Long-fic de Pokémon - Pokémon Rainbow: Kanto.

Tema en 'Hall de la fama' iniciado por Paralelo, 17 Agosto 2012.

  1.  
    Paralelo

    Paralelo Viajero dimensional

    Virgo
    Miembro desde:
    16 Agosto 2012
    Mensajes:
    259
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Pokémon Rainbow: Kanto.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    71
     
    Palabras:
    1943
    ...Continuando

    Capítulo 49: Cara a cara una vez más.
    Ese es el objetivo, dominar tu talento, no que tu talento te domine a ti."
    Rainbow


    No mucho rato después Rainbow llegó a ciudad Verde, hace casi un año que había estado ahí por última vez, y en su interior no pudo dejar de sentir algo de nostalgia al ver todo lo que había recorrido, pero esa visión fue nublada por las expectativas de lo que todavía había por venir.

    —Espero que esta vez el líder sí se encuentre —les dijo a sus amigos —, no me agradaría nada que después de todo lo que pasamos todavía no esté.

    Diciendo eso fue acercándose al gimnasio con esa mirada arrogante.

    —Oye, yo te conozco —le dijo una voz infantil que Rainbow reconoció de inmediato, y al darse la vuelta estaba de nuevo esa niñita de cabello amarillo con la que se había encontrado hace tanto tiempo.

    —Ah, eres esa niñita… Yellow —le dijo fríamente —, lo siento, no tengo tiempo para ti, debo ir a retar al gimnasio.

    —Oye, espera no te vayas —se apresuró a decirle.

    —¿Ahora qué es lo que quieres? —preguntó fastidiado.

    De repente Yellow se sintió algo asustada por su actitud.

    —Solo quiero desearte suerte —contestó tímidamente.

    —¿Tanto drama solo para algo tan absurdo como eso? —comentó rudamente Rainbow ya enojado por tanta interrupción absurda. Yellow parecía se disculpó con una triste mirada, al verla así Rainbow sintió algo de culpa, como solía pasar a veces, pensó que era una niñita todavía muy perturbable, pero algo veía en ella que podría llegar a ser especial, sobre todo porque ambos tenían el Viridian mind.

    —Te diré algo —continuó Rainbow un poco más amigable aunque aún con la mirada fría —, algún día conseguirás un pokémon, de algún modo, y cuando eso suceda tendrás a alguien con quien poder comunicarte, perderás el miedo que sientes por los pokémon, pero pasará más tiempo para que puedas dominar tu propio don. Ese es el objetivo, dominar tu talento, no que tu talento te domine a ti.

    Yellow lo miró atentamente, y se sorprendió de ese cambio de actitud.

    —Lo que quiero decir —continuó Rainbow— es que debes dejar de ser tan miedosa, algún día seguramente te tocará hacer algo importante, nunca se sabe cuando hasta la persona que parezca más insignificante pueda lograr grandes cosas —dijo recordando cómo fue que él mismo había derrotado a una gran organización a pesar de lo que pensaban de él.

    Y habiendo dicho eso se despidió fríamente de Yellow y se dirigió al gimnasio de ciudad Verde.



    Hace casi un año que Rainbow estaba en la misma situación que en la que se encontraba en ese momento, de pie frente al gimnasio, pero en aquél entonces no pudo enfrentar al líder, sin embargo Rainbow sonreía maliciosamente, tal vez pensaba humillarlo el doble por haberlo hecho esperar, tal vez pensaba en jugar un poco con el último líder, o tal vez pensaba darle oportunidad… la verdad nadie sabía lo que podía estar pasando por su cabeza en ese momento, pero no hubo mucho tiempo para esperar pues entró bruscamente, y el ruido de las puertas resonó por todo el gimnasio.

    —¡Ya estoy aquí de nuevo! —gritó con violencia arrogante — ¡No te escondas, sé que estás aquí! —y empezó a caminar desafiante hacia el interior.

    —Así que ya estás aquí —dijo una sombría voz entre las sombras del oscuro gimnasio —, se puede decir que te estaba esperando.

    De entre las sombras salió un fornido hombre, con mirada malévola, el cual la mayoría de los pokémon de Rainbow conocía muy bien.

    —Hola Giovanni —saludó Rainbow devolviéndole la mirada malévola.



    Mientras tanto el profesor Oak seguía trabajando en su laboratorio, con Bill del otro lado de la pantalla del telecomunicador.

    —¿No cree que Rainbow se enojará cuando sepa lo que hizo profesor? —preguntó Bill algo preocupado.

    —Lo más seguro es que sí —respondió Oak —, pero de todos modos tenía que hacerlo.

    —Y bien, ¿ha encontrado algo extraño? —preguntó Bill intrigado.

    —Para nada —exclamó Oak decepcionado —, el fragmento de piel del Cubone de Rainbow no muestra nada inusual, la razón de sus poder y sus habilidades aún son un misterio.

    —Tal vez Rainbow encontró la forma de hacerlos más poderosos, no veo que haya nada de malo —dijo Bill tratando de calmar al profesor.

    —No es tan simple Bill —exclamó Oak —, de alguna manera Rainbow ha encontrado la manera de enseñarles a sus pokémon ataques contra su naturaleza.

    —¿Contra su naturaleza? —preguntó Bill sorprendido.

    —Cuando tuve a su Cubone solo por unos días le hice algunas pruebas, entre ellas la de qué ataques era capaz de hacer… ¿me creerías si te digo que uno de los ataques que pudo hacer fue Pistola agua?

    —¿¡Pistola agua!? —exclamó Bill intensamente sorprendido.

    —Ese y muchos otros ataques que nunca podría hacer un pokémon del tipo tierra —continuó Oak.

    —¿Pero cómo es eso posible? —siguió Bill —¿Cómo hizo Rainbow para enseñarle ese ataque que va contra su naturaleza?

    —No tengo idea —respondió Oak —, al principio tuve la idea de que había hecho algo que cambiara la genética de sus pokémon, pero esto no es así, la muestra de ADN de Cubone es completamente normal.

    —Entonces, ¿qué es lo que quiere hacer? —preguntó Bill.

    —Sé que Rainbow nunca nos revelaría sus secretos como entrenador… al menos no hasta que logre su objetivo —contestó Oak recordando lo que Rainbow lo había dicho antes de irse —, pero ese conocimiento sería verdaderamente útil para la investigación pokémon.

    —¿Está seguro de eso profesor? —interrumpió Bill— ¿Está seguro que hacer los conocimientos de Rianbow de usó público será una buena idea?... Sé que Rainbow no es del todo el chico con quien uno tendría más confianza, pero al menos ha demostrado que maneja bien su método, su método no lo maneja a él, ¿qué pasará si esa habilidad cae en malas manos?

    —Ese es un buen punto —respondió Oak —, pero en ese caso… me temo que tal vez Rainbow no sea el único que conozca el método perfecto para entrenar pokémon.

    —¿A qué se refiere? —preguntó Bill intrigado.

    —Aurora —contestó el profesor severamente —, ella tiene demasiado bien protegido su trabajo sobre misterios pokémon, de hecho nadie hasta ahora sabe exactamente bien qué es lo que sabe… además de lo que vio contigo claro…pero aún así, es sospechoso que ni siquiera le haya dejado a su mejor amigo saber en lo que trabaja.

    —¿Quiere decir que tal vez Aurora esté ocultando algo? —preguntó Bill preocupado.

    —No estoy acusándola de nada —contestó Oak —, solo digo que no sería bueno que alguien más lograra dominar el método de Rainbow… sería aprovechado por las fuerzas criminales.

    —No creo que eso sea algo para preocuparse —comentó Bill un poco más animado —, mientras Rainbow tenga el único método consigo y no se lo revele a nadie no hay nada que temer, y con Rainbow podemos confiar siempre dos cosas… que nunca perderá, y que nunca revelará los secretos de su método.

    —Así lo espero —contestó Oak más calmado —, pero quien sabe, nunca nadie va a estar completamente seguro acerca de lo que Rainbow vaya a decidir hacer… es paradójico, un chico tan predecible, pero al mismo tiempo tan impredecible.




    Mientras tanto Rainbow seguía en el gimnasio pokémon de ciudad Verde, acabando de encontrarse con Giovanni.

    —¡Vaya!, no pareces sorprendido de verme aquí —exclamó Giovanni sonriéndole maliciosamente.

    —Pero claro que no lo estoy —respondió Rainbow desafiante —, de hecho, ya esperaba encontrarte aquí.

    Giovanni se sorprendió mucho al oír eso.

    —Te explicaré —continuó Rianbow —, hace casi un año, cuando vina aquí por primera vez, no había nadie en este gimnasio, sin embargo eso no me impidió asomarme por la ventana para asegurarme, efectivamente lo vi todo oscuro, pero sí hubo algo que vi muy claramente… el busto del líder del gimnasio —y señaló al busto de piedra, el cual era la imagen de Giovanni —… Soy un buen fisonomista, no olvido las caras que veo… aún tengo algún problema con algunos nombres… pero eso no importa. El caso es que en ese momento no me importaba cómo se viera el líder de este gimnasio, así que seguí con mi viaje… hasta que llegué a Azulona, y ahí, en el cuartel del Team Rocket debajo del casino, reconocí el rostro de la estatua en el primer momento que te vi…

    Giovanni estaba sorprendido, pero trató de mantener su postura firme y malévola.

    —Pero decidí no decirte nada —continuó Rainbow — porque en ese momento no me importaba el gimnasio, desde ese momento solo me importaba destruir tu organización, y simplemente al lograrlo saqué la conclusión de que pudiste haber vuelto a tu gimnasio, y entonces vine.

    Giovanni lo escuchó atentamente, y al terminar le sonrió, y rió en voz baja.

    —Así que lo supiste por eso… bueno, no importa ahora —y empuñó una de sus pokéball —, ya no pienso huir de ti más.

    —¡Vaya! —exclamó Rainbow— Me sorprende que te hayas reconocido como un cobarde —Giovanni lo miró rencoroso —, ¿en serio no tienes miedo de enfrentarte contra el entrenador definitivo? ¿En verdad piensas que me puedes derrotar?... Al menos el cabeza de rodilla Blaine no me enfrentó con el ego en las nubes como todos los demás… en serio, dime que es lo que piensas.

    Giovanni lo miró con rencor, recordó la humillación que sufrió a causa de él, y solo pensaba en vengarse.

    —¡Yo nunca me rindo! —gritó furioso — No importa lo que hagas, no pienso perder ante ti.

    —Entonces te vas a llevar una gran decepción —contestó Rainbow mirándolo con lástima, aunque también con algo de respeto debido a su actitud tan decidida.

    Y suavemente, pasó la mano derecha sobre su cinturón X, para seleccionar a sus pokémon.

    Continuará...
     
    • Me gusta Me gusta x 5
  2.  
    Paralelo

    Paralelo Viajero dimensional

    Virgo
    Miembro desde:
    16 Agosto 2012
    Mensajes:
    259
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Pokémon Rainbow: Kanto.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    71
     
    Palabras:
    3030
    ...Continuando

    Capítulo 50: Vs. Giovanni.
    debo admitir humildemente que si te hubiera enfrentado en aquel entonces hubiera perdido"
    Rainbow

    —¿No vas a elegir de una vez? —preguntó Giovanni algo impaciente.

    —Ten paciencia —respondió tranquilamente Rainbow—, de hecho ya he decidido a dos de mis pokémon, pero creo que en este caso voy a elegir a otro más.

    Y mientras decía eso tomó las pokeball de Aerodactyl, Gengar y Cubone, y suavemente las colocó en el suelo a cierta distancia de él.

    —¿Pero qué estás haciendo? —se sorprendió Giovanni. Rainbow sonrió macabramente.

    —Antes de que entrenar pokémon fuera un deporte, o un estilo de vida, los pokémon eran usados como armas, y en el pasado hubieron grandes guerras luchadas por entrenadores, la única diferencia era que los ataques no iban dirigidos al pokémon adversario… sino a matar al entrenador. Yo veo que tienes ganas de hacer eso conmigo, quieres matarme… en ese caso te voy a dar la oportunidad.

    —¿Qué tiene que ver todo eso con dejar tus pokeball en el suelo? —preguntó algo interesado.

    —Por aquellos tiempos esta era una manera de efectuar duelos, los entrenadores ponían sus pokeball en el suelo, luego se dejaba caer un pedazo de tela —dijo mientras sacaba uno de su mochila—, y en el momento en que la tela tocara el suelo los entrenadores tenían que liberar a toda prisa a un pokémon, dirigiendo el ataque al entrenador, de manera que si un entrenador no era rápido sacando un pokémon el otro pokémon lo podía matar.

    A Giovanni le pareció agradar la idea, y también puso en el suelo tres de sus pokémon, un Dugtrio, Golem, y Rhydon sonriendo malévolamente.

    —Te ves muy confiado —comentó Rainbow sacando su cronómetro—, espero que seas el líder que me dure más tiempo… pero voy a tener la misma consideración contigo, aceptaré mi derrota si solo derrotas a uno de mis pokémon, aunque yo sí tengo que derrotar a todos los tuyos.

    Giovanni estaba muy enojado con él para ponerse a debatir, así que solo aceptó todo aunque no fuera muy justo.

    —Empieza de una vez —exclamó Giovanni.

    Rainbow entonces se puso en posición, soltó la tela, e inició el cronómetro.


    En el momento en el que la tela tocó el suelo ambos se lanzaron para seleccionar su primer pokémon, llegando ambos al mismo tiempo y sacnado Rainbow a Gengar y Giovanni a Golem.

    —¡Desenrollar! —ordenó Giovanni, y el Golem efectuó el ataque y se dirigió hacia Rainbow, pero para sorpresa de Giovanni el Gengar lo detuvo con sus propias manos, a pesar de ser un pokémon de tipo fantasma tenía resistencia física lo suficiente para soportar un Golem.

    —Lanzarrocas— ordenó Giovanni al suponer que en ese estado Gengar podía ser atacado con ataques físicos.

    El ataque de hecho sí lastimó a Gengar, pero no lo suficiente, y antes de que Golem reaccionara Gengar usó Golpe bajo, el cual fue efectivo al haber utilizado Golem un ataque físico contra él previamente.

    —Hiciste una buena observación Giovanni, al deducir que en ese momento Gengar podía ser herido con un ataque físico a pesar de ser de tipo fantasma —le dijo arrogantemente Rainbow.

    —Cualquier otro pokémon fantasma hubiera usado algún ataque de su tipo para detener a un Golem, pero nunca vi que uno lo enfrentara directamente —contestó Giovanni.

    —Así es —se ufanó Rainbow—, yo he podido entrenar a mis pokémon para que puedan desarrollar habilidades que naturalmente no tendrían… lo que pasa es que me diste lástima, es la primera vez que lucho contra un líder con ventaja de tipo, así que por esta pelea Gengar no tendrá inmunidad contra ataques físicos —añadió engreídamente mientras Gengar se mostraba desafiante y muy orgulloso.

    —Así que así va a ser la cosa —dijo Giovanni en voz baja sonriendo macabramente, y recordó que solo tenía que vencer a un pokémon de Rainbow para vencer, así que ideó una estratégia decisiva.

    —¡Golem, Explosión! —ordenó, e inmediatamente el pokémon utilizó el poderoso ataque, el cual al finalizar dejó gran parte del gimnasio hecho un desorden.

    Giovanni vio asegurado el triunfo, pero al disiparse la nube de polvo grande fue sus sorpresa cuando vio al Gengar ahí de pie, y a su Golem debilitado.

    —¿Creías que eso iba a funcionar? —comentó Rainbow mirándolo a los ojos fieramente.

    —Pensé que habías dicho que no tendría inmunidad contra ataques físicos —replicó Giovanni cínicamente.

    —Y no te he mentido —se defendió Rainbow—, Gengar sí recibió daño, pero antes de eso utilizó Aguante, por eso no se debilitó… así que se puede decir que acabaste solo con tu pokémon.

    Giovanni estaba muy contrariado, y su furia contra Rainbow creció, ambos regresaron a sus pokémon de vuelta.

    —Segunda ronda —exclamó Rainbow. El cronómetro iba en 2:00.


    Inmediatamente ambos se abalanzaron sobre la siguiente pokeball, pero debido a la explosión las pokeball de Rainbow quedaron un poco más lejos, de manera que Giovanni llegó primero a la suya y sacó a Dugtrío, el cual rápidamente se acercó a Rainbow para atacarlo lo más pronto posible, pero antes de que pudiera tocarlo Rainbow llegó a la pokeball de Aerodactyl, y barriéndose en el suelo con los pies hacia adelante pateó la Pokeball hacia Dugtrio, de la cual salió Aerodactyl imponentemente.

    —¡Ataque arena! —ordenó Giovanni. El ataque levantó una gran cantidad de polvo, y Aerodactyl alzó vuelo.

    —¡Terremoto! —ordenó Giovanni a pesar de que Aerodactyl podía volar, ya que su objetivo era Rainbow.

    El Dugtrío efectuó el ataque pero la nube de polvo que lo cubría todo impidió a Giovanni ver si Rainbow había sido herido.

    Al disiparse la nube de humo vio con sorpresa que Rainbow no estaba ahí.

    —Así que creíste que podías atacarme a mí mientras Aerodactyl se elevaba para evitar el polvo —Givanni miró hacia el Aerodactyl, y ahí sobre su espalda se encontraba Rainbow sonriéndole maliciosamente.

    —Te subiste sobre tu Aerodactyl antes de que Dugtrio atacara —exclamó Giovanni.

    —Era algo predecible —contestó Rainbow presumidamente—, Aerodactil, vamos a usar vuelo —añadió suavemente.

    —¿Vuelo? —se sorprendió Giovanni— ¡Dugtrío, Excavar!

    Entonces la situación era un Dugtrío bajo el suelo y un Aerodactyl en el aire listo para usar Vuelo, aunque Giovanni se sintió seguro ya que Vuelo no funciona si el otro pokémon está bajo tierra.

    —No te sientas tan seguro —le dijo Rainbow al darse cuenta de lo que pensaba, Giovanni se quedó intrigado—, como ya te he dicho, he entrenado a mis pokémon para hacer cosas que no podrían hacer normalmente… ¡Así que vamos Aerodactyl! ¡Mostrémosle lo que has aprendido con mi entrenamiento! —exclamó arrognate, y de inmediato, Aerodactyl arremetió con Vuelo sobre el suelo, justo donde se encontraba Dugtrío, y el impacto contra el suelo fue como si hubiera usado un poderoso Terremoto, rompiendo el suelo en varios lugares. El Dugtrío lógicamente se debilitó.

    —Van dos, falta uno —dijo Rainbow algo noqueado por el golpe mientras guardaba a Aerodactyl.

    En ese momento Giovanni se encontraba en la misma situación que todos los demás líderes que conocieron a Rainbow, sentía ira en su interior, pero a la vez una gran admiración, pero no podía dejarse ganar tan fácilmente. El cronómetro iba en 4:00.


    Sin perder tiempo se lanzaron de nuevo sobre sus últimas pokeball, llegando ambos al mismo tiempo y sacando a Rhydon y Cubone respectivamente.

    —¡Taladradora! —ordenó Giovanni.

    El pokémon empezó a atacar a Cubone, pero este solo empezó a esquivarlo, como era una técnica común en Rainbow, solo que éste estaba pensativo, Giovanni se preparó para lo que fuera confiando que su Rhydon era más grande y fuerte que ese pequeño Cubone.

    —Veo algo raro en ese Rhydon —comentó Rainbow algo inquieto—, percibo algo extraño… sus recuerdos… —entonces recordó la historia que el señor Fuji le había contado en pueblo Lavanda, acerca del Rhyhorn que había matado a la madre de Cubone, y al darse cuenta de lo que sucedía sonrió a Giovanni con una sonrisa psicótica.

    —¿Qué te sucede? —preguntó Giovanni algo intimidado.

