Long-fic de Pokémon - Pokémon: Path to Glory

Tema en 'Fanfics de Pokémon' iniciado por AJ Slifer, 19 Junio 2018.

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    AJ Slifer

    AJ Slifer Golden Sun & Silver Moon

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    Título:
    Pokémon: Path to Glory
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
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    38
     
    Palabras:
    6603
    CAPITULO 28: HIELO ABRASADOR


    Afortunadamente Shiro y AJ consiguieron disuadir a Silvia de iniciar su viaje en el mismo momento en que ella lo propuso. En su lugar partieron a la mañana siguiente, atravesando la tan bonita como agreste ruta 42, una ruta que podía ser cruzada bien atravesando las zonas acuáticas que surgían de las entrañas del Monte Mortero o bien atravesando la mencionada montaña incluyendo el laberinto de túneles de la misma.


    Ahora. y gracias a ese fogonazo de sentido común pudieron llegar a Pueblo Caoba a media tarde, pudiendo ver que el pueblo pese a contar con un Gimnasio Pokemon era una población pequeña y recogida en un paso entre montañas, eso hacía que una brisa fría barriera continuamente el pueblo. Más aún en esas fechas.


    -Bienvenido al hogar de los ninja-leyó AJ en un cartel casi a la entrada del pueblo.

    - ¡Aaaaah! -dijo Silvia-Esta debe ser tu Villa Oculta de la Hoja, o algo así ¿No Shiro? -dijo la pelirroja con su tono burlón.

    -Que graciosa-respondió el ninja con sarcasmo.


    El trío continúo caminando adentrándose en el pueblo, notando como pese a ser otoño la temperatura había descendido bastante, comparándolo especialmente con el resto de la región de Johto hasta ahora visitado. Así se dirigieron al centro Pokemon para que el pelinegro pudiera cambiar algún pokemon, si así lo considerara, y para poder entrar todos en calor.


    Una vez hechas esas gestiones y visto el clima Shiro decidió ponerse una chaqueta para mitigar los efectos del frió, mientras que AJ hizo lo propio, poniéndose la otra camiseta que solía llevar encima de la que ya llevaba. Así ya estaba AJ frente al Gimnasio de Pueblo Caoba.


    -Recuerda que usa Pokemon de tipo hielo-dijo Shiro

    -Lo sé-se limitó a decir el pelinegro para luego entrar al edificio ya mencionado.


    Dentro del gimnasio la temperatura parecía ser aún más baja, cosa lógica si se quería mantener la gran extensión de hielo, salpicada de algunas rocas, que serviría de campo de combate, extensión de hielo adornada de una piscina esférica ubicada en el centro del mismo.


    Estaba AJ mirando el insólito escenario para un combate que no reparó, no de inmediato al menos, en el que presumiblemente sería su adversario: Era indudablemente un anciano de pelo blanco y de mirada castaña y fría, aunque lo que llamaba más la atención del individuo era su peculiar vestimenta, siendo esta una camiseta de rayas negras horizontales y manga corta, así como unos pantalones también cortos. Aun así, con esas prendas, el hombre transmitía un aire de seriedad mientras inspeccionaba a su adversario.


    -Vienes a por la Medalla Glacial ¿No? -dijo el anciano.

    -Sí-dijo AJ, que no podía evitar sentir un escalofrió al ver las prendas que vestía su adversario.

    -Yo soy Fredo, líder del gimnasio de Pueblo Caoba-explicó el hombre-que comience el combate.


    Una vez dicho eso, y con Shiro y Silvia sentados en el banquillo, ambos participantes rodearon la pista de hielo para alcanzar su respectivo lugar.


    -Empieza tú-dijo el líder de gimnasio.


    El pelinegro volvió a observar la pista helada, salpicada de rocas igualmente congeladas, y con una piscina en el centro de la misma.


    - ¡Adelante Hammer! -expresó AJ mientras arrojaba la pokeball del Kingler.

    - ¡Kuki ku! -expresó el crustáceo agitando su gran pinza.


    Por su parte el anciano líder de gimnasio arrojó su propia pokeball, la cual liberó a un pokemon ave de pico amarillo, al igual que sus pequeños y pies de dos dedos, tenía también el pokemon el plumaje de color blanco y rojo dispuesto de tal manera que daban la sensación de que el pokemon vestía una prenda típicamente navideña, aunque lo más destacado del ave era su cola la cual tenía forma de saco, además de estar hueca como tal.


    - ¡Deliiiibird! -expresó el pokemon de Fredo.

    -Delibird, Pokemon Reparto: Transporta alimentos en su cola enrollada, le gusta compartirla con los montañistas perdidos-informó la pokedex de AJ

    -Empezaremos nosotros-dijo Fredo-Granizo-pidió con calma.


    El pokemon volador abrió su saco-cola liberando una nube de nieve en polvo que se elevó rápidamente y comenzó a precipitar en forma de granizo.


    -He elegido a Hammer porque pensaba que podía tener más sujeción en este escenario-pensó AJ-Aunque será difícil contra un pokemon de tipo volador.

    -Ventisca-pidió con calma, o mejor dicho con frialdad, Fredo.

    -Genial…más frió-dijo Silvia con sarcasmo.


    El pokemon hibrido entre Papa Noel y alguna variedad de pingüino liberó desde lo más profundo de su “saco” una huracanada brisa cargada de fragmentos de hielo y nieve que parecía aumentar sus efectos bajo los efectos del Granizo.


    - ¡Hammer, Hidropulso! -exclamó AJ.


    El crustáceo rojo generó la esfera hídrica que fue directa hacia el Delibird el cual respondió de nuevo con el gélido ataque que dejó al Hidropulso convertido en una gran bola de hielo, y sin alcanzar a golpearle.


    -Delibird usa Golpe Aéreo-pidió Fredo.


    El ave agarró el extremo de su cola con su pico y se lanzó entre la granizada envuelto en una capa de aire.


    - ¡Protección!


    El cangrejo rojo consiguió generar el escudo esmeralda y frenar la embestida de su oponente, sin embargo, no pudo aprovechar la escasa distancia que ahora había entre ambos, ya que el pokemon ave ya se había alejado.


    - ¡Hammer avanza! -dijo AJ repentinamente


    El pokemon de agua uso sus cuatro piernas para avanzar y su pinza mayor para apoyarse, así avanzó velozmente hacia donde estaba el Hidropulso anteriormente hecho hielo.


    - ¡Martillazo! -exclamó AJ.

    -Kuuuuki-expresó Hammer al entender lo que su entrenador preveía.


    Así, el Kingler cambió de pinza de apoyo y usó la de mayor tamaño para usar su ataque característico sobre la esfera de hielo, consiguiendo, cual jugador de hockey sobre hielo, mandarla contra Delibird e impactarle de lleno.


    - ¡Delii! -acertó a expresar el ave mientras caía a plomo al ser impactado.

    - ¡Kuuuuk! -expresó contento Hammer con su particular “bateo”

    -Aún no hemos acabado-advirtió Fredo.


    Efectivamente, y de donde se suponía que debía de estar el Delibird noqueado surgió este veloz y envuelto en la capa de aire característica del Golpe Aéreo, consiguiendo impactar al Kingler y pese a que no le causó demasiado daño si consiguió mandarlo casi contra los muros del gimnasio, debido más a la superficie deslizante del hielo que a la potencia del ataque.


    Mientras tanto seguía granizando, afortunadamente la precipitación estaba perfectamente acotada sobre la superficie de combate, de tal modo que ninguno de los dos entrenadores ni tampoco Shiro o Silvia tenían que preocuparse de un trozo de hielo les abriera la cabeza.


    -Vuelve Hammer-dijo AJ sorpresivamente haciendo regresar al Kingler a su pokeball- ¡Vamos Foxy! -añadió casi al instante a lanzar la pokeball de la pokemon de fuego.

    -Naaaaaaain-aulló la vulpina de fuego.

    -Creo que con Foxy será más fácil alcanzarle con nuestros ataques-pensó AJ.


    Iba el pelinegro a ordenar un ataque cuando no puedo evitar fijarse en la imagen de la piel dorada de Ninetails entre la gélida precipitación que parecía por momentos un muro blanco impenetrable, solo roto por el color rubí de los ojos de la pokemon de fuego.


    -También tenemos defensa contra pokemon de fuego-dijo Fredo con ese tono calmado que había mantenido durante el encuentro- ¡Hidropulso!


    El navideño pokemon volvió a echar mano al “saco”, nunca mejor dicho, para sacar de él y lanzar una media docena de esferas acuáticas.


    - ¡Foxy esquiva con Ataque Rápido y Lanzallamas!


    La dorada vulpina uso el ataque de la estela blanca para ganar velocidad con el fin de esquivar la técnica acuática de su oponente a la par que emanaba los torrentes ígneos en los que consistía el Lanzallamas.


    - ¡Delibiiiiiiird! -expresó el ave al ser alcanzado por el ataque de fuego.


    Así el navideño pájaro cayó derrotado sobre la pista de hielo derrotado y con un ligero aroma a asado para acto seguido ser devuelto a la pokeball por su entrenador, que probablemente estaría agradecido o satisfecho con su rendimiento, pero sin embargo mantuvo su glaciar efigie mientras buscaba, y lanzaba, la otra pokeball.


    - ¡Yiiinx!-exclamó, casi cantó, la pokemon recién aparecida

    -Me da grima-dijo Silvia para sí mientras trataba de acurrucarse como podía en el banquillo para intentar no notar el frio-Shiro ¿Me prestas tu chaqueta?

    - ¿Qué?¡No! -expresó el ninja.

    -Ahora empezaremos nosotros-pensó AJ- ¡Lanzallamas! -exclamó el pelinegro.

    -Esquívalo y acércate-comandó Fredo


    La pokemon de fuego emanó desde su fino morro los torrentes ígneos hacia su oponente de tipo dual la cual, y pese a su apariencia ya que no contaba con pies propiamente dichos y si los tenía estos no eran visibles, se deslizaba velozmente por la pista helada tratando de acercarse a la par que eludía los mortíferos ataques de fuego.


    - ¡Ataque Rápido! -dijo AJ aprovechando que la pokemon de hielo estaba ya muy cerca.

    - ¡Usa Imitación! -exclamó ahora sí Fredo, rompiendo por primera vez esa impasibilidad.


    Ante la acometida de la elegante vulpina un brillo blanco iluminó a Jynx, brillo que cual sombra se extendió por el suelo hasta alcanzar a la Ninetales, si bien es cierto que eso no impidió la embestida con el ataque de la característica estela blanca.


    - ¡Ahora Lanzallamas! -exclamó AJ.


    No había acabado de caer el Jynx de caer al suelo cuando vio como el ataque de fuego le impactó, sin embargo, en vez de dañarle pareció ser absorbido por su piel. Sobra decir que dejando sin efectos el torrente ígneo.


    -Un momento-alcanzó a decir AJ algo contrariado.

    -Imitación permite copiar la habilidad del Pokemon oponente-comenzó a explicar el anciano-Y viendo que la habilidad de tu Ninetales no es Sequía solo podía ser Absorber Fuego.

    -Que buen movimiento-comentó Shiro.

    -La verdad es que sí-corroboró Silvia-Ahora en serio ¿Me prestas la chaqueta?

    -He dicho que no.


    Ajeno a los comentarios en el banquillo AJ reparó en el granizo presente desde el inicio del combate, pequeñas esquirlas heladas que parecían ignorar tanto a Delibird como ahora Jynx centrándose en Hammer y Foxy, y la Ninetales no contaba con las gruesas defensas de su acuático compañero.


    -Eso nos pone en un problema-pensó AJ-Si Foxy no puede usar los ataques de fuego perdemos la mejor arma contra Jynx y tampoco creo que Hammer pueda hacer mucho más.

    -Mientras sigues pensado atacaremos-dijo Fredo-Usa Psíquico.


    La pokemon antropomórfica emitió un extraño sonido a la par que sus ojos adquirían un profundo tono azur, tono que pasó a sus manos y que acabó en una poderosa ráfaga de energía mental que impactó en la dorada vulpina.


    -Foxy usa Ataque Rápido-exclamó AJ, recurriendo al único ataque ofensivo que contaba.


    La vulpina dorada emprendió la carga contra la rubia oponente la cual también comenzó a cargar, dispuesta a embestirle con su femenino cuerpo.


    ¡Esquiva Foxy! -pidió AJ de repente.


    Así, al ver que su oponente se abalanzaba para usar un Golpe Cuerpo la zorra de nueve colas “dribló” para esquivar el ataque y hacer que Jynx se diera de bruces contra el hielo.


    -Descansa Foxy-dijo AJ mientras la Ninetales volvía a su pokeball.

    -Kuuuuuki ku-expresó el crustáceo cuando volvió a pisar el helado terreno.


    Una vez Hammer se había manifestado en el campo AJ se puso a examinar el mismo, una pista helada con zonas algo más reblandecidas debido a los Lanzallamas errados por Foxy, eso hubiera podido ser útil si debajo de esas zonas hubiera agua, no siendo así debido a que la pista era un bloque de hielo sólido.


    -Hammer a la piscina-apremió AJ.

    -No le dejes-pidio Fredo-Usa Rayo Hielo.


    Empredió el Kingler su salida a escape hacia la piscina mientras que el Jynx lanzaba desde sus carnosos labios las descargas heladas, con la fortuna para AJ y Hammer que ninguna de ellas llegó a alcanzar directamente al crustáceo, ahora sumergido.

    El pelinegro suspiró aliviado, la piscina no es que fuera excesivamente honda o extensa, pero al menos le podría proteger de los ataques de su oponente, además al no estar a la vista de Jynx le dificultaría el uso del Psíquico.


    - ¡Hammer lanza Hidropulsos! -pidió AJ.


    Casi instantáneamente esferas de agua surgieron de la piscina y comenzaron a caer por toda la gélida pista de forma casi aleatoria, siendo muy difícil poder acertar a la rubia pokemon de hielo.


    -Jynx detenlos con Psíquico- pidió Fredo.


    Obedeciendo a su entrenador la pokemon de hielo y psíquico iluminó sus ojos y sus manos con un garzo fulgor deteniendo las hídricas esferas en el aire sin excesiva dificultad


    ¡Ahora vamos a devolvérsela! -exclamó Fredo.


    La Jynx agitó con elegancia uno de sus dedos, casi como dirigiendo una orquesta, haciendo que las esferas de agua emulsionasen entre sí generando una masa del líquido elemento mucho mayor, masa acuática que ella misma, y gracias a sus poderes mentales, se encargó de remover generando así un gran torbellino de agua que no tuvo ningún reparo en lanzar contra la piscina.


    Así esa masa agua que entraba tan abruptamente obligó a la del fondo de la piscina a desplazarse y a salir expelida hacia la superficie y entre ella el crustáceo rojo que se vió aparentemente indefenso en el aire.


    -Rayo Hielo-pidió Fredo una vez más.

    -Esto me suena-pensó AJ recordando el combate de gimnasio que había tenido en Pueblo Azalea, más concretamente contra el Scyther de Antón- ¡Danza Espada! -pidió AJ, rememorando aquel combate.


    No era Hammer el pokemon más habilidoso para maniobrar en el aire, aunque consiguió girar varias veces sobre sí mismo consiguiendo activar la técnica de incremento, amén de, al estar girando, evitar que el glaciar rayo se concentrara en un único punto y reducir así el daño recibido.


    - ¡Martillazo!-exclamó AJ con todas sus fuerzas.


    Aun en el aire, y recubierto del rojo fulgor que provocaba la Danza Espada, Hammer iluminó su ciclópea pinza para ejecutar su movimiento característico, movimiento que pensaba impactar contra su antropomórfica oponente cual arma de destrucción masiva.


    - ¡Esquívalo Jynx!


    La pokemon de hielo no tuvo que esforzarse demasiado para poder apartarse del ataque…aunque no lo suficiente.


    - ¡KUUUUUUUUUUU!


    Aunque el poderoso impacto no hubiera alcanzado a su objetivo si lo hizo contra la pista de hielo la cual además de resquebrajarse, superficialmente al menos, sirvió de conductora para la energía que cual ola de escombros helados impactó en Jynx dejándola inconsciente, y por lo tanto eliminada.


    -Vuelve Jynx-pidió Fredo haciendo regresar a la pokemon de hielo a su esférico

    - ¡Bien hecho Hammer!-felicitó por otra parte AJ a su pokemon.

    -Kuu kiiii-expresó el Kingler, algo fatigado.


    Fredo por su parte cogió su última pokeball, una que parecía algo más pálida, especialmente la parte roja, que otras que había utilizado, quizás porque fuera algo más antigua. Fuera lo que fuera el frígido anciano no pudo evitar un haz de emoción en sus ojos al tener esa bicolor esfera en su mano.


    - ¡Que me des la chaqueta!¡Me estoy helando, egoísta!


    Esos gritos sacaron tanto a Fredo como a AJ de sus pensamientos y les hicieron dirigir sus miradas hacia la surrealista escena que estaba ocurriendo en el banquillo. Esto era como Silvia, quien, si no, harta de pasar frio se abalanzó sobre Shiro, derribándolo, con el fin de quitarle la prenda superior, quedando la pelirroja encima de él y forcejeando en el frio suelo.


    -¿¡Que haces!?-expresó Shiro tan enfadado como sorprendido-¡Quita de encima!


    Los forcejeos y algún descalificativo se continuaron hasta que Fredo, en un gesto de necesaria frialdad, chasqueó los dedos y como consecuencia apareciendo de la nada cuatro Delibird que se encargaron de separar al beligerante y heterodoxo par.


    -Delibird-pidió Fredo- acompañadlos a la salida, seguro que el aire fresco les viene bien.

    - ¿Cómo? ¿¡Más aire fresco!?-alcanzó a decir Silvia mientras era conducida por las simpáticas aves hacia fuera del recinto.


    Aun sin creérselo del todo ambos se vieron fueran del gimnasio no pudiendo ver así lo que quedaba del emocionante, o no, combate de gimnasio, no pudiendo saber si Fredo podría darle la vuelta a su desfavorable situación o de si AJ podría mantener la ventaja.


    -Para ser un ninja-dijo Silvia aun mirando la fachada de gimnasio-has estado muy lento ahí dentro.


    Shiro masculló algo por lo bajo y comenzó a andar.


    - ¿Pero adónde vas? -preguntó Silvia.

    -A dar un paseo-respondió algo molesto.


    Silvia no pareció notar el tono o precisamente por eso decidió acompañarle, ambos caminaron sin decir nada durante un buen trecho hasta que Shiro se detuvo frente a un edificio que parecía una tienda típica para turistas.


    -Tienda de recuerdos de Pueblo Caoba-leyó Shiro.

    -Nada de lo que sospechar aquí. Entren sin desconfiar-continuó leyendo Silvia.


    Los dos se miraron entre sí probablemente extrañados por el modo de anunciarse de la tienda, cerrada, por cierto.


    -Silvia-inició Shiro

    -Veo que ya quieres hablar-respondió rápidamente la pelirroja.

    -Tú no eres de por aquí ¿Verdad? -continuó Shiro.

    -No-respondió Silvia-Soy de Pueblo Escaso.

    - ¿Pueblo Escaso? -repitió el de Ciudad Iris-Suena a un lugar tranquilo.

    - ¿Tranquilo? -expresó Silvia-hasta un cementerio tiene más movimiento que aquello-continuó la pelirroja con tono desencantado-Lo más interesante que pasa es cuando un Poochyena muerde al profesor del pueblo de al lado.

    -Vaya-alcanzó a decir Shiro ¿Y cómo conociste a AJ? -quiso saber.

    -Lo normal-dijo Silvia- Ya sabes, un chico, una chica, un Tauros…una niña intentando romper la cuarta pared, lo normal-dijo para luego soltar una risita.


    Mientras andaban el par habían llegado a un parque, obviamente desierto, sentándose Silvia en un banco alejándose Shiro un instante para luego volver con dos vasitos de plástico humeantes.


    -Toma-dijo el chico dándole un vasito a la pelirroja.

    -Gracias-dijo Silvia que se acercó a olerlo- ¿Café?

    -Sí-respondió este dándole un trago al suyo.

    -Podías haberme comprado un chocolate caliente-expresó ligeramente apenada Silvia-Dulce, suave, calentito… ¡Como yo! -añadió instantáneamente con su tono alegre habitual

    -No te quejes que no te lo voy a cobrar.

    -Puedo pagártelo cuando quieras-respondió Silvia para un sorbito a su café-Lo necesitaba-añadió.

    -La verdad es que hace frio-reconoció Shiro.

    - ¡Y tanto! -dijo Silvia-Se me habían puesto los pezones como la rodilla de un Rhydon.


    Esa afirmación hizo que Shiro escupiera todo su café como si de un aspersor se tratara para luego toser abundantemente mientras que un ligero hilillo de sangre parecía brotar de su nariz.


    - ¡Un momento! -dijo Silvia al ver ese hilillo de sangre-¡Lo sabía! ¡Te calé desde el primer momento en el que te vi! Tanta estrella ninja, tanta actitud calmada, tanto nombre rimbombante…Kurosawa ¡Já! Curro Enaguas más bien-se explayó la pelirroja

    - ¡Basta ya! -dijo Shiro levantándose-Te conozco desde hace poco más de un día y ya eres la persona que más me ha insultado en mi vida.

    - ¿Y qué vas a hacer para evitarlo? -dijo Silvia-Flojeras-añadió.


    A modo de respuesta Shiro tomó distancia, pokeball en mano.


    -Me gusta tu modo de pensar-dijo Silvia, haciendo el mismo gesto.


    Los dos arrojaron sus respectivas pokeballs, de la del joven de Ciudad Iris surgió el gran murciélago morado de cuatro alas mientras que de la de Silvia la criatura que salió era liviana, de cuatro finas patas negras, en contraposición con el amarillo terroso del resto de su cuerpo, tenía también cuatro alas romboidales de color verde, de idéntica forma y color, aunque más pequeñas, eran dos membranas situadas al final de la cola y que probablemente le ayudarían el vuelo, finalmente el pokemon contaba dos finas antenas y dos saltones y vistosos ojos verdes.


    - ¡Viiiiiiiibrava! -expresó, o más bien zumbó, el pokemon recién manifestado,

    - ¡Vibrava usa Dragoaliento! -abrió Silvia


    El hibrido insecto-dragón expulsó desde su boca un espeso halito verdoso directo hacia el murciélago morado que con un simple batir de alas se elevó para evitar el ataque.


    -Doble Equipo-pidió Shiro más sereno.


    La silueta de Krory parecido difuminarse levemente para que acto seguido de la misma surgieran media docena de copias que rodearon al Vibrava.


    -Golpe Aéreo-dijo Shiro.


    Las copias como el Crobat original se lanzaron envueltos en una fina capa de aire y a alta velocidad a impactar contra el pokemon de los tipos Dragón y Tierra.


    -¡Vraaaaaa!-expresó dolorido el pokemon verdoso al verse asaetado por el ataque de su oponente.

    -Bomba Lodo-dijo acto seguido Shiro.


    Tanto el Crobat original como sus copias, en un claro alarde de su dominio del Doble Equipo, se coordinaron y posicionaron para tapar, razonablemente, todo posible ángulo de escape para acto seguido iniciar la venenosa metralla.


    -¡Zumbido!-contraatacó Silvia.


    Obedeciendo a su entrenadora el Vibrava comenzó a batir frenéticamente sus alas, a la par que estas adquirían un brillo olivino, brillo seguido de unas fuertes ondas sónicas que no solo lograron destruir la mayoría de las esferas lodosas sino también las copias del gran murciélago.


    - ¡Ja! -dijo Silvia- ¿Qué te ha parecido eso? -dijo Silvia con un tono desafiante.

    -Un ataque ruidoso para una persona ruidosa-se limitó a decir Shiro.

    -Desde luego que soso que eres-murmuro la pelirroja entre dientes- ¡Vamos Vibrava Dragoaliento! -añadió inmediatamente.

    -Niebla-se limitó a decir el de Ciudad Iris.


    El peculiar dragón se disponía a lanzar el verdoso vapor cuando se vio rodeado de un denso humo blanco, humo emanado por Krory que ahora permanecía oculto en el aparentemente insondable banco de niebla.


    -Creo que me he perdido algo…-inquirió una tercera voz

    - ¡¿AJ?!-reconocieron al instante.


    Al llegar ahí el pelinegro el combate se detuvo casi instantáneamente para acto seguido acercarse y preguntarle por el combate por la medalla.


    Al grano, AJ-dijo Silvia- ¿Qué tal el combate?


    Al oír esa pregunta el entrenador de Pueblo Paleta comenzó a bajar la mirada lentamente, sin embargo mientras hacía esto lanzó desde su mano un pequeño objeto metálico que luego, en pleno vuelo descendente, agarró entre los dedos. Así los dos pudieron ver que el objeto es un hexágono de color azul verdoso con la imagen de un arquetípico copo de nieve.


    -La medalla Glaciar-dijo Shiro.

    -Exacto-dijo el pelinegro por su parte.

    -Felicidades-congratuló Silvia- ¿Y ahora qué?

    -Cuando he acabado el combate me he acercado al centro Pokemon a curar a mis Pokemon-explicó el pelinegro-Y me parece que vamos tener que dormir al raso. No había habitaciones


    Tras una sarta de improperios de Silvia contra el cielo la tierra y el mar el peculiar trío decidieron que la mejor decisión, por no decir la única viable era tener que acampar, no lo hicieron sin embargo en las cercanías de Pueblo Caoba sino en un punto fronterizo de la ruta 43 y del archiconocido, y prácticamente único aliciente junto al Gimnasio Pokemon para visitar el mencionado pueblo: Él Lago de la furia. Desde el punto elegido se podía ver tanto el invernal pueblo por un lado como la densa arboleda que rodeaba al lago, así como la propia masa de agua

    Una vez asentados nuestros protagonistas, Shiro específicamente, comenzaron a preparar la situación para la noche.


    -Pues con su Piloswine derrotó a Hammer y a Foxy-relataba AJ-Y casi a Saur, aunque al final con las Drenadoras y el veneno pudimos derrotarle-finalizó.

    -Suena interesante-dijo Shiro para luego mirar de reojo a Silvia con la clara intención de reprocharle su comportamiento.

    - ¿Cómo va la comida? -preguntó Silvia no dándose por aludida

    - ¿Ciiiin?


    Bomber se acercó a los recipientes de fideos que estaban cerca del pequeño fuego que presidía ese improvisado campamento y los olisqueó

    - ¡Quiiil! -advirtió el flamígero narigudo, advirtiendo de que ya estaban hechos.


    Tambien se acercó el Houndoom de Shiro que había estado recostado sobre su entrenador y que también olisqueó el alimento, reaccionando igual que el pequeño roedor.


    -Pues parece que ya están-dijo el ninja apartando el suyo.

    - ¡A comer! -dijo Silvia

    -La verdad es que la primera vez que hago esto-dijo AJ con tono de cierto nerviosismo mientras despegaba los cubiertos de plástico adheridos a los recipientes

    - ¿En serio? -preguntó la pelirroja.

    -Sí-reconoció AJ-Siempre me las he apañado para ir de Centro Pokemon en Centro Pokemon. Supongo que mido bien los tiempos-trató de justificar.

    -Veras como no pasa nada-dijo Shiro-Si Silvia no hace que nos echen…

    -Es como el de fideos que no pude comerme en Ciudad Iris-pensó AJ con el tenedor de plástico lleno de fideos-Y ahora no está Yami para quitármelos…-pensó el pelinegro.

    - ¡Ciiiiiiin! ¡Ciiiiiiin! -pidió medroso Bomber.


    El pelinegro le dio ese “tenedor” y ya no pidió más ya que se ovilló y se quedó dormido sobre el regazo de AJ. Aprovechando así los entrenadores para hablar de todo un poco…


    - ¿Viste nuestro combate AJ? -dijo Silvia-Estaba a punto de darle la vuelta y por eso en cuanto apareciste este retiró a su pokemon.

    -Sí, seguro que sí-dijo sarcásticamente Shiro mientras acababa de comer


    El pelinegro no sin esbozar una sonrisa miró hacia arriba, viendo el cielo oscuro cuajado de estrellas que, alejados de cualquier gran urbe, podrían apreciarse en todo su esplendor y entre ellas una luna redonda y blanca, que aportaba una visibilidad razonable para la noche.


    -Creo que me voy a dormir-dijo AJ

    -Yo también-dijo Silvia para luego estirarse de forma nada disimulada.


    Así nuestro pelinegro, con su mochila como almohada y con Bomber como particular brasero se retiró un poco para poder dormir.


    -Buenas noches Silvia, buenas noches Shiro-dijo el pelinegro.

    Buenas noches AJ, buenas noches Silvia-dijo el de Ciudad Iris.

    Buenas noches AJ, buenas noches Curro Enaguas-contestó a su vez la pelirroja.

    - ¿Curro Enaguas? -se extrañó el de Pueblo Paleta

    -Él sabe a lo que me refiero-dijo Silvia entre risitas.


    Shiro siguió despierto, en mitad de la noche, mientras acariciaba la piel de ébano de Berus, situación que duró hasta que creyó que el otro par está dormido.


    -Echales un ojo Berus-dijo Shiro reincorporándose-No creo que tarde mucho.

    -Juuuundum-asintió el telúrico can mientras se recostaba en el suelo.


    Una vez Shiro se había alejado a una distancia prudente sacó a Krory de su Pokeball y montó en el gran murciélago, poniendo rumbo hacia el núcleo urbano más cercano, Pueblo Caoba en este caso.


    Así, al amparo de la noche y con la luna como único testigo, aparte de su Crobat, Shiro se aproximó a un edificio muy concreto de la urbe, el edificio que tanto Shiro como Silvia habían observado antes.


    -A ver si me acuerdo de esto-se dijo para sí el de Ciudad Iris palpando la pared trasera de la tienda de regalos


    Shiro no iba mal encaminado ya que al presionar unos ladrillos concretos consiguió que se abriera una suerte de vía secreta en la mencionada pared. El ninja hizo regresar a Krory a su pokeball y se coló por la entrada que acaba de aparecer.


    Mientras, e ignorantes del intruso que rondaba libre, en el subsuelo de la tienda, subsuelo que no tenía por qué existir, paseaban dos individuos con una vestimenta tan peculiar como familiar: un uniforme negro con la archiconocida R roja estampada en el pecho.


    -Veamos-dijo uno de ellos mientras paseaba por esos suelos de blanco baldosines- ¿Están desactivadas las trampas del Sótano 1?

    - ¿Las que sueltan Voltorb y Geodude?-quiso aclarar el otro.

    -Sí.

    -Sí-dijo-Anda que no costo ponerlas, perdí tres dedos intentando capturarlos.

    -Sabes que no es verdad.

    -Lo sé-reconoció-pero lo pienso poner en el currículum igualmente-añadió para pasmo de su compañero.

    - ¿Vas a poner que has trabajado en el Team Rocket?

    -Sí.

    -Pero tío, si nuestro trabajo era capturar Rattata y Zubat para que el resto de los reclutas pudieran usarlos-aclaró- ¿Cómo vas a poner eso?

    -Diré que tengo experiencia como proporcionador de recursos

    -Sin comentarios-se limitó a añadir el otro


    El par de Rockets continuó andando cuando pasó por un pasillo aparentemente anodino, de no ser por las regias efigies de Persian que lo adornaban, unas estatuas ciertamente llamativas debido al extraño fulgor rojo de sus ojos.


    -Estas estatuas me ponen la piel de gallina-confesó uno –Por mucha cámara de vigilancia que tengan, no es normal.

    -Ya-dijo el otro no dándole demasiada importancia- ¡Oye! -dijo repentinamente, como dándose cuenta de algo-ahora que el Team Rocket se disuelve y que van a cerrar esto… ¡Siempre quise hacer esto!


    Acto seguido el Rocket en cuestión buscó en sus bolsillos para sacar un rotulador negro de punta gorda, luego ni corto ni perezoso pinto los ojos de la estatua de Persian y no quedándose ahí decidió pintar bigote y perilla a la representación del perlado felino.


    -Eres un crio.

    ¿Quieres hacerlo tú también?

    -Sí ¿Por qué no?


    El extraño, por no llamarlo de otra manera, par de Rockets continuó su camino de vandalismo con rotulador no reparando en un pequeño charco de agua que se había formado mientras hablaban.


    El charco en cuestión comenzó a vibrar, notándose esto por las ondulaciones en el centro del mismo, para luego “transformarse” en una extraña criatura: Una criatura cuadrúpeda de piel azul celeste, su espalda estaba ribeteada por una pequeña espina dorsal de color más oscuro que se extendía hasta casi la terminación a modo de sirena de su cola, la Pokemon también tenía una especie de collarín blanco, como si fueran membranas, alrededor de su cabeza, como eran también a modo de membranas sus orejas y cresta.


    -Katara-le chistó una voz desde arriba-Busca algo para desactivar las estatuas.


    La Vaporeon al oír la voz de su entrenador puso sus ojos en la rejilla de ventilación, tras la que se ocultaba el mismo, para luego ponerse a buscar “algo” capaz de desactivar las estatuas.


    -Por lo que veo los Rockets han construido esto sobre la antigua guarida ninja que yo conocía-pensó Shiro-Eso explicaría él porque he acabado en el conducto de ventilación-razonó.


    Sus pensamientos fueron interrumpidos por un sonido no demasiado estridente, un sonido de desconexión.


    -Vaaaaapo-se oyó decir en la lejanía.

    -Katara debe haber desconectado el sistema de vigilancia-dedujo Shiro.


    Acto seguido Shiro apartó la rejilla y salió del mencionado conducto entrando así en suelo enemigo, nunca mejor dicho.

    -Demos una vuelta Katara.

    -Vaaaaaapo-asintió la mamífera de cola de sirena.


    Los dos anduvieron por la casi desierta instalación observando como lo que otrora había sido guarida de ninjas, antaño frecuente en esas latitudes en Johto, ahora era una de las bases del Team Rocket, uno de las mayores organizaciones criminales que haya existido con ramificaciones en todas las regiones, pero con principal sede en Johto y la vecina Kanto, especialmente en esta última.


    -Es triste ver como el lugar al que tanto me trajo mi abuelo ha acabado convertido en esto-pensó Shiro Kurosawa mientras veía unas máquinas donde no hace demasiado tiempo los Electrodes surtían de energía a toda la estructura


    - ¡Jiu jiu jiu! -se oyó una siniestra risita- ¡Más potencia!


    Alertado por esa risa Shiro hizo regresar a Katara a su pokeball y, curioso, se dirigió a la fuente de la risa.


    Ese sonido provenía de una sala no demasiado lejana: una gran sala rectangular en las cuales los escritorios y mesas estaban cargadas de libros y ordenadores, muchos de ellos empaquetados, la sala tenía unos posters, algo raídos, en los que se podía leer Cola Slowpoke y Cola Raticate, aunque indudablemente en la sala lo más extraño eran los humanos, uno de ellos más concretamente: Un individuo de bata blanca, cabeza gorda y cuerpo fino con escaso cabello y unas gafas grandes y cuadradas.


    -Jiu Jiu-rió-Más potencia.

    -No…no – jadeó el otro allí presente-No puedo más.


    El otro individuo era un Rocket raso que estaba pedaleando frenéticamente encima de una extraña bicicleta, bicicleta de la cual surgían múltiples cables; cables que a su vez derivaban en una urna donde había un extraño trozo de piedra.


    -Jiu Jiu ¿Seguro? -quiso saber el aparente científico

    -Seguro-afirmó casi ahogándose el otro.

    -Por todo el Cloruro de Plomo-dijo-Los reclutas de ahora no sois los de antes.


    El científico buscó en su bata dos Pokeballs y las accionó liberando a un par de Voltorb para luego ponerles a ellos los mencionados cables.


    - ¿Quieres saber qué es lo que estamos haciendo? -preguntó el científico

    -Pues sí.

    ¡Muajajajiu jiu! -volvió a reír- ¡Estamos jugando a ser dios!

    -Debería haber hecho caso a mi madre y haberme puesto a esquilar Mareep-musitó el recluta Rocket por lo bajini al ver como el extraño científico se disponía a continuar sus explicaciones.

    -Gracias a los datos recogidos por división F en Isla Canela más a las investigaciones que ya teníamos del proyecto: GY4R4D0S R0J0…

    -¿Qué clase de nombre en clave era GY4R4D0S R0J0?-interrumpió el soldado raso-Si resulta obvio de lo que se trataba…

    - ¡Por todo el ácido acetilsalicílico!¡Calla y no interrumpas! -dijo el de las gafas ¿Por dónde iba…? -quiso saber luego.

    -Datos recogidos, división F, nombre en clave bastante obvio…-sintetizó el de la R roja mientras buscaba algo que comer por la sala.

    -Sí, sí-dijo su interlocutor retomando el hilo- ¡Gracias a todo esos datos que hemos recogido podemos desarrollar nuestra propio modo de volver a la vida Pokemon prehistóricos!

    -Pejo ejo ez ej fantajtico-acertó a decir el Rockets con la boca ya llena de comida.

    - ¡Sí! ¡Claro que sí! Piensa en las posibilidades…comenzó a decir el científico para darse la vuelta y mirar a su ayudante - ¿Por qué te estás bebiendo el aceite con el que engraso a los Voltorb?

    - ¡PUAAAAAAJ!-esputó mientras escupía todo lo ingerido-De todos modos…-comenzó a decir.

    - ¿Si?

    -Si como se rumorea el Team Rocket va a disolverse ¿Qué sentido tiene continuar las investigaciones?

    ¡Muajajajiu jiu! ¡Precisamente por eso! -volvió a reír el extravagante individuo- ¡Nadie podrá detenerme! ¡Ni el Team Rocket! ¡Ni la policia!¡MUAAAJAJAJIU JIU!

    -Pero oiga…que somos personajes de un solo capitulo-acertó a decir con un hilo de voz ante tal derroche de locura.


    Pero el extraño científico ya no escuchaba y en pleno torbellino de pavorosa, y en cierta manera divertida, locura se había arrancado la ropa, quedándose en calzoncillos para luego salir corriendo de la sala.


    - ¡Por Dios otra vez no!¡Van tres veces en un mes! -Alcanzó el Rocket que salió de la habitación con la finalidad de hacer volver a sus cávales al científico, o vestirlo al menos.


    Quedo así la sala en silencio pese a la electricidad de los Voltorb y entre libros y sombras, probetas y penumbras apareció una silueta descendiendo de la oscuridad del techo.


    -Pirados-enjuició Kurosawa, probablemente referido al par que acababa de salir


    Curioso, el de Ciudad Iris se acercó la urna pudiendo percibir que, en el interior de la misma, flotando en un peculiar líquido, había una piedra. Observando un poco más pudo ver que en la piedra se apreciaban ciertos restos, restos de lo que hace milenios era una materia parecida a la vegetal.


    - ¿Esto es?...


    Un fulgor intenso en la urna cortó las palabras de Shiro, fulgor que hizo que los Voltorb salieran corriendo, aunque sería más exacto decir rodando, por el mismo camino de sus entrenadores.


    Así, fulgor ya desaparecido, Shiro se acercó a la urna de nuevo, no pudiendo creerse que donde antes había un trozo de piedra ahora había una criatura no demasiado alta, rondaría un metro de altura, tenía ocho tentáculos rosados con un punta en tono más intenso, esos tentáculos estaban alrededor de una apertura circular tan oscura que solo se apreciaban dos puntos amarillos, quizás unos ojos primitivos, tenía también un cuello segmentado y amarillo que separaba su cabeza donde estaban todas las estructuras antes descritas de un cuerpo compacto y simple de “piel” morada, como toda la superficie del pokemon, con cuatro apéndices cortos pero indudablemente útiles para su objetivo que no era otro que proporcionar sujeción a su propietario.


    -Liiilip-expresó el pokemon para comenzar a mover la cabeza dentro de la urna, tratando de explorar donde estaba.


    Shiro volvió a ojear el recinto, no se oía ni rastro de la rodadura de los Voltorb ni de los pasos e histriónicas risotadas del anterior dúo, probablemente se habrían encontrado con los pinta-estatuas y estarían los cuatro rondando por las calles de Pueblo Caoba, una imagen nada tranquilizadora pero visto lo visto no demasiado peligrosa. El caso es que ese pokemon se quedaría merodeando por un lugar extraño y solitario. Y en caso de que pudiera salir se vería igualmente sola en un mundo que probablemente nunca sería capaz de entender…al menos no sola.


    -Supongo que no puedo dejarte aquí-pensó el de Ciudad Iris


    Finalmente buscó una pokeball vacía para usarla sobre el pokemon planta y roca no encontrando demasiada resistencia, poco después ya volaba junto a Krory hacia la orilla del Lago de la Furia, donde deberían estar durmiendo AJ y Silvia.


    Una vez aterrizado Shiro guardó sus Pokeballs tanto la de Krory como la de la Lileep aun sin nombre. Luego observó el escenario: Era una noche clara debido a la luna blanca que brillaba en el cielo sin más oposición que las estrellas, también era clara debido a unos timidísimos trazos naranja que comenzaba a aparecer, por otro lado, una brisa agradable soplaba, no demasiado fría debido al efecto regulador de la masa acuática. Finalmente, Shiro se asomó a al lago pudiendo ver como todos esos cuerpos astrales se veían reflejados en el agua


    -Al fin algo de paz-alcanzó a decir el de Ciudad Iris.


    Fue el ninja acabar de hablar cuando el espejo líquido que era la superficie del lago se “resquebrajó” para emerger de la misma una gran serpiente marina de piel azulada, la cual lanzó un inconfundible rugido mientras descendía lentamente.


    -Un Gyarados-dijo Shiro, llevándose casi de inmediato la mano a una de las pokeballs, si bien la criatura acuática no parecía tener demasiadas ganas de bronca


    -Cálmate un poquito ¿no? -le dijo una voz conocida.

    - ¿S-Silvia?


    Shiro se acercó un poco más para poder observar como la pelirroja se bajaba de la cabeza del Gyarados


    -Silvia ¿Puedo saber que estás haciendo? -preguntó Shiro.

    -Darme un baño con mi pequeñín-respondió esta con naturalidad

    - ¿A estas horas?

    -Yo podría decirte lo mismo.


    Shiro calló, la pelirroja de mechas verdes tenía razón y si bien no tenía especial interés en contar lo sucedido eso tampoco significaba proclamarlo a los cuatro vientos. De todos modos, el Ciudad Iris no pudo evitar fijarse en un pequeño detalle:

    No es que él fuera un experto en esos temas y pese a que la noche era clara tampoco era un derroche de visibilidad, aun así deparo en que un bikini, o cualquier prenda de baño, solía contar con unos colores o bien lisos o con vistosos estampados además de una textura determinada, textura y colores muy alejados del color rosa carne y de aspecto delicado que presentaba las prendas de Silvia.


    -Esto…Silvia-trató de decir Shiro.

    -Espera-interrumpió la pelirroja.


    Dicho esto, la chica sacudió su cabeza haciendo que su largo pelo rojo, ahora libre de la coleta, se moviera de un modo tan salvaje como elegante tratando de liberarse del apelmazamiento propio del agua.


    - ¿Decías? -quiso Silvia.

    -N-Nada- respondió Kurosawa-que me voy a dormir.


    El de Ciudad Iris dejó a la de Hoenn para buscar el lugar donde estaban durmiendo y donde todavía estaba dormido AJ abrazado a Bomber.


    - ¿Estaría Silvia…? -siguió pensando Shiro- ¿Bañándose en bragas y sujetador?


    La mera mención mental de esas prendas hizo que de la nariz del de Ciudad Iris brotara, casi tímido, un hilillo rojo que solo podía ser una cosa…


    -Otra vez-dijo para sí con tono avergonzado-Al menos AJ sigue dormido.

    -Acaba con ellos Saur-musitó AJ entre sueños-Yo seré el Rey de los sorbitos dulces.


    Shiro no pudó evitar mirar a AJ con una expresión un tanto descompuesta, lo dicho no es que fuera grave…Pero sí ligeramente pertubador.


    - ¿Dónde me he metido? -alcanzó a decir el ninja con tono de extremo cansancio para luego caer en el suelo, agotado por lo que sin ninguna duda había sido un día muy largo.
     
  2. Threadmarks: Capitulo 29
     
    AJ Slifer

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    CAPITULO 29: WHERE DRAGON RULE/ DONDE MANDAN LOS DRAGONES


    Tras la noche al raso en el conocido Lago de la Furia nuestro querido, o no, grupo de protagonistas atravesaron la denominada Ruta Helada, una cueva al este de Pueblo Caoba y que como su nombre sugería era habitada por numerosos pokémon de tipo hielo, además de los omnipresentes Zubat.


    Quizás fueron los Pokemon los que crearon el gélido ambiente de la caverna o quizás este fue el que atrajo a los Pokemon. Pero eso ahora no importaba...


    -Aaaaaaah-expresó Silvia estirazándose bajo el sol de la tarde de Ciudad Endrino-Ya estoy harta de pasar frío
    -Exagerada-se limitó a decir Shiro
    -De exagerada nada-dijo Silvia-No todos nos entrenamos bajo cascadas como tú-añadió Silvia para luego sacar la lengua
    - ¿Entrenarme bajo cascadas? -preguntó Shiro
    -Claro-dijo la pelirroja-Eso es lo que hacéis los ninjas, eso e invocar gigantescos Ninetales demoníacos.
    -Las alusiones a Naruto perdieron toda la gracia hace mucho¿Lo sabías?-contraatacó el de Ciudad Iris.
    -Tienes razón, no debería hacer bromas con Naruto cuando no llegas ni a Rantaro ¿Verdad AJ? ¿AJ?


    La pelirroja de mechas verdes y el ninja de Ciudad Iris miraron a donde debería de estar el oriundo de Pueblo Paleta, observando que este lejos de quedarse oyendo sus discusiones habituales había seguido andando hasta un pequeño cartel.


    -Ciudad Endrino: Un pequeño refugio de montaña-leyó AJ en el cartel que precedía a cada pueblo.


    Leído esto el pelinegro alzó la vista pudiendo ver qué Ciudad Endrino pese a su nombre no era excesivamente grande, era un enclave situada en la ladera de una montaña donde los edificios, los más tradicionales al menos, contaban con empinados tejados negros, para evitar los efectos de nevadas copiosas o fuertes lluvias, que por otra parte por su ubicación montañosa podían ser frecuentes.


    -¡Hey AJ!-dijo Silvia una vez le habían alcanzado-Aquí es tú último combate de gimnasio ¿No?
    -Sí-se limitó a decir el pelinegro-Contra pokemon de tipo dragón-completó AJ
    -No será fácil-añadió Shiro
    -Lo sé-dijo el pelinegro mientras el combate de Saur contra Helena y su Dragonair en la Liga Pokemon le rondaba por su cabeza.


    No dijeron nada hasta llegar al Centro Pokemon, ubicado en la zona sur de la empinada ciudad


    -Aquí nos separamos-dijo Silvia en las puertas del útil y multiusos edificio.
    - ¿Cómo? -expresaron a dúo AJ y Shiro
    -Quiero comprobar una cosa, pero estaré aquí enseguida ¡No os librareis de mi tan fácilmente!
    -Ahora que Silvia lo dice-inició también el de Ciudad Iris-Yo hay una cosa que también quiero arreglar.
    -Pues nos vemos luego-dijo el pelinegro-Yo también necesito estar un rato a solas.
    -Pues todos contentos-dijo la pelirroja con mechas- ¡Nos vemos luego!


    El pelinegro se despidió, temporalmente, de los otros dos y reservó unas tres habitaciones no sin jurar y perjurar que iban a ser ocupadas, Luego se dirigió a la suya para dejar la mochila en el suelo y tumbarse en la cama


    -El gimnasio es de tipo dragon-pensó AJ-No tengo ningún Pokemon especialmente fuerte contra ese tipo, solo algún ataque si acaso-continuó cavilando-Este será mi último combate de gimnasio en la región de Johto ¿Y después? La liga. En fin-dijo para después suspirar e reincorporarse-No venderemos la piel del Ursaring antes cazarlo.


    Si. Definitivamente AJ no era amigo de los popularmente llamados "Cuentos de la lechera" probablemente para evitar ilusiones innecesarias más que otra cosa, independientemente de eso a las afueras de Ciudad Endrino, cerca de la Cueva Oscura, Una larga gruta que unía la septentrional ciudad con la aparentemente lejana ruta 31 a medio camino entre Ciudad Malva y Ciudad Cerezo. Allí Shiro miró para percatarse de que no había nadie y una vez hecho eso...


    -Salid todos-dijo el ninja arrojando las seis Pokeballs con las que contaba


    -Croooooo.
    -Jooooduum.
    -Vaaaaapo.
    -Glaaaaigaaar
    - ¡Rio!
    -Liiip


    -Bien-dijo Shiro sentando en el suelo-Creo que es el momento de que os conozcáis, estos son Kuoni y... Lily-presentó Shiro improvisando en el momento el nombre la pokemon de tipo roca y planta

    - ¡Riooolu! -expresó con energía el luchador azul
    - Liiiiip-expresó más tímida la planta antediluviana.


    Los otros cuatro se miraron entre sí, el primero en acercarse fue Daiba, que fue el único que estaba presente cuando nació Riolu, para luego estrechar amistosamente sus "garras" luego fueron Berus y Katara los que se acercaron y tras un olisqueo parecieron aceptarlo con un amistoso lametón.


    -Cro bat-se limitó a decir el gran murciélago morado, visiblemente más frio.


    -De ahora en adelante estamos todos en el mismo barco-dijo Shiro acariciando los "tentáculos" violeta de la Lileep.

    - ¡Riiiii! -pareció confirmar alegremente el pokemon azul para luego apoyar su cabeza junto al hombro de Shiro.


    A la vez, en la zona norte de la ciudad enfrente de un edificio en que se podía leer GYM destacaba una figura de piel bronceada y cabello rojo adornado

    con unas llamativas, por no decir otra cosa, mechas verdes. Figura acompañada de un reptil verde de vientre rosa y de una comadreja de gris sucio en claro contraste con el rosa de sus plumas.


    -Así que gimnasio de tipo dragon-dijo Silvia para luego sonreír-AJ no va a ser el único que se lo a pasar bien.
    -Niiiis-chilló la Sneasel
    -Groooo.


    El trío volvió a reunirse y el día siguiente, con todos descansados y el sol en lo más alto volvieron a encontrarse al frente del gimnasio pokemon, ubicado en la zona norte de la ciudad, dándole la espalda a un lago que a su vez precedía a la denominada Guarida Dragón. Ajenos a eso nuestros protagonistas entraron, con Silvia y Shiro sentándose en el banquillo y AJ esperando en su lado del campo.


    ´-Siento la espera-dijo una voz femenina-Soy Débora, podemos empezar


    AJ miró a su interlocutora: era una mujer joven que peinaba un cabello de un vistoso azul claro recogido en forma de coleta, azul era también sus penetrantes ojos, así como su corto vestido que dejaba ver, principalmente unas largas y torneadas piernas, quizás lo único que no tenía ese color era unos aretes negros situados en sus muñecas y rótula que daban paso a unos guantes y botas, también azules.


    Luego el pelinegro miró a los lados viendo como el juez, un hombre bajito con bigote y vestido de negro, ya estaba en disposición de iniciar el combate.


    -Comenzaras tú-dijo la líder.


    El pelinegro cogió rápidamente a su Pokeball y la arrojó al campo.


    -Breeeei-expresó Yami manifestándose


    -Sabía que me dejaba algo-dijo Débora mirando al juez, o árbitro, del combate.


    No tuvo que decir nada más y el hombre se apresuró a presionar un botón que hizo temblar todo el campo, rápidamente el tradicional campo de tierra desapareció a la par que emergía una gran piscina con redondeadas superficies blancas, a las que rápidamente se montó Yami. Acto seguido la mujer lanzó su pokeball liberando una alargada y feroz serpiente azul


    - ¡Guiiiiiiaaaaaar! -rugió con fiereza el Gyarados, haciendo retroceder al Umbreon.


    AJ se rascó la cabeza, un Gyarados podía hacer estragos si no se tenían a los pokemon adecuados para contrarrestarlo...Como le pasaba a él


    -¡Hidrobomba!-exclamó la peliazul.


    La serpiente azulada lanzó desde su boca un potente, además de ancho chorro de agua, AJ ya había visto muchas veces ese ataque y normalmente usado por Zelvy,el Wartortle de Izumi, pero definitivamente este estaba en otra escala de poder


    - ¡Esquivalo Yami! -dijo AJ con un tono de voz casi asustado.


    El mamífero de piel azabache usó la ya muy conocida técnica de la estela blanca para poder esquivar y de paso saltar ágilmente sobre las plataformas para acercarse a su ciclópeo oponente.


    -¡Finta!

    Aprovechando que estaba cerca el pokemon de ojos escarlata se desvaneció durante unos segundos para reaparecer y embestir a su oponente

    - ¡Cola Férrea!


    -¡Uuumbreon! -expresó el cuadrúpedo blandiendo su ahora tensa y metálica cola contra el muro azul que parecía su oponente.


    - ¡Gyarados bajo el agua! -pidió Débora
    -Yami acude al centro de una plataforma-contrarrestó AJ


    Obedeciendo a su entrenador, Yami se puso en el centro del circulo blanco flotante sabiendo que así era más difícil ser alcanzado por un ataque, aunque teniendo en cuenta el alcance de la Hidrobomba y la longitud del propio Gyarados...


    Repentinamente el agua comenzó a temblar y acto seguido el pokemon emergió, partiendo en dos la plataforma blanca y levantando bruscamente al Umbreon.

    - ¡Placaje! -exclamó la líder de gimnasio.

    Placaje era un ataque que podían aprender los Gyarados durante su etapa como Magikarp y pese a que no sonara demasiado amenazador el hecho de ver embestir a una criatura de seis metros y medio y doscientos treinta y cinco kilos no era nada tranquilizador, como tampoco lo era el ver como al ser embestido Umbreon se precipitó inconsciente y como un plomo sobre una de las plataformas, y había impactado de no ser porque el Gyarados, previa indicación de su entrenadora, lo había recogido con su cola y lo había dejado a pies de su entrenador.


    -Umbreon está derrotado-dictaminó el juez.


    El pelinegro hizó regresar al pelinegro cuadrúpedo a su pokeball y pese a que mantuvo su mismo gesto no pudo evitar sentirse sorprendido de que Yami cayera derrotado tan rápido.


    -Soooooor-exclamó Saur al ser el siguiente pokemon elegido por AJ para ese combate.
    -Gyarados usa Hidrobomba de nuevo-pidió la peliazul
    - ¡Esquívalo Saur y Placaje!


    Quizás un Venusaur, por obvias razones, no podía tener la aceleración de un Umbreon pero sus fuertes patas le permitían saltar sin demasiados problemas por las plataformas y así embestir a su oponente.


    -Gaaaaaar-gruñó el leviatan, estaba clara la diferencia de masa corporal entre Saur y Yami
    -Colmillo Hielo-pidió la entrenadora de Dragones.


    Así cuando el gélido vaho recubrió los colmillos de la bestia marina este se lanzó contra su florido oponente con la clara intención de hundir sus dientes en su piel azulada


    -¡Bomba Lodo! -exclamó AJ

    Obedeciendo a su entrenador el reptil mamiferoide arrojó andanadas de esas esferas de lodo negro que claramente impactaban en su oponente pero que no parecían detenerle

    -Dooooos-rugió el pokemon para solo un segundo después hincar sus colmillos en el costado de Saur.
    -Sooooooor-gruñó por su parte el pokemon planta, visiblemente dolorido por ese ataque.

    AJ no podía ignorar los sonidos de malestar de su Pokemon pero trato de hacerlo para intentar encontrar algo que le ayudara a requilibrar la balanza a su favor, y pareció encontrarlo ya que pudo percatarse de como unas manchas violetas comenzaban a parecer sobre la piel del Gyarados.


    - ¡Drenadoras! -exclamó AJ con un súbito incremento de confianza que se palpaba en su tono.
    - ¡Hidrobomba! -contraatacó Débora


    Saur lanzó desde su vistosa flor las "vampíricas" semillas a las que su oponente contraatacó con el hídrico ataque, Ante el potente chorro de agua el pokemon de planta uso las vides que solía usar para el Látigo Cepa para asir a Gyarados, luego tomó impulso para saltar, rodear la espada de Gyarados y volver a su posición inicial


    -UAAAAAAAAAAAR-rugió el leviatán al notar como las pardas semillas germinaban en su espalda drenando su energía para transmitírsela a su oponente
    - ¡Colmillo Hielo! -exclamó Débora
    -Adaptación-dijo AJ


    Obedeciendo a su entrenador el pokemon planta cerró sus ojos mientras elevaba el agua que les rodea, como si hubiera usado el ataque conocido como Surf, generando un muro hídrico.

    Era obvio, para AJ también, que esa ola que Saur había creado no iba a detener a Gyarados, pero este no pudo frenar y al entrar en contacto con la mencionada masa de agua la congeló, generando congelado un muro que se derribó casi al instante, pero consiguiendo frenar el ataque

    Volvió a oírse el rugido del Gyarados, quizás por la frustración o quizás por el efecto conjunto del veneno y de las drenadoras pero después de ese "grito" de pura frustración cayó inconsciente y derrotado.


    -Uff-suspiró AJ aliviado de, pese a quedar mucho, haber podido enmendar algo el combate.
    -Aún queda mucho-advirtió la de pelo azul mientras lanzaba su siguiente Pokeball.


    -Gooooon-gruñó la criatura liberada entre unos vistosos brillos


    AJ posó los ojos en ese Pokemon nunca visto, para él, una criatura bípeda de aspecto claramente reptiliano, con brazos relativamente largos y con protuberancias naranjas, presentes también en sus piernas y en su espina dorsal, en la cola principalmente, naranja era también su cara de aspecto rugoso, incluso irregular, el Pokemon tenía también unas alas, no vestigiales porque eran de considerable tamaño aunque no parecían aptas para el vuelo


    Druddigon, Pokemon Cueva: Calienta su cuerpo absorbiendo los rayos del sol por las alas, recorre estrechos túneles donde ataca con sus afiladas garras y su durísima cabeza.


    -Este pokemon es...-pensó AJ al ver como el pokemon que tenía frente así era verde y naranja a diferencia del ejemplar azul y rojo que le mostraba la imagen de la pokedex
    -Es un Pokemon Variocolor-dijo Shiro en el banquillo.
    -Lo de variocolor suena muy forzado...y bastante repipi-comentó Silvia-Yo prefiero decir pokemon shiny-opinó la pelirroja
    -El mundo no se rige por lo que tú quieras-respondió Shiro
    -El mundo no se rige por lo que tú quieras-contraatacó Silvia, repitiendo lo mismo con un tono de burla


    Independientemente de que se fuera un pokemon variocolor, shiny o pokemon brillante, como prefiere el humilde escritor de estas líneas, eso no restaba ninguna fuerza física ni ninguna capacidad de combate


    -¡Drooooooo!-rugió el dragon verdoso.
    -Látigo Cepa-pidió AJ
    -Agárralo-respondió Débora-Y tira


    Saur desplegó uno de sus látigos, casi a modo de prueba, con la intención de golpear a su oponente, pero no esperaba que el dragón agarrara una de esas cepas y tirara con fuerza, arrastrándalo hacia el


    - ¡Placaje! -exclamó AJ


    Así viendo como su oponente le jalaba tanto AJ como Saur decidieron dejar de oponer resistencia para usar esos "tirones" como impulso y embestir con fuerza


    -Deslumbrar-pidió Débora con tranquilidad


    El Druddigon había recibido el placaje y lejos de salir propulsado aguantó en su posición, además fue lo bastante rápido como para iluminar sus ojos con un intenso, por no decir cegador, fulgor rojo para luego mirar directamente a su adversario a los ojos


    -¡Puño Fuego!-exclamó la líder de gimnasio.


    El puño, o la garra, del pokemon variocolor comenzó a subir de temperatura hasta el punto de manifestar una llama física y luego lanzar ese fuerte puñetazo directamente en la cara de Saur


    - ¡Saur,Bomba Lodo!-exclamó AJ.


    El pokemon de tipo planta trató de lanzar la andanada de fango, pero la parálisis, provocada por el Deslumbrar anterior, le impidió ejecutarlo. Además de recibir otro Puño Fuego


    El pelinegro comenzó a cavilar hasta que evolucionó a Venusaur,Saur, había ganado muchos combates gracias a infligir cambios de estado como somnífero o polvo veneno y también usando movimientos como Drenadora Sin embargo no estaba acostumbrados a sufrirlos en sus azuladas carnes.


    -Soooor-jadeó el pokemon planta.
    -Saur, la combinación-dijo repentinamente


    El pokemon planta liberó desde su flor una intensa esencia de color sonrosado mezclado ligeramente con el tono violáceo del Polvo Veneno que rapidamente comenzó a rodear al pokemon de áspera piel


    Drooo-comenzó a toser el dragón variocolor al inhalar el edulcorado veneno


    -Sí-se alegró mentalmente AJ-sabía que esta era la mejor forma de envenenarlo, especialmente con esa piel tan dura, aunque claro-pensó-Al estar diluido con el Dulce Aroma es menor el efecto que el que haría el Polvo Veneno solo o el Bomba Lodo, pero menos es nada-se dijó continuando con el soliloquio interno
    - ¡No has acabado con nosotros! -irrumpió la pelo azul- ¡Garra Dragón!
    - ¡Bomba Lodo! -exclamó AJ


    El dragón variocolor, con primeros pasos vacilantes, comenzó a cargar hacia su oponente mientras que sus garras adquirían un intenso fulgor azulado mientras que el pokemon de tipo dual lanzó la ráfaga de esferas venenosas.


    Tal era el poder que debía de tener el pokemon originario de Teselia que al entrar en contacto sus garras con la piel de Venusaur generó una serie de miniexplosiones, aunque para entonces el pokemon de Kanto había tenido tiempo de descargar toda su metralla tóxica.


    -Vinaaaaaasoooooor-acertó a expresar el pokemon de tipo planta antes de caer derrotado
    -Gooooooooon-hizo el dragón con igual tono para luego derrumbarse

    -Pues oye no está mal el combate-comentó Silvia-Casi me arrepiento que nos expulsaran en el gimnasio anterior.
    -Le mato...le mato-pensó Shiro reimprimiendo el gesto de estrangularla


    Sin mediar palabra la líder de gimnasio y entrenadora de dragones arrojó su siguiente, además de última, pokeball de la que inmediatamente, en el agua, surgió una especie de pokemon que AJ no había visto nunca pero que le resultaba conocido. Era una criatura alta, aunque su altura no podría apreciarse bien al estar parte de su cuerpo bajo el agua, de pie azul con escamas lisas y dos cuernos parecidos a ramas en la cabeza.


    - ¡DRAAAAAAAA! -Expresó con fuerza el pokemon de boca tubular.
    - ¡SIIIIIIDRA! -Expresó con igual ánimo el pokemon que AJ había elegido.
    - ¡Hydra usa Dragoaliento! -inició AJ


    Obedeciendo a su entrenador, y quizás especialmente motivada por enfrentarse a su forma evolucionada, la pokemon de espinadas escamas disparó el hálito azul verdoso directo a su oponente.


    -Híperrayo-dijo Débora con total normalidad.


    El hipocampo de mayor tamaño disparó desde su tubular boca-hocico un potente rayo de energía ambarina que no solo inutilizó el dragoaliento sino que también evaporó una buena cantidad del agua que tocó


    - ¡Agilidad y Bote! -dijo prestamente AJ, tratando de aprovechar el efecto secundario del icónico ataque


    Así la Seadra usó la técnica del incremento de velocidad para deslizarse velozmente, por la superficie del agua, para luego tomar impulso y saltar, con su cola-aleta inferior recubierto de un albo fulgor, sobre su oponente


    - ¡Dragoaliento! -volvió a exclamar AJ


    En el aire gracias al impulso del ataque Bote al rebotar, por redundante que sonara, sobre su oponente volvió a ejecutar el ataque de tipo dragón.


    - ¡Esto acaba aquí! -exclamó Débora repentinamente- ¡Cometa Draco!


    El draconico hipocampo miró hacia arriba mientras un gran orbe de energía naranja se formó delante de sí, esfera que se elevó lentamente hasta llegar el punto en el que explotó y precipitó en forma de lenguas de fuego, alcanzado a su pariente evolutivo y dejándola inconsciente sobre una de las plataformas.


    -El entrenador ha sido derrotado, Débora es la ganadora-anunció el juez.


    Sin mucho que decir y viendo como la líder y el juez se retiraban AJ recogió a su Seadra y abandonó la sala seguido de Silvia y Shiro, no hubo demasiada conversación hasta que, mientras lo pokemon del pelinegro reposaban en las manos de la enfermera Joy, se dispusieron a comer


    - ¿Estas bien AJ? -preguntó la pelirroja
    -Si ¿Porque no iba a estarlo?
    -¿¡Por qué has perdido un combate de gimnasio y no has dicho nada desde entonces!?-exclamó,mientras daba un golpe en la mesa, haciendo que las mesas de alrededor dirigieran su mirada hacia la del trio
    -Silvia...-comenzó a decir Shiro

    -No es verdad-interrumpió AJ-Os he preguntado que querías para comer...-dijo mientras se metía en la boca una croqueta-De todos modos-volvió a decir una vez había tragado-Claro que estoy enfadado, mis pokemon han sufrido y además tendré que estar más tiempo aquí, por no hablar de que a nadie le gusta perder-explicó-Aun así, no hay que hacer un drama de esto, es el último gimnasio perder entraba dentro de lo posible-explicó mientras disimuladamente cogía una croqueta de Shiro.

    -AJ, te he visto-dijo el ninja-y Silvia...
    -Vaya AJ-dijo la pelirroja interrumpiendo de nuevo al de Ciudad Iris-A veces juraría que tienes horchata en vez de sangre
    -Horchata, que rica-dijo AJ casi riéndose
    -En fin-dijo Silvia llevando la mano hasta donde debía estar su plato para solo notar el tacto plástico de la mesa-¡¿Shiro, te has comido mis croquetas ?!-volvió a exclamar con un tono mucho más común en ella
    -Llevo intentando decírtelo-explicó-En el primer golpe que diste a la mesa se te cayeron todas al suelo-dijo mientras señalaba al suelo, donde estaban todas


    Ni corta ni perezosa, y aprovechando que no les veía nadie, la pelirroja cogió una del suelo, le sopló para eliminar el polvo superficial y la devoró sin ningún problema

    -Que rica-dijo Silvia
    -Eres repugnante-dijo Shiro con tono resignado mientras veía con el rabillo del ojo como AJ, entre risas, le robaba otra croqueta.


    La siguiente semana pasó relativamente rápido entre entrenamientos, hurtos de croquetas y divertidas amenazas de Silvia con tirar a Shiro al lago, divertidas para ella. Volviendo a los entrenamientos estos se concentraron principalmente en la figura de AJ con la clara intención de tratar de incrementar su nivel de cara a una revancha en el gimnasio, a veces entrenabancerca del lago que rodeaba la ya mencionada edificación, otras veces en las inmediaciones de la Cueva Oscura o de la Ruta Helada o bien adentrándose en los desfiladeros al sur de la ciudad en la ruta 45, unas veces enfrentándose a los pokemon salvajes y otras contra Shiro y Silvia


    -AJ, inténtalo una vez más-dijo el ninja
    - ¡Colmillo Hielo! -exclamó AJ


    El fósil reptil volador generó un hálito gélido que se adhirió a sus dientes generando así una glaciar "funda" alrededor de ellos


    - ¡Rioooolu! -animó el pequeño pokemon lucha desde la distancia
    - Ciiiiiin-dijo, casi, bostezó el pokemon de fuego
    -Eso no es nada-les dijo la pelirroja al par de bebes-Ya os lo enseñara vuestra tita Silvia un día de estos.
    - ¿Tita Silvia? -preguntaron AJ y Shiro.
    -Callad y seguid entrenando, cotillas-respondió la de las mechas
    -Volviendo al tema-intervino el de Ciudad Iris-Parece que Iwasa ya domina el Colmillo Hielo
    -Sí-dijo AJ-El Colmillo Hielo y los otros ataques deberían ayudarnos con Débora.
    -Hablando de la reina de roma-dijo Silvia señalando hacia un punto en movimiento en el lago, cerca del cual se encontraban.


    Todos miraron hacia donde señaló la pelirroja viendo como la mencionada líder de gimnasio surcaba a lomos de un Dragonair el lago hacia donde ellos se encontraban.


    - ¿Entrenando para la revancha? -preguntó la mujer de pelo azul.
    -Sí-reconoció el pelinegro
    -No te lo tomes a mal-respondió la líder-Muchos dicen que puedo enfrentarme de igual a igual con el Alto Mando
    -Hablando de eso-dijo Silvia incorporándose-Me gustaría combatir contra ti, nada oficial aquí y ahora-dijo la pelirroja
    -No tengo inconveniente ¿Un combate de dos pokemon contra dos?-propusó la líder.
    -Perfecto.


    Ante el inesperado combate AJ y Shiro se apartaron para dejar espacio a los pokemon que iban a aparecer, una pequeña planicie bordeando el lago y cerca del gimnasio y con la visión de las montañas que albergaban la Guarida Dragon y que rodeaban la ciudad seria el escenario


    -Antes de nada-dijo la mujer de pelo azul, ya con las pokeball en la mano- ¿Algún motivo para el combate?
    -En el combate pude ver que eres una líder de gimnasio de tipo Dragón.
    -Entiendo y tú eres una entrenadora de tipo dragón también ¿No?
    -Ahí es donde te equivocas-dijo Silvia negando graciosa, incluso coquetamente, con el dedo-Yo no entreno pokemon de tipo dragón, yo entreno pokemon que vencen a los del tipo dragón.
    -Muy bien-dijo Débora-Juraría que he oído esa frase antes pero como sea ¡Comencemos!


    La líder de gimnasio lanzó sus dos pokeballs, de una de ellas surgió una elegante criatura serpentina de piel azul, de la otra una criatura bípeda híbrida entre un rinoceronte y un dinosaurio de aspecto tosco


    - ¡Draaaaaaaagonair!
    - ¡Raaaaaaaidooon!


    -Pues ahí van los míos-expresó Silvia lanzando sus dos pokeballs

    -¡Eeeeesnis!
    -Grooooovaaail


    Mientras los pokemon comenzaban intercambios de ataques AJ pensó en las palabras de Silvia. Si se examinaba su equipo pokemon, a excepción de Jolteon, eran criaturas o bien de aspecto claramente dracónico o de reptil o bien un pokemon como Sneasel, en parte de tipo hielo y por tanto efectivo contra los dragones


    - ¡Hoja Aguda! -exclamó la pelirroja señalando al pokemon de roca


    El veloz lagarto de abdomen rosado se abalanzó contra su oponente, que le duplicaba en tamaño, con las hojas de sus antebrazos tensas y luminiscentes


    - ¡Bloquéalo! -exclamó la líder de gimnasio.


    Pese a la desventaja de Rhydon frente al tipo planta este espero y bloqueó al pokemon de planta agarrando sus filosas hojas con sus manos "desnudas"


    -Megacuerno-pidió la líder de gimnasio
    - ¡Doooooooon! -exclamó el Rhydon mientras su cuerno comenzaba a girar envuelto en un color olivino.
    - ¡No te dejaremos! -exclamó Silvia-¡Energibola!


    Pese a que Grovyle estaba sujeto y tenía la nada agradable visión del cuerno de Rhydon creciendo con la intención de atacarle pudo mantener la sangre fría para generar con la boca una esfera de un vistoso, incluso energizante, color verde y lanzarla contra su agresor, que le soltó


    - ¡Puño Hielo! -volvió a exclamar la pelirroja.


    Así mientras el reptil verde se alejaba con un gracil salto de un coletazo que Rhydon había intentado darle la mústelida por otra parte cargaba contra la la mística serpiente con su puño recubierto de un fulgor blanco, claramente por los cristales de hielo que se acumulaban.


    - ¡Dragonair defiéndete!¡Y Rhydon usa Pedrada!


    No tuvo que decir más la líder de gimnasio para que Dragonair lanzara un coletazo recubierto de agua mientras Rhydon lanzaba desde sus fauces una tanda de pétreos proyectiles

    - ¡Esquivad y Surf!-exclamó Silvia.


    La Sneasel, que se reincorporaba del coletazo, y Grovyle no tuvieron demasiados problemas para evitar los ataques de tipo roca, demostrando claramente que la velocidad era su mejor virtud, para que luego la siniestra pokemon con plumas "conjurara" a las aguas del lago para que se levantaran


    -Esa ola golpeara a todos sus pokemon, incluyendo a Grovyle-expresó Shiro
    -Yo me iría unos metros para atrás-le sugirió AJ viendo como la masa acuatica se elevaba.


    Mientras ellos retrocedían prudentemente la mustélida ya cabalgaba la ola y sobre la Sneasel, no sin dificultad, Grovyle

    - ¡Demostrad que vosotros también podéis! -exclamó Débora


    Lejos de amedrentarse de la ola los dos pokemon, uno a brazadas y el otro al estilo mariposa, se aventuraron hacia la masa acuática ascendiendo rápidamente por ella

    - ¡Vamos Grovyle! -le animó la pelirroja.


    El reptil saltó desde su viva plataforma mientras sus hojas se iluminaban para ejecutar el que claramente era su movimiento estrella, cosa que hizo en cuanto "aterrizó" en la espalda de Rhydon


    - ¡Megacuerno, Rhydon! -exclamó Débora


    El Rhydon, aun surfeando, consiguió revolverse y que su letal cuerno impactara en el costado de Grovyle, casi noqueandolo instantáneamente


    - ¡Niiiiiiis! -chilló la pokemon de tipo siniestro y hielo apareciendo entre las aguas para conectar un gélido derechazo al pokemon de los tipos roca y tierra

    - ¡RUUUUA! -Rugió el pokemon de tipo roca antes de caer derrotado también


    El agua volvió a su cauce depositando suavemente al Rhydon y a Grovyle en el suelo, que rápidamente fueron devueltos a su pokeball, restando solo la serpentina dragona y vivaz comadreja


    -Cuchillada-pidió Silvia.
    - ¡Niiiiseel! -chilló la mamífera para irse rápidamente hacia su oponente con las garras preparadas
    - ¡Repetición! -contratacó Débora


    Así ante el furioso remolino de zarpazos que se había convertido Sneasel su oponente de piel azul respondió rodeándola con su alargado cuerpo y ejerciendo presión, impidiéndole usar sus garras.


    - ¡Onda Trueno! -dijo la líder de gimnasio.


    La alargada pokemon generó desde su cuerpo, pero especialmente desde sus cascabeles, una sería de energía eléctrica no dañinas pero que aturdieron y paralizaron a su oponente.


    -El combate puede terminar-dijo Débora mientras Dragonair era regresado a su pokeball-No tiene sentido alargarlo más.
    -Vaaaale-dijo Silvia mientras hacía regresar a Sneasel su pokeball, probablemente ambas con ganas de más
    -Ven a combatir cuando te sientas preparado-dijo ahora la peliazul dijo ahora mirando hacia AJ.


    Quizás fueran esas palabras o quizás era algo que el pelinegro ya había pensado, pero después de cenar mientras Silvia y Shiro...hacían de Silvia y Shiro él se acercó al conocido, pero no por ello menos sorprende, Ordenador-Telefono presente en todos los Centros Pokemon.


    -A ver si me acuerdo-se dijo para sí el pelinegro mientras tecleaba.


    Debió de acordarse ya que en la pantalla apareció una chica pelirroja de ojos verdes y con una coleta en el lateral de la cabaza


    - ¿AJ? ¿Qué tal todo? -dijo la chica algo sorprendida por la video-llamada
    -Misty la verdad es que quería pedirte algo. Aunque no sé si podrás
    -Dímelo y veremos...


    Si el otro par, o cualquier otro, hubiera mirado hacia donde estaba AJ hubieran podido ver como el pelinegro tras un breve dialogo ponía una pokeball en la bandeja que permitía el intercambio. Pero no lo hicieron...


    Si lo vieron cuando al día siguiente le acompañaron al día siguiente al Gimnasio, sin hablar demasiado se sentaron en su sitio, como tampoco tardó demasiado en llegar la líder de gimnasio acompañado del juez.


    -Espero que hayas mejorado respecto a nuestro último encuentro-dijo la peliazul pokeball en mano.
    -Eso espero yo también-pensó AJ colocándose en su lugar.


    Eso fue suficientes para que el juez accionara una serie de mecanismos que hicieron que emergieran la piscina con plataformas blancas, además también se abrió el techo dejando que entrara la luz del sol, aunque la finalidad era permitir mayor maniobrabilidad a los pokemon voladores.


    - ¡Comencemos! -exclamó Débora arrojando la Pokeball.


    -Altaaaaai-gorjeó la nubosa ave
    - ¡Aaaaaaaar! -exclamó el saurio


    -Sera mejor no revelarlo todo de golpe-pensó AJ- ¡Colmillo Rayo!
    -Danza Dragón-pidió Débora con más calma


    Mientras Iwasa se lanzó con los dientes electrizados el ave de piel celeste se vio consumida de una arremolinada aura de un azul más intenso pudiendo notarse como los músculos de la nubosa ave se tonificaban.


    -Pulso Dragón-volvió a pedir la líder de gimnasio.


    Aprovechando la mayor velocidad, además de fuerza física, que otorgaba la Danza Dragón, la ave emprendió el vuelo pudiendo así evitar la dentellada eléctrica para, acto seguido disparar desde su pequeño pico blanco un orbe de color agua marina


    -Iwasa, Colmillo Rayo de nuevo-pidió AJ


    El Aerodactyl no tuvo problemas en dar un quiebro en el aire, parecía obvio que era un volador más hábil o más rápido como poco, eludiendo el orbe de energía y volver a lanzarse con sus colmillos electrificados.


    -Rizo Algodón-dijo Débora, que no parecía alterada en absoluto


    Ante la nada agradable visión de los colmillos de un Aerodactyl a punto de clavarse en la piel la dragona hizo que el "algodón" de sus alas creciera, temporalmente, cubriendo su cuerpo y protegiendosé así de la mordida


    -Ha aumentado su ataque, su velocidad y también su defensa-pensó AJ mientras Iwasa volvía volando hasta su posición-Espero que no abuse de ello, porque si lo hace...
    - ¡Altaria usa Ataque Aéreo! -exclamó ahora Débora sacando al pelinegro de sus pensamientos.


    La dragona se alzó en el cielo entre gorjeos mientras sus alas, que en cualquier otra situación invitarían a acurrucarse en ellas, comenzaban a adquirir un intenso fulgor rojo que comenzaba a transmitirse por el resto de su cuerpo hasta el punto que cuando Altaria alcanzó un punto concreto parecía una pequeña reencarnación del mismísimo ave fénix. No acabó ahí el ataque sin embargo ya que una vez alcanzado cierto punto Altaria se lanzó en picado contra su oponente.


    - ¡Poder Pasado! -pidió AJ

    Iwasa "conjuró" las seis piedras recubiertas del ligero azul y las lanzó con la esperanza de frenar el avance de su oponente, cosa que no consiguió ya que estas se desintegraron al entrar en contacto con Altaria.


    -Si atacamos en el momento justo no podra apartarse-pensó AJ viendo como ese "meteorito" se dirigía directo a Iwasa- ¡Colmillo Hielo!

    El pokemon antediluviano volvió a cargar esta vez recubriendo sus dientes con el glaciar hálito y lanzándose contra ella


    - ¡Aaaaaaaaar!
    - ¡Altaaaaai!


    La pokemon dragón impactó contra el Aerodactyl, este tratando de resistir el envite clavó sus colmillos en el cuello de la Altaria, una de las pocas zonas desprotegidas de su cuerpo, esto hizo que ambos Pokemon se precipitaran una de las plataformas flotantes.


    El golpe que habían encajado era duro, como demostraban las heridas que había en el cuerpo del pokemon de roca y las marcas de dientes, además de hielo, que había en el cuello de la pokemon de la pokemon azul, sin embargo, ambos se reincorporaron dispuestos a seguir con el combate.


    -Ala de Acero-pidió Débora.


    La ave-dragón tensó sus algodonosas alas que rápidamente adquirieron un color metalizado y alzó el vuelo hacia su oponente.


    El pelinegro vio como la pokemon de su oponente volaba hacia Iwasa con ese ataque que además de ser efectivo se beneficiaba del incremento que otorgaba la Danza Dragon, sin embargo, eso no parecía inquietar a AJ que mantuvo un rostro sereno, como si esperara que su oponente se acercara


    - ¡Supersónico! -exclamó AJ


    Iwasa, aún en la plataforma, lanzó desde lo más profundo de su garganta un alarido que, quizás por lo sorpresivo, quizás por el volumen, quizás por la frecuencia utilizada o quizás por una mezcla de todo, pero que desorientó a su oponente lo bastante como para que en vez de impactar al Aerodactyl cayera al agua.


    - ¡Colmillo Hielo! -exclamó AJ señalando a la pokemon azul que aleteaba en el agua.
    - ¡AAAAAAAAR!


    El pétreo reptil se elevó mientras sus dientes comenzaban a "congelarse" para luego iniciar un vuelo a ras del agua directo hacia Altaria, introduciendo finalmente los colmillos en el agua cuando ya estaba muy cerca de la susodicha consiguiendo no solo dañarla sino, debido a que estaba en el agua, dejarla convertida en un gigante cubito de hielo


    -Veo que has mejorado-dijo Débora haciendo regresar a la congelada, además de derrotada, pokemon a su pokeball- ¡Pero eso deberás de confirmarlo! -añadió con energía mientras arrojaba la siguiente esfera.
    -¡DROOOOOODIGON!-rugió el rugoso dragon de alternativos colores al posarse sobre la plataforma.


    -Podría cambiar a Saur, lo hizo bien-pensó el de Pueblo Paleta-Pero creo que sería mejor apostar por algo diferente, por alguien más rápido y para eso puedo seguir con Iwasa o...
    ¡Saaaaaaaider! -exclamó el pokemon de las cuchillas que había salido en relevo de su "rocoso" compañero
    - ¡Blade usa Doble Equipo y Tijera X! -dijo AJ tratando de empezar esta ronda con fuerza.


    Así el pokemon de sobredimensionadas cuchillas generó media docena de copias que junto a él se lanzaron contra el tosco dragón con sus cuchillas recubiertas de un fulgor olivino


    -Garra Dragón-comandó la entrenadora de dragones


    Los Druddigon no eran especies rápidas, menos aún comparadas con un Scyther, pero este no tuvo problemas en lanzarse ferozmente con sus garras recubiertas de energía azulina contra uno de sus adversarios, afortunadamente una copia.

    -Parece más rápido que antes-pensó AJ-Un momento...El sol-dedujo el pelinegro, recordando la descripción de la Pokedex-Blade continúa atacando-pidió AJ.


    El insecto siguió lanzando agresivos cuchillazos a lo que su oponente respondió con un Garra Dragón esta vez más acertado ya que barrió con todas las copias.


    - ¡Cuchillada! -exclamó AJ.


    La prueba más clara de la brutalidad, por llamarlo de alguna manera y pese a que esa brutalidad no necesariamente conllevaba una mayor fuerza físíca, era la respuesta ante la Cuchillada que no fue otra que morder la energética guadaña, inmovilizando a Blade.


    -Ahora mándalo lejos-dijo Débora.


    Antes de que Blade pudiera usar la otra cuchilla notó como algo bullía dentro de la boca del Druddigon que solo aflojó sus fauces para lanzar un chorro, a alta presión, de veneno espeso, además de maloliente, que impactó directamente en el pecho de Blade.


    -Un Lanza Mugre-reconoció Shiro el ataque en las gradas.
    -AJ está nervioso-reconoció la pelirroja que miraba muy atentamente el combate
    -Eso parece-dijo el Ciudad Iris-No esta dándose cuenta de que, en este caso, su pokemon puede volar y su oponente no, no lo está utilizando.
    -Es verdad y en el combate de la otra vez parecía estarlo más, no usó su Bomba Dragón contra Kingdra.
    - ¿Bomba Dragón? -se extrañó el ninja.
    -Bomba Dragón...o ¿Pompa Dragón? -trató de recordar Silvia-Algo así, parece que le gusta combinar ataques.
    -Supongo que todos tenemos una manera de combatir-añadió su interlocutor
    -¿Y cuál es la tuya, Curro Enaguas?
    -Pensé que habíamos superado eso...


    El combate continuaba al margen de la conversación en un intercambio de "Tijeretazos" y de zarpazos varios, por desgracia para el pelinegro el Lanza Mugre, como tantos otros ataques de tipo veneno, tenía la posibilidad de envenar a su adversario. Cosa que hizo.


    - ¡Puño Fuego! -exclamó Débora.


    Blade resopló, si el veneno no acababa con él lo haría el encendido puño que se acercaba y pese a su mayor velocidad no había margen para poder esquivarlo, pero no caería sin luchar así que, como había hecho en circunstancias parecidas, un aura roja recubrió su cuerpo que pese a que no freno el daño recibido si hizo que el Druddigon fuera rechazado en dirección contraria. pese a su derrota el Contador facilitaría a un compañero el poder derrotarlo.


    -Descansa Blade-dijo AJ mientras el insecto volvió a su esférico habitáculo.


    El pelinegro miró la Safari-Ball mientras buscaba, a tientas, la de Iwasa. Blade no era el Pokemon que más le acompañaba en sus viajes, pero siempre había sido un Pokemon discreto, de confianza, además de fuerte, pero no era momento de pensar eso.


    - ¡Aaaaaaar! -exclamó el reptil volador al volver a aparecer sobre el campo de combate.
    -Lanza Mugre-pidió Débora.


    Volvió el dragón de anómalos colores a lanzar el casi pútrido chorro que Iwasa gracias a la distancia y velocidad pudo esquivar fácilmente para lanzarse contra su oponente.


    - ¡Garra Dragón! -exclamaron ambos entrenadores


    Las extremidades inferiores de Iwasa se iluminaron del mismo fulgor azulado que se manifestó en las garras de Druddigon, cuando ambos ataques colisionaron el resultado fue el predecible: ambos Pokemon cayeron derrotado.

    Rápidamente por parte de Débora se manifestó su siguiente y último Pokemon: un Dragonair, pudiendo todos apreciar que ese Dragonair era más grande que el que la líder peliazul había usado un día antes y también mayor, o eso creía recordar AJ, que el usado por Helena en la liga Pokemon. Quizás eso significaba que era un Dragonair de lo que coloquialmente se conoce como buen comer, pero probablemente su significado era su mayor nivel y todo lo que esto podía implicar.


    -No te relajes por que no esté evolucionado del todo-advirtió Débora-Es mi Pokemon más fuerte.


    El pelinegro calló y lanzó la siguiente Pokeball pudiendo ver, además de un modo muy descarado, la mirada de sorpresa tanto en sus dos acompañantes como en la líder de gimnasio.


    Y es que el pokemon que AJ había escogido para pelear en este momento crucial por su última medalla de Johto era una criatura alta de figura relativamente esbelta, de piel de escamas azuladas a excepción del abdomen amarillo, tenía también una especie de aleta dorsal de color blanco, así como una "cola" ligeramente enroscada poseía también unas aletas blancas, una a cado lado de la cabeza, donde se encontraban también unos cuernos que parecieran ramas de un fino coral.


    - ¡DRAAAAAA!¡KIIIIIINDRAAAA!


    -Esto no me lo esperaba-reconoció Débora.
    -Vaya con AJ-dijo Silvia-Que calladito se lo tenía.


    El pelinegro no pudo evitar una pequeña sonrisa, quizás pensando que habría hecho si Misty no hubiera tenido una Escama Dragón...


    -Kingdra usa Rayo Hielo-abrió AJ
    -Lanzallamas-contraatacó Débora de inmediato.


    La gélida descarga que surgió de la boca tubular rápidamente encontró la oposición del torrente ígneo liberándose de la misma un blanco vapor que comenzaba a inundar el campo.


    -Hydra usa Rayo Burbuja-pidió AJ.


    La evolucionada Hipocampa disparó una tanda de burbujas, muchas más que cuando era una Seadra, burbujas que se vieron beneficiadas por la ligera humedad que ya se escapaba hacia el cielo.


    -Acua Cola-comandó la líder de gimnasio


    Ante la tanda de burbujas la dragona ofidia blandió su cola recubierta de agua, no reventando las burbujas sino al contrario las recogió incrementando la masa acuática de su cola, con la que luego golpeó a Kingdra.


    -¡Dragoaliento!-exclamó AJ

    - ¡Elévate Dragonair!


    Ante el vaho azul verdoso emanado por la Kingdra la Dragonair se elevó elegantemente en el cielo evitando el ataque.


    - ¡Ahora Dragonair usa Rayo Hielo! -exclamó la peliazul.


    Desde las alturas la alargada dragona generó una esfera gélida de la que surgieron los fríos rayos que se dirigieron raudos hacia donde estaba la Kingdra.


    - ¡Hydra sal de ahí! -apremió AJ


    La hipocampa salió del agua colocándose en una de las plataformas justo a tiempo de evitar que la superficie de la piscina se congelara pudiendo dejarla atrapada. Por desgracia la pokemon acuática perdió, temporalmente al menos, el acceso al líquido elemento.


    -Rayo Hielo y Lanzallamas-meditó AJ-y seguro que también tiene...
    - ¡Rayo! -exclamó la líder de gimnasio interrumpiendo al pelinegro.
    -Me lo imaginaba-pensó AJ viendo al adversario comenzar a generar electricidad- ¡Hydra esquiva con Agilidad!


    Mientras su pokemon utilizaba la técnica de incremento para esquivar el ataque eléctrico AJ no pudo evitar que su mente vagara, vagara hasta la noche de ayer y hasta una conversación muy concreta...


    -Venga AJ-dijo Misty-Estoy segura que sabes que no solo basta con que Hydra evolucione
    -Claro que lo sé-respondió el pelinegro
    -Además ella también tiene un Kingdra-continuó la de Ciudad Celeste-Vas a tener que inventar algo si quieres ganar ¿Recuerdas nuestra charla cuando te preparabas para la Liga Pokemon?
    -Mi táctica es la ofensiva total con el tipo agua, más o menos-trató de recordar el pelinegro-cambiando de tema ¿Esta por ahí Alan?
    - ¿Sabes que tiene casa propia, verdad?
    -Sí, también sé que cuando no va a molestar lo llamas tú para molestarte.
    -Eso no es así...


    - ¡AJ, espabila! -le chilló Silvia


    AJ volvió a mirar al campo viendo como Dragonair volvía a generar un peligroso torrente eléctrico dirigido hacia la recién evolucionada criatura.


    -Eso es-pensó AJ-Precisamente en este combate es cuando tenemos que hacer lo que hemos hecho en tantos otros- ¡Hydra, Bote y Pompa Dragón!


    La cola enroscada de Hydra adquirió un fulgor blanco para luego flexionarse y elevarse como un resorte, evitando el Rayo, luego tras impactar contra Dragonair y rebotar emanó desde su tubular boca las ya conocidas y especiales burbujas.


    -Neeeer-expresó dolorido el alargado pokemon, no tanto por las burbujas en sí sino por el azulado vaho que emitieron estas al estallar
    - ¡Hydra usa Dragoaliento! -pidió AJ una vez más.


    La hipocampa tomó aire para luego lanzar el vaho azul directamente contra la dragona, la cual aguantó unos segundos para luego desmoronarse inconsciente.


    -Dragonair ha sido derrotada-dijo el juez-El aspirante es el ganador-dictaminó el juez del combate.


    El pelinegro no podía creérselo, con lo difícil que había resultado el combate hacia una semana...Y ahora, sin ser sencillo, había sido bastante más fácil, no se podía explicar con el entrenamiento, ni con la evolución de Hydra, ni tampoco con que la líder de gimnasio había usado algunos pokemon distintos. Era casi como si su vida fuera una historia dirigida por un autor especialmente vago y que quizás se hubiera visto sobrepasado por escribir tantos combates...


    -Te hago entrega de la medalla Dragón-dijo Débora sacándolo de sus pensamientos-Tienes suerte de que este de buen humor, sino te haría recorrer entera la Guarida Dragón.
    -Yo quiero recorrer la guajmjjmjm-iba a decir Silvia de no ser interrumpida por las manos de Shiro
    -No lo estropees ahora-susurró el ninja.


    AJ miró la medalla, negra con el borde plateado y cuatro marcas rojas que simulaban ser los ojos y cuernos de un dragón, no podía evitar sentir felicidad. Oficialmente su viaje recorriendo Johto había terminado.


    Sin embargo, lejos, en el corazón de la región, caminando entre rascacielos y la luz anaranjada de la tarde que se filtraba entre ellos caminaban dos jóvenes, morena y de ojos azules una, rubia y de ojos miel, además de visiblemente más joven la otra.


    -Ha sido una sorpresa encontrarte aquí Angie.
    -Lo mismo digo Izumi-respondió esta- Yo iba a coger el Magnetotren para volver a casa.
    -Yo había venido a por mi última medalla de gimnasio-dijo la de Pueblo Paleta-Nunca imagine que un Miltank iba a ser complicado-dijo con tono cansado- ¡Pero por fin la tengo! -añadió inmediatamente


    Angie iba a decir algo cuando la brisa de Ciudad Trigal elevó un papel del suelo directo contra la cara de la rubia.


    -A ver-dijo Izumi cogiendo el papel con curiosidad.


    Lo que vio en el papel no pudo evitar generarle un punto de desasosiego, el papel que debería ser la mitad de un folio estándar era totalmente de color negro, sin nada escrito...A excepción claro de una gran R roja en el centro del papel.


    Y eso solo podía significar una cosa.
     
  3. Threadmarks: Capitulo 30
     
    AJ Slifer

    AJ Slifer Golden Sun & Silver Moon

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    Escritor
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    Pokémon: Path to Glory
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    Aventura
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    CAPITULO 30: MAREA NEGRA


    -Bueno-dijo el pelinegro-Creo que esto es un adiós
    -Sí-respondió el ninja-Pero es mejor decir que es un "Hasta Luego"
    - ¡Venga hombre! -intervino Silvia-¡No seáis melodramaticos!AJ te acompañaremos a Ciudad Trigal y ya veremos lo que pasa.

    Dicho esto, el par de chicos cogieron una de las Pokeballs y las lanzaron dejando salir tanto a Iwasa como a Krory.

    - ¡Aaaaaaaaaar!
    -Cro

    -Yo me iré contigo AJ-explicó Silvia-Mi Vibrava aún no puede recorrer distancias tan largas
    -Aaaaaaaar-respondió Iwasa lamiendo la cara de la pelirroja.
    -Vaya-alcanzó a decir Silvia algo sorprendida- ¡Es bueno ver que hay alguien cariñoso por aquí!
    -Créeme-replicó Shiro-No querrías que Krory te lamiera.
    -No me refería a Krory...-murmuró la de mechas verdes encaramándose al saurio volador y agarrándose a AJ.


    Sin decir mucho más los dos pokemon comenzaron a volar cargando a los tres jóvenes, entre la duda de dirigirse hacia el este directamente o hacia el sur para luego hacia el este decidieron optar la primera opción, no pudiendo ver así la agreste naturaleza que separaba a Ciudad Endrino, la teóricamente última ciudad del viaje por Johto, de Pueblo Primavera, el punto inicial, en teoría, de la región. Quizás una alegoría de que cerca de cada final espera un nuevo comienzo o quizás una simple curiosidad geográfica...


    Si pudieron apreciar el Lago de la Furia, también el Monte Mortero y las dos torres de Ciudad Iris, así como el Parque Nacional al norte de Ciudad Trigal y donde tenía lugar el conocido concurso de captura de bichos. Así finalmente aterrizaron en la calle principal de Ciudad Trigal.


    -Esta esto muy tranquilo ¿No? -dijo Silvia mientras los otros ponían a recaudo a sus pokemon.
    -Sí...-dijo Shiro-La verdad es que sí-añadió notando lo raro, por no decir imposible, que la calle principal de la ciudad más poblada de una región estuviera vacía.
    - ¿Habrá pasado algo? -expresó AJ con tono preocupado...

    - ¡Ey, Vosotros! -gritó un hombre en la mediana distancia- ¡¿Que hacéis incumpliendo el toque de queda Rocket?!
    - ¿Toque de queda Rocket? -dijeron los tres
    -Esta ciudad ahora nos pertenece-dijo el Rocket -Y.…a-ahora os lo voy a demostrar-dijo entre jadeos una vez los había alcanzado- ¿U-Un momento, donde se han metido?


    Sí, nuestro querido, o no, trío había conseguido escabullirse hacia el lado derecho de Ciudad Trigal, escondiéndose entre los muchos callejones que había a las espaldas del gran Centro Comercial.


    - ¿Qué es lo que decía el tiparraco aquel? -preguntó Silvia mientras los tres se desplazaban por los callejones-¿Que la ciudad es ahora del Team Rocket?
    -Eso dijo-corroboró Shiro-Ahora tenemos que no hacer ruido.
    -Sí-dijo AJ y.… ¡Mhmhmmmm!


    Ante el extraño sonido tanto el ninja y la pelirroja se giraron viendo como un brazo agarraba a AJ tapándole la boca y el otro jalaba de el hacia uno de los callejones que "desembocaban" en el que ellos caminaban.


    -Ay...


    El pelinegro abrió los ojos pudiendo ver como la luz del sol se hacía paso con dificultad entre tejadillos y la cercanía de las paredes, notaba un dolor en el cuello y también en la espalda solo "mitigado" por la frialdad y humedad del suelo.


    -Ay...-volvió a decir el pelinegro-Espero que esto húmedo sea agua-se dijo mentalmente, aunque el olor a orina de Meowth no le daba demasiadas esperanzas.
    -Embiii-se oyó con tono de disculpa


    El pelinegro se incorporó viendo a una criatura bipeda, de aspecto simiesco y piel morada con unas extremidades no demasiado largas o detalladas en contraste con las grandes manos de tres dedos que había al final de sus dos colas, tenía tambien dos largos pelos en lo alto de la cabeza.


    -Ambipom, Pokemon Cola Larga: Tiene tal manejo de la cola rara vez utiliza sus brazos, usando sus colas puede propinar golpes sucesivos a una velocidad de vértigo-informó la pokedex de AJ
    -Eeeembi eembipom-expresó el mono morado cogiendo a AJ de la mano y guiándole.

    No fue necesario andar mucho ya que el mamífero colilargo le guío hacia donde estaba Silvia, Shiro así como una chica de llamativo pelo rosa.


    - ¿Blanca?
    - ¿AJ?
    -Vaya AJ, conoces a todo el mundo- intervino Silvia
    -Sí...bueno.
    -También tienes mucha facilidad para dormirte-volvió a apuntar la pelirroja.
    -No estaba dormido exactamente-señaló el pelinegro-De todos modos ¿Que ha pasado Blanca?
    - ¡Oh, AJ fue horrible! -dijo la líder de gimnasio de pelo rosa-Iba yo a comprar mis diez peluches mensuales cuando de repente aparecieron Rockets de todos lados, bloquearon el centro Pokemon y las entradas de la ciudad¡Fue horrible!¡Tuve que huir de mi gimnasio a toda prisa! Solo pude llevarme la pokeball de Ambipom y de Miltank
    - ¡Pooom! -intervino el mono haciéndose notar.
    -Que cosita tan mona-dijo Blanca acariciando la cabeza del Pokemon-Yo pude escapar...pero mis chicas no tuvieron tanta suerte.
    - ¿Tus chicas? -preguntó Shiro
    -Las entrenadoras de mi gimnasio-aclaró la de pelo rosa-Ellas deben de estar ahí retenidas


    De repente todo quedo en silencio, mirándose los unos a los otros, claramente aquella situación les superaba y era lógico: Una de las bandas criminales más conocidas, si no la más conocida, se había hecho con la capital económica de Johto y por mucho que ellos, los cuatro, fueran buenos entrenadores la situación era demasiado.


    -Tenemos que hacer algo-dijo la pelirroja.
    -Es más fácil decirlo que hacerlo-opinó AJ.


    Dicho esto, el pelinegro se sentó de espaldas contra la pared ¿Serían estas las sombras lejanas de las que le advirtió Lugia? Independientemente de eso, para el que había dicho, o pensado, en muchas ocasiones que solo quería un viaje normal ¿Era esto una broma de mal gusto por parte de alguien? ¿La cruz que a él le tocaba cargar?


    -Blanca-dijo de repente Shiro-Imagino que no ¿Pero tienes algún mapa de Ciudad Trigal?
    -Pues mira por casualidad tengo uno-dijo la líder de gimnasio entregando un mapa al ninja.


    El de Ciudad Iris desplegó el mapa sobre una caja de madera, pudiendo ver edificios tan importantes como el Centro Comercial, el gimnasio pokemon, la Torre de Radio, así como la estación del Magnetotren o el Casino.


    -Tenemos que hacer algo, si-dijo Shiro-pero no podemos hacer ninguna tontería.
    -Debes de estar enfermo-dijo Silvia-¡Estás dándome la razón!-dijo la pelirroja
    -A mí me parece una locura querer hacer esto nosotros solos-remarcó AJ.
    -Pedí ayuda-intervino Blanca-Pero se han apoderado de la Torre de Radio, no sé si eso afectara a las comunicaciones
    -No sé, no sé-dudó AJ.
    -Blanca, aunque imagino que no ¿Tienes un rotulador? -volvió a preguntar Shiro
    -Pues mira por casualidad tengo uno-dijo la líder de tipo normal entregando un rotulador fosforito rosa, muy discreto...

    - ¡Eh! -alertó uno de los Rockets-¡Se oye ruido por aquí!
    -Escuchadme-dijo AJ a sus escondidos compañeros-No sé qué vamos a hacer...pero tengo una idea


    Caminaban un grupo de Rockets, cuatro para más señas, hacia el callejón donde estaban escondidos el cuarteto y todo indicaban que les encontrarían si nada cambiaba...

    - ¡Vosotros Mankey de luto! -les llamó la atención Silvia desde el callejón y con tono provocador-¿A que no me pilláis?
    - ¡Tras ella! -gritaron los Rockets


    Los cuatro hombres de negro siguieron como enfurecidos Primeape hasta el callejón, el cual rápidamente quedo bloqueado por un muro azulado que apareció de la nada.


    - ¡Estamos atrapados! -gritó uno de repente
    - ¡De eso nada! -gritó otro que embistió el muro solo para ser repelido por el mismo.
    -Sooooor-gruñó el "muro"
    - ¡Saur usa Somnífero! -se oyó la voz de AJ desde arriba
    -Sayonara, bobos-agregó Silvia.


    Los Rockets vieron como la pelirroja dio un par de saltos impulsándose por las paredes, demostrando una envidiable agilidad, para luego ser agarrada por los brazos de AJ y Eric que la sacaron definitivamente del callejón mientras el Venusaur liberaba las esporas azules del sueño.


    - ¡Bien! -exclamó Blanca asomándose desde el tejadillo en el que ahora estaban-Están cayendo como angelitos-añadió.


    Mientras tanto Shiro observó los alrededores. pudiendo ver la gran pared lisa que era la parte trasera del centro comercial, observó también una tienda de bicicletas que, muy seguramente, había visto días mejores.


    -Nosotros estamos aquí-dijo el ninja rodeando su ubicación con un rotulador rosa en el mapa
    -Si-confirmó Blanca que se había acercado a mirar-Creo que la base de operaciones de los Rockets está aquí-dijo señalando un punto del mapa-En la Torre de Radio.
    -Imposible-respondió Kurosawa.
    - ¿Por qué? -quiso saber la de pelo rosa
    -Porque estas señalando tu propio gimnasio-respondió Shiro mientras una gota de sudor bajaba por su frente.
    -La orientación no se me da demasiado bien-dijo Blanca-Por eso llevo un mapa-reconoció para luego reír de una manera un poco forzada.
    -Ya decía yo que me resultaba raro que llevaras un mapa encima-intervino ahora AJ-De todos modos ¿Que vamos a hacer?
    -Si esa es su base deberíamos ir a por ella-dijo Silvia más decidida.
    -Es una locura...-volvió a murmurar el de Pueblo Paleta-Quizás si pudiéramos dividir los esfuerzos de los Rocket sería más fácil
    -Yo podría encargarme del Centro Comercial-ofreció Blanca-No creo que haya mucha vigilancia y es un edificio alto, podría sernos útil-explicó-Y quiero mis peluches-remató, pero en tono más bajo.
    -Puede ser una buena idea-intervino ahora el Ciudad Iris que era el que más estaba llevando la voz cantante en este asunto-Si hubiera alguna forma de movernos sin ser detectados...
    -Respecto a eso...-dijo AJ para luego señalar al callejón.


    No tardó AJ demasiado en explicar su idea y en lo que se tarda en desnudar un Rocket dormido, literalmente, ya estaban nuestro circunstancial grupo ataviados de la característica ropa negra con la R estampada.


    -Pues oye me queda bien-dijo Blanca mirándose a sí misma-Quizás debería darle una oportunidad al negro en mi armario-dijo la de pelo rosa
    -La verdad es que estiliza-dijo Silvia-y la R roja combina bien con mi pelo.
    -De todos modos-intervino Shiro-No es momento de hablar de moda sino de separarnos.


    Esas palabras bastaron para que los cuatro se calaran la gorra y pusieran rumbo hacia donde habían acordado, Blanca al Centro Comercial, los otros tres a los aledaños de la Torre de Radio.


    Caminaron así con el mapa, pensando que a ellos tres les sería más útil, y muy juntos, temerosos de que un Rocket descubriera el disfraz o de que al precisamente al no reconocerlos se acercara demasiado.


    -Oye-susurró Silvia- ¿Que vamos a hacer cuando a lleguemos a la Torre?
    -Eso dependerá-dijo Shiro-Dependerá de la cantidad de Rockets, de la infraestructura de la torre, de si Blanca se pone en contacto con AJ por su Pokegear.
    -Voy a acabar de chico de los recados-expresó AJ con tono de llanto cómico-Por cierto-añadió ahora más sereno-Creo que nos hemos desviado un poco...


    Los otros dos alzaron la cabeza, AJ tenía razón, pese a poder verse la Torre a una distancia no excesiva ahora estaban en un lugar distinto, algo más al norte de lo planeado y en un callejón sin salida, o lo sería de no ser por la salida al Subterráneo, denominado más recientemente Túnel Trigal, en cualquier caso, era un error que no podían permitirse, no en una situación como esta...


    - ¡Alto ahí! -interrumpió una voz femenina-No os permitiré lo que estáis haciendo ¡Aunque tenga que venceros a todos yo sola!


    Nuestro trío trató de girarse, pero lo único que vieren es como su oponente les atacaba con un chorro de líquido morado de aspecto nada recomendable, chorro que afortunadamente fue bloqueado gracias a los reflejos de AJ para sacar a Saur y bloquearlo con su Bomba Lodo.


    Luego se fijaron en su agresora, o en su pokemon al menos que era una criatura no demasiado alta pero que parecía mayor debido a la gran y vistosa flor roja, salpicada de lunares blancos, que tenían en la cima de su cuerpo azul oscuro, tenía también el pokemon unos pequeños ojos rojos, así como unas pequeñas extremidades.


    - ¡Vaaaaaaaipluuuum! -expresó la pokemon planta para luego ladearse ligeramente debido al peso de su masiva flor
    - ¡Sooooor! -gruño el cuadrúpedo pokemon dando un paso en frente para proteger a su entrenador y a sus acompañantes.


    O eso parecía ya que lejos de confrontarse ambos pokemon se acercaron y se rozaron cariñosamente, como si fueran dos amigos que hace mucho que no se ven


    -Un momento-captó AJ-es Wanda... ¿Izumi?

    - ¿AJ?


    Encuentros aparte otra situación se daba, no en la ciudad, si no en el norte de ella, en el noroeste y a las afueras para ser más concreto...


    -No me puedo creer que el anciano Anselmo nos haga ir a Ciudad Trigal solo para comprar su revista-se quejó Jean.
    -Ya-dijo Tim-Me cuesta creer que en Ciudad Malva no tengan su ejemplar de "Inciensos para hipertensos"-añadió-Pero así podemos pasar más tiempo juntos.
    -Sí, que maravilla-replicó el de Ciudad Cerezo sarcásticamente-Por cierto, Tim ¿Por qué sigues llevando ese kimono raro? Yao dijo que no lo necesitabas
    -Eso tiene una explicación.


    Tim explicó los motivos por los que prefería llevar esa prenda tan peculiar mientras caminaban por los bosquecillos de la ruta 36 solo interrumpidos por los lejanos zumbidos de los Yanma, atravesaron también el llamado Parque Nacional y cruzaron la calzada de tierra que suponía la ruta 35.


    -Y por eso-continuó Tim-es por lo que prefiero llevar esto.
    -No entiendo qué demonios pinta la ensaladilla rusa en todo esto-dijo Jean con claro gesto de haber oído mucho más de lo que le hubiera gustado.


    En la conversación unilateral, si es que a eso se le puede llamar conversación, que habían tenido no habían deparado en que, a excepción del guardia del Parque Nacional, no se habían encontrado a nadie. Por eso no se asombraron al ver como la "puerta" de acceso a Ciudad Trigal estaba custodiada por un hombre anormalmente musculado, además de alto, y, como no podía ser de otra manera, vestido de un uniforme negro ya muy mencionado.


    -No podéis pasar-dijo el hombre con una voz que parecía un bramido
    - ¿Y eso por qué? -quiso saber Tim.
    -Esta ciudad es ahora propiedad del Team Rocket.
    -Pues muy bien, buenos días y.…Un momento-dijo Tim- ¿Propiedad del Team Rocket?
    - ¡Tim!¡Cuidado! -advirtió Jean dando un paso atrás
    - ¡Nada de cuidado! -respondió enérgicamente el de Isla Canela-¡Es momento de demostrar que el entrenamiento ha dado sus frutos!


    Acto seguido Tim lanzó dos Pokeballs, de una de ellas surgió Poliwag y de otras una criatura no demasiado grande, de color morado sucio y de aspecto parecido a una masa deforme, el pokemon tenía también unos ojos blancos y pequeñas pupilas negras, que no le daban un aspecto demasiado espabilado, contaban también con unos brazos como única extremidad de lo cual se deducía que su movimiento sería arrastrándose.


    - ¡Poli!¡Po!
    - ¡Graaaaimeer!


    -Creo que no me habéis entendido-dijo el Rocket


    El hombre de negro alargo sus largos brazos y agarro a Tim del cuello, levantándolo como si no pasara nada


    -He dicho que esta ciudad está en propiedad del Team Rocket-gruñó el Rocket-Puedo acabar con vosotros dos con mis propias manos, así que no me hagas repetirlo dos veces.
    -¡Tim!
    -¡Poooli!
    -¡Meeer!

    -Tran...Tranquilo-alcanzó a decir Tim, con obvias dificultades para articular palabras-Lo ten…tengo controlado ¡Escupir!


    El Rocket rápidamente miro a ambos lados por si pudiera haber un pokemon escondido y preparado para usar esa técnica, el pobre hombre no podía esperar que al volver a mirar a Tim se llevara un salivazo justo en el entrecejo


    -Pe.… ¡Pero qué es esto! -rugió el hombre soltando a Tim para limpiarse la cara de su repugnante maniobra.

    - ¡¿Tim que haces!?-Alcanzó a decir Jean
    - ¡Y aún no he acabado! -respondió Tim-¡Patada Baja!


    El Rocket no pudo reaccionar y recibió el barrido, con mala idea, de Tim cayendo al suelo y dándose de bruces contra el suelo.


    - ¡Te matare! -rugió el Rocket perdiendo toda la serenidad que pudiera tener al inicio- ¡Te matare en cuanto me levante! -añadió levantando levemente la cabeza y demostrando que tenía toda la cara manchada de tierra.
    -No podrás hacer nada cuando utilice mi técnica definitiva-expresó un Tim totalmente enfervorecido
    - ¿Técnica...definitiva? -dudó Jean.
    - ¿Poli?
    - ¿Grai?

    - ¡Por el poder del combate austral! -exclamó Tim- ¡Lanza Atlante Destruye Murallas!


    Tras ese extraño grito Tim junto sus manos dejando solo libre sus dedos índices, luego se acercó por detrás al Rocket, para apuntar en un punto muy concreto, por no decir culo, y descargó allí toda su furia.


    El Rocket lanzó un grito desgarrador, seguido de un largo e incómodo silencio tanto por parte del Rocket, que físicamente no era capaz de decir nada, por parte de Jean, que no sabía cómo reaccionar y por parte de Tim, que no consideraba que tuviere que hacer nada.


    -Pensaba que necesitabais ayuda-dijo una cuarta voz-Pero parece que os apañáis bien.
    -Vuuuuus-añadió divertida su flotante acompañante.
    - ¡Una cara nueva! -dijo Tim con tono de que no había pasado nada.
    - ¡Tim!-dijo Jean con tono de reprimenda-¡Es Morti! El líder de Gimnasio de Ciudad Iris-explicó.


    Tim volvió a mirar al que había hablado, un joven de veintitantos años de cabello rubio y que vestía con unas prendas azules que aparentaban ser bastante cómodas, también parecía estar bastante cómoda la Misdreavus que flotaba poniendo caras sobre el Rocket inconsciente.
    - ¿Pasa algo? -preguntó Jean.
    -Los Rockets, en Ciudad Trigal-dijo el entrenador de fantasmas-No tengo muchos más detalles, Blanca no pudo contarme más.
    - ¿Podemos acompañarte? -dijo Tim.


    El entrenador de la Misdreavus, que ahora mordía los pelos del demacrado Rocket, se llevó la mano al mentón para pensar. Como líder de gimnasio debía tener máximo cuidado y máxima responsabilidad sobre quienes asumía bajo su cargo, además no sabía cuál sería el estado de la ciudad, aunque el tono de Blanca cuando se puso en contacto con ella no le daba demasiadas esperanzas.


    -Sí-dijo a continuación-Pero tenemos que ser cuidadosos.


    Con obvia ajeneidad de los tres que ahora ingresaban en la ciudad, la acción continuaba en la parte noroeste de la ciudad donde se había producido un inesperado encuentro entre los dos jóvenes de Pueblo Paleta...Y entre Wanda y Saur.


    -Pluuuuuum-expresó con admiración la pokemon flor observando la planta que ahora brotaba en la espalda del Venusaur.
    -Soooooor-respondió con igual tono el pokemon de piel azulada, admirando la bonita, además de peligrosa en muchas ocasionas, flor que ahora tenía en la cabeza
    -AJ-dijo Izumi ignorando los requiebros entre ambos pokemon planta-Sabía que tenías tus días malos...Pero unirte al Team Rocket...No lo sé, la verdad es que no me lo esperaba-dijo la chica de Pueblo Paleta con tono ciertamente afectado.
    -Izumi, te juro que no es lo que piensas-respondió el pelinegro.
    -Eso decís los hombres siempre-respondió la chica de pelo moreno-Siempre pensé que eras distinto.
    -Izumi no tenemos tiempo para esto.
    -Lo siento AJ-respondió la entrenadora de la Vileplume-Pero si es así tengo que derrotarte-añadió con seriedad mientras cogía una Pokeball.
    - ¡Vosotros podíais decir algo! -exclamó AJ volteando al otro par.
    - ¿Por qué? -dijo Silvia-Esto es muy divertido.


    - ¡Eh! -volvió a oírse la voz de un recluta Rocket que estaba al mando de un grupo de otros seis-¡Una intrusa!¡A por ellos!-exclamó refiriéndose a Izumi


    Iban a lanzarse cual horda ciega los Rockets cuando Shiro sacó de su bolsillo una esfera de color negro, algo más pequeña que una pelota de tenis, la esfera rodó por el suelo varios metros para luego estallar liberando una ingente cantidad de humo, ocultando toda la zona donde se encontraba el grupo.


    -Yo me encargo-dijo el aparente cabecilla- ¡Golbat, dispérsalo! -exclamó arrojando la Pokeball del murciélago.
    -¡Baaaaat!-chilló el pokemon de gran boca mientras batía sus alas para dispersar la inesperada humareda.
    -No hay nadie-dijo el Rocket- ¿Dónde se habrán metido?


    El hecho de que el cuarteto se hubiera vuelto invisible era improbable, como improbable era la escena que se estaba viviendo en el Centro Comercial.

    -¡Aaaaaah!-chilló la de pelo rosa.


    Ese chillido no era debido a que se hubiera encontrado con un grupo de Rockets o algo igualmente horrible...Si no más bien todo lo contrario.


    - ¡No me lo puedo creer! -volvió a exclamar la líder de gimnasio loca de felicidad por verse sola en el edificio, ya desprovista de su uniforme Rocket-¡Es la edición especial de la Pikachu Lechera!-añadió abrazando con fuerza un peluche de un Pikachu disfrazado de Miltank-¡Y ese es el Cleafairy Caperucita!-dijo viendo ahora el peluche de un Cleafairy con una linda caperuza roja-¡Y ese es un Pichu normal y corriente!-continuó Blanca, que no debía de importarle ya que volvió a estrujar al Pichu.
    - ¡PIIII!-Chilló el pokemon eléctrico a la par que soltó una ligera descarga para que le soltara y así poder escapar.
    - ¡Vuelve Pichu vuelve! -dijo la líder que se puso a correr detrás del pokemon eléctrico.


    La de pelo rosa correteó, de una manera muy despreocupada, al roedor amarillo hasta que el roedor se metió en una gran caja con un rotulo en el que se podía leer” Navajas de Albacete"


    Que hacían una gran caja llena de navajas de Albacete tan cerca de unos peluches era un misterio, afortunadamente no estaba la caja llenó de esos utensilios, en su lugar había una chica rubia con el peinado en coleta a la cual Pichu se agarró rápidamente.


    - ¿Y tú quién eres?
    -Yo me llamo Angie, Angie Sparks.
    - ¿Y qué haces aquí? ¿Los Rockets acaso...?
    -Vi lo que pasó-explicó Angie-Me escondí aquí.
    -Piiii-afirmó el roedor eléctrico.

    -Ya puedes salir-dijo la de pelo rosa- ¡Blanca, la líder de gimnasio está aquí!


    Probablemente el hecho de que Blanca fuera una líder de gimnasio le dio a la rubia y su eléctrico mini-roedor la suficiente confianza para salir de la caja.


    - ¿Ha visto algún Rocket? -preguntó la lideresa de tipo normal mientras le ayudaba a salir.
    -No, aquí no-respondió Angie- ¿Por qué están aquí?
    -Bueno-inició la líder-No les culpo de querer venir a Ciudad Trigal, es una ciudad maravillosa y hay muchas cosas ver, además mi fama como líder de Gimnasio empieza aumentar y...
    -Me refería a por que han invadido la ciudad-concretó la de Ciudad Verde.
    -Pues...-comenzó a decir mientras una gota de sudor bajaba por su nuca-Pues no.


    Angie iba a decir alto, cuando un sonido de cristales rotos les interrumpió...No podían ser buenas noticias


    - ¡Escondámonos, rápido! -susurró Blanca de inmediato.


    Las dos chicas se escondieron, cada una detrás de una de las columnas que daban paso a la sección de peluches, a la diestra Blanca con una pokeball y un gran peluche de un "Bewear Abrazos 5000" a modo de arma; a la siniestra Angie con la pokeball de Ekans, ya que Pichu estaba junto a ella, y la otra mano metida en el bolsillo.


    - ¿Llevas algo en el bolsillo? -susurró Blanca
    -Una de las navajas de la caja-respondió con idéntico tono.


    Un sudor frio recorrió a Blanca de la cabeza a los pies...aquello podía volverse muy feo.


    -Deja que me encargue yo-acertó a susurrar Blanca cuando los sonidos de pasos aumentaban.


    La líder contuvo un suspiro de tranquilidad cuando vio como la rubia sacaba la mano del bolsillo mientras a tientas agarraba un "Mi Snorlax Tragaldabas" Poco duró ese sosiego ya que el presumible dueño de los sonidos de pisadas pasó las columnas solo para recibir el contundente golpe de los dos peluches.


    - ¡Aaaaaaah! -gritó de dolor al recibir el impacto de las mullidas armas en la espalda.
    -Oye-dijo Angie-No parece un Rocket.


    La rubia tenía razón, el agredido era un joven de la misma edad de Blanca, de llamativo pelo violeta, mismo color que sus bonitos ojos y vestido con una ropa que parecía propia de un Boy-scout.


    -Tienes razón-dijo Blanca-Es Antón-reconoció la de pelo rosa- ¡Golpéale antes de que nos hable de el pito de un Metapod o cualquier cosa parecida! -exclamó con behemencia
    -Los Metapod no tiene pito-aclaró Antón con tono repipi-Solo se reproducen cuando evolucionan a Butter¡AAAAAAH!-Volvió a exclamar a sentir el "amor" del "Bewear Abrazos 5000"
    - ¿Y qué haces aquí? -preguntó Angie mientras Blanca hacía el ademán de golpearle otra vez.
    -Recibí tu llamada-respondió el líder del tipo Bicho-Y me recibes así...-añadió mirando de reojo a la de pelo rosa.
    -Cada vez que te veo me acuerdo de esa reunión de líder de gimnasio...-dijo Blanca con tono de odio contenido.
    - ¿Cuál? -quiso saber Antón, aún en el suelo- ¿En la que disfracé de Ariados por el aniversario de Ariadosman? ¿O en la que por accidente te tire encima todo un bote miel de Vespiqueen sintetizada por mí?
    -¡¡DE LAS DOS!!-Exclamó agresivamente Blanca volviendo a blandir el peluche.
    -Prefiero volver a mi caja...-musitó Angie.
    -Chuuuu-corroboró el roedor.


    Afortunadamente el resto no eran conscientes de esa trasnochada escena, aunque su situación no era mejor, o al menos no lo era su ubicación: un largo túnel subterráneo normalmente bullicioso y lleno de actividad, ahora desierto de no ser por los cuatro que estaban escondidos cerca de la entrada.


    -Ahora podéis hablar tranquilos-dijo Shiro viendo como al dispersarse el humo los Rockets se alejaban-pero en silencio...por favor.
    -Te vuelvo a decir que no me unido al Team Rocket-explicó AJ
    -Pero la ropa...
    -No es mía Izumi, por amor de Dios-se la hemos quitado a cuatro Rocket que atrapamos y dejamos dormidos en un callejón oscuro-explicó el pelinegro.
    -Eso que acabas de decir es perturbador e inquietante-dijo Izumi-Supongo que eres el AJ de siempre.
    - ¿Qué quieres decir con eso? -dijo AJ mirándola con los ojos entrecerrados.
    -Es broma, ya lo sabes-dijo Izumi-Aunque estoy preocupada por Angie, nos separamos cuando empezó todo esto.
    -Oye Shiro-Dijo Silvia-Ahora que la amiga de AJ está aquí quizás podamos separarnos o algo así. Tú sabrás.


    El ninja no dijo nada, pero giró la cabeza y miró de arriba a la pelirroja, de arriba abajo. Le parecía una buena idea

    -Izumi-dijo Shiro- ¿Quieres ayudarnos con esto?
    -Sí, por supuesto- dijo la de ojos azules.
    -Bien-dijo el de Ciudad Iris-AJ tu ira conmigo, Izumi tú con Silvia explorareis esto.
    -Oye líder al que nadie ha votado-dijo Silvia alzando la mano-AJ y ella se conocen ¿Por qué no van ellos por un lado y tú y yo por otro?
    -Porque no pienso meterme en un sitio atestado de Rocket en una misión que puede ser de vida o muerte contigo-respondió el de Ciudad Iris
    -Cretino-murmuró la de mechas verdes- ¡Vámonos Izumi!¡Me contaras cosas de AJ! -añadió mientras ella y la otra chica exploraban por los pasillos.


    Luego de pasar por un tiempo prudencial AJ y Shiro salieron del subterráneo y caminaron hacia su destino, La Torre de Radio: Un edificio de cinco plantas y con una gran antena parabólica presumiblemente lleno de Rocket.


    -Shiro-dijo AJ- Silvia también tiene cosas buenas-dijo el pelinegro, probablemente por lo dicho en el callejón.
    -Yo no se las veo-respondió este.
    -Seguro que sí se las has visto-volvió a decir el de Pueblo Paleta

    Al oír eso el ninja no pudo evitar recordar la escena transcurrida hace unas semanas en el Lago de la Furia, invadiéndole un inmediato rubor

    -Pensaba que tú estabas dormido durante todo aquello-respondió el Ciudad Iris.
    - ¿Ein? -expresó AJ sin saber exactamente a que se refería-Yo me refería que seguro que algo bueno le habrás visto cuando has continuado con nosotros.
    -Sí, quizás sí-dijo con un rubor que no cesaba-Vamos, entremos.


    Mientras en unos solitarios pasillos...


    - ¡Vaya! -dijo con tono de sorpresa Angie-No sabía nada de la danza de cortejo de los Yanma...y la verdad, tampoco quería saberlo.
    -Estoy seguro que algún día agradecerás esa información-dijo Antón
    -Hazme caso, no lo harás-dijo por su parte Blanca.
    -¡Vaya, vaya! -interrumpió una voz socarrona-tres muchachitas aquí solitas.


    Los tres giraron la cabeza para corroborar su temor, era un Rocket, Pokeball en mano


    -No sé para que estamos haciendo esto-dijo el Rocket-Pero seguro que puede sacar algún dinerillo así que lo siento, mujercitas
    - ¿Cómo me has llamado? -dijo la voz de Antón con tono de ultratumba- ¡Como te atreves a confundirme a mí, la enciclopedia andante del tipo bicho, con una simple niñita asustada!
    -Perdón, perdón-dijo el Rocket aunque no sin cierto recochineo-Tu melena, tus ojos, tu total ausencia de pelo en la cara...Creo que me puedo equivocar.
    - ¡Como osas! -volvió a expresar grandilocuente Antón mientras ponía, sin disimulo alguno, la mano en el pecho de Blanca- ¡Es que acaso no ves la diferencia!¡Yo no tengo...!


    No pudo continuar el líder del tipo bicho ya que un "proyectil" rápido y letal que impactó en su cabeza lo noqueó al instante, de modo que cuando impactó con el suelo ya estaba inconsciente.


    Angie tragó saliva incluso el Rocket dio un paso atrás, visiblemente sorprendido.


    - ¿L-Lo has matado? -preguntó Angie a Blanca.
    - ¡Ya quisiera estar muerto! -dijo Blanca mientras trataba de disimular el dolor tras el puñetazo que acababa de propinarle al de pelo violeta.
    -Ya que os dais entre vosotros me encargare simplemente de remataros-dijo el Rocket mientras arrojaba dos pokeballs negras con una R roja dibujada


    - ¡Juuuuunduuuur! -aullaron los canes que aparecieron de sendas esferas.


    -Angie-interrumpió Blanca viendo como la rubia cogía una pokeball-Yo me encargo.
    - ¿Seguro?
    -Claro que sí-dijo la de pelo rosa-Soy más dura de lo que parezco.


    Inmediatamente, mientras la rubia retiraba a un inconsciente Antón de en medio, el primate morado se manifestó sobre el improvisado campo de combate balanceando sus colas despreocupadamente.


    - ¡No dejare que profanes este sagrado espacio! -decretó Blanca.
    -Pero como quieras ¡Triturar!-anunció el Rocket


    Los canes abrieron sus bocas dejando ver como sus ya de por si afilados colmillos parecían crecer mientras un aura blanca los rodeaba para luego lanzarse contra su oponente.


    - ¡Doble Golpe! -exclamó con energía Blanca.


    Así el simio morado hizo que las grandes "manos" que tenía al final de su cola adquirían un fulgor morado como muestra del poder que comenzaba a fluir por ellas y con un ágil salto esquivó las dentelladas para luego golpearle con las colas en el espinazo.

    - ¡Lanzallamas!
    - ¡Rapidez!


    Los dos perros telúricos lanzaron el incandescente chorro al mono morado que respondió "blandiendo" sus colas liberando mucha energía en forma de una marea de estrellas que ahogó el ataque de fuego además de impactar contra los Houndour.


    -Joooooun-aullaron los perros poco antes de caer inconscientes.

    -Es buena-masculló el Rocket mientras hacía volver a los canes a sus esferas- ¡Pero este pokemon te detendrá!-añadió mientras lanzaba otra de esas pokeballs negras, Rocket Ball de ahora en adelante.
    -¡Maaaaachoook!-expresó el Machoke haciendo sonar sus músculos.
    -Vuelve Ambipom, bien hecho-dijo la líder de gimnasio mientras buscaba su siguiente Pokeball
    -Miiiiilk-expresó la vaca rosa recién liberada.


    -¡Machoke usa Tajo Cruzado!


    El pokemon del cinturón cruzó sus brazos acumulando energía en estos y lanzarse contra la vaca rosada de manchas negra que por su parte respondió generando una aura roja que casi instantáneamente adoptó la forma de corazones que fueron lanzados hacia el Machoke quedando este totalmente inmóvil, además de con cara de lerdo.


    -Un momento-dijo el Rocket-Ya sé quién eres, la líder de gimnasio de la que hablan los rumores ¡La princesa asesina del amor rodante!
    - ¡Muaaaaajajajajaja! -rió siniestramente Blanca-Veo que mi fama precede-añadió para luego volvió a reír ruidosamente, en un claro acto de salirse de su personaje


    - ¡E-Estáis todos locos! -acertó a decir el Rocket haciendo regresar al Machoke embobado- ¡Yo me voy de aquí!


    El hombre de negro salió corriendo rumbo al ascensor, afortunadamente no estaba muy lejos así que rápidamente pulsó el botón para que subiera desde una de las plantas inferiores. Pronto escaparía de esa jaula de grillos. Estaba a punto de suspirar aliviado cuando el ascensor, una vez llegó a la planta, se abrió...Eso fue antes, por supuesto, de que de la puerta surgiera un gremlim morado de diamantinos ojos se le lanzó a la cara.


    - ¡Seeeeeeebelaaaaik!


    El Rocket cayó inconsciente al suelo y no pudo ver que además del Sableye del ascensor salieron el líder de gimnasio de Ciudad Iris, además del joven de Ciudad Cerezo y de Isla Canela.


    -¡Morti!-casi lloró Blanca-¡Por fin alguien de ayuda!
    -Yo también me alegro de verte-dijo Morti algo más tranquilo, cuando reparó en el pelivioleta tirado en el suelo- ¿Ese es Antón?
    -Es una larga historia...


    - ¡Jean! -dijo la rubia-Cuanto tiempo
    -Ya ves-dijo el de Ciudad Cerezo-Desde la Liga Pokemon, creo recordar.
    -Jean ¿No nos vas a presentar?-dijo Tim
    -Si claro,Tim esta es Angie, Angie este es Tim-dijo el entrenador de Croconaw-Los dos sois amigos de AJ...y míos, supongo
    -Los amigos de mis amigos son mis amigos, creo-expresó el Isla Canela estrechando la mano de la rubia.


    - ¿Saaaaaaabelaaaaaik? -dudó el pokemon fantasma dando ligeros golpecitos en la cabeza de Antón.
    -¿Miiiiisdrivus?- dijo la fantasma mechada haciendo lo propio con el Rocket inconsciente.


    Reuniones y comprobaciones fantasmales aparte, dos chicas caminaban solas por el normalmente atestado Túnel Trigal, o subterráneo, bastante tranquilas para la situación, incluso charlaban animadamente.


    - ¿A sí? -dijo la pelirroja-Pues no lo sabía
    -Sí, AJ a veces habla en sueños-dijo Izumi-Tiene su gracia supongo- ¿Y tú de que lo conoces?
    -Una playa, un Tauros...una rubia que se empaña en romper la cuarta pared.
    -Eso suena a Angie-dijo Izumi.
    -Sí creo que se llamaba así.
    -Angie es amiga mía también-siguió la de ojos azules.
    -Cuantas coincidencias-expuso la ojiverde- ¡Tu yo seremos buenas amigas, seguro!
    -No si esta es la mejor situación ¡Pero de acuerdo! -dijo Izumi


    Entre conversaciones y parlamentos las chicas no se dieron cuenta que se habían movido por un pasillo anexo, más estrecho no se dieron cuenta hasta que se encontraron una gran verja metálica.


    - ¿La abrimos? -preguntó Izumi
    - ¡Cola Veneno! -exclamó Silvia, respondiendo claramente a la pregunta de Izumi
    -Vaaaaaaaaipar-exclamó la serpiente cuando derribó la puerta con la venenosa espada que era su cola
    -La verdad es que no me gustan demasiado este tipo de Pokemon-dejo caer Izumi con una risita nerviosa-Lo siento.
    -No te preocupes, el pobre Seviper está acostumbrado-dijo la pelirroja mientras acariciaba el lomo del ahora deprimido ofidio.


    Los tres, las chicas y la serpiente, avanzaron para ver que detrás de la verja había una salita vacía con unas escaleras hacía un piso inferior, los tres se miraron entre sí para bajar por las mencionadas escaleras, sin saber que encontrarían...


    Por otra parte, además de en otra parte, Shiro y AJ ingresaron en la torre de radio, no vieron demasiado Rockets en la primera planta, sí en la segunda donde aparte de algunos empleados atados cual vulgar morcilla, pudieron ver a muchos más soldados Rocket, algunos vigilando a los cautivos, otros buscando algo valioso que llevarse...Otros jugando al Buscaminas en un ordenador...


    El par siguió caminando, intentando no ser descubiertos, pudiendo pasar al piso superior donde, afortunadamente, no había Rocket, lo que sí había era una especie de "barrera" que partía la habitación, fijándose más pudieron ver que para abrirla se requería de un utensilio para abrirla, una Llave Magnética.


    -Esto va a ser un inconveniente-dijo Shiro-Probablemente tendremos que recorrer todo el edificio para encontrar como abrir...


    Una nimia brisa hizo que el ninja se apartara, afortunadamente, ya que ese soplo fue el preludio de una "cuchillada" que arrancó la barrera de cuajo.


    -Saider-expresó el insecto, contento por el trabajo bien hecho.
    -Rápido y limpio-expresó AJ con el mismo tono.


    Shiro abrió mucho los ojos, algo sorprendido porque AJ hubiera pedido derribar la puerta del modo más brutal, además de ruidosa, posible. No esperaba eso del pelinegro.


    -Estos cacharros me sacan de los nervios-se justificó AJ.


    De todos modos, ahora había dos caminos para tomar; la que se acababa de abrir al "destripar" esa puerta mecánica y la ya existente.


    -Tendremos que separarnos-dijo Shiro para luego poner la mano en el hombro de AJ-Buena suerte.
    -Buena suerte.


    Así el pelinegro entró por el camino que acababa de aparecer. Otra sala vacía...de no ser por una mesa con un ordenador, que AJ imaginando lo que pudiera tener ni se molestó en mirar, y una puerta...una puerta que no se movía por más que el pelinegro lo intentara.


    -Bueno-pensó con tranquilidad-Me iré por donde he venido e iré con Shiro.


    O eso quería hacer, ya que al intentar abrir esa puerta lo único que consiguió es que la puerta por la que había entrado y se cerrara.


    - ¡Jiu jiu jiu! -Se oyó voz mecanizada desde el ordenador-Activado mecanismo de Defensa.


    El pelinegro giró su cabeza hacia el ordenador viendo, para su extrañeza, como de la brillante pantalla parecía surgir una criatura que él nunca había visto: Un ser extraño, no demasiado alto y con un vago, vaguísimo, parecido a un ave; semejanza que no parecía tal ya que sus múltiples aristas y vértices, así como sus colores azul y rosa pastel le daban un aspecto para nada orgánico.


    -Porygon, Soldado Electrónico, defiende al Team Rocket-volvió a decir la voz del ordenador- ¡Jiu Jiu Jiu!
    - ¿Pero ¿qué es esto? -expresó un desorientado AJ al ver ese ser.
    -Soy una voz pre-grabada-continuó la voz-No esperaras que te responda ¡Jiu Jiu Jiu!


    En la otra sala, Shiro parecía tener más suerte ya que parecía haber encontrado una persona atada a su silla giratoria, parecía ya que la silla le daba la espalda al ninja y no podía apreciar bien los rasgos del secuestrado.

    -Ya eres li...-comenzó a decir Shiro que calló ya que en la silla lo único que había era una almohada atada- ¿Esto...?¡Una trampa!


    Tarde, solo un segundo, pero tarde y Shiro no pudo evitar que una Rocket Ball cayera desde el techo. Y otra, otra...


    Sí...Parece que el ninja tampoco tenía mejor suerte, ¿Cómo le iría a los demás?


    - ¡Hoja Mágica!
    - ¡Lanzallamas!


    Esos comandos fueron ejecutados en forma de una corriente de luminosas hojas blancas y de un potente chorro ígneo que alcanzaron limpiamente a sus adversarios, un Graveler y un escurridizo Yanma, que fueron derrotados.


    - ¡Nos vengaremos! -dijeron ambos Rocket huyendo tras hacer regresar a sus pokemon.
    -Sí, sí-dijo Silvia sarcásticamente- ¡Volved debajo de las faldas de vuestra mamá!
    - ¡Vaaaaaaaaiper! -siseó el pokemon veneno enseñando su lengua viperina.
    - ¡Giga, bien hecho! -felicitó Izumi a su propio pokemon.


    Giga era una criatura que superaba, aunque no por mucho, el metro de altura, su piel era de un color amarillo pálido que resaltaba el verde de las hojas enroscadas sobre sí mismas y que formaban un collar alrededor de su cuello, verde era también la larga hoja parecida a una cuchilla que coronaba su frente. Por otra parte, el pokemon tenía una mirada amable pese a sus iris de color rojo, así como una única uña blanca en cada una de sus cuatro piernas.


    -¡Beeeeilif!-expresó el Pokemon, feliz de recibir el cariño de su entrenadora.
    - ¡Muy bien!¡Sigamos adelante! -expresó Silvia con energía.


    Reafirmadas en sus intenciones por esa victoria el par de chicas acompañadas por el dinosaurio de tipo planta y el venenoso ofidio continuaron caminando por los túneles. Iban tranquilas y les extrañó haber llegado a un punto en el que se iniciaba una red de túneles más bifurcada, pero sobre todo con una especie del panel del control que contenía tres botones.


    - ¿Y esto? -dijo Silvia para inmediatamente presionar el interruptor.


    Uno de los tres botones se iluminó, señal de que estaba activo, y eso fue seguido de un intenso ruido: Las "tripas" de aquel lugar se estaban, de alguna extraña manera, revolviendo y dejando así una configuración de túneles distinta para los pasillos que quedaban por recorrer

    - ¡Ups! -exclamó la pelirroja con tono infantil-Mejor lo dejo como estaba.

    Silvia volvió a presionar el interruptor volviendo así a subir y bajar paredes para volver a dejarlo todo en su estado, si no original si como se lo habían encontrado.


    -Uf-Jadeó AJ-Nos ha costado...
    -Saaaaideer-dijo Blade con igual tono.


    Entrenador y entrenado miraron hacia el centro de la sala donde una Pokeball se agitaba con ímpetu para luego detenerse, no tardó mucho la esfera bicolor en desvanecerse en un fulgor.


    -Creo que Alan se alegrará con este regalo de cumpleaños-añadió el pelinegro viendo como la pokeball con el Porygon se teletransportaba hacia el Laboratorio del Profesor Oak.


    Finalmente, el pelinegro se reincorporó y atravesó la última puerta.


    El entrenador de Pueblo Paleta se encontró en una sala muy iluminada y amplia, aunque tenía una forma extraña para una habitación ya que tenía un aspecto hexagonal...O algo así creyó interpretar el pelinegro. Algo raro debía de sospechar ya que nada más entrar se dirigió a una de las ventanas que tan buena iluminación proveía.


    - ¿E-Estoy...en la antena parabólica?
    -Efectivamente.


    Esa palabra sobresaltó a AJ, obviamente no por la palabra en sí sino por lo inesperado de la misma, y le hizo girar la cabeza para ver a alguien a quien conocía: Un hombre joven con el ya muy conocido uniforme negro y su típica R roja, lo que le diferenciaba era su "electrificado" estilo de peinado de intenso color rubio.


    -Ayr...
    -Sí...Por cierto, creo que tú todavía no me has dicho tu nombre
    -Ni tengo la más mínima intención-respondió AJ.


    - ¡Pues ya está! -Dijo Silvia contenta.
    -Hemos toqueteado mucho esto-valoró Izumi-No sé si será bueno...
    - ¡Claro que es bueno! -intervinó una tercera voz femenina- ¡Gracias a vosotras hemos podido llegar!


    Silvia e Izumi tornaron hacia quienes: hablaban dos mujeres jóvenes y ambas con el característico uniforme negro con la R, una con un amplio escote, la otra con un largo y vistoso pelo rosado.


    - ¡Wendy!
    - ¡Izumi!
    - ¡Yo soy Lawana! -intervino la otra con tono de infantil entusiasmo.
    - ¿Más Rocket?¡Pues Vamos! -Dijo Silvia con confianza.
    -Vaaaaiper-siseó el ofidio dando un paso adelante.
    - ¡Biiieeeeen, vamos a divertirnos! -volvió a decir la de pelo azul con el mismo tono inocente que antes.


    Las dos Rocket eligieron a sus pokemon, pokemon ya raros en su región de origen así que mucho más que en Johto, por parte de la de pelo rosa era una criatura de cinturita de avispa, nunca mejor dicho, por debajo de la cintura había unas anchas caderas de color amarillo atravesado por una franja negra y más abajo se podría ver una especie de oquedades parecidas a las celdas de un panal, por encima un tórax con dos pares de alas, no demasiado grandes, en la parte trasera, a ambos lados unos brazos negros con pequeñas uñas naranjas. Finalmente tenía una cara con pequeñas protrusiones, como cuernos, a ambos lados de la cabeza y con una estructura parecida a una joya roja en el centro.


    -Veeeespicuin-zumbó el regio insecto que acababa de surgir de esa pokeball


    Por parte de la voluptuosa joven de pelo azul surgió una criatura serpentina de vívido color rosa y con una boca fina y afilada, en el final de su alargado cuerpo tenía una escama-aleta de tono violeta, como violetas eran también una especie de conchas que al estar ubicado en el "pecho" daba la sensación de fungir como sujetador, lo que junto a las pestañas le daba un aspecto femenino.


    -Gooooooooor-emitió el Gorebyss.
    -Vespiqueen, Pokemon Colmena: Solo hay uno por colonia, segrega feromonas tanto para atacar como para cuidar a sus crías, Combee-informó la pokedex de Izumi sobre la criatura libera por Wendy-Gorebyss, Pokemon Mar del Sur: Este Pokemon vive en los fondos de los mares, por ello su cuerpo aplanado, al detectar una presa le hinca sus finos dientes para para sorber los fluidos corporales-dijo ahora de la anguila rosada.


    - ¡Baaaiiiliif!-expresó decidido el saurópodo de planta pisando el suelo con fuerza.
    -No sé, Giga-dudó Izumi-Pese a la ventaja de tipo la descripción del Gorebyss no le tranquiliza ni lo más mismo.
    - ¡Vamos Izumi! -expresó Silvia confiada-Son una bicharraca con cara de mala leche y un pez con morritos.


    - ¡Rompecoraza! -expresó repentinamente Lawana sin perder su tono infantil y juguetón.

    Al oír las palabras de su entrenadora el cuerpo del pokemon de tipo agua comenzó a brillar intensamente a la par que la piel superficial comenzó a descascarillarse y caer a trozos al suelo dejando ver una nueva capa de epidermis de un rosa encarnado. Además de un aura arremolinada sobre la misma como señal del súbito incremento de características que acababa de experimentar.

    - ¡Hidropulso! -dijo la peliazul de pendientes de Staryu


    La anguila de piel rosa generó en el extremo de su fino hocico una esfera hídrica que rápidamente creció más de lo normal, alimentada por la dicha aura y fue expelida contra el Seviper empotrándolo contra uno de los muros.

    -Pues vaya con el pez con morritos...-murmuró Silvia viendo cómo, dolorido, Seviper se arrastraba para volver junto a ella-¡Colmillo Veneno!-añadió inmediatamente.

    Los llamativos, además de largos, colmillos rojos de Seviper comenzaron a brillar con un intenso tono purpura para luego lanzarse contra su acuático oponente, el cual evitó el ataque sin ningún problema. Claramente su velocidad también había aumentado.

    -Vuelve Giga-dijo Izumi haciendo regresar al pokemon de tipo planta a su pokeball.
    -Sera mejor que haga lo mismo-dijo Silvia imitando el gesto.


    Dos nuevos pokemon se manifestaron en el escenario, dos pokemon que a groso modo podían describirse como un quelonio con orejas y cola lanuda y un reptil verde de tripa rosa intenso con una hoja en la cabeza.


    - ¡Waaaaarto!
    -Grooooovaail
    - ¡Muy bien!¡Vamos a jugar todos, Hidropulso! -expresó juguetona Lawana
    -Es insufrible-murmuró Wendy-Vespiqueen usa Al ataque-expresó luego- ¿Quién pone los nombres a los ataques? -susurró

    La abeja reina acumuló energía de un tono oliva en las celdas de su parte inferior y así como el ataque Rapidez era energía lanzada en forma de estrellas la insecto liberó esa energía en forma pequeñas abejas que rápidamente fueron "zumbando" hacia sus oponentes junto a la esfera de agua.


    Zelvy respondió usando el Giro Rápido para elevarse y esquivar el ataque por parte de la Vespiqueen mientras que Grovyle no tuvo ningún problema en eludir la esfera de agua.

    - ¡Hoja Aguda! -expresó Silvia señalando como objetivo al pokemon marino


    Así el reptil, en el aire, desplegó las filosas hojas de sus antebrazos para lanzarse contra el Gorebyss que lejos de amilanarse respondió enciendo sus ojos con intenso color azul y "paralizando" a su oponente.

    - ¡Mándalo con su amiguito! -pidió Lawana.


    No tardó mucho el Gorebyss en usar el Psíquico para hacer colisionar a Grovyle contra el Wartortle.

    - ¡¿A que lo estoy haciendo bien?!-expresó la peliazul mirando a Wendy.
    -Insufrible de verdad-pensó la pelirosa ladeando la cabeza con resignación- ¡Usa Tajo Aéreo!


    Obedeciendo a su entrenadora el insecto comenzó a agitar sus alas "desgarrando" el aire y enviando esas ventosas cuchilladas contra sus oponentes que debido a la colisión anterior no estaban preparados para esquivar, recibiendo todo el impacto.


    - ¡Bien!-exclamó Lawana dando un simpático saltito, con el consecuentemente movimiento de toda su "delantera"
    -En fin...-se limitó a suspirar con resignación.

    Las otras chicas miraron como sus Pokemon se reincorporaban afortunadamente con fuerza para continuar, sin embargo, no iba ser fácil que dos pokemon que no se conocían de nada, Grovyle y Zelvy, pudieran coordinarse para vencer a las Rockets, que pese a las diferencias sobre todo por una parte les superaban en ese aspecto.


    - ¿Y que hacéis aquí? -preguntó Silvia como si tal cosa.
    -Eso debería de preguntarlo yo-respondió la de pelo rosa-De todos modos, esa información es confi...
    - ¡Estamos aquí intentando que el Team Rocket no se disuelva! -dijo Lawana con un tono infantil
    - ¡IDIOTA! -estalló la de pelo rosa
    -Pareces enfadada Wendy-Chan.
    - ¡CLARO QUE ESTOY ENFADADA!
    -Pero le estaba explicando a estas chicas tan simpáticas que tú, yo y Ayr-Kun estamos intentando que el Team Rocket no se disuelva, lástima que Igno-Kun no haya querido venir.
    - ¡NO SIGAS HABLANDO! -Chilló para luego tomar aire- ¡Vespiqueen Tajo Aéreo!


    Inmediatamente la regia abeja volvió a desgarrar el aire lanzando las cuchillas ventosas contra sus reptilianos oponentes, pudiendo evitarlo con dificultad.


    -Izumi, tenemos que coordinarnos mejor-dijo Silvia.
    -Es más fácil decirlo...-respondió la de cabello negro
    -¡Y también hacerlo!-dijo la de las mechas verdes con renovado entusiasmo-Dile a Wartortle que se ponga a girar y a escupir agua.
    -Si tú lo dices...-añadió la de ojos azules- ¡Zelvy usa Hidrobomba!
    - ¡Sobre el Grovyle! -dijo de inmediato Silvia.


    Comenzó así el quelonio a girar y lanzar potentes chorros de agua a alta presión dirigidos obviamente hacia sus oponentes, pero debido a lo estrecho del lugar, además de la falta de compenetración ya dicha, parecía muy lógico que algunos de esos chorros impactaran en el reptil de piel verde.

    - ¡Grovyle sobre el! -exclamó Silvia.


    La chica de cabello negro oriunda de Pueblo Paleta no pudo evitar que una gota de sudor recorriera su nuca al ver como Grovyle de un agil salto se colocara sobre su compañero, más aún se sorprendió cuando Zelvy lejos de desequilibrarse comenzó a elevarse ligeramente.


    - ¡Zelvy impacta contra Vespiqueen! -exclamó Izumi decidiéndose aprovechar lo que estaba sucediendo.

    Así el pokemon de agua atacó con ese ataque hibrido entre una Hidrobomba y un Giro Rápido, pero antes de impactar el Grovyle saltó ágilmente contra el Gorebyss blandiendo sus hojas espada.


    La regia, e inexpresiva, abeja pese a no destacar por su potencia, tanto física como especial, como por su defensa "sacudió" su brazo alejando así al quelonio de orejas peludas.

    - ¡Tajo Aéreo! -exclamó Wendy-señalando al inicial de Kanto.
    -Vamos a ayudarle Gorebyss-expresó Lawana con un tono mucho más relajado


    El insecto de tipo dual volvió a lanzar la cuchilla ventosa que rápidamente se unió con una descarga de energía mental emitido por el alargado pokemon de piel rosada


    - ¡MANTO ESPEJO! -exclamó Izumi con todas sus fuerzas.

    El pokemon de agua pisó el suelo con fuerza mientras que su piel generaba, superpuesta sobre su cuerpo, una especie de capa reflectante de una apariencia similar al cristal líquido.

    -WARTOO-Expresó con esfuerzo el pokemon de agua, temiendo ser superado por los dos ataques.

    Finalmente, la capa reflectante hizo su efecto proyectando de vuelta, con más potencia incluso, los ataques de sus adversarios, sin embargo, tal era la fuerza de los mismos que el quelonio no pudo evitar verse empotrado contra una pared de ladrillos que inmediatamente se derrumbó sobre él.


    - ¡Zelvy! -expresó Izumi preocupada.


    Rápidamente la chica de Pueblo Paleta corrió hacia lo que ahora era una pila, grande, de ladrillos con la clara intención de rescatar a su pokemon en caso de que fuera necesario. Sin embargo, se quedó parada a medio camino al ver como del amasijo de ladrillos surgían cegadores rayos de luz, una luz blanca en creciente ascenso y que por unos breves momento inundó toda la sala.

    - ¡Zelvy! -volvió a exclamar la joven entrenadora, aunque con un tono muy diferente.


    Y es que Zelvy había cambiado, lo más palmario era el medio metro de altura extra que tenía ahora, así como aproximadamente ver cuadruplicado su peso, sus otrora orejas y cola peludas y mullidas ahora eran cortas y desprovistas de pelo, como el resto de su piel. Pero indudablemente lo más icónico y llamativo eran los dos cañones que asomaban, a la altura del hombro, en su caparazón

    - ¡BLAAAASTOISE!-Expresó el tanque tortuga, apuntando a sus adversarios con sus nuevos y flamantes cañones


    Si. Indudablemente el paso de Zelvy de Wartortle a Blastoise sería de gran ayuda a Izumi y Silvia contra las Rockets. Pero ¿Sería suficiente para decantar la batalla a su favor? ¿Cómo le iría al resto? ¿Se habrá quedado Angie la navaja de Albacete? Preguntas todas igual de importantes y de cuya respuesta podría depender no solo el futuro de los involucrados, sino el de una ciudad entera.
     
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    Aprovechando un breve intervalo para adelantar mis lecturas me encuentro con que... omg ya van 32capítulos...

    You know, siempre que voy a retomar este fanfic encuentro algo pesado el primer capítulo, tal vez por el abrupto cambio de ritmo o porque casualmente me detengo antes de un capítulo transitorio. Es una sensación muy breve porque invariablemente acabo leyendo el resto sin parar.

    Si algo me llama la atención es que esto esta lleno de duelos de torneo, muchísimos (incluso me comí el bait de que Carl sería importante y no simplemente el oponente de AJ el productor ejecutivo para la segunda ronda). Pero ninguno se siente igual a otro; todos tienen su propio ritmo y a final de cuentas acaban siendo entretenidos en el peor de los casos (como el duelo de Carl vs el otro asiento vacío con ese final demoledor de la foca). Y en el mejor, haciendo batallas realmente increíbles. Todos los duelos, todos y cada uno son disfrutables, en algunos casos muy emocionantes, como los del Trío Kanto, y creo que eso es algo que habla muy bien del autor.

    Y hablando del Trío Kanto, sus duelos en la segunda ronda fueron todos espectaculares. El de Eric fue el primero en sorprenderme porque, de los tres, daba la impresión de ser el más fuerte (y a su vez tenía el oponente aparentemente más débil), y pese a un inicio accidentado parecía en la posición perfecta para remontar, damn it, incluso tuvo una evolución a mitad del combate para que acabara perdiendo por las mínimas (aunque me deja con la sensación de que actualmente sí es más fuerte que Ritchie).

    Y bueno, normal que caiga uno de sus amigos, pero entonces viene el combate de AJ contra la semi pro Helena que empieza con una batalla de alto vuelo. Una parte de mí esperaba que ganara AJ, en primer lugar porque imaginaba ver las tres evoluciones finales más o menos al mismo tiempo, y porque pues es el prota, se supone que tiene que ganar, poderitos místicos se activan y... se rinde. Aunque era la decisión correcta, se siente bastante abrupto. Aunque de todos modos AJ tenía poco por hacer contra ese tanque. Well, qué se le va a hacer, es normal que los chicos pierdan en su primer torneo.

    Y tenemos entonces a Izumi. Empecé su batalla esperando que perdiera. Después de todo ya había tenido sus momentos para lucirse y ese duelo contra el motero ya había sido bastante bueno. Y Kevin es el puto Kevin, probablemente mi pj favorito hasta ahora y el que tenía esa aura de experimentado que va a llegar lejos. Los dos acaban dando un muy buen espectáculo que acaba con el poderoso torrente de Zelvy. Izumi me parecía la más débil del Trío Kanto porque... Pues es mujer, vamos, las mujeres son débiles. Pero aún así se las arregló para ganar y ser la única de los tres en pasar de ronda.

    Mención especial para Angie, que aunque al principio no me caía del todo bien, hace mucho más agradables los capítulos. En general me gusta la dinámica de tener a todos los pjs interactuando entre sí. La comedia ocasionalmente omnipresente hace muy llevadero el flujo de los capítulos pese a su longitud (en serio, larguísimos). Y ahora que la parte más o menos importante del torneo terminó, supongo que volveremos a la acción. O no sé, en este punto puedo esperar cualquier cosa.

    Muy buenos caps y muy buena historia. Nos veremos en el futuro.
     
    • Fangirl Fangirl x 1
  5. Threadmarks: Capitulo 31
     
    AJ Slifer

    AJ Slifer Golden Sun & Silver Moon

    Capricornio
    Miembro desde:
    19 Junio 2018
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    Escritor
    Título:
    Pokémon: Path to Glory
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    38
     
    Palabras:
    6106
    CAPITULO 31: MAREA NEGRA (II)




    El pelinegro seguía callado observando el lugar donde previsiblemente se llevaría a cabo el combate con Ayr, era un escenario amplio y parecido a una sala circular, no se podía imaginar el entrenador de Pueblo Paleta que lo que desde fuera parecía una antena, muy grande ciertamente, era una sala más. AJ pudo también observar gracias a las grandes cristaleras de la habitación como el sol parecía hundirse en el mar, la noche se estaba acercando y los Rockets con la ventaja de la oscuridad...

    -Es muy bonito ¿verdad? -interrumpió Ayr.

    Volvió a mirar AJ, la sala era hexagonal bien iluminada tanto por las ventanas como por las amplias cristaleras frente a las cuales había unos binoculares fijos como si fuera un mirador.

    -Sí-dijo el pelinegro al que rápidamente le surgió una pregunta, una pregunta que casi le avergonzaba- ¿Qué es lo que pretendéis?

    No era para menos la vergüenza si se miraba con lógica, con su lógica especialmente. Y es que se había internado en la "guarida" de los Rockets sin saber siquiera que pretendían, estaba claro que si algo salía mal se arrepentiría durante mucho tiempo. Y eso si era lo bastante afortunado de poder arrepentirse

    -Impedir que el Team Rocket se disuelva-respondió el electrificado cabello.
    - ¿Apoderándoos de Ciudad Trigal? -inquirió AJ


    El pelinegro observó cómo Ayr encendió una radio, radio que él no había visto antes, al instante del aparato en cuestión comenzó a sonar una melodía animada y rápida, incluso vibrante, pero con algunos matices perturbadores. AJ no sabía si era debido a las notas altas o bajas, es más, probablemente no sabía distinguir entre las notas altas o bajas y a esa sensación de cierta incomodidad que transmitía la melodía fue cuando comenzaron a sonar consignas Rockets.


    -La base la compuse yo mismo-añadió el rubio.
    -Si he oído bien-inició AJ-decía no sé qué de vuestro líder...-dijo el pelinegro.
    -Puedes llamarle por su nombre, lo conoces-respondió Ayr haciendo que un montón de recuerdos volaran a su cabeza, especialmente lo abrupto que terminó aquel combate de gimnasio-Él ha decidido dejar y desmantelar el Team Rocket.
    - ¿Desmantelar el Team Rocket? -inquirió el de pueblo Paleta sin poder disimular un ligero matiz de alegría en sus palabras
    -Así es-dijo de inmediato el Rocket-Pero con esta demostración de fuerza y nuestro mensaje transmitiéndose por toda la región de Johto...estoy seguro que el mismo volverá y se unirá a nosotros-dijo con orgullo-Pero para eso...necesitó ganar tiempo-añadió mientras una pokeball se infló en su mano.

    El pelinegro suspiró, este momento iba a llegar tarde o temprano...Sin embargo ganar el combate no significaba abortar el peligro inminente ¿Qué pasaría si el Team Rocket conseguía cumplir sus planes? ¿Si el líder del Team Rocket, y no solo de él, al ver lo logrado en Ciudad Trigal emprendía una impensable pero terrorífica conquista de toda la región?

    Los apocalípticos pensamientos del pelinegro fueron interrumpidos por el sonido metálico que emitió el pokemon de su oponte. Era una criatura flotante compuesta por tres esferas unidas entre sí de tal manera que formaban un triángulo, cada esfera contaba por su parte con dos imanes a ambos lados de la misma, así como un único ojo, bastante inexpresivo.

    -Maaaagnetooon-emitió mecánicamente el pokemon eléctrico/acero.


    AJ por su parte lanzó su propia Pokeball, tratando de poner todos sus sentidos en el inminente combate.

    - ¡Naaaaaaaain! -expresó la raposa, arrugando su delgado hocico al ver a su rival.


    No era para menos el gesto de la usualmente calmada Foxy, la tensión podía notarse en el silencio incomodo mientras ambos entrenadores pensaban su siguiente movimiento. Si bien en otra situación, igualmente tensa, silencio era lo que menos había...


    -Blastoise, Pokemon Marisco: Los chorros de agua que lanza desde su espalda pueden llegar a atravesar planchas de acero, es capaz de disparar con precisión a un objetivo pequeño a cincuenta metros-informó la pokedex de Izumi

    - ¡Muy bien, Izumi! -felicitó Silvia
    -Lawana-dijo Wendy-hemos de estar atentos, con la evolución de ese Wartortle su fuerza se ha incrementado mucho, será más complicado ¿Lawana? -añadió al final a no ver a la escotada peliazul a su lado.
    - ¡Que chuli! -exclamó con entusiasmo la otra ejecutiva Rocket, entusiasmo tal como para encaramarse, visiblemente feliz, al recién evolucionado quelonio, provocando una expresión de sorpresa...y algo de vergüenza ajena en el resto de los presentes, Grovyle incluido- ¡Ven tú también Wendy-Chan! -añadió como si fuera una colegiala llamando a su compañera.


    -Vuelve aquí...por favor-inquirió la de pelo rosa, visiblemente agotada.
    -Bueeeno-dijo Lawana- ¡Pero luego jugaremos otro ratito!
    -Sí...Lo que tú digas-dijo Wendy con el mismo tono cansado que antes-Vespiqueen continúa con el Tajo Aéreo-añadió señalando al pokemon recién evolucionado
    - Y tu usa Psíquico-indicó la peliazul señalando también al Blastoise.


    Rápidamente la regia abeja agitó sus alas lanzando esas filosas cuchillas de viento mientras los ojos de Gorebyss brotó una descarga de energía azulina, las dos con el mismo objetivo.


    -¡Zelvy usa Hidrobomba!-contratacó Izumi.


    Al oír la orden de su entrenadora el Blastoise se puso a cuatro patas, fijando con fuerza sus extremidades al suelo, mientras, sus cañones procedieron a apuntar a sus objetivos.


    - ¡Fuego! digo ¡Agua! -exclamó de nuevo Izumi.


    Así de los cañones de Blastoise surgieron dos ensordecedores chorros de agua a alta presión y gran potencia directos contra sus oponentes ya que los ataques que estos habían interpuesto solo sirvieron para retrasar un par de segundos la colosal tromba de agua.


    - ¡Veeeeeees! -acertó a expresar, dolorida, la Vespiqueen cuando todo su cuerpo fue empotrado contra uno de los muros.
    -Gooooor-expresó tambien la anguila rosada.
    -Y aún no ha acabado-añadió Silvia con tono cantarín.


    Así, si esos pokemon seguían conscientes tuvieron que aguantar que una esfera de un fulgor verdoso les impactara. La Energibola de Grovyle hizo que dejaran de moverse, debió de suponer la puntilla que acabó con la resistencia de sus oponentes y el hecho de que las Rockets hicieran regresar a los pokemon a sus respectivos contenedores esféricos.


    -No creáis que esto se ha acabado-amenazó la pelirosa, que inmediatamente cogió otra Pokeball.
    -O sí ¡Por supuesto que esto se ha acabado! -añadió Silvia mientras ella cogía, además de lanzar, su propia Pokeball.

    - ¡Guuuuuuuuuaaaaaar! -rugió el Gyarados.

    Claramente el alargado pokemon acuático tenía motivos para rugir, más allá del carácter propio de los de la mayoría de su especie el hecho de que hubiera sido llamado en un espacio tan limitado, para él, no ayudaba a que pudiera calmarse.

    - ¡Vamos Gyarados!¡Destrucción para todos! -exclamó Silvia.

    No necesitaba decirlos dos veces, el azulado leviatán empezó a removerse, provocando, queriendo o sin querer, una serie de temblores y desprendimientos y no por que hubiera usado un ataque con ese efecto sino más bien por su tamaño y longitud en un ambiente tan estrecho.

    -Vamos a tener que retirarnos-masculló Wendy viendo como los cascotes que caían aumentaban tanto en grosor como en frecuencia- ¡Vámonos! -exclamó a disgusto antes de abandonar el lugar.
    - ¡Hasta lueguito! -dijo Lawana con un tono mucho más cordial para luego guiñar un ojo y emular la acción de su compañera. - ¡No huyas Wendy-Chan!

    Los cascotes continuaron cayendo, levantando una pequeña humareda por la precipitación de estos contra el suelo que se agrietaba y bajo la "mirada" de alguna pared que se resquebrajaba, aun así, las chicas, nuestras chicas, habían conseguido su objetivo.

    - ¡Hemos conseguido que se vayan! -dijo Silvia contenta-Ya no harán más daño a este lugar.
    - ¡Guaaaaaaaaaaaaaaaar! -refrendó el pokemon marino con un rugido


    -Pe..Pero si la única que has hecho daño eres tú...-acertó a decir Izumi algo perpleja.
    -Blaaaaaastoo.
    -Grooooooooovail.

    Quizás Silvia iba a decir algo pero fue interrumpida por el chirrido metálico de la puerta que separaba el lugar donde estaban de...realmente ningún lugar que ellos pudieran intuir, pero era cierto que teniendo en cuenta la situación de la ciudad era muy posible que fuera un enemigo, así lo debieron de presentir las chicas ya que inmediatamente el Gyarados alzó el cuello, lo que el espacio le permitía, por su parte el Blastoise encañonó la puerta mientras que las filosas hojas de Grovyle comenzaron a manifestarse.

    Finalmente, la puerta se abrió...


    - ¡Izumi!
    - ¡Tim!
    - ¡Pelirroja sexy!
    -Llámame Silvia, es más corto-dijo la de pelo mechado- ¿Izu, ¿Quién es?
    - ¿Izu? -pensó la de Pueblo Paleta-Es Tim.…es un chico de Isla Canela-explicó la de Pueblo Paleta-Tim ¿Qué haces aquí?
    -Es una larga historia-dijo Tim-Una historia que involucra revista de inciensos y ensaladillas rusas… ¡Pero no hay tiempo para eso! -añadió el de la ínsula-Estaba con Jean y también con Angie…
    - ¿Angie estaba contigo? -interrumpió Izumi-Menos mal que está bien-suspiró casi de inmediato.
    -Pero yo me despiste cuando pasábamos por la planta de lencería-prosiguió Tim-Ahora no sé dónde pueden estar los demás…De hecho, no sé dónde estoy yo.

    Mientras Silvia ponía a Gyarados de vuelta a su esférico habitáculo, Izumi se asomó por la puerta por la que Tim había aparecido pudiendo observar un gran espacio con muchas cajas desordenadas y que, aunque no podría asegurarlo, se acababa diversificando en distintos espacios mediante una serie de pasillos.

    -Juraría-aseveró la de Pueblo Paleta-Que estamos en los sótanos del Centro Comercial.
    -Eso tiene sentido-respondió Tim.
    -Pues lo que vosotros digáis, eso haremos-añadió Silvia

    Alguien con una extraña fascinación por los Sorbitos Dulces, sin señalar a nadie, se hubiera planteado sobre que sería mejor: Si adentrarse en ese nuevo espacio desconocido y presumiblemente también lleno de enemigos o volver por donde habían venido, arriesgándose a encontrarse con las dos Rockets que se habían enfrentado y que habían necesitado de una evolución, además de una amenaza de derrumbamiento, para derrotarlas. Pero esa persona no era Izumi…Más aún cuando Angie aún andaba perdida por ese lugar.


    - ¡Adelante! -dijo la de cabellera morena ingresando por la puerta acompañada de Zelvy.
    -Tu mandas-dijo Silvia haciendo una especie de relajado saludo militar para, junto a Grovyle, entrar a ese nuevo espacio que se les aparecía.

    Las chicas, sus pokemon y Tim caminaron en relativo silencio, solo interrumpido por las razonables dudas de las féminas respecto a las ropas de Tim y también por alguna que otra mirada fugaz al contenido de las cajas, descubriendo que si bien unas tenían material por retirar otras incluían productos para la nueva temporada. Esto permitió que la atmósfera no fuera tan tensa como debería ser dadas las circunstancias. Aun así, no era momento de relajarse. Detrás de cualquier esquina podía haber un puñado de Rockets listo para abalanzarse sobre ellos…O sobre cualquier otro

    - ¡A por ellos! -comandó el Rocket.
    - ¡Sí! -secundaron los otros.

    Rápidamente los hombres de negro lanzarón sus Rocket Balls dejando salir a distintos pokemon, Raticate y Rattata en su mayoría, pero también había otras especies, como Houndour, Graveler o Yanma. Pokemon que no tardaron en lanzarse contra sus oponentes.

    - ¡Reflejo! -pidió Antón.

    Así, ante la acometida de la miríada de enemigos el pokemon mariquita generó un muro de un azul translucido lo bastante denso como para que tantos los roedores como los pokemon pétreos se chocaran contra el mencionado muro.

    - ¡No os quedéis ahí parados, Ascuas! -demandó el Rocket a los Houndour.

    Los telúricos canes emanaron una serie de esferas de fuego dirigidas al Ledian, sabiendo que el ataque de fuego podría atravesar la barrera levantada por su insectil antagonista.

    - ¡Pistola Agua! -contratacó Jean.
    - ¡Crooooow! -gruñó el cocodrilo para segundos después lanzar su chorro hídrico para sofocar las llamas.
    - ¡Ambipon usa Doble Golpe! -dijo la lideresa de pelo rosa señalando a las libélulas zumbonas.


    Así el mono morado haciendo gala de su buena velocidad se adentró entre las filas enemigas para golpear con las fuertes palmas, ubicadas al final de cola, a los pokemon de tipo bicho que, nunca mejor dicho, cayeron como moscas.

    -Oye, no te cebes con los Yanma-le recriminó Antón, que acto después se llevó la mano al grueso, casi grotesco, chichón que le había salido.


    Blanca le respondió algo, pero sin dejar de mirar ninguno el campo de batalla que eran los sótanos del centro comercial, viendo que cada pokemon que caía por parte de aquel grupo de Rocket era reemplazado por dos ellos se vieron “obligados” a sacar otros pokemon, manifestándose así un feroz insecto verde con peligrosas cuchillas, una criatura de tipo psíquico que tenía un extraño péndulo y una pizpireta vaca de colores rosa y negro.


    - ¡Saaaider!
    -Hiiiipno.
    - ¡Taaaank!


    Antes de que la batalla se recrudeciera Jean miró a ambos lados, con una expresión de preocupación en su rostro.

    - ¿Dónde se habrán metido Angie y Tim?


    La respuesta a lo que Jean se preguntaba no estaba demasiado lejos, también la rubia de Ciudad Verde caminaba por esos pasillos, afortunadamente no estaba sola…


    -No sé cómo nos hemos separado del resto-comentó Angie.
    -Sinceramente-dijo Morti-Creo que son ellos los que se han ido retrasando y separado de nosotros.
    -Visto así…-dudó Angie-Creo que a Tim lo perdimos en la planta de lencería.
    -Y a los demás cuando Antón intento “comprar” un replica de un de Pinsir a tamaño real
    -Fue muy divertido ver como intentaba metérsela en los pantalones con tal de que Blanca no viera la figura-admitió Angie mientras esbozaba una ligera sonrisa-Por cierto ¿Sabes a dónde vamos?
    -Sí-contesto el rubio de mayor edad y altura-Y no debemos estar muy lejos.
    - ¡Gaaaaaaaaar!


    Angie no pudo evitar dar un respingo al oir la risotada del fantasma y acto seguido ver como este atravesaba una de las paredes para llegar hacía donde ellos estaban.

    -Como te decía-continuó el líder de gimnasio-Ya hemos llegado.

    Angie se asomó a la esquina que hacía el pasillo en el que estaban y pudo ver como en una habitación entre cajas y demás utensilios había una persona de mediana edad amordazada y atada. No fue necesario decir nada, acto seguido Morti y Angie corrieron al auxilio del hombre atado.


    -Soy el director de la Torre de Radio-expresó el hombre una vez le fue retirada la mordaza-Los Rockets me secuestraron y…

    El hombre calló inconsciente y era lógico, su cuerpo y su mente debía de haber experimentado tanto estrés que a la mínima posibilidad de rebajar ese nivel de alerta se “desconectó” agotado.


    -Tenemos que sacar a este hombre de aquí-dijo Morti de inmediato.


    -¡No tan deprisa! -irrumpió una voz femenina
    - ¡Escuchad nuestro lema porque tenéis problemas! -exclamó repentinamente el hombre
    -Para infectar el mundo con la devastación-siguió la mujer
    -Para destruir todos los pueblos de cada nación
    -Para denunciar a los amigos de la verdad y el amor
    -Para extender nuestra ira más allá del espacio exterior
    - ¡Cassidy!
    - ¡Butch!
    -¡El team Rocket vigila la tierra día y noche!
    -¡Rendíos ahora o preparaos para luchar a troche y moche!

    -Ellos otra vez- dijo Morti.
    - ¿Casimira y Butch? -se extrañó Angie.
    - ¡He dicho que me llamo Batch!¡Digo Beef!¡Digo Butch! -expresó el hombre de pelo azul verdoso para luego romper a llorar cómicamente-Por fin alguien dice bien mi nombre.
    - ¿¡Como que Casimira!?-vociferó la mujer de pelo ámbar mientras se marcaban las venas en su sien fruto del enfado que estaba experimentando.
    -Juraría que estabais en la cárcel-dijo el líder de tipo fantasma.
    -Eso digo yo-expresó ahora la rubia-En el capítulo 27 se menciona explícitamente que vais a la cárcel-continuó-En nombre de la mínima continuidad y coherencia que queda ¿Qué hacéis aquí?
    - ¡Ja! -dijo la mujer de pendientes rosa- ¡Una carcelucha no iba a detenernos!
    - ¡Y ahora no vamos a dejar que os llevéis al director viejales!
    -Angie, tranquila-dijo Morti con serenidad-Yo me encargo.



    - ¡Gaar!¡Glaaaaigar! -expresó el pokemon tierra con tono victorioso.


    Visiblemente contento el hibrido entre escorpión y murciélago sobrevoló la sala sobre los cuerpos de los derrotados Voltorb y Koffing, muchos de ellos rostizados quizás por algún ataque de fuego o por las propias explosiones que estos esféricos pokemon provocaron. Al lado de la voladora criatura estaban erguidos, no tan animados su entrenador y el telúrico can que era su compañero de equipo.


    - ¿Estas bien Berus? -preguntó Shiro- Daiba ya veo que sí-añadió mientras recuperaba el aliento.
    -Juuuum-ladró el pokemon.


    El Houndoom se quedó vigilando la puerta, claramente los ataques de los enemigos le habían afectado más que a su morado compañero de equipo, cosa lógica teniendo en cuenta los tipos de ambos, así como de sus agresores, o la diferencia de defensa antes los ataques adversarios.


    Shiro ignoró las correrías de su Gligar por el techo de la sala y avanzó hasta llegar a una especie de panel con múltiples botones, de muchos colores y formas distintas, así como distintos mecanismos de regulación.

    -Se supone que esto es la oficina del director de la torre de Radio-dedujo el de Ciudad Iris-Quizás pueda hacer algo desde aquí.


    - ¡Chispa!
    - ¡Mordisco!

    El Umbreon miró a su oponente, una criatura algo más alta que él y de piel azul en claro contraste con el amarillo de la picuda y densa melena, poco más pudo ver ya que ambos clavaron sus ojos rojos en su oponente y comenzaron a cargar contra su adversario, uno rebosando electricidad y el otro dejando ver que sus pequeños colmillos parecían alargarse y fortalecerse mientras eran envueltos en un leve fulgor blanco.

    Ambos Pokemon impactaron claramente y sin ninguna protección el uno el contra el otro, un impacto que supuso el desenlace de un largo enfrentamiento pues ambas criaturas cayeron inconscientes en el suelo.


    -Vuelve Yami-dijo AJ haciendo regresar al pokemon de tipo siniestro a su bicolor habitáculo.
    -Vuelve Manetric-dijo Ayr haciendo lo mismo.


    Los dos entrenadores colocaron la pokeball del pokemon derrotado en su correspondiente lugar y cogieron otra diferente. Tras Foxy y Yami por parte de AJ y Magneton y Manetric por parte del Rocket ambos tenían la sensación, pese no haberse pactado en ningún momento, que ese sería el último enfrentamiento.



    - ¿Y cuánto tiempo te queda en la Torre Bellsprout? -preguntó Izumi.
    -Pues muy poco, la verdad-respondió el de Isla Canela-Solo falta que mis padres vengan a recogerme.
    -Pues…-


    Silvia iba a intervenir cuando su mirada se posó en “algo” en el suelo: Un par de Rockets con unos vistosos cabellos color ámbar y aguamarina, ambos dormidos y con marcas de arañazos en la cara de él y de mordiscos en el pelo en la cabellera de ella

    - ¿Y esto? -se extrañaron los tres

    Casi instantáneamente los dos Rocket se alzaron como un resorte, preparados para seguir importunando a quienes tuvieran ocasión

    - ¡Escuchad nuestro lema porque tenéis problemas! -Dijo Butch-Mi cara-masculló luego quejándose de los arañazos de un Sableye.
    -Para infectar el mundo con la devastación-continuó Cassidy-Mi pelo-añadió quejándose por lo bajo de las travesuras de Misdreavus


    -Izumi-interrumpió Silvia- ¿Me dejas hacer una cosita?
    -Sí…supongo que sí-Dijo la de Pueblo Paleta, aunque no demasiado convencida
    -Muy bien-dijo la pelirroja- ¡Zelvy Hidrobomba!


    El pokemon de los cañones miró de reojo a su entrenadora, tan confusa como él, para luego disparar los potentísimos y gemelos chorros de agua que empotraron al dúo del Team Rocket, que aún seguían relatando su lema, contra una de las paredes del sótano. Consiguiendo, y de qué manera, silenciarlos.

    - ¡Un problema menos! -se congratuló la de pelo mechado- ¡Sigamos adelante! -dijo de inmediato con tono cantarín.

    Zelvy se quedó mirando al vacío pensando que habría hecho mientras que Tim e Izumi se acercaron a los presumiblemente derrotados e inconscientes Rockets.

    -Izumi-dijo Tim-No les encuentro el pulso…
    -No soy médica-dijo la de pueblo Paleta-pero dudo que puedas encontrarle el pulso en el pelo…O en lo que queda de él.


    Acto seguido Angie puso sus dedos en las muñecas de uniforme negro, parecía una tontería, pero no estaba de más asegurarse. Y sí, ambos Rockets estaban vivitos y coleando…bueno coleando no, pero dado el tremendo golpe podían darse por contentos.


    -Así no encontraremos a Angie-se lamentó Izumi, aunque inmediatamente un rayo de luz surcó sus ojos azules-Claro, como no me he dado cuenta.


    La entrenadora hizo regresar al Blastoise a su esfera, seguramente le hubiera gustado que la evolución se hubiera producido en unas circunstancias más amables, y cogió otras dos, de una de ellas surgió el cánido de fuego y de pelaje atigrado ya conocido, de la otra una criatura no demasiado alta y también cuadrúpeda con una larga cola que terminaba en una bifurcación, esa criatura contaba también con unas relativamente largas orejas y dos mechones de pelo a ambos lado de la cabeza, mechones que como el resto de su suave y etérea piel eran de un ligero color violeta, color parecido al de sus elegantes y a la vez llamativos ojos, como elegante y llamativa era la perla roja de su frente.


    - ¡Groooow!
    - ¡Piiiiion!


    -Si ahora solo tuviéramos algo que pudieran rastrear-dijo con tono pensativo Izumi.
    - Eso es fácil-dijo Tim-Angie me prestó esto, seguro que sirve-dijo Tim enseñando la navaja.
    -Pues igual… ¿Qué hacía Angie con una navaja de Albacete? -se extrañó Izumi.
    -Ni idea-respondió el de Isla Canela encogiéndose de hombros.


    Tanto el Growlithe como la Espeon, especialmente el primero, olisquearon el manchego utensilio, así mientras el pokemon de fuego comenzó luego a olfatear el aire la criatura psíquica cerró los ojos, quizás tratando de detectar o localizar los pensamientos de la rubia en aquellos sótanos

    - ¡Grooooow! -ladró el can ígneo apuntando con su hocico hacía delante.
    -Eeeespeon- corroboró su compañera apuntando en la misma dirección
    -Bien hecho Kiba-felicitó Izumi-Tu también Hikari-agradeció ahora a la evolución de Eevee ¡Sigamos adelante!
    -¡Eso ya lo había dicho yo! -se oyó gritar desde la distancia a Silvia.


    -Son demasiados-expresó Jean resignado mientras su Croconaw mordía ferozmente a un Kingler de los Rockets.
    -Eso parece-dijo Antón-Por cada uno que vencemos vienen tres más-añadió mientras su Scyther remataba al Kingler.
    -Es horrible-dijo Blanca-No vamos a poder aguantar tanto tiempo.

    Los tres tenían razón, los Rockets parecían ser infinitos tanto en miembros como en números de pokemon mientras que ellos podían tener hasta dieciocho como máximo. Cifra irreal porque Blanca solo tenía a Ambipom y a Miltank con ella y eso sin contar las bajas ya producidas, la del propio Ambipom, así como la de Hypno y Ledian. Además, la dificultad, por así decirlo, de los oponentes había aumentado, los simples, pero no menos molestos, Ratatta y los Raticate fueron sustituidos por especies más "complicadas" como Machoke o Marowak.


    De una de las Rocket Ball apareció una criatura de un poder sensiblemente superior al resto. Un ser que a grandes rasgos se podía describir como un hibrido entre un dinosaurio y un rinoceronte, de piel visiblemente recia y con un cuerno realmente amenazador.

    - ¡Doooooon! -rugió el pokemon bípedo haciendo temblar ligeramente el suelo.

    Al ver manifestarse al pokemon de los tipos Tierra y Roca tanto Blanca como Antón casi instintivamente giraron la cabeza hacia Jean…Y su Croconaw. Así debieron sentirlo también los pokemon de los jóvenes líderes de gimnasio y del resto de los Rocket que hicieron espacio para ese enfrentamiento.


    - ¡Bomba Lodo!
    - ¡Rayo!


    La tanda de esferas lodosas de tipo veneno colisionó con la descarga eléctrica neutralizándose entre sí.

    - ¡Iiiileeectabuuuuz! -exclamó el pokemon de Ayr aporreándose frenéticamente su pecho
    - ¡Sooooooor! -gruñó por su parte Saur con fuerza, demostrando que no estaba intimidado.


    Ayr iba a tomar aire para comandar un nuevo ataque cuando fue interrumpido por un pitido, proveniente del aparato de comunicación que llevaba en la cintura, en el que AJ no se había percatado hasta hora.

    -Ejecutivo de la división T, al habla el recluta Pe-421 de la división A. La señal de radio se ha detenido, repito, la señal de radio se ha detenido, solicitando protocolo de actuación.
    -Iniciad protocolo de desalojo seccionado como estaba planeado-respondió el de cabello electrificado de inmediato.


    Acto seguido el entrenador de Electabuzz apagó el dispositivo de comunicación, mientras su faz se oscurecía mostrando más decepción o desilusión que rabia.


    -Entonces… ¿Todo se ha acabado? -preguntó AJ. No pudiendo escoger un ligero tono de alegría.
    -Eso parece-respondió su adversario-Media vida tirada por la borda en un segundo-añadió.

    Tanto la cabeza como el cuerpo de AJ le pedían a gritos poner a Saur a buen recuerdo y salir de allí, encontrar a Shiro y escapar de la ciudad. Cosa que por otro lado pensaba hacer, pero antes y sin saber muy bien porque dijo algo más.

    -Seguramente me equivoque, pero creo que eres distinto al resto de los Rockets.
    -Bueno, soy algo más aparte de un Rocket-respondió el rubio-Y desde luego esta no es la vida que había soñado para mi.
    -Imagino que no…-dijo AJ-Pero algo muy brusco ha debido pasar para acabar así ¿O me equivoco?


    El pelinegro no tenía muchas ganas hablar…Pero su interlocutor no debió notarlo ya que se tumbó en el suelo, mirando el abovedado techo del lugar en que estaban.

    -Mi padre-dijo el de electrificado cabello-Irónicamente, mi padre era policía.

    Quizás la tensión de la situación hizo que AJ estuviera más atento. Lo suficiente para captar el “era” y lo que podía significar. Sería mejor callar y escuchar.

    -Y el trabajo de policía…tiene sus riesgos-continuó hablando el Rocket-Yo debía tener más o menos tu edad
    -Ajá-dijo el pelinegro, ya se veía venir la historia Ayr le iba a contar. Sin embargo, aunque solo fuera por respeto a esa situación acontecida decidió seguir escuchando.
    -Mi madre hacía lo que podía, pero nunca era suficiente y a mi…bueno es curioso, me fue más fácil encontrar trabajo en el Team Rocket que una mísera Tienda Pokemon vendiendo pociones. Más fácil y mucho más lucrativo-añadió-Desde ese día a mi madre y a mis hermanos nunca les falto nada…excepto un servidor, nunca más volví a verlos, ni a mis amigos. He estado solo desde entonces.
    - ¡Buzzzz!
    -Casi solo desde entonces-matizó el Rocket- Y al final esa vida se me acaba también.
    - ¿Y ahora qué? -preguntó ahora AJ.
    -Supongo que es el momento de que Ayr diga adiós-volvió a decir el entrenador de Electabuzz


    Quizás fuera por la sincronía existente entre un entrenador y su pokemon, o quizás no tuviera nada que ver, pero al oír esas palabras el Electabuzz lanzó una descarga eléctrica de moderada intensidad para romper un segmento de los cristales de la ventana. Ventana a la que Ayr se acercó.

    - ¿No iras a…?
    - ¿Suicidarme? No-dijo mientras hacía regresar al pokemon eléctrico a su pokeball, mientras que liberaba a un Fearow de su correspondiente Rocket-Ball-Pero, como te acabo de decir, es necesario que Ayr muera… y el viejo Ray vuelva.


    Sin decir más el hombre joven montó en el ave de plumaje pardo, dispuesto probablemente a emprender un largo viaje.


    - ¡Espera! -interrumpió AJ- ¿Por qué me cuentas todo esto?
    -Tu eres el que empezó la conversación-se limitó a añadir con naturalidad.


    Sin decir más el hombre y el Fearow emprendió el vuelo. Dejando a un AJ que solo podía mirar a Saur y a la ahora escasa luz anaranjada del atardecer tratando de comprender que es lo que había pasado.

    - ¿Todo bien?

    Un repullo recorrió todo el espinazo de AJ. Por mucho que ya conociera la voz de Shiro en esa situación cualquier cosa le sobresaltaría.

    -Sí, creo que sí ¿Y para ti?
    -También, he conseguido desactivar la señal de radio y por lo que he podido escucharos…
    - ¿Llevabas mucho tiempo escuchando?
    - El suficiente, como iba diciendo, si lo que te han dicho es cierto esto se resolverá pronto.
    -Sí, quizás sí-respondió el de Pueblo Paleta-Aun así, es mejor tener cuidado.
    -Por supuesto.


    Sin embargo, por mucho cuidado que se pudiera tener en determinadas situaciones…


    - ¡Machada!

    Al Rhydon no le importó que los notables dientes de Croconaw, y el propio Croconaw, estuvieran clavados su brazo. Aun así, ejecutó esa técnica aventando al cocodrilo azulado contra el suelo, rebotando y cayendo a los pies de su ahora horrorizado entrenador.

    - ¡Croconaw!


    Jean miró la boca del inconsciente y magullado cocodriliano, donde deberían estar sus dientes, muchos ahora incrustados en el brazo de su oponente, brotaban hilillos de sangre que le recorrían y manchaban su abdomen. Los dientes eran lo de menos, especialmente hablando de un Croconaw, pronto volverían a surgir unos nuevos y muy probablemente más fuertes…pero para eso tendría que haber un pronto.


    -Muy bien Rhydon ¡Acaba con ellos!
    -Jean, Blanca-Dijo Antón-Escapad de aquí, yo haré lo que pueda.
    - ¡De eso nada! -respondió la de pelo rosa-Una cosa es poner velas negras para que se te queme el gimnasio, pero esto es otra cosa muy distinta ¡Yo me quedo!
    -Haced lo que querías-dijo el Rocket antes de soltar una risotada- ¡Vamos Rhydon!

    El pokemon de gran cuerno comenzó a girarlo, primero lenta pero rápidamente aumentó la velocidad, dispuesto a infligir una estocada casi mortal.

    - ¡Perforador! -anunció finalmente.


    Sin embargo, lejos de lanzarse a por sus desprotegidos oponentes, o víctimas, la piel del pokemon pareció ir perdiendo color a la par que un aura verde comenzaba a rodearle…casi como si la vida misma fuera absorbida de su cuerpo.

    - ¡Gaaaaaaaaaar!


    El regordete fantasma se frotó contento su barriga tras haber ejecutado el Gigadrenado, más aun viendo como el pokemon de roca caía al suelo derrotado.


    -Me alegra ver que hemos llegado en el momento justo-dijo Morti- ¿Verdad Angie?
    -Sí-respondió la chica de Ciudad Verde-Aunque parece que es el único que recurso que tenemos para intentar generar expectación.
    -Las señales de radio ha sido cortada-explicó el de líder de tipo fantasma-Es cuestión de tiempo que toda la policía este aquí-advirtió.


    Esa advertencia bastó para que los Rockets que por allí se encontraban huyeran a escape…pero no todos.

    - ¡Me da igual! -explicó el del Rhydon mientras le arrojaba una pequeña baya azul ¡Ya voy ir a la cárcel de todos modos, así que me voy a “divertir” mientras me aguanten los pokemon! -añadió mientras dejaba ver unas manos llenas de pokeball en su versión reducida.

    - ¡De eso nada!
    - ¡AAAAAAAAAG!


    Sin comerlo ni beberlo el hombre ataviado de negro se vio mordido ferozmente en la pierna por un Growlithe mientras que también era “abrazado” por un pegajoso Grimer.

    -Meeeeeeer-expresó el Grimer que había conseguido encaramarse a los hombros del hombre para luego emanar desde su boca desdentada un pútrido aliento que hizo que el hombre finalmente cayera al suelo.
    - ¡Hikari las pokeballs! -advirtió Izumi.


    De nada servía que entre el can de fuego y el… ¿moco? Venenoso hubieran reducido al Rocket si ahora todas sus pokeball se caían y liberaban a los pokemon de su interior, así que la pokemon psíquica uso sus habilidades de dicho tipo para “atrapar” todas las pokeballs en el aire y ponerlas delicadamente en el suelo.

    - ¡Izumi!¡Tim!¡Pelirroja que conozco, pero no me acuerdo de su nombre! -expresó feliz Angie abrazándose a la primera.
    -Menos mal que estas bien-dijo la de Pueblo Paleta abrazando a Angie-Que todos estamos bien.

    Una escena ciertamente tierna, pero ¿Cuándo hemos tenido una escena tierna…?

    - ¡Doooooooon!

    El Rhydon, sustentado por la energía de aquella baya Aranja que le dio su entrenador, ahora inconsciente, se levantó y volver a rugir encorajinado…para acto seguido caer a plomo, ahora definitivamente, al recibir una ráfaga de burbujas.

    -Bien hecho Poliwag-felicitó Tim a su otro pokemon por comandar ese ataque al ver el inminente peligro.

    - ¡Poooo! -expresó contento el orondo anfibio regocijándose de lo conseguido, por muy cansado que estuviera su oponente seguía siendo importante lo que había hecho- ¿Poooli?

    Repentinamente el cuerpo de Poliwag fue bañado por una cegadora luz blanco que atrajo a todos los presentes, cuando dicha luz cesó mostró una criatura parecida pero indudablemente distinta, su cuerpo, aunque seguía siendo esférico ahora contaba con una extremidades más fuertes y desarrolladas que antes, como los nuevos brazos acabados en una mano que, por su color blanco, distinto de ese azul oscuro del resto del cuerpo, parecían unos guantes. Por otra parte, su cola había desaparecido mientras que sus ojos eran más saltones.


    - ¿Wirl?
    - ¡Poliwag, has evolucionado! -expresó Tim visiblemente feliz.
    - ¡Graaaaaaaaaimer! -expresó su venenoso compañero en idéntico tono

    Finalmente, la policía arribó, deteniendo a casi todos los Rockets que habían participado en el asalto de Ciudad Trigal y tomando declaración de los líderes gimnasio sobre lo acontecido. Mientras ya fuera del Centro Comercial y con la luna en el cielo nocturno tanto AJ como Shiro se reunieron con el resto del grupo, todo alegría y felicidad por lo bien que al final había salido todo…Casi todo.


    -Te veo muy callado, Jean-dijo Angie.

    El de Ciudad Cerezo se limitó a suspirar con pesadumbre

    -Creo que va siendo la hora de tirar la toalla-respondió Jean-No tiene sentido seguir.
    - ¿Qué quieres decir? -quisó saber la de Ciudad Verde.
    -No he podido hacer nada contra esos Rockets, incluso cuando todo dependía de mí, en cambio Tim…
    -Pero es normal, puede pasarle a cualquiera-respondió la entrenadora de Pichu y Ekans.
    -No ha sido solo por lo de hoy, lo he estado pensando durante el entrenamiento en la Torre Bellsprout y no tiene sentido seguir siendo entrenador, no sabes la impotencia que se experimenta cuando pones todo lo que tienes en algo y todo sigue igual, Tim pronto me superara…Y algo me dice que tú también.
    - ¡Pero no puedes dejarnos! -intervino de nuevo Angie-Tu, junto con Izumi y con Kevin, eres el único personaje con un mínimo sentido común: Eric no ha salido todo lo que debería, a mí ya me ves, AJ sería aburrido como una tabla de no ser por sus muchas excentricidades, Silvia y Shiro son solo un claro ejemplo de personajes arquetípicos y Tim…
    -Soy un niño fuertote que lucha como un machote, puedo patearos los culotes, patearos los culotes ¡Vamos Poliwhirl, baila conmigo la canción de patear culotes! -se le oyó canturrear en la distancia al de Isla Canela.
    -A las pruebas me remito…-se limitó a decir Angie.
    -Gracias por intentar convencerme Angie, o eso creo, pero lo he pensado mucho y no hay vuelta de hoja.
    - ¿Y qué vas a hacer? -quiso saber la rubia.
    -No lo sé-respondió Jean-Yo era como todos, pensaba seguir con esto unos años más, pero visto lo visto.
    -Estarás ocioso y lleno de pensamientos contradictorios-juzgó Angie-Eso es peligroso, de ahí a ser youtuber o escribir yaoi de Yu-gi-oh no hay casi distancia-acabó diciendo la rubia.
    -Angie-alcanzó a decir Jean.
    - ¿Sí? -respondió la chica.
    -A veces me das miedo, pero igualmente buena suerte. Seguro que volveré a veros, a todos.


    La vieja historia desde los albores de la misma vida, unos deben salir y dejar su hueco a otros, así, Jean no dijo nada más y tomó el camino del norte, justo por donde había venido, rápidamente desapareciendo entre los edificios y personas que comenzaban a salir a la calle, deseosas de olvidar acontecimientos que acaban de suceder. Quizás todo aquello fuera el final de una época si no de terror si de cierta inseguridad.



    O quizás todo lo contrario…



    Como siempre digo al principio: Muchas gracias por los comentarios

    Confió en que los nuevos capítulos (del 35 en adelante) sean más cortos. Por que entiendo que la longitud a veces es excesiva y si puede serlo para mi no me imagino para el resto XD

    Respecto a los combates: Carl y Navi están basados en dos amigos que les gusta pokemon(ellos nunca lo sabran jojojo :kuku:) Un pequeño homenaje.

    Respecto a lo demás: Sinceramente muchas gracias, siempre he tenido en mente que Eric tenga un estilo más ofensivo(Creo que en el Charmeleon VS Zippo es el mejor exponente) y otros( AJ y Kevin) uno algo más defensivo. Y también no intentar usar los mismos movimientos en caso de que sean mismas especies.

    Gracias, acabé un poco saturado de tantos combates(no en en la Liga, después) Si continuas leyendo te darás cuenta me temo.

    Respecto al trío de Kanto, bueno, siempre tuve muy claro que pese a que AJ es el protagonista(hasta el punto de que mi "nick" es el suyo) el fic es "Path to Glory" y no "AJ y sus amigos". Quería repartir el protagonismo tanto para los entrenadores en sí como para sus Pokemon, especialmente en el caso de Izumi y Eric que no los conocemos tanto. Solo apuntar que Charmeleon va a evolucionar pero la evolución la cancela el mismo(pulsando el imaginario botón B) Habra que esperar para ver las evoluciones finales.

    Poco más que decir. Muchas gracias de nuevo y me alegro que la hayas disfrutado hasta el momento

    Hasta la próxima
     
    Última edición: 19 Enero 2019
  6. Threadmarks: Capitulo 32
     
    AJ Slifer

    AJ Slifer Golden Sun & Silver Moon

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    CAPITULO 32: EL PRINCIPIO DEL FIN


    El tiempo, ese torrente imparable que fluye entre afiladas rocas. Esa realidad inmutable, imperturbable e incontrolable, a menos claro que seas un adiamantado dragón o una adorable hada “cebolliforme” pero eso es otro tema. Esa corriente que cambia y degrada cuerpos y agría personalidades. Ese único rio que nos baña a todos por igual…

    Aunque probablemente esto sea un tanto exagerado teniendo en cuenta que solo han pasado dos años, dos años desde que AJ, Izumi y compañía participaran en la Liga de Kanto. O medio año si se quiere tomar como referencia la fecha del ataque de los Rocket a Ciudad Trigal. Pero este día la acción está lejos de esa populosa ciudad de Johto. Más concretamente la acción se ubica en el sur del Kanto peninsular, aunque quizás la palabra “acción” no era la más exacta.

    -Izumi, no puedo más…

    Dicho esto, el pelinegro se dejó caer sobre la cama para luego llevarse sus sudadas manos a su igualmente sudado pelo.


    -Esperaba que siguieras más, pero ha estado bien ¿No? -respondió la “dueña” de la casa sentándose también sobre la cama
    -Sí, claro que ha estado bien-respondió el pelinegro-aunque es distinto de lo que todo el mundo dice, de todos modos ¿No deberíamos recoger esto antes de que venga Angie? -añadió.
    -No creo que sea algo que Angie no haya visto ya, pero tienes razón, mis padres se enfadaran si ven esto así.


    Así Izumi se levantó y apago la consola, además de recoger los mandos que habían estado usando para jugar y también mínimamente estirazar las sabanas de la cama donde habían estado sentados.

    -AJ-dijo la chica-Ve al cuarto de baño si quieres quitarte el sudor, pero no tardes que me tienes que ayudar con esto.

    Acto seguido la chica salió de su dormitorio y bajó por las escaleras para entrar en un salón bastante típico, con su tele, sus sillones, su Persian estirado y dormitando sobre los mismos.

    -Mauz tienes que irte de aquí, o al menos apártarte un poco y deja sitio.


    El Persian abrió ligeramente sus ojos para luego mirar de reojo a su entrenadora y acto seguido, previendo el revuelo que podía formarse, abandonar la habitación.

    -Izumi, yo ya estoy-se oyó la voz del pelinegro desde la cocina- ¿Voy trayéndome las cosas?
    -Sí, voy para allá enseguida.


    Antes de ir a la cocina Izumi tomó el mando a distancia y encendió la tele y la puso en el canal que quería.


    Inmediatamente después vino AJ con varios vasos de plástico además de, bajo el brazo, una botella en la que se podía leer: “Sorbitos Dulces Extra” con el simpático dibujo de un Slowbro en la misma.


    - ¿Has comprado algo por si Angie no quiere tus Sorbitos Dulces? -preguntó Izumi.
    -Que beba agua-respondió el pelinegro colocando los tres vasos que iban a necesitar
    -Qué mala leche ¿no?
    -No me puedo crear que nos hayamos caído en el mismo sitio diecisiete veces-masculló el pelinegro.
    - ¿Tú no eras el que decía que los juegos de plataformas ya no son lo que eran?


    AJ no dijo nada ya que sus palabras fueron interrumpidas por un repiqueteo en la puerta hacia la cual Izumi, como anfitriona que era, se dirigió.


    -Hola Angie, pasa dentro.
    -Con permiso-dijo la rubia.
    -Pikaaaaachu-expresó la ratona en su hombro.


    Angie se sentó en uno de los sillones mientras que la pokemon con la cola acabada en un estereotipado corazón se bajó de los hombros de su entrenadora para colocarse sobre su regazo.

    - ¿Llego tarde? -preguntó la de Ciudad Verde.
    -No…De hecho, igual llegas demasiado pronto-dijo AJ.
    -A AJ y a mí nos gusta ver esto…con tiempo-explicó Izumi.

    Y vaya si querían verlo con tiempo, el trío vio por la tele un encarnizado combate pokemon que parecía ser la batalla por el bronce en una liga extranjera, resultando ganador de ese encuentro por el tercer puesto una joven de cabello azulado.


    -Esa Katie es buena-juzgó AJ para luego introducir su mano en una bolsa de patatas fritas.
    -Desde luego combate de forma diferente-dijo Angie introduciendo su mano en la misma bolsa.
    -Oye…que las patatas son mías-dijo Izumi.


    Una vez concluido ese enfrentamiento para dirimir quien se haría con el tercer y cuarto puesto en dicha competición se avanzó hacia lo que todos espectadores, tanto en casa como en vivo, además de participantes querían. La final del torneo.

    - ¡Bueeeeeeeenos días! -se oía estruendosa la voz del comentarista- ¡Queridas camas y toalleros, estamos aquí en el gran estadio de Ciudad Colosalia para la final del campeonato de Hoenn!¡Veremos quien se alza con el trofeo!

    -Ahora empieza lo bueno-dijo AJ
    -Seguro que sí-confirmó Angie-Que nervios
    - ¡Os habéis comido todas las patatas fritas! -volvió quejarse Izumi


    El par de roba-patatas estaban en lo cierto, se inició un trepidante combate lleno de alternativas y con múltiples posibilidades para decantarse por parte de cualquiera de los competidores. Emoción que evidentemente se incrementó cuando se llegó a la última ronda de ese seis contra seis.


    - ¡Volved! -dijeron ambos entrenadores haciendo regresar a sus penúltimos pokemon que habían empatado, un Golduck y un Shiftry, más concretamente.


    Ahora sí, finalmente, ambos entrenadores lanzaron sus últimas pokeballs liberando criaturas indudablemente diferentes, pero también parecidas, quizás una similitud más allá de lo que los sentidos pueden percibir, quizás un recuerdo subconsciente de una época anterior…

    Uno de ellos era una criatura alta, ligeramente superior a los dos metros de altura, bípeda y con un indudable parecido a un dinosaurio. Su cuerpo estaba cubierto de una gruesa y sólida armadura, negra en su mayoría, aunque con excepciones como unas placas metálicas en las rodillas y en los antebrazos, también era de ese vistoso color plateado su cabeza y esto incluye a la estructura parecida un casco con dos afilados cuernos que suponían la mayor parte de la misma. Finalmente, unos ojos azules que rápidamente se fijaron en quien sería su oponente en ese importante evento.

    Este era una criatura casi icónica, sensiblemente de menor altura que su oponente y con la mayoría de su piel de color naranja, aunque también con excepciones como era color amarillento que se extendía desde la parte inferior de su cola “encendida” hasta su abdomen, también era diferente el color azul verdoso que presentaba el interior de sus alas. Finalmente, su anatomía era rematada por dos pequeños cuernos ubicados en su cabeza, al final de un cuello relativamente largo para un pokemon de su estatura.

    -¡Grooooooon!
    -¡Zaaaaaaard!
    -¡Doble Filo!-inició el entrenador de la criatura metalizada.

    El Aggron volvió a emitir un rugido y cargó violentamente contra su oponente mientras todo su cuerpo comenzaba a adquirir un intenso fulgor dorado.

    - ¡Lanzallamas! -pidió el entrenador del llameante dragón.

    El pokemon de Kanto no se dejó amilanar por la carga de su oponente y respondió con el que, quizás, era su ataque más característico emanando el poderoso y concentrado torrente ígneo a su oponente que pese a recibirlo directamente no aminoraba en su carga.

    - ¡Continua Aggron!

    El Aggron continuó recibiendo el lanzallamas, pero no cesó en su avance, así. cuando tanto Charizard como su entrenador quisieron darse cuenta el dinosaurio de metal impactó violentamente contra el pokemon volador, mandándolo a varios metros gracias a la tremebunda trompada

    Mientras el Charizard se reincorporaba tanto el cómo su entrenador mantenían la vista fija en su oponente, deseando ver manifestarse en el los efectos negativos que un ataque tan poderoso como Doble Filo tenía, pero esto no ocurrió ya que lo único que el pokemon mostraba era una desafiante y azulada mirada que se clavaba en los, también azules, ojos del pokemon de fuego.


    - ¿Pero…?


    -Es la habilidad de Aggron, Cabeza Roca-dijo su entrenador-Los ataques que podían causarnos retroceso no lo harán-explicó-No vamos a ponértelo fácil-añadió.
    -Mejor-dijo su homologo sin variar el gesto- ¡Siempre nos ha gustado jugar en el modo difícil! ¿Verdad Charizard?
    - ¡Chaaaaaaar! -exclamó el dragón corroborando las palabras de su entrenador.
    -Me alegra oírlo-dijo el entrenador de la criatura metalizada- ¡Usa Aligerar!

    El cuerpo del pokemon acorazado comenzó a brillar con una tonalidad plateada mientras limaduras de metal, de diverso grosor, comenzaban a desprenderse de su cuerpo.

    - ¡Groooon! -rugió el pokemon de tipo roca y acero, mostrando una piel más luminosa, incluso más ligera.
    - ¡Ahora Aggron usa Puño Trueno!
    - ¡Charizard esquívalo y Lanzallamas!

    El metalizado bípedo se abalanzo hacia su oponente mientras su puño derecho comenzaba a bullir entre el chisporroteo.

    -Parece más rápido-juzgo el entrenador de Charizard- ¡Vuela y Lanzallamas!

    El dragón rojo abortó, temporalmente, la tórrida emanación y alzó el vuelo, confiado así en poder esquivar el ataque de tipo eléctrico.

    - ¡Tras el! -indicó el entrenador del pokemon nativo de Hoenn.

    Por otra parte, tanto el Charizard como su entrenador y seguramente muchos espectadores ya fuera en el campo o en casa se sorprendieron cuando un pokemon tan pensado, en más de un sentido, flexiono sus piernas e impulsándose con su larga cola consiguió saltar lo suficiente para conseguir conectar el chisporroteante derechazo. Sobra decir haciendo que su flamígero y volador oponente cayera al suelo.



    -Aligerar hace aumentar la velocidad del pokemon-explicó el usuario del ataque- Y además es capaz de reducir, temporalmente, el peso del pokemon que lo utiliza.

    Con reducción incluida el pokemon metalizado seguía siendo pesado, aunque no sería extraño que, acostumbrado a aguantar un peso mucho mayor, al verse liberado, aunque solo parcialmente hubiera conseguido alzar lo bastante para impactar con el ataque.



    -Un ataque que aumenta la velocidad y además reduce el peso del pokemon que lo usa-comentó Izumi sentada en el sillón-AJ ¿Crees que ese ataque me vendría bien? -preguntó.

    El pelinegro estaba en esos momentos dando un sorbo a su vaso de sorbitos dulces, lo cual le permitió no tener que inventar una excusa para no hablar mientras su mente comenzaba a cavilar en un muy oportuno momento de lucidez.

    -Piensa AJ-se dijo a sí mismo-es una trampa, es tan obvio que la respuesta correcta es no que debe ser que tiene ganas de montarme un pollo por cualquier tontería, diga lo que diga-caviló-mejor será no decir nada-pensó finalmente, alargando así el sorbo que inicialmente pensaba beber.


    Charizard se levantó del suelo, con lógica ignorancia de lo que ocurría a miles de kilómetros en la cabeza de un paranoi… de AJ, los ardientes ánimos del dragón parecían intactos, también los de su entrenador. Aun así y en lo que llevaba transcurrido de combate su metalizado oponente había demostrado mucho más. Y ambos, tanto el pokemon de Kanto como su entrenador, lo sabía.

    -Tenemos que hacer más-pensó el susodicho-demostrar todas las ganas que tenemos de ganar, para eso no podemos recurrir solo al Lanzallamas…aunque nuestros ataques, si exceptuamos los de fuego, no son demasiado efectivos.
    -Si no atacáis lo haremos nosotros-dijo el entrenador del pokemon acero y roca- ¡TESTARAZO!

    Por enésima vez el pokemon de Hoenn volvió a lanzarse en una furibunda embestida contra su oponente, esta vez bañado en un fulgor tan intenso, lógico teniendo en cuenta la potencia del ataque, que hasta los contornos del Aggron parecían difuminarse, fulgor que se mezclaba ligeramente con el aura dejada por la técnica de incremento antes utilizada.


    - ¡Vamos Charizard!¡SOFOCO! -gritó con todas sus fuerzas el entrenador del dragón.


    Por su parte la naranjada piel del pokemon de fuego comenzó a “hervir” en intenso y colorado resplandor que no tenía nada que envidiar a su coloración natural en su época de Charmeleon, el pokemon de fuego también dio un par de batida de alas para elevarse ligeramente y poder disparar mejor el amplio volumen, no de fuego sino de pura energía térmica que finalmente acabo expulsando.

    El choque de las antagonistas energías generó, como era de imaginar, una fuerte explosión con su correspondiente elevación del polvo, lo cual generó momentáneamente una expectación tanto en casa como en el campo para saber quién sería el ganador, cosa que se sabría una vez el polvo en suspensión se disipase.

    -Espero que no pasen a publicidad y pongan diez minutos de anuncios-comentó Angie mientras acariciaba el lomo de su Pikachu.


    Afortunadamente para todos los temores de Angie no se confirmaron, así que cuando la polvareda se disipó se pudo ver a los dos contendientes visiblemente exhaustos y jadeantes, pero aun de pie…


    -¡Aggron usa Puño Trueno!


    Esa era la clara intención del dinosaurio cuando sus puños fueron engullidos por una masa eléctrica, sin embargo, el Aggron no podía avanzar.


    - ¡Pero que…!


    Su entrenador pronto vio que la parte inferior del pokemon metalizado estaba cubierta por una capa de cristal transparente y aparentemente bastante fuerte si era capaz de retener los movimientos de Aggron.

    -¡Ya lo entiendo!-Ese Sofoco…ha debido de someter al campo de batalla a tal temperatura que ha generado esa estructura de cristal….probablemente de no ser por la energía del Testarazo Aggron estaría cubierto entero.
    -¡Ahora Charizard usa Onda Certera!


    El dragón juntó sus garras, pero dejando un considerable hueco entre las mismas. Hueco donde comenzó a acumularse energía hasta el punto de formar un orbe de energía roja. Cuando esa esfera de beligerante energía había cogido un tamaño considerable fue lanzada con fuerza contra su inmóvil oponente.


    Esa Onda Certera no era el ataque más poderoso que Charizard había usado en ese combate, probablemente no era el ataque más fuerte en su haber. Sin embargo, fue el que le dio la victoria para sí mismo, para sus compañeros de equipo y para su entrenador cuando impactó y derrotó a su férreo oponente.


    -¡Ya tenemos ganadooooorrrrrrrrrr de la Liga de Hoenn!


    El narrador del combate continuó con una perorata muy larga de adjetivos y hechos, sin embargo, la reacción a miles de kilómetros era muy distinta…aunque quizás no tanto.


    -La verdad es que cuesta creerlo-dijo AJ pese a que su boca no podía evitar dibujar una sonrisa
    -Yo pienso lo mismo…pero acaba de pasar-dijo Izumi en el mismo estado que AJ.
    - ¡Eric es campeón de Hoenn! -explotó Angie también muy contenta.


    El trío se quedo en el sofá viendo cómo se entregaban las medallas, primero la de bronce a la ya mencionada Katie, luego la de plata al entrenador de Aggron y finalmente, en la cima del podio, la de oro a Eric.

    -¡Eric Blaze, natural de Pueblo Paleta en la región de Kanto es el nuevo campeón de Hoenn!-volvió a narrarse mientras se hacía la entrega de medallas.

    -Parece que fue ayer ¿Verdad Izumi? -comentó AJ.
    -Desde luego-respondió la chica-Cuando nosotros tres conocimos a Saur, Zelvy además de Charizard, cuando los seis empredimos un viaje por todo Kanto-añadió con un ligero tono de nostalgia.
    -Sí-respondió AJ con igual tono-no ha pasado tanto tiempo…y hemos recorrido dos regiones, participado en la Liga Pokemon…
    -Y me habéis conocido a mí-intervino Angie-hablando de la Liga Pokemon ¿Qué pasó con la de Johto? Ya teníais todas las medallas ¿No?
    -Bueno…-continuó AJ-Al final con todo lo que ocurrió con los Rockets se suspendió hasta nuevo aviso.
    -Una pena-intervino ahora Izumi-Ya han pasado seis meses y nada de nada-Por cierto-añadió la anfitriona cambiando de gesto-Angie ¿Tu viaje no empezaba pronto?
    - ¡Pues sí! -dijo Angie con un tono de entusiasmo juvenil-En el próximo capítulo ya debería estar todo listo, además ya tengo la mochila y casi todo preparado en casa-añadió con igual tono- ¿Algún consejo? -preguntó luego.

    Ambos no pudieron evitar sonreír moderadamente, quizás recordándose en su misma situación no hace mucho tiempo atrás. Además, la mirada que se lanzaron entre los dos chicos de pelo moreno parecían buscar un mensaje conjunto que darle a la rubia del Pikachu.

    -Ten cuidado, pero sobre todo disfruta mucho de la experiencia que vas a vivir, Habra muchos viajes, pero solo un primer viaje-dijo Izumi.
    -Si sospechas que un acto noble y desinteresado puede llevar a involucrarte con una poderosa organización criminal o con fuerzas que transcienden la compresión humana ¡Evita ese acto! No es tan “agradable” como suena-dijo AJ.

    Claramente el par de Pueblo Paleta debería mejorar su comunicación no verbal, aun así, Angie solo permanecía con la mirada perdida en la televisión y los acontecimientos que en ella pasaban, con Pikachu recostado en su regazo y la pokeball de Ekans en su bolsillo, quizás ella también se estaba imaginando estar en el lugar de Eric, quizás estaba pensando en los combates que ella y sus pokemon podrían librar, los paisajes que podría ver, la gente que podría conocer…


    Afortunadamente, no faltaría mucho para que ella pudiera comprobarlo todo por si misma.
     
  7. Threadmarks: Capitulo 33
     
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    CAPITULO 33: HOENN



    Pocos territorios consiguen transmitir esa sensación de naturaleza como la región de Hoenn, solo el tropical archipiélago de Alola podría superarla en ese aspecto. Quizás esa sensación de naturaleza en un estado tan puro era el hecho de ser islas…aunque en cierto sentido todas las regiones son islas independientemente de que se perciban como tal. Quizás fuera por el vasto desierto que la región albergaba o quizás fuera por los bosques tropicales que también contenía lo que ayudaba a transmitir esa sensación de naturaleza antes mencionada.


    Ciertamente una región con mucho que ver, Ciudad Petalia por ejemplo la ciudad donde “Las personas viven en armonía con la naturaleza” una ciudad de no excesivo tamaño pero que albergaba un gimnasio pokemon con su correspondiente medalla, estaba relativamente cerca de Villa Raíz, sede del principal laboratorio pokemon de la región. Y a tampoco demasiada distancia, pasando el Bosque de Petalia, se encontraba Ciudad Férrica la cual era sede de otro gimnasio. No solo eso, dado su cercanía con el mar podía verse como los Wingull que pescaban cerca de este se cruzaban en sus vuelos con los Taillow que habitaban en el dicho bosque.


    Sin embargo, cierta chica no podría disfrutar de todas esas vistas. Estaba enfrentándose al que ya era su primer y también más peligroso adversario…


    -A ver-se dijo la rubia apartando ligeramente el cabello de su cara mientras fijaba sus ojos en un gran motón de papeles con muchos huecos ya rellenos por ella misma.

    “Nombre completo: Angélica Sparks, Lugar de nacimiento: Ciudad Verde(Kanto), Lugar de residencia habitual: Ciudad Verde(Kanto), Numero de Pokemon en posesión: dos, edad:15 años, Nivel de estudios completado: Educación primaria obligatoria, estado civil: Soltera, talla de ropa interior: La que me compra mi madre, ¿Yu-gi-oh o Cartas Magic? Yu-gi-oh ¿Sabor Favorito? Frutas del bosque ¿Tiene intención de atentar contra el presidente de la República de Hoenn? De momento no ¿Chorizo o morcilla? Chorizo, Esta usted satisfecho/a con su operadora telefónica: Nadie está contento con su operadora telefónica ¿dos más dos? cuatro. ¿dos y dos? veintidós.

    -Creo que ya está casi todo-dijo Angie- ¡Huy, casi se me olvida! -se percató que aún faltaban algunos datos por complementar, cosa que hizo de inmediato rellenándolos con el nombre de sus padres y también con su propio número de identidad-Pues ya estamos-dijo la de Ciudad Verde-Vamos.


    Angie caminó por ese edificio tan conocido como útil que era un Centro Pokemon, bastante igual que el de las otras dos regiones que ella ya había tenido oportunidad de visitar y así como en cualquier cementerio no pueden faltar tumbas en un centro Pokemon no podía faltar su correspondiente y clónica enfermera Joy.


    - ¿A que ha venido la comparación con los cementerios?
    -Perdona ¿De qué hablas? -dijo la enfermera pelo rosa.
    -Ah, nada-respondió la rubia-hablaba con el narrador, pero traigo esto-añadió entregando los papeles que ella acaba de rellenar.
    - ¿Narrador? -miró en silencio la enfermera con escepticismo para luego revisar los formularios entregados por Angie-Parece en orden-se limitó a decir.

    La enfermera “desapareció” momentáneamente bajo el mostrador para reaparecer con un grueso manual de instrucciones y aquello que Angie deseaba, un rectángulo, si bien sus vértices eran estilizados y redondeados, de un rojo metalizado, aunque era mucho más: La Pokedex.


    - ¿Por qué no has seguido el procedimiento habitual de obtener la pokedex de un profesor pokemon? -preguntó la sanitaria-También podrías haber conseguido un pokemon inicial.
    -No me parecía correcto hacerlo cuando ya tengo dos pokemon-respondió con honradez Angie.
    -Que chica tan estupi… ¡tan estupenda! No aprovecharte de un fallo del sistema y darme a mi más trabajo…estupendo.
    - ¿Eso que se marca en su frente es una vena debido al enfado reprimido? -preguntó Angie.
    -Coge las cosas y vete…-acertó a decir la mujer de cabello rosa.


    Angie cogió las cosas y metió su Pokedex y su pesado manual y los metió en su mochila, de un austero y apagado gris, en contraste con sus ropas: Una sudadera de un vivido amarillo con una capucha que vagamente se asemejaba a la cabeza de un Pikachu y unos pantalones de un azul celeste, aparentemente bastante cómodos


    La luz del sol incidió sobre Angie, cegándola momentáneamente debido al contraste con la luz que había en el interior del edificio, cuando recupero el sentido de la vista pudo ver que pese a ser una ciudad esta, o al menos esa zona, tenía caminos de tierra franqueados de verdor, verdor al que contribuían dos estanques, bastantes grandes, ubicados en ambos extremos de la urbe…Nada que ella no hubiera visto en su primera internada en la ciudad del camino al centro pokemon. Sin mayor dilación la rubia de Kanto puso rumbo al norte de la ciudad, a un edificio claramente reconocible en cualquier región. Un edificio no especialmente grande pero solo su “GYM” ubicado en la fachada transmitía todo lo necesario sin necesidad de un mayor tamaño o una extravagante fachada.


    La chica se acercó a la puerta corredera al ver un papel colgado en la misma en la que se podía leer “El Líder de Gimnasio no esta disponible, disculpe las molestias.”


    - ¡Vaya...! -expresó algo decepcionada la oriunda de Ciudad Verde.
    - ¡Oh no! -expresó una voz a su lado, mucho más abatida.


    Angie miró a quien había lanzado esa queja, era un chico joven, visiblemente más joven que ella y también algo más bajito, vestía con una prenda superior, de un tono a caballo entre el gris y el azul, de manga larga mientras y con unos pantalones de color mezcla, colores apocados como el marrón de su mariconera, no tanto como el llamativo verde, por mucho que no fuera una tonalidad brillante o estridente, de su cabello.

    - ¿Tú también querías combatir contra el líder de gimnasio? -preguntó Angie.
    - ¿Qué?¡Oh cielos no! -dijo de repente, como si lo de retar a un líder de gimnasio fuera una utopía irrealizable-Pero me había prometido ayudarme a capturar a mi primer pokemon.
    -Tu primer pokemon…-repitió Angie.


    Quizás un torbellino de imágenes apilándose en su rubia cabeza, todas ellas sobre el momento en el que conoció a su Pikachu, entonces una Pichu, quizás fuera solidaridad entre la entrenadora, primeriza, que ya era y este joven que también quería serlo, o quizás simplemente empatía humana.

    -¿Quieres que te ayude? -preguntó la chica de la coleta.


    Los ojos azules del peliverde parecieron volverse mucho más vividos y brillantes repentinamente, casi como si estuviera a punto a romper a llorar de pura felicidad.


    -Muchas gracias-alcanzó a decir-Me llamo Blasco.
    -Yo me llamo Angie.


    El par de chicos caminaron hacia la ruta 102, al oeste de Ciudad Petalia, un camino entre lo que antes eran densos bosques y salpicado por pequeñas elevaciones del terreno, además de una pequeña charca cerca en el extremo oriental de la ruta, ciertamente un sendero muy propicio para que aparecieran diversos pokemon.


    - ¿Goon?
    - ¿Te gusta? -preguntó Angie.
    -No, bueno sí…pero no sé-dijo el peliverde.
    -Entendido-dijo Angie.
    - ¡Kaaaaaaans! -siseó el ofidio espantando al Zigzagoon
    -Perdón por las molestias-dijo Blasco-No debería ser tan quisquilloso, pero siempre pensé que mi primer pokemon sería algo especial.
    -Creo que te entiendo-dijo Angie-De todos modos, debería poner en funcionamiento la pokedex, así al menos sabría algo de estos nuevos pokemon-dijo Angie accionando, por primera vez, el artefacto.


    -Komproben manualen de inkstruktionen para correcten funcionen-emitió el artilugio


    Es poco probable que ese sonido en alemán inventado fuera el responsable, pero entre los arbustos y matorrales de la ruta apareció una nueva criatura, una muy distinta a las vistas anteriormente en el mismo lugar.

    Era una criatura pequeña y aparentemente muy liviana, de forma esférica pero irregular, su cuerpo era de color blanco como el algodón, de hecho, su blanco cuerpo parecía estar protegido por dos “parches” de algodón más verdoso en la parte de arriba y de abajo. Finalmente, su cuerpo estaba remachado por dos hojas, parecidas a orejas, verdes y unos ojos redondeados y naranjas.


    - ¡Cooootone! -río ese pokemon.
    -¿Y ese Pokemon?-preguntó Angie a su utensilio.
    -Waumboll: Pokemen Pflanze.
    -Sera una broma…-dijo Angie mirando de nuevo a su Pokedex.
    -¡Heil Salchichen!
    - ¡Neeeeeeeee! -volvió a reírse el pokemon del tipo planta
    -De todos modos-dijo la rubia mientras apagaba la pokedex- ¿Qué te parece, Blasco?
    -Pues…-volvió a dudar el peliverde.
    -A mi si me gusta-dijo Angie mientras cogía una Pokeball vacía, lo que solo podía significar una cosa.


    Igual era por la visión de verse a sí misma atrapada en una pokeball o quizás fue por que la pokedex dejó de escupir palabros en un macarrónico alemán, pero la pokemon bolalgodón salió huyendo entre los matorrales por los que había surgido.

    - ¡Vamos tras ella Ekans! -apremió Angie.


    Ni cortos ni perezosos Angie y su morado reptil cumplieron su palabra y salieron detrás del pokemon, dejando solo a Blasco.

    -Supongo que era mucho pedir-suspiró el chico de clara tez sentándose sobre el verde tapete vegetal-supongo que tener un pokemon y poder caminar junto a él es demasiado para mí.

    Con la triste elegancia del que ha sido decepcionado muchas veces Blasco hurgó en su bolso para encontrar un pequeño envoltorio que contenía tres galletas. Lo abrió y volvió a guardar el embalaje para poder tirarlo donde correspondiera.

    -Pensaba que sería más fácil, que cuando viera al que sería mi primer pokemon sentiría algo especial, pero de momento no me ha pasado ¿Sera de verdad que no estoy hecho para tener un pokemon? -dijo-Estas galletas de chocolate cada vez son menos dulces-cambió de tema, cuando ya se había comido dos.

    -Aaalst-se alcanzó al oír un débil quejido.

    Blasco giró la cabeza hacia el origen de ese sonido. Y es que sin el percatarse una pequeña, además de aparentemente malherida, criatura se había acercado hasta el: Era una criatura pequeña y de piel blanca parecida una sábana, una sábana algo sucia y salpicada de varios raspones y manchas. Su cabeza estaba cubierta por un extraño casco verde que a su vez estaba “atravesado” por un cuerno rojo, más prominente por la parte trasera que la delantera. Finalmente, el pokemon no parecía contar con pies, y si los había parecían estar ocultos entre esa sabana-piel que llevaba, pero si con dos finas y delgadas manitas.

    - ¿E-Estas bien? ¿Quieres esto? -preguntó refiriéndose a la galleta, viendo como trataba de alcanzarlas con sus manitas.

    Blasco sin duda alguna le alcanzó el dulce, pudiendo, debido a que el pokemon había alzado ligeramente la cabeza, que ocultos tras ese casco-peinado verde había unos vivaces pero cansados ojos sonrosados. Unos ojos que parecían hablarle directamente a una parte muy profunda de él. Una conversación en la que se estaban hablando de muchos temas pese a que el único sonido era el roer del cansado pokemon.

    El pokemon acabó de comer y lejos de huir ahora que estaba levemente revitalizado decidió encaramarse al cuerpo de Blasco, tratando de buscar refugio en su regazo.

    - ¿Estas huyendo de alguien? -le preguntó Blasco.

    Su respuesta vendría dada de inmediato cuando entre los arbustos aparecieran, con gesto poco amigable, tres pequeños canes de pelaje gris sucio, amén de algo revuelto, en su mayoría, si bien otras zonas como las patas y la cara estaban revestidas de un pellejo más oscuro. Finalmente, sus orejas puntiagudas y el colmillo inferior que asomaba de sus bocas, estando estas cerradas, daban una vaga idea de su naturaleza cazadora.

    -Pooooch-gruñeron los canes que comenzaron a rodear a Blasco y a su nuevo acompañante.

    -Tranquilo-dijo el de pelo verde-Yo..Yo te protegeré.

    Esas habían sido sus palabras, además de su intención, pero el tamborilear de sus rodillas y dientes demostraba que estaba tan asustado como el pequeño pokemon psíquico.

    - ¡Poooch! -ladró finalmente uno de los tres pokemon lanzándose hacia el

    Blasco se giró, dando la espalda a los atacantes, y adoptó una posición fetal para resguardarse él y el pokemon, pero quedando ambos con una nula capacidad de contractar. Y de casi nula huida.

    Para su sorpresa lo que pudo escuchar a continuación fue un aullido de dolor, por parte de uno de los Poochyena, así como un penetrante siseo.

    -Ekaaaansssss-siseó el ofidio, mordiendo el lomo del can para luego arrojarlo hacia sus compañeros.

    Los otros Poochyenas no se amedrentaron demasiado volviendo a lanzarse sobre Blasco.

    -¡Puuuuch!-aulló uno de los dos restantes al ser su ataque frenado por una descarga eléctrica.
    - ¡Piiiika! -expresó la eléctrica roedora erizando su cola, acabada en un corazón, mientras situaba junto a la culebra morada.


    Finalmente, el último pokemon de tipo siniestro continúo su avance a la par que sus dientes comezaban a adquirir un blanco fulgor. Fulgor que ahora tenía muchos más motivos para emplear.

    Este ataque también fue frustrado y repelido, en este caso por una rosácea brisa que impactó en el can.

    - ¡Cotooone! -expresó el pokemon planta flotante.

    -Parece que hemos llegado a tiempo-comentó Angie.


    Una intimidante mirada de Ekans bastó para que los tres canes huyeran de vuelta por donde habían venido- Ahora toda la atención estaba centrada en el pokemon del “casco” verde.

    -Muchas gracias Angie-suspiró Blasco- ¡Pero ahora tenemos que llevar a este pokemon al Centro Pokemon!

    No tardaron mucho en llegar al edificio sanitario y rápidamente el pokemon psíquico fue tratado por los empleados de susodicho inmueble. Mientras, en la sala de espera…

    -Siento haberte dejado solo-se disculpó Angie.
    -Bueno, no pasa nada-dijo Blasco, que no podía evitar mirar la puerta por la que había sido ingresado el pokemon blanco-Al final has capturado a ese pokemon-apuntó el de Ciudad Petalia.

    Angie miró a como el Cottonee flotaba, carcajeándose, sobre una sonriente Pikachu y un Ekans, más calmado, enroscado.


    -Cuando lo vi sentí que era para mí-comentó la rubia-Es extraño…pero fue así-añadió- ¡Además he conseguido configurar bien la pokedex!
    -Cottone, pokemon Bolalgodón: Despide motas de algodón cuando lo atacan para confundir a los enemigos, se deja llevar por las ráfagas de viento-informó el mecánico artefacto.
    -Has conseguido ponerla en español-se dio cuenta Blasco.
    -Sip-dijo Angie mientras sacaba de su mochila el grueso manual de instrucciones-fue muy fácil una vez encontré que las instrucciones en español estaban entre las instrucciones en esperanto y etrusco.


    Un leve pitido sonó en la sala. La señal de que, fuera lo que fuera, habían hecho con el pokemon herido había acabo. De inmediato sendos dos se aproximaron hacia la puerta correspondiente, así no tardaría mucho en salir el pokemon, visiblemente restablecido, en una pequeña camilla

    -Ralts, pokemon Sensible: Ralts percibe las sensaciones de la gente, no es común que aparezca en público.

