Pokémon - The Great Adventure

Tema en 'Fanfics Abandonados Pokémon' iniciado por Lil Shandawn, 20 Diciembre 2013.

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  1.  
    Steve Yops

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    ¡Objeción! Esa batalla estuvo muuuy cargada... Feraligatr podía contra Charizard, ¡yo lo entrené! (?) Ok no jajajajajajajjajajaja

    Hola, Twilight :)

    Que bien se siente poder darle "Me Gusta" a las historias de nuevo ajjajajajajaja xD. Buen especial, no sé si es mi idea o en los especiales te inspiras más con la narración. Veo que a diferencia del especial de Navidad, aquí revelaste las parejas oficialmente (aunque eso ya se veia en el capítulo anterior de todos modos, así que supongo que no viste necesidad real de mantener el misterio).

    Me pareció muy emotivo el momento en el que Destiny le agradece a Alfred, me gustó mucho, se ve reflejada la cercanía que hay entre ellos. Aunque en un principio, cuando Destiny decía "que los extrañaba", pensé que se refería a sus padres; pero luego de que Alfred paró supe inmediatamente que se refería a sus viejos amigos. Fue emocionante su encuentro, aunque la reacción de Steve haya sido más "simple" xD

    Las reacciones de Serena me hicieron reír, y por alguna razón me hicieron recordar a la Destiny del presente; sin duda Destiny ha madurado mucho en el futuro. Véamos como nos sorprendes en el siguiente capítulo :)

    En cuánto a lo técnico, debo insistirte con esto:


    El punto de cierre se coloca luego de la intervención del narrador y antes de comenzar una nueva oración. Entonces la forma correcta sería la siguiente:

    El punto va antes del guion solo en el siguiente caso:
    Este fragmento lo he sacado directamente del manual de guión largo de FFl :) Espero que te sirva este consejo ^^.

    Bueno, es todo por ahora.
    ¡Avisa cuando subas el siguiente capítulo!, ¿eh?

    Saludos.
    OnlyYops.
     
  2.  
    Lil Shandawn

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    Pokémon - The Great Adventure
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    Capítulo 7: La aparición de dos leyendas



    Vantage se encontraba en el escaparate de una tienda aparentemente cara. Tenía sus manos en el cristal, y el miraba cierta prenda con deseo de poseerla. Todos los que pasaban lo miraban de manera extraña, algo que nunca le había pasado, pero en ese momento se sentía desesperado.



    --Vas a ser mía… Vas a ser mía… -- Cantaba una y otra vez Vantage.



    Destiny y Steve iban acercándose al entrenador de Kanto, ya que si no lo hacían, posiblemente Vantage se pondría en modo depresivo y pesado por no haber cumplido con la promesa que le hizo Destiny. Al llegar, Cada uno se puso a un lado de Vantage, que no quitaba la mirada de una gorra roja con la parte delantera blanca, y en la esquina superior derecha una especie de chapa pequeña.



    --Vale Vantage ¿qué quieres que te compre? – preguntó Destiny mirando al escaparate de la tienda.

    --¡Eso! – exclamó el entrenador señalando a la gorra.

    --¿Pero tú estás bien? Vale medio millón de Pokedólares. – continuó Steve asombrado por el precio de la prenda.

    --¿Y? ¿Qué esperas de una tienda tan lujosa como esta? Además, no creo que sea para tanto. Si es caro, es que es de buena calidad.



    Destiny no dijo nada desde que Vantage dijo que quería. Se quedó mirando la prenda pensativa, pero luego entró en la tienda.



    --¡Destiny!, ¿A dónde vas? – preguntó Steve, pero Destiny ya no alcanzaba a oírlo.



    Los chicos sólo miraron por el gran escaparate las acciones que hacía Destiny para hablar con la dependienta. Al entrar, la chica que trabajaba en el lugar la recibió con mucho gusto, sobre todo por el aspecto que lucía. Destiny empezó a hablar con la dependienta, hasta que los chicos vieron que esta había asentido. Luego de eso, la chica fue acercándose al escaparate para mirar de lo que le había hablado la entrenadora, para luego volver a alejarse y entrar en una especie de habitación que estaba a parte de lo que era la tienda en cuestión. Los ojos de Vantage se iluminaron cuando vio a la dependienta salir con la gorra que él quería, y aún más cuando vio que la metía en una bolsa de plástico con el nombre y diseño de la tienda, y veía como Destiny le daba una tarjetita dorada a la dependienta, qué enseguida pasó por una ranura de la caja registradora. Luego de todo eso, la dependienta le devolvió la tarjeta a Destiny. Esta última salió de la tienda con una sonrisa, y se acercó a Vantage ofreciéndole la bolsa.



    --Ya está. Me debes quinientos mil pokédollars. – dijo Destiny, intentando sonar seria.



    Vantage agarró la bolsa con felicidad, y sacó la gorra de dentro.



    --¡Gracias! – dijo contento, hasta que se dio cuenta de lo último que dijo la entrenadora --. Espera ¿qué?

    Destiny rió -- es broma, no hace falta que me pagues nada. Es un regalo. Pero no la pierdas.



    Vantage asintió enérgicamente. A continuación, se quitó su antigua gorra, y se puso la nueva, se giró a Steve y le hizo una pequeña pregunta.



    --¿Me queda bien? ¿O debo cambiar mi chaqueta? Porque también había una muy llamativa allí dentro.

    --¡No, no, no!, ¡te queda bien!, ¡en serio! – Asintió Steve con una sonrisa.

    --¡Pues bien!, ¡ahora si me siento genial! – exclamó Vantage girándose ahora a la entrenadora --. Oye Dest… ¿A qué se debe tal cambio repentino?



    La curiosidad que mostraba Vantage con esa pregunta cortó un poco a Destiny. ¿Cambio repentino?



    --¿A qué viene eso?, ¿era diferente antes? – preguntó Destiny, recibiendo como respuesta el asentimiento de ambos chicos.

    --Eras, sin ánimo de ofender, un poquitín insoportable. – contestó Vantage.

    --Y mandona–continuó Steve.

    --Y gritona—continuó Omega

    --Y creída—finalizó Steve.



    Destiny frunció el seño, mostrando por un momento enfadada.



    --¿¡Lo ves!? Ya estamos otra vez – dijo Steve mirándola con un poco de miedo.



    Destiny no dijo nada, solo relajó el rostro para luego reírse en alto. Esta acción inesperada hizo sobresaltar a ambos chicos.



    --Bueno, supongo que el tiempo cambia a cualquiera ¿no? En fin, supongo que es bueno, ya que he de admitir que era un poco borde. Bueno, un poco no, bastante, pero en fin. Lo pasado, pasado está.



    Steve y Vantage se relajaron al oír lo que la entrenadora dijo. A Vantage se le vino una idea en mente, y quiso ponerla en marcha.



    --Oye, si de verdad has cambiado… ¿Te apetecería luchar contra mí? – preguntó Vantage desafiante.



    Destiny se quedó pensativa, pero decidió contestar



    --¿Por qué no? Un entrenamiento me vendría bien.



    Vantage se puso bastante contento, y salió corriendo en dirección a la plaza de la Torre Prisma, pero antes de desaparecer de la vista de los chicos, le digo donde quería batallar, y luego si desapareció. Antes de que Destiny pudiera dar un paso, Steve le agarró el hombro.



    --¿Quieres que te preste a Croconaw? Lo digo por si saca a Pidgeotto. – le dijo Steve ofreciéndole a su inicial.

    --Nah, no creo que haga falta. A demás, creo que sé el pokémon que va a sacar, y aunque abra con Pidgeotto, podré apañármelas.



    Cuando Destiny dijo esto, Steve la soltó, pero no estaba seguro del todo. La entrenadora empezó a caminar, pero cuando dio tres pasos se paró y giró.



    --¡Vente! No te vas a quedar solo – le dijo la rubia, mientras corría para llegar hasta su adversario.



    Steve se quedó unos segundos en el sitio, pero no tardó en imitar a Destiny, con lo que salió corriendo hasta llegar donde se encontraría Vantage. Al llegar a la plaza, buscaron a Vantage y cuando lo encontraron, estaba jugando con una pokéball. La lanzaba y la recogía, la lanzaba y la recogía, así sucesivamente. Al ver que ambos jóvenes se acercaban, sonrió ampliamente.



    --¡Bien! Pero he de admitir que tardasteis más de lo necesario, aunque no importa. – dijo Vantage impaciente.

    --Tampoco somos Flash… -- suspiró Destiny, llevando su mano a su cinturón de pokéballs.

    --¡Venga!, ¡comencemos! – dijo sin poder esperar Vantage, que al mismo tiempo arrojó su ball --¡Treecko! ¡Te toca!



    El pokémon Geco bosque salió enérgico, y listo para batallar.



