Long-fic Possum Spring's Barn Owl [NITW•Margarita•HumanVersion]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Kaisa Morinachi, 22 Enero 2021.

Cargando...
  1.  
    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

    Tauro
    Miembro desde:
    20 Julio 2015
    Mensajes:
    6,296
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Possum Spring's Barn Owl [NITW•Margarita•HumanVersion]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    62
    Epitafio

    Nada, el rol puede estar sepultado treinta metros bajo tierra, pero black goat siempre vivirá en nuestros corazones nobles y mentes perturbadas (?)

    Nada más que advertir que, al tratarse de Mar y conocer los límites inlimitados que posee, todo lo explícitamente explícito es factible. Pero nada, que empezaré con cosas super recuentos de la vida xd
     
  2. Threadmarks: Una lechuza en el campanario
     
    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

    Tauro
    Miembro desde:
    20 Julio 2015
    Mensajes:
    6,296
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Possum Spring's Barn Owl [NITW•Margarita•HumanVersion]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    558
    An barn owl in the bell tower

    Al final lo había conseguido, de una buena vez por todas. Me había costado tanto, y teniendo en cuenta como William había conseguido, antes mis ojos, un trabajo con bastante facilidad, pues bueno; me angustiaba, a fin de cuentas. No se lo diría, me costó admitirlo, pero verle congeniar con suma facilidad y adaptarse de alguna forma a este loco pueblo, pues bueno... no sé, me generaba sentimientos demasiados contradictorios. Por un lado estaba alegre, sumamente alegre por él, pero... por el otro eran sentimientos tan, tan feos, que en lo preferible intentaba pasarlos por alto, ignorando, teniendo como resultado común a mí llorando entre las sabanas sin saber por qué mierda del día. Y todo eso, a final de cuentas, lo terminaba justificando, o más bien culpaba por mis emociones al "asesino" o asesinos, lo que fuera, que parecía ser la última tendencia entre las condenas de este pueblo de, lo lamento por mis padres, pacotilla.

    En fin, que había conseguido trabajo en la única y, por ende, gran y reconocida Biblioteca de Possum Springs. Y bueno... ¿me alegraba?, ¿me entusiasmaba? Me aliviaba y listo, eso a la larga me alegraba, por lo que terminaba tomando una actitud muy entusiasta. Aunque en este primer día no estaba animada, al contrario, los nervios me hacían mascullar seguido, bufar, revolverme la melena con ansiedad, entre otras cosas. Había ido muy temprano en la mañana, tanto que tuve que esperar no sé cuantos minutos a que llegara el real trabajador, y creo que único, del lugar. Nos saludamos de manera más bien formal y concisa, rozando lo apático, pero bueno, no me quejaría de eso, pues de momento no me iba ni venia. Me indicó lo que hacer, lo que en resumidas cuentas era mantenimiento, mientras el se quedaba en la entrada en caso de algún perdido llegara; tenía que limpiar, barrer, ordenar y perder el tiempo. Es más, la idea de por qué me permitieron trabajar acá, no era más que simple lástima hacia mi persona me era cada segundo más plausible. Y eso en verdad me enfadaba, pero no estaba en posición de quejarme.

    Y así pasé el día; haciendo lo ya mencionado, distrayéndome de bastantes cosas y volcándome de lleno, sin mayores contratiempos, en todo lo que tenía que hacer. Desde muy temprano en la mañana, con un pequeño break para el almuerzo, terminando como a las siete y media, para que pudiéramos dejar todo bien cerrado y que a mi no se me hiciera demasiado tarde para volver a casa. Martes, jueves y domingos, me sonaba como buen horario en cuanto llegué a la comodidad de mi sepulcral casa. Me aseé, aseé el comedor y mi pieza en sí, comí y ordené, para que tras lavar los platos pudiera ir a dormir con comodidad. Claro, me di unas tres vueltas por toda la casa para asegurarme de que todo estaba lo mejor cerrado posible.

    Porque no importaba cuanto me distrajera de día, cuantas cosas lograra pasar por alto, la otras tantas que se me olvidaban; siempre, poco antes de dormir, y luego de despertar, la palabra "asesino suelto" me invadía la mente por lo menos un segundo.

    Mala suerte sí los sueños también.
     
  3. Threadmarks: Pájaros y cachorros
     
    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

    Tauro
    Miembro desde:
    20 Julio 2015
    Mensajes:
    6,296
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Possum Spring's Barn Owl [NITW•Margarita•HumanVersion]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    781
    Birds and puppys
    ¿No estaría dañada sí pudiera estar entre tus brazos?

