Long-fic Pokénronpa

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por MrJake, 7 Octubre 2017.

  1.  
    Lucas Diamond

    Lucas Diamond Dios de FFL

    Aries
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    Whaaat the fuuuuck tío me has roto todos los esquemas xD Que hubiese dos por la introducción ya me resultaba algo perturbador, ¿pero tres, rlly? Ahora mismo no sé qué pensar, que rayada xD Pero desde luego, el siguiente del que desconfío es de Steve. El tercero ya ni zorra. Bueno, y de Emily y Dante también, por la escena del criadillo al servicio de la mente maestra al principio. ¿Quién me dice a mí que Dante no recuerda su talento y simplemente se hace pasar por el novio de Emily para tenerla controlada porque sabe que es la mente maestra y y y? Ay no sé.

    Sinceramente, lo haces muy bien, has conseguido que acabe desconfiando de absolutamente todos los personajes, menos de Effy. Es la única en la que confío realmente.

    Otra cosa que me perturba... ¿cómo es entonces que solo uno de los votos normalmente se perdía por seguir las normas? Quiero decir, la deducción que aplicaron para descubrir que hay una mente maestra... ¿cómo es que solo uno de los votos iba a por alguien más? Madre mía qué panorama xD Ahora han cambiado un poco mis ideas sobre la mente maestra, pero sigo sospechando de quien ya sabes (?) Por lo que creo, debe haber como una mente maestra super jefaso y luego otros dos pardillos que están siendo arrastrados; algo así como si me dices que son Junko y Mukuro, que en realidad una maneja el cotarro pero las dos son traidoras a su modo y las dos estaban en el ajo.

    Ah, también me queda ahora la duda sobre cuántos traidores hay. Porque dice bastante clarito que entre ellos hay tres, pero no cuántos han podido morir ya. ¿Quizás algún asesino era también de los traidores? ¿Alguna víctima? No sé, detalles en los que me fijo y que me hacen pensar como un descosido, no les des más importancia.

    Casi se me olvidaba, por cierto. Drake asesinó a Erwin :O Eso no me lo veía venir, esperaba que fuera su culpa, pero más por una negligencia que de manera intencionada. Y estoy muy seguro que los ojos rosas son una pista importante sobre quién es la muchacha, pero no caigo en nadie con ese color de ojos. Madre mía... Por cierto, pensaba que los iKumas ya los habían jondeado.

    En cuanto a lo técnico, te resalto solo este párrafo:

    Porque se me hace algo repetitivo tanto "allí" y porque no hay mucho más que resaltar, es una narración fluida y amena.

    En fin, tengo muchas ganas de seguir leyendo y saber ciertas cosas que aún me faltan para atar cabos :'D Como el siguiente día es el de free time events pues voto por Mimi obv. Tengo mucha curiosidad por esa chica y por su papel, so xD Espero que nos dé información útil.

    PD:
    [​IMG]

    Enhorabuena por tu trabajo, tate, sigue así,

    Lucas Diamond~ <3
     
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  2.  
    Amane

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    Dios, aprobar inglés, que David traiga un nuevo capítulo de Pokénronpa, ¿no es la vida preciosa?

    A ver, a ver, el principio me dejó muy muy pensativa. Pensaba que con el tiempo, con más capítulo, lograríamos entender más sobre esas intervenciones iniciales que haces y, sí, nos haces entender algunas cosas pero a la vez haces que nos surjan más dudas. Bueno, como debe ser al fin y al cabo.

    Así que, ese pequeño prólogo me hace cuestionarme aun más cosas. Que, de todas formas, gracias a la reunión de los ultimates de después creo que me han ayudado a aclarar un poco.

    Luego, la escena con Mimi y lo del vídeo de Drake. No te voy a mentir, eso de los ojos rosas en un principio me hizo pensar en Emily pues porque no sabía en quién más pensar (?). Pero no, ella los tiene morados, así que hay que pensar en una chica de ojos rosas por la que Drake traicionó a su maestro (QUE ES ERWIN OMGGG) y... no sabría decirte. Lo más cercano que creo recordar es Astrid, pero ella tiene solo uno y no sabría decir si es rosa. Así que bien, otro misterio más.

    La reunión que Ian ha organizado manipulando a Dante, Dios, es que lo amo sorry. Uf, la información que se descubre es bastante interesante. Me recuerda un poco al DR1, cuando resulta que son ellos mismos los que se encierran en la escuela. Claro que aquí hay que añadirle que la academia, no es solo una escondite ellos por ellas y para ellos, si no que ellos son los culpables de todo lo que está ocurriendo fuera. Y aun así, han sido encerrados por alguien que los obliga a matarse entre ellos y hay traidores entre ellos mismo.

    Dios, es que estoy cada vez más confusa.

    En fin, el nuevo motivo ha sido, de nuevo, interesante. Esta vez hablamos de más traidores y eso solo consigue hacerlo más excitante. ¿Quiénes son los que están ahí entre ellos pero son infiltrados? Uhm, todos resultan sospechosos sabiendo lo que sé de esta saga.

    Así que nada, solo queda esperar hasta el próximo asesinato y ver qué más información se descubre. Al fin y al cabo, ya estamos por el cuarto capítulo, ya estamos más cerca de la verdad y... más cerca de presenciar como dos personas más se irán del grupo para siempre.

    Esas miradas furtivas entre Drake y Emily 7u7

    Y... creo que voy a votar por Ian, porque quiero saber cómo lo haces y quiero saber más de este boi.
     
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    MrJake

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    Pokénronpa
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    Para todas las edades
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
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    6779
    Capítulo 4: Retazos de la Verdad

    Vida Diaria, Parte 2


    … tres traidores. Éramos solo nueve, pero, según Reversekuma, entre nosotros había tres traidores. ¿Era posible? Tal vez solo fuese una burda mentira, pero… ¿y si era real? ¿Y si de verdad era cierto que, aunque creyésemos ser nueve, sólo éramos seis? De ser así, los traidores no dejarían que el juego se acabe, ni por asomo. Si nadie mataba, ellos lo harían, estaba más que claro. Pero, ¿cómo podía nadie de nosotros ser capaz de…?

    Mi mente intentó pensar en las distintas posibilidades. Pensase lo que pensase, siempre aparecía dibujada en mi mente el rostro de Ian. A decir verdad, el estratega era uno de los pocos que encajaba perfectamente en el perfil de traidor… y eso explicaría cómo puede saber tanto de todo. Aunque esa lógica… haría que Dante también tuviese que ser un traidor, por saber sobre el Proyecto Omega y actuar tan raro todo el tiempo. ¡C-Claro, y si Effy era la otra traidora, entonces todo lo relacionado con el Equipo Gamma era una mentira creada por ellos tres con el único fin de perturbarnos! Tenía sentido, ¿no? Ian, Drake y Effy eran los únicos que parecían saber sobre ese acontecimiento, de un modo u otro.

    Pero… si fuese cierto, entonces no podría aplicar esa lógica. De hecho, si todos los eventos de los Gamma fuesen ciertos, sería extraño que lo revelasen de ser traidores, ¿no? No tendría ningún sentido, a decir verdad. Sería perjudicial para ellos que lo supiésemos. De manera que, descartando a esos tres, me quedarían cinco opciones… y me negaba a creer que Em o Steve pudiesen ser traidores, así que las posibilidades se reducían a Mimi, Brendan y Hubert. ¿S-Serían ellos?

    Sin darme cuenta, había caído de lleno en la trampa de Reversekuma. Había comenzado a dudar de todo y de todos, a desconfiar de mis compañeros. Eso era, sin duda alguna, lo que el oso buscaba, estaba segurísimo. Fuese o no cierto lo de los traidores, lo que deseaba Reversekuma, Monokuma o quien fuese era que cundiese el caos. Y el muy maldito lo lograba: los rostros de duda de todos mis compañeros se notaron claramente tan pronto como lo dijo.

    Supongo que, por ese motivo, aquella tarde, cuando nos decidimos a explorar la nueva cuarta planta, lo hicimos en pequeños grupos: Emily, Steve, Dante y yo, por un lado; Ian y Brendan, por otro; Effy y Hubert, por otro. Respecto a Mimi… lo cierto es que no tenía ni idea de a dónde habría ido. La cuestión, en cualquier caso, es que ascendimos en el ascensor por separado, cada uno con quienes más querían confiar.

    Y no iba a mentir; en cierto modo, que Dante viniese con nosotros me hacía sentir un poco celoso, por mucho que me lo negase a mí mismo… y por mucho que, en el fondo, simpatizase con él de algún modo.


    En cualquier caso, la nueva planta, la cuarta planta, se abrió paso ante nosotros, mostrando, nada más bajar del ascensor, una enorme (y, cuando digo enorme, quiero decir enorme) salón. Parecía una especie de salón de fiestas, con algunas mesas decoradas elegantemente con candelabros de oro y amplio espacio para bailar, además de equipos de música a ambos lados.

    —¡Vaya! —exclamó Steve al ver la sala, entusiasmado—. ¡Qué sitio tan bonito!

    Asentí. A decir verdad, era un lugar muy bello. Las paredes estaban todas recubiertas de cortinas amplísimas con elegantes tiradores que llegaban hasta el techo. Miré hacia arriba, y pude ver una enorme lámpara, al estilo de un gigantesco candelabro, también de oro, colgando justo en la parte más alta, en el centro de la sala. Además, en el techo había enormes vigas de madera, y no pude evitar fruncir el ceño al mirarlas. No solo restaban elegancia a la zona, sino, que, además… me producían una sensación amarga.

    —¡Hey, aquí arriba!

    … y en cuanto oí esa voz provenir de las vigas entendí por qué. Ian estaba sobre ellas, por algún motivo, y saludaba jovialmente mirando hacia abajo.

    —¿Q-Qué haces ahí? —grité—. ¿Cómo has subido?

    —Oh, ¿cómo? Descubridlo vosotros mismos. ¡Detrás de algunas de las cortinas hay puertas! —Ian parecía divertirse muchísimo. Y, honestamente, probablemente estaba más cómodo sin saber por qué se encontraba tan alegre.

    La cuestión era que, como era de esperar, sus palabras suscitaron nuestra curiosidad, y comenzamos a apartar las cortinas de las paredes con las manos. La mayoría de ellas no ocultaban nada, pero había dos puertas a la izquierda y una a la derecha que sí que se escondían tras ellas.

    —¿¡Sauna!? —leyó Emily, entusiasmada, sobre una de las puertas de la izquierda, la cual acababa de descubrir—. ¡Ah, me vendría genial para relajarme! —y, alegre, entró en la sala con paso precipitado.

    —¡E-Espera Em! ¿Hay zona también para chicos? —vociferó Steve, correteando tras ella.

    No tuve apenas tiempo de reaccionar, cuando me encontré a solas con Dante. Curioso, el chico estaba tirando de uno de los tiradores que llegaban hasta el techo.

    —Hmpf —gruñó.

    —¿Huh? ¿Qué sucede, Dante? —le pregunté, con algo de curiosidad, mientras me acercaba.

    El chico examinaba la cuerda con curiosidad. Sin siquiera responderme, se encaminó a las cortinas que había justo a su lado, y tiró de su respectivo tirador; al hacerlo, las cortinas se abrieron, revelando la otra puerta del lado izquierdo, que aparecía rotulada como “vigas”.

    —… interesante.

    —¿Q-Qué sucede? —pregunté otra vez, esta vez algo más alto.

    —Aquel tirador parece no funcionar —señaló a la cuerda de la que había estado tirando antes—. Las cortinas llegan hasta el techo, que, como puedes comprobar, está bastante alto… y estos tiradores se supone que deberían servir para correrlas a ambos lados y revelar la puerta o pared que ocultan. Los tiradores ejercen un efecto polea, y al tirar de ellos ligeramente ya logras que la cortina se abra.

    Subió ligeramente el tirador que había agarrado antes y lo soltó. La cuerda se elevó hacia arriba ligeramente, al tiempo que la cortina se cerraba.

    —Oh, ya veo. Y dices que ese no funciona.

    —… debe estar roto. Probablemente se haya desenganchado del mecanismo.

    —Bueno, podría arreglarse fácilmente, supongo. Creo que esta puerta conduce a las vigas, imagino que para solucionar problemas de ese tipo. Echaremos un vistazo luego. ¿Vienes a ver la sauna también tú? —pregunté, mientras me encaminaba hacia el lugar donde Em y Steve se encontraban.

    —… —Dante, por algún motivo, se había quedado obnubilado contemplando aquel tirador—. Sí. En seguida voy.

    Y, finalmente, entré en la supuesta Sauna.

    Y vaya si era una sauna: ¡una enorme! Al entrar, había un pequeño recibidor, y una pared que que no llegaba del todo hasta el techo, dejando un pequeño hueco sobre la misma, mostraba dos puertas, uno con un icono masculino y la otra con un icono femenino.

    —Wow —susurré, admirado. Un poco de vaho surgía del hueco que quedaba sobre la puerta de la zona femenina—. Vaya, parece que Emily no ha perdido el tiempo, ¿eh?

    N-No supe muy bien cómo interpretar la mirada severa que me dedicó Dante cuando dije eso, pero prefiero obviar los detalles. La cuestión es que la puerta de los chicos se abrió de pronto, y tras ella apareció Steve, en paños menores: solo llevaba una toalla atada a la cintura para taparse; el resto estaba completamente desnudo. Él tampoco perdía el tiempo.

    —¡Hey, Dante, Drake, venid, esto mola mucho! Hay un vestuario chiquitín, ¡y luego no solo hay una sauna, sino también un jacuzzi de esos con burbujas! —como todos los jacuzzi, ¿no?

    —C-Creo que de momento voy a pasar. Quiero seguir viendo qué hay por aquí —comenté.

    Mi sorpresa fue mayúscula al ver que Dante se había quitado ya la camiseta, al tiempo que se dirigía al interior de la sauna.

    —… un poco de relax me vendrá bien, supongo.

    —¡Di que sí! ¡Drake es un soso! —y Steve y Dante cerraron la puerta en mis narices, de modo que me quedé solo y algo estupefacto. No tardó en aparecer vaho también en la zona de los chicos.

    En fin, terminé saliendo de allí (comenzaba a hacer calor allí dentro, dicho sea de paso), y me encontré de bruces con Mimiko a la salida.

    —Oh, Mimi —dije, abruptamente. Me di cuenta en seguida de que tenía los ojos húmedos—. ¿T-Todo bien?

    —Huh. No te metas en los asuntos que no te llaman, Apestes —espetó, con un tono de voz entrecortada—. Estoy bien.

    —¿Dónde estabas? Todos vinimos a esta planta, salvo tú.

    —Fui… fui a la sala de la torre —agachó la cabeza, entristecida, conforme decía aquello.

    —¿A-Allí? ¿Por qué querrías volver allí?

    Mimi hizo un esfuerzo sobrehumano por no romper a llorar delante de mí, y terminó apartando la vista conforme hablaba.

    —Solo quería ver si… en fin, si Alpha seguiría allí.

    Aquella respuesta provocó una amarga sensación en mí. Yo también terminé apartando la mirada, sin saber bien qué decir. Naturalmente, ya no estaría allí; la mente maestra era rápida a la hora de eliminar los cuerpos y las pruebas una vez que el juicio acababa. ¿Dónde estarían ahora los cadáveres de todos los amigos que hemos dejado atrás…?

    —La última vez que le vi fue allí, de hecho —confesó Mimi—. Fui una completa idiota. Como siempre. Igual de idiota que él, o más, incluso, ¡y mira que era difícil!

    Al oírla decir aquello, recordé el juicio, y las notas que tomó Brendan sobre los registros de entradas y salidas en el ascensor. Mimi fue la primera en entrar… y justo después lo hizo Alpha, para salir tras él Mimi, otra vez.

    —¿Qué fue lo que hablasteis? —me arrepentí de preguntar aquello, porque, conociendo a Mimiko, probablemente me respondería de forma hostil y violenta. Pero, por suerte para mí y para mi integridad moral, no fue así. Estaba demasiado abatida como para actuar como era habitual en ella. En el fondo, me daba lástima; estaba sola, y eso se podía notar en su mirada. Necesitaba a alguien con quien hablar. Necesitaba desahogarse, simplemente.

    —… los dos entramos juntos, de hecho. Yo seguía a Alpha como una idiota, porque me dijo que había algo que tenía que contarme. Ese idiota me trataba bien, ¿sabes? Era una de las pocas personas que lo hacía. Aunque ni siquiera me merezco que me traten bien; no soy una buena persona, ya lo sé —sus palabras eran duras y severas, y, de hecho, se las estaba diciendo a sí misma. Me di cuenta entonces de cuán acomplejada estaba en realidad. Siempre se mostraba arisca y engreída, pero, realmente, no era más que un cúmulo de carencias. Carencias afectivas de todo tipo… y su personalidad no era sino un mecanismo de defensa ante esas carencias—. Me emocioné un poco cuando me llevó a un lugar apartado para hablar, pero… todo cuanto me dijo fue que me consideraba su amiga y que, por ello, quería que le ayudase a conquistar a Elisa. “He quedado con Elisa para hablar de cierto asunto que he descubierto… en esta sala hay algo muy interesante”, me dijo. “Creo que aprovecharé el momento y le confesaré lo que siento. ¿Crees que saldrá bien?” —Mimi apretó el puño, llena de rabia—. I-Idiota. No tenías ni idea de lo que siente una mujer —aquello lo dijo en voz baja. Y, lo que dijo después, casi fue un susurro—. Pero si no me hubiese marchado de allí entonces… si me hubiese quedado, si no me hubiese resignado, quizás él no estaría…

    No supe muy bien cómo reaccionar. Mimi parecía sentir algo por Alpha, y él ni siquiera se dio cuenta de ello. Y, ahora, en cierto modo, ella se culpabilizaba por su muerte. Quise hacer algo por animarla, pero no sabía qué. Así que, en un intento de cambiar de tema, llevé mi mano a mi nuca y dije:

    —P-Por cierto, Mimi, huh… la otra vez, cuando hablamos en el pasillo, me quedé con ganas de preguntarte algo.

    Ella levantó la cabeza para mirarme por un segundo. Supongo que pasar un poco de tiempo conversando con ella le vendría bien…

    Free-time event: Mimiko Honda

    —Tu hermano, hm. La verdad es que me quedé con curiosidad de saber qué sucedió con él, ¿sabes? —le dije, de forma algo apresurada y torpe. Al menos su rostro cambió de uno apenado al típico aspecto enfadado de Mimi. Eso me causaba alegría, de alguna forma—. Se casó con un chico, ¿no? Y se fue de casa. ¿A tu padre no le gustó aquella decisión, o…?

    —… —Mimi suspiró—. No, no es eso. A mi padre le daba igual. Lo que realmente le molestó fue que se cambiase de apellido. Que renunciase a ser un Honda. Pero en fin, esa es la vida que se buscó, la que él quería, ¿no? Alejado de lujos y de todo eso. No lo entiendo, pero oye, allá él. Lo único que ha conseguido es que mi padre le odie —chasqueó la lengua y apartó la mirada, resignada—. Y ahora no quiere ni verlo.

    —V-Vaya… —no sabía bien qué decir—. ¿Y cómo se gana la vida tu hermano, entonces? —lo cierto es que la historia me daba mucha curiosidad.

    Y, por algún motivo, esa pregunta suscitó una reacción extraña en Mimiko.

    —E-Esa es una buena pregunta. Ni él mismo lo sabe, a decir verdad. Resulta que mi hermano siempre quiso ser pintor, escultor y artista, en general… pero nunca tuvo demasiado talento, la verdad. ¡Sus cuadros son horribles, y sus esculturas, aún peores!

    —Entonces… ¿no trabaja? Supongo que será su marido el que trae el dinero a casa, entonces —deduje.

    Pero ella negó con la cabeza.

    —No, no… las pocas veces que he podido hablar con él me ha dicho que lo cierto es que le va muy bien en las ventas de cuadros —Mimi parecía extrañada de sus propias afirmaciones. Se encogió de hombros tras decir aquello—. No entiendo muy bien cómo, pero siempre consigue venderlos por una cantidad de dinero muy elevada. Y sus compradores siempre son anónimos. Pero bueno, le va bien… por muy malo que sea.

    —… con que sus compradores son anónimos, ¿eh? —sonreí.

    —¿¡Qué te hace tanta gracia, Apestes!? —vociferó Mimiko, indignada.

    Y yo comencé a reír.

    —Nada, nada. Solo digo que, tal vez… tu padre no odie tanto a tu hermano como dice, ¿no crees?

    —… ¿huh? ¿A-A qué te refieres?

    Puse una mano en el hombro de Mimi, al tiempo que pasaba por su lado para dirigirme hacia otro lugar, a seguir investigando, y dije:

    —Me refiero a que el amor de un padre está por encima de su orgullo… por mucho que intente ocultarlo.

    Y así, pensativa, dejé allí a Mimi. Cuando me di la vuelta por un momento para mirarla, observé que había esbozado una sonrisa. Supuse que ya se habría dado cuenta de la verdad ella misma... y eso me alegraba; mi objetivo, al verla sonreír de nuevo, había sido alcanzado, pues.

    ¡El nivel de amistad con Mimiko Honda ha alcanzado su máximo!


    En cualquier caso, mis pasos me llevaron hasta la sala que se encontraba tras la pared de la derecha del gran salón de bailes. Para mi sorpresa, lo que allí había era una gran cocina, mucho más lujosa y amplia que la de la planta baja. Parecía ser un lugar específicamente diseñado para servir productos para la fiesta. Desde luego no había la misma variedad de comida que en la cocina de abajo, pero de un rápido vistazo a las múltiples neveras me di cuenta de que los ingredientes eran mucho más selectos: desde carnes y pescados que saltaban a la vista que eran de calidad hasta verduras y frutas con un aspecto tan fresco que parecían recién cultivadas.

    —Esta cocina luce mucho más profesional que la otra, incluidos los utensilios y electrodomésticos —oí la voz de Hubert, y, al girarme, vi al super Ajedrecista y la Super Terrorista entrando en la sala y mirando con curiosidad a su alrededor.

    —S-Sí —tartamudeé, por algún motivo. De pronto sentía como si Effy fuese alguien mucho más imponente… tal vez porque ahora sabía que, en el fondo, era mi jefa… al menos cuando aún conservaba los recuerdos del Equipo Gamma, si es que eran reales. ¿O quizá lo que sentía era recelo y miedo, miedo a poder estar frente a una de los tres traidores? —. Supongo que está pensada para hacer platos más elaborados, para las fiestas.

    —Debe ser el lugar donde se hacen las celebraciones de esta Academia. Aunque no tiene sentido que la Sauna esté aquí, en esta planta —observó Effy—. Digamos que no pega con el resto de la planta.

    —Tal vez no haya más espacio en la Academia, y ese fuese el único lugar vacío donde instalarla —aventuró Hubert.

    —Sí, es una opción… un poco conveniente, pero una opción.

    Cuando esos dos comenzaban a elucubrar sus teorías en voz alta, a veces sentía como si mereciese ser despedido y destituido de la Policía ipso facto. Tenían una forma de razonar, expresarse y debatir envidiable, muchísimo mejores que las mías, eso desde luego.

    Y, antes de que me diese cuenta, Hubert estaba trasteando en la cocina, examinando los cajones, mientras que Effy se dirigía a mí, con aires misteriosos. En voz muy baja, me dijo:

    —Escúchame bien. Solo lo diré una vez.

    Al hablarme de ese modo, sentí un nudo en la garganta. Tenía miedo, por algún motivo.

    —… estoy casi segura de saber quiénes son los traidores —lanzó, de prono.

    —¿E-Eh? ¿Cómo? —alcé la voz más de la cuenta, y Hubert dirigió una rápida mirada hacia nosotros. Effy chistó, y, cuando el Ajedrecista volvió a centrar su atención en sus quehaceres, ella volvió a hablar entre susurros.

    —No puedo decirte quiénes son, porque podría ponerte en peligro, y porque aún necesito confirmar algo para estar completamente segura de mi deducción… necesito verificar si mis escasos recuerdos son ciertos, y comprobar cómo podría explicar la evidente contradicción que suponen los mismos.

    ¿Recuerdos? ¿Es que acaso… Effy Joy, antes conocida como Gamma, había recordado algo acerca de su pasado? Curioso, fui a preguntar, pero ella fue más rápida, y sus palabras pisaron las mías.

    —Te digo esto porque confío en ti. Y quiero dejar constancia de algo: si en los próximos días yo muero… puedes estar seguro de que fueron los traidores quienes me mataron.

    —¿¡C-Cómo!? —exclamé, alarmado. Aquella afirmación me cogió totalmente desprevenido—. Pero, Effy, ¿qué pretendes hacer?

    —Nada. Solo intento redimir mis actos protegiéndoos a todos —confesó, cabeza agachada.

    Effy… ¿recordaría, acaso, que todos éramos parte de su mismo equipo? En teoría, Dante solo nos lo había revelado a Mimi, a Emily, a Ian y a mí. Quizá no lo sabía, y por eso decía aquello; lo más probable es que creyese que nosotros no éramos más que meros afectados por la destrucción que causó el “Proyecto Omega”, y no recordase que, en realidad, ella no era la única responsable, sino que todos lo éramos.

    Y eso me hizo darme cuenta de que quizá aquel era el momento perfecto para preguntarle algunas cosas a Effy. Para saber un poco más sobre ella.


    Free-time Event: Effy Joy

    —Por cierto, Effy… ¿lograste recordar algo más acerca de, ya sabes… tu pasado?

    Effy se cruzó de brazos y me miró de forma seria y severa. Suspiró.

    —No recuerdo gran cosa —terminó diciendo—. De hecho, vagamente puedo recordar que, en un inicio, comencé siendo Política de verdad. Quería lograr que el mundo fuese un lugar mejor… o, bueno, eso es lo que recuerdo: quién sabe qué concepto entendía Gamma como “lugar mejor”, ¿huh?

    Sus palabras sonaban melancólicas, tristes, hasta desesperadas, en cierto punto. Debía ser horrible eso de no ser capaz de recordar el motivo detrás de tus acciones, pero saber, sin embargo, que tus acciones causaron un mal terrible. No entender por qué siquiera hizo todo aquello… realmente la entendía. No en vano, ahora sabía que yo también era culpable. Yo y todos.

    —No recuerdo en qué punto se torció todo. Lo único que sé es que en algún punto, reuní a mis seguidores y comenzamos a actuar en la clandestinidad, secuestrando gente, robando, actuando en las sombras todo el tiempo. Y comenzamos a ser conocidos por los medios como “terroristas”. De ahí mi título.

    Quise horadar un poco en el asunto, así que me aclaré la garganta y me atreví a hacer la pregunta.

    —… ¿recuerdas a tus seguidores? ¿A los miembros del Equipo Gamma?

    Y ella me miró entonces de una forma muy misteriosa. No habría sabido decir qué querían decir aquellos ojos, qué insinuaba su mirada. Me resultó completamente indescifrable, a decir verdad.

    —No. No los recuerdo. Pero sí que recuerdo que todo fue culpa mía. Sé que organizamos un Proyecto… porque fue mi idea. Y ese Proyecto acabó siendo el Proyecto Omega, la máquina que trajo la destrucción a este mundo. Todo por mi culpa… mis seguidores no tuvieron nada que ver, solo confiaron en mí cuando no debieron.

    Hubert caminó entonces hacia la salida, y alzó la cabeza.

    —Effy, voy a seguir explorando, ¿vienes?

    Y ella, tras asentir mirando en la dirección del otro chico, se volvió durante unos segundos hacia mí, solo para decir, en voz muy baja y hasta siniestra:

    —Fue culpa mía. De nadie más.

    Y se marchó… sin más.

    El nivel de amistad con Effy Joy ha aumentado.


    Tras la escena con Effy, noté como si mi sangre se hubiese quedado helada, y decidí aprovechar que estaba en la cocina para tomarme un vaso de agua y relajarme por un momento. Effy… se había comportado de una forma un poco extraña. Era obvio que algo le rondaba la cabeza. ¿Estaba planeando hacer algo? La revelación de los traidores parecía haberla afectado también a ella… y eso me hizo pensar: si Effy había comenzado a hacer investigaciones y elucubraciones, si yo había llegado a sospechar de mis compañeros, ¿el resto también estaría dudando, estaría sospechando, estaría planeando actuar de algún modo?

    Y, al pensar en la posibilidad de que el resto planease actuar, se me vino a la mente un nombre: Ian Lockhart. Ese chico… ¿estaría maquinando alguna de sus estrategias? ¿Qué podría pasar por su cabeza en estos momentos? Intranquilo, me levanté abruptamente. Tenía que hablar con él sobre el tema. Tratar de descubrir si planeaba hacer algo, o si él era el mismo traidor. Pero, ¿a quién quería engañar? Aunque mis pies avanzaban con celeridad por las escaleras que había tras la puerta del lado izquierdo del salón de baile, que conducía hacia las vigas, bien sabía que no iba a conseguir sacarle nada a ese tipo.

    Y allí lo vi. Tumbado bocarriba sobre una de las vigas mientras miraba el cuaderno de Brendan, y este, sentado en otra viga cerca de él, le miraba hacerlo con el rostro tan pálido que parecía a punto de desplomarse. Sin duda, que leyesen sus notas no le agradaba en absoluto, pero… por algún motivo, no hacía nada por evitar que Ian lo hiciese. El Estratega lo tenía completamente sometido a su control… ¿a qué tipo de chantaje podía estar sometiéndolo?

    —Hey, Drake —dijo Ian, lanzando por los aires el cuaderno al tiempo que se incorporaba. Brendan casi se cae de las vigas al estirarse para recogerlo antes de que se cayese—. ¿Qué tal? ¿Has visto qué fascinante es este lugar, sobre las vigas? Un escenario ideal para el próximo crimen, ¿no crees? ¡Admite miles de posibilidades!

    Estuve a punto de retroceder con desagrado al oírle decir todo aquello, pero intuí que, probablemente, solo quería provocarme. Me aclaré la garganta, y me dispuse a preguntarle, pero no tardó en ser él el que tomase la iniciativa.

    —Dime una cosa, Drake Orestes, Super Policía. ¿Quiénes crees que son los tres traidores? ¿Alguna idea? Como Policía, tu testimonio puede ser muy valioso, ¿no? Se supone que tienes intuición y todo eso.

    Aquella pregunta me dejó helado. Precisamente porque yo iba a preguntarle justo eso. Quería oír sus opiniones para intentar deducir algo en base a su respuesta. Ian siempre parecía estar un paso por delante, así que quizá sabía algo… o quizá, solo quizá, hubiese podido pillarle desprevenido. Lástima que, tal y como yo mismo sé y acabo de decir, Ian siempre está un paso por delante.

    —¿Sospechas? A decir verdad, no lo sé. Ni siquiera sé si es cierto que hay traidores. Podría ser todo una trampa de Reversekuma.

    Ian hizo un gesto reflexivo.

    —Nah. No lo creo. O no quiero creerlo, más bien. Quiero decir, ¡es mucho más divertido jugar a encontrar a los traidores! El juego necesita de novedades para que no se vuelva monótono, ¿sabes? Y esto es un gran acierto de parte de la mente maestra, desde mi punto de vista —se llevó la mano al mentón—. Me gustaría saber qué clase de persona es… —susurró.

    Realmente, incluso aunque todo ese comportamiento fuese parte de una estrategia, Ian llegaba a producirme asco. Me provocaba una enorme sensación de rechazo, deseaba alejarme de él. Era peligroso, eso lo tenía claro. Muy peligroso. Alguien como él podría pasar perfectamente por un traidor que sigue a esa mente maestra tan sanguinaria.

    —Seguro que crees que yo soy un traidor —y, conforme Ian decía esas palabras, volví a sentirme vulnerable. Estaba completamente a su merced… era casi como si me leyese la mente. ¿Cómo se podía derrotar a alguien así? —. Pero, oh, vamos. Eso sería demasiado obvio, ¿no crees? Seguro que eso de los traidores tiene truco.

    —¿Truco? —pregunté, curioso—. ¿Insinúas que es mentira?

    —No, no, creo que de verdad hay traidores entre nosotros, pero… hay algo raro —sonrió de forma extrañamente amable—, ¿no crees?

    Algo… raro, ¿eh?

    —De todas formas —continuó hablando Ian—, como digo, me gusta la idea de que haya un traidor. Eso le da mucha más vida al día a día en esta Academia… no en vano, un traidor es, en cierto modo, un Estratega, ¿no? Alguien que juega a dos bandas. ¡Como yo!

    Y, de alguna forma, acabé envuelto en una conversación sobre el pasado de Ian.

    Free-time Event: Ian Lockhart

    —¿Te he contado alguna vez cuál fue mi inicio como Estratega, Drake Orestes, Super Policía?

    Fruncí el ceño, y negué suavemente con la cabeza. Tampoco quería escucharlo, a decir verdad, pero… ya había comenzado a hablar, así que, probablemente, no había mucho que pudiese hacer por evitarlo.

    —Tenía… unos cuatro o cinco años. En el colegio, yo tenía un amigo del que dos niños se reían continuamente. Uno de ellos era de nuestra clase, mientras que el otro siempre lo atosigaba en los recreos. Usualmente, yo solo permanecía algo apartado, observando desde lejos… y analizaba el comportamiento de aquellos chicos. Eran arrogantes, niños maleducados, desde luego; pero, en el fondo, todo lo que tenían era envidia. Enviaban a mi amigo, porque era mucho más inteligente que ellos, y lo demostraba sin ningún tipo de miedos. Por eso, un día, decidí actuar.

    —¿Q-Qué hiciste? —no voy a negarlo, logró despertar mi curiosidad.

    —Elaboré una estrategia magistral —extendió ambos brazos a los lados, en gesto triunfal—. Observé que uno de los abusones, el que estaba en clase, pasó todo el día hablando de una pelota… una pelota firmada por no sé qué jugador que se vendía a precio de oro en una tienda y cosas así, nada que me interesase personalmente, pero tremendamente útil a nivel de información.

    >> Al día siguiente, gasté todos mis ahorros para comprar dos ejemplares de esa misma pelota, y, al llegar al colegio, me aseguré de que una de las pelotas acabase en poder del abusón que no era de nuestra clase.

    —¿Y le diste la otra al otro abusón?

    Ian frunció el ceño.

    —¡No! ¿Qué habría conseguido con eso? No, no, la otra pelota me la guardé para mí… sería mi arma secreta. Lo que hice fue asegurarme de que el abusón de mi clase se enterase de que el otro tenía aquello que él tanto deseaba. Como era un chico conflictivo, sabía bien que acabaría enfrentándose al que ahora tenía la pelota que él tanto deseaba. Hubo un poco de conflicto, pero nada especialmente relevante. En cualquier caso, eso solo era el caldo de cultivo que quería preparar: ya habían interaccionado entre ellos, uno envidiando la pelota del otro y el otro consciente de su envidia.

    —Eso solucionó el problema, ¿no? —pregunté—. Enfrentados entre ellos, los niños dejarían en paz a tu amigo.

    —Sí, cierto, pero, ¿cuánto duraría esa situación? Eventualmente, los abusones se olvidarían de la pelota y volverían a su rutina de siempre. No, no, debía sembrar la discordia. Lo que hice fue aprovechar el mínimo descuido en uno de los días posteriores para robar la pelota del primer abusón, y me aseguré de darle la segunda sin que supiese que fui yo el que la dejaba al de mi clase. Así, en el recreo de ese día, el primer abusón buscaría desesperadamente ver quién le robó su pelota… y, al ver que el segundo jugaba plácidamente con la suya, que no era la misma, pero sí idéntica a la recién desaparecida… ¡se montó la pelea! Fue muy divertido. Se pegaron en mitad del recreo, uno aludiendo que el otro le había robado la pelota y el otro llamándolo mentiroso. Así fue como los convertí en archienemigos.

    —V-Vaya —dije, admirado—. Es sorprendente que hicieses eso con tan solo cinco años —reconocí. No me extrañaba que Ian fuese quien es ahora… con esa sangre fría siendo tan pequeño, ¡demasiado bueno era ahora, de hecho!

    Sin embargo, cuando comenzó a reír supe que ahí no acababa la historia.

    —¡Aaah-ja, ja, ja! Hombre, ¿creías que la cosa acababa ahí? Claro que no. ¿No te preguntas, acaso, cómo hice para entregar las pelotas?

    —Uh, es cierto. ¿Cómo lo hiciste?

    Ian esbozó una sonrisa malévola.

    —… en mi clase, también había un chico muy, muy repelente. Uno demasiado adorado por los profesores. Tanto, que siempre sacaba mejores calificaciones que yo —¿¡tanto importaban las calificaciones con cinco años!? —. Pero también era un niño muy fácilmente manipulable. Le di parte de mis ahorros —¿¡pero cuánta paga le daban a este chico con cinco años!? — para que me hiciese el favor de regalarles las pelotas ambos chicos en mi nombre. Así, cuando la pelea entre ellos se formó, solo tuve que hacer algo… y fue tan simple como aparecer con la pelota que yo mismo había robado en mitad de la pelea y decir “¡eh, mirad! Eran dos pelotas, ha sido ese chico el que os ha engañado”, y señalar al niño repelente. Ambos abusones eran plenamente conscientes de que él les había regalado las pelotas, así que, al ver que en efecto existían dos, no tuvieron dudas en que todo fue una trampa urdida por tan malvado y astuto niño repelente.

    Tomó aire, sonriendo orgulloso.

    —Y así fue como logré que mi amigo dejase de sufrir acoso… al mismo tiempo que hundía al único chico que me hacía competencia en clase convirtiéndolo a él en el blanco de los abusos. Dos pájaros de un tiro.

    —¿C-Cómo pudiste hacerle eso a ese pobre chico? —terminé diciendo, enfadado, mordiéndome el labio con resignación. Era cruel, muy cruel—. ¿Es que no tienes conciencia?

    —¿Concien-qué? —Ian se encogió de hombros—. Amigo, soy el Super Estratega por algo. Y una de las estrategias más básicas para solucionar enfrentamientos es manipular la situación para desviar el conflicto y enfocarlo en otro lugar u otra persona. Máxime si dicha persona es un obstáculo. Si quieres ser un buen Estratega, no puedes pararte a ver a las personas como sujetos merecedores de lástima o compasión… debes verlos como jugadores, piezas, u obstáculos. Y en esta anécdota, yo, el jugador, usé dos piezas para sobrepasar dos obstáculos. Suena justo para mí.

    >> Pero dime, Drake, ¿qué eres tú, entonces, en esta Academia?

    Sonrió con aún más malicia que de costumbre, colocando su mano sobre su cara de forma maniática.

    Yo no pude sino tragar saliva.

    —¿Eres un jugador, una pieza… o un obstáculo?

    ¡El nivel de amistad con Ian Lockhart aumenta!