    --Bien, bien… No creo que haga falta usar a Charmander. ¡Noibat! ¡A jugar! – dijo Destiny, arrojando la ball que tenía en mano, mostrando al pequeño Noibat azulado, que salió brillando un poco –Veamos como te las arreglas.

    --Podré arreglármelas bien. No importa que esté en desventaja –dijo Vantage mirando detenidamente a los pokémon, y el espacio en el que estaban --¡Vale! ¡Empecemos flojo! ¡Ataque rápido!



    Treccko empezó a moverse rápidamente por el lugar, intentando perderse de la vista de Noibat.



    --No creo que haga falta dejarse guiar por la vista solo… Noibat, intenta localizarle con tu oído. – ordenó la entrenadora.



    El pequeño murciélago asintió, y cerró los ojos para intentar oír a su contrincante acercarse. El ruido de Treecko fue haciéndose cada vez mas fuerte, hasta el punto de estar justo donde él estaba, en ese momento, Noibat se elevó un poco más, evitando a Treecko rápidamente.



    --¡Tornado! – fue la orden dada de la entrenadora.



    Como el pequeño Treecko, al apenas haber llegado al suelo, fue golpeado por la masa de viento que creó Noibat, haciendo que al mismo tiempo fuera estampado contra el suelo. Sumando eso, y que el tipo volador es muy eficaz contra el tipo planta, Treecko tenía muy pocas probabilidades de ganar el combate. Vantage acababa de empezar, pero ya estaba un poco agobiado.



    --No puede pasar… No puede pasar… ¡Recupérate un poco con Absorber!



    Treecko se levantó como pudo, y justo antes de que Noibat se volviera a activar, le quitó parte de su energía vital, pero muy poca, dado que apenas era efectivo. Ese poco pareció ser suficiente para Treecko, ya que volvió a estar muy activo.



    --Me sorprende que se recupere tan pronto… Debería de estar más agotado… -- susurró Destiny. Algo la inquietaba, al igual que a Noibat.



    Destiny empezó a mirar al Treecko. Su tamaño había aumentado un poco, pero nada más. A parte, su velocidad también creció un poco.



    --Venga Treecko, que no reaccione. ¡Ataca con Destructor!

    Destiny sacudió la cabeza, y decidió darle una orden a su pokémon --¡Gaah!, ¡maldición!, ¡Chupavidas!



    Noibat logró evadir a Treecko, pero este último no tuvo la misma suerte. El ataque de Noibat dio a Treecko de lleno, quitándole parte de su energía, y quedándosela él.



    -- ¿Por qué? ¿Por qué siempre que ataco me sale con otro As bajo la manga? – pensó Vantage.

    --Venga Vantage… Saca el potencial de Treecko —le dijo Destiny sonriente, dándole a entender que no se rindiese.



    Vantage miró a la entrenadora, y obviamente iba a seguir. Hizo su gorra para atrás, y su Treecko rápidamente se puso en pie, pero un poco debilitado aún.



    --¡Treecko! ¡Ataque rápido! –ordenó Vantage.

    --¡Tornado! – reaccionó Destiny.



    Ambos pokémon atacaron, pero dado que Treecko era más rápido, Noibat recibió el ataque, pero rápidamente se recuperó y atacó con el tornado que antes le mandó su entrenadora, golpeando al pequeño Treecko de nuevo. Treecko ya estaba casi derrotado, y apenas se tenía en pie.



    --Venga Treecko ¡Arriba!, ¡Destructor!, ¡vamos! – dijo Vantage desesperado.



    Treecko fue poniéndose en pie dificultosamente, le costaba hasta abrir los ojos. Cuando se puso en pie, sus ojos brillaron, y de repente, su cuerpo también. Fue aumentando de tamaño, al igual que su aspecto estaba cambiando. Cuando la luz se disipó, Treecko se había convertido en un poderoso Grovyle. Según dio una especie de rugido, atacó al Noibat variocolor con un Hoja aguda potente. Teniendo Grovyle la ventaja de estar evolucionado, el ataque fue la perdición de Noibat, ya que lo debilitó de un golpe. Antes de que el pequeño murciélago cayera al suelo, Destiny lo agarró rápidamente, y le acarició el estómago con el dedo índice, como felicitándolo. El pequeño sólo sonrió un poco. Vantage se había quedado sin habla ante lo que vio, al igual que el callado Steve, que durante todo el combate decidió estarse callado por si acaso. Vantage reaccionó sacudiendo su cabeza, y cuando lo hizo, se acercó a su pokémon, y lo abrazó fuertemente.



    --¡No lo puedo creer! ¡Has evolucionado! – exclamó contento Vantage.



    Grovyle asintió victorioso. Vantage se quedó durante unos segundos mirando a su pokémon, pero luego lo devolvió a su pokéball para que descansara. Luego de todo eso, Destiny se acercó a Vantage, aún con su Noibat en las manos.



    --Oye, menudo giro. Tenía la victoria pero tu Treecko va, y evoluciona. Me he quedado de piedra. Enhorabuena. – dijo Destiny riendo un poco al principio, y cediéndole la mano.

    --Ya, pero… No sé. Creo que en parte ha sido por ti, pero oye, ahora soy más fuerte que tú – contestó Vantage estrechándole la mano, y con una sonrisa de soberbia.

    --No cantemos victoria aún… Te pediré la revancha, y en ese momento veremos quien es más fuerte que quien… -- añadió Destiny, apretándole la mano cada vez más. Vantage asintió, pero deseaba una cosa con ganas ahora mismo.

    --Claro que sí pero… Suéltame la mano, me la vas a romper…-- le pidió Vantage quebrando la voz.



    Destiny se dio cuenta de lo que estaba haciendo, y cuando Vantage se lo pidió, le soltó la mano rápidamente. Como reacción por parte del entrenador de Kanto, este se agarró la muñeca de la mano afectada con la otra. Steve no pudo contenerse la risa, pero para disimularlo, simplemente se tapó la boca con su mano derecha. Destiny, por su parte, solo pudo disculparse una y otra vez. Cuando Vantage demostró que ya no pasaba nada, decidieron irse al C.P. de nuevo, ya que dejaron a la pobre Serena sola. Caminaron hasta el lugar ya dicho. Por el camino, Noibat, un poco recuperado, decidió volar por los alrededores de Destiny, mientras al mismo tiempo, este jugaba con ella, al contrario que Steve y Vantage, que se quedaron un poco por detrás, hablando entre ellos, y mirando como entrenadora y pokémon hacían un poco el payaso.



    --¿Ya tuviste agallas para decírselo? –le preguntó Vantage al chico.

    Steve bajó un poco la cabeza –Fue un poco… raro —respondió.

    --¿Raro?, ¿de qué manera?—volvió a preguntar Vantage.

    --De una manera, rara, no sé, puedo contarte como pasó, pero no sé explicarlo claramente –contestó Steve llevando su mano izquierda tras la cabeza.

    --Da igual, tú cuenta—insistió Vantage.

    --Está bien… A ver, ¿por dónde empezar? Está bien… Cuando pidió que te fueras, me dijo que me debía algo, que le pidiera lo que yo quisiera. Pero como no quería nada, siguió insistiéndome. Al ver que no le pedía nada, se me acercó y me besó. Fue todo muy rápido. Luego de eso, se fue como si nada.



    Para Vantage, la historia que estaba contando Steve, era como bien el dijo, un tanto extraña, pero a él le convenció la manera de la chica.



    --¿Y ya está? ¿La dejaste ir? – preguntó de nuevo Vantage.

    --Claro que no. Fui a por ella, por eso fuimos juntos a por ti.



    Vantage asintió, llevándose una mano a su barbilla.



    --Entonces no hay de que preocuparse ¿no?

    --Ojalá… El problema es que no la entiendo, nada más.



    Para sorpresa de Steve, el pequeño Noibat azul de la entrenadora, se le plantó delante inesperadamente, causándole un pequeño susto. A continuación, oyó la risa de Destiny, la cual se acercó, y cogió a su pokémon murciélago.



    --Lo siento Steve, pero no para quieto incluso después de un combate – se disculpó la rubia, devolviendo a Noibat a su pokéball.

    --No, no pasa nada, en serio.



