Long-fic de Pokémon - Pokémon Mundo Misterioso: Mazmorras Misteriosas

Tema en 'Fanfics de Pokémon' iniciado por Graecus, 10 Diciembre 2015.

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    NathyKazeNeko

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    Aries
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    Permiso gente que me voy a ir a mi rincón a depositar mis lagrimas, que ya está medio lleno por finales de temporada y esas cosas en mi vida Q-Q
    No entendía que estaba pasando al inicio del capitulo, no por la narración ni que no me acordada que había pasado en el capitulo anterior, era por que no sabía que esperar de aquella mazmorra, y a medida que Bruno hablaba, pues, entendía menos.
    Y todo cobro sentido:
    LA MAZMORRA ESTABA LITERALMENTE VIVA.
    Y Mamoswine, quien finalmente tenia la fiebre blanca fue él o algo por el estilo.
    Esto significa que, si la mazmorra murió, ¿Mamoswine estará atrapado? .A.

    Also, el enfrentamiento contra Mamoswine fue muy divertido y creativo, sobre todo como los dede-clones tomaban sus propias decisiones y haciendo alusión al fútbol americano.
     
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  2. Threadmarks: Capítulo 20
     
    Graecus

    Graecus uwu7

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    Pokémon Mundo Misterioso: Mazmorras Misteriosas
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    La mirada de Absolen es fría mientras relatamos lo sucedido en la misión. Zay da un detalle preciso de el estado de la zona cuando llegamos y el cambio cuando salimos. Yo añado lo que al salir no fui capaz de mencionar a mi grupo: la historia de la mazmorra y su último deseo.

    Alakazam se mantiene en silencio. Pareciera que estuviera recibiendo toda la información antes de dar un veredicto. Alza una de sus manos y la coloca sobre el huevo pokémon, para posteriormente hacer un gesto de sorpresa. Sin embargo, no dice nada.

    Al terminar el relato, Luke se mueve inquieto. "Es una situación curiosa".

    >>"Ellos fracasaron en su misión, pero al mismo tiempo han cumplido el deseo de la clienta. Si aquella Serperior estuviera viva y pudiéramos interrogarla, estoy seguro de que estaría satisfecha con el trabajo del equipo".

    "El caso es que no está viva" cortó de raíz Absolen. "Así que no podemos interrogarla. Dándole el beneficio de la duda, un fracaso es un fracaso. Y ya que este era irreversible, tiene que haber un castigo".

    "Castigo habrá, sin duda" Alakazam menciona, con aire de no estar de acuerdo con Absolen pero no tener mayor recurso de donde arrimarse. "Sin embargo, la misión no ha terminado. Este huevo aún no está del todo a salvo".

    "Entiendo tu punto" dijo Luke, asintiendo. "Hasta que el huevo eclosione, pueden pasar miles de cosas. Debería seguir siendo responsabilidad de los chicos el cuidado de la cría hasta su nacimiento".

    Alakazam asiente en respuesta. Absolen, sin embargo, no parece convencido. Nos mira a los ojos. "No vayan a pensar en esto como una especie de vacaciones o medio tiempo" Nos murmura. "Mientras el huevo este en gestión, ustedes tendrán que ocuparse de otras cosas. El castigo quedará definido más tarde, luego de la cena. Pueden retirarse".

    "Glaze" llama Alakazam antes de que nos movieramos en retirada. "Después del almuerzo, tú y Bruno deberían ir directamente con Mamá Gertrudis. Ella sabrá que hacer".

    ¿Mamá Gertrudis? Glaze asiente como si supiera de lo que Alakazam esta hablando, y nos vamos.

    Después del almuerzo, Glaze y yo nos movimos hacia la salida del Pokegremio. Mimu y Zay se quedaron preparando el bolso de explorador para la siguiente misión, pero con lo cansados que estuvimos estos días lo más probable era que se hubieran echado a dormir. Al salir de la base, dimos un giro hacia la derecha y luego empezamos a caminar hacia atrás del Pokegremio, donde no parecía haber más que campos de tierra. Sin embargo, me di cuenta de que mis ojos habían decidido ignorar todo el tiempo lo que no esperaban ver, pues en realidad desde la entrada del Pokegremio se podía observar bastante fácil que al fondo de la zona había una pequeña choza.

    El hogar estaba hecho de piedra. Grandes rocas ovaladas de color blanco habían sido apiladas una sobre otra hasta crear una casa de veinte metros cuadrados. Una pequeña ventana se adornaba en el frente del hogar, justo al lado de una puerta de madera bastante vieja. El techo era de paja, y el escape de una chimenea se adivinaba entre los montones de heno que adornaban el techo, expulsando leve humo.

    "Aquí vive Mamá Gertrudis" mencionó Glaze. "Es una pokémon muy maternal, le caerás bien enseguida. Ella cuida a los pequeñines que se quedan huérfanos luego de una misión. Nunca le preguntes sobre un hijo propio, ni menciones siquiera el nombre Hyperion. Todos la queremos, y evitamos darle problemas con los traumas que la convirtieron en niñera profesional".

    Abro la boca para hacer una pregunta, pero Glaze me mira con mala cara. Me callo prudentemente.

    Glaze golpea la puerta con fuerza, y al hacerlo algo de humo sale de las rendijas, como si estuviera acumulado adentro. Noto entonces que la ventana esta cerrada y empañada. Supongo que a Mamá Gertrudis le gusta que la chimenea este siempre a tope. Luego recuerdo que el escape de la chimenea no está soltando mucho humo, y me quedo sin hipótesis sobre el porqué la habitación está tan caldeada. De todas formas no importa, es algo que descubriré al momento.

    "¡Ya voy, querido!" habla una voz dentro de la casa, amortiguada por la puerta cerrada. La voz es dulce y empalagosa, y por el tono diría que de una persona mayor sin llegar a ser la voz de una anciana.

    Mamá Gertrudis abre la puerta, y el vapor escapa de la casa a toda velocidad. Me pregunto si realmente hubo peligro de que la presión del vapor hiciera explotar la choza o fue solo mi imaginación. Una mano grande y fuerte me agarra, y me lleva adentro de la casa con el huevo aún en manos.

    "¡Oh! ¡Qué cosita más adorable!" Menciona Mamá Gertrudis, una Magmar, mientras me arrulla entre sus brazos. Una vez me acuna en su pecho siento el calor de su cuerpo, y de repente tengo la necesidad de hacerme bolita y dormir ahí por siempre. Wow, Mamá Gertrudis es realmente una profesional.

    Ella me quita el huevo pokémon de las manos, y lo estudia. "¡Oh, pobre! Algo me dice que has pasado mucho frío últimamente, ¿a que sí?" Mamá Gertrudis le habla al huevo como si él pudiera responderle. Luego coloca con cuidado el huevo pokémon entre otros pocos que tiene resguardados entre varias rocas. Coloca luego las manos en dichas piedras y las calienta hasta que quedan al rojo vivo. El vapor será el que se encargue de mantener los huevos bien abrigados.

    "¡Hacía tiempo que no venía un nuevo visitante!" menciona Mamá Gertrudis, pellizcando mis mejillas. "Aquí sola con mis niños, bien se podría pensar que se han olvidado de uno".

    " Disculpe, Mamá Gertrudis" dice Glaze, sacudiendo la cabeza sin que la Magmar lo note. Leo sus labios, y veo que esta diciendo 《La visitaron ayer, no le hagas caso》.

    En el resto de la casa hay un montón de juguetes desperdigados, y un puñado de pokémon bebés. Un Litwick esta dibujando en un papel con varios creyones, hasta que se acerca mucho a la hoja y la llama en su cabeza le prende fuego a su dibujo. El pequeño, asustado, sopla para detener las llamas, y un chorro de ascuas sale de su boca, terminando de incinerar el papel. Mientras el Litwick se echa a llorar, un Psyduck parece entretenido con unas figuras. Se supone que todas las piezas encajan entre sí, pero el pequeño parece incapaz de concretar nada. De repente se lleva las patitas a la cabeza y su expresión parece ser de dolor absoluto. Luego de eso un aura azul lo rodea, y une las figuras en perfecto orden, tan rápido que pareciera que su coeficiente intelectual se hubiera triplicado en un momento. Cuando vuelve en si y ve la figura armada, la agarra con una patita y se le queda mirando, para posteriormente lanzarla al suelo y separarla de nuevo, para volver a empezar.

    'Todos aquí se divierten mucho" menciona Mamá Gertrudis. " ¡ Los primeros meses de vida son energías puras! Y eso que aún no has visto cuando empiezan a entender que pueden lanzar ataques, ¡todo empieza a volar por los aires!"

    Sinceramente espero que este bromeando con eso último. Miro detalladamente a Mamá Gertrudis y hago la pregunta que lleva minutos rondando por mi cabeza. "¿Quien es Hyperion?"

    Puedo escuchar a Glaze darse una palmada en la frente y mascullar 《¡idiota!》. Sin embargo, la mirada de Mamá Gertrudis parece encenderse.

    "¡Oh, así que has escuchado de mi retoño! Debe de ser muy famoso estos días, hace ya años que se fue a explorar los confines de la tierra. ¿Sabias que Hyperion fue de los últimos exploradores en hacer misiones antes de que llegarán las mazmorras? La exploración actual lo mantiene lejos de casa, pero el va a volver pronto, ¡como si lo viera!"

    Mamá Gertrudis se sentó en una desvencijada silla mecedora, con la mirada clavada en el cielo. Parecía bastante relajada, como si estuviera en trance.

    ***

    Cuando nos fuimos de la zona, Glaze rompió el silencio. "Hyperion esta muerto".

    Casi me atraganto con mi propia saliva. "¿Q-que?"

    "Han pasado ya años desde que cayó a una cascada embravecida en plena misión de exploración. Mamá Gertrudis lloró su muerte por meses, y luego simplemente enloqueció. Lleva años metida en la cabeza que su hijo está en plena misión, y vive con el deseo de que vuelva a casa. Sin embargo es inofensiva, y tiene un aura maternal increíble desde que murió su retoño, así que Alakazam le dio el trabajo de madre sustituta".

    "¿Qué ocurre con las crías en cuanto crecen?"

    "La mayoría es enviada de vuelta a su hábitat natural. Algunos deciden quedarse en el pokegremio y unirse a un equipo, pero Absolen los considera una carga y los envía al Club Sin Nombre. Pocas veces son reconocidos de alguna forma".

    La conversación murió ahí. Al acostarme esa noche mi mente vagó hacia Mamá Gertrudis, y la mala suerte que tenían algunos de ser golpeados por la vida constantemente con toneladas de tragedias. Comparado con ella, yo era un suertudo.
     
    Última edición: 13 Noviembre 2018
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    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

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    Este episodio lo encontré algo... escueto nwnU. Pero no me quejo xP. Es una lectura más relajante... y algo sad.

    Absolen es un pedazo de conchudo... pero no sé si deba odiarlo por ello. Pensar en castigar a los jovencitos del equipo Chispitas luego de que éstos casi murieran dentro de una FUCKIN' MAZMORRA VIVA con un Mamoswine lunático suena como algo con muy mala leche... pero luego me acuerdo que este universo es mucho más oscuro que la media de los juegos de Mundo Misterioso, y las misiones son mucho más importantes. Así que solo me queda esperar a que Absolen no se pase de verga con el castigo n__nU

    Pero bueno :V. La historia de Hyperion es algo que me da curiosidad... aunque nunca se revela la especie. Probablemente fue otro Magmar (quizás hasta un Magmortar)... aunque bien podría haber sido una madre adoptiva -w-U. Solo espero no haya sido de la especie que me imagino que fue :V

    Eso sí, Mami Gertrudis está con uno o más tornillos sueltos OnO. Pobre mujer, haber perdido a su hijo cuando éste estaba en la línea del deber... bueno, al menos podríamos decir que murió haciendo lo que le gusta uwu. Pero bueno, lo que viene después, eso de que Absolem asigna a los que no se han vuelto silvestres al "Club sin nombre"... uuuuh... >__>.

    Me cuesta más todavía pensar en que no es un conchasumadre >:V

    Como sea xD, a esperar la conti n__n. A ver qué averiguamos en el siguiente episodio... espero que haya noticias de Lila...
     
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    NathyKazeNeko

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    Vaya... Fallaron pero a la vez no fallaron la misión, bien, o sea, la clienta se murió, pero salvaron a la cría, pero la Mazmorra estaba viva y Mamoswine estaba loco y no sé. Supongo que si la misión no se completo del todo es menester hacer un castigo. Hacer esto a medias no es la idea y supongo que el Gremio no le ayuda esto a su fama, como sea... Sólo espero que el huevo este bien.
    Lo de Mamá Gertrudis, Dios, me dolió, digo cuando Glaze dijo "no nombres a Hyperion" Fue como, ¿El hijo muerto, que le abandonó? y en efecto lo es, pero yo creí que ella se pondría furiosa o lloraría, pero vivir en negación, no se si es mejor o peor.
    Ahora bien, lo del club sin nombre, necesito saber sobre eso, ¡Suena muy sospechoso pero interesante!
    Me pareció un capitulo transitorio pero muy bueno, me gusta saber de los otros pokes que están en el gremio y que hacen para ayudar.
     
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    Durazno

    Durazno Vagando por ahí

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    Me comí todos los capítulos de corrido puesto que ya no recordaba prácticamente nada del fic.

    En términos argumentales y de verosimilitud, hay algunos detalles que no me convencen pero que no entraré a citar ni a criticar porque el mundo pokemón es uno que no obedece a muchas leyes como el nuestro, así que omitiré comentarios al respecto.

    Menciono lo anterior para contrastar tu nivel de narrativa anterior al actual, realmente puedo entender esa narrativa no novicia pero si experimental de un principio metiendo chistes en cada tanto, con la situación más límite (en ese momento) la del desierto ese. Si tuviese que dividir el fic en dos períodos desde que integraste al Sableye al grupo, definitivamente me quedo con lo que viene después de su incorporación.

    Al principio te tomas a la ligera el desarrollo de sus personajes siendo (además de Bruno) Glaze obvio el que más se distingue por su personalidad y entiendo esa superficialidad en el tacto con sus personalidades porque lo primordial era la introducción de varios otros y además, de la trama principal. Todo esto sumado a que en sí el argumento de un mundo de criaturitas tiernitas que se tiren rayos y coman frutas suele ser más difícil de tocar de manera equilibrada (sin caer en lo demasiado infantil ni en lo demasiado oscuro) por lo que siento yo que la trama va teniendo una transición evidente y para nada brusca a cosas más oscuras.

    Porque sí, quizá lo más oscuro que presentaste en un comienzo del fic haya sido... ¿el suicidio de un pokemón que mata a su amigo? ¿El abuso físico de Krookodile y Steelix contra esas pequeñas Marill? Lo primero no deja de ser un relato lejano y lo segundo... te mentiría si te dijera que no me pareció un poco plástico su rol como villano muy villano porque ser malo es la única salida en este mundo de dolor. Obviamente, como he venido diciendo, se entiende porque fue parte del principio de tu fic y lo has remediado muy pero que muy bien con una sub trama que me ha dejado a mí, como lector, bastante satisfecho e intrigado con el desarrollo como lo fue la de Mamoswine y la mazmorra.

    Me gusta porque se nota que te estás tomando en serio y estás planeando bien el argumento del fic, que le estás haciendo honor al nombre del mismo planteando una mazmorra con instinto maternal y más aún, ese sutil detalle que una madre haya muerto protegiendo a su cría de lo que ella creía una muerte segura, fue evidentemente metafórico y bastante agradable que le hayas puesto tanta atención al detalle. En base a lo mismo, dudo que el equipo... *sigh* .. chispitas ... haya fallado en su acometido puesto que la mazmorra como tal sí fue responsable (directa o indirectamente) de la defunción de Serperior, de alguna manera haberla "derrotado" comprendiendo su letargo y habiendo salvado lo único que hubiese protegido de todas maneras aún estando con vida, fue lo esencial en la misión. El que no haya estado viva va más allá de las facultades de los integrantes y eso es algo que Alakazam en su infinita sabiduría (y como amigo de Jirachi sin temor a equivocarme) debería de haber comprendido. El caso de Mamoswine fue totalmente ajeno a sus objetivos. Pero sin duda el GRAN triunfo de esa misión fue HASTA DONDE son capaces de llegar estas Mazmorras Misteriosas, es decir, hasta que punto pueden ser... "misteriosas" yendo mucho más allá de simplemente climas propios o aleatoreidad en sus estructuras. Perdónenme, pero Luke se comportó como un imbécil, y uno bien cojo.

    Ahm, antes de seguir, hay algunos errores no sé si intencionales (?) en algunos nombres, "Unow", eso solamente.

    Y por último, los Unown... el hecho de que el Murkrow haya comprendido desde hace mucho antes de que se especificara su interacción y sapiencia con el lenguaje humano y el rol que han jugado esos pokemón en esta fase prematura de la historia es lo que me ha mantenido despierto hasta largas horas de la madrugada leyendo y evaluando que comentario emitir sobre qué aspecto de la historia.

    Espero esta historia continúe, de verdad, no la dejes a medio camino. Pinta muy bien, y esos flashbacks de Bruno perdóname pero alimentan a mi teoría de que es claramente un personaje de autoinserción (?) ¿juegas fútbol americano o estoy especulando demasiado? (? bueno, eso.
     
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    Lady Azulina

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    De acuerdo, ya estoy lista. Dame mi nuevo capítulo :Beca: :Okibeta:
     
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  7. Threadmarks: Capitulo 21
     
    Graecus

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    Hacia ya varios días que el viento había dejado de soplar. La tormenta eterna de nieve se había reducido a una leve nevada, casi imperceptible después de meses de caos invernal. Los momentos en los que la nieve te arrastraba hacia su propio centro parecían estár destinados al olvido.

    Mamoswine había ganado. El equipo de ese pequeño y singular Dedenne se había lanzado al vacío en el momento exacto en que la mazmorra moría, y al hacerlo, aunque sus muertes habían sido una desgracia, la mazmorra había caído. Era solo cuestión de tiempo para que todo volviera a la normalidad, y aquella parte del mundo volviera a conectarse con el resto.

    Mamoswine había hecho lo que podía mientras tanto. Aquel Stoutland del Pokegremio estaba en su cuidado, recibiendo raciones de comida y descansando en la parte menos helada de la mazmorra, donde ahora sin la ventisca se empezaban a notar brotes de hierba por aquí y por allá, e incluso varios arbustos de bayas empezaban a crecer. Aún así, faltaba mucho para que dieran frutos aún.

    La comida era un problema ahora. Mamoswine por primera vez había recorrido la mazmorra en su totalidad, ahora que sin la ventisca se podía ver completamente el horizonte. Sin más Pokémon incautos que llegarán arrastrados por el poder de la mazmorra, era difícil encontrar bayas o cualquier tipo de comida que no estuviera podrida ya. Antes la ira invernal de su enemiga había mantenido el alimento completamente congelado para su disfrute, pero ahora el frío no era suficiente. Mamoswine notaba que su hogar no era tan grande como le había parecido cuando solo podía ver diez metros de distancia, y su abastecimiento de comida no era tampoco inagotable. Cada vez que volvía con aquel Stoutland, cuya pata parecía estarse curando con el pasar de los días, volvía con menos comida.

    “Yo puedo buscar comida cuando se cure mi pata” Prometió Stoutland una vez que Mamoswine le contó el problema. “Soy el líder de mi equipo de rescate, especializado en sobrevivir largas temporadas en las mazmorras por mi habilidad de encontrar provisiones. Si hay bayas enterradas en la nieve, las encontraré”

    Pero para eso su pata debía estar más o menos presentable, y eso parecía que iba a tardar un poco más. Así que mientras tanto, Mamoswine debía encargarse de encontrar comida por las tardes.

    El último día de Stoutland en la mazmorra ocurrió el último y más sorprendente cambio: el sol salió con fuerza, proveyendo de calor como nunca antes en aquel lugar. Stoutland aprovechó lo más que pudo, echándose de lado para que el cuerpo absorbiera la mayor cantidad de calor posible.

    Con este último cambio parecía obvio que los bordes de la mazmorra, donde antes era el único lugar donde la nieve no soplaba con fuerza, ahora podía llegar a ser la única parte de la mazmorra donde hubiera prado en ves de nieve. Probablemente ya sería hora de cambiarle el nombre.

    Mamoswine volvió más temprano también por culpa del sol, pero a la inversa. El cuerpo de Mamoswine estaba diseñado para vivir mejor en el frío. Aquel ambiente cálido le estaba haciendo sentirse incómodo. Sin haber conseguido comida aún, se revolvió en la nieve y se acostó a dormir. Había pensado que vencer a la mazmorra era el fin de sus problemas, y ahora tenía que acostumbrarse al cambio del bioma en la ausencia de su enemiga. Sentía que el alma de la mazmorra, si la tenía, debía de estarse burlando de él con aquella ofensa final.

    Ataviado en sus pensamientos, ni siquiera se dio cuenta de las dos figuras que se acercaron delante de ellos, lo mismo que Stoutland quien seguía echado de costado.


    Fue uno de aquellos recién llegados quien rompió el silencio, mirando directamente a Stoutland. “Puedo volver más tarde, capitán, si necesitas descansar”.

    Tantos días había pasado Stoutland escuchando solamente la voz de Mamoswine que casi le dio un infarto cuando una voz conocida repiqueó en su mente. Bajó sus patas al suelo y estiró el cuello para poder ver bien a su camarada. Sus brazos eran bolas de músculo, y enormes venas moradas se repartían por su cuerpo. Rogers, su segundo al mando, asintió con la cabeza al hacer contacto visual.

    Mamoswine se acercó al Conkeldurr algo incómodo, obviamente no esperando visitas por el momento. Si Rogers veía o no al mastodonte peludo, no dio señales de ello.

    “¿Quién ha dado la alerta?” preguntó Stoutland mientras intentaba inútilmente ponerse de pie. “¿Se han percatado de la ausencia del Equipo Chispitas, o simplemente han decidido venir a investigar el porque se demoran?”

    Rogers soltó un bufido. “Tantas preguntas, que me aspen si lo sé. Me han mandado a rescatarte, y he movido mi culo hasta aquí. Es todo lo que conozco”.

    Por supuesto. Stoutland no había reclutado a Rogers cuando aún era un Timburr por su enorme curiosidad e ingenio. Aquello era de esperarse.

    Conkeldurr alzó a Stoutland sin mucho esfuerzo, para depositar su peso en uno de sus hombros. Al principio al perrucho le pareció que podía llegar a ser demasiado pesado, pero luego recordó que Rogers se entrenaba con bloques de cemento de ochenta kilos en adelante. El peso de un Stoutland solo era calentamiento para él.

    Mamoswine lo había estado viendo de soslayo todo ese tiempo, pero en el momento en que se dio cuenta hacia donde estaban dirigiéndose, aceleró el paso hacia ellos. “No deben….”

    No pudo decir más cuando sintió una mano agarrar su colmillo. Todo el movimiento de Mamoswine se detuvo en el acto en contra de su voluntad.

    Rogers lo miró con cara de pocos amigos “Aprecio mucho mi espacio personal” dijo, apretando la mano que agarraba su colmillo. “Y no me gusta que me molesten”.

    Mamoswine reunió valor y se echó para atrás, obligando al Conkeldurr a soltarlo. “Mas adelante hay un acantilado. No deberías…”

    Rogers comenzó a caminar de nuevo, ignorándolo completamente. Mamoswine volvió a correr hacia ellos para seguirlos, y Rogers dio media vuelta mascullando una maldición y apretando su puño. Y luego…

    “Rogers” una voz aguda rompió la tensión de la situación. Todos giraron la cabeza hacia la voz, y luego la bajaron al notar la pequeña figura del Pokémon que había hablado. “Estás haciendo más difícil mi trabajo”.

    Conkeldurr miró abajo. El Delibird lo miraba con evidente frustración, sin una pista de la incomodidad que sentía Mamoswine. Aunque llevaban varios años viéndose en el Pokegremio entre misiones, nunca se habían dirigido la palabra hasta ese momento, pero de alguna forma el Delibird era como de la familia, como si estuvieran en el mismo equipo. Rogers no pudo actuar indiferente contra él. “Explícale tú, entonces. Pero que no me siga molestando, o tomaré como misión secundaria romperle los dientes”.

    Y se alejó. Mamoswine seguía mirándolos a la distancia, molesto de que aquel Pokémon que había estado cuidando por días se estaba acercando mucho a aquella enorme trampa mortal…

    “Es la salida” dijo Delibird, mirando también hacía el frente. Mamoswine dudaba que a Delibird le hubiera dado la fiebre blanca tan pronto, pero había algo raro en que lo hubiera dicho tan pronto.

    “Ese agujero solo da muerte” respondió Mamoswine, sacudiendo la cabeza. “No se puede…”

    “Hemos venido aquí gracias al equipo Chispitas” cortó Delibird de raíz. “Un Dedenne y su equipo, dijeron que se salvaron gracias a ti. Los entretuviste de saltar hasta el momento en que murió la mazmorra, y ellos no pudieron pensar claramente hasta que la fiebre blanca remitió. Dijeron que tú eras su héroe y que siempre tuviste la razón, así que incluso el maestro Alakazam está
    sorprendido”.

    Mamoswine abrió los ojos con sorpresa. Aquel Dedenne…¿Lo había logrado? ¿Se había lanzado muy tarde, y la mazmorra muerta le había dejado paso a la salida? Fuera o no fuera el caso, Rogers y Stoutland acababan de saltar.

    “Alakazam me ha dicho que has hecho tanto por nosotros por evitar que muera más gente y ponerte en batalla contra una mazmorra que no podías lastimar, que te ve capaz de liderar tu propio equipo de rescate, y me ha mandado como tu primer aliado” Acabó Delibird, y sacó una especie de medalla de su bolsa. La cinta era color blanco con azul, y en el medio se podía ver una insignia dorada. “Por supuesto, si eso es lo que quieres”

    Mamoswine estaba fascinado. Sentía que por fin estaban valorando todo su esfuerzo. Meses luchando contra la mazmorra, siendo atacado innumerables veces por la frustración cuando alguien a quien quería salvar se suicidaba lanzándose por el agujero. Por fin empezaba a ver luz al final del túnel.

    “Por supuesto que lo acepto” anuncio entonces. “Es lo menos que puedo obtener después de tanto”.

    “¡Excelente!” Exclamó entonces Delibird. “Por el momento nuestras ocupaciones serían conseguir que está mazmorra sea independiente en las cuestiones de comida y refugio. Además deberíamos poder construir un lago artificial o algo así…”.

    “Hay que plantar bayas” dijo Mamoswine.

    “¿Qué?”.

    “Mientras más bayas haya en la mazmorra, más rápido encontraré bayas congeladas. Arreglar la mazmorra puede esperar, necesito bayas congeladas” y exhibió su insignia, como mostrando quien mandaba en esa discusión.

    La insignia era falsa, por supuesto. También se había equivocado con respecto a la salida todo ese tiempo, y el equipo Chispitas lo había declarado una molestia para la misión.


    Pero como Alakazam le había instruido a Delibird antes de dejarlo marchar hacia la mazmorra, a los ignorantes había que darles siempre la razón.

    * * *

    Pokegremio, Planta Baja


    “Lo bueno es que con todo, a Absolen se le olvidó el castigo” comentó Glaze al día siguiente, mientras nos preparábamos para empezar un nuevo día.

    Suspiré. Seguía algo sensible por el tema de haber fracasado por primera vez, y ahora Absolen nos quería castigar, y por si eso fuera poco teníamos vetadas las misiones hasta que el huevo de nuestra difunta clienta naciera estable. Era como si todo lo malo que no nos había pasado en todas las veces anteriores nos estuviera pasando ahora.

    Al encontrarnos en el comedor junto a todos, como siempre que veníamos de una misión algo complicada, se nos acercaron a llenarnos de preguntas. Más que nada querían saber que era lo que nos había llevado a fallar la misión, para evitar probablemente que les pasara lo mismo. En nuestro caso, el inconveniente había sido el tiempo. Era una misión a contrarreloj, y me había distraído bastante con la pata de Stoutland, la poca visibilidad y todo lo demás. Probablemente solo hubiera podido salvarla si la encontraba en el mismo minuto en el que había llegado, pero ahora era imposible saberlo.

    Había hecho todo lo que había podido. ¿Por qué Absolen no veía eso?

    Había caído varias veces en la nieve, había tenido que descubrir el huevo de la Serperior que bien había podido haber terminado pasando por alto. Había luchado contra un Mamoswine, contra una docena de Dede-clones y había saltado hacia una muerte segura.

    Apreté las patas con fuerza. Había salvado al huevo, me había encargado de que ayudarán a Mamoswine con su falta de entendimiento, y aún así estaba en problemas. Debería…

    “Deberías prestar atención”

    Me levanté de un salto. Ya no estaba en el comedor, y donde antes había estado rodeado de Pokémon, ahora me encontraba completamente solo. Bueno, no completamente. Alakazam me miraba desde su escritorio, y fue eso lo que me hizo darme cuenta de que acabábamos de terminar una de sus clases de liderazgo. Y yo no había estado prestando atención en lo más mínimo.

    “Yo…”

    “Has perdido tu primera misión, y es normal que eso te afecte. Pero si vas a seguir viviendo en tu cabeza, más te valdría que te mantuvieras en tu cama todo el día mientras piensas en lo injusto que es el mundo”.

    Bajé la cabeza. Era increíble la forma en que Alakazam casi podía leer tu mente con solo mirarte. “No quiero que mi equipo se sienta menospreciado por una derrota” comenté, tratando de sentirme un poco mejor. “Mucho menos cuando parece no había forma de salvar a la clienta. No estaba particularmente cálida cuando la encontramos”.

    “En lo que fallaste en esta misión fue en tu toma de decisiones” dijo Alakazam, lo que me sorprendió. Iba a decir que Serperior ya tenía algo de tiempo muerta antes de encontrarla cuando el contra-argumentó en el acto. “Entre el tiempo que llegaron y cuando encontraron a Serperior fue por lo menos una hora. Si hubieras dejado de hablar con Stoutland apenas cayeron en la mazmorra y hubieras sabido preguntar con tiempo por la zona menos helada del lugar, habrías encontrado a nuestra clienta en un máximo de veinte minutos, probablemente suficiente tiempo para salvarle la vida por los pelos”.

    Lo medité por un segundo, y algo de razón había en sus palabras. Después de todo, una misión fracasada es siempre culpa del líder, ¿No?

    “Tienes razón” acepte. “Por eso debo seguir entrenando. Tengo que…”.

    “Siéntate. Te has perdido toda la clase, y no vas a mejorar si los consejos que te he dado hace media hora están flotando en tu cabeza hacia su olvido. ¿Qué es un líder que no entrena su mente?”

    “Otro explorador más” respondí, asintiendo con la cabeza. Se nos había enseñado eso los primeros días, cuando todos parecían emocionados por empezar y que nadie les dijera que hacer.

    Alakazam me miró por un momento, y luego se acercó al lugar donde yo estaba sentado esperando repetir su clase. Al liberar su mano a medio metro de donde estaba, dejó ver una máquina técnica.

    “Por lo que he visto, tus mayores ventajas en combate vienen de esos dos movimientos que aprendiste” dijo Alakazam, mirándome directamente. “Ese tercero te puede ser de ayuda también, pero tendrás que saber usarlo. Hablaré con Absolen sobre tu castigo, pero aún así tendrán que revisar ese huevo hasta que nazca. O mucho me equivoco o ese huevo nos va a dar una sorpresa”.


    Casi tres años desde la última actualización, pido una completa disculpa. Todo el avance de los siguientes dos capítulos estaban en otro teléfono que de la noche a la mañana se puso pantalla blanca y no pude recuperar nada. Eso y la pandemia quee quito tiempo mientras la mayor parte del mundo se aburría en su casa, no me dejó continuar. Siendo sincero cuando por fin tuve tiempo había otras cosas que también quería hacer primero (tenía un año sin hacer más que trabajar y dormir, después de todo) pero aún así me disculpo por la tardanza. Primero seguir lanzando entre dos y tres capítulos por semana, y no voy a caer en los errores de hacerlo todo a las prisas por acabar lo antes posible...no. Quedan bastantes mazmorras por visitar, y Bruno aún tiene que mantener si medalla de ser el más terrible individuo desafortunado que haya pisado el planeta. Por lo demás, estoy muy feliz de volver y espero al menos la mayoría de los que antes me leían puedan regresar, aunque entiendo si no es el caso :(
     
    Última edición: 3 Noviembre 2021
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    Lady Azulina

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    Me siento honestamente triste por la mazmorra. Y no me sorprendí de que le mintieran al mamut, no había de otra. Aunque me hubiera gustado, ya sea Conkeldurr u otro Pokémon, que se arrastraran al Mamoswine hasta sacarlo de ahí a la fuerza (vamos, por el colmillo estaba bien). A los ignorantes hay que darles la razón, pero aun siendo un asesino sin querer, tiene que caer a la realidad y hacerse responsable de sus actos...

    De resto, me parece injusto que los castiguen, al Equipo Chispitas. Ya se van a castigar de por sí cargando con esa muerte. Lo que deberían es, como hizo Alakazam, sacarlos de esa neblina mental y explicarles cómo sacarle provecho a esa mala experiencia... La salud mental :crii:
     
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    J.Nathan Spears

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    ¡Grande, Graecus! ¡Al fin volviste weon! :shark:

    Como estoy desde mi celu, no voy a explayarme demasiado :U. Parto diciendo que al menos yo no he detectado fallos en la narración ni la ortografía xD. Eso siempre es un plus... Bueno, sería medio FAIL que luego del Hiatus forzado hubieran fallos ahí xD. Pero bueno, al menos no pecas de flojo

    Jo, Mamoswine ahora me da algo de penita nwnU. Pensó que Brunito y el Equipo Chispitas habían muerto, pero no... A la final no hubo nada qué lamentar. Bueno, excepto por Delibird, que debe soportar aún las locuras de Mamoswine de ahora en adelante... Ah weno, paciencia, mi estimado xP

    Y espero que Alakazam convenza a Absolen de tener clemencia de Bruno, Glaze y compañía nwn. Ahora a esperar a que nazca el bebé Snivy. Seguro se volverá un gran aporte para el equipo... Pero, reitero, paciencia con eso uwu.

    Y claro, de por sí, a Bruni lo afecta mucho el fallo de la misión. Menos mal Alakazam sí está ayudando con eso también. De forma un poco brusca, pero la intención es lo que cuenta.

    Ahora bien, ¿Cómo calcula Alakazam el tiempo que realmente tendría el Equipo Chispitas si no hubiesen tenido que distraerse con Mamoswine? Uno nunca lo puede saber realmente... A menos que Alakazam haya estudiado extensamente las probabilidades y distintos escenarios posibles, a lo Doctor Strange.

    - He visto 14.600.065 universos en donde toman esa misión
    - ¿Y en cuántos logramos rescatar a la Serperior?
    - En dos con suerte.

    Sí, deformé el meme, pero se entiende la idea xD.

    Como sea, el universo es cruel. Gracias por recordármelo :'v

    Ahora solo queda tener paciencia con el siguiente episodio. No te atormentes demasiado y cuida tu salud ;)

    :bunchie::bunchie::bunchie::bunchie::bunchie:
     
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  10. Threadmarks: Capítulo 22
     
    Graecus

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    De casi cuatro años a casi cuatro meses, el siguiente capítulo estará en casi cuatro semanas, y el siguiente, en casi cuatro días (???? Pido perdón por adelantado



    “Maldito seas, Zay” farfullé mientras intentaba elegir mi camino entre ocho diferentes intersecciones.

    Mientras el huevo mantenía sus últimos días de gestión, volvimos a nuestro entrenamiento variado al no poder seguir haciendo misiones. Cada día visitábamos a Mamá Gertrudis, preguntando por el estado actual del pequeño huevo que habíamos rescatado de aquella mazmorra invernal. Hasta que el huevo no eclosionara o muriera el Pokémon en su interior, nuestra misión en la mazmorra Ira del Invierno estaba considerada en hiatus, por lo que no podríamos empezar una nueva misión hasta concluir aquella.

    Mientras tanto, tocaba entrenar. Por orden de Alakazam nos estábamos entrenando exclusivamente en misiones contrarreloj, y las clases de liderazgo se convertían en una tortura mental.

    “Ya conocen las reglas” dijo Alakazam al tercer día, y puso su artilugio sobre la piedra que usaba como estrado. Era un accesorio de los humanos, una figura de vidrio con un polvo muy fino en su interior: un reloj de arena. Alakazam lo giraba entre sus dedos, esperando a que la clase del día diera comienzo. “Tienen hasta que el reloj baje la arena hasta el fondo para responder un planteamiento. Cualquiera que se quede sin tiempo tendrá que salir de mi clase, y no podrá volver hasta la próxima semana, cuando acabaremos con este tema”.

    Solo habían pasado tres días, y ya estábamos menos de la mitad de líderes novatos. Algunos como Mankey o Bagon se habían ido el primer día, con evidente alivio en sus ojos al no tener que ver más ese tema por el resto de semana. Esos líderes que se fueran primero no serían escogidos después para cumplir misiones a contrarreloj, pero como había explicado Alakazam el filtro no era una derrota en si. Mankey se había golpeado la cabeza contra el suelo por dos minutos completos hasta que el reloj de arena había cumplido su ciclo, pero eso no significaba que fuera un mal líder en definitiva. Las risas ante la huida de Mankey fueron aplacadas fieramente cuando Alakazam contó la historia de la última misión de aquel líder, donde con férrea valentía o locura absoluta se enfrentó a sus enemigos tres contra uno, y liberó a su equipo a golpes hasta conseguir la victoria. Nunca lo elegirían para misiones de tiempo específico, pero estaba en los primeros puestos en las misiones de rescate.

    Había conseguido mantenerme al tercer día con lo que consideraba simplemente buena suerte. Una parte de mi quería solo salir de ahí y dejar de ver ese estúpido reloj de arena, pero la vergüenza de el fracaso de la última misión me mantenía en mi sitio. Eso y el hecho de que las horas que ya no podría tener el resto de la semana con las clases de liderazgo las pasaría a tener con Absolen en sigilo. Antes de estar seis horas al día con un maestro burlándose a cada rato de mi misión fallida, prefería arrancarme las orejas a mordiscos.

    “Ocho caminos” repitió Alakazam, mirándome fijamente. “Ya hemos pasado por acá, ya hemos recorrido cinco senderos”. Volteó su artilugio, y la arena comenzó a correr. Este día, el reloj estaba programado para vaciar su contenido en solo minuto y medio.

    Los mapas mentales de Alakazam se habían hecho más complejos en los últimos meses, gracias en gran parte a Zay. Alakazam había mostrado interés en el trabajo de Zay a la hora de dificultar los mapas de Gengar en las misiones holográficas de sus clases, y le había pedido consejos para poder aplicarlo en sus propios mapas. Zay había pasado años encerrado en una mazmorra selvática que era un maldito laberinto. Inventarse una ruta compleja era tan fácil para él como respirar.

    Lo más complicado de los mapas mentales era la concentración absoluta. No podíamos anotar el mapa de ninguna forma, toda la información la teníamos en la cabeza. El mapa estaba desplegado en nuestra mente y no podíamos distraernos por un solo momento, pues una confusión a la hora de elegir un camino nos llevaría a perdernos definitivamente. Para ese momento había conseguido hacerme una buena imagen mental de la mayor parte del área, pero debía admitir que el lado Oeste lo tenía terriblemente enredado. Tendría que dejarle esa área de exploración a alguien mejor orientado y esperar que su explicación me permitiera recordar esa estructura, o me quedaría sin tiempo en algún momento.

    Dos respuestas equivocadas o el reloj de arena deteniéndose significaban derrota, y el artilugio de las narices ya iba por la mitad de recorrido.

    “Hacia arriba” comenté, mirando más el reloj que al maestro. “Ya hemos ido a esa zona, pero había otro camino a la derecha que no tocamos la última vez”.

    “Se abre en dos caminos más, arriba y abajo” comento Alakazam seriamente, sin siquiera intentar detener el reloj de arena. Una pequeña montaña invertida de arena era lo único que me alejaba de mi derrota.

    Ya me había equivocado al principio de la clase, y note como el sudor se acumulaba en mi frente. Unos cuantos gramos de arena terminaban de bajar del artilugio, tan lento en mi desesperación que el tiempo pareció detenerse. El camino de arriba podía abrirse en forma de ‘C’ y rodear todo el mapa hasta tocar un lado que no se haya abierto antes, pero era muy poco probable. Por lo demás, el camino de arriba no podía ser más que un callejón sin salida, dado lo que habíamos visto en las calles paralelas. “¡Abajo!”

    Alakazam puso el reloj en horizontal, deteniendo el final de la caída. “Encontraste el antídoto. Sin embargo, hay que volver sobre los pasos para llegar hasta nuestro cliente en…” miró sus notas. “..menos de cinco minutos”.

    Gracias a Arceus, decidió pasar al siguiente y el reloj de arena volvió a voltearse. Cuatro minutos después, Natu logro volver sobre los pasos antes de que su reloj de arena llegara al final del recorrido, y la clase terminó por ese día.

    * * *

    Me encontré con Glaze en el comedor, disfrutando de sus bayas congeladas. Me serví un poco de lo que aquel Snorunt aún no había convertido en hielo mientras me giraba a mi costado, donde Zay estaba entretenido hablando con Mimu.

    “…¡Un tesoro enorme, lleno de todas las gemas y monedas existentes! ¡Je, incluso había monedas de los humanos, de distintas regiones! Pero cuando mi bisabuelo le echó las manos encima…¡Todo se convirtió en polvo!”

    “¿Porqué?” Mimu parecía extrañada. “¡Le costó mucho llegar ahí! Ese tesoro era el fruto de la exploración, ¿no?”

    “Eso parece” contestó Zay, bajando la voz hasta casi hablar en susurros. Todos los Pokémon que se encontraban en la misma mesa prestaron atención al relato, e inclinaron sus cabezas hacia Sableye.

    “>>Pero la explicación que dio mi bisabuelo hasta el día de su muerte sobre ese suceso, fue que había burlado el destino por error. ¡El tesoro no estaba destinado a ser suyo! Y por lo tanto, nunca lo fue”.

    “Si encontrara un tesoro en una mazmorra luego de luchar contra cientos de fantasmas, y el tesoro se desvaneciera en mis manos, probablemente sería mi último día como explorador” bufó un Sneasel, líder del Equipo Escarmiento. “Las recompensas que generan las mazmorras son más jugosas mientras más difícil haya sido su exploración, cuando las hay. Un calvario sin recompensa…es algo inusual”.

    Hasta el momento, no habíamos encontrado ningún tipo de tesoro en las mazmorras que habíamos explorado. Algunos equipos más experimentados solían hablar de objetos inusuales y hasta cofres con gemas al menos una vez cada tres meses. Quizás era por las zonas a donde íbamos a ayudar, o simplemente estábamos teniendo mala suerte.

    'Estamos teniendo suerte nivel Bruno. Es lo inusual' pensé, mordisqueando mi comida con pesadumbre. Desde que había comenzado mi aventura, aceptando todo lo que la vida me estaba poniendo enfrente, solo descubría que siempre me tocaba la parte podrida de la manzana. Para subir hasta lo más alto con mi suerte nefasta, iba a necesitar un milagro.

    “Mi bisabuelo encontró ese tesoro mucho antes de la existencia de mazmorras” explicó Zay al Sneasel, alzando su mano. “Su única misión era vivir al límite, y su único deseo era calmar su hambre de aventuras. Aunque me hubiera gustado que el tesoro fuera para él”. Se subió a la mesa, y hizo ademanes de gente refinada. “En ves de solo Zay, podría llamarme ahora mismo Ser Arthur Zay Schmidershmith Tercero, dueño y señor del Bosquespeso y con su lujosa morada Mega Trevenant”.

    “Y serías igual de arrogante que ahora” se mofó Glaze.

    Se escuchó una carcajada general, y las risotadas del propio Zay fueron las más sonoras.

    * * *

    “Ustedes no son esclavos de sus clientes” dijo Absolen, en la siguiente clase de sigilo.

    Normalmente, los deberes del maestro Absolen en nuestras clases eran exclusivamente enseñarnos a no perturbar la naturaleza de la mazmorra con nuestra llegada. La mayoría de las misiones se dificultaban el triple si alguien del equipo se convertía en el centro de atención de todos los que habitaban el lugar, así que la primera regla era adaptarse y no molestar. ‘Buscas lo que se te ha perdido en ese sitio, y te largas sin hacer escenas’ decía siempre Absolen. Pero en ocasiones terminaba dándonos más consejos de los que le correspondía a su clase, para enseñarnos a no cometer tantos errores.

    “Los clientes están pagando por la ayuda de alguien más experimentado en los problemas que se le presentan, pero no está contratando a una niñera ni a un mayordomo. Donde un cliente se pone pesado, puede convertirse en enemigo de la misión en un dos por tres, sin que eso signifique fracaso. Obviamente el prestigio de un Pokegremio sale del porcentaje en solución de problemas, pero esto solo incluye problemas reales y dónde realmente podemos ayudar sin que nos salga contraproducente”.

    “¿Osea que no nos conviene ayudar si es demasiado peligroso?” preguntó una Skitty, que hasta unos minutos atrás se podía dudar de si realmente estaba prestando atención a la clase, de lo distraída que parecía al jugar con su cola. “¿Y no cuenta como fracaso?”

    “Lo estás entendiendo al revés” Absolen sacudió la cabeza. “Y si sigues sin mirarme a los ojos cuando doy mi clase, te arrancaré la cola de un tajo y me la pondré de adorno en el cuello”.

    Skitty tembló y se sentó recta en un instante.

    “Te daré un ejemplo: imagínate que estás tratando de sacar de una mazmorra a un bebé Nidoran. Por más enemigos poderosos que contenga la mazmorra, millones de pisos y acertijos, y demás peligros para la vida del equipo, es nuestra obligación como exploradores hacer hasta lo imposible por sacar al bebé Nidoran de aquel peligro….salvo que nuestro cliente empiece a atacarnos, escaparse de nuestra presencia metiéndose en problemas y comiéndose adrede nuestras semillas revivir. Llegados a ese punto, podríamos dejar morir a aquel pequeño demonio en esa mazmorra sin un atisbo de problema en nuestra consciencia, y no se consideraría fallo de la misión. Tenemos que ayudar a los clientes, no aguantar sus porquerías”.

    Aquello me hizo recordar la misión en la que habíamos conocido a Zay, donde nuestro cliente había intentado convencernos de que Zay era el enemigo en ves de él. Habíamos mandado a aquella Beedrill a su muerte segura cuando Sableye le provocó una quemadura incurable en esa mazmorra, y aún así la misión no se había tomado como fracasada. Casi nos había costado la vida de Sableye, y habíamos tenido que consumir una Semilla Revivir para salvarlo. En lo que respectaba, habíamos cumplido nuestro trabajo hasta donde pudimos.

    Antes de que Absolen pudiera continuar, se escuchó un aleteo a la distancia, y Murkrow hizo acto de presencia en la sala. Sin ningún atisbo de temor se dejó caer en la cuchilla de Absolen, y me miró fijamente antes de parlotear.

    “¡Emergencia, Equipo Chispitas! ¡El huevo ha nacido! ¡Mamá Gertrudis espera!”

    Sentí como mi corazón duplicaba su potencia. ¡Victoria! La misión se daba por concluida. Podríamos volver a las exploraciones lo más pronto posible. Absolen se nos quedó mirando un rato, y luego simplemente bufó con diversión, ocultando un gesto hosco. “Tienen que ir a la guardería ahora mismo y confirmarlo, pero aquí acaba la clase para ustedes. Dentro de un rato se les notificará la siguiente misión, para que vuelvan a tener las manos ocupadas. Ahora, largo” y nos despidió moviendo la cabeza y obligando a Murkrow a alejarse para evitar el filo de la cuchilla.

    No necesitó que nos repitiera. Glaze, Mimu, Zay y yo salimos corriendo lo más rápido posible hacia la guardería, con Murkrow liderando el camino entre aleteos. Había pensado por varias semanas sobre aquel huevo abriéndose, y ver por fin a aquel Snivy que su madre había querido tanto como para dar la vida por él. Probablemente preferiría volver a algún bosque y conseguir vivir en paz, pero si se interesaba por el Pokegremio de alguna forma, sería un honor que formara parte de nuestro equipo. Encargarse de protegerlo en todo momento sería buena forma de honrar el sacrificio de su madre, y lavar nuestros pecados por no haber podido encontrarla a tiempo en aquella mazmorra invernal.

    Tocamos la puerta con insistencia, donde notamos que parecía salir el doble de humo de lo normal. Quizás por el nacimiento reciente de la cría Mamá Gertrudis optaba por caldear aún más su hogar infernal, y nos iba a terminar asando vivos como no abriera una ventana al hacernos entrar.

    “¡Es una niña!” exclamó Mamá Gertrudis al abrirnos, sus ojos humedecidos de la emoción. “¡Es preciosa!”

    No entendía bien como le hacía para mantener lágrimas sin que el calor las evaporara. Le supliqué piedad apenas entrar, y entre risas me llamó exagerado y abrió las ventanas, con lo que la temperatura bajó hasta permitirnos sobrevivir la experiencia.

    Busque entre los huevos que descansaban en su lugar correspondiente, y al principio no vi nada. Mi primer pensamiento fue que al ya haber nacido había sido transladado con los demás bebés, pero no había ningún recién nacido entre los Pokémon que jugaban alrededor. Luego pensé que era una falsa alarma, pero la verdad era que ya no veía el huevo que habíamos traído de la mazmorra. Habían otros huevos allí, pero el tamaño y los colores no concordaban. Habían huevos grandes y pequeños, desde el tamaño de mi panza hasta uno enorme que debía de tener alguna enorme bestia en su interior. Huevos blancos, de colores vivos y hasta con forma de fruta, pero ninguno con los colores específicos de nuestro huevo.

    Por último, pensé que había pasado como Hyperion nuevamente, y el huevo roto había sido reemplazado en la mente de Mama Gertrudis por el nacimiento de una supuesta cría. Me estremecí solo de pensarlo. Si el huevo no nacía, nos íbamos a meter en problemas con Absolen.

    Y entonces, uno de los huevos más coloridos se giró, justamente el que tenía forma de baya. ¿Eh?

    “Bruno” Glaze parecía haberlo visto también. “¿Acaso ella es…?”

    “¡Buno!” chilló la cría alegremente, dando botes. Parecía no poder pronunciar bien mi nombre. “¡Buno, Buno!”

    Al ver a nuestra clienta en la mazmorra invernal, había sido obvio para nosotros que era hembra. Cumplía con las diferencias en su cuerpo que correspondía a una hembra, y el hecho de haber protegido al huevo con su último aliento, era un acto maternal tan fuerte…

    Pero no nos detuvimos a pensar si el huevo era suyo. Simplemente lo asumimos. Al no encontrar al Snivy que había idealizado varios días, no había visto que el bebé estaba justo en nuestras narices, porque no era un Snivy.

    “¡Buno!” saltaba alegremente. Su carita era tan adorable que Mimu no tardó en sonreír y correr a abrazarla, mientras la cría solo botaba y decía mal mi nombre. Tenía unas hojas en la cabeza que parecía poder hacer girar a voluntad, y su cuerpo regordete podía pasar fácil por una baya para cualquiera. Tenía unas patitas diminutas, y al acercarnos pudimos notar una esencia frutal que parecía exhumar en todo momento.

    No, no era una Snivy. Era una Bounsweet.

    Sentí como las lágrimas amenazaban con salir a flote. Aquella Serperior…había dado su vida por salvar un huevo ajeno. Quizás de alguien que conocía, quizás de alguien que no había visto, quizás de alguien que había dejado el huevo en la mazmorra antes de saltar al vacío de la salida. La historia real había muerto con nuestra clienta, pero lo esencial estaba ahí. Serperior había sido una madre para aquel huevo por el tiempo que hizo falta, y el resultado estaba ahí, lleno de energía y empeñándose en decir mal mi nombre alegremente.

    “¡Buno, Buno!”

    Y mientras le decía a Mamá Gertrudis que nos avisara si algún día Bounsweet se interesaba en ser exploradora, pensé en algo más. Me había equivocado completamente, nuestras misiones si nos habían dado un tesoro.

    Arriesgamos nuestro trasero luchando contra un Mamoswine y saltando a una muerte segura, y a cambio, obtuvimos vida.
     
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    Lady Azulina

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    Bueno, es una pena que no haya nacido un/a Snivy, con lo mucho que los amo. Lo genial que habría sido tener un Super Serperior en el equipo en el futuro, aunque cabía la posibilidad de que no quisiera nada que ver y se buscara una vida normal. Pero la frutita... no sé cómo podrían ser sigilosos ni alterar el ambiente de la mazmorra con una criatura chillona y saltarina, a pesar de que deba crecer primero. We must protect, que se quede con Mamá Gertrudis.

    Lo que me parece todavía más triste es que no sepamos cuál fue la historia, por qué la Serperior hizo lo que hizo. Aún siendo teóricamente natural, es como cerrar el ciclo. Bruno cree que le debe algo y por eso ahora le toca cuidar a la criaturita por el resto de su vida, y no siento que deba ser así. La llevó a salvo, nació y está sana y salva, ya lo que continúe queda a merced de la frutita. Sin embargo, no entiendo por qué el equipo estuvo vetado de hacer misiones para que fueran a darle otra apenas el huevo rompiera.
     
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    J.Nathan Spears

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    Este Zay es un loquillo... vaya si ha ayudado a mejorar los laberintos virtuales xD. Por un momento pensé que habría cometido un error de esos que perjudicarían a todo el Equipo Chispitas... pero en realidad perjudicó a TODOS los alumnos, jaja. Claro, sin querer queriendo... menos mal es popular gracias a las historias de sus antepasados :P

    Me pregunto si este nacimiento de una Bounsweet significará un cambio en la percepción de Bruno con respecto a su suerte nwnU. Yo también me esperé un Snivy, pero no me desilusiona el resultado. Es tan tierna cuando dice "Buno"... awww. Como dijo la de arriba "MUST PROTECT"

    Y si llega a ganar niveles y evolucionar a Tsareena... el Equipo Chispitas golpeará como trueno ;). ¡Vamos, Equipo!

    Por último... creo que no hallé ningún yerro ortográfico OuO. Todo OK por ahí

    Nos leeremos en otra xD

    Edit:

    Porque el código de la escuela es rígido... pero es un mal necesario

    Y porque Absolen es tremendo hijo de fruta
     
    Última edición: 2 Marzo 2022
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  13. Threadmarks: Capítulo 23
     
    Graecus

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    Al volver a nuestra base, encontramos un nuevo objeto esperándonos en el dormitorio. Estaba colgado en la pared con una cuerda de cáñamo, y parecía estar hecho de madera. Era por lo menos de mi tamaño, con un agujero en la parte inferior y superior, y un panel de vidrio en el centro. En el interior, entre pequeñas rendijas, se podían ver un máximo de tres pergaminos que descansaban uno sobre otro, enrollados y en posición horizontal. Al sacar uno de los pergaminos, los otros dos bajaron un peldaño y dejaron un hueco libre arriba. Solo al abrir el pergamino que sacamos pude entender de qué se trataba exactamente.

    Era un dispensador de misiones.

    Los pergaminos estaban enrollados de manera que solo se podía ver el rango de dificultad de cada misión desde el panel de vidrio que permitía ver el interior del dispensador. Luego de una mirada general y una decisión silenciosa, volvimos a colocar el pergamino que habíamos sacado en el agujero de arriba, y sacamos el siguiente que era de mayor rango. De nuevo, al sacar el de abajo los otros dos bajaron dejando libre la parte de arriba. Era algo sencillo pero muy útil, casi estaba seguro de que había sido creado por Alakazam.

    “¡Ahora podemos elegir nosotros mismos las misiones que queremos hacer!” farfulló Glaze, que al igual que todos estaba impaciente por empezar de nuevo con las misiones.

    “Aun así, no creo que podamos eludir eternamente todas las misiones” dijo Mimu, sacando otro pergamino y leyendo un poco antes de devolverlo a su lugar. “Alakazam se molestaría mucho si postergáramos una misión mucho tiempo, poniendo en peligro a los que necesitan la ayuda”.

    Era cierto. Supuse que Alakazam estaba apostando mucho en nosotros, en que supiéramos seguir las misiones por orden de llegada y que no hubiera una misión que fuera echada de lado. También sabía que era una especie de prueba, y que en cuanto falláramos el dispensador se iría, probablemente junto con nuestros traseros en cuanto Absolen nos castigara por meter la pata.

    “Tengo que recordar traer un frasco de tinta de Octillery” dije, mirando los dos pergaminos restantes en el dispensador. “Tenemos que añadirle fechas de llegada a esos pergaminos”.

    Porque no dudaba que un tercer pergamino estaría descansando en la parte de arriba en cuanto completáramos la misión que habíamos escogido.

    “¡Bruno, lee la misión!” apuró Zay. “¡La incertidumbre es mortal para Zay!”

    Asentí, y comencé a leer. Luego de unos segundos, le pasé el pergamino a Glaze. “Carajo, no se leer”.

    El pergamino estaba en idioma Pokémon, para variar. Podía escribir perfectamente en idioma Unown, pero los Pokémon tenían casi un abecedario completo por especie. Aún estaba aprendiendo, y tantos garabatos juntos me daban dolor de cabeza.

    “Dice que hay una mazmorra cerca, podemos llegar caminando por lo que parece” parafraseó Glaze, estirando el pergamino lo más que pudo. “Nuestro cliente escogió la mazmorra como su hogar, pero desde hace varios meses que un grupo de Pokémon le hace la vida imposible. Necesita nuestra ayuda antes de que lleguen a hacerle daño”.

    “¿Solo enfrentarnos a malechores?” Mimu parecía extrañada. “No es común que sea un rango más arriba de los demás”.

    “Acá lo explica” dijo Glaze, bajando más el pergamino para leer las últimas páginas. “Al parecer, los Swellow han echado un vistazo y no han visto ninguna salida. Son tres pisos donde es posible subir y bajar a voluntad, pero no han encontrado salidas. Hay que tener cuidado”.

    Asentí. Los Swellow tenían la facultad de entrar a las mazmorras por unos instantes y salir sin ser engullidos por ellas, aprovechando las corrientes de aire. Esto las convertía en las mejores oteadoras posibles, y Alakazam había contratado años antes a todas las que pudo, con tal y poder encontrar información segura sobre las mazmorras nuevas donde se harían las misiones de rescate. Habían sido los Swellow quienes habían encontrado la salida de la Ira del Invierno, al poder leer ellos también el idioma Unown. Les debíamos mucho a esos pájaros.

    “Odiaría menos las mazmorras sin salida si tuviéramos una tonta insignia” dije, no por primera vez. Las insignias tenían el poder de regresar al equipo de vuelta a la salida de la mazmorra, pero la nuestra brillaba lustrosa como el maldito sol entre las montañas. Brillaba, pero por su ausencia.

    “Esta misión es de rescate. Llegamos, le pegamos a los malos y nos los llevamos. Pero necesitamos la salida, ya que no tenemos insignia. Aún si los enemigos cometieran un error y les cayera una roca encima, igual tendríamos que salir nosotros. Espero que el tema de la falta de salida solo sea una mala broma”.

    Lo dudaba, pero no pude menos que desearlo también. “¿Alguna información sobre la mazmorra? ¿Hace frío, hace calor, llueve?”.

    Glaze sacudió la cabeza. “Dice que nuestro cliente eligió un estanque como su hogar, así que supongo que es de tipo agua. Por lo demás, no hay más información”.

    Lo único bueno era que estábamos prácticamente preparados para cualquier cosa. Llevábamos tanto tiempo sin misiones que en las noches habíamos preparado poco a poco la bolsa de suministros hasta que ya no le cabía un alfiler, así que estábamos lo más preparados posible.

    Después de sentirnos listos para partir, cargamos con nuestras mochilas y dimos los primeros pasos. Podíamos llegar a la mazmorra caminando, dado la distancia. Normalmente siempre podríamos pedir que nos llevarán a algún sitio si necesitábamos darnos prisa o el lugar quedaba muy lejos, pero cuando la zona era creada a menos de una hora del Pokegremio lo mejor era caminar. Cuarenta minutos de caminata era suficiente para estirar los músculos y pensar estrategias para lograr cumplir la misión.

    El área alrededor del Pokegremio era llano, lo que nos permitía fácilmente identificar el horizonte y echarle un vistazo a nuestro lugar de destino mucho antes de estar ahí. Nada que ver con las mazmorras. Las mazmorras no tenían como tal final ni comienzo, sino que la visión del horizonte se tornaba cada vez más difícil de identificar, y en algún momento sin darte cuenta aparecías al otro lado. Si no fuera tan fácil quedarte atrapado en las mazmorras, probablemente no tendríamos tantas misiones al día.

    Por lo menos podíamos agradecer que hiciera buen tiempo. El clima de la zona cerca del Pokegremio era caprichoso, y aunque se podía mantener soleado todo el día, de noche la probabilidad de ventarrones o lluvias aparatosas era muy alta. Aunque en realidad, poco importaba. Aunque en el recorrido hiciera un sol suficiente para tostarme a la parrilla, las mazmorras tenían su propio bioma. Podríamos salir de un sol abrasador a una lluvia tormentosa en cuestión de segundos.

    “Allí están”.

    Los vi antes de que Glaze los señalara, la verdad.
    Nos encontrábamos a pocos metros de que la mazmorra pudiera empezar a engullirmos cuando pudimos divisar a los Swellow. En aquel momento parecía estar volviendo justamente de la mazmorra a donde debíamos de ir. Probablemente Alakazam había pedido una ronda extra por la zona, para asegurar que no habría ningún peligro extra.

    Los Swellow podían usar las corrientes de aire para entrar y salir de las mazmorras, aunque al parecer no podían llevar ningún peso extra. Eran excelentes mensajeras, pero no podrían llevar ni a un Dedenne a cuestas.

    Al vernos, los Swellow asintieron hacia nosotros y emprendieron el vuelo devuelta al Pokegremio. Así como su partida indicaba que no habían encontrado mayores peligros en su oteada, también significaba que no había más información sobre la salida del lugar. Aquella debía ser nuestra máxima prioridad a la hora de entrar.

    “Muy bien chicos” logré articular cuando estuvimos lo suficientemente cerca de la mazmorra. “Hagamos esto”.

    Y al continuar unos pasos, nos encontramos adentro.

    * * *


    ??? / S1


    Mi vista se estiró por unos segundos, como siempre que entraba a una mazmorra con los ojos abiertos. Caí de rodillas mientras recuperaba la visibilidad, y las figuras amorfas que nos rodeaban tomaban forma poco a poco.

    Lo primero que me sorprendió fue la inmensa calma que rodeaba la zona. Normalmente una mazmorra se llenaba de enemigos diversos que parecían haber escogido aquel lugar como base o hábitat, y despreciaban a los desconocidos. En este lugar, sin embargo…parecía como si no hubiera nadie.

    Varias palmeras se alzaban enormes hasta que casi parecían tocar las nubes. La vegetación era abundante, pero nada tan exagerado y molesto como el Bosque Espeso. Pude ver flores gigantes con pétalos del tamaño de mi cabeza, grandes piedras ovaladas en algunas zonas, y en medio de todo un mar de hierba de al menos dos metros de altura, que evitaba la vista de la mazmorra en su totalidad. Soplaba una brisa tranquila y agradable, y el sol estaba en su mayor punto. Ni muy abrasador, ni muy débil.

    “Demasiado veraniego para mi gusto” opinó Glaze, alzando una ceja. “¿Acá hay un estanque? Solo veo plantas ”

    “Así parece” contesté. “Lo malo es que, aún con la preparación, no trajimos nada para cortar la hierba y abrirnos el camino”.

    En el Pokegremio habían distintos tipos de armas para los Pokémon que no tenían armas naturales en su cuerpo como cuchillas o cualquier cosa afilada. Pero ni habíamos pensado en ponerlo en la mochila. Cuchillos de dientes de dragón, piedras afiladas, y un sinfín de cosas que se encontraban ya muy lejos de nuestro alcance. Rayos.

    “Podríamos dar un rodeo, pero no creo que nuestro cliente esté cerca de las palmeras” dijo Mimu.

    “La misión decía que nuestro cliente eligió un estanque como hogar, así que solo es cuestión de encontrar el estanque correcto” dijo Glaze. “Aunque el verdadero problema es que no veo estanques…ni enemigos, dicho sea de paso”.

    Entendí su preocupación. Normalmente la falta de enemigos sería una buena noticia, ya que eso implicaba menos problemas. Pero una mazmorra donde parecía no haber nadie podría tener peores causas: podía ser que hubiera algo más grande comiéndoselo todo, o podría ser que todos habían muerto de hambre buscando la salida. No sabía cuál de esas opciones me alentaba más.

    “Zay” llamé. “Eres el único del grupo que sabe escalar realmente. Trata de subir una de esas palmeras y veamos que encuentras”.

    Zay sonrió. “Zay lleva esperando esa orden desde que llegamos. ¡Oxidarse en habilidades tan importantes como trepar puede terminar siendo mortal!”

    No estaba seguro de si eso era verdad, pero aún así Zay se subió a la palmera más cercana y trepó con la velocidad de alguien que ha escalado árboles toda su vida. En cuestión de segundos llegó a la parte más alta.

    “Que raro, no tiene frutos” dijo Zay al llegar al tope de la palmera.

    “¿Deberían tenerlos?” pregunté, extrañado.

    “Los han tenido, desde luego. Pero ya no hay”.

    Zay frunció el ceño, y más todavía cuando miró al frente. Estuvo escudriñando el horizonte por unos minutos, y luego simplemente se preparó para descender.

    “¿Encontraste algo?” preguntó Glaze.

    “Mala cosa” Zay escupió, sacudiendo la cabeza. “No me gusta nada”.

    “¿Qué es? ¿Enemigos, arenas movedizas?” fue la pregunta de Mimu.

    “La escalera” Zay habló entonces, pero no parecía muy entusiasmado. “Justo en el centro de la hierba enorme, incluso hay un espacio de varios metros donde no crece el pasto”.

    Entonces podíamos bajar. ¿Qué era lo malo?
    “Zay, que sucede?” pregunté.

    Zay sacudió la cabeza. “La escalera es muy obvia. Justo en el centro, en un lugar plano sin escondites y donde no hay enemigos resguardando. Es como si quisieran que llegáramos allí”.

    “¿Piensas que es una trampa?” preguntó Glaze.

    “¿Una trampa de una mazmorra? Zay no lo sabe. Zay no espera volver a ver una mazmorra viva nunca más, pero aun así, aquí hay algo que falla”.

    “Puede que sea solo una entrada a algo más difícil” aventuré. “No es seguro que abajo sea todo más fácil, y que encontremos a los enemigos atados y esperando nuestra llegada”.

    Zay no pareció convencerse. “En tiempos antiguos, un ancestro de Zay dijo haber hecho una expedición que casi lo mata de hambre. Contó que una vez, casi llegando al pueblo más cercano, se detuvo a descansar bajo un prado y pensó desesperado en que mataría por algo para comer. Justo en el momento en que las palabras cruzaron su mente, una enorme baya creció jugosa de entre unas ramas. Parecía estar llamándolo, y se hacía más apetitosa con cada segundo que pasaba. Mi ancestro miró la fruta largo rato, pero luego simplemente se levantó y siguió su camino, y hasta el día de su muerte estuvo convencido de que fue su fuerza de voluntad lo que lo salvó del destino que le ofrecía la fruta”.

    >> “No tiene nada que ver, pero cuando he visto la escalera en el centro, he recordado esa historia. Y siento que esa fruta malhabida me persigue a mi ahora”.

    Nos quedamos en silencio por unos minutos, sin saber que decir. Era sospechoso, ciertamente. Pero, ¿Qué otra opción nos quedaba?

    “Aunque pueda ser extraño, no tenemos otro plan por el momento” dije al final. “Si es una trampa, no nos dejan más opción que caer”.

    Zay suspiró. “Que así sea, entonces” dijo, y apartó unos hierbajos para hacer un camino. No pareció interesado en buscar un lugar específico, y no parecía dirigirse en línea recta.

    Después de todo, nuestro aparente destino aciago nos esperaba justo en el centro. Llegar rápido podría no ser nuestra prioridad.
     
    Última edición: 9 Marzo 2022
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    J.Nathan Spears

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    Otro muy buen episodio por parte de nuestro pana Graecus xP. Y tardaste relativamente poco eh...

    Bueno, me alegra ver que al fin los chicos tienen sus misiones de vuelta, además de distintas herramientas como el dispensador y esas otras que se mencionaron (pa' cortar grama, escalar, etcétera) que olvidaron esos loquillos xD... ¿Seguro que consideran que se prepararon bien? Ah, con la suerte que suele tener Brunito...

    Aunque me parece increíblemente triste que todos en el Equipo Chispitas sientan que todas esas herramientas se pueden esfumar si no se esfuerzan... Digo, sí, es un importante recordatorio de no dar todo por hecho y esas weás... Pero me sigue siendo muy triste que tengan que sentir esa presión constante. No gracias a mamertos como Machamp y Absolen.

    Pero bueno, a seguir entrenando, amigos. Sé que lograrán muchas cosas y pasar esta misión no será la deshonrosa excepción... Ya les tocará fallar también xD.

    Por último, me da cierta... Eeem... incomodidad ver cómo te refieres a los Swellow tanto en femenino como en masculino. Si bien sabemos que su especie taxonómica son las golondrinas, siento que el salto de masculino (como especie Pokémon) a femenino (como golondrina) es innecesario. A menos que luego se revele que son todos hembras xD

    Sin otro particular, nos veremos en otra xD
     
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  15. Threadmarks: Capítulo 24
     
    Graecus

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    Pokémon Mundo Misterioso: Mazmorras Misteriosas
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    “Maldición” masculló Zay cuando el sendero de hierba fue cortado abruptamente delante de nosotros.

    Habíamos estado caminando por al menos veinte minutos. Zay apartaba las hierbas con sus garras, y se encargaba de pisotear lo suficiente para que el camino que seguía fuera fácil de usar para todos, incluso para Glaze, que cerraba la marcha. Glaze ocupaba sus manos en mantener agarrada su capa para evitar que se enredara entre las hojas, así que tendríamos que asegurarnos de que su camino estaba despejado para que caminara tranquilo.

    Zay había subido a las palmeras para encontrar a nuestro cliente…y no habíamos encontrado ningún estanque. Era nuestra única pista, y si no estaba allí, solo podía significar que el estanque estaba más abajo. Pero la escalera era tan evidente que a Sableye le había dado mala espina de solo verla.

    ‘Y aún así, aquí estamos’ pensé, aún con la cabeza llena de dudas. Si teníamos que bajar por la trampa o rendirnos, en realidad sólo podíamos elegir bajar.

    ‘Han pasado días desde la última misión, y ya el fracaso dolió bastante el primer día’ medité en silencio. ‘Antes que rendirme y fracasar, me enfrentare a lo que está mazmorra tenga para mi’.

    Y, como si la mazmorra hubiera aceptado el reto, el camino de hierba terminó, y los cuatro pudimos ver la escalera que nos llevaba al siguiente piso. No había nada más alrededor, y la hierba se detenía al menos diez metros antes de llegar a la escalera, por lo que era imposible no verla llegados a ese punto. Sableye tenía razón, era muy sospechoso. Nunca una escalera había sido tan fácil de encontrar.

    Y no acababa allí. Normalmente las escaleras no eran ajenas al uso: con el tiempo se llenaban de zarpazos y suciedad, e incluso habían algunas que parecían erosionarse con el tiempo. Pero estas escaleras estaban casi nuevas, como si se pudieran contar con los dedos de mi pata las veces que había sido usada.

    ‘No hay pokémon que usen está mazmorra como hábitat, es solo eso’ decidí, aunque sabía que solo me engañaba. ‘Si muy pocos han llegado a este sitio, es normal que no tenga señales de uso’.

    Me adelanté, acercándome hasta el borde de la escalera. Como siempre, era imposible ver el fondo, completamente ahogado por una oscuridad total. Pero el tercer detalle de aquella escalera no hizo que me agradara más: Tenía grabado un mensaje.

    “¿Eh?” Glaze alzó una ceja. “Bruno, ¿Qué dice ahí?”

    Pues el mensaje estaba grabado en idioma Unown. Solamente en el primer escalón, no como en la mazmorra del invierno. Y sólo cinco palabras.

    “La luz es el camino” traduje en voz alta. Volví a inclinar la cabeza para intentar ver el fondo: de nuevo, era imposible ver nada más allá de un par de escalones.

    “¿La luz?” Zay frunció el ceño. “Si se refiere a que tenemos que alejarnos de esta escalera y prenderle fuego a el camino de hierba para encontrar la verdadera escalera, por mi perfecto”.

    “¿Acaso nuestro cliente le prendió fuego a la hierba para llegar al lugar donde nos necesita?” le pregunté. “Esta es la escalera, eso no podría dudarlo, pero aún así no entiendo el mensaje. Supongo que en el siguiente piso tendremos que fijarnos en seguir las luces”.

    “O quizás es una sentencia de muerte, y nos quieren recordar que tratemos de que nuestras almas vayan hacia la luz en vez de quedarnos acá como fantasmas” opinó Glaze, el optimismo hecho pokémon.

    “Solo hay una forma de saberlo” decidió Mimu, lo que sentenció la decisión. Asentí, solo había un camino que seguir para conseguir la victoria, y ese era hacia adelante. O hacia abajo, ustedes entienden.

    Al bajar por una escalera, normalmente se siente como si fuera un sueño. Estás subiendo o bajando escalones y de repente te encuentras en el siguiente piso, sin recordar haber llegado al final de la escalera. Peor aún, todo tu equipo aparece a tu lado, aunque ellos ni se hayan acercado a los escalones. No sabía cómo las mazmorras identificaban cuales Pokémon confirmaba un equipo y cuáles no, pero hasta ahora nunca habían fallado.

    Me sentí muy raro cuando al bajar los escalones…continúe bajando. Me detuve luego de contar diez escalones, y miré hacia arriba. Podía ver el agujero de donde había descendido, y pronto pude ver a Glaze asomarse desde la entrada. “¿Bruno? ¿Qué ocurre? ¡Aún no bajamos!”

    Trate de mirar alrededor. Todo estaba completamente oscuro, no se veía absolutamente nada. Pero al intentar bajar noté que las escaleras no terminaban.

    “Supongo que tendremos que bajar todos juntos” aventuré, aunque no estaba muy seguro. “No hay de otra, deben bajar también”.

    Mi equipo obedeció, aunque no parecían muy contentos. Las cosas que suelen salirse de lo cotidiano son muy incómodas, y tristemente las mazmorras tenían mucha facilidad para esto. Continúe bajando, intentando percibir la más mínima cosa, y de repente me quedé completamente ciego.

