Long-fic de Pokémon - Pokémon Rainbow: Kanto.

Tema en 'Hall de la fama' iniciado por Paralelo, 17 Agosto 2012.

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    Paralelo

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    Pokémon Rainbow: Kanto.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    71
     
    Palabras:
    2728
    ...Continuando
    Capítulo 19: Cueva Diglett.
    Esta cueva solo tiene una dirección, no hay ninguna vuelta u otros caminos, exactamente ¿cómo puede alguien perderse aquí?"
    Rainbow


    —Así que ya tienes tu tercera medalla —dijo Oak del otro lado de la línea.

    —Eso le acabo de decir —expresó Rainbow un poco extrañado— ¿cuál es el objeto de que repita justo lo que le acabo de decir hace solo un segundo como si no se lo hubiera dicho? Qué mundo tan raro.

    —Bueno, como sea —replicó Oak— ¿llamaste para presumir o tienes algo importante que decir.

    —A decir verdad —continuó Rainbow— quería saber si ha estado leyendo las noticias.

    —Pues bien —dijo Oak agarrando unos periódicos—, en las últimas semanas han estado reportando algunos ataques a ciertos lugares de la región, como en ciudad Plateada.

    —¿Qué dicen de ciudad Plateada? —preguntó apresurado Rainbow.

    —Al parecer unos criminales intentaron robar una colección de piedras lunares en el museo, pero fueron detenidos por una especie de extraño entrenador cuyo nombre es desconocido —le dijo mirándolo sospechosamente —, ¿no serás tú acaso ese extraño entrenador?

    —Eso no importa ahora —replicó Rainbow—, quiero que me diga que han hecho con esos criminales.

    —Según el periódico, fueron detenidos y condenados a dos años de prisión.

    —Esos criminales, ¿dijeron algo más? —preguntó algo preocupado.

    —El periódico no dice nada más.

    —¿No dijeron nada acerca de pertenecer a alguna organización criminal? —preguntó un poco más preocupado.

    —No —contestó Oak— al parecer solo eran un grupo de ladrones de piezas arqueológicas, o al menos, esa fue la versión oficialRainbow sonrió aliviado. —Pero —continuó Oak— ¿por qué te interesa saber todo eso?

    —¡Ah! Por nada —contestó rápidamente Rainbow—, lo siento profesor, ya me tengo que ir, tal vez tarde algo en llamarle la próxima vez, estoy algo ocupado.

    —¿A dónde irás ahora? —se apresuró a preguntar Oak.

    —Como ya conseguí un pokémon de tipo agua, pienso que no hay mejor lugar para entrenarlo que en la cueva Diglett que está cerca de aquí.

    —Ya que vas por ahí —añadió Oak— sería bueno que pasaras por la ruta 2; la cueva Diglett desemboca al sur de Plateada, en el edificio que está un poco después de la salida, justo a un lado de la ruta, te estará esperando uno de mis ayudantes para darte algo.

    —Creo que sé de qué edificio me habla —respondió Rainbow—, pero no alcanzo a comprender cuál es su función real… bueno, ¿Qué es lo que me van a dar?

    —Es una sorpresa —respondió sonriente Oak—, puede serte de ayuda —y luego colgó.

    —Con que sea otra MO que no voy a necesitar… —pensó Rainbow algo furioso.

    Después de esa llamada salió de la ciudad hacia la cueva Diglett.



    —Esta cueva —le dijo un anciano que estaba en la entrada— fue construida completamente por Diglett y Dugtrio, lleva hasta ciudad plateada.

    —Sí ya lo sé —inquirió Rainbow algo fastidiado de que todos le digan cosas que suponen que él no sabe solo porque sí. Y luego se adentró en la cueva.

    —Bien —dijo sacando a Squirtle—, son unos cuatro días de viaje hasta el otro lado y otros cinco de regreso, tiempo suficiente para acercarte un poco al mismo nivel que los otros —y el entrenamiento comenzó mientras poco a poco, iban avanzando en la cueva.


    Tres días habían pasado, Rainbow y su grupo avanzaban poco a poco dándole prioridad al entrenamiento de Squirtle, y en un momento, de repente Rainbow escuchó algo, sus pokémon también lo sintieron, era como alguien llorando.

    —Vayamos a ver qué sucede —dijo Rainbow con algo de interés.

    Se acercaron a donde provenían los llantos, y no tardaron para encontrar la causa: ahí en la cueva, estaba un entrenador Joven, de unos seis años, llorando, tratando de ser consolado por un Gastly, que seguramente era su pokémon.

    —¡Ah! —exclamó Rainbow algo decepcionad— esperaba algo mejor, bueno, nos vemos —y siguió su camino sin preocuparse.

    —¡Espera un momento! No te vayas, estoy perdido —le rogó el niño.

    —Esta cueva solo tiene una dirección, no hay ninguna vuelta u otros caminos, exactamente ¿cómo puede alguien perderse aquí?

    —Por favor no te vayas —siguió rogándole el niño.

    Rainbow empezó a sentir algo de compasión por el niño de solo unos seis años, pensó en lo que sentiría si él estuviera en su lugar y en lo triste que se sentiría.

    —Está bien —dijo apresuradamente—, puedes venir conmigo —y empezó a irse.

    —¿Es serio? Muchas gracias —exclamó el niño, que de un salto, se puso de pie y lo empezó a seguir.

    —Por cierto —continuó el niño— yo me llamo Phil, y este es mi Gastly.

    —Yo soy Rainbow —contestó desanimado—, tengo curiosidad… ¿qué hace un niñito como tú en esta cueva?

    —Me dirijo a ciudad Plateada, y este es el camino más corto desde Carmín —contestó Phil.

    —Yo a tu edad —presumió Rainbow— solía explorar montañas, bosques y cuevas sin solo y sin ayuda.

    —¿En serio? —preguntó incrédulo el niño.

    —Sí, es verdad.

    Rainbow pasó un rato hablándole y presumiéndole de ser el entrenador definitivo, de su viaje y de cómo consiguió sus pokémon y sus medallas, Phil estaba encantado con él, y a Rainbow también le gustaba presumir de las cosas que había hecho.

    —Ahora necesito que te alejes un rato —le dijo repentinamente Rainbow.

    —¿Eh? ¿Por qué? —preguntó intrigado Phil.

    —Voy a seguir entrenando a mi Squirtle, y no quiero que nadie vea mis métodos de entrenamiento —le dijo seriamente.

    —Está bien —expresó resignado Phil, y él y su Gastly avanzaron un poco y esperaron a que Rainbow terminara el entrenamiento por ese día.

    —Bien Squirtle —le dijo en el momento en el que apareció un Digtrio salvaje—, escúchame con atención…


    Muchas horas después Rainbow terminó el entrenamiento por ese día, Phil se había dormido por el aburrimiento, así que Rainbow, cuidadosamente, lo alzó en brazos y siguió caminando hasta el final de la cueva.

    Cuando llegaron al final ya estaba amaneciendo, y Rainbow y sus pokémon, observaron una vez más, extasiados, el alba. Justo después, Phil despertó.

    —¿Eh? ¿Qué pasó? —preguntó medio dormido.

    —Ya hemos salido de la cueva —respondió Rainbow.

    —¿Me cargaste hasta la salida? —preguntó algo asombrado.

    —Bueno… no podía dejarte ahí en la cueva abandonado —le respondió con un falso interés.

    —Muchas gracias, ahora debo irme —continuó Phil—, tengo cosas que hacer por aquí —y empezó a irse con su Gastly hacia Plateada.

    —Qué niño tan patético —murmuró Rainbow cuando se hubo alejado lo suficiente —, mira que perderse en la cueva más fácil del mundo… pero al menos —dijo más calmado— escuchó toda mi historia sin decirme que soy un arrogante presumido e insensible —esbozó una ligera sonrisa y se fue.

    Un rato más tarde llegaron al edificio que le había dicho Oak.

    —Oye tú niño —le dijo una voz— ¿tú eres Rainbow?

    —Sí, lo soy —respondió sospechoso.

    —Qué bueno que te encuentro, soy el ayudante del profesor Oak, si ya tienes diez tipos diferentes de pokémon te daré algo.

    —El profesor no me dijo nada de eso —dijo intrigado Rainbow—, pero vamos a ver… ¿cuentan las evoluciones verdad?

    —Claro —contestó— siempre y cuando ya hayas tenido diez tipos diferentes.

    —Entonces veamos —continuó Rainbow—, tuve a Pidgey, que ahora es Pidgeotto, a Caterpie que luego fue Metapod que ahora es…. Sí, ya tuve más de diez tipos de pokémon.

    —¡Exelente! —exclamó el ayudante— ahora toma esto —y le extendió la MO destello.

    —Lo sabía, lo sabía, sabía que iba a ser algo inútil —pensó Rainbow conteniendo su enojo.

    —Bueno, eso es todo —continuó el ayudante— nos vemos luego —y se fue.

    Rainbow estaba algo irritado por haber recibido un regalo que para él, era inútil, pero ahora tenía que desandar lo andado en la cueva Diglett para regresar a ciudad Carmín. El viaje pasó normal, sin nada ni nadie que molestara, de hecho, empezó a extrañar un poco a Phil solo para poder seguirle presumiendo a alguien.

    Al cuarto día salieron de la cueva justo por donde empezaron, Squirtle se había vuelto mucho más fuerte.

    —Ahora —les dijo a sus Pokémon—, si nos vamos hacia el este tomando la ruta 11 y luego hacia el norte llegaríamos a pueblo Lavanda, nuestro siguiente destino… pero en lugar de eso, tenemos que volver a Celeste por dos razones… la primera es que me interesa tomar la ruta 9 para pasar por el túnel Roca, y la segunda —dijo sacando una pokkeball de su mochila, la cual contenía un Poliwhirl— para cumplir una promesa.

    —¡Espera un momento chico! —le dijo una voz que le resultó molestamente familiar. Se dio vuelta, y ahí estaba el presidente del club de fans pokémon.

    —¿Ya te vas de la ciudad? —preguntó el viejo.

    —Así es —respondió indiferente— tengo camino que seguir.

    —¡Espera! —interrumpió el viejo— tú salvaste mi vida en el S.S. Anne, y quiero darte las gracias, toma este regalo —y diciéndolo, le entregó un Bono bici—, con eso puedes comprar una bicicleta en ciudad Celeste.

    —Hablando de regalos inútiles… —dijo Rainbow en voz baja, pero también recordó lo que le dijo al de la tienda de bicis en Celeste, y se sintió como un idiota.

    —Gracias por el regalo —le dijo fríamente apresurándose a partir—… por cierto —le dijo repentinamente— usted había dicho que no le gusta entrenar pokémon para que no evolucionen… pero irónicamente, su pokémon favorito usted dijo que es un Rapidash, el cuál es de hecho un Ponyta evolucionado.

    El presidente no supo que decir a eso, Rainbow solo siguió su camino de vuelta a Celeste.

    Continuará...
     
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    Pokémon Rainbow: Kanto.
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    Capítulo 20: Pescando, y Ruta 9.
    Es fácil derrotar a un enemigo, pero no lo es tratar de derrotar a un compañero "
    Rainbow


    —Ya he regresado —dijo orgulloso Rainbow al anciano.

    —¿A sí? Supongo que lograste conseguir un Poliwhirl? —contestó.

    —Por supuesto —continuó Rainbow sacando una pokeball de su mochila, y se la mostró al anciano —, es una buena Poliwhirl, trabajadora y paciente, yo mismo me aseguré de que iba a ayudarle bien, y lo que es mejor, pude atraparla solo usando una caña vieja.

    —Eso no me importa —respondió el viejo—, ¿vas a querer intercambiar sí o no? —preguntó impaciente sacando la pokéball de Jynx.

    Un rato después Rainbow se dirigió hacia la ruta 9 con su nuevo Jynx en su cinturón de X.

    —Si el gurú pescador hubiera visto como atrapé a esa Poliwhirl con una simple caña vieja se habría muerto de envidia…


    ***FLASHBACK***

    La fiesta de entrenadores había comenzado, pero para Rainbow no pasaba nada interesante, todos los entrenadores solo estaban conociéndose y hablando, muy aburrido para Rainbow. Aunque habían anunciado que en una hora iba a celebrarse un torneo entre los entrenadores que lo quisieran, así que mientras tanto y para no perder el tiempo, Rainbow subió de nuevo a la cubierta, donde había varios entrenadores pescando.

    —Ya que todavía tenemos un poco de tiempo antes de que comience lo bueno —le dijo a sus pokémon— vamos a capturar a ese Poliwhirl —dijo sacando la caña vieja con modificaciones.

    —El chiste de las cañas —explicó Rainbow— son dos cosas, el sedal y el cebo, las cañas viejas solo pueden soportar la fuerza de un Magikarp, y solo poseen sebo especial para atraer a este último, así que lo que hice hace rato fue cambiar el sedal a uno más fuerte, y cambiar el sebo para atraer a otras especies.

    Sus pokémon se preguntaron cómo es que pudo realizar esa modificación tan fácilmente.
    —No es tan difícil —les respondió— en mis viajes alrededor del mundo pude aprender muchas cosas… cuando estuve en pueblo Oromar en Hoenn, me dieron este sedal y este sebo especial para capturar mucha más variedad de pokémon, solo tengo que cambiarlos en la caña vieja y ya está —y diciendo eso, echó el sebo al mar y se sentó a esperar.

    —Claro que —continuó— eso no me garantiza que vaya a pescar un Poliwhirl tan fácilmente, espero poder conseguirlo antes de que empiece el torneo o tendré que dejarlo para más tarde…

    Rainbow esperó y esperó por varios minutos, al parecer, los cambios en la caña dieron resultado, muchos Poliwag y Goldeen picaron una y otra vez, pero Rainbow los dejaba ir a todos.

    —Esto se vuelve fastidioso —dijo algo irritado, sus pokémon, que estaban afuera, estaban atentos ante cualquier señal de un Poliwhirl debajo del agua.

    Cuando faltaban diez minutos para que empezara el torneo la caña volvió a tirar, esta vez sí era un Poliwhirl y Rainbow rápidamente lo sacó del agua; se quedó viéndolo por un momento.

    —No, Poliwhirl, puedes irte otra vez —y el pokémon se fue, los pokémon de Rainbow se quedaron sorprendidos por dejarlo ir.

    —Lo que sucede es que —les respondió— ese Poliwhirl no tiene los requisitos para cuidar de ese viejo, necesito uno que en verdad le guste una vida pacífica, libre de peleas, sensible para cuidar a otros, de otro modo, no habría diferencia ya que solo estaría llevando otro pokémon a aburrirse ahí.

    Siguió esperando pacientemente, pero solo faltaban dos minutos para que empezara el torneo del barco, resignado, empezó a recoger el sedal, pero en ese momento algo picó, jaló con fuerza y vio que era otro Poliwhirl, una Poliwhirl hembra.

    —Hola, ¿cómo estás? —le dijo Rainbow interesado, ya que podría ser la que necesitaba. Poliwhirl también lo miró, y gracias al Viridian mind de Rainbow, pudieron comprender sus sentimientos.

    —Si vienes conmigo —le dijo tranquilamente Rainbow— te llevaré a un lugar donde no tendrás que preocuparte por luchar contra nadie… —siguió explicándole la situación.

    Al final, la Poliwhirl aceptó, y Rainbow la capturó.

    —Como en un rato más —le murmuró dentro de su pokéball— va a pasar algo que podría ser peligroso para ti, así que mientras, te guardaré en mi mochila para que estés a salvo —luego de eso, se dirigió al salón principal del barco para empezar el torneo.

    ***FIN DEL FLASHBACK***


    —Pero ahora que estás en mi equipo —continuó Rainbow—, te digo que voy a hacerte la Jynx más poderosa de todas, con mi entrenamiento especial nadie te vencerá nunca más —dijo haciéndose cada vez más y más arrogante— te haré superar completamente tus debilidades, explotaremos tus habilidades y aprenderás cosas que nadie te enseñaría…

    Siguieron caminando por la ruta 9 el resto del día, tiempo en el cual estuvieron entrenando, contra pokémon salvajes y entrenadores, en uno de esos entrenamientos Nidoran evolucionó a Nidorino, algunos de sus otros pokémon estaban algo molestos porque cada vez que iba a evolucionar, Rainbow detenía la evolución con la pokedex.

    —Lo siento chicos —les dijo—, pero a causa del entrenamiento necesito que tarden algo en evolucionar, sobre todo ustedes tres —les dijo a Bulbasaur, Charmander y Squirtle— pero les prometo que todos llegarán a su última.

    Dos días más siguió el viaje, Jinx se empezó a acostumbrar a su nuevo entrenador y a sus nuevos compañeros, pero aún así, entre ellos empezaron a surgir algunos problemas.

    Bulbasaur estaba un poco celoso de que Rainbow hace mucho que no le da un entrenamiento fuerte, pero los demás solo le decían que era porque era su pokémon más viejo; Mankey y Nidorino empezaron a tener una especie de rivalidad, en parte porque Mankey ya era completamente inmune a la habilidad de Nidorino, pero Nidorino aún no alcanzaba ser inmune a la habilidad e Mankey; Abra y Butterfree se mantenían al margen de todo sin interesarse… en fin, como cualquier rivalidad entre compañeros.

    —Conforme avance el tiempo irán llevándose mejor —pensó Rainbow—, pero al menos conservan lo importante… eso me gusta de ustedes —les dijo, y todos lo miraron—, es bueno eso, que tengan cierta rivalidad, les ayudará a querer mejorar, pero lo importante es que sepan saber cuándo deben trabajar juntos, es por eso que vamos a tener un enfrentamiento entre nosotros… —todos lo miraron intrigados.

    —Por motivos obvios —aclaró— solo va a ser entre los que lleven más tiempo, así que para empezar, un combate entre Nidorino y Mankey —ambos pokémon se acercaron.
    —Es fácil derrotar a un enemigo, pero no lo es tratar de derrotar a un compañero —les dijo, y dando la señal, comenzaron a combatir.

    A pesar de ser compañeros prácticamente desde el mismo momento, no dudaron en batirse con todo lo que tenían, no solamente con ataques nuevos con gran potencia, sino con planes, ambos se conocían mutuamente, conocían sus fortalezas y debilidades, lograron luchar durante largo tiempo sin que ninguno ganara.

    —Les he enseñado bien —pensó Rainbow mientras observaba—, ya tienen buen dominio para luchar sin recibir órdenes a cada rato.

    Pasó un rato más, pero ninguno conseguía derrotar al oponente, cada vez que parecía que la balanza se inclinaba por uno, el otro lograba salir increíblemente de la situación.

    —Basta por ahora —interrumpió Rainbow—, es un empate, felicidades, lo hicieron bien.

    Mankey y Nidorino se felicitaron amablemente, reconociendo que eran buenos y habían aprendido bien, lo cual fue un ejemplo para todos.

    —Bien —continuó Rainbow—, siguiente pelea…

    Pasaron varios días entrenando así, y cada vez, los pokémon se conocían cada vez más, y con ello, su respeto crecía hacia ellos mismos y hacia su entrenador, quien miraba orgulloso lo rápido que iban mejorando, y los lazos que los unían tan fuertemente, en camino a tener el equipo perfecto.

    —Definitivamente, soy el entrenador definitivo —se dijo con un tono tranquilo, pero con arrogancia.

    Varios días después llegaron a los pies del túnel Roca, a su lado había un centro pokémon.

    —Del otro lado del túnel Roca —les dijo a sus amigos— se encuentra un pueblo que siempre he querido visitar, será muy interesante… o al menos así lo espero.

    Y entró en el centro pokémon para descansar antes de adentrarse en el túnel Roca.

    Continuará...
     
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    Capítulo 21: Túnel Roca.
    tú eres incluso mayor que yo así que no me pidas que te cuide hasta el otro lado"
    Rainbow


    A la mañana siguiente, como era su costumbre, se levantaron temprano para ver el alba, pues sabían que si iban a entrar en el túnel Roca era probable que tardaran un día o dos.

    —Vamos de una vez —les dijo y se adentraron, con Pikachu, Jinx y Squirtle afuera.

    El túnel Roca no era exageradamente largo como la cueva Diglett, pero si era bastante más laberíntico, además de estar completamente oscuro.

    —Usa Destello Pikachu —el ataque de Pikachu iluminó bastante, cuidándose de no ser tan fuerte que dañe los ojos de sus compañeros.

    —Es absurdo —comentó Rainbow— que este túnel sea tan oscuro que tengamos que usar destello, si en el monte Moon y la cueva Diglett todo se veía muy bien —dijo irónicamente—, pero bueno, no le busquemos lógica a este mundo —y siguieron su camino.


    Llevaban bastante rato caminando a lo largo del túnel Roca, el ambiente lleno de pokémon de tipo roca era propicio para entrenar a Squirtle, Bulbasaur y a otros, sin embargo el aburrimiento empezó a embargar a Rainbow.

    —Esto es tremendamente aburrido —se quejó en voz baja—, no puedo creer que yo lo diga pero… sería bueno encontrar a alguien en esta cueva macabra.

    Un momento después oyeron un ruido y la tierra se sacudió, fue algo así como un Terremoto.

    —¡Auxilio! —alguien gritó.