    Destiny volvió a disculparse, y decidió alejarse de nuevo, adelantándose primero para llegar al C.P. Vantage miraba a Steve, como si esperara a que el chico hiciera algo, pero al ver que sólo caminaba, le dio un golpe en el hombro, y echó a correr. Steve, por no quedar en mal lugar, decidió ir a por él para golpearlo también. Al llegar, Destiny ya había subido a su cuarto, pero Steve y Vantage seguían abajo, ya que decidieron hablar un rato. Al pasar unos minutos, decidieron subir, pero claro, manteniendo una conversación. Al llegar a estar a la altura de la habitación, escucharon un grito proveniente de la habitación de las chicas. Al oírlo ambos chicos, corrieron a ver que sucedía, y preocupados por las chicas, abrieron la puerta, casi derrumbarla, pero todo era al revés de lo que se imaginaban. En el suelo había un chico con gorra, y se resistía a una Destiny un poco violenta. Esta se encontraba sentada sobre la espalada del chico, y con la pierna derecha del pobre en sus manos, haciendo que la extremidad fuera cada vez más acercándose a la espalda. Serena, por su parte, solo le hacía preguntas al chico, y al ver que no le respondía, le decía a Destiny que tirara más. Steve Y Vantage, al ver esto, cogieron a una chica cada uno, o más explicado, Vantage, al tener más fuerza, agarró a Destiny, y Steve a Serena. El pobre chico que fue acribillado, empezó a coger aire como pudo, y estuvo un tiempo en el suelo intentando recuperarse. Cuando se recuperó, se puso en pie con un poco de miedo, pero al ver que las chicas estaban sujetas, se sintió más seguro.



    --¿Quién eres?—preguntó Vantage

    --Y lo mas importante… ¿Qué haces en la habitación de las chicas?—continuó Steve.



    El chico recuperó el aliento, y una vez que lo tuvo, decidió contestar.



    --Yo… sólo quería advertirlas del peligro que corrían, pero cuando entré, la más pequeña, me atacó, luego llegó Destiny, y fue ella la que me atacó –respondió el chico haciéndose un poco para atrás.

    --Tranquilo, no te volverán a saltar, pero dinos quién eres, no has contestado –insistió Vantage.

    --Está bien, está bien… Lo diré todo… --dijo el chico sentándose en una de las camas litera



    Me llamo Juanjo, y me ha mandado Zairu. Soy una persona importante aunque no lo creáis. Yo fui quien envió a Typhlosion para que os salvara de Mega-Aggron, pero… No quise dejarme ver, hasta ahora. Y bueno, sincerémonos, me llamo Juan José en verdad, pero prefiero la abreviación Juanjo. Soy uno de los… Bueno, eso mejor me lo callo, pero me veréis más adelante, pero tampoco en un futuro muy lejano, sólo decir, que me veréis tarde o temprano, no sé que deciros. Al grano, que me lío mucho, que me han dicho que os proteja hasta que estéis listos. Me especializo en pokémon tipo fuego, así que si queréis consejos de ese tipo, aquí estoy yo, pero va ha ser muy pocas veces, pero aún así… Por cierto, no siempre estaré, con lo que os deberéis preparar desde ya. Por cierto, no sé si ya he dicho que me gusta camuflarme entre la gente, pero eso no viene a cuento ahora.


    Juanjo, al acabar de hablar, notó como todos tenían cara de estar perdidos, pero sobre todo, la chica rubia, que se quedó hasta con la boca abierta. A continuación, sacudió la cabeza.



    --What? –preguntó ingenuamente Destiny.

    --¿Quieres que lo vuelva a explicar? –dijo ofreciéndose Juanjo.

    --¡No! ¡No, no, no!, ¡no hace falta!, ¡ya se lo explico yo luego! —respondió rápidamente Steve, mientras tiraba hacia atrás a Destiny a través de los hombros.

    --Está bien, pero yo no me puedo quedar más tiempo. Con lo que damas, caballeros, yo me voy. Los veré más adelante, y espero que pronto. ¡Ah! Se me olvidaba… Si los vuelvo a ver, espero que hayáis entrenado a esas dos… bestias. Casi me dejan sin columna –pidió Juanjo, mientras se paraba en la puerta.



    Destiny no se contuvo al oír eso, con lo que muy enfadada se dispuso a acercarse a él con malas intenciones, pero por suerte, Steve y Vantage reaccionaron, y la agarraron justo cuando ya estaba en frente de Juanjo.



    --¡Retira lo que acabas de decir, o voy a darte tal golpe que te voy a cambiar de sexo!



    Juanjo simplemente sonrió, y salió del centro rápidamente. Quizás por miedo, quizás porque tenía prisa, no se sabe, pero por lo menos cerró la puerta del cuarto, y cuando eso pasó, Steve y Vantage soltaron a la entrenadora rubia.



    --¡Arceus bendito! ¡En nada sacas las garras! ¡Tranquilízate mujer!—le pidió Vantage soltándola poco a poco.

    --¡Pero que me ha llamado bestia! – dijo sin creérselo todavía Destiny.

    --Bueno… Es que en verdad… Eres un poquitín bruta… --dijo casi en voz baja Steve, provocando que la chica se girara bruscamente a él.

    --¿¡Cómo!?—preguntó furiosa

    --¡Nada!, ¡yo no he dicho nada!

    --De todos modos, ese tipo se coló aquí, creyéndose importante, apareció de la nada – intervino Serena.

    --Ya veo… Pero tampoco había que atacarle nada más entrara, pobre chaval –finalizó Vantage.

    --Tomo nota…-- resopló Destiny.

    --Antes de que el pobre fuera presa… ¿Dijo algo?—preguntó curioso Steve.



    Serena se quedó pensando en lo que posiblemente hubiera dicho Juanjo. Le dijo que era alguien importante, y luego…



    --¡Ah, sí! Que fuéramos al laboratorio de Ciprés, pero no dijo para qué, y que le ataqué – respondió Serena con una sonrisa.

    --Y lo dice como si nada… -- añadió Vantage.

    --Bueno, yo creo que es mejor ir con Ciprés ya. Si no me equivoco, su laboratorio no está muy lejos –propuso Destiny, saliendo del cuarto, pero se paró justo en el marco --. Vamos, o si no me quedaré con lo que nos dé.



    Los tres jóvenes que se encontraban en el interior de la habitación, dieron un suspiro pero luego decidieron hacer caso, y dirigirse cuanto antes al laboratorio del profesor de Kalos. A saber que les tenía preparado ese hombre.



    El camino hasta el laboratorio de Ciprés fue tranquilo, hasta que en mitad del trayecto, Charmander, Grovyle, Croconaw y Fennekin salieron de sus pokéball, por el simple echo de que les justaba más el exterior que el interior de la pokéball. Charmander, como siempre, no paraba de saltar del hombro de su entrenadora a la cabeza, pero paró cuando vio que ya estaban frente a la entrada del laboratorio de Ciprés. Los cuatro entrenadores entraron a la estancia, y nada más entrar, se encontraron con un ascensor delante de ellos. Steve apretó el botón de llamado para que el elevador se abriera. Cuando eso pasó, fue el turno de Vantage. Pulsó el botón con un dos grabado, y cuando lo hizo, la puerta del ascensor se cerró, y empezó a elevarse. Serena se fijó en el espejo que tenía detrás, y se miró con curiosidad, pero fue interrumpida por un sonidito que avisaba de que ya habían llegado al piso deseado. Cuando la puerta se abrió, lo primero que vieron los jóvenes, era al profesor Ciprés, el cual los recibió con una gran sonrisa.



    --Veo que no habéis estado perdiendo el tiempo… Hace poco que habéis empezado, y ya habéis evolucionado a dos pokémon –dijo Ciprés mirando a Grovyle y a Croconaw. A continuación, miró los cinturones de pokéballs de los entrenadores --. Habéis atrapado pokémon y hecho una nueva compañera. Eso es bueno.

    Serena dio un paso al frente para presentarse.

    --Me llamo Serena, y esta de aquí es mi pokémon Fennekin. Un placer profesor.



    Ciprés sonrió, y luego les invitó a adentrarse más en la habitación. Los condujo hasta una especie de pequeño despacho que claramente pertenecía a Ciprés. El profesor pokémon cogió una alargada cápsula de la estantería que tenía a su derecha, y luego, de un cajón, sacó una caja blanca de tamaño mediano. Colocó ambas cosas sobre su mesa, para a continuación volverse a girar a los chicos.



    --Naturalmente no tendréis ni idea de por qué os he llamado, pero no os preocupéis. Vengo a haceros un regalo por ayudarme con esta investigación. Y uno de ellos será un nuevo pokémon para cada uno – les informó sonriente a los chicos --. Pero como no sabía que ibais a tener una nueva compañera, no he podido tener cuatro, pero sí he podido obtener cuatro cosas del otro regalo. Pero lo primero es lo primero….



    El profesor Ciprés abrió la capsula alargada, mostrando tres relucientes pokéballs. Primero tomó una con el dibujo de una gota grabada en la tapa superior, y se la dio a Destiny.



    --El pokémon que recibiréis será más fuerte que el que ya escogisteis en el principio. Por ejemplo, Destiny, este es Frogadier, el inicial de agua de esta región.



    Destiny se quedó mirando la pokéball, pero con cuidado de no darle al botón. Charmander no tuvo ese cuidado, y le dio al botón directamente. Cuando la ball se abrió, se pudo ver a un pokémon similar a una gran rana, solo que esta era más bien delgada, y llevaba alrededor de su cuello unas especies de burbujas.