    —Ahora me doy cuenta… y al parecer mi Cubone también —y al voltear a verlo, el pequeño Cubone que entendía lo que pensaba y sentía su entrenador, empezó a llenarse de ira poco a poco—, un Rhydon, que hace tiempo seguro fue un Rhyhorn, y un entrenador corpulento y malvado, mataron cruelmente y sin piedad a una Marowak madre, mientras su pequeño hijo observaba todo, y luego se burlaron de ella, dejando al pobre Cubone huérfano y triste… ahora estoy frente a ellos —añadió cada vez más psicótico.

    Giovanni no pudo evitar sentirse intimidado ante la maniática actitud de Rainbow, el cual en voz baja reía perturbadoramente con los ojos bien puestos en él.

    Cubone también los miraba maniáticamente, y recordó aquel día con dolor, y se alegró en el fondo de estar ahora ante ellos habiendo tenido a Rainbow como su entrenador, y con un fuerte grito evolucionó en un esplendoroso Marowak.

    —Entonces tu eres ese Cubone —dijo Giovanni ya perdiendo la compostura.

    —Tú mataste a su madre —continuó Rainbow cada vez más macabro—, y la llamaste débil… veremos ahora quién es el débil aquí.

    Giovanni estaba asustado, pero tenía la leve esperanza de que toda esa furia maniática que crecía en ambos les hiciera no pensar bien lo que iban a hacer, y lo aprovecharía para derrotarlos.

    —¡Megacuerno! —ordenó Giovanni.

    El Rhydon empezó a atacar furiosamente, pero Marowak parecía estar siguiendo la misma estrategia anterior, solo esquivaba mientras Rainbow observaba todo psicóticamente, aunque ambos estaban llenos de furia, sus mentes permanecían frías y calculadoras, sin permitir que sus sentimientos les hicieran perder la concentración.

    —¡Terremoto! —ordenó Giovanni cada vez más desesperado. Pero todos los ataques que hiciera eran esquivados, mientras tanto, Marowak no atacaba en absoluto, parecía querer disfrutar el momento con un placer sádico que también sentía Rainbow.

    A pesar de todo, Giovanni no estaba dispuesto a dejarse ganar, y recordó el rencor e ira que sentía hacia Rainbow.

    —¡Usa pedrada Rhydon! —ordenó.

    El ataque no fue dirigido hacia Marowak, sino hacia Rainbow, la piedra impactó de lleno en su frente, Giovanni creyó que un golpe así lo mataría, pero no, el golpe hizo sangrar a Rainbow abundantemente, pero nunca cayó, y siguió mirándolo psicóticamente mientras la sangre caía por su cara, lo cual aumentó su imagen aterradora.

    —Ya es la hora Marowak —dijo Rainbow con un tono perturbadoramente tranquilo y malicioso mientras macabramente se pasaba la mano por la sangre de la cara—, es hora de la venganza.

    En ese momento Marowak, dejando desatar toda su ira, utilizó Fisura. El ataque abrió una grita en el gimnasio, por la cual cayó el Rhydon, pero antes de que Giovanni pudiera reaccionar Marowak cerró la grieta, y antes de que el pokémon atrapado pudiera usar Excavar para salir Marowak utilizó un poderoso terremoto, súper mejorado gracias al entrenamiento de Rainbow, el cual fue tan poderoso que se sintió en toda la ciudad. El epicentro del terremoto era justamente donde se encontraba el Rhydon, y Gionanni oyó atónito como debajo del suelo su pokémon se hacía pedazos, rompiéndose todo su cuerpo generando un gran ruido. El terremoto se detuvo luego de un rato, y el Rhidon no volvió a salir de esa tumba. El cronómetro se detuvo.

    Giovanni incrédulo por lo que acababa de pasar cayó de rodillas, mientras Rainbow y su nuevo Marowak volvían poco a poco a la normalidad, hasta estar completamente relajados y con su actitud original.

    —Felicidades Giovanni —le dijo tranquilamente—, lograste superar a Erika, tu tiempo fue de 6:30. Ahora dame mi medalla —le exigió.

    Giovanni sabía que no estaba para negociar, había sido completamente derrotado. De mala gana, agarró su medalla y la arrojó a sus pies, Rainbow la recogió y la guardó lentamente.

    —Vamos Giovanni, no te pongas así de triste, enfrenta tu derrota como hombre —le reclamó algo burlonamente, pero Giovanni solo lo veía con desprecio.

    —No te preocupes, si es por tu Rhydon, te recuerdo que se lo merecía, puedes capturar otro, después de todo, eres experto en pokémon de tipo tierra… o tal vez no lo suficiente.

    En ese momento sacó un cuaderno de su mochila y se lo arrojó a Giovanni.

    —¿Qué se supone que es esto? —preguntó enojado.

    —Es uno de los tantos libros que he escrito sobre pokémon, además de mi método y muchas otras recopilaciones, así como descubrimientos y perfecciones mías, ese libro tiene mis propias investigaciones sobre los pokémon de tipo tierra, te ayudará bastante a mejorar, tiene cosas que nadie más en el mundo sabe, ya que yo las descubrí… pero no lo malinterpretes, aún dominando los secretos de la tierra no podrás hacer nada frente a mí, ese libro contiene la información, pero el método solo lo tengo yo —añadió severamente.

    Giovanni lo abrió y le echó una ojeada, le pareció que tenía material muy interesante, pero no entendía por qué se lo estaba dando.

    —¿Por qué me das este libro? —preguntó intrigado.

    Rainbow volvió a su actitud indiferente.

    —En parte por lástima —contestó apartando la mirada—, pero también porque a pesar de todo, admiro tu determinación, mereces un poquito de mis conocimientos —dijo y empezó a marcharse.

    —Por cierto —continuó repentinamente deteniéndose—, tienes que saber una cosa, en poco tiempo yo ya no estaré más en la región, en poco me iré a Johto, a comenzar de nuevo, por lo que si quieres volver a hacer de las tuyas yo ya no estaré aquí para detenerte.

    —¿Qué estás diciendo? —exclamó sorprendido Giovanni al oír eso.

    —Digo que si quieres volver a armar tu bandita de delincuentes callejeros yo ya no te lo puedo impedir, desde que ese asunto del Team Rocket comenzó he estado tratando de cubrirte, a pesar de que todo el tiempo supe quién eras y tu cargo como líder de gimnasio, nunca dije nada, ni siquiera cuando asaltaste la Silph S.A el presidente te reconoció… hasta ahora sigues siendo alguien desconocido, nadie te ha vinculado con ningún acto criminal, nadie conoce tu identidad como líder de ese grupo… no te estoy animando a que lo vuelvas a armar, solamente digo que si lo vuelves a hacer, no me sorprendería en absoluto, pero no voy a estar aquí para detenerte —y diciendo eso se acercó a la salida.

    —Por cierto —se interrumpió otra vez—, ahora que recuerdo, conozco a algunos líderes e gimnasio a los que les gustaría unirse a ti… mejor no te digo quienes son, no quiero darte alas.

    —Lárgate de una vez —exclamó Giovanni harto de ese muchacho.

    —Está bien, solo una cosa más… hace casi un año que vine la primera vez aquí y tu no estabas, a pesar de que yo quería desafiarte… debo admitir humildemente que si te hubiera enfrentado en aquel entonces hubiera perdido —dijo con verdadera humildad en su voz, lo que sorprendió a Giovanni. Rainbow sin perder más tiempo salió de ahí.



    —Ya he vencido a todos los líderes —dijo tranquilamente al alejarse algo del gimnasio—, tengo un nuevo Marowak y le hemos dado una lección a Giovanni… ahora solo queda ir a la liga que será dentro de dos semanas, vencer al Alto mando y mi misión en Kanto estará acabada.

    Sus pokémon se sintieron algo tristes al oír eso después de todo lo que habían pasado.

    —No se preocupen amigos —les tranqilizó—, aún nos queda lo más importante por hacer, y todos tendrán su oportunidad de brillar ante todo el mundo.

    Y de esa manera se dirigió lentamente hacia la ruta 22, para llegar a la Calle Victoria a entrenar antes de inscribirse en la liga pokémon.

    Continuará...
     
    • Me gusta Me gusta x 5
  3.  
    MrJake

    MrJake Game Master

    Capricornio
    Miembro desde:
    12 Julio 2012
    Mensajes:
    21,317
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Bien, bien, ¡bien! Ya se acerca Johto, ¡cada vez más cerca! Estoy impaciente por ver como le pega Rainbow una paliza al Alto Mando, y lo que es más, como ya te han dicho, ¿quién será su campeón? Tengo ansias por saberlo.
    De nuevo se ve muy bien la relación de Rain con el manga, y sinceramente, está todo tan bien conectado que me hace pensar que realmente Rainbow existió en los años previos al manga. Bueno, sea como fuere, la historia, como te he dicho siempre, me parece magnífica, todo muy bien planteado y un argumento interesante, un personaje único y desconcertante del que aún faltan muchas cosas; la presencia de Aurora, quien para mí esconde más de lo que aparenta, y en fin, todo en general, es de muy buena calidad.
    El combate contra Giovanni me ha parecido el mejor de todos los líderes de gimnasio. Pobre Rainbow, esa pedrada tiene que doler... (en el fondo, se lo merece (?))
    Nada más. Solo puedo decirte que sigas escribiendo.
    Siempre leyéndote, GL.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  4.  
    Poikachum

    Poikachum Gurú Comentarista empedernido Usuario VIP

    Cáncer
    Miembro desde:
    10 Abril 2010
    Mensajes:
    2,972
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Mmm, solo puedo decir que me ha gustado. Errores no he visto, eso si, Rainbow esta ''ocupando'' el lugar que Red ocupa en los videojuegos y supongo que en el manga, este no lo he leido. Supongo que 3 años después Rainbow vencera a los soldados del Team Rocket como Gold en pokémon Oro. Bueno que me estoy haciéndo un lio. Espero la conti!!!
     
  5.  
    Paralelo

    Paralelo Viajero dimensional

    Virgo
    Miembro desde:
    16 Agosto 2012
    Mensajes:
    259
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Pokémon Rainbow: Kanto.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    71
     
    Palabras:
    2301
    ...Continuando

    Capítulo 51: La Calle Victoria de Kanto.
    Si alguien nos pregunta… evolucionaste durante una feroz batalla que estuviste a punto de perder"
    Rainbow


    Algunos días después de intensa caminata por las rutas 22 y 23, Rainbow y sus pokémon llegan a la entrada de la majestuosa Calle Victoria, una enorme cueva que salía cerca de la meseta Añil, donde tendrá lugar la siguiente liga pokémon. En ella se encontraban unos de los pokémon más fieros de toda la región Kanto. La montaña estaba dividida en dos partes, la parte oriental que correspondía a Kanto, y la parte occidental que pertenecía a Johto.

    —Este tipo de cuevas tienen una historia muy interesante detrás de ellas —le dijo Rainbow a sus amigos—, cada región en el mundo que tiene liga pokémon también tiene una Calle Victoria, se dice que hace mucho tiempo los entrenadores que quisieran participar en la liga pokémon tenían que cruzar este tipo de cuevas para poder participar, ahora las cosas han cambiado, muchos de los entrenadores simplemente deciden no entrenar en ella… una lástima, es el último lugar en el que vamos a practicar antes de nuestro gran momento —añadió arrogantemente y entró en la cueva.


    Por dentro era todavía más grande, era un enorme laberinto que hacía que mucha gente se perdiera, a pesar de que no era un lugar muy socorrido por la gran mayoría de los entrenadores Rainbow pudo tener la suerte de encontrarse con algunos.

    Rainbow siguió entrenando en el interior de la cueva el resto del día, sus pokémon estaba llegando poco a poco al límite del entrenamiento definitivo, lo cual en cierto modo los entristeció algo.

    —Ya que estamos en la recta final —les dijo animadamente—, es hora de que perfeccionen la más grande técnica definitiva en el entrenamiento pokémon… ya la han hecho antes, pero ahora que vamos a la liga y después contra el Alto mando es necesario que la dominen.

    Sus pokémon sabían a qué se refería, y decididos, continuaron con la última etapa de su entrenamiento defintivo.


    Dos días enteros estuvieron entrenando en la Calle victoria, al término de los cuales era tiempo de salir, pues las inscripciones para la liga estaban a un día. Tanto Rainbow como sus pokémon estaban satisfechos con el resultado del entrenamiento. Rainbow caminaba junto con varios de sus pokémon fuera hacia la salida.

    —¿Saben una cosa? —le preguntó a sus amigos— No deben sentirse tristes cuando nos despidamos, nos volveremos a ver, y cuando sea el momento se reunirán no solo conmigo, sino que también tendrán muchos otros compañeros de todas las demás regiones, y todos ellos serán como ustedes, pokémon definitivos…

    —Oye tú —interrumpió una voz—, creí que no había nadie en esta cueva, ¡vamos a luchar!

    —Ay no, un entrenador Guay —exclamó Rainbow en voz baja—, lo siento no tengo tiempo para ti, yo ya estoy de salida.

    —¿Qué? Vamos no seas cobarde —replicó el entrenador Guay.

    —No es nada personal —se defendió Rainbow—, pero mis pokémon son demasiado poderosos para ti, no durarías nada.

    —Te voy a demostrar que no es así —exclamó muy ofendido el entrenador Guay—, Machamp, ¡Megapuño! —ordenó a su pokémon, y le dio un poderoso golpe a una de las paredes de la cueva, la cual se rompió en pedazos.

    —¿A ti te parece débil eso? —preguntó arrogante el entrenador Guay.

    —Para mí ciertamente sí —contestó Rainbow indiferente, lo que enojó mucho al entrenador Guay.

    Pero en ese momento se sintió un temblor, y Rainbow se dio cuenta de que el techo de la cueva empezó a bacilar sobre ellos.

    —Mira lo que has hecho imbécil —le contestó duramente—, la cueva se va a caer por tu culpa.

    —¿Qué es mi culpa? —contestó ofendido— Si no me hubieras ignorado al principio tal vez… —pero la violenta sacudida de la tierra lo interrumpió.

    Al darse cuenta de que la cueva iba a colapsar, Rainbow salió corriendo de ahí con sus pokémon, seguido del asustado entrenador Guay. Pero al ver que no podrían salir de ahí lo bastante rápido Rainbow guardó a sus pokémon, excepto a Dragonair sobre el cual se montó junto con el entrenador Guay para ir más rápido, y entonces lograron ver la luz al final de la cueva. Pero al ver que la cueva sucumbía más rápido de lo que podía maniobrar Dragonair tomó le decisión de lanzar a su entrenador y al otro entrenador hasta la salida de la cueva.

    —¡No lo hagas Dragonair! —le ordenó Rainbow, pero Dragonair ya lo había decidido, y con un poderoso empujón, los lanzó justamente a la salida, pero la cueva cayó antes de que Dragonair saliera. Y Raibow vio atónitamente como gran parte de la cueva se desplomaba sobre su dragón.

    —¡Dragonair! —exclamó preocupado, sus pokémon trataron de consolarle diciendo que era un Dragonair muy poderoso, ese terremoto de seguro no le hizo nada, pero en ese momento Rianbow no pensaba en su Dragonair como en un pokémon definitivo, pensaba en él como en un amigo al que temía perder.

    —¡Salgan todos! Tenemos que sacar a Dragonair… Alakazám, Jynx y Butterfree teletránsportense al interior y búsquenlo, Snorlax, Nidoking y Primeape, aparten las rocas con mucho cuidado…

    —Espera un minuto —interrumpió el entrenador Guay, el cual en ese momento se encontraba llamando a los equipos de emergencia—, si mueves las piedras podrías generar otro colapso, y eso podría ser peor.

    —No voy a dejar a mi amigo ahí atrapado —replicó Rainbow.

    —¿No decías hace rato que tus pokémon eran demasiado poderosos? —preguntó el entrenador— Parecías muy presumido y arrogante, ¿qué pasó? ¿no que eran tan poderosos?

    Rainbow en efecto reflexionó sobre lo que decía el entrenador Guay, y se sintió extraño, por un lado, sabía que su Dragonair podía con esa situación, pues no era nada comparado a lo que habían entrenado, pero por otro lado sentía una preocupación equivalente a la que siente un padre por su hijo aunque éste sea muy bueno en lo que hace.

    —Déjenlo hacerlo solo —dijo Rainbow a sus pokémon—, es después de todo, un pokémon definitivo, esto no es nada, esperemos a que salga solo —pero en el fondo se preocupaba de que hubiera ya tardado mucho.



    Dentro de la cueva, Dragonair se encontraba bien, sabía que un movimiento brusco podría generar otro colapso, y desafortunadamente su cuerpo era muy grande, estaba buscando la manera de salir de ahí sin tener que romper nada, pero entonces escuchó gritos.

    —¡Ayuda! —gritó un entrenador.

    Dragonair fue hacia la voz, y ahí estaba un entrenador malherido a causa del temblor junto con sus pokémon.

    —¡Eres un Dragonair! —exclamó alegre el entrenador— ¡Ayúdame por favor!

    Dragonair lo tomó con la boca y lo puso en su espalda suavemente, a pesar de que sabía que podría salir de ahí fácilmente no podía arriesgarse con el herido que llevaba.


    —Dragonair —murmuró Rainbow en el exterior de la cueva—, ¿puedes oírme? —Rainbow estaba usando los poderes psíquicos de Alakazám para tratar de comunicarse con Dragonair desde afuera.

    Dragonair escuchó la voz de su entrenador en su mente, y se alegró.

    —Me alegra que estés bien —dijo Rainbow—, así que tienes un herido… ¿ves alguna manera de salir?

    Dragonair siguió recorriendo, pero no encontraba otra salida, la única opción era romper el techo para salir, pero podría dañar el entrenador herido que llevaba.

    Sin embargo un rato después se empezó a sentir otro temblor, tan fuerte que se sintió hasta en el exterior, y era mucho más fuerte que el anterior, la cueva se volvía a colapsar.

    —¡Dragonair! ¡Sal de ahí cuanto antes! —exclamó Rainbow.

    La cueva empezó a colapsar una vez más con gran estruendo, Dragonair trataba de esquivarlo todo, pero el espacio se reducía cada vez más, y en un momento se quedaron sin espacio para moverse, y el techo empezaba a caer sobre ellos. Sin perder el tiempo, Dragonair empezó a soportar el techo con la cabeza, dejando al entrenador herido en el suelo para protegerlo.

    —¿Puedes resistir Dragonair? —preguntó Rainbow desde afuera.

    Era obvio que Dragonair sí podía resistir, pero le preocupaba que el entrenador necesitaba ayuda médica, y no podía estar ahí para siempre.

    —No te preocupes Dragonair, no olvides que eres el mejor de tu especie, conmigo has adquirido habilidades que los demás de tu clase no tienen… usa alguna de esas técnicas —le aconsejó Rainbow, el cual seguía preocupado por su amigo, pero sabía que tenía que solucionarlo solo.

    Dragonair ideo en ese momento su plan, con Confusión elevó el cuerpo del entrenador en el aire.

    —¿Qué es lo que vas a hacer? —preguntó apenas despierto.

    Entonces Dragonair creó un enorme campo de Barrera a su alrededor, y acto seguido, usó Vuelo súbitamente hacia arriba, rompiendo el techo y saliendo poco a poco hacia el exterior, era una maniobra de combinación de diferentes ataques que debían efectuarse al mismo tiempo que se le ocurrió de momento.

    Afuera de la cueva, Rainbow esperaba a que saliera, en ese momento se escuchó el ruido de las rocas romperse, y desde las rocas que se colapsaban, salió Volando Dragonair, con su Barrera alrededor, y el entrenador herido levitando a su lado.

    —Nunca había visto a un pokémon hacer algo como eso —dijo incrédulo el entrenador Guay.

    —Eso es porque es el pokémon de su especie definitivo —contestó presumido Rainbow—, eso no es nada, pudo haber hecho cosas mil veces mejores… pero algo es algo.