    Rainbow fue corriendo hacia dónde habían gritado, y al llegar al lugar, estaba un muchacho de gafas con un Meowth, siendo atacados por un Onix.

    —Tú eres el pokémon que buscaba —exclamó Rainbow sin preocuparse del muchacho de lentes—, y parece que tu personalidad es la adecuada —añadió y envió a Squirtle.
    Sin querer perder tiempo Squirtle simplemente utilizó Pistola agua, pero a pesar de que era un ataque básico para pokémon de agua, el ataque fue tan fuerte que parecía casi como una Hidrobomba, Onix cayó inevitablemente debilitado, Rainbow sin perder ni un segundo lo capturó.

    —Bien Onix —le dijo mientras tiernamente lo curaba dentro de su pokéball—, ahora estás en mi equipo… pero, me temo que no te voy a entrenar por ahora, ya que tú me servirás en otro lugar.

    Rainbow empezó a explicarle que él iba a ser su pokémon de acero cuando vaya a Johto, mientras tanto, se quedaría con Zubat, solo observando su entrenamiento para ayudar a sus futuros colegas en Johto, el Onix pareció estar de acuerdo.

    —¿Pudiste hablar con ese Onix? —preguntó asombrado el muchacho de lentes.

    —¿Ah? Sí, claro —le dijo fríamente e comenzó a marcharse.

    —Espera un momento —lo siguió el muchacho.

    —Oye muchacho —le respondió molesto Rainbow—, tú eres incluso mayor que yo así que no me pidas que te cuide hasta el otro lado.

    —¿Cuidarme? —respondió algo ofendido— no necesito que nadie me proteja.

    —Claro que no —respondió Rainbow sarcástico—, Onix estaba a punto de aplastarte solo porque sí.

    —Ya olvida eso y dime cómo pudiste hacer eso, tienes acaso algún tipo de aparato que te permita hablar con ellos —preguntó curioso el muchacho.

    —¿Aparato? Para nada… ¡Ahh! Ya entiendo —dijo al ver al muchacho un poco más de cerca—, ¿eres uno de esos Súper nerd verdad?

    —¡No me digas así! —contestó molesto— Yo me llamo William.

    —Súper nerd William querrás decir —se burló Rainbow.

    —¡Solo dime William! Y no evadas el tema, si no tienes una máquina que te permita hablarles a los pokémon, entonces ¿Cómo demonios lo haces?

    —Si tanto quieres saber te lo diré —respondió Rainbow irritado viendo que no lo iba a dejar en paz—, nací con el poder del Viridian mind, es una especie de don que obtienen algunas personas que nacen en las cercanías del bosque verde, como verás, no tiene nada de tecnología ni nada por el estilo, ¡así que ya déjame en paz y vete por tu lado!

    Rainbow siguió caminando, pero el súper nerd William continuó siguiéndolo por un rato, hasta que en un momento Rainbow se fastidió y, agarrando la pokeball de Charmander, le apuntó como si fuera una pistola.

    —¡Ya me estás molestando! Te dije que te fueras por tu lado.

    —Pero… este es mi camino —le contestó con algo de miedo provocado por ver a Rainbow tan enfadado amenazándolo con un Charmander furioso—, verás, yo me dirijo a ciudad Azulona, soy estudiante en la universidad de esa ciudad.

    —Ya veo —respondió Rainbow calmándose—, mira, yo también me dirijo ahí, pero voy a estar un rato en pueblo Lavanda, así que podemos ir juntos hasta ahí, pero ahí nos separamos.

    —¿Pueblo lavanda? —preguntó incrédulo William.

    —¿Qué tiene de malo? —preguntó curioso Rainbow.

    —Dicen que hay muchas leyendas en ese pueblo, yo no me quedaría mucho tiempo ahí, sobre.

    —No seas cobarde —le dijo arrogantemente.

    —¿Cobarde yo? —respondió ofendido.

    —Sí, cobarde…

    Siguieron discutiendo un largo tiempo, deteniéndose para que Rainbow luchara contra pokémon salvajes mientras William se quedaba a un lado observando.

    —Será mejor que entrenes a tu Meowth, y también a ese Cubone que tienes en tu otra pokeball.

    —Creo que tienes razón, pero son muy débiles para luchar en esta cueva —respondió algo apenado.

    —¿Y en qué estabas pensando cuando te metiste en esta cueva con esos pokémon tan débiles? ¿No pensaste que podías encontrarte con un Onix? Para ser un súper nerd eres bastante estúpido.

    William se sintió algo avergonzado por eso, pero siguieron su camino hasta salir del túnel Roca.

    —Bien —dijo Rainbow—, aquí nos separamos, hasta nunca súper nerd.

    —Espera —se apresuró William— ¿cómo te llamas?

    —¿Para qué te importa saber mi nombre? —preguntó impaciente Rainbow.

    —Simplemente, no es muy común encontrarse con entrenadores como tú, por eso me interesa.

    —Pues en ese caso —le respondió indiferentemente—, soy Rainbow, el entrenador definitivo.

    —¿Entrenador definitivo? —preguntó William.

    —Así es… y de hecho —añadió arrogante—, en algún tiempo iré a retar al líder de Azulona, así que tal vez nos veamos de nuevo —y diciendo eso, se alejó de ahí en dirección a pueblo Lavanda, mientras el nerd se dirigía a Azulona por otro camino.

    —Ese nerd —le dijo Rainbow a sus pokémon— es tremendamente patético, seguro lo echan de la universidad y decidirá hacer trabajos sucios para vengarse, tal vez, en algún futuro… pero extrañamente, me parece que se llevaría muy bien con ese otro niño de la cueva Diglett, ¿cómo se llamaba?...

    Pero no le dio ganas de pensar mucho, ya que a lo lejos se podía ver, rodeada de una niebla misteriosa, pueblo Lavanda, un pueblo lleno de misterios y leyendas.

    Continuará...
     
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    Empiezo a ver más claramente la relación de Rainbow con el manga... y muy especialmente con la saga Yellow. El fósil hélix que Rainbow le dio a Misty obviamente es Omy, el pokémon que Misty dejó a Yellow. Igualmente creo conocer la identidad en el manga de ese super nerd y del chico del Gastly. Me pregunto qué más cosas tendrán que ver con este entrenador...desde luego, nada me sorprende.
    ¿Un Steelix como pokémon acero? Vaya, nunca lo hubiese pensado, definitivamente creí que sería un Scizor.
    Bien, nada más que decir.
    Hasta la próxima, GL.
     
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    Capítulo 22: Pueblo lavanda.
    Este lugar se ve tétrico y misterioso… justo como me gusta "
    Rainbow

    Pueblo Lavanda era un pequeño pueblo de no muchos habitantes, era un pueblo lleno de misterios y leyendas que añadido a su apariencia casi fantasmagórica solía alejar a los turistas, la torre pokémon era la principal atracción, pero extrañamente, algo parecía estar pasando en todo el pueblo, la gente actuaba fríamente, el pueblo parecía sumido en una profunda melancolía.

    —Así que esta es la torre pokémon —dijo Rainbow al llegar a los pies de la torre, la cual parecía algo abandonada y descuidada, por alguna razón, parecía que el origen de todas las perturbaciones en el pueblo provenían de ella.

    —Este lugar se ve tétrico y misterioso… justo como me gusta —murmuró sonriendo maliciosamente.

    —¿Crees en los fantasmas? —preguntó repentina y tranquilamente una niñita.

    —¿Eh? —exclamó Rainbow.

    —¿Que si crees en los fantasmas? —preguntó nuevamente.

    —No, no creo en ellos —respondió fríamente.

    —Claro, pero qué tontería —contestó la niña—, esa mano blanca en tu hombro no es real…

    —¿Qué? —exclamó algo sorprendido por esa afirmación.

    —No le hagas caso —contestó la voz de un anciano—, le gusta asustar a la gente de afuera.

    —¿Quién es usted? —preguntó Rainbow.

    —Yo soy el señor Fuji, soy el fundador de la casa de voluntarios de pueblo Lavanda, sígueme Rainbow, te mostraré.

    —¡Espere! ¿Cómo sabe mi nombre? —preguntó incrédulo.

    —Ven y te enseñaré —Rainbow no tuvo más remedio que ir con él.


    El viejo lo condujo hasta un edificio donde había gente cuidando muchos pokémon pequeños.

    —En este edificio —continuó el señor Fuji— nosotros cuidamos pokémon que han quedado huérfanos, nuestro cuidadores trabajan mucho para brindarles los cuidados que sus padres ya no pueden darles.

    —Interesante —prosiguió Rainbow con auténtico interés—, pero aún no me ha dicho lo más importante… ¿cómo supo quién era yo? —el señor Fuji lo miró amablemente.

    —Aurora vino aquí hace unos días, y nos dijo que podrías llegar por aquí —le dijo sonriendo. Rainbow estaba algo emocionado por oír eso, aunque no estaba sorprendido.

    —Así que Aurora estuvo aquí —dijo tratando de mostrar indiferencia—, no me sorprende, ella se ocupa de misterios pokémon, con una ciudad como esta era cuestión de tiempo para que viniera.

    —¿Pero porqué viniste tú? —preguntó el anciano— esta ciudad no tiene ni gimnasio ni buenos entrenadores, ¿qué es lo que te llamó la atención? —Rainbow lo miró seriamente.

    —Hay un pokémon en la torre que me gustaría capturar para unirlo a mi equipo, por eso vine —contestó Rainbow diciendo la verdad, pero también ocultando algo.

    —Pero me temo que no podrás ir ahora —interrumpió Fuji—, ha habido ciertos problemas y nadie puede entrar en la torre.

    —Si es por algún tipo de permiso puedo esperar —se apresuró Rainbow.

    —No es nada de eso, cualquiera tiene permiso de entrar hasta ciertos niveles, pero el problema es que… ellos no nos permiten pasar.

    —¿Ellos? —Rainbow estaba curioso.

    —Los Ghosts —dijo el anciano muy seriamente—, pokémon de tipo fantasma que no revelan su verdadera forma y son controlados por un fantasma pokémon muy fuerte.

    —Explíqueme —contestó Rainbow con verdadero interés.

    —Ves a ese Cubone —señaló Fuji, ahí, en un rincón, se encontraba un pequeño Cubone muy triste, parecía estar llorando.

    —Hace unas cuantas semanas —contó el anciano— un grupo de bandidos atacó el pueblo, empezaron a robar a todos los pokémon de los alrededores, y ya que aquí no hay buenos entrenadores, fuimos fácilmente vencidos, los pokémon se resistieron valerosamente, pero muchos encontraron la muerte a manos de los pokémon de esos villanos; la madre de Cubone fue una de las víctimas, murió salvando a su pequeño hijo; aún recuerdo como ese Rhyhorn le aplastó la cabeza cruelmente, en frente de su propio hijo, mientras el entrenador de ese pokémon, un tipo alto y fornido, se mofaba cruelmente sobre lo débil que esa Marowak había sido. Cuando todo pasó, enterramos a los pokémon fallecidos en la torre y los huérfanos viven desde entonces aquí con nosotros, el grupo de criminales nunca fue identificado ni atrapado.

    Rainbow escuchaba la historia, y rápidamente identificó al team Rocket como el responsable de esa matanza, y en su interior la ira empezó a hervir, pero supo controlarse por el momento.

    —¿Y qué pasó después? —preguntó.

    —Unos días después, la noticia se extendió a todo Kanto, y hace solo unos días, llegó una muchacha llamada Aurora a investigar el misterio, no tuvo buenos resultados, ni siquiera pudo entrar en la torre, los Ghosts se lo impidieron, así que se fue, y prometió avisar si había alguna solución. Aunque yo personalmente —continuó— creo que es el espíritu de la mamá de Cubone el que está ocasionando todo esto.

    —¿Qué le hace pensar eso? —preguntó Rainbow.

    —La madre de Cubeno murió sin saber que su hijo se salvó, así que su espíritu está atormentado y busca venganza, por ese supongo que debe estar manipulando a los pokémon fantasma de la torre, convirtiéndolos en Ghost, si calmamos el espíritu de la madre de Cubone, probablemente todo se arreglaría.

    Rainbow se quedó pensando un rato.

    —¿Tiene tele comunicador? —preguntó de repente.



    —Así que ya estás en pueblo Lavanda —contestó Oak del otro lado de la línea.

    —No nos desviemos hacia cosas que no importan —respondió impaciente Rainbow—, dígame algo, ¿Aurora le ha dicho algo acerca de la torre de Lavanda?

    —Bueno… —respondió Oak— no la he visto en un tiempo, pero sí me ha hablado de algo, creo que… —entonces sacó un documento— este es el informe de Aurora de cuando estuvo en Lavanda… dice: Los pokémon fantasma de la torre parecen ser controlados por alguna clase de fuerza que los manipula, la razón todavía no la sabemos con certeza, pero al parecer tiene algo que ver con la matanza y secuestro de pokémon que tomó lugar hace unas pocas semanas a manos de un grupo criminal desconocido…

    —¿Dice algo de cómo podríamos solucionarlo todo? —preguntó impaciente Rainbow.

    —Bueno… —siguió Oak— aquí solo dice que es imposible entrar en la torre, ya que los Ghost, mientras no se pueda revelar su verdadera forma, son inmunes a cualquier ataque, su energía no permite entrar a nada ni a nadie, si no encontramos la manera de poder luchar contra ellos nunca podrémos llegar al origen del problema.

    —¿Dijo Aurora algún método para poder entrar en la torre?

    —En esta parte —continuó Oak— habla acerca de un extraño aparato, el Scope Silph, al parecer, un nuevo aparato producido por la corporación Silph S.A. el cual permite revelar la forma de los Ghost.

    —Eso es lo que necesitamos —exclamó Rainbow— ¿dice donde puede ser conseguido?

    —Desafortunadamente —contestó Oak—, el informe de Aurora dice que el único Scope Silph que existe fue robado hace tiempo, desde entonces no han vuelto a fabricar otros.

    —Entonces ¿qué podemos hacer? —preguntó Rainbow algo desanimado.

    —Me temo que por ahora nada —respondió Oak—, mientras no podamos entrar en la torre nada podemos hacer.

    —Gracias por su ayuda profesor —contestó Rainbow resignado, y colgó.

    —Sabe una cosa —le dijo al señor Fuji—, he oído muchas leyendas y rumores de este pueblo, en especial con respecto a esa torre, la leyenda de una aterradora mano blanca que se aparece en la torre, la de un hombre que fue accidentalmente enterrado vivo, la de figuras demoniacas que dicen haber visto, la de que muchos niños murieron misteriosamente luego de oír una extraña melodía fantasmagórica… pero esta historia al parecer es real —dijo levantándose.

    —¿A dónde irás ahora? —

    —No puedo hacer nada por ahora, ya oyó lo que dijo Oak, la ciudad más cercana ahora es Azafrán, será mejor que vaya ahí por ahora, pero… le prometo que si encuentro alguna manera de resolver el problema, volveré — le dijo seriamente y se fue de ahí dándole un último vistazo a Cubone, y sintiendo lástima por él.

    — Estoy casi seguro —les dijo a sus pokémon cuando cruzaba la ruta 8— que esos criminales fueron sin duda el Team Rocket, probablemente también robaron ese tal Scope silph que dijo Aurora, debo encontrarlo si es que lo tienen.



    Un día después de camino, en el cual aprovechó para entrenar con los muchos entrenadores que había en el camino, Rinabow llegó a ciudad Azafrán.

    —Lo siento chico, la ruta está cerrada —dijo el guardia.

    —Eso no tiene sentido —replicó Rainbow—, ¿cómo demonios entra y sale entonces la gente de esta ciudad?

    —Este calor no tiene sentido —respondió cínico el guardia—, ahora lárgate antes de que llame a la policía.

    Decepcionado, Rainbow salió de ahí.

    —Es absurdo —comentó— que la única entrada a la ciudad sea por cuatro entradas y el resto está completamente amurallada… podríamos fácilmente saltar la muralla… pero no tengo ganas de infringir la ley por ahora —dijo algo calmado—, así que iremos a ciudad Azulona —continuó—, además, ahí hay algo que quiero hacer —le dijo mirando seriamente a Pikachu.

    Después de casi un día de recorrer la vía subterránea sin ningún incidente, Rainbow llegó a Azulona, una de las ciudades más importantes de Kanto.

    Continuará...
     
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    Capítulo 23: El centro comercial de Azulona.
    voy a tener que pasar a saludarlos una vez más "
    Rainbow


    Como toda gran ciudad que se precie, Azulona no solo era una ciudad grande y prestigiosa, sino que en sí era uno de los mejores lugares para vivir; en ella se encontraba el centro comercial más grande e importante de toda la región, multitud de atractivos turísticos, se encontraba la universidad más prestigiada de Kanto, y además un gimnasio, cuya líder era de las personas más respetadas de la ciudad, hija de una ilustre familia, y de hecho toda la ciudad la trataba como si de una princesa se tratara.

    —Pero antes de ir por ella —mencionó Rainbow adentrándose en la ciudad con sus pokémon— debemos hacer una parada aquí —dijo deteniéndose en frente del enorme centro comercial, no había en todo Kanto un centro comercial tan magnífico como el de Azulona, ya que en él se podían encontrar artículos que solo se encuentran en otras regiones.

    —La verdad odio estos lugares —dijo Rainbow en voz baja—, toda la gente que hay, la mayoría compra cosas relativamente inútiles, tantas cosas tontas y sin sentido que venden, pero al menos yo solo vengo por una cosa importante.

    Cuando llegaron al piso donde vendían lo que Rainbow buscaba, suavemente se quitó el cinturón X con todos sus pokémon dentro, y lo puso en una silla.

    —Espérenme aquí —les dijo—, no tardo.

    Sus pokémon, desde sus pokéball, vieron cómo su entrenador se alejaba y compraba algo que no vieron bien qué era, pero un momento después Rainbow regresó con algo en la espalda.

    —Pikachu —le dijo alegremente—, esto es para ti —y mostró lo que tenía en sus manos: una piedra trueno, Pikachu se emocionó—, ya estás listo para evolucionar, y esta es la única manera de hacerlo, vayamos afuera para probarla —y volviéndose a poner su cinturón, se encaminó a la salida. Pero no había dado ni diez pasos cuando se tropezó con alguien.

    —Rainbow, ¿eres tú?

    —No puedo creerlo —exclamó incrédulo Rainbow—, ¡Bill! hace tanto que no nos vemos —le dijo mientras se daban la mano.

    —¿Qué andas haciendo por aquí Rainbow? —preguntó Bill.

    —Vine a comprar una piedra trueno para mi Pikachu —le dijo mostrándosela, y Bill la observó sospechosamente.

    —¿Sabes? Siempre he tenido una pregunta —comentó Bill—, ya que eres un entrenador pokémon, y estás viajando todo el tiempo, y no tienes trabajo fijo… ¿de qué vives?... no creo que sea por robar ¿verdad? —dijo en broma.

    —No en absoluto —le respondió alegre Rainbow—, mira te explicaré, cuando era niño viajaba por todo el mundo, como ahora, y durante esos viajes tuve la oportunidad de encontrar algunas cositas útiles —dijo abriendo su mochila, y sacando una bolsa.

    —¡No puedo creerlo! —exclamó Bill al ver el interior de la bolsa, la cual estaba llena de Pepitas, entre algunos otros objetos valiosos.

    —Así es —contestó orgulloso Rainbow—, durante toda mi vida y aún hoy desde que comencé mi viaje, me he encontrado con todo tipo de objetos que puedo vender, estas son pepitas que he encontrado durante toda mi vida recorriendo el mundo, también tengo otras cosas como perlas etc… además, ya que tengo el don del Viridian mind, no necesito pociones o elixir o antídotos para mis pokémon, todo lo que he encontrado abandonado en cuevas o en caminos lo vendo, y así tengo para vivir.

    —¡Increíble! —volvió a exclamar Bill— te felicito Rainbow, has sabido ser muy responsable.

    —Gracias Bill —respondió alegremente—… por cierto, veo que tienes un Eevee contigo —dijo mirando la pokéball en su cinturón.

    —Ah sí —contesto Bill sacando la pokéball— lo atrapé hace poco, ya que a mí me interesa y me intriga su línea evolutiva, pero al parecer, no consigo hacer que me quiera, todo el tiempo está molesto conmigo.

    —Pues claro —interrumpió Rainbow—, después de todo tú no eres un entrenador, a ese Eevee le interesa luchar a lado de un entrenador —dijo Rainbow de manera casi inconsciente, ya que su habilidad con el Viridian mind le permitía reconocer pokémon así casi de inmediato.

    —¿En serio? —preguntó incrédulo Bill — entonces yo… debería dejarlo ir —dijo y miró a Rainbow, el cual no dijo nada.

    Pero antes de que pudieran decir algo nuevamente, se oyó una explosión en la planta baja, y rápidamente unos hombres entraron violentamente al centro comercial.

    —¡Quietos todos! —gritó una mujer— ¡no se muevan si no quieren salir lastimados! —de inmediato esos bandidos empezaron a robar todo y a amenazar a todos con sus pokémon.