    “¡Eh!”

    Miré hacia arriba. O lo intenté, por lo menos. En cuanto el último integrante de mi equipo bajó las escaleras, la oscuridad lo absorbió todo. Parecía como si alguien hubiera cerrado la entrada de arriba, apoderándose de la última fuente de luz de la zona.

    “Esto me gusta cada vez menos” dijo Glaze, detrás de mí. No había estado prestando atención, pero ahora lo tenía casi al lado.

    Bajar escaleras en completa oscuridad era un suplicio. Nunca sabes cuándo puedes caerte, y si llegara a haber un hueco más abajo, simplemente caerias en él. Tampoco puedes estar muy seguro sobre el ancho de los escalones, y ojalá no hayan bifurcaciones porque ni te darías cuenta de que estás eligiendo el camino equivocado.

    El descenso fue en silencio y sin demora, por lo menos los primeros quince minutos. No podíamos ver nada en lo absoluto, y medíamos nuestros pasos con la idea en la mente del tamaño de los primeros escalones. Si cambiaran de medida más abajo, nos caeríamos sin dudarlo. Era imposible escuchar cualquier cosa salvo el raspar de las patas de mis compañeros sobre el asfalto y sus respiraciones.

    Luego de treinta minutos, me detuve, y presioné mi pata hacia atrás para que mi equipo se detuviera también. “Esto es demasiado. Algo estamos haciendo mal”.

    Mi equipo no podía estar más de acuerdo.

    “Llevamos media hora caminando y aún no llegamos al fondo. ¡Ni siquiera sabemos que hay abajo!” se quejó Glaze.

    “Llegados a este punto ya no podemos volver” aseguró Mimu. “¿Media hora de viaje de regreso y fracasar la misión? No, solo queda seguir”.

    “Pero Bruno tiene razón, en algo nos equivocamos”. Murmuró Zay, pensativo. “El camino dijo siguiéramos las luces, pero hasta ahora todo ha seguido oscuro como boca de lobo”.

    Era verdad. Hasta el momento había sido completamente imposible ver cualquier cosa a nuestro alrededor, pero había un fallo en sus palabras.

    “Te equivocas en algo” le comuniqué a Zay. “La escalera no decía que siguiéramos las luces. Decía ‘la luz es el camino’. Todo este tiempo estuve pensando que veríamos luces que tendríamos que seguir, pero me parece que lo entendí al revés. A lo mejor significa que necesitamos ver dónde avanzar, y en realidad estamos dando vueltas en círculos”.

    “Es imposible dar vueltas en círculos cuando estás bajando en línea recta” apunto Glaze, escéptico. “Pero estoy de acuerdo en que me sentiría mejor si puedo ver el camino”.

    “Y no es imposible dar vueltas en línea recta” replicó Zay. “Al menos, no es lo más loco que Zay ha visto hacer a una mazmorra”.

    Asentí. Le pedí a Zay el bolso de explorador, y estuve dando tientas en la oscuridad hasta que encontré los objetos esféricos que buscaba. En el momento en que hice contacto con las esferas, una voz hizo eco en mi cabeza, como siempre que las tocaba. Estuve separando los orbes hasta que di con el que necesitaba.

    ‘Esta es una ilumiesfera’ dijo la voz en mi cabeza. ‘Sirve para dar luz y así mejorar el área de visión en una mazmorra por un corto tiempo’.

    Luego de activarla, pude escuchar la misma voz hablar el triple de rápido, y con una voz mucho más baja hasta el punto de ser casi imperceptible.

    ‘Orbes Exploradores SA no se hace responsable de cegueras, accidentes o casos de epilepsia causados por el mal uso de nuestros productos, así como de cualquier mutilación o muerte del usuario de la esfera en cuestión’.

    Por supuesto. Suerte nivel Bruno. Y, para colmo, en el momento en que la esfera empezó a brillar e iluminó toda la habitación, comenzaron nuestros problemas.

    El orbe brilló, y como si fuera una bola de energia, desapareció al momento en que llenaba de luz todo el lugar. Pude notar que a nuestra izquierda la escalera terminaba en una pared rocosa que subía hasta muy arriba, donde el techo era casi redondo, todo de roca como si se tratara de una cueva. A la derecha no había nada, y una caída seguía hacia abajo donde aún no era posible ver nada a pesar del orbe. Y delante de nosotros la escalera seguía metros y metros, aunque no tanto como lo que sentía que habíamos bajado. Miré para atrás, buscando la entrada, y me sorprendí al ver que parecía que solo hubiéramos avanzado poco más de treinta peldaños, a pesar de que había perdido la cuenta luego de los doscientos cuando caminábamos en completa oscuridad. Y luego miré hacia arriba, y sentí como se me helaba la sangre.

    Mil ojos amarillos me devolvieron la mirada en el momento en que la luz de la esfera los hizo visibles. Los Ferroseed chillaron furiosamente antes de dejarse caer del techo, mientras los pocos Ferrothorn que se veían colgados del techo comenzaron a girar, liberando sus espinas hacia abajo como flechas en miniatura. No supe que era peor, si la mirada furiosa de ellos o la de anhelo de los Cacturne que se dejaron caer de los peñazcos donde estaban sujetos, felices de vernos como si la cena hubiera llegado.

    “Maldición. ¡Maldición! ¡HAY QUE LLEGAR ABAJO AHORA MISMO!”

    Mi equipo no se hizo de rogar. Podía escuchar a esos Ferroseed cayendo estrepitosamente al suelo detrás de nosotros mientras corríamos hacia abajo, provocando chirridos al chocar sus púas contra el asfalto y posteriormente cayendo hacia el abismo de la derecha. Me preocupaba no escuchar una segunda caída más abajo, pero no era mi prioridad ahora mismo. Aunque al principio yo iba al frente, Zay no tardó en adelantarse cuando comenzamos a correr.

    Puede que yo fuera más rápido que él, pero Zay tenía una destreza mayor a la hora de hacer cosas como bajar escaleras rápidamente sin caerse. Cuando el primer Cacturne llegó abajo, Zay lo atacó sin dudarlo, dibujando un zurco en su cuerpo con sus garras. El Pokémon chilló de dolor, y juntó sus brazos para atacar a Zay con sus espinas.

    No podía ayudar tanto a Zay como me gustaría. No podía golpear al enemigo sin llenarme el cuerpo de espinas, y mis ataques eléctricos solo le harían cosquillas a un Pokémon tipo planta.

    Así que le lancé un Dede-clon a la cara. El Cacturne se echó para atrás cuando el clon se esfumó al chocar contra sus ojos, y Zay aprovechó haciéndole un planchazo a su pata, haciendo que perdiera el equilibrio.

    Mientras el Cacturne caía al abismo y seguíamos nuestro descenso, volví a pensar en el sonido faltante de cuando un cuerpo golpea el suelo. Pero entonces un Ferroseed cayó a medio metro de donde estaba bajando, y tuve que concentrarme en sobrevivir primero.

    Zay se había sacado las espinas que se habían clavado en su pata al golpear al Cacturne, pero aún así cojeaba un poquito mientras bajábamos. Los Cacturne seguían bajando como sombras de pesadilla, pero la buena noticia era que no tardábamos en sobrepasarlos antes de que pudieran atacarnos.

    Zay dio otro puntapié a otro Cacturne que se nos acercó mucho, y entonces escuchamos otro grito. Mimu había resbalado esquivando un Ferroseed, y había caído sobre una de las púas de Ferrothorn que caían al suelo. Glaze logró sacarle el objeto puntiagudo de su panza, pero se podía notar por la herida que el dolor sería terrible en unas horas. Teníamos que apresurarnos.

    “Tenemos vendajes” aventuré, pero ya conocía el problema. “lo que no tenemos es tiempo para ponérselos”. Mascullé una maldición, pues las cosas parecían estar complicándose cada vez más. Los Cacturne comenzaban a caer más cerca de nosotros, quizás porque ahora ya se habían adaptado a la luz y nos podían ver con mayor facilidad. Tuve que liberar más clones para distraerlos, y más adelante cuando me quedé sin clones comencé a dejar semillas bombas por el camino para evitar que nos siguieran en el descenso.

    Y entonces un Ferrothorn cayó del techo. Pude ver la diferencia sobre sus hijos de inmediato. No se dejó caer rodando simplemente, sino que usó sus tentáculos para desplazarse rápidamente sobre las paredes, y así poder caer directamente sobre nosotros.

    “Se mueve muy rápido, a pesar de ser tan pesado” comentó Glaze, pero no pude pensar en que responderle. Había notado como la oscuridad del fondo comenzaba a disiparse, y una mancha marrón que podría ser el suelo se empezaba a ver por cada metro que corríamos. Estábamos cerca.

    Ferrothorn seguia cayendo, y se podía notar que estaba haciendo todo lo posible por caer justo encima de nosotros. ¿Aplastarnos? ¿Trituramos? No estaba seguro de cuál era su objetivo, pero lo más probable es que no nos gustaría nada.

    El suelo abajo ya empezaba a ser visible, y más cerca de nosotros que del final del camino, pude ver tres manchas. ¿Qué era eso? Estaba muy lejos para ver cualquier cosa.

    “¡Bruno!” chilló Glaze. Subí la cabeza muy tarde.

    El resto de esta parte del relato me la contó Glaze. Un Ferroseed me cayó justo encima, y aunque pude evitar ser mutilado por sus espinas, el golpe fue suficiente para hacerme perder el conocimiento. Como si no fuera ya difícil para mí equipo, ahora su líder era un saco de papas que debían llevar acuestas.

    Zay fue el encargado de llevarme en su hombro mientras recuperaba la consciencia. No pudieron perder mucho tiempo, pues los enemigos seguían llegando, y Ferrothorn ya estaba a la vuelta de la esquina, sus ojos enfocados en nuestro grupo y con la evidente misión de masacrarnos.

    Fue entonces cuando mi equipo reparo en las tres manchas que había visto antes, pero ahora que nos acercábamos más pudieron ver que no eran manchas como tal. Eran Pokémon.

    “¡Cuidado! ¡Es una emergencia!” chilló Glaze. Lo que les pareció raro en un principio fue que los tres estaban caminando bien tranquilos, como si no estuvieran enterados del problema. De hecho, un bebé Whismur bajaba dando saltitos mientras un Watchog daba pequeños destellos con las franjas de su cuerpo, y parecía pendiente de que el bebé no se golpeara con el suelo. Pero al vernos bajando a toda velocidad y siendo perseguidos por un Armagedón en forma de espinas, se alarmaron de repente y dieron un grito hacia atrás, donde el tercer integrante del grupo estaba bastante cerca de llegar al final del descenso.

    Aquí fue donde desperté. Mi cabeza daba vueltas aún por el gran golpe que había sufrido, pero en el momento en el que mi equipo se acercaba totalmente al grupo tan variopinto de abajo, pude notar con total temor como el Ferrothorn que nos había perseguido desde el techo terminaba de deslizarse sobre la pared y se impulsaba con los tentáculos. La sombra que proyectó sobre las últimas luces de la esfera nos engulló a todos, y supe que nos aplastaría si no hacia algo para evitarlo.

    Así que levanté las patitas.

    Si, normalmente eso significaría mi muerte. Yo probablemente pesaba mil veces menos que esa cosa, y además, yo ni siquiera podía cargar mi propio peso. Pero la fuerza física nunca había sido mi fuerte, y sin duda no fue mi plan.

    Recordé el momento en que había hablado con el maestro por última vez antes de la misión, y había puesto esa máquina técnica diciendo que podría servirme bastante en mazmorras. Era al igual que todo su inventario de movimientos, un ataque que no hacía nada de daño. Glaze los llamaba ‘movimientos inutiles’ pero de ese arsenal había salido mi capacidad de sacar clones para confundir al enemigo, y hacer un sustituto que pudiera servir de señuelo. Eran mis movimientos más útiles en batalla, así que si, había usado la máquina del maestro sin dudarlo.

    Zay pareció darse cuenta de que había despertado, pero ya no podía huir al ver a la enorme mole que nos caía encima. Mimu estaba lastimada, y Glaze estaba haciendo lo posible por ayudarla a bajar. Los Pokémon de abajo, aunque alarmados, no habían llegado aún a moverse en consecuencia por el momento. Parecía que los habíamos agarrado con la guardia baja. Todo dependía de mí.

    Ferrothorn cayó sobre todo su peso, y activé mi poder.

    La buena noticia era que dos segundos después, seguía vivo. Pero se acabaron las buenas noticias.

    Hay un cuento que dice que el mundo está sostenido por un Torterra gigante. Si esto es así, le tengo mucho respeto. El Ferrothorn no cayó sobre nosotros por margen de un metro, donde una cápsula nos había envuelto por completo y había recibido todo el golpe del enemigo. Y yo sentí ese golpe en los huesos.

    Creí volverme loco, mientras mis huesos dolían hasta el punto de casi oírlos gritar, y los dedos de mis patas comenzaban a sentirse como si los estuvieran aplastando. Podía sentir el peso de aquel Ferrothorn como si mis manos fueran esa barrera, y cada segundo que pasó fue una tortura. Era imposible mantener esa barrera por mucho tiempo, y cada segundo el peso parecía ser mayor. Mantuve los brazos arriba, tratando desesperadamente de pensar en otra cosa y maldiciendo en mi interior por cada segundo que pasaba.

    Ferrothorn dejó caer sus tentáculos al suelo, y luego de bajar con todas sus fuerzas, empecé a ver grietas en la barrera. Mis fuerzas fallaban. Ferrothorn cayó otra vez, y el músculo de mi cuerpo falló por completo.

    Pude ver simplemente como una garra gigante golpeaba al Ferrothorn y lo sacaba de encima de nosotros. Estaba al borde del colapso, pero me pareció ver que la garra lo empujaba hacia el agujero de la derecha, donde al parecer todavía no había fondo. Ferrothorn cayó, y al igual que las veces anteriores, no hubo nada de sonido.

    El Pokémon usó entonces su garra para alzarme, y entonces pude notar que no era una garra como tal. Era una mano. Una mano gigante.

    Lo siguiente que pude notar de mi salvador fue simplemente un pequeño detalle, que era muy pequeño, pero muy importante.

    “¡Capitán, ya era hora! ¡Se encuentra frente a usted el Comandante General de Primera División Aliada, el grandísimo Palker.….!” Sus ojos estaban más que emocionados, eran los ojos de alguien que llevaba un mes sin dormir. “Ah, y estos otros, claro. Son simples cabos, aún no han ganado sus medallas. ¡Pero van por buen camino!”

    Mi salvador, Palker el Ambipon, era un jodido lunático.
     
    Última edición: 18 Julio 2022
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  16.  
    J.Nathan Spears

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    IT'S A MONSTER HOUSE!! Y es mucho más aterradora de lo que los juegos pueden describir.

    Bueno, estos pobres chicos del Equipo Chispitas no paran de encontrar problemas... aunque al menos puedo reírme un rato con cosas como la explicación de "Orbes Exploradores SA" (porque claro, las orbes no son creadas de la nada :'V) y el salvador de esos chicos, que es uno de los personajes con entrada más pintoresca que he visto jamás -w-. Palker... ese nombre no se olvidará fácil

    Esos cactos que no paraban de llover (literal hasta cierto punto xD) realmente fueron un dolor de... PokéBolas para Brunito y compañía.

    Eso sí, el último movimiento que hizo Bruno y que terminó por darle tiempo a Palker para salvarle el pellejo... eso no quedó demasiado claro. Puede ser Fuerza, pero también tiene pinta de ser Aguante, Protección o Barrera... hmmm...

    Como sea, habrá que esperar a ver qué sigue para ellos... y si vivirán para contar la historia a la pequeña Bounsweet xD.

    Hasta el próximo episodio man -w-
     
    • Fangirl Fangirl x 1
  17. Threadmarks: Capítulo 25
     
    Graecus

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    Pokémon Mundo Misterioso: Mazmorras Misteriosas
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    Palker el Ambipom parecía no poder quedarse callado. Su animosidad era un buen contraste a todos los problemas que habíamos tenido apenas llegar, pero aún así no terminaba de gustarme del todo. Era alegre, si, pero estaba loco. Lo supe en el momento en que me salvó y comenzo a hablar sobre títulos y medallas, y lo corroboré después de que me desmayara y despertara veinte minutos después.

    Habíamos terminado de bajar al fin, y mi equipo me había llevado inconsciente hasta una entrada de la cueva que llevaba al siguiente tramo. Ya me había quedado claro algo: aquí los pisos no funcionaban como los demás. Las escaleras no eran puentes al siguiente destino, y lo más probable era que aún no hubiéramos terminado de cruzar el segundo piso del todo. Lo siguiente pasando la entrada era una cueva que, pese a no tener algún agujero que diera al sol, no estaba del todo oscura. Era un camino en línea recta de pura roca con un hilillo casi invisible de agua en el piso, como un río en miniatura.

    Palker se alegró de verme despertar. Parecía ser siempre el primero en enterarse de las cosas, más que nada porque siempre estaba mirando a todos lados de forma frenética.

    “¡Capitán! Sus soldados están a salvo, al menos por ahora. ¡Al final de todo es probable que solo sobreviva la mitad!”

    Su sonrisa era tan ancha que daba miedo, y no se le entendía nada de lo que hablaba. Además, insistía en llamarme capitán desde el momento en que nos conocimos.

    Zay se puso en alerta al instante. “¿Cómo que la mitad?” preguntó, desconfiado. “¿Hay más peligros adelante?”

    “¿Solo sobrevivieron la mitad de ustedes?” preguntó Mimi, probablemente temiendo la respuesta.

    Fue entonces que habló Watchog. Su mirada hacia Palker fue de pena y preocupación, pero intentó tranquilizarnos.

    “Últimamente no sabe lo que dice” repuso Watchog. “No ha sido el mismo desde hace…unas semanas”.

    “Eso es exagerar” discutió Palker, sacudiendo la cabeza. “¡Me siento perfectamente! ¡simplemente he tenido un golpe de gracia que…”

    De repente su semblante cambió por completo. Su sonrisa confiada se borró en el acto, como si hubiera recibido una noticia desgarradora. Pude notar como el ambiente se ponía tenso mientras Palker prestaba atención a los sonidos a su alrededor, y luego repentinamente giró hacia atrás mientras profería un alarido con una mueca de disgusto absoluto. “¡Crobat!” gritó.

    Atrás de nosotros no había ni un Crobat ni nadie más. Palker pasó unos segundos en silencio escudriñando la zona, hasta que después de un rato se volteó. “¡Solo he tenido un poco de suerte!” acabo por decir con una amplia sonrisa, como si aquella interrupción no hubiese sucedido nunca.

    Me preocupaba un poco la compañía que se nos había unido repentinamente, pero ese Ambipom nos había salvado. Además, el resto de su equipo era simplemente un Watchog amable y un Whismur bebé. Entre los tres el más peligroso era el mismo que no nos había dejado ser golpeados por un Ferrothorn. Técnicamente no había nada que temer.

    “La luz es el camino” habló entonces Glaze, mientras seguía el paso evitando tocar el hilillo de agua en el suelo. “Sin algo que iluminara las escaleras, bajar nos hubiera tomado…”

    “Horas” acabo Watchog, mirándonos de soslayo. “Lo intentamos la primera vez, cuando Palker se negó a explicarnos lo que significaban los signos que encontramos en la escalera. Pasaron cerca de seis horas hasta que decidí usar un destello y me di cuenta del problema que nos acechaba. Tuvimos que volver porque nos moríamos de hambre, y la vuelta con la luz del destello lo hicimos en dos minutos. Fue entonces cuando Palker explicó el grabado”.

    “Significa que ustedes se comieron los frutos del primer piso” dedujo Sableye, probablemente recordando los árboles sin frutos que encontramos antes.

    Watchog asintió. “Fue una bendición, realmente. Las frutas llenan rápido el estómago, pero son algo secas. Lo que si es raro es que no hemos encontrado nada de agua. Tuvimos que gastar nuestras reservas para bajar, y aparte de ese pequeña corriente que sale por aquí no habíamos visto nada de agua en toda la mazmorra”.

    Era verdad. Normalmente las mazmorras no suelen ser muy habitables en ese sentido, pocas veces proveyendo sustento a los pokémon que vivían en la zona salvo en lugares como bosques o prados. Pero en este caso, con tantos arboles, hierba alta y frutos, ¿De donde salía el agua que alimentaba las plantas? ¿Y acaso los Ferrothorn y Cacturne podían vivir sin agua?

    Quizás la mazmorra había decidido de repente ya no ser sustentable para la vida (las mazmorras solían tener esa clase de ideas) y por eso ahora esos Pokémon buscaban agua desesperadamente.

    “Se supone que nuestro cliente se encuentra en una zona con mucha agua” siguió Glaze, pensativo. “¿Cómo sabremos que estamos en el lugar correcto? Puede que el lugar se haya secado en lo que llegamos hasta aquí. El tiempo en las mazmorras es un chiste”.

    Eso era otro problema. En las mazmorras el tiempo fluía muy diferente del resto del mundo, a veces pasando las horas como minutos y a veces justo lo contrario. Algún día saldríamos de una misión y tendríamos que reunirnos con los descendientes de nuestros maestros, si la cosa seguía ese rumbo. En cuestión de problemas, estas zonas parecían solo saber empeorar.

    “Nosotros también somos un equipo de rescate, a nuestra manera” dijo Watchog. “Aunque solo hemos llegado a este sitio por accidente. Nos dirigíamos al pokegremio de esta región”.

    “¿El pokegremio? ¡Nosotros somos de allí!” respondió Glaze, algo sorprendido. “¿Van a inscribir su equipo? Es algo tarde para eso…”

    Watchog negó con la cabeza. “Habíamos salvado a este pequeño Whismur. Lo encontramos prácticamente recién eclosionado, abandonado y desprotegido. Al parecer no tiene a nadie, no llegó a ver a sus padres al nacer. No podemos quedarnos con él, y no sabemos a donde pudieron ir sus padres, así que solo nos queda llevarlo al pokegremio. Tengo entendido que tienen una guardería…”

    Fue algo sorprendente, al menos para mí. ¿Mamá Gertrudis era conocida hasta ese punto, de poder tener la guardería de la región por excelencia?

    Era un poco preocupante al saber que Mamá Gertrudis era casi mentalmente inestable. Desde la muerte de su hijo Hyperion, que al parecer se había ahogado en un río en plena exploración, había enloquecido de dolor y se pasaba los días esperando su regreso convencida de que su hijo simplemente se encontraba demasiado ocupado para regresar. La buena noticia era que su corazón de madre junto a su dolor habían hecho de ella una madre sustituta increíble, y era sorprendente verla cuidando de al menos veinte bebés al mismo tiempo en su pequeña choza al costado del pokegremio. Al ser un Magmar, su calor corporal le permitía caldear los huevos que llegaban casi sin esfuerzo, y así podía lidiar con cuidar a tantas crías evitando desastres. Al final, se merecía su fama.

    Poco a poco, la cueva donde estábamos se iba ensanchando, y no pude evitar notar el brillo en las partes altas de la cueva, las piedras brillaban como si estuvieran pulidas, aunque la realidad podía ser más confusa: las paredes parecían estar húmedas desde hace algún tiempo. Según avanzábamos, se escuchaba un ruido como estática que se iba incrementando con los pasos, y no nos dimos cuenta del momento en que la entrada se ensanchó hasta abrirse en una cúpula.

    Hasta cierto punto la caverna parecía cambiar de color con respecto al techo, como si al menos la mitad de aquella habitación hubiera estado anteriormente rodeada de agua. Y habían dos cosas más que notar de aquel lugar. En primer lugar, así como la entrada de donde habíamos llegado habían otras veinte entradas a lo largo de toda la esfera, si bien más pequeñas que la nuestra y probablemente en algunas no cabíamos. No sabía hacia donde llegaban esas entradas, pero supuse por lo que había visto que la misión de esos agujeros era llevar agua a más sitios de la mazmorra, pero ahora que no estaban usándose parecía simplemente tentáculos de aire entre la tierra.

    Lo segundo que noté fue el final del riachuelo, que desembocaba en un pequeño lago y se hacía más grande según veías hacia el centro, hasta llegar a un pequeño pozo justo a la mitad. Delante del todo una copiosa cantidad de agua salía de un agujero en la pared, caía sobre las rocas con gracia y terminaba en aquel pozo, donde una enorme burbuja azul con manchas blancas se encontraba justo en el medio. Era un manantial.

    “Esa burbuja es casi del tamaño de la sala” exclamó Glaze al entrar, y era cierto. Dentro de la burbuja de podían ver corrientes de agua moviéndose con fuerza, como queriendo salir de ahí desesperadamente. Parecía a punto de explotar, y a la vez, no veía forma de que pudiera romperse.

    “Aquí está todo el agua” me di cuenta. Y también noté otra cosa: Palker, con su mirada de loco, no dejaba de sonreír hacia la burbuja. Parecía estar expectante a lo que pudiera pasar, y movía su cuerpo hacia atrás y hacia adelante, como si pudiera ponerse a correr en cualquier momento. “Palker, ¿que sucede?”

    “SHHHHHH” Recriminó Palker, mirándome un nanosegundo con total reproche antes de volver la vista hacia la burbuja. “¡Arruinas la tensión del momento! ¡Estas tan acostumbrado a que te expliquen las cosas antes de que sucedan que no sabes mantener la intriga!”

    ¿Eh? ¿De qué estaba hablando? ¿Acaso...?

    “¡Y ahora quieres hacer una introspección para deducirlo todo por ti mismo ya que nadie te da información!” Continuó Palker, algo molesto. “¡No tienes remedio! Este lugar tiene muchas pistas para que todos se den cuenta por si mismos de lo que pasa, y tú te adelantas y quieres hacerte el detective. ¡Si seguimos por este camino lo vas a despertar y…!”

    Toda la cúpula pareció vibrar en un profundo eco cuando desde la burbuja en el centro se escuchó una especie de rugido, que después me di cuenta de que era un bostezo. La burbuja tembló al moverse, dándose vuelta. “¿Quién anda ahí?” preguntó, nuevamente haciendo vibrar el lugar.

    “Ah, carajo” maldijo Palker, mirándome con reproche. “Bien hecho, capitán. Mataste el misterio. Ahora será un final aburrido para este arco”.

    Seguia sin tener idea de lo que estaba hablando.

    La burbuja dejó de ser tal para nosotros en el momento en que se dio la vuelta. Con su enorme tamaño no habíamos podido ver la protuberancia en su cabeza en forma de corona, así que había sido difícil descubrir su identidad. Al ver sus enormes bigotes y sus tentáculos que salían del agua, ya no quedo ninguna duda: era un Jellicent.

    Aquella enorme bola de agua solo nos miró por unos segundos, antes de comenzar a vociferar.

    “¡Por fin! ¡Finalmente! He hecho el aviso hace horas. ¡Si hubiera sido algo de entre la vida y la muerte, ya estaría bajo tierra!

    Glaze parecía confundido. “Espera…¿Qué? Tu eres…”

    “Ah, enfant, yo soy quien los ha llamado. ¡Es terrible! Me he quedado encerrado en esta cueva sin poder salir, y luego al encontrar este lugar he decidido quedarme definitivamente. ¡Si te caen bayas del cielo, haz zumo, digo yo! Pero ahora me llueven invitados desagradables todos los días, queriendo sacarme de aquí. ¡Mon Arcieu!”

    >>”En fin, su trabajo es simple. Allá afuera hay plantas que me molestan. ¡Piden agua a gritos! Estoy harto, ¡Harto! No los soporto. Vayan y echen a todos, cuando salga en una hora quiero ver las paredes limpias de toda esa escoria, ¿entendido?

    Probablemente nuestra cara era un poema. Nos habíamos quedado atónitos con la explicación de Jellicent, todos excepto Palker quién se mantenía de brazos cruzados, sin sorprenderse de nada.

    Glaze fue quien rompió el silencio. “¿Quiere que saquemos a los Cacturne y a los Ferrothorn? ¿Así no más? Eso no es tan fácil como usted dice”.

    Jellicent frunció el ceño. “no dije que fuera fácil, he dicho que era simple. Simple de entender. ¡¿P-pero, que hacen aquí todavía?! ¡Andando, fus fus!

    Pero aún nadie se movía de su sitio. Podía sentir el silencio de mi grupo a mi alrededor, y me daba cuenta de que todos pasabamos por lo mismo: la incredulidad y la indignación de que aquel Pokémon fuera nuestro cliente, y el pensamiento de que preferiríamos morir antes que pasarnos el resto del día luchando contra los Pokémon que estaban en las escaleras.

    Pensé además en otra cosa: un enorme manantial fluía a espaldas de Jellicent, pero después de tocar el pequeño lago alrededor de nuestro cliente solo un pequeño hilillo de agua salía hacia afuera. Esto y el enorme tamaño de Jellicent, junto a su relato sobre las quejas de los Pokémon de afuera, ayudó a hacer clic en mi cerebro.

    “Estas apropiándote de toda el agua de la mazmorra” mencioné, sintiendo el enojo crecer desde mi interior.

    “Te has tardado, capitán” susurro Palker, aun molesto al parecer.

    Jellicent, en cambio, pareció tomarse mi comentario a la ligera. “Decidí mudarme en este sitio. Necesito el agua para vivir. ¡Vengo de un océano, necesito todo el agua posible!”

    “los Pokémon que viven aquí necesitan el agua también. Así como las plantas arriba del todo, se necesita que el agua corra por la mazmorra. ¡Señor Jellicent, tiene que irse ahora mismo! Ya ha causado suficientes problemas”.

    Jellicent se me quedó mirando, sin decir palabra. Luego, simplemente sus tentáculos bajaron.

    En cuestión de segundos me encontré rodeado de agua, elevandome al aire con el impulso del choque. En un segundo, todo el agua se fue, y me encontré cayendo a diez metros de altura hacia el suelo. Por buena fortuna, Zay estaba pendiente y pudo agarrarme para evitar la caída. Jellicent parecía ofendido.