    -Esto…hola-dijo Blasco al ver al pokemon, el chico peliverde estaba contento también algo cortado.
    -Raaaalst-expresó el pokemon psíquico mirando al chico, probablemente con sensaciones similares.

    -Esto…-comenzó el peliverde-Te gustaría…
    - ¡Por amor de todos los demonios de los eriales del inferno! -interrumpió la enfermera Joy- ¡Es obvio lo que va a pasar! Tu capturaras al pokemon y tú, siniestra niña rubia, harás un comentario que afecte a la cuarta pared ¡Pues te jodes, soy yo quien ha hecho ese comentario! No es necesario ralentizar la regulera trama para esto, ¡Iros de una vez para que aparezca el otro chiflado y pueda empezar el festival de chistes malos y de bromas levemente sexuales metidas con calzador!
    -Acabo de acordarme-dijo Angie- ¿No debería haberme dado Pokeballs cuando me entregó la Pokedex?

    La enfermera hizo un grosero gesto con su dedo y arrojó una pokeball al del pelo verde, luego se fue perjurando en arameo y demás lenguas muertas.

    -Hacer que dos de cada tres personajes estén locos no es modo de hacer que esto funcione-pensó Angie.

    Ajeno a las disquisiciones de la rubia, Blasco continuó junto al pokemon psíquico.

    - ¿Te gustaría venir conmigo Ralts?

    El pokemon psíquico no tardó en responder afirmativamente y en un par de segundos estaba dentro de la capsula que sería su segundo hogar. Quedaba así formalizada la ancestral relación entre humano y pokemon, quizás con otros nombres, quizás con otros propósitos, pero nadie podía dudar de ese milenario lazo, en las derrotas y en las victorias, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y la po…

    - ¡Narrador! -dijo Angie-Corta, que tenemos que avanzar.

    Mientras la enfermera Joy lanzó una Chansey a la cara de un pobre tipo que se le ocurrió cuestionar su sospechoso parecido nuestro par continuó hacia el oeste, rápidamente dejaron la ciudad atrás mientras que sus pulmones y mente fueron llenados a partes iguales por el salitre del mar y el frescor del bosque Petalia. No habían reparado que habían entrado en la masa forestal, no hasta que vieron a los Wurmple ocultándose de los Taillow y sus ruidosos trinos, de los lentos y perezosos movimientos de los Slakoth o a los tímidos Shroomish que al oír el pisar de la hierba huían raudos a protegerse en los arboles caídos y podridos que eran su hogar.

    - ¿Entonces vas a casa de tus tíos? -preguntó Angie.

    -Sí-respondió el del pelo verde-Mis tíos viven en Pueblo Verdegal y ellos y mis padres creen que será bueno para mí ir allí, Por eso tenía tanto interés en tener un pokemon.

    Angie se limitó a no decir nada y a fijarse en le caminar de Blasco, pese a que este no decía nada su postura corporal y sonrisa, tímida pero imborrable, mostraban que ahora mismo estaba en una auténtica nube.

    Ella era una entrenadora principiante, pese a ello sus andanzas en Kanto y Johto, amén de su mayor edad, la hacían de una experiencia, como entrenadora y también vital, que el chico de Petalia no tenía. Una experiencia que le hacía disfrutar de ver a los demás experimentando lo que ella ya había vivido.

    No debería ser demasiado tarde, pero las copas de los árboles y la cercanía de estas formaban un tupido y elevado manto vegetal que limitaba el paso del sol, con la obvia oscuridad que eso provocaba.

    - ¡Soooocoooorro!

    Saliendo de las entrañas del mismo bosque apareció un pálido y delgado individuo vistiendo una bata tan blanca como su piel y portando un maletín junto a él.

    - ¡Gracias a Dios! -dijo el hombre al ver a los niños-Ayudadme niños, ayudadme a mí, un individuo claramente adulto, de algo que me supera pero que vosotros claramente sabréis solucionar.
    - ¿Ayudar a qué?

    - ¡Tú, vuelve aquí!

    De donde había surgido el pálido científico apareció alguien muy distinto: Era un hombre moderadamente joven que vestía con una especie de uniforme de color aguamarina, uniforme que todo sea dicho presentaba varias rajas o roturas, principalmente en el pecho y alguna que otra de menor tamaño en las rodillas, En contraste con su ropa su corto cabello castaño era lustroso y aparentemente bien cuidado, como también lo era el delicado, y algo risible, bigote que describía unas cuidadas curvas.

    - ¡Cielos, niños ayudadme!

    El científico, en lo que parecía ser una exagerada y sobreactuada reacción, se ocultó detrás de los niños, pero tal era su altura que debía hacer con su cuerpo una grotesca curva para poder permanecer escondido.

    - ¡No te valdrá de nada esconderte detrás de dos niños! -dijo el hombre mientras se atusaba el bigote

    A sus palabras le siguieron el acto de arrojar dos pokeballs de las cual surgió la misma especie, especie no demasiado intimidante: Un insecto claramente volador como ilustraban sus coloridas alas y enanas, además de redondeadas, extremidades, más grandes eran sus ojos de iris de un relajante azul y vividas pupilas negras. Los insectos también contaban con sus antenas de color negro y con un llamativo probóscide, presumiblemente para libar néctar.

    -¡Biiiiiiu!
    -¡Flaaaai!

    -¡Son Beautifly!-se espantó el hombre, agarrando con fuerza los hombros de Blasco para luego volver a acacharse describiendo una fea joroba.

    -Beautifly, pokemon mariposa: Los dibujos de sus coloridas alas son muy particulares. Liba néctar con su fina trompa-informó la pokedex

    -Estoy en un bosque que no conozco, con alguien que acabó de conocer y con dos tipos extraños que han salido de la nada ¡Es justo como imagine mi primer combate como entrenadora oficial! -dijo Angie ilusionada mientras ya materializaba a Ekans y Pikachu.
    -Vamos Angie-animó Blasco.
    -¡Estoy seguro que esto será fácil!-dijo la rubia levantando el pulgar.

    -Los Beautifly son pokemon agresivos, atacan clavando a sus afiladas bocas para sorber los fluidos vitales-continuó la pokedex

    -Eso lo podías haber dicho antes-murmuró la rubia mientras ponía la pokedex a buen recaudo- ¡Ekans, Picotazo Venenoso!


    El ofidio apuntó a una de las mariposas y rápidamente arrojó la lluvia de violáceos alfileres impreganados de veneno.

    -Necesitaras algo más para tocarnos-dijo el adversario- ¡Tornado!

    Sendos lepidópteros aletearon sus vistosas y coloridas alas levantando una fuerte brisa que no solo repelió el ataque de tipo veneno, sino que fue capaz de casi devolverlo.

    - ¡Pikachu Impactrueno! Ekans continua con Picotazo Venenoso! -pidió la chica de Kanto.
    -Protección-respondió el ladrón.

    Los pokemon de Angie volvieron a atacar, la roedora con una descarga eléctrica de moderada intensidad, el ofidio con el aluvión de tóxicas agujas, ambos ataques fueron bloqueadas por la semiesfera verde que uno de los pokemon de tipo bicho generó tanto para su protección y su compañero, que estaba cargando un ataque mucho más poderoso.

    - ¡Es el momento!¡Rayo Solar! -exclamó el dueño de los lepidópteros

    Al suelo del bosque usualmente llegaba poca luz, lo que ralentizó la ejecución del poderoso ataque tipo planta, pero hacía que la silueta de Beautifly, bañado por la luz del astro rey, resaltara mucho más. Así fue perfectamente visible cuando lanzó el poderoso haz de luz hacia sus dos oponentes. Así el torrente luminoso avanzó ferozmente incluso quemando parte de la hierba del bosque, imparable para los pokemon de Angie. Y cegador para todos los presentes.

    - ¡Pooool!

    Cuando todos los presentes recuperaron la visión pudieron ver la marca del Rayo Solar en forma de una gran quemadura en la hierba, amén de otras menores en los troncos de los árboles, pero principalmente pudieron ver como Ekans y Pikachu habían sido apartados de la trayectoria por un anfibio de color azul oscuro con una espiral en su abdomen

    - ¡Muajajajaja!


    Se oyó un ruido de algo moviéndose, algunas hojas cayeron, acto seguido un extraño ser descendió de las copas de los árboles, acompañado de un Grimer


    Era verdaderamente un humano extraño, de estatura mediana, vestía con una camiseta azul que a su vez llevaba pegada un papel blanco con una espiral negra. Unos pantalones color mezclilla y lo más raro. Unas medias femeninas de color negro con dos agujeros para los ojos, de tal forma que servían de antifaz, pero también lo bastante largas como para hacer de cinta alrededor de su cabeza.


    -Para proteger al mundo de la procrastinación
    -¡Graaaaai!
    -Para extender nuestro mensaje de “Beach and Love”
    -¡Poooooli!
    -Para luchar contra la ropa interior de más de un color
    -¡Graaai!-
    -Para defender la sencillez del pan con jamón.
    -¡Pooooli!
    - ¡Soy la ola incontenible que limpia la maldad!¡Soy el Capitán Poli!

    Angie no pudo evitar mirar al sujeto que se acababa de presentar, además de evitarles a sus pokemon un poderoso ataque, había algo en el que le resultaba familiar…


    -Tú…tú eres Tim
     
  8. Threadmarks: Capitulo 34
     
    AJ Slifer

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    Pokémon: Path to Glory
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    CAPITULO 34: LA DURA REALIDAD


    -¡Aaaaah!-inspiró satisfecho el Capitán Poli-Me encanta el olor a hierba quemada por la mañana-añadió.

    No era por la mañana, pero ciertamente el Rayo Solar había quemado hierbas amén de ligeras quemaduras en los arboles por lo que todo el lugar tenía un ligero olor a quemado. Ese sin embargo el menor de los problemas a los que se enfrentaban Angie y compañía.

    -No dejare que hagas daños a estos inocentes parroquianos-dijo el Capitán Poli al hombre del uniforme aguamarina mientras le señalaba con el dedo.

    -¡Poli!-afirmó su pokemon
    -¡Graaaimer!-expresó el otro.
    - ¿Me ayudaras jovencita? -solicitó el enmascarado a Angie.
    -Claro que sí Tim-corroboró Angie.
    -No conozco a ese Tim del que me hablas-expresó el entrenador de Poliwhirl y Grimer-Aunque seguro que es una hermosa y maravillosa persona.
    - ¡Cuatro contra dos es una tropelía! -protestó el villano de los Beautifly-Pero la función debe continuar-musitó para su adentros- ¡Atacad!¡Giga Impacto!

    Los insectos comenzaron a elevarse grácilmente y describiendo piruetas primero para luego, alcanzada cierta altura, descender en picado contra los sus oponentes mientras alrededor de sus cuerpos comenzaba a manifestarse una película rosada con estrías ambarinas, fruto de la enorme energía que comenzaba a rodearles.


    -Es como una coreografía-advirtió Blasco.
    - ¡Rápido! -indicó el Capitán Poli- ¡Todos detrás de Grimer!
    - ¡Hacedle caso! -pidió Angie.

    Pikachu, el ofidio y el anfibio se ocultaron tras en el fango morado que trató de incrementar su tamaño a la par que su usualmente resbaladiza piel comenzaba tensarse y endurecerse tratando así de absorber el mayor impacto posible.

    Las mariposas arremetieron violentamente contra el pokemon lodo, que gracias al uso del ataque Fortaleza pudo mitigar el daño, ahora sus adversarios estaban fatigados gracias al efecto colateral del poderoso ataque.

    Un “¡Ataca!” De los jóvenes fue suficiente, una ráfaga de burbujas, ponzoñosas agujas y otra eléctrica fue suficiente para derrotar a los Beautifly que pese a sus poderosos ataques no parecían tener demasiada experiencia de combate real.

    - ¡Maldición! -expresó con dramático gesto el presumible “propietario” de los insectos-parece que la diosa de la victoria besa vuestras pequeñas manos-agregó para hacer regresar a sus pokemon a su esférico contenedor y abandonar la escena a escape.

    Al irse el bandido el científico salió de detrás de la espalda de Blasco visiblemente más aliviado, aun así, seguía agarrando concienzudamente el maletín que portaba.


    -Muchas gracias niños-dijo el hombre ajustándose el traje-Ahora debo de volver a Ciudad Férrica.
    -No hay de que-dijo Angie


    El hombre dio la espalda al particular trío y tomo el camino inverso al que estos habían tomado, pronto desapareció entre los arboles del sotobosque.


    -Esperaba que nos diera algo-comentó la rubia-Una Superball o algo así hubiera estado bien.
    - ¿Y no se ha ido en dirección contraria a donde nos ha dicho? -preguntó Blasco.
    -Parecía un tipo un tanto extraño-finalizó Angie-Y hablando de tipo extraño; muchas gracias por todo, Capitán Poli
    - ¡No conozco a ese Capitán Poli del que hablas!¡Yo soy Tim…! -inició- ¡Maldita sea!-expresó enseguida- ¡Años de ensayos para ocultar una identidad secreta tirados por la borda!
    - ¿Años? -repitió con extrañeza Angie en su cabeza, recordado que hace solo medio año, cuando conoció al isleño, esa identidad no existía.

    Las presentaciones, Angie mediante, de Blasco a Tim y viceversa no tardaron realizarse. Pronto el nuevo trío estaba formado y, tras hacer regresar sus pokeballs a sus respectivos habitáculos, rápidamente se pusieron en camino para abandonar el Bosque Petalia. No tardaron demasiado en salir del mismo y comprobar que por la ubicación del sol (Obviamente más bajo que cuando ingresaron en el bosque) aún quedaban horas de luz suficientes como para llegar a la ciudad con relativa comodidad, un hermoso y cristalino lago atravesado por un puente fue testigo mudo de las historias que iban contando e intercambiando y todas ellas escuchadas casi con devoción por el joven de Ciudad Petalia. Aproximadamente en mitad del puente pudieron apreciar los espigados rascacielos de Ciudad Férrica, enfrascados en su conversación continuaron caminando sin apreciar como el vivificante verdor de la ruta por la que caminaban era sustituido gradualmente por el perfecto asfaltado y vividos movimientos de la urbe.


    -Deberíamos ir al Centro Pokemon-sugirió Blasco-Así vuestros Pokemon podrían curarse, además podríamos obtener información de que hacer-añadió el peliverde.
    - ¡Buena idea! -exclamó el auto-desenmascarado capitán Poli- ¡Partamos! -añadió con tono grandilocuente.

    El Centro Pokemon era exactamente idéntico a los que Angie había conocido, también con su correspondiente enfermera Joy. Así, con la esperanza de que esta estuviera de “mejor humor” que su colega de Ciudad Petalia se dirigió al mostrador para entregar sus propios Pokemon, así como los de Tim, mientras este quedó conversando con Blasco.


    - ¿Entonces eres un entrenador principiante? -Le preguntó el isleño.
    -Bueno tengo un Pokemon-dijo Blasco llevándose la mano al pantalón de su bolsillo donde guardaba la pokeball de Ralts-Pero no sé, no participo en gimnasios ni nada.
    -Entonces eres como yo-sonrió ampliamente Tim-Yo tampoco participo en gimnasios ni nada, pero yo me considero entrenador-continuó- ¡Si quieres puedo ayudarte! -terminó de decir.
    -He estado hablando con algunos entrenadores que había en el mostrador-dijo Angie mientras le entrega a Tim sus correspondientes pokeballs-Por lo visto el Gimnasio va a estar cerrado, hoy al menos-informó la rubia-Aun así, me gustaría acercarme para ver dónde está.

    Tanto Tim como Blasco salieron del Centro Pokemon para acompañar a Angie, tomaron dirección norte pudiendo observar que pese a que obviamente la presencia de la naturaleza era menor que en las rutas que habían transitado previamente cualquier espacio o recoveco en las calles era aprovechado para colocar algún pequeño jardín o algún que otro árbol lo que añadía el, siempre extraño en las ciudades, color verde. Ellos naturalmente no lo sabían, pero esos árboles eran símbolo del pasado no tan lejano de la ciudad que creció ganando terreno al gigantesco bosque cuyos, amén de los mencionados arboles esparcidos, “unicos” restos existentes es el actual Bosque Petalia.

    Iban a girar a mano derecha, donde se encontraba el gimnasio de Ciudad Férrica, sin embargo, la presencia de barullos y murmullos, así como de una nutrida presencia policial en el lado izquierdo de la calle hizo que viraran hacia esa dirección. No fue sin embargo la presencia de las uniformadas fuerzas del orden los que captó la atención de los jovencitos: Fue un enorme edificio, tan grande que obligaba a alzar la cabeza y el cuello hasta limites anatómicamente poco aconsejables, su fachada de colores térreos, tan rustica y sofisticadas a la vez, tan en concordancia con el resto de edificios de la ciudad…

    -Devon S.A-expresó una voz femenina junto a ellos-El pulmón económico de Ciudad Férrica y del resto de Hoenn también-continuó explicando la voz-La que antaño fue una empresa familiar dedicada a la minería y hoy en día es una de las mayores empresas tecnológicas del mundo.

    El trío miró a su interlocutora: era una chica joven, según Angie, algo más mayor que AJ e Izumi, vestía con una prenda parecida a un uniforme escolar de colores grisáceos y blancos mayoritariamente, aunque el vistoso y encarnado rosa de sus medias, corbata y coletero indudablemente aportaban algo de color. Sus ojos parecían combinar con el color rosado, así como su cabello castaño hacía lo propio con el terroso gris del resto de sus prendas.

    También se fijaron en la extraña criatura que la acompañaba: No era demasiado alta, solo un metro de altura y a a grandes rasgos se podía describir como una compacta y poligonal roca de un intenso color azulado y pese a que contaba con extremidades estas no eran lo más desarrollado de su anatomía, ese orgullo recaía en la “nariz” de un vivido rojo y que parecía apuntar sempiternamente al norte.

    -Noouuspass-expresó el pokemon mirando de reojo al joven trío.

    - ¿Ese es tú pokemon? ¿Eres entrenadora? -preguntó Angie.
    -Sí, es mi pokemon-respondió educamente- y si, también se podría decir que soy entrenadora, pero más exactamente mi…-

    - ¡Petra!¡Petra!

    La que parecía llamarse Petra atendió a la llamada del policía que le había llamado, este visiblemente nervioso se dirigía a ella gesticulando mucho y señalando unos papeles que el uniformado llevaba en su mano, quizás quisiera remarcar algo que había escrito en ellos.


    -Comprendo-dijo Petra- ¿Habéis informado al Señor Peñas?

    -Sí, lo hemos hecho.
    - ¿Ha pasado algo? -preguntó Blasco con visible preocupación
    - ¿Cuántos la han “espichao”? -preguntó Tim más directo.
    -No ha muerto nadie-explico Petra-Solo ha sido un robo en Devon S.A-explicó esta con tranquilidad.
    - ¿Eres policía? -preguntó ahora Angie.
    -No-volvió a decir-Soy líder de gimnasio-agregó, haciendo que los ojos de Angie comenzaran a brillar de la emoción-y parte del deber de un líder de gimnasio es velar por los intereses de la ciudad, por eso estoy aquí, además yo…
    - ¿Podrías combatir contra mí? -preguntó la rubia ilusionada
    -¿Aquí y ahora? -quiso saber.
    -Sí.
    -No sera una batalla oficial, tanto si pierdes como si ganas-remarcó la ahora revelada como líder de gimnasio.

    A Angie no le importó. Rápidamente en la amplia entrada del ya mencionado edificio ambas estaban más que preparadas para el combate. Sobraba decir que la policía ya había hecho las pesquisas pertinentes y se habían retirado.

    -Tengamos cuidado-advirtió Petra mirando de reojo el inmueble de la importante empresa.

    Lo siguiente en oírse fue el sonido y pisadas de ambos contendientes, ligeras y suaves las del Pikachu, pausadas y pesadas las del Nosepass.

    -Nosepass, pokemon Brújula: El hecho de que su pico magnético siempre mire al norte le hace de gran utilidad entre los entrenadores viajeros, la fuerza de su magnetismo aumenta en las estaciones frías-informó la Pokedex de Angie.

    El cielo ya presentaba el tono anaranjado del atardecer, aún había buena visibilidad para un combate y las farolas que ya comenzaban a encenderse contribuían a ello.


    -Un Pikachu-pensó Petra- ¿Sera su pokemon inicial? Es una opción relativamente original, supongo-caviló.
    - ¡Angie! -exclamó Tim- ¡A los pokemon de tipo roca no les afectan los ataques de tipo eléctrico! -gritó desde el banco de hierro en el que pensaba ver el combate
    -Sí que les afectan-le respondió Blasco-Es a los pokemon de tipo tierra quienes son inmunes-explicó el peliverde, sentado en el mismo banco.
    -Es cierto-recapacitó Tim-Es que en Kanto la mayoría de pokemon roca son también tipo tierra-se justificó- ¡Angie!¡No he dicho nada! -volvió a gritar.
    -La verdad es Pikachu y yo hemos tratado de practicar algunos movimientos contra los de tipo roca-meditó Angie-Creo que será mejor reservarlos ¡Impactrueno! -añadió ahora en voz alta.

    La moderada descarga eléctrica avanzo rauda hacia el pokemon de roca el cual se dispuso a lanzar una ráfaga de rocas previamente generada, dos de las rocas bloquearon el ataque eléctrico, las otras impactaron contra la roedora de color limón.


    - ¡Pikaaa! -expresó la ratona dolorida al recibir el impacto de los proyectiles pétreos.
    -Parece ser muy lento-dedujo Angie de su adversario-No creo que con el Ataque Rápido le hagamos mucho…pero-pensó- ¡Ataque Rápido! -declaró en voz alta.

    Al ver como la Pikachu iniciaba la técnica de velocidad el pokemon de la líder de gimnasio volvió a lanzar la tanda de proyectiles pétreos, afortunadamente para la criatura de Angie el incremento que suponía la técnica de la estela blanca fue suficiente para eludirlos y ganar la espalda del pokemon adversario.

    - ¡Ahora impacta! -exclamó la rubia
    -Descarga-pidió con calma la líder de gimnasio

    Por motivos meridianamente evidentes el Ataque Rápido no iba a hacer demasiado daño a Nosepass, pero es que ni siquiera llego a impactar ya que el pokemon de tipo roca emitió una ráfaga eléctrica alrededor de todo su cuerpo. Dañando a la roedora sin necesidad de verla siquiera.

    -Terratemblor-volvió a comandar Petra.

    El narigudo pokemon ni siquiera tenía que lidiar con las dificultades que le suponía algo tan simple como girarse, así de un firme pisotón el suelo comenzó a vibrar hasta el punto que varios de los ladrillos que conformaban el perfecto adoquinado comenzarón a saltar por los aires, esa vibración también alcanzó a Pikachu, que aún estaba recuperándose del ataque anterior, derrotándola.

    Acto seguido la líder de gimnasio hizo regresar al pokemon estatua a su receptáculo habitual, mientras Angie hacía lo mismo con su derrotada criatura, Tim por su parte estaba encantado de que uno de los adoquines no le hubieran abierto una brecha en la cabeza.

    -Ven mañana si quieres-le dijo la líder a Angie-ya habremos abierto.

    La rubia miró a Blasco y a Tim, a Tim y a Blasco, quizás esperando que ellos le dieran una respuesta o una explicación de cómo ese combate había culminado en esa derrota tan impactante.

    Durante el camino de vuelta al Centro Pokemon no se dijo demasiado a excepción de ánimos para la rubia, tampoco durante la comida, tampoco cuando, a la hora de dormir, Tim expusó sus preferencias de almohadas “personalizadas” para desconcierto del joven peliverde. Sin embargo, en mitad de la noche ya en la única cama con la que la habitación individual de Angie contaba esta apretó repentinamente las sabanas con fuerza.


    -Así que este es el poder de un líder de gimnasio.



    Un nuevo día llegó con el amanecer, el primer amanecer de Angie en Hoenn, un día para tomárselo con tranquilidad, para repasar los errores del combate anterior. La fresca mañana ya había pasado y había llegado el cálido mediodía, las calles en su mayoría estaban vacías a excepción de los comercios dedicados a la alimentación que entendían tanto a los múltiples oficinistas que comían cual alma que lleva el diablo con tal de volver pronto a sus laborales como a los que celebraban con la comida la finalización de los mismos, sin olvidar a quienes habían decidido abreviar el siempre laborioso, amén de pocas veces valorado, trabajo de la cocina doméstica. En definitiva: eran horas de reposo y tranquilidad para los habitantes de Ciudad Férrica

    - ¡Vamos todos!

    O quizás no…

    El trío se fijó en el gimnasio, cucha fachada era bastante genérica, así que sin más demora ingresaron en el edificio: Dentro de este, en vez del típico terreno delimitado donde se libraban los combates se encontraba una antesala en la que se podían ver, acotado con cuerdas, unos ejemplares de fósiles pokemon en excelente estado de conservación.

    -Oooooh-expresó Tim admirado por los fósiles mientras extendía, sin disimulo alguno su mano hacia ellos.

    Su mano fue sin embargo detenida cuando una regla impactó contra ella, obligándole a cesar su avance.

    - ¿La señal de no tocar significa algo para ti? -expresó Petra mientras señalaba dicha señal, colocada en la base de los fósiles.
    - ¿A qué especies pertenecen? -preguntó Blasco con interés.


    Rápidamente los ojos de la lideresa cambiaron de la furia a la ilusión, así mientras guardaba la regla comenzó a hablar entusiasta y didácticamente del tema.


    -Este de aquí-inició indicando el que Tim había intentado tocar-Es un Armaldo, los Armaldo gresaban al mar para alimentarse y creemos que también para desovar. Su estudio nos puede indicar cuando los pokemon, como su propia pre-evolución, abandonaron los océanos primordiales y se aventuraron tierra adentro.

    - ¿Y este? –preguntó la rubia ahora.

    -Este un fósil de Rampardos-explicó ahora con tono académico-Es un fósil mucho más reciente, en tiempos geológicos por supuesto, sus cabezazos serían capaces de reducir edificios a los escombros, aunque la dureza y rigidez de su cráneo impedían que su cerebro pudiera crecer, algunos investigadores opinan que este pokemon es un antepasado de los Cubone y Marowak, yo personalmente creo que…


    - ¿Podemos pasar al combate? -interrumpió Tim, aun con la mano dolorida.
    - ¿Vienes por un combate de Gimnasio? -preguntó a Angie.
    -Así es-respondió la rubia-Veo que sabes mucho de fósiles-añadió.
    -Bueno, una maestra debe saber estas cosas-respondió la lideresa con humildad-pero es cierto, me fascinan los fósiles-agregó mientras acompañaba a Angie y a Blasco al interior del gimnasio.
    -Yo he tenido la oportunidad de ver un Aerodactyl en acción-presumió Angie-Ciertamente impresiona.

    Tim quedó rezagado consolando su dolorida mano, por muy mal que pudiera sonar esa frase, mientras miraba los fósiles.

    -Pues tampoco es para tanto-expresó el isleño-son solo un monto de huesos apilados, y de corazas y cuchillas y…y de cuencas de los ojos vacías y… ¡No me dejéis solo!

    El de Isla Canela marchó a escape por donde Blasco y Angie habían ido, no tardó en alcanzarles y llegar a un terrero rectangular de suelo duro y áspero, salpicado con pequeñas formaciones rocosas que podían ayudar en el combate. Blasco ya estaba sentado en un banquillo para espectadores ubicado a varios metros de distancia de un lateral del campo de combate, por otro lado, Angie y Petra ya estaban en sus marcas respectivas.


    -Supongo que recordaras el combate contra mi Nosepass-dijo la líder tipo Roca
    -Así es-respondió Angie.

    -Nosepass es mi Pokemon de mayor nivel-explicó Petra-Es obvio que eres una entrenadora principiante así que no voy a usarlo contra ti, verás-continuó explicando-La misión de un líder de gimnasio al igual que la de un maestro o profesor es comprobar si el nivel de los que vienen a desafiarlo es el suficiente como para continuar, no suponer una prueba insalvable para estos, aun así-matizó, ya con una Pokeball en la mano-Hay un nivel mínimo exigible ¡Que comience el combate!

    De la pokeball de Petra apareció una criatura con forma de una esfera irregular con dos fuertes brazos a modo de únicas extremidades, que rápidamente usó para dar un puñetazo al suelo, quizás para intimidar.

    Angie respiró aliviada, Geodude, a diferencia del Pokemon moai, no suponía un reto desconocido, aún así seguía siendo el pokemon de una líder de gimnasio.

    - ¡Adelante Cottonee! -exclamó Angie lanzando la pokeball de los tipos planta y hada.
    -Un pokemon de tipo planta-pensó Petra-Una decisión lógica y obvia, nada para lo que un líder de tipo roca no esté preparado-caviló la lideresa- ¡Geodude, empecemos con Machada!

    Rápidamente los brazos del pokemon roca adquirieron un fuerte fulgor albo, acto seguido y con una agilidad notoria para ser una piedra con brazos se acercó a su algodonoso oponente con la intención de golpear con fuerza con sus extremidades, cosa que pudo evitar el pokemon planta con relativa dificultad.

    - ¡Cottonee, Viento Feérico! -exclamó Angie, intentado frenar los machetazos, nunca mejor dicho, de su oponente.

    Así el pokemon planta emanó la sonrosada brisa que consiguió impactar contra el canto rodado, no lo suficiente para frenar las constantes Machadas que intentaba conectar.

    Finalmente consiguió impactar con unos de los golpes del ataque de tipo lucha, aventando al pokemon planta contra el suelo, era tal el esfuerzo muscular que suponía el Machada para su usuario que al entrar en contacto contra un cuerpo que opusiera resistencia le obligaba a resentirse.

    -Usa Paralizador-pidió Angie.

    La algodonosa criatura comenzó a agitarse mientras comenzaba a liberar unas esporas de color amarillo.

    -Interesante-siguió valorando Petra mentalmente-Usar técnicas de cambio de estado no es muy frecuente entre entrenadores primerizos, eso son puntos extras-pensó divertida- ¡Geodude, usa Giro Bola!

    Ante la ducha inminente de las esporas el pokemon de tipo roca comenzó a girar sobre si mismo mientras su cuerpo, ahora difuminado por la velocidad del giro, parecía adquirir una tonalidad gris plateada. El efecto de rotación del pokemon fue suficiente para despejar el ataque inhabilitante.

    - ¡Ahora ataca! -comandó la entrenadora del tipo roca.

    El pokemon de la líder siguió girando sobre sí mismo con el fulgor metalizado para luego lanzarse en pos de la algodonosa criatura, impactando con violencia contra la misma y mandándola a pies de su rubia entrenadora.

    -Uffff-expresó Tim casi como si fuera el quien había recibido el golpe.
    -Es muy fuerte-dijo también Blasco algo sorprendido.
    -Neeee-expresó con dificultad el pokemon de Angie tratando de reincorporarse.

    -Verás-comenzó a explicar Petra-Machada es un ataque con un pequeño efecto secundario: ralentiza a su usuario-reveló-Sin embargo, Giro Bola es un ataque cuanto más lento sea el pokemon que lo usa respecto a su adversario más potente es. Si además sumamos que el tipo hada de tu Pokemon lo hace débil a los ataques de tipo acero…


    Angie solo miraba como su más reciente incorporación estaba consciente, pero muy dolorida. Aun así, había escuchado las palabras de la líder de gimnasio, que forma tan aparentemente simple de sacar beneficio de una situación adversa. Costaba creer que Petra fuera una líder de gimnasio además de, como ella mismo había explicado, maestra de una escuela cuando solo debería ser un par de años, tres a lo sumo, mayor que AJ e Izumi que a su vez tampoco eran mucho más mayores que ella misma.


    Claramente Petra la estaba superando, pero esto era lo que Angie quería y se había preparado: Escribir su propia historia como entrenadora, una experiencia que, sin importar lo duro o difícil que fuera, nada ni nadie conseguiría arrebatarle.
     
  9. Threadmarks: Capitulo 35
     
    AJ Slifer

    AJ Slifer Golden Sun & Silver Moon

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    CAPÍTULO 35: LA DURA REALIDAD (II)



    El océano. claramente delimitado y aun así tan fácil de hacerse pasar por infinito, así parecía en la ruta 130 ubicado en el oeste de Hoenn: sin ninguna isla, lejos de los distantes Pueblo Oromar y Ciudad Portual, solo los Wingull y un cielo gris anodino como testigos de lo que estaba a punto de suceder.


    Fue una invisible y sorda explosión, una sombra difusa que distorsionaba el agua y el aire, solo siendo conscientes de la misma sus responsables.


    -¿S-Seguro que no nos ve nadie?-preguntó el de Pueblo Paleta, tratando de agarrarse al lomo de su interlocutor.
    -Por supuesto-respondió este-Es parte del efecto de Velo Sagrado.


    El Lugia continuó volando casi a ras del agua mientras AJ se aferraba con fuerza: El Velo Sagrado a parte de, aparentemente, dotarlos de invisibilidad y de haberlo mantenido a salvo de la presión y de la asfixia del viaje subacuático también le protegería en caso de una caída. Aun así no podía evitar ese gesto instintivo de agarrarse y cerrar las ojos, una pena, no muchos podrían tener una visión de cómo era.

    -AJ, estamos llegando-dijo el híbrido de pájaro y dragon.

    El pelinegro abrió los ojos levemente, casi no se veía el océano y en su lugar comenzaba a aparecer una niebla densa y gris como el cielo que los cubría, niebla que cada vez se hacía más espesa hasta el punto que al menos el humano no era capaz de ver nada. Lentamente sus ojos fueron adaptándose a ese ambiente deprimente y creyó ver entre la bruma la silueta recortada de una isla. No tardaron en bajar y pisar la arena fría.

    -¿Recuerdas por qué estamos aquí?-preguntó el legendario.
    -Sí-dijo AJ mientras su mirada se perdía en la densa selva que brotaba en cuanto la arena acababa-Ayudar a desarrollar los poderes.
    -Exacto-confirmó Lugia-En esta isla vive alguien que puede ayudarte...Ya debería de estar aquí.

    El pelinegro volvió a mirar a la selva tropical, quizás esperando que apareciera alguien. Estaba claro que sería algo importante dominar sus extraños poderes...solo ser capaz de manejarlos de forma consciente sería un gran logro. Sin embargo su mente no podía evitar estar en otro lugar.

    -¿Sigues preocupado por lo que me comentaste?-preguntó Lugia.
    -Sí, de hecho preferiría que lo de los poderes fuera lo más rápido posible. Tengo otros asuntos que tratar en la región.
    -Todo dependerá de ti.

    -Perdón por la tardanza.

    Tanto AJ como Lugia miraron al que se acercaba: Era un individuo joven de tez morena que hacía resaltar sus ojos azules, caminaba de un modo tranquilo y relajado con una especie de manta roja anudada en la cintura, que taparía un hipotético bañador, siendo esta es la única prenda de ropa que parecía llevar. Un aspecto demasiado “veraniego” para ese cielo que auguraba inminente lluvia.

    -AJ-dijo el pokemon legendario-Te presentó a Noé.


    El escenario no podía cambiar más: Desde una isla perdida a un edificio oficial de la Liga Pokémon de Hoenn. De ese calor pegajoso propio de la humedad al calor seco producido por los focos que iluminaban el pedregoso escenario donde el combate se estaba llevando a cabo.

    -¡Descansa Cottonee!-dijo Angie haciendo regresar a la cansada, pero aun consciente, pokemon planta-¡Adelante Pikachu!-expresó la rubia mientras se manifestaba el roedor eléctrico.
    -Interesante-pensó Petra-una Pikachu no es la elección más frecuente para un gimnasio como este, no es la primera vez pero ciertamente no es lo usual-¡Geodude usa Machada!-exclamó de nuevo en voz alta.

    El pokémon roca volvió a utilizar la técnica de tipo lucha que la pokemon eléctrica pudo esquivar gracias a su mayor velocidad natural, resultando así que el Geodude agrieto en parte el suelo del gimnasio, sufriendo también por el efecto secundario de la Machada.

    -¡Pikachu, ahora!-comandó Angie

    La ratona eléctrica comenzó a correr rápidamente hacia su oponente usando la técnica de la estela blanca ante un agotado oponente.

    -¡Giro Bola!-exclamó Petra.
    -¡Demolición!-exclamó tambien Angie

    Antes que de que el Geodude comenzará a rotar para usar el ataque de tipo acero la Pikachu usando en parte el impulso del Ataque Rápido se acercó a su adversario y golpeó con fuerza usando el ataque marcial, mandando a su rocoso oponente contra una de las paredes del gimnasio. Derrotado.

    -¡Bien!-celebraron tanto Tim como Blasco en el banquillo.

    -Verdaderamente interesante-pensó Petra mientras hacía regresar a su pokemon a su esférico habitáculo-El ataque Demolición no es el tipo de ataque que un pokémon con poca experiencia podría dominar, ni tampoco el que un entrenador principiante podría enseñar-continuó mentalmente la líder de gimnasio-¿Que más ocultaras Angie?-añadió para su interior mientras arrojaba su siguiente pokeball

    El siguiente, además de último, pokémon en aparecer por parte de Petra era una criatura cuadrúpeda, pequeña y compacta, contaba con cuatro extremidades regordetas y su cuerpo parecía estar cubierto de una armadura de acero gris con varias oquedades. Dos de estas oquedades, de mayor tamaño, estaban ubicadas en su cabeza y dentro de las mismas dos ojos de un frío color azul.

    -¡Ron!-expresó el pokemon de los tipos acero y roca nada más manifestarse.

    -Aron, Pokemon coraza férrea: suele vivir en las montañas pero el hambre le empuja a acercarse a núcleos urbanos donde devora ingentes cantidades de hierro-informó la pokedex de Angie.

    -Será mejor cambiar-pensó la rubia mientras hacía retornar a Pikachu a su pokeball-¡Vamos Cottonee!
    -¡Neeee!-expresó la bromista pokemon de tipo planta.
    -Te cedo la iniciativa Angie-expresó gentilmente la líder de gimnasio.
    -¡Paralizador!-expresó la rubia.

    La pokemon planta comenzó a flotar sobre el pokemon de tipo acero y comenzó a agitarse desprendiendo el polvo amarillento que era la base del ataque.

    -¡Bofetón Lodo!-respondió Petra.