    Un momento después llegaron los equipos de emergencia, los bomberos y ambulancias, y se llevaron al entrenador que se encontraba inconsciente, mientras que los reporteros daban la noticia sobre la caída de la Calle Victoria. Rainbow solo se mantenía apartado.

    —¿Sabes una cosa muchacho? —le preguntó al entrenador Guay— Si tu Machamp pudo derribar toda la cueva de un solo golpe, tal vez seas muy bueno después de todo.

    —¿En serio? —preguntó conmovido el entrenador Guay.

    —Bueno… eso o hubo alguna cadena de acontecimientos previos o paralelos que ocasionó la caída de la cueva y simplemente el golpe de tu pokémon coincidió… también puede ser posible —dijo pensativo.

    —Y tú, Dragonair —le dijo mirándolo amigablemente—, lo hiciste muy bien, estoy orgulloso… pero no me sorprendió, después de todo, eres pokémon del entrenador definitivo —añadió arrogante—… pero a pesar de eso —continuó cambiando a un tono melancólico—, estuve preocupado por ti… tal vez me oiga cursi, patético, o muy cliché… pero por un momento temí que te perdería —y lo abrazó tiernamente.

    Sus pokémon estaban algo sorprendidos de que su entrenador, que siempre era frío y calculador, orgulloso de sus pokémon y confiado en ellos, se comportara de esa manera, como una madre asustada.

    —Lo sé, soy un poco raro —murmuró Rainbow mientras lo seguía abrazando al darse cuenta de lo que pensaban.

    Dragonair también se sintió conmovido, y abrazó a su entrenador, y en ese momento evolucionó en Dragonite en los brazos de Rainbow. Entonces ambos se miraron alegremente.

    —Si alguien nos pregunta… evolucionaste durante una feroz batalla que estuviste a punto de perder —dijo Rainbow medio en serio, medio en broma, un poco avergonzado.

    —Me alegra que todo esté bien —dijo alegre el entrenador Guay.

    —Sí, claro, yo también —contestó Rainbow volviendo a su comportamiento indiferente, guardó a su nuevo Dragonite, y se fue indiferente a todo lo que pasara detrás de él.


    Un rato después llegaron a la meseta Añil, sede de la liga pokémon, Rainbow lanzó una mirada arrogante y se dispuso a entrar, pero en ese momento sonó su teléfono, y a diferencia de las otras ocasiones, esa vez sí miro el número de teléfono antes de contestar, y por un momento se quedó sorprendido, aunque también muy feliz, suavemente lo llevó a su oído y contestó.

    —Hola Aurora —dijo amigablemente.

    Continuará...
     
    • Me gusta Me gusta x 4
  6.  
    Poikachum

    Poikachum Gurú Comentarista empedernido Usuario VIP

    Cáncer
    Miembro desde:
    10 Abril 2010
    Mensajes:
    2,972
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Mmm, noto cierto cambio de Rainbow debido a que muestra un lado un poco ''humano'' por así decirlo. Pienso que por fuera quiere mostrar su lado inhumano y frio pero en el fondo es como los demás, una persona agradable, pero muuuuy en el fondo claro. Espero ver pronto la conti, errores no ví, buen trabajo :)
     
  7.  
    Paralelo

    Paralelo Viajero dimensional

    Virgo
    Miembro desde:
    16 Agosto 2012
    Mensajes:
    259
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Pokémon Rainbow: Kanto.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    71
     
    Palabras:
    3341
    ...Continuando

    Capítulo 52: Tres Lugares.
    “Ya no es hora de andar perdiendo el tiempo en cursilerías"
    Rainbow y Aurora


    Mientras Rainbow se encontraba ocupado con Giovanni, de camino a la Calle Victoria y en la Calle Victoria misma, Aurora también estaba metida en sus propios asuntos, poco tiempo después de finalizada su última llamada con el profesor Oak salió de ciudad Plateada y se dirigió volando hacia el Este de ciudad Celeste.

    —El señor Fuji me llamó de nuevo —le explicó a sus pokémon—, me dijo que unos extraños destellos se han estado viendo en el cielo, creen que podrían provenir de la vieja Central energía que se encuentra al norte, cerca del túnel Roca.

    Pasó un rato viajando hacia el respectivo lugar, estaba entusiasmada de que tal vez al fin podría resolver un misterio, pero más que nada pensaba en Rainbow, y sobre qué estaría haciendo en ese momento.

    —Debo dejar de pensar en él —exclamó al darse cuenta—, tengo mis propios asuntos que resolver no tengo tiempo de preocuparme por él —añadió tratando de parecer indiferente.


    Un rato después llegó a la central, había sido construida 50 años atrás antes de ser abandonada a causa de la relativa modernización que ocurrió en la zona, pues una más eficiente fue abierta más cerca de pueblo Lavanda.

    Al mirar al cielo Aurora pudo darse cuenta de lo que todos decían, unos extraños resplandores salían desde lo alto.

    —Probablemente se trate de algún poderoso pokémon eléctrico —se dijo a sí misma y entró en la central.

    Por dentro era enorme, desde que fue abandonada diversos pokémon de tipo eléctrico la invadieron por todos lados, a causa de los innumerables aparatos eléctricos que aún podían emitir electricidad si eran estimulados. Aurora se dio cuenta de que era la primera vez que se aventuraba a un lugar peligroso completamente sola, ya que siempre solía ser acompañada por Rainbow, y empezó a tener algo de miedo.

    —Debo dejar de depender tanto de Rainbow —se dijo—, esta vez soy yo la que debe ser valiente.

    Siguió recorriendo la central dirigiéndose hacia el último piso.

    Cuando llegó se dio cuenta de que había mucha más luz de lo normal, se oía la electricidad por todos lados, y al darse cuenta, ahí en frente de ella, se encontraba un enorme pájaro pokémon dorado, con un enorme pico, y que al darse cuenta de ella se alertó.

    —Así que tú estás causando todo esto, no me digas, eres el pokémon pájaro eléctrico legendario, Zapdos —exclamó Aurora cubriéndose los ojos a causa del potente destello que emitía.

    Pero no tuvo mucho tiempo para pensar algo más, ya que el pokémon enojado arremetió contra ella con Pico taladro.

    —¡Nidoqueen, Fuerza bruta! —ordenó.

    Pero el ataque de Zapdos fue más potente que el de Nidoqueen, y se debilitó.

    —Es muy poderoso —exclamó Aurora.

    Pero Zapdos no le dio tiempo de hacer nada y empezó a atacarla, Aurora desesperadamente trató de evitar sus ataques escondiéndose, sacó uno a uno a sus demás pokémon, pero ninguno pudo hacerle nada. Aurora empezaba a temer lo peor.

    —Rainbow —exclamaba asustada—, ¿dónde estás? Te necesito.

    En ese momento Zapdos usó un poderoso Rayo contra ella, y Aurora no pudo hacer nada más que gritar de dolor, cayendo semi-inconsciente. Pero antes de perder la consciencia alcanzó a ver que una de las alas de Zapdos estaba algo herida.

    —Así que era por eso —murmuró en voz baja—, solo viniste a curarte… Rainbow lo hubiera visto desde el principio —añadió llorando y lamentándose, inmediatamente después cayó inconsciente.


    Un rato después Aurora despertó, a su lado se encontraban sus pokémon, Charizard, Fearow, Kabutops, Nidoqueen, Electrode y Beedril, se veían decepcionado con ellos mismos por haber perdido tan fácil. Pero Zapdos al parecer ya se había ido.

    —Todos lo hicieron bien, chicos —les dijo tratando de consolarlos—, ese pokémon ya se debió haber curado, pensó que yo era el enemigo, no le culpo por atacarme, pero si Rainbow hubiera estado aquí esto no habría pasado.

    Aurora sintió melancolía por él, se sintió inútil, y con nostalgia recordó cuando se acabaron de conocer cuando eran más jóvenes:


    —Entonces, ¿cómo es que aprendiste a luchar así? —preguntó Aurora quien aún estaba sorprendida por la manera en que Rainbow la liberó de esos niños.

    —Pues, he viajado mucho —contestó Rainbow tratando de mostrarse distante—, y a lo largo de mis viajes he aprendido muchas cosas.

    —¿Así que solo aprendiste a luchar? —preguntó Aurora interesada.

    —No, para nada —exclamó Rainbow—, eso solo fue una pequeña parte, en realidad yo estuve haciendo algo mucho más importante, estaba preparando mi futuro.

    —¿Ah sí? ¿Y qué es lo que planeas hacer entonces? —preguntó de nuevo Aurora algo intrigada, pero encantada con la actitud de Rainbow. Éste la miró desconfiadamente.

    —Nunca le he dicho a nadie sobre eso… bueno, tal vez a una o dos personas que me ayudaron, pero pareces de confianza, te lo diré —y entonces adoptó una acitud verdaderamente engreída—, verás, yo voy a ser el entrenador pokémon definitivo.

    —¿Entrenador pokémon definitivo? —exclamó Sorprendida Aurora.



    Sin embargo Aurora detuvo bruscamente su recuerdo.

    —No es momento de ponerse cursis ahora —dijo algo más animada—, perdí es verdad, pero no importa, no voy a depender más de Rainbow para estas cosas ya más —añadió más decidida.

    Luego de eso volvió a montar en su Fearow y se dirigió hacia el sur, hacia las Islas espuma.



    Un rato después llegaron al lugar.

    —Me han dicho que este es un lugar solitario y abandonado —dijo emocionada—, el lugar perfecto para que haya algún misterio pokémon.

    Y armándose de valor, entró en la inmensa caverna.

    El interior era tranquilo, habitado por muchos pokémon de agua, el lugar estaba lleno de ríos subterráneos, por suerte Aurora tenía un Lapras que utilizaba para usar Surf. Así pasó mucho rato explorando la cueva.

    —Esto se está poniendo aburrido —comentó—, no pasa nada interesante… un momento, ¿qué es eso?

    Y al darse cuenta, vio que en medio del camino había un enorme agujero en el suelo, como si le hubieran dado un poderoso golpe; en la parte de abajo había un río subterráneo. Armándose de valor, Aurora sacó a su Lapras de nuevo y se arrojó al agua, para su sorpresa en la parte de atrás había una serie de rocas que impedían que la corriente los arrastrara, pero aún así la corriente era demasiado fuerte para su Lapras.

    —Tenemos que buscar otro camino —dijo decidida.

    Salió del agua y empezó a seguir el rio, se dio cuenta de que encima por donde comenzaba la corriente había un gran boquete en el techo, con su Fearow subió hasta ahí, y con Nidoqueen movió con Fuerza dos grandes rocas que tiró por el agujero, de esa manera se detuvo la corriente y pudieron navegar tranqulamente. Llegaron a la parte donde estaban las dos piedras de la primera vez y las hicieron a un lado, y como ya no había corriente pudieron seguir el curso del rio tranquilamente.

    Aurora estaba feliz de que las cosas estuvieran saliendo bien por esa vez, pero en seguida se dio cuenta de que el rio llevaba hasta una pequeña isla en medio de la cueva, y un enorme pokémon de un azul y porte esplendoroso apareció en ese lugar.

    —No puedo creerlo —exclamó Aurora—, es Articuno, el pokémon pájaro legendario de hielo.

    Articuno al darse cuenta de Aurora se alarmó y se preparó para atacar, lo cual hizo que Aurora recordara lo ocurrido con Zapdos y se llenó de miedo, pero con gran esfuerzo recobró la calma poco a poco, y se decidió a luchar.

    Articuno usó un Rayo hielo.

    —¡Charizard, Llamarada! —ordenó, y al ser un tipo con ventaja logró superar al rayo hielo, e hirió a Articuno.

    Siguieron luchando por un rato, esta vez las cosas parecían ir mejor para Aurora, sin embargo no tardó mucho para que Charizard cayera debilitado, víctima de un Frio polar, y antes de que Aurora pudiera hacer nada Articuno utilizó un poderoso Vendaval, el cual formó un pequeño huracán dentro de la cueva, creando poderosas corrientes de aire e incluso haciendo una corriente en el agua, en la cual Aurora y sus pokémon cayeron y los arrastró lejos de ahí.

    Cuando todo pasó, la corriente que había producido el Vendaval desapareció, y Aurora quedó sobre su Lapras flotando en el agua. Estaba algo decepcionada de nuevo, no solo por no haber ganado, sino porque se dio cuenta de lo precipitadamente que actuó.

    —Ese pokémon no estaba buscando problemas, no estaba haciendo daño a nadie… y yo me dejé llevar por mi conducta, y lo ataqué en lugar de tratar de calmarlo —dijo triste.

    Ya eran dos veces que le pasaba lo mismo, y se sintió de nuevo, inútil y decepcionada, de nuevo siguió recordando donde se quedó:


    —Así es, entrenador definitivo —se ufanó Rainbow.

    Aurora empezó a reírse en voz baja.

    —¿Qué es tan gracioso? —preguntó Rainbow consternado.

    —Qué esta es una escuela de pokémon Rainger —contestó Aurora sonriendole—, si quieres ser entrenador este no es precisamente tu lugar.

    En ese momento Rainbow se puso algo más sombrío, Aurora pudo notar hasta cierta tristeza en él, y se sintió mal por habérselo dicho así.

    —Digamos que no seré Ranger por mucho tiempo —contestó Rainbow más animado.

    —Bueno —siguió Aurora tiernamente—, espero que cumplas lo que quieras ser.

    Rainbow la miró amigablemente, y por alguna razón, no sintió deseos de ser fría con ella, de algún modo se sentía a gusto, pero decidió no demostrarlo.

    —Bueno, si ya es todo… adiós —dijo fríamente y empezó a irse.

    —¡Espera Rainbow! —se apresuró Aurora.



    Un rato después Aurora salió de la cueva, se sentía desanimada, pero no se rendía.

    —Tal vez las cosas no salieron bien esta vez tampoco —comentó mirando al horizonte—, pero ya he aprendido algo nuevo, tengo que dejar de depender de Rainbow, no solo en los combates, sino también en comprender a los pokémon… Vamos, aún queda un lugar a dónde ir.

    Y sacando de nuevo a Lapras salió en dirección al sur, hacia Isla prima.


    Un día después llegaron al Monte ascuas, en la parte norte de isla Prima del archipiélago Sete. Aurora sentía que debía ir ahí, pues si su lógica no le fallaba, en ese lugar encontraría a la última ave legendaria.

    —¿Por qué quiero encontrarla? —se preguntó— ¿solo por mis investigaciones? O tal vez quiero algo más.

    Pensando en todo eso comenzó a explorar el monte, un lugar enorme y en el que hacía mucho calor.

    Pasaron las horas y Aurora seguía su exploración sin descanso, dirigiéndose poco a poco a la cima, parecía decidida, aunque también algo temerosa, sin saber muy bien qué era lo que esperaba lograr en ese lugar.

    Bastante rato después llegó a la cima, y tal como lo había supuesto, ahí se encontraba el siguiente pokémon pájaro legendario, Moltres, el cual al verla, al igual que los otros dos, se alertó y se preparó para atacar.

    Aurora tenía una mirada decidida, pero no sacó a ningún pokémon esta vez, y solo empezó a caminar lentamente hacia él. El Moltres se sorprendió al verla hacer eso, y usó un Lanzallamas, el cual Aurora solo evitó. Moltres siguió lanzándole Lanzallamas y Aurora solo los evitaba y se acercaba poco a poco con paso decidido, Moltres estaba algo impresionado por su valor y dejó de atacarle, pues vio que no era un peligro. Aurora llegó hasta él y lo miró amablemente, mientras que Moltres la miraba desconfiado.

    —Hola Moltres —le dijo dulcemente Aurora mientras le sonreía.

    Luego de eso volvió a alejarse alegremente, cuando estuvo lo suficientemente lejos sacó a Fearow y se fue volando de ahí como si nada hubiera pasado.

    —Eso es lo que Rainbow hubiera hecho de seguro —dijo felizmente mientras volaba, y siguió recordando lo que pasó después:


    —¿Y ahora qué quieres? —preguntó Rainbow algo fastidiado al ver que Aurora lo seguía.

    —Quería preguntarte algo, si has viajado tanto como dices, ¿alguna vez has visto a un pokémon legendario? A mí sí me encantaría ver uno algún día.

    Rainbow se sorprendió un poco por esa pregunta, pero al mismo tiempo le agradó que lo hiciera.

    —Sí, efectivamente he encontrado legendarios, uno de ellos incluso me ayudó mucho… pero una cosa sí, cuando sea entrenador nunca se me ocurriría atrapar un legendario.

    —¿Pero por qué? —preguntó aurora algo sorprendida.

    —Es muy simple —contestó Rainbow—, los pokémon legendarios son demasiado especiales para ser capturados y entrenados, a ellos no hay que enfrentarlos, solo hay que comprenderlos y admirarlos.

    Aurora al parecer se quedó contenta con esa respuesta y siguieron caminando juntos.

    —Oye, ¿Ya te he mencionado acerca de mi método perfecto para entrenar pokémon? —preguntó Rainbow algo presumido, ya que al parecer le había agarrado confianza a Aurora.

    —No, me parece que no —respondió Aurora tratando de seguirle el juego.

    —Pues déjame que te hable un poco sobre él, es el método definitivo que yo he creado, con él… —siguieron hablando todo el día así.

    Y a partir de ese día en adelante fueron amigos casi inseparables durante todo el tiempo que duró la escuela Ranger, y más.


    Unos días después Aurora llegó a ciudad Fucsia, estaba satisfecha con lo que había pasado, pues no fue una experiencia perdida, se dispuso a relajarse en un parque, mirando a la gente, y recordando una y otra vez cómo fue que conoció a Rainbow y cómo se habían hecho amigos.

    —Por cierto —dijo de repente—, dentro de poco comenzará la liga pokémon, tal vez debería hablarle a Rainbow para ver cómo le va y desearle suerte, además que hoy es un día especial para él...

    Y diciendo eso sacó su teléfono, estaba a punto de marcar cuando de repente recordó la verdadera razón por la que dejó pueblo Paleta tan rápidamente en cuando supo que Rainbow iba a participar en la prueba de Bill, no quería estar con él porque no podría soportar tener que despedirse de nuevo, y aquí era lo mismo, si hablaba con él iba a tener que despedirse, lo cual la tenía en un dilema.

    —¡Pero qué tontería! —exclamó al sentirse ridícula por sentir eso— Debo dejar de actuar como una niña inmadura ridícula, no pasa nada, solo le hablo y luego colgamos y ya, no es algo tan grave —dijo algo enojada consigo misma y marcó.

    El teléfono comenzó a sonar, era la primera vez que se iban a hablar desde se separaron en Azafrán sin contar los ridículos mensajitos que se mandaron, así que estaba algo nerviosa, pasaron unos segundos hasta que finalmente contestó.

    —Hola Aurora —dijo Rainbow amigablemente.

    —Hola Rainbow —contestó Aurora algo tímidamente—, ¿dónde te encuentras?

    —Estoy ya en la meseta Añil —contestó tratando de mantenerse distante—, hace un rato salí de la Calle Victoria y estoy a punto de entrar a inscribirme.

    —Me alegro por ti —respondió Aurora feliz de poder oír de nuevo a Rainbow, pero trataba de mantener un todo indiferente.

    —¿Vas a verme? —preguntó Rainbow.

    —No creo poder ir hasta allá —contestó—, pero te prometo que te veré por televisión.

    —Gracias Aurora, espero que nos veamos de nuevo pronto —dijo Rainbow sin pensar mucho, olvidando por un momento que él también tenía un dilema.

    —Yo también lo espero —respondió Aurora olvidando su propio dilema también.

    —Ah, por cierto Rainbow… Feliz cumpleaños —le dijo dulcemente.

    Rainbow se sorprendió un poco de oír eso.

    —Ah, te acordaste —dijo con indiferencia.

    —¿Cómo me iba a olvidar del cumpleaños de mi mejor amigo? —preguntó Aurora en broma.

    —Cuídate mucho Aurora —se despidió Rainbow aparentando indiferencia pero con un tono de preocupación.

    —Lo haré, gracias Rainbow —se despidió Aurora y colgó.


    Rainbow se quedó mirando su número por un rato.

    —Ya no es hora de andar perdiendo el tiempo en cursilerías —dijo rudamente—, ya estamos aquí en la liga, es hora de ganarla humillantemente.

    Y se dispuso a dirigirse a la casilla de inscripción.


    Lejos, en ciudad Fucsia, Aurora también se quedó un rato mirando su teléfono.

    —Ya no es hora de andar perdiendo el tiempo en cursilerías —dijo rudamente mientras se levantaba—, aún quedan muchos misterios que averiguar, y otras regiones que recorrer, creo que es tiempo de ir a la siguiente región, Johto, a ver qué misterios hay por ahí.

    Y ambos chicos siguieron sus caminos como si nada pasara una vez más, siempre esperando volver a encontrarse algún día.

    Continuará...
     
    • Me gusta Me gusta x 5
  8.  
    Lelouch

    Lelouch Rey del colmillo

    Aries
    Miembro desde:
    24 Junio 2012
    Mensajes:
    7,376
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Bueno pues siendo honestos estos dos ultimos capitulosme han aburrido un poco porque casi no hay acción pero estoy alegre de que ya va a llegar a la Liga donde sí habrá acción, errores solo vi uno muy evidente que fue:

    Escribiste "coy" en vez de voy pero es un error minusculo, espero que sigas con los capitulos y que ya empiecen las batallas.
     
  9.  
    Paralelo

    Paralelo Viajero dimensional

    Virgo
    Miembro desde:
    16 Agosto 2012
    Mensajes:
    259
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Pokémon Rainbow: Kanto.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    71
     
    Palabras:
    2383
    ...Continuando

    Capítulo 53: Subiendo la apuesta.
    “simplemente aumentó el alcance de nuestro trato, no solo a esta región, sino a todas las demás también, además de ser tratado como un campeón indigno… Me gusta"
    Rainbow


    —Bienvenido a la liga pokémon, ¿me daría por favor su…? ¡Ah! —se asustó un poco la mujer de la casilla de inscripciones al darse cuenta de la máscara negra que cubría la cara de Rainbow.

    —Si no cerraran los ojos cuando hablan no se sorprenderían tanto… ¡qué mundo tan ridículo! —exclamó Rainbow algo enojado.

    —Esperen un minuto —dijo una voz que era conocida para Rainbow.

    —¡El presidente de la asociación pokémon! —exclamó la mujer.

    —Hola Rainbow, hace tiempo que no nos vemos —le dijo calmadamente pero con mirada sospechosa.

    —¿Cómo me reconoció con esta máscara? —preguntó Rainbow.

    —Digamos que tienes cierta pose especial que te delata, todo tu cuerpo tiene la forma de un monumento a tu arrogancia —le contestó.

    —Pues qué bueno que lo veo —respondió Rainbow quitándose la máscara—, justamente quería hablar con usted.

    —Qué coincidencia —respondió el presidente—, yo también estaba buscándote, sígueme, tenemos algo de qué hablar.

    Y de esa manera, Rainbow siguió al presidente hasta su oficina principal, desde la cual se podía ver la arena de batalla.



    —¿Sabes algo de la historia de las ligas pokémon, Rainbow? —preguntó el presidente.

    —No sería el entrenador definitivo si no lo supiera —contestó arrogante.

    —Entonces de seguro sabrás lo que es el Alto mando.

    —Pero por supuesto que sí, ellos son la meta final en cada región que visite —contestó Rainbow acercándose a la ventana y observando a la gente que poco a poco se reunía.

    —Entonces de seguro sabrás que hace mucho tiempo el sistema de las ligas pokémon era más sencillo. Antes todos los entrenadores que quisieran hacerse con el título de campeón únicamente tenían que enfrentarse al Alto mando, y al derrotarlo tenían el privilegio de convertirse en el líder de ellos como el nuevo campeón, hasta que llegara otro y le arrebatara el trono.

    —Siempre me he preguntado qué criterio es el que utilizan para elegir al alto mando —interrumpió Rainbow—, siempre creí que eran antiguos campeones de la liga.

    —En parte es verdad —respondió el presidente—, muchos miembros del Alto mando en todas las regiones han sido campeones en su momento, pero básicamente los escogemos por ser los más fuertes de las regiones.

    —Entonces no entiendo porqué el sistema cambió al de ahora —dijo Rainbow intrigado.

    —Digamos que desde que existe la Asociación pokémon siempre hemos tenido problemas para regular estos eventos —contestó el presidente acercándose a Rainbow y mirando por la enorme ventana de la oficina—, cada vez hay más y más entrenadores pokémon, el antiguo sistema a pesar de ser más sencillo era menos accesible para todos, los miembros del Alto mando son muy fuertes, y hubo muchos periodos en los que el campeón reinaba durante mucho tiempo, solo los más fuertes podían siquiera entrar en la liga, en resumen, hace tiempo la liga pokémon era un evento muy exclusivo.

    —Y conforme los entrenadores iban aumentando —interrumpió Rainbow sin dejar de ver a la gente del otro lado del cristal— la gente empezó a querer una manera más accesible de poder participar en la liga, a causa de eso dejaron el antiguo sistema e implementaron el sistema de torneo entre todos los entrenadores que se inscribieran, y el Alto mando perdió su papel en la liga pokémon.

    —Exactamente así es —dijo el presidente algo melancólico—, ahora los miembros del Alto mando son entrenadores independientes, muy pocas veces se ha logrado que estén bajo las órdenes de la Asociación pokémon, es decir, muchos se han desvinculado por completo de nosotros.

    —Entiendo —prosiguió Rainbow—, pero al menos de esta manera más gente tiene forma de participar en la liga, y al menos el sistema del campeonato es más fácil de llevar.

    —Me temo que te equivocas Rainbow —le contestó el presidente—, solucionamos el problema de la gente que quería participar, pero me temo que eso no arregló el problema de los campeonatos, antes el campeón estaba al servicio de la Asociación pokémon, con sus respectivos privilegios y obligaciones, pero desde que se implantó el sistema del torneo para la liga pocos campeones han logrado mantener el nivel que se requiere.

    —¿Como el campeón anterior? —preguntó Rainbow interesado.

    —Exacto, como el campeón anterior —contestó el presidente—, la idea era que al terminar el torneo el ganador se enfrente al campeón para decidir si hay nuevo campeón o no, desafortunadamente en esta edición no hay campeón.

    —¿Cómo que no hay campeón? De hecho ¿Quién fue el campeón de la edición anterior? —preguntó Rainbow interesado.

    —La verdad es que no lo sabemos —dijo el presidente.

    —¿Cómo que no lo saben? —exclamó extrañado Rainbow.

    —Se inscribió bajo un nombre falso —contestó el presidente mirando a Rainbow acusadoramente a los ojos—, para cuando nos dimos cuenta ya había ganado y se había esfumado, nunca supimos quién fue.

    Rainbow pareció deducir lo que el presidente estaba pensando.

    —Yo no sé nada de esa persona —contestó tratando de defenderse—, no creo que incluso supongan que esa persona fui yo.

    —No te preocupes, esa persona era mucho más grande que tú —contestó el presidente apartando la mirada—, simplemente te buscaba para decirte eso, no estamos para seguir tolerando gente así, de hecho, ya habíamos estado teniendo reportes de otras regiones en las que al parecer estaba pasando lo mismo.

    —¿Se refiere a que en las demás regiones también ha habido casos de entrenadores que se meten con nombres falsos y después huyen? —preguntó Rainbow intrigado.

    —Me temo que sí —respondió el presidente—, y ahora tú estás a punto de hacer lo mismo, ¿o no? —preguntó acusadoramente.

    —Sí, pero yo al menos le estoy avisando —contestó Rainbow algo cínico.

    —No estamos para juegos —contestó severamente el presidente—, desde la primera vez que te vi en ciudad Azafrán y me pediste que te dejara entrar con un nombre falso y con el permiso de abandonar tu título sospeché que eras uno de esos entrenadores, esos que a pesar de que ganen el título de campeón no valen la pena como campeones, nosotros no queremos que gente así sea la imagen de nuestra Asociación.

    Rainbow lo miró algo preocupado.

    —Ya hemos hablado demasiado, ¿podríamos ir al punto? —exclamó algo impaciente.

    El presidente lo miró severamente.

    —Tú eres la primera persona de la historia que tiene la osadía de intentar hacer algo como esto con el consentimiento de la Asociación pokémon, y tal y como prometimos te voy a dejar competir, espero que recuerdes nuestro trato…

    —No me diga que solo me llamó para recordarme que tenemos un trato… —exclamó Rainbow algo fastidiado.

    —No solo eso —respondió el presidente—, sino también para decirte que ya que se te va a permitir hacer esto, debes hacerte digno de merecerlo.

    —¿Digno? ¿A qué se refiere? —preguntó Rainbow algo inquieto, el presidente le sonrió.

    —He hecho un cambio en el trato —contestó algo malicioso—, ya he contactado con las demás Asociaciones pokémon de las demás regiones, les hablé un poco de ti, ya saben quién eres y saben lo que pretendes hacer, les he dicho que guarden silencio absoluto sobre ti, pero en caso de que no logres ganar todas las ligas pokémon en las que participes se te aplicarán las mismas sanciones, no se te dará más anonimato, serás tratado exactamente igual a esos “campeones” que huyeron después de ganar y no podrás violar ninguna de las reglas que se implanten.

    —Entonces —continuó Rainbow—, simplemente aumentó el alcance de nuestro trato, no solo a esta región, sino a todas las demás también, además de ser tratado como un campeón indigno… Me gusta —añadió sonriendo macabramente. El presidente se sorprendió por esa reacción.

    —¿Cómo que te gusta? —preguntó.

    —Me viene muy bien que haya subido la apuesta de nuestro trato —contestó mirándolo a los ojos—, porque yo también quiero subirla… si gano esta liga pokémon tal y como digo que lo voy a hacer, ustedes implementarán el sistema de almacenamiento y transporte pokémon vía PC de Bill, o más corto, el sistema del PC de Bill para todas las regiones.

    El presidente se sintió algo preocupado, ya que el sistema no lo convencía todavía.

    —No podemos hacer eso —contestó—, ese sistema no ha logrado convencernos.

    —¿A qué se refiere? —exclamó Rainbow— Yo mismo lo probé cuando estuve en la isla Sete, dos de mis pokémon lo probaron y no pasó nada malo… además, recuerde que usted dice que si pierdo en alguna liga pokémon me pasarán muchas cosas malas, yo la verdad tengo mucho que perder si no cumplo lo que presumo tanto, supongo que a eso se refería con hacerme digno de tales privilegios no solo para esta región sino para todas las demás… y yo estoy dispuesto a jugármela, y esa es mi única petición… ya verá, cuando el PC de Bill quede establecido será mucho mejor para los pokémon y entrenadores.

    El presidente lo miró con cierto recelo, sabía que no podía arriesgarse a afectar a todos los demás entrenadores por una simple apuesta, pero decidió darle una oportunidad.

    —Trato hecho —exclamó dándole la mano. Rainbow se la dio. —Pero el sistema se irá si no funciona —añadió serio.

    —Si ese sistema no funcionara yo mismo lo destruiría —contestó arrogante.

    Rainbow sabía que ahora estaba en un juego peligroso, ahora cumplir su sueño no era solo algo personal, sino que se había convertido en un asunto en el que peligraba su reputación. Pero estaba confiado en que podría superarlo.

    —Entonces ya me voy —dijo Rainbow acercándose a la puerta—, debo inscribirme lo antes posible… no soy muy bueno inventando nombres pero supongo que el que tengo en mente funcionará —y se fue de ahí.

    —¿En serio cree que fue buena idea aceptar ese trato? —preguntó uno de los ayudantes del presidente.

    —Eso el tiempo lo dirá —contestó el presidente—, además, este muchacho Rainbow me parece interesante, no hay muchos entrenadores con sus agallas, estoy seguro de que si cumple lo que presume puede llegar muy alto… espero no equivocarme con él.



    Y así Rainbow se inscribió en la liga pokémon, y al día siguiente, todo estuvo listo para que diera comienzo el más grande evento de la región. Debajo de su máscara negra, Rainbow sonreía macabramente entre todos los demás entrenadores, sus pokémon en su cinturón X también estaban ansiosos, la liga pokémon había comenzado.

    Continuará...
     
    • Me gusta Me gusta x 6
  10.  
    Paralelo

    Paralelo Viajero dimensional

    Virgo
    Miembro desde:
    16 Agosto 2012
    Mensajes:
    259
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Pokémon Rainbow: Kanto.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    71
     
    Palabras:
    3045
    ...Continuando
    Capítulo 54: La liga pokémon de Kanto.
    “supongo que ser una persona normal no es para mí"
    Rainbow


    —Bienvenidos sean todos a la nueva edición de la liga pokémon de Kanto, transmitida en vivo y en directo para todo el mundo —anunció el presentador por la televisión—, una vez más los mejores entrenadores de la región de Kanto se han reunido para disputarse el puesto más grande e importante de todos los entrenadores pokémon, sigan con nosotros, pues en unos momentos darán comienzo el torneo para decidir quién será el nuevo campeón de Kanto…

    Mientras tanto, el profesor Oak y Bill se encontraban juntos en su laboratorio observando el evento.

    —Estoy ansioso porque salga Rainbow —exclamó Bill.

    —Yo también —contestó Oak—, pero si es verdad lo que Aurora me ha contado, cuando lo haga estará con una máscara, además de haberse cambiado el nombre.

    —¿Y por qué haría algo como eso? —preguntó extrañado Bill.

    —Porque él no quiere que nadie sepa de él hasta que haya completado su objetivo de ganar en todas las regiones, bueno, eso fue lo que me dijo.

    —Espero que al menos se haya puesto un nombre fácil de identificar, Aurora me dijo que Rainbow es malísimo para inventar nombres —añadió Bill.



    Mientras tanto en la meseta Añil la competencia ya había comenzado. Conforme avanzaba la competición el número de entrenadores se reducía poco a poco, Rainbow sonreía maliciosamente debajo de su máscara mientras esperaba su turno en la primera ronda.

    —El Nadador Juan ya no tiene más pokémon —exclamó el cronista al acabar el combate—, el Pokemaniaco Mariano pasa a la siguiente ronda.

    Todos en el estadio victoriaron al ganador de esa ronda mientras se retiraba y la arena se preparaba para la siguiente batalla.

    —Ahora es nuestro turno chicos —le dijo a sus pokémon en voz baja mientras solemnemente avanzaba hacia la arena.


    —Y es hora del siguiente combate, ambos entrenadores favor de acercarse a la arena —dijo el réferi en voz alta.

    Rainbow se acercó a su posición, a la gente le pareció muy extraño que llevara una máscara que le cubriera tanto, pero de todos modos aplaudieron.

    —Mire profesor, ese debe de ser Rainbow —exclamó Bill desde el laboratorio.

    —También a mí me parece, su lenguaje corporal tan arrogante lo reconocería donde fuera —contestó Oak.

    Del otro lado de la arena apareció el otro entrenador, a Rainbow le pareció haberlo visto en otro lado.

    —Pero claro —pensó—, es el entrenador Guay que encontré en la Calle Victoria… espero que no me reconozca, pero solo por si acaso, mejor no sacar a Dragonite.


    —Del lado derecho de la arena —presentó el cronista—, de 14 años y originario de ciudad Azulona, el entrenador Guay Marcelo.

    El público dio un fuerte aplauso mientras el entrenador Guay los saludaba orgullosamente.

    —Ahora van a presentar a Rainbow —dijo el presidente de la Asociación pokémon desde su oficina privada—, me pregunto qué nombre se habrá puesto.

    —Y del lado izquierdo de la arena —continuó el cronista—, de 12 años de edad y originario de pueblo Paleta… el entrenador Roinbei.

    Todos los que lo conocían no pudieron evitar caerse de la impresión ante tal nombre.

    —Tal y como dijo Aurora, es pésimo para inventar nombres —dijo Bill con algo de vergüenza ajena.


    Mientras tanto, Rianbow en la arena también se sentía algo apenado.

    —Sí, sí, sí, ya lo sé —dijo en voz baja—, no soy nada bueno inventando nombres, pero es el mejor que se me ocurrió —sus pokémon también sentían algo de vergüenza ajena.

    —Mucho gusto Roinbei —saludó rudamente el entrenador Guay Marcelo con cierto aire de superioridad. Rainbow lo miró y a pesar de su actitud decidió seguirle en un juego amistoso para no levantar sospechas.

    —Mucho gusto entrenador Guay Marcelo, ¡tengamos una buena batalla! —dijo de una manera tan infantilmente amigable que ambos se sintieron avergonzados —creo que exageré un poco —pensó.

    —Recuerden que en esta ronda cada uno solo puede usar un máximo de tres pokémon —dijo el réferi—, y también pueden cambiarlos cuando quieran, ¡qué comience la batalla!

    Y sonó la alarma para comenzar.

    —Muy bien —exclamó Marcelo arrogante—, ¡ve Victreebel! —dijo mientras sacaba a su pokémon.

    —Si quiero pasar inadvertido —pensó Rainbow—, voy a tener que actuar como actúan los demás… es decir, voy a tener que andar gritando mis ataques como un idiota…

    —Entrenador Roinbei —dijo el réferi—, por favor presente su primer pokémon.

    —¿Eh? Sí, claro… ¡Ve Primeape!... este… ¿qué más debería ser?... ¡Yo te elijo!... ¡Ay, qué estúpido suena eso!

    Y de esa manera tan desconcertante para todos sacó a su pokémon.

    —Recuerda Primeape —le dijo—, estamos tratando de que pasar como un entrenador y pokémon normales, así que no seas tan duro —Primeape asintió.


    —Pues empecemos, ¡Victreebel, Ácido! —ordenó Marcelo.

    —Esquívalo —ordenó Rainbow.

    Primeape dio un gran salto y esquivó por poco el ácido.

    —Ahora parada baja.

    El ataque de Primeape dio en el blanco, pero dejándose llevar por la emoción del combate Primeape dio un golpe contundente, lo que hizo que el Victreebel se debilitara.

    Todo el público se asombró.

    —¡Miren! ¡Lo derrotó con un solo golpe! —exclamó una persona.

    —Sí, y ni siquiera era un movimiento muy efectivo contra un tipo planta —dijo otro.

    Tanto Rainbow como Primeape se sintieron algo apenados.

    —Creo que se te fue un poquito la mano Primeape —dijo Rainbow con cierto tono de vergüenza.

    —Nada mal, nada mal —interrumpió Marcelo algo asombrado—, pero no podrás hacer lo mismo con mi siguiente pokémon —dijo regresando a su Victreebel y sacando un Hypno.

    —No importa Primeape —le dijo Rainbow mientras lo regresaba—, ya que se puede cambiar de pokémon, entonces ahora elijo a Snorlax.

    El enorme pokémon hizo acto de presencia en la arena.

    —No perdamos más tiempo —exclamó Marcelo—, ¡Vayamos a lo importante!… ¡Psíquico! —ordenó.

    El potente ataque le dio de lleno a Snorlax, pero no le afectó mucho.

    —Espera Snorlax —ordenó Rainbow.

    —¡Ahora usa Hipnosis! —Ordenó Marcelo.

    El pokémon efectuó el ataque, y viendo que sería muy sospechoso que un pokémon fuera inmune a ese ataque, Snorlax se dejó atacar y quedó dormido.

    —Ahora es nuestra oportunidad —exclamó Marcelo, quien no iba a dar tregua alguna—, ¡usa Psicoonda Hypno!

    El pokémon empezó a atacar a Snorlax con el potente ataque, pero Rainbow no estaba preocupado.

    —Usa Sonámbulo Snorlax —ordenó Rainbow viendo que era momento de atacar.

