Drabble de Naruto - Por un trozo de arcilla

Por un trozo de arcilla

Aún no sabía cómo había parado allí; o sí, sí lo sabía… Tobi lo había convencido de ir a Konoha y robar la arcilla que vendía uno de los mejores alfareros de la aldea. Era media noche, no había una sola alma por toda Konoha, seguramente estaban durmiendo. El también estaría durmiendo si no hubiera caído en la desesperación; era catastrófico, su adorada arcilla se había terminado ¿Cómo haría sus figuritas y su hermoso arte?, de alguna manera tenía que buscar el preciado material, he ahí el motivo por el cual llegó a este lugar.

Tobi se quedó a las afueras de la aldea mientras él iba por la arcilla, caminó tranquilamente sin ninguna preocupación ya que nadie andaba a esas horas de la noche por allí. Llegó al sitio que le indicó su compañero intentó entrar por la puerta, pero estaba cerrado, iba a entrar por la ventana, pero un ruido que provenía de una de las casas hizo que se escondiera. Vio salir a una chica de cabello rosado y ojos verdes, llevaba una bolsa en sus manos; sabía quién era, sonrió con picardía y caminó sigilosamente mientras seguía a la joven.

—Vengo a buscar arcilla y mira nada más con quién me encuentro… con la flor de cerezo, uh. —Pensó para luego sonreír de medio lado.

Siguió caminando detrás de la chica, ella aun no notaba su presencia debido a que él había ocultado su chacra. La chica dobló la esquina, saltó un gran muro ya que las puertas de ese lugar estaban cerradas, en la puerta había un símbolo que él conocía muy bien; el Clan Uchiha, ¿qué estaría haciendo en ese sitio?, el barrio Uchiha estaba abandonado desde hace mucho tiempo. Aceleró más los pasos para hacerse notar, la chica paró en seco y sonrió de lado.

—Tengo lo que buscas —dijo mientras se volteaba y mostraba la bolsa.

— ¿Ah sí?, uh —preguntó con una sonrisa.

—Si la quieres ven por ella —habló de manera retadora.

En cuestión de segundo, la chica se vio acorralada por el artista. Azul y verde se cruzaron mientras sus labios se hundían en un ardiente beso, un beso que acabó por la falta de aire. Sakura miraba atónita a Deidara mientras este sonreía de medio lado y mostraba la bolsa, la cual estaba repleta de arcilla.

—Esto fue muy fácil, uh, y ni siquiera tuve que robarla —habló con picardía— la próxima vendré por una flor de cerezo, uh —esto último lo dijo para luego montarse en su ave, irse y dejar a la chica, quien no salía de su asombro mientras se tocaba los labios.

FIN.