    El Aron introdujo sin vacilar una de sus extremidades anteriores en el suelo, sin importar ni sufrir de la dureza del mismo, para levantar una carga barro que “absorbió” la técnica de las esporas así como cegar a su adversario.

    -¡Coooto!-expresó de inmediato la pokemon de tipo planta, tratando de limpiar el barro con sus hojas-orejas.
    -¡Aron, usa Garra Metal!-exclamó Petra
    -¡Viento Feérico!-comandó Angie.

    El pokémon flotante comenzó a lanzar la sonrosada brisa contra el Aron que iluminó su pata de color metalizado y cargó contra Cottonee, cuyo Viento Feérico no fue capaz de de frenarlo. Así el pokemon de acero conectó el ataque de su mismo tipo y consiguió derrotarlo.

    -Quizás nos precipitamos eligiendo a Cottonee-pensó Angie-Apenas llevamos dos capítulos con ella-se dijo para sus adentros mientras arrojaba la pokeball de la Pikachu

    -¡Kaaaaachu!-expresó la roedora para acto seguido haciendo chisporrotear electricidad de sus eternamente sonrojados mofletes.

    -Bien, Angie, vamos a comenzar¡Aron usa Garra Metal!

    El pokemon de la lideresa de gimnasio comenzó a avanzar rápidamente a la par que una de sus rechonchas extremidades comenzó a refulgir en un color metalizado.

    -¡Pikachu usa Impactrueno!-contraatacó la de Ciudad Verde

    Al ver la arremetida del pokemon acorazado la ratona comenzó a lanzar esa moderada descarga eléctrica. Sin embargo eso no detuvo al Aron que pese no ser inmune a los ataques eléctricos continuó avanzando hasta conectar el golpe.

    -Aron usa Hidropulso-pidió, más calmada, la líder de gimnasio.

    Aprovechando la, escasa, humedad del ambiente el pokemon de roca generó la esfera hídrica y la lanzó contra la Pikachu, mandandola aún más lejos y mandandola contra uno de los muros.

    -¡Aron continúa con Hidropulso!-comandó Petra.

    Apenas se estaba reincorporándose la pokemon eléctrica tuvo que ver como una tanda de esferas acuáticas se venían contra ella a gran velocidad.

    -¡Pikachu esquiva con Ataque Rápido!

    La pokemon usó la técnica de la estela blanca para comenzar a zigzaguear entre las esferas hídricas y tratar de acercarse más a su oponente para poder lanzar la descarga eléctrica.

    -¡Bofetón Lodo!
    -¡Esquivalo!

    La Pikachu trató de lanzar la descarga eléctrica pero el lodo levantado por Aron ahogó la descarga, además de obligar a la roedora a abortar el ataque eléctrico.

    -Angie lo está pasando mal ¿No?-preguntó Blasco a su compañero de banquillo.
    -Fíjate bien-respondió el isleño.

    Blasco fijó sus ojos grises en Angie. En como el sol del atardecer parecía jugar a esconderse entre su cabello rubio, como sus ojos de color miel parecían jugar una frenética partida de tenis de mesa, tratando de fijarse en todo lo que ocurría en el campo de combate.

    -No...no veo nada-respondió el de pelo verde algo decepcionado.
    -Te queda mucho por aprender pequeño Kricketot-respondió Tim.

    -¡Demolición!-comandó Angie.

    La Pikachu volvió a usar su superior velocidad para acercarse a su acorazado oponente, rápidamente alzó su extremidad superior para ejecutar el golpe marcial.
    -¡Bofetón Lodo!

    Antes de que la roedora llegara a impactar el Aron volvió a introducir su pata en el suelo reblandecido para “embadurnar” la cara de su oponente. Dañandola y obligandola a frenar el ataque.

    -Chuuuu-expresó la roedora, dolorida y molesta, tratando de limpiar el fango de su cara.
    -¡Aron, Garra Metal!-comandó Petra con un tono victorioso

    El pokémon acorazado cargó contra la Pikachu con la garra iluminada y tensa ante una Pikachu obcecada en limpiarse el barro.

    -¡Pikachu, Hierba Lazo!

    La roedora no podía ver con nitidez al pokémon que cargaba contra ella. Sin embargo una aura verdosa rodeó durante breves momentos su alimonado cuerpo. acto seguido del reblandecido suelo surgieron unos brotes verdes que igualmente presentaban el glauco fulgor, esos brotes se enredaron entre las cortas extremidades del su oponente. Obligándole a tropezar y caer bruscamente al suelo.

    El pokemon de tipo dual estaba claramente derrotado, tanto Tim como Blasco corrieron a celebrar con la chica que había ganado su primer combate de gimnasio. Mientras la lideresa de gimnasio hacía regresar al pokemon de acero y roca a su recipiente.

    -Interesante-dijo Petra una vez más-Claramente ese Hierba Lazo, a diferencia del Demolición, no estaba totalmente dominado. Pese a ello ha conseguido derrotarnos, claro que...

    Petra interrumpió su monólogo interno durante un instante para ver como el anteriormente rígido y seco suelo del gimnasio había sido agrietado y ablandado por el Demolición de Pikachu, así como los fallidos ataques Machada de Geodude, lo mismo con los Hidropulso de Aron.

    -Parece-continuó Petra con su monólogo-Que nuestros ataques, en sentido literal, le han allanado el camino. Eso explica que haya sido capaz de ejecutar un Hierba Lazo imperfecto, irónico-añadió mentalmente.


    La típica “ceremonia“ se produjo. La líder de gimnasio hizo entrega de la medalla piedra a Angie. Esta y sus amigos salieron visiblemente contentos del gimnasio. Debía de ser mediodía, pronto las calles de la ciudad se inundarían de trabajadores en el turno de la comida, de niños saliendo de la escuela. En aquellos momentos todo parecía luz en la ciudad que antaño fue un enorme bosque.


    Sin embargo y precisamente en el Bosque Petalia, el remanente de aquel antiguo bosque, donde las copas de los árboles filtraban la luz, bajo la mirada de los Slakoth perezosos y los Shroomish temerosos.

    -Sí-respondió el pálido científico al teléfono-No ha habido ningún problema-añadió el hombre mientras su rostro no podía ocultar una exagerada y ligeramente tétrica sonrisa-Hacerse pasar por un científico de Devon ha sido un éxito y contratar a ese actorzuelo para que se hiciera pasar por un ladrón…¡Brillante!-exclamó- Esos niños pensaría que entregaban los documentos a su legítimo propietario... Ilusos.
     
    Última edición: 21 Mayo 2019
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    AJ Slifer

    AJ Slifer Golden Sun & Silver Moon

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    CAPÍTULO 36: POR PURA CASUALIDAD


    -Concéntrate.

    El pelinegro intentaba hacer caso a Noé pero no podía ignorar la, para él, desagradable humedad. Cosa lógica teniendo en cuenta que se encontraba en la playa de aquella misteriosa isla, sin embargo hizo un esfuerzo en hacer caso a su “maestro” y trató de concentrarse, sin saber muy bien en que, hasta el punto que, durante unos breves instantes un leve fulgor violáceo iluminó sus manos.

    -Entiendo-dijo Noé-¿Desde cuando tienes “esto”?

    AJ trató ahora de recordar, ahora mismo no podía acordarse de si este poder se había manifestado en su más tierna infancia o en su época escolar, por decir algunos momentos, pero sí pudo recordar rememorar un suceso relativamente reciente, no mucho antes de que también sucediera su encuentro con Iwasa en Isla Canela.

    -No sabría decirte-respondió el de Pueblo Paleta-Según Lugia lo tengo desde siempre.
    -Sí, es posible-dijo ahora del de tez tostada-Sin embargo, es igualmente posible que solo se manifestara recientemente.

    La cabeza del pelinegro seguía cavilando y recordando, rememorando el encuentro con Lugia en las Islas Remolino, la conversación con Morti en la Torre Campana. Y pensar que todo esto, fuera lo que fuera, era un “regalo” de Lugia a un antepasado remoto del que nunca había escuchado hablar.

    -¿Cómo conociste a Lugia?-preguntó AJ a Noé.
    -Es una larga historia-respondió el aludido sentándose en el suelo arenoso de la playa-Mi familia, mi pueblo-matizó de inmediato-vivía en el mar, nació en el mar.…-inició.
    -Detesto los barcos-comentó AJ, asumiendo que vivían en barcos-aun así, suena interesante.
    -Todos murieron en el mar-continuó Noé haciendo que AJ se sintiera horriblemente mal por haberle interrumpido.
    -Lo siento-dijo AJ
    -Gracias, pero no te preocupes-respondió el joven de piel tostada-He tenido mucho tiempo de duelo, todo está bien, como iba diciendo-continuó-Yo sobreviví y amanecí un día en esta isla, he estado aquí desde entonces.
    - ¿No has salido de esta isla? -expresó el de Kanto algo sorprendido.
    -Sí, sí que salgo-explicó Noé-A veces voy a Ciudad Portual, un hombre no puede vivir solo a base de bayas Lichi-añadió para soltar una breve risa.
    - ¿Bayas Lichi? -preguntó AJ, quizás no conocía este tipo de fruta.

    Fue mencionar la baya y, casi al instante, un murmullo pareció surgir desde la selva seguido del sonido de pasos, muchos pasos.

    - ¿Y eso? -preguntó AJ
    -Eso nos pasa por hablar de las bayas Lichi-dijo Noé-mientras una pequeña gota de sudor bajaba por su sien

    AJ miró de inmediato hacia donde Noé le indicó y pudo ver entre las cercanías de la selva un montón de criaturas escondidas entre los arbustos. No pudo discernir que eran hasta que una de ellas se atrevió a llegar a la arena donde el par de jóvenes se encontraban: Eran unos seres que escasamente superan el medio metro de altura de piel azulada y aparente gomosa. Poseían también unos ojos achinados, así como una cola negra y una inmutable sonrisa.

    - ¿Waaaaay? ¿Nat?
    -Lo siento pequeñín. No hay bayas Lichi esta vez
    - ¡Waaaaaaynat!

    Al ver que no estaba la fruta que parecía que habían venido a buscar el Wynaut que sirvió de avanzadilla volvió hacia el bosque lluvioso para advertir a sus compañeros y pronto esfumarse del lugar.

    -Son encantadores-comentó Noé-Pero un poco...intensos.
    - ¿Eran Wynaut verdad? -preguntó AJ

    -Así es-explicó el isleño-Más allá de algún pokémon volador o marino que reposta temporalmente los Wynaut son los únicos habitantes de la isla, a parte de mi, pero-dijo retomando el tono de la conversación interrumpida-Un día Lugia apareció en la playa y parecía herido además de cansado. Intente cuidarle y ayudarle en lo poco que podía hacer-terminó explicando Noé como si fuera lo más usual del mundo

    -Entonces-intervino AJ-Lo conociste de casualidad...

    Noé se quedó en silencio durante unos segundos para luego decir con una sonrisa en la boca.

    -Sí, supongo que sí-dijo el isleño-Pero no me quejo-añadió de inmediato-de vez en cuando Lugia se pasa por aquí y me deja vender sus plumas como baratijas…
    -Bueno supongo que algo de dinero…-inició AJ cuando un pensamiento súbito atravesó su mente- Noé ¿Has estado en Isla Tera?
    -Sí, hace un tiempo estuve allí ¿Por?
    -Voy a ser más directo...

    Así AJ metió su mano en el interior de su camiseta para buscar y enseñar el místico colgante que era desde hace ya un tiempo un compañero inseparable

    - ¿Te suena a algo que podías haber hecho tú?

    Noé alargó sus brazos y cogió entre sus dedos el colgante, dándole varias vueltas para poder examinarlo desde distintos ángulos.

    -Sí. Creo que yo lo hice-confirmó.

    Ambos se miraron el uno al otro ¿Sería verdad? ¿De verdad se estaba dando esa situación tan surrealista? ¿Dos personas unidas a un Pokémon legendario por hechos en los que ellos nada tuvieron que ver? ¿Dos personas a su vez unidas entre ellas por un legendario? Y lo más importante, al margen de las acciones del antepasado de AJ ¿Todo por simple y pura casualidad?

    -Los caminos del señor son inescrutables-alcanzó a decir Noé
    -Es una forma de decirlo, supongo-agregó AJ- ¿En qué consiste este poder concretamente?
    -Supongo que Lugia te podrá informar mejor que yo, pero por lo que tengo entendido-dijo Noé-Al ser un regalo de él a tu antepasado no tenía una finalidad concreta, quiero decir, es un poder psíquico bruto, indefinido, con capacidad de moldearlo con suficiente práctica-continuó Noé- ¿Seguimos con el entrenamiento?
    -De acuerdo.


    -¡Aaaaaaar!¡Marineros de agua dulce!-gritó un Tim disfrazado de Capitan Poli en la cubierta del pequeño barco que avanzaba por los calmados mares de la ruta 105-¡Limpien los ojos de Bouffalant!-exclamaba contento mientras su Poliwhirl se le acercaba.

    -A vuestro amigo Tim de verdad que le gusta el mar-comentó el capitán del barco levantando momentáneamente la vista del timón- y también los disfraces.
    -Supongo que sí-dijo Angie que, junto a Blasco, estaba debajo de una sombrilla ubicada en la cubierta- ¡Muchas gracias señor Arenque por llevarnos a Pueblo Azuliza!
    -¡JAJAJAJAJA!-Rió con fuerza el marinero-¡El señor Arenque es mi padre jovencita!¡No son necesarias las gracias, gracias a vosotros que salvasteis a Peeko Junior!-exclamó el hombre que volvió a poner los ojos en los utensilios de navegación.

    Angie estaba sentada en la hamaca ubicada bajo la sombrilla con Pikachu recostada en su barriga, contenta por tener la primera medalla en su poder y sintiéndose preparada para ir a por la siguiente en Pueblo Azuliza. Por su parte Blasco descansaba más adormilado con la pequeña Ralts igualmente adormilada y agarrada a él.

    Por curiosidad Angie sacó la pokedex y escaneó a la Pokémon psíquica para obtener, entre otras cosas, la información de que solo conocía gruñido.

    -Blasco-susurró Angie mientras le ponía la mano en el hombro al peliverde-Vendría bien que a Ralts le enseñaras un ataque.
    -Sería buena idea-dijo Blasco entre bostezos abriendo lentamente los ojos
    - ¡Yo puedo ayudar a eso! -Dijo Tim saltando hacia donde estaban Angie y Blasco, sobra decir que haciendo que el peliverde y su pokémon se despertaran bruscamente, cosa lógica teniendo en cuenta que les tiró de la tumbona.

    - ¿Como? -preguntó la rubia reincorporándose, no sin cierto tono de escepticismo
    -Aprendí a hacerlo en la Torre Bellsprout-explicó el sureño enmascarado-Traéme a Ralts.

    Blasco, no demasiado convencido, entregó al pokemon blanquiverde a Tim el cual lo colocó en el suelo para luego hacer extraño ritual: Así Tim se remangó y comenzó a emitir extraños sonidos más propios de un exorcismo mientras se movía con la elegancia y rigidez de un Golurk con parálisis

    -¡Kikikikikikikiiaaaaaaaaaa!-chilló por última vez para acto seguido tocar el “cuerno” rojo de Ralts con los dedos extendidos-Que la luz del anciano ilumine lo más oscuro-finalizó con un tono solemne.

    Mientras Ralts, no sin cierto alivio, volvió a los brazos de su entrenador; Angie volvió a apuntarle con la pokedex para, sorprendentemente, comprobar que efectivamente había aparecido un nuevo ataque: Destello.

    Angie no pudo evitar que una gruesa gota de sudor bajara por su cara, efectivamente ahora Ralts contaba con un nuevo movimiento, pero cuando ella hizo la sugerencia se refería a un ataque ofensivo

    -Tim, creo que no me has enten…-comenzó a decir la rubia
    -¡Pueblo Azuliza a la vista!-gritó el marinero dejándose poseer por un ancestral espíritu náutico-¡Pueblo Azuliza a la vista!-repitió.

    El peliverde, Angie y el chiflado multiusos se bajaron del barco, con la promesa de que el marinero que podía esperarles durante todo el día. No tardaron en poner rumbo al gimnasio del pueblo, Y lo que pudieron ver del mismo es como si toda la “urbe” fuera una playa gigante, bañistas por todos lados incluso cuando hacía ya rato que dejaron la costa, en vez de calles o carreteras la gente caminaba por paseos de madera; especialmente personas mayores o alguna persona más delicada que no quería llenarse de arena pero estos parecían ser minoría: Todo el mundo en ese pueblo parecía ser surfista, nadador, o relacionados con cualquier actividad que a su vez tuviera que ver con el mar. Tras un rato caminando hacia el sur llegaron al gimnasio el cual tenía un aspecto similar al resto de gimnasios que Angie había visto. Cuando se aproximaron a la fachada pudieron leer un texto que decía:

    “Macanudos coleguillas surferos, por asuntos covandongueros de fuerza flipante el gimnasio debe estar cerrado, pero estaré con vosotros para hacer un beach-break antes de que lo tarda un Milotic en hacer un Morey Doyle. Siempre al Chatot, Marcial ”

    -¿Q-Que es esto?-Dijo Angie no pareciendo entender nada de lo que había escrito.

    -Dice que pasa algo malo en una cueva, que hasta que no se arregle el gimnasio está cerrado-tradujo Tim-Se nota que no entendéis el lenguaje de los hombres de mar-añadió de inmediato con tono de querer darse importancia.
    -Creo que iré a esa cueva-Dijo Angie-Tim, Blasco, vosotros podéis hacer lo que…
    - ¡Hasta luego jefa!

    Angie y Blasco captaron un movimiento fugaz con el rabillo del ojo, para cuando miraron pudieron ver a Tim ataviado con un, nada pudoroso, bañador de color azul intenso y con su ropa perfectamente guardada.

    -Estaré en la playa que hemos visto-dijo Tim-Suerte chicos.

    Una gruesa gota de sudor bajaba por la cabeza tanto de la rubia como del joven de Ciudad Petalia, quizás fuera por lo imprevisto de la situación o quizás fuera por que el bañador de Tim dejaba, por la parte trasera, muy poco a la imaginación. Como fuera, ellos partieron hacia el norte. Cambiando lentamente la cálida y moldeable arena por la dura, no necesariamente menos caliente, roca de la montaña, dejaron los ruidosos bañistas por los no menos ruidosos montañeros. Antes de que se dieran cuenta ya estaban en el punto más elevado de la isla, dispuestos a penetrar en las entrañas de la montaña. Antes inspiraron con fuerza el aire del lugar, claramente para ellos ese aire, algo más seco, era para ellos mucho más familiar que el que circulaba húmedo a la línea de costa.

    -¡Vaya!-comentó Angie-Parece muy oscura-añadió fijándose en que no había ningún tipo de iluminación artificial.
    -El Destello que Tim le enseñó a Ralts nos puede venir bien-comentó Blasco, ya con el Pokémon en las manos.
    -Sí-corroboró la rubia, parece que Tim ha acertado, de pura casualidad…


    -¡Achú!

    Tim se pasó la mano por la nariz para limpiarse el estornudo, acto seguido continuó esperando cual Sandaconda enroscado en su toalla vigilando a todos, especialmente las jóvenes mujeres que pasaban cerca de él.

    -Echaba de menos esto-dijo Tim-El sonido de las olas, el olor a crema solar, el bullicio propio de la playa-añadió el isleño.
    -Poooli-comentó su Poliwhirl más centrado en humedecer la superficie de su compañero que en las palabras de su entrenador.

    Tim inspiraba el aire salado en largas respiraciones, era incluso relajante para cualquier persona escucharlas, cuando unas palabras le hicieron saltar cual endemoniado resorte dispuesto a batirse en mil complicadas lides.

    -¡Guapa!¿Te gusta el pimiento?

    No. Otras palabras…

    - ¡Guapetona!¡Estas si son playas y no como las sosas esas de Kanto!

    Lo dicho. Como si un resorte hubiera propulsado su cuerpo Tim alcanzó al que había osado a pronunciar tales agresivas palabras.

    -Perdona-dijo Tim con un tono brutalmente e inusitadamente educado- ¿A qué te refieres con que las playas de Kanto son sosas?
    -You know- las de Ciudad Carmín están contaminadas, a las de Paleta y Fucsia no se les puede llamar playas y las de Canela,Tch-chasqueó la lengua con desprecio-No están mal si no te molesta la amenaza que un volcán te mate.

    El que hablaba era alguien de la misma edad que Tim, de pelo absurdamente engominado para la playa y que vestía con un bañador igual o más ajustado que el del joven de sur de Kanto. Aprovechando la discusión la joven a la que había dirigido esas palabras, que debía rondar los veintitantos, aprovechó para alejarse del par de mocosos hormonados.

    - ¿No serás de una de esas playas de segunda? -preguntó el engominado para después alzar la ceja con el desprecio.
    -Sí-dijo Tim hinchando el pecho-Isla Canela.
    - ¿Y qué se siente vivir con la amenaza que todo pete por los aires?
    -No lo sé-dijo Tim- ¿Qué se siente con vivir en una isla que lo más avanzado que ha visto es un tanga?
    - ¿¡De que vas mocoso de Kanto!?-le replicó el engominado, pese a ser de la misma edad y altura ¿Tú sabes con quien estás hablando? ¿Qué sabrás tú lo que es una playa o una isla, niñato?
    - ¿¡Que no sé lo que es una isla?!-¡Soy Timotheos Papastathopoulos!¡ Los Papastathopoulos llegaron a Isla Canela hace más de 500 años!¡El barco estaba lleno de papas y sobre las papas los Papastathopoulos!-casi chillaba el de Isla Canela-¡Así que no me digas que no sé lo que es mar!¡No me digas que no sé lo que es una isla!¡Y Ni se te ocurra decirme que no sé lo que es una patata!-añadió casi expulsando vapor de las fosas nasales
    - ¡Pero quien te crees que eres!¡Venir a mi isla a contarme que no sé qué timos ni que papas!¡Voy a cerrarte la boca, maldito chiflado!
    - ¡Elijo pistolas al amanecer!
    - ¡No, imbécil! ¡Un combate Pokémon!
    - ¡Me parece muy bien!


    -¿Estas bien Ralts?-preguntó Blasco.
    -¡Raaalst!-afirmó el Pokémon psíquico

    El cuerno rojo del Pokémon psíquico, gracias a la técnica del Destello, ahora funcionaba como una linterna emitiendo una luz blanquecina lo suficiente potente como para poder ver con relativa tranquilidad. Por si acaso la Pikachu de Angie estaba sobre el hombro de la misma tanto como para poder iluminar si fuera necesario como para defender a los jóvenes de los sempiternos Zubat.

    - ¿Habías estado alguna vez en una cueva? -preguntó Blasco.

    -No-explicó Angie-Pero me han hablado de ellas-respondió la rubia-En Kanto tenemos varias, una de ellas, el Monte Moon es una importante atracción turística.
    -Entiendo-respondió Blasco.
    -Luego hay una cueva horrible que se llama el Túnel Roca-prosiguió la joven mientras palpaba la pétrea pared-Yo no la he visto pero mis amigos me han comentado que es terrible, de hecho, la mayoría suele evitarla y llegar a Pueblo Lavanda desde el sur.
    -Conoces muchos sitios-dijo Blasco sin esconder un tono de admiración.

    -Bueno-dijo Angie -Es cuestión de tiempo, estoy seguro que tú también veras mucho.
    -Yo no creo que…

    Las palabras de Blasco fueron interrumpidas por un sonoro gruñido que además debido a la reverberación de la cueva se incrementó hasta el punto de casi tirar al suelo al par de jóvenes. En buena parte debido a lo imprevisto del sonido.

    - ¿Q-Que ha sido eso? -preguntó Blasco.
    -Algo que no debería de estar aquí, compañero cabeza lechuga-dijo una voz con tono jovial

    Tanto Angie como “cabeza lechuga” se giraron para ver quien hablaba, era un hombre joven de tez tostada que vestía unas prendas a caballo entre el neopreno y lo deportivo, poseía también unas gafas de buceo de cristales naranja, así como un cabello azulado y ojos de idéntico color.

    -Yo, Soy Marcial, líder de gimnasio de Pueblo Azuliza-se presentó el peliazul- ¿Quiénes sois vosotros, compis entrenadores?
    -Yo me llamo Angie.
    -Yo soy Blasco.
    -Dabuten ¿Y qué hacéis aquí?
    -Bueno…-inició la rubia-Había venido a Pueblo Azuliza a por mí medalla de gimnasio, al ver que no estabas y que ponía algo de una cueva decidí venir aquí-dijo Angie-No ha sido la idea más inteligente-reconoció de inmediato.
    -Yeah-dijo el líder de gimnasio-Pero ya que estáis aquí me echareis una mano ¡Pelo de trueno!¡Cabeza lechuga!¡Seguidme! -dijo el de pelo azul con un buen humor que parecía contagioso.

    Los tres siguieron caminando por la cueva con el lujo de tener a todo un líder de gimnasio como guía turístico que tan pronto hablaba de cómo hacer un “Cut Back” como les señalaba a los niños donde encontrar un Sableye por los titileos brillantes de sus ojos en la oscuridad. Lástima que, al menos Angie, no entendiera la mitad de lo que decía el líder.

    - ¿No huele como a sal? -interrumpió Blasco.
    -¡Yeah!-Dijo Marcial-But no es como para fliparse compi “pelolechuga”, estamos cerca del agua así que no es raro que parte de esta cueva este bajo el mar.

    Marcial iba a decir algo cuando ese gruñido grutural volvió a silenciarles. El grupo continuó avanzando notando como además de incrementarse el volumen y la frecuencia de los gruñidos la temperatura ambiental parecía reducirse. Cuando llegaron al epicentro de los impropios sonidos encontraron una “habitación” visiblemente más iluminada, debido a varías aperturas en la bóveda de la misma, igualmente podrían haber observado como varias rocas de la habitación parecían tener partes congeladas, pero sin duda lo más llamativo era la poza de agua en una habitación en la cual no tenía por qué haber ninguna.

    -Esto es lo que los “man” de los “geocolegas” me avisaron-dijo Marcial
    -No sería más fácil decirles montañeros-pensó Angie que parecía romperse un poco por dentro cada vez que escuchaba la jerga del líder de gimnasio.

    Ignorando las disquisiciones de Marcial nuestra rubia se acercó a la charca de agua, o esa era su intención ya que al acercarse demasiado una criatura emergió de la misma.

    -¡Oh Yeah! Ese es el poke del que los “mineralbros” me advirtieron.

    La criatura en cuestión era alta, de piel azulada y con vientre crema, ese Pokémon con aspecto de reptil marino poseía un caparazón purpura en su espalda, así como un largo cuello y un pequeño cuerno en su cabeza donde también tenía una especie de estructura similar a unos bucles.

    - ¡Un Lapras! -expresaron sorprendidos tanto Angie como Blasco.

    Los presentes pudieron ver, a parte de la mirada entre enojada y cansada del plesiosaurio, como este presentaba especialmente en su cuello muchas cicatrices y mordeduras. Seguramente algo que se pudiera sanar fácilmente en el centro Pokémon pero cosa difícil por otro lado dada la ubicación del saurio de los tipos agua y hielo. El Lapras mostraba un aspecto cansado y pese a que la presencia de los humanos no le agradaba no eran estos en quienes tenían puesta su atención sino en algunos de los agujeros en los techos de la cueva. Y pronto pudieron ver porque: Un grupo de Zubat que habían estado calmados desde que el par de chicos y Marcial entraron en la “habitación” volvieron a surgir desde las sombras con un claro objetivo: El cuello de Lapras.

    -Entiendo-pensó el líder de gimnasio-Estas cuevas están llenas de Aron y Mawile y esos Zubat no tienen oportunidad de alimentarse de ellos, solo les quedan los “Makukahuna” pero comprendo que no puedan resistirse a un “cuellástico” como el de Lapras-añadió para sus adentros mientras cogía una pokeball-Seguro que mi “Haribuddy” puede encargarse de ellos.

    -¡Impactrueno!¡Picotazo Venenoso!¡Viento Feérico!

    Los pokemon de Angie lanzaron sus ataques consiguiendo desperdigar a los azulados murciélagos sin ojos, al menos momentáneamente ya que pronto volvían a reagruparse para atacar.

    -¡Cottonee usa Paralizador!

    Con rapidez la pokemon algodonosa se adelantó a sus compañeros y comenzó a agitar su cuerpo liberando una oleada de esporas amarillentas que al ser inhaladas por algunos de los Zubats les hicieron o bien caer al suelo a los más afectados o ralentizar los movimientos lo suficientes como para que les alcanzaran los ataques de Ekans y Pikachu.

    -Ojalá pudiera ayudar-expresó Blasco algo cabizbajo.

    Blasco miró a Ralts pero a su vez tanto el entrenador como su pokemon solo podían mirar en como Angie parecía controlar la situación casi al completo. Como era capaz tener suficiente visión para discernir los ataques en distintas alturas y flancos, como era capaz de comandar a sus Pokémon y coordinarlos sin que estos se pisaran los unos a los otros.

    -Angie es increíble-acertó a expresar el chico de cabello verde mientras sus pupilas se dilataban.
    -Tú también puedes ser increible, compi “pelolechugo”-dijo Marcial-¡Tú y tu pokemon “sabaneante” tenéis que tener confianza y estaréis derrotando Zubat en menos de lo que tarda un Hariyama en partir una ola en la mitad !

    Blasco, que parecía entender al líder de gimnasio mejor que Angie, miró a su Ralts el cual, durante un breve instante, mostró en sus ojos rojos una firma decisión de querer ayudar a los que eran sus compañeros.

    -¡Ralts u-usa Confusión!

    El Pokémon psíquico encendió su cuerno rojo de un intenso fulgor azulado para disparar desde el mismo un rayo de idéntico color azulado que consiguió derribar a varios de los venenosos oponentes de un golpe.

    - ¡Bien hecho! -Animó Angie
    - ¡Yeah! ¡Dales duro pelolechugo!¡Lo estáis haciendo muy bien “ma boys”!
    - ¡Lo estamos haciendo todo! -se quejó Angie.

    Quizás por verse superados los Zubat, los que podían, comenzaron a retirarse lentamente. Haciendo pensar a nuestros protagonistas que el trabajo estaba hecho, cosa que ellos mismos confirmaron falsa cuando un grito distinto comenzó a oírse en la lejanía.

    -¡Goooolbat!

    El murciélago de boca sobredimensionada a ver derrotados a sus, quizás amigos o quizás incluso crías, encendió sus colmillos de una ponzoñosa tonalidad de morado y emprendió la carga contra los Pokémon de Angie.

    - ¡Pikachu usa Impactrueno! -mandó la rubia contra el murciélago con ojos.

    El roedor eléctrico disparó su descarga contra el Golbat el cual haciendo un quiebro hacía la derecha consiguió esquivar ágilmente. No esperando encontrarse a un Ekans de frente que no tuvo ninguna dificultad para morder la cabeza del murciélago y dejarlo temporalmente noqueado.

    - ¿Ya? ¿Ya está? -expresó Angie notablemente sorprendida.

    Casi de forma inconsciente la mente de Angie vagó hacia el encuentro que tuvo con un Golbat en la meseta Añil. Había pasado tanto tiempo y tan poco a la vez: Desde que tuvo que ser salvada por parte de Kevin de aquel Golbat y su Gigaimpacto y ahora, un mordisco de Ekans había sido suficiente para derrotarlo ¿Tanto había mejorado? De todos modos, los pensamientos y miradas del grupo allí presente se centraron en el Lapras. Este parecía más tranquilo, pero aun así podían notar como el Pokémon jadeaba y presentaba sudoración abundante, especialmente para un Pokémon de sus tipos.

    - ¿Y cómo lo vamos a sacar de aquí? - preguntó Blasco

    -Oh well-inició Marcial-Puedo pedirle a mi “Haribuddy” que cargué con el “Lapracolega” hasta el Centro Pokemon-continuó-Pero-añadió-Puedes capturarlo con tus “Pokebalunga” A ese Lapras parece que le molas “cantidubi”

    Angie se fijó en el Lapras, la expresión del Pokémon no era de molar “cantidubi” pero claramente parecía tolerar su presencia. Así Angie buscó una pokeball con intención de lanzarla contra el plesiosaurio…

    ¡Goool!¡Baaat!

    El murciélago de enorme boca, visiblemente enojado inició repentinamente su vuelo de forma furiosa y ciega, dirigiéndose hacia Angie mientras sus alas se tensaban y adquirían un intenso color blanco.

    -¡Praaaas!

    Así el Lapras exhaló desde su boca una gélida brisa que parecía llena de cristales helados tililantes, no era demasiado poderosa pero claramente el Golbat tampoco tenía demasiada energía como para resistirla, haciéndole caer al suelo, ahora sí definitivamente.

    -¡Lo dicho, le molas “cantidubi”!-expresó Marcial guiñando un ojo con entusiasmo.

    Angie lanzó la pokeball y el Lapras, bien por ganas de unirse a la rubia, bien por su cansancio no opuso mucha resistencia y quedarse dentro de la esfera bicolor. Hecho esto el par de jóvenes y el líder de gimnasio salieron de la cueva e iniciaron el camino de vuelta al Centro Pokémon.

    -No lo entiendo- expuso Angie-Pensaba que los Lapras eran propios de climas más fríos.
    -Cierto macanuda camarada-Pero Hoenn esta atravesada por una corriente marina de agua “mazo fresca”-continuó-Te diré más, al este, cerca de la “maravitupenda” Ciudad Algaria hay una cueva de hielo: La Cueva Cardumen, que alucinas vecina como un Qwilfish sin espinas, quizás-añadió para cambiar ligeramente el tono-quizás el Lapras estaba migrando hacía allá y se quedo atrapado en la Cueva Granito, últimamente hemos tenido varios temblores, no es extraño.

    -Ajá-acertó a expresar Angie.
    -Y tu lo has hecho bien “pelolechugo”-añadió el líder de gimnasio removiendo el verde cabello de Blasco-Ahora que tu “compimentalista” ha aprendido un ataque ofensivo tienes que ir “a full de Estambul” si quieres ser el “number juan”
    -Pero yo no quiero ser entrenador, creo.
    -Eso está “dabuti” también-dijo Marcial cuando ya entraba por la puerta del centro Pokémon-¡Hey!¡Enfermera Joy!-gritó desde la puerta-Traemos un Lapras bien chungo que requiere tu atención “meditastica” y “enfermeril”
    -¡Oh Yeah! Traé ese helado culo de dinosaurio” hasta aquí y la menda lerenda en persona le echara un ojo-gritó también la sanitaria clónica
    -Sospecho que al autor se le tiene que haber muerto alguien en el hospital y por eso poner de esta manera tan incompetente a las enfermas Joy-pensó Angie para sus adentros.
    -El Lapras presenta numerosas cicatrices en el cuello, aparte de eso creo que los Zubat le han debido de quizás contagiar algo, no creo que sea demasiado grave but you eres la que parte la pana en esto-le explicó Marcial a la enfermera mientras hacía gestos a Angie de que le entregará la ball a la enfermera-Por cierto, estaría que alucinas vecina que te dieras un garbeo por la cueva Granito y le dieras de tu medicina a los Zubat.
    -No problemo magdaleno-dijo la enferma Joy-Cuando acabe aquí me doy un voltio hasta la cueva y les doy a esos “Zubatamaran” de mis polvos mágicos de Joy.
    -Dabuten
    -Dabuten.
    -Macanudo-dijo Blasco, para luego taparse la boca, casi como si hubiera dicho algo malo
    -Cierto, casi se me olvida-dijo Marcial buscando en su bolsillo-Te lo has ganado “Pelo de trueno”

    El líder de gimnasio arrojó a Angie un pequeño fragmento de metal de color azul oscuro similar a un guante de boxeo, con una pequeña esfera naranja en donde debería estar el pulgar.

    -¡La medalla Puño!-confirmó Marcial-Te la has ganado mostrando fuerza al derrotar a esos “Murcielagantes tunantes” y el suficiente buen rollito de hacerlo sin que el servidor te haya dicho nada.
    -Gracias, supongo-acertó a decir Angie mientras ponía la medalla a buen recaudo.
    -¡De nada!¡Y ahora me piro vampiro!¡Que a estas horas hay unas olas de que alucina vecina!¡Chao pescao!

    Una gruesa gota de sudor bajó por la frente de Angie y Blasco, así como no poder disimular una sonrisa medio forzada de incredulidad, de todos modos y sin ser como había previsto nuestra rubia había ganado una medalla más y un nuevo Pokémon en su equipo y…

    -Angie-preguntó Blasco - ¿No tienes la sensación de que olvidamos algo?
    -No sería importante.


    El sol del atardecer, menos cálido, sumado a los vientos que comenzaban a soplar hacían de un paseo por la playa de una idea muy agradable, sin embargo, esas brisas marinas y el tono anaranjado del sol no significaban nada para el par de contendientes

    -Tengo que reconocer, mocoso de Kanto-dijo entre jadeos el de pelo engominado-que no eres tan inútil como pareces.

    El susodicho individuo lanzó una mirada a su pokemon: Un anfibio de aspecto regordete y en cierta manera algo grotesco debido a las gruesas verrugas tanto en la frente como a ambos lados de la “cabeza” de igual modo que, donde a futuro surgirían brazos, aparecían una especie de bultos de una tonalidad celeste más clara.

    -¡Palpitoooud!-bramó con potencia pero visiblemente agotado.
    -Pooooli-hizó lo propio el Poliwhirl de Tim, que no contaba con el potente aparato fonador de su rival.
    -Debo irme-dijo el entrenador del Palpitoad haciendo regresar a su anfibio a su pokeball-Volveremos a vernos-añadió casi en tono de amenaza.
    -Espera-dijo Tim-Dime tu nombre.
    -Mi nombre-repitió-mientras se atusaba el cabello-Mi nombre es Tom-añadió para luego darse la vuelta y alejarse mientras su figura parecía diluirse entre las dunas de arena.
    -Tom-se dijo Tim en su mente-Que nombre tan simple.

    Tim marchó hacia el centro Pokémon confiando en que Angie y Tim estuvieran ahí mientras que notaba un poderoso ardor en el pecho, efectivamente: Se había quemado por no usar crema protectora, pero aparte de eso, había encontrado alguien a quien deseara superar a toda costa, una persona que le impulsara a ir más allá de sus limites. Y todo porque decidió quedarse en la playa: Tim acababa de adquirir un rival por pura casualidad
     
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