    Estudiantes: 9
    - Drake Orestes – Super Policía (VIVO)
    Objeto: Pistola
    Datos obtenidos: nuestro protagonista, y el proclamado Super Policía. En realidad, es un chico bastante despistado y olvidadizo que, según dice, logró ser policía de prestigio simplemente por tener suerte. Aun así, la experiencia como investigador es algo que ha adquirido, y, aunque no tenga demasiada atención por según qué detalles y no se le dé del todo bien memorizar nombres, intente hacer honor a su talento.
    Drake tuvo una vez un mentor y gran amigo, que le enseñó todo lo que sabe como policía. Algo sucedió, y dicho amigo terminó muriendo prematuramente. Este hecho motivó que fuese Drake el que acabase siendo considerado el Super Policía; y tal vez es por ello que nuestro protagonista no siente que le corresponda ese talento: porque cree que debería ser su mentor el verdadero Ultimate.
    Acción prohibida: entrar en una sala vacía.
    Video en iKuma: Alpha Xenodis


    - Steve Stone – Super Suertudo (VIVO)
    Objeto: Revista Ultimates.
    Acción prohibida: Sonreír
    Video en iKuma: Emily Hodges


    - Ian Lockhart – Super Estratega (VIVO)
    Objeto: Game Boy
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: parece ser que Ian remonta sus dotes de estratega y su sangre fría y dotes de manipulación desde su más tierna infancia. Con solo cinco años, logró salvar a un amigo de los acosos continuos de dos niños abusones utilizando dos pelotas para confundirlos y enfrentarlos entre ellos, solo para luego dirigir toda su ira contra otro compañero de clase que no era más que mera competencia para el joven Ian. De esta historia se deduce que Ian tenía un buen amigo al que fue capaz de proteger, además de que, por lo que parece ser, su familia debía manejar grandes cantidades de dinero.
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Chad Redflame


    - Alpha Xenodis – Super Deportista (MUERTO)
    Objeto: Bate de béisbol
    Acción prohibida: decir la verdad
    Video en iKuma: Steve Stone


    - Ukitashi – Super Comilón (MUERTO)
    Objeto: Sándwiches

    - Talía Wells – Super Estrella Infantil (MUERTA)
    Objeto: Teddy el oso

    - Hubert Maddsson – SuperAjedrecista (VIVO)
    Objeto: tablero portátil
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: ganador de múltiples torneos de ajedrez, Hubert nunca ha perdido una partida. Dedica mucho tiempo a practicar, y es conocido por sus increíbles capacidades lógicas y deductivas. Afirma que tiene la capacidad y la costumbre de pensar como si tuviese dos cerebros; esta práctica le ayuda a entrenar su mente y a desarrollar una enorme capacidad para colocarse en la posición de otros y usar su lógica como si fuese la suya propia.
    Antes de ser ajedrecista, de hecho, Hubert fue detective, pero no se conocen más datos a este respecto.
    Acción prohibida: subir a la segunda planta
    Video en iKuma: Mimiko Honda


    - Effy Joy – Super Terrorista (VIVA)
    Objeto: cloroformo
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Al parecer, Effy, fue antes de perder la memoria, Gamma, líder del equipo homólogo. No obstante, asegura que recuerda que, en un principio, trató de avanzar en la política por medios comunes. Sin embargo, llegados a un punto, comenzaron a actuar, ella y sus seguidores, obrando secuestros, robos, y demás actos criminales. Fue eso lo que, como líder del grupo, acabó resultando en su título de "Terrorista".
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Ian Lockhart


    - Lucas Diamond – Super Botánico (MUERTO)
    Objeto: Plantix2000
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Lucas desprecia las ciudades por considerar que su construcción implicanecesariamente la muerte de muchas plantas, a las que considera amigas. Aun así, vive en un laboratorio en medio de una jungla, en solitario, y parecía no ser consciente de que su construcción ensí, probablemente, haya supuesto ya la muerte de muchos animales. Ha creado el Plantix2000 él solo, unamáquina que permite "comunicarse" con las plantas: analizarlas, saber sus necesidades, etc.
    Acción prohibida: que comience una investigación sin ser el culpable.

    - Liza White – Super Criadora (MUERTA)
    Objeto: Nutria
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: criada en un zoo, donde vivía con sus padres, cuidadores de éste, Liza pronto sehizo amiga de los animales y comenzó a amarlos, a todos y a cada uno de ellos, incluidos los insectos y otros bichos que puedan ser considerados asquerosos por la mayoría de la gente. Un buen día,Liza liberó a todos los animales simplemente porque quería que fuesen libres. Para ella, los animales son equivalentes a los humanos, y deberían de ser tratados prácticamente en igualdad decondiciones.
    Acción prohibida: mojarse.

    - Emily Hodges – Super Modelo (VIVA)
    Objeto: Kit de maquillaje
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Emily nunca quiso ser modelo, sino actriz. Participó en castings para actuar en obras de teatro, y fue seleccionada, pero tuvo una mala experiencia que cambió su vida: al llegar la hora de la verdad, se quedó inmóvil, completamente en blanco e incapaz de representar su papel. Desde entonces, el miedo escénico y la mala fama que le generó en el mundo de la actuación el evento del teatro la ha perseguido siempre, pero afirma que jamás perderá la esperanza, y tiene intenciones de volver a intentarlo y a superar los miedos que la atormentaban.
    Acción prohibida: quedarse sola
    Video en iKuma: Hubert Madsson


    - Dante Miles – Super ¿? (VIVO)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 2/3
    Datos obtenidos: Dante no recuerda prácticamente nada sobre su pasado. Sabe que tenía amigos, pero no los recuerda; sabe que sucedió un evento importante en su vida, pero no recuerda qué fue; ni siquiera recuerda su talento ni cómo se dio cuenta de que lo tenía. Insiste en que, tal vez, no tenga ningún talento, para empezar. Lo único que recordaba con claridad al despertar era que amaba a Emily, y ese sentimiento parecía ser correspondido por ella.
    Dante se crio en un orfanato, y nunca tuvo ningún familiar ni seres queridos. Tuvo que buscarse la vida al llegar a la mayoría de edad, llegando a pulular por las calles buscando un sustento. Y, al parecer, alguien le encontró, y ahí cambió todo... pero se desconoce qué sucedió.
    Acción prohibida: cruzarse con alguien.
    Video en iKuma: ???


    - Chad Redflame – Super Dibujante (MUERTO)
    Objeto: Pincel y pinturas
    Acción prohibida: ingerir alimentos.
    Video en iKuma: Elisa Daroch


    - Brendan Ruby – Super Periodista (VIVO)
    Objeto: Cuaderno y bolígrafo
    Video en iKuma:
    Acción prohibida: no responder a una pregunta.


    - Elisa Daroch – Super Médium (MUERTA)
    Objeto: Cartas de tarot
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Elisa nació tras siete meses de embarazo, después de que los médicos afirmasen que había muerto. Cuando fueron a extraer el cuerpo aparentemente inerte del vientre de su madre, comenzó a mostrar repentinamente signos vitales, "regresando" de entre los muertos, de alguna forma. Elisa afirma que es este el motivo por el que puede comunicarse con los difuntos, y está plenamente convencida de que sus poderes son reales; para ella, es todo un reto mostrar la veracidad de sus técnicas a los más escépticos, y toda una satisfacción observar sus rostros cargados de sorpresa.
    Acción prohibida: cerrar los ojos por más de dos minutos
    Video en iKuma: ???


    - Mimiko Honda – Super Millonaria (VIVA)
    Objeto: Teléfono móvil
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: los Honda son la familia más rica del mundo, dueños de múltiples empresas y todo tipo de negocios que les hacen, en resumen, tremendamente influyentes y con capacidad para controlar muchísimos sectores de la sociedad. Sin embargo, Mimi no era la heredera original de toda esta fortuna; tiene un hermano mayor, verdadero heredero por derecho, que decidió renunciar a los derechos que, como Honda, le corresponderían. Al renunciar a su apellido y a la herencia, Mimi se convirtió en la Super Millonaria.
    El hermano de Mimi, de hecho, nunca quiso ser millonario, porque la gente lo quería solo por su dinero y no por su personalidad. Nunca tuvo una buena relación con su padre, pero todo terminó cuando decidió casarse y adoptar el apellido de su pareja. Al parecer, todo apunta a que el hermano de Mimi se casó con otro hombre.
    Si bien el señor Honda aceptaba la relación de su hijo, detestó el hecho de que renunciase a su apellido, y eso supuso el cierre de su relación para siempre. No obstante, Mimi asegura que su hermano, que es un artista sin ningún tipo de talento, gana grandes cantidades de dinero vendiendo sus obras siempre a compradores anónimos... salta a la vista que, en el fondo, el padre de Mimi nunca dejó de querer a su hijo, y sigue cuidándolo, a su manera, por mucho que su orgullo no le deje admitirlo.
    Acción prohibida: insultar
    Video en iKuma: Drake
     
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    MrJake

    MrJake Game Master

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    Título:
    Pokénronpa
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    39
     
    Palabras:
    4724
    Capítulo 4: Retazos de la Verdad

    Vida Diaria, parte 3


    El día pasó, y, con él, la ansiedad de Reversekuma creció. Cuando oí su voz gritarme en el oído aquella mañana casi me choco contra el techo del salto que di.

    —¡ARRIBA, BASURA!

    —¡A-Aaagh! ¿¡Qué demonios!? —exclamé, con ojos aún entrecerrados. El oso estaba sobre mis piernas, y lucía bastante furioso. Sus amenazadoras garras me apuntaban con rabia —. ¡R-R-Reversekuma, qué significa esto!

    —¡Te has quedado dormido otra vez, Orestes! Con mi hermano puede que pudieses gandulear todo lo que quisieras, ¡pero ahora que yo estoy aquí, se acabó eso! ¡Arriba! ¡Hay que matar compañeros!

    Deduje acertadamente que, una vez más, no había escuchado el anuncio escolar. Tenía demasiado sueño acumulado como para despertarme, incluso aunque el avisto fuese a base de gritos. Probablemente, ni una bomba me habría despertado aquella mañana.

    No obstante, se notaba que el enfado de Reversekuma iba más allá. Estaba molesto porque habían pasado tres días desde que dio su nuevo motivo, y nada sucedía. Y, aunque en el fondo tuviese mis sospechas de que era la misma persona a la que controlaba a los dos osos, Reversekuma actuaba de forma mucho más impaciente e impulsiva que su “hermano”.

    —Vete espabilando. Voy a dar un comunicado oficial en el salón de bailes hoy, ¿sí? ¡Ahora mismos! Y eso es una orden, así que ya sabes, ¡si tardas más de quince minutos, las ametralladoras harán el resto!

    Y, de un saltito, el subdirector se marchó furioso de mi dormitorio.

    Supuse que no podía vacilar… tan pronto como Reversekuma o Monokuma pronunciaban la palabra “orden”, lo que dijesen a continuación se convertía automáticamente en algo de obligado cumplimiento. Y, en el caso de que vulnerásemos una orden, vulnerábamos una regla… con lo que, acto seguido, seríamos ametrallados hasta la muerte.

    Y fue dándole vueltas a todo aquello cuando, en la ducha, comencé a reflexionar sobre el tema. ¿No eran un poco… extrañas las reglas? Ya desde el caso de Ukitashi lo debatimos… las reglas podían ser, en realidad, pistas que nos condujesen a la verdad detrás de todo esto. En todos los juicios había habido siempre algún voto extraño, un voto que parecía ir en contra de la lógica… porque, dentro de lo que cabía, era comprensible que el culpable no votase por sí mismo, pero… siempre había al menos otro voto distinto al resto. Ian ya llegó a la conclusión tiempo atrás de que eso podría ser una forma de evitar la posibilidad de interferir en el juego, puesto que una de las reglas lo decía claramente: el Director y los profesores no podían interferir. Pero el punto era, ¿por qué tanto empeño en cumplir las reglas?

    Hacía tiempo que no me paraba a reflexionarlo con tranquilidad. Las reglas eran extrañas: por ejemplo, ya no teníamos los brazaletes y, sin embargo, ahí seguían todas las reglas relacionadas con ellos. O mejor aún, ¿qué hay de esa regla que habla de “ir a clases”? ¿Qué clases? ¿Las clases de juicio? No tiene sentido, pues ya hay reglas específicas para la misma. Es como si… como si la mente maestra no pudiese eliminar reglas antiguas. Por eso no borra las reglas de los brazaletes, porque no puede. Pero, sobre la regla de las clases, si asumimos que nunca fuimos a ninguna clase, que ni siquiera existe ese concepto dentro del juego de asesinato mutuo, ¿qué conclusión puede sacarse?

    … la respuesta debería ser obvia: el sistema de las ametralladoras y las reglas ya existía desde antes de que la mente maestra tomase el control... y la propia mente maestra es incapaz de contradecir las reglas ya existentes o borrarlas: por eso se esfuerza tanto en intentar no interferir, y por eso su única vía para amenazarnos realmente es a través de las órdenes: no puede ni dañarnos ni interferir en nuestras actividades. ¡Las reglas también aplican para la mente maestra, esa es la única posibilidad!

    Con esos pensamientos en la cabeza ascendía por el ascensor, meditativo. Estaba convencido de que Ian Lockhart ya había llegado a esas conclusiones mucho antes. Él fue el primero en observar que las reglas ocultaban algo. “No sois capaces de ver más allá”, dijo en su momento. Y tenía razón. Pero, ¿quería decir eso que él no era un traidor? ¿O tal vez todo era parte de una complicada estrategia precisamente elaborada para evitar que lo tachásemos de traidor? Quién sabe.

    En cualquier caso, acabé llegando a la cuarta planta, y vi que en lo alto de una mesa se encontraba Reversekuma, aún con aspecto enfadado. Frente a él, todos los demás aguardaban. Sentí algo de vergüenza al observar cómo todos me miraban con cierto reproche por llegar tarde… especialmente Hubert y Effy, que parecían ser los “padres” del grupo, siempre regañando sin necesidad de hablar cuando alguien hacía algo mal.

    —P-Perdón por la tardanza, me dormí —me excusé torpemente, pero mis palabras no tardaron en quedar eclipsadas por las voces de Reversekuma.

    —¡Bien, ya que estáis aquí todos de una maldita vez, comencemos la reunión!

    El oso dio un salto de pronto y comenzó a caminar de izquierda a derecha, con las manos a la espalda. La tensión podía palparse en todos nosotros; estaba actuando de forma algo extraña, y eso nunca era buena señal.

    De pronto, Reversekuma se paró delante de Emily y la señaló con sus garras.

    —¡A ver, tú! ¡Explícame por qué aún no se han cometido asesinatos! ¿¡Por qué!?

    Emily tragó saliva y apartó sus ojos morados con algo de miedo. Dante, que estaba a su lado, no tardó en rodearle los hombros con su brazo, y eso pareció tranquilizarla. Fue él el que habló en su nombre.

    —Se acabó, Reversekuma. No vamos a seguir con este juego. Tu mentira acerca de los traidores no va a funcionar para que sigamos en esta espiral de asesinatos, ¿entiendes? No jugaremos más.

    Asentí desde mi posición; Dante tenía una mirada seria y severa, pero eso no pareció amedrentar a Reversekuma.

    —Puhehehe… —rio de forma siniestra—. ¿Mentira? ¿Crees que es mentira? ¿Crees que no hay traidores entre vosotros? Puhehehe, ¡puhehehe! —sin más, el oso siguió dando vueltas, mirándonos uno a uno—. No es ninguna mentira, vaya que no. Tres traidores… tres nombres. Tres, y todos se esconden entre estas nueve personas que aquí hay. ¿Quiénes serán? —señaló con su pata a Steve—. ¿Será el Suertudo, que aprovecha su suerte para asegurar la victoria de la desesperación? ¿Será quizá… —señaló a Ian— el Estratega que desde el principio ha actuado en contra del grupo? ¿Será, contra todo pronóstico, el Policía que es el alma de los juicios? —me miró, de forma malévola—. ¿O serán, quizá, los tres? No, puede que sea el Periodista que no habla con nadie… o la niña rica y acomplejada, que encontró en la desesperación un refugio para su mente y su corazón. ¡O ya sé, puede que sea la parejita feliz, el Ultimate de talento desconocido y su rebelde novia que no para de acercarse y alejarse de ella! ¡O puede que sea la segunda pareja, esa compuesta por una Terrorista que causa el caos y un Ajedrecista amante de la justicia y la verdad! ¡Ah, hay tantas opciones, tantas combinaciones…! Pero solo hay una verdad.

    Dio un salto, volviendo a subir a la mesa. Y, desde allí, nos miró a todos, con su ojo azul desprendiendo una maldad inusitadamente elevada.

    —Sea como sea, desde aquí le lanzo un comunicado a los traidores. Oídme bien, vosotros tres, que estáis ahí, escondidos entre estos nueve amigos. Un día. Ese es el tiempo que tenéis para que haya una muerte. Me da igual como se produzca, me da igual quién sea la víctima, ¡mataos entre vosotros si lo deseáis, puhehehe! Pero quiero ver sangre corriendo antes de que el día de mañana llegue a su fin.

    >> Sobre los demás… más os vale acabar con los traidores antes de que ellos acaben con vosotros, ¿no? Yo no estaría tranquilo si fuese vosotros… vuestras vidas han vuelto a quedar sometidas a una cuenta atrás. ¡Ah! ¡¿No es desesperante?!

    Y, de un saltito, pasó caminando como si nada por nuestro lado, riendo en voz baja, malévolamente.

    … si era cierto que había traidores entre nosotros, entonces estábamos perdidos. Reversekuma no había pronunciado la palabra “orden”, pero saltaba a la vista, por su forma de hablar, que no la necesitaba para convencer a los traidores. Ahora, una terrible presión había caído sobre nuestros hombros: la inseguridad, el miedo, la incertidumbre… ahora era más fuerte que nunca. De hecho, ni siquiera era necesario que fuese verdad que existían traidores. Quizá seguía siendo mentira… con todo, el efecto que había logrado era real. La posibilidad de que pudiesen haber recibido un ultimátum y de que se viesen obligados a matar en tan solo un día existía, y esa posibilidad era suficiente para causar una psicosis colectiva, para causar desesperación. Y eso era todo cuanto quería Reversekuma. Nuevamente, volvía a tenernos comiendo de su mano. La mente maestra sabía muy bien lo que se hacía.

    Fue entonces cuando Mimi alzó la voz.

    —¡Y-Ya en serio, esto d-debe ser una broma! —estaba pálida. Realmente estaba asustada, podía notarlo incluso en su tono de voz—. ¿Quiénes son los traidores? ¡Que den la cara! ¡Que revelen sus identidades ahora!

    —¿Crees de verdad que los traidores se revelarían a sí mismos? —espetó Ian, brazos cruzados—. Dios, debes ser más idiota de lo que pareces.

    —… debemos mantener la calma —pidió Dante.

    —Exacto —corroboró Hubert—. Sigue sin ser un hecho que existan traidores; puede que todo sea una mentira. Y, en el que caso de que realmente existan, sabemos que son tres… podemos usar eso a nuestro favor.

    —¿Usarlo a nuestro favor? —preguntó, confuso, Steve.

    Hubert parecía reflexivo. Dedicó una rápida mirada global a todos nosotros, y luego alzó la voz para poder ser oído por todos.

    —Escuchadme bien. Si realmente alguno de vosotros es uno de los traidores, vosotros sois los que os encontráis más acorralados que nadie ahora mismo: la persona que os dirige acaba de amenazaros veladamente, poniendo un límite de tiempo a vuestras acciones, ¡pero no tiene por qué acabar mal ni para vosotros ni para nosotros! No tiene por qué haber más sangre, más muertes. Reversekuma no puede haceros daño directo, así que no tenéis por qué temer. Por eso, desde aquí pido… que si alguno de vosotros está asustado, que se apoye en el resto. Que no tenga miedo. Si acudís a mí o a cualquiera de nosotros y nos reveláis la identidad del resto de traidores… podremos tomar medidas entre todos para que no se produzca ninguna muerte. Podremos solucionarnos. Así que no temáis, ¿de acuerdo? —se llevó la mano al pecho, serio, determinado—. Os doy mi palabra de que, si optáis por desenmascararos y cambiar de bando, me ocuparé de que no haya represalias. Es por el bien común.

    Pero no hubo respuesta. Nadie dio un paso hacia delante, nadie se autoincriminó. Nadie confesó ser un traidor. Y Hubert, ante eso, no hizo más que apartar la mirada y alejarse caminando, algo decepcionado.

    —No tenéis por qué decirlo ahora, en todo caso… hay todo un día para arrepentirse, ¿sí?

    Pero… algo dentro de mí me decía que no sería tan fácil. Y odiaba cuando tenía razón en cosas como esa.

    La noche no tardó en llegar. Y, como animales de granja asustados del lobo, todos nos encerramos en nuestros dormitorios, temerosos, en el fondo, de que nadie detuviese a los traidores, y que terminasen cobrándose alguna víctima. Al final, todo se reducía a lo mismo de siempre: sobrevivir. Lo que allí primaba, al final, no era la convivencia, no era siquiera la esperanza… era, simplemente, un instinto animal e incontrolable, el instinto de salvar el propio pellejo.

    Por eso, un terrible escalofrío recorrió mi espina dorsal cuando oí el sonido del timbre de mi dormitorio. Con cautela y siempre alerta, caminé despacio hasta la puerta, y la abrí con lentitud, deseando no encontrarme con un asalto nocturno. Por fortuna, solo era Effy, que me miraba con rostro serio y visiblemente preocupado. Su pelo, curiosamente, se notaba algo mojado.

    —… buenas noches, Drake —me dijo, en voz baja.

    —H-Hola, Effy. Uhm —miré a ambos lados, aún inseguro. N-No quería desconfiar de ella, pero, ¿quién me decía a mí que…?

    —¿Puedo hablar un segundo contigo? Será rápido.

    —C-Claro. ¿De qué se trata?

    —… mañana, tras el desayuno, ¿podrías reunir a todo el mundo de nuevo en el salón de bailes, por favor?

    —¿Reunirlos, otra vez? ¿Por qué? —quise saber, curioso.

    —Porque voy a revelar de una vez por todas la identidad de los traidores. Aún a riesgo de que pueda estar equivocada… simplemente, tengo que hacer algo.

    Aquello hizo que tragase saliva. ¿Ella conocía la identidad de los traidores? Es cierto que me dijo, el día anterior, que tenía grandes sospechas y que deseaba confirmarlas, pero, ¿realmente lo sabía? ¿Y cómo podía ser? ¿Cómo lo había descubierto?

    —… el plan de Hubert no funcionará. Es un chico demasiado ingenuo, por muy sensato y coherente que sean sus palabras, ¿sabes? —me comenzó a explicar, con un tono amargo en su voz. Effy hablaba de una forma extrañamente melancólica—. Su fallo es que confía demasiado en la bondad, el altruismo y el sentimiento de justicia de otros. Y no termina de entender que no todo el mundo es justo, bueno ni amable. Que hay gente que no se rige por esa lógica. Que lo que él considera como “justicia”… no es un concepto universal.

    —¿Q-Qué me quieres decir con todo esto, Effy?

    —… supongo que esperaba poder hacerlo todo por la vía fácil, ¿no? En el fondo, esperaba que, por obra de algún milagro, el plan de Hubert funcionase. Por mucho que sepa que no iba a ser así, una parte de mí quería que los traidores terminasen saliendo a la luz por sí mismos, pero… no puedo consentir que corráis peligro. No podría permitirme cargar con eso… ya arrastro suficiente culpa.

    Effy alzó la mirada de pronto, decidida.

    —Por eso, Drake, te pido que reúnas a todos mañana en el salón de bailes, ¿de acuerdo? Allí será cuando acabemos con esta situación de una vez por todas. Yo misma me encargaré de darle punto y final.

    —E-Está bien, Effy. Aunque no termino de entender muy bien todo esto, yo… —la miré, tratando de analizar su expresión. Estaba inusualmente apenada, seria, y su voz sonaba más amarga que de costumbre. Pero entendí que no iba a obtener nada tratando de horadar en sus intenciones. De modo que lo último que hice fue asentir.

    —… gracias. Y adiós, Drake.

    Sentí un nudo en la garganta cuando cerré la puerta. Por algún motivo, aquella conversación me había resultado triste. Me había dejado con una sensación de desasosiego que no pude apartar de mi mente en toda la noche. De hecho, estuve dando vueltas y más vueltas en la cama, sin poder descansar.


    Y, cuando desperté, fue como si no hubiese descansado nada.

    —¡DESPERTAD, GANDULES! ¡Puhehehehe! ¡Ya son las 8:00 AM, así que moved vuestros culos gordos y flácidos!

    El anuncio fue estridente, como siempre, y esta vez me fue imposible ignorarlo… aunque me hubiese gustado poder hacerlo. Con esfuerzo y pesadez, me levanté de la cama, y me vestí rápidamente con lo primero que encontré. Aún seguía con la imagen de Effy y su rostro lleno de melancolía frente a mí en la cabeza.

    Me adentré en el comedor para desayunar algo, y vi allí a Steve, Emily, Dante y Mimi, que conversaban en voz baja, misteriosos y preocupados.

    —Oh, buenos días, Drake —me dijo Emily, cabeza agachada—. Me alegro de verte.

    “Me alegro de verte”. Qué triste era, en realidad, el hecho de que decir eso fuese un saludo recurrente en la Academia. Como si la posibilidad de no volver a ver a alguien fuese algo con lo que todos contábamos.

    —… estad atentos hoy —musitó Dante—. Puede que corramos peligro. Si los traidores existen, es posible que…

    —N-No lo digas, por favor —espetó Emily, de pronto—. No deben existir. No pueden existir. M-Me niego a creerlo, ¿de acuerdo? Así que desayunemos y… y tratemos de olvidar todo esto, por favor. Voy a acabar volviéndome loca.

    No pude sino agachar la cabeza. Todos íbamos a acabar volviéndonos locos a ese paso. Y las miradas llenas de miedo y desolación de Mimi y Steve lo decían todo.

    Me preparé un café y lo bebí con rapidez, aunque, en el fondo, ni siquiera me apetecía. Supongo que era la manera más rápida de despertarme.

    —¿Dónde están los demás? —pregunté al terminar.

    —Ian y Brendan vinieron aquí hace un rato, antes de que tú llegases. Cogieron un par de galletas y café y se marcharon sin más —explicó Steve.

    —Ya veo, ¿y Hubert y Effy? —inquirí, curioso y preocupado.

    —Yo no los he visto aún —aseguró Steve.

    —Ni yo tampoco —corroboró Mimi.

    Agaché la cabeza. El labio me temblaba, por algún motivo.

    —Y-Ya veo.

    Y fue entonces cuando aproveché para decir lo que Effy me había pedido la noche anterior. Les hablé de la reunión que quería convocar, y le pedí a Steve que buscase al resto; debíamos estar todos reunidos para poder aclarar, de una vez por todas, el asunto de los traidores. Deseé, mientras subíamos en el ascensor, que Effy realmente pudiese ponerle fin a todo aquello de una vez por todas. En el fondo, aún albergaba esperanzas.

    Finalmente, todos estuvimos reunidos en el salón de bailes. Mi mirada buscó a algún posible ausente, pero no parecía faltar nadie, y eso siempre era una buena noticia: Steve, Mimi, Emily, Dante, Brendan, Ian, Hubert... estábamos todos. Todos salvo quien debía dar la información, claro, pero… debería estar al llegar, ¿no es así?

    —¿Y bien? —preguntó Ian, aburrido, con los brazos en la nuca—. Estoy esperando, ¿eh? Más vale que esto no sea una pérdida de tiempo.

    —¿Dónde está Effy? —preguntó Hubert, tenso.

    Yo me encogí de hombros.

    —E-Ella solo me pidió que os reuniese aquí, nada más —aseguré.

    Y, entonces, Steve, que parecía estar estirándose el cuello, terminó mirando hacia el techo por casualidad justo en el momento oportuno. Su grito nos alertó a todos.

    —¡Cu-cuidado, la lámpara! ¡Apartaos!

    Y todos dirigimos un rápido vistazo hacia el techo, solo para ver que la enorme lámpara estaba a punto de caer sobre nosotros. Todo el mundo se dispersó en cuestión de segundos, y el sonido estruendoso de los cristales rompiéndose y del metal impactando contra el suelo fue terrible: la lámpara, el gran candelabro, había caído directa hacia el suelo, pero, por fortuna, nadie salió lastimado.



    Claro que… la lámpara no fue lo único que cayó. Sobre la misma yacía un cuerpo sin ropa, vestido únicamente con su ropa interior, con ojos abiertos de par en par en mueca de horror, y varias heridas lacerantes en el estómago y el pecho. La sangre comenzó a extenderse por el suelo, sobre los cristales, pues las heridas se habían abierto mucho más con el golpe.

    Era Effy… y estaba muerta, ante nosotros, en el centro del salón.

    Hubert se dejó caer nada más verla sobre sus rodillas, con los ojos desencajados, al tiempo que Emily se abrazaba a Dante, Mimi apartaba la mirada y la mandíbula inferior de Steve temblaba descontroladamente.

    —¡Pim, pom, pam, pum! ¡Un cadáver ha sido descubierto! ¡Repito, un cadáver ha sido descubierto! Reuni… bueno, ¡no hace falta, porque ya estáis todos reunidos! ¡Puhehehehe!

    —No puede ser… n-no es posible —musitó Hubert.

    Pero… realmente lo era. Era posible, posible y real: Effy estaba muerta, justo frente a nuestros ojos.

    Estudiantes: 8
    - Drake Orestes – Super Policía (VIVO)
    Objeto: Pistola
    Datos obtenidos: nuestro protagonista, y el proclamado Super Policía. En realidad, es un chico bastante despistado y olvidadizo que, según dice, logró ser policía de prestigio simplemente por tener suerte. Aun así, la experiencia como investigador es algo que ha adquirido, y, aunque no tenga demasiada atención por según qué detalles y no se le dé del todo bien memorizar nombres, intente hacer honor a su talento.
    Drake tuvo una vez un mentor y gran amigo, que le enseñó todo lo que sabe como policía. Algo sucedió, y dicho amigo terminó muriendo prematuramente. Este hecho motivó que fuese Drake el que acabase siendo considerado el Super Policía; y tal vez es por ello que nuestro protagonista no siente que le corresponda ese talento: porque cree que debería ser su mentor el verdadero Ultimate.
    Acción prohibida: entrar en una sala vacía.
    Video en iKuma: Alpha Xenodis


    - Steve Stone – Super Suertudo (VIVO)
    Objeto: Revista Ultimates.
    Acción prohibida: Sonreír
    Video en iKuma: Emily Hodges


    - Ian Lockhart – Super Estratega (VIVO)
    Objeto: Game Boy
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: parece ser que Ian remonta sus dotes de estratega y su sangre fría y dotes de manipulación desde su más tierna infancia. Con solo cinco años, logró salvar a un amigo de los acosos continuos de dos niños abusones utilizando dos pelotas para confundirlos y enfrentarlos entre ellos, solo para luego dirigir toda su ira contra otro compañero de clase que no era más que mera competencia para el joven Ian. De esta historia se deduce que Ian tenía un buen amigo al que fue capaz de proteger, además de que, por lo que parece ser, su familia debía manejar grandes cantidades de dinero.
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Chad Redflame


    - Alpha Xenodis – Super Deportista (MUERTO)
    Objeto: Bate de béisbol
    Acción prohibida: decir la verdad
    Video en iKuma: Steve Stone


    - Ukitashi – Super Comilón (MUERTO)
    Objeto: Sándwiches

    - Talía Wells – Super Estrella Infantil (MUERTA)
    Objeto: Teddy el oso

    - Hubert Maddsson – SuperAjedrecista (VIVO)
    Objeto: tablero portátil
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: ganador de múltiples torneos de ajedrez, Hubert nunca ha perdido una partida. Dedica mucho tiempo a practicar, y es conocido por sus increíbles capacidades lógicas y deductivas. Afirma que tiene la capacidad y la costumbre de pensar como si tuviese dos cerebros; esta práctica le ayuda a entrenar su mente y a desarrollar una enorme capacidad para colocarse en la posición de otros y usar su lógica como si fuese la suya propia.
    Antes de ser ajedrecista, de hecho, Hubert fue detective, pero no se conocen más datos a este respecto.
    Acción prohibida: subir a la segunda planta
    Video en iKuma: Mimiko Honda


    - Effy Joy – Super Terrorista (MUERTA)
    Objeto: cloroformo
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Al parecer, Effy, fue antes de perder la memoria, Gamma, líder del equipo homólogo. No obstante, asegura que recuerda que, en un principio, trató de avanzar en la política por medios comunes. Sin embargo, llegados a un punto, comenzaron a actuar, ella y sus seguidores, obrando secuestros, robos, y demás actos criminales. Fue eso lo que, como líder del grupo, acabó resultando en su título de "Terrorista".
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Ian Lockhart


    - Lucas Diamond – Super Botánico (MUERTO)
    Objeto: Plantix2000
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Lucas desprecia las ciudades por considerar que su construcción implicanecesariamente la muerte de muchas plantas, a las que considera amigas. Aun así, vive en un laboratorio en medio de una jungla, en solitario, y parecía no ser consciente de que su construcción ensí, probablemente, haya supuesto ya la muerte de muchos animales. Ha creado el Plantix2000 él solo, unamáquina que permite "comunicarse" con las plantas: analizarlas, saber sus necesidades, etc.
    Acción prohibida: que comience una investigación sin ser el culpable.

    - Liza White – Super Criadora (MUERTA)
    Objeto: Nutria
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: criada en un zoo, donde vivía con sus padres, cuidadores de éste, Liza pronto sehizo amiga de los animales y comenzó a amarlos, a todos y a cada uno de ellos, incluidos los insectos y otros bichos que puedan ser considerados asquerosos por la mayoría de la gente. Un buen día,Liza liberó a todos los animales simplemente porque quería que fuesen libres. Para ella, los animales son equivalentes a los humanos, y deberían de ser tratados prácticamente en igualdad decondiciones.
    Acción prohibida: mojarse.

    - Emily Hodges – Super Modelo (VIVA)
    Objeto: Kit de maquillaje
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Emily nunca quiso ser modelo, sino actriz. Participó en castings para actuar en obras de teatro, y fue seleccionada, pero tuvo una mala experiencia que cambió su vida: al llegar la hora de la verdad, se quedó inmóvil, completamente en blanco e incapaz de representar su papel. Desde entonces, el miedo escénico y la mala fama que le generó en el mundo de la actuación el evento del teatro la ha perseguido siempre, pero afirma que jamás perderá la esperanza, y tiene intenciones de volver a intentarlo y a superar los miedos que la atormentaban.
    Acción prohibida: quedarse sola
    Video en iKuma: Hubert Madsson


    - Dante Miles – Super ¿? (VIVO)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 2/3
    Datos obtenidos: Dante no recuerda prácticamente nada sobre su pasado. Sabe que tenía amigos, pero no los recuerda; sabe que sucedió un evento importante en su vida, pero no recuerda qué fue; ni siquiera recuerda su talento ni cómo se dio cuenta de que lo tenía. Insiste en que, tal vez, no tenga ningún talento, para empezar. Lo único que recordaba con claridad al despertar era que amaba a Emily, y ese sentimiento parecía ser correspondido por ella.
    Dante se crio en un orfanato, y nunca tuvo ningún familiar ni seres queridos. Tuvo que buscarse la vida al llegar a la mayoría de edad, llegando a pulular por las calles buscando un sustento. Y, al parecer, alguien le encontró, y ahí cambió todo... pero se desconoce qué sucedió.
    Acción prohibida: cruzarse con alguien.
    Video en iKuma: ???


    - Chad Redflame – Super Dibujante (MUERTO)
    Objeto: Pincel y pinturas
    Acción prohibida: ingerir alimentos.
    Video en iKuma: Elisa Daroch


    - Brendan Ruby – Super Periodista (VIVO)
    Objeto: Cuaderno y bolígrafo
    Video en iKuma:
    Acción prohibida: no responder a una pregunta.


    - Elisa Daroch – Super Médium (MUERTA)
    Objeto: Cartas de tarot
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Elisa nació tras siete meses de embarazo, después de que los médicos afirmasen que había muerto. Cuando fueron a extraer el cuerpo aparentemente inerte del vientre de su madre, comenzó a mostrar repentinamente signos vitales, "regresando" de entre los muertos, de alguna forma. Elisa afirma que es este el motivo por el que puede comunicarse con los difuntos, y está plenamente convencida de que sus poderes son reales; para ella, es todo un reto mostrar la veracidad de sus técnicas a los más escépticos, y toda una satisfacción observar sus rostros cargados de sorpresa.
    Acción prohibida: cerrar los ojos por más de dos minutos
    Video en iKuma: ???


    - Mimiko Honda – Super Millonaria (VIVA)
    Objeto: Teléfono móvil
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: los Honda son la familia más rica del mundo, dueños de múltiples empresas y todo tipo de negocios que les hacen, en resumen, tremendamente influyentes y con capacidad para controlar muchísimos sectores de la sociedad. Sin embargo, Mimi no era la heredera original de toda esta fortuna; tiene un hermano mayor, verdadero heredero por derecho, que decidió renunciar a los derechos que, como Honda, le corresponderían. Al renunciar a su apellido y a la herencia, Mimi se convirtió en la Super Millonaria.
    El hermano de Mimi, de hecho, nunca quiso ser millonario, porque la gente lo quería solo por su dinero y no por su personalidad. Nunca tuvo una buena relación con su padre, pero todo terminó cuando decidió casarse y adoptar el apellido de su pareja. Al parecer, todo apunta a que el hermano de Mimi se casó con otro hombre.
    Si bien el señor Honda aceptaba la relación de su hijo, detestó el hecho de que renunciase a su apellido, y eso supuso el cierre de su relación para siempre. No obstante, Mimi asegura que su hermano, que es un artista sin ningún tipo de talento, gana grandes cantidades de dinero vendiendo sus obras siempre a compradores anónimos... salta a la vista que, en el fondo, el padre de Mimi nunca dejó de querer a su hijo, y sigue cuidándolo, a su manera, por mucho que su orgullo no le deje admitirlo.
    Acción prohibida: insultar
    Video en iKuma: Drake
     
    Última edición: 30 Enero 2018
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  5.  
    Lucas Diamond

    Lucas Diamond Dios de FFL

    Aries
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    Oh, my poor Effy :( Resulta gracioso que el otro día dijera por el grupo que Effy y Hubert son los personajes ahora mismo que menos me gustan, pero luego me dé tanta pena ver cómo muere Effy. Al final sí que le cogí mucho cariño y desde luego no tiene nada que ver con la información tan relevante que iba a proporcionar ni nada por el estilo.

    La muerte tiene pinta de haber sido muy traumática, la verdad. Siempre me imagino cadáveres de dibujos, pero cuando lo extrapolo a una situación real con una persona real... uf, ahí sí que me da repelús. Y por desgracia con este caso lo he hecho; es como si de algún modo hubiera sido consciente de las muertes y de lo que ha pasado. Estoy muy de acuerdo con Emily cuando dice que se va a volver loca, hasta yo me estaba poniendo muy tenso según lo leía. Y sigo muy tenso a decir verdad, pero eso es buena señal.

    No sé qué más contarte, salvo que me encanta la personalidad de Reversekuma. Me inquieta el control tan grande que tiene, como es capaz de amenazarlos a todos sin siquiera decir qué va a hacer, pero que aún así cunda el pánico. Y tbh, viendo cómo es, no me extrañaría que el solito con sus manos matase a alguien; total, los balazos se los iba a llevar el cuerpo de Monokuma, no su espíritu xDD

    Bueno, es un comentario cortito, pero no me dio para mucho más y estoy cansado :( El resto de cosas que pensé te las comento por privado (?) Felicidades, un gran trabajo de nuevo,

    Lucas Diamond~ <3
     
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  6.  
    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

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    Los free time event han sido super interesantes, aw. El de Mimi me ha gustado mucho, su final de arco ha sido super adorable, lo amé en serio. No eme extraña, si es que al final un padre es un padre y aunque sea Moura Honda (?), sigue queriendo a su hijo. El de Effy ha sido cortito pero interesante, una pena que ya no se la pueda votar porque seguro que tenía bastante más información interesante, pero al menos la hemos podido conocer un poquito más.

    El de Ian me encantó, típico de Ian (?) La verdad, no me imaginaba que con tan pocos años fuese capaz de hacer algo así pero vaya, ni me sorprende imaginarlo. Además, tiene esa esencia mezquina de Ian. Porque él no quiso salvar a su amigo, simplemente, también quiso joder a otro niño, eso es un plus que hace verlo como propio del ultimate.

    Por lo demás, el capítulo ha sido interesante, con la información de Effy que se supone que sabía los traidores, era obvio que iba a acabar siendo la próxima víctima. Una pena, porque era un personaje muy interesante.

    Su muerte ha sido interesante, me recuerda a cierta persona del anime (?) Y pues nada, a ver quien ha sido, quien ha sucumbido a la presión y si ha sido realmente uno de los traidores. Yo creo que ha sido Hubert (?) No sé por qué, seguramente no lo sea, pero tengo una corazonada (?)

    Y nada, ahora a ver la investigación y la clase de juicio, será muy interesante, eso seguro.
     
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  7.  
    MrJake

    MrJake Game Master

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    Título:
    Pokénronpa
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    39
     
    Palabras:
    6645
    Capítulo 4: Retazos de la Verdad

    Vida Mortal, Investigación.


    Y, así, volvió a suceder. Otra vez se oyó el aviso de Reversekuma, otra vez estábamos frente a un cadáver, al cadáver de una amiga. El cadáver de Effy Joy, la Super Terrorista. Effy… quien en el pasado fue conocida como Gamma. Había muerto sin poder revelarnos la identidad de los traidores. Ella sabía muchas cosas, parecía haber recordado eventos pasados, pero… ya no podría compartirlos con nosotros. Había sido asesinada, y no olvidaría lo que ella misma me dijo:

    Y quiero dejar constancia de algo: si en los próximos días yo muero… puedes estar seguro de que fueron los traidores quienes me mataron”.

    Los traidores… ¿quiénes eran? ¿Y por qué estaban del lado de la mente maestra? Yo… no tenía claro en quién debía confiar.

    —Effy —musitaba, en voz baja, Hubert, de rodillas ante el cadáver de su compañera. Su rostro estaba ensombrecido, casi sin expresión. Completamente conmocionado.

    —H-Hubert… —Emily, que se encontraba temblorosa por la impresión de aquella escena, se acercó al chico para consolarlo. Puso su mano en el hombro del Ajedrecista, derramando un par de lágrimas—. ¿Estás bien?

    Hubert, con lentitud, se incorporó poco a poco, hasta quedar de pie. Alzó entonces la mirada: tenía los ojos empañados, pero no lloraba. Y su expresión no denotaba tristeza, sino, más bien… furia.

    —Tranquila. No debéis preocuparos por mí. No soy yo el que debe suscitar lástima…

    Apretó el puño, y alzó la voz.


    —¡El que debe suscitar lástima es el que le ha hecho esto a Effy! Porque, como que llamo Hubert Madsson, juro que no quedará impune. Pienso encontrarlo y hacerle pagar por esto.

    Apretó los dientes, y, ante la mirada impactada de todos los presentes, dijo en voz muy baja, para luego volver a alzarla:

    —Aunque la reina caiga, mientras el Rey siga en pie, la partida no termina… ¿¡a qué esperáis!? ¡Movámonos! Hay que investigar. ¡Hay que hacerlo por Effy!

    Tragué saliva. Hubert estaba realmente dolido. Y podía llegar a entenderle… probablemente, yo entraría en un estado de shock si viese a Emily o a Steve en esa situación… yo tampoco soportaría sus muertes, tampoco actuaría normal. Pero él… él no está dejando que la pena o la ira le consuman. Él está invirtiéndola toda en la investigación. Allí estaba, agachado frente a Effy, inspeccionando su cuerpo. Realmente estaba decidido.

    Saqué mi iKuma, para examinar el Informe de Monokuma #5, que ya había sido actualizado.

    “La víctima es Effy Joy, la Súper Terrorista. La hora de la muerte es indeterminada; presenta tres heridas incisocortantes en su torso, una en el pecho y dos a diferentes alturas del estómago. La primera puñalada, la del pecho, fue la que acabó con su vida”. Con que tres puñaladas, ¿huh?

    Me acerqué también yo al cadáver. Era completamente cierto: tenía una herida muy profunda a la altura del pecho, otra algo menos profunda sobre el ombligo y una tercera, similar a la segunda, en la parte derecha de la cintura, sobre la pelvis. Tres puñaladas distantes entre sí, y solo una de ellas mortal…

    —… este crimen no lo cometió una sola persona —indicó Hubert, mientras usaba su mano para cerrarle los ojos a Effy.

    —¿Eh? ¿Cómo lo sabes? —cuestioné.

    —La naturaleza de las heridas es muy distinta. Las del estómago son algo más regulares y menos profundas que la del pecho, que es mucho más agresiva e incisiva. Puede verse en los bordes de la herida que el cuchillo no penetró con la misma suavidad —anotó el Ajedrecista.

    M-Más de una persona… tres puñaladas.

    —¿Crees que… los tres traidores atacaron en conjunto a Effy? —pregunté, alarmado.

    Hubert apretó los dientes.

    —De ser así, tenemos un problema muy grande. Si cada uno de ellos dio una puñalada, ¿cuál fue el que la mató?

    —B-Bueno, es la herida del pecho la mortal, según el informe —indiqué, revisando mi iKuma—. No obstante, no podemos determinar quién hizo una herida y quién hizo otra. Si tres personas colaboraron en el mismo crimen, averiguar cuál de ellas fue la que dio el golpe de gracia es casi imposible, a menos que confiesen. Ni siquiera encontrando a los traidores podremos saberlo… solo tendríamos un 33% de posibilidades de acierto.

    Solo podíamos votar a un culpable, y esa persona era solo y exclusivamente la que diese el golpe de gracia. De manera que la participación de varias personas en un mismo crimen se convertía, en sí misma, en un as bajo la manga de los traidores. Este crimen había sido planeado de antemano con ese preciso objetivo, estoy seguro. Con el objetivo de hacer casi imposible dilucidar quién fue el verdadero culpable.

    —Bueno, siempre pueden elevarse las probabilidades a un 66%, ¿no? —propuso Ian, sonriente—. Las reglas dicen que si hay empate en los votos, y uno de los dos resulta ser el verdadero culpable, se dará la votación por acertada.

    —Así seguiría existiendo una probabilidad inaceptable de error —apuntó Hubert, serio, severo. Más severo que de costumbre—. Además, no podemos confiar en la posibilidad de provocar un empate. Un solo voto que no salga como esperamos y todo habría terminado. Y ellos son tres; tienen mucha facilidad para manipularnos.

    —… eso, y que no deberías fiarte de mí —Ian sonrió, manos en la nuca—, ¿no?

    Hubert se levantó.

    —Estás asumiendo que no eres uno de los traidores, y no es algo que tenga tan claro.

    —¡Vaaaaya! ¿Tanto se notaba que quería lavarme las manos? —Ian seguía sonriendo. ¿¡Por qué sonreía!? ¿Por qué le parecía divertido bromear en una situación así? ¿Es que carecía de empatía completamente? —. Bueno, escuchadme, hay algo interesante aquí —Ian mostró una cuerda que tenía sobre sus manos. La cuerda se extendía hasta engancharse a la lámpara rota… pero estaba quemada en el otro extremo.

    —¿Una cuerda? —pregunté, curioso.

    —¿Extraño, huh? —Ian se encogió de hombros—. Me pregunto qué podrá ser…

    Su tono burlón y condescendiente era realmente irritante. Actuaba como si lo supiese absolutamente todo, y eso me ponía enfermo.

    —… esa no es la cuerda original que ataba la lámpara —observó Dante, que había escuchado la conversación—. Es una cuerda del almacén. La lámpara estaba originalmente sujeta con cadenas —señaló hacia el elevado techo. En efecto, una cadena corta se veía colgando en el lugar en el que debería de encontrarse la lámpara.

    —Eso quiere decir que alguien desató la lámpara de la cadena y sustituyó esta por la cuerda —reflexionó el Ajedrecista.

    ¿Por qué hacer eso? Y ese extremo quemado… huh.

    Me levanté y miré a ambos lados. Todos estaban inspeccionando el lugar, no sin tener sus rostros llenos de preocupación. Emily y Steve se mantenían algo alejados, y parecían estar hablando; Mimi inspeccionaba tímidamente los fragmentos de lámpara rotos, y Brendan, mientras tanto, observaba, como siempre, desde la lejanía, tomando notas de todo.

    Decidí acercarme al Suertudo y a la Modelo. Al aproximarme, pude reparar en que el rostro de Emily estaba blanco.

    —D-Drake —me dijo, ojos empañados—. Soy u-una idiota. Esto es todo por mi culpa… —dijo, agachando la cabeza.

    —¿Huh? —pregunté, alarmado—. ¿Por qué dices eso? ¿Qué ha sucedido?

    —Y-Yo fui la última en ver con vida a Effy —admitió, y eso me dejó impactado. Dejé que siguiese hablando—. En la madrugada, sobre las cinco de la mañana, me desvelé, incapaz de dormir por la tensión… así que decidí subir a la sauna, para relajarme un poco. Al entrar, vi que había alguien en la sauna de chicas, porque había una ingente cantidad de vapor dentro. Y, como la ropa de Effy estaba en el vestíbulo, deduje que era ella. Al entrar a la sauna yo también, la vi allí, entre la bruma, dentro del jacuzzi. La saludé, pero ella no me contestó. Se fue, sollozando, al poco tiempo de entrar yo. Estaba actuando raro, y yo… ni siquiera le di importancia. Yo me tomé mi baño sin más. ¡Pude haberlo evitado!

    Suspiré.

    —Tranquila, Em. No es tu culpa, ¿vale? —le dijo Steve.

    Así que, según el testimonio de Emily, Effy había estado alrededor de las cinco de la mañana dentro de la sauna… y yo puedo asegurar que vi a Effy bastante antes, también por la noche. Supongo que podemos confirmar entonces que Effy no murió por la noche, sino después de las cinco de la mañana… hace solo unas horas, de hecho.

    —… creo que deberíamos inspeccionar la sauna —dije, siguiendo un extraño pálpito que me impulsaba a ir allí. Si aquel fue el último lugar donde se vio a Effy con vida… eso podría significar que hay alguna pista allí.

    —D-Déjame acompañarte —pidió Emily. Ah, esta chica. ¿En serio se sentía tan responsable? Era demasiado buena… demasiado sensible y demasiado empática. Pero tal vez su encanto radicaba justo en eso.

    De modo que, simplemente, asentí.

    —Yo voy a ayudar a buscar por aquí —comentó Steve—. Con un poco de suerte, ¡quizá encuentre algo interesante!

    De manera que terminé junto a Emily, entrando ambos en la sauna.

    —Tengo que entrar en el vestuario de chicas… supongo que no pasa nada, ¿no?

    Emily me miró extrañada.

    —¿Estás de broma? ¡Pues claro que no pasa nada! Es un vestuario vacío, Drake. Mientras no haya chicas dentro, no vas a encontrar nada que no puedas ver en el de chicos.

    —B-Bueno, solo quería confirmarlo —vaya. Cuando quería, podía ser algo borde, desde luego.

    En fin, con algo de apuro aún, entré en el vestuario de las chicas. Había varias taquillas y asientos de madera en todas partes, pero nada parecía ser particularmente extraño.

    Pero, tan pronto como di algunos pasos, me di cuenta de algo.

    —Puaj, el suelo está pegajoso —observé, al notar que mis zapatos hacían un ruido extraño al pasar por encima de una parte en concreto del jacuzzi. Miré al suelo, extrañado—. ¿Por qué motivo está tan viscoso?

    —Hmm… —Emily se mantuvo reflexiva un tiempo—. Ahora que lo pienso, creo que estaba igual esta noche, cuando vine a la sauna. Igual de pegajoso.

    Huh. Un suelo pegajoso en mitad del vestuario de chicas. Sin duda, algo llamativo. ¿Qué habría ocasionado que acabase así?

    Dejando a un lado el suelo, Emily y yo miramos la zona, pero no parecía haber nada especial. Pero, tan pronto como me acerqué a las taquillas y fui a abrir una, Emily gritó.

    —¡Eh, ¿pero qué haces?! ¡Ni se te ocurra mirar eso, no seas descarado! —me regañó.

    —¡E-Eek! —grité, alzando las manos—. ¡P-Pero si me habías dicho que podía entrar en el vestuario sin problemas para investigar!

    Emily se acercó a mí y me apartó, para ser ella la que investigase dentro de las taquillas.

    —Pero una cosa es investigar la sala y otra curiosear dentro de las taquillas. ¿Y si alguien hubiese dejado ropa interior o algo así dentro? —me espetó, mientras examinaba ella las taquillas por mí. Yo solo pude suspirar resignado.

    Finalmente, extrajo algo de una de ellas.

    —Oh… e-es…

    No había duda. Era la ropa de Effy. Estaba ahí, apelotonada, incluida su capucha con orejas de oso.

    —D-De modo que su ropa estaba aquí, y por eso el cuerpo apareció casi desnudo —apunté, aunque no había que ser un lince para darse cuenta de eso. Lo cierto es que era una obviedad—.

    —Pero, Drake… mira —Emily me ofreció la capucha, y yo la tomé entre mis manos. Estaba húmeda…—. Está como mojada. Húmeda. Toda la ropa.

    —Bueno, es normal si estás en la sauna, ¿no? Todo ese vapor, el jacuzzi… la ropa se quedaría mojada, es algo lógico.

    —… pero —Emily parecía reflexiva—. Hmmm. Quiero decir, las taquillas son herméticas, así que si la ropa estaba dentro, no debería haberse humedecido por el vapor… solo tendría sentido si Effy salió de la sauna mojada y se puso la ropa, entonces sí tendría sentido que apareciese húmeda, porque ella estaba algo mojada de por sí, pero…

    —¿Pero…? —invité a que terminase rápido. No terminaba de comprender adónde quería llegar.

    —Pero todas las prendas están aquí, ¿no? Si Effy salió de la sauna y se vistió… ¿por qué la ropa está aquí?

    —O-Oh. Cierto. Muy cierto —me llevé los dedos al mentón, reflexivo—. Entonces… —entonces, ¿por qué está la ropa ahí? Era una buena pregunta. Y algo en todo esto no me gustaba en absoluto—… será mejor que regresemos. Deberíamos hablar con los demás y revisar las vigas.

    Emily asintió, algo alicaída.

    —¿Todo bien, Em?

    Negó con la cabeza.

    —No, Drake. Nada está bien —suspiró, apenada, derramando algunas lágrimas. Verla llorar me partía el alma—. ¿Cuándo crees que acabará esto? ¿Cuándo dejaremos de matarnos entre nosotros? ¿E-Es que los crímenes no van a parar hasta que no quede nadie?

    Agaché la cabeza, entristecido también yo.

    —Perdona. No quiero bajarte los ánimos, hay que concentrarse en la investigación —dijo en un tono algo más elevado, secándose las lágrimas—. Es solo que no logro entender qué pretende quienquiera que está haciendo esto. No puedo comprender por qué lo hace.

    Y, de hecho, yo tampoco lo entendía.

    —¿Será por lo que hicimos cuando éramos Gamma? ¿Es esto una suerte de represalia? ¿Un castigo?

    —Si así fuese —reflexioné en voz alta—, el que nos está “castigando” es tanto o peor de lo que fuimos nosotros. Este sufrimiento no está justificado. El ojo por ojo no lleva a ninguna parte.

    Y, con esa última afirmación, Emily terminó asintiendo, y ambos salimos de la sala de la sauna para reunirnos con los demás.

    Al salir, nos llevamos la sorpresa de que Hubert, Ian y Brendan ya no estaban. Solo Steve, Mimi y Dante seguían inspeccionando la zona.

    —¿Y el resto? —pregunté.

    Dante, que estaba pegado a las cortinas de la izquierda, me miró.

    —Están arriba, examinando las vigas —me dijo—. Pero, Drake… fíjate un momento en esto.

    —¿Qué sucede, Dante?

    Dante se acercó entonces a un tirador de los que colgaban en las cortinas, y tiró de él. Al hacerlo, las cortinas se movieron con normalidad, abriéndose al tiempo que bajaba la cuerda.

    —¿No te resulta curioso? —al soltar la cuerda, se quedó en su posición, pues era la posición de seguridad del tirador; pero tan pronto como dio un pequeño tirón más y soltó la cuerda, el tirador volvió a ascender al tiempo que se cerraban las cortinas.

    —¿Qué tiene de raro, Dante? —preguntó Em, confusa—. Funciona perfectamente.

    “Funciona perfectamente”. ¡E-Es cierto! Ese tirador era justo el que Dante y yo comprobamos aquella vez y vimos que no funcionaba. Y ninguno de los dos llegó a repararlo, así que… ¿alguien lo había reparado? ¿Y con qué objetivo? No había nada detrás de aquellas cortinas…

    Asentí mirando a Dante. En cualquier caso, los detalles sobre el tirador de cortina podían tener algo que ver sobre el caso… y al parecer, nosotros dos éramos los únicos que sabíamos del tema. El resto desconocía que el tirador no funcionaba antes, como acababa de demostrarnos Emily.

    —Por cierto, chicos —vociferó Mimi, desde lejos. Estaba junto al cadáver, y nos llamó la atención con una mano—. He descubierto algo curioso, ¿podríais dejar eso y venir, por favor?

    Sin dudarlo demasiado, los tres nos acercamos a ella. Mimi estaba agachada junto a los pies de Effy. Al llegar a su posición, nos señaló el tobillo de la difunta.

    —Eso que tiene ahí no es normal, ¿verdad que no? Pensé que podría ser de algún tipo de pulsera tobillera o algo, pero, hm, ¿no es como demasiado profunda?

    En efecto, el tobillo derecho de Effy tenía una gruesa y profunda marca, como si algo hubiese apretado con fuerza esa misma posición. Si duda, aquello no era normal.

    —… —Dante parecía tener algo en la cabeza, pero sabía de buena mano que no iba a decir nada. No era un tipo muy hablador en general, pero menos aún cuando no estaba del todo seguro de lo que decía.

    —Sin duda, es un detalle curioso. Seguro que tiene algún tipo de explicación —comenté. La marca en el tobillo de Effy… ¿cómo se relaciona con lo demás? —. Voy a las vigas. Dante, Mimi, ¿os quedáis aquí con Effy? —siempre me sabía mal dejar el cuerpo solo. Me sentía intranquilo cuando eso sucedía, como si alguien pudiese llegar y esconder cualquier evidencia que se nos hubiese pasado por alto.

    Pero no caí en la cuenta hasta después de decirlo que había asumido que Emily vendría conmigo y que Dante tendría que quedarse al margen. En cierto modo, me sentía como si estuviese tratando de distanciar a la pareja, pese a que no era en absoluto mi intención. ¿Tal vez, inconscientemente…? No, no. De todos modos, no era momento de pararse a pensar en aquellas cosas. Encontrar al culpable era la prioridad ahora.


    —Estas escaleras son muy largas y los escalones son muy altos… uf —se quejó, jadeante, Emily. Y yo no pude sino sonreír, algo divertido.

    Aunque era cierto que las escaleras que estábamos subiendo, aquellas que llevaban hasta las vigas, eran muchas y los escalones eran bastante altos, ¡casi el doble de altos que un escalón normal! Además, las escaleras hacían un giro de 180 grados a mitad de camino que hacían que se estrechase bastante el acceso.

    Al llegar arriba, sobre las vigas, pude notar cómo Emily se pegaba a mi espalda, algo asustada. Las alturas debían darle algo de miedo, y h-honestamente, yo tampoco era muy amigo de ellas, pero… no quedaba otra.

    —¡Hey, Drake! —me saludó a viva voz Ian al verme llegar. Estaba particularmente alegre, pero yo estaba convencido de que lo hacía aposta. Quería que lo viésemos alegre, que lo viésemos feliz, para que, así, su comportamiento nos perturbase—. Mira lo que hemos encontrado aquí arriba —me mostró entonces el objeto que tenía entre las manos, extendiéndolo ante mí.

    —E-Eso es…

    Era una sábana blanca… con una enorme mancha de sangre en el centro.

    —S-Sangre —tartamudeó Emily.

    —¡Y tanto, sangre! —confirmó Ian—. Y mucha, además. Casi parece que Effy haya sido envuelta con esta sábana tras morir, ¿no? —Ian Lockhart, ¿por qué sonreías tanto? ¿Cuál era tu plan? ¿Qué estrategia habías pensado esta vez, maldito?

    A lo lejos, mi mirada contempló a Brendan de reojo, analizando todo con precisión y nerviosismo, apuntando las cosas en una libreta, como siempre. Mirar a aquel excéntrico chico me hizo pensar en ese “secreto” suyo que tanto guardaba y que Ian parecía conocer. No en vano le chantajeaba constantemente con eso.

    —Ian… —dije, con cierta sospecha en mi tono de voz—. ¿Dónde estabas tú esta madrugada, alrededor de las cinco de la mañana, si puede saberse?

    —¡Oh! ¿Sospechas de mí? Eso ya empieza a ser algo muy mainstream, ¿sabes? Siempre se sospecha del pobre Ian —se encogió de hombros—. Te podría decir que estaba durmiendo y evitar posibles problemas, pero soy un tipo honrado —claro, y yo me lo creo—. Así que te diré la verdad: estaba en el dormitorio del Ajedrecista, con Brendan y Hubert. ¡Pero no, no hicimos nada raro! Es solo que este tipo de allí estaba obsesionado conque uno de nosotros, o tal vez ambos, éramos traidores, ¡así que nos llamó para “hablar” y nos tuvo encerrados toda la noche! No hemos pegado ojo, ¿sabes? Hasta que no fue la hora de desayunar no fuimos libres.

    Hubert, que estaba examinando las vigas algo alejado, dirigió su mirada hacia nosotros, al haber oído el testimonio de Ian.

    —Es cierto —confirmó—. La idea de los traidores y su inminente ataque me atormentaba, y no pude dormir. De modo que, como sospechaba de ellos, quise interrogarles. Fui a buscarlos alrededor de las cinco de la mañana y les desperté para intentar obtener algo de ellos. Que pasen tanto tiempo solos… —los miró, a ambos, con cierta ira en los ojos— no me gusta en absoluto. Quién sabe qué pueden maquinar. De modo que aproveché mi “interrogatorio” para asegurarme de que no se movían de sus dormitorios. La noche es el mejor momento para cometer crímenes, después de todo —apretó los dientes—. Y, aún así, Effy…

    Agaché la cabeza. Hubert siempre era muy estricto con la seguridad y con intentar evitar los crímenes. Siempre trataba de protegernos a todos. Debía de ser muy duro para él sentir que, por mucho que lo intentase, no lograba protegernos. Que no era capaz de salvar ni siquiera la vida de Effy, quien era su mayor confidente en la Academia.

    Me acerqué a él, algo apenado ahora también yo.

    —¿Habéis encontrado algo más?

    Hubert asintió. Estaba tan serio… mucho más de lo que de por sí era frecuente en él. Pero no podía culparle. Es más, le comprendía perfectamente.

    —Desde esta altura, uno puede manipular sin mucho problema la lámpara —explicó—. Está claro que alguien subió a las vigas para desatar el gran candelabro y volver a atarlo a una cuerda. Y el sistema que se usó fue bastante simple —señaló con un dedo a una de las vigas. Una cuerda estaba atada firmemente a la misma, colgando hacia abajo.

    —Ya veo… —comenté—. Se usó una cuerda para sostener la lámpara en una nueva posición —¿para qué? ¿Para que cayese, tal vez?

    En la cuerda atada a la viga, pude percatarme de que había una parte quemada, justo como en la cuerda que se había quedado conectada a la lámpara. Y, cuando me agaché junto a la misma, pude notar que había cera derretida en el suelo.

    —Ya veo… —susurré.

    Hubert asintió.

    —Sí. Yo también me di cuenta.

    Y Emily, desde detrás, alzó la cabeza de pronto.

    —¿Q-Qué sucede? ¿Qué habéis descubierto?

    —Oh, nada —dije, restándole importancia con un gesto. Prefería guardarme toda la información para usarla en la clase del juicio. Después de todo, no debía de quedar mucho para comenzar la misma.

    Y, casi como si me hubiese leído la mente, Reversekuma dio el aviso.

    —¡Uaaaah! Me abuuuuurro. ¿Habéis terminado ya de hacer vuestras patéticas indagaciones? No es como si fueseis a descubrir mucho más, de todas formas. Sois suuuuper patéticos, ¿lo sabíais? Venga, no me hagáis esperar, y que al menos vuestros absurdos intentos por sobrevivir me mantengan entretenido. ¡Id tirando al ascensor, ya! ¡La clase de juicio va a comenzar!

    —Hmpf —bufé. Tenía muchas pistas, pero… aún no creía estar del todo preparado. Porque todas las pistas de las que disponía me llevaban a deducir algo que no me gustaba. Y, si tenía razón en mi deducción… sería difícil encontrar al culpable. Muy difícil.

    Pero no podía rendirme. Ni yo, ni ninguno de nosotros. Porque, si salíamos de esta, puede que consiguiésemos acabar de una vez por todas con la amenaza de los traidores. Y con los traidores fuera, ya nada debería de ponerse en nuestro camino. Ya no debería haber más muertes. Ya no más dolor, no más clases de juicio, no más miedo, no más lágrimas.

    Los ocho que quedábamos nos montamos en el ascensor. Había sido una investigación breve, y la propia arma del crimen seguía sin aparecer por ninguna parte de la escena, pero… con la información de que disponíamos y colaborando entre nosotros, estaba seguro de que lograríamos hallar la verdad. Por dura que fuese.

    Effy Joy, la Super Terrorista, la que fue Gamma en un pasado… estaba muerta. Pero su muerte no habría sido en vano. Su muerte podría suponer un antes y un después en los días en esta Academia.

    Estudiantes: 8
    - Drake Orestes – Super Policía (VIVO)
    Objeto: Pistola
    Datos obtenidos: nuestro protagonista, y el proclamado Super Policía. En realidad, es un chico bastante despistado y olvidadizo que, según dice, logró ser policía de prestigio simplemente por tener suerte. Aun así, la experiencia como investigador es algo que ha adquirido, y, aunque no tenga demasiada atención por según qué detalles y no se le dé del todo bien memorizar nombres, intente hacer honor a su talento.
    Drake tuvo una vez un mentor y gran amigo, que le enseñó todo lo que sabe como policía. Algo sucedió, y dicho amigo terminó muriendo prematuramente. Este hecho motivó que fuese Drake el que acabase siendo considerado el Super Policía; y tal vez es por ello que nuestro protagonista no siente que le corresponda ese talento: porque cree que debería ser su mentor el verdadero Ultimate.
    Acción prohibida: entrar en una sala vacía.
    Video en iKuma: Alpha Xenodis


    - Steve Stone – Super Suertudo (VIVO)
    Objeto: Revista Ultimates.
    Acción prohibida: Sonreír
    Video en iKuma: Emily Hodges


    - Ian Lockhart – Super Estratega (VIVO)
    Objeto: Game Boy
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: parece ser que Ian remonta sus dotes de estratega y su sangre fría y dotes de manipulación desde su más tierna infancia. Con solo cinco años, logró salvar a un amigo de los acosos continuos de dos niños abusones utilizando dos pelotas para confundirlos y enfrentarlos entre ellos, solo para luego dirigir toda su ira contra otro compañero de clase que no era más que mera competencia para el joven Ian. De esta historia se deduce que Ian tenía un buen amigo al que fue capaz de proteger, además de que, por lo que parece ser, su familia debía manejar grandes cantidades de dinero.
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Chad Redflame


    - Alpha Xenodis – Super Deportista (MUERTO)
    Objeto: Bate de béisbol
    Acción prohibida: decir la verdad
    Video en iKuma: Steve Stone


    - Ukitashi – Super Comilón (MUERTO)
    Objeto: Sándwiches

    - Talía Wells – Super Estrella Infantil (MUERTA)
    Objeto: Teddy el oso

    - Hubert Maddsson – SuperAjedrecista (VIVO)
    Objeto: tablero portátil
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: ganador de múltiples torneos de ajedrez, Hubert nunca ha perdido una partida. Dedica mucho tiempo a practicar, y es conocido por sus increíbles capacidades lógicas y deductivas. Afirma que tiene la capacidad y la costumbre de pensar como si tuviese dos cerebros; esta práctica le ayuda a entrenar su mente y a desarrollar una enorme capacidad para colocarse en la posición de otros y usar su lógica como si fuese la suya propia.
    Antes de ser ajedrecista, de hecho, Hubert fue detective, pero no se conocen más datos a este respecto.
    Acción prohibida: subir a la segunda planta
    Video en iKuma: Mimiko Honda


    - Effy Joy – Super Terrorista (MUERTA)
    Objeto: cloroformo
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Al parecer, Effy, fue antes de perder la memoria, Gamma, líder del equipo homólogo. No obstante, asegura que recuerda que, en un principio, trató de avanzar en la política por medios comunes. Sin embargo, llegados a un punto, comenzaron a actuar, ella y sus seguidores, obrando secuestros, robos, y demás actos criminales. Fue eso lo que, como líder del grupo, acabó resultando en su título de "Terrorista".
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Ian Lockhart


    - Lucas Diamond – Super Botánico (MUERTO)
    Objeto: Plantix2000
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Lucas desprecia las ciudades por considerar que su construcción implicanecesariamente la muerte de muchas plantas, a las que considera amigas. Aun así, vive en un laboratorio en medio de una jungla, en solitario, y parecía no ser consciente de que su construcción ensí, probablemente, haya supuesto ya la muerte de muchos animales. Ha creado el Plantix2000 él solo, unamáquina que permite "comunicarse" con las plantas: analizarlas, saber sus necesidades, etc.
    Acción prohibida: que comience una investigación sin ser el culpable.

    - Liza White – Super Criadora (MUERTA)
    Objeto: Nutria
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: criada en un zoo, donde vivía con sus padres, cuidadores de éste, Liza pronto sehizo amiga de los animales y comenzó a amarlos, a todos y a cada uno de ellos, incluidos los insectos y otros bichos que puedan ser considerados asquerosos por la mayoría de la gente. Un buen día,Liza liberó a todos los animales simplemente porque quería que fuesen libres. Para ella, los animales son equivalentes a los humanos, y deberían de ser tratados prácticamente en igualdad decondiciones.
    Acción prohibida: mojarse.

    - Emily Hodges – Super Modelo (VIVA)
    Objeto: Kit de maquillaje
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Emily nunca quiso ser modelo, sino actriz. Participó en castings para actuar en obras de teatro, y fue seleccionada, pero tuvo una mala experiencia que cambió su vida: al llegar la hora de la verdad, se quedó inmóvil, completamente en blanco e incapaz de representar su papel. Desde entonces, el miedo escénico y la mala fama que le generó en el mundo de la actuación el evento del teatro la ha perseguido siempre, pero afirma que jamás perderá la esperanza, y tiene intenciones de volver a intentarlo y a superar los miedos que la atormentaban.
    Acción prohibida: quedarse sola
    Video en iKuma: Hubert Madsson


    - Dante Miles – Super ¿? (VIVO)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 2/3
    Datos obtenidos: Dante no recuerda prácticamente nada sobre su pasado. Sabe que tenía amigos, pero no los recuerda; sabe que sucedió un evento importante en su vida, pero no recuerda qué fue; ni siquiera recuerda su talento ni cómo se dio cuenta de que lo tenía. Insiste en que, tal vez, no tenga ningún talento, para empezar. Lo único que recordaba con claridad al despertar era que amaba a Emily, y ese sentimiento parecía ser correspondido por ella.
    Dante se crio en un orfanato, y nunca tuvo ningún familiar ni seres queridos. Tuvo que buscarse la vida al llegar a la mayoría de edad, llegando a pulular por las calles buscando un sustento. Y, al parecer, alguien le encontró, y ahí cambió todo... pero se desconoce qué sucedió.
    Acción prohibida: cruzarse con alguien.
    Video en iKuma: ???


    - Chad Redflame – Super Dibujante (MUERTO)
    Objeto: Pincel y pinturas
    Acción prohibida: ingerir alimentos.
    Video en iKuma: Elisa Daroch


    - Brendan Ruby – Super Periodista (VIVO)
    Objeto: Cuaderno y bolígrafo
    Video en iKuma:
    Acción prohibida: no responder a una pregunta.


    - Elisa Daroch – Super Médium (MUERTA)
    Objeto: Cartas de tarot
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Elisa nació tras siete meses de embarazo, después de que los médicos afirmasen que había muerto. Cuando fueron a extraer el cuerpo aparentemente inerte del vientre de su madre, comenzó a mostrar repentinamente signos vitales, "regresando" de entre los muertos, de alguna forma. Elisa afirma que es este el motivo por el que puede comunicarse con los difuntos, y está plenamente convencida de que sus poderes son reales; para ella, es todo un reto mostrar la veracidad de sus técnicas a los más escépticos, y toda una satisfacción observar sus rostros cargados de sorpresa.
    Acción prohibida: cerrar los ojos por más de dos minutos
    Video en iKuma: ???


    - Mimiko Honda – Super Millonaria (VIVA)
    Objeto: Teléfono móvil
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: los Honda son la familia más rica del mundo, dueños de múltiples empresas y todo tipo de negocios que les hacen, en resumen, tremendamente influyentes y con capacidad para controlar muchísimos sectores de la sociedad. Sin embargo, Mimi no era la heredera original de toda esta fortuna; tiene un hermano mayor, verdadero heredero por derecho, que decidió renunciar a los derechos que, como Honda, le corresponderían. Al renunciar a su apellido y a la herencia, Mimi se convirtió en la Super Millonaria.
    El hermano de Mimi, de hecho, nunca quiso ser millonario, porque la gente lo quería solo por su dinero y no por su personalidad. Nunca tuvo una buena relación con su padre, pero todo terminó cuando decidió casarse y adoptar el apellido de su pareja. Al parecer, todo apunta a que el hermano de Mimi se casó con otro hombre.
    Si bien el señor Honda aceptaba la relación de su hijo, detestó el hecho de que renunciase a su apellido, y eso supuso el cierre de su relación para siempre. No obstante, Mimi asegura que su hermano, que es un artista sin ningún tipo de talento, gana grandes cantidades de dinero vendiendo sus obras siempre a compradores anónimos... salta a la vista que, en el fondo, el padre de Mimi nunca dejó de querer a su hijo, y sigue cuidándolo, a su manera, por mucho que su orgullo no le deje admitirlo.
    Acción prohibida: insultar
    Video en iKuma: Drake
    Reglas vigentes:

    >> Regla 1: durante el día, los alumnos podrán recorrer la Academia a su antojo, con escasas restricciones. En la noche, el acceso a determinados lugares quedará restringido.

    >> Regla 2: a las 8:00 AM sonará el anuncio escolar que dará comienzo al día oficialmente, y a las 10:00 PM sonará el anuncio escolar que dará paso al tiempo nocturno. No existen restricciones de sueño, cada alumno es libre de dormir o no dormir como lo estime conveniente.

    >> Regla 3: el Director de la academia y el resto de profesores no podrá interferir directamente con los alumnos; no podrá dañarlosfísicamente o interferir en el desarrollo normal de sus actividades.

    >> Regla 4: los alumnos deberánasistir a las clases que el Director o profesores impongan de forma estrictamente puntual. Se permitirá un retraso máximo de 20 minutos, a partir del cual se considerará esta regla como incumplida.

    >> Regla 5: en caso de incumplimiento de una regla, las ametralladoras ejecutarán al infractor de la regla.

    >> Regla 6: únicamente quienes se gradúen podrán salir de la Academia. Quienes se gradúen no podrán volver a entrar, tendrán que dedicar su vida a cumplir con sus obligaciones como graduado o graduada en el exterior. El método de graduación se definirá en posteriores reglas.

    >> Regla 7: el desconocimiento de una regla no exime de sucumplimiento. El respeto a las reglas será estricto y deberá ser mantenidoen todo caso, sin excepciones.

    >> Regla 8: el Director o los profesores pueden dar órdenes siempre dentro de los límites establecidos. Si no se cumple una orden válida, las ametralladoras dispararán al rebelde.

    >> Regla 9: los objetos personalespueden ser robados en cualquier momento por otro alumno, pero ningún alumno, bajo ningún concepto, podrá tener en su poder más de dos objetos personales.

    >> Regla 10: el Director podrá añadir nuevas reglas conforme estime conveniente, sin alterar reglas yaexistentes.

    >> Regla 11: cuando un asesinato suceda, comenzará la investigación. Durante la investigación, cualquier sala de la Academia que hubieseestado disponible antes del crimen, independientemente de la hora, será abierta para facilitar la misma. Pasado el tiempo que el Director olos profesores consideren oportuno, la investigación finalizará y comenzará una clase de juicio.

    >> Regla 12: en la clase de juicio, todos votarán a un culpable. Siresulta ser el verdadero asesino, será ejecutado; si resulta no ser el verdadero asesino, todos salvo este serán ejecutados, y el asesino podrá graduarse.

    >> Regla 13: los brazaletes de la muerte, una vez colocados en lasmuñecas de los alumnos, no podrán ser retirados, y causarán la muerte de cualquier alumno que incumpla la acción prohibida en ellos descrita. La acción prohibida puede ser secreta o no, a juicio del alumno.

    >> Regla 14: si algún alumno lograse retirar un brazalete de la muerte de alguna forma, estaría incumpliendo una regla, por lo que sería castigado por las ametralladoras.

    >> Regla 15: una muerte de un alumno por culpa del veneno de los brazaletes daría inicio a una clase del juicio. Si fue otro alumno el que provocó que la víctima llevase a cabo la acción prohibida, conociese o no el contenido de su acción prohibida, sería considerado el culpable de asesinato. En caso de que la víctima muriese por su propia negligencia, se consideraría suicidio, por lo que en la clase de juicio habría que votar por la propia víctima para resultar victoriosos.

    >> Regla 16: las acciones prohibidas deben ser interpretadas de forma estrictamente literal.

    >> Regla 17: se dará el anuncio de descubrimiento del cadáver cuando tres o más personas encuentren a un estudiante muerto.

    >> Regla 18: de acuerdo con las reglas anteriores, se considerará culpable a efectos de una clase de juicio a todo aquel que provoque la muerte directa de otro. En caso de venenos, trampas y otro tipo de muertes indirectas, será considerado el culpable el que haya colocado el veneno, preparado la trampa o programado la vía que provoque la muerte del tercero, independientemente de que otras personas participen en el acto de otras formas.

    >> Regla 19: solo una persona puede ser considerada culpable de un asesinato. En caso de empate en votación en una clase de juicio entre dos alumnos, se considerará acertada la elección si uno de los dos es el culpable, y solo esa persona será ejecutada. No caben empates entre más de dos personas.

    >> Regla 20: si dos cadáveres son encontrados para una misma investigación, en la clase de juicio, solo se considerará "culpable" al asesino del primero, por lo que los votos habrán de dirigirse a dicho asesino. El otro asesino será tratado como un alumno más, de modo que su asesinato no contará para el juego como tal.
    Balas de la verdad:

    - Informe de Monokuma #5: La víctima es Effy Joy, la Súper Terrorista. La hora de la muerte es indeterminada; presenta tres heridas incisocortantes en su torso, una en el pecho y dos a diferentes alturas del estómago. La primera puñalada, la del pecho, fue la que acabó con su vida

    - Naturaleza de las heridas: Effy presentaba tres heridas distintas en partes distintas de su torso: una más profunda e irregular en el pecho, y otras dos a distintas alturas del estómago. Las claras diferencias entre heridas parecen constatar que hubo notables diferencias entre las agresiones. No se sabe cuáles se hicieron antes y cuáles después, pero sí que está confirmado que murió por la herida del pecho.

    - Cuerda: una cuerda del almacén estaba atada al extremo superior de la lámpara de candelabros, sustituyendo a la cadena que originalmente agarraba la citada lámpara sobre la que apareció Effy. Su extremo estaba quemado. La misma cuerda parecía estar atada a una de las vigas del techo, mostrando un extremo también quemado.

    - Testimonio de Emily: Emily vio a Effy en la sauna alrededor de las cinco de la mañana. Supo que había alguien dentro antes de entrar porque había mucho vapor en la zona de chicas. Al parecer, estuvo usando el jacuzzi, y Emily la saludó, pero la víctima se marchó sollozando sin siquiera responderle tan pronto como la modelo entró en la sala.