    --No tengaís corte a la hora de mirar como será vuestro nuevo compañero – dijo Ciprés con una sonrisa, tomando otra nueva pokéball. Esta tenía grabada un rayo en la solapa superior --. Steve, este es Luxio, el felino eléctrico.



    Steve tomó la pokéball, para luego darle al botón rápidamente. De ella salió, como dijo claramente ciprés un Luxio un poco más grande de lo que debería ser. A Croconaw no le gustaba la idea de que fuera más débil que otro pokémon del equipo de su entrenador, pero tendría que aprender a convivir con él, ya que cuando miró al Charmander de la entrenadora, este no se mostraba intimidado frente al Frogadier, más bien se mostraba contento de tener un nuevo amigo pokémon. Luxio se mostraba pasivo y serio, pero empezó a ronronear cuando el entrenador le acarició por debajo de la barbilla.



    --¿Ves? Ya estáis empezando a caerles bien –dijo Ciprés con una sonrisa.

    --No se crea… --interrumpió Destiny rápidamente.



    Cuando todos se giraron a mirar a la entrenadora, vieron que tenía la cara húmeda. Destiny pasó una mano por su mejilla derecha, y al separarla, un líquido unía su mano con la mejilla. Obviamente, era la baba de Frogadier. Al parecer, le había lamido la cara a su nueva entrenadora.



    --Ewww… --Volvió a expresar Destiny, intentando deshacerse de aquel líquido asqueroso.

    --Eso es propio de Frogadier, pero tranquila te acostumbrarás. En el cajón de tu izquierda debe de haber un pañuelo o una toalla, cógela y límpiate.



    Destiny no se lo pensó dos veces, y fue rápidamente a coger la toalla o pañuelo que le dijo el profesor Ciprés. Mientras, este, decidió entregarle la última pokéball a Vantage. Esta pokéball tenía grabada una especie de cara de dragón el la solapa superior.



    --Vantage… Yo que tú tendría cuidado con este pokémon. No te lo he podido evolucionar ya que es bastante problemático. No hace caso ni nada, pero confío en que tu puedas formar vínculo con él.

    --Traducción: Quiero que tú cargues con esta cruz –intervino Destiny secándose la cara.



    Vantage cogió la pokéball de manos del profesor, y al darle al botón, salió un Bagon con caras de pocos amigos. Vantage miró al pequeño pokémon, pero este le giró la cabeza, revirándose de manera brusca.



    --Pues me da que va ha ser verdad…-- dijo Vantage con un suspiro.



    Grovyle se mostraba indiferente, dando a entender que a él no le importaba nada de lo que pasaba, pero ese pequeño Bagon le llamó la atención al pokémon de tipo planta. Vantage no tuvo otro remedio que devolver al pokémon a su pokéball.



    --Por lo menos sabrás que será muy fuerte en el futuro – le animó el profesor pokémon con una sonrisa, y recibiendo un asentimiento por parte de Vantage --. Ahora toca el último regalo.



    Ciprés abrió la tapa de la caja, haciendo que los entrenadores se pusieran alrededor a ver que es lo que había en el interior de la caja, y cuando lo vieron, se quedaron asombrados.



    --Son tres megaaros. Vantage, Serena, Steve, cogedlos. En cuanto a ti Destiny, te tengo una sorpresa, ven.



    Destiny no sabía porque lo de ella iba a ser diferente, pero en ese caso, tenía ganas a saber que era. Ciprés abrió un cajón alargado, del cual sacó un brazal de metal y cuero un poco desgastado, pero bien conservado. Casi en el centro, se encontraba la mega piedra que servía para mega evolucionar a los pokémon. Destiny tomó el accesorio con curiosidad, ya que le sonaba de algo. Al darle la vuelta, y mirar por la parte interna del brazal, pudo ver unas letras grabadas.



    --E.I. … -- leyó la entrenadora.

    --Echedei Inashu ¿no es así? Ese megabrazal pertenecía a tu padre. Alfred me lo envió para que te lo entregase. Ese hombre se preocupa mucho por ti Destiny, así que por favor, te pido que tengas cuidado a la hora de irte por ahí… Piensa que hay gente que tiene miedo a que te pase lo que les pasó a tus padres.



    Destiny lo pensó todo, ya que las palabras del profesor la hizo pensar. Charmander, curioso, tocó la parte metálica del brazal, pero quitó su patita al notar que Destiny decidió ponerse el brazal en el brazo derecho. Empezó a ajustar las correas que traía la prenda, y cuando todo estuvo colocado, se miró el brazo para ver que tal le sentaba. Un poco grande, pero estaba bien. Los demás entrenadores se acercaron al profesor, todos con sus megaaros puestos en la muñeca.



    --Ahora sí estáis listos chicos. Sólo una cosa. Si notáis que los megaaros son un tanto incómodos, quitadle la piedra y ponerla en otro sitio, ya sea en un guante, colgante o lo que sea, pero que os resulte cómodo.



    Los chicos asintieron, y antes de salir, metieron a todos sus pokémon en sus respectivas pokéballs. El profesor Ciprés decidió decirles unas últimas cosas.



    --No podéis usar los megaaros aún… Tendréis que esperar bastante para usarlos. No se os ocurra activarlos antes. Ahora sí podéis iros. Suerte en vuestro viaje. Y una última cosa… La fiesta de la creación y destrucción ya deben de haber empezado, así que… posiblemente os encontréis en un atasco.





    En cuanto salieron del edificio, los cuatro muchachos y sus pokémon se quedaron alucinando con lo que tenían en frente. Era una especie de cabalgata, con globos gigante de pokémon. Los había de Pikachu, los tres iniciales de Kalos…



    --Yo alucino…-- expresó Destiny mirando a todos lados.



    Todo era gente, música, risas, e incluso había gente disfrazada, y a los cuatro sólo se les pasaba una pregunta por la cabeza… ¿¡Cuándo ha empezado todo ese jaleo, y cuando se organizó!? En fin, pasaron de esa pregunta, pero hubo algo que a Charmander le llamó la atención.



    --¿Qué ocurre Charmander? – le preguntó su entrenadora



    El pequeño pokémon lagartija señaló al cielo, para cuando todos miraran, encontrarse con un globo de un Charmander. El pequeño pokémon de tipo fuego bajó del hombro de su entrenadora, para a continuación salir corriendo en dirección al portador de tal globo, pero esta acción preocupó a su entrenadora.



    --¡Charmander! ¿A dónde vas?—le preguntó Destiny, pero el pokémon ya estaba lejos



    --Yo te acompaño a buscarle. Vantage, Serena, quedaos cerca, volvemos en seguida – dijo Steve ofreciéndose, y recibiendo el asentimiento de Vantage y Serena. Una vez decididos, Destiny agarró con fuerza la muñeca de Steve, y lo arrastró para buscar a Charmander en la multitud de gente, seguidos obviamente por Croconaw.



    Vantage y Serena estuvieron unos momentos mirándolos, hasta que los perdieron de vista.



    --Te invito a un helado – le dijo Vantage a Serena

    --¡Vale! –asintió casi a grito Serena como una niña, para luego salir casi corriendo en dirección a la tienda más cercana.



    --¡Charmander!—llamó la entrenadora rubia a su pokémon, pero este no aparecía.

    --¡Ey, enano ígneo!, ¿dónde estás? –le llamó también Steve, pero sin recibir respuesta.



    Croconaw también lo llamaba, pero en el idioma pokémon, hasta que el pokémon similar a un cocodrilo, tiró un par de veces de la camiseta de su entrenador, y le señaló a lo que parecía ser Charmander, que estaba en brazos de un hombre que llevaba un cuerda gruesa en la mano. Esa cuerda era la del globo gigante de Charmander, que también era portado por otros tres hombres. Steve llamó a Destiny, y señaló la dirección en la que se encontraba su pokémon. Sin pensarlo dos veces, Destiny salió corriendo y se acercó al hombre, no sin antes tomar al Charmander.



    --¡Lo siento!, ¡siento que le haiga causado problemas! – se disculpó la entrenadora inclinándose una y otra vez para pedirle disculpas al hombre

    --No se preocupe. La verdad, es que me resultó gracioso ver como el pequeño se me acercaba con cara de alegría – le dijo el hombre riendo

    --Pero de verdad que lo siento…



    Steve se acercó a Destiny junto a su Croconaw, y vio que ya tenía en manos a su pokémon.



    --Vale Destiny… ¿Podemos irnos ya?—le preguntó Steve, llevando sus manos a la cintura.



    El hombre se asombró.



    --¿Destiny Inashu? Era un gran amigo de tu padre. No creo que seas tú…



    Destiny miró al hombre con extrañeza.



    --¿Perdone?

    --Obviamente no me recordarás… Eras muy pequeña para entonces… Soy Celio, y era un gran amigo de tu padre Echedei. Has crecido una barbaridad – le explicó Celio con una sonrisa.