    Snorlax sabía tantos ataques que no sabía cual escoger, pues Rainbow le había enseñado a poder controlar sus ataques mientras dormía, así que decidió que simplemente escogería uno al azar, tal y como sucedería con un pokémon común y corriente.

    Snorlax usó Giga impacto. El ataque de nuevo fue tan contundente que el Hypno cayó debilitado.

    Toda la gente se asombró de nuevo al ver esa manera de ganar.

    —Jeje, hubieras usado un simple placaje —dijo Rainbow algo nervioso de que su plan no estuviera resultando como lo esperaba.


    Lejos, en pueblo Paleta, el profesor Oak y Bill seguían el evento.

    —¡Vaya! Rainbow lo está haciendo muy bien —exclamó Bill—, si sigue así no tendrá problemas en ganar toda la liga con los ojos cerrados y una mano atada.

    —Me temo que lo hace demasiado bien —dijo serio Oak—, digo, ¿cómo va a pasar desapercibido como el gran entrenador que es si sigue ganando de esa manera?

    —No entiendo bien por qué Rainbow quiere pasar desapercibido —dijo Bill algo intrigado—, digo, un chico tan arrogante como él debería estar presumiéndole a todo el mundo de lo que es capaz.

    —Te equivocas Bill —interrumpió Oak—, es verdad que Rainbow es un chico arrogante y presumido, pero irónicamente, también es humilde —dijo y siguieron viendo el combate.



    —Veo que tienes pokémon muy poderosos —exclamó Marcelo al ver que de nuevo ocurría lo mismo.

    Rainbow regresó a Snorlax.

    —Solo tuve suerte —dijo tratando de aparentar modestia.

    —No seas tan modesto —replicó irónico el entrenador Guay—, ahora lo has hecho bien… pero aún tengo un último pokémon, y este es tan poderoso que de un solo golpe logró destruir gran parte de la Calle Victoria —y diciendo eso sacó a su Machamp.

    —Esta vez al menos procura aguantar el primer ataque —dijo Rainbow medio en broma mientras sacaba a Jinx.

    —¡Machamp, Foco energía! —ordenó Marcelo.

    El Machamp empezó a aumentar su energía para subir las probabilidades de un golpe crítico.

    —¿Qué debo hacer? —pensó Rainbow— Estoy demasiado acostumbrado a derrotar a todos de manera humillante… pero ahora no quiero que mi grandeza se vea.

    —¡Ahora Machamp, Tajo cruzado!

    El pokémon empezó a atacar ferozmente mientras Jynx solo esquivaba esperando las órdenes de Rainbow, el cual no decidía qué hacer.


    —¿Pero por qué no ataca? —preguntó Bill.

    —Ya sabe que a causa del entrenamiento que le ha dado a sus pokémon, cualquier ataque podría debilitar a ese Machamp de un solo golpe —respondió Oak.

    —¿Y eso qué? —exclamó Bill— No puede quedarse esquivando por siempre.

    —Tal vez esa sea parte de su estrategia —dijo Oak y siguieron observando la lucha.


    Jinx todavía seguía esquivando todos los ataques de Machamp sin dificultad.

    —Vamos Roinbei —dijo Marcelo—, ¿por qué no atacas?

    Rainbow observaba alrededor, y vio como la gente desde sus asientos lo observaba con interés, todos estaban esperando a ver qué iba a hacer el chico enmascarado de nombre ridículo.

    —Debí pensar en esto antes —pensó algo preocupado—, no puedo usar un movimiento que un Jinx no sea capaz de aprender o todos dirán “miren, ese entrenador logró enseñarle a su pokémon un movimiento que no debería aprender… Yo quiero que me enseñe…”, No puedo usar ataques poderosos por la misma razón…

    Mientras tanto el Machamp seguía intentando atacar a Jinx sin poder conseguirlo, y al parecer no iba a cansarse en mucho tiempo.

    —¡Ya sé! —exclamó Rainbow— ¡Jinx, usa Canto mortal!

    Jinx efectuó el ataque, y el tiempo comenzó a correr antes de que ambos pokémon se debilitaran, la batalla estaba sentenciada con victoria para Rainbow. Inmediatamente cambió a Jynx por Primeape.

    Todos en el estadio, así como por la televisión enmudecieron al ver que la victoria estaba asegurada de una manera tan poco usual. El entrenador Guay Marcelo ya no podía cambiar de pokémon para evitar perder ya que los dos anteriores ya habían perdido, mientras que Jinx al haber sido cambiada no iba a ser afectada por el ataque.

    —Gracias por el combate Roinbei —dijo Marcelo resignado mientras regresaba a su Machamp.

    —¿Vas a abandonar? —preguntó el réferi.

    —Sí, ya no tiene caso, de todos modos el Canto mortal habría debilitado a Machamp, simplemente no podía ganarle —respondió tranquilamente mientras se iba.

    —Debido a que el entrenador Guay Marcelo se retira —comentó el cronista—, la victoria es para el entrenador Roinbei —dijo mientras sonaba la alarma de victoria, y el nombre de Rainbow aparecía como el ganador.

    Todos los presentes le aplaudieron con entusiasmo, definitivamente no había sido una batalla muy usual.

    Rainbow se retiró en silencio, sin siquiera molestarse en saludar a los que le aplaudían y felicitaban.


    —¿Qué te pareció la manera de ganar de ese muchacho Roinbei? —preguntó uno de los comentaristas de la televisión.

    —Muy interesante e inusual esa táctica —contestó otro—, definitivamente acorraló al entrenador Guay con esa estrategia con el Canto mortal, al pobre no le quedó más remedio que retirarse…

    —Al parecer encontró la manera de ganar después de todo —dijo Oak al terminar de ver el encuentro.

    —Pero de todas maneras siento que no quiso dar todo de sí mismo, va a ser difícil y hasta aburrido que se pase así toda la liga —comentó Bill—

    —Ya veremos qué es lo que pasará —finalizó Oak.


    Mientras tanto Rainbow se dirigía hacia la salida del estadio para encontrarse con el entrenador que acababa de vencer.

    —Oye, entrenador Guay, lo hiciste bien —dijo tratando de ser lo más modesto que su ser le permitía ser.

    —No, tú lo hiciste bien —contestó resignado—, después de todo yo solo alardeo mucho, pero ahora me doy cuenta que no doy la talla.

    —¿A qué te refieres? —preguntó Rainbow.

    —Tú sabes de lo que hablo… Roinbei, ¿no te acuerdas de mí? —preguntó. Rainbow se dio cuenta de que lo había descubierto— Soy el entrenador con el que te topaste en la Calle victoria, por un momento no te reconocí con esa máscara, pero luego me di cuenta al ver ese extraño cinturón en el que llevas a tus pokémon.

    Rainbow se dio cuenta de que en efecto, había cometido la estupidez de no quitárselo.

    —¿Recuerdas lo que me dijiste cuando estábamos en la Calle Victoria? —preguntó calmadamente.

    —Dije muchas cosas —contestó Rainbow quitándose la máscara al darse cuenta de que ya no la necesitaba por el momento—, no me acuerdo de todo.

    —Dijiste “mis pokémon son demasiado poderosos para ti” —contestó algo triste—, y me has demostrado que era verdad… adiós.

    —¿A dónde irás? —preguntó Rainbow.

    —Volveré a entrenar, quiero ver si algún día puedo convertirme en algo más que solo un presumido, adiós, Roinbei —y diciendo eso se fue de ahí.

    —Me llamo Rainbow —le dijo antes de que se alejara. Marcelo se detuvo y lo miró —¿Crees que puede haber alguien en el mundo que odie tanto a su hijo para ponerle Roinbei? —añadió graciosamente.

    El entrenador Guay le sonrió y siguió su camino.

    Rainbow de alguna manera se sentía identificado con ese muchacho, y en su interior empezó a comprender lo privilegiado de su situación.

    —Ser un entrenador común no es nada fácil —les dijo a sus amigos—, y ahora que veo a ese muchacho menos… supongo que ser una persona normal no es para mí.

    Y así regresó al estadio para ver los siguientes combates.


    Mientras empezaba la siguiente pelea, en la pantalla del estadio repetían los mejores momentos de la pelea, y en el lugar más aislado de la tribuna cuatro personas miraban la pantalla con interés.

    —¿Qué les parece ese muchacho? —preguntó un joven de cabello largo con capa.

    —A mí me parece que no luchó con todo lo que podía —añadió una anciana.

    —A mí me agradó —continuó un hombre grande y musculoso—, excepto por ese nombre tan gracioso que tiene, Roinbei —dijo conteniendo la risa.

    —Rainbow —exclamó una mujer de lentes.

    —¿Cómo dijiste? —preguntó la anciana.

    —Dije que su nombre es Rainbow —dijo de nuevo.

    —Pues supongo que debemos creerte —dijo el joven de la capa—, después de todo, tú ya lo habías visto antes, ¿o no Loreleil?

    Continuará...
     
    • Me gusta Me gusta x 5
  11.  
    Lelouch

    Lelouch Rey del colmillo

    Aries
    Miembro desde:
    24 Junio 2012
    Mensajes:
    7,376
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Genial, al fin Rainbow luchó, o deberia decir "Roinbei", se nota que este chico no sabe inventar nombre, solo hizo una variación del mismo, la batalla me gusto, a Rainbow se le dificultó pasar desapercivido, bueno ya sabe que debe quitarse el cinturón para la proxima xd, y refiriendome al alto mando, según yo estan Agatha (no se escribirlo), Loreril, Bruno y Lance, pero la duda prevalece ¿Quién será el campeón? Será acaso.................¿¡Goku!?, espero la continuación.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  12.  
    Paralelo

    Paralelo Viajero dimensional

    Virgo
    Miembro desde:
    16 Agosto 2012
    Mensajes:
    259
    Pluma de
    Escritor
    En el capítulo anterior se habla sobre eso, sobre el asunto del campeón, pero recuerda que esta historia trato de llevarla acorde a lo que sucede en el manga, así que va a haber partes donde no coincida con los videojuegos.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  13.  
    Paralelo

    Paralelo Viajero dimensional

    Virgo
    Miembro desde:
    16 Agosto 2012
    Mensajes:
    259
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Pokémon Rainbow: Kanto.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    71
     
    Palabras:
    4813
    ...Continuando

    Capítulo 55: La gran final.
    “¿La llamada de Aurora me hizo más feliz que haber ganado el combate?"
    Rainbow


    Los días pasaron lentamente, y con ellos los combates, uno a uno los entrenadores iban saliendo del torneo, y los ganadores avanzaban poco a poco a la siguiente ronda, entre ellos Rainbow, quien habiendo aprendido de su primera batalla tomó unas cuantas precauciones, en primer lugar no usó más su cinturón X durante los combates, optando por usar un cinturón común de entrenador en el cual cabían menos pokémon, y en segundo lugar una estrategia nueva, pues sabiendo que sería muy sospechoso que un entrenador se pasara toda la liga sin que uno de sus pokémon se haya debilitado durante algún combate ideó un sistema en el cual sus pokémon fingían debilitarse, para lo cual utilizaba su Viridian mind para darle órdenes telepáticamente.


    —¡Psíquico Kadabra! —Ordenó el Medium a su pokémon.

    El ataque dio de lleno a Snorlax, el cual ya habiendo derrotado a un pokémon antes, se tumbó en el suelo con estruendo y fingió estar debilitado.

    —Bien hecho, Medium —dijo Rainbow sonriendo sigilosamente bajo su máscara—, pero desafortunadamente será lo último que hagas.

    Y habiendo dicho eso sacó a Gengar, quien después de jugar un poco con el Kadabra lo venció de una Bola sombra.

    —Kadabra se ha debilitado —exclamó el réferi—, el entrenador Roinbei es el ganador del encuentro.

    —Eso quiere decir que el entrenador Roinbei pasará a la gran final del torneo —anunció el cronista por televisión—, esperamos ansiosos a ver cómo todo terminará…


    —Parece que al fin todo está por terminar —exclamó Bill en el laboratorio del profesor Oak—, lo único que no puedo creer es que durante estos últimos días sus pokémon hayan podido ser debilitados —añadió algo sorprendido.

    —No creo que hayan sido derrotados en serio —dijo Oak seriamente.

    —¿A qué se refiere profesor? —preguntó Bill.

    —Me da la impresión de que los pokémon de Rainbow solo han estado fingiendo ser derrotados, piensa, ¿qué pensarías de un entrenador que pasa toda la liga sin tan fácilmente sin que sus pokémon se hayan debilitado al menos una vez?

    Bill pareció entender.

    —En verdad Rainbow está dispuesto a todo con tal de pasar desapercibido —añadió y siguieron viendo el evento.


    —Ya tenemos al primer finalista, el entrenador Roinbei, ahora solo falta determinar quién será su oponente en la final… y justamente ahora vienen saliendo los siguientes contendientes… —anunció el cronista mientras sobre la arena se presentaban los siguientes combatientes, uno de los cuales sería el rival de Rainbow.


    —¿Y ahora para qué me ha mandado llamar? —preguntó Rainbow al presidente de la Asociación pokémon al llegar a su oficina, desde la cual se podía ver todo el evento.

    —Acercate Rainbow —le dijo calmadamente.

    Rainbow se acercó a la enorme ventana y contempló cómo el combate comenzaba y ambos competidores se daban con todo sin piedad.

    —Muy buena vista —comentó algo fastidiado—, pero no creo que solo me haya llamado para ver el combate.

    —Tu estrategia de fingir que tus pokémon se debilitan al parecer funciona —continuó el presidente sin despegar sus ojos del combate—… bueno, no completamente.

    —¿A qué se refiere con que no completamente? Nadie ha podido darse cuenta de nada —replicó Rainbow.

    —Solo los mejores son capaces de darse cuenta del teatro que estás montando —le dijo calmadamente—, y desafortunadamente cuatro de ellos se encuentran aquí en el estadio, en este momento.

    —No se refiere al Alto mando, ¿o sí? —preguntó Rainbow algo ansioso.

    —Así es —asintió el presidente—, se han dado casos en los que los miembros del Alto mando presencian las batallas de la liga, esperando a que haya un ganador, y después lo retan en privado.

    —Sí, estoy consciente de eso —interrumpió Rainbow—, de hecho lo esperaba en cierta manera, pero aún así es bueno saberlo con certeza.

    —Bueno, en ese caso no hay nada más que decir —dijo el presidente.

    —¿A qué se refiere? —exclamó Rainbow— ¿No tiene nada más que decirme?

    —No —contestó secamente el presidente—, solo disfruta de la pelea, después de todo, el que gane será tu oponente en la final.

    Rainbow siguió viendo la pelea, y observó como la chica de ropas violetas y con pokémon de tipo veneno iba ganándole al otro.

    —Esa chica parece una ninja, ¿no te parece Rainbow? —preguntó el presidente.

    —Sí, ciertamente lo parece —contestó Rainbow—, pero eso no importa.

    —Es buena, ¿no estás ni un poco preocupado de perder? —preguntó el presidente seriamente sin dejar de observar la pelea.

    —No crea que me dará miedo para perder la batalla —contestó rudamente Rainbow—, no olvide que tenemos un trato, no voy a perder en absoluto… De hecho…¿no es usted el que debería tener miedo?

    —¿Por qué habría de tenerlo? —preguntó tranquilamente le presidente.

    —Pues porque con todos los combates que he ganado ya debería estar seguro de que también voy a ganar ese —respondió arrogantemente.

    —Si en verdad ganas la batalla no me sentiré mal en absoluto de cumplir mi promesa —contestó solemnemente, Rainbow se sorprendió un poco por eso.

    —Hace un tiempo usted parecía mucho más reacio a mis peticiones —comentó Rainbow volviendo a mirar el combate.

    —Sí, pero he aprendido algo de ti… si en serio eres tan buen entrenador, no tengo razones para poner en duda tu opinión con respecto a esa tal P.C. de Bill —contestó con voz amigable—, después de todo, tus pokémon te quieren, tienen absoluta confianza en ti, si los pokémon pueden confiar en ti hasta ese grado entonces yo también, pues es bien sabido que nada es mejor para conocer a una persona que conocer a sus pokémon —añadió mirándolo amablemente.

    Rainbow se sentía algo incómodo de que alguien más estuviera indagando en su personalidad, y solo siguió viendo la lucha.

    —Mire, está a punto de ganar —exclamó Rainbow señalando a la chica.

    —El montañero Alberto ya no puede continuar —exclamó el cronista al terminar la batalla—, eso quiere decir que la que pasa a la gran final contra el entrenador Roinbei será… la entrenadora Janine*.

    El público la vitoreó mientras ella se retiraba solemnemente.


    —Ya tienes a tu contrincante —dijo el presidente—, será mejor que te vayas y te prepares.

    —Ya se había tardado en decirme eso —contestó Rainbow con tono fastidiado mientras se ponía la máscara de nuevo y se preparaba para salir de ahí.

    —Solamente una cosa más Rainbow —interrumpió el presidente repentinamente, Rainbow volteó a mirarlo de mala gana—, recuerda que esta es tu primera final de las cinco que planeas tener, disfrútala, aunque seas el entrenador definitivo, no hay razón para apresurarse.

    —Lo tomaré en cuenta —contestó Rainbow indiferentemente y se fue.



    Unas horas después todo estaba listo para la gran final de la liga pokémon.

    —Damas y caballeros, sean todos bienvenidos a la gran final de la liga pokémon —exclamó el cronista—, durante los últimos días hemos visto como los mejores entrenadores de la región Kanto han combatido con sangre y sudor por alcanzar el privilegiado puesto de campeón, pero solo uno de ellos lo conseguirá.

    El público, tanto en la arena como en sus respectivos hogares, no podía contener la emoción. Mientras tanto por la pantalla gigante del estadio se recordaban los momentos más emocionantes de los combates que había habido.

    —Dese prisa profesor, la final está a punto de empezar —exclamó Bill.

    —Ya voy, espérame —se apresuró Oak mientras llevaba un tazón de palomitas.

    —Está batalla promete ser la más emocionante de todo el evento —continuó Bill—, me pregunto dónde estará Aurora, ojalá que esté donde esté, no se vaya a perder la final.


    Mientras tanto, Rainbow y su oponente estaban listos para comenzar, y cada uno se acercó a su respectiva salida.

    —Parece que los dos combatientes están listos para el encuentro —dijo el cronista—, en ese caso… ¡aquí vamos!

    Ambos combatientes salieron a la arena y se pusieron en sus respectivas esquinas.

    —Del lado derecho, el entrenador Roinbei —presentó el cronista mientras la pantalla mostraba imágenes de sus combates anteriores. El público no contuvo su emoción ante las imágenes. —Y del lado izquierdo, la entrenadora Janine —presentó pasando las imágenes de sus respectivas peleas.

    Ambos entrenadores se veían serenos, ninguno mostraba signos de entusiasmo, pero Rainbow percibía algo raro en esa muchacha.

    —Ambos entrenadores prepárense para luchar —dijo el réferi—, recuerden, el máximo de pokémon que pueden usar es tres, se permiten cambios, el ganador será el que logre derrotar a todos los pokémon del otro.

    Tanto Rainbow como Janine seleccionaron sus respectivos pokémon en sus pokeball, esperando la señal. Ese era el momento que Rainbow estaba esperando desde que llegó a Kanto hace poco más de un año, y a pesar de mantener la serenidad no pudo evitar sonreír maliciosamente debajo de la máscara, Janine se veía confiada, y sonreía levemente. Rainbow agarró de nuevo su cronómetro, pues tenía pensado tomar el tiempo del último combate.

    La alarma sonó. Y el cronómetro de Rainbow inició.

    —¡Ve Grimer! —exclamó Janine.

    —¡Ve Pidgeot! —exclamó Rainbow.

    —Onda tóxica —ordenó Janine sin perder ni un segundo.

    Pidgeot evitó el ataque.

    —Ataque rápido —ordenó Rainbow. Pero esta vez estaban más preparados, y Pidgeot dio un ataque bastante más débil de los que solía hacer, de manera que el Grimer no se debilitó.