    - Testimonio de Drake: Drake habló con Effy la noche antes de la muerte, cuando aún no era demasiado tarde. Fue entonces cuando le dijo que convocase en la mañana siguiente a todo el mundo en el salón de bailes (la escena del crimen) para revelar la identidad de los traidores. Cuando vino a verlo, tenía el pelo ligeramente mojado y parecía estar algo alicaída.

    - Suelo pegajoso: por algún motivo, el suelo del vestuario para chicas de la sauna estaba particularmente pegajoso y viscoso en una parte del mismo, cerca de la entrada.

    - Ropa de Effy: la ropa de Effy fue hallada en las taquillas del vestuario de chicas de la sauna. Pese a que las taquillas son herméticas, la ropa estaba húmeda.

    - Tirador de cortina: uno de los tiradores de cortina que Dante y Drake examinaron antes del crimen estaba roto y no funcionaba, y nadie más parecía ser consciente de ese hecho. Tras el crimen, el tirador funcionaba a la perfección, por algún motivo.

    - Marca en el tobillo de Effy: uno de los tobillos de Effy tenía una gruesa y profunda marca, como si algo hubiese apretado con fuerza esa zona en concreto.

    - Escaleras a las vigas: las escaleras hacia las vigas son largas y los escalones bastante altos; además, a mitad de camino el recorrido se estrecha bastante. No había nada raro en las mismas.

    - Sábana blanca: una sábana blanca que se encontró sobre las vigas. Presenta una mancha de sangre muy grande en toda su extensión.

    - Testimonio de Ian: Ian afirma que él, Brendan y Hubert fueron recluidos en la habitación del último a petición de este desde las cinco de la mañana, aproximadamente. Al parecer, Hubert sospechaba que podían ser parte de los traidores, y pretendía interrogarles y evitar que hiciesen movimientos sospechosos en la noche.

    - Cera derretida: había cera derretida junto a la cuerda atada a la viga.
     
    Última edición: 2 Febrero 2018
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    Y al fin que pude leerlo, omg. [Y te estoy comentando con la canción aun de fondo, me siento épica (?]

    Aunque es cierto que en los juegos me suelo saltar las investigaciones porque son largas y, para mí, bastante innecesarias, lo cierto es que en este fic se me hacen bastante interesantes y, como solo son un capítulo, pues es rápido de leer.

    Ahora, nunca me queda del todo claro como ha ocurrido el crimen, como cabe esperar, y estoy segura que en el class trial se descubrirá alguna pista o alguna información fundamental que no nos muestras aquí, pero en este caso creo que si me logro imaginar más o menos como ha sucedido todo y bueno, tengo la sospecha de que no han sido esos tres traidores, la verdad. Quiero pensar que ha sido una persona que lo ha hecho parecer como si fuese trabajo de tres. Mis sospechas siguen siendo Hubert, aunque tenga coartada, Brendan incluso. Dirías que Mimi pero no sé por qué no la veo capaz de matar, la veo como superviviente a estas alturas de la historia. Obviamente, no puedo dudar de mi niña y Dante e Ian, por sospechosos que sean los dos, los veo como supervivientes o participantes del siguiente caso. Y Steve... Steve is too pure.

    Pues nada, no sé, no soy de hacer teorías porque igual me voy a equivocar así que para qué voy a pensar(?), pero estoy deseando ver que sucede y como va a ser este class trial, que aunque digas que será un caso sencillo, creo que puede ser muy interesante en cuanto a historia y en cuanto a lo que puede significar para el final del fic.
     
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    Capítulo 4: Retazos de la Verdad

    Vida Mortal, Clase de Juicio, parte 1


    Una vez más, estábamos tras aquellos atriles. Los rostros llenos de inseguridad en algunos casos, de decisión en otros, y hasta de diversión en el caso de Ian, se enfrentaban unos a otros en aquel círculo mortal que decidiría, una vez más, quién vive y quién muere dentro de la Academia. Reversekuma ya ocupaba el típico trono, vacío el otro que estaba a su lado, y nos miraba, ansioso por ver cómo terminaría aquella clase de juicio.

    Cada vez había más atriles vacíos… y ahora, el atril de Elisa mostraba, como en todos los demás, su foto en blanco y negro, tachada en rojo por una cruz emulando una lápida; además del atril de Effy, con su foto tachada por un icono de una bomba en rojo. Suspiré. Cada vez éramos menos… el número se reducía siempre, más y más. Ayer éramos nueve, hoy, ocho. Mañana, con suerte, seríamos siete.


    —¡Atención, panda de ineptos! —comenzó a hablar Reversekuma, para dar la clásica explicación—. Empecemos con una explicación básica de las clases de juicio. Durante esta clase, tendréis que discutir acerca de “quién lo hizo”, y señalar a uno de vosotros como el culpable. Si acertáis, el culpable será castigado. Pero si os equivocáis, todos salvo el culpable serán castigados. Ahora bien, ¡empecemos la clase de juicio sobre el asesinato de Effy Joy, la Super Terrorista!

    —Me gustaría empezar el debate —inició Hubert, sin dudarlo ni un instante. Su semblante era serio, y se le podía notar en la mirada toda la ira y tristeza acumuladas. Pretendía volcarla toda sobre el culpable… verter toda su rabia contenida. Estaba más que dispuesto a hacerlo. De brazos cruzados, miró con severidad al frente mientras hablaba—. Resumamos brevemente lo que hemos logrado sacar en claro del caso. Effy Joy apareció muerta a una hora indeterminada, probablemente entre la noche y la mañana, con tres heridas de cuchillo en su cuerpo. No hay rastro de ningún tipo de arma en la escena del crimen, pero por el Informe de Monokuma #5, podemos saber que fue la herida del pecho la que le provocó la muerte. No podemos determinar que las tres heridas hayan sido provocadas por un mismo objeto, pero salta a la vista que existen diferencias más que evidentes entre las mismas.

    Medité en silencio. Fue Mimi la que tomó la palabra después.

    —Pero mi pregunta es… ¿dónde murió exactamente Effy? Sabemos que cayó de pronto del techo, sobre la lámpara, pero no tenemos ni idea de si fue allí arriba, en las vigas, donde sucedió el crimen. No hay sangre en ninguna parte, ¿no?

    —Ese es un buen punto, Mimi —concedió Hubert. De pronto, actuaba como un líder, dirigiendo él mismo la conversación. Realmente se estaba tomando el caso como algo muy personal… y no le culpaba por ello—. Empecemos debatiendo esa cuestión, entonces.

    Y aquí empezaba el cuarto caso. La cuarta clase de juicio. Lo que daría porque fuese la última…




    Non-stop debate!

    Effy apareció muerta sobre la lámpara… —inició Hubert, reflexivo—. Pero eso no quiere decir que muriese allí arriba.

    De hecho, no había manchas de sangre en las vigas —aseguró Emily.

    ¿No cabría la posibilidad de que esa sábana que se encontró arriba se utilizase para evitar que caiga sangre? —propuso Steve.

    Claro que no, idiota —intervino Ian, hombros encogidos—. ¿Es que crees que Effy, estando viva, iba a estar convenientemente colocada sobre la sábana?

    >> Es muy probable que la sangre salpicase en algún sitio durante el ataque.

    Pero más allá de la propia escena y de la sábana, no encontramos sangre en ningún lugar —se lamentó Mimi.

    … puede que el asesino limpiase la sangre, ¿no? —propuso Emily de pronto.

    Es una posibilidad —concedió Hubert—. Pero la muerte sucedió no muchas horas antes de que llegásemos

    Exacto —asintió Ian, señalando con un dedo, feliz—. ¡Incluso si se limpiase la sangre, debería de quedar algún indicio de la presencia de sangre!

    U-Ugh. ¡No tenemos nada, y esto solo acaba de comenzar! —vociferó Mimi, frustrada.


    ¿Dónde murió Effy? Debería de haber algo que nos indique dónde sucedió el crimen… y, de hecho, no tiene por qué coincidir en absoluto con el lugar en el que se encontró el cuerpo. ¿Hay alguna pista del lugar en el que sucedió, acaso? Hmmm.


    Effy apareció muerta sobre la lámpara… Pero eso no quiere decir que muriese allí arriba.

    De hecho, no había manchas de sangre en las vigas.

    ¿No cabría la posibilidad de que esa sábana que se encontró arriba se utilizase para evitar que caiga sangre?

    Claro que no, idiota. ¿Es que crees que Effy, estando viva, iba a estar convenientemente colocada sobre la sábana?

    >> Es muy probable que la sangre salpicase en algún sitio durante el ataque.

    Pero más allá de la propia escena y de la sábana, no encontramos sangre en ningún lugar.

    … puede que el asesino limpiase la sangre, ¿no?

    Es una posibilidad. Pero la muerte sucedió no muchas horas antes de que llegásemos

    Exacto. ¡Incluso si se limpiase la sangre, debería de quedar algún indicio de la presencia de sangre!


    ¿Indicios de la presencia de sangre que ha sido limpiada…? U-Un momento. Había un lugar donde el suelo estaba pegajoso. ¿Podría ser porque hubo sangre que fue limpiada allí…?


    Effy apareció muerta sobre la lámpara… Pero eso no quiere decir que muriese allí arriba.

    De hecho, no había manchas de sangre en las vigas.

    ¿No cabría la posibilidad de que esa sábana que se encontró arriba se utilizase para evitar que caiga sangre?

    Claro que no, idiota. ¿Es que crees que Effy, estando viva, iba a estar convenientemente colocada sobre la sábana?

    >> Es muy probable que la sangre salpicase en algún sitio durante el ataque.

    Pero más allá de la propia escena y de la sábana, no encontramos sangre en ningún lugar.


    —¡Te equivocas! —grité, de pronto. Había tenido una idea—. No encontramos sangre como tal, eso es cierto. Pero sí que hay un claro indicio de la presencia de sangre que fue limpiada apresuradamente. Y es que en el vestuario femenino de la sauna, en una zona concreta cerca de la entrada, ¡el suelo estaba pegajoso! Eso puede deberse perfectamente al hecho de que existiese una mancha de sangre que fue borrada. ¡De modo que la sauna podría ser nuestra escena del crimen original!

    —¡Ugh! —gruñó Mimi, asqueada—. ¡P-Pervertido! ¿¡Qué hacías en el vestuario de chicas de la sauna!?

    —Intentar espiar a Emily desnuda, seguro —comentó Ian de pronto, reflexivo.

    —… —D-Dante, ¡e-eso es mentira, eh!

    —E-En cualquier caso —seguí hablando—, creo que el vestuario de la sauna fue el lugar donde el asesino atacó a Effy. Eso explicaría la zona viscosa y el hecho de que no hayamos encontrado más sangre en el resto del lugar. Tras matar allí a Effy, se pudo usar, como bien habéis dicho, la sábana blanca para transportarla donde fuese necesario sin manchar nada más.


    —Es una opción —concedió Hubert, que meditaba en silencio—. Pero eso nos plantea un nuevo problema. O, más que plantear un problema, yo diría que… refuerza una teoría.

    —¿Huh? —cuestioné, dudoso. No entendía muy bien a qué se refería Hubert.

    —… es sobre el número de personas que intervinieron en esa muerte —sentenció, serio y severo.

    El número de personas… sí. Ya lo hablé con Hubert al poco tiempo de empezar la investigación. Él afirmaba que más de una persona había participado en el crimen. Y, además, eso coincide con lo que Effy me dijo la noche antes de su muerte: que, si moría, serían los traidores los que la habrían matado.

    De manera que tu objetivo era llegar aquí, ¿no, Hubert? Dirigir nuestra atención en los traidores. Estás casi tan convencido como yo de que fueron ellos los que la mataron, ¿eh?

    —¿… cuál es tu teoría? —inquirió de pronto Dante, brazos cruzados.

    —Mi teoría es que más de una persona cometió este crimen.

    —¿M-Más de una? —exclamó, alarmado, Steve.

    —¿I-Insinúas que fueron…? —Mimi también estaba sorprendida.

    Hubert asintió.

    —Estoy convencido de que los tres traidores atacaron juntos a Effy. Eso explicaría la naturaleza de las heridas, tan distintas entre sí. Tres heridas, tres personas… y solo una de ellas dio el golpe de gracia, lo cual hace difícil determinar quién fue el que lo hizo, por mucho que participasen tres personas —Hubert dijo eso último con pesadez y esfuerzo, como si reconocer aquello le doliese.

    Y, cuando me paré a analizar los rostros de todo el mundo… el de Ian me llamó especialmente la atención. Sonreía. Sonreía de forma frívola y ladina.

    —¿Y cuál es, oh señor Ajedrecista, el motivo por el que tan bizarra teoría suya se ve “reforzada” con el hecho de que Effy muriese en la sauna? —el tono con el que Ian realizó esa pregunta fue ruín, sarcástico. Como era costumbre en él, hablaba como si ya conociese la respuesta, y solo estuviese divirtiéndose al ver nuestra duda, nuestros esfuerzos por descubrir la verdad, nuestro miedo.

    El motivo por el que Hubert cree que tiene más sentido la teoría de que haya tres personas involucradas en el crimen, ¿eh?




    Non-stop debate!

    Si asumimos que Effy fue asesinada en la sauna—comenzó a hablar Hubert—, la teoría de que hay más de un asesino cobra fuerza.

    Adelante, soy todo oídos. Explícame por qué —Ian seguía sonando tan sarcástico como de costumbre.

    Effy apareció sobre la lámpara del techo —comenzó a explicar el Ajedrecista—. De manera que alguien tuvo que transportarla hasta allí.

    >> Y es imposible para cualquiera cargar con un cuerpo hasta allí arriba por sí solo. Al menos no sin manchar el suelo ni dejar marcas en el cuerpo de Effy.

    ¿Es imposible? —se cuestionó Mimi—. ¿Por qué lo crees?

    Se necesitaría la cooperación de más personas para subir el cuerpo hasta arriba —explicó Hubert—. El motivo salta a la vista.

    —… —Dante parecía reflexivo. Como si algo no encajase del todo en su mente. ¿Estaría pensando algo?


    El motivo por el que una sola persona no podría llevar el cuerpo hasta las vigas… tal y como dice Hubert, debería ser obvio. ¡No perdamos el tiempo, zanjemos este asunto ya! Si confío en Effy… debo creer que los traidores han sido los que la han matado. Y esa confianza me lleva a pensar que la lógica de Hubert tiene que ser la cierta.


    Si asumimos que Effy fue asesinada en la sauna… la teoría de que hay más de un asesino cobra fuerza.

    Adelante, soy todo oídos. Explícame por qué.

    Effy apareció sobre la lámpara del techo. De manera que alguien tuvo que transportarla hasta allí.

    >> Y es imposible para cualquiera cargar con un cuerpo hasta allí arriba por sí solo. Al menos no sin manchar el suelo ni dejar marcas en el cuerpo de Effy.


    —¡Estoy de acuerdo! —afirmé—. Es por las escaleras hacia las vigas, ¿no?

    Hubert asintió.

    —Oh, ya entiendo —intervino Emily—. Esas escaleras eran realmente largas y los escalones muy altos, además de que el recorrido era estrecho. Cuesta imaginar que una sola persona hubiese sido capaz de cargar con Effy por sí sola hasta las vigas.

    —Exacto —afirmé—. Es más, incluso para dos personas, por la estrechez del lugar, debería de resultarles difícil ascender. Por eso… creo que la teoría de Hubert es la más acertada. Mínimo tres personas se requerían para poder llevar a cabo el plan de forma correcta. Y el tres es un número que encaja en todo este caso: tres son los traidores, tres las heridas de Effy.

    —… tres son los asesinos —zanjó Hubert—. Si encontramos a los traidores, encontraremos a los culpables. Solo tendríamos que hacerles hablar, ¡y obligar al que dio el golpe de gracia a reconocer que fue él el verdadero culpable!

    Y, de pronto, Ian comenzó a reír a viva voz.

    —¡Aaaah-ja, ja, ja! ¡Hubert, me vas a matar de la risa! Y como me mates de la risa, se nos van a acumular los juicios —extendió sus manos a ambos lados, en gesto ególatra—. La ira te ciega. Y, cuando uno está ciego, ¡bam!, se choca contra una farola. Solo que en este caso, la farola es la muerte, amigo.

    —… ptché —Hubert apartó la mirada.

    ¿Qué insinuaba Ian? ¡¿Qué demonios pretendía?! ¿Por qué tenía que convertir todos los juicios en un maldito acertijo?

    —Yo… yo tengo una duda —intervino, de pronto, Emily. Todas las miradas se centraron en ella—. Hum. Si Effy murió en la sauna… ¿a qué hora lo hizo?

    —¿Huh? —Emily… sigues preocupada ante la idea de que hubieses podido evitarlo, ¿eh?

    —Dados los testimonios de que disponemos… —meditó Hubert—, parece lógico pensar que sucedió entre las cinco de la mañana y las nueve de la mañana, cuando encontramos el cuerpo.

    Tu testimonio, Emily, verifica que Effy estaba viva alrededor de las cinco de la mañana, ¿no? —le aseguré.

    Emily agachó la cabeza.

    —Sí, pero… ¿y si sucedió justo entonces? ¿Justo mientras yo estaba relajándome en el jacuzzi? —los ojos de Emily se empañaron.

    —Em… —no podía decirle nada para tranquilizarla, porque lo cierto era que no se podía descartar esa posibilidad. Si Emily estaba dentro de la sauna en aquel momento y Effy y sus atacantes estaban en el vestuario… era técnicamente posible que el crimen hubiese sucedido a pocos metros de ella.

    Hubert, no obstante, frunció el ceño tremendamente.

    —En ese escenario, si confiamos en el testimonio de Emily y asumimos que Effy murió justo entonces… los posibles traidores se reducen a cuatro opciones —sentenció, mirándome con severidad.


    —¿Eh? ¿Qué insinúas…? —le pregunté, tartamudeando.

    —… solo es una hipótesis. Si Effy murió justo en ese momento, cuando Emily estaba dentro de la sauna, eso la excluye a ella, naturalmente, de ser culpable, porque, de serlo, sencillamente no habría revelado ese dato, pues la comprometería. Y el testimonio de Ian nos ofrece una coartada a Brendan, al propio Ian y a mí. Y eso solo nos deja con cuatro posibilidades: Mimiko, Dante, Steve y tú.

    —¿Y-Yo? ¿¡Traidora, yo!? —Mimi se mostró asustada y ofendida.

    —¿T-Traidores… nosotros? —musitó Steve, incrédulo.

    —… Hmpf —Dante no parecía afectado por la inesperada acusación.

    —H-Hubert, ¿hablas en serio? ¿Sospechas de nosotros cuatro?

    —… solo uno de vosotros es libre de sospechas ahora mismo —se cruzó de brazos y cerró los ojos—. Los otros tres, por mero descarte, deben ser los traidores. En vuestras manos está demostrarme quién es inocente.

    P-Pero esto… esto es simplemente una locura. Debo encontrar una forma de demostrarle a Hubert que somos inocentes. ¡De ninguna manera uno de nosotros sería un traidor! Sé, al menos, que ni Steve ni yo lo somos. Y, a este paso, ¡uno de los dos va a acabar siendo acusado!

    —¡Hubert, nosotros no som-¡

    —¡Te equivocas!

    ¿¡Pero qué!? ¿¡Ian!? ¿Qué demonios…?

    —Oh, no me malinterpretes, Drake —Ian sonreía—. No es que te equivoques. De hecho, solo quiero ayudarte a defender tu postura.

    —¿Huh? ¿De qué hablas? —Ian estaba… completamente loco.

    —¡Oh, vamos! ¡Es ya casi una tradición! Tenemos que tener nuestro clásico duelo, ¿no?

    Oh, no. Otro “duelo” no.

    —Aunque esta vez solo quiero ayudarte… ¡mola mucho más si lo convertimos en un enfrentamiento! ¿No crees?

    … como quieras, Ian. Como jodidamente quieras. Si un duelo es lo que quieres, un duelo vas a tener.



    Hubert está afirmando que tres de vosotros cuatro sois los traidores…

    >> … basándose únicamente en los testimonios, que delimitan una hora muy poco conveniente para vosotros, ¿no?

    >> El punto es, ¿no hay nada más de lo que tirar? ¿Ningún cabo suelto?

    >> Si hubiese algo que nos permitiese descartar gente, probablemente estaríamos más cerca de la verdad, ¿eh?


    Déjate de juegos, Ian. ¡Habla claro!

    >> Es obvio que nosotros no somos los traidores. ¡Es una completa locura afirmar eso!

    >> Pero no tengo ni idea de adónde quieres llegar.

    >> Si realmente quieres ayudar, ¡habla claro de una vez!


    ¡Aaah-ja, ja, ja! Si te pones así haces que sea más divertido de lo que ya es, Drake Orestes.

    >> Veamos. ¿Qué falta por explicar del crimen? ¿Qué circunstancia se nos escapa?

    >> Por ejemplo, no sabemos con qué arma se mató a Effy.

    >> Ni sabemos cómo cayó la lámpara, si estaba agarrada con una cadena.


    No, eso es incorrecto. Y sé que lo sabes bien, Ian.

    >> El asesino desató la cadena y enganchó la lámpara con una cuerda. La misma cuerda estaba atada a una de las vigas.


    Oh, ¡claro! Pero, entonces, ¿cómo se hizo para que cayese justo en ese momento?

    >> ¡Quiero decir, todos estábamos abajo cuando la lámpara cayó!

    >> Es imposible hacer que la lámpara caiga sola.


    —¡Te equivocas! —ya lo tengo. Creo… creo que he entendido dónde quiere llegar Ian. Lo que me perturba es que trate de ayudarme de esta forma. Eso… no puede ser nada bueno, desde luego. Trama algo, eso seguro—. Había una manera muy simple y efectiva de hacer que cayese la lámpara… y para eso solo se necesitaba una vela.

    —¿U-Una vela? —preguntó Emily, nerviosa y tensa ante la acusación de Hubert. Ella deseaba tanto como yo que limpiase nuestro nombre.

    —Sí —asentí—. Cerca de la cuerda, había cera derretida. Además, la misma cuerda tenía extremos quemados. Salta a la vista que alguien preparó una vela, colocándola justo a la altura de la cuerda para que, al consumirse, la cuerda se quemase, se rompiese y la lámpara cayese. Un truco simple y efectivo, con el que se podría calcular fácilmente el momento en el que caería la lámpara.

    —Bravo —aplaudió Ian—. Paso número uno completado. Ahora, al paso número dos: las velas probablemente se tomaron del almacén; me consta que allí hay velas. Lo malo (o bueno, según como lo mires) es que son pequeñas y se consumen apenas pasa una hora desde que se encienden. Sabiendo esto, ¿cuándo colocó la vela el culpable, los culpables, o quienquiera que fuese?

    Medité por un momento. Hubert estaba alazando una ceja, extrañado.

    —Pues… —solo había una conclusión lógica posible, de hecho—. Tuvo que ser poco antes de que llegásemos, claro. Durante el desayuno, más o menos.

    —Bingo. Paso tres —siguió Ian, en tono jocoso—. ¿Quiénes estaban en el desayuno y quienes no estaban?

    —¡O-Oh! —exclamó Steve, acongojado.

    —P-Pues… —traté de hacer memoria.

    —Estábamos Dante, Steve, Mimi, Drake y yo —afirmó Emily, confusa.

    —¡Muy bien! —Ian volvió a aplaudir, esta vez con más entusiasmo aún—. De lo cual se deduce que el que puso la vela, el culpable, debía estar fuera en ese momento. Y si Effy, la víctima, ya estaba muerta y vosotros cinco estabais allí, en el desayuno… solo quedan… uhm, déjame contar —era tan sumamente sarcástico que comenzaba a provocarme repugnancia. Más aún de la que ya me causaba, claro—. Uno más cinco son seis. Nueve menos seis, ¡oh, tres! ¡Y esos tres son…!

    —H-Hubert, Brendan y… tú —dije, atónito.


    —… —Brendan guardaba silencio, observando todo con recelo.

    —Sois los únicos que pudieron colocar la vela —asimiló Steve—. P-Pero, ¡hey, tu testimonio…!

    —Bah, ¿qué es un testimonio? Meras palabras —Ian se encogió de hombros—. Y las palabras pueden convertirse en mentiras con solo chasquear los dedos, ¿sabes? De ese modo, todo encaja. Solo tenía que mentir acerca de lo que sucedió, ¡y vóila! Coartada perfecta.

    —¿I-Insinúas que vosotros tres…? ¿Qué Brendan, tú y Hubert sois los…? —intenté decir, pero no encontraba las palabras.

    —¿Traidores? ¡Ya lo creo que sí!

    —¡Claro, y yo me lo creo! —bufó Mimi—. Si fueseis los traidores, ¿por qué ibas a revelarte con tanta facilidad a ti mismo y a tus compañeros?

    E Ian, completamente desalmado, comenzó a reír maniáticamente.

    —¿¡Compañeros!? ¡Por favor! No me hagas reír —se llevó entonces la mano al rostro, cubriéndolo todo salvo los ojos, y habló con un tono sombrío—. Esto es un juego. Y yo soy un estratega. Mi prioridad ahora es sobrevivir. De manera que si veo que estáis apunto de votar a alguien que no es el culpable, no pienso tirar mi vida por el retrete junto a la vuestra. Para mí, me es muy fácil apuntar al culpable y vender a eso que vosotros llamáis “compañero”. Es mera supervivencia, de hecho.

    Tragué saliva.

    —Insinúas, entonces, que tú no diste el golpe de gracia, ¿no es así? —pregunté.

    Y la sonrisa que el Estratega me dedicó fue malévola. Sumamente malévola.

    —Claro que no. No fui yo. Pero, ¿quién fue, entonces?

    Brendan se mantuvo en absoluto silencio, tenso, mirando en todas direcciones y, a la vez, sin mirar a ningún punto en concreto. Por su parte, Hubert apretaba los dientes y los puños con ira.

    —Rata desalmada. ¿Qué demonios pretendes? —Hubert dio un golpe sobre su atril, cargado de rabia. Luego, nos miró a todos, desesperado—. ¿¡Vais a creerle!? ¿Vais a confiar en Ian? ¡Yo no soy uno de los traidores! ¡Es una completa locura! Yo jamás le haría daño a Effy. ¡Jamás os haría daño a ninguno de vosotros!

    Ian solo sonreía ante la desesperación del Ajedrecista. Y nadie sabía qué decir. Porque, por una parte, era cierto que no podíamos confiar en Ian tan a la ligera. Pero, por otra parte… era cierto que todo encajaba si Ian decía la verdad. Porque, de no ser así, ¿quién? ¿Quiénes son los traidores? Es tan difícil acusar a un amigo de algo así.

    —… honestamente, no me importa en absoluto si los traidores sois o no vosotros —intervino de pronto Dante.

    —¿Huh? ¿D-Dante?

    Dante, cruzado de brazos, alzó la mirada, buscando el contacto visual con todos los presentes, uno a uno. Cuando se detuvo en mí, siguió hablando.

    —… tengo serias dudas acerca de este crimen. Dudo mucho… que este crimen haya sido cometido por tres personas.

    Aquella afirmación rompió todos los esquemas de todos los presentes.

    —¿Qué quieres decir con eso, Dante? —pregunté, curioso—. Hemos demostrado que el crimen no pudo ser realizado tal y como se hizo sin la colaboración de al menos tres personas, ¿no? Además, Effy… Effy me dijo que…

    —… no. No habéis demostrado eso —Dante seguía cruzado de brazos, serio—. Solo habéis demostrado que lo más lógico es que participasen tres o más personas en el crimen, pero… a veces, la solución más obvia no es la correcta. No es la única posibilidad.

    ¿Qué quería decir Dante? Partir de la base de que solo una persona cometió el crimen… ¿era siquiera posible? ¿Qué tenía en la cabeza el Ultimate de talento misterioso?

    Lo único de lo que podía estar seguro era… que Dante no bromeaba. No bromeaba en absoluto; estaba plenamente convencido de lo que decía.

    —¿Cómo puede ser eso que dices? —dijo Hubert, ceño fruncido—. Lo siento, Dante, pero creo que te estás precipitando. Es imposible que este crimen lo haya cometido una sola persona —Hubert… aun a riesgo de seguir siendo considerado sospechoso, ¿insistes en la idea? Realmente debes estar desesperado por pillar a los traidores—. Yo no soy un traidor, y haré lo que sea para demostrarlo, ¡pero estoy convencido de que fueron los tres traidores quienes lo hicieron!

    —… —Dante estaba silencioso, taciturno. Me miraba con inusitada intensidad.

    Si Dante estaba tan seguro de eso… quizá era porque realmente era posible para una sola persona transportar el cuerpo hacia arriba, hacia las vigas. Tal vez el asesino desde el principio quiso hacernos creer lo que erróneamente estamos asumiendo: que a Effy la mataron tres personas, los tres traidores.

    No tengo idea del método que tenga Dante en la cabeza, pero voy a confiar en él. No me queda otra, de hecho. Al margen de quiénes sean los traidores, debemos encontrar al asesino de Effy. Aunque para ello tenga que elegir entre confiar en Dante o confiar en Effy y la afirmación tan rotunda que hizo. Él ya me ayudó en el otro juicio, de modo que se lo debo, en cierto modo.

    —Estoy con Dante —afirmé—. Tenemos que valorar la posibilidad de que una sola persona haya podido cometer todo este crimen. Tenemos que buscar la forma en que eso pudo pasar.

    —Ptché —bufó Ian, encogiéndose de hombros—. Es una lucha absurda. Yo he reducido vuestras sospechas a dos culpables, y ahora venís con esto, destrozando todo tipo de teoría, destrozando todo lo que hasta ahora se ha hablado aquí, en esta clase de juicio. ¡Sois una verdadera decepción!

    —Pues… si Dante y Drake están seguros, ¡yo les apoyo! —gritó Emily.

    —¡Exacto! —Steve asintió, emocionado—. Hasta ahora, Drake no nos ha fallado. ¡Hagamos caso a su intuición! Si cree que Dante tiene un punto, ¡hay que seguir indagando sobre ello!

    Steve, Em… gracias. Sois los mejores.

    —E-En serio, chicos —Mimi parecía confusa—. Ya lo hemos hablado, ¿no? El crimen tuvieron que cometerlo mínimo tres personas, no hay lugar para dudas ahí. Sé que es duro admitir que tres de nosotros pudiesen ser traidores y hacer algo tan horrible, pero, ¿realmente es coherente dar marcha atrás ahora…?

    Mimi… confía. Debes confiar en Dante. Confiar en nosotros.

    —… —Brendan no decía nada, pero su mirada lo decía todo.

    Y la sonrisa de Ian solo podía significar que tenía algo en mente.

    —¡Bueno, bueno! ¿Sabes qué, Reversekuma? Creo que estamos divididos, ¿no?

    Y el oso, que estaba bostezando en ese momento, dio un saltito en su asiento rápidamente.

    —¡Oh! ¡Divididos, habéis dicho divididos! ¡Puhehehehe! —el botón de siempre ascendió hasta colocarse frente al oso—. ¡Me encanta! ¡Es hora de poner en práctica la ya clásica clase de juicio metamórfica!

    —¡Sí, señor! —exclamó Ian—. Estaba deseando que llegase este momento, ¡dale caña!

    —No, otra vez no —suspiró Mimi—. E-estos atriles voladores me marean.



    Al pulsar Reversekuma el botón, como ya era una costumbre, nuestros atriles se elevaron y se alinearon de acuerdo a nuestras opiniones divididas: Dante, Emily, Steve y yo a un lado; Ian, Hubert, Brendan y Mimi al otro. La pregunta apareció en el monitor: “¿Pudo una sola persona cometer este crimen?”. Y las dos opiniones eran claras: ¡No pudo hacerlo!”, era la del bando rival; ¡Pudo hacerlo!, la nuestra.

    Dante… estoy depositando mi confianza en ti. ¡Espero que esto merezca la pena! No tengo ni idea de cómo podremos defender esta postura, pero… ¡sin duda daremos lo mejor de nosotros mismos!


    ¡Ya hemos aclarado que Effy presentaba tres heridas distintas! ¡Eso prueba que hubo varias personas! —comenzó diciendo Mimi.

    No, eso solo prueba que alguien propinó tres puñaladas que causaron tres heridas, ¡nada más!

    ¡Genial, Em!


    Pero la naturaleza de las heridas era visiblemente distinta… —reflexionó Hubert.

    ¿Y? —espetó Dante—. Puede que se empleasen distintas armas, o simplemente que los ataques fuesen distintos entre sí. La naturaleza de las heridas no revela la presencia de más culpables.


    Si solo hubiese un culpable… ¿c-cómo se pudo llevar el cuerpo hasta el techo? Las escaleras… eran muy altas, ¿recordáis? —Brendan intervino con esfuerzo.

    Tal vez el asesino usó algún método para poder arrastrar el cuerpo por las escaleras por sí solo… —es una posibilidad, Steve.


    Imposible —esgrimió Hubert—. El cuerpo de Effy no tenía marcas de ese tipo.

    ¡Ya lo tengo!

    ¡Pero sí que había una marca extraña en su tobillo!


    ¿Y qué explica esa marca, si puede saberse? —Ian parecía tan confiado…—. Sigue sin explicar el método por el que se pudo subir el cuerpo a las vigas.

    Dante, ¡danos la clave!

    … la marca, ¿no lucía como la fricción que causa una cuerda? ¿Y si el método usado para ascender a Effy se relaciona con esa marca?


    ¿Se s-subió a Effy con una cuerda? —Brendan parecía confuso—. Pero… no hay más cuerdas en la escena…

    ¡Oh, claro! ¡Ya lo tengo!

    ¿Y si no es una cuerda, sino un tirador de cortina? ¡Eso podría valer para ascender a Effy con un efecto polea!


    ¡Aaah-ja, ja, ja! Claro, claro, menuda fantasía. Como si un tirador pudiese servir para eso, ¡mucho menos estando roto!

    has escuchado eso, ¿verdad, Dante? Ian acaba de dictar su sentencia de muerte.

    Te lo dejo a ti, Dante.

    … Ian Lockhart, ¿cómo sabes que había un tirador roto?


    Finalmente, los atriles comenzaron a descender, luces apagadas. La pantalla se iluminó: “¡Gana el equipo azul!”, decía. Ese era nuestro equipo… habíamos ganado.

    Y no solo eso, sino que habíamos expuesto a nuestro más que probable asesino. Dante tenía razón. Había un método con el que una sola persona pudo subir el cuerpo de Effy hasta arriba sin demasiados problemas.


    —… ¿y bien, Ian? ¿Cómo puedes saberlo? —inquirí. Todas las miradas, acusadoras, se habían centrado ahora en el Estratega. Por primera vez, pude ver la sorpresa en sus ojos. Se le había escapado. Había dicho algo que no debía. Había sido el primer error que cometía en todo el tiempo que lo conocía.

    Pero, lejos de preocuparse, tan pronto como se recuperó de la impresión… él simplemente chasqueó la lengua.

    —Tsk. Se suponía que la diversión debía durar algo más —se llevó las manos a la nuca, y, sonriente, dijo—. Podría decir que no lo sabía y que dije lo primero que se me pasó por la cabeza, resultando que acerté de casualidad, o que lo había comprobado antes sin que nadie lo supiese y ya sabía que estuvo roto, pero… bah, no me vais a creer, así que por qué mentir.

    Suspiró.

    —¿… entonces fuiste tú? —preguntó, mirada furiosa, Dante—. Effy tenía una marca en el tobillo, que bien pudo haberse producido por atarse una especie de cuerda al mismo. Si utilizabas el tirador roto como una cuerda a modo de polea, pudiste fácilmente atar a Effy del tobillo y, solo con un poco de fuerza, hacerla ascender hacia arriba. Luego solo necesitarías algo como una mesa para sujetar el tirador y mantener a Effy arriba. Además, el propio tirador tiene un sistema de seguridad por el que la cuerda se mantiene en su posición; era el instrumento perfecto. Con Effy colgando arriba, solo tuviste que subir solo las escaleras, desatarla y llevarla hasta la lámpara. Y allí, colocar la vela y preparar todo para el espectáculo final.

    >> ¿Y bien, Ian Lockhart? —Dante le señaló con un dedo acusador—. ¿Fuiste tú el que lo hizo?

    Ian guardó silencio por unos tensos segundos. Tras ese tiempo, se llevó las manos a la nuca, alegremente, y dijo, con una sonrisa de oreja a oreja.

    —… es exactamente como decís —se encogió de hombros, con rostro entre resignado y divertido—. Fui yo.

    Estudiantes: 8
    - Drake Orestes – Super Policía (VIVO)
    Objeto: Pistola
    Datos obtenidos: nuestro protagonista, y el proclamado Super Policía. En realidad, es un chico bastante despistado y olvidadizo que, según dice, logró ser policía de prestigio simplemente por tener suerte. Aun así, la experiencia como investigador es algo que ha adquirido, y, aunque no tenga demasiada atención por según qué detalles y no se le dé del todo bien memorizar nombres, intente hacer honor a su talento.
    Drake tuvo una vez un mentor y gran amigo, que le enseñó todo lo que sabe como policía. Algo sucedió, y dicho amigo terminó muriendo prematuramente. Este hecho motivó que fuese Drake el que acabase siendo considerado el Super Policía; y tal vez es por ello que nuestro protagonista no siente que le corresponda ese talento: porque cree que debería ser su mentor el verdadero Ultimate.
    Acción prohibida: entrar en una sala vacía.
    Video en iKuma: Alpha Xenodis


    - Steve Stone – Super Suertudo (VIVO)
    Objeto: Revista Ultimates.
    Acción prohibida: Sonreír
    Video en iKuma: Emily Hodges


    - Ian Lockhart – Super Estratega (VIVO)
    Objeto: Game Boy
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: parece ser que Ian remonta sus dotes de estratega y su sangre fría y dotes de manipulación desde su más tierna infancia. Con solo cinco años, logró salvar a un amigo de los acosos continuos de dos niños abusones utilizando dos pelotas para confundirlos y enfrentarlos entre ellos, solo para luego dirigir toda su ira contra otro compañero de clase que no era más que mera competencia para el joven Ian. De esta historia se deduce que Ian tenía un buen amigo al que fue capaz de proteger, además de que, por lo que parece ser, su familia debía manejar grandes cantidades de dinero.
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Chad Redflame


    - Alpha Xenodis – Super Deportista (MUERTO)
    Objeto: Bate de béisbol
    Acción prohibida: decir la verdad
    Video en iKuma: Steve Stone


    - Ukitashi – Super Comilón (MUERTO)
    Objeto: Sándwiches

    - Talía Wells – Super Estrella Infantil (MUERTA)
    Objeto: Teddy el oso

    - Hubert Maddsson – SuperAjedrecista (VIVO)
    Objeto: tablero portátil
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: ganador de múltiples torneos de ajedrez, Hubert nunca ha perdido una partida. Dedica mucho tiempo a practicar, y es conocido por sus increíbles capacidades lógicas y deductivas. Afirma que tiene la capacidad y la costumbre de pensar como si tuviese dos cerebros; esta práctica le ayuda a entrenar su mente y a desarrollar una enorme capacidad para colocarse en la posición de otros y usar su lógica como si fuese la suya propia.
    Antes de ser ajedrecista, de hecho, Hubert fue detective, pero no se conocen más datos a este respecto.
    Acción prohibida: subir a la segunda planta
    Video en iKuma: Mimiko Honda


    - Effy Joy – Super Terrorista (MUERTA)
    Objeto: cloroformo
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Al parecer, Effy, fue antes de perder la memoria, Gamma, líder del equipo homólogo. No obstante, asegura que recuerda que, en un principio, trató de avanzar en la política por medios comunes. Sin embargo, llegados a un punto, comenzaron a actuar, ella y sus seguidores, obrando secuestros, robos, y demás actos criminales. Fue eso lo que, como líder del grupo, acabó resultando en su título de "Terrorista".
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Ian Lockhart


    - Lucas Diamond – Super Botánico (MUERTO)
    Objeto: Plantix2000
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Lucas desprecia las ciudades por considerar que su construcción implicanecesariamente la muerte de muchas plantas, a las que considera amigas. Aun así, vive en un laboratorio en medio de una jungla, en solitario, y parecía no ser consciente de que su construcción ensí, probablemente, haya supuesto ya la muerte de muchos animales. Ha creado el Plantix2000 él solo, unamáquina que permite "comunicarse" con las plantas: analizarlas, saber sus necesidades, etc.
    Acción prohibida: que comience una investigación sin ser el culpable.

    - Liza White – Super Criadora (MUERTA)
    Objeto: Nutria
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: criada en un zoo, donde vivía con sus padres, cuidadores de éste, Liza pronto sehizo amiga de los animales y comenzó a amarlos, a todos y a cada uno de ellos, incluidos los insectos y otros bichos que puedan ser considerados asquerosos por la mayoría de la gente. Un buen día,Liza liberó a todos los animales simplemente porque quería que fuesen libres. Para ella, los animales son equivalentes a los humanos, y deberían de ser tratados prácticamente en igualdad decondiciones.
    Acción prohibida: mojarse.

    - Emily Hodges – Super Modelo (VIVA)
    Objeto: Kit de maquillaje
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Emily nunca quiso ser modelo, sino actriz. Participó en castings para actuar en obras de teatro, y fue seleccionada, pero tuvo una mala experiencia que cambió su vida: al llegar la hora de la verdad, se quedó inmóvil, completamente en blanco e incapaz de representar su papel. Desde entonces, el miedo escénico y la mala fama que le generó en el mundo de la actuación el evento del teatro la ha perseguido siempre, pero afirma que jamás perderá la esperanza, y tiene intenciones de volver a intentarlo y a superar los miedos que la atormentaban.
    Acción prohibida: quedarse sola
    Video en iKuma: Hubert Madsson


    - Dante Miles – Super ¿? (VIVO)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 2/3
    Datos obtenidos: Dante no recuerda prácticamente nada sobre su pasado. Sabe que tenía amigos, pero no los recuerda; sabe que sucedió un evento importante en su vida, pero no recuerda qué fue; ni siquiera recuerda su talento ni cómo se dio cuenta de que lo tenía. Insiste en que, tal vez, no tenga ningún talento, para empezar. Lo único que recordaba con claridad al despertar era que amaba a Emily, y ese sentimiento parecía ser correspondido por ella.
    Dante se crio en un orfanato, y nunca tuvo ningún familiar ni seres queridos. Tuvo que buscarse la vida al llegar a la mayoría de edad, llegando a pulular por las calles buscando un sustento. Y, al parecer, alguien le encontró, y ahí cambió todo... pero se desconoce qué sucedió.
    Acción prohibida: cruzarse con alguien.
    Video en iKuma: ???


    - Chad Redflame – Super Dibujante (MUERTO)
    Objeto: Pincel y pinturas
    Acción prohibida: ingerir alimentos.
    Video en iKuma: Elisa Daroch


    - Brendan Ruby – Super Periodista (VIVO)
    Objeto: Cuaderno y bolígrafo
    Video en iKuma:
    Acción prohibida: no responder a una pregunta.


    - Elisa Daroch – Super Médium (MUERTA)
    Objeto: Cartas de tarot
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Elisa nació tras siete meses de embarazo, después de que los médicos afirmasen que había muerto. Cuando fueron a extraer el cuerpo aparentemente inerte del vientre de su madre, comenzó a mostrar repentinamente signos vitales, "regresando" de entre los muertos, de alguna forma. Elisa afirma que es este el motivo por el que puede comunicarse con los difuntos, y está plenamente convencida de que sus poderes son reales; para ella, es todo un reto mostrar la veracidad de sus técnicas a los más escépticos, y toda una satisfacción observar sus rostros cargados de sorpresa.
    Acción prohibida: cerrar los ojos por más de dos minutos
    Video en iKuma: ???


    - Mimiko Honda – Super Millonaria (VIVA)
    Objeto: Teléfono móvil
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: los Honda son la familia más rica del mundo, dueños de múltiples empresas y todo tipo de negocios que les hacen, en resumen, tremendamente influyentes y con capacidad para controlar muchísimos sectores de la sociedad. Sin embargo, Mimi no era la heredera original de toda esta fortuna; tiene un hermano mayor, verdadero heredero por derecho, que decidió renunciar a los derechos que, como Honda, le corresponderían. Al renunciar a su apellido y a la herencia, Mimi se convirtió en la Super Millonaria.
    El hermano de Mimi, de hecho, nunca quiso ser millonario, porque la gente lo quería solo por su dinero y no por su personalidad. Nunca tuvo una buena relación con su padre, pero todo terminó cuando decidió casarse y adoptar el apellido de su pareja. Al parecer, todo apunta a que el hermano de Mimi se casó con otro hombre.
    Si bien el señor Honda aceptaba la relación de su hijo, detestó el hecho de que renunciase a su apellido, y eso supuso el cierre de su relación para siempre. No obstante, Mimi asegura que su hermano, que es un artista sin ningún tipo de talento, gana grandes cantidades de dinero vendiendo sus obras siempre a compradores anónimos... salta a la vista que, en el fondo, el padre de Mimi nunca dejó de querer a su hijo, y sigue cuidándolo, a su manera, por mucho que su orgullo no le deje admitirlo.
    Acción prohibida: insultar
    Video en iKuma: Drake


    Reglas vigentes:

    >> Regla 1: durante el día, los alumnos podrán recorrer la Academia a su antojo, con escasas restricciones. En la noche, el acceso a determinados lugares quedará restringido.

    >> Regla 2: a las 8:00 AM sonará el anuncio escolar que dará comienzo al día oficialmente, y a las 10:00 PM sonará el anuncio escolar que dará paso al tiempo nocturno. No existen restricciones de sueño, cada alumno es libre de dormir o no dormir como lo estime conveniente.

    >> Regla 3: el Director de la academia y el resto de profesores no podrá interferir directamente con los alumnos; no podrá dañarlosfísicamente o interferir en el desarrollo normal de sus actividades.

    >> Regla 4: los alumnos deberánasistir a las clases que el Director o profesores impongan de forma estrictamente puntual. Se permitirá un retraso máximo de 20 minutos, a partir del cual se considerará esta regla como incumplida.

    >> Regla 5: en caso de incumplimiento de una regla, las ametralladoras ejecutarán al infractor de la regla.

    >> Regla 6: únicamente quienes se gradúen podrán salir de la Academia. Quienes se gradúen no podrán volver a entrar, tendrán que dedicar su vida a cumplir con sus obligaciones como graduado o graduada en el exterior. El método de graduación se definirá en posteriores reglas.

    >> Regla 7: el desconocimiento de una regla no exime de sucumplimiento. El respeto a las reglas será estricto y deberá ser mantenidoen todo caso, sin excepciones.

    >> Regla 8: el Director o los profesores pueden dar órdenes siempre dentro de los límites establecidos. Si no se cumple una orden válida, las ametralladoras dispararán al rebelde.

    >> Regla 9: los objetos personalespueden ser robados en cualquier momento por otro alumno, pero ningún alumno, bajo ningún concepto, podrá tener en su poder más de dos objetos personales.

    >> Regla 10: el Director podrá añadir nuevas reglas conforme estime conveniente, sin alterar reglas yaexistentes.

    >> Regla 11: cuando un asesinato suceda, comenzará la investigación. Durante la investigación, cualquier sala de la Academia que hubieseestado disponible antes del crimen, independientemente de la hora, será abierta para facilitar la misma. Pasado el tiempo que el Director olos profesores consideren oportuno, la investigación finalizará y comenzará una clase de juicio.

    >> Regla 12: en la clase de juicio, todos votarán a un culpable. Siresulta ser el verdadero asesino, será ejecutado; si resulta no ser el verdadero asesino, todos salvo este serán ejecutados, y el asesino podrá graduarse.

    >> Regla 13: los brazaletes de la muerte, una vez colocados en lasmuñecas de los alumnos, no podrán ser retirados, y causarán la muerte de cualquier alumno que incumpla la acción prohibida en ellos descrita. La acción prohibida puede ser secreta o no, a juicio del alumno.

    >> Regla 14: si algún alumno lograse retirar un brazalete de la muerte de alguna forma, estaría incumpliendo una regla, por lo que sería castigado por las ametralladoras.

    >> Regla 15: una muerte de un alumno por culpa del veneno de los brazaletes daría inicio a una clase del juicio. Si fue otro alumno el que provocó que la víctima llevase a cabo la acción prohibida, conociese o no el contenido de su acción prohibida, sería considerado el culpable de asesinato. En caso de que la víctima muriese por su propia negligencia, se consideraría suicidio, por lo que en la clase de juicio habría que votar por la propia víctima para resultar victoriosos.

    >> Regla 16: las acciones prohibidas deben ser interpretadas de forma estrictamente literal.

    >> Regla 17: se dará el anuncio de descubrimiento del cadáver cuando tres o más personas encuentren a un estudiante muerto.

    >> Regla 18: de acuerdo con las reglas anteriores, se considerará culpable a efectos de una clase de juicio a todo aquel que provoque la muerte directa de otro. En caso de venenos, trampas y otro tipo de muertes indirectas, será considerado el culpable el que haya colocado el veneno, preparado la trampa o programado la vía que provoque la muerte del tercero, independientemente de que otras personas participen en el acto de otras formas.

    >> Regla 19: solo una persona puede ser considerada culpable de un asesinato. En caso de empate en votación en una clase de juicio entre dos alumnos, se considerará acertada la elección si uno de los dos es el culpable, y solo esa persona será ejecutada. No caben empates entre más de dos personas.

    >> Regla 20: si dos cadáveres son encontrados para una misma investigación, en la clase de juicio, solo se considerará "culpable" al asesino del primero, por lo que los votos habrán de dirigirse a dicho asesino. El otro asesino será tratado como un alumno más, de modo que su asesinato no contará para el juego como tal.
    Balas de la verdad:

    - Informe de Monokuma #5: La víctima es Effy Joy, la Súper Terrorista. La hora de la muerte es indeterminada; presenta tres heridas incisocortantes en su torso, una en el pecho y dos a diferentes alturas del estómago. La primera puñalada, la del pecho, fue la que acabó con su vida

    - Naturaleza de las heridas: Effy presentaba tres heridas distintas en partes distintas de su torso: una más profunda e irregular en el pecho, y otras dos a distintas alturas del estómago. Las claras diferencias entre heridas parecen constatar que hubo notables diferencias entre las agresiones. No se sabe cuáles se hicieron antes y cuáles después, pero sí que está confirmado que murió por la herida del pecho.

    - Cuerda: una cuerda del almacén estaba atada al extremo superior de la lámpara de candelabros, sustituyendo a la cadena que originalmente agarraba la citada lámpara sobre la que apareció Effy. Su extremo estaba quemado. La misma cuerda parecía estar atada a una de las vigas del techo, mostrando un extremo también quemado.

    - Testimonio de Emily: Emily vio a Effy en la sauna alrededor de las cinco de la mañana. Supo que había alguien dentro antes de entrar porque había mucho vapor en la zona de chicas. Al parecer, estuvo usando el jacuzzi, y Emily la saludó, pero la víctima se marchó sollozando sin siquiera responderle tan pronto como la modelo entró en la sala.

    - Testimonio de Drake: Drake habló con Effy la noche antes de la muerte, cuando aún no era demasiado tarde. Fue entonces cuando le dijo que convocase en la mañana siguiente a todo el mundo en el salón de bailes (la escena del crimen) para revelar la identidad de los traidores. Cuando vino a verlo, tenía el pelo ligeramente mojado y parecía estar algo alicaída.

    - Suelo pegajoso: por algún motivo, el suelo del vestuario para chicas de la sauna estaba particularmente pegajoso y viscoso en una parte del mismo, cerca de la entrada.

    - Ropa de Effy: la ropa de Effy fue hallada en las taquillas del vestuario de chicas de la sauna. Pese a que las taquillas son herméticas, la ropa estaba húmeda.

    - Tirador de cortina: uno de los tiradores de cortina que Dante y Drake examinaron antes del crimen estaba roto y no funcionaba, y nadie más parecía ser consciente de ese hecho. Tras el crimen, el tirador funcionaba a la perfección, por algún motivo.

    - Marca en el tobillo de Effy: uno de los tobillos de Effy tenía una gruesa y profunda marca, como si algo hubiese apretado con fuerza esa zona en concreto.

    - Escaleras a las vigas: las escaleras hacia las vigas son largas y los escalones bastante altos; además, a mitad de camino el recorrido se estrecha bastante. No había nada raro en las mismas.

    - Sábana blanca: una sábana blanca que se encontró sobre las vigas. Presenta una mancha de sangre muy grande en toda su extensión.

    - Testimonio de Ian: Ian afirma que él, Brendan y Hubert fueron recluidos en la habitación del último a petición de este desde las cinco de la mañana, aproximadamente. Al parecer, Hubert sospechaba que podían ser parte de los traidores, y pretendía interrogarles y evitar que hiciesen movimientos sospechosos en la noche.

    - Cera derretida: había cera derretida junto a la cuerda atada a la viga.
     
    Última edición: 2 Febrero 2018
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    Y aun así, estoy segura deque no ha sido el asesino y solo lo está diciendo por "la diversión" o solo manipuló/ayudó con la escena del crimen y no con el asesinato. Porque Ian es un personaje clave y no está en su personalidad arriesgarse o cometer un fallo así, es obvio.

    No me esperaba que subieses hoy capítulo, veo que es de "disminuir el ritmo"... (?) Pero no me quejo en absoluto, ya que me puse al día con todo, no venía mal un poco de dangan, sobre todo el class trial que es mi favorito. He notado lo que has dicho de ser corto, pero no se me ha hecho redundante, quizás porque yo sí necesito eso de leer algo varias veces para enterarme, who knows (?

    Debo destacar sobre todo lo de Dante, pues porque ha pensado lo mismo que yo y me ha hecho sentir inteligente. El Scrum Debate ha sido muy pronto también, lo cual me sorprende, porque en general ha sido en la segunda parte del class trial, incluso en los juegos, si mal no recuerdo. Aunque entiendo que lo has tenido que meter para hacerlo más largo, porque el punto fuerte viene ahora, en la segunda parte. Esto ha sido una introducción, ha sido fácil de entender y han sido cosas que incluso nosotros hemos podido adivinar, pero presiento que lo que viene ahora nos va a dejar un poco locos. O eso espero, al menos.

    En realidad, no creo tener algo más que comentar, se ha descubierto información interesante pero no reveladora del todo, me guardaré las mejores impresiones para el siguiente capítulo, que sé que me dejarás loca.

    ¿He dicho que amo cada vez más el trío de Drake, Emily y Dante? La chica los vuelve locos, vaya (?)

    Esperaré ansiosa <3
     
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    Capítulo 4: Retazos de la verdad

    Vida Mortal, Parte 2.



    —Yo lo hice —reiteró Ian.

    Ian Lockhart… desde el principio, en esta academia, has estado molestando. Tú incitaste a Ukita a matar a Talía, provocando en él una creciente paranoia; supo desde el principio el secreto de Dante y los documentos durante la clase de juicio de Lucas; y ocultó la información sobre el video de Elisa en el caso de Chad y Alpha, deduciendo gracias a que le robaron su iKuma que Elisa tenía algo que ver. Ian era un verdadero problema en la Academia, y, al mismo tiempo, era un tipo extremadamente inteligente. Pero, esta vez, por mucho que quisiese molestarnos, había cometido un grave error. Y, si él era el verdadero asesino, este era su fin.

    … sin embargo, me perturbaba mucho. Hay algo que no… que no cuadraba del todo. Ian, cometiendo un crimen. No es que fuese una persona que no cometería uno por su naturaleza, desde luego que no, pero… con todo, como ya he dicho, era demasiado inteligente. Cometer un crimen podría suponer su muerte. Y él nunca se arriesgaría a fracasar, jamás. Si llegase a cometer un asesinato en algún momento, se aseguraría de evitar cualquier tipo de mínima sospecha… y, desde el principio de este caso, ha estado “dirigiendo” la conversación a su albedrío, todo para que acabemos en el punto que él deseaba: la identidad de los traidores. Esos que él identificaba como sí mismo, Brendan y Hubert.

    —Asesino —espetó Mimi, ceño fruncido—. ¿Por qué mataste a Effy?

    —¿Huh? —Ian alzó las cejas, fingiendo absoluta sorpresa—. ¿Matar a Effy, yo? ¿De qué hablas?

    Y se encogió de hombros. Sabía que había gato encerrado. Sabía que no podía ser tan sencillo. Nunca lo era. Con Ian, la palabra “sencillo” no podía existir.

    —¿Qué dices? ¡Si acabas de confesarlo! —gritó Steve.

    Ian negó vehemente con la cabeza.

    —Oh, no, no, no. Yo nunca dije que matase a Effy.

    —¡Acabas de decir que fuiste tú! —le gritó Hubert, furioso.

    —Y fui yo —asintió el Estratega, que parecía estar divirtiéndose tremendamente—. Pero no fui yo el que mató a Effy. Yo solo he reconocido haber hecho todo lo que habéis dicho: haber atado a Effy del tirador, hecho ascender la polea, colocado el cuerpo sobre la lámpara, preparado la vela… todo eso que fue obra mía. Pero no así el crimen.

    —¡Claro, y yo voy y te creo! —Mimi dio un golpe sobre el atril—. ¡Si hiciste algo así, es porque fuiste el asesino! Si no, ¿cómo podrías haber estado en la escena del crimen y haber manipulado el cadáver?

    —Oh, porque tengo bien vigilado al asesino —sonrió Ian—. Y su crimen fue una oportunidad excelente para llevar a cabo una elaborada estrategia, ¿sabéis? Lástima que se ha estropeado la diversión por culpa de vuestra insistencia en el asunto del tirador de cortina. ¡Bah, a nadie debería haberle importado un tirador de cortina! Debería de haber sido un dato irrelevante.

    —… Ian —Dante le señaló con un dedo—. ¿Estás insinuando que conoces la identidad del asesino?

    —Oh, claro que la sé. ¿Alguna vez no la he sabido? —sonrió de forma egocéntrica—. Es curioso. Porque el asesino no es un traidor y… a la vez, los traidores son los asesinos —se llevó un dedo.

    —¿Qué se supone que significa eso? —preguntó Emily.

    Ian sonrió entonces de forma malévola.

    —Ahora que me he quedado sin la estrategia principal, supongo que tengo que buscar otras fuentes de diversión. Y creo haberlo dicho: no pienso dejar que mi vida sea para nada. Iba a terminar diciendo la identidad del culpable, ¿sabéis? Solo quería divertirme un poco —Ian inclinó la cabeza hacia un lado—, porque, de ser por el culpable, él os habría confesado el crimen mucho antes. Pero eso es muy aburrido, de manera que… ¿qué tal si conocemos a los traidores?

    >> ¿Eh, Brendan? ¿Puedo presentárselos?

    —¡…! —Brendan tragó saliva, de pronto, dando un paso atrás. Su voz, temblorosa, manó de su garganta—. N-No serás capz… m-me prometiste que si guardaba silencio, no lo harías…

    Ian comenzó a reír como un maniático, ante la atenta mirada de todos los demás.

    —“Promesas”. Un concepto al que se le da una importancia inconmesurada. Cuando, en realidad, las promesas son palabras, ¿y qué dije yo antes de las palabras?

    Brendan negó vehemente con la cabeza.

    —N-No. No lo hagas, por favor. Todo esto era para evitar que ellos…

    —¡Aaah-ja, ja, ja! —rio Ian—. ¡Oh, vamos! ¡Será divertido! —se aclaró la garganta, y, de pronto, comenzó a hablar en un tono algo siniestro, forzando su voz para parecer más grave, mirando fijamente a Brendan. El chico, al empezar a escucharle, tembloroso, se tapó los oídos con fuerza.

    >> Eres escoria —le dijo Ian, severo—. Basura. Mierda. No vales nada. No tienes ni idea de escribir. No llegarás a nada. Más te valdría estar muerto. Eres una completa decepción para tu familia. Mejor suicídate y ahórranos un problema.

    Al decir aquello, Brendan iba, gradualmente, temblando más y más y más. Eventualmente, cuando Ian terminó sus duras palabras, ante la mirada atónita de todos, Brendan se desplomó sobre el atril, inconsciente.

    —¿B-Brendan…? —pregunté, preocupado. Pero no hubo respuesta.

    —Espera, espera —Ian sonreía, con una diversión exacerbada plasmada en sus ojos—. Lo bueno viene ahora. Deja que los traidores empiecen a llegar.

    ¿Los traidores? ¿Llegar?

    Poco a poco, como si estuviese sintiendo espasmos, Brendan comenzó a incorporarse. Sus manos se colocaron sobre el atril, con codos flexionados, y empezó a empujar su cuerpo hacia arriba. Cuando alzó la cabeza, tenía la mirada completamente ida, y una sonrisa maníaca en su rostro. De un tirón se quitó su extraño gorro y se revolvió el pelo con una mano. Llevó luego ambas manos hacia arriba y gritó:


    —¡Yeeeeee-ha! ¡Otra vez libre! ¡Esto es una puta pasada! —luego, ante la mirada incrédula de todos, apoyó su antebrazo sobre el atril, casi como si estuviese en la barra de un bar, y dejo caer su cuerpo ligeramente sobre este. Nos miró a todos con rostro malévolo y lleno de oscuridad. Ian estaba al borde del ataque de risa—. ¿Qué coño mirais? ¿Tengo monos en la cara o algo? ¡Hacía tiempo que no veía la luz, joder! ¡Menuda gozada!

    Luego, alzó la mano en señal de saludo, tan pronto como recoció a Reversekuma.

    —¡Hey, master! ¿Qué te cuentas?

    —Puhehehe —rio el oso, que también parecía encontrarse entretenido por la situación—. Vaya, Yair. Tiempo sin verte, ¿huh?

    —¿Y-Yair? —pregunté. ¿Q-Qué demonios estaba pasando…?

    Brendan escupió entonces al suelo, como con desprecio, apuntando en mi dirección.

    —Puaj. Cállate, tío —¿m-me hablaba a mí? —. ¿No te cansas de ser repelente? Es una pena que no hubiese podido decirte cuatro cosas antes, pero me ponías enfermo. Tú y tus “deducciones”. Ptché. No eres más que un cobarde asqueroso que mató a su propio compañero, ¿cierto?

    Aquellas palabras me golpearon como un martillo en la cabeza. Noté que todo el mundo me estaba mirando, y, salvo Mimi, que ya sabía de qué estaba hablando, todos lucían sumamente incrédulos. No obstante, no hubo tiempo para centrar mi atención en mí. Porque Ian siguió hablando.

    —Eh, eh, Yair —le dijo a Brendan—. ¿Cómo están los demás?

    —Oh, ellos. Ptché, déjalos ahí, joder. Estoy bien solo. Así me siento… f-feliz, ¿no? M-Me siento… —de pronto, Brendan cayó nuevamente sobre el atril. Todos observábamos la escena casi como si se tratase de un número teatral. De golpe, Brendan se levantó, con una enorme sonrisa apaciguada en su rostro y los ojos abiertos de par en par, en suma expresión de alegría.

    Con una voz algo más tranquila y menos ronca que antes, habló.

    —¡Oh! ¡Qué guay! —sonrió alegremente, extendiendo los brazos a ambos lados—. Volvemos a estar despiertos, ¿eh? Es una pasada. ¡Y whoa, mira qué sitio tan chulo! ¿Esta es una de esas clases-de-enjuncio, Master? —le preguntó al oso, y Reversekuma asintió.

    —Se dice “clase de juicio”, pero sí, estamos en una —le apuntó entonces con una pata—. Pero no creo que sea momento para estar tan contento, Rojo.

    —¿R-Rojo? —exclamó Emily, confusa.

    —… esto no tiene ningún sentido —Hubert se llevó una mano al rostro, confuso y superado por la situación.

    —¡Oh! —“Rojo” se llevó las manos a la cabeza—. ¿Por qué no puedo estar contento, Master? ¡Pero mira, hay un montón de gente! Debería de estar feliz, ¿no? Mucha, mucha gente, ¡gente a la que conocer, posibles amigos!

    —… sí, si eso estaría muy bien —Ian se encogió de hombros—… de no ser porque estáis siendo acusados de asesinato.

    —¡¿Eh?! A-A-Acusados de… p-pero… —y, por tercera vez, Brendan cayó sobre el atril, desplomado.

    Ian no pudo contener la carcajada.

    —Aquí viene la mejor de los tres —dijo, al tiempo que usaba su puño para contener la risa.

    Aquello… aquello era, cuanto menos, bizarro. Al levantarse, Brendan tenía ahora los ojos empañados, cargados de lágrimas, y se sujetaba el cuerpo con ambos brazos, como si estuviese asustado. Su voz ahora sonaba tremendamente dulce, preocupada, triste.

    —N-No podéis decir eso… ¿por qué nos llamais asesinos? Nosotros no hicimos nada… t-tenéis que confiar en nosotros. Nadie… n-nadie nos cree nunca… —Brendan lloraba desconsoladamente.

    —Hey, Mitsuki —señaló Ian—. No llores. Sabemos que tú no mataste a Effy, ¿verdad que no?

    —Mm-hm —asintió… ¿ella?, apenada—. Yo no…

    Y, de pronto, una voz tremendamente elevada, acompañada de un golpe que nos sobresaltó a todos, nos hizo dejar de atender a Brendan y sus transformaciones. Era Dante el que, extremdamente irritado, había dado un golpe en la mesa. Tenía la vena de la frente tremendamente hinchada. C-Creo que nunca había visto a Dante tan furioso.

    —¡Se acabaron las tonterías! ¡¡Explicadnos ahora mismo de qué va todo esto!! —le exigió a Ian y a Reversekuma.

    Fue el primero el que habló.

    —¿Tan difícil es de entender? Ellos son vuestros anhelados traidores. Los tres traidores que se escondían entre nosotros: Yair, Rojo y Mitsuki.

    —P-Pero si es Brendan —dijo Emily, completa y absolutamente confundida.

    —No, no, no —dijo Ian—. El cuerpo puede ser el de Brendan, pero son personas completamente distintas, en realidad.

    Ah, ya lo entiendo. E-Entonces, eso quiere decir…

    —¿S-Son distintas personalidades de Brendan? ¿T-Tiene personalidad múltiple? —sugerí.

    “Mitsuki”, sollozando, me miró y me dijo.

    —N-No… ¿por qué os empeñáis todos en hacerme ver como una simple personalidad? Y-Yo soy Mitsuki… soy una persona en mí misma… y tengo sentimientos que vosotros estáis lastimando.

    Ian seguía conteniendo la risa.

    —Es algo así, supongo —me contestó, ignorando por completo a la personalidad femenina de Brendan, que siguió sollozando en silencio—. Lo descubrí hace mucho tiempo, cuando pude husmear en esa revista tuya —señaló a Steve.

    —¿Eh? Ah, m-mi revista Ultimates —Steve se llevó una mano al mentón—. ¿Qué tiene de raro?

    —… la forma de escribir de Brendan. Recordarás que esa revista fue escrita por él, ¿no? Durante el primer caso, tuve tiempo, gracias a mi llave maestra, de inspeccionarla fácilmente mientras tú ni siquiera te preocupabas por ella —confesó el Estratega—. Me extrañó muchísimo ver cómo en la misma tenía una forma de escribir muy diferente según la sección que mirases. Había algo raro, como si no fuese siempre Brendan el que escribía. Y entonces investigué un poco, y descubrí que la revista no tenía fecha de edición ni ningún tipo de dato que revelase quién la producía. Parecía como si hubiese sido creada solo para nosotros, como si realmente no hubiese existido nunca, ¿sabes?

    —¿Insinúas que la revista es falsa? —pregunté.

    —Pues claro. Tú sabes de sobra que no tiene sentido que en una revista hablen de nosotros como héroes, como estudiantes modelo, ¿no? El mundo ahí fuera nos odiaría, más que querernos.

    … cierto. No en vano éramos Gamma, los causantes de la destrucción del mundo. Y se suponía que nos escondíamos de los demás. No tenía sentido que Brendan escribiese una revista de ese tipo dando todo tipo de información sobre nosotros, como si aquello fuese una simple revista para adolescentes.

    —… —Dante pareció haber entendido también a Ian y, reflexivo, preguntó—. De modo que por eso dedujiste pronto que Brendan debía ocultar algo.

    —Bueno, también ayudó que leyese su libreta —Ian esbozó una enorme sonrisa—. Brendan no solo toma notas de todos nosotros y nuestras acciones. También escribe ahí ciertos relatos e ideas que le van surgiendo. Y en todas partes, sus personajes son siempre los mismos: Yair, Rojo y Mitsuki. Sembrada la sospecha, no tuve más que forzarle un poco y preguntarle, y… entonces me lo contó.

    —¿Te lo contó? —se sorprendió Mimi—. Un secreto tan importante, ¿revelado así de fácil…?

    Ian asintió.

    —Claro. Porque no podía permitirse sentirse acorralado. De ser así, los traidores emergerían, y eso es todo cuanto Brendan quería evitar.

    —Hmpf —por la posición que tenía ahora Brendan, deduje que Yair había vuelto a tomar el control—. Ese tipo, ¡me da asco solo pensar que compartimos cuerpo!

    Ian rio.

    —Normal, a mí también me daría asco —aseguró, encogiéndose de hombros—. El punto es que sus personalidades no son más que la manifestación de sus emociones. Si Brendan no reprime sus emociones y las deja libres, pasa eso. Yair es la rabia de Brendan, Mitsuki es la tristeza, y Rojo la felicidad.

    —… por eso Brendan siempre era inexpresivo y se mantenía alejado, ¿eh? —comenté, mirando a quien ahora parecía ser Mitsuki de nuevo, que apartaba la mirada, triste—. Porque, si se permitía involucrarse demasiado y liberaba sus sentimientos, dejaría salir a sus tres personalidades alternas… y él sabía que eran traidores.

    —Jo —se quejó Mitsuki, secándose las lágrimas—. Es triste que siempre me llamen traidora…

    —Bueno, es lo que eres —aportó Reversekuma.

    —¡E-Eeek! —Mitsuki se escondió tras el atril, como si aquellas palabras la hubiesen herido tanto que sintiese vergüenza hasta de salir a la luz.

    —Y tú te aprovechaste de él a raíz de eso —acusó Dante, señalando a Ian—. Le amenazaste con forzar su cambio.

    —¡Obvio! —Ian extendió los brazos a ambos lados—. Era una herramienta tremendamente divertida y útil, ¿sabes? Una vez que consigues que uno despierte, ¡miradlo vosotros mismos! El bucle se hace interminable, y no puede parar de alternar entre sus personalidades. Como si sus emociones se liberasen todas de golpe.

    —¡Un estallido de emociones, ah! —Rojo lucía feliz—. ¡Qué genial, se siente taaaan bien volver a sentir cosas! ¡Alegría!

    >> ¡¡¡Rabia!!! —exclamó Yair, puño apretado.

    >> T-Tristeza… —Mitsuki apartaba la mirada.

    Brendan estaba totalmente fuera de control ahora… pero, por mucha lástima que me diese, no podíamos seguir distrayéndonos. Teníamos un claro objetivo, y había que darle prioridad. Y la pregunta a resolver ahora era…

    —Entonces, ¿fue Brendan el que mató a Effy? —pregunté, ceño fruncido.

    —Así es —asintió Ian—. Y Yair, Rojo y Mitsuki son los traidores que se encontraban entre nosotros. Aquellos que Monokuma y Reversekuma tenía reservados para la ocasión, en caso de que necesitase urgentemente provocar una muerte, ¿cierto?

    Reversekuma, tumbado de lado sobre su trono, suspiró.

    —Eres demasiado perspicaz, ¿eh? Yo dije que había tres traidores entre vosotros nueve… y técnicamente, es cierto, puhehehe.

    Miré a Brendan, ahora bajo la “forma” de Mitsuki. Un chico tan misterioso debía ocultar algo, eso estaba claro, pero, ¿esto? Esto es completamente surrealista.

    De todos modos, el punto ahora es que tenemos a nuestro asesino. Solo necesito entender bien lo que sucedió.

    —Entonces vosotros tres… —les dije a las personalidades de Brendan—. Estais del lado de la mente maestra. Sois desesperación.

    —¡Ay, pero la desesperación es tan hermosa! —Rojo extendía sus brazos a ambos lados—. Cuando la sientes, notas una emoción latente en tu cuerpo…

    —… pero entonces, ¿Brendan mató a Effy? ¿O fue una de sus personalidades, en calidad de traidores? —inquirió Emily.

    —Eso mismo… es lo que tenemos que hablar ahora. Es la hora de zanjar este asunto —espeté.

    —¡Hmpf! —se burló Yair, sonrisa ladina en el rostro—. Try me, bitch.




    Extreme-non stop Debate


    Si vosotros realmente sois los traidores, eso quiere decir que uno de vosotros, o el mismo Brendan, mató a Effy, ¿no? —asumió Mimi.

    Vosotros la matasteis… —Hubert apretaba los dientes.

    ¡Eeeek! —Mitsuki se escondió detrás del atril—. N-No, no fue así…

    En realidad, dudo mucho que Brendan haya cambiado de personalidad antes en esta academia —adivinó Dante.

    Entonces, ¿el asesino fue el propio Brendan?

    Eso da igual, ¿no? —Ian sonreía—. Haya sido quien haya sido, el cuerpo es el mismo. Y el voto es el mismo, ¿no?

    ¡Pero es que no fuimos nosotros! —Yair dio un golpe seco sobre el atril—. Ni siquiera Brendan fue, ¡y sabéis de sobra que no pudo ser!

    … hablas del testimonio de Ian, ¿no? —adivinó Dante.

    ¡Yay! —Rojo parecía alegre—. Justo eso, sí señor. Estuvimos con Hubert y con él todo el tiempo. Bueno, nosotros no, Brendan, ¡pero es casi lo mismo, tee-hee!

    ¿Pero Ian no mintió? —dudó Mimi.

    —… tristemente, no —afirmó Hubert—. Es cierto: Brendan, Ian y yo estuvimos juntos a la hora a la que sucedió el crimen.

    Y gracias a mi testimonio, sabemos que Effy tuvo que morir justo cuando ellos tienen coartada —se lamentó Emily.

    ¡Pffff! ¡Patéticos! Sois patéticos —se reía Yair.

    >> N-Nunca lo conseguiréis… —dijo, triste, Mitsuki.

    >> ¡Estais cometiendo un error, eso es todo! ¡No pasa nada~! —sonrió Rojo.


    … sea como sea, todo parece indicar que Brendan o sus personalidades fueron los culpables. El punto es que tienen razón… tienen coartada, gracias a la hora a la que deducimos que se cometió el crimen. Y, mientras eso sea así, no podemos hacer nada contra ellos.

    Debe de haber una lógica que explique todo esto. Solo necesito pensarlo bien… ¡y sé que encontraré el fallo en su lógica!


    Si vosotros realmente sois los traidores, eso quiere decir que uno de vosotros, o el mismo Brendan, mató a Effy, ¿no?

    Vosotros la matasteis…

    ¡Eeeek! N-No, no fue así…

    En realidad, dudo mucho que Brendan haya cambiado de personalidad antes en esta academia.

    Entonces, ¿el asesino fue el propio Brendan?

    Eso da igual, ¿no? Haya sido quien haya sido, el cuerpo es el mismo. Y el voto es el mismo, ¿no?

    ¡Pero es que no fuimos nosotros! Ni siquiera Brendan fue, ¡y sabéis de sobra que no pudo ser!

    … hablas del testimonio de Ian, ¿no?

    ¡Yay! Justo eso, sí señor. Estuvimos con Hubert y con él todo el tiempo. Bueno, nosotros no, Brendan, ¡pero es casi lo mismo, tee-hee!

    ¿Pero Ian no mintió?

    —… tristemente, no. Es cierto: Brendan, Ian y yo estuvimos juntos a la hora a la que sucedió el crimen.

    Y gracias a mi testimonio, sabemos que Effy tuvo que morir justo cuando ellos tienen coartada

    ¡Pffff! ¡Patéticos! Sois patéticos

    >> N-Nunca lo conseguiréis…

    >> ¡Estais cometiendo un error, eso es todo! ¡No pasa nada~!


    ¿Estamos… cometiendo un error? Un error… un error… ¿h-huh? Podría ser que… no, en realidad, tiene que ser así. Eso explicaría bastantes cosas.


    Si vosotros realmente sois los traidores, eso quiere decir que uno de vosotros, o el mismo Brendan, mató a Effy, ¿no?

    Vosotros la matasteis…

    ¡Eeeek! N-No, no fue así…

    En realidad, dudo mucho que Brendan haya cambiado de personalidad antes en esta academia.

    Entonces, ¿el asesino fue el propio Brendan?

    Eso da igual, ¿no? Haya sido quien haya sido, el cuerpo es el mismo. Y el voto es el mismo, ¿no?

    ¡Pero es que no fuimos nosotros! Ni siquiera Brendan fue, ¡y sabéis de sobra que no pudo ser!

    … hablas del testimonio de Ian, ¿no?

    ¡Yay! Justo eso, sí señor. Estuvimos con Hubert y con él todo el tiempo. Bueno, nosotros no, Brendan, ¡pero es casi lo mismo, tee-hee!

    ¿Pero Ian no mintió?

    —… tristemente, no. Es cierto: Brendan, Ian y yo estuvimos juntos a la hora a la que sucedió el crimen.

    Y gracias a mi testimonio, sabemos que Effy tuvo que morir justo cuando ellos tienen coartada


    El testimonio de Emily es todo cuanto nos lleva a pensar que Effy murió después de las cinco de la mañana, justo a la hora aproximada a la que Ian, Brendan y Hubert estaban juntos, dándole coartada al segundo. Pero, ¿y si Emily estuviese equivocada? Un error en el testimonio de Emily… ¿es posible? ¿Qué supondría eso?

    S-Supondría muchas cosas. ¡Supondría un enfoque totalmente distinto de los hechos! Y explicaría las lagunas que quedan de este caso. ¡Es hora de desmontar todas las mentiras!


    Si vosotros realmente sois los traidores, eso quiere decir que uno de vosotros, o el mismo Brendan, mató a Effy, ¿no?

    Vosotros la matasteis…

    ¡Eeeek! N-No, no fue así…

    En realidad, dudo mucho que Brendan haya cambiado de personalidad antes en esta academia.

    Entonces, ¿el asesino fue el propio Brendan?

    Eso da igual, ¿no? Haya sido quien haya sido, el cuerpo es el mismo. Y el voto es el mismo, ¿no?

    ¡Pero es que no fuimos nosotros! Ni siquiera Brendan fue, ¡y sabéis de sobra que no pudo ser!

    … hablas del testimonio de Ian, ¿no?

    ¡Yay! Justo eso, sí señor. Estuvimos con Hubert y con él todo el tiempo. Bueno, nosotros no, Brendan, ¡pero es casi lo mismo, tee-hee!

    ¿Pero Ian no mintió?

    —… tristemente, no. Es cierto: Brendan, Ian y yo estuvimos juntos a la hora a la que sucedió el crimen.


    —¡Eso es falso! —grité, señalando a Hubert. Se equivocaba. Todos nos estábamos equivocando.

    —Bah, ¡ya saltó el mismo de siempre! —me miró, amenazante, Yair.

    Pero no me iba a amedrentar, ni mucho menos. Reflexivo, miré a Emily.

    —Em… ¿recuerdas tu testimonio? Creo que es posible que te hayas equivocado en él. Y ese error en tu declaración puede ser la clave de todo este caso.

    —¿U-Un error?

    —Recuerdo que dijiste que la sauna estaba llena de vapor cuando llegaste, ¿no es cierto? —medité. Em asintió—. Siendo así, ¿pudiste ver claramente a Effy en la sauna?

    —¿Huh? N-No, claro que no la vi claramente —susurró ella, algo insegura—. Pero era Effy. No podía ser otra.