    Destiny intentó hacer memoria, pero se disculpó al no recordarlo. Tuvieron una charla mientras caminaban, aunque Steve prefería estar un poco más atrás junto a su Croconaw. Pero desagradablemente, la charla fue interrumpida al ver una enorme sombra sobrevolar toda la fiesta, y mirando por encima, la sombra tenía forma de “Y”.



    --¿Pero qué…? –expresó Celio, para luego mirar arriba y encontrarse con su sorpresa --. Oh no… que Arceus nos proteja…



    La música paró, y todo el mundo miró arriba, para encontrarse con…



    --¡YVELTAL! –gritaron algunos totalmente entrados en pánico.



    Al gritar el nombre del pokémon, este dio un gran rugido, causando que todos salieran corriendo. Destiny se quedó paralizada al oír el nombre de ese pokémon. Miró al cielo, y se encontró con la gran bestia pokémon. Las calles, literalmente se vaciaron en segundos. Steve, preocupado, agarró la muñeca de la entrenadora para que salieran de ahí.



    --¿Destiny? – preguntó Steve al ver que la entrenadora se soltó de su agarre.



    La entrenadora rubia adoptó una expresión más seria, y cuando vio que el pokémon de 5,8 metro de alto y (pongámosle) 14 metros de envergadura aterrizó apañándoselas para entrar bien, le dio su Charmander a Steve, y adelantó un pasó soltando algunas lágrimas.



    --Tú…



    Yveltal, al oír la voz de la entrenadora, bajó su mirada a ella, pero seguía con su postura de superior.



    --Fuiste tú… Tú lo mataste… e hiciste que ella se pusiera en estado crítico… Fuiste tú… ¡Tú los asesinaste!



    Los gritos de la entrenadora asombró a Steve, pero sobre todo la furia que acumuló. Tanto a él como a ambos pokémon de tipo agua y fuego. Yveltal seguía con la cabeza en alto, pero la bajó dirigiéndola un poco a la entrenadora.



    --Hiciste honor a lo que te llaman… El destructor… Los mataste… Tú, y aquel imbécil… ¡QUÉDATE CON MI NOMBRE. ME LLAMÓ DESTINY, Y JURO QUE ME VENGARÉ!



    En eso, Vantage y Serena llegaron corriendo con helados en las manos. A Vantage no le dio tiempo a terminárselo, pero Serena iba comiéndoselo mientras tanto.



    --¿Qué ocurre?—preguntó asombrado Vantage cuando vio al pokémon destructor

    --Destiny e Yveltal…… expresó Steve.



    Yveltal acercó más su cabeza a la entrenadora, y la miró fijamente. Destiny sintió algo, algo raro y era que… Yveltal le estaba hablando mentalmente. El pokémon parecido a un cuervo, alejó la cabeza de la cercanía de la entrenadora al sentir otra presencia extraña. Otro sonido, pero más suave y tranquilizadora surgió ferozmente. A continuación, un gran ciervo azulado embistió contra Yveltal, haciéndole poco daño, pero dándole un empujón suficientemente fuerte como para mandarlo unos metros para atrás. Serena casi se atraganta al ver al gran ciervo. Tosió un poco, para luego expresar su nombre.



    --¡XERNEAS! –gritó ilusionada al verlo.



    El pokémon creación miró a los chicos unos instantes, para luego volver a dirigir su atención a Yveltal, que empezó a recuperarse. Steve no perdió tiempo, se acercó a la entrenadora y la hizo girarse agarrándola del hombro.



    --¡Hay que salir de aquí, y ya!



    Una vez Steve dijo eso, agarró la muñeca de la entrenadora, y salió corriendo con Charmander en su mano libre, y seguido por sus compañeros y los pokémon. Destiny dio una última mirada atrás, para ver a Xerneas creando una luna sobre él, pero no pudo ver más, ya que salieron de Luminalia a toda prisa.



    Atravesaron la unión de la ruta con la ciudad, y cuando la atravesaron, llegaron a una especia de parque, donde pararon de correr. Steve soló al pequeño Charmander.



    --¿Qué pasó exactamente? – preguntó Vantage recuperando el aliento.

    --Yveltal.. él es.. él es…



    Destiny no pudo acabar, ya que empezó a llorar. Steve quiso ayudarla, pero al no saber como, sólo pudo ayudarla poniendo su mano izquierda sobre su hombro. Destiny, al notar esto, miró de reojo al chico, para luego darse la vuelta y abrazarlo rápidamente, pero eso no paró su llanto.



    --Yveltal es un asesino… -- explicó llorando la chica.

    --¿¡Cómo!? – preguntó asombrada Serena --. Explícate mejor Destiny.



    Destiny se separó de Steve, pero seguí mirando hacia el suelo.



    --Yveltal mató a mi padre, e hizo que mi madre estuviera en cama por mucho tiempo… Él… los mató… El día en que mis padres murieron, juré que iría a por Yveltal, y acabaría con él… de una vez por todas.

    --¿Sabes? Tienes bastantes agallas –intervino Vantage, llamando la atención de todos -- . Le has plantado cara a un pokémon legendario, algo que muy pocas personas pueden hacer. Yo digo que podrás derrotarlo en el futuro, pero no podrás sola…

    --Cierto. ¿Viste cómo te miró Xerneas? – le recordó Serena.

    --No me miró, me habló… Xerneas e Yveltal – corrigió Destiny.



    Esto sorprendió a ambos. Charmander se acercó a su entrenadora, y le dio un par de golpecitos a la bota de la chica, llamando su atención, y consiguiendo que Destiny lo tomara en brazos.



    --Explícate… -- le pidió Serena.

    --Me dijeron cosas… Pero no entendí nada.



    Destiny se mostraba presionada, algo que Steve notó, y decidió interrumpir.



    --Da igual, eso ya no es importante. Lo importante es que estamos bien ¿vale? Ahora, creo que lo correcto sería continuar con nuestro camino. Hablaremos de lo sucedido más adelante.



    Steve se mostraba muy serio, y con una sola mirada, dio a entender a todos el por qué.



    --Está bien… Vámonos, no perdamos tiempo –asintió Vantage.

    --¿¡Qué!? ¡Yo quería enterarme!



    Destiny rió ante la expresión que acababa de dar Serena, y tomó una decisión.



    --Te lo contaré a ti primero – le dijo la entrenadora rubia con una gran sonrisa.



    Serena se animó más, y se acercó a la entrenadora para a continuación cogerle el brazo contenta.



    --¿Y si me lo vas contando de camino a nuestro destino? – le pidió



    Destiny sólo pudo asentir, provocando una gran sonrisa a Serena, que directamente, empezó a caminar tirando de la entrenadora.



    Steve y Vantage se quedaron por detrás, mirando como aquellas dos iban delante hablando. Vantage notó algo raro en Steve, y decidió preguntar.



    --¿Te preocupa algo?—le preguntó el entrenador de Kanto

    --Sí… ¿Y si Yveltal le hace lo mismo a Destiny? Quiero decir… ¿Y si a ella también la mata?



    Vantage adoptó un cara de tristeza y seria al mismo tiempo.



    --No creo que eso le pase. Y si es así, puede que sea muuuuuuy adelante. Aunque lo más probable es que no le pase nada. A lo mejor y todo lo captura.



    Steve no estaba del todo seguro. A demás, no cree que Destiny haga lazos con el pokémon que mató a sus padres. De todos modos, tendrían que estar pendientes. Ya hay demasiados problemas… Y uno de ellos, en forma de “Y”.
     
    Última edición: 24 Marzo 2014
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    Lil Shandawn

    Lil Shandawn Portadora de la Scissorblade - Rolerda en Twitter

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    (Mini especiales) Capítulo 8: Recuerdos del pasado 1/4 (Destiny)

    Años atrás, la mansión Inashu era mucho más activa, ya que se encontraban en su interior los propietarios originales de la casa. A parte de ellos, una niña pequeña corría por los pasillos intentando huir de lo que parecía ser un Zoroark. Ambos no paraban de hacer ruido, hasta que una mujer rubia se plantó justo delante de la niña, haciendo que esta parará en seco. Cuando la mujer tuvo a la niña parada y acorralada por ambos lados, la cogió y la llevó hasta una habitación amplia y perfectamente decorada. Lo único que tenía la habitación, a parte de dos enormes sillones blancos y una mesa de cristal, era un enorme piano de cola blanco con una butaca del mismo color para sentarse y tocar tal instrumento.

    --¡No quiero! -- rechistó la niña negándose en rotundo
    --Te he dicho que no vas a jugar a nada sin antes acabar con tus prácticas de piano Destiny --Le dijo la mujer, sentando a la aparente joven Destiny sobre la butaca del piano. El Zoroark sólo podía aguantar su risa para que no se dieran cuenta.
    --Pero mami... Papá me prometió llevarme a dar un paseo por Kalos volando con su Charisar.
    --Se dice Charizard, y no irás hasta que acabes --dijo de forma sería su madre, cruzando los brazos

    La pequeña bufó, y luego le dio a una tecla del piano repetidamente, para ver si colaba.

    --Pero hazlo bien, si no, no vas-- añadió la figura materna de la niña, provocando que está volviera a bufar.

    Interrumpiendo el momento, un hombre alto y aparentemente fuerte entró en la sala. Destiny, al girarse, puedo ver que era su padre, con lo que se bajó de la butaca, y se lanzó a su brazos cuando estuvo cerca, haciendo que el hombre la levantara.

    --¿Por qué tardabas tanto enana?--le preguntó su padre con una voz divertida
    --Mami no me dejaba si no acababa de practicar--confesó la pequeña con sus mejillas hinchadas mientras miraba a su madre.

    El hombre rió, y miró a la mujer para hablarle. Esta se encontraba de brazos cruzados, y al parecer no estaba de buen humor.

    --Eloisa, por el amor de Arceus, que sólo tiene cinco años. Te prometo que cuando vuelva se pondrán ello, pero deja que se venga conmigo ¿vale?-- le pidió el hombre acercándose a ella con la niña aún en sus brazos.
    --He dicho que no Echedei. No se va de aquí hasta que acabé la lección.
    --Venga... Cuando vuelva se pondrá a ello, te lo prometo.

    La mujer parecía que cedía, ya que dejó sus brazos sueltos.

    --¿Seguro? --preguntó Eloisa para finalizar de una vez con la charla.
    --Seguro.

    Echedei pasó a agarrar a su hija con su brazo derecho, ya que con la mano derecha acercó a su mujer a su ser para besarla y despedirse. Al ver esto la pequeña Destiny, se giró del todo, par apoyarse en el hombro del su padre para no ver tal escena. A continuación, sacó la lengua poniendo cara de asco. Cuando Echedei se separó de Eloisa, se despidió, y salió de la habitación con su hija aún en brazos. Destiny miró a su padre y decidió hablar.

    --¡Qué asco! -- exclamó la pequeña.
    --No hables enana, que tú también lo harás cuando te toque --respondió su padre riéndo.
    --¡Nunca!
    --Nunca digas nunca Destiny. Créeme cuando te lo digo.
    --Si eso pasa me haré chico--expresó la pequeña cruzando sus brazos

    Su padre rió ante tal gesto, ya que no creía lo que oía.

    --Lo tendré en cuenta.

    Ambos salieron de la casa, y se dirigieron a un gran jardín, donde un gran Charizard negro con una cicatriz en el ojo derecho les esperaba tumbado sombre una gran roca. Al verlos, el pokémon similar a un dragón se les acercó. La misma criatura acercó el hocico hasta la pequeña niña rubia, la cuál, extendió la mano hasta tocarle el hocico al pokémon. Este cerró los ojos al notar el tacto de la pequeña mano de Destiny, pero esto fue interrumpido cuando Echedei empujó suavemente el hocico del pokémon hacia abajo, dando a entender que bajara un poco para subirse. Echedei caminó hasta colocarse a un lado del Charizard, y subió a Destiny a la parte delantera del cuello. A continuación, se iba a subir él, pero un hombre de pelo negro y esbelto se acercó con una pequeña chaqueta rosa.

    --Señor, de parte de la señorita Eloisa. Dice que se la ponga a la niña.
    --Gracias Alfred. Dígale a mi mujer que no hace falta que se preocupe tanto, pero que se le agradece--agradeció Echedei, tomando la prenda para a continuación dársela a su hija, la cual no necesitó ayuda para ponérsela.
    --Tenga cuidado...--pidió el joven Alfred, cuando vio que Echedei subió sobre el cuello de su Charizard negro, quedando detrás de Destiny.

    Echedei no dijo nada, simplemente asintió, y cuando lo hizo, el Charizard shiny abrió sus alas negras y rojas para emprender rápidamente el vuelo hacia arriba, ya que primero quería llegar un poco más arriba de las nubes. Destiny siguió los pasos que su padre le daba, lo primero era apretar las piernas, y luego, cuando el Charizard estuviera en una posición completamente vertical, inclinarse hacia delante.

    Charizard ya había llegado hasta donde quería, con lo que según pasó las nubes, voló de forma horizontal, dándole a sus pasajeros una preciosa vista con el mar de nube bajo ellos. Destiny, literalmente flipaba con lo que veía. Era la primera vez que volaba en el Charizard de su padre.

    --Charizard, vuela más bajó para que veamos todo Kalos--le pidió Echedei

    El pokémon de tipo Fuego/Volador fue descendiendo poco a poco,Musta que por fin, los tres pudieron ver Kalos entero.

    --¡Es precioso!--exclamó la pequeña Destiny mirando el paisaje de diversos colores bajo ella
    --Algún día tu también podrás volar en compañía de tu pokémon, y volverás a vivir este paisaje una y otra vez--le dijo su padre con una sonrisa, y acariciando el pelo de la pequeña.

    Charizard fue acercándose a Pueblo Petroglifo, y bajó hasta llegar al mar que se encontraba cerca, volando a una altura considerable, donde levantaba el agua al pasar. El brillo del sol reflejaba en el pokémon, haciendo que brillara. Esto, sumado a la cristalina agua, le daba un toque majestuoso al Charizard. El pokémon volvió a emprender un vuelo alto, pasando por todos los rincones de la región.

    Pasó el tiempo, y el sol empezaba a esconderse. La pequeña Destiny empezaba a tener sueño, y notó que sus párpados se cerraban. Echedei notó esto, pero también veía como su hija luchaba por mantenerse despierta, y esto le causó una pequeña risa, aunque todo cambió al esconderse el sol del todo, y dejando pasó a su hermana la luna. Echedei decidió volver a su casa, así que le ordenó al Charizard negro volver a casa. El trayecto fue corto, ya que el pokémon se apresuró en llegar. Aterrizó en el jardín de su casa, donde Echedei fue el primero en bajar del cuello del pokémon. A continuación, cogió a la adormilada Destiny, la cual aún quería mantenerse despierta, pero no lo conseguía. Echedei la apoyó sobre su hombro derecho, dejándola ver un poco lo que se encontraba a espaldas del entrenador.

    --Adiós Char-char...--se despidió antes de caer dormida la pequeña.

    El Charizard sólo dio un pequeño sonido, como despidiéndose también. Echedei sólo tenía una cosa en la cabeza, y era que esperaba que su mujer estuviera dormida, ya que rompió la promesa que hizo. En la entrada del jardín, sólo estaba Alfred, que los esperaba tranquilamente.

    --Señor, su mujer ya se fue a dormir hace rato, pero dijo que por la mañana se iba a enterar--le informó Alfred al verlo llegar.

    Echedei dio una sonrisa nerviosa --Llévela a su cuarto Alfred. Seguro que cuando llegue a la habitación se despertará--le pidió el hombre, entregándole a la pequeña niña.
    --Descuide señor. Buenas noches.

    Alfred asintió, y llevó a la dormida Destiny a su cuarto para que descansara mejor. Echedei ahora tenía una pequeña misión: Ponerse el pijama y entrar con sigilo a la habitación e intentar no despertar a su mujer, la cual se pondrá en modo super saiyan si se entera de lo que hizo. Pero bueno, a él le gustaba lo extremo.

    Sí, se lo que pasa. La vida de Destiny era la deseada por cualquier niño, pero eso cambió al pasar el tiempo. Desde entonces, se sintió desdichada y miserable, pero de todos modos, lo afrontó poco a poco, y ahora, se puede decir, que está siguiendo los pasos de su padre exactamente igual que como él quería que hiciese.
     
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    Steve Yops

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    Hola hola TW Kyle :) He llegado para dejarte mi comentario :3

    Capítulo 7

    Ummm... empecemos con lo técnico. Noté que primero escribiste "poké-dolares" y luego "pokédollars"; no es un error realmente, pero quedaría mejor un sólo nombre, la verdad. En mi opinión, pudiste haberle dado más emoción a la parte en que Treecko evoluciona... fue como muy "rápido", no sé si de pronto estabas apurada al escribir el capítulo, pero la verdad sentí que faltó algo ahí...
    Lo otro es que caíste en reiteración en la siguiente frase:
    El segundo "está bien" podrías cambiarlo por un "Mmm..." o un "bueno" para no caer en redundancia ^^
    Sin embargo, también hay que reconocer tus avances, y en este capítulo he podido notar que ya aplicaste la regla de puntuación en los guiones; ¡felicidades! :D

    Hmmm... puedo notar que Destiny está comenzando a cambiar, me agrada eso :) Le da como cierta frescura a la trama... me gusta mucho como este personaje ha ido madurando, ya hasta le estoy tomando cariño jajajaja.

    Y oh... ¡wow! Aunque no entendí porque Xerneas e Yveltal aparecieron de la nada... me gustó muchísimo ese giro; nunca se me había pasado por la cabeza que el pokémon destrucción fue el asesisno de los padres de la protagonista... y la verdad tiene bastante sentido, quedó bastante interesante :D La historia me está empezando a gustar más.

    Capítulo 8

    Partiendo con lo técnico aquí también, voy a recalcar la buena presentación del capítulo: No hay tanto espacio entre los párrafos y los diálogos; de verdad que resulta mucho más agradable de leer. ;) Mereces otra felicitación.

    Me gustan estos especiales; siento que te llega una gran inspiración al escribirlos. La narración de una y otra forma te transporta por completo a la historia... que bonito leer un capítulo sobre la niñéz de Destiny.
    Echedei salvó a Destiny del aburrimiento (?) Eloisa debe de estar muy enojada jajajajaja


    Gracias por avisarme; esperaré la continuación :)
    Cuidate.
    OnlyYops.
     
    Última edición: 16 Abril 2014
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    Lil Shandawn

    Lil Shandawn Portadora de la Scissorblade - Rolerda en Twitter

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    (Mini Especiales) Capítulo 9: Recuerdos del pasado 2/4 (Steve)



    Un pequeño niño de ojos rojizos se encontraba en una plaza con otro niño. Iba acompañado también por un Chespin.

    --¡No es justo! – exclamó uno de ellos guardando un Nidoran macho en su ball

    --Te dije que Chespin era más fuerte. – añadió el niño de ojos rojizos llevando sus manos tras la cabeza. El pequeño pokémon de tipo planta adoptó una postura de victoria también

    --Lo que pasa es que ese pokémon siquiera es tuyo – siguió quejándose el otro niño marchándose indignado


    Según vio el chico que su rival se fue, dio un suspiro.

    --Me da igual…Lo importante es que gané ¿verdad Chespin?

    El pokémon de tipo planta asintió sonriente, y luego saltó a los brazos de su amigo.

    --A este paso, yo, Steve, llegaré a ser un campeón pokémon.


    El pequeño Steve puso rumbo hacia su casa con Chespin en brazos. Al llegar, tocó la puerta, y de ella salió una mujer con el pelo negro y largo. Vestía un traje de andar por casa y nunca perdía una sonrisa.


    --Ya era hora Steve. Ya iba a buscarte yo misma. Entra, la cena ya está lista – le dijo la mujer dejándolo pasar


    Rápidamente, Steve soltó al inicial planta de Kalos, y corrió en dirección al comedor de su casa. Nada más llegar, se sentó en la primera silla que pilló. Ahora solo le quedaba esperar a que su madre le sirviera su plato.


    --¿Y que hay para comer? – preguntó Steve agarrando los cubiertos. Chespin también se sentó, y se relamió los labios

    La madre de Steve cogió dos platos.


    --Para Chespin, comida especial para pokémon de tipo planta. Y para ti, salteado de verduras.

    La sonrisa de Steve se fue desvaneciendo, pero la de Chespin seguía cuando la madre del niño puso ambos platos en frente de los pequeños.

    --¡No voy a comer esto!—se quejó el niño soltando los cubiertos y cruzando los brazos

    --Pues vas a tener que comerlo. Si no, no habrá tele ¿entendido?


    Steve bufó. Cogió el tenedor, y pinchó con el una zanahoria para a continuación llevarse ese trozo a la boca. Lo masticó sin ganas y se la tragó con cara de asco.


    --¡Ya!

    --No Steve… Cómetelo todo – dijo su madre, comiendo también el mismo plato que le sirvió a su hijo

    --No entiendo a la gente que se come esto… ¿Quién se come algo de color verde? – dijo indignado el pequeño

    —La gente sana se lo come, yo me lo como… Todos comen verduras Steve



    Una vez más, el pequeño Steve bufó, pero no tuvo otra, hay que comerse todo lo que hay en el plato…



    Fue bastante el tiempo que pasó hasta que Steve, el último en acabar, comiera. Nada más vio su plato vacío, bajó de la silla, y se fue a su cuarto. Su madre negó con la cabeza, pero luego sonrió. Se levantó de la mesa, y con ayuda de Chespin empezó a recogerlo todo. Cuando Steve llegó a su cuarto, dio un salto hacia la cama, y se sentó en ella. Sobre la cama tenía uno de los libros que más le gustaban, y como no, era de pokémon.



    —¿Por dónde iba? ¡A sí! Quería leer la parte de legendarios…



    El niño empezó a pasar las páginas, hasta que llegó a la sección de legendarios.



    —A ver… Xerneas. El pokémon Creación… Hace unos 800 años, el pokémon conocido como Xerneas iluminó con sus cuernos la región de Kalos. Cuando esto pasó, todos los habitantes, tanto humanos como pokémon, sintieron esperanza y luz junto a una gran fuerza energética… Se dice que Xerneas e Yveltal están en constante guerra. ¿Yveltal?



    Steve volvió a buscar en las páginas, hasta que encontró la que quería.



    —Aquí… Yveltal… El pokémon Destrucción… Hace 800 años, Yveltal sumió a toda Kalos en Tinieblas, buscando la oscuridad absoluta. Al hacerlo, todos los habitantes, tanto humanos como pokémon, sintieron el gran aura oscura de Yveltal. Todo parecía estar perdido hasta que Xerneas, apareció para ayudar derrotando al malvado Yveltal… Vaya… Entonces, Xerneas e Yveltal son como una especie de Yin y Yang… Algo como Zekrom y Reshiram. Espera… ¿Y esto?



    Steve echó un vistazo a una zona del libro… Mencionaba a otro pokémon.



    —¿Zygarder? — dijo Steve pasando la hoja — Zygarder, el pokémon Equilibrio. Se dice que mantiene el orden ecológico de Kalos, y cuando nota que va a mal, es cuando aparece liberando todo su poder. Espera… ¿Qué? ¿No hay más? No hay datos ni nada…. Que pokémon tan raro…



    En ese momento, la madre de Steve entró en su cuarto.



    —Steve… ¿Sigues leyendo ese libro aún? — preguntó su madre cuando lo vio con el libro en las manos

    —Eh… Sí. Pero hay información que falta en este libro… Pero sólo de los legendarios… Como por ejemplo Zygarde, Mew, Mewtwo, Diance, Volcanion y Hoppa.

    —Es normal Steve… Son pokémon nunca vistos. Bien porque nunca se dejan ver, o porque son tan agresivos que no pueden tener esos datos —le explicó su madre, acercándose a él y sentándose a su lado

    —Entiendo pero… Yo quiero saber cosas sobre ellos… ¡Ya sé! ¡Cuando crezca, iré a por ellos y conseguiré sus datos!



    La madre del niño sonrió, le acarició la cabeza, y decidió irse.



    —Tú lo has dicho, cuando crezcas, pero ahora ponte el pijama y a la cama.



    Según dijo esto, su madre cerró la puerta dejando sólo al pequeño Steve, el cuál dejó el libro sobre su mesa de noche, y se acercó a su ropero a sacar el pijama.



    —Me pregunto… ¿Cómo será tener tu propio pokémon y salir por ahí de aventuras? Seguro que genial… Conocer gente, pokémon y también alguna que otra chica… Jejé… Eso si que me gustaría.



    Steve se iba cambiando al mismo tiempo que hablaba consigo mismo. Se terminó de poner su pijama azul oscuro con el dibujo de un Pikachu en la camiseta y se fue a la cama, donde apagó la luz, se tapó con la colcha y cerró los ojos, pero los abrió de nuevo al no poder dormir pensando en una cosa. Se giró y miró al techo.



    —Pero… ¿Qué pokémon tiene un entrenador al empezar?



    Steve cogió su libro de la mesa de noche, y del cajón de la misma, sacó una linterna.



    —Veamos… Inciales… Iniciales… ¡Aquí! A ver… Tipo fuego… Charmander, Cindaquil, Torchic, Chimchar, Tepig y Fennekin… Ninguno que me llame la atención… Según dice aquí, el tipo fuego es potente, pero deja que desear en algunas ocasiones… Veamos el tipo planta. Bulbasaur, Chikorita, Treecko, Turtwig, Snivy y Chespin… Bueno, son bastante tácticos, pero son débiles frente a muchos tipos. Veamos que dice el tipo agua… Squirtle, Totodile, Mudkip, Piplup, Oshawott y Froakie… La mayoría son rápidos en cuanto al nado pero… no sé bien como son en tierra.



    Steve era un poco tiquismiquis de pequeño. Siempre tenía dudas o encontraba alguna que otra pega. Si había algo que le gustase era un pokémon con apenas problemas, pero eso era difícil, todo pokémon era débil ante algo. Steve cerró el libro y colocó la linterna sobre la mesa de noche. Se levantó de la cama, y se acercó a la ventana. Miró al cielo estrellado y se puso a pensar.



    —En total hay 721 pokémon, y se dice que se están descubriendo más… Me pregunto cómo puedo capturarlos a todos…

    Steve miró más atentamente a la gran masa de cielo iluminado, y vio pasar rápidamente a un Charizard negro cuya piel brillaba con la luz lunar. Steve no sabía con certeza el pokémon que era, pero se quedó mirando su brillo.



    —¿Qué…? Eso era un Charizard pero… ¿Por qué era negro? Los Charizard siempre han sido de color naranja.

    Steve estuvo pensando, pero nunca se encontró con tal especie de pokémon. En ese entonces, Steve estuvo seguro de lo que quería hacer. Se dirigió a su baúl lleno de juguetes, y de él sacó un Totodile de peluche.

    —Ya sé que pokémon quiero… Y voy a ir a por él — dijo Steve, sacando del mismo sitio un gorro un tanto raro de lana, y se lo puso en la cabeza —-. Pienso conocer a todos los pokémon con mi compañero.



    el pequeño niño se volvió a ir a la cama, pero no sin antes dejar el gorro en el suelo. Se acostó en la cama dejando primero el libro en la mesa de noche, y luego pudo acostarse tranquilamente junto a su Totodile de peluche

    “721 pokémon… ¡Que se preparen, por que voy a por todos!”

    Esos eran los pensamientos del chico, pero no sabía lo que el futuro le tenía preparado. Todo un mundo con pokémon de todo tipo que al mismo tiempo iba a ser bastante complicado. No todo era bonito, no todo era pokémon pacíficos, ni mucho menos… Es más, el mismo va ha descubrir el verdadero significado del peligro y la aventura.
     
    Última edición: 4 Mayo 2014
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    Lil Shandawn

    Lil Shandawn Portadora de la Scissorblade - Rolerda en Twitter

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    Pokémon - The Great Adventure
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    (Mini Especiales) Capítulo 10: Recuerdos del pasado 3/4 (Serena)


    Estamos en Pueblo Boceto, y en una casa un poco amplia se encontraba empacando todo. Una niña pequeña no estaba muy contenta con la mudanza. Había crecido en esa casa, y no tenía ganas de marcharse de ella.

    —Mami… yo no quiero marcharme… — dijo la niña un poco triste

    —Serena, debemos irnos. A parte, conocerás a otras personas allá a donde vamos — dijo su madre sonriendo

    —¡No!, ¡yo no me quiero ir de aquí! — gritó la niña marchándose del lugar tristemente. Se adentró en la ruta 1, sin importarle la bronca que le esperaba luego. Decidió entrar en la vegetación para que no la encontraran tan fácilmente. Una vez, creyendo ella haberlos perdido, se sentó bajo un árbol, y empezó a llorar.


    —Yo no quiero marcharme de mi casa…— dijo con tristeza la pequeña Serena


    Ella tenía muchos recuerdos de ese lugar, malos y buenos, pero eran recuerdos. No le importaba que eso de que habría un nuevo miembro en su familia, no quería marcharse de ese lugar.


    —Estúpido hermano nuevo… — maldijo Serena con furia esta vez —. Lo voy a odiar por siempre…


    Serena se sentó mejor, y dio un golpe al suelo. Odiaba con toda su alma la nueva decisión de sus padres, sobretodo, porque no querían escucharla y porque aquella razón era tonta. ¿Que la casa era pequeña? No le importaba, porque ella estaba decidida a irse de viaje. ¿Que el niño iba a crecer? Ella también, y no era excusa. ¿Qué el niño necesitaba su propio cuarto? Ella estaba dispuesta a compartir el uso, pero ellos no quisieron.


    —Son en estos momentos en los que quiero ser una entrenadora pokémon para irme y no verlos…— añadió la pequeña Serena con más furia

    En ese momento, un Pichu apareció, un Pichu que le era conocido a Serena.


    —¿Qué haces aquí Pichu? — le preguntó la niña

    El Pichu se acercó a la niña, y le dio nos toques en la pierna.

    —¡No!, ¡No voy a volver!, ¡sobretodo sabiendo que lo hacen por ese estúpido hermano mío! Sé que me van a olvidar poco a poco…

    El Pichu decidió subirse a las piernas de la pequeña Serena, negó con la cabeza, y tiró de su camiseta para que fuera con él, pero Serena se negó.

    —¡Yo no voy a volver! Me quedaré a vivir aquí y punto.

    Pichu bajó sus orejitas, y se sentó al lado de su amiga dándolo por perdido. Serena pasó su pequeña mano por la cabeza del Pichu, despeinándolo un poco, pero este se colocó su pelaje. Serena se puso en pie, y decidió darse un paseo por la vegetación de la ruta junto al pequeño Pichu, el cual se subió a su hombro. A medida que Serena se adentraba, fue encontrándose con pokémon diferentes. En un momento, Serena se encontró con dos Pidgeys jugando, pero la niña decidió no hacerle caso, dado que seguro era hermanos pokémon.


    —Esto es un rollo… — se quejó Serena mirando a su alrededor

    El Pichu bostezó ampliamente, hasta que vio algo que llamó su atención, y era unos arbustos moviéndose. Algo no le agradaba al pequeño pokémon eléctrico.


    —¿Pasa algo Pichu? — preguntó la niña mirando al pokémon

    Pichu señaló al arbusto, el cual se movió un poco más para a continuación salir un Mightyena salvaje y gruñendo. Serena, al ver al pokémon siniestro, se asustó, y dio unos pasos hacia atrás. Mightyena gruñó más fuerte, y luego se fue acercando poco a poco a la pequeña Serena. La niña, al ver el peligro que corría, decidió huir de ahí rápidamente, pero el pokémon oscuro fue tras ella. Pichu no podía estar sin hacer nada, con lo cual decidió ponerse delante de Mightyena, el cual paró al ver la postura desafiante de Pichu.


    —¡Pichu, no!, ¡Te va ha hacer daño!

    Pichu no hizo caso. chispas empezaron a salir de sus mejillas. Mightyena fue más rápido, y atacó al pequeño Pichu con un triturar, quedando la patita del ratoncito entre los colmillos del pokémon. Cuando Serena quiso ayudar, apareció un Infernape de detrás de ella, el cual, rápidamente atacó al pokémon Hiena con un potente A bocajarro provocando que Mightyena soltara al muy debilitado Pichu. Mightyena huyó rápidamente e Infernape se acercó al pokémon eléctrico, al cuál cogió él mismo.


    —¡Serena!— gritó un hombre acercándose a la niña. Era su padre

    —¡Papá! — exclamó la niña contenta

    El padre, al ver que su hija estaba bien, la abrazó fuertemente no sin antes ponerse a su altura.

    —No vuelvas a hacer eso, nunca jamás ¿vale?

    Serena simplemente asintió. En ese momento se arrepentía completamente de lo que hizo. El Infernape se acercó a ellos con el Pichu en sus manos. El padre de Serena se separó un poco de ella, y tomó él mismo al pokémon eléctrico en sus manos.


    —Vamos con mamá Serena… Nos espera— le dijo el adulto cediéndole su mano.

    Serena al principio puso una cara de tristeza, ya que sabía que se tenía que marchar de su hogar, pero asintió ligeramente y tomó la mano de su padre.

    —Está… bien…— dijo tristemente la futura entrenadora.

    Su padre sonrió, y llevó consigo a la niña y ambos pokémon al lugar en el que antes estaban. Serena empezaba a recordarlo todo sobre sus momentos allí, pero no podía hacer nada para que sus padres cambiaran de opinión. Al llegar a su destino, Serena miró a su casa con tristeza y a punto de llorar. Y por su mente solo pasaban momentos agradables en ella. y es que separarse del lugar en el que creciste es duro, ya que te acostumbras a dormir en ese lugar, a vivir en él, y es duro adaptarse a un lugar nuevo, pero si no hay otro remedio, hay que aguantarse y morderse la lengua. A Serena sólo le queda una opción… Acostumbrarse a lo que se le viene encima y esperar al futuro, el cual le guarda una gran sorpresa...
     
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    Steve Yops

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    Hey, hey, TW :) Ya llegué para comentarss.

    Capítulo 9

    Aww, que ternera... digo, ternura. Jajaja, a decir verdad no me esperaba un mini-especial de Steve, me gustó, me gustó, me pareció bonito gesto :) Me parece genial que nos muestres otra faceta del personaje; que se ve que desde niño estaba más que decidido a ser un exitoso entrenador... ¡esperemos que lo pueda cumplir!

    En cuánto a lo técnico, un par de nombres de pokémon estaban mal escritos... revísalo bien para la próxima.

    Capítulo 10

    Un mini-especial de Serena... la idea en sí me parece genial pero si te soy sincero siento que le faltó algo... Cuando Serena se va de la casa y cuando aparece el Mightyena pudiste haberle puesto más emoción, fue todo como demasiado rápido, que no pude sentir esa "tensión del momento" como en otras ocasiones.


    Bueno, es todo lo que tengo para decir. ¡Qué estés muy bien!
    Se despide.
    OnlyYops.
     
    Última edición: 16 Mayo 2014
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