Imperio de Elérea Poblado de Doli

Void

Tal y como esperaba, el jefe de obras se quedó sorprendido porque hubiese regresado con las piedras, ¿No le había dicho que estaría bien? Aunque era verdad que aquel monte era más peligroso de lo que pensaba en un inicio.

De cualquier manera, el hombre se dispuso a rebuscar en una bolsa que tenía en el suelo, y pronto nos dio varios ingredientes de cocina frescos, como frutas y verduras. Lo cierto es que no me esperaba ese tipo de retibución, pero después de ver a Myura intentar comer a los monstruos salvajes, ver comida normal me alegró más de lo que pensaba.

—Mira gatito —me burlé de myura, dándole palmadas en la cabeza—, al fin comida de verdad, para que no tengas que comer esas cosas raras de siempre —evité como pude un zarpazo, antes de gruñirle de vuelta.

—Bueno, gracias por la información —le dije al hombre, antes de continuar al interior del poblado. Me detuve a hacer un par de compras antes de volver a abandonar el sitio: Una poción para que Myura recuperase sus fuerzas, ya que no había mucho tiempo para descansar ahora mismo. Además, me pasé por el mercado para comprar algo de comida, extrañaba las cosas que... bueno, que no preparaba Myura. Un par de nueces y algunas patatas bastaban de momento, considerando que ya tenía lo que me regaló el señor.

Y ya que estaba, me pasé por la pastelería.

—Uh, disculpe —dije parándome de puntillas, para que mi cabeza sobresaliese del mostrador del lugar y ser notado—, quiero hacer algo rico con esto —deslicé por el mostrador algunos de los ingredientes que tenía.

No sabía nada de cocina, pero si los ingredientes estaban buenos, la mezcla debía estar aún mejor, ¿no?

—Oh, y esto para mi amiga, supongo... —agregué, deslizando una bolsa con un pedazo de cebolla que habíamos conseguido antes.

Comprar:
- Poción (+20 PS, ratio x0,1): 30 guiles [No es necesario que la añadas a la ficha, se la va a tomar myura(?)]
- Zanahorias eleanas (deliciosas zanahorias cultivadas con mimo en los huertos de Doli, en Elérea. Son codiciadas por muchos por el enorme tamaño que pueden llegar a tener y por su color brillante y anaranjado y su sabor dulce e intenso. ¡Ideal para todo tipo de platos!): 60 guiles.
- Nueces de mitrilo (estas nueces se llaman así porque, se dice, la cáscara que las envuelve es más dura que el propio mitrilo. Con todo, su fruto es agradable y, aunque seco, es comestible. Un poco amargo, quizá, ¡pero hey!): 20 guiles
- Patata recia (grandes patatas de piel dura como una piedra e interior igualmente sólido. Pese a lo hoscas que pueden resultar, curiosamente, al ser cocinadas, salen crujientes y sabrosísimas): 40 guiles.

Cocina:
-Receta 1: Nueces, manzana, leche
-Receta 2: Patata, zanahoria, leche
-Receta 3: Tomate, cebolla

 

Mientras caminaba por el pueblo, Myura, sobre la cabeza de Void, se relamía.

—Ais, ¡una pastelería, qué guay! Void, ¡más te vale no estropearlo, eh! Quiero, hmm... tartas, y bizcochos, y quizá un pan casero. ¡Ay, qué rico!

Vaya, si que estaba emocionada. Debía pasar hambre habitualmente, y si encima dependía de ella cocinar pues...

En todo caso, llegaron al lugar y Void le entregó los productos. La señora que atendía, sonriente, le dijo:

—Claro, cariño; si me das los productos y me dejas quedarme con algunas porciones de lo que salga para la tienda, yo te haré encantada algo rico~.

Y así, se puso manos a la obra. ¡Estuvo el pedido listo antes de lo que pensaba! Aunque por mucho que lo intentó, uno de los platos no quedó muy bien del todo...

... y curiosamente, ese era el que Myura miraba con más ganas.

Obtienes:
- Tarta de manzana con nueces
- Comida extraña
- Tostada con salsa de tomate triturado

Ten en mente que solo puedes aplicar una comida a cada personaje a la vez.

 

Void

No tuvimos que esperar demasiado antes de que nuestro pedido estuviese listo. Dos de ellos lucían muy apetitosos, pero el otro... bueno, no tanto. Sin embargo, parecía que era lo que más llamaba la atención de Myura.

Bueno, al menos le íbamos a poder sacar provecho a esa cosa, fuese lo que fuese.

—Gracias por las cosas, señora —me despedí, saliendo de la pastelería—. A ti te daré tus cosas cuando salgamos de aquí, que no quiero que comas eso encima de mi cabeza.

Ahora que habíamos terminado con nuestro pendiente en Doli, el siguiente destino era la casa de Myura. Allí esperaba poder hacer algunas pociones para nuestro viaje, que había conseguido un par de materiales. Solo esperaba que me quedasen más ricas que las que hacía la morfomante.

 

Rigel Betelgeuse

Conseguimos llegar a Doli, tras mucho tiempo. O al menos, tras mucho esfuerzo. Boko parecía cansado, y lo mismo decía Biggs. Hasta Kein, que parecía el más enérgico del grupo, se notaba débil. Y yo no era la excepción, comenzaba a necesitar un descanso para poder rendir en... lo que sea que tuviera que hacer ahora. Estaba algo descolocado desde que me consideraba un traidor, si mayores motivos que una mentira de Wezen, ¿no?

Nos adentramos en Doli debatiendo la posibilidad de seguir avanzando luego a lomos de los chocobos. Kein habló de Orion, pero mi mente descartó esa posibilidad de inmediato.

—Supongo que con "Arion" te refieres a Orion, el chocobo blanco, ¿no? —maticé—. No creo que sea una buena idea. Él no podría llevarnos a todos, y además es un chocobo muy especial. Solo altos cargos del ejército montan chocobos así, y dadas las circunstancias no creo que sea conveniente que nos reconozcan. Tampoco creo que haya nadie por aquí que quisiera prestarnos tres chocobos, sin garantía de volverlos a ver, de buenas a primeras.

>>No obstante, aún nos queda una posibilidad. ¿Recordáis el bosque chocobo que encontramos? Quizás, si consigues hablar con ellos, Kein, puedan ayudarnos a desplazarnos más rápido, ¿no? —reflexioné, aún sin estar del todo convencido con eso de montar en chocobo salvaje y perturbar su hábitat.

En cualquier caso, fuimos hacia la posada lo más rápido que pudimos, y allí pedimos un par de habitaciones para reposar las piernas. Necesitaríamos dos, aunque finalmente Kein durmiese en las chocoberizas si se decidía a escaparse, así que tuvimos que abonar el precio correspondiente. Pagué de mi bolsillo con ambos cargos, pues no sabía si Kein entendería la necesidad de pagar y cobrar una estancia (o cualquier servicio en general), y probablemente tuviera yo en aquel momento muchos más guiles que él, siendo él quién más los necesitaría en un futuro, para conseguir, al menos, ropa.

A la mañana siguiente, tras una noche donde pudimos dormir a pierna suelta, nos dispusimos a salir de la ciudad, de vuelta a por el monstruo que teníamos que buscar. Sin embargo, recorriendo las calles de Doli, encontramos un Moguri algo particular.

Contenido oculto

Suzaku-kun el encargo del historipó novato, plis uwu Also, Rigel paga la posada, 120 guiles :D

 

Contenido oculto

Son solo 60 guiles; el pago es por grupo, así que te cura a ti y a Biggs :0!

El moguri, entristecido, veía pasar a la gente sin parar. Intentaba hablar, para soltar su discurso, pero se detenía a cada rato, incapaz de arrancar. La gente que pasaba en el pueblo caminaba distraída, sin prestarle mucha atención, pero él parecía ser incapaz de levantar la voz, como si le diese apuro.

—K-Kupó... —agachó la mirada, triste. Pronto vio a Rigel y los demás, y trató de hacer de tripas corazón y empezar a hablar—. ¡H-Historipó, historipó! E-Ey, s-sabíais que... una ensenada, al sur. ¡Es verdad, kupó! ¡Allí sucedió la batalla entre el Shinryu y... la máquina... creo! Jo...

Vaya. No parecía nada seguro, ¿eh? En cuanto se detuvieron, sin embargo, se puso tenso, y se trabó. Tuvo que ser Biggs el que hablase para que el pequeñín se centrase.

—¿Qué dices de una ensenada al sur, pequeñín? Vamos, que no te dé vergüenza, hombre. Cuéntanoslo.

—Oh, uh... e-eh... e-es que mi padre siempre contaba que... al sur... bah, da igual. Nadie me cree cuando lo cuento, pero... seguro que es verdad, kupó.

—... pero, ¿el qué? Cuéntamelo —insistió Biggs—. Mira, haremos algo: si nos lo cuentas, iremos a comprobar si es cierto, ¿vale? ¡Así tendrás historias que contar!

—¿K-Kupó? ¿E-En serio, kupopó? —emocionado, le brillaron los ojillos—. V-Verás, pues... según mi papá, kupó, al sur de Elérea hay una ensenada q-que lleva a unas islitas, kupó. Es difícil llegar, ¡h-hay que poder volar, o al menos poder saltar muy alto! Y nadie puede hacer eso, y, kupó, por agua e-es peligroso, los barcos no caben por allí y hay muchas roquitas... kupó... ¡todo muy conveniente para que sea difícil acceder! Pero ahí en esa ensenada hay como un agujero o algo que va al fondo del mar, y... kupopó... ¡m-mi papá decía que ahí fue donde el Shinryu peleó con una máquina o yo qué sé! Pero como este sitio no es Shinryu y nadie cree en esas leyendas, kupó... no puedo contar la historia. Y nadie me cree... ¡así n-no se puede ser historipó, kupó!

Biggs meditó.

—Hmmm... la verdad es que suena descabellado, sí. Pero quizá sea cierto. Entonces es una ensenada a la que se puede acceder saltando de roca en roca hacia dentro del mar, ¿no es así? —el historipó asintió—. Bueno, andando no podremos llegar, pero quizá de otra forma...


Encargo: "El agujero del Shinryu": encuentra en el sur de Elérea la ensenada que lleva al agujero del Shinryu y tráele al historipó pruebas de su existencia.

 

Cuando llegaron a Doli, Wedge no pudo sino comenzar a mirar a su alrededor instintivamente. Casi parecía tener un presentimiento, como si su hermano estuviese cerca y pudiese sentirlo. Quedó mirando al frente por un instante, quieto. Y decidió entonces comenzar a andar. Aidan y Erin, con sus rostros cubiertos por los cascos, le siguieron en silencio. No sabían muy bien dónde se dirigían, pero decidieron seguirle, porque él, desde luego, conocería mejor Doli que los Titanes.

Y los pasos, al final, les llevaron al cementerio. Ahí quedó, mirando una tumba en particular, con una débil sonrisa entristecida.

—... es la tumba de mi hermana —explicó, suspirando con pesadez—. Antes de la misión, Biggs y yo pasamos por aquí para contarle cuánto habíamos conseguido, ¿sabes? Ser oficiales tan pronto, era todo un logro. Y... al fin y al cabo lo hicimos por ella.

Aidan se cruzó de brazos.

—¿Qué le pasó a la chica? —preguntó con curiosidad.

—Pues... ella era la única de la familia que podía hacer magia —contó entonces, sin dejar de mirar a la tumba—. Su magia era pura, curativa; era, de hecho, muy potente. Podía curar a todo el mundo con solo tocarle, incluso curarles de lesiones increiblemente duras. Pero su magia tenía un costo: cuando la usaba demasiado, la dañaba a ella. Era como si sus curaciones no fuesen simple magia blanca, sino como si... como si ella pasase su energía a los que curaba. Y por tanto, no sanaba las heridas, sino que absorbía el sufrimiento de los que las sufrían, ¿sabes?

—Entiendo —suspiró Aidan—. Y eso debió acabar con ella, ¿no?

Wedge asintió.

—Aunque ella ya sabía que moriría si se excedía demasiado, siguió haciéndolo. Era así de buena, supongo. Y una de las veces, ella... murió. Murió por su magia, porque necesitó usarla aun a costa de su vida. Y sin esa magia no habría podido salvar a mucha gente, cierto, pero, ¿por qué tenía que morir ella?

Tomó su cañón, mirándolo de cerca mientras lo sujetaba con fuerza.

—Por eso Biggs y yo queríamos ser soldados magitek y contribuir a perfeccionar esta tecnología. Porque si la magia magitek pudiese sustituir por completo a la magia normal... ninguna persona tendría que sacrificarse como nuestra hermana. Ella tenía una enfermedad extraña que afectaba así a su magia, pero, ¿quién nos dice que otras personas no tienen otras condiciones similares? Si la magia estuviese al 100% al alcance de todo el mundo con esta tecnología, no tendría que morir nadie como murió ella.

Conmovido por la historia, Aidan puso una mano en el hombro de Wedge. Erin no supo muy bien por qué, pero casi le pareció notar algo extraño en la expresión de Aidan. Aun con el casco, su posición corporal se le hizo rara en el chico. Como si estuviese, casi, temblando. Sea como sea, pronto Wedge habló.

—... pero el punto positivo es que el hueco junto a esta tumba sigue vacío —dijo—. Conozco a mi hermano. Si creyese que he muerto, habría tardado poco en poner una placa con mi nombre junto a mi hermana. Pero no la ha puesto. Así que... piensa que sigo vivo.

Sonrió entonces, con algo de esperanza.

—Y seguro que me está buscando —dijo, asintiendo—. Vamos a una posada, ¿sí? Descansaremos y, además, podré preguntar por mi hermano.


***


Durmieron así en la posada, reponiendo energías. Y, al despertar Erin, encontró a Wedge en la recepción, conversando con el encargado. Pronto se acercó a ella.

—¡Hey, Erin! Ya he conseguido información. Mi hermano ha estado aquí hace poco, en Doli. Va con Rigel y con el chico salvaje del que os hablé, al parecer. Pero no sé con exactitud hacia dónde se dirige. Seguramente me estén buscando... y creo que acabarán yendo a Elérea tarde o temprano.

>> Oh, y, al parecer, han encontrado un bosque de chocobos aquí abajo, al sur de Doli. Podríamos coger uno cuando salgamos. Con suerte... quizá hasta nos encontramos con ellos en algún punto.

Así que el plan seguía siendo ir a Elérea, ¿eh? Coger un chocobo aceleraría el proceso, sin duda. Tenían que dar un largo rodeo, después de todo. Bostezando con eesfuerzo, Aidan bajó, de nuevo con el casco puesto (no podían permitirse exponer sus identidades), siendo el último en levantarse.

Habían estado tan, tan cerca de Biggs y los demás... pero seguían sin encontrarse. Quizá yendo a Elérea... tendrían suerte esta vez, ¿no?

 

Kein
Al final continuamos con paso firme aunque cansado a Doli, al fin, aunque la búsqueda resultó infructífera, no había rastro de Wedge. No podía imaginarme como podía sentirse Biggs en este aspecto, bueno, sí. No quería ni pensar como sería perder a Boko, removería cielo y tierra para hallarle poniendo el mundo por montera. Sin embargo, era hora de descansar, por lo que al final acabamos yendo a lo que ellos llamaron “posada”, no recuerdo nada más que quitarme la ropa y una cama mullidita que me hizo caer dormido al instante.



Los primeros rayos de sol entraron por la ventana, despertándome, me dolía todo, ¿Que era esa sensación? No me gustaba para nada, pero me las arreglé para vestirme, pensándolo bien, no sabía si me había quedado bien, pero de todos modos bajé por unas cosas al piso inferior, donde me quise encontrar con Rigel.



- Me duele todo, ¿Que me está pasando Rigel?-. Pregunté, algo molesto por el dolor pero no con él mismo.- Explicamelo.



No quise sonar rudo pero ¿Como le debía hablar? ¿Cordialmente? ¿Con confianza? ¿Con frialdad? No lo sé….

 

Kein
Y ¡Aquí estábamos de nuevo! Espera ¿No dije algo así la última vez que estuve en un sitio que había visitado? Een fin, habíamos venido solo para comprar algo ¿No? Vale, creí recordar donde estaba la tienda y empecé a caminar algunas calles en dirección a la misma.

Mientras caminábamos miré a Wedge con calma de arriba a abajo.

— Dime Wedgy, ¿No te cansas de ser militar? No eres feliz y no dejas de sufrir por ésto y al final no eres feliz. A mí no me quedó mas remedio pero ¿Por que si tu hermano y tu? Veo muchos humanos que viven vidas distintas seguramente—. Pregunté con gran curiosidad por ello, la verdad... ¿Por qué decidían dar su vida? ¿Sufrir? Esperaba que Wedgy me las respondiera.

Por otro lado, empezaba a entender quizás que no era el mejor momento, por lo que apremiaba lo del norte.... Además de que quería también ver ya lo que ocurría en mi bosque, con mi familia...

 

Mientras caminaban por Doli, Wedge miró a su alrededor con cierta tensión. Claramente, estar en casa le hacía sentirse bien, pero, a la vez, parecía que sentía algo de presión por estar allí. Como si no quisiese que la gente le reconociese y le hiciese preguntas. Quizá porque temía no saber cómo responder si le preguntaban por su trabajo o... por Biggs.

Hablando de su trabajo, reaccionó rápido cuando Kein le preguntó por ello, esbozando una sonrisa entristecida.

—Claro, muchos humanos no son soldados —comentó—. Y no es una vida fácil... más aún ahora, cuando las acciones del Imperio empiezan a ser discutibles. Pero no siempre sufro, ¿sabes? De hecho, entré porque quería entrar. Verás, yo... quería contribuir al desarrollo de la energía Magitek, de esa tecnología. Ya sabes, eso que usamos con estos cañones —señaló a su cañón de mano— para reproducir la magia artificialmente. Mi hermano y yo queríamos ser capaces de aportar nuestro granito de arena, porque queremos que, algún día, nadie tenga que usar la magia si no quiere, ¿sabes? Porque algunas personas acaban... sufriendo mucho por su magia. Y si se pudiese sustituir al completo esta por la energía Magitek, ¡sería fantástico! ... es por eso por lo que me hice soldado. Para poder usar la tecnología magitek.

>> En fin, Kein. ¿Quieres comprar algo, que nos aprovisionemos? Lo necesitaremos seguramente para lo que nos espera...

Puedes comprar o aceptar encargos, tienes todo en el primer post del tema.

 

Kein
Que tan distinto era Wedge en comparación a su hermano o Rigel, él era tan abierto, tan honesto a la hora de explicarme el por qué de unirse al ejercito. Sobre la magia y sus consecuencias ya me explicaron en su momento Rigel y Biggs, pero no recordaba o no me dijeron que Wedge se unió con ese mismo propósito. A decir verdad, a mí la magia no me había hecho nada ¿Sería entonces que efectivamente te otorga un gran poder pero a la larga también tiene terribles consecuencias? Porque eso no me gustaba ni lo más mínimo.

— Entiendo... ¿Sabes Wedgy? Admiro que tu tengas éxito en tu propósito, yo, como recuerdo hablerlo hablado con Rigel, ni siquiera podría considerarme un militar exitoso. No tengo nada que perder, no tengo nada que ganar, ni siquiera he podido cumplir mi propósito. S-Sé que no es plato de gusto recordarlo para tí tampoco, ni que te lo recuerden contínuamente, solo quiero decirte que... Bueno, me alegro que tu "tecnofobia" tenga tanto éxito—. Dije como una forma de intentar consolarle mientras seguíamos avanzando por las calles del poblado.— No puedo negar que es un pueblo bonito, si fuera yo, me quedaba, claro que no puedo teniento un hogar al que regresar y, traer aquí a mi familia como que tampoco creo que fuera una buena idea. Y ¡Claro! Quiero comprar algo, es mejor ir preparado.

Finalmente, con paso decidido llegamos a la tienda, aunque ¿Por qué no aceptar algún encarguito rápido? Si eso nos ayudaba a obtener algún aliado...

— Wedgy, tengo un encargo pendiente y a ver a ver que compramos...—. Dije reflexivo mirando el escaparate.

Compro:
- 8 Superporciones (400 guiles)
- 1 Ultraéter (120 guiles)
-1-Pantalones largos (100 guiles)
-1 Tobilleras silvestres (300 guiles)

Primero compraré algo y luego haré la misión del historipó(n) (¿Nopón? ¿Where are you?)

 

Kein había estado haciendo algunas compras, y se había cambiado de ropa, supuestamente para equiparse bien para la aventura en el norte que les esperaba. Sin embargo... Wedge no pudo sino mirarlo de arriba abajo, sorprendido, al verle.

—Ehm...

Observó su aspecto. Llevaba un traje típico de los campesinos de Doli, de color marrón y con bordes y filos de lana de garula, igualmente marrón. Luego llevaba unos pantalones ligeros de tela lisa, grisáceos, y... iba descalzo, solo con unas tobilleras cubriendo, pues... pues eso, sus tobillos. Wedge no pudo sino rascarse su mejilla, algo confuso.

—Uhm, vas muy, ¿cómo decirlo? ¡Original, sí! E-Esa es la palabra, creo —sus ojillos se desviaron ligeramente, intentando huir de la situación embarazosa—. No sé si sea, ehm, lo más propio para un sitio frío como Shinryu, porque ir descalzo pues... es algo raro. Pero asumo que estarás acostumbrado, después de estar, uhm, toda tu vida en el bosque. No creo que los chocobos hagáis muchos zapatos —meditó por un instante, curioso—. Tendrían que ser zapatos muy grandes, en todo caso, ¡menudas patas tienen!

Agitó su cabeza, despejándose de esos pensamientos.

—B-Bueno, ¿qué decías de un encargo...? Oh, en fin, supongo que no pasa nada porque nos desvíemos un momento. Antes he oído por aquí que al sur hay un bosque de chocobos, por cierto. ¡Podríamos ir y ver si montamos en alguno, para ir más rápido! Así podremos alcanzar mejor luego el Portón y a Rigel y a Biggs...

Agitó sus manos frente a sí, dándose cuenta de que quizá había dicho algo poco apropiado.

—¡O-O sea, siempre que los chocobos quieran ayudarnos, c-claro, no hablo de capturar ninguno ni nada así!

 

Kein
¿Que hay de malo en mi aspecto? A mi me gustaba, el tacto de mis pies tocando el suelo, el tacto suave de mis rodilleras era indescriptible incluso si la reacción de Wedge fue confusa y no le presté demasiada atención. Posteriormente me habló del encargo para indicarme que no creía que hubiera problema por tomar un desvío y que en el sur había un bosque chocobo y que ellos nos ayudaran pero sin capturar ninguno

— ¡Gracias Weegee! Veamos el sur el sur... ¡Guiame hasta el sur! Al bosque chocococo espera... Creo que ya estuve en ese bosque ¿o no? bueno estuve en un chocobosque...—. Dije reflexivo— ¿Gustas ir ahora?

 

Roxy, Mark y Tilkin tuvieron un merecido descanso, y por fin recuperaron energías. Doli parecía bastante tranquila para acabar de haber una lluvia carmesí... pese a que sus muros estaban a medio camino, no se apreciaban grandes destrozos. Seguramente porque no solo contaban con algo de vigilancia del ejército, sino porque se veía que había gente preparada para pelear allí; muchos campesinos, si bien no sabrían manejar un arma, podrían pegar una buena sarta de golpes si era necesario con esos cuerpos.

Y hablando de campesinos y de cuerpos, gracias al cuerpo de Roxy, uno de ellos se interesó mucho en ella y no tardó, para tratar de llevarla a su terreno, en ofrecerle productos de su huerta para "cortejarla". Una bonita manera de intentarlo, si bien un poco rústica. Aunque lo que más consiguió fue mosquear a Mark...

Obtienes de Engatusar:
- Patata recia x3
- Zanahoria eleana x2

En fin, al margen de eso, si habían estado a salvo después de la lluvia también se debía, seguramente, a él. Un hombre que llamaba la atención frente al resto, con capucha y un gran arco y dagas en su espalda y cintura, respectivamente. Ese tipo sabía luchar, sin duda. Y era difícil engañarla a ella: las orejas no se ocultaban lo suficiente bajo la capucha: el tipo era áureo.

—... extraño ver a gente nueva por aquí, y tan pronto después de la lluvia —les dijo, con ese acento áureo que sonaba siempre tan refinado, arrastrando eses y sonando silbante, pero a la vez tan campechano y tribal, acortando los finales de muchas palabras y sonando algo lentos a la hora de entonarlas—. Se ve que sabéis pelear si habéis tenido las agallas de aventuraros.

Mark lo miró con una ceja alzada.

—Y extraño ver a un áureo por Elérea —vaya, si hasta él se dio cuenta. La capucha no ayudaba, desde luego—. ¿No soléis andar por Shinryu?

Él no pudo evitar reír.

—Puede ser. Mis gentes son amigas de aquellos del norte. Pero no me traen aquí relaciones humanas. Soy un cazador, y vine años ha en representación de mi gremio.

—¿Gremio? —Tilkin se llevó una mano a la boca, sorprendido—. ¡Kupopó! ¡Como la Kupoliga, kupó!

El tipo volvió a reír.

—Oh, un conocedor de los Cazadores, por lo que veo... imagino que Kholod también mandará a sus moguris cazadores por ahí, a jugar a los luchadores —vaya, se mostró de repente algo hosco con Tilkin. ¿Eran eso rencillas entre... gremios, ligas, o lo que fuese?—. El Gremio del Bosque no juega, sin embargo; vamos muy en serio. Y yo soy uno de los enviados por este a este continente, en busca de presas decentes. Aunque debo decir... se nota la sobrepoblación de Elérea. En el cuerpo de Ilumbra hay pocos monstruos que merezcan la pena, me temo... si no fuese porr la lluvia, seguramente habría vuelto a Áurea. En fin.

Alzó una ceja mirando a Roxy, reconociendo el látigo que llevaba.

—Oh... llevas un arma de caza. Interesante. ¿Es un juguete de los moguris, acaso? Je. ... si de verdad sabéis pelear, ¿qué tal si os ofrezco un juego? Particularmente a ti, preciosa. Tus ojos se ven interesantes, enigmáticos. Desprendes un aura particular. Me gusta, tienes agallas, lo noto.

>> Tráeme los restos de algo grande, de algo que merezca la pena. A ver si encuentras un monstruo del suficiente calibre. Te recompensaré si me demuestras tu fuerza, y, ¿quién sabe? Tal vez te deje unirte a nosotros, aunque sea... de momento.

Así que otro reto, ¿eh? Como aquel moguri de Guiguí. A todo esto, ¿qué eran esas cosas? ¿Kupoliga, Gremio del Bosque...? Parecía que en los continentes externos los cazadores eran algo grande, ¿eh? Tenía sentido, después de todo: como el propio cazador dijo, el continente de Elérea estaba infinitamente más poblado que Áurea y, por supuesto, más que Garladia, Hashmal y Kholod. Más gente implicaba más soldados, más soldados, más monstruos muertos. Y más monstruos muertos, menos criaturas peligrosas sueltas. Sin duda, las alas de Ilumbra debían ser mucho, mucho más peligrosas que Elérea.

—Hey —dijo Tilkin conforme se alejaban, saltando al hombro de Roxy y hablándole al oído—, ¿no irás a hacerle caso a ese tío, verdad, kupó? ¡Que es de la competencia! ¡Kupopó!

—Hey —le dijo, mientras, por el otro lado, Mark—, ¿no irás a hacerle caso a ese tío, verdad? ¡Que te ha llamado "preciosa", solo quiere llevarte a la cama, está claro!

... cada uno con lo suyo, como de costumbre.

Misión: "Honor al gremio"

Objetivo: derrota a un Lagarto de Cristal, una Rafflessia o un Bégimo y obtén su drop de caza.​

 

- Cangrejo rebozado (Trigo + Pata de cangrejo) (Calidad: 1/3) (+6 defensa para un miembro del grupo por dos batallas. Dos usos)
-Comida extraña (ingredientes incompatibles) (Calidad: 0/3) (+1 a todos los atributos por una batalla. Un uso) (x6)
- Carne frita (Trigo + Cualquier carne -salvo ave-) (Calidad: 1/3) (+6 fuerza para un miembro del grupo por dos batallas. Dos usos)​

 

Kein

Subidos a los chocobos, hicimos un pequeño desvío hacia uno de los poblados de la zona. Al parecer, Myura podía ayudarnos con nuestros brebajes, siempre y cuando tuviéramos. Y yo... bueno, no tenía demasiado que mejorar. Evan aún seguía dormido, así que suponía que no le importaría demasiado la parada.

Eso sí, le pedí a la chica que me acompañase a comprar y viese si le daba bien los guiles que eran. No vaya a ser que luego me regañasen por dejarme estafar por un mercader errante o algo.

Contenido oculto

Compritas:

Éter x8
Ultraéter x4
Manzana dulce x1