    —¿Y por qué lo asumiste, si no podías distinguirla bien entre todo el vapor? —inquirí.

    Vamos, Em. Tienes que darte cuenta. ¡Necesito que recuerdes bien! Todo esto ha sido un truco para engañarte, estoy seguro. Te están usando de coartada, ¡te están utilizando, y tienes que darte cuenta de ello!

    —… porque la ropa de Effy estaba en el vestuario, así que debía ser ell-… oh, ¡oh!

    Exacto. Tal y como pensaba.


    —… la ropa de Effy estaba fuera de la taquilla, ¿huh? —sonrió Ian.

    —Así es. Nosotros la encontramos dentro de una taquilla, pero, con todo, estaba húmeda. Eso solo se explicaría si hubiese estado rodeada de vapor o se hubiese mojado, cosa que era extraña, al fin y al cabo. Y, además, varias horas antes, yo vi a Effy, y estaba algo mojada, como si acabase de salir del jacuzzi. ¿No es raro que volviese a la sauna después, si acababa de estar en ella?

    >> Todo es parte de un truco para generar una coartada. Utilizando la densa capa de vapor, vagamente distinguirías una figura dentro de la sauna. Si alguien dejaba la ropa de Effy a la vista, cualquiera asumiría que la persona que se encontraba dentro, por mucho que fuese otra persona, era Effy. Eso explicaría por qué su ropa estaba húmeda pese a estar en una taquilla… y eso serviría para que todos creyésemos que Effy tuvo que morir después de ese momento.

    —Pero, en realidad, murió antes. ¿Eso es lo que quieres decir? —me preguntó, severo, Hubert.

    Asentí.

    —Effy debió morir entre la visita a mi cuarto y las cinco de la mañana; justo antes de tu reunión con Ian y Brendan.


    —¡Eh, eh, eh! —llamó la atención Rojo, manos a la espalda, sonriente—. Pero, pero, peeeeeero… ¡eso tiene una gran incongruencia!

    —¿Qué incongruencia? —fruncí el ceño. Esos tipos no se iban a rendir fácilmente, ¿huh?

    —Asumís que nosotros no despertamos hasta ahora, ¿no? —me señaló, con gesto furioso, Yair—. Entonces, tuvo que ser Brendan por sí mismo el que la mató, ¿¡verdad!?

    —Parece lo más sensato —admitió Hubert—. Salta a la vista que, una vez que sois liberados, es difícil hacer que Brendan regrese a la “normalidad”. De haber despertado, es probable que yo hubiese notado vuestra presencia en nuestra reunión… y Brendan actuaba como siempre, he de decir.

    —P-Pues entonces… —Mitsuki lucía insegura, jugueteando con un mechón de pelo imaginario sobre sus hombros—. Hay una contradicción, ¿no? P-Porque Emily dijo que… E-Effy sollozó…

    —E-Es cierto, de eso no tengo duda alguna —admitió Emily—. Effy estaba sollozando, apenada.

    —¿V-Ves? Yo no pude ser quien se metió en la sauna para fingir ser Effy, porque no había despertado aún… —explicó Mitsuki—. Y-Y Brendan no sollozaría, porque, si lo hace, querría decir que… s-siente tristeza y… eso significaría que yo he despertado. Creo. ¿No…?

    … “ella” tenía razón, era cierto. Se supone que la esencia de sus personalidades es que manifiestan las emociones que Brendan retiene. Y un sollozo es claramente manifestación de tristeza, por lo que Brendan en sí mismo no podría estar fingiendo ser Effy.

    —¡Eh, pues yo soy la única chica que queda, y no fui! —gritó Mimi.

    —No es necesario ser chica para entrar en la sauna, ¿sabes? —Ian se encogió de hombros.

    —¿¡Dices que un chico fue el que entró en ella, entonces!? ¡Maldito pervertido! —gritó la rubia—. ¡El que haya sido se merece una ejecución, pero ya!

    C-Contrólate, Mimi. Desde luego, guardando las distancias y con la ayuda del vapor, solo necesitaría de una toalla para cubrirse el cuerpo y el pelo y cualquiera podría pasar por una chica. Es decir, vagamente se reconocería la figura del otro en esa situación así que… no podemos descartar a nadie por esa lógica.

    —Además, hay otra contradicción —sonrió Rojo, dedo alzado—. ¿Por qué había tres heridas en el cuerpo de Effy? —inquirió, alegremente—. Si hubiésemos sido los tres, ¡chachi!, tendría sentido. Pero fue solo Brendan, ¿no? Esa es la teoría. Así que… ¿cómo se explican las heridas diferentes?

    … puede que las heridas simplemente tuviesen por objeto confundirnos y hacernos creer que fueron los tres traidores. Por eso alguien se molestó en hacer que hubiese tres heridas.

    Y, si lo pienso, la solución a ambas contradicciones que acaban de surgir es obvia. La persona a la que buscamos, la que manipuló todo, es la misma de siempre.

    —Ian —le señalé—. Tú hiciste ambas cosas, ¿verdad?

    —… —Ian se llevó la mano al rostro—. Vaya. Muy agudo, Drake Orestes.

    —Lo sabía —fruncí el ceño.

    —Espera, espera, espera. ¿¡Ian vio a Emily desnuda, entonces!? —gritó Mimi, sonrojada e irritada.

    —¿Q-Qué? —Emily también se sonrojó—. ¿Tú eras “Effy”?

    Ian sonrió, manos en la nuca.

    —Ojalá hubiese podido ver algo. Lástima del vapor, ¿huh? —luego, se encogió de hombros—. Pero en fin, la diversión hace rato que se acabó, así que seguir mintiendo es absurdo. Sí, sí, sí. Yo lo hice todo. Todo, salvo matar a Effy, claro.

    —¡Ese Ian es un bastardo! —gritó Yair—. Chantajeaba a Brendan continuamente.

    >>Huh, pero, en cierto modo, le chantajeaba con liberarnos. ¿No deberíamos ser sus amigos, entonces? —dudó Rojo.

    >> A-A mí me da un poco de miedo, pero… jo… n-no tenemos muchos amigos… —se lamentó Mitsuki.

    —… ¿qué demonios sucedió, Ian? —dijo Dante—. Explícalo todo.

    Ian se encogió de hombros.

    —¡Pero si ya lo habéis explicado! Mi plan era hacer creer que Brendan y Hubert eran traidores y que yo, como un traidor de los traidores, les había vendido. Confundí a Emily para buscar la coartada falsa y que no dudaseis de nuestra pertenencia al grupo de traidores, y, antes de nuestro “tórrido” encuentro en la sauna, limpié la escena del crimen, le di dos puñaladas más al cuerpo de Effy y la subí al techo para luego preparar su caída triunfal. Luego me deshice del cuchillo en el incinerador. ¡Ese cacharro va a dar juego, eh!

    Sonreía. Acababa de decir que apuñaló el cadáver de nuestra amiga, y el muy ladino se atrevía a sonreír.

    —Tú apuñalaste a Effy… nos engañaste. Todo es obra tuya. ¡Eres lo peor! —esgrimió Hubert, furioso—. Mereces la ejecución más que nadie.

    —Peeeeero yo no la maté —se encogió de hombros—. Así que los ejecutados van a ser los traidores.

    —¡¡Eeek!! —gritó Mitsuki, escondida tras un atril—. N-No, por favor… no quiero morir…

    Ian Lockhart… eres un completo desalmado. Una persona sin ningún ápice de empatía. Y lo peor es que seguimos cayendo una y otra vez en tus trampas.

    —Pretendía vender a Brendan para que todos acertaseis y salvásemos la vida… y, al no revelarse la verdad detrás de los traidores, tendría un as en la manga en el próximo caso, ya que todos sospecharíais de Hubert, que seguiría vivo y entre vosotros, y confiaríais un poco más en mí, ya que, al traicionarle, ahora estaba de vuestro lado —suspiró Ian—. Pero Dante y sus estúpidos tiradores de cortina lo jodieron todo. En fin, no pasa nada. Siempre puedo pensar nuevas estrategias, ¿huh?

    No pude evitar apretar los dientes y el puño, furioso.

    —Así que… se ha acabado todo para nosotros, ¿no? —dijo Rojo, sonriente—. Bueno, estoy contento, al menos. Hemos matado a Gamma, de un modo u otro. ¡Eso es genial! ¡La desesperación siempre gana!

    —¡P-Pero calla, imbécil! —espetó Reversekuma.

    —¿G-Gamma? —inquirió Hubert, extrañado.

    —E-En cualquier caso —espeté, cerrando los ojos—. Intentemos reconstruir todo lo que sucedió, paso a paso.

    >> ¡Esta es la verdad detrás de este caso!



    Acto 1

    El inicio de este caso, realmente, comienza con la revelación de la presencia de traidores en la Academia. Traidores que se escondían entre los nueve que aún sobrevivíamos… lo que no podíamos imaginar era que, en realidad, esos tres traidores se escondían todos dentro no ya de un grupo de nueve, sino del culpable en sí mismo.

    Ante esta revelación, todos comenzamos a mostrarnos a la defensiva. Y Effy, que de algún modo parecía conocer la identidad de los traidores, vino a verme por la noche para decirme que concertase una reunión en el salón de bailes al día siguiente. Iba a revelar la identidad de los traidores… y probablemente eso supusiese exponer al culpable ante todos.


    Acto 2

    En algún punto entre ese momento y las cinco de la mañana, Effy fue asesinada en los vestuarios de la sauna. Deduzco que se reunió con el culpable, y ahí fue donde este, con un cuchillo, le propinó la puñalada mortal en el pecho. Ian, en ese momento, estaba observando… y aprovechó que tenía total control del culpable para manipular la escena del crimen. Todo con objeto de preparar su estrategia magistral.

    En este punto, creo que Ian actúo completamente solo: es probable que la escena del crimen original estuviese llena de sangre, y que no hubiese mucho lugar a dudas sobre el asesinato: pero el estratega lo enturbió todo. Tomó el cuchillo y propinó dos puñaladas más en el cuerpo de Effy; ese es el motivo de que una puñalda fuese muy distinta a las otras dos. No fueron tres, como nos quería hacer pensar Ian, las personas que atacaron a Effy, sino dos. Una antes de su muerte, y el otro postmortem.


    Acto 3

    Tras eso, Ian limpió la escena, se deshizo del cuchillo, y preparó su escena ideal. Usando el tirador roto como polea, Ian elevó a Effy. Supongo que usó la sábana blanca para evitar que la sangre manchase el suelo en todo momento. La cuestión es que la Terrorista pudo ser subida hasta las vigas por una sola persona gracias a este método.

    Ya arriba, solo necesitó subir él mismo por las escaleras y desatar la lámpara de las cadenas, cambiando estas por una cuerda. No tuvo más que colocar el cuerpo sobre la lámpara… y su plan quedó casi completo.

    Cuando Emily llegó a la sauna, Ian había preparado un último truco. Dejó la ropa de Effy a la vista y se metió dentro de la misma, asegurándose de que la temperatura fuese lo suficientemente elevada como para que el vapor impidiese a la chica distinguir quién era el que estaba allí… así, Em asumiría erróneamente que debía tratarse de Effy. Probablemente, Ian se aseguró de sollozar para que Emily no tuviese dudas de que había alguien allí. A fin de cuentas, pudo no haberla visto en absoluto.

    Y, con eso, su plan llegó a su fin… de momento.


    Acto 4

    Ajeno a lo que había sucedido, Hubert llamó al culpable y a Ian a su dormitorio, y los retuvo allí poco después de la escena con Emily. Esto le sirvió a Ian como perfecta coartada para seguir con su maquiavélico plan… un plan para desviar nuestra atención de los verdaderos traidores y poder, así, manipular la verdad.

    Llegó la hora del desayuno, e Ian regresó a la escena. Solo le quedaba un último detalle: colocar la vela junto a la cuerda, para que, así, la lámpara cayese frente a nosotros cuando todos estuviésemos allí reunidos. Y así fue justo como pasó… la lámpara cayó ante nosotros, con el cuerpo de Effy sobre ella.

    Todo justo como Ian había planeado… y con el culpable completamente coaccionado por el mimso, incapaz de decir nada, todo para mantener a raya a los traidores, que estaban dentro de él.


    Porque la verdad de este caso es esa… Effy murió a manos de la identidad original de los traidores. El culpable de este caso… ¡no es otro que Brendan Ruby, el Super Periodista!


    El silencio se apoderó de la sala cuando terminé de hablar.


    —¿¡Hemos perdido!? —espetó Yair.

    >> A-Ahora vamos a morir… e-es tan triste… —sollozó Mitsuki.

    >> ¡Ah, pero estad contentos! —Rojo parecía plenamente alegre—. ¡Esto es la más pura desesperación que nadie puede sentir! ¡Es maravilloso!

    Reversekuma, tras un suspiro, terminó por pulsar el botón que hizo ascender el panel de votación sobre nosotros.

    —En fin, supongo que aquí se acaba todo. Venga, votad, votad. Zanjemos este estúpido caso de una vez por todas.

    … supongo que Reversekuma contaba, en el fondo, con que fracasásemos y todos fuésemos ejecutados. Claro que Ian no iba a permitir que eso sucediese, pero… por mucho que eso fuese así, no podía evitar sentir que, tal y como decía Hubert, él se merecía la ejecución mucho más que Brendan.

    Con todo, me vi obligado a votarle a él. Y, asi, la ruleta giró, giró, giró… y se detuvo en Brendan. Rápidamente, el confeti inundó todo, acompañado de una musiquita de victoria. Y los votos se mostraron en pantalla: Brendan con seis votos, Ian con dos. El culpable era Brendan… caso resuelto, ¿cierto?


    Hubert, al terminar todo, se dirigió hacia Brendan, quien en esos momentos parecía ser Rojo, bañado su rostro de una paz indescriptible, como si la sensación de saber que iba a morir fuese totalmente embriagadora para él. Rápidamente, el Ajedrecista lo cogió de la camisa y lo levantó.

    —¡Dime! ¿¡Por qué la mataste!? ¿Por qué mataste a Effy? —apretaba los dientes—. ¡Quiero oírlo de boca de Brendan!

    —É-Él no te puede contestar —sollozó quien ahora era Mitsuki—. Pero compartimos sus recuerdos… a-así que, ¡n-no me pegues, por favor! Te lo diré todo.

    Hubert soltó lentamente el cuerpo de Brendan, pero la furia no desapareció de sus ojos.

    —¡He de reconocer que darle una puñalada en el pecho a esa tipa tuvo que ser una gozada! —exclamó Yair—. Lástima que no haya podido ser yo el que lo hiciese. Vino con todo el drama, en plan…


    —… has venido, Brendan —comentó Effy, según nos estaban contando las personalidades del periodista—. Te lo agradezco.

    … ¿qué quieres?

    He logrado recordar muchas cosas a raíz de mi video, el del caso de Elisa. Reconozco que no pude evitar verlo, y… me hizo recordar. Recordar que todos nosotros éramos parte del mismo equipo. Que todos éramos Gamma. Y, al recordar cosas de vosotros, he recordado que tienes un secreto. Uno que todos conocíamos, pero que ahora hemos olvidado.

    Effy tomó aire.

    Ellos son los traidores, ¿cierto? Los tres que retienes dentro de ti. Esos que no puedes dejar que salgan.

    … sí —terminó respondiendo Brendan, asustado y con miedo—. Lo son.

    Lo imaginaba. Era la única cosa que tenía sentido —aseguró Effy—. Porque los demás… los demás no podrían traicionarnos nunca. Era inviable asumir que hay tres traidores, ¿sabes?

    Hubo un incómodo silencio entonces.

    La mente maestra te ha amenazado, ¿cierto? Te ha amenazado con liberarles si no matas a alguien antes del tiempo límite.

    Brendan asintió con lentitud.

    … esto va a sonar duro, pero… ¿por qué no acabas con ellos? Es morir o matar, Brendan. En tus manos está que no sea necesario hacer lo segundo.

    —… ¿dices que me suicide? —dijo, con esfuerzo, el periodista—. Como si pudiese. Si lo intento, la mente maestra les despertará en un abrir y cerrar de ojos. A-Además… no puedo sentir nada. Si me intento suicidar, sentiré. Si siento, ellos despertarán.

    Y Effy sonrió, entonces.

    Creo que sí puedes sentir, aunque sea algo que no es muy bonito. Sientes miedo, y lo sientes siendo tú mismo. Ahora mismo, estás asustado. Y no veo que ellos hayan despertado.

    —… m-miedo, ¿eh?

    Y, tras un hondo suspiro, Effy dijo:

    Está bien. Hazlo —y le mostró un cuchillo que había estado guardando—. Mátame. Aquí, ahora. Puedes matarme, y así no correrás peligro. Así ellos podrán seguir atrapados dentro de ti.

    Brendan tomó el cuchillo, pero no supo qué decir. Fue Effy la que siguió hablando.

    No tienes por qué sentir pena por mí. Convierte la pena en miedo, Brendan. Porque, sí… es cierto. Cuando yo muera, estoy seguro de que el resto acabará adivinando que tú fuiste el culpable, porque simplemente son geniales, y no hay quien les engañe. Te votarán y, tras eso, también será tu final. Pero, ¿no es lo mejor que podemos hacer, ambos? Considéralo… un modo de protegerles. Tras este asesinato, no habrá traidores que mantener a raya. Y nosotros dos podremos saldar nuestra deuda y burlar a la mente maestra. Que no se salga con la suya… que no les utilice. Hazlo tú, con tus propias manos. Protejamos así a los demás. Es… la única manera, ¿no?

    Y Brendan, lentamente, asintió. Temblaba. Estaba asustado.


    —… es tan tierno, ¿no? —Mitsuki sollozaba, derramando lágrimas sin parar—. Lo hicieron para protegeros. N-no puedo evitar llorar…

    … el silencio fue tremendamente horrible. Fue un silencio cargado de tristeza. Cargado de dolor. Muchos no pudimos evitar derramar alguna lágrima.

    —E-Effy… ¿por qué? —susurró Hubert—. ¿Qué era eso del “equipo Gamma”? ¿Qué deuda querías saldar…?

    Al final, siempre era igual. Brendan no quería hacerle daño a nadie… antes bien, solo quería protegernos, igual que Effy. Este caso no fue más que una forma de evitar hacernos daño a los demás. Effy se sacrificó, literalmente, por nosotros. Y Brendan no hizo nada distinto.

    Nadie supo qué decir. Solo Reversekuma cortó el silencio.

    —Bueno. Supongo que, después de todo, habéis acertado y todo eso, así que… ¿qué tal si empezamos con el castigo?

    —¡Yay! —Rojo saltaba de alegría—. ¡Estoy deseándolo! ¡Pura desesperación~!

    No hubo más comentarios. No hubo nada más que decir. Solo mirábamos a aquel chico que ya no era Brendan. En el fondo, él estaba ahí… y nunca supimos entenderlo bien, pero… solo quería protegernos a todos. Ahora era demasiado tarde para entenderle.

    —¡Vamos a dar tooodo lo que tenemos! ¡Es… la hora del castigo, baby!

    Y Reversekuma sacó su mazo, golpeó el botón, y las imágenes pixeladas aparecieron. Brendan apareció en el centro de la escena, y Reversekuma, a su lado. Pronto Brendan pareció dividirse en tres clones exactamente iguales, y los tres hicieron una reverencia al oso. Este comenzó a andar, y los tres Brendan le siguieron. Arriba aparecía escrito: “Brendan ha sido declarado culpable. Comenzando el castigo”.


    Y entonces, empezó.


    Brendan, sonriente, con la identidad de Rojo, estaba ahora sentado sobre una mesa, y frente a él, una libreta abierta y un bolígrafo. Bajo sus pies, una cinta transportadora comenzó a moverse, y él, junto a la mesa, comenzó a ser llevado hacia delante.

    Rojo miraba con alegría todo a su alrededor, al tiempo que aplaudía, entusiasmado. De pronto, una hilera de cañones apareció a ambos lados, y, al mirar a estos, Rojo pasó a ser Mitsuki, y, entristecida, comenzó a llorar. De los cañones, conforme iba avanzando el cuerpo de Brendan en la cinta, salieron disparados centenares de bolígtrafos y otros utensilios de escritura, que pinchaban su cuerpo al tocarle. Cuando terminó el recorrido de cañones, Mitsuki suspiró, y de pronto, se transformó en Yair, que comenzó a golpear la mesa con rabia. El cuaderno en blanco sobre ella tembló con sus golpes. Pronto miró hacia arriba, para descubrir que la hilera de cañones, mucho más grandes, ahora estaban sobre su cabeza. Y de ellos comenzaron a llover muchísimas, muchísimas libretas, que golpeaban su cabeza y le inundaban. Al final, Yair quedó rodeado de libros.

    Con esfuerzo, cuando los libros dejaron de llover, se deshizo, débil y lastimado, de ellos como pudo, y, cuando volvió a sacar su cara de la montaña de papeles, en sus ojos pudo notarse que volvía a ser Brendan. Con mano temblorosa, alcanzó el bolígrafo y trató de escribir algo sobre la libreta. Al fondo, justo antes de una caída, había dos grandes cuchillas que, como guillotinas, se movían a un lado y a otro. Brendan se apresuró en terminar de escribir y arrancó la hoja en el último momento… y luego fue demasiado tarde. Las guillotinas le cortaron en tres trozos perfectamente simétricos… y su cuerpo se precipitó, junto a la hoja, al vacío.

    El fragmento de papel arrancado flotó con suavidad, y terminó cayendo frente al cristal que nos separaba del horrible escenario que éramos obligados a ver.

    En él, había escrito: “Lo siento”.
     
    Última edición: 5 Febrero 2018
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    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

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    Diosssss, pues no sé si te lo comenté pero antes de Hubert había pensado que Brendan era muy sospechoso, pero al final no sé, algo me llevó a pensar más en él y wow, al final tenía que haberme guiado por ese instinto.

    En fin, en fin. Aunque haya sido largo, yo lo he leído super rápido, no sé, cuando te he visto conectado y viendo Pokénronpa me ha entrado todo el hype y pues nada más publicarlo me he puesto a leerlo emocionada.

    Hasta ahora,el 2 sería el único que no ha tenido un personaje con cambio de personalidad o algo así, creo recordar, así que no sé por qué no me esperaba algo como esto aunque en parte tenía razón, porque sabía que había sido un persona y que Ian solo había manipulado la escena para diversión y... bueno, era obvio que Brendan escondía algo que Ian sabía, aunque nunca imaginé que sería eso. Pero vaya, en cuanto se desmayó, ya me di cuenta al instante de todo y el resto solo fue cerrar los cabos.

    Excepto porque no me imaginaba que Ian hubiese estado en el baño de las chicas, vaya con este chico ("Ojalá hubiese podido ver algo. Lástima del vapor, ¿huh?" como te amo cabrón (?) no me esperaba menos, qué decir.

    La explicación final fue la guinda del pastel. Me recuerda al caso de Gundham, realmente este asesinato no fue por maldad o por querer sobrevivir, fue por intentar ganar, por miedo, por los demás... fue algo mucho más bondadoso, de alguna manera. Sabía que Effy no sería fácil de vencer, que ella se dejaría por el bien de los demás, como lo hizo Nekomaru.

    La ejecución, acorde a su personalidad y talento, sabía que acabaría ahogado (?) Y el Lo siento final, eso ya me rompió el corazón, él solo quería tranquilidad...

    Ay, te amo :<

    Ahora, ya te digo, estoy muy emocionada por el 5º caso. Es el más interesante siempre, es el que me pone los pelos de punta, en el sdr2 y en el v3 son mis favoritos, así que sé que harás algo genial y me sorprenderás. Tengo expectativas altas pero no me defraudarás, lo sé. ¡Qué ganas!
     
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    Bruno TDF

    Bruno TDF Usuario VIP

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    No he comentado tan pronto como me hubiera gustado, pero una vez más tengo la ventaja de opinar sobre un caso globalmente, desde la Vida Diaria previa hasta la ejecución final del culpable.

    Seguro que el hecho de que Hubert y Effy estuviesen tan juntos en los capítulos recientes es un claro guiño al GoodAir. En lo personal me resultaban gratificantes esos fragmentos que hacían alusión a que andaban por ahí, investigando y debatiendo los misterios de la Academia. Una pena que al final la super-Terrorista haya muerto, te juro que el dolor de Hubert ha sido muy palpable en la narración. Aunque no se haya manifestado explícitamente, parece ser que el Mattsson de Pokénronpa también sentía algo por ella… lo que sumó más tristeza al tramo final de la Clase del Juicio.

    En estos capítulos me llevé dos sorpresas grandes, que me provocaron unas reacciones fielmente retratadas por los gifs que te envié por WhatsApp (?). La primera de ellas fue el asesinato del mentor de Drake, perpetrado… ¡Por el mismísimo Albert Einstein… digo, Drake! MADRE MÍA. Es un giro que me ha dejado en shock, considerando además que estaba confabulando con la persona a la que Erwin pretendía arrestar. La cosa pareció cobrar sentido a raíz de una segunda revelación, que fue la segunda sorpresa que me llevé: que los protagonistas fueron miembros de Gamma, bajo el liderazgo de Effy. Boquiabierto me he quedao’. La cosa se está poniendo cada vez más interesante. Además, me han gustado las referencias a Tau, que estoy seguro que era la persona de los ojos rosados :}

    Claro está que las sorpresas no quedaron acá, claro que no. Porque que hubiese tres traidores entre los supervivientes no era poca cosa, pero nunca me hubiera imaginado que esos traidores serían personalidades del propio Brendan. En ese momento sentí que estaba como los Ultimates: no entendía qué corno estaba pasando XD. Aunque me han quedado mis dudas: ¿Son realmente personalidades? La propia Mitsuki dice: “¿por qué os empeñáis todos en hacerme ver como una simple personalidad? Y-Yo soy Mitsuki… soy una persona en mí misma”. Tengo la sensación de que hay una conexión entre eso y la posesión de Monokuma por parte de Reversekuma. Como si fuesen seres devenidos en algo incorpóreo, pero capaz de tomar otros cuerpos… O no, tal vez sólo te antojó que fuesen personalidades sin más (?).

    Por otro lado: Ian… Estúpido y sensual Ian. Cómo lo amo al bastardo este. Cuando en el juicio habló del tirador roto que supuestamente desconocía y Drake empezó a decir “Cometió un error, cometió un error.”… Yo me sonreí mientras pensaba: “Error las pelotas, Drake”. Y no me equivoqué. Es que Ian no cometería un error semejante (como Crow en el actual juicio del rol (?)), ¿cómo es no vieron venir que era parte de otra de sus épicas y fantabulosas estrategias? Ah, e imaginarlo sollozando en el sauna cubierto de toallas me hizo muchísima gracia. Lol.

    Te hamo, pero también te quiero dar un coscorrón, Deibbido, porque me rompiste el kokoro con ese final. Brendan siempre pareció un sujeto extraño y sospechoso, del que no podía esperarse nada bueno. Pero él buscó protegerlos a todos. Igual que Effy </3. Que ella hubiera planeado su propia muerte, que decidiera apartarse por siempre de sus camaradas para salvaguardar sus vidas… Eso es… es… Ay, mi Effy :’{

    Como último apunte: me alegra que Hubert no haya sido ni traidor ni asesino. Estaba seguro de que él no hubiera sido capaz de matar a Effy, pero temí alguna de tus vueltas de tuerca magistrales. Que hubo una cantidad gratificante de vueltas así, pero por suerte mi retoño no quedó enredado en las movidas oscuras.

    Aunque hay qué ver que les depara a nuestros retoños. Final is coming.
     
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  14.  
    Lucas Diamond

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    Oh shit al final fue Brendan. Wow, mind blow ahora mismo. Juro que desde el primer momento estaba convencido de que serían tres distintos (y entre esos tres incluía a la mente maestra btw), me ha pillado tan por sorpresa que lo he flipado un poquito, sinceramente. Pero es que ha sido tan genial xD Ha merecido la pena sin duda.

    Bueno, ya desde el capítulo anterior me costaba creer que Ian hubiera fallado en su estrategia. No sé hasta qué punto creerle o hasta que punto pensar que eso mismo es parte de su plan. Yo es que no sé, para mí Ian es como superman o algo, me resulta impensable que haya podido cometer un error. Brendan, por otro lado, sí que me cuadraba en mis planes como posible asesino (?) Y obv, chantajeado por Ian, que es un crack.

    La triple personalidad me ha dejado to' loco, pero me ha hecho mucha gracia xD Sobre todo la de Yair, que es la más hardcore; la de Mitsuki sin embargo no me ha gustado mucho. Me parece muy emo, no merece vivir. Y cuando se desmayó pls, Fukawa where are you, lo he amado. Y sabes que lo he amado, porque ya te dije en su momento que amé a Fukawa, así que no me lo puedes negar (?)

    What else... ¡Oh! ME MUERO, pls... Effy, por qué me haces esto, joder. Eso es tan cruel... y tan poco fiable, a decir verdad. Sí, ya sé que no me fío de nada, pero es que aquí es para no confiar vaya. Si Effy ha hecho eso por ayudarlos, tiene mis respetos, rlly. Me reitero en que su muerte me ha dado mucha pena, la verdad. Ella era un pedacito de pan, no se merecía morir (al menos ahora, en otras vidas no sé). Ni Brendan, oye, que el pobre al final era muy buenino. Se rebeló contra la mente maestra, aunque para qué, si igual consiguió lo que quería, que era entretenimiento.

    No sé si acabo de entender bien el motivo a todo esto. Quiero decir, Brendan tenía miedo de suicidarse porque despertarían sus emociones, ¿no? Pero entonces simplemente no tendría que hacer nada, oye. Que Reversekuma lo amenaza, pues ok, que lo haga. Si decide matarlo pues mira, muerto el perro se acabó la rabia, el mismo efecto pero ahorrándonos la muerte de Effy. Si le extorsiona de algún otro modo, como sacando a la luz sus personalidades... ¿qué mal puede llegar a ocasionar eso? ¿Que sea un pesado? No puede ser peor que Ian en cuanto a convivencia, creo yo (?) Lo único que me cuadra es que con las personalidades por ahí sueltas la mente maestra estuviera más informada y más protegida, o que pudieran ellas cometer algún crimen peor que el de Effy (en el sentido de matar a alguien que no se hubiera ofrecido voluntario, como a Drake por ejemplo (?)

    En fin, como dijiste el caso en sí no es especialmente complicado como lo fue el de Elisa, fue mucho más simplón, pero tiene unos puntos de trama buenísimos que me han enamorado. La ejecución fue algo rara y me costó mucho imaginarla, me imaginé a Brendan con cientos de bolis clavados en su cuerpo y me hizo gracia.

    Nada más que añadir, creo. Ha sido un capítulo movidito, me ha dejado muchas sensaciones y desde luego no me ha dejado al margen de nada de lo sucedido. Un minuto de silencio por nuestras víctimas.

    Sigue así, tate,

    Lucas Diamond~ <3
     
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    MrJake

    MrJake Game Master

    Capricornio
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    Título:
    Pokénronpa
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    39
     
    Palabras:
    5871
    Daba saltitos, mientras sujetaba a Monokuma y a Reversekuma con ambas manos, alrededor de la sala en la que se encontraba, feliz, radiante.

    —¡Ah, va a ser genial! No podemos matarles directamente, ¡pero se matarán entre ellos!

    La otra persona que había allí leía cosas en una pantalla, intentando obviar a la otra persona, ya que le dificultaba mucho concentrarse en su tarea. Si bien solo tenía que leer instrucciones, lo cierto es que era muy complicado.

    —Hmm… —dijo, alzando la voz un poco —. Creo que podemos agregar reglas sin problemas. Pero quitar las que ya existen es imposible completamente. Al menos en las instrucciones no viene nada al respecto, y como esto lo llevaban la señorita Tau y demás, y están todos muertos, pues… solo Effy sabría como hacerlo. Antes, claro, de que le borrásemos la memoria…

    —¡Da igual! Si no hace falta —espetó la otra persona, airando las manos en gesto infantil —. Qué más dará. Ya te he dicho que es más divertido que se maten entre ellos.

    Y la otra persona chasqueó la lengua.

    —B-Bueno, como digas, supongo. ¿Crees que lo conseguiremos? ¿Que se matarán entre ellos? —dudó.

    —Claro que sí. Añadiremos motivos para forzarlos a hacerlo, de todos modos. Ya iré viendo qué se me ocurre. Upupupupu…

    Quien había hablado antes tragó saliva mientras veía cómo quien sujetaba a Monokuma y a Reversekuma reía de forma siniestra. Daba mucho miedo, bastante miedo… tenía suerte de estar de su lado. Aunque tampoco era como si tuviese otra opción. Era eso todo cuanto podía hacer, ¿no? Todo cuanto sabía hacer. Le habían enseñado así, le habían educado para hacer todo aquello, desde que tenía mucha menos edad estuvo siendo a sus órdenes, siempre siguiendo a aquella otra persona, siempre cuidando sus espaldas, obedeciendo todo cuanto decía. Era… su forma de vida, al fin y al cabo.

    —Oh —dijo, de pronto, recordando algo, mientras veía en la pantalla que mostraba las cámaras de la Academia cómo uno de los catorce estudiantes que dormían abría los ojos prematuramente—. B-Brendan se ha despertado mucho antes de lo previsto. ¡C-Claro, esos tres…! ¡Lo hemos olvidado! Oh, ¡demonios! —comenzó a entrar en pánico —. L-La hipnosis, ¡olvidamos lo de la hipnosis! Y, ¿qué hay de sus memorias? ¡Agh, qué fallo, qué fallo!

    De pronto, sintió sus manos en los hombros.

    —Puhehehe —la otra persona reía, solo reía, mientras se asomaba a los monitores también. Siempre que veía aquella mirada juguetona y, a la vez, sádica, sabía que estaba planeando algo. No en vano era una persona extremadamente inteligente —. Ellos comparten recuerdos, no debes preocuparte. Pero sí que es cierto que no creo que la hipnosis haya funcionado… porque tiene cuatro conciencias, y una mente así difícilmente se puede manipular con hipnosis, ¿eh?

    Pero no se veía que se preocupase en absoluto. Es más, parecía divertirse.

    —Esos tres… —dijo, al fin —, eran peligrosos, ¿no?

    —Mm-hm —asintió la otra persona —. Así es. Brendan solía mantenerlos a raya, y por eso estaba aquí, además. Estaban completamente locos, y eran agresivos. Estaba siendo entrenado para aprender a controlarlos, pero no daba muchos resultados. Ni los experimentos de Ómicron ni la tecnología de Kappa parecían estar funcionando con él… creo que todo surgió de un trauma con un padre abusivo o algo así, y ya es casi irreparable.


    —Interesante, ¡interesantemente interesante! Puhehehe. Upupupupu… —se frotaba la barbilla, meditando. Y luego pulsó el botón de la megafonía, y le habló a Brendan que, desde el aula en la que los otros trece dormían, alzó la cabeza, confuso, y escuchó lo que le decía —. ¡Upupupu! ¡Hola, Brendan! ¿Sabes? Conocemos tu secreto… probablemente no lo recuerdes, probablemente ni siquiera recuerdes quiénes somos… pero nosotros sí sabemos quién eres, así que…

    —Eh, oye… —trataba de interrumpir la otra persona.

    Con extrema irritación, la primera persona pulsó el botón de nuevo y se dirigió a quien estaba también en la sala, furia en su voz:

    —¿Qué pasa? ¿¡Cómo te atreves a interrumpirme!?

    —H-Huh, es que… entiendo que pretendes chantajearle para que esté a nuestro lado, pero… ya se ha desperado y ha visto que somos los únicos que no están en el aula. Y, hm, no creo que sea bueno que sepa que estamos detrás de todo esto, ¿no?

    Tras un rato de meditación, la otra persona alzó la mano, asustando a quien había hablado. Pero no dio ningún golpe: antes bien, acarició su cabeza, como en gesto de recompensa. Casi como si fuese un perrito.

    —Bien, muy bien visto, sí señor —dijo —. Pues naaaada, habrá que borrarle otra vez la memoria y empezar de nuevo, esta vez haciéndolo bien.

    Dio media vuelta, tomó algo que había sobre la mesa, y, justo antes de marcharse de donde estaba dando saltitos, volvió a pulsar el botón y le habló a Brendan:

    —¡Breeeendaaan! ¡Voy a por tiiiii~! Upupupu… pronto no recordarás nada… ¡otra vez! Y tus tres “amigos” y Monokuma tendrán una interesante charla…


    Capítulo 5 – El Precio de una Vida

    Vida Diaria, parte 1


    Un nuevo día gris amanecía en la Academia. Tal y como anticipé al principio del juicio, ahora éramos siete… y las cosas habían salido bien, de hecho. Aquel había sido el mejor escenario de todos los posibles. El escenario en que todos los inocentes sobrevivíamos. Aunque no podía evitar seguir pensando que Ian era mil veces más culpable que Brendan.

    Y precisamente eso era lo que me inquietaba. Si bien la amenaza de los traidores había desaparecido por completo con la muerte de Brendan, el sacrificio de este y de Effy no habían logrado traer la paz que tanto anhelaban ambos a este lugar… porque mientras el Estratega siguiese vivo, ninguno de nosotros podía estar del todo tranquilo.

    Por lo que respecta a los demás… Em, Steve, Hubert, Mimi, Dante… ninguno de ellos sería capaz de matar, estaba bastante convencido de eso. Quería creerlo. De modo que, mientras nos mantuviésemos protegidos de Ian, nada más pasaría. No más muertes. Por Effy y por Brendan, debíamos parar de matarnos: para que sus sacrificios no fuesen en vano.

    La atmósfera lúgubre seguía estando cargada esa mañana. Todos estábamos sentados, dejando a Ian aislado en la esquina contraria de la mesa, tomando un desayuno escaso, pues no teníamos mucha hambre… y solo se oían suspiros ocasionales. El ánimo estaba realmente bajo.

    Hasta que ella no lo soportó más.

    —Chicos… ¡¡quiero que os animéis todos, ahora mismo!!

    —¿Em? ¿Q-Qué te ha dado? —dije, algo confuso, mirándola con incredulidad. Se había levantado de golpe, dando un golpe sobre la mesa.

    Emily hinchó las mejillas.


    —¡Sin excusas! ¡Todo el mundo a estar alegre, ahora mismo! —se llevó una mano al corazón, sonriente—. Hemos llegado hasta aquí, ¿no? Juntos. Y, sí, ha sido duro. Y muchos amigos han caído en el camino. Sus muertes no pueden deshacerse, eso es cierto, pero… ¡no podemos dejar que sean en vano! Si Effy nos viese ahora mismo, ¡estaría muy enfadada! ¡Es como si estuviésemos tirando por la borda todo por lo que se sacrificó!

    —… —Hubert apartó la mirada, aún algo entristecido.

    Em… probablemente, eres la que más está sufriendo. La que se ve más afectada por todo esto, la que es más sensible de nosotros siete. Seguramente, por dentro estás llorando. Con todo, te mantienes sonriente, porque te has dado cuenta de que alguien tiene que levantar la moral del grupo. Y, de nuevo, desprendes esa aura tan especial, esa energía.

    … Gracias, Em.

    —¡Tiene razón! ¡Emily tiene razón! —me levanté yo también, esbozando la mejor de mis sonrisas—. Tenemos que animarnos. Se lo debemos a Effy y a Brendan, y a todos los demás, ¿no?

    —Hmpf —Ian, desde el otro lado de la mesa, cruzado de brazos, esbozó una media sonrisa. Parecía divertirse por nuestro entusiasmo, por nuestros esfuerzos para animar al grupo.

    —¡Qué demonios, tienes razón! —Steve se levantó también, puños frente a su cuerpo, sonrisa dibujada en su rostro—. No podemos dejar que la mente maestra se salga con la suya, ¿no?

    —Cierto —Mimi, con el rostro apoyado sobre su puño, dio un suspiro—. Esa maldita mente maestra me está obligando a vivir demasiado tiempo rodeada de pobres —bromeó, justo antes de esbozar una sonrisa y levantarse una vez más—. ¡No le daremos lo que quiere!

    Emily asintió, alegre.

    —¡Eso! La desesperación no podrá con nosotros —buscó la mirada de Dante, y, tras un instante mirándose fijamente, el chico desvió sus ojos, enrojecido—. ¡Oh, vamos! ¡No seas tonto! —Emily se colocó detrás de él y le rodeó el cuello con los brazos, para luego darle un tierno beso. Sentí un escalofrío al ver aquello, no puedo negarlo.

    Tras el beso, Dante sonrió.

    —… sí, como quieras. Pero no esperes que me levante y diga una frase motivadora, ¿huh? —y se cruzó de brazos, como de costumbre.

    Tras conseguir su objetivo con su pareja, los ojos violáceos de Emily se posicionaron en Hubert.

    —Hubert… “aunque la reina caiga, mientras el rey siga en pie, la partida sigue”. ¿No es así? ¿Acaso vas a dejar que te ganen la jugada? —le dijo Em, brazos en jarra.

    —… hmpf —Hubert, tras suspirar, se cruzó de brazos, como Dante—. Ni de broma —terminó diciendo, con media sonrisa dibujada en su rostro—. Effy nunca llegó a ganarme en ninguna partida… así que no pienso dejar que otro me gane ahora.

    Emily sonrió ampliamente.

    —¡Genial! Entonces, ¡todos arriba! Creo que solo queda una planta que explorar en esta Academia, ¿no? ¡Vayamos allí! Tenemos que trabajar juntos para buscar una forma de vencer a esos malditos osos —dijo, y luego nos miró, uno a uno. Su mirada… era completamente inspiradora. Diría que hasta mágica.

    Poco a poco, todos nos marchamos del comedor, y, cuando estuve apunto de salir en penúltimo lugar, antes que Emily, la vi detenerse y quedar mirando hacia atrás, en la dirección en la que el Estratega estaba, aún solo y taciturno.

    —… Ian, ¿quieres venir tú también? —le ofreció amablemente, para mi sorpresa.

    —¿H-Huh? —definitivamente, el Estratega no se esperaba para nada esa proposición. Sus ojos mostraron la más sincera de las sorpresas—. ¿Qué estás diciendo? ¿Acaso eres idiota?

    —No, no lo soy —bufó ella, ceño fruncido—. Solo te propongo una estrategia magistral: colaboras con nosotros para encontrar una salida o pistas sobre la verdad de todo esto y salimos de aquí, todos a salvo… y, cuando te encuentres fuera podrás dedicar el resto de tu vida a seguir maquinando esas estrategias tuyas. ¿Qué te parece?

    —… Ptché —Ian esbozó una sonrisa ladina—. Quizá vaya a investigar… cuando me apetezca.

    Y la chica, al oír eso, asintió con otra sonrisa en sus labios. Emily Hodges… realmente eres especial. Muy especial.


    El ascensor, al final, terminó ascendiendo, llevándonos a los seis hacia la quinta y última planta de la Academia, al menos según las posibilidades que ofrecía aquel ascensor. Encontramos allí una sala ciertamente particular: una gran “G” decoraba la pared, y había una mesa redonda en el centro de la sala, de decoración sobria y simple. La mesa redonda en cuestión tenía multitud de asientos dispuestos a su alrededor… y, cuando me aproximé a la misma, observé que había cartelitos con nombres en cada uno de los asientos.

    —“Kappa”, “Ómicron”, “Iota” —leí—. Parecen los nombres de las personas que se sentaban aquí…

    —Hay muchos… —siguió leyendo Steve—. “Tau”, “Épsilon”, “Ípsilon”, “Dseta”, “Sigma”… “Gamma”.

    Al oír el nombre “Gamma”, miré instintivamente a Dante. Me di cuenta de que Emily y Mimi también reaccionaron ante aquel nombre… todos sabíamos que era la identidad de Effy como jefa del equipo homólogo. Y el hecho de que esta sala pareciese ser una especie de zona de reuniones con una enorme G decorándola hacía mucho más creíble aún la historia de Dante: que todos éramos, en realidad, miembros del Equipo Gamma, el que causó la destrucción de todo el mundo.

    —Parecen nombres en clave, ¿no? —asumió Hubert—. Todos son nombres de letras griegas, al fin y al cabo. Dudo mucho que nadie se llame así.

    Los que sabíamos la verdad nos miramos entre nosotros, y terminamos asintiendo. Steve y Hubert eran los únicos que no sabían la verdad, y… merecían conocerla tanto como el resto. Sin embargo, quizá no era buena idea hablarlo allí mismo, pues había cámaras enfocándonos… y, de momento, la mente maestra probablemente no sabía que nosotros lo sabíamos. Y era mucho mejor así. Cuanta menos información tuviese, mejor.

    De modo que seguimos inspeccionando la sala. Cerca de la única puerta que había allí se encontraba una rejilla de ventilación, que supuse que conectaría con el otro lado. Curioso, me acerqué a la enorme puerta doble, y la abrí con decisión.

    Cuando las puertas se abrieron, ante nosotros vimos un escenario que nadie en absoluto esperaba: aquello parecía ser una enorme fábrica inactiva. Una gran plataforma con paredes de cristal era lo que encontramos al cruzar la puerta, siendo de acero el suelo que pisábamos. El tubo de la ventilación pasaba cerca del techo, y terminaba desembocando en el otro lado de la plataforma, que daba, tras una puerta también de cristal, a una especie de pasillo que se podía ver por la transparencia de las paredes.

    Steve no tardó en seguirme, cruzar la puerta, y colocarse, admirado, pegado a un cristal de la pared, mirando hacia abajo. Bajo nosotros había, a distintas alturas, decenas de cintas transportadoras. Sentí un escalofrío al ver la increíble altura a la que estábamos, pues los distintos recorridos de cintas transportadoras, entrecruzados entre sí, seguían varios caminos que parecían conducir todos hacia abajo, y la parte más baja de todas estaba realmente alejada… tan alejadas como para ser un espacio tan grande como las cinco plantas de la Academia juntas. Era como si aquella fábrica fuese una especie de anexo a la Academia, casi tan grande como la misma. Además de las cintas, dicho sea de paso, había múltiples máquinas de distintos tipos por todas partes, pero todo, absolutamente todo, estaba inactivo.

    —¿Qué se frabricaría aquí…?

    Sentí un sabor amargo al escuchar la pregunta de Steve… porque, siendo esta la guarida de los Gamma, probablemente se fabricasen armas. Armas como la terrible máquina que destruyó el mundo. Esta zona parecía ser la zona donde los líderes del equipo, los científicos y comandantes en general, se reunían y donde controlaban todo lo que sucedía en la fábrica. Las pantallas enormes de la plataforma donde nos encontrábamos, sobre las paredes de cristal, mostraban imágenes de varios puntos clave de la fábrica, como si estuviesen pensadas precisamente para mantener un control.

    Miré entonces a ambos lados.

    —¿Huh? ¿Y Emily?

    Dante se alarmó también al ver que faltaba la Super Modelo, y ambos buscamos desesperadamente encontrarla con la mirada.

    —¡Está allí, en el puente! —señaló Steve. Era cierto: Emily había cruzado la puerta que había al otro lado de la plataforma y ahora estaba sobre aquel gran “puente” de acero que recorría la fábrica desde lo más alto, inmóvil y de pie sobre el mismo, a pocos pasos de la puerta.

    Dante y yo corrimos raudos a comprobar qué le sucedía y, al abrir la puerta, el primero no tardó en acercarse a ella.

    —Ya está, ya está… tranquila —le dijo, tomándola de cintura—. ¿Por qué has venido sola, con el vértigo que tienes? —el tono delicado con el que Dante le hablaba a Em… wow. Creo que ni siquiera podía llegar a imaginar que fuese capaz de hablar de forma tan, hum… ¿amorosa, supongo?

    Em, en cualquier caso, temblaba, asustada por la gran altura a la que se encontraba. Y es que, al mirar al lado, pude ver que solo una barandilla nos separaba de una enorme caída. Bajo nosotros, las distintas máquinas y cintas transportadoras se dispersaban en uno y otro sentido, estando en uno y otro lado.

    —¡O-Os estaba llamando! —sollozó Em—. Llevo un rato pidiendo ayuda, y nadie venía.

    —¿Pidiendo ayuda? —dijo Dante, mientras la ayudaba a caminar hacia delante, sosteniéndola por la cintura—. Lo siento... no te he oído, la verdad. No he escuchado nada.

    —Vaya, ¡pues estaba hablando bien fuerte!

    —Gritando, querrás decir, ¿no? —se burló ligeramente Dante.

    Sentí como si, al estar allí, caminando tras ellos por ese puente, sobrase un poco. Como si estuviese, de algún modo, molestando. Y fue la mano en el hombro la que me hizo reaccionar y despertar de mi trance.

    —Drake, ¿estás bien? —me dijo Steve, sonriente—. Te has quedado embobado, tío.

    —Oh, sí. E-estoy bien —dije, tartamudeando. Me di cuenta de que Mimi y Hubert también estaban detrás, y que me había quedado inmóvil por un tiempo, obstruyendo el avance por aquel puente—. ¡Oh, perdón, en seguida me muevo!

    Y seguí caminando, escuchando detrás de mí la risilla de Steve, que probablemente ya se había formado una idea acerca de qué era lo que me había sucedido.

    Y, al fin, llegamos al otro lado del puente, que resultó ser una sala hartamente similar a la anterior, también con paredes del mismo tipo de cristal… pero, en esta sala, había dos diferencias fundamentales: la primera era la presencia de una enorme (y quiero decir que era realmente enorme) máquina con decenas de botones y palancas de todo tipo, la mayoría etiquetadas con distintos rótulos: “línea 1”, “línea 2”, “línea de montaje”, “línea de desechos”, en fin, varios grupos de botones y palancas aparentemente vinculados a distintas “líneas”.

    —Probablemente se trate de la sala de control de las máquinas —dedujo Hubert—. Cada sección debe de servir para controlar una serie de cintas y máquinas que sirvan para una determinada función. Y parece funcionar, de hecho —cuando Hubert se acercó a la máquina y tiró de una palanca, vi de reojo cómo algo se ponía en movimiento al otro lado del cristal: era cierto, una de las cintas transportadoras se estaba moviendo; por lo que aquella fábrica aún funcionaba, pese a que no había, aparentmente, nada que construir—. En efecto, funciona —observó, devolviendo la palanca a su posición original rápidamente, haciendo que todo volviese a la normalidad.

    —Eh, ¡mirad! —llamó entonces la atención Mimi—. Aquí hay otra puerta —acababa de abrir una pequeña puerta algo camuflada entre las paredes de cristal, que desembocaba en grandes escaleras. Todos nos aproximamos a ver qué podríamos encontrar allí.

    —Huh, parece que estas escaleras sirven para bajar hasta la parte inferior de la fábrica… y también hay accesos a mitad de camino para alcanzar las cintas transportadoras —observé.

    —Seguramente sea para poder descender y arreglar cualquier tipo de problema que surja en las máquinas —intuyó el Ajedrecista—. Debe existir algo así para solucionar fallos de las máquinas, después de todo.

    Chasqueé la lengua, dando media vuelta. Aquel lugar era inmenso, demasiado grande como para detenerse a investigarlo por completo. Y, probablemente, no hubiese ninguna salida ni nada por el estilo… pero, con todo, merecería la pena regresar en otro momento a investigar. Con ello en mente, volví a entrar en la sala, y casi me caigo de espaldas al encontrarme con una… “esponjosa” sorpresa al regresar.

    —¡Uaaaah! —Monokuma estaba frente a mí, y comenzó a reír al verme llegar—. ¿M-Monokuma? ¿No te había poseído Reversekuma?

    —Upupupu… —los demás también terminaron regresando rápidamente, y se sorprendieron al ver al oso allí mismo. Pero más aún fue la sorpresa de la mayoría cuando vimos a Ian aparecer desde la parte del puente—. ¿Reverse-quién?

    —Vaya, parece que hay fiesta aquí, ¿eh? —comentó, irónico, el Estratega—. ¿Me he perdido algo interesante?

    Monokuma dio un saltito de alegría.

    —¡Bueno, bueno! Veo que todos habéis venido a mi hermosa fábrica, ¿huh? ¡Pues es excelente, porque justo quería yo enseñaros una cosa, y este es el lugar perfecto para ello!

    —¡Ya no queremos más motivos, Monokuma! —espetó Mimi, señalándolo con un dedo, furiosa—. ¡Se acabaron tus mierdas, se acabaron tus manipulaciones!

    —¡Eso! —gritó Emily—. ¡No volvermos a dejarnos vencer por ti!

    Monokuma hizo un amago de vómito, cubriéndose tras ello la boca con su patita.

    —¡Puaj! Tanta esperanza me da asco… y es por eso que os quiero enseñar algo. Este no es el motivo, realmente, pero… he visto ese espectáculo vuestro tan lamentable en el comedor —¿espectáculo lamentable? ¿S-Se refería al momento en que Em nos ha animado a todos? —, y he decidido actuar para quitaros todo ese rollo de “viva la amistad” de un plumazo. ¡Así que… ta-dah! ¡Observad esta hermosa grabación desesperanzadoramente desesperanzadora de lo que sucedió poco antes de que despertaseis en la Academia, estudiantes!

    De un saltito, Monokuma pulsó un botón en la enorme máquina, y el único monitor que seguía apagado se encendió, mostrando entonces una grotesca imagen: varias personas con batas blancas se encontraban sobre una de las cintas transportadoras, atadas a sillas e incapaces de moverse en absoluto. Había una de ellas, una mujer, que parecía estar mirando hacia arriba, gritando algo, desesperada; no obstante, el video no tenía audio, así que fue imposible entender lo que estaba diciendo.

    La imagen cambió entonces a la siguiente sección de la cinta, y poco a poco, las personas que estaban atadas comenzaron a aparecer en pantalla conforme avanzaban. Así, la imagen cambió un par de veces más para seguir su avance… hasta que, en la última parte del video, se pudo ver claramente cómo el final de aquella cinta transportadora era una enorme trituradora con afilados dientes de acero que trocearían cualquier cosa que cayese en sus fauces.

    —Oh, no. No, no, no, ¡dios, no! —Emily hundió su rostro en el pecho de Dante, que, en silencio, observaba, como los demás, la pantalla con rostro atónito.

    Las personas con batas blancas comenzaron a caer una a una dentro de la trituradora. La sangre salpicaba todo con agresividad conforme los iba troceando, uno a uno.

    —¡E-Es horrible! —gritó Mimi, que tuvo que apartar la mirada.

    ¿Quiénes eran ellos? ¿Y qué les pasó? ¿Cómo podía haber alguien tan cruel como para hacer algo así...? Aquellas imágenes fueron demasiado crueles. Demasiado duras. Y, lo más cruel de todo, lo más perturbador… era que, mientras las veíamos, mientras nuestros rostros se volvían a llenar de esa amarga desesperación, el oso solo reía.

    —Upupupu…

    Estudiantes: 7
    - Drake Orestes – Super Policía (VIVO)
    Objeto: Pistola
    Datos obtenidos: nuestro protagonista, y el proclamado Super Policía. En realidad, es un chico bastante despistado y olvidadizo que, según dice, logró ser policía de prestigio simplemente por tener suerte. Aun así, la experiencia como investigador es algo que ha adquirido, y, aunque no tenga demasiada atención por según qué detalles y no se le dé del todo bien memorizar nombres, intente hacer honor a su talento.
    Drake tuvo una vez un mentor y gran amigo, que le enseñó todo lo que sabe como policía. Algo sucedió, y dicho amigo terminó muriendo prematuramente. Este hecho motivó que fuese Drake el que acabase siendo considerado el Super Policía; y tal vez es por ello que nuestro protagonista no siente que le corresponda ese talento: porque cree que debería ser su mentor el verdadero Ultimate.
    Acción prohibida: entrar en una sala vacía.
    Video en iKuma: Alpha Xenodis


    - Steve Stone – Super Suertudo (VIVO)
    Objeto: Revista Ultimates.
    Acción prohibida: Sonreír
    Video en iKuma: Emily Hodges


    - Ian Lockhart – Super Estratega (VIVO)
    Objeto: Game Boy
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: parece ser que Ian remonta sus dotes de estratega y su sangre fría y dotes de manipulación desde su más tierna infancia. Con solo cinco años, logró salvar a un amigo de los acosos continuos de dos niños abusones utilizando dos pelotas para confundirlos y enfrentarlos entre ellos, solo para luego dirigir toda su ira contra otro compañero de clase que no era más que mera competencia para el joven Ian. De esta historia se deduce que Ian tenía un buen amigo al que fue capaz de proteger, además de que, por lo que parece ser, su familia debía manejar grandes cantidades de dinero.
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Chad Redflame


    - Alpha Xenodis – Super Deportista (MUERTO)
    Objeto: Bate de béisbol
    Acción prohibida: decir la verdad
    Video en iKuma: Steve Stone


    - Ukitashi – Super Comilón (MUERTO)
    Objeto: Sándwiches

    - Talía Wells – Super Estrella Infantil (MUERTA)
    Objeto: Teddy el oso

    - Hubert Maddsson – SuperAjedrecista (VIVO)
    Objeto: tablero portátil
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: ganador de múltiples torneos de ajedrez, Hubert nunca ha perdido una partida. Dedica mucho tiempo a practicar, y es conocido por sus increíbles capacidades lógicas y deductivas. Afirma que tiene la capacidad y la costumbre de pensar como si tuviese dos cerebros; esta práctica le ayuda a entrenar su mente y a desarrollar una enorme capacidad para colocarse en la posición de otros y usar su lógica como si fuese la suya propia.
    Antes de ser ajedrecista, de hecho, Hubert fue detective, pero no se conocen más datos a este respecto.
    Acción prohibida: subir a la segunda planta
    Video en iKuma: Mimiko Honda


    - Effy Joy – Super Terrorista (MUERTA)
    Objeto: cloroformo
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Al parecer, Effy, fue antes de perder la memoria, Gamma, líder del equipo homólogo. No obstante, asegura que recuerda que, en un principio, trató de avanzar en la política por medios comunes. Sin embargo, llegados a un punto, comenzaron a actuar, ella y sus seguidores, obrando secuestros, robos, y demás actos criminales. Fue eso lo que, como líder del grupo, acabó resultando en su título de "Terrorista".
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Ian Lockhart


    - Lucas Diamond – Super Botánico (MUERTO)
    Objeto: Plantix2000
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Lucas desprecia las ciudades por considerar que su construcción implicanecesariamente la muerte de muchas plantas, a las que considera amigas. Aun así, vive en un laboratorio en medio de una jungla, en solitario, y parecía no ser consciente de que su construcción ensí, probablemente, haya supuesto ya la muerte de muchos animales. Ha creado el Plantix2000 él solo, unamáquina que permite "comunicarse" con las plantas: analizarlas, saber sus necesidades, etc.
    Acción prohibida: que comience una investigación sin ser el culpable.

    - Liza White – Super Criadora (MUERTA)
    Objeto: Nutria
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: criada en un zoo, donde vivía con sus padres, cuidadores de éste, Liza pronto sehizo amiga de los animales y comenzó a amarlos, a todos y a cada uno de ellos, incluidos los insectos y otros bichos que puedan ser considerados asquerosos por la mayoría de la gente. Un buen día,Liza liberó a todos los animales simplemente porque quería que fuesen libres. Para ella, los animales son equivalentes a los humanos, y deberían de ser tratados prácticamente en igualdad decondiciones.
    Acción prohibida: mojarse.

    - Emily Hodges – Super Modelo (VIVA)
    Objeto: Kit de maquillaje
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Emily nunca quiso ser modelo, sino actriz. Participó en castings para actuar en obras de teatro, y fue seleccionada, pero tuvo una mala experiencia que cambió su vida: al llegar la hora de la verdad, se quedó inmóvil, completamente en blanco e incapaz de representar su papel. Desde entonces, el miedo escénico y la mala fama que le generó en el mundo de la actuación el evento del teatro la ha perseguido siempre, pero afirma que jamás perderá la esperanza, y tiene intenciones de volver a intentarlo y a superar los miedos que la atormentaban.
    Acción prohibida: quedarse sola
    Video en iKuma: Hubert Madsson


    - Dante Miles – Super ¿? (VIVO)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 2/3
    Datos obtenidos: Dante no recuerda prácticamente nada sobre su pasado. Sabe que tenía amigos, pero no los recuerda; sabe que sucedió un evento importante en su vida, pero no recuerda qué fue; ni siquiera recuerda su talento ni cómo se dio cuenta de que lo tenía. Insiste en que, tal vez, no tenga ningún talento, para empezar. Lo único que recordaba con claridad al despertar era que amaba a Emily, y ese sentimiento parecía ser correspondido por ella.
    Dante se crio en un orfanato, y nunca tuvo ningún familiar ni seres queridos. Tuvo que buscarse la vida al llegar a la mayoría de edad, llegando a pulular por las calles buscando un sustento. Y, al parecer, alguien le encontró, y ahí cambió todo... pero se desconoce qué sucedió.
    Acción prohibida: cruzarse con alguien.
    Video en iKuma: ???


    - Chad Redflame – Super Dibujante (MUERTO)
    Objeto: Pincel y pinturas
    Acción prohibida: ingerir alimentos.
    Video en iKuma: Elisa Daroch


    - Brendan Ruby – Super Periodista (MUERTO)
    Objeto: Cuaderno y bolígrafo
    Video en iKuma: ???
    Acción prohibida: no responder a una pregunta.


    - Elisa Daroch – Super Médium (MUERTA)
    Objeto: Cartas de tarot
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Elisa nació tras siete meses de embarazo, después de que los médicos afirmasen que había muerto. Cuando fueron a extraer el cuerpo aparentemente inerte del vientre de su madre, comenzó a mostrar repentinamente signos vitales, "regresando" de entre los muertos, de alguna forma. Elisa afirma que es este el motivo por el que puede comunicarse con los difuntos, y está plenamente convencida de que sus poderes son reales; para ella, es todo un reto mostrar la veracidad de sus técnicas a los más escépticos, y toda una satisfacción observar sus rostros cargados de sorpresa.
    Acción prohibida: cerrar los ojos por más de dos minutos
    Video en iKuma: ???


    - Mimiko Honda – Super Millonaria (VIVA)
    Objeto: Teléfono móvil
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: los Honda son la familia más rica del mundo, dueños de múltiples empresas y todo tipo de negocios que les hacen, en resumen, tremendamente influyentes y con capacidad para controlar muchísimos sectores de la sociedad. Sin embargo, Mimi no era la heredera original de toda esta fortuna; tiene un hermano mayor, verdadero heredero por derecho, que decidió renunciar a los derechos que, como Honda, le corresponderían. Al renunciar a su apellido y a la herencia, Mimi se convirtió en la Super Millonaria.
    El hermano de Mimi, de hecho, nunca quiso ser millonario, porque la gente lo quería solo por su dinero y no por su personalidad. Nunca tuvo una buena relación con su padre, pero todo terminó cuando decidió casarse y adoptar el apellido de su pareja. Al parecer, todo apunta a que el hermano de Mimi se casó con otro hombre.
    Si bien el señor Honda aceptaba la relación de su hijo, detestó el hecho de que renunciase a su apellido, y eso supuso el cierre de su relación para siempre. No obstante, Mimi asegura que su hermano, que es un artista sin ningún tipo de talento, gana grandes cantidades de dinero vendiendo sus obras siempre a compradores anónimos... salta a la vista que, en el fondo, el padre de Mimi nunca dejó de querer a su hijo, y sigue cuidándolo, a su manera, por mucho que su orgullo no le deje admitirlo.
    Acción prohibida: insultar
    Video en iKuma: Drake
    Reglas vigentes:

    >> Regla 1: durante el día, los alumnos podrán recorrer la Academia a su antojo, con escasas restricciones. En la noche, el acceso a determinados lugares quedará restringido.

    >> Regla 2: a las 8:00 AM sonará el anuncio escolar que dará comienzo al día oficialmente, y a las 10:00 PM sonará el anuncio escolar que dará paso al tiempo nocturno. No existen restricciones de sueño, cada alumno es libre de dormir o no dormir como lo estime conveniente.

    >> Regla 3: el Director de la academia y el resto de profesores no podrá interferir directamente con los alumnos; no podrá dañarlosfísicamente o interferir en el desarrollo normal de sus actividades.

    >> Regla 4: los alumnos deberánasistir a las clases que el Director o profesores impongan de forma estrictamente puntual. Se permitirá un retraso máximo de 20 minutos, a partir del cual se considerará esta regla como incumplida.

    >> Regla 5: en caso de incumplimiento de una regla, las ametralladoras ejecutarán al infractor de la regla.

    >> Regla 6: únicamente quienes se gradúen podrán salir de la Academia. Quienes se gradúen no podrán volver a entrar, tendrán que dedicar su vida a cumplir con sus obligaciones como graduado o graduada en el exterior. El método de graduación se definirá en posteriores reglas.

    >> Regla 7: el desconocimiento de una regla no exime de sucumplimiento. El respeto a las reglas será estricto y deberá ser mantenidoen todo caso, sin excepciones.

    >> Regla 8: el Director o los profesores pueden dar órdenes siempre dentro de los límites establecidos. Si no se cumple una orden válida, las ametralladoras dispararán al rebelde.

    >> Regla 9: los objetos personalespueden ser robados en cualquier momento por otro alumno, pero ningún alumno, bajo ningún concepto, podrá tener en su poder más de dos objetos personales.

    >> Regla 10: el Director podrá añadir nuevas reglas conforme estime conveniente, sin alterar reglas yaexistentes.

    >> Regla 11: cuando un asesinato suceda, comenzará la investigación. Durante la investigación, cualquier sala de la Academia que hubieseestado disponible antes del crimen, independientemente de la hora, será abierta para facilitar la misma. Pasado el tiempo que el Director olos profesores consideren oportuno, la investigación finalizará y comenzará una clase de juicio.

    >> Regla 12: en la clase de juicio, todos votarán a un culpable. Siresulta ser el verdadero asesino, será ejecutado; si resulta no ser el verdadero asesino, todos salvo este serán ejecutados, y el asesino podrá graduarse.

    >> Regla 13: los brazaletes de la muerte, una vez colocados en lasmuñecas de los alumnos, no podrán ser retirados, y causarán la muerte de cualquier alumno que incumpla la acción prohibida en ellos descrita. La acción prohibida puede ser secreta o no, a juicio del alumno.

    >> Regla 14: si algún alumno lograse retirar un brazalete de la muerte de alguna forma, estaría incumpliendo una regla, por lo que sería castigado por las ametralladoras.

    >> Regla 15: una muerte de un alumno por culpa del veneno de los brazaletes daría inicio a una clase del juicio. Si fue otro alumno el que provocó que la víctima llevase a cabo la acción prohibida, conociese o no el contenido de su acción prohibida, sería considerado el culpable de asesinato. En caso de que la víctima muriese por su propia negligencia, se consideraría suicidio, por lo que en la clase de juicio habría que votar por la propia víctima para resultar victoriosos.

    >> Regla 16: las acciones prohibidas deben ser interpretadas de forma estrictamente literal.

    >> Regla 17: se dará el anuncio de descubrimiento del cadáver cuando tres o más personas encuentren a un estudiante muerto.

    >> Regla 18: de acuerdo con las reglas anteriores, se considerará culpable a efectos de una clase de juicio a todo aquel que provoque la muerte directa de otro. En caso de venenos, trampas y otro tipo de muertes indirectas, será considerado el culpable el que haya colocado el veneno, preparado la trampa o programado la vía que provoque la muerte del tercero, independientemente de que otras personas participen en el acto de otras formas.

    >> Regla 19: solo una persona puede ser considerada culpable de un asesinato. En caso de empate en votación en una clase de juicio entre dos alumnos, se considerará acertada la elección si uno de los dos es el culpable, y solo esa persona será ejecutada. No caben empates entre más de dos personas.

    >> Regla 20: si dos cadáveres son encontrados para una misma investigación, en la clase de juicio, solo se considerará "culpable" al asesino del primero, por lo que los votos habrán de dirigirse a dicho asesino. El otro asesino será tratado como un alumno más, de modo que su asesinato no contará para el juego como tal.
     
    Última edición: 6 Febrero 2018
    • Fangirl Fangirl x 5
  16.  
    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

    Piscis
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    Aaaaaaaaa ver.

    Supongo que la primera escena es de antes del juicio, ¿verdad? Lo que confirma aun más lo de que la mente maestra sabía lo de las personalidades del chico y ahora sabemos también que hay, al menos, dos personas de los ultimates que están detrás de eso... ¿no? En fin, no soy muy buena adivinando las mentes maestras y todo eso así que esperaré al capítulo final para saber (?)

    Y ahora, ¡AAAAAAW! Emily, Emily, que te como mi niña. Que ternura, eso es muy ella. Ya de por sí en el rol cuando sucede algo con los Gamma intenta ser la que da ánimo al resto, al menos ayudarles en el plano psicológico, y era de esperar que en el fic pasase lo mismo. Es ese personaje que sufre mucho pero que no quiere ver a sus amigos sufrir también así que hace lo posible por animarles, y la escena me ha conmovido mucho. Todos son buena gente, incluso Ian, y no merecen estar tristes y deben superar la desesperación. Y la escena de Emily dándole un beso a Dante y éste siendo así bien daddy, los amo. ¡Ah! Ian sorprendiéndose porque lo inviten ha sido lo más cute que he leído en el día, istg, Emily es demasiado buena.

    La investigación, pues nada, genial. La sala de reuniones y una fábrica, supongo que el asesinato (o el suicidio, o el asesinato que parece suicidio o suicidio que parezca asesinato(?) sucederá en las máquinas y será complejo asf (ahora que lo pienso, los dos quintos casos que he visto en juegos tienen que ver con fábricas ahre). Supongo que está insonorizada o algo así, ya que los chicos no han oído los gritos de Emily, y será importante para el caso. Also, la escena de Dante siendo boyfriend material con Emily, im crying. Pobre Drake, su corazoncito sufre (Steve podría consolarlo, just sayin) pero a la vez mi otp suprema. No sé, son tiernos, no puedo evitarlo, los amo.

    Y el vídeo es lo que ya nos presentaste al principio de uno capítulo, ¿cierto? Así que supongo que en el siguiente lograremos entender un poco más del pasado de los chicos y demás, porque supongo que Monokuma lo explicará para que caigan en la desesperación y así.

    Mi voto para el free time event es Dante, para así cerrar su arco también antes del gran final <3
     
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  17.  
    Lelouch

    Lelouch Rey del colmillo

    Aries
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    Wow, creia que uno de los dos que salía hablando en el principio era Brendan, pero veo que me he equivocado xD Me surgió la idea de que Ian y su amigo de la infancia eran los malos (??) Peeeeero por el momento creo que no es así. Tal vez el amigo es Dante (?)
    Estoy deacuerdo con Gabi en que lo más probable es que esté insonorizada y que el asesinato se cometa allí.
    Sigo con la idea que te comenté antes, y que supe le contaste a Pablo >:(

    ¿Quién será la nueva víctima? Tristemente, si Ian no es la mente maestra, tiene las papeletas para palamarla :( O Hubert.
    ¿Y qué es lo que les dirá Monokuma? Probablemente les cuente lo de Gamma, lo que cause separación con Hubert y Steve si el resto llega a comentar que ya lo sabían... lo que da aun más papeletas para que hubert la palme :{

    Así que, por eso mismo, Voto por Hubert :D
     
    Última edición: 7 Febrero 2018
    • Fangirl Fangirl x 2
  18.  
    Hygge

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    A ver, a ver, a veeer, por dónde empiezo. Wow. La verdad es que no dejaba de decirle a Pablo que si Brendan seguía aún vivo a estas alturas era porque estaba involucrado directamente con algunos de los casos restantes, pues se me hacía muy similar al prototipo de personaje que es el asesino del cuarto caso del v3. Así que cuando se dio pie a que él era el asesino no me sorprendió taaanto como otras veces, pero eso sí, brillante la idea de meter al trío de spammeros de esa forma, omg xDD Me encantó. Siempre mola descubrir qué tan chalados están los personajes en verdad, y Brendan y su represión a lo largo de la historia decían mucho (?

    Y al igual que el cuarto caso del v3, auch. No se lo merecían, ninguno de los dos, pero al menos Brendan ya pudo descansar en paz. Sin necesidad de ocultar quien verdaderamente es, debió sufrir mucho el pobre. Y dios, Ian, típico personaje con el que siento amor y odio a la vez xDD Eso sí, juego da un montón, prácticamente es el titiritero en los casos. Lo sabe todo, controla todo a su antojo y guía al resto a donde él quiere.

    Y qué decir de la muerte de Effy, me dio muchísima lástima en serio. Y ese casi guiño a Mirai-hen y la muerte de ya sabes quién :c Sobre todo ese personaje, ay. Demasiados feels.

    Y pobre Hubert, too. A diferencia de Juanjo, no siento que él vaya a morir. Creo que es el prototipo de personaje al que se le muere alguien cercano y supone un cambio importante en su personalidad y desarrollo, y acaba sobreviviendo. No voy a citar ejemplos por el spoiler pero todos tenemos en mente a alguno de cualquier juego :c Podría ser Mimi también but... Nope.

    Ahora bieen, se ve venir que en efecto será el crimen en ese lugar que exploraron, y que probablemente el lugar insonorizado juegue un papel tipo el cuarto caso del segundo juego, en la casa esta de atracciones y sus salas (? Así que mola, mola, a esperar a ver qué tal. Estoy muy segura de que morirá Ian, pero como víctima no tanto. ¿Steve, maybe? :c La muerte del personaje así buenino siempre ocurre en el quinto so :( Ojalá que no, me gusta mucho.

    Y siendo así, votaré por Steve, obvio <3
     
    • Adorable Adorable x 1
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  19.  
    Nami Roronoa

    Nami Roronoa The Gif Queen Game Master

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    Omg, bueno... llevo un buen tiempo intentando recomponerme tras leerlo todo, pero los feels son demasiado fuertes :O (?

    Primero que nada, no sabes la alegría que fue volver de las vacaciones y ver que este hermoso fic había sido actualizado. Y hoy, por fin, he logrado ponerme al día... agh, ¡que intenso fue el Capitulo 4! Realmente todos los capitulos 4 lo son, pues en todos los juegos en ese capitulo siempre ha muerto alguno de mis personajes favoritos, y en este fic eso también se ha aplicado...

    ¡EFFY! My poor baby T.T Ojalá hubiese podido leer más free-time events de ella, pues me ha fascinado como la has caracterizado en esta historia. La líder de los Gamma, la Súper Terrorista que se enmascaró como Súper Política... realmente ha sido genial en este fic. Y eso que yo pensé que moriría bastante más temprano (y probablemente como asesina en lugar de víctima), en eso al menos me alegra haber estado equivocada. Aunque seamos realistas, en el momento en que Effy le dice a Drake "mañana si no muero anunciaré a los traidores" o "si muero es que me mataron los traidores"... like please, ahí ya sabía que ella iba a morir xD

    Creo que el caso de la muerte de Effy estuvo muy interesante, aunque se sintió un poco más... digamos, "simple" que el caso anterior. Bueno, en realidad no es que este caso sea simple en si mismo, es que el caso de Chad/Alpha fue más complejo en comparación. ¡Pero eso no es necesariamente algo malo! Me ha gustado mucho, desde la referencia a la muerte de Chisa hasta el juicio en si mismo. Y el juicio... madre mía, ¡no me esperaba lo del cambio de personalidad de Brendan! Bueno, en todo juego de Danganronpa siempre hay un personaje con personalidad múltiple, este no podía ser la excepción xD

    Excelente manera de incluír a Rojo, Yair y Mitsuki en el rol, creo yo xD Me ha gustado mucho los sentimientos que escogiste para cada uno, creo que se adecúan muy bien. Y la ejecución de Brendan... ha sido brutal. Me encanta. ¿Sabes? Cuando comenzó este fic, yo ya estaba segura de que si Effy moría, su víctima/asesino serían o Brendan o Hubert... al menos en eso acerté, pero eso no lo hace menos triste (?). El recuerdo de la escena final entre Brendan y Effy estuvo a punto de hacerme llorar, hombre, mi pobre niña sacrificándose T.T

    Y ahora se viene el Capitulo 5, uff... en el quinto capitulo se vale todo, así que creo que aquí será donde Ian morirá. Y la otra muerte... inicialmente creí que sería Dante o Hubert, aunque en este capitulo la actitud positiva de Emily, que intenta animar a todo el grupo y mantenerlo unido, me recordó a cierto personaje de V3... que murió en el capitulo 5. Así que puede que sea ella también. Supongo que también puede ser Mimi, pero estoy rezando porque no; sé que aquí todo el mundo le va al Drake/Emily, pero yo admito que estoy disfrutando el Drake/Mimi muchísimo más. La escena en que le muestra su video a Drake está muy bien escrita y fue una de mis favoritas de todo el fic, he de decir.

    Ah, por cierto, el video de Drake me ha dejado pensando... ¿quién será la dueña de aquellos ojos rosados? Tau no puede ser, pues ella tiene ojos rojos, de eso no hay duda. Hmm... supongo que habrá que esperar para ver. Mi teoría principal ahora mismo es que Steve es la mente maestra, estoy casi segura de ello, pero no tengo la más mínima idea de quién puede ser su secuaz... ¿habrá una persona número 17? ¿O hay otro traidor más entre los estudiantes? ¡No puedo esperar a ver cómo prosigue esto!

    Bueno, ¿qué más decir? La historia ha estado tan impecablemente redactada como siempre, realmente al leer se siente que uno esta en otro de los magníficos juego de DR... ¡esperaré la continuación con ansias!
    Nami.
     
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    Capítulo 5: El Precio de una Vida

    Vida Diaria, Parte 2


    Cuando Monokuma nos mostró aquellas imágenes, intentó hacernos caer en la desesperación: él mismo optó por revelar, acto seguido, que todos nosotros éramos Gamma, que provocamos la destrucción del mundo… habló de Galeia, habló del Proyecto Omega, de todo. De todo lo que solo Hubert y Steve desconocían, puesto que Dante nos lo contó al resto, eso sí, a espaldas de la mente maestra. Algo se revolvió en sus estómagos cuando conocieron la noticia, y pude verlo en sus caras. Pero lo que ninguno de nosotros sabía era lo que Monokuma dijo a continuación:

    —Esas personas que habéis visto morir formaban parte del “Consejo de Estudios” de esta Academia… los dirigentes de la misma, upupupupu… bueno, todos menos Effy Joy, lideresa y, además, una “alumna” al mismo tiempo. Y, ¿sabéis por qué les pasó eso? —chocó en ese momento sus dos patitas entre sí, al tiempo que su ojo rojo brillaba con malicia—. Que yo y mi hermano los matamos a todos tal y como veis, upupupu. Los matamos, y luego nos hicimos con el control de la Academia. Os encerramos a los quince en la Academia, mientras lo controlábamos todo. Os borramos los recuerdos y…

    Hubert alzó entonces una ceja. Él también lo había notado, ¿eh?

    —¿A los quince? —inquirió, mano en el mentón. El oso reaccionó de forma exageradamente teatral.

    Así que entraba en sus planes revelar aquello, ¿eh?

    —¡O-O-Oh, ¿he dicho quince?! U-Uh… n-no es como si la mente maestra que nos controla a mi hermano y a mí fuese uno de vosotros, eh, q-qué va, yo… u-upupu… ¿pu? —Monokuma dibujaba pequeños circulitos en el suelo con un pie.

    Y fue Dante el que, con mirada extrañada, seguía mirando las imágenes de las muertes de aquellos científicos, que se repetían en bucle. Con el ceño fruncido, susurró:

    —Esa… mujer… —estaba mirando a la única persona que parecía consciente, la única mujer que hablaba a la cámara, diciendo algo que no podíamos entender por falta de audio. Los ojos de Dante lucían tremendamente preocupados al mirarla—. Esa mirada…

    —¿Huh? —Monokuma, curioso, se acercó al monitor que mostraba las imágenes—. ¡Ah, sí, sí, sí! ¡Tau! Huh —se encogió de hombros—. Ella era muy especial, ¡mucho, mucho! Era la hija mayor del Profesor Abeto, creador del Proyecto Original y diseñador de tooooodo este lugar… y, por ende, su Director original, quien diseñó toda su estructura y sus sistemas de seguridad para manteneros a salvo. Pero el pobre Abeto terminó siendo capturado y castigado por sus crímenes, ¡oh, qué lástima! Fue entonces cuando Tau, quien debería tomar el mando, cedió la responsabilidad de Director a Effy Joy, quien os capitaneaba a vosotros, los Ultimates. ¡No en vano érais la fuerza élite de los Gamma, upupupu! Pero ella, Tau, permaneció en la dirección de los Gamma, como una figura importante, y gran consejera. ¡Se podría decir que ella era la esperanza que os mantenía unidos, dentro de vuestra espiral de desesperación, claro! ¡Upupupu~!

    Miré a Dante. Aquellas palabras le habían hecho reflexionar, por algún motivo. Tenía los ojos desencajados, incluso diría que temblorosos.

    —L-La esperanza dentro de la desesperación… —susurró, reflexivo.

    —¡Bueno, ¿qué os ha parecido mi motivo?! —exclamó Monokuma, sonrojado.

    —¿Motivo? —preguntó Mimi—. ¿Se suponque que esto era tu motivo?

    —¡Upupupu! —rio el oso, siniestro—. ¡Síp! ¡Haceros recordar a vuestros antiguos compañeros y jefes! ¡Revelaros la verdad sobre vuestras identidades! ¡Mostraros lo que hasta ahora desconocíais! ¡Ese es mi motivo, el motivo para hundiros en la desesperación!

    Nos miramos por un momento, silenciosos.

    —Sin duda es duro saber que por nuestra culpa el mundo está destrozado… y que solo una porción del mundo ahí fuera está a salvo, pero —Steve frunció el ceño, en gesto decidido—, ¡eso no es suficiente para hacer que nos matemos entre nosotros, ni mucho menos! ¿Verdad que no, chicos?

    Asentí, sonriente.

    —Claro que no lo es —espetó Mimi, con mirada ególatra dirigida hacia Monokuma—. Vas a tener que esforzarte mucho más, maldito oso de felpa.

    —¡E-Eeeek! —gimió Monokuma, dando un paso atrás—. ¿E-Entonces… mi querido motivo no es suficiente? ¿No sentís desesperación?

    Fue Emily la que, tras tomar aire, dijo:

    —Sin duda, ver esas imágenes no ha sido algo esperanzador, precisamente. Y saber que eran compañeros nuestros… lo hace aún peor. Pero todo eso no nos provocará desesperación, Monokuma. ¡Eso nos da esperanza! Esperanza para salir de aquí, derrotarte a ti y a quien esté detrás de todo esto, y poder ver con nuestros propios ojos lo que hemos causado al mundo, ¡y poder enmendar nuestros errores! ¿Verdad, chicos?

    Todos asentimos. Todos menos Dante, que parecía estar demasiado contrariado por algo para siquiera oír lo que Emily estaba diciendo. Observé, de reojo, cómo de pronto se alertaba, llevando su mano a la cintura, al lugar donde guardaba su iKuma. Su aparato había… ¿vibrado? Q-Qué extraño…

    —Por supuesto que no —la mirada de Hubert era algo severa, centrada no ya en el oso, sino en la cámara que había arriba, enfocándonos en todo momento—. No vamos a seguir con este juego. Ya te has cobrado la vida de muchos de nosotros, ¡y esto ha llegado a su fin! —Hubert apuntó con el dedo a la cámara—. Seas quien seas, te encontraré… y te haré pagar por lo que nos has hecho pasar, ¡a ti, a la persona que se esconde tras la cámara!

    —¡T-T-Toda la esperanza que desprendéis m-me asusta! —gimió Monokuma, agachado y con las patitas sobre su cabeza.

    De pronto, el oso movió una patita, solo para poder observar de reojo cómo Ian se movía hacia los controles de las máquinas, curioso. El Estratega analizó de cerca una de las pantallitas que tenía aquel gran armatoste… la cual, curiosamente, había comenzado a mostrar una especie de códigos numéricos.

    —Oh, qué interesante —comentó—. ¿Son estos los archivos de grabaciones de la cinta de la trituradora? Qué curioso, el número de archivos que pareces guardar es de… ocho. Hmm. Curioso número, ¿no crees, Monokuma?

    Fruncí el ceño. ¿Ocho videos? ¿Huh? De pronto, zarandeé la cabeza.

    —Bueno, el punto es que se acabó, Monokuma —espeté, dando un paso hasta colocarme junto a los demás—. Ninguno de nosotros está dispuesto a seguir esta espiral de asesinatos.

    Monokuma, tras un rato mirándonos a todos, agachó la cabeza, visiblemente apenado.

    —… ¿no? ¿No más asesinatos? ¿No más juegos? —susurró, en tono triste.

    Y, con lentitud, comenzó a alejarse, bajando las escaleras de la fábrica, ante la atenta mirada de todos… particularmente de Ian, que lo miraba reflexivo, como si tuviese algo en la cabeza.

    Tras la escena con el oso, poco a poco nos fuimos dispersando: Dante y Emily se fueron por su cuenta, y Steve y Mimi se alejaron también. Ian, mientras tanto, decidió curiosear por la fábrica, descendiendo las mismas escaleras que había descendido Monokuma tiempo atrás. Cuando lo hizo, Hubert quedó en la sala de control, de brazos cruzados, observando al Estratega desde lo alto. Y yo, curioso, decidí acercarme a él.

    —No te fías de él, ¿cierto?

    Hubert tenía el rostro cargado de un sentimiento extraño. Era una especie de mezcla entre duda, miedo, rabia y recelo. Sin dejar de enfocar sus ojos oscuros en Ian Lockhart, el Ajedrecista me respondió con tono suave, pero serio:

    —¿Acaso no es natural que desconfíe? Ha hecho cosas horribles. Y siempre actúa solo… siempre habla de diversión, considera esto como un “juego”. Manipula la verdad a su antojo, y está dispuesto a hacer cualquier cosa, sin pensar en los sentimientos de nadie —tras eso, susurró las últimas palabras—. No puedo fiarme de alguien así. No merece mi confianza.

    Tras mirar un rato a Hubert, mis ojos buscaron fijarse en Ian. El Estratega parecía estar ocupado revisando las distintas cintas con mimo, analizando las máquinas, revisándolo todo con sumo detalle.

    —Pues yo creo que, en el fondo, no es tan malo —terminé sentenciando, aunque ni yo mismo fui consciente de lo que decía hasta que ya lo había dicho—. Es decir… es cierto que muchas veces parece no tener ningún tipo de moral ni de conciencia, y es totalmente cierto que manipula a los demás a su antojo, pero… yo creo que todo lo hace por sobrevivir. Por ganar. Es un estratega, al fin y al cabo, ¿no? Creo que no es cuestión de ser peor o mejor persona, simplemente… esa es su forma de hacer las cosas. Es su forma de ayudar, incluso. Siempre que no seamos un obstáculo para su victoria, Ian no nos hará ningún daño. Y, si me permites aventurarme a suponer… —guardé silencio unos instantes, antes de seguir— yo creo que Ian busca siempre hacer el menor daño posible. Es solo que está acostumbrado a considerar los sentimientos de otros. Que no los tiene en cuenta, tal vez porque suprime los suyos propios.

    —Una persona que provocó el asesinato de Talía, y, por consiguiente, la muerte de Ukita… ¿cómo puede ser eso justificable? —le costaba entender a Hubert.

    Yo negué vehementemente con la cabeza.

    —No lo es. Los actos de Ian no son justificables, pero… todo lo hace para ganar, repito. Para ganar a la mente maestra, él necesitaba información. Para conseguir información, necesitaba que hiciese movimientos. Para que hiciese movimientos, necesitaba que sucediese un crimen… y por eso hizo lo que hizo —volví a enfocar mi mirada en Ian—. Si lo piensas, nunca, jamás, le ha hecho daño directo a nadie. Todo lo que Ian hace es manipular. Manipular con palabras. Usa su mente y su dialéctica como arma, y sí, llega a causar mucho daño, pero yo creo, y solo creo, que a él, en el fondo, también le duele hacer ese daño… pero lo considera necesario para ganar, ¿entiendes?

    —… lo siento, pero jamás podré perdonarle todo lo que ha hecho —susurró, finalmente, Hubert. En cierto modo, yo tampoco podría perdonarle nunca lo que hizo. Y creo que Ian tampoco busca nuestra lástima o nuestro perdón, pero… por algún motivo, sentía que no podía ser tan malo, solo eso. Era una especie de pálpito dentro de mí. Solo era diferente. Demasiado diferente—. Solo coincido contigo —siguió el Ajedrecista— en que tiene una mente extraordinaria; y por eso me apena que no decida colaborar con nosotros. Que siempre tenga que ir a su aire, y actúe solo, pisando a todos. Si cooperásemos…

    —… si cooperásemos, no podría nunca haber llegado a descubrir todo cuando ha descubierto —dije, en un murmuro—. Eso es lo que creo que piensa Ian. Que alguien debe hacer su papel, el papel de “antagonista”; que es necesario para que podamos obtener el mejor resultado posible en este… juego.

    —Ptché —chasqueó la lengua Hubert—. Como sea, Ian Lockhart no merece mi confianza. Me recuerda demasiado a aquel ladrón de mi época como detective.

    Y, al escuchar aquel comentario, recordé la conversación que tuve bastante tiempo atrás con el Ajedrecista… sobre su pasado como detective. Con curiosidad y algo de nerviosismo, alcé la voz un poco para preguntar:

    Free-time event: Hubert Madsson

    —Es verdad, casi olvido que fuiste detective, Hubert. ¿Tuviste que enfrentarte a un caso de un ladrón?

    El Ajedrecista frunció el ceño.

    —… de hecho, fue mi único caso. El caso de El Cuervo.

    Tragué saliva. El nombre me sonaba vagamente familiar. Mis recuerdos de mi trabajo como policía estaban algo difusos, por algún motivo, pero habría jurado que “El Cuervo” fue un caso que también en la Policía tuvimos que enfrentar.

    —Creo que recuerdo algo —susurré—. Si no me equivoco, nunca se le llegó a arrestar, ¿no? Ni siquiera se supo nunca cómo era su rostro.

    —… así es —Hubert fruncía el ceño de forma especialmente intensa. Como si hablar de aquello fuese duro para él—. Era un ladrón excepcional, que no dejaba pistas en ningún lugar, y que actuaba siempre de noche y robaba fundamentalmente joyas, motivo por el que se le empezó a conocer como “El Cuervo”.

    —¿Y se te encargó un caso tan importante a ti? —susurré, dubitativo.

    —Digamos que tenía motivos personales para querer encontrarle —afirmó, severo—. Y, de hecho, lo hice.

    Aquello hizo que mis ojos se abriesen como platos.

    —¿¡Qué!? ¿Dices que encontraste a El Cuervo? ¡P-Pero pensaba que nadie le había visto nunca!

    Hubert suspiró.

    —Pues yo sí lo vi, y le encontré. Fui el único capaz de hacerlo.

    —¿Y le detuviste? —sin darme cuenta, me había emocionado bastante. Comenzaba a admirar a Hubert más de lo que ya lo hacía al ir descubriendo esa faceta suya. ¡Nunca imaginé que fuese capaz de pillar al mismísimo Cuervo!

    Pero, cuando hice aquella pregunta, su rostro fue cambiando poco a poco, mezclándose en su expresión una especie de ira, tristeza y remordimiento.

    —… no le detuve. Él fue, de hecho, el motivo por el que dejé de ser detective.

    —¿Huh?

    —Se acabó por hoy —sentenció, dando media vuelta y dirigiéndose al puente, solo para cruzar al otro lado y alejarse.

    Hubert Madsson… ¿qué pasó con El Cuervo?

    El nivel de amistad con Hubert Madsson sube al nivel 2

    Finalmente, salí de allí, y crucé el puente con algo de incomodidad. Yo no era tampoco muy amigo de las alturas, pero no les tenía especial miedo. Con todo, sentí una sensación desagradable al caminar por allí arriba, y esa sensación se incrementó cuando miré hacia abajo, a las cintas transportadoras, y observé que Ian caminaba por una de ellas, examinándola de cerca. Ese tipo… lo que estaba claro es que era un fuera de serie. Sea para bien o para mal.


    Pasamos la tarde discutiendo acerca de nuestros próximos movimientos en la habitación de Chad, todos salvo Ian. Fue el propio Hubert el que decidió concertar la reunión, y Mimi propuso el lugar, revelándole a él y a Steve el secreto que guardaba Chad. Y fue allí donde nos pusimos al día a raíz de todo lo que Monokuma nos contó. Fue entonces cuando Hubert y Steve descubrieron que Dante aún recordaba muchas cosas, y que ya nos contó la verdad acerca del Equipo Gamma antes de que lo hiciese Monokuma.

    —V-Vaya —susurró Steve—. Entonces todo lo que dijo es cierto, ¿huh?

    —… he de reconocer que yo ya estaba enterado de la existencia del Equipo Gamma, pero no conocía los detalles —admitió Hubert—. Ni mucho menos podía imaginar que nosotros formásemos parte del mismo. Fue Effy la que me habló del tema, pero nunca quiso dar detalles.

    Hubert guardó silencio por un tiempo, y luego dedicó una mirada fugaz pero severa a Dante.

    —Sin embargo, creo que nos ocultas más cosas, ¿no es así?

    —… —el Ultimate misterioso no respondió. Solo apartó la mirada, especialmente nervioso. ¿Qué le sucedía?

    —D-Dante —susurró Emily, que le tomaba del brazo, cariñosa y especialmente cercana a él—. Puedes contarnos lo que sea. Podremos asumirlo, ¿vale? Ahora… ahora tenemos que estar juntos, todos.

    —… —Dante parecía estar debatiéndose profundamente consigo mismo. Tras un momento de reflexión, dijo—. Mis recuerdos están también borrosos, como los vuestros. Estoy bastante convencido de que la mente maestra nos borró la memoria a todos, incluido a mí, pero… creo que yo soy “especial” por un motivo muy simple… y es que parece ser que solo yo puedo ver algo que vosotros no veis. Que solo yo mantengo el recuerdo y la capacidad de entenderlo.

    —¿De qué… de qué hablas? —pregunté, curioso. En sus ojos había algo extraño… como si le doliese muchísimo tener esos recuerdos de los que hablaba. Como si a él también le hubiese gustado olvidarlos.

    —… no puedo decirlo. No sé qué efecto puede tener en vosotros recordar algo así —susurró Dante, tenso—. Por eso os lo oculto… porque creo que es mejor que sigáis sin recordarlo.

    —Dante, ¿por qué cargas con toda esa responsabilidad tú solo? —preguntó Steve, rostro preocupado.

    —… no lo sé —admitió—. No sé por qué tengo que ser yo el que recuerde. Solo sé una cosa, y es que quiero protegeros. Que debo protegeros. Y por eso —se levantó abruptamente, mano apoyada en su iKuma. Recordé entonces que había vibrado momentos antes… ¿por qué motivo? ¿Acaso Dante escondía algo en ese aparato? —, no quiero continuar esta conversación. De modo que, si me disculpáis, quiero estar solo.

    —No, Dante —Emily se levantó también, y eso causó un impacto tremendo en el moreno, que no esperaba esa reacción por su parte. Casi parecía como si, para él, que Emily le acompañase fuese una mala noticia. Como si anhelase estar solo—. Déjame estar contigo. Hablemos a solas… ¿sí?

    —… Em… —susurró.

    Pero no hubo nada más que decir; ambos terminaron saliendo del dormitorio de Chad, pese a que Dante Miles no estaba especialmente contento con la idea. Poco a poco, todos nos marchamos… siendo Steve y yo los únicos que quedamos atrás.

    —Las cosas han cambiado, ¿eh? —observó él, sonriente.

    —¿Huh? —pregunté, algo distraído. Aún tenía en mente la imagen del iKuma de Dante…—. ¿A qué te refieres?

    —No sé. Cuando llegamos aquí, al principio, todo era distinto. Cada uno hemos ido evolucionando a nuestra manera, ¿no? Bueno, al menos los demás lo habéis hecho… yo soy el único que sigue como siempre —se llevó la mano a la nuca, sonriendo de forma algo torpe—. Emily se ha hecho muy amiga nuestra, ha aprendido a sacar el coraje que lleva dentro y ha crecido mucho; ya no es tan asustadiza y cobarde como era al principio, ya no se la ve tímida, no se la ve insegura. Mimi, por su parte, ahora está mucho más involucrada con nosotros; ya no nos mira por encima del hombro, se ha integrado como una más, al margen de las posiciones sociales y de todas esas estupideces… luego está Hubert, que ha sustituido claramente a Effy como el líder del grupo, casi como si así honrase su memoria. Hasta Dante se ha abierto más con nosotros, ¡y tú sigues funcionando como el pegamento de todo el grupo, Drake!

    —¿E-El pegamento?

    Steve asintió, mano en mi hombro.

    —Así es. De alguna manera, siempre eres tú el que lo arregla todo, ¿no? Siempre solucionas los problemas, siempre consigues salvarnos a todos. Eres, de algún modo, el alma del grupo.

    No pude evitar sonrojarme y, con modestia, dije:

    —N-No creo que eso sea cierto, Steve. Y-Yo solo quiero sobrevivir… y quiero que los demás también sobrevivan. Solo os protejo como se supone que un Policía debe hacer.

    La sonrisa de Steve se tornó mucho más amplia, como si, sin necesidad de palabras, me estuviese diciendo que, en realidad, yo también sabía que tenía razón, y que era el alma de la Academia. P-Pero no puedo mentir: me resultaba un poco incómodo recibir esos halagos, por lo que no tardé en desviar la conversación.

    Podría aprovechar que estaba a solas con Steve para saber un poco más sobre él… pese a que éramos muy cercanos, lo cierto es que nunca habíamos hablado sobre su pasado, sobre su vida… sabía bastante poco de él, más allá de lo personal, a decir verdad. De modo que, ¿por dónde empezar?

    Free-time event: Steve Stone

    —Hey, Steve —dije—. Recuerdo que, cuando nos presentamos y me contaste tu talento, me dijiste que ganaste la lotería muchas veces, ¿cierto?

    —Mm-hm —asintió él—. Ese fue el motivo de que fuese conocido como el Super Suertudo, de hecho.

    —Entonces… debes tener mucho dinero, ¿verdad? —pregunté, curioso.

    Steve negó con la cabeza.

    —La mayoría de lo que gané con la lotería lo doné —se llevó una mano al mentón, reflexivo—. Ahora que lo pienso, sé que lo doné para ayudar en la reconstrucción de algo, en su mayoría, pero no recuerdo bien en qué fue… ¿crees que pudiese ser para la reconstrucción del mundo… para crear Galeia?

    Froté mi mentón.

    —Nah —dije, encogiéndome de hombros—. Tristemente, no creo que tenga sentido que eso sea así… al fin y al cabo, formamos parte del equipo que destruyó el mundo, ¿no? Y no creo que el Gobierno pudiese permitirse tras la catástrofe subvencionar ningún tipo de lotería, a decir verdad.

    —Huh, supongo que tienes razón —protestó silenciosamente Steve—. ¡Jo, tener suerte a veces es un poco… agridulce, sabes!

    —¿A-Agridulce?

    Steve asintió.

    —Sí. Por un lado, es genial, porque sabes que, en cierto modo, estás “protegido”, ¿no? Sabes que las cosas te saldrán bien con mucha más frecuencia que a los demás, y eso es bueno. Pero, por otro lado… no es un talento con el que pueda ayudar a nadie. No es útil. No puedo hacer nada por los demás.

    —Bueno, no estoy de acuerdo —respondí, con una sonrisa—. Tú mismo me dijiste en los primeros días en la Academia que tenías un “aura” especial que protegía a tus seres queridos y amigos, ¿no?

    Al decir aquello, quizá causé el efecto contrario que pretendía, pues, a juzgar por la cara de Steve. Probablemente, había recordado el caso de Ukita y Talía, y cómo él y su especial “suerte” fue usada por Ian a su favor para manipular todo el caso en su totalidad. Intenté desviar la conversación, pero no se me ocurría ninguna forma de hacerlo… y, por suerte (y nunca mejor dicho), el propio Steve terminó por zarandear su cabeza, como apartando los pensamientos negativos, y sonrió con algo de pena.

    —Creo que tienes razón —afirmó—. De hecho, cuando era muy pequeño, mis padres iban por motivos de trabajo en avión muy a menudo, y muchas veces yo tenía que ir con ellos. Recuerdo que una de esas veces… un motor falló y el avión se estrelló.

    —¿C-Cómo? —pregunté, alarmado. Aquello que estaba diciendo sonaba muy grave… y basante desafortunado, a decir verdad.

    —Así es —aseguró el Suertudo—. Prácticamente todos los pasajeros murieron… salvo mis padres y yo, que salimos totalmente ilesos —¿t-totalmente ilesos en un accidente de avión? ¡Eso sí que es tener suerte…!—. Caímos en una especie de isla abandonada, ¡toda una escena de película! Por fortuna, pasaba justo en ese momento un barco crucero, y dio la casualidad de que nos vio y nos rescataron al instante.

    W-Wow. Desde luego, para que todos esos eventos sucedan uno detrás del otro, deben de darse un auténtico mar de casualidades… y no hay duda de que la suerte de Steve es un don.

    —Pero eso es lo que me preocupa, también —susurró—. Mi suerte puede proteger a quienes quiero, es cierto, pero… ¿y si a costa de protegerme a mí y a los míos, otros sufren? En ese avión había más familias, ¿sabes? Y yo tuve suerte, pero… pero ellos…

    … sí, entendía lo que Steve quería decir. Él tenía suerte, tenía un “halo” especial, pero… no podía controlarlo. No podía usar esa suerte a su antojo, era algo que escapaba a su control. Y eso debía hacerle sentir impotente en muchas ocasiones. Él no tenía ninguna habilidad que poder usar en una circunstancia concreta para aportar ayuda en un momento necesario… lo suyo era simplemente eso: suerte. Tal y como decía… podía ser agridulce.

    ¡El nivel de amistad con Steve Stone sube al nivel 1!


    Y, finalmente, la noche llegó. Una nocha mucho más pacífica y tranquila que de costumbre, a decir verdad… porque en los últimos días, las noches siempre habían sido algo tensas, algo convulsas. La desconfianza que surgía a causa de Monokuma o Reversekuma y sus motivos siempre era algo que lograba crispar la paz endeble de aquella Academia. La ruleta, los brazaletes, los videos, la revelación de los traidores… siempre lograban crear algo de tensión. Sin embargo, esta vez era distinto. Esta vez, habíamos derrotado a Monokuma, porque su motivo no iba a derrotarnos. Esta vez, había paz, al fin.

    … y, con todo, no podía dormir. Porque en mi mente tenía demasiados pensamientos dando vueltas. Ian me preocupaba, por mucho que quisiese evitar pensar en él de forma negativa: sabía de lo que era capaz, porque lo había demostrado muchas veces… pero también sería que no provocaría un crimen directamente, y sí que confiaba plenamente en todos los demás. Nadie, ni Steve, ni Em, ni Hubert, ni Mimi, ni Dante serían capaces de caer en sus garras. Ya no más manipulaciones, no más sangre… se lo debíamos a Brendan y a Effy.

    El problema era que había más cosas en las que no podía dejar de pensar, más motivos por los que no paraba de dar vueltas en la cama: el Proyecto Omega, el Equipo Gamma, la destrucción del mundo, la mente maestra… Erwin. ¿Por qué? ¿Por qué maté a Erwin? ¿A quién intentaba proteger? ¿Por qué esos ojos rosados… no tenían rostro?

    Decidí dirigirme a la cocina para tomar algo, como era costumbre cuando me desvelaba, y en los pasillos me topé con alguien de forma bastante inesperada. Allí estaba Dante, silencioso, saliendo en ese momento de su dormitorio con sigilo… y con el iKuma en sus manos.

    —Dante, ¿qué haces despierto aún? —pregunté, sin poder evitar que el tono de duda invadiese mi timbre.

    —… Drake, qué oportuno —ironizó él—. Solo iba a dar un paseo por la Academia. Nada más.

    —Huh —susurré, poco convencido. Mis ojos no podían despegarse de su iKuma. Sabía que escondía algo, lo sabía desde aquella misma mañana—. ¿Estás bien, Dante? —decidí preguntar, hablando de la manera más amistosa que fui capaz de encontrar.

    —… sí. No tienes de qué preocuparte —pero, pese a que dijo aquellas palabras, su rostro mostraba algo muy distinto, y el hecho de que desviase la mirada no fue mucho más convincente, a decir verdad.

    Comenzó a caminar entonces, en la dirección contraria a la mía… pero decidí aprovechar la oportunidad para hablar con él. Había algo que me inquietaba, algo que quería saber.

    Free-time event: Dante Miles

    —Oye, Dante —comencé a hablar, y, al hacerlo, tuvo que girarse para poder atenderme—. Hay algo que lleva tiempo escamándome. Recuerdo que otras veces, cuando hablamos, me dijiste que no recuerdas cómo conociste a Emily, que no recuerdas tu talento y que, en definitiva, hay muchas cosas que no recuerdas, ¿cierto?

    Él asintió, girándose para mirarme y cruzándose de brazos, como deseando que la conversación fuese rápida y terminase pronto.

    —… en ese caso —seguí hablando, algo intimidado por su mirada—, ¿cómo es que recuerdas más cosas que los demás? Quiero decir, aquí todos recordamos nuestro talento, sabemos cómo lo conseguimos, pese a que haya muchos detalles que hemos olvidado… pero tú, que pareces recordar más que el resto, no recuerdas tu talento, y ni siquiera recuerdas cómo conociste a Emily. ¿No es… raro?

    Dante suspiró antes de responder.

    —Ya he dicho que hay algo que sé y no he contado. Creo que todo tiene relación con ese dato… dato que jamás revelaré —en sus ojos, quedaba más que claro que hablaba en serio. Que no podía revelar eso—. … y también creo que la mente maestra es consciente de que recuerdo ese dato, y quizá por eso me ha hecho olvidar mi talento. No lo sé, en cualquier caso. Solo sé que es así, y punto.

    —Pero… cuando hablamos la última vez, me hablaste de un orfanato, donde te criaste, de como te buscaste la vida, de como “ellos” te encontraron… son muchos detalles, ¿no? Creo que eres el que más detalles recuerda de todos nosotros. Es simplemente por eso que se me hace raro que no recuerdes tu talento.

    Dante se encogió de hombros.

    —… y digo la verdad: no recuerdo mi talento. De hecho, no creo ser talentoso en nada, pero… sí que sé que ellos, cuando me encontraron, me dijeron que llevaban muchísimo tiempo buscando a alguien como yo. Que era el sujeto perfecto, que me necesitaban.

    —¿P-Para qué te necesitaban? ¿Y quiénes eran ellos?

    —… los Gamma, claro —dijo, severo—. Los Gamma me encontraron y me reclutaron, porque me necesitaban para algo. No sé el qué, y no sé para qué… supongo que guarda relación con mi talento. Y supongo, también, que nunca recordaré dicho talento, porque… porque tal vez a la mente maestra no le conviene. O tal vez simplemente esté esperando el momento justo para hacerme recordar.

    El nivel de amistad con Dante Miles sube al nivel 3

    … aquellas últimas palabras me dejaron con un sabor de boca extraño. De modo que Dante no recordaba su talento y cree que eso se debe a que la mente maestra tenía especial interés en que no lo recordase, ¿huh? Y ese “secreto” que tanto guarda Dante… ¿qué será? ¿Por qué tanto empeño en ocultárnoslo? Supuse acertadamente que sería inútil seguir preguntando, y por eso le observé marcharse, no sin preocupación en mi rostro.

    Pero algo dentro de mí latía con fuerza, una especie de presentimiento. Tal vez por eso quedé escondido en una esquina del pasillo, observando cómo Dante entraba en la habitación de Chad. El solo hecho de que se dirigiese hacia allí a solas ya me hizo sospechar: aquel era el único lugar sin cámaras, el único lugar de completa y absoluta intimidad.

    Decidí, movido más por un impulso que por la razón, seguirle. Abrí con discreción la puerta y pude ver cómo estaba de espaldas, viendo un video que acababa de encender en su iKuma. ¿Era, acaso… uno de los videos del caso de Elisa? ¿P-Por qué ahora…?

    Me acerqué con sigilo, sin que me viese, hasta poder observar desde las sombras aquel video. Y, cuando escuché lo que la voz estridente de Monokuma empezó a decir en aquella grabación…

    —¡Dante Miles, el Super…!

    Y-Yo… no podía dar crédito. Cuando vi ese video, probablemente los dos quedamos tremendamente impactados. Nuestros ojos se abrieron exageradamente, como si nos hubiesen clavado un puñal en el corazón. A-Aquello no podía ser cierto. Aquello… aquello…

    Aquello despertó un fuerte recuerdo en nuestras conciencias.

    Estudiantes: 7
    - Drake Orestes – Super Policía (VIVO)
    Objeto: Pistola
    Datos obtenidos: nuestro protagonista, y el proclamado Super Policía. En realidad, es un chico bastante despistado y olvidadizo que, según dice, logró ser policía de prestigio simplemente por tener suerte. Aun así, la experiencia como investigador es algo que ha adquirido, y, aunque no tenga demasiada atención por según qué detalles y no se le dé del todo bien memorizar nombres, intente hacer honor a su talento.
    Drake tuvo una vez un mentor y gran amigo, que le enseñó todo lo que sabe como policía. Algo sucedió, y dicho amigo terminó muriendo prematuramente. Este hecho motivó que fuese Drake el que acabase siendo considerado el Super Policía; y tal vez es por ello que nuestro protagonista no siente que le corresponda ese talento: porque cree que debería ser su mentor el verdadero Ultimate.
    Ahora se sabe que Drake fue quien mató a su mentor, de nombre Erwin, para proteger a una persona de ojos rosados. Le disparó en la sien justo cuando ambos tenían apresada a dicha persona. No obstante, Drake no es capaz de recordar por qué hizo aquello, y a día de hoy se sigue torturando por eso.
    Acción prohibida: entrar en una sala vacía.
    Video en iKuma: Alpha Xenodis


    - Steve Stone – Super Suertudo (VIVO)
    Objeto: Revista Ultimates.
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos conocidos: Steve fue empezado a ser considerado como un Ultimate cuando ganó la lotería diez veces seguidas. No obstante, ya desde bien pequeño ha sido caracterizado por su extremadamente elevada suerte: afirma, de hecho, que una vez iba en un avión que se estrelló, y sus padres y él lograron salir ilesos: es más, un barco pasó justo en el mismo momento en que el avión se estrelló y pudieron salvar la vida. Con todo, Steve afirma que su talento es algo "agridulce" a veces, ya que, por mucho que sea suerte, no deja de ser algo fruto del azar que él no puede controlar y, por tanto, muchas veces considera que es incapaz de ayudar a otros con su talento.
    Acción prohibida: Sonreír
    Video en iKuma: Emily Hodges

    - Ian Lockhart – Super Estratega (VIVO)
    Objeto: Game Boy
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: parece ser que Ian remonta sus dotes de estratega y su sangre fría y dotes de manipulación desde su más tierna infancia. Con solo cinco años, logró salvar a un amigo de los acosos continuos de dos niños abusones utilizando dos pelotas para confundirlos y enfrentarlos entre ellos, solo para luego dirigir toda su ira contra otro compañero de clase que no era más que mera competencia para el joven Ian. De esta historia se deduce que Ian tenía un buen amigo al que fue capaz de proteger, además de que, por lo que parece ser, su familia debía manejar grandes cantidades de dinero.
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Chad Redflame


    - Alpha Xenodis – Super Deportista (MUERTO)
    Objeto: Bate de béisbol
    Acción prohibida: decir la verdad
    Video en iKuma: Steve Stone


    - Ukitashi – Super Comilón (MUERTO)
    Objeto: Sándwiches

    - Talía Wells – Super Estrella Infantil (MUERTA)
    Objeto: Teddy el oso

    - Hubert Maddsson – SuperAjedrecista (VIVO)
    Objeto: tablero portátil
    Nivel de amistad: 2/3
    Datos obtenidos: ganador de múltiples torneos de ajedrez, Hubert nunca ha perdido una partida. Dedica mucho tiempo a practicar, y es conocido por sus increíbles capacidades lógicas y deductivas. Afirma que tiene la capacidad y la costumbre de pensar como si tuviese dos cerebros; esta práctica le ayuda a entrenar su mente y a desarrollar una enorme capacidad para colocarse en la posición de otros y usar su lógica como si fuese la suya propia.
    Antes de ser ajedrecista, de hecho, Hubert fue detective. Tuvo un caso muy importante, consistente en la persecución de un famoso ladrón que era conocido como "El Cuervo". Por algún motivo, Hubert alude que tenía motivos personales para ir tras el ladrón, insinuando que se hizo detective justo para perseguirle. A pesar de afirmar haber podido verle la cara y haberse encontrado con él, Hubert no le detuvo, y se desconoce el por qué de esos actos.
    Acción prohibida: subir a la segunda planta
    Video en iKuma: Mimiko Honda


    - Effy Joy – Super Terrorista (MUERTA)
    Objeto: cloroformo
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Al parecer, Effy, fue antes de perder la memoria, Gamma, líder del equipo homólogo. No obstante, asegura que recuerda que, en un principio, trató de avanzar en la política por medios comunes. Sin embargo, llegados a un punto, comenzaron a actuar, ella y sus seguidores, obrando secuestros, robos, y demás actos criminales. Fue eso lo que, como líder del grupo, acabó resultando en su título de "Terrorista".
    Acción prohibida: ???
    Video en iKuma: Ian Lockhart


    - Lucas Diamond – Super Botánico (MUERTO)
    Objeto: Plantix2000
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Lucas desprecia las ciudades por considerar que su construcción implicanecesariamente la muerte de muchas plantas, a las que considera amigas. Aun así, vive en un laboratorio en medio de una jungla, en solitario, y parecía no ser consciente de que su construcción ensí, probablemente, haya supuesto ya la muerte de muchos animales. Ha creado el Plantix2000 él solo, unamáquina que permite "comunicarse" con las plantas: analizarlas, saber sus necesidades, etc.
    Acción prohibida: que comience una investigación sin ser el culpable.

    - Liza White – Super Criadora (MUERTA)
    Objeto: Nutria
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: criada en un zoo, donde vivía con sus padres, cuidadores de éste, Liza pronto sehizo amiga de los animales y comenzó a amarlos, a todos y a cada uno de ellos, incluidos los insectos y otros bichos que puedan ser considerados asquerosos por la mayoría de la gente. Un buen día,Liza liberó a todos los animales simplemente porque quería que fuesen libres. Para ella, los animales son equivalentes a los humanos, y deberían de ser tratados prácticamente en igualdad decondiciones.
    Acción prohibida: mojarse.

    - Emily Hodges – Super Modelo (VIVA)
    Objeto: Kit de maquillaje
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Emily nunca quiso ser modelo, sino actriz. Participó en castings para actuar en obras de teatro, y fue seleccionada, pero tuvo una mala experiencia que cambió su vida: al llegar la hora de la verdad, se quedó inmóvil, completamente en blanco e incapaz de representar su papel. Desde entonces, el miedo escénico y la mala fama que le generó en el mundo de la actuación el evento del teatro la ha perseguido siempre, pero afirma que jamás perderá la esperanza, y tiene intenciones de volver a intentarlo y a superar los miedos que la atormentaban.
    Acción prohibida: quedarse sola
    Video en iKuma: Hubert Madsson


    - Dante Miles – Super ¿? (VIVO)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: Dante no recuerda prácticamente nada sobre su pasado. Sabe que tenía amigos, pero no los recuerda; sabe que sucedió un evento importante en su vida, pero no recuerda qué fue; ni siquiera recuerda su talento ni cómo se dio cuenta de que lo tenía. Insiste en que, tal vez, no tenga ningún talento, para empezar. Lo único que recordaba con claridad al despertar era que amaba a Emily, y ese sentimiento parecía ser correspondido por ella.
    Dante se crio en un orfanato, y nunca tuvo ningún familiar ni seres queridos. Tuvo que buscarse la vida al llegar a la mayoría de edad, llegando a pulular por las calles buscando un sustento. Y, al parecer, alguien le encontró, y ahí cambió todo... pero se desconoce qué sucedió.
    Más tarde se reveló que fue el propio Equipo Gamma quien le encontró, necesitando de su ayuda, ya que Dante lucía como el candidato perfecto para algún plan. No obstante, y pese a que en muchos otros aspectos Dante recuerda cosas que el resto no, hay muchísimos detalles de su pasado que extrañamente desconoce, y Dante está convencido de que todo tiene relación con su talento, el cual él mismo desconoce, y con cierto hecho que se niega a compartir con el resto por algún motivo.
    Acción prohibida: cruzarse con alguien.
    Video en iKuma: ???


    - Chad Redflame – Super Dibujante (MUERTO)
    Objeto: Pincel y pinturas
    Acción prohibida: ingerir alimentos.
    Video en iKuma: Elisa Daroch


    - Brendan Ruby – Super Periodista (MUERTO)
    Objeto: Cuaderno y bolígrafo
    Video en iKuma: ???
    Acción prohibida: no responder a una pregunta.


    - Elisa Daroch – Super Médium (MUERTA)
    Objeto: Cartas de tarot
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Elisa nació tras siete meses de embarazo, después de que los médicos afirmasen que había muerto. Cuando fueron a extraer el cuerpo aparentemente inerte del vientre de su madre, comenzó a mostrar repentinamente signos vitales, "regresando" de entre los muertos, de alguna forma. Elisa afirma que es este el motivo por el que puede comunicarse con los difuntos, y está plenamente convencida de que sus poderes son reales; para ella, es todo un reto mostrar la veracidad de sus técnicas a los más escépticos, y toda una satisfacción observar sus rostros cargados de sorpresa.
    Acción prohibida: cerrar los ojos por más de dos minutos
    Video en iKuma: ???


    - Mimiko Honda – Super Millonaria (VIVA)
    Objeto: Teléfono móvil
    Nivel de amistad: 3/3
    Datos obtenidos: los Honda son la familia más rica del mundo, dueños de múltiples empresas y todo tipo de negocios que les hacen, en resumen, tremendamente influyentes y con capacidad para controlar muchísimos sectores de la sociedad. Sin embargo, Mimi no era la heredera original de toda esta fortuna; tiene un hermano mayor, verdadero heredero por derecho, que decidió renunciar a los derechos que, como Honda, le corresponderían. Al renunciar a su apellido y a la herencia, Mimi se convirtió en la Super Millonaria.
    El hermano de Mimi, de hecho, nunca quiso ser millonario, porque la gente lo quería solo por su dinero y no por su personalidad. Nunca tuvo una buena relación con su padre, pero todo terminó cuando decidió casarse y adoptar el apellido de su pareja. Al parecer, todo apunta a que el hermano de Mimi se casó con otro hombre.
    Si bien el señor Honda aceptaba la relación de su hijo, detestó el hecho de que renunciase a su apellido, y eso supuso el cierre de su relación para siempre. No obstante, Mimi asegura que su hermano, que es un artista sin ningún tipo de talento, gana grandes cantidades de dinero vendiendo sus obras siempre a compradores anónimos... salta a la vista que, en el fondo, el padre de Mimi nunca dejó de querer a su hijo, y sigue cuidándolo, a su manera, por mucho que su orgullo no le deje admitirlo.
    Acción prohibida: insultar
    Video en iKuma: Drake

     
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