    —Tranquila Janine —dijo Rainbow—, no tienes que apresurarte tanto.

    —Si tú no quieres luchar estás en el lugar equivocado —reclamó Janine—, ¡Bomba lodo! —ordenó.

    El ataque afectó a Pidgeot pero no le hizo mucho efecto, aunque Rainbow mediante el Viridian mind le dijo que de todas formas exagerara el daño.

    —Tornado —ordenó Rainbow.

    El ataque fue bueno, pero de nuevo con la fuerza atenuada el Grimer no se debilitó.

    —Gas venenoso —ordenó Janine sin perder tiempo.

    El ataque fue efectuado, y a pesar de que lo pokémon de Rainbow eran inmunes a los cambios de estado Pidgeot se dejó envenenar por esa ocación.

    —Ya acábalo con un Ataque ala —ordenó secamente Rainbow.

    A pesar de que el nuevo ataque fue hecho con un cuarto del verdadero poder de Pidgeot, el Grimer se debilitó. La multitud no podía contener su emoción, y vitoreaban a Roinbei, aunque también animaban a Janine. El cronómetro iba en 2:00.

    —Eres una chica muy extraña —dijo Rainbow mientras Janine regresaba a su debilitado Grimer—, de hecho me pareces familiar en algo…después de todo, si eres una ninja… —se quedó meditando un momento— ¿Para qué quieres convertirte en campeona? —preguntó interesado.

    —¿Y eso a ti qué te importa? —respondió Janine rudamente mientras sacaba a un Weeszing.

    —¡Weezing, Bomba lodo! —ordenó sin esperar.

    Pidgeot se dejó dar por el ataque, y tal y como lo había planeado con su entrenador fingió debilitarse por el ataque.

    El público ahora vitoreaba a Janine, mientras tanto Rainbow regresaba a Pidgeot.

    —Escúchame bien niño —dijo rudamente Janine—, voy a convertirme en la campeona para que mi padre esté orgulloso de mí, él es un gran maestro ninja, y yo algún día estaré a su altura.

    Rainbow sonrió bajo su máscara al oír eso.

    —Hace solo un momento me decías que no era un asunto de mi incumbencia —replicó mientras sacaba a Butterfree—, pero ¿de casualidad no es tu padre Koga, el imbécil imitador barato de Golbatman líder de gimnasio de Fucsia? —preguntó sospechosamente.

    Janine se sorprendió por oír eso, pero también se enojó bastante.

    — ¡No le digas imbécil a mi padre! ¡Weezing, Hiperrayo! —ordenó enojada.

    —¡Hiperrayo! —ordenó rápidamente Rainbow.

    Ambos ataques se encontraron el uno al otro y ambos pokémon empezaron a mantener el ataque a ver quién resistía más. No era mucho trabajo para Butterfree pero en vista de la situación, Rainbow decidió hacerle creer a Janine que estaba ganando, así que Butterfree soltó su rayo, de manera que fue alcanzado por el de Weezing. Pero todavía no era momento de debilitarse.

    —¿Para qué quieres que tu padre se sienta orgullosa de ti? —preguntó Rainbow con más interés.

    —Nosotros somos de una respetada familia de ninjas, y siempre hemos estado al servicio de nuestro jefe, desde pequeña, me han enseñado a hacerme digna de servir a nuestro jefe —contestó orgullosa.

    Rainbow se quedó algo perplejo por todo lo que decía, pues le parecía muy absurdo, Pero una duda surgió en él.

    —¿Quién es su jefe? —preguntó seriamente. Janine solo sonrió.

    —Ya dejemos de hablar tanto, ¡Weezing, otro Hiperrayo! —ordenó.

    —Psicoonda Butterfree —ordenó tranquilamente.

    Butterfree esquivó el ataque de Weezing y sin perder ni un segundo lo atacó con el Psicoonda.

    —Ahora Zumbido —volvió a ordenar.

    Weezing siguió tratando de atacar, pero Butterfree lo esquivaba cada vez mientras repetidamente lo atacaba con Zumbido, hasta que eventualmente se debilitó.

    —Ni siquiera tú sabes a quién vas a servir ¿verdad? —dijo Rainbow quien ya tenía interés por ese asunto.

    Janine lo miraba con coraje, y preocupada vio que a ella solo le quedaba un pokémon.



    —Bastante interesante ese entrenador Roinbei… quiero decir Rainbow —dijo el chico de la capa y cabello de puntas, quien junto con las otras cuatro personas observaba la batalla desde el lugar más apartado de la tribuna.

    —Es un entrenador paciente —añadió la anciana—, miren como parece querer darle cierta ventaja a su oponente.

    —Verdaderamente está conectado con sus pokémon —dijo amablemente el sujeto enorme.

    —¿Y tú qué Loreleil? —preguntó el chico de la capa mirándola— ¿Qué opinas de esta pelea?

    Pero Loreleil no decía nada, estaba verdaderamente intrigada por la lucha, pero aún sentía rencor contra Rainbow por haberla dejado en la cueva Glaciada.

    —No importa ya —finalizó la anciana sonriendo maliciosamente—, solo tenemos que esperar a que gane para poder conocerlo personalmente.



    —Sé que nuestro líder será alguien poderoso —contestó Janine a la pregunta anterior de Rainbow—, es verdad que no sé muchas cosas, pero no voy a defraudar a mi padre, él me ha entrenado para eso y voy a cumplirlo —dijo enviando a su último pokémon, un Golbat.

    Rainbow solo se le quedó mirando algo perplejo, pero también algo interesado.

    —¡Rayo confuso! —ordenó inmediatamente.

    Butterfree se dejó hacer el ataque y quedó confundido.

    —¡Ahora acábalo con Tajo aéreo! —volvió a ordenar son perder un segundo.

    Siguiendo el mismo patrón que habían estado siguiendo, Butterfree fingió debilitarse. Rainbow sonreía maliciosamente, al parecer algo sucedía dentro de su mente. El cronómetro marcaba 6:00.


    —¿Y ahora qué estará pensando? —exclamó Oak al observar todo.

    —¿Cuál es el problema profesor? —preguntó Bill.

    —Esa pose que tiene —contestó—, la he visto antes, definitivamente está planeando hacer algo extraño.



    Mientras tanto, Rainbow decidía cual sería el último pokémon que usaría.

    —Así que te estás esforzando para vivir el sueño de tu padre —dijo con una voz inquietantemente calmada—, vives para cumplir algo que tu padre quiere que hagas, por tradición, y para colmo ni siquiera sabes para quién va a ser… eso es patético.

    Entonces sacó la pokeball de Raichu y la empuñó. A pesar de que no podían ver su rostro, su imagen era algo atemorizante.

    —Yo me fui de mi casa precisamente para no hacer eso que estás haciendo tú —continuó cada vez más macabramente—, ¡Déjame decirte una cosa! —gritó— Tu padre era un imbécil, de verdad, y no solo eso, es alguien malvado, es solo cuestión de tiempo para que eso se revele, y no creo que tú quieras seguir sus pasos —dijo sacando a su Raichu, el cual estaba echando chispas.

    En el fondo Rainbow tenía la sensación de que ese líder al que se refería Janine podría ser Giovanni, y que tal vez Koga lo conocía desde antes, por eso se felicitó por haberlo destruido. Sin embargo tenía ganas de darle una lección a esa chica, recordó todo lo que había pasado por su padre y por no querer cumplir lo que le habían impuesto, y esbozó una sonrisa macabra, a su alrededor el ambiente estaba tenso a más no poder.

    Janine se sintió intimidada, pero logró mantener la compostura, como todos los que habían enfrentado a Rainbow antes.

    —¡Rayo confuso! —ordenó Janine sin tardar.

    Raichu lo esquivó y empezó a atacar con ataque rápido sin que Rainbow aparentemente se lo ordenara.

    —¿Qué está haciendo? —exclamó el profesor Oak.

    —La gente se dará cuenta de que no da órdenes —dijo Bill sorprendido.

    En efecto, en el estadio Rainbow estaba solo ahí de pie, observando calladamente a Janine mientras su Raichu actuaba por su cuenta.

    —¿Ahora qué le pasa? —preguntó el chico de la capa.

    —No ordena a su pokémon para atacar en absoluto —dijo la anciana.

    —Ni siquiera parece concentrado en la lucha —exclamó el hombre grande—, parece que está como ausente, perdido en sus pensamientos.

    Loreleil no pudo evitar asombrarse por todo eso, pues en efecto, Rainbow parecía un muerto de pie, al parecer totalmente ausente de lo que ocurría en la batalla y solo miraba a Janine, pero su Raichu parecía saber lo que hacía.

    —¡Tajo aéreo! —ordenó Janine cada vez más desesperada e intimidada.

    Pero todo era inútil, todo ataque era eludido a una velocidad increíble por Raichu, el cual se limitaba a atacar con ataques muy débiles, hasta que el Golbat empezó a cansarse.

    En ese momento Rainbow empezó a reír en voz baja, de una manera que aterró a Janine y al réferi, los miembros de la concurrencia también estaban algo impresionados.

    —Como un muerto —dijo Rainbow en voz baja, pero Janine pudo oírlo—, así somos todos cuando no controlamos nuestras vidas, y somos como zombies tratando de cumplir los sueños de otros… pero yo no lo soy más —añadió macabramente volviendo mágicamente a la “vida”.

    —¡Golbat, Colmillo veneno! —ordenó rápidamente Janine como su último recurso.

    El Golbat rápidamente dio un poderoso mordisco a Raichu, y para sorpresa de todos, Raichu no hizo el mínimo intento por esquivarlo, pero antes de que se soltara, Raichu lo sujetó rápidamente evitándole el escape, mientras sus mejillas chisporroteaban y reía macabramente como su entrenador.

    —Ahora Raichu, acábalo —dijo Rainbow con una voz aterradoramente calmada.

    Raichu usó Autodestrucción. El ataque fue tan poderoso que levantó una gigantesta nube de polvo que impidió la vista a casi toda la concurrencia.


    Fue un momento de nervios para todos, los cronistas callaron, la gente enmudeció, en el laboratorio del profesor Oak ni él ni Bill podían pronunciar nada, ni siquiera Loreleil y sus otros tres amigos podían dar crédito a lo que pasaba, y no era para menos, nadie se atrevía a decir nada porque la situación hablaba por sí sola, el ataque era demasiado poderoso para que el Golbat haya podido resistir, y el ataque en sí mismo era un ataque que debilitaba al usuario, así que en las mentes de todos los que presenciaban el evento el empate estaba claro. En la mente de todos había una pregunta inquietante, ¿podía un Raichu aprender Autodestrucción?

    Fueron varios segundos de angustia para todos, pero poco a poco el polvo se fue dispersando, Rainbow sonreía pero poco a poco iba calmándose conforme el polvo se iba, Janine estaba tan impresionada como los demás.

    Y poco a poco, el polvo se asentó, y ahí en medio de la arena, aparecieron las figuras de un Golbat debilitado, y junto a él, para sorpresa de todos, estaba el Raichu completamente sano, como si nada le hubiera pasado. Esto aumentó la sorpresa de todos los que presenciaban el evento. Rainbow detuvo el cronómetro.

    Inmediatamente después la alarma del fin sonó.

    —El… y el ganador de la contienda, así como de la liga pokémon de Kanto, es… ¡Roinbei! —anunció el cronista cuando hubo salido del asombro.

    La gente que lo veía todo al darse cuenta de que el combate había terminado no pudieron retener su emoción, y empezaron a vitorearlo.

    —¡Roinbei! ¡Roinbei! ¡Roinbei! —gritaban al unísono. Tanto en el estadio como la gente que lo veía todo por la televisión.

    —Todo se ha terminado —exclamó Oak satisfecho.

    —¿Cree que todo se va a quedar así? —preguntó Bill.

    —Quién sabe Bill, Rainbow sabrá lo que hace —finalizó Oak.



    Mientras el estadio y toda la región celebraban, Rainbow estaba ahí en la arena ya completamente calmado, y al darse cuenta de todo miró a la concurrencia y sonrió levemente, Janine se veía decepcionada, al verla Rainbow, se acercó a ella lentamente.

    —Oye Janine —le dijo amablemente—, buen combate.

    Ella lo miró.

    —La batalla duró 8:00, felicidades, eres la entrenadora que más tiempo me ha tomado vencer —Rainbow decidió no incluir el hecho de que no había luchado en serio hasta el final—, serías una excelente líder de gimnasio algún día.

    Janina no dijo nada, no sabía si ser amable o no con él.

    Al ver que no se decía nada, Rainbow tranquilamente se quitó parte de su máscara para que pudiera ver su rostro. Ella se sorprendió por eso.

    —Puedes hacer lo que quieras —le dijo—, mientras te guste, pero al menos para mí no vale la pena tratar de seguir los sueños de otros.

    Ella seguía sin decir nada.

    —Una cosa más —continuó Rainbow—, eres demasiado confiada, todavía no puedes darte ese lujo, algo de inseguridad no estaría mal, tanto para humanos como para pokémon.

    Y habiendo dicho eso, se puso de nuevo la máscara, y se fue de ahí haciendo caso omiso a quienes vitoreaban su nombre falso.

    —Verdaderamente sorprendente —dijo Loreleil—, nunca creí que lo diría, pero lo hizo bien.

    —Yo creo que demasiado bien —dijo el de la capa—, verlo cara a cara será muy diferente, de eso estoy seguro.


    Mientras tanto Rainbow salió de la arena y se dirigió hacia ningún lugar en especial, pero trató de evitar a la gente, en ese momento sabía que había logrado su segundo objetivo en la región, y tanto él como sus pokémon estaban emocionados y felices.

    —Al fin lo hemos logrado —dijo con voz calmada pero contento—, ya soy el campeón… y todo gracias a ustedes amigos —le dijo a sus pokémon en su cinturón de X, el cual se había vuelto a poner—, sí, ya lo sé, sé que no soy muy emotivo, pero estoy bien así…

    En ese momento su celular sonó, y Rainbow vio feliz que la llamada era de Aurora.

    —¡Aurora! —se apresuró a contestar.

    —Hola Rainbow… ¿o debería decir Roinbei? —contestó Aurora graciosamente.

    —Sabes que soy malísimo para los nombres —dijo algo apenado.

    —Felicidades amigo —dijo Aurora—, ya lo has logrado, y con una victoria estupenda.

    —¿Viste la lucha entonces? —preguntó Rainbow.

    —Sí, de hecho vi todo el evento y todas tus luchas —le dijo alegremente—, ese truco que hiciste de fingir que tus pokémon se debilitaban funcionó bastante bien… bueno, al menos hasta la última batalla, creo que vas a tener algunos problemitas —añadió medio en serio medio en broma.

    —Gracias Aurora —dijo Rainbow como si no hubiera escuchado lo que dijo—, en serio gracias, necesitaba oír tu jovial voz después de esto —añadió tranquilo, pero con una voz que reflejaba felicidad.

    Hubo cierta tensión en el aire, ninguno se atrevía a decir más.

    —Adiós Rainbow —se despidió Aurora—, nos veremos de nuevo algún día.

    —Adiós Aurora, también lo espero —contestó.

    Y así ambos colgaron. Rainbow se quedó pensativo sobre algo que le llamó la atención.

    —Será posible que… —dijo en voz baja—, ¿La llamada de Aurora me hizo más feliz que haber ganado el combate? —se preguntó algo incrédulo.

    Pero no tuvo mucho tiempo para pensar, ya que la ola de gente que venía detrás del nuevo campeón lo obligó a huir de ahí literalmente. Y unas horas después, todo estuvo listo para la ceremonia de clausura, en la cual se presentaría formalmente al nuevo campeón de Kanto.

    Continuará...

    *Janine en los videojuegos es conocida como Sachiko.
     
    • Me gusta Me gusta x 4
  14.  
    Little Princess

    Little Princess Entusiasta

    Tauro
    Miembro desde:
    3 Octubre 2012
    Mensajes:
    72
    Pluma de
    Escritora
    Me ENCANTA!! Una historia que te engancha y no te suelta, esperas que suceda una cosa y al final pasa justamente lo contrario. Está muy bien, y solo he pillado un error:
    ¿La llamada de Aurora mi hizo más feliz que haber ganado el combate?
    Y debería ser:
    ¿La llamada de Aurora me hizo más feliz que haber ganado el combate?

    Sigue asi!!;)
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  15.  
    Paralelo

    Paralelo Viajero dimensional

    Virgo
    Miembro desde:
    16 Agosto 2012
    Mensajes:
    259
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Pokémon Rainbow: Kanto.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    71
     
    Palabras:
    3288
    ...Continuando

    Capítulo 56: El Alto mando de Kanto.
    “No, yo nunca subestimo a nadie, los trato exactamente como se lo merecen"
    Rainbow



    —¿Hmm? Mi teléfono está sonando —dijo Bill mientras en la televisión todo estaba preparándose para transmitir la clausura de la liga—, ¿Hola?

    —Hola Bill —contestó Rainbow—, ¿qué tal?

    —Hola Rainbow —respondió Bill algo emocionado—, felicidades por ganar la liga, el profesor y yo vimos todo el evento y…

    —Hay algo más importante Bill —interrumpió Rainbow—, hay alguien que tiene algo que decirte —y diciendo eso, le pasó el teléfono al presidente de la Asociación pokémon.

    —Hola Bill —saludó.

    —¿Señor presidente? —preguntó Bill asombrado.

    —Exacto, pues bien, tal y como prometí a Rainbow, el comité va a aceptar la implementación de tu sistema para transporte y almacenamiento pokémon, el PC de Bill —dijo serenamente.

    —¿En serio? —preguntó Bill emocionado.

    —Hablo en serio —respondió el presidente—, tienes la aprobación de la Asociación pokémon para implantar el sistema en cada centro pokémon que haya o donde sea necesario.

    —Muchas gracias señor presidente —exclamó Bill sin salir de su felicidad—, en seguida pondré manos a la obra.

    —No es a mí a quien debes agradecer —respondió regresándole el teléfono a Rainbow.

    —Muchas gracias Rainbow —le dijo entusiasmado—, te lo debo a ti amigo.

    —No es nada Bill —respondió Rainbow—, solo asegúrate de que funcione bien, y has todo lo que puedas para poder llevar este sistema a las otras regiones.

    —Así lo haré Rainbow, hasta luego —y colgó.

    —¿Ya te vas Bill? —preguntó Oak.

    —Sí profesor, voy a preparar todo para que el sistema esté listo para toda la región lo más rápido posible —y enseguida se fue de ahí.




    —No se arrepentirá señor presidente —dijo Rainbow mientras por la enorme ventana de la oficina observaba como la gente festejaba, y como todo se preparaba para la clausura—, ese sistema será de mucha ayuda.

    El presidente solo observaba al exterior.

    —Míralos Rainbow —dijo seriamente—, ¿qué ves ahí?

    Rainbow observó a la gente con atención.

    —Ahí hay cientos de personas que esperan a un campeón —contestó tranquilamente.

    —Será una lástima que no se los podamos dar —añadió el presidente.

    —Lo sé, ¿pero qué quiere que haga? A mí no me gusta la gloria, no me apetece la idea de ir ahí para que todos me vean y me aplaudan—dijo Rainbow seriamente.

    —Ser campeón es más que haber ganado un torneo, es más que solo ser el mejor de la región, más que solo tener gloria, ser campeón implica traer esperanza a la gente —continuó el presidente—, la gente quiere un héroe, alguien que sea un ejemplo para todos, a quién poder admirar, ya que saber que hay alguien mejor nos motiva a mejorar nosotros mismos.

    —¿Y en qué podría yo ser de ejemplo a la gente? —preguntó Rainbow algo preocupado— No soy precisamente el mejor ejemplo a seguir para nadie.

    —Te equivocas Rainbow —interrumpió el presidente.

    —¿En qué exactamente? Yo no estoy preparado para ser objeto de ejemplo y admiración de la gente —continuó tratando de mostrarse indiferente a la plática.