    “No me gustan las bromas. Si no van a obedecer, vuelvan por donde vinieron y traigan a alguien más. ¡No me hagan perder la paciencia! ¡Tengo suficiente agua para inundar esta sala y ahogarlos por comp…!”

    No pudo terminar la frase. Un objeto fue duramente lanzado hacia Jellicent, y fue engullido rápidamente por el cuerpo de este. Fue al agudizar la vista que noté que no era un objeto como tal. Era Whismur.

    ¿Eh?

    El pequeño pareció sufrir un ataque de ansiedad al caer dentro del cuerpo del fantasma, y se podía notar desde afuera como se debatía entre el pánico para escapar. Apenas pudimos reaccionar. “¡Cubranse las orejas! ¡Eso va a doler!”

    En efecto, más adelante quedó claro que de no haber reaccionado a tiempo, podría haber perdido los tímpanos fácilmente. Un pequeño quejido fue todo lo que quedó de Jellicent antes de desplomarse. Y entonces, tuvimos que echarnos para atrás cuando el pequeño lago alrededor del Jellicent se iba ensanchando hasta casi ocupar toda la sala. Pronto casi todos los agujeros de la mazmorra empezaron a circular nuevamente el agua hacia el interior.

    Palker se había encargado de rescatar al pequeño Whismur, luego de haber sido él quien lo había lanzado. Watchog parecía realmente escandalizada, pero Palker no le estaba prestando atención. Cargo al bebé lloroso y lo alzó, estirando los brazos. “Como había dicho, eras la clave de la misión”.

    Whismur pareció calmarse ante esto, aunque imaginaba que el evento en si había sido bastante traumático. Pero me sorprendía más la reacción de Palker. Había evitado una batalla contra aquel cliente infame aún antes de que diera tiempo a comenzar. Casi parecía que hubiera estado esperando ese momento desde antes.

    Tuvimos que hacer el viaje de regreso, esta vez cargando al debilitado Jellicent para llevarlo al pokegremio a que lo juzgaran. Palker había atado sus tentáculos reuniendolos todos en su corona, y lo había atado luego. Esperaba que no nos metiéramos en problemas por haber atacado a quien nos había llamado, pero estaba seguro de que al menos Absolen lo entendería.

    Ahora que no estaba Jellicent, el agua empezaba a correr por todos lados de la mazmorra, y según la cueva se llenaba de corrientes de agua, la sala parecía iluminarse hasta eliminar la completa oscuridad a la que nos habíamos expuesto en el descenso. A la derecha de la escalera había un agujero que no tenía fondo, según había podido comprobar antes, y ahora se podía ver una cascada cayendo con calma.

    De alguna forma lo supe, aquella era ahora la salida del lugar. Habíamos llegado en buen momento.

    Uno a uno salimos, saltando por el agujero. Palker fue casi el último, y luego me tocó a mí. Estaba demasiado agotado y solo podía pensar en acostarme, así que esperaba no tener que rendir cuentas con el maestro hasta el día siguiente.

    Si, porque suelo tener esa suerte. Por supuesto.
     
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  18.  
    J.Nathan Spears

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    Palker quejándose de un final anticlimático y yo... teniendo que aguantarme la risa porque leo esto desde un lugar de trabajo xD. Ironías de la vida.

    He detectado un par de oraciones que me han llamado la atención

    Aquí hubieras puesto "El Sableye" o de pérdida haberte referido a él como su nombre, Zay. O incluso, poner que lo dedujo "el de tipos Fantasma y Siniestro". No sé, esa parte parece que la hiciste a la apurada :'V

    Y claro, choca un poco que Palker se refiera a Bruno como "capitán" y al mismo tiempo lo esté tuteando... pero supongo que es parte de la locura del pobre sujeto... digo, Pokémon.

    Al menos la solución que tuvo fue lo más simple y gracioso a la vez... traumatizar a Whismur para que ese Jellicent egoísta dejara de acaparar el agua... aunque en todo caso, ¿Cómo carajos llegó ahí en primer lugar? ¿Se lo habrá tragado otra mazmorra? Quién sabe...

    Ah, pobre Bruno, de una a pensar en confrontar a sus profesores... en especial el pesado de Absolen.

    Como sea, a esperar que el siguiente episodio no llegue en 2024 xD. Nos leemos en otra
     
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  19. Threadmarks: Capítulo 26
     
    Graecus

    Graecus uwu7

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    Hubo dos sorpresas al llegar al Pokegremio.

    Aunque llegamos a la base a altas horas de la noche, Absolen nos estaba esperando afuera. Fuera de la mazmorra estaba corriendo una lluvia torrencial, y de alguna forma los líderes siempre se las ingeniaban para saber cuándo un miembro volvía de una misión, y habían mandado a Absolen a revisar.

    Absolen se encontraba justo en la entrada, protegiéndose de la lluvia bajo el techo del elevador. A sus pies descansaban varias mantas secas, que fueron bastante útiles en cuanto nos hubimos acercado. Absolen reparó en Jellicent apenas llegar, y tuvimos que contarle lo ocurrido.

    Había esperado un fuerte regaño, o que nos cerrara la entrada en la cara, pero su reacción fue inesperada. Soltó un bufido, burlándose.

    "¿Dices que les pidió que se encargarán de exterminar a los residentes de la mazmorra? ¿Y les dió una hora de plazo? Increíble, en este mundo hay cada necio".

    Le echó una mirada fulminante a Jellicent, quién desde había tiempo no dejaba de temblar al ver a Absolen.

    Por fin terminamos el relato, y Absolen sacudió la cabeza. "No había nada por hacer, Jellicent estaba alterando el equilibrio de la mazmorra. Venga, misión cumplida. Ahora pueden largarse".

    Quisimos llevar al Jellicent hacia donde se encontrara el maestro para que decidiera que hacer con el, pero en cuanto se lo comunicamos a Absolen sacudió la cabeza. "Alakazam no se encuentra. Tenía una misión pendiente con Luke, así que se fueron hace unas pocas horas. Deberían estar volviendo en una semana, por lo menos".

    Era como un balde de agua fría, esa noticia. Sin Alakazam y sin Luke, era difícil saber qué cosa haríamos en el tiempo libre que anteriormente eran sus clases. Simplemente esperaba no pasarme todo el día con Absolen, o moriría de desdicha.

    "Si no se encuentra Alakazam, ¿Que hacemos con Jellicent?" Preguntó Glaze, con evidente curiosidad.

    "Normalmente es Alakazam quién dicta la sentencia luego de descubrir lo que pasó, pero en este caso tendremos que tenerlo por acá mientras llega. Yo me encargaré de cuidarlo y que jamás olvide que su desdicha empezó al subestimar a un explorador. ¿Que absorbe agua, dices? Excelente, me encargaré de que se hidrate lo suficiente para no desmayarse" y sonrió como si hubiera sido la mejor idea del año.

    Pensé un momento en protestar, pero realmente no había mucho por hacer. Si Absolen quería torturar cosas, pues mejor un enemigo que un Dedenne, ¿No?

    Nos dio las mantas y nos dejó marchar, así que ingresamos a las instalaciones.

    Palker y compañía nos había seguido hasta el pokegremio, así que Mimu y Zay le mostraron el camino a Watchog para que Whismur pudiera conocer a Mamá Gertrudis. Palker se quedó en su lugar, lo cual fue bueno ya que necesitábamos hablar.

    Palker había sido de gran ayuda en la mazmorra, y le debíamos mucho. Pero aunque Zay estaba pensando en que debíamos reclutarlo, yo no estaba seguro. Palker estaba jodidamente loco, era inestable y parecía estar siempre varios pasos delante de nosotros. Había vencido a Jellicent con aparente facilidad, pero también le había gritado a un Crobar inexistente y se había adjudicado todos los títulos habidos y por haber. Realmente yo no estaba listo para encargarme de un caos así.

    Pero cuando quise comunicárselo a Palker, él no me dejó hablar siquiera.

    "¿Entrar a su equipo? ¡No seas ridículo, capitán! Ustedes entrarán al nuestro".

    Y se fue sin decir más, bastante contento y dejándonos muy confundidos. ¿Nos estaba retando, acaso? No había sonado así, pero el caso era que no parecía interesado en fichar para el Equipo Chispitas. Me sentí un poco rechazado, pero seguía siendo lo mdjor y eso era lo que importaba.

    Aquella noche caí en mi cama imitando un saco de bayas, pero no pude dormir mucho tiempo. Cada ciertas horas parecía escuchar alaridos de dolor en alguna parte del pokegremio, y esperaba estar equivocandome sobre la fuente.

    * * *​

    Luego de haber terminado la misión, nos encargamos de hacer misiones sencillas para matar el tiempo. Después de todo, con el viaje de Alakazam y Luke y el hecho de que Absolen parecía estar entretenido con su nuevo juguete la mayor parte del tiempo, teníamos mucho tiempo libre. Palker y Watchog se habían quedado en el pokegremio, y al parecer Palker había pedido expresamente la entrada al Club sin nombre, cosa que había dado mucho de que hablar los últimos días. Normalmente nadie iba de buena mano al Club sin Nombre, más bien lo contrario. Era el club con el mayor número de integrantes del pokegremio, llegando casi a los setenta miembros. Su sala era bastante amplia, y aún así los miembros solían quejarse mucho con el espacio. Era difícil en aquel lugar destacar de alguna forma cuando estabas estancado en un equipo casi invisible para los demás, pero era aquel equipo al que había decidido ingresar Palker. Suponía que él sabía lo que hacía.

    Desde nuestra llegada al pokegremio y en los días siguientes el pergamino de misiones en nuestra sala estuvo lleno de misiones sencillas, así que pudimos concentrarnos varios días en completarlas. Así pues, ayudamos a un Psyduck a volver a su casa desde su patio luego de que olvidara donde vivía por culpa de una jaqueca horrible, ayudamos a cambiar varias rocas de la casa de Mamá Gertrudis que ya estaban empezando a erosionarse por el calor, y socorrimos a una pobre Skitty de un Wailord acosador (no pregunten, nunca lo entendimos).

    Mimu pasó un tiempo recuperándose de la púa de Ferrothorn que se había clavado en su vientre en la misión, pero en un par de días ya estaba casi completamente recuperada. Pronto se unió a nosotros en las misiones, y pudimos avanzar rápidamente.

    Visto en retrospectiva, fue un respiro luego de tantas cosas por las que habiamos pasado. Aún no nos habíamos podido recuperar mentalmente del fracaso de la ira del invierno, y habíamos llegado agotados de la misión siguiente. Un tiempo para hacer misiones fáciles y hundirnos en la rutina era justo lo que necesitábamos. No teníamos clases la mayor parte del tiempo, las misiones eran un paseo por la tarde. Era perfecto.

    Pero, a la vez, fue la calma antes de la tempestad.

    * * *
    Mientras tanto...

    Anteriormente el lugar había sido bautizado como Ira del Invierno, porque azotaba con fuerza grandes ventiscas y parecía empujarlos a todos hacia su centro. Al final, el viento había desaparecido, y en los bordes de la mazmorra la nieve había sido reemplazada por campos de hierba y un sol agradable. En varios sitios se podian notar intentos de plantaciones de bayas para obtener frutos y así comenzar a reunir recursos, pero parecía
    imposible de lograr mientras un líder terco siguiera comiéndose las bayas abusando de sus derechos.

    Mientras más te movieras hacia el centro de la mazmorra, sin embargo, aún podías llegar a sentir demasiado frío. La mazmorra seguía manteniéndose helada en su mayoría, cosa que Mamoswime terminaba agradeciendo. Había temido que el cambio de su hogar fuera extendiéndose hasta convertirse en una eterna primavera, pero al parecer sus temores no llegarían a cumplirse. Mientras más en el centro estuvieras, el frío seguía golpeando con fuerza.

    Era allí donde se encontraba en ese momento Mamoswime, justo frente al enorme agujero donde hacia bastante tiempo trataba de evitar cualquier ingreso. Ahora que había quedado establecido como la salida oficial, Mamoswime se encargaba oficialmente de llevar a los visitantes hacia la salida lo más rápido posible. Era parte de su trabajo como líder de un equipo de rescate, y era lo que menos podía hacer por los recién llegados.

    En este caso, el visitante era un Zangoose. Había mirado escrupulosamente el agujero de la salida, y luego había mirado a Mamoswime fijamente antes de simplemente quedarse quieto y no decir una palabra.

    Mamoswime esperó lo más paciente que pudo. Solo cinco minutos. "¿Eh? ¿Pasa algo?"

    Zangoose bufó "¿Piensas que soy idiota? Es un agujero. Esto no es la salida, esto es la muerte".

    Mamoswime tuvo la decencia de controlarse. "Esa es la salida, desde hace pocos meses. Simplemente hay que saltar".

    "No lo haré" juró Zangoose. "Esta es una triquiñuela tan patoza que seguro ya nadie te cree
    . ¡No moriré para que tú obtengas lo que sea que quieras sacar con mi muerte!"

    "¡TIENE QUE SER UNA MALDITA BROMA!" Bramó Mamoswime, luego de haber llegado al límite. "¡NO PUEDES SOSPECHAR EN ESTE MOMENTO, SI LA MALDITA MAZMORRA TE ESTUVIERA ARRASTRANDO HASTA EL AGUJERO CON UNA MALDITA VENTISCA, TE LANZARÍAS DE CABEZA!"

    ”¡Lo sabia, era una trampa!" Gritó Zangoose, poniéndose en guardia para enfrentarse a su enemigo. ¡Déjame ir o llamaré a un equipo de rescate!
    ".

    "¡YO SOY UN EQUIPO DE RESCATE, MALDITO IMBÉCIL! ¡LANZATE AHORA MISMO O LANZARÉ TU CADÁVER...!"

    "¡Mamoswime, detente!" Gritó Delibird al final, corriendo a detener la batalla mientras pensaba seriamente en renunciar.
     
    Última edición: 9 Marzo 2023
  20.  
    J.Nathan Spears

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    Ahora resulta que me tardo más yo en comentar que el autor en poner el episodio... yo y mi bocaza :'v

    Si tardé es porque me agripé re feo... de hecho, toda mi familia se agripó, comenzando por mi padre, quien fue quien peor la pasó... si yo sentí escalofríos de los cuáticos, lo de un viejo de casi 77 años debe ser...

    Mierda, estoy yendo por las ramas. Pero aún puedo asociar esto con...

    Escalofríos que sintió Brunito al escuchar los gemidos de dolor de un ser torturado (que vamos, se lo merecía xD).

    Sorprendente es también que Absolen no se pusiera súper-pesado con el Equipo Chispitas por "fallar" la misión. El código es rígido... pero al menos es justo.

    Palker se unió al Equipo Sin Nombre y al menos ahora se sabe algo de él: Que su sala es espaciosa, pero no lo suficiente como para tantos miembros... ¿Acaso serán 150 ya con Palker el lunático?

    Ah, y otro lunático haciendo de las suyas... Mamoswine está por mandarse otra cagada. Pero... con la mazmorra "muerta", ¿Realmente uno morirá si cae ahí? ¿O acaso Mamoswine tiene razón y sí es una salida al fin y al cabo? Ufff...

    Por último...

    Mejor que no lo entiendan, pequeños n__nU. Yo sí lo capté a la primera xD
     
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