    —Esto ya lo he vivido antes —murmuró Rainbow al darse cuenta de que le recordaba a lo ocurrido en Plateada, y entonces reconoció que era el team rocket otra vez—, voy a tener que pasar a saludarlos una vez más —dijo con una sonrisa macabra que aterró a Bill.

    Rápidamente se dirigió a la planta baja para enfrentarlos.

    —Así que son ustedes de nuevo —les dijo al bajar—, por lo visto no aprenden.

    —¿Quién te crees que eres? —exclamó la mujer, que parecía ser la líder de ese grupo.

    —¿Que quién soy? —preguntó Rainbow contrariado— ¿No te han avisado tus colegas de mí? ¿En ciudad Plateada, en el monte Moon, en el puente Pepita, en el S.S. Anne? —le dijo acercándose lentamente, con majestuosidad, y poniéndose cada vez más y más malévolo.

    —Seas quien seas —contestó la mujer algo intimidada por su actitud—, no creas que nos podrás hacer frente… ¡Ve Ninetales! —dijo sacando su pokémon. Los otros miembros también sacaron sus pokémon listos para atacarle.

    —Es momento de enseñarles de nuevo quién es Rainbow, el entrenador definitivo —pensó arrogantemente, y envió a sus pokémon.

    Los pokémon enemigos empezaron a atacar, pero los de Rainbow rápidamente los vencían a todos sin dificultad, el arduo entrenamiento hacía que casi no requirieran órdenes directas de parte de Rainbow.

    —Esto se pone aburrido —pensó—, exactamente igual a lo del museo.

    Cuando hubo derrotado a todos lo pokémon, los rocket, llenos de pánico ante su habilidad y su macabra apariencia, huyeron del lugar dejando sola a la líder.

    —Solo quedas tú —le dijo intimidantemente—, ahora dime —dijo tronando los dedos, como señal para Bulbasaur de sujetarla con sus látigos—, ¿dónde está el Scope silph?
    —¿Qué? —preguntó la mujer aterrada.

    —No te hagas la tonta —dijo haciendo que Bulbasaur apretara las lianas, lo que hizo gritar a la mujer de dolor —, sé que ustedes lo robaron, y vas a decirme donde está.

    —¡Está bien! Sí lo robamos —exclamó al sentir el dolor—, pero de juro que no sé donde está, creo que solo el líder lo tiene.

    —¿Estás segura?

    —Sí… pero no es solo uno —respondió.

    —¿Cómo que no es solo uno? Pensé que Silph S.A. solo había fabricado uno.

    —Sí, solo fabricaron uno, pero hicimos copias en el cuartel secreto —respondió con miedo.

    —¿Dónde está el cuartel secreto? —preguntó Rainbow haciendo que Bulbasaur apretara más la liana.

    —¡No lo sé! —contestó adolorida la mujer— nunca he estado ahí, yo solo robo lo que necesitan y se lo entrego al teniente, quien es el que lo lleva a la base.

    Rainbow la miró severamente durante un rato, su actitud había aterrado a todo el mundo mucho más que la invasión de hace un momento.

    —Está bien —dijo tranquilamente, y le indicó a Bulbasaur que la soltara —, será mejor que te vayas inmediatamente, antes de que llegue la policía.

    No tuvo que decir más, pues la mujer se fue corriendo inmediatamente aterrada.

    Un rato después llegó la policía a tomar declaración.

    —No eran nadie —dijo calmadamente Rainbow—, solo un grupo de delincuentes sin importancia, nada muy peligroso.

    —¿Estás seguro niño? —preguntó seriamente la policía.

    —Completamente —respondió alegremente—, yo mismo los derroté con mucha facilidad, no se preocupe, no los volveremos a ver.

    Y como nadie más en todo el edificio sabía del team rocket y sus actos como un grupo criminal, nadie los reconoció, así que la policía cerró el asunto ya que nada había sido robado ni había nadie lastimado.

    Pero no olvidándose Rainbow de Pikachu, agarró la piedra trueno, y se la dio.

    —Ya es tu momento amigo —le dijo sonriente. Y Pikachu evolucionó en un Raichu.


    —¡Eso fue impresionante! —exclamó Bill una vez hubo acabado todo— No sabía que eras tan buen entrenador cuando nos conocimos, pero en verdad eres sorprendente.

    Curiosamente, Rainbow no lo había presumido casi a Bill el hecho de que se consideraba el entrenador definitivo, y en esta ocasión mantuvo esa actitud modesta muy rara en él.

    —No es para tanto, solo di mi mejor esfuerzo —dijo con una modestia muy forzada.

    —Sea como sea, quiero darte mi Eevee —le contestó Bill extendiéndole la pokéball.

    —¿Qué? —preguntó Rainbow— ¿pero por qué?

    —¿No eras tú el que decía que Eevee preferiría estar con un buen entrenador para luchar? Pues no conozco ningún otro entrenador tan bueno como tú… además, mientras combatías, pude ver como Eevee te observaba fascinado dentro de su pokéball, comprendí que le interesaba ir contigo —y luego puso la pokéball en la mano de Rainbow, quién la miró con algo de pena por ser un pokémon regalado.

    —¿En serio quieres venir conmigo Eevee? —le preguntó. El Eevee lo miró decidido y sonrió. —Está bien —continuó Rainbow— pero tengo que decirte una cosa muy importante.

    Entonces le dijo lo mismo que le había dicho a Zubat en el monte Moon y a Onix en el túnel Roca, Eevee no iba a ser usado en esa región, sino que iba a tener que esperar hasta que Rainbow fuera a Jotho, pero a Eevee no le importó, él quería definitivamente ser entrenado por ese entrenador tan bueno, si iba a haber que esperar, no le importaba, y le sonrió amigablemente.

    —Bienvenido al equipo Eevee —le dijo mientras sacaba a sus pokémon para que lo conocieran y hablaran con él para conocerse mejor.

    —Gracias Bill —le dijo después de un rato—, nunca olvidaré esto.

    —No es nada Rainbow —al fin y al cabo, conmigo se iba a aburrir.

    —Por cierto —se apresuró Rainbow—, ¿cómo va tu proyecto del almacenamiento pokémon? ¿Ya lo arreglaste?

    —Me temo que no —respondió apenado—, surgieron problemas y voy a necesitar más tiempo.

    —Ya veo —contestó Rainbow—, al parecer, no tuviste tiempo entonces de decirle a Aurora el misterio del que hablaban ¿o sí?

    —En realidad sí pude, logré hacerme tiempo para explicarle.

    —Ah, qué bien —continuó Rainbow—, y entonces… ¿cuál es ese misterio por el que estaba tan emocionada Auora? —preguntó curioso

    —Lo siento Rainbow —respondió algo apenado Bill—, pero es algo confidencial, solamente algunas personas están autorizadas para hablar de ese misterio, afortunadamente Aurora, por ser una especialista en misterios, lo está.

    —Ya veo —contestó Rainbow decepcionado—, en ese caso nos vemos luego Bill, tengo cosas que hacer mañana —dijo mientras se iba.

    —Adios Rainbow, pero, ¿qué es lo que vas a hacer? —se apresuró a preguntar.

    —Voy a retar a la líder de gimnasio de esta ciudad —contestó sin detenerse.

    De esa manera, se fue de ahí para descansar, como era su costumbre, antes de dirigirse a su siguiente reto en el gimnasio de Azulona.

    Continuará...
     
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    Hola, como prometi he venido :). El fic en si me gusta mucho, la personalidad del entrenador aún más. Aunque he de decir que podrías narrar más y dialogar un pelín menos ya que es casi todo dialogo. Rainbow es un entrenador muy fuerte por lo que veo, seguro que podria ganar la liga ahora mismo. Bueno sin mucho más que añadir, hasta la conti!!
     
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    Capítulo 24: El casino Rocket.
    ¡lo único que quiero hacer ahora es destrozarte!"
    Rainbow


    —Lo siento, este es un hotel para gente, no aceptamos pokémon —respondió amablemente la señora.

    —¿Qué? —preguntó incrédulo Rainbow— este es un mundo donde todo gira en torno a los pokémon, desde restaurante, hasta escuelas, tiendas, hospitales, todo gira en torno a ellos, es extraño encontrar un lugar que no sea así…

    —Lo siento —respondió la señora—, pero de todas formas no hay vacantes —Rainbow se fue de ahí inmediatamente.

    —Miren que encontrar el único hotel del mundo que no acepta pokémon, y para colmo una tipo quejándose de que su novia había llevado a su hermanito con ellos de vacaciones —se quejó, y como no tuvo más remedio, se quedó a dormir de nuevo en el centro pokémon.


    A la mañana siguiente, después de su rutina de mirar el alba, se dirigieron a hacer un entrenamiento matutino previo al combate. Rainbow solía darles un entrenamiento especial antes de cada batalla de gimnasio, ya que si bien él solía saber de antemano quiénes eran los líderes, nunca los había visto luchar ni sabía exactamente qué pokémon tenían, así que cada batalla de gimnasio era hasta cierto punto improvisada ya que no conocía sus técnicas de combate. Por eso procuraba no dejar cabos sueltos en sus entrenamientos, de esa manera, podía hacerles frente como si hubiera combatido contra ellos toda la vida.

    Ya cerca del medio día Rainbow se dirigió al gimnasio, pero en el camino pasaron junto a un casino, trató de ignorarlo, pero había algo que le llamaba la atención.

    —Hay algo en ese casino que me llama la atención—le dijo a sus compañeros—, vamos a entrar.

    Dentro del casino había mucha gente jugando en las máquinas sin prestar atención a nada más, nadie parecía darse cuenta de Rainbow.

    —Bienvenido al casino de ciudad Azulona —dijo amablemente la mujer encargada—, ¿Cuántas fichas quieres?

    —¿Fichas? —preguntó Rainbow.

    —Sí, aquí vendemos las fichas para que puedan jugar en las tragaperas, pero necesitas un Monedero.

    —Ah, se refiere a esto —dijo Rainbow sacando lo que parecía ser un bolso.


    ***FLASHBACK***

    Después de lo ocurrido en el centro comercial de Azulona, Rainbow fue a cenar a un restaurante que había por ahí.

    —¿Ese sujeto nunca va a callarse? —exclamó enojado a causa de un sujeto que no se dejaba de quejar de que había perdido todo su dinero en el casino.

    —Yo ya no quiero esto, tómalo tú chico —dijo dándole el Monedero a Rainbow.

    —¿Me lo da así como así, habiendo tantas otras personas aquí se lo da a un niño? —preguntó incrédulo Rainbow.

    —Sí —contestó el hombre—, para que vayas al casino y te des cuenta de lo adictivo que puede ser, pero también para que sientas lo que se siente perderlo todo.

    —Sí, claro, como diga —respondió indiferente.

    ***FIN DEL FLASHBACK***

    —No gracias —continuó Rainbow—, no me interesa perder mi tiempo y dinero en esas cosas.

    —¿No te gustaría antes pasar a ver nuestros premios? Por cada cierta cantidad de fichas que ganes te las cambiamos por premios —contestó con una falsa amabilidad la mujer.

    —Bueno, no pierdo nada con ir a ver —finalizó Rainbow.

    Los premios del casino no eran del interés de Rainbow, aunque sí muy variados, había MTs, objetos, y pokémon raros o difíciles de capturar. Ninguno le llamó la atención a Rainbow, excepto uno.

    —Miren a ese Dratini —les dijo a sus compañeros, ahí encerrado en una pokéball, se encontraba un triste Dratini, a diferencia de los demás pokémon que lo acompañaban, ese Dratini sentía ansias de salir, Rainbow también pensó que le vendría bien un tipo dragón.

    —Me escuchas amigo —le dijo desde el otro lado del mostrador—, voy a ganar las 4600 fichas que vales, y te uniré a mi equipo —el Dratini se mostró alegre de oír eso.

    —Deme 50 fichas —pidió apresuradamente a la encargada.

    Después se puso a jugar en las tragaperas durante casi todo el día, para alcanzar las 4600 fichas. Fue un trabajo muy duro, pero con determinación y una gran rapidez visual, logró conseguir las fichas.

    —Aquí las tiene —le dijo orgulloso al encargado de los premios, el cuál le entregó la pokébal con Dratini, que se veía feliz.

    —Hola amiguito —le dijo con su típico tono familiar—, te prometo que conmigo serás el mejor…. —lo de siempre.

    Pero de repente sus pokémon empezaron a sentir algo raro, Rainbow también lo percibió, era de nuevo un olor muy familiar, y Rainbow muy silenciosamente se percató de un extraño hombre que se dirigía hacia uno de los rincones del casino.

    —Es uno de los del team rocket —les dijo en voz baja—, ¿pero qué hace aquí? —dijo y empezó a seguirlo sigilosamente.

    Lo siguió hasta un lugar que no estaba muy a la vista, pero al doblar Rainbow se dio cuenta de que ya no estaba, en el pasillo había otra persona apoyada en la pared a un lado del cartel.

    —No puedes pasar —le dijo al ver a Rainbow—, es área restringida.

    —¿Qué se supone que haces tú aquí? —le preguntó mirándolo maliciosamente de una manera inquietantemente tranquila.

    —¿Yo? —contestó algo intimidado— yo… yo cuido este cartel —respondió nervioso.

    —¡Qué tontería! —exclamó Rainbow al mismo tiempo que sacaba a Raichu, el cual rápidamente puso a dormir al rocket con una descarga.

    Después de eso, Rainbow examinó el cartel, había un botón del otro lado, suavemente lo presionó, y una puerta secreta se abrió al otro lado del pasillo.

    —Definitivamente, ésta debe ser la base Rocket —murmuró macabramente al pensar que podía acabar con ellos de una vez y encontrar el Scope Silph.

    Rápidamente se infiltró y cerró la puerta con otro botón que había dentro. Se dio cuenta de que era enorme, había varios laboratorios y muchas computadoras, y en una de esas habitaciones vio a alguien familiar.

    —Hola —le dijo amigablemente—, ¿te acuerdas de mí? Yo te puse a dormir en el monte Moon, tú eras el científico.

    Pero antes de que el científico pudiera decir nada, Abra lo elevó con confusión mientras Butterfree lo envolvía con disparo demora.

    —Ahora dime —le dijo volviendo a su mirada maliciosa—, ¿dónde está el jefe? —el científico lo miró aterrado.

    —Está en el último piso, hasta el fondo, pero para llegar ahí necesitas una llave para activar el ascensor —le dijo con miedo recordando de lo que era capaz de hacer ese muchacho.

    —¿Dónde consigo la llave? —le preguntó bruscamente.

    —Solo los tenientes y los líderes de los grupos la tienen, no sé dónde están ahora.

    —¿ Los líderes de los grupos dijiste? —preguntó intrigado; luego, cuando el científico estuvo completamente envuelto en seda, Rainbow se dispuso a irse, no sin antes mirar macabramente al científico, y ordenarle a Raichu que lo ponga a dormir.

    Un rato después Rainbow seguía infiltrándose en la base, a cada rocket que encontraba lo ponía a dormir rápidamente, pero ninguno parecía tener la llave. Un rato después la base comenzó a sospechar que algo extraño sucedía, ya que había muchos soldados que no se reportaban, así que enviaron un equipo a ver qué pasaba. Pero fueron sorprendidos por los pokémon de Rainbow, los cuales fácilmente acabaron con todos.

    —¿Pero a quién tenemos aquí? —dijo sarcásticamente Rainbow, y se acercó a una mujer —claro, ya te recuerdo, eres la del centro comercial, la que según tú… ¿cómo dijiste?... —y la miró severamente— no sabías dónde se encontraba la base —inmediatamente tronó los dedos, y abra la elevó en el aire.

    —¡No me hagas daño! —le suplicó.

    —Me mentiste —le dijo inquietantemente—, y ahora, como ya sé que los líderes como tú tienen acceso al piso del jefe, me vas a dar la llave ahora.

    No tuvo que decirlo más veces, ya que con lo aterrada que estaba no tuvo más remedio que obedecer, y arrojó la llave a sus pies.

    —Gracias —exclamó Rainbow con un tono sarcásticamente amigable y la recogió —, pero aún hay algo… si ya me han mentido antes, tal vez me mintieron con respecto a dónde se encontraba el líder… —la miró malvadamente— dime ahora, ¿dónde se encuentra el jefe?

    —¡Eso sí que no! —contestó la chica— ¿crees que te vas a salir con la tuya? En cualquier momento cuando vean que no regresamos alguien dará la alarma y la base se pondrá en alerta.

    Al oír eso, Rainbow se acercó a ella, Abra la bajó un poco para ponerla al mismo nivel que Rainbow, el cual la miró perturbadoramente.

    —Charmander —le llamó—, creo que nuestra querida amiga tiene algo de frío… ¿por qué no la calientas un poquito? —le dijo con voz escalofriante, sus pokémon también la miraron así, Charmander empezó a acercar su cola a su carne, ella empezó a sentir el dolor y trató de retener sus quejidos.

    —¿Y bien? —continuó Rainbow —¿vas a contestar ahora?

    —¡No! —gritó la chica.

    —¡Guau! —exclamó Rainbow— sí que eres más dura que ese imbécil de Celeste —y miró a Abra, el cual empezó a usar más fuerza en su ataque de confusión que la mantenía elevada, al usar más fuerza el cuerpo de la rocket empezó a sentirse aplastado, y empezó a gritar de dolor.

    —¡Está bien! ¡Está en el piso de abajo, el último! —en ese momento Abra lo soltó y Charmander se alejó.

    —¿Viste como no fue tan difícil? —dijo Rainbow irónicamente— siempre sí fue lo que me dijo el primer científico… gracias, pero no puedo dejarte así como así —le dijo mirándola malvadamente, y antes de que pudiera reaccionar Butterfree la envolvió con su seda e inmediatamente después Raichu la puso a dormir con un impactrueno.


    Sabiendo Rainbow que en cualquier momento iban a dar la alarma al darse cuenta de que los soldados y la líder no se reportaba se apresuró a ir al último piso, y con ayuda de la llave del ascensor logró llegar ahí justo en el momento cuando toda la base se puso en alerta roja, pero era tarde, Rainbow ya había llegado con el jefe solo deshaciéndose de los últimos guardias.

    —Hola —saludó amablemente Rainbow—, supongo que tú eres Giovanni ¿verdad? —del otro lado de la sala se encontraba un sujeto fornido, con un rostro malicioso, a Rainbow le recordó su propio rostro y sonrió para sí mismo.

    —Así que tú eres el niño que nos ha estado dando problemas —respondió Giovanni tranquilamente—, has podido contra todos mis tenientes y mis líderes de grupo, felicidades Rainbow, mi teniente encargado del S.S Anne tuvo la amabilidad de pasarme tu pequeño recado.

    Rainbow recordó la ocasión en el puente Pepita y en el barco donde le dijo a ese teniente que le dijera al jefe que si volvían a hacer algo así iban a sentir su ira.

    —¡Claro! —exclamó Rainbow—, ya me acordé de eso… y ¿sabes qué? —lo miró severamente— voy a cumplir lo que dije.

    —¿Por qué no te nos unes a nosotros? —preguntó Giovanni— con tu talento serías el mejor teniente de todos, ¿no entiendes el alcance de lo que pretendemos hacer?

    —Ya había dejado en claro que no me interesa —contestó Rainbow enojado.


    —No creo que entiendas el poder que puedes conseguir si te nos unes —añadió Giovanni malicioso.

    —No me importa nada de eso ahora —y recordó la historia del pobre Cubone en Lavanda, y la ira empezó a hervir de nuevo en su interior—, ¡lo único que quiero hacer ahora es destrozarte!

    Y rápidamente sacó a Bulbasaur, Charmander y Squirtle, Giovanni sacó rápidamente a su Onix, su Rhyhorn y un Kangaskhan, los cuales empezaron a combatir, pero al ser pokémon de niveles muy avanzados, les estaba costando algo más de trabajo de vencer a los pokémon de Rainbow.

    —Veo que no le ordenas nada a tus pokémon —se percató Giovanni.

    —Los he entrenado muy bien —contestó Rainbow —, pero no perdamos el tiempo, ¡dime dónde está el Scope Silph! —Giovanni lo miró malévolo, y sacó un extraño aparato de su traje.

    —¿Te refieres a esto? —le dijo desafiante— ¿para qué lo quieres?

    —Eso no te incumbe —le contestó furioso.

    —Si lo quieres tendrás que vencerme —le desafió.

    —Eso se arregla fácil —respondió Rainbow arrogante. E inmediatamente después, sus tres pokémon empezaron a evolucionar, de manera que ahora había un Ivysaur, un Charmeleon, y un Wartortle.

    —¿Pero qué? —preguntó incrédulo Giovanni.

    —Pues ya ves —contestó Rainbow—, los hice evolucionar al mismo tiempo, ya era su momento… ahora te haré pagar por lo que le hiciste a la madre de ese Cubone —añadió furioso.

    Y sin esperar ni un segundo, se pusieron en guardia para enfrentar de nuevo a los pokémon de Giovanni, el cual se veía un poco perturbado por su actitud, aunque mantenía su mirada desafiante y su compostura.

    —No tengo tiempo para ti —le respondió Giovanni apresuradamente.

    —¿Qué? —preguntó incrédulo Rainbow. Pero antes de que pudiera hacer nada, los pokémon de Giovanni usaron Bolas humo.

    —Pidgeotto, ¡usa despejar! —dijo sacándolo. Pero cuando la habitación estuvo libre del humo, Giovanni ya no estaba.

    —¡Maldición! Se escapó —exclamó molesto Rainbow, y se puso a buscar algún tipo de pasadizo secreto en las paredes, pero no pudo abrir nada. Sin embargo en la mesa se encontraba el Scope Silph, lo tomó satisfecho por ese momento, y justo en ese momento los rockets entraron a la habitación para enfrentarlo.

    Un rato después de derrotar a toda la base, se disponía a salir de ahí.

    —¡Escúchenme bien! —les gritó— la policía no sabe nada de este lugar, así que será mejor que no se delaten —y se fue de ahí, estaba decidido a hacer que el team rocket no fuera conocido por la policía lo más que pudiera, quería acabar con el líder él mismo.

    Afortunadamente afuera nadie pareció notar nada de todo lo que había ocurrido en la base que estaba bajo los pies de todos, Rainbow se preguntó si los dueños del casino sabían de esa base, lo más seguro y lógico era que sí, pero no tenía tiempo para eso.

    —Ahora que tenemos el Scope Silph —les dijo a sus compañeros al salir—, debemos cumplir nuestra promesa y volver a pueblo Lavanda cuanto antes.

    Y mirando de nuevo a su nuevo Dratini, el cual se veía feliz de haber caído en las manos de un entrenador tan bueno, se dirigió lo más rápido que pudo de vuelta hacia pueblo Lavanda, tenía asuntos en la torre pokémon.

    Continuará...
     
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    Paralelo

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    ...Continuando
    Capítulo 25: La torre pokémon.
    ya no tienes motivo para estar enojada, tu bebé está bien, y quiere que seas feliz."
    Rainbow

    Poco tiempo después Rainbow llegó de nuevo a pueblo Lavanda, pero algo había cambiado ligeramente, había una espesa niebla que cubría todo el pueblo; sin perder tiempo, se apresuró a llegar a la casa del señor Fuji, pero cuando llegó la casa estaba oscura.

    —El señor Fuji no está —le dijo la niña algo nerviosa y preocupada.

    —¿A dónde se fue? —preguntó Rainbow algo preocupado.

    —Se fue a la torre pokémon, a intentar calmar el espíritu de la madre de Cubone —Rainbow miró al pequeño pokémon que seguía llorando en un rincón, y sintió compasión por él—, pero hace mucho que se fue y no ha vuelto —continuó la niña asustada.

    Sin perder más tiempo, Rainbow se dirigió a la torre pokémon.

    A los pies de la torre había mucha gente reunida, miraban la torre preocupados.

    —¿Qué es lo que sucede? —preguntó Rainbow a una persona.

    —El señor Fuji entró ahí hace mucho rato —contestó la mujer preocupada—, tememos que algo malo le haya pasado, pero nadie se atreve a entrar.

    Sin perder ni un segundo, Rainbow se acercó lentamente a la puerta, sacó a varios de sus pokémon, —Estén atentos —les dijo severamente mientras se ponía el Scope Silph, y entró.

    —¡Señor Fuji! —gritó Rainbow, pero nadie contestaba, la torre era inmensa y estaba llena de niebla, inmediatamente los ghost empezaron a aparecer, pero gracias al Scope Silph, sus verdaderas formas fueron reveladas, y Rainbow pudo derrotarlos fácilmente.

    —Necesito uno de estos Gastly para unirlo a mi equipo —dijo Rainbow mientras rápidamente observaba a los pokémon buscando uno que cumpliera con los requisitos…

    —¡Psíquico Abra, a ese Gastly de ahí! —ordenó rápidamente y Abra obedeció. El Gastly les contraatacó con Tinieblas, pero Abra huyó con teletransportación justo detrás de él y lo remató con otro Psíquico, Gastly se debilitó, Rainbow de nuevo lo atrapó pateándole una pokeball.

    —Lo siento Gastly, no hay tiempo para explicar —comentó aludiendo a su típico discurso que solía hacer cuando capturaba un nuevo pokémon, y se fue subiendo los pisos de la torre con prisa…

    —¡Uuuuun espiiirituuuu! ¡Demooooniooo! —gritó un exorcista dirigiéndose violentamente contra Rainbow sacando su Gastly, Rainbow no tuvo más remedio que cargárselo sin necesidad de explicaciones.

    —Seguramente —pensó— ese exorcista pudo pasar a causa de sus poderes, pero el espíritu de Marowak debe estarlos controlando —y siguió su camino, encontrando muchos exorcistas en toda la torre, que seguramente fueron para tratar de rescatar al señor Fuji, pero ya que carecían del Scope Silph, no pudieron combatir con los pokémon fantasma y fueron poseídos.

    Un rato después Rainbow había llegado al penúltimo piso, donde los ataques de pokémon fantasma se incrementaron, pero no fue ningún problema para él.

    —¡Señor Fuji! —gritó una vez más, pero de nuevo no hubo respuesta.

    Como solo quedaba un piso por recorrer se apresuró a subir las escaleras, pero en ese momento una enorme niebla apareció, y un momento después, apareció el fantasma de una Marowak.

    —Así que tú eres la madre de Cubone —le dijo tranquilamente Rainbow, pero la Marowak solo le respondió con un Huesómerang, Rainbow lo esquivó.

    —¡Escúchame bien! —le gritó— Tu hijo está vivo, vive sano y salvo con el señor Fuji —pero Marowak no le hacía caso, Rainbow no la atacaba, solo la esquivaba.

    —Tu hijo sufre porque tú también sufres —continuó Ranbow tratando de convencerla por las buenas durante bastante rato sin efecto, pero luego su paciencia se terminó.
    —Si no me vas a hacer caso —le dijo maliciosamente—, ¡te obligaré a que me escuches! —gritó molesto enviando a Dratini, quien usó rápidamente Cabezazo, pero Dratini atravesó a Marowak sin hacerle daño, ya que era un fantasma.

    Dándose cuenta de la situación, Rainbow llamó a Dratini y le dijo algo al oído, éste lo escuchó atento.

    Un momento después Marowak lanzó otro Huesómerang, Dratini lo esquivó pero se acercó a ella rápidamente, ella lo esquivó haciéndose a un lado, y justo en el momento que atrapó de nuevo su hueso para contraatacar Dratini usó Pulso dragón, Marowak quedó debilitada.

    —Cuando vi que el ataque de Dratini te atravesaba —le empezó a decir tranquilamente mientras caminaba hacia ella lentamente— me di cuenta de que para hacerte daño tenía que atacar al mismo tiempo que tú te preparabas para atacar, ya que eres una fantasma, para que puedas hacer daño, tienes que materializarte de alguna forma, de otro modo tus ataques no nos harían daño, supuse que si nos atacabas, era porque en el momento de realizar tus ataques te materializabas, y entonces podías ser atacada… esquivaste el cabezazo de Dratini porque sabías que te iba a hacer daño, y cuando atrapaste tu hueso y te preparaste para luchar, volviste a materializarte para poder hacernos daño, así que le dije a Dratini que te contraatacara lo antes posible.

    Y acabando de decir eso, se agachó lentamente, la tomó entre sus brazos, y la empezó a curar con el Viridian mind.

    —Ahora escúchame —le murmuró suavemente—, tu hijo está bien, logró sobrevivir, pero está todo el tiempo triste, por ti, cree que estás triste también, y eso le entristece, ¿quieres que tu hijo viva triste toda su vida? —la Marowak lo miró —ya no tienes motivo para estar enojada, tu bebé está bien, y quiere que seas feliz.

    Marowak lo miró conmovida, y Rainbow sintió que había quedado en paz. En ese momento desapareció de sus brazos, y la niebla se dispersó, los ghost volvieron a ser pokémon normales. Rainbow se quitó el Scope Siph.

    —¿Pero qué demonios ha sido eso? —preguntó una voz desde el último piso.

    —La niebla se ha ido de repente —contestó otro, Rainbow se dio cuenta que había oído esas voces antes, las reconoció como de los miembros del Team Rocket, y esbozando una sonrisa macabra subió las escaleras.

    Al llegar pudo ver a un grupo de Rocket en el cuarto, todos ellos tenían Scope Silph, y Rainbow dedujo que eran los que le había dicho la líder en Azulona; a un lado estaba el señor Fuji inmovilizado.

    —¿Y tú quién diablos eres? —le preguntó enojado el líder al verlo.

    —¿Cómo que no sabes quién soy? —respondió aterradoramente Rainbow —¿Acaso tus amigos no te han hablado de mi?

    El líder por un momento se quedó mudo, se dio cuenta de que ese era el entrenador que les dio una paliza a sus colegas de Plateada, el monte Moon, el S.S. Anne, el centro comercial de Azulona, y en su propia guarida del casino.

    —¡A mí no me vas a asustar! —le gritó sacando un Golbat— Mis compañeros no pudieron vencerte, ¡pero yo si lo haré!… ¡Mordisco Golbat! —ordenó.

    Pero rápidamente el Golbat fue derrotado por un Megapuño de Mankey; los otros miembros sacaron sus pokémon, pero fueron abatidos sin problemas por el equipo de Rainbow, los rocket trataron de huir de ahí, pero fueron impedidos por Abra, que los teletransportó a algún lugar.

    —¿Qué les hiciste a mis hombres? —preguntó con miedo el líder.

    —Le ordené a Abra que los teletransportara lejos de aquí, ya que afuera hay mucha gente, y podrían verlos cuando salgan —luego le dio la señal a Ivysaur de que sujetara al rocket.

    —Ahora dime —le dijo atemorizantemente—, ¿qué es lo que planean hacer ahora que su base ha sido destruida?

    —No tengo idea —dijo aterrado el rocket—, yo solo vine aquí por órdenes del jefe, quería usar el poder del pokémon fantasma que controlaba a todos los pokémon de esta torre para controlar a todos los pokémon, por eso nos mandó aquí con los Scope Silph.

    —¿Y por qué trajeron al señor Fuji? —exclamó haciendo que Ivysaur apretara las lianas.

    —Lo encontramos cuando acabábamos a entrar, y como nos vio, decidimos llevarlo como rehén, supusimos que podría ayudarnos a capturar a ese pokémon fantasma.

    Rainbow lo miró macabramente por unos segundos, pero luego se calmó y bajó al rocket.

    —Dile a tu jefe, si es que lo vuelves a ver, que no puede huir siempre como un cobarde, como la última vez —y dicho eso, ordenó a Raichu ponerlo a dormir profundamente, a base de impactruenos, luego Abra lo teletransportó lejos.

    —Eso estuvo impresionante —exclamó el señor Fuji.

    —¿Se encuentra bien? — preguntó Rainbow.

    —No te preocupes, he visto peores —trató de responder el anciano con humor.

    —Aún hay algo que quisiera saber —añadió Rainbow—, ¿Cuándo venían hacia acá, encontraron al fantasma de la madre de Cubone?

    —Extrañamente no muchacho —contestó—, yo tampoco me explico el por qué no nos la encontramos, pero supongo que la razón por la que todo se calmó tan rápido —le dijo mirándolo— es porque tú sí la encontraste, y la calmaste, ¿no es así?

    —Sí —contestó Rainbow con algo de modestia—, exactamente así fue.

    —Pues entonces será mejor que volvamos a ver cómo anda todo —comentó alegremente el viejo.

    —Pero antes, hágame un favor —se apresuró a decir Rainbow—, no le diga a nadie de esos hombres que lo tomaron como rehén, quiero destruir su organización yo mismo, sin que la policía se meta en esto —el señor Fuji lo miró amablemente y asintió.

    Un rato después de comprobar que el pueblo había vuelto a la normalidad, Rainbow y el señor Fuji volvieron a la casa de voluntarios pokémon, donde cuidaban pokémon huérfanos. Al llegar, Rainbow fue directamente con el pequeño Cubone.

    —Alégrate amigo —le dijo tranquilamente— tu madre está feliz ahora, feliz de que estés vivo y te encuentres bien —pero el Cubone seguía triste, y no dejaba de llorar por su madre muerta. En ese momento una luz apareció en la habitación, y la figura de una Marowak con un aura resplandeciente apareció, Cubone reconoció a su madre, y con lágrimas en los ojos fue corriendo hacia ella y la abrazó con fuerza, ella también lo abrazó, y se quedaron un rato así.

    —¿Sabes si están diciendo algo? —preguntó el señor Fuji. En ese momento, Rainbow estaba muy conmovido para preguntarse cómo sabía el viejo que él podía entender a los pokémon.

    —Sí —contestó serenamente.

    —Mamá, estoy tan feliz de volver a verte, no te vayas nunca más.

    —Hijito, estoy tan feliz de que estés bien, pero no puedo quedarme contigo para siempre.

    —¿Por qué no mamá? —preguntó nervioso.

    —Debo partir, eso es lo que los espíritus deben hacer.

    —¡No te vayas por favor! —le rogó llorando

    —Yo siempre estaré contigo, te lo prometo —le dijo mirándolo a los ojos tiernamente.

    —Pero… ¿ya está feliz ahora mamá? —añadió algo más calmado.

    —Sí, ese entrenador, me hizo darme cuenta… es un excelente entrenador, deberías ir con él, llegarías muy alto.

    —¿En serio mamá?

    —Claro que sí, yo quiero lo mejor para ti.

    Se dieron un último gran abrazo, que pareció durar una eternidad, y Cubone y su madre lloraron juntos por última vez; un momento después, el espíritu de Marowak desapareció, esta vez para siempre, pero Cubone ya no lloraba, ya no estaba triste, estaba feliz de que su madre esté en un lugar mejor. Tranquilamente, se acercó a los pies de Rainbow.

    —¿Quieres venir conmigo Cubone? —le preguntó. Cubone le asintió amigablemente, Rainbow supo que en verdad creía en lo que le dijo su madre antes de irse.

    —Tal y como dijo tu madre —le dijo tranquliamente—, yo soy un excelente entrenador, soy el entrenador definitivo, conmigo te harás el mejor de tu especie, ¿seguro que quieres venir conmigo?

    Cubone solo le sonrió decididamente, Rainbow comprendió que en verdad estaba decidido, tomó una pokéball vacía, y tocó a Cubone suavemente con ella, capturándolo.

    —Bienvenido al equipo Cubone —le murmuró cariñosamente.

    Un rato después se preparó para volver a Azulona.

    —Adios joven entrenador —se despidió el Señor Fuji—, antes de que te vayas, quisiera darte esto como agradecimiento —le dijo entregándole una Pokeflauta. —Que tengas suerte en tu viaje.

    —Gracias viejo, tal vez me sirva para algo —le contestó algo indiferente—, pero antes aún tengo una pregunta… ¿Cómo supo que podía hablar con los pokémon? No recuerdo habérselo dicho.

    —Aurora me lo dijo —respondió sonriente el anciano.

    —¡Claro, Aurora! —exclamó— ¿cómo fue que no se me ocurrió?... bueno, como sea… adiós señor Fuji —dijo y se fue de ahí rápidamente.

    Rainbow pasó el resto del día caminando por la ruta 8 de nuevo, con sus nuevos pokémon afuera.

    —Empezaremos un entrenamiento especial para ustedes dos —le dijo a Gastly y a Cubone—, me temo que por ahora, no podrán enfrentar a nuestro siguiente líder de gimnasio, pero no se preocupen, todos tendrán la oportunidad de lucirse en algún momento, se los prometo —sus pokémon le sonriéron.

    Y así siguieron unos días de entrenamiento en la ruta 8, luego de eso volvieron a Azulona, para el siguiente entrenamiento de Rainbow contra la líder del gimnasio.

    Continuará...
     
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    Las faltas de tíldes y eso; por mi parte no ví tantos errores, sólo que aveces no pones algunas tíldes, pero lo demás lo veo todo muy bien, sigue siendo interesante la trama y el fic cada ves me gusta más, se hace cada vez más interesante e interesante por cada capítulo que pasa. Bueno espero que pongas pronto la continuación… por ahora me despido.
    Adiós ;D
     
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    Paralelo

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    Pokémon Rainbow: Kanto.
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    ¡Atención!
    El siguiente capítulo contiene lenguaje fuerte que puede resultar de mal gusto u ofensivo para algunas personas. Se recomienda discreción y ser leído por un público maduro según el contexto de toda la serie en general. Si de todas maneras parece demasiado, favor de comunicarse conmigo diciendo exactamente qué parte parece damasiado inapropiada u ofensiva, en cuyo caso haré las modificaciones apropiadas.
    Si se ofenden fácilmente con el lenguaje fuerte favor de abstenerse de leer. Gracias.


    ...Continuando
    Capítulo 26: Vs. Erika.
    si yo hubiera perdido… habría reconocido humildemente que tal vez, es verdad que no soy el entrenador definitivo"
    Rainbow

    Temprano en la mañana, después de su pequeño entrenamiento matutino, Rainbow se dirigió finalmente al gimnasio de Azulona después de tanto tiempo de postergarlo. Su rostro mostraba esa sonrisa maniática de cuando solo podía pensar en abalanzarse sin piedad contra su indefensa víctima. Sus pokémon rápidamente se habían acostumbrado a ese entrenador tan excéntrico.

    —¿Dónde puedo encontrar a la líder Erika? —preguntó calmadamente cuando llegó a las puertas del gimnasio, que parecía un autentico invernadero.

    —En estos momentos se encuentra en la arquería practicando su puntería —contestó la muchacha, que parecía ser una de sus alumnas.

    Sin perder tiempo, Rainbow se dirigió a la arquería. Ahí la encontró, en el fondo, con arco y flecha en mano, muy concentrada. A partir de aquí dejó sacar toda la arrogancia que tenía por dentro, en este instante, el Rainbow que todos odiaban a muerte apareció.

    —Así que tú eres Erika —le dijo acercándose lentamente.

    —Y tú debes de ser Rainbow —le contestó Erika muy calmadamente.

    —Esa Misty de seguro fue la que te avisó de mí.

    —Exactamente —respondió Erika sin dejar de practicar.

    —¿Sabes una cosa? —preguntó Rainbow mientras muy confiadamente, agarraba un arco y una flecha que estaban por ahí, y se puso a lado de Erika— Tú eres la líder de Kanto de la que más he oído hablar, tal vez demasiado —Erika tiró su flecha, la cual dio en el blanco.

    —¿Qué es lo que te han dicho de mí? —le preguntó tranquilamente mirándolo.

    —Que eres la hija de la familia más respetada de Azulona, desde pequeña fuiste entrenada en las artes florales y en pokémon de tipo planta, entre muchas otras cosas, además de ser desde tan joven, una de las mejores maestras en la prestigiosa universidad de Azulona —luego mirándola fijamente a ella con su mirada maliciosa, lanzó su flecha, la cual dio en el blanco sin siquiera apuntar.

    —Parece que te han dicho bien —contestó modesta.

    —Pero eso no es todo —continuó Rainbow—, lo más importante, eres un modelo de conducta y rectitud, el ejemplo de la perfecta moral, la entrenadora que nunca pierde la calma ni un momento, la líder amante de la naturaleza, con una mente imperturbable, pura hasta el alma, con una idea de la moral muy idealizada —Erika bajó su arco y lo miraba fijamente con modestia —… Pero —añadió Rainbow poniéndose arrogante—, en el fondo, estoy seguro de que no eres más que una Vulpix.

    Todos los reunidos en la arquería enmudecieron al oírlo hablar, pero Erika trató de permanecer inalterable.

    —Más aún —siguió—, serías incluso una Nintales, si tuvieras la oportunidad.

    Los sirvientes de Erika empezaron a mirarlo feo.

    —Mira como me ven tus sirvientes —le dijo suavemente—, de hecho, toda la ciudad querría matarme por lo que dije —Erika sonrió.

    —Yo también he oído hablar de ti —le dijo sonriendo levemente—, eres ese entrenador que tiene una increíble habilidad, que hasta ahora nadie ha sido capaz de debilitar a uno de tus pokémon, hasta donde se sabe, pero que a pesar de eso… se empeña en ser un arrogante desconsiderado —lo miró severamente—, no me importa lo que me hayan dicho, ¡sé que alguien como tú no puede ser considerado el entrenador definitivo! —le reprochó— Para mí, solo eres un grosero.

    —¿Grosero? —preguntó incrédulo Rainbow— ¿En serio llamarte una Vulpix te parece grosero? Eso no es nada —le contestó alejándose un poco.

    —De hecho… —dijo calmadamente, pero con una mirada verdaderamente malvada— por qué no vienes y me evolucionas el Caterpie, para que te la Metapod… Sé que te encantaría —todos los ahí reunidos lanzaron una exclamación, Erika se mantenía clamada.

    —¿No? —preguntó con falsa sorpresa Rainbow— ¿Qué te parece este?...Ataca mi Ekans con Lengüetazo.

    Los sirvientes estaban hartos de Rainbow faltándole al respeto a su amada líder, pero ella no parecía perturbarse.

    —¡Vaya! —exclamó Rainbow sarcásticamente— En verdad eres difícil de perturbar.

    —¿En serio crees que diciendo vulgaridades sin sentido vas a lograr algo? —Preguntó tranquila Erika, pero con cierto tono de desafío.

    —Todo lo que digo tiene una razón, yo nunca digo tonterías —contestó Rainbow arrogante.

    —Por lo visto —dijo Erika sacando una pokéball—, voy a tener que darte una lección de moralidad.

    —Tu moralidad me la paso por las pokebolas —contestó duramente Rainbow—, estoy seguro de que eres tan insignificante como todos los entrenadores que he aplastado, mejor deberías dedicarte a enseñar tus Milktank en las revistas —Erika guardó silencio seriamente.

    —Solo eres un grosero arrogante —dijo en voz baja—, ¡yo te voy a enseñar cómo tratar a una dama! —exclamó sacando un Bellsprout.

    —Así que quieres guerra —dijo Rainbow maliciosamente—, pues será mejor que te cuides las espaldas o mi Diglett usará Excavar en ti —dijo sacando a Ivysaur.

    —Voy a darte una lección —continuó Erika—, te voy a mostrar que no puedes tratar a la gente como te dé la gana, hay reglas en este mundo que no puedes romper.

    —Así que ya estás excitada, muy bien —dijo sonriendo malévolamente—, en esta libreta voy a apuntar el tiempo que tome en derrotarte, por favor, no termines antes de 3:04, o voy a quedar insatisfecho.

    Erika empezaba a perder la paciencia, pero esbozó una sonrisa de repente.

    —Hagamos una apuesta —le dijo calmadamente—, vamos a combatir, si pierdes, tendrás que hacer dos cosas, tendrás que decir en público, donde todos te oigan, y a toda voz, que no eres el entrenador definitivo que presumes, solo un fracasado entrenador arrogante, y serás uno de mis estudiantes y uno de mis asistentes personales, para que aprendas de mí.

    —De ti lo único que podría aprender es a soplar pokeflautas, si entiendes lo que quiero decir —le dijo groseramente—… pero bueno, decir esas palabras sería algo en verdad muy fuerte para mí… pero acepto.

    Erika lo miró tratando duramente de mantener la compostura.

    —Pero si yo gano —continuó Rainbow maléficamente—, en ese caso… tendrás que pedirme que te ** por ****.

    En ese momento todo el ambiente estaba al borde de la histeria.

    —Señorita, no se rebaje a luchar contra ese entrenador tan grosero —le dijo preocupado una de sus ayudantes. Erika también estaba algo perturbada.

    —¿Qué sucede pequeña Vulpix? —le respondió Rianbow— ¿se te espantó el Cloyster por el tamaño de mi Onix?

    —¡Acepto! —exclamó confiada— de todos modos no voy a perder contra ti.

    —En ese caso —contestó Rainbow con una cara completamente malévola—, lo primero es sacarme el Onix y mis dos Electrode —dijo enviando a Ivysaur.

    —Para hacer esta apuesta más justa —añadió Rainbow—, te daré la oportunidad de que me ganes si solo derrotas a uno de mis pokémon, pero yo sí derrotaré a todos los tuyos —dijo desafiante.

    —Hazlo como quieras —Erika ya estaba a perdiendo la paciencia, y lo único que le importaba en ese momento era enseñarle a Rainbow a respetar a la gente—, vamos a ver si como roncas duermes.

    —¿Pero por qué todo el mundo usa esa analogía de dormir y los ronquidos? —preguntó algo fastidiado— pero bueno, empecemos.

    El cronómetro comenzó.

    —¡Bellsprout, Ácido! —Ordenó.

    —Mi Metapod necesita endurecerse primero, o no habrá diversión —exclamó groseramente Rainbow.

    Ivysaur esquivó el ácido y contraatacó con látigo cepa, con el cual lo alzó en el aire justo por encima de él, dejándolo inmovilizado, al mismo tiempo usó Drenadoras, de manera que el Bellsprout empezó a perder energía.

    —¡Bellsprout, libérate con Hoja afilada! —Pero a pesar de que el ataque lograba darle a Ivisaur, éste no se movía, sino que apretó con más fuerza a Bellsprout, hasta que eventualmente se agotó.

    —¿Pero cómo pudo ser? —exclamó sorprendida Erika. Rainbow sonrió macabramente.

    —Ya terminaste una vez —dijo cambiando a Ivysaur por Butterfree—, ¿quieres cambiar de posición? —preguntó groseramente.

    Erika retuvo su ira, que poco a poco iba creciendo, y sacó una Tangela.

    —¡Vaya, una Tangela! —exclamó Rainbow— debes divertiré mucho con ella y sus Látigos cepa en la noche ¿no? —añadió burlonamente.

    Erika se dio cuenta de que Rianbow era un entrenador de cuidado, y que debía planear bien lo que iba a hacer.

    —¡Tangela, Atadura! —el ataque envolvió completamente a Butterfree, pero se mantuvo volando.

    —Tranquila Vulpix —le dijo Rainbow—, es la segunda ronda, hay que ir más despacio, primero hay que usar Lengüetazo en tu Cloyster para prepararlo para el ataque —Buterfree empezó a volar con Tangela sujetada a él, y empezó a golpearla contra las paredes.

    —¡Polvo veneno! —ordenó Erika. Pero no le hizo efecto a Butterfree, y siguió volando.

    —¿Pero por qué no le afecta? —preguntó incrédula.

    —Vamos nena —exclamó Rainbow—, no me dejes todo el trabajo a mí, muévete un poco más —dijo vulgarmente.

    —¡Látigo cepa! —ordenó Erika tratando de idear otra estrategia. Buterfree empezó a aguantar valientemente los golpes que le daba Tangela en el aire, y se mantuvo volando.

    —Parece que ya estás preparada —comentó Rainbow malévolo—, pues entonces, ¡es momento de que mi Diglett use excavar en tu Cloyster! —gritó mientras rápidamente, Buterfree empezó a dar vueltas rápidamente para crear energía centrífuga, y debido a eso Tangela se soltó, pero antes de tocar el suelo Butterfree atacó con Paralizador, de manera que Tangela no pudo caer bien, haciéndose daño, pero antes de que nadie pudiera reaccionar, Butterfree volvió a atacar con un poderoso Psicorayo, y Tangela quedó debilitado.

    —¡No! —exclamó Erika al ver que solo le quedaba un pokémon, e irremediablemente empezó a perder la compostura, pues las cosas no le estaban saliendo como planearon.

    —¡Uff! —exclamó Rianbow—, ya terminaste dos veces, al parecer tenía razón, será mejor que dejes todo esto y aceptes que perdiste —añadió arrogante.

    Erika ahora sí se sentía completamente enojada, no solo se había encontrado con un entrenador grosero y vulgar, sino que ese entrenador grosero y vulgar le estaba dando una paliza, y ella no estaba dispuesta a permitirlo, ese entrenador había tocado su punto más sensible, su moral. Incluso sus sirvientes y sus ayudantes empezaban a temer lo peor, nunca habían visto a la líder tan enojada.

    —¡Ve Vileplume! —gritó sacándolo.

    —¿Así que aún quieres más? —preguntó Rainbow sarcástico—, si que eres una golosa, es hora de preparar mi Metapod de nuevo —dijo sacando a Wartortle.

    —¡Megaagotar! —ordenó Erika sin perder tiempo. El ataque afectó bastante a Wartortle, pero siguió en pie. Rainbow no decía nada, solo se quedó mirando maliciosamente.

    —¡Danza pétalo! —ordenó Erika aprovechando que al parecer Rainbow no decía nada, y lo vio como la oportunidad que buscaba, pues solo debía derrotar a uno de sus pokémon para ganar.

    Vileplume hizo el ataque, y atacó a Wartortle violentamente durante tres turnos sin que Wartorlte pudiera esquivarla, al final quedó confundido y muy débil. Erika sonrió creyendo que al fin podría enseñarle a ese cretino. Pero Rainbow le contestó riéndose.

    —¿Qué es tan divertido? —le preguntó Erika.

    —¿En serio crees que me vas a ganar? —contestó arrogante— solamente estoy dejando que seas tú la activa en este momento… pero —la miró malévolamente— no por mucho tiempo.

    En ese momento Wartortle con una gran velocidad, se liberó de la confusión, y empezó a atacar con Golpe cuerpo a Vileplume, acompañado con Arañazo. A pesar de que Erika le ordenaba contraatacar, la velocidad de Wartortle era tan grande que no se lo permitía, hasta que Vileplume quedó muy débil. Rainbow se veía cada vez más y más extasiado.

    Erika se empezó a preocupar, así que recurrió al mejor ataque que podía usar contra un tipo agua.

    —¡Rayo solar! —ordenó, y Vileplume empezó a cargar luz del sol.

    —Ha llegado el momento del clímax —expresó Rainbow extasiándose.

    —¡Ahora ataca Vileplume! —le ordenó al acabar de cargar luz de sol.

    —¡Es hora de que mi Gyarados use Hidrobomba en tu túnel Roca! —exclamó Rainbow completamente extasiado. Wartortle se preparó.

    En ese momento Vileplume usó un poderoso Rayo solar, el cual le dio de lleno a Wartortle, y Erika sonrió pensando que había ganado. Pero el Rayo solar no se había detenido todavía cuando Wartortle, que habiendo usado Aguante antes de recibir el Rayo solar, dio un gran salto desde donde había caído el Rayo hasta donde se encontraba Vileplume, y usó un poderoso Salmuera. LaVileplume no pudo hacer nada, y a pesar de ser tipo planta, el ataque fue tan poderoso que cayó completamente desvanecida. El cronómetro se detuvo.

    Erika cayó de rodillas incrédula, toda la gente alrededor no lo podía creer.

    —¡Así es como se hacen las cosas! —exclamó Rainbow arrogantemente, llamó de vuelta a Wartortle y levantó la pokeball en el aire mirando maliciosamente a Erika— ¡Por el poder de Articuno, mi ***** y tu **** serán uno! —gritó burlándose terriblemente.

    Erika estaba en shock, y sus ayudantes trataban de consolarla.

    —¡Wow! —continuó Rainbow— tu tiempo fue de 5:00, tomando en cuenta que utilizaste tres pokémon e intentaste hacer buenas estrategias supongo que es un buen tiempo para ti… Ahora dame mi medalla, Vulpix —le exigió pesadamente.

    Pero Erika estaba tan impactada que no se pudo mover, así que una de sus ayudantes tomó la medalla, y con desprecio la arrojó a los pies de Rainbow, el cual la tomó y la colocó en su cajita de medallas.

    —Vamos no te pongas así —le dijo al ver como estaba, pero Erika no reaccionaba. Entonces Rainbow se puso algo serio.

    —Escúchame bien —le dijo con un poco de seriedad—, eres una buena contrincante, estoy seguro de que si reunieran a todos los líderes de la región tú serías buena candidata para liderarlos, bueno… aún no los combato a todos, pero supongo que podría ser así —pero ella no se movía, y todos los demás lo miraban con desprecio.

    —Yo represento —continuó— todo lo contrario a lo que tú entiendes como lo correcto, y aún así te superé, para que aprendas que no importa que seas la mejor de la ciudad, que tengas sirvientes, que sepas tantas cosas, que vengas de una importante y rica familia, o que seas una de las personas más conocidas, respetadas, y admiradas, aún así eres una Vulpix… pero que siempre puede ser mejor —le dijo con tono amable, y se dio media vuelta para irse.

    —Por cierto —dijo deteniéndose bruscamente—, aún hay algo que me tienes que decir —la miró maliciosamente.

    Todos miraron a Rainbow con ganas de matarlo, pero también miraron a Erika preocupados, la pobre al oír eso, se quedó tiesa como una roca, pues recordó que había hecho un trato que ella misma había propuesto, y ahora tenía que pagar las consecuencias de haber perdido, así que en una voz muy baja, dijo las palabras que tenía que decir.

    —¿Qué dijiste? —preguntó Rainbow— no te oí nada.

    Erika lo miró nerviosa.

    —Tú me dijiste que si perdía, tenía que decir que solo era un entrenador fracasado y reconocer que solo soy un presumido arrogante y no soy el entrenador definitivo en voz fuerte para que todos me oigan —le dijo Rainbow rudamente—, ahora tú también, que todos puedan oírte.

    Erika y todos los presentes se quedaron paralizados, Erika no quería, pero tenía que hacerlo, ya que lo había prometido. Así que se armó de coraje.

    —**** por **** —dijo con voz fuerte y clara, de manera que todos la oyeron. De inmediato cayó al suelo y se puso a llorar, sus ayudantes trataron de calmarla; todos veían a Rainbow con una furia asesina, pero nadie se atrevía a hablarle.

    Rainbow tranquilamente empezó a alejarse, luego se detuvo y la miró amablemente.

    —Nunca doy lo que me piden —contestó indiferentemente y se alejó—, si quieres consolarte… usa los Látigos cepa de tu Tangela esta noche —añadió groseramente y salió del gimnasio.



    —¿Creen que fui muy duro con ella? —le preguntó a sus compañeros cuando se alejaron del gimnasio; al parecer, a muchos sí le pareció que fue demasiado duro.

    —Tenía que hacerlo —añadió—, fue difícil perturbarla, me gusta saber hasta qué nivel la gente es capaz de controlar su propia mente, en el caso de Erika, pude percibir que aunque daba una imagen de grandeza, de modestia y de perfección moral, por dentro ella se sentía algo soberbia por todo eso, en algún aspecto se sentía superior aunque no lo manifestara… yo le di una lección, y si yo hubiera perdido… habría reconocido humildemente que tal vez, es verdad que no soy el entrenador definitivo.

    Después de relajarse un rato caminando, Rainbow sacó su nueva medalla y la contempló.

    —Así que esta es la medalla Arcoiris… que raro… de repente me siento algo extraño de tener una medalla con tal nombre… —Y siguió su camino como si nada hubiera pasado, volviendo a una forma más serena y calmada.

    —Suficientes vulgaridades por hoy —finalizó mirando contento a sus pokémon, los cuales le devolvieron la sonrisa.

    Continuará...
     
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  12.  
    MrJake

    MrJake Game Master

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    Madre mía O.O Realmente es preocupante que un niño de 11 años diga tantas barbaridades. Rainbow sabe demasiado para su edad... de todas formas, no me gustó nada la actitud de Rainbow. Realmente se ha pasado, la pobre Erika no se merecía recibir esa humillación ni oír esas groserías. En fin, así es "el entrenador definitivo".
    Sí que tengo que decirte que aunque el capítulo es bastante fuerte has sabido "suavizarlo", con esto quiero decir que técnicamente no has utilizado ninguna palabra malsonante ni nada por el estilo... al utilizar nombres de pokémons, no has dicho nada grosero, todo radica en la imaginación perversa (?) de los lectores. No tiene porqué significar lo que parece (o sí(?))En ese aspecto, lo has hecho muy bien.
    Bueno, errores no vi casi ninguno. Creo recordar que escribiste Villeplume, y es Vileplume, con una sola "l".
    Nada más por ahora, ¡sigue publicando! GL.
     
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  13.  
    Poikachum

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    Bueno, un capítulo más y otra medalla ganada. La verdad no pensaba que sería tan fuerte el lenguaje jeje. No he visto casi ningun error, solo el que te ha dicho GL. Aunque muchos me odien me gusta la forma de ser de Rainbow, su frialdad, seriedad, arrogancía y superioridad es como el poder y más cuando ganas.
    Hasta la conti!!!
     
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  14.  
    Paralelo

    Paralelo Viajero dimensional

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    Pokémon Rainbow: Kanto.
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    ...Continuando


    Capítulo 27: El camino de bicis.
    me gusta ser desconcertante, es lo que más me caracteriza"
    Rainbow


    —De hecho —dijo Rainbow del otro lado del telecominicador—, solo le llamaba para decirle, que a pesar de lo ocupado que he estado, no he descuidado su pokedex —dijo sacándola y mostrándosela a Oak, muy malhumoradamente.

    —Me alegra oírlo —le respondió Oak—, pero aún me parece que estás algo de mal humor.

    —Para nada —contestó Rainbow—, de hecho acabo de capturar un Snorlax hace poco —dijo mostrándoselo dentro de su pokeball.


    ***FLASHBACK***

    Después de su victoria sobre Erika, Rainbow se dirigió hacia la ruta 16 para ir a ciudad Fucsia por la ruta 17, pero se dio cuenta de que había muchos entrenadores reunidos, se veían algo enojados. A lo lejos pudo ver que la causa era un enorme Snorlax durmiendo en medio del camino, obstruyendo el paso de la ruta.

    Los entrenadores trataron de despertarlo como sea, pero el Snorlax no se movía. Sin querer perder tiempo en explicaciones Rainbow sacó la pokéflauta que le regaló el señor Fuji en Lavanda, y se puso a tocarla, la música despertó al Snorlax, quien atacó a Rainbow, el cual calmadamente sacó a Gastly y le hizo frente; después de una corta batalla Rainbow lo capturó, se acercó a él, y le dijo el típico discurso que solía hacer, todo esto muy silenciosamente ante la mirada de todos los entrenadores.

    —¿Por qué no solo lo atrapaste cuando estaba dormido? —le preguntó uno en el momento en que Rainbow se marchaba.

    —¿Qué mérito hay en atrapar un pokémon sin luchar? —contestó indiferentemente y siguió su camino.

    ***FIN DEL FLASHBACK***


    —Pero cuando llegué a la ruta 17 —continuó Rainbow— resultó que era solo una ruta para bicicletas, así que tuve que volver volando a la tienda de bicis de Ciudad celeste, y cambiar el cupón que me dio el viejo de ciudad Carmín y volver aquí… fue un fastidio —añadió con coraje.

    —Bueno —contestó Oak—, al menos ya puedes usar Vuelo para no tener que caminar.

    —De hecho —siguió Rainbow—, justo antes de la ruta 17 había otro camino, lo seguí para ver que había, y resulta que había una casa, entonces un extraño salió y me pidió que no revelara su ubicación… como si fuera alguien importante… me dio la MO Vuelo, y se fue… ¿qué le pasa a la gente de este mundo?... sea como sea, no me gusta volar, prefiero caminar y aprovechar para entrenar, sobre todo si voy a un lugar al que nunca he ido antes…

    —Bueno —interrumpió Oak—, pero supongo que en realidad no me llamaste solo para quejarte, o para presumirme tu nueva medalla, o tu nueva captura, o para decirme algo tan banal para ti como lo es la pokedex… —le dijo Oak con tono sospechoso. Rainbow lo miró seriamente.

    —¿Ha sabido algo de Aurora? —preguntó con algo de vergüenza.

    —Así que es sobre Aurora… la última vez que supe de ella, fue cuando pasó lo de la torre pokémon en Lavanda, después creo que volvió a ciudad Plateada, la verdad no estoy muy al tanto de su agenda ni de lo que anda investigando.

    —Creí que usted era su jefe —inquirió Rainbow algo desconcertado.

    —Nadie es completamente jefe de alguien que se dedica a los misterios —contestó Oak—, ni siquiera sé si sus superiores en Almia están en contacto con ella.

    —Bueno, ya tengo que irme profesor —exclamó Rainbow repentinamente.

    —Bueno —dijo alegremente Oak acostumbrado al modo repentino de Rainbow—, llámame cuando llegues a tu siguiente ciudad —y colgó.




    —No es por nada —le dijo Rainbow a sus pokémon cuando se dio cuenta que les sorprendió su repentina despedida con el profesor Oak—, simplemente quisiera saber cómo está Aurora… si ese viejo no tiene idea pues no hay nada más que decir —dijo bruscamente y siguió su camino.


    Ya habían llegado a la entrada del Camino bicis de la ruta 17, era verdaderamente uno de los puentes más largos del mundo, se extendía desde Azulona hasta Fucsia cruzando el mar, a la derecha se veían muy lejanos el Pueblo paleta y Ciudad verde, a la izquierda ciudad Carmín, muy a lo lejos en el horizonte. Una autentica maravilla de la arquitectura de Kanto, se había construido como una vía alterna entre la región norte y la región sur de Kanto, pero aún así era menos usada que la ruta 12, excepto por entrenadores.

    Un rato después llegaron a la parte donde empezaba la cuesta abajo hasta Fucsia, más de un día completo de ir cuesta abajo sin más que unos pequeños lugares para descansar.

    —¿En qué estaban pensando los que construyeron este puente? —se preguntó Rainbow fastidiado.

    Sin embargo un rato después comenzó a escuchar un alboroto, y a lo lejos vio a un grupo de Motoristas y Calvos haciendo barullo, Rainbow quiso pasar de ellos, pero pensó en que probablemente estuvieran molestando a alguien, pues ya se había encontrado con algunos de esos en la ruta 8. Al acercarse en efecto vio, que los delincuentes se encontraban con sus motos rodeando a una asustada niñita, y enojado, envió rápidamente a Abra, Mankey y a Jynx, los cuales encararon a los bandidos.

    —¿Quién demonios te crees que eres? —exclamó uno de ellos al darse cuenta de Rainbow— ¿cómo te atreves a meterte con la Federación de Motoristas de Kanto?

    —¿Federación de motoristas de Kanto? —preguntó sarcásticamente Rainbow— debe ser un club tan patético que solo se dedica a molestar a las niñitas… ¿es que no te puedes meterse con alguien de su tamaño? —dijo burlonamente.

    —¡Mira quién lo dice! —expresó el líder— un niñito en una bicicleta, vete de aquí o saldrás llorando con tu mamita —todos empezaron a reír. Rainbow de nuevo puso su mirada maniática que tanto aterraba a la gente.

    —Este niñito en bicicleta —respondió macabramente los va a hacer llorar como niñitas.

    En ese momento sus tres pokémon se abalanzaron sobre los bandidos, los cuales enviaron rápidamente a sus pokémon, la mayoría eran Grimmer, Growhlite, Voltorb o Koffing, y eran muchos contra tres, pero aún así, los pokémon de Rainbow los aplastaron a todos.

    —Y justo a tiempo —exclamó Rainbow orgullosamente mientras veía como Mankey evolucionaba en Primeape, y Abra se convertía en Kadabra.

    Inmediatamente Kadabra usó confusión sobre todos los criminales, levantándolos en el aire y sacándolos del puente, suspendiéndolos sobre el agua.

    —¡Espera, no nos sueltes! —le rogó el jefe.

    —¿Qué sucede? —dijo Rainbow maliciosamente— ¿ya te dieron ganas de llorar?

    —Nosotros no hicimos nada malo aquí.

    —¿A qué demonios te refieres? —preguntó Rainbow algo fastidiado.

    —A nosotros esa niñita nos estafó —le respondió sinceramente el jefe. Rainbow volteó a verla, pero ella ya se había ido.

    —Nos vendió pociones, elíxires entre otras cosas que ya no servían o estaban caducadas, perdimos más de 10.000 pokedólares por eso.

    Rainbow los miró atentamente, y no vio mentira en ellos, se sintió algo mal por todo lo que había pasado, pero también recordó que sin importar quién fue la víctima ahí, aquellos eran Motoristas y Calvos, eran delincuentes despreciables, y de todas maneras no los iba a liberar así como así. Lentamente, se acercó hacia ellos mientras aún estaban suspendidos en el aire, y le dio un billete de 10.000 pokedólares al líder, el cual creyó que los iba a dejar libre.

    —Yo me encargaré de esa niña —les dijo marchándose—, pero aún así les advierto —continuó severamente— que su organización es despreciable, así que si se vuelven a cruzar en mi camino, sentirán mi ira —y antes de que alguno pudiera decir algo, Kadabra los arrojó por la borda, Rainbow continuó su camino como si nada.

    Después de un rato de seguir por el camino de bicis finalmente Kadabra logró encontrar de nuevo a la niña, había huido a toda prisa aprovechando la intervención de Rainbow, y se había escondido, algo que lo tenía bastante molesto.

    —Así que tú eres la estafadora —le dijo mientras se acercaba a ella lentamente.

    —Lo siento, no sé de qué estás hablando —contestó coquetamente—, pero si quieres, te puedo vender unos cuantos accesorios para tus pokémon —continuó cínicamente.

    —¿Crees que soy idiota? —replicó molesto Rainbow, y de inmediato sacó a Gastly, lo cual empezó a aterrar a la niña.

    —¡Ah! Tú eres ese que me ayudó con esos bandidos —le dijo algo nerviosa y echándose para atrás.

    —Sí —contestó Rainbow—, y te salve esa vez, pero además pagué lo que les robaste.

    —Pues muchas gracias —respondió tratando de mantener cínicamente una actitud despreocupada y coqueta —, pero lo siento —dijo agarrando una pokéball—, no tengo tiempo para darte las gracias —y de inmediato sacó una Jigglypuff.

    —¡Canto! —ordenó la niña. Jigglypuff usó el ataque pero Gastly no se durmió.

    —Buen intento niña —contestó Rainbow maliciosamente—, pero aún te falta mucho para estar a mi altura —dijo y luego Gastly los levantó a los dos en el aire con confusión.

    —Vamos chico —exclamó la niña tratando de mantener la calma—, no lastimarías a una niñita como yo —añadió haciéndose la inocente.

    —No te preocupes —continuó Rainbow—, solo quiero que me des el dinero que pagué —dijo arrebatándole su bolso y hurgando en él.

    —¡Oye, no toques eso, eso es un ataque al bien ajeno! —se quejó cínicamente.

    —Solo quiero esto —dijo Rainbow agarrando el dinero y le ordenó a Gastly soltarlos.

    —Ese es mi dinero —replicó la niña.

    —Era dinero robado —contestó Rainbow—, no importa que haya sido con esos delincuentes, tú fuiste la que se metió con ellos.

    —Pero seguramente ellos habían robado ese dinero —se defendió la niña.

    —Tal vez, pero de todas maneras les devolví el dinero por una razón —respondió con un aire misterioso—, eventualmente los volveré a encontrar, cuando lo haga los voy a destruir y a quitarles todo, así que mientras tanto, mientras esperan su destrucción, los dejaré tranquilos… por eso les devolví el dinero, me gusta ser desconcertante, es lo que más me caracteriza.

    La niña lo miraba algo incrédula, y muy desconcertada.

    —Pero de todas formas —siguió—, necesito mi dinero de vuelta, así que lo tomo de una estafadora… pero no te preocupes, ya no me importa si quieres estafar a la gente, no te detendré —dijo listo para marcharse—, ahora tengo dos organizaciones que destruir.

    —¡Espera un momento! —gritó la niña.

    —¿Qué es lo que quieres? —preguntó Rainbow fastidiado.

    —¿Puedo ir contigo hasta el fin del camino? Hay muchos entrenadores en esta ruta a los que he estafado, y podría tener problemas —dijo inocentemente la niña.

    —¿Por qué no te vas volando con tu Jigglipuff?

    —¿Ir volando con mi Jigglipuff? —preguntó confundida la niña.

    —¿Cómo es posible que no sepas lo que tus pokémon pueden hacer? —replicó incrédulo Rainbow— solo tienes que ordenarle que se infle como un globo lo más grande que pueda, luego solo te subes en él y empiezan a flotar en el aire… no es muy veloz pero sí es efectivo y silencioso.

    —¿En serio? —exclamó la niña— voy a intentarlo.

    Entonces su Jigglipuff empezó a inflarse lo más grande que pudo, y efectivamente empezó a flotar con la niña encima.

    —¡Qué bien! —exclamó— Ahora me dirijo a la ruta 12, quiero atrapar un Ditto, me será bastante útil —dijo mientras se alejaba lentamente, Rainbow iba en su bici detrás de ella.

    —Si vas a seguir dedicándote a estafar —expresó Rainbow indiferentemente— un Ditto sería una buena idea para ti, pero también te recomiendo que en el futuro busques un pokémon de tipo agua, tal vez… — y empezó a pensar en el niño que había conocido en la ruta 1— Incluso puedas conseguir un pokémon con el profesor Oak de pueblo Paleta… un Squirtle haría juego con tu vestido.

    —¿Profesor Oak de pueblo Paleta? —preguntó la niña alejándose lentamente.

    —¡Ah! No es nadie —se apresuró a decir Rainbow y apretó el paso.

    —Hasta luego —se despidió la niña—, y por cierto… me llamo Blue —añadió coquetamente.

    —Como si me importara —dijo Rainbow en voz baja.

    —¿No vas a decirme tu nombre? —preguntó Blue algo contrariada.

    —Soy Rainbow ¿contenta? —le respondió de mala gana.

    —Adios Rainbow —se despidió giñándole el ojo— espero que nos veamos de nuevo —finalizó mientras volteó hacia el este, y se dirigió hacia la ruta 12.

    —Espero no volver a encontrarme con este tipo de niños tan extraños mientras sigo en Kanto —expresó Rainbow a sus pokémon y siguieron su camino.


    Después de un largo recorrido por el camino de bicis, finalmente salieron de él bien entrada la tarde. Rainbow pasó el resto del día y parte de la noche entrenando en la ruta 18, en especial a su nuevo Snorlax, y a la mañana siguiente, llegaron a ciudad Fucsia, el siguiente destino.

    Continuará...
     
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    ... Continuando
    Capítulo 28: La zona safari de ciudad Fucsia.
    es lo malo de ser el entrenador definitivo, casi no hay retos que valgan la pena"
    Rainbow



    Inmediatamente entrando a ciudad Fucsia, Rainbow se dirigió a buscar el gimnasio, pero no podía encontrarlo, y pasado medio día de ir de un lugar a otro sin hallarlo se desesperó.

    —¡Nadie en esta ciudad sabe dar una simple dirección! —se quejó— nunca había tardado tanto en encontrar el gimnasio, como si quisieran esconderlo intencionalmente…

    En ese momento en que se encontraba distraído en su frustración, chocó con una persona.

    —Disculpe señor —se disculpó de mala gana, pero el señor empezó a hacerle señas de algún tipo.

    —¡Nhezsheyzitho hayiuhdah! —dijo el hombre.

    —¿Qué? —preguntó consternado.

    —¡Vhehv halha szhonahaash afharih!

    —No comprendo nada de lo que dice —exclamó impaciente. Pero el tipo se limitó a señalarle hacia un lugar.

    En ese momento vio lo que parecía ser un grupo de gente reunida a la entrada de lo que parecía ser una especie de zoológico pokémon, y movido por la curiosidad, fue a ver qué pasaba, además de preguntar por la dirección del gimnasio, se fue dejando al hombre lanzando más frases incomprensibles muy despreocupadamente.

    —¡Bienvenidos jóvenes entrenadores! —dijo el que parecía ser el encargado del lugar— Solo por hoy la zona safari de ciudad Fucsia abrirá sus puertas para que los entrenadores puedan entrar libremente, como saben, nosotros nos manejamos por un sistema en el cual no permitimos que los entrenadores metan a sus pokémon, y solo pueden visitar la zona safari dentro de nuestro propio sistema de movilidad acuático… pero solo por el día de hoy, se les dará la oportunidad de inscribirse al concurso de la zona safari…

    —¿Concurso? —pensó Rainbow con curiosidad.

    —…Nuestro concurso consiste en que tienen que encontrar una pequeña cabaña escondida en algún lugar de toda la zona, el que la encuentre primero se llevará un invaluable premio sorpresa —continuó entusiasmado el organizador. Todo el mundo se veía dispuesto y preparado para el concurso.

    —¿Qué les parece si lo intentamos? —le preguntó a los pokémon de su cinturón en X, los cuales también parecían tener curiosidad.

    —Las formas para inscribirse están aquí —dijo repartiendo unos papeles—, para poder inscribirse solo deben pagar 500 pokedólares cada uno, pero bien vale la pena el premio… pero eso sí, la única regla es que si quieren capturar algún pokémon, deben hacerlo solo con nuestras Safari ball…

    De inmediato, un enorme número de entrenadores, entre los cuales se encontraba Rainbow, hicieron fila para entrar en la zona safari, y después de organizarlos, estuvieron listos para comenzar.

    —¡Bien jóvenes entrenadores! —exclamó el anfitrión— recuerden que esta es una oportunidad única, cada uno tiene hasta 30 safari ball…

    —Yo ni siquiera tengo pensado capturar nada —pensó Rainbow algo fastidiado.

    —Y no hay tiempo límite para encontrar la cabaña —continuó—, les puede tomar una hora… tres horas… un día… tres días… a penas alguien llegue la alarma sonará y el concurso habrá terminado.

    Todos se veían entusiasmados, se veía que ninguno estaba dispuesto a perder.

    —Pobres perdedores —dijo Rainbow en voz baja y con cara maliciosa—, no se imaginan que el entrenador definitivo se encuentra entre ellos —murmuró sonriendo orgullosamente.

    —Pero hay una cosa más… —exclamó de repente el organizador, y todos se cayaron— la zona safari es un lugar muy peligroso —dijo muy seriamente—, solo los mejores entrenadores pueden andar sueltos por ella, si están aquí es bajo su propia responsabilidad, cualquiera puede retirarse cuando lo desee, el lugar está lleno de cámaras y micrófonos, así pues estaremos al tanto de sus actividades…

    —Y además —interrumpió otra persona—, sepan que todo el evento será transmitido por televisión a todo Kanto…

    Hubo una exclamación general, algunos estaban entusiasmados, otros nerviosos.

    —¿Televisión? —dijo Rainbow en voz baja— Odiaría salir en televisión —miró a sus amigos, y supo que no podía retirarse tan fácil, además sería una oportunidad para entrenarlos con pokémon fuertes —, pero esta vez, ni modos —murmuró resignado.


    Un rato después, dieron la alarma, y el tiempo comenzó, los entrenadores salieron en todas direcciones adentrándose en la enorme zona safari.

    Pasó mucho rato desde que habían comenzado, y desde la televisión se podía ver los progresos de los jóvenes entrenadores, Rainbow por su cuenta, evitaba las cámaras lo más que podía, y le pareció ridículo que se molestaran en instalar cámaras por toda la jungla, eventualmente se estropearían, pero no le prestó importancia y siguió en busca de la cabaña.

    Las horas pasaron, y la alarma que indicaba el fin del concurso no sonaba, muchos entrenadores ya se habían rendido a causa de los ataques de los pokémon salvajes, y ahora, muy pocos permanecían en la jungla. Pero Rainbow no se quejaba, después de todo, tanto entrenamiento le hacía bien a sus pokémon.

    —Esto se pone aburrido —exclamó Rainbow—, es lo malo de ser el entrenador definitivo, casi no hay retos que valgan la pena… de hecho —dijo pensativo—, me preguntó qué estará haciendo ahora el Team Rocket justo ahora —y empezó pensar que al menos los rocket le daban algo de emoción a su vida en Kanto. Pero no pudo pensar mucho tiempo ya que algo en el camino llamó su atención; ahí en el suelo, había algo brillante y dorado.

    —¿Dientes de oro? —preguntó consternado— ¿A quién se le habrán perdido en medio de la jungla? —pero al parecer no había nadie más por ahí, y luego se dio cuenta de que estaba justamente enfrente de una de las cámaras, y por un momento pensó que, quizá, Aurora podría estar viéndolo en ese instante por televisión, así que un poco movido por la vergüenza, envió a Snorlax a destruirla, y siguió su camino.

    Ya entrada la tarde y a punto de anochecer, Rainbow subió a la montaña más alta de toda la zona safari, ahí liberó a Pidgeotto para que intentara buscar la cabaña desde el aire, pero la espesura de los árboles no le permitían ver nada. Resignado, volvieron sobre sus pasos, pero un momento después se dieron cuenta de que había un camino escondido que no habían visto antes, se encontraba plagado de Nidoking y Victribell, entre otros pokémon, Rainbow simplemente se abrió paso entre ellos con sus pokémon.

    —Lo siento amigos —les dijo a los pokémon que se encontraban desvanecidos en el suelo—, no es personal, solo que tengo prisa.

    —Más vale que el premio sorpresa valga la pena, como sea otro premio absurdo siento que voy a… —se dijo así mismo el resto del camino.

    Y al fin su esfuerzo dio frutos, pues al final de ese camino oculto se encontraba la cabaña.

    —¡Felicidades! —exclamó la persona que se encontraba ahí dentro— Tomó mucho tiempo, pero al fin llegaste, eres el ganador de nuestro premio sorpresa.

    —Qué bien —dijo Rainbow muy desanimado— ¿qué es lo que he ganado?

    —Has ganado la MO surf —exclamó entregándosela alegremente y haciendo sonar la alarma— disfrútala.

    Rainbow, al ver el premio, y viendo que era solo un ataque que él mismo pudo haber enseñado a sus pokémon, se llenó de coraje por el tiempo perdido, pero se calmó al pensar que al menos, sus pokémon habían entrenado bien, y estaban más que listos para ir a por el siguiente líder. Luego, sin prisa y con mucha tranquilidad, volvió volando en Pidgeotto hasta la entrada de la zona Safari. Ahí había gente esperándolo, así como cámaras de televisión.

    —¡Felicidades joven entrenador! —exclamó el dueño, y empezó a soltar todo un discurso que aburrió a Rainbow tremendamente, y estaba a punto de irse así sin más cuando apareció el mismo sujeto con el que se había encontrado antes de entrar al concurso, y empezó a hablar su extraño idioma que nadie comprendía.

    —Él es el Guardia principal de la zona safari —explicó el jefe—, pero desde que perdió sus dientes de oro en algún lugar de la zona no se le entiende nada de nada.

    —¿Dientes de oro? —preguntó Rainbow— ¿se refiere a estos? —dijo sacando los dientes que había encontrado hace un rato, y sin esperar más, el hombre se los arrebató y se los puso.

    —Muchas gracias joven entrenador— exclamó contento el guardia—, no podía hablar sin ellos, ahora gracias a ti puedo volver a trabajar.

    —¿Entonces usted quería a alguien que entrara en la zona safari para encontrar sus dientes? —preguntó Rainbow algo fastidiado.

    —Sí, así es —contestó alegre el guardia.

    —Si usted trabajaba ahí todo el tiempo… ¿por qué no fue usted mismo a buscarlos si se supone que usted debe conocer la zona mejor que cualquiera? —preguntó un poco acusante.

    —Bueno, es que no podía darles órdenes a mis pokémon para que me protejan ahí dentro, entrar y andar libremente en la zona safari sin pokémon sería casi un suicidio —contestó un tanto apenado.

    —Sí, claro —murmuró Rainbow recordando que no toda la gente poseía el Viridian mind para poder ordenarles a los pokémon sin necesidad de hablar, y dando media vuelta empezó a irse.

    —¡Espera un momento! —le gritó el guardia— Como agradecimiento por traerme mis dientes, ten un regalo —y extendiendo su mano, le entregó la MO fuerza, y le sonrió.

    A Rainbow le pareció de nuevo un regalo innecesario, como todas las MO que le habían regalado, ya que era capaz de enseñárselas a sus pokémon él mismo, pero como no quería problemas, se limitó a sonreírle forzadamente.

    —Gracias —dijo secamente, y se fue.


    —Bueno —les dijo a sus pokémon en el camino—, hoy no fue un día del todo malo… después de todo, no iba a haber una oportunidad de entrenar pokémon dentro de la zona safari… mañana seguro encontraremos el gimnasio de esta ciudad, y pondremos a prueba nuestro entrenamiento una vez más —expresó arrogantemente—, hay que estar listos para humillar a nuestra siguiente víctima.

    Y diciendo eso, se retiró al centro pokémon a descansar antes de su siguiente batalla de gimnasio.

    Continuará...
     
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    Capítulo 29: Vs. Koga.
    Fue un placer humillarte en tu propia especialidad"
    Rainbow

    Al día siguiente, después de mucho trabajo, lograron hallar el gimnasio de Fucsia, parecía estar localizado a propósito en un lugar difícil de encontrar, Rainbow estaba ya algo irritado por la pérdida de tiempo, pero al llegar volvió al modo arrogante y desafiante que tanto lo caracterizaba antes de luchar contra un líder de gimnasio.

    —¡Ya he llegado! —gritó apenas hubo puesto un pie dentro, desbordándose en arrogancia —¡Soy Rainbow, el entrenador definitivo, y vengo a humillar al líder!

    —Jejeje, te estaba esperando —dijo una voz.

    —¿Quién fue esta vez? —preguntó Rainbow— no creo que hayan sido ni Brock, ni Misty, ni Erika… te oyes como un hombre maduro, no te llevarías con niñitos estúpidos… seguro fue Surge… Pero no perdamos el tiempo ¡Muéstrate de una vez!

    En ese momento, de entre la oscuridad del techo, bajó la figura de un hombre, que se quedó colgando de cabeza, sonriéndole maliciosamente.

    —¡Vaya! —exclamó Rainbow algo insolente— Creí que había venido al gimnasio, no a la guarida de Golbatman.

    —¡¿Qué?! —exclamó el hombre.

    —¿Eres solo un imitador de Golbatman no? ¿Dónde está tu asistente el Chico Zubat? —preguntó con tono burlesco.

    —¿Qué demonios estás diciendo? —preguntó el hombre algo irritado.

    —¿No me digas que no sabes quién es Golbatman? —preguntó Rainbow con obvias intenciones de burlarse— Yo lo leía cuando era más joven, me gustaba mucho, mi capítulo favorito fue ese de cuando se enfrentó contra el doctor Magnetón quién se había aliado con el capitán Charmeleon, y los derrotó usando Supersónico y luego Bomba lodo justo cuando…

    —¡Ya deja de decir estupideces! —gritó el hombre— No soy un maldito imitador de nadie, soy Koga, el líder del gimnasio de ciudad Fucsia, y soy un ninja.

    —¿Un ninja? —preguntó Rainbow con sorpresa— Yo creía que los ninjas ya habían pasado de moda, en serio, te iría mejor si dijeras que eres un imitador de Golbatman.

    Koga empezaba a perder la paciencia con ese insolente muchacho, pero trató de mantener la compostura, se bajó de donde estaba, y lo encaró mirándolo severamente.

    —Así que tú eres el entrenador que ha podido derrotar a todos los líderes de Kanto con los que se ha enfrentado, sin perder ni una sola vez, y humillándolos terriblemente.

    —Vas a hacer que me sonroje —contestó Rainbow sarcásticamente.

    —Pues a mí no me importa lo que le hayas hecho a los demás —y sacó una pokeball—, a mí no me vencerá un muchacho tan insolente como tú.

    —Todos los entrenadores me han dicho eso antes —le respondió con su mirada maliciosa empuñando una pokéball—, y supongo que todos los líderes que me encuentre me lo van a decir.

    —Yo no soy tan débil como los demás —exclamó orgullosamente Koga enviando un Grimer.

    —Pero si eres tan imbécil como los demás —replicó Rainbow sacando a Cubone—, de hecho… te veo mucho parecido con Surge.

    —¿A qué te refieres? —preguntó intrigado Koga.

    —Me parece que ambos están aburridos de la vida de un líder de gimnasio… es más… ambos tienen predisposición para llegar a hacer el mal… interesante.

    —Dejemos de perder el tiempo —reclamó Koga impaciente—, veamos de una vez si como roncas duerm…

    —¡Hay no! ¡Otra vez esa analogía no! —exclamó fastidiado de oír lo mismo una y otra vez —Pero bueno, sea como sea, voy a anotar el tiempo que tarde en vencerte en esta libreta… que por el momento no tiene nombre…

    —¡Ya deja de perder el tiempo! —exclamó Koga.

    —En ese caso… comienza —dijo Rainbow mirándolo desafiante. El cronómetro se inició.

    —¡Bomba lodo! —Ordenó Koga.

    El Grimer empezó a atacar, y Cubone, como era costumbre de Rainbow, empezó a esquivar sus ataques, sin atacar, pasó así un rato.

    —¿Pero por qué no atacas? —preguntó intrigado Koga.

    —Quiero ver qué es lo que haces —respondió Rainbow desafiante. Koga le devolvió la misma mirada.

    —¡Residuos! —ordenó Koga. Pero Cubone solamente esquivaba, pero acercándose peligrosamente.

    —¡Grimer, reducción! —ordenó al percatarse que Cubone se acercaba peligrosamente.

    —Ahora es el momento Cubone —le dijo tranquilamente.

    En ese momento Cubone usó Huesómerang, el cual fue esquivado por el Grimer, pero antes de darse cuenta de nada, Cubone usó al mismo tiempo Excavar, y a pesar de que Grimer estaba reducido, el ataque de Cubone fue efectivo, justo a tiempo pues el Husómernag de Cubone volvió inmediatamente después, rematando al Grimer por detrás, una maniobra que no duró más de cinco segundos. Koga se quedó impresionado, pero al mismo tiempo enojado.

    —¿Qué te pareció eso? —preguntó Rainbow arrogantemente.

    —Debo admitir que me tomaste por sorpresa —respondió irritado Koga regresando a Grimer, e inmediatamente sacó un Golbat —, ahora voy en serio.

    —En ese caso —contestó Rainbow regresando a Cubone, y sacando a Nidorino—, yo también voy a empezar en serio —dijo con su mirada macabra.

    —¡Golbat, Rayo confuso! —ordenó Koga.

    Pero así como había pasado antes con otros de los pokémon de Rainbow, el Rayo confuso no le hizo nada a Nidorino.

    —No lo entiendo —exclamó Koga— ¿por qué no le hace efecto el Rayo confuso?

    Rainbow le sonrió macabramente.

    —Porque yo soy el entrenador definitivo —contestó intimidantemente—, ni el veneno, ni la parálisis, ni la confusión, ni el sueño, ni la atracción afectan a mis pokémon.

    Viendo que su plan no daba frutos, Koga recurrió a otra estrategia.

    —¡Acróbata! —ordenó.

    El ataque fue muy fuerte, al no llevar Nidorino ningún objeto.

    —¡Ahora Mordisco! —ordenó Koga inmediatamente, y Golbat se quedó mordiendo a Nidorino, aguantando valientemente.

    —¿No se te pudo ocurrir nada mejor? —preguntó intrigado Rainbow.

    —Pues tu Nidorino está a punto de debilitarse, yo diría que es una buena estrategia —respondió orgulloso.

    —Eso es lo que tú crees —contestó Rainbow tétricamente.

    Entonces Koga se dio cuenta de que Golbat, de repente e inexplicablemente, empezó a perder energía, y un minuto después, estaba debilitado.

    —¿Pero qué? —exclamó incrédulo— ¿Qué demonios fue lo que pasó?

    —Bastante simple —contestó arrogante Rainbow—, ya hace tiempo, cuando enfrente a Surge, mi Pikachu utilizó una habilidad que no es natural en su especie, punto tóxico, esta ocasión fue al revés, Nidorino uso la habilidad electricidad estática de Pikachu, así que cuando Golbat mordió a Nidorino, quedó paralizado, y antes de que te dieras cuenta, utilizó un discreto pero poderoso ataque de Puya nociva, justo en el punto débil de Golbat, la boca, quedando gravemente envenenado, y además gravemente paralizado, y solo era cuestión de esperar.

    Koga lo escuchó incrédulo.

    —¿Pero cómo es posible que tus pokémon utilicen habilidades que no deberían? ¿Cómo lo lograste? —preguntó completamente incrédulo.

    —Ese es mi gran secreto —exclamó orgulloso Rainbow, pero mirándolo maléficamente—, ese solo es una de mis habilidades, que indiscutiblemente me convierten en el entrenador definitivo.

    Koga empezó a preocuparse, y tratando de mantener la calma, regresó a Golbat, y sacó a un Arbok.

    —Entonces yo también voy a cambiar —dijo Rainbow sacando a Kadabra.

    —Ya te permití que idearas estrategias —le dijo a Koga—, pero me temo que ahora vamos a acabar esto muy rápido —añadió macabramente.

    —¡Bomba ácida! —ordenó Koga sin perder tiempo.

    El ataque fue esquivado, y Kadabra empezó a atacar con Placajes, no eran muy eficaces, pero Arbok no podía esquivarlos, ya que cada vez, Kadabra usaba Teletransportación justo detrás de Arbok, por lo que no podía defenderse ni contraatacar.

    —¡Arbok, usa Contoneo! —ordenó intentando idear una estrategia rápida.

    El ataque sirvió, y Kadabra quedó confundido, Koga vio feliz su oportunidad.

    —¡Arbok, Gigaimpacto! —ordenó inmediatamente, pero se dio cuenta que por alguna razón, Arbok también se encontraba confundido.

    —¿Pero por qué? —exclamó Koga incrédulo.

    —Una de las habilidades de Kadabra es Sincronía —contestó presumido Rainbow—, los problemas de estado que tenga se los traspasará al contrincante… pero debes recordar que a mis pokémon los he entrenado para soportar los problemas de estado.

    En ese momento, Kadabra se libró del efecto de la confusión causada por el contoneo, mientras que Arbok seguía confundido. Koga le ordenaba, pero simplemente no podía obedecer.

    —Es momento de acabar —murmuró malévolamente Rainbow—, ¡Usa metrónomo Kadabra!

    El metrónomo hizo a Kadabra usar Arañazo, el cual fue tan potente, que Arbok quedó partido por la mitad, sin que Koga pudiera hacer absolutamente nada. El cronómetro fue detenido.

    —¡No, arbok! —gritó desesperado.

    —¡Bien hecho Kadabra! —le dijo orgulloso— Cualquier otro pokémon hubiera necesitado hasta diez arañazos para siquiera derrotarlo, pero tú lograste partirlo de uno solo, te has vuelto muy fuerte —añadió mirándolo felizmente, Kadabra se sintió orgulloso—, y con respecto a ti —le dijo a Koga—, tu tiempo fue de 3:50, nada mal, superaste por bastante a Surge, aunque mucho más bajo que el de Erika…

    Pero Koga no lo podía creer, y triste y enojadamente, se acercó a su Arbok partido.

    —¡Mataste a mi Arbok, maldito! —exclamó enojado.

    —¿Qué maté a quién? —replicó extrañado Rainbow—, ¿no me digas que no sabes?

    —¿Qué no sé qué? —preguntó Koga enojado.

    —No puede ser —Rainbow se llevó la mano a la cara—, sabía que eras un imbécil, pero no creí que lo fueras al grado de no conocer a tus propios pokémon… escúchame ahora, ¿alguna vez te has dado cuenta de los dibujos que tienen los Arbok en la capucha? —Koga miró el dibujo de su Arbok— Esos dibujos les dan ciertas habilidades, el dibujo de ese Arbok le da la habilidad de regenerarse.

    En ese momento, el cuerpo de Arbok empezó a crecer de nuevo, hasta que se curó totalmente, Koga estaba pasmado, feliz por su Arbok, pero aún así, se sintió humillado por ese muchacho.

    —Bueno —contestó Rainbow—, ya aprendiste algo hoy, deberías usar esa habilidad en el futuro, podría serte útil —dijo arrogantemente. Koga aún lo veía enojado.

    —Buen —siguió Rainbow—, dame mi medalla, que tengo prisa —le exigió insolentemente.

    Koga no dijo nada, simplemente lanzó enojadamente una estrella ninja a los pies de Rainbow, que en realidad era una cajita en la que se encontraba la medalla Alma, Rainbow la recogió y orgullosamente la puso junto con las otras.

    —Fue un placer humillarte en tu propia especialidad —expresó Rainbow arrogantemente—, si quieres mi consejo, te recomiendo unas vacaciones, se ve a leguas que no te gusta la vida de líder de gimnasio, tu quieres aventuras más fuertes, eso es porque crees que eres demasiado bueno para eso… es casi lo que le dije a L.T. Surge… se creen tan buenos que quieren hacer… algo más… incluso tal vez les interese convertirse en criminales… No estoy seguro de que es lo que ocurre exactamente con ustedes, solo sé que les he demostrado que no son nada comparados conmigo —y sin añadir ni esperar nada más, salió de ahí.


    —Ese tal Koga —dijo Rainbow a sus pokémon al salir— no sé por qué se me hace que se vería muy bien con un uniforme de Roket, junto con Surge sería un buen teniente… no como las basuras que tienen ahora…. Déjà vu…

    Un rato después se dispusieron a salir de ciudad Fucsia.

    —Ahora que recuerdo —murmuró Rainbow ojeando su mapa—, todavía no pude pasar por ciudad Azafrán… supongo que debo tratar de llegar hasta ahí otra vez… ¿pero qué camino debo tomar?... si voy todo hacia el norte podría llegar por mar hasta Carmín… hacia el oeste subiendo por el camino bicis, o mejor aún, hacia el este, tomando la ruta 15 y bordeando el mar por la ruta 14 y 13 y tomar el puente de la ruta 12 y seguir al norte, luego ir al oeste por la ruta 11 hasta llegar de nuevo a Carmín, y luego al norte hasta Azafrán… es buen plan, no he ido por esa zona todavía en este viaje… además sería bueno entrenar ahí… seguro que cuando lleguemos a Azafrán le podremos dar al líder una paliza monumental.

    Y con la mente en algo, y la arrogancia más fuerte que nunca, se dirigieron hacia la ruta 15 al este de Fucsia, para su viaje de regreso a Azafrán.

    Continuará...
     
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    Capítulo 30: El viaje de regreso.
    no podría irme si viera tus joviales ojos entristecerse por oír un “ Adiós”"
    Rainbow


    La vida de Rainbow no era la gran cosa, a pesar de que se daba el lujo de dormir en las habitaciones de los centros pokémon cuando visitaba por pocos días una ciudad, el resto del tiempo pasaba las noches en su pequeña tienda de campaña. El viaje largo que le esperaba para ir a Azafrán le dejó tiempo para pensar, conforme pasaban los días, vencía entrenadores, pokémon salvajes, sus pokémon se volvían cada vez más y más fuertes, iban aprendiendo nuevos trucos, combos, ataques y sistemas que definitivamente les hacía sentirse orgullosos de haber tenido la suerte de encontrarse con un entrenador de la envergadura de Rainbow.

    Lentos, pero seguros, continuaron su viaje sin nada interesante que hacer… pasaron toda la ruta 15, sin nada más interesante que algunos motoristas, los cuales rápido aburrieron a Rainbow. El aburrimiento se hacía presente cuando no estaban entrenando, y en su mente, se entretenía mirando su libreta especial, no la libreta donde apuntaba el tiempo que había tardado en derrotar a los líderes de gimnasio, una libreta especial, su contenido era el resultado de tantos años de viajes desde que Rainbow tenía solo tres años de edad, en esa libreta tan especial que cuidaba tan celosamente se encontraba el método que había desarrollado para convertirse en el entrenador definitivo.

    —Necesito ver si hay algo que pudiera agregarle —le dijo a sus compañeros—, el entrenamiento de muchos de ustedes casi ha llegado a lo más alto… todavía falta mucho tiempo… pero eventualmente, ya no tendré nada que enseñarles… pero no se preocupen —les dijo mirándolos alegremente—, todavía falta mucho para eso… sí ya sé lo que piensan, y es verdad, me va a dar algo de nostalgia cuando lleguemos al final de mi libreta…

    Siguió hablando con ellos, pero en vez de permitir que la nostalgia futura les arruinara el día, mejor siguieron entrenando.

    El viaje continuó, pasando la ruta 14. Los días se volvieron eternos para Rainbow, sin malhechores que perseguir, ni el team Rocket para derrotar, ni líderes que humillar, se sintió muy aburrido, además de sentirse aislado de la humanidad. Pero sobre todo, en esos momentos donde se sentía más aislado, pensaba en Aurora, y en lo que estaría haciendo, ¿qué misterios estará investigando? ¿Habrá resuelto alguno?

    Y en las largas noches que acompañaron su recorrido, se acostaba bajo las estrellas, con sus pokémon durmiendo junto a él, y pensaba en Aurora, extrañaba su risa, sus incómodas muestras de afecto que le venía dando desde que se conocieron, extrañaba sus cambios de humor que hasta cierto punto comparaba con él mismo; extrañó su temperamento infantil y coqueto, pero que se torna serio cuando la situación lo amerita, pero sobre todo, extrañó a la única persona que, sin importar lo arrogante que fuera, siempre estaría con él y lo apoyaría.

    —¿Qué habría pensado Aurora de mi actitud con Erika? —se dijo a sí mismo— La verdad… no recuerdo haber dicho algo que ella no haya oído.

    Pero desafortunadamente no todo eran recuerdos bonitos, aún se sentía culpable por haberse ido de Almia sin despedirse, y por largas noches meditó acerca de la verdadera razón por la que se molestó tanto cuando supo que lo estaba siguiendo, cuando se encontró con él antes del monte Moon.

    —¿Tú qué crees Kadabra? —le preguntó buscando consejo— Después de todo, ella ha sido mi única amiga en mi vida… ¿Por qué habré de repente tenido esa repentina intención de alejarla de mi lado?

    Kadabra, como cualquier pokémon psíquico, tenía una gran inteligencia, pero aún así no pudo clamar la inquieta mente de su entrenador.

    Rainbow empezó a recordar.


    ***FLASHBACK***

    Era una noche nublada en la región de Almia.

    —¿Cómo que te vas? —preguntó enojado el padre de Rainbow.

    —Así como lo oyes —replicó desafiante Rainbow.

    —Acabamos de regresar de un viaje alrededor del mundo, ¿exactamente a dónde planeas irte?

    —Me voy a Kanto —contestó.

    —¿A Kanto? —respondió su padre incrédulo— todavía tienes esa idea de ir a entrenar pokémon —añadió molesto.

    —Esa es precisamente mi idea —le encaró Rainbow— voy a ganar a todos los líderes, vencer la liga y derrotar a los miembros del alto mando, no solo de Kanto, sino de todas las regiones que haya —expresó preparándose para marcharse.

    —Hijo, por favor recapacita —le suplicó su madre—, ¿por qué quieres entrenar pokémon? ¿Tú nunca has entrenado ninguno y ya quieres ir a conquistar el mundo tu solo?

    —Sé lo suficiente, confíen en mí, tengo el sistema perfecto para entrenarlos.

    —Así que sistema perfecto —interrumpió el padre fastidiado—, bien, pero no puedes irte, aún tienes que cumplir tu periodo de servicio Ranger aquí en Almia.

    —No pienso quedarme, me iré de hecho, esta misma noche.

    —¿Ah sí? —preguntó irónico el padre— ¿y exactamente cómo planeas llegar hasta allá tú solo? —preguntó desafiante.

    —Compré un boleto de barco, sale esta noche y se dirige a pueblo paleta.

    —¿Cómo lo pagaste? —preguntó enojado el padre.

    —Ya sé sobrevivir por mi propia cuenta —le respondió insolentemente—, no los necesito a ninguno de los dos.

    —Sea como sea, no te voy a dejar ir, tampoco lo hará el profesor Gobios —le contestó su padre.

    —No me importa lo que diga ni él ni nadie, me voy ahora mismo —contestó fríamente acercándose a la puerta.

    —¿Así como así lo vas a dejar todo? —preguntó su madre tratando de detenerlo.

    —En realidad nunca me importó nada —respondió indiferente.

    —¿Y qué pasará con Aurora? —exclamó la madre— ¿vas a dejarla así como así? —Rainbow la miró algo desconcertado. El cielo empezó a lloviznar.

    —Ella también seguirá su propio camino —contestó—, si quiero conseguir mi meta no tengo tiempo de preocuparme por nadie más —dijo apresuradamente y salió de la casa.

    —¡Pues entonces vete! —gritó su padre— ¡Adelante, sé una decepción para todos los Rangers de Almia! —la lluvia empezó a caer fuerte, y el hombre no tuvo más remedio que ver como su único hijo se perdía a lo lejos, con paso firme y decidido, en la lluvia.

    Un rato después Rainbow llegó al puerto de Portópolis, y se embarcó hacia pueblo paleta en Kanto.

    —Lo siento Aurora —se dijo—, no tengo el valor de despedirme de la única persona en el mundo que me importa, no podría irme si viera tus joviales ojos entristecerse por oír un “ Adiós”.

    Al amanecer de la mañana siguiente, el barco llegó a pueblo Paleta, y Rainbow, sin perder tiempo, buscó el camino hacia el laboratorio del profesor Oak.

    ***FIN DEL FLASHBACK***


    —No le dije que me iba por eso —comentó Rainbow tristemente contemplando las estrellas junto a sus pokémon—, pero en el momento en que me atacó en broma en la ruta 3, cuando la reconocí, lo primero que sentí fue alegría, pero me contuve, y la recibí fríamente, como suelo ser normalmente. Me arrepentí de no haberme despedido, porque se sintió sola, fui egoísta con la única persona del mundo que me importa, y aún así, se molesta en seguirme, y actuar tan jovial y alegremente como de costumbre, y ¿aún así tengo el descaro de enojarme con ella? ¿De alejarla tan apresuradamente de mí? ¡¿Por qué?! —empezó a entristecerse de verdad, sus pokémon solo lo escuchaban comprensivamente.

    —Si no fuera por mi decisión de ser el entrenador definitivo… —continuó cada vez más melancólico— No puedo darme el lujo de estar atado emocionalmente a nadie… además… es verdad que estuviste un tiempo junto a mí, en el monte Moon, en el puente Pepita, en el gimnasio de Celeste… pero… ¿Por cuánto tiempo todo irá bien? ¿Cuántos caminos o batallas de gimnasio pasarán antes de que eventualmente acabes repudiándome? Sé que tu eres la persona que más me entiende, a la que menos desagrada mi actitud… ¿pero por cuanto tiempo, si siguiéramos juntos? En algún momento, mi actitud te cansará, y me dejarás ¿Será que es por eso que una parte de mí trata de distanciarse de ti?... ¿Pero otra parte de mí trata de buscarte, como cuando fui a Lavanda? —luego hizo algo que ninguno de sus compañeros había visto en su entrenador, y los tomó por sorpresa.

    Rainbow lloró.

    —¡Lo siento Aurora! —exclamó llorando.

    Siguió llorando largo rato bajo las estrellas, sus pokémon trataron de consolarlo, pero no pudieron, y Rainbow lloró hasta que cayó dormido.


    A la mañana siguiente se levantaron al alba, junto con todos sus pokémon miró extasiado el alba, y después, siguió su viaje como si nada de la noche anterior hubiera pasado, Rainbow volvió a su actitud de entrenador, venció entrenadores en el camino de la ruta 13, incluyendo varios Motoristas y Calvos, sin preocuparse en absoluto del dilema que había tenido al noche anterior, pues Rainbow sabía perfectamente controlar sus emociones cuando las circunstancias lo requerían. En el fondo su dilema seguía vigente, pero no tenía motivos para expresarlo.

    Con el mismo ánimo arrogante con el que salió de Fucsia, Rainbow y sus pokémon salieron de la ruta 13, y se prepararon para cruzar el largo camino del puente de madera de la ruta 12.

    Continuará...
     
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    Fernandha

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    Bien, veamos~ Ocho historias que leer y ninguna comentada x'D
    Quizá me invitaste hace mucho pero no había tenido la oportunidad de pasar de igual manera creo que el comentario no será tan detallado como lo hubieras querido pero intento lo mejor, no soy una persona que comenta mucho historias ya que se me es algo complicado pero aquí me tienes :')

    Serán cosas superficiales (o como deseen verlas), un poco de trama-narración-coherencia-cohesión y personajes; como dije no daré detalles extensos sólo menciones que quizá te puedan ayudar.

    Nos encontramos ante un caso de hiato donde hay una combinación de una vocal abierta cerrada (i, u) tónica, seguida de una vocal abierta (a, e, o), átona. Entonces, ¿Cuándo llevan tilde? Pues resulta que siempre. Sin tener en cuenta las reglas generales de acentuación. Ejemplos de esto es:

    por -fí -eac -tú - epú -ae -va - lú - asbú - ho
    Todas las anteriores son paróxitonas o graves y terminan en vocal, sin embargo al presentarse esta clase de hiato, deben llevar tilde sin importar la regla ortográfica. Pero ¡OJO!, es solo para esta clase de hiato, ya que los hiatos formados entre dos vocales abiertas (a, o, e) o dos vocales iguales (ej. cré- e- me, chi- i - ta, po- se- er, re - hén) deben seguir las reglas generales de acentuación.

    Acá es simple. Se sabe bien que debe iniciar con mayúscula pero ahí falta un punto, o bien, el punto debería ir entre la palabra señor y guión largo para que, así, ya inicies con mayúscula.



    Bien, la RAE anuló la tilde a solo/sólo así que ésto no es considera como un error simplemente te haré la mención y tú decidirás si lo usas o no.

    La información ha sido sacada de acá: Las palabras sólo/solo y aún/aun por Lady Kyros en la sección de "Herramientas para escritores"

    - Es obligatoria la tilde de sólo, adverbio que se puede sustituir por solamente, frente a solo, adjetivo masculino que significa ‘no acompañado’, cuando su situación en la frase se preste a una interpretación ambigua; en otro caso es voluntaria:

    Yo estudio solo/sólo en mi casa.Yo solo/sólo moveré la mesa.Como norma general escribiremos a un solo espacio.Sólo estoy solo por las mañanas. Ellos solo jugaban.
    (En esta última se ve que no es obligatorio tildar "sólo" porque es evidente que si fuese "sin compañía" iría en plural; como está se entiende el significado)

    Con sinceridad el personaje en sí no me gusta mucho, sí es complejo pero lo veo como un "héroe sin motivo" es complejo y demás, tiene buenas virtudes y etcétera pero siento que lo manejas de una manera un tanto problemática; demasiado altanero y después humano, comprendiendo que su vida es como la de cualquier otra persona.

    El flash back (como lo utilizas) está mal, debe ser usado sin los letreritos "Flash back / fin del flash back", es decir, al ser un recuerdo lo más correcto es ir centrado y en cursiva o bien, decir "y así es como empezó a recordar que aquella tarde de verano" y demás.

    También presentas problemas con los signos puntuativos; mayormente exageración de comas.
    No soy mucho de leer originales en el fandom así que no puedo dar una opinión abierta pero sí tienes buenos argumentos, me gusta, lo admito. Quizá siga leyendo pero más adelante, de todos modos gracias por invitarme; bonito día tengas.

    AT: Fer-chan.
     
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    Pokémon Rainbow: Kanto.
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    ...Continuando

    Capítulo 31: Ruta 12.
    tendrás que buscar a alguien más que te ayude, pero no te rindas, eventualmente lo solucionarás "
    Rainbow


    Rainbow era un entrenador paciente, no lo gustaba apresurar las cosas, si encontraba un lugar de su agrado era capaz de pasar semanas entrenando en ese lugar, si lo veía propicio, y de algún modo la ruta 12 le parecía el lugar perfecto para desarrollar una de sus técnicas.

    —Prepárate Wartortle —le dijo tranquilamente—, solo haz lo que hemos estado practicando sin miedo.

    De todos los pokémon que había obtenido, casi todos tenían un temperamento bastante asociado al de su entrenador, pero Wartortle en especial era muy impaciente, alborotador, aunque obediente, siempre dispuesto a escuchar a su entrenador. Tal y como se lo ordenó Rainbow, se preparó para la práctica de esa mañana.

    —¡Ahora, hazlo! —ordenó Rainbow.

    Wartortle apuntó hacia el suelo justo debajo de él, y lanzó un Pistola agua, entonces empezó a elevarse sobre el suelo impulsado por el chorro de agua, se elevó por varios metros, y sin dejar de escupir el agua, mantuvo el equilibrio, quedándose lo más quito posible. A estas alturas de su entrenamiento su Pistola agua era casi tan potente como una Hidrobomba, es por eso que debían hacer ejercicios para controlar el enorme poder que habían adquirido.

    —Recuerden todos —les dijo Rainbow a todos sus compañeros que estaban fuera de sus pokeball—, todos ustedes han adquirido un método para hacer sus ataques mucho más poderosos de lo que deberían ser… pero no siempre es necesario tanto poder… miren a Wartortle, miren como mantiene el equilibrio con su chorro de agua —todos miraron a Wartortle, que seguía concentrado en el difícil entrenamiento—, si usara todo su poder, el Pistola agua lo elevaría hasta el cielo, lo cual puede ser útil en algún momento, pero muchas veces también será útil que no lo haga, es por eso que hay que aprender a controlar el enorme poder que hemos adquirido… ¡Ven acá Kadabra! —le ordenó.

    Kadabra se acercó a su entrenador rápidamente.

    —Tú tienes un poderoso ataque de confusión, el cual te permite elevar a tus contrincantes del suelo, y provocarles daño… pero —y lo miró fijamente—, ¿y si tuvieras que usarlo contra mí… o contra alguien a quien no haya que lastimar? —sus pokémon parecieron comprender su punto—… eso es precisamente lo que vamos a estar practicando estos días… ¡Ya puedes descansar Wartortle!

    Wartortle bajó lentamente, se veía cansado pero satisfecho.

    En ese momento se oyeron pasos del otro lado de unos arbustos, Wartortle se alarmó y llamó a su entrenador. De los arbustos salió una figura, la figura de una persona a la que los pokémon de Rainbow reconocían bien… Rainbow mismo.

    —Así que ya pudiste capturar un Ditto —exclamó Rainbow al ver esa copia de sí mismo.

    —¡Ahhh! Me descubriste —exclamó decepcionadamente una voz de niña. Y en ese momento, la figura se disolvió, revelando a una niñita de vestido azul que estaba disfrazada de Rainbow gracias a un Ditto.

    —Eres esa niña de nuevo —dijo Rainbow fastidiado.

    —¿Qué sucede? —añadió la niña coquetamente— ¿No estás feliz de verme de nuevo?

    —Pues me da lo mismo —contestó fríamente—, ni siquiera recuerdo tu nombre…

    —Pues te lo repito —interrumpió alegremente—, soy Blue… y yo sí recuerdo bien tu nombre… Rainbow.

    —Me alegro —añadió Rainbow indiferentemente—, bueno, fue un gusto verte de nuevo, ya me voy —dijo apresuradamente, regresó a sus pokémon a sus pokeball y empezó a caminar.

    —Espera un momento —se apresuró Blue.

    —¿Qué quieres? —preguntó Rainbow de mala gana.

    —Solo quería decirte que eso que hiciste con tu Wartortle fue genial.

    Entonces Rainbow se inquietó un poco.

    —¿Viste mi entrenamiento? —preguntó con preocupación.

    —Si te refieres a tu Wartortle haciendo equilibrio con su Pistola agua en el aire… pues sí —contestó Blue alegremente.

    Rainbow se irritó mucho al oír eso.

    —Nadie debe ver mis estrategias —dijo enojado—, al menos no hasta que las use para aplastar a algún líder o criminal… —Se calmó poco a poco.

    —No te preocupes —respondió Blue—, es una técnica genial…

    —No niñita —interrumpió Rainbow—, todavía no es genial… espera a que Wartortle evolucione en Blastoise… entonces incluso podrá llevarme volando propulsándose con sus cañones, como una forma alternativa de volar…

    —Eso sí que se oye interesante… —comentó Blue seriamente— tal vez pueda aplicarlo yo algún día.

    Rainbow se irritó un poco por eso.

    —Si quieres copiarme mi técnica hazlo si quieres —respondió algo indiferente—, pero primero necesitas conseguir un pokémon de agua, de preferencia un Squirtle, y luego entrenarlo y evolucionarlo hasta este nivel… no lo tienes tan fácil —añadió desafiante, y empezó a irse.

    —¡Espera! —se apresuró Blue— ¿A dónde vas ahora?

    —Voy de vuelta a ciudad Azafrán —contestó de mala gana—, no voy a seguir perdiendo mi tiempo con una niñita a la que ya ayudé lo suficiente.

    Rainbow siguió caminando un rato por el largo puente, pero detrás de él venía Blue, flotando lentamente sobre su Jigglypuff, observándolo atentamente.

    —¿Qué es lo que quieres de mí? —preguntó Rainbow de repente, bastante irritado.

    —Nada en especial —contestó Blue alegremente.

    —¿Por qué no sigues tu camino? —añadió Rainbow.

    —Este es mi camino —respondió Blue—, que vayamos por el mismo camino es solo coincidencia.

    Rainbow se detuvo, lo cual obligó a Blue a detenerse.

    —¿Qué sucede? —preguntó la niña.

    Rainbow solo la miró fijamente a los ojos. Entonces, de repente y sin aviso, sacó a Pidgeotto, justo hacia donde se encontraba Blue. La pobre chica gritó aterrorizada, y cayó de su Jygglipuff. Pidgeotto la encaró, y la niña solo pudo quedarse inmóvil aterrada.

    —Así que le temes a las aves pokémon —dijo Rainbow—, interesante… hace tiempo conocí a una niñita como tú, a la que le asustaban muchos más tipos de pokémon… pero no hasta este punto —pero solo vio que la niñita seguía en el suelo aterrada, así que regresó a Pidgeotto a su pokeball.

    —¿Por qué le temes a las aves pokémon? —preguntó severamente.

    Blue solo lo vio temerosa, pero las palabras no salieron de su boca, ahora estaba demasiado impresionada para hablar.

    —Sea lo que sea… —continuó Rainbow— no es mi problema, yo tengo mis propios asuntos —dijo y se fue de ahí.

    Pero Blue aún lo seguía, a paso más lento pero seguro, Rainbow se dio cuenta, pero solo decidió ignorarla.

    Un rato después llegaron a la intersección con la ruta 11, la cual llevaba a Carmín, pero había mucha gente reunida, pues a lo lejos, se podía ver un enorme Snorlax durmiendo en el camino.

    —Espero que sea la última vez que suceda esto —les dijo Rainbow a sus pokémon y envió a Gastly.

    Sin esperar un segundo, Gastly usó Comesueños en combinación con Pesadilla. La combinación de ataques hizo que el Snorlax se despertara y atacara, pero Gastly lo acabó con un Confusión, y luego de eso, simplemente lo sacó fuera del camino, hacia el bosque, el Snorlax se fue, y en ese momento Gastly evolucionó en Haunter.

    La gente alrededor se asombró por la batalla, pero Rainbow, indiferente de todos solo siguió su camino hacia la ruta 11. Pero notó que Blue aún lo seguía.

    —Escúchame niñita —le dijo—, comprendo que tienes problemas, entiendo que tal vez tuviste algún evento traumático que te hace tener fobia a las aves pokémon, entiendo que vives para solucionar algún problema de tu pasado —Blue solo lo miraba—, pero sea cual sea el problema… tendrás que buscar a alguien más que te ayude, pero no te rindas, eventualmente lo solucionarás —y continuó caminando.

    —Adiós Rainbow —se despidió Blue—, gracias por enseñarme a volar.

    —Sí, sí, claro —murmuró indiferente y siguió caminando—, tal vez algún día se encuentre con esos otros niñitos que he encontrado… no, no lo creo… suena muy improbable… ¿qué dicen? —miró a sus pokémon— ¿Qué tal vez algún día hagan algo importante juntos?....¿como salvar todo Kanto de una catástrofe devastadora?... ¡Phff! Eso sí que sería gracioso.

    Y siguiendo pensando cosas por el estilo, Rainbow se adentró en la ruta 11, a pasar un tiempo más entrenando antes de continuar con su viaje.

    Continuará...
     
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    Pokémon Rainbow: Kanto.
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
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    ...Continuando

    Capítulo 32: Reencuentro.
    esas “enseñanzas de vida” que suelo dar son puro efecto colateral, no me interesa en absoluto que aprendan algo de mí"
    Rainbow


    Llevaba Rainbow varios días entrenando en la ruta 11, justo al este de Carmín, a pesar de lo animado que se encontraba, no solo él sino también sus pokémon, se sentía algo aburrido, pues tanto tiempo sin mostrar sus habilidades ante los demás le parecía muy estresante.

    —Creo que podemos avanzar un poco más el día de hoy, o nunca llegaremos a Azafrán —les dijo tratando de pensar en otra cosa—, así que vamos a recoger algunas Bayas para el camino.

    Varios de sus pokémon se encargaron de recolectar bayas, entre ellos Ivysaur, que con sus Hoja afilada las cortaba de los árboles y caían, y luego Primeape las recogía. Justamente en una de esas veces, al ir Primeape a recoger las Bayas, repentinamente se encontró con un rostro familiar, y que hace mucho tiempo que no veía.

    —¡Hola Rainbow! —exclamó la voz de una chica.

    Rainbow reconoció inmediatamente la voz, volteó, y vio incrédulo a Aurora, de pie junto a su Primeape e Ivysaur, sonriéndole amigablemente.

    —¡Aurora! —exclamó al verla, y corrió hacia ella; pero luego se dio cuenta de su actitud, se calmó, volvió a su mirada fría e indiferente y caminó lentamente.

    —Hola Aurora —continuó tranquilamente—, ha pasado mucho tiempo.

    —Más de seis meses —respondió Aurora sonriente.

    —¿Seis meses ya? —contestó Rainbow algo incrédulo— a mí me parece que fue solo ayer.

    —Veo que has entrenado a tus pokémon —interrumpió Aurora—, hasta los has evolucionado… ¿Cómo están? —les dijo.

    —Interesante —comentó Rainbos fríamente—, y ¿tú que has estado haciendo?

    —Pues he estado ocupada por todos lados… fui a pueblo Lavanda, donde hubo un caso muy misterioso…

    —Sí, lo recuerdo —interrumpió Rainbow.

    —El señor Fuji me dijo después que resolviste el problema —añadió Aurora contenta.

    —Fue fácil —contestó orgulloso—, de hecho, mi Cubone era de la guardería del señor Fuji, yo calmé al espíritu de su madre y quiso venir conmigo.

    —Sí, ya me acuerdo de ti Cubone —le dijo Aurora acariciándolo—, te has hecho muy fuerte, ya no eres el pequeño y triste Cubone que vi en Lavanda —Cubone se sintió orgulloso, y se mostró arrogante ante ella—… veo que tus pokémon se parecen más a ti cada vez —le dijo a Rainbow coquetamente.

    —Sí, claro —respondió algo desganado.

    Pasaron el resto del día platicando acerca de todo lo que habían vivido hasta ese momento, a su estilo arrogante, Rainbow le contó de cómo había aplastado a los Rocket cada vez que los encontraba, del arduo entrenamiento que le daba a sus pokémon y sus nuevas habilidades adquiridas, y por supuesto, de cómo había humillado a los líderes de gimnasio.

    —Así que también derrotaste a Erika —dijo Aurora, Rainbow se sorprendió y hasta se apenó un poco.

    —¿La conoces? —preguntó.

    —Claro que sí —respondió Aurora sonriente—, cuando fui a Azulona hace como un mes, tuve la oportunidad de conocerla, le pregunté si no había ido un tal Rainbow a retarla…

    —¿En serio? —interrumpió algo sorprendido— ¿Y qué pasó?

    —Bueno… —prosiguió— digamos que no estaba muy feliz de oír ese nombre… todos sus sirvientes también se perturbaron algo al oír tu nombre… le comenté que yo era tu amiga, me dijo “¿cómo puedes ser amiga de alguien así?” —dijo tratando de imitar la voz de Erika—, y me contó todo lo que había pasado el día en que fuiste a retarla…

    —¿Ah sí? —inquirió Rainbow algo avergonzado— ¿y qué te dijo?

    —Pues… —hubo un silencio incómodo— No puedo recordar con exactitud todo lo que dijo… pero cuando mencionó la parte de “Mi Gyarados va a usar Hidrobomba en tu túnel Roca” me mató de risa —contestó sonrientemente.

    Rainbow y sus pokémon la miraron algo consternados, pero Rainbow estaba acostumbrado al temperamento de aurora.

    —Luego de eso… digamos que no le di una buena impresión a Erika… —dijo un tanto apenada— pero luego no me quedó la menor duda de que ese habías sido tú, el entrenador arrogante y presumido… tal vez sí te pasaste un poco con ella, pero en algún aspecto se lo merecía.

    Rainbow la miró extrañado.

    —¿Por qué dices eso?

    —Porque de seguro le bajará los humos un poco, me di cuenta de que a pesar de esa apariencia de chica tranquila y serena, había una semilla de soberbia brotando poco a poco… me parece que tu tratamiento le dio una lección —le dijo mirándolo.

    Rainbow se quedó sorprendido.

    —Tal vez esa experiencia le ayude a ser mejor —continuó Aurora—, igual que a todos los líderes que has derrotado… tal vez no sean capaces de verlo por ahora, pero en el futuro les va a servir.

    —¿Qué crees que aprenderá Erika de eso? —preguntó Rainbow curioso.

    —Pues… tal vez a que la próxima vez que alguien la rete, no valore solo la presentación, o el carácter, tal vez a conocer a alguien mejor antes de juzgarlo…

    —Puede ser —interrumpió Rainbow—, pero que quede en claro, que esas “enseñanzas de vida” que suelo dar son puro efecto colateral, no me interesa en absoluto que aprendan algo de mí —dijo arrogantemente.

    Aurora le sonrió, y se alegró de estar de nuevo junto al Rainbow que conocía, después de prometer que se volverían a ver.

    —¡Ah! Por cierto —comentó súbitamente Aurora— te vi en la tele cuando fue lo del concurso en ciudad Fucsia.

    —¡¿Qué?! —exclamó sorprendido Rainbow.

    Pasaron el resto de la tarde hablando sobre el tema y otras cosas que no eran del todo interés o gusto de Rainbow, sin embargo estaba feliz de estar con ella de nuevo, tristemente recordó su dilema, pero lo guardó en lo profundo de su mente para no arruinar el momento. Aunque de todas formas, seguía teniendo su actitud fría e indiferente.

    Pasaron varios días más juntos en la ruta 11, Aurora pudo ver de nuevo el entrenamiento especial de Rainbow que no veía desde antes de retar el gimnasio de Celeste. Poco a poco fueron avanzando por la ruta hasta ciudad Carmín, luego al norte hacia Azafrán. Tanto Rainbow como Aurora solo disfrutaban el momento juntos, Aurora soportó a Rainbow contarle una y otra vez como venció a Koga y lo imbécil que le había aprecido, le contó una y otra vez de cómo derrotó a los motoristas del camino de bicis, y de la niñita que había encontrado no dejó de decir lo fastidiosa que era. Siguieron su camino hacia el norte por varios días.

    Finalmente lograron llegar a ciudad Azafrán, desde hace más de un mes que Rainbow había salido de Fucsia para llegar ahí, pero la larga espera dio resultados.

    —Ahora que recuerdo— dijo Rainbow—, cuando vine hace mucho tiempo, había un guardia que no me dejaba pasar, lo cual me pareció ridículo… si siguen así las cosas, vamos a tener que pasar sobre la muralla de manera ilegal.

    —No te preocupes Rainbow —le contestó Aurora coquetamente—, yo tengo todo solucionado.

    —¿Cómo? —preguntó intrigado Rainbow.

    —Verás, cuando estuve en azulona me alojé en el hotel más grande que había, uno muy lujoso…

    —No veo cómo pudiste pagarlo con lo que te dedicas —comentó Rainbow.

    —Bueno —respondió orgullosa Aurora—, tengo muchos contactos desde que llegué a esta región, no estoy tan abandonada como te parece.

    —¿Cómo a alguien que se dedica a misterios pokémon y que no ha resuelto ninguno le puede ir tan bien? —pensó Rainbow algo intrigado.

    —Pero lo que decía —continuó Aurora—, en ese hotel había una ancianita con muchos Meowth, amablemente me ofreció un poco de su Té para el camino… estaba delicioso…

    —¿Y eso que tiene que ver? —preguntó impaciente Rainbow.

    —Espera y verás —le dijo guiándole el ojo y conduciéndolo al interior del cruce.

    —Hola señor guardia —le dijo— ¿qué tal le va?

    —Muy bien señorita Aurora —contestó alegremente—, gracias por las bebidas.

    Y así como así, pasaron rápidamente.

    —Le diste el Té a los guardias —dijo Rainbow algo intrigado, pero maravillado— y te dejaron pasar.

    —En realidad también les tuve que dar unos Refrescos y Limonadas del centro comercial —añadió Aurora—, hacía tanto calor que se me ocurrió ofrecérselos, y los aceptaron.

    —Los peores guardias de la historia —murmuró Rainbow, todos sus pokémon asintieron, Aurora solo lo miró con una sonrisa.

    Pero no tenían ganas de pensar en eso, ya que ahora se encontraban al fin en Azafrán, y Rainbow sonrió maliciosamente pensando en todas las cosas que podrían suceder en ese lugar. Pero había algo raro en la ciudad, Rainbow y sus pokémon lo sentían, también Aurora podía sentirlo, había una presencia familiar en el aire, una presencia que hace mucho que Rainbow no sentía, y al darse cuenta, esbozó una sonrisa macabra.

    Continuará...
     
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