    —Yo creo que sí estás listo para ser un ejemplo para el mundo, simplemente que el mundo no está listo para alguien como tú —dijo serenamente el presidente.

    —Habla como si me conociera bien —dijo Rainbow algo irritado, y un poco avergonzado.

    —Para nada —contestó—, contigo no se pueden aplicar las mismas reglas para entender a los demás seres humanos —añadió sonriéndole.

    Rainbow se sorprendió con esa respuesta.

    —Muéstrenle a Rainbow la salida trasera —ordenó a sus ayudantes.

    —¿Qué quiere decir con eso? —preguntó Rainbow sorprendido.

    —¿Prefieres estar en medio de la clausura y oír a toda esa gente gritando “Roinbei, Roinbei, Roinbei” toda la noche? —preguntó graciosamente— Tú no te preocupes, tal y como acordamos te daremos anonimato, ahora y cada vez que ganes una liga pokémon.

    Rainbow le sonrió amablemente.

    —Muchas gracias señor presidente —se despidió—, hasta luego —y empezó a irse.

    —Espera un momento Rainbow —interrumpió el presidente y se acercó a él extendiéndole una carta—, esta carta nos llegó poco después de que el último combate terminó.

    Rainbow tomó la carta, decía “Para el nuevo campeón”.

    —¿Quién se la envió? —preguntó Rainbow.

    —No lo dice —contestó—, pero lo más seguro es que se trate del Alto mando, como ya sabes, estuvieron aquí durante toda la liga, y ahora deben estarte esperando.

    Rainbow miró la carta y sonrió maliciosamente.

    —En ese caso, adiós señor presidente —y sin perder más tiempo salió de ahí.


    —Ese chico Rainbow es especial —dijo el presidente cuando se hubo ido—, ahora entiendo a lo que se refería Aurora cuando habló conmigo.



    Mientras tanto, la ceremonia de clausura había comenzado.

    —Bienvenidos una vez más —dijo el cronista—, estamos a punto de comenzar la ceremonia de clausura de la liga pokémon, y dentro de poco se presentará oficialmente al nuevo campeón de Kanto… ¿qué pasa?...hmmm…. Damas y caballeros, nos acaba de llegar una mala noticia, al parecer el nuevo campeón de la liga, Roinbei, ha abandonado el estadio —toda la gente, tanto en el estadio como en sus casas, se sorprendió y no pudo evitar sentirse desilucionada—, y también nos acaban de avisar que la subcampeona, Janine, también ha desaparecido…

    Mientras todo eso pasaba, Rainbow en el exterior se alejaba lentamente de la meseta Añil. Ahí, escondido entre las sombras, se encontraba el nuevo campeón de la liga pokémon de Kanto, caminando tranquilamente a paso lento, meditando sobre todo lo que había pasado ya. Con una mirada algo melancólica, volteó la vista y observó las lejanas luces del estadio, del que se alejaba poco a poco. Y junto a su pecho, en su cinturón X, sus eternos amigos pokémon.

    —Sí, ya sé lo que piensan —les dijo tranquilamente—, pero no se preocupen, es mejor así… por ahora es mejor pasar desapercibido, soy el entrenador definitivo, y no puedo darme el lujo de distraerme.

    En su interior se sentía feliz por haber logrado ganar, pero también se sentía algo preocupado de decepcionar a toda esa gente que lo esperaba, y se sintió algo culpable.

    —Pero no hay tiempo para cursilerías —dijo retomando su actitud arrogante—, aún tenemos una misión más que cumplir en esta región.

    Y entonces tomó la carta que le dio el presidente, y empezó a leerla. Al terminar de hacerlo sonrió arrogantemente, sacó a Pidgeot y se fue volando de ahí.



    Unos pocos días después, Rainbow se dirigió hacia la cueva Celeste, había pasado unos días más entrenando con sus pokémon pues se acercaba el momento más esperado desde que comenzó su viaje, su corazón latía fuertemente, pero al mismo tiempo, empezó a sentir una gran tristeza en su interior, sus pokémon lo percibieron.

    —Hoy es el gran día —les dijo algo emocionado mientras sostenía la carta—, hoy cumpliremos el tercer y último objetivo en esta región, hoy tendremos nuestra última gran lucha… y después de eso —dijo ya un poco más triste— será momento de partir.

    Sus pokémon ya sabían que ese día llegaría, y también sintieron algo de nostalgia. Rainbow empezó a ponerse algo nostálgico, pero como era su costumbre, al darse cuenta de que no era momento para tristezas volvió a su actitud normal.

    —Amigos míos —les dijo firmemente—, hoy enfrentaremos al Alto mando, yo y mis pokémon definitivos, vamos a aplastarlos, humillarlos, pisotearlos, hasta que se dobleguen ante mí… —decía cada vez más arrogante, luego se calmó poco a poco.

    —Tal vez exageré —se disculpó, sus pokémon ya estaban acostumbrados a ese temperamento—, pero eso no importa ahora —y comenzó a caminar lentamente hacia la cueva—, es el momento de nuestra última pelea, y debe ser la mejor de todas…

    Y con esos pensamientos en su mente se adentró en la cueva.

    Pasó mucho rato en aquella gigantesca cueva, mientras más se acercaban a su objetivo más nostálgicos se ponían, pero todos tenían bien claro su objetivo, con paso firme Rainbow se abrió paso en el interior de la cueva con algunos de sus pokémon fuera para ayudar en lo que se necesitara. Después de un largo recorrido finalmente lograron encontrar su objetivo.

    —Miren, ahí está —exclamó Rainbow al vislumbrar la luz del sol.

    Al seguir caminando, se dieron cuenta de que se trataba de una salida que daba a algún lugar por encima de la cueva Celeste, estaba tan elevado que podían ver la ciudad desde ahí, pero eso no era lo importante, pues apenas hubo salido Rainbow, cuatro figuras se alzaron a lo lejos en la enorme llanura que había sobre la cueva. Al verlos, Rainbow sonrió macabramente, al igual que sus pokémon.

    —Es un placer conocerlos… Alto mando —les dijo con voz tranquila.

    —Bienvenido Rainbow —contestó el de la capa—, ya era hora de que llegaras.

    —¿No se les ocurrió un mejor lugar para vernos que éste? —preguntó Rainbow medio en broma.

    —A mí me pareció un buen lugar —dijo el hombre grande.

    —¡Wow! —exclamó Rainbow al verlo— Tú debes ser primo de Brock, el líder de ciudad Plateada, ¿o no?

    El hombre no contestó nada.

    —Hola Loreleil —exclamó Rainbow al verla—, ¿te acuerdas de mí? Te dejé atrapada en la cueva Glaciada, le contaste a tus amiguitos de eso ¿verdad?

    Pero ella no contestó. La anciana lo miró maliciosamente.

    —Parece ser que no eres muy educado niño —le reprochó—, da trabajo creer que alguien así haya ganado la liga.

    Rainbow la miró por un momento.

    —¿No estás muy vieja para esto? —preguntó sarcásticamente.

    —¿Qué? —exclamó la mujer.

    —Nada, solo que parece que tienes la misma edad que el profesor Oak —contestó Rainbow.

    —¿Conoces al profesor Oak? —preguntó la mujer sorprendida.

    —Sí, está algo loco, pero él fue el que me dio mi primer pokémon de esta región —respondió empezando a cansarse de tanta palabrería.

    Al oír eso la anciana le mostró una mirada con algo de desprecio.

    —Ya hemos discutido suficiente —interrumpió Rainbow el silencio y empuñó una pokeball—, es hora de la acción…. ¿qué prefieren? ¿Uno por uno, o todos de una vez contra mí?

    —No te apresures —le interrumpió el joven de la capa sonriéndole—, ni siquiera nos hemos presentado formalmente.

    —No es necesario —interrumpió Rainbow—, ya sé bien quienes son todos ustedes… para empezar, Loreleil, originaria de isla Quarta del archipiélago Sete, hace unos años dejó encerrado a un niñito en la cueva Glaciada, y años después, el niñito se vengó de ella de la misma manera… Bruno, entrenador fuerte y valiente, pero de poco cerebro, siempre es la fuerza bruta del grupo, genera buenos lazos con sus pokémon, pero al fin y al cabo es un idiota… Agatha, una mujer malvada y ambiciosa, fue amiga del profesor Oak hasta que éste la venció en la final de la liga pokémon de hace unos… mil años, y por lo visto ahora le guarda un gran rencor… y por último, Lance, el maestro dragón, miembro de la antigua etnia de entrenadores dragones de Johto, gran entrenador, hasta donde sé, pero para mí presume más de lo que cumple…

    Los cuatro lo miraron algo sorprendidos, incluso con algo de desprecio.

    —Pero todos tienen algo en común —prosiguió—, de hecho, detecto algo más profundo al analizarlos… hay cierto odio en ustedes, una gran tendencia hacia la maldad más despiadada yace en ustedes, lo sé porque he percibido esto antes en algunos líderes de gimnasio… ¿No estarán pensando… hacer algo terrible, verdad?

    Esto desconcertó algo a los cuatro, y por un momento no pudieron decir nada.

    —Eres bueno muchacho —dijo Lance—, serías un buen miembro de nosotros, te puedo garantizar que solo luchamos por el bienestar de los pokémon, nosotros luchamos por un mundo mejor, y alguien como tú podría ayudarnos.

    Rainbow los miró sospechosamente.

    —No me fío de ustedes —les contestó algo molesto—, algo están tramando… pero no estoy aquí por eso, solo he venido para retarlos, y humillarlos.

    —Hmm, suenas muy ambicioso chico —dijo Agatha—, admito que nos diste una sorpresa en la liga, esa manera en la que tu Raichu usó Autodestrucción y so se debilitó, y la manera en la que parecías ordenarles sin hablares… admito que son impresionantes, pero aún así no estás a nuestra altura —añadió con una sonrisa malévola.

    —¿Quieren que les enseñe más entonces? —contestó Rainbow sonriendo macabramente— Lo que vieron en la liga no es ni un octavo de lo que puedo hacer… hagamos una apuesta, luchemos, yo tengo 15 pokémon, si alguno de ustedes logra debilitar a uno solo de mis pokémon, consideraré que la batalla la ganaron ustedes, y me uniré a su grupo y haré todo lo que me pidan… Pero si yo gano…hmmm, saben qué, no quiero nada —los cuatro se sorprendieron—, con sus caras de derrota y humillación es suficiente para mí.

    —Te ves demasiado confiado Rainbow —dijo Lance—, pero parece que nos estás subestimando.

    —No, yo nunca subestimo a nadie, los trato exactamente como se lo merecen —contestó engreídamente—, ¿por qué crees tú que ni Loreleil ni Bruno se atreven a hablarme directamente? Míralos, Bruno sabe como juzgar a la gente perfectamente, sabe cómo conocer a los entrenadores, él está desconcertado conmigo… Y Loreleil, ella ya vio parte de mi poder, me tiene miedo… Si les digo que puedo aplastarlos a todos, es porque puedo hacerlo.

    Los cuatro ya estaban hartos de su actitud tan arrogante.

    —Así que dices que puedes derrotarnos a los cuatro, sin debilitar uno solo de tus pokémon —dijo Lance sonriendo.

    —Más aún —interrumpió Agatha—, lo hará humillantemente… hay que darle una lección —y diciendo eso, los cuatro empuñaron sus pokeball, y se aproximaron hacia él.

    —Ya era hora de empezar —murmuró Rainbow en voz baja sujetando la pokeball de Butterfree.

    Continuará...
     
    • Me gusta Me gusta x 3
  16.  
    Lelouch

    Lelouch Rey del colmillo

    Aries
    Miembro desde:
    24 Junio 2012
    Mensajes:
    7,376
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Jajajaja se nota que Rainbow nunca cambiara, estoy intrigado de enserio los pueda derrotar a todos si que se debilite uno, digo con los lideres es una cosa, pero con el Alto Mando otra cosa es, más aún con butterfree, que literalmente es mantequilla gratis (sin ofender a butterfree, el es muy......¿morado?), bueno quien sabe lo que Rainbow y tu tengan preparados, espero ansioso esta batalla, saludos.
     
  17.  
    MrJake

    MrJake Game Master

    Capricornio
    Miembro desde:
    12 Julio 2012
    Mensajes:
    21,317
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Jajajajajajaja Rainbow y sus cosas xD Este chico no cambiará nunca :') En fin, espero con ansias ese combate, no dudo para nada de Rainbow, sé que podrá vencerlos a ellos cuatro a la vez, por separado, y como sea. Ya lo ha demostrado, ¿no?
    Esto se acaba, y me da pena por los pobres pokémon de Kanto. Aunque que se acabe quiere decir, después de todo, ¡que empieza Johto! Y por fin Eevee, Zubat y Onix podrán ser pokémon definitivos.
    Bueno, no tengo nada más que decirte, el capítulo genial, como siempre.
    Sigue escribiendo, GL.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  18.  
    Paralelo

    Paralelo Viajero dimensional

    Virgo
    Miembro desde:
    16 Agosto 2012
    Mensajes:
    259
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Pokémon Rainbow: Kanto.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    71
     
    Palabras:
    2602
    ...Continuando

    Capítulo 57: Vs. Lorelei.
    “una caidita no viene mal de vez en cuando"
    Rainbow


    —Déjenmelo a mí —exclamó Lorelei empuñando su pokeball de Jinx hacia Rainbow—, quiero ser la primera en luchar contra él.

    —Así que quieres vengarte —dijo Rainbow sonriendo maliciosamente—, te da mucha vergüenza que te haya dejado en esa cueva ¿verdad?

    Lorelei no respondió, solo miró a Lance.

    —Haz lo que quieras —le respondió, y los demás se apartaron para dejar a Lorelei combatir.

    —Esta será la primera vez que lucho contra un Alto mando —dijo Rainbow sosteniendo su cronómetro—, más les vale que no duren menos de lo que duró mi batalla en la liga pokémon.

    —No creas que te será tan fácil —contestó Lorelei—, nosotros nunca dejamos cabos sueltos.

    Esto intrigó un poco a Rainbow, pero no hubo tiempo para eso, ya que Lorelei sacó a su Jinx, y Rainbow sacó a Butterfree, el cual se veía confiado y arrogante, al igual que el día que fue atrapado. El cronómetro comenzó.

    —¡Puño hielo! —ordenó Lorelei.

    El ataque fue directamente hacia Butterfree, quien lo esquivó ágilmente, y el golpe se impactó contra el suelo, congelando bastante espacio.

    —Que bien, ya empezaba a hacer algo de calor aquí arriba —comentó Rainbow refrescándose un poco con el nuevo suelo de hielo.

    —¡Ventisca! —ordenó Lorelei ignorando a Rainbow.

    En ese momento, como era su costumbre, Rainbow estaba a la defensiva, como solía ser su costumbre, y Lorelei lo sabía, ya que lo había visto durante la liga, así que decidió atacar sin parar para no darle tiempo a contraatacar.

    —Sigue usando ventisca —ordenó mientras Jinx batallaba por atinarle sin éxito a Butterfree, quien para ser más veloz utilizó Danza aleteo.

    Viendo Lorelei que atacar con Ventisca no era suficiente decidió que debía usar otra estrategia.

    —¡Jinx, Granizo! —ordenó, y el pokémon empezó a hacer que el cielo se nuble, y un fuerte granizo empezó a caer en el campo de batalla.

    Butterfree se vio obligado a volar más rápido para no verse afectado por el granizo.

    —Ahora de nuevo Ventisca —ordenó sabiendo que con el granizo el golpe iba 100% asegurado.

    El Jinx atacó, pero antes de que pudiera efectuar el ataque Butterfree usó teletransportación, y el ataque falló.

    —¡¿Qué?! —exclamó Lorelei, los otros miembros del Alto mando también se sorprendieron.

    —Eres muy lenta —dijo Rainbow burlonamente—, si fueras un poco más lista de lo que crees un niñito no te hubiera dejado congelándote en una cueva.

    Lorelei ya estaba cansada de Rainbow, y olvidándose de la pelea, y dejándose guiar por la ira, sacó a todos sus demás pokémon, Dewgong, Slowbro, y Cloyster para atacar directamente a Rainbow.

    —Todos, Rayo hielo —les ordenó.

    El ataque se dirigió hacia Rainbow, pero justo como había pasado con Butterfree, antes de que los rayos lo tocaran desapareció.

    —¿A dónde se ha ido? —preguntó Lance.

    Todos miraron por todos lados, pero no lo veían por ningún lugar.

    De repente y sin ningún aviso, tres pokémon cayeron del cielo, Jinx, Primeape, Marowak y Nidoking, y antes de que Lorelei pudiera hacer nada, los cuatro usaron Giga impacto contra sus cuatro pokémon que estaban en el suelo. Ya que parte del suelo estaba hecho hielo, el impacto levantó una gran cantidad de polvo y pedazos de hielo salieron volando por todas partes.

    —Ahí está —exclamó Agatha señalando al cielo.

    Ahí se encontraba Rainbow, campantemente sonriendo de pie sobre Butterfree en el aire. Al dispersarse el polvo bajó lentamente.

    —Así que ya empezamos a atacarnos entre nosotros —dijo mirando a Lorelei a los ojos—, bueno, yo también puedo hacer eso si quieres —añadió malévolamente.

    Los pokémon de Lorelei no se debilitaron por el Giga impacto, y mientras Rainbow hablaba ella se dio cuenta de eso, al ver a Rainbow de esa manera ideó un nuevo plan que tenía reservado.

    —Hmmm, no creí que tuviera que usar esto —dijo Lorelei sacando lo que parecía ser un muñeco de hielo.

    Al ver lo que era Rainbow no pudo evitar sorprenderse y asustarse un poco, pero no pudo hacer nada ya que rápidamente Lorelei pintó con su lápiz labial una cruz sobre las muñecas y tobillos de Rainbow, de repente unas esposas de hielo aparecieron en el cuerpo de Rainbow, justo sobre los lugares marcados en el muñeco.

    Al aparecer esas esposas le hicieron perder el equilibrio, y sin poder evitarlo cayó estrepitosamente al suelo, sin embargo en ningún momento gritó, solo se dejó caer aguantando el golpe. Butterfree y los demás fueron rápidamente a ayudar a su entrenador, Butterfree se sintió un poco culpable por no detener su caída, y ahora Rainbow estaba algo herido.

    —No te preocupes amigo —le respondió alegremente—, una caidita no viene mal de vez en cuando.

    —Una caída no será lo único que tendrás —exclamó Lorelei malvadamente sujetando el muñeco—, si algo le pasa al muñeco, entonces también a ti… ¿qué pasa si rompo esta parte de aquí? —dijo mientras forzaba uno de los brazos del muñeco hasta casi romperse.

    Rainbow sintió mucho dolor a causa de eso, no pudo evitar gemir algo, pero mantuvo siempre la calma y la sangre fría. Al ver eso, Jinx, Primeape, Marowak y Nidoking se enojaron con Lorelei, y la encararon.

    —Quietos ahí —les advirtió agarrando la cabeza del muñeco—, si dan un solo paso más su entrenador se quedará sin cabeza.

    Los pokémon de Lorelei se acercaron a su entrenadora y encararon a los pokémon de Rainbow.

    —En vista de cómo van las cosas parece que ganó Lorelei —dijo Lance.

    —Estás loco —exclamó Rainbow—, esto no es nada, saldré de esta situación antes de que se den cuenta.

    Ese comentario hizo gracia a todos.

    —¿Y qué vas a hacer ahora? —preguntó malvadamente Lorelei sujetando firmemente la cabeza del muñeco.

    —¿Preparados muchachos? —les preguntó Rainbow en voz baja a sus pokémon. Estos le asintieron.

    El ambiente era de una verdadera tensión, la vida de Rainbow pendía de un hilo.


    —¡Ahora! —gritó Rainbow.

    Y a una gran velocidad, Nidoking usó Pantalla humo, ni Lorelei ni sus pokémon se enteraron de nada cuando de repente, una pequeña figura apareció del humo e hizo que Lorelei soltara el muñeco, el cual cayó al suelo pero no se rompió, ella lo recogió rápidamente. El humo se dispersó, y todos se dieron cuenta de que ahí, junto a Rainbow, se encontraba un pequeño Primeape, Lorelei sonrió al creer que había descubierto el truco de Rainbow.

    —¿Así que eso es todo lo que puedes hacer? —dijo riéndose maliciosamente— ¿Usar pantalla humo para enviar a tu Primeape usando Reducción para tratar de arrebatarme el muñeco?... Esperaba algo más inteligente de parte del entrenador definitivo.

    Rainbow se veía algo confundido por todo eso, y su rostro empezó a mostrar miedo.

    —Sea como sea —continuó malévolamente Lorelei—, ya no habrá más Rainbow en esta tierra —y con ira arrojó el muñeco violentamente al suelo, rompiéndose en pedazos.



    —¡Aaaaay, aaaaaay! ¡Cómo me dueleeeee! —Rainbow empezó a gritar y a rodar en el suelo haciendo una mala imitación de alguien sufriendo de dolor— ¡Me has roto en pedazos Noooooo! ¡Esto duele más que la picadura de un Skorupi!... aunque si lo piensas bien, la picadura de un Skorupi no te deja inconciente, así que tiene cierta lógica que….

    Todos de repente se quedaron asombrados, incluso asustados y con algo de vergüenza ajena por el teatrito de Rainbow, pero Lorelei en especial estaba bastante confundida.

    —¿C…Cómo pudo pasar?...¿Por qué no te moriste? —exclamó verdaderamene asombrada.

    Rainbow dejó de actuar y la miró macabramente a los ojos mientras se ponía de pie, y todos vieron que de alguna manera se había liberado de las esposas.

    —Eres verdaderamente tonta —le dijo macabramente—, tanto es así, que ni siquiera de has dado cuenta de cómo están tus pokémon ahora mismo.

    Lorelei volteó a ver a sus pokémon, y se sorprendió sobremanera al ver que estaban todos confundidos.

    —¡¿Pero… qué pasó?! —exclamó incrédula.

    —Primero lo primero —interrumpió Rainbow tranquilamente—, chicos, acaben con ellos.

    Y Primeape, Marowak, y Jinx los dejaron fuera de combate con Mega puño. Rainbow recogió su cronómetro, el cual había soltado por la caída, y lo detuvo.

    —Tu tiempo fue de 10:00 —le dijo aún con su sonrisa macabra—, bastante bien en comparación con la liga.

    Ni Lorelei ni los otros entendían nada de lo que había pasado.

    —Pero aún hay algo más —dijo perturbadoramente mientras sostenía un muñeco de hielo, el cual tenía a su alrededor un cabello colorado.

    Con temor, Lorelei lo reconoció como un cabello suyo.

    —Así que querías hacerme pedazos, literalmente —continuó Rainbow mientras apretaba levemente la cabeza del muñeco.

    Lorelei empezaba a temer lo peor.

    —Dime ahora —siguió Rainbow—, estos muñecos requieren el cabello de una persona para poder funcionar, dime ahora ¿de dónde sacaste ese cabello mío que usaste al principio?

    —Cuando me dejaste encerrada en la cueva Glaciada lo encontré en el suelo —contestó con algo de miedo.

    —Ya veo —continuó Rainbow—, así que lo reservabas para este momento… pero no importa, ya no habrá más Lorelei —y violentamente arrojó el muñeco al suelo.

    Lorelei solo cerró los ojos esperando su fin, pero no murió.

    —Jajajaja, te asusté —se burló Rainbow—, pero por si aún no captas lo que sucedió te lo explico, cuando Nidoking usó Pantalla humo, Primeape usó reducción para hacerse pequeño, previamente había usado Agilidad para aumentar su velocidad, y como es un pokémon definitivo, su velocidad sería enorme, casi como un pequeño rayo, pero no tenía por objetivo quitarte el muñeco, sino reemplazarlo por otro muñeco que Jinx hizo justo antes, a este muñeco falso también le puse uno de mis cabellos para que no se notara la diferencia, Primeape hizo un excelente trabajo, tuvo que calcular bien la distancia para que el muñeco no se rompiera, y justo al caer soltó el muñeco falso y regresó con el muñeco verdadero, no sin antes tomar uno de tus cabellos, todo eso mientras Butterfree atacaba a tus pokémon con Contoneo, para confundirlos, previamente Jinx había hecho un segundo muñeco falso, mientras fingía retorcerme de dolor Jinx quitó mi cabello del muñeco verdadero y puso el tuyo en el muñeco falso, para asustarte, y todo eso ocurrió sin que nadie se diera cuenta… Así de definitivo soy —añadió arrogantemente—, además, el verdadero muñeco lo tengo aquí —dijo sacándolo de su bolsillo y arrojándolo al suelo, pero al no tener el cabello de nadie no pasó nada.

    Lorelei aún no salía de su asombro, y su vergüenza por haber perdido de esa manera.

    —Esto de usar cabellos está pasando de moda —continuó Rainbow volviendo a una actitud más alegre—, deberías encontrar la forma de no necesitarlos.

    Pero Lorelei solo se limitó a mirarlo despreciablemente, y sin siquiera decirle nada, regresó a sus pokémon debilitados y se apartó de ahí.

    —Ya va uno, faltan tres —murmuró Rainbow en voz baja.

    Continuará...
     
    • Me gusta Me gusta x 6
  19.  
    Paralelo

    Paralelo Viajero dimensional

    Virgo
    Miembro desde:
    16 Agosto 2012
    Mensajes:
    259
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Pokémon Rainbow: Kanto.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    71
     
    Palabras:
    2914
    ...Continuará

    Capítulo 58: Vs. Bruno.
    “apuesto mi definitividad a que sí lo van a acabar manipulando en el futuro"
    Rainbow


    —¿Quién es el siguiente? —exclamó Rainbow engreídamente mientras regresaba a sus pokémon de la batalla anterior.

    —¿No estás cansado? —preguntó Lance.

    —En absoluto, he esperado mucho tiempo este momento desde que comencé… ¡Vamos, que venga el siguiente! —contestó empuñando su pokeball de Pidgeot.

    Hubo un momento de silencio, pero luego Bruno dio un paso adelante.

    —Yo sigo —dijo solemnemente sacando unos Nunchakus con pokeball en los extremos.

    Rainbow percibió algo extraño en Bruno, era el único de los cuatro que no le parecía malo en el fondo, pero en ese momento no se molestó en profundizar esos pensamientos.

    —Muy bien “ojitos”, ven entonces —respondió desafiante y groseramente.

    Ignorándolo, Bruno se acercó lentamente haciendo girar sus Nunchakus, luego con ellos dio un golpe hacia adelante, y de la pokeball salió un Hitmonlee.

    —Hmmm —murmuró Rainbow al ver que iba a luchar contra un tipo lucha—, no me gusta luchar con ventaja… pero ya ni modo —y sacó a Pidgeot.

    Rainbow miró a Bruno, y vio que se sentía muy confiado, en serio se parecía mucho al líder Brock.

    —¿Ya vas a empezar? —preguntó Bruno.

    —Pues, ya que incistes —contestó Rainbow iniciando el cronómetro.


    Pidgeot salió volando hacia Hitmonlee.

    —Patada giro —ordenó Bruno.

    El pokémon empezó a atacar, pero Pidgeot solo se limitó a esquivar.

    Bruno, al igual que Lorelei lo había hecho, se dio cuenta de que Rainbow siempre solía limitarse a esquivar al principio, y decidió no cometer el mismo error que Lorelei.

    —Espera Hitmonlee —lo detuvo.

    —¿Qué pasa Bruno? —preguntó Rainbow— ¿Ya te rindes tan rápido?

    Bruno se limitó a mirarlo.

    —¿Por qué no atacas? —le preguntó sospechando.

    —¿Qué? —exclamó Rainbow.

    —No tengas miedo de atacar —continuó Bruno—, vamos, no voy a atacar a Pidgeot hasta que él ataque.

    Raibow sonrió macabramente.

    —Si hiciera a mi Pidgeot luchar con todo su poder, acabaría con tu Hitmonlee en un segundo —respondió con voz tranquila.

    —Entonces… —siguió Bruno—, si no vas a atacar ¡entonces te obligaré a hacerlo!

    Y en ese momento sacó a un Hitmonchan de su Nunchaku, pero no lo envió a Pidgeot sino directamente a Rainbow, pero antes de que pudiera tocarlo Pidgeot velozmente lo atacó con un leve Placaje, evitando así que Rainbow fuera golpeado.

    —No aprendiste nada de Lorelei ¿verdad? —dijo Rainbow— En serio Bruno, no quieras empezar un juego que no puedas ganar.

    Bruno miró al joven entrenador, y en su interior se sintió muy desconcertado, se preguntaba cómo un chico tan maleducado e irreverente podía tener esa calma mental y serenidad para combatir.

    —¿Te sorprende verdad? —interrumpió Rainbow aparentemente dándose cuenta de lo que pensaba, Bruno se sorprendió— He visto esa mirada antes, estás pensando que no es posible que alguien tan carente de virtudes como yo pueda tener este don, ¿o no?

    Bruno se sintió descubierto, pero en seguida volvió a sonreír tranquilamente.

    —¿Ahora qué te pasa? —preguntó Rainbow algo desconcertado por eso.

    —Necesitas relajarte un poco más muchacho —le dijo serenamente—, esa actitud tuya no te llevará a ningún lado… y te lo voy a demostrar —y en seguida sacó a un enorme Onix.

    Subiéndose sobre él, buscó envestir a Rainbow a toda velocidad, pero Pidgeot fue más rápido de nuevo, y tomando a su entrenador con las garras lo elevó en el aire.

    —Así que ya vas a luchar en serio —murmuró Rainbow sonriendo—, en ese caso… Pidgeot —le dijo mirándolo, el pokémon entendió el mensaje.

    Pidgeot rápidamente salió disparado hacia el Onix con Rainbow aún en sus garras, y empezó a atacar a los tres pokémon del suelo con Tajo aéreo.

    —¡Esquívenlo! —ordenó Bruno a sus pokémon al ver un ataque tan peligroso.

    —¡Hitmonchan, Puño trueno, Hitmonlee, Patada salto! —ordenó rápidamente.

    El pokémon empezó a atacar, Pidgeot solo se preocupaba por esquivar los ataques que por poco golpean a Rainbow.

    —¡Cola férrea Onix! — ordenó intentando no darle oportunidad a Rainbow de atacar.

    Pidgeot y Rainbow se vieron rodeados por todas partes por ataques muy peligrosos, volando en las garras de su Pidgeot trataba de evitar los golpes de los pokémon de Bruno, a pesar de su ventaja de poder volar extrañamente parecía querer quedarse a una baja altura, lo cual sorprendió a los otros miembros del Alto mando.

    —¿Por qué no vuela más alto? —preguntó Agatha.

    —Solo parece estar jugando con Bruno —respondió Lance.

    —Es un juego muy peligroso —contestó Lorelei—, está prácticamente expuesto a todos los golpes, y no hace nada para contra-atacar.

    Los pokémon seguían atacando sin piedad, Pidgeot volaba cada vez más bajo con menos espacio, hasta el momento en el que era muy difícil esquivar los ataques y tuvo que soportar unos cuantos golpes. Los tres pokémon estaban prácticamente rodeándolos y se acababa el espacio.

    —¿Sabes una cosa Bruno? —preguntó Rainbow de repente mientras su Pidgeot aún se esforzaba por esquivar a los ataques— Hace un rato me dijiste que me ibas a demostrar que siendo como soy no iba a lograr nada, pero yo te voy a demostrar que eres un idiota… —y lo miró fijamente a los ojos, Bruno se sintió un poco intimidado por su mirada y se sorprendió— Y te lo voy a demostrar justo ahora.

    En ese preciso momento Pidgeot usó Vuelo, a una velocidad tan rápida que ninguno de los pokémon de Bruno pudo hacer nada, y los tres quedaron juntos justamente debajo de Pidgeot. Rainbow se había ahora subido al lomo de Pidgeot, y miraba hacia abajo macabramente.

    —¿Y ahora qué es lo que te pasa? —Gritó Bruno sorprendido por su comportamiento— ¿Por qué huyes así?

    Rainbow, que lo miraba desde el cielo, con cuidado se puso de pie sobre Pidgeot.

    —En un momento estaré de vuelta— dijo macabramente—… ¡Excavar! —gritó desde el aire con potente voz.

    En ese momento se sintió un leve temblor en el suelo, y Bruno se dio cuenta demasiado tarde de lo que iba a pasar.

    En ese momento Snorlax usó escavar justo encima del Onix, Hitmonlee y Hitmonchan de Bruno, pero no solo eso, sino que también los sujetó fuertemente con sus brazos, y con el impulso del ataque empezó a volar hacia el cielo, justo hacia Pidgeot.

    —Es tu turno Pidgeot— dijo Rainbow al tiempo que se lanzaba al vacío.

    Sin esperar nada más, Pidgeot usó Vuelo hacia Snorlax, y al tener éste a los pokémon sujetados delante de él, aturdidos por el Excavar previo, dio lugar a un poderoso ataque combinado de Excavar x Vuelo en medio del aire, los tres pokémon fueron aplastados por los cuerpos de Snorlax y Pidgeot.

    Mientras tanto, Rainbow caía suavemente gracias a los poderes psíquicos de Alakazam, y toco el suelo poco después de que los pokémon hubieron caído, pero ni Snorlax ni Pidgeot estaban lastimados. Hitmonlee y Hitmonchan se debilitaron, pero Onix aún siguió de pie.

    —¿Qué te pareció eso “ojitos”? —preguntó Rainbow irreverentemente.

    La salida de Snorlax por debajo tomó a todos por sorpresa, al igual que ese ataque combinado. Bruno estaba asombrado por la habilidad de Rainbow, pero aún no se rendía.

    —Bien hecho Rainbow, te felicito —le dijo amablemente.

    —¿Qué quieres decir? —preguntó Rainbow algo confundido.

    —Eres en verdad un gran entrenador, admito que te juzgué mal al principio —continuó—, pero eso no quiere decir que me rendiré.

    Y en ese momento envió a un formidable Machamp. Rainbow hizo una señal para que Snorlax y Pidgeot se acercaran a él, Bruno hizo lo propio con los suyos.

    —Entonces es hora de terminar esta pelea —exclamó Rainbow—, solo luego no vayas a salir llorando cuando te muestre de lo que soy capaz —añadió sonriendo maliciosamente.

    —Estoy ansioso por verlo —dijo Bruno—, ¡Machamp, Tajo cruzado, Onix, Portazo! —ordenó sin esperar.

    Los pokémon se lanzaron a atacar.

    —Ahora —dijo Rainbow en voz baja.

    Pidgeot empezó a usar Vendaval, la potencia del aire fue tan grande que obligó a los enormes pokémon a detenerse, impidiéndoles avanzar.

    —¡Resistan! —gritó Bruno— ¡Lanza rocas! —ordenó.

    Onix trató de atacar, pero la corriente era tan poderosa que las rocas no avanzaban mucho. Detrás de los pokémon, las rocas empezaron a volar, la fuerza del Vendaval podía sentirse por toda la cueva, Bruno sabía que no podía acercarse hasta que Pidgeot se cansara y parara.

    —¿No me dijiste que luchara con toda mi fuerza? —exclamó Rainbow irónico— Pues lo siento, como de costumbre, solo mostraré un poco… ¡ahora Snorlax! —le ordenó.

    Snorlax dio un enorme salto y cayó justo a un lado de Pidgeot, el cual aumentó mucho la fuerza del Vendaval, ambos pokémon miraron atentos a sus rivales. El viento seguía soplando por todo el lugar, era un ambiente de tensión.

    —A la una… —gritó Ranbow seriamente— A las dos…— todos se pusieron tensos, pues no tenían idea de qué era lo que iba a pasar— ¡A las tres!....

    Pidgeot detuvo el vendaval.



    El viento se detuvo, la cima de la cueva Celeste volvió a la normalidad por completo.

    —¿Pero qué pasa? —preguntó Agatha incrédula— ¿Solo detuvo el Vendaval y ya?

    —Espera —interrumpió Lance—, mira a los pokémon.

    Efectivamente, en ese momento el Onix y el Machamp cayeron al suelo debilitados. Rainbow detuvo el cronómetro.

    —¿Qué?... ¿Pero qué fue lo que pasó? —exclamó Bruno incrédulo.

    Rainbow sonrió maliciosamente.

    —No te enteras, ¿verdad? —se burló— Todo fue una simple Maldición.

    —¡¿Maldición?! —exclamaron los cuatro.

    —Así es —contestó Rainbow orgulloso—, Maldición reduce la mitad de la energía del usuario y maldice al contrincante, fue el ataque que Snorlax usó en ambos, y en este caso el Vendaval los mantenía quietos para que no pudieran escapar, y por qué no, para desconcertar un poco a todos, una pequeña trama psicológica, ¿qué mejor manera de que no se dieran cuenta de que los pokémon estaban malditos que creando un ambiente de tensión y desorden en el cual parecía que no pasaba nada?

    —¡Espera un momento! —interrumpió Agatha— Snorlax no es un pokémon que pueda aprender Maldición, además Maldición no puede usarse dos veces seguidas, o el pokémon que lo utilice se debilitaría ya que cada vez quita la mitad de la energía.

    Rainbow solo la miró arrogantemente y rió entre dientes.

    —Espera a que sea tu turno vieja —le contestó rudamente, ella lo miró con desprecio.

    Y luego se dirigió a Bruno.

    —Tu tiempo fue de 11:24 —le dijo tranquilamente—, la verdad creí que ibas a durar menos que Lorelei.

    —Buena batalla Rainbow —interrumpió Bruno amigablemente—, fue un placer luchar contra ti, en verdad eres un gran entrenador —y le estrechó la mano.

    Rainbow no se esperaba esa reacción, pues estaba acostumbrado a que las personas que derrotaba lo trataran con desprecio, o cuando menos indiferentemente.

    —También luchaste bien, Bruno —le contestó amigablemente—, por cierto… no es por ofenderte, pero sí eres un poco lento, que no te vayan a controlar los otros… en especial la vieja esa.

    —¡¿A quién llamaste vieja?! —se enfadó Agatha.

    —¡Ah!… A Lorelei —respondió Rainbow graciosamente. Lorelei se molestó aún más.

    —No te preocupes Rainbow —le dijo Bruno—, yo solo quiero el bienestar de los pokémon y la gente, nunca me obligarán a hacer algo malo —y calmadamente se apartó de ahí para la siguiente batalla.

    —Es una buena persona —dijo Rainbow en voz baja a sus pokémon—, pero apuesto mi definitividad a que sí lo van a acabar manipulando en el futuro.

    Y solemnemente regresó a Pidgeot y a Snorlax a sus pokeball.

    —Bien, ya van dos, faltan dos.

    Continuará...
     
    • Me gusta Me gusta x 5
  20.  
    MrJake

    MrJake Game Master

    Capricornio
    Miembro desde:
    12 Julio 2012
    Mensajes:
    21,317
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Unas batallas grandiosas que recuerdan mucho al ánime, con los muñecos de Lorelei y los Nunchakus de Bruno. ¿Debo suponer que lo siguiente serán los dibujos del Arbok de Agatha y la capacidad de desplazarse por sombras de su Gengar? Sea como sea, Rainbow sabrá contrarrestarlo.
    Solo un pequeño fallo, amigo: "envestir", se escribe "embestir". También creo haber visto "contra-atacar", que se escribe todo junto sin guiones, y "incistes", que sería "insistes".
    Por lo demás, perfecto.
    Un saludo, GL.
     
Cargando...
Similar Threads - Pokémon Rainbow
  1. Paralelo
    Respuestas:
    90
    Vistas:
    6,436
  2. Nami Roronoa
    Respuestas:
    6
    Vistas:
    4,761

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso