, Volador; ineludible) (Usos: 3/3)
Mimi cerró el puño sobre su pecho y retrocedió un paso prudencial. Lo podía ver. Lo podía ver perfectamente, esa inminente derrota. Era literalmente imposible que ganase en tales circunstancias, no tenía la más mínima posibilidad. Ella lo sabía. Y aquello la aterraba. No perder, por supuesto, sino... las consecuencias de esa derrota. Había estado segura de poder ganar. Realmente había creído que podría lograrlo, pero Drake había resultado ser mejor estratega de lo que creía. Mucho mejor que ella, incluso. Insegura de pronto, se mordió el labio inferior. —¡P-protección...!— musitó con un hilo de voz. No quería mostrarse tan insegura, tan... Dudosa, pero era imposible ocultarlo. Iba a perder. Y no había nada que pudiese hacer para cambiarlo. MEGALUXRAY X: Eléctrico (Asesino) Electropoder: Aumenta la prioridad de movimientos eléctricos. Salud: 13/160 Fuerza: 340 (90) Resistencia: 173 (15) Agilidad: 1/4 (85 de Velocidad) (15) Movimientos: -Colmillo Hielo (50 Potencia, Hielo) -Onda Voltio (50 Potencia, Eléctrico; ineludible (Base 40, STAB +10)) (Usos: 0/3) -Protección (Evita un ataque sin gastar agilidad) (Usos: 0/2) -Colmillo Rayo; se necesitan dos puntos de agilidad para esquivar (65 Potencia, Eléctrico (Base 50, STAB +15))
Raiden se protegió de nuevo entonces, evitando el ataque. Emperador retrocedió, y se alejó de un salto para evitar algún contraataque. --Raiden ya no va a poder protegerse más--le dije a Mimi, aunque era algo que ella ya debería de saber.--Está demasiado agotado. Emperador se mantuvo firme, listo para obedecer a cualquier orden. --Yo no suelo ser tan dedicado en estas batallas--continué.--Suelo cometer errores, horribles errores que suelen costarme el combate. Pero esta vez he decidido concentrarme. >>El motivo: no puedo dejar que te lleves a Meloetta. Le he prometido ayudarla. No podría dejarle esa carga a otra persona, aunque fuera por perder un combate. Es mi deber procurar que su poder sea controlado. Debilitar a Raiden, por alguna razón, no me hacía feliz. Pero tenía que hacerlo. --Perdoname por esto--pedí. Luego sacudí la cabeza, tragandome la culpa, y encomendé mi orden.--Golpe Aéreo. MEGAEMPOLEON: Agua/Acero (Balanceado) Presión: todo movimiento que impacte sobre él gastará dos usos y no uno Salud: 150/182 (14) Fuerza: 250 (23) Resistencia: 240 (11) Agilidad: 2/2 (60 de Velocidad) Movimientos: -Aqua Jet (40 Potencia, Agua; se necesitan 2 puntos de agilidad para esquivar (Base 30, +10 STAB)) (Usos: 0/5) -Protección (se protege) (Usos: 2/2) -Rayo Hielo (60 potencia, Hielo) (Usos: 4/4) -Golpe Aéreo (40 Potencia, Volador; ineludible) (Usos: 2/3)
Contenido oculto Me encantan cuando las cosas salen según lo planeado <3 (? Y con eso, con la caída de Raiden, todas sus esperanzas de ganar se hicieron pedazos. Crash. La burbuja estalló, y sus trozos se desperdigaron por todas partes, allá donde ella no podía alcanzarlos. —¡Raiden!— chilló. De modo que, en estado de shock, Mimi vio como su Luxray caía sobre el campo de batalla, inconsciente. Su pokémon más fuerte, vencido por un Empoleon prepotente y esclavista. Monomaru no podría vencer a Emperador, mucho menos en sus condiciones. Y las rocas seguían allí, afiladas, cubriendo el campo y recordándole que ese era el fin. Era punto, set, y partido. Game over. No había nada más que hacer allí. Mimi frunció los labios, frustrada, en tanto que su flequillo ocultaba sus ojos bajo una difusa sombra negra. Hacía tan solo unos momentos había recordado que Effy estaba en el campo, y había advertido su presencia por el rabillo del ojo. Negándose a derramar lágrimas por su derrota, apartó el rostro en un ademán indolente, orgullosa a pesar de todo, en pos de que Effy no la viera flaquear. Era humillante perder, era humillante perder mientras Effy miraba y era humillante perder cuando había estado tan segura de su victoria. Pero lo peor, lo que más le molestaba y dolía, era perder también a Meloetta. ¿Qué tan horrible era eso? ¿Por qué había hecho una apuesta tan estúpida? Vencer en el Parque Batalla la había reafiarmado en su loca idea de poder ganar. Pero ahora estaba allí, sintiéndose derrotada y humillada. ¿Acaso esas apuestan salían bien alguna vez? Regresó a Raiden envuelta en un silencio hosco y permaneció allí parada, con los labios fruncidos y los puños apretados tanto, que cualquiera con un poco de atención podría observar que temblaban imperceptiblemente. En ese instante, se decidió al fin a responder las palabras de Drake. ''Perdoname por esto'' — Cállate— musitó, con un tono bajo y quebradizo—. T-tú no lo entiendes... Realmente no tienes idea de nada. ¿Cómo pretendes que te perdone cuando quieres quitarme el único recuerdo vivo que me ata a mi madre? ¿Crees que lo voy a aceptar sin más? ¡¿Crees que una disculpa es suficiente?!
— Cállate— musitó, con un tono bajo y quebradizo—. T-tú no lo entiendes... Realmente no tienes idea de nada. ¿Cómo pretendes que te perdone cuando quieres quitarme el único recuerdo vivo que me ata a mi madre? ¿Crees que lo voy a aceptar sin más? ¡¿Crees que una disculpa es suficiente?! —¿Eh? Su respuesta me sacudió completamente. Había esperado que se enojara, pero no había esperado esta reacción. —¿Tu madre?—pregunté.—¿Que tiene que ver...? Pero entonces, la visión de la pequeña Mimi tocando el piano con su madre llegó a mí. No sabía nada sobre la madre de Mimi, excepto por esa visión. Lo único que sabía de ella era que le había gustado tocar el piano, y que había querido que su hija heredara eso. Lo único que sabía de la madre de Mimi era su amor por la música. —Tu mamá te habló de Meloetta, ¿cierto?—pregunté.
Mimi Honda —Mi madre... era pianista— dije, desviando la mirada—. Ella amaba la música, tenía el don inherente de hacer a todos felices con ella. Pero mi madre tenía una constitución muy débil, y desde pequeña se la pasaba de hospital en hospital. Era una mujer hermosa, ¿sabes? Rubia, con una piel muy pálida y unos calmos ojos verdes. Tenía la facilidad de gustarle a la gente y la gente la adoraba. Guardé silencio un momento. ¿Qué estaba haciendo contándole todo esto a Drake ahora? ¿Qué le importaba a él si lo sabía o no? ¿Acaso eso cambiaba algo? Simplemente... sentía la necesidad de sacarlo de mi pecho. Era más que obvio que era una carga que se me hacía difícil de soportar. Que llevaba aguantando casi once años. — Cuando ella me contó aquella historia sobre Meloetta— continué, ignorando que Drake no sabía de que historia hablaba—, inmediatamente vi las similitudes entre ambas. Las dos amaban la música y las dos hacían felices a los demás con ella. Por eso, cuando mamá murió, ver a Meloetta se convirtió en uno de mis grandes deseos. >>Pensé que encontrar ese pokémon me traería recuerdos de mi madre, ¿qué tonto no? Era un pensamiento muy infantil— dije—. Pensé que encontrarla llenaría un poco el hueco que dejó su partida y sanaría la soledad que se apoderó de mi vida tras la boda de mi padre con aquella mujer. Nunca lo olvidé. Ahora que Alpha se ha ido... esa necesidad de paliar la soledad me sigue carcomiendo por dentro. Una nueva pausa. No mentía, definitivamente la partida de Alpha había traído de nuevo esos recuerdos, y eran más fuertes que nunca. Porque Alpha era la tercera persona que quería y me abandonaba, y mi miedo patológico a la soledad se gestó tras la muerte de mi madre. Después papá con su trabajo, Delia, Matt... Yo estaba cansada de eso. Sentía que cada golpe me debilitaba más en lugar de hacerme más fuerte. >>No podía soportar que nadie tuviera a Meloetta. Mi madre me enseñó que la música es libre. ¡Y yo quería que Meloetta fuera libre, e hiciera a los demás felices!— chillé, sacudiendo la cabeza— ¡Como hacía ella! ¡Pero tú te la llevaste! La idea de que alguien la tuviese me horrorizaba. ¿Por qué Meloetta te eligiría a ti? ¿Eh? ¡Yo pasé cinco años de mi vida tocando el piano! ¡Yo también amaba la música! Hubo un breve silencio en el que, con las emociones a flor de piel y el corazón latiendo locamente en el pecho, luché por controlarme. Porque sentía que acabaría llorando, mis ojos ardían... y no quería llorar otra vez. Se suponía que era una persona fuerte, así que estar en llanto cada dos por tres no tenía sentido. Si era una persona fuerte... ¿por qué mis lágrimas no se detenían? —Por eso... por pensé que estaría bien si pudiera tenerla para mí— continué— . Pero no tuve en cuenta los sentimientos de Meloetta, no tuve en cuenta que ella ya te había elegido a ti. Que había visto algo en ti. Supongo que fue eso lo que me hizo perder... Mi egoísmo. >>Soy egoísta. Siempre he sido una persona egoísta. Realmente... s-soy una persona horrible. Dejé escapar una risita incrédula, culpable, y me enjuagué los ojos con las mangas de la sudadera. Que patético. Que humillante. Sorbí por la nariz y traté de recuperar la neutralidad que había perdido. A medias lo logré. Cuando volví a mirar a mi oponente, apenas había rastros de lágrimas en mis ojos. Me di cuenta de que todo eso había sido absurdo, pero necesario en cierta forma. Ahora creía poder dejarlo ir. —Puedes quedártela, pues ella confía en ti. Yo no la quiero— le dije y sonó genuino. Realmente lo sentía así—. Pero trátala como se merece... ¿bien? >> No te librarás tan fácilmente de mí, así que más te vale hacerlo.
No se sintió como una victoria. Cuando Mimi comenzó a hablar sobre su madre y la razón por la que ella quiso quedarse con Meloetta, no se sintió como una victoria. En los momentos siguientes, en que se llamó a si misma una chica egoísta y una horrible persona, no se sintió como una victoria. Y, cuando decidió que no quería a Meloetta, no se sintió como una victoria. Pero lo era. Por lo que devolví a Emperador a su pokeball. --Cuidaré de Meloetta--prometí. Pero entonces, algo faltaba. Iba a sentirme muy vacío si me iba de allí sin más. Mimi acababa de abrirse a mí, y aunque hubiera sido solo un poco, sería muy descortés de mi parte solo aceptarlo y marcharme. Además, había estado todo este tiempo pensando que Mimi solo quería a Meloetta por un capricho. Eso me había decidido a no perder. Pero ahora me daba cuenta de que, de hecho, Mimi hubiera podido serle de ayuda. No iba a entregarle a Meloetta luego de la enorme batalla a la que me había hecho enfrentarme para poder conservarla. Pero... Me acerqué a Mimi. Realmente no tenía mas que hacer, aparte de la idea loca que tenía en la cabeza. Así que en cuanto comencé a caminar hacia ella, no me detuve. Me incliné para tomar su mano. Y antes de que malpensara la situación y decidiera que yo era un pervertido de cuidado, deposité una pokeball en ella. --No...no te la estoy regalando--expliqué. >>Tengo algo que hacer. Quiero ir a la Sede, mas allá de la Calle Victoria. Es probable que me quede allá por un tiempo, entrenando mi equipo en la Jungla Batalla. >>La cosa es, que me tomará un tiempo. Y probablemente Meloetta se aburriría enormemente si fuera conmigo a un lugar así. Y no quiero que eso pase. >>Entonces me pregunto...¿Podrías pasar un tiempo con Meloetta? A ella probablemente le guste la región. Me he dado cuenta de que le gusta la comida de la zona. Entonces, probablemente ella se lo pase mejor contigo, al menos hasta que yo salga de la Sede. Una idea loca cuanto menos. Pero era lo mejor que podía hacer por ambas.
Mimi Honda Cuando Drake respondió que la cuidaría yo solo pude asentir. No me sentía tan mal después de todo. Quizás sí un poco cansada, pero era normal teniendo en cuenta el día que llevaba. Ahora que estaba resuelto todo, solo me quedaba regresar a la isla. O quizás detenerme en un CP a descansar un poco. Cualquiera de ambas estaría bien para mí. En esas me encontraba, pensando en lo que haría a continuación, sabiendo que ya no tenía nada más que hacer allí, cuando Drake comenzó a caminar en mi dirección. Lo vi acercarse, pensando que tal vez querría decirme algo más. Quizás abrazarme como agradecimiento. Es decir, ¿qué hacía? ¿Por qué se acercaba? ¿Y a qué venía la expresión tan decidida de sus ojos? No podía decir que me intiminaba, pero sí que no era algo que estaba acostumbrada a ver. Lo miré un momento a los ojos— estaba tan cerca que tuve que alzar la mirada, pues era más alto que yo— confundida y desconcertada. ¿Acaso había crecido? Y ese nuevo corte de pelo... No parecía Drake, parecía... una persona normal. Totalmente inesperado, me tomó la mano. ... ¿Eh? ¡Me tomó la mano! ¿Qué...? El gesto fue tan repentino que no pude evitar enrojecer. Mis mejillas ardían producto de la sorpresa y mi voz se tambaleó. —¡Ah!— exclamé—. ¿¡Q-qué crees que haces...!? Mis exabrupto se detuvo de raíz cuando vi el esférico sobre mi palma. Un pequeño esférico que destelló al sol. Esa no era... ¿la pokéball de Meloetta? Cuando me di cuenta que así era, el desconcierto pintó toda mi cara. —No... no te la estoy regalando—se explicó él. >>Tengo algo que hacer. Quiero ir a la Sede, mas allá de la Calle Victoria. Es probable que me quede allá por un tiempo, entrenando mi equipo en la Jungla Batalla. ¿Y eso que...? >>La cosa es, que me tomará un tiempo. Y probablemente Meloetta se aburriría enormemente si fuera conmigo a un lugar así. Y no quiero que eso pase. >>Entonces me pregunto...¿Podrías pasar un tiempo con Meloetta?— mis ojos se abrieron de la sorpresa. ¿Quería que me la quedase yo?—A ella probablemente le guste la región. Me he dado cuenta de que le gusta la comida de la zona. Entonces, probablemente ella se lo pase mejor contigo, al menos hasta que yo salga de la Sede. Miré la palma de mi mano. Ahora lo entendía... Drake me estaba ofreciendo a Meloetta para que yo la tuviese conmigo el tiempo que durase su estadía en la Sede del Gran Campeonato. Viéndolo de ese modo, me sentí ligeramente como la esposa que se queda con los niños mientras su marido parte a la guerra. ... ¿!EH!? Aquel pensamiento me hizo enrojecer. ¡¿Q-qué clase de comparación era esa?! ¡Qué vergonzoso! Y lo aparté rápidamente. Agradecía el gesto, era amable y cálido, por supuesto que lo hacía, pero no podía sencillamente aceptar sin más. Ya había dicho que no la quería, y retractarme sería un nuevo golpe a mi orgullo. De modo que hice algo que se me daba bastante bien... fingir cosas que no sentía. —Y... ¿y eso qué tiene que ver?—dije entonces, volteando el rostro dignamente— Yo no soy ninguna niñera. Era bastante curioso como podía pasar de ser abierta y comunicativa a mentir sobre mis deseos y sentimientos en cuestión de segundos. Cerré mi palma en torno a la pokéball y le dirigí a Drake una mirada ladeada. Había dicho que no le quería para mí y había hablado en serio, pues ahora que me sentía más tranquila, me parecía un despropósito haber tratado de quitársela a Drake. Pero, ¿quién se creía eso? — Sin embargo, ya que insistes... creo que podría quedármela el tiempo que estés allí, ¿no?— dije, jugando con uno de mis mechones rubios—. No tengo nada mejor que hacer, ¿verdad? Supongo que puedo hacerlo... Cuidaré de Meloetta mientras no estés. Aunque no es como si quisiera ni nada así... Había mentido burdamente, orgullosa como era. Pero en lo único que realmente podía pensar es en qué querría Meloetta comer. ¿Le gustarían las pastas de té?
Una vez que Mimi hubo accedido, me sentí algo mejor. Estaba listo para irme. --Bien--dije--.Entonces, tengo que irme. Liberé a Crobat de su pokéball, quien parecía estar listo para volar a grandes distancias con sus nuevas alas. --A la ruta 314--le pedí. Él solo asintió, me agarró de la remera como solía hacer, y pronto estuvimos en el aire. Quizás más adelante debía relevar a Crobat como el pokémon que me llevara volando a las distintas rutas, si quería entrenarle. Pero era un problema para después. Un problema para el yo del futuro, como solía decir mamá. En ese momento, tenía otras cosas en mi mente.
Me había quedado con Hubert durante la duración completa del combate entre Mimi y el tal Drake. Lo habíamos observado desde la distancia, intercambiando opiniones acerca de la fuerza de los pokémon de Drake o acerca de lo mucho que Mimi había mejorado desde su inicio. La sorpresa más grande se la llevó, por supuesto, la sorpresiva evolución de Moo en un Samurott; hasta Mimi pareció shockeada por la repentina evolución. Cuando concluyó, Drake y Mimi tuvieron un intercambio de palabras que decidí no escuchar, pues parecía algo entre ellos dos, y me quedé junto a Hubert mientras hablaban de quién sabe que cosa. Me dirigí hacia el muchacho oriundo de la región Kalos. —Y ahora, ¿hacia dónde te dirigirás? —le pregunté, curiosa. Contenido oculto @Bruno EVF
Mimi Honda —Nosotras regresaremos a la islas, ¿no es cierto? Pregunté, volteándome en el momento preciso que escuché las palabras de Effy. En aquel pequeño rato entre la partida de Drake y las palabras de la entrenadora, me había quedado muda, tratando de hacerme a la idea de la situación. Mi pecho se sentía cálido y comprendí que estaba feliz por tener al pokémon melodía conmigo. Feliz y agradecida. Quería aprovechar mi estancia en compañía de Meloetta lo máximo posible. ¿No significaba eso que todo había marchado según el plan? ¡No había ganado el combate, pero de todo modos tenía a Meloetta conmigo! ¿Cómo de afortunado podía ser eso? Lo único que esperaba, orgullosa como era, era que Drake no la hubiese dejado por lástima. Era obvio que la excusa de que ''se aburriría'' en la Sede era una absoluta mentira. ¿Creía que era idiota? ¿Qué tenía tres años y me lo creía todo? ¡Obvio que no! ¡Yo era la reina de las excusas! Si lo había aceptado, era sólo porque... había sido un gesto muy considerado que debía agradecer. Guardé la pokéball del pokémon melodía de regreso en mi bolso, junto a los esféricos de los exhaustos Monomaru, Raiden y Kichiro, y me acerqué hasta Effy y Hubert. No miré a Effy directamente, no quería escucharla comentar nada sobre mi derrota. >> Y... ¿nos vamos ya?— quise saber—. Hay muchas cosas que quiero hacer ahora.
—Nosotras regresaremos a la islas, ¿no es cierto? Asentí con la cabeza ante las palabras de Mimi. No sabía en qué momento se había acercado la rubia o hace cuánto había concluido su conversación con Drake, pero ahora se hallaba allí, en frente de mi y de Hubert, reafirmando que debíamos regresar a Isla Artistas. Me preguntaba como le estaría yendo a Emily… —Claro que debemos partir, pero creo que antes deberíamos pasar por un centro pokémon, ¿no? —opiné, cruzándome de brazos—. Tus pokémon deben estar exhaustos tras el combate… podemos pasar por el de Ciudad Témpera, que esta cerca y además tengo que recoger mi Holomisor por ahí… —Y... ¿nos vamos ya? Hay muchas cosas que quiero hacer ahora. Alcé una ceja ante esa imprevista reacción. ¿Muchas cosas? Me preguntaba que era lo que la Honda quería hacer ahora… pero una cosa era segura. Tras aquel combate se la notaba mucho mejor que cuando dejamos la Ruta 314. Había sido bueno, al fin y al cabo, haber descendido en la pradera, ¿no? —¿Muchas cosas, eh? —repetí, curiosa—. ¿Qué es lo que quieres hacer Mimi? Además de regresar a la isla, claro…
Mimi Honda —¡Cosas!— exclamé rápidamente. Ni siquiera yo tenía claro que eran esas ''cosas'' en realidad. Suspiré—. Quiero... pasar el máximo tiempo que pueda con Meloetta. ¿Quién sabe? Si se encariña lo suficiente conmigo, tal vez comprenda que yo puedo ayudarla mucho mejor que Drake— expliqué—. Dije que no la quería, pero al menos así no me sentiría tan mal por quitársela a su entrenador, después de todo Meloetta me eligiría por sus propios medios y Drake tendría que aceptarlo. >> Aunque eso no es asunto tuyo. Y era extraño, Effy no había comentado nada sobra mi derrota... ¿siquiera había estado viendo el combate? ¿Acaso había estado hablando con Hubert todo el tiempo? ¿Debía agradecer que no hubiese presenciado como había perdido después de lo confiada que había estado por ganar? Me molestaba. Le dirigí una mirada ladeada a Hubert. El entrenador no había vuelto a musitar palabra desde aquel ''Lo siento'' dubitativo de antes, y se veía algo tenso. Quizás solo tuviese miedo de hablar y desatar una reacción similar otra vez. —Oh, como sea— dije—. Vámonos, es evidente que ya no tenemos nada más que hacer aquí. Y tengo hambre. Y sed... Estoy agotada. >> ¡Sabes que si tuviese un pokémon volador ni siquiera hubiera aterrizado aquí en primer lugar!
Hubert —Me gustaría acompañarlas. Mis pokémon han pasado por batallas difíciles y necesitan descanso y comida —dije en cuanto las chicas acabaron de intercambiar sus palabras. Entonces miré a Effy y le sonreí (me hubiera gustado tomar su mano, pero por temor a una nueva reacción iracunda de Mimi, me contuve)—. Tenía pensado tomarme un rato de descanso con ellos y después ir a probar nuestras fuerzas en la Sede del Gran Campeonato. Quizás después me pase por Acuarela a ver cómo están Maractus y los demás, que los estoy echando de menos. >>Entonces, ¿nos vamos? Lancé una pokébola sobre el césped de la pradera. De ella volvió a surgir el gran dragón blanco, Reshiram. El pokémon legendario abrió las alas con elegancia. Parecía más calmado que hasta hace un momento, cuando vio que Mimi me gritaba. No obstante, noté que la miraba de reojo, como desconfiado.
¡Sabes que si tuviese un pokémon volador ni siquiera hubiera aterrizado aquí en primer lugar! —Hablando de eso, tenemos que hacer un cambio con eso, ¿no crees? —opiné, pensativa—. Deberías conseguir un pokémon volador para tu equipo… digo, es bastante práctico por si hay una emergencia y debes ir volando a algún lugar cuanto antes… ¿has pensado en algún volador que te interese? Pero no pude oir si Mimi respondió algo a eso o no. Porque entonces Hubert manifestó su intención de acompañarnos a Isla Artistas. Y yo pensé que no era una mala idea… porque ahora que lo pensaba, seguía teniendo la intriga de en qué momento el legendario dragón blanco había pasado a formar parte de su equipo, y quería oír esa historia en algún momento. Sentía que no habíamos hablado en siglos… —Pues vamos entonces —decidí, liberando a Skarmory—. Pero primero pasaremos por Ciudad Témpera; es la ciudad más cercana a aquí, para que Mimi recupere a sus pokémon en el centro pokémon, que fueron heridos por la batalla contra Drake, ¿de acuerdo?
Mimi Honda —Hablando de eso, tenemos que hacer un cambio con eso, ¿no crees? —escuché a Effy decir entonces. Mi expresión pasó del ligero enojo a la confusión—. Deberías conseguir un pokémon volador para tu equipo… digo, es bastante práctico por si hay una emergencia y debes ir volando a algún lugar cuanto antes… ¿has pensado en algún volador que te interese? —Un... ¿pokémon volador?— repetí. La verdad es que esperé que Effy dijese cualquier cosa excepto eso, por lo que tardé unos segundos en comprender. En el momento en que pude entender del todo la pregunta, sentí mis ánimos decaer ligeramente. Claro que había pensado en eso, claro que sabía que necesitaba un pokémon volador, no era tan estúpida. ¿Acaso no era obvio todos los problemas que me causaba depender de alguien para moverme por la región? De un modo u otro, siempre tenía que adaptarme a los deseos de los demás cuando se trataba de transporte aéreo y aquello era frustrante para alguien como yo. Era aquella misma problemática la que me había llevado a atrapar un pokémon volador hace meses. Un pokémon que no conocía vuelo y que quizás, por su tamaño, no podría cargar mi peso aún. Un pokémon que Alpha había logrado atrapar en la Torre de los Dragones. Un pokémon que el mismo entrenador había apodado con el nombre de''Sean''. Rufflet. Me mordí ligeramente el labio inferior. Tsk, maldita sea, ¿es que todo iba a recordarme a Alpha ahora? Sacudí la cabeza con pesadez, luchando por tragarme ese sentimiento de pérdida. Ya había hecho bastante drama con eso. Y yo era dramática, sí, pero permitir que mis ánimos decayesen en aquel momento, teniendo a Meloetta en mi poder, era totalmente absurdo y no podía permitirlo de ninguna manera. No iba a dejar que ese pensamiento me robase la alegría que el pokémon melodía acababa de darme. —Pues vamos entonces —Effy dijo, liberando al ave de acero. Skarmory aleteó con fuerza antes de posar sus garras sobre el suelo—. Pero primero pasaremos por Ciudad Témpera; es la ciudad más cercana aquí, para que Mimi recupere a sus pokémon en el centro pokémon que fueron heridos por la batalla contra Drake, ¿de acuerdo? Inspiré profundamente. —De acuerdo—dije, cruzando con Effy una mirada de circunstancias —. Ya era hora. De verdad que había empezado a pensar que echaríamos raíces aquí. Aparté de mis pensamientos toda tristeza que la pregunta de Effy hubiera podido evocarme. ¡Yo era una Honda, por el amor de Arceus! No iba a permitir que me afectara más de lo estrictamente necesario... De ninguna manera.