    Era de noche, bueno, no era de noche; era el ocaso, pero de todas maneras estaba tan nerviosa que no controlaba mi apatía, ella me controlaba a mí. Era raro, que quisiera llorar por algo tan... mundano. El miedo arraigado en mi corazón, el peligro comandando mi mente, mis ojos nublados por... sencillamente, todo lo malo. Todo lo malo que había, que pasaba, que ocurrió.

    Y él tomó mi mano, con suavidad, brindándome una sonrisa confiada, pero sus cejas delataban su miedo; su miedo que sé, le daba yo. No yo en mí misma, las cosas que decía, las cosas que gritaba; las promesas que rompía, esas promesas mudas; las amenazas que lazaba, esas amenazas vacías, o repletas de pura inseguridad. No le daba miedo yo, lo sabía, pero ese miedo recaía en mí... Básicamente, le temíamos a lo mismo, ¿no?

    La soledad, la violencia, la muerte, el infortunio, las malas decisiones; todo, todo, todo lo que pudiera arrebatarnos lo que queríamos, lo que amábamos, lo que atesorábamos; nuestra familia, nuestros amigos, nuestros hogar, nuestras comunidad: nuestra frágil paz.

    Podíamos llegar a ser amantes, tal vez nos complementáramos como pareja, pero... era imposible. Sencilla y llanamente imposible que fuéramos algo más allá de lo fraternal, de lo maternal, de lo amistoso, porque... éramos hermanos, ¿no? Hijos de la misma madre, soledad; hijas del mismo padre, el abandono. Por eso nos entendíamos, a pesar de que siempre peleábamos y discutíamos. Por eso siempre volvíamos a caer uno sobre el otro, a golpes, en un abrazo; con amenazas, en un grito de ánimo... porque no podíamos dejarnos a nuestra suerte, esa suerte que sabíamos, desposeíamos desde el momento en que nacimos y nuestro creadores se deshicieron de nosotros.

    Esa suerte que nos dio una segunda oportunidad en Possum Springs; esa suerte que casi mata a Will, tras presenciar un asesinato; esa suerte que me hacía tentar mi fortuna, desde que murió Jacob. Muerte, vida; suerte, desacierto; oportunidad, cobardía.

    —¿Mar? —soltó suave, con la sonrisa cada vez más confiada y genuina, alegre, ladeando la cabeza como el cachorro que era; cuidadoso, suave, a penas y sostenía mi mano, sus dedos sostenían mis dedos, nuestras palmas estaban separadas, paralelamente ubicadas.

    —¿Uhm? —respondí apenas audible, con mi mirada cortante fija en nuestra unión, él soltó un suspiro que casi pudo ser risa; una risa derrotada, un suspiro conmovido.

    —¿Vamos, o quieres quedarte afuera, en el frío?— No tenía que verlo para saber que estaba erguido con confianza, ojos cerrados, y la sonrisa de idiota cruzándole de oreja a oreja, como en los viejo buenos tiempos, donde aún éramos niños...

    Y yo...

    >>Podríamos ver las estrellas sí quieres...

    Yo...

    >>Nos podemos quedar acá parados todo el tiempo que...

    Había retrocedido aún más, ¿no? Un par de lágrimas surcaron mis mejillas, hipeé un poco y él no demoró en hacer su jugada; me envolvió en sus brazos e hizo que apoyara mi cabeza entre su hombro y cuello, en ese hueco reservado para las amigas, para los familiares. Ya dije que nunca seríamos amantes, no de esos que desean ser pareja, porque nosotros ya nos dábamos todo lo que éramos capaz de darnos, desde que nos conocimos, sin siquiera ser conscientes. Lo sexual no estaba en la lista, solo lo familiar. Éramos más que amigos, menos que padres; los hermanos que siempre vimos en el orfanato, pero nunca sentimos cercanos.

    Esos que yo nunca sentí cercanos. Esas personas que se me hacían lejanas, cuando pasaba cada día encerradas con ellas, cada minuto convivía con ellas.

    Pero yo estaba muerta, estaba muerta cada minuto que hacía las cosas. Y mi llanto solo se hacía más y más profundo, más y más amargo, más y mucho más gutural; salía del corazón, las entrañas; llenaba mis pulmones y se atascaba en mi garganta y sentía que mi piernas fallarían y me desplomaría otra vez.

    Peor no, ya no, nunca más;
    porque tenía a Will conmigo,
    y el jamás me soltaría a posta.
    Jamás.
    Antes muerto.

    Como yo nunca lo dejaría huir.
    Que me matara antes.


    Así éramos, viviendo nuestros días mundanos con las mismas intensidades,
    porque nosotros más que nadie, sabíamos que un día podía ser el último para otros;
    la última oportunidad de salvar a otro.

    De salvarnos nosotros.
    De nosotros mismos.

     
    Última edición: 24 Enero 2021
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso