Imperio de Elérea Poblado de Doli

Kein
No pensaba con claridad, solo sentía el sudor y el latir de mi corazón mientras una oleada de los acontecimientos del día de hoy pasaban por mi mente. Primero, el escondite con Boko, ambos despreocupados mientras nos divertíamos de lo lindo, bueno más yo que él por los sustos que le iba dando, luego el combate amistoso que me propuso por "venganza", luego la oleada de Fangs que fuimos derrotando y ahuyentando para proteger a los chocobos de nuestro querido refugio, mi despertar mágico que resultó sorprendente hasta para mí mismo, la charla con chocolisto, con mi padre (Quien depositó en mi toda su confianza y, a quien tenía la sensación de haberle fallado miserablemente), la advertencia del chocobo que murió sobre la avenida de los humanos, y todo el caos posterior que desenvocó en la muerte de mi madre y todo este caos. Humanos... Seres repugnantes que ni siquiera eran capaces de respetarse entre ellos como especie.
Escuché el potente golpe del azote domador cuando impactó en la estructura, la cual, para mi sorpresa fue atacada de igual modo por dos humanos más y el fang que quedaba con vida. Los golpes impactaron certeros contra la estructura en movimiento, algo que pareció desestabilizarla un momento.

Uno de los humanos gritó a pleno pulmón algo antes de proceder a atacar directamente a la cosa metálica, por lo que, al verlo, preparé mi látigo contra el suelo a la espectativa de tener otra posibilidad para atacar, sin embargo, no fue necesaria, pues otro humano parecía gritar algo en tono triunfante, lo que me hizo recoger el látigo exhalando un suspiro de alivio aunque, manteniendo la guardia en alto mientras el cacharro caía al suelo, aparentemente roto..

Mi cuerpo empezó a relajarse, pero otro grito del mismo humano empezó a hacerme tensar de nuevo.

Esas palabras, a pesar de lo incomprensible que me parecían, estaban cargadas de tensión, algo que me hizo retroceder instintivamente para observar como el cacharro empezaba a temblar y emitir ruidos extraños mientras que otro humano gritaba algo incomprensible hacia otro de los humanos que, a juzgar por la mirada del humano que acababa de darme la voz de alarma indirectamente, parecía ser del mismo equipo, que estaba aparentemente atrapado por otro humano que parecía enrojecido de ira. El humano de nuestro equipo intentó escapar del otro, pero le resultó imposible, pero yo no haría nada... La verdad era que tampoco me fiaba en absoluto de esos humanos, ya me habían causado demasiado daño en un día para que tuviera que mostrar misericordia hacia ellos, por lo que meramente me mantuve a la expectativa de ver como acababa esa situación.
Mi mirada, sin embargo, se mantenía perdida, como la de alguien que realmente trataba de procesar demasiada información en poco tiempo, por lo que mi cuerpo en esencia, aunque a la espera de ver como se solventaba, aún, parte de mí, se mantenía tensa, más que nada por la posibilidad de tener que realizar otro ataque, y sin embargo, parecía que mis sentidos captaban los movimientos de mi alrededor como algo que no debiera captar mi atención en absoluto. Al menos, hasta que escuché un grito ahogado con un llanto, haciendo que todos mis sentidos se activaran en un momento, un grito que soltaba las palabras "Me las pagarás" ¿Boko?
Me giré y, efectivamente, el chocobito arremetió al humano que tenía prisionero al humano de nuestro equipo, logrando apartarle de él. ¿Desde cuando Boko tenía tanta fuerza? Eso me encantaba, solo... Esperaba de corazón que eso no afectara a su nobleza y amabilidad de carácter, porque si no... Hasta yo habría fracasado como hermano mayor también, pero su arremetida, también logró inmovilizar a Sirius, por lo que mis ojos se quedaron ojipláticos por ello.

El humano inmovilizado gritó nuevamente mientras empezaba a arrastarse hacia la máquina, por lo que intenté moverme pero resultó futil, pues, aun con la dificultad que le producía moverse por tener a Boko encima suyo, logró alcanzar el cacharro para tocarlo nuevamente y, el cacharro, nuevamente empezó a movilizarse pero, en esta ocasión hacia el mismísimo Yggdrassil. Lo abrazó, aunque no sabía con que intención, pero no era buena, eso seguro y ¿Por qué nadie hacía nada? ¿D-De verdad era demasiado tarde? N-No, no podían.... Incluso la máquina empezó a mostrar otras esferas brillantes en su interior, esferas como la que había robado al principio del combate, además de empezar a expulsar muchísimas chispas provenientes de la máquina misma, algo que me hizo realmente pensar que no había nada que hacer, pero Boko. No podia perderle también a él, ahora mismo era lo único que me quedaba. La idea de perderlo hizo que lágrimas de desolación empezaran a caer por mis mejillas, porque de ser así, no me quedaría una razón para vivir, no quería irme con los humanos, y habría perdido el bosque y a mi hermano, o sea, mi vida entera.

Solo me quedé mirando a Boko y al otro humano por un instante, el humano le habló a Boko algo que no entendía, de hecho el mismo humano sabía perfectamente que no entenderíamos nada, tampoco sé por que insistía.
Ahora si, me determiné a acercarme para agarrar a Boko y empezar a correr lo más rápido que pudiera. Era rápido ¡Tenía tiempo de sobra! Así que intenté arrancar antes de que un gran estirón en mi brazo me hiciera pararme en seco. ¿Que quería? ¿Que me quedara sin Boko? ¿TODO POR SER HUMANO COMO ELLOS?

Empecé a retorcerme con el intrínseco objetivo de intentar liberarme de sus brazos, pero empezó a resultarme inútil así como mis lágrimas empezaban a salir con más frecuencia y velocidad mientras negando con la cabeza a las palabras del humano, solo estaba centrando mi atención en Boko sin decir una palabra, ¿Para qué? Pasara lo que pasara no me iban a entender de todos modos, pero los otros dos humanos ayudaron al que me tenía agarrado desde el principio, agarrándome también mientras yo seguía tratando de patalear mientras mantenía mi mirada fija en Boko.
— BOKO, BOKOOOOOOOO, BOKOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO—. Grité desesperado, aunque entendía que los demás no fueran a comprenderme, no podía dejar a Boko ¡¡No quería!! Al fin y al cabo, era mi hermano— Hermano por favor, salvad....lo, es lo único que me queda—. Balbuceé desesperado aun llorando de desesperación, trsiteza e ira contenida.
Uno de ellos miró al chocobo para mirarme a mí y, luego de nuevo a Boko, por lo que empezó a susurrar algo ininteligible, con un tono de sorpresa aparentemente.
Entre dos de ellos empezaron a discutir.

No entendía nada, pero, su reacción después fue simplemente, inesperada, aumentando aun más mi confusión al respecto.

Uno de los humanos empezó a correr en dirección al inestable cacharro de nuevo.

Pero justo cuando el humano gritó eso, un fuerte ruido y una cegadora luz empezó a salir del artefacto mismo, ahogando con lentitud el ruido del humano. Traté de gritar el nombre de Boko, pero antes de poner emanar un solo ruido, Boko empezó a correr hacia mí, ¡Menos mal! Quise abrazarle pero ¡N-No había tiempo! La luz había empezado a expandirse y nosotros cuatro empezamos a correr lo más rápidamente que pudimos, dejando atrás todo y, a todos por tal de salvar nuestras mismas vidas, nuestra familia, todo lo que tenía que proteger... Había fallado, había fallado como guardián, solo... No pude protegerlos como debía. Ese sentimiento me inundaba de una profunda tristeza y odio hacia mí mismo, una frustración que estaba siéndome recordada cada instante, por la luz que emanaba de la explosión de la máquina. Yggdrassil había caído, y quizás toda mi gente. La verdad es que no sabía como iba a poder lidiar con todo ello.

No recordaba cuando había perdido el conocimiento. Traté de recordarlo sin abrir los ojos, solo recordaba la lucha que tuvimos con ayuda de los humanos, la posterior explosión del cacharro, y el alivio de ver salir a Boko vivo de allí, mi último pilar por el que mantenerme vivo y el humano que se dirigió a ¿Salvarlo? No... Los humanos no eran capaces de pensar en esas cosas desde que nos ven a los chocobos como seres muy inferiores a ellos, que creían poder usarnos a su conveniencia.
Abrí los ojos por un instante, para ver a otros chocobos descansando allí, pero no sabía donde me hallaba ni el tiempo que había estado inconsciente, solo que tenía lo que parecía heno bajo mi cuerpo, haciendo de cama y una valla de madera que, parecía una puerta de algún tipo..

Alcé mi mirada por un instante, allí se hallaba Boko, con mirada triste y cansada de alguien que no había podido dormir, y la verdad era que no me extrañaba lo más mínimo, para él resultó un shock aun mayor del que resultó siendo para mí mismo. De todos modos, desvié un instante la mirada, solo para ver lo que parecían estructuras mucho más grandes que las que conocía yo ¿Serían asentamientos? ¿Vivirían en ellos los humanos? Por suerte para mí, el exterior estaba libre de humanos. No podía perdonarles, eso desde luego pero, tampoco podía centrarme en la venganza, ahora mismo yo solo tengo a Boko y Boko solo me tenía a mí. Si me perdía en ese camino o me enfurecía con los humanos, tampoco iba a acabar ganando nada, pero los acontecimientos recientes dolían tanto que ni siquiera yo mmismo me veía capaz de sonreír en la mezcla de tristeza, cansancio y, ¿por qué no decirlo? Ira. Sin embargo, tenía que ser fuerte, Boko me iba a necesitar a su lado y yo, también le necesitaba a mi lado.

Aunque, le dirigí una mirada comprensiva, admito que yo también tenía mis dudas al respecto. A diferencia de Boko, no le ví correr, estaba tan preocupado por mi hermano y tan enfadado con los humanos que ni yo mismo era capaz de pensar con claridad sobre la superviviencia del humano que corrió hacia la dirección del otro humano y Boko.

Le cogí del suelo para abrazarle y sentarle en mi regazo para acariciarle.
— Estoy tan confuso como tú, Boko, en cuanto al tema del humano, no vi nada, admito que estaba demasiado preocupado por tí y que tú pudieras escapar. La verdad es que no quiero pensar en que haya podido pasarles nada a nuestra familia tampoco. Es demasiado doloroso ni siquiera pensarlo. Y sobre los humanos... La verdad es que tampoco entiendo las razones que les movieron a salvarnos, les habría resultado demasiado fácil dejarnos en ese bosque y dejarnos compartir su destino, pero, nos trajeron aquí, la verdad es que no recuerdo nada—. Contesté con tono cansado pero amable— Al menos, en le peor de los casos nos tenemos el uno al otro—. Le alcé nuevamente para mirarle a la cara directamente— Has demostrado ser un grandísimo chocohermano y, como he dicho varias veces, el mejor que pude desear—. Tras acabar de dictar esas palabras lo puse con suavidad contra mi pecho en un abrazo— No quería que vivieras estos horrores, pero, hiciste lo correcto al escapar para ayudarme, al menos ahora seguimos juntos y te prometo, que seguiremos juntos hasta el final—. Dije, en el tono más tierno y reconfortante que pudiera emplear dadas las circunstancias, intentando no dejar palpable todos los sentimientos negativos que fluían por mi interior como un río desbordado, fingir, era algo que al menos, podía sentirme orgulloso de que me saliera bien pero, al menos Boko, iba a descubrirlo enseguida, jé, no era un Chocobo estúpido en absoluto, aunque, incluso mi mente estaba ya desvariando. Era mi hermano, y evidentemente alguien que me conocía incluso mejor que mis padres, al menos deseaba desde el fondo de mi ser que Boko de igual modo, pudiera llegar a comprenderme ahora. Ahora que más que nunca necesitaba alguien en quien confiarlo todo, sin perder esa pureza que le caracterizaba, porque al fin y al cabo, era lo único que podría darme aun más fuerzas para mirar al futuro, solo Boko y su compañía.
Boko, de igual modo, empezó a sollozar, no le culpaba. Su pureza de corazón siempre le hacía creer que todo puede salir bien independientemente de las circunstancias. No era el fin, no podía serlo. Era, demasiado duro para siquiera pensar demasiado en ello.
— Boko, prometo que en cuanto podamos, iremos a buscar a nuestra familia, a los nuestros, te lo prometo—. Contesté con suavidad y calidez, justo lo que Boko necesitaba ahora— Pero prométeme que no vas a cambiar nunca esa bondad que atesoras ni esa dulzura de la que haces gala.
Una voz distinta, penetró nuestros oídos, algo que hizo reaccionar a Boko, del sollozo pasó con una rapidez excepcional a un gesto de lo que parecía admiración.
Al dirigir la mirada a la voz, lo ví. Un Chocobo, excepcionalmente grande, de lustroso pelaje plateado nos había hablado. Ahora entendía la reacción de Boko, ese color, para los chocobos significaba un chocobo de fuerza excepcional, los más fuertes de nuestra especie, lo que me hizo, por primera vez en mucho tiempo, abrir la boca en señal de sorpresa. Era la primera vez que había visto un chocobo así.
La voz de Boko, una vez más me hizo regresar al mundo real.

Así que era eso, ¿él nos salvó? Quizás yo ya me hallara inconsciente para ese entonces. De todos modos...

— Gracias por la ayuda, quizás no hubiéramos salido del bosque de no ser por usted—. Contesté, en señal de respeto por el color del chocobo, el cual, justo al acabar de hablar, el chocobo se puso a sonreir.

Entonces, ví como unas piezas de lo que parecía una armadura, una cosa en su pico y una especie de cosa plana en la espalda, supongo que era, donde llevaba a los humanos montados y donde fuimos montados nosotros para venir. Más de una vez nos explicaron en el refugio, que los humanos que capturaban chocobos, les ponían eso para montar sobre nosotros, algo que parecía ser mucho más parecido a la esclavitud, siempre con el único objetivo de servir de transporte de otros que no dudaban en arrasar nuestros hogares sin ningún tipo de piedad o remordimiento mientras los vestían con ropas extrañas ¿Se referirían e esas ropas que llevaba ese chocobo plateado?

Iba a explicarle con pelos y señales lo que había ocurrido, más, aparentemente no resultó necesario dar detalles, no solo porque Orion parecía haberse dado cuenta que nada bueno, sino que, con su confirmación parecía evidente que, al humano que corrió hacia Boko, le había tocado el peor de los destinos.

Boko agachó la cabeza para dar una explicación bastante concisa, con lágrimas de rabia y la voz se la notaba temblorosa, así que al finalizar, decidí dar una explicación algo más amplia. No es que no me doliera, por dentro no tenía nada que no estuviera roto, sin embargo, el cansancio y el estar conteniendo tantas emociones por Boko, me permitían de cara a la galería tener una posición de falsa entereza, por lo que empecé a relatar.

— Temo que el bosque, también mantuvo un destino incierto, solo espero que al menos nuestra familia pudiera huir. Sobre mí,bueno... Nada recuerdo más que fui criado desde que era extremadamente pequeño por chocobos, nunca tuve ninguna relación con humanos exceptuando las historias que me contaban el resto de mi familia, de ahí que entienda y domine el lenguaje. Pero hoy he atestiguado lo que son capaces de hacer. Ignoro el destino de nuesto hogar pero les he visto arrebatar más de una vida chocobo y, bueno, de otras especies. Incluso...Perdí a mi madre, murió en mis brazos por culpa de uno de ellos. Y finalmente, diría que Yggdrassil junto con nuestro refugio, quedó reducido a cenizar. Solo puedo albergar la esperanza de que al menos, algunos de nuestros familiares y amigos lograran esacapar. Al menos, admito que tuve suerte de que mi hermano lograra escapar y poder venir a mi lado, al fin y al cabo, de momento, el el único que me resta de mi familia.

Al finalizar volví a coger a Boko,para rodearle con mis brazos antes de mirar a Orion nuevamente, el cual aparentemente tenía algo más que decir.

¿Ri-gel? ¿Era uno del nombre de los humanos? Aunque ¿Como sabía que no se prestaría a eso? ¿Es acaso porque llevaba muchos años con él? ¿Era feliz estando así? ¿Como podía defenderlo?

Decidí mantenerme en silencio, porque ni yo mismo sabía ya que pensar. Humanos que atacaban nuestro bosque, otros que dieron la vida por salvaros ¿Que sentido tendría? ¿Quizás solo era para aprovecharse de nosotros y tener más chocobos que alimentar? Pero ¿para que dar la vida por uno de nosotros? Siempre podrían haber tenido a otros chocobos sin arriesgarse tanto, y por los gritos ¿Por qué salvarnos? Eso empezaba a generar un enorme conflicto en mi interior, uno que empezaba a agudizar mis ganas de llorar de rabia y tristeza, por lo que traté con todas mis fuerzas de contenerlo.

Orion suspiró nuevamente, abriendo su pico una vez más.

¿Humanos Buenos? Es la primera vez que escuchaba eso del pico de un chocobo. Cada vez que escuchaba de los humanos habia escuchado de humanos malvados, de seres abyectos y, en efecto esa era la imagen que me dieron a mí. Sin embargo, la ayuda que nos proporcionaron para destruir esa cosa, ¡Hasta humanos la atacaron! Y su justificación era lógica, pero entonces ¿Por qué habían humanos malos? Si los chocobos éramos pacíficos y habían humanos buenos, entonces... ¿Por qué no todos son buenos? No, no habían humanos buenos, ¡¡No existían!! Quizás ellos creen que son buenos porque están confundidos, querían más chocobos ¡Por eso nos rescataron! Yo era humano y seguro que el otro humano había ido a matar al humano que Boko noqueó para llevarse el mérito de la destrucción del bosque, Boko escapó por casualidad y a mi me rescataron por considerarme humano, sí, ¡Eso era lo que había pasado! Era lo único lógico. De todos modos, Orion prosiguió su explicación, debía sin dudas admirar la elegancia en su oratoria y sus palabras, era como si realmente fuera un rey, por su forma de hablar y, aunque yo intentaba sonar lo más correcto posible, era más que evidente que no llegaba a su nivel, sabía ser confiable y cercano, seguramente habituado a ser el centro de atención.

Me mantuve en silencio durante el intercambio de palabras entre él y Boko, solo para alzar la mirada.
— No quiero sonar descortés, más usted mismo lo ha dicho, se ha criado con humanos, más ha visto de lo que son capaces. Solo ruego tenga paciencia con nosotros, entienda que hemos vivido toda la vida escuchando barbaridades de los humanos, los cuales hemos visto hoy cuando nos arrebataron nuestro hogar y a los nuestros—. Expliqué con la máxima educación que pude— Siendo honesto, no me veo ni preparado ni con fuerzas para discutir, más en esencia tampoco puedo negar que un humano seguramente habrá muerto por salvar a Boko si es tal como dices. Estamos confusos, en especial yo. Mis padres humanos debieron abandonarme cuando nací, y dado que hemos vivido toda la vida pensando así, es difícil que de la noche a la mañana cambiemos de opinión. Mis padres, mi hogar, todo ha sido destruido por humanos, pero otros nos sacaron de allí aun no sé muy bien por qué, ¿Quizás por que yo me veo como un humano? ¿Por qué lo soy por aspecto? Siempre he visto a los chocobos como mi familia Orion, y sé que podemos hablar del asunto. Pero, denos tiempo a que nos acostumbremos, hoy ha sido un dia muy duro para todos como para discutir los puntos de vista sobre los humanos, por favor—. Me mantuve educado, sin titubear mire a Boko, para acariciarle— Y si de verdad, ese humano murió por salvarle la vida a Boko, entonces, tiene mi completo respeto. De todos modos, debo decir que su lógica es infalible, es lo que me pasó a mí pero a la inversa

Finalicé con esas palabras, aunque la explicación que nos otorgó Orion, también me dejó con más dudas que respuestas sobre los humanos y, veía el sueño algo a estas alturas imposible de recuperar por lo que me senté en la cama de heno, poniendo otra vez a Boko en mi regazo acariciándole con suavidad.

Volví a mirar a Orion, pensando en lo que había dicho, ¿Que ambos habíamos perdido a alguien importante en ese bosque? Empecé a pensar que era demasiado corto de miras, Boko y yo lo habíamos perdido ¡¡TODO!! Y sin embargo, decidí guardarme mi ira para mí. Afortunadamente la mirada cansada ayudaba mucho a que yo mismo pudiera contener mi rabia, solo acariciando a Boko con tristeza.

No pude evitar derramar una lágrima al escuchar a Boko, sabía que debía estar llorando bajo su ala, esperando que nadie pudiese darse cuenta. Quizás también estaba furioso como yo por no haber podido ser lo suficientemente fuerte, algo que simplemente me desgarraba por dentro.
— Boko...—. susurré para abrazarle mientras miraba de nuevo a Orion, el cual parecía saber mucho sobre los humanos y el tal Rigel e independientemente de mi creencia de la bondad o no de los humanos, necesitaba imperiosamente saber ¿Por qué atacaron mi hogar? ¿Por qué mi madre tuvo que morir de esa manera? ¿Por qué el bosque que juré proteger había sufrido todo lo que sufrió provocado por los humanos? ¿Que les hizo actuar así? ¿Quienes eran responsables de ello? Solo, deseaba que éste chocobo, Orion, tuviera las respuestas que realmente necesitara conocer.
— N-Necesito hacerte algunas preguntas al respecto. Una de las que realmente más me lleva atormentando desde que inició todo el caos en mi hogar ¿Que hacían los humanos en el bosque?—. Pregunté, aunque, debí bajar la guardia ya que esa pregunta parecía sonar más como una especie de súplica a una pregunta curiosa, pero ¿Como iba a evitar derrumbarme por momentos? Lo acababa de perder todo, tampoco creo que fuera justo que me culparan por algo así.

 

Orion observó cada palabra y cada gesto de Kein con atención, observando la ira de este en su rostro y en su forma de expresarse. Y meditó con calma, hablando tras un largo suspiro.

—Me dices que pienso así porque llevo toda la vida con los humanos... pero tú, por tu parte, no te das cuenta de que te aplica la misma lógica, pero a la inversa: piensas así porque no has estado nada de tiempo con ellos. Una sola experiencia negativa con los humanos, por trágica que haya sido, no invalida a la especie como tal. Es como si, por pelearte con un chocobo rojo, pensases que todos los chocobos rojos son idiotas.

>> He visto muchos, muchos chocobos venir con tu misma forma de pensar, Kein. Incluso peores formas de pensar. Y es que hay muchos humanos que son muy malos, y no dudo que los habrá que utilicen a los chocobos como esclavos, pero... muchos otros nos cuidan. He visto a chocobos abandonados ser acogidos por humanos, alimentados, tratados con amor y siempre con alimento disponible. Les dan un hogar y cuidados de la mejor calidad. Y todo a cambio de llevarlos sobre nuestras espaldas cuando lo requieren, cosa que no nos supone esfuerzo de ningún tipo. Los chocobos estamos... hechos para complementarnos con los humanos. Los que quedan en estado salvaje suelen ser amigables con humanos, y los pocos que desconfían de ellos, de los cuales, como te digo, he conocido varios, pronto se dan cuenta de que se equivocan. No niego que haya muchos malos, pero vosotros, en concreto, habéis ido a dar con humanos buenos. Os lo aseguro.

Tras eso, escuchó la pregunta de Kein, y meditó en silencio de nuevo.

—Bueno, no sabría decirte exactamente qué han ido a hacer al Bosque. No entiendo a los humanos del todo, por mucho que lleve mucho tiempo con ellos, pero... creo que el objetivo era exterminar monstruos. Iban al Bosque a protegerlo, Kein: los monstruos, como sabrás, son peligrosos y pueden hacer daño a animales y a la población del Bosque. Y Rigel y los suyos iban precisamente a eso. Aunque a juzgar por sus expresiones que tenían y el relato que contáis, debió haber algún tipo de traición o engaño. Rigel no quería destrozar el bosque ni atacar a Yggdrassil, por supuesto que no; pero seguramente, otros soldados, otros humanos, sí que planearon eso. Y Rigel se vio envuelto en medio. Y os salvaron porque Rigel no dejaría atrás a alguien en peligro si puede salvarlo. Seais quienes seais.

Así que... querían acabar con monstruos para que no pusiesen en peligro el bosque. Si eso era cierto, entonces... los otros humanos que mataron animales, chocobos y atacaron al árbol... debían ser los que tenían otros planes. Encajaba lo que Orion decía con lo que vivieron, desde luego: en ningún momento les atacaron los humanos a los que hacía referencia, el tal Rigel y los otros dos que eran tan parecidos. Hasta uno se sacrifció por ellos. De hecho, ellos mismos atacaron a los de su especie, y a esa máquina.

—Kue... —suspiró Boko—. Supongo que tal vez tengas razón. Incluso aunque... incluso aunque todos los demás humanos sean malos, parece que estos humanos en concreto no lo son. L-La verdad es que no puedo imaginarme cómo podría ser malo un humano que dio su vida por mí... p-porque me salvó, y luego se desvaneció junto con el otro...

Fue entonces cuando Orion abrió mucho los ojos, y luego se dirigió a Boko, intrigado.

—¿Dices que "se desvaneció", pequeñín? ¿Podrías explicarme cómo fue exactamente?

—O-Oh, pues... no lo entiendo muy bien, porque no sé qué pasó exactamente. Pero el chico llegó, me agarró y me lanzó para sacarme de la explosión. Y cuando miré atrás, estaba sobre el otro tipo, ese que tenía una espada larga, y vi cómo él tomaba un objeto raro y hacía algo. Al hacerlo, los dos desaparecieron por completo. Eso fue poquito antes de aquello explotase... imaginé que los dos murieron por el impcto o algo así y se desvanecieron.

—... ya veo —Orion pareció sonreír, emocionado—. Chico, eso que dices son noticias muy buenas. Es posible que el humano que te salvó siga vivo.

—¿Uh? ¿S-Sí? —Boko parecía hasta emocionado. Era demasiado bueno como para odiar precisamente a quien le había salvado. Fuese humano o no, Boko solo quería lo mejor para él. Era incapaz de pensar que fuese malo.

Orion asintió.

—Sí, pequeño: lo que cuentas suena al uso de algún tipo de magia o de esa "magitek" que usan los humanos. Suena a que el hombre de Rigel y el otro tipo pudieron huir en el último momento. Ojalá pudiésemos decírselo a Rigel...

Miró entonces a Kein.

—... sé que no tienes mucho interés en perdonarlos ni en entenderlos, Kein. A los humanos, digo. Pero, ¿crees que serías capaz de comunicarte con ellos? Aunque no domines su idioma, físicamente eres un humano; debes ser capaz de aprenderlo. Si pudiésemos decirles a Rigel que su hombre puede seguir vivo, estoy seguro de que ellos os ayudarían también a volver a vuestro hogar, a entrar en el Bosque de nuevo. Dudo que después de lo que ha pasado en el Bosque vayáis a poder entrar vosotros solos: el sitio estará afincado por el ejército, seguramente. Pero Rigel... Rigel podría llevaros allí para que podáis volver a casa. Si les ayudáis, os ayudarán. Estoy completamente seguro.

¿Les... ayudarán a regresar al Bosque y a volver al Refugio? Si Orion tenía razón... ah, pero, ¿cómo hacerlo? Aunque pudiese aprender en algún punto su lengua, no era tan fácil. No tenía idea de cómo comunicarse con ellos...

No tuvo mucho más tiempo para pensar. Antes de que se diese cuenta, Kein y Boko vieron cómo el hombre pelirrojo y el tal Rigel se acercaban. Abrieron la puerta del establo y el pelirrojo entró hasta acercarse a ellos. Se acuclilló frente a él y Boko y miró con cierta severidad. Ninguno entendió lo que decía, pero Biggs, en ese momento, dijo:

—... a ver, chocobito. ¡Yo! ¡Yo! —se señaló a sí mismo, en un intento por hacerse entender—. Igual que yo, otro humano. Lo viste, lo viste, cuando la explosión. ¿Qué le pasó? ¿Está bien? ¿Okay?

Intentó hacer gestos todo el tiempo, y Boko, algo desorientado, miró a Orion.

—... creo que pregunta por su hermano —susurró Orion—. El humano al que viste desaparecer.

—Oh. Son hermanos... —susurró Boko—. Por eso eran tan iguales —y Orion asintió—. ¡Sí, sí, está bien! ¡Está muy bien, dice este señor que no le pasó nada! ¡Puedes estar tranquilo!

Boko saltaba, aleteaba, gritaba. Pero ni Biggs ni Rigel entendieron nada. Solo escuchaban a un polluelo de Chocobo gritando "kué, kué" continuamente. Y Biggs, frustrado, se llevó las manos a los ojos, conteniendo lágrimas.

Era... su hermano. Como él con Boko, ¿eh? Eran hermanos...

Biggs se levantó, salió del corral y dejó la puerta abierta. Y les dijo a Boko y a Kein, sin siquiera mirarles. No le entendieron, pero su tono sonó vacío, casi muerto.

—... está bien. Es inútil. No me vais a entender, así que da igual. Ni tú ni tu hermano humano-chocobo vais a entenderme, así que... marchaos si queréis, venga. Sois libres. Solo queríamos salvaros. Wedge quería salvaros, a los dos. Así que nada, no os retendré.

Orion lo miró, apenado. Y suspiró. El humano les estaba dejando salir...

Podían irse, sí, pero... realmente no tenían a dónde ir; si era verdad que no podrían volver al bosque fácilmente estarían en problemas. Y más aún teniendo Kein el aspecto de un humano: ¿quién le decía que otras personas le cogerían y se lo llevarían, creyendo que está perdido o algo así?

Si pudiese... aprender su lengua. Asimilarla como propia. Podría intentar hablar con ellos así, al menos.

Fue entonces cuando sus ojos brillaron de nuevo. Y, cuando abrió la boca, Boko y Orion le miraron con sorpresa, y también lo hicieron Rigel y Biggs. Fue como si de pronto, de la nada, hubiese pronunciado palabras en lenguaje humano. Y ni siquiera Kein sabía cómo lo había logrado, cómo era capaz de hacer eso, pero... lo logró. Lo cierto era que lo logró. Cuando peleó con aquel Fang, aprendió a usar sus habilidades especiales cuando las recibió en sus carnes, y sus ojos brillaron de un modo extraño. ¿Le habría pasado lo mismo? ¿Había adquirido la capacidad de hablar como los humanos al escuchar su idioma? ¿Al oírle hablarle de cerca?

Sea como sea, y aunque no articulaba las palabras a la perfección, podía hablar su idioma. Así que... podría decirle al pelirrojo lo de su hermano. Y pedirles ayuda a cambio de la suya.

Podrían volver así a casa y ver si todos estaban bien.

Contenido oculto

Well, ahora necesito que Kein rolee que habla con los humanos -desde ahora puedes hablar su idioma, aunque lo suyo es que hagas que Kein al principio no lo domina del todo el idioma.
Necesito que rolees que le dices a Biggs y Rigel lo que Boko ha contado: que Wedge puede estar vivo y que le ayudaréis a encontrarlo si ellos os ayudan a regresar al Bosque, que queréis ir con ellos. Si quieres decirle algo más, eso ya todo tuyo (?)

Por su parte, una vez que digas eso, necesito que Rigel rolee su reacción y decir que acepta y todo eso, y que, eso sí, habría que buscarle ropa a Kein. A partir de ahí, yo os pondré un post roleando que pasáis la noche, y podréis rolear libremente al 100%; tendréis todo el mapa de Elérea para moveros juntos. El grupo, claro, estará compuesto por Rigel, Kein, Biggs y Boko.

 

Kein
Orion no parecía muy convencido con la respuesta que le dí. Insistió en decirme que la razón por la que pensaba así era porque solo había escuchado de ellos y haberlos visto una sola vez y que a mí se me aplicaba la misma lógica. ¿Sería cierto? Luego me puso el ejemplo de los chocobos rojos, lo que me hizo reir ligeramente a pesar de la pena que aún sentía por las pérdidas, pero tenía razón, no podía juzgar solo habiendo tenido contacto una sola vez.

Luego añadió que había visto a muchos chocobos con mi misma forma de pensar o incluso peores, ¿Peores? Vaya... No podía imaginar peores formas de pensar que la de querer destripar al primer humano que se me cruzara nada mas recobrara fuerzas pero bueno, iba a darle el beneficio de la duda.

Sin embargo, pareció explicarme que algunos humanos que si bien era cierto que esclavizaban chocobos otros se dedicaban a cuidarlos y alimentarlos haciendo que su única función fuera meramente montarlos, lo que no suponía ningún esfuerzo para los chocobos y que estábamos hechos para combinarnos con los humanos y, si bien era cierto que existían humanos malvados, eso no significaba que los que nos hubieran salvado lo fueran en absoluto.
Lo que me seguía rondando la cabeza era sí precisamente nos habían salvado o por el contrario, realmente había sido por vanidad por lo que hicieron.
De todos modos le formulé la pregunta y su respuesta, fue cuanto menos curiosa. Dijo que la razón por la que ellos fueron al bosque fue precisamente para protegerlo, para matar algunas bestias que lo amenazaban y qué, sin embargo alguno de ellos debió traicionarles en algún momento, pero se le veía completamente seguro de que su intención inicial era la de proteger el bosque y a Yggdrassil. Aparentemente los traidores tenían otros planes pero ¿Cuales? La verdad era que dudaba que incluso Orion lo supiera. Solo añadió además que la razón por la que habíamos salido de ese bosque era porque Rigel no dejaría atrás a alguien si podía salvarlo indistintamente si era humano o Chocobo, con tanta insistencia dudaba que fuera meramente mentira o una verdad a medias.
Eso me hizo sentir como si un puñal atravesara mi corazón, sensación que se incrementó cuando Boko habló de nuevo. Y finalmente otra certeza fue dicha. Justamente cuando añadió que era verdad que no fuimos atacados en ningún momento por los humanos que atacaron a esa máquina, todo eso hacía que me quedara fieramente reflexivo sobre lo que podría resultar correcto o no, al menos sobre los humanos. Era todo tan confuso...

Sin embargo cuando iba a preguntar, Boko se me adelantó.

Cierto, Boko me lo contó, así que no reaccioné de forma alguna, pero el que sí reaccionó fue Orion, abriendo los ojos como platos y esbozando una sonrisa de oreja a oreja, parecía emocionado.

Eso me hizo sorprenderme hasta a mí ¿Vivo? ¿E-Eso era posible?
Me incorporé, de la sorpresa pero mis piernas flaquearon, haciendo que me sentara de nuevo sobre el heno mirando a Orion, pero cuando iba a hablar, nuevamente Boko se me adelantó, así que opté por simplemente dejarlos hablar a ellos.

Escuché la conversación en silencio solo escuchando hechos. Sorprendentes hechos y, viniendo de Boko sabía que eran verdad. El humano lo salvó y dio su vida por él. La verdad era... esa.

Luego ví como Orion se giró hacia mí, aparentemente por sus gestos, haciéndome una petición.

Quizás... Si me surgiera la posibilidad de comunicarme... Pero ¿Como? ¡No entendía a los humanos! Sus palabras eran tan indistinguibles para mí como las mias para ellos.

Mi paz no duró mucho así como mis pensamientos cuando dos humanos entraron. Pero uno, de pelo rojo estaba distinto. Sus ojos y toda su mirada estaba desencajada, arrodillándose ante Boko con mirada severa, pero arrodillado, esa era una señal de respeto, me gustaba.

Boko trató de explicarle de todas las maneras posibles que ese humano, su amigo seguía vivo pero las reacciones del humano eran evidentes, no le entendía en absoluto y sin embargo Boko seguía insintistiendo. Sabía que no le había entendido pero aun así ponía todos sus esfuerzos en intentar transmitir el mensaje.

Paralelamente, Orion se giró hacia Boko.

El movimiento de Boko se hizo mas pronunciado y errártico pero el humano no entendía nada.
Finalmente pareció rendirse y con sus ojos rojos conteniendo las lágrimas se levantó para abrirnos la reja. Resultaba evidente que se había rendido, mierda. Ahora todo dependía de mí, ¿Hallaría alguna forma de comunicarme con él? Sin embargo, él habló primero.

La puerta se vio abierta a mi libertad, era demasiado tentadora pero ¿A donde iría? Me salvaron la vida cuando me podrían haberme dejado morir y esas palabras derrotistas de alguien que lo había perdido todo, como yo. Era demasiado injusto y tampoco podíamos volver al bosque, no creía que pudiera entrar por nosotros mismos.

También la mirada de Orion se dirigió hacia el humano y suspiró, era obvio que estaba deseando que hiciera lo correcto, pero ¿Como?

Pero entonces, esa sensación volvió a mí como esta mañana cuando luchaba con los fangs. Miré al humano con calma, ya había.tomado una decisión.
Me levanté con calma para caminar en dirección a la puerta, ya había tomado una decisión. Al llegar a la puerta me giré hacia el humano pelirrojo.
— Hermano...tuyo....vivo....quizá—. Balbuceé como pude— Quizá....vivo, yo...querer...ayudarte....a....encontrarlo... y tú... ayudar a volver... a Bosque.

 

Rigel Betelgeuse

Biggs no tenía intenciones de aceptar en absoluto la muerte de Wedge. Mantuve el semblante serio, sin saber qué decirle. No me encontraba en una situación estable, donde pudiese controlar la situación, mucho menos iba a saber qué decirle. Al menos, no hizo falta. Él mismo se incorporó, y decidido se dirigió hacia el establo. Quería realmente saber lo que le había pasado a su hermano... Era una auténtica locura, nunca conseguiría entenderse con un chocobo, pero aún así no podía pararle. Entendía lo importante que debía ser para él.

Me acerqué a su lado, con las manos tras la espalda, como de costumbre, para luego apoyar estas sobre sus hombros.

—En ese caso, vayamos al establo —afirmé.

Ambos marchamos, y cuando estuvimos cerca, Biggs aceleró el paso, entrando abruptamente en el establo. Allí encontramos al salvaje y su "hermano" chocobo, junto a Orion. El gemelo no tardó en comenzar a gesticular y tratar de transmitir su mensaje, de manera algo inútil. No estaba funcionando, en absoluto... La única respuesta que obtuvo fueron sonidos y exaltaciones por parte del chocobo bebé.

—Biggs... Esto no... —quise decir, pero él mismo se dio cuenta, desistiendo rápido del intento. A punto de marcharse, el salvaje reaccionó. Un aura de color volvió a rodearle, y sus ojos brillaron, como en aquel enfrentamiento contra el arma. ¿De nuevo, magia?

Las palabras comenzaron a salir de su cuerpo, de manera casi automática. Como si hubiese aprendido la capacidad de hablar, instantáneamente, solo con escucharnos hacerlo. Y aunque de manera algo rústica, se hizo entender con claridad. Abrí los ojos, perplejo. Wedge... ¿Quizás estaba vivo? Ni por asomo había imaginado que esta visita pudiera servir, pero mucho menos esperaba esa respuesta. Biggs pareció recuperar la ilusión, la motivación. Ahora podía buscar a su hermano...

Y sin embargo, no sería tan fácil. El salvaje quería ayudarnos, pero quería algo a cambio: volver a su aldea.

Maldición... ¿Cómo íbamos a conseguir eso?

—... Está bien, aceptamos —dije, finalmente—. Pero no podremos acercarnos al bosque así. Necesitaremos buscarte ropa y algo para que no te reconozcan, chico.

 

Void

Tras correr un rato escapando de Myura llegué al fin al poblado. ¿Cómo era que se llamaba? Me sonaba que era Doli o algo parecido. Lucía mucho más tranquilo y pequeño que Portabelo, lo cuál tenía bastante sentido.

Sin embargo, a su alrededor habían comenzado a eregir una muralla, al igual que en el puerto, así que debía tener alguna importancia.

Cuando Myura me alcanzó, le susurré.

—Parece que ya hemos llegado, habrá que comenzar a explorar entonces —miré a los alrededores, y me fijé en el jefe de obras de la muralla—. Quizá podamos hablar con esa persona antes de entrar al pueblo.

 

Tanto Biggs como Rigel quedaron impactados al escuchar hablar a Kein. Pero no solo ellos. También Boko, Orion, y todos los presentes no daban crédito cuando oyeron al chico pronunciar palabras humanas, palabras en su lengua.

Biggs escuchó, sin embargo, lo que dijo, y quedó completamente impactado, sí, pero el shock pronto se transformó en alegría; en una completa y absoluta alegría. No cuestionó gran cosa sobre lo que dijo Kein; no quería cuestionarlo. Le bastaba saber que su hermano podría estar vivo. Miró a Kein, luego miró al chocobo, y... sonrió.

—G-Genial... si Wedge está vivo... si el chocobito le ha dicho a este chico que está vivo, entonces... ¡entonces podremos volver a verlo! Seguro que lo tiene Sirius, ¡tiene que ser así! Debe tenerlo encerrado, o algo peor... —apretó los puños, furioso—. Rescataremos a Wedge. ¡Aunque sea lo último que haga!

Luego miró a Kein, mostrando, una vez más, una sonrisa genuinamente agradecida y dulce.

—Hey, niño salvaje, ehm. Gracias y eso. Descuida, que el jefe te ayudará a entrar en el bosque, ¡aunque sea complicado! Pero primero, tenemos que ir a por Wedge. Juntos podremos averiguar cómo sortear al ejército y todo eso, ¡pero a Wedge se le ocurrirá algo, es muy listo! Oh, somos Biggs, y Rigel, por cierto.

No se dio cuenta de que estaba hablando con un chocobo y un chaval que hablaba la lengua de estos, pero en ese momento, a Biggs no le importaba lo más mínimo. Y Kein, curiosamente... entendía lo que había dicho Biggs, y lo que dijo Rigel. Les... entendía. Como si la fuerza mágica dentro de él le hubiese ayudado a asimilar de forma excepcionalmente rápida toda la lengua humana.

¿De dónde... sacaba esos poderes...?

—¡Bueno! Hoy deberíamos dormir —comentó Biggs—. Oye, puedes coger una cama, chaval, pero si te quieres quedar en el establo, pues... adelante. ¡Pero mañana no te libras de que te pongamos ropa! ¡Vas a estar monísimo!

Y, cuando Biggs y Rigel se alejaron, Boko y Orion hablaron con Kein.

—Has... hablado con ellos —exclamó su hermano, alucinando—. ¡Wow! ¡Ha sido impresionante! ¿Cómo lo has... hecho?

—... a mí me ha parecido que era magia, a decir verdad —reflexionó Orion—. Nunca he visto algo así, sin embargo: Rigel puede usar magia, pero la suya es mucho más simple, más sencilla. Lo de Kein ha sido una especie de magia de desarrollo. Como si tuviese la capacidad de asimilar información en un instante y de hacer suyas habilidades de otros.

—Kein, ¡no sabía que hacías cosas tan guays! Entonces, ¿en qué hemos quedado? ¿Los humanos nos ayudarán a volver?

Pues sí, ¿eh? Parecía que tenían un trato...

***


La noche pasó, y aunque Rigel aún tuvo problemas para dormir, logró hacerlo. La idea de pensar que Wedge podría haberse salvado era... demasiado bonita, demasiado agradable como para no aferrarse a ella. Tenían cero pruebas al respecto, cero motivos para creer al niño salvaje, pero... no hubo más remedio que hacerlo, después de todo.

Así, despertaron. Y cuando Rigel salió de la posada, encontró a un Kein forcejeando con Biggs.

—¿¡Te quieres estar quieto!? —a Kein no le gustaba nada que Biggs estuviese encima de él, intentando ponerle algo sobre su torso. Pero por más que se quejaba y forcejeaba, no lograba quitárselo de encima—. ¡Esto era parte del trato, chaval! ¡Ropa! ¡Ro-pa! ¡Necesitas ropa! ¡Encima de que me la han dado gratis...! ¡Suerte tienes de que no te cobre!

Al final, Biggs ganó la "batalla", ante la mirada entretenida de Orion y de Boko. Ahora que estaba vestido de arriba abajo, con ropa humana, Kein parecía mucho más... eso. Humano. No es que fuese una sensación agradable, pero no tenía más remedio, ¿no? Ya se lo dijeron, no podía ir por ahí con aspecto humano y en taparrabos.

Pero es que esa ropa picaba mucho.

—¡Pues te queda genial! —comentó Biggs, brazos en jarra, mirando a Kein—. Si es que Mary siempre acierta con las tallas.

Orion entonces pió, y, aunque Biggs no le entendió, Kein sí, claro:

—Creo que te queda bien.

—Ay, estás un poco raro —comentó Boko, que no podía evitar mirarlo con extrañeza—. No estoy acostumbrado a verte así, pero... ¡kué! ¡Supongo que está bien!

Ugh. No estaba seguro de si se acostumbraría a esto, pero... qué remedio.

Contenido oculto

Si lo deseas, madarauchiha, cambiaré esta foto por la que tienes ahora de Kein en tu ficha uwu

Biggs se aclaró la voz entonces, dirigiéndose a Rigel.

—¡Oh, jefe! ¡Ya he traído ropa para nuestro nuevo compañero! Míralo, parece formal y todo. Con que no hable demasiado así, en plan "yo querer pegar paliza tú", creo que colará como un humano normal, ¿no?

Bueno... el chico iba a ser un caso complicado de tratar. Sería un humano con aspecto de uno, pero su comportamiento... u-ugh, solo de imaginarlo, Rigel ya se ponía nervioso. Iba a tener que armarse de paciencia con alguien que no solo no tendría modales, sino que ni siquiera iba a saber qué eran los "modales".

—Bueno, y... —meditó Biggs—. ¿Ahora qué? ¿Alguna idea de dónde pueda estar Wedge? ¿E-Estará en Elérea...?

... si ha ido a Elérea, sería un problema. Entrar en la ciudad sería arriesgado para Rigel y los demás, sin duda...

—En fin, jefe, ¡lo que usted diga! He visto que el chaval tenía encima algunos guiles que le habría quitado a los soldados en el bosque, por cierto; puedo comprarle algunas provisiones si son necesarias. Pero, repito, ¡como usted diga! ¡Busquemos a Wedge los tres, en alguna parte debe estar!

—¡Oye, oye! ¡Yo voy también! —gritó Boko, saliendo del corral y poniéndose junto a Kein—. ¡Si Kein va, yo voy!

¿Qué decía el chocobo? Rigel y Biggs no lo entendían, pero...

—... ¿se apunta, el chocobito? —exclamó el oficial, extrañado—. Oh, bueno... quizá nos metamos en líos, eh, pequeñín. ¡Tú verás!

—¡¡Kué!! —no solo fue lo que oyeron; fue eso lo que dijo Boko. A veces los chocobos lo decían, literalmente. Era como una muletilla.

—Vale, vale, campeón —exclamó Biggs—. Pues venga, andando, entonces.

Y, así... el pintoresco grupo quedó formado, ¿eh?

¡Vuestros grupos se unen!
Tenéis libertad desde este momento para moveros.
El equipo de Kein se actualiza con nueva ropa.

Contenido oculto

Como dije, ¡sois libres desde ya, no solo para interactuar entre vosotros, sino para moveros por el mapa! Yo manejaré a Boko y a Biggs cuando lo vea necesario, claro. En principio nos daré indicaciones sobre dónde tenéis que ir, pero si os veo muy perdidos, os daré pistas a través de Biggs y/o Boko. Podéis salir al mapamundi de Elérea y hacer los distintos encargos que encontraréis. Alguno hay por ahí que solo puede hacerlo Kein, ¡así que estáis de suerte!

Además, decir que, de forma meramente ambiental, Fer puede rolear que Biggs le va a comprar las cosas que quiera para Kein en las tiendas. Más que nada os dejo que lo hagáis así porque no veo yo a Kein comprando cosas en las tiendas todavía por sí solo (?)

Y eso es todo, ¡cualquier duda me decís!

Juanjo, a ti te respondo ahora, que primero tenía que pasar la noche y esas cosas (??

 

Myura, frustrada por no alcanzar a Void, terminó convirtiéndose en una gata cuando llegó a Doli, y saltó sobre su cabeza. Bufó de forma agresiva, y dijo luego, en voz baja:

—Te libras por el momento, enano, ¡pero mis zarpas llevan tu nombre, que lo sepas!

E-En fin, sea como sea, lograron encontrar al jefe de obras, que se encontraba trabajando en la construcción de una nueva muralla. Parecía visiblemente frustrado, subiendo ladrillos con la polea. Ciertamente, Void notó rápidamente cómo había un montón de piedras, ladrillos y otros materiales, pero... estaba bastante vacío. Y reaccionó pronto, mirando a Void, algo sobresaltado.

—¡Oh! N-Niño, no te he visto, me has asustado un poco —no dijo nada al respecto, pero estaba claro que su máscara le hizo asustarse más que cualquier otra cosa—. Perdona, ¿querías algo? Aquí estamos un poco liados... no tenemos muchos recursos, y se nos empieza a acabar la materia prima. Si tuviésemos piedras y otros materiales... pero va a haber que salir a minarlos a las montañas, y no sé yo qué tan seguro suena eso... ay. Si tuviésemos apoyo del Imperio tendríamos materiales, pero tenerlos que conseguir nosotros solos... menudo follón. En fin, lo siento, chavalín, no voy a poder atenderte, tengo unos cuantos de problemas. ¡Pero vuelve en otro momento, que aquí estaré para ayudarte a lo que necesitas! ¿Por qué no preguntas por ahí si buscas algo, eh, campeón?

Vaya, no parecía tener información, pero... al parecer necesitaban materiales de "las montañas", ¿eh? Void observó entonces un pico allí, junto a los escasos materiales. Un pico para minar, ¿eh? Él quizá tendría la fuerza suficiente para ir a las montañas... y con uno de esos picos podría conseguir materiales para ellos. Si le ofrecía ayudarles, tal vez... aunque, ¿aceptaría la ayuda de un niño?

 

Void

—Ouh —me quejé cuando sentí a Myura transformada en gato subirse en mi cabeza. Aún no me acostumbraba a ello y no planeaba hacerlo pronto.

En cualquier caso, me acerqué al jefe de obras de la muralla, que ya de cerca lucía bastante decepcionante. El equipo y los materiales que tenían parecían muy pocos para el trabajo que estaban tratando de hacer, y el propio hombre en sí se veía molesto.

La molestia se convirtió en sorpresa cuando pareció notar mi presencia. Pff, ¿Por qué tantos adultos reaccionaban así? En cualquier caso, el hombre ni siquiera parecía muy dispuesto a ayudarnos o a hablar. Parecía que la falta de materiales le tenía preocupado, ¿Tan mal estaban? Bueno, había sido una sorpresa descubrir que la muralla del pueblo la estaban haciendo los propios pobladores.

¿No era un suicidio gastar tantos recursos propios para una obra de ese calibre? Bah, claro que sí. Pero la desesperación y el miedo a la lluvia carmesí probablemente les hacía creer que era una buena idea.

Como fuese, aquello no era de mi incumbencia pero, quizá, podría ganarme la confianza de la gente del lugar si ayudaba un poco. ¿Había dicho que minaban los materiales de la montaña, no?

—Yo puedo encargarme de ir a la montaña —le dije, mientras tomaba mi lanza y la movía de un lado al otro, para demostrar que podía con ella—, soy lo bastante fuerte para manejar un pico y sé cuidarme solo.

 

El hombre miró en un principio con incredulidad a Void. Inlcuso cuando le vio mover su lanza no se impresionó, sino que se mostró extrañado, más bien.

—Oh... y... ¿un chavalín como tú se metería solo en los Montes Elroy? No sé yo si deberías, ¿eh? ¿Qué le pasará a tu gatito si te pasa algo, eh?

Pero el "gatito" le bufó entonces, furioso. A Myura le hubiese encantado, probablemente, decirle cuatro cosas a aquel capataz. Y él captó el mensaje, dando un paso atrás.

—V-Vale, vale, lo capto. Total, tampoco es como si tuviésemos muchas más opciones.... en fin, toma, coge este pico, chaval. Solo necesitamos que traigas piedras, ¡el resto te lo puedes quedar! Eso sí, cuidado, porque cuando llegues a las montañas, verás que no todos los sitios son igual de buenos para picar... tendrás que buscar el mejor sitio. Y el pico no aguantará eternamente, ¡puede que se rompa! Normalmente te diría que deberías aportar algo de calderilla por el pico, pero... por esta vez, pase, chaval. Si demuestras que es verdad lo que dices, te daré una buena recompensa. Todo por esos materiales...

Luego lo miró, con preocupación. Casi arrepintiéndose en ese mismo momento.

—... ¿estás seguro de que podrás, muchacho? En la montaña hay monstruos fuertes... ¿quieres que mande a alguno de mis hombres a escoltarte o algo? Aunque claro, para eso lo podríamos hacer nosotros...

Ugh, qué pesado. Le había dado el pico, y eso era lo importante. Los Montes Elroy, ¿eh? Esos estaban al nordeste de Elérea, si no recordaba mal...

 

Void

Tsk, le estaba dando demasiadas vueltas al asunto; había dicho que iba a hacerlo, no había por qué preocuparse tanto. No necesitaba escolta ni ayuda, podía encargarme yo mismo de todo.

Aunque lo de saber escojer un buen sitio para minar ya no era mi especialidad, pero me las podía apañar igual, ¿Para algo llevaba a Myura, no?

—Sí, sí —le dije tomando el pico con desinterés. Sí, podía manejarlo—, no se preocupe, puedo encargarme de esto. Lo más complicado será encontrar un buen lugar para minar, pero para eso llevo mi ayudante —dije, poniendo una mano sobre la espalda del "gatete"—; como sea, volveré pronto.

Uh, qué fastidio era llegar al pueblo nada más para irme inmediante, así que antes de marcharnos busqué una posada para descansar un poco.

[Pago la posada para curarme]

 

Kein
No entendía nada... Los había entendido y, ellos aparentemente me habían entendido a mi p-pero ¡Era imposible! Era un chocobo ¡¡H-Hablaba Chocobés!! ¡¿Como era p-posible que entendiera humano?! Aunque pensándolo detenidamente, ya me habían pasado demasiadas cosas extrañas. Primero los lobos y poder imitar sus movimientos a la perfección, luego la magia que me hizo poder tomar control de ellos cuando nos enfrentamos a la máquina y ahora, poder entender y comunicarme con humanos, aunque no de forma fluida aparentemente. Pero pude transmitir el mensaje, lo supe por el repentino cambio de expresión del humano, pasando a lo que parecía un estado de Shock a una cara que reflejaba una alegría radiante con la esperanza de encontrarse a su hermano vivo. ¿Debería alegrarme yo también? ¿Podrían quedar chocobos de los míos vivos?

De todos modos, no parecía ser dicho humano el único impactado por todo este asunto, sino aparentemente Orion y Boko tampoco se esperaban que pudiera hablar "humanés" y no los culpaba, debían estar tan sorprendidos como yo al verles abrir el pico en gesto de sorpresa absoluta, algo que me hizo sentirme incluso más confuso de lo que ya estaba.

El humano empezó a acercarse a mí agradeciéndome con una sonrisa mucho más cálida y amable llamándome como "chico salvaje" pero, de poderme comunicar, creo que era mejor que nada decirle mi nombre y presentarme. Aun no es que me fiara al 100 de los humanos, evidentemente, pero decidí darle el beneficio de la duda a Orion, al menos hasta que ellos cumplieran su palabra, pues, como me dijo el humano, pletórico de alegría. Un detalle que me hizo especial gracia fue que tratara de ir con tacto cuando les entendía perfectamente, quizás por que aun no hablaba correctamente su idioma, un buen gesto, ¡Incluso me prometió que me podían ayudar a entrar al bosque a pesar de las complicaciones! Por lo que decidí mirar de reojo a Boko y Orion y asentir, de momento iba a confiar en ellos.

Finalmente se presentaron como Rigel y Biggs.

— Yo....Kein, mi nombre....Kein y sí....Boko.....decirte......tu hermano.....quizás.....vivo, yo......confirmar......eso, por favor......ayudar....a....nosotros....a.....encontrar.....familia nuestra......y......yo........prometer......hablar......bien......de......humanos......—. Dije como buenamente pude, vaya que era complicado comunicarme con ellos, ojalá fuera tan facil dominar su idioma como me resultaba el chocobés pero, daba igual ¡¡Los entendía!! Y eso en parte me hacía sentirme genuinamente feliz, quizás entenderlo podría hacerme comprender mejor como eran y, quizás poderle darle la razón a Orion sobre su "bondad". No es que les hubiera perdonado lo que hicieron pero, iba a darle el beneficio de la duda, un humano que salvaba chocobos no era algo que me hubieran dicho que hacían, pero lo hicieron y, sonaban agradecidos, para mí era suficiente.

Rigel y Biggs me ofrecieron una cama para dormir, pero dijeron también que podía dormir aquí si me sentía más cómodo, a lo que accedí, al menos hasta habituarme y saber qué hacer. Al fin y al cabo, aquí estaba con los míos, solo esperaba no sonar descortés para con Biggs y Rigel, aunque me dijeron que mañana no me iba a escaquear de llevar ropa para, según ellos, pasar desapercibido.

Les hice entender que prefería, al menos hoy quedarme en el establo. No quería sonar descortés para con los humanos, sin embargo, de momento me sentía mucho más cómodo con los míos. Ambos lo entendieron al instante para acercarse, no sin que antes les dirigiera una sonrisa.

Cuando se alejaron, Orion y Boko empezaron a mirarme, aun aparentemente incrédulos por lo que había pasado, ambos se giraron a mirarme ojipláticos, siendo Boko el que se acercaba a mí.

Reí ligeramente hacia la sorpresa de Boko para acariciarle la cabeza, era una excelente pregunta, a la que no tenía respuesta, así como asentí a lo que dijo Orion sobre la magia, nuevamente adoptando una pose reflexiva, jutando mis manos y poniendo mi cabeza tras ellas.

— No es la primera vez que hago uso de una magia así a decir verdad. Boko ¿Recuerdas cuando imité los movimientos del Fang? Si, yo tampoco lo entendí aquella vez, simplemente lo hice. Es como si tuviera la capacidad de aprender lo que veo, no lo puedo controlar pero, parece ser que una vez veo algo, mi cuerpo y mi mente lo asimilan—. Dije reflexivo, al menos era lo que me parecía lógico en ese instante— Pero, ¡Sip! Boko, nos ayudarán y de hecho les pedí ayuda también para encontrar a nuestra familia.

Sí, lo hice. Supuse que eso haría feliz a Boko también, quería confiar en esos humanos, de eso no me cabía duda así que la respuesta que le otorgué no era yo al único al que haría feliz con esa respuesta y, en parte, era lo que me podía llenar aun internamente algo tras la pérdida.

Tras un rato más de charla, nos empezamos a quedar dormidos. Lo último que recuerdo fue como Boko se recostaba a mi lado y mis ojos y renovado cansancio me hicieron quedarme profundamente dormido.

Los rayos del sol de la mañana entrando por la puerta del establo me despertaron, seguido a la apertura de la verja que nos separaban del exterior. Allí estaba Biggs, que había venido con algo extraño que quería ponerme. Pero ¡¿Que era eso?! ¡No lo quería! ¡ESTABA BIEN ASÍ!, por lo que retrocedí hasta que Biggs logró tratar de ponerme esa cosa, ¡Y que fuerza tenía! Pero no me iba a rendir
— NO, NO......NO.....ESO NO.....—. Exclamé mientras con mis brazos tenía agarrada las muñecas de Biggs para evitar que me pusiera eso que tanto se empeñaba en llamar "ropa" diciéndome que era parte del trato ¡¿Y QUE?! Me daba igual, NO ERA UN HUMANO, ME SENTÍA CHOCOBO, Y LOS CHÓCOBOS ÍBAMOS ASÍ COMO IBA YO, por lo que me puse serio y no dejaba que me fuera a quitar mis vestimentas, bueno, mi taparrabos. ¡Es que me negaba! No quería verme ridículo.
Rigel entró al establo, pero yo no me fijé en él, simplemente tenía la vista fija en Biggs, quien, finalmente acabó ganando la batalla.

Suspiré frustrado mientras Biggs me iba poniendo la ropa bajo una muy entretenida mirada de mi hermano y mi nuevo amigo, que cabrones, pensé frustrado mientras acababan de colocarme las prendas, haciendo que empezara a rascarme por todo el cuerpo, encima picaba y encima sentía como la misma ropa me presionaba. No era para nada una sensación agradable, pero Biggs parecía satisfecho diciéndome que me quedaba bien mientras Boko resaltó que me quedaba rarísima, algo en lo que estaba totalmente de acueredo, mirándole de reojo, como diciéndole "pues tu no has ayudado mucho a evitar que me vistieran así", pensamiento que me hizo reír ligeramente mientras Orion, evidentemente, estaba de acuerdo con la opinión de los humanos de que me quedaba genial, en fin, tendría que habituarme dandome cuenta por al sensación de que hasta el pelo había sido cambiado.

Luego Biggs quedó hablando tranquilamente con Rigel sobre la ropa y mi apariencia y viendo que Rigel opinaba como Biggs perdí todas las esperanzas de que al menos alguien me regresara a mi estado anterior.

Biggs empezó a charlar con Rigel sobre la supuesta ubicación de Wedge, pero, al no conocer Elérea decidí mantenerme al margen en ese respecto. Por otro lado, ambos se quedaron pensativos en medio de la conversación mientras yo, en mi silencio me quedé pensativo sobre qué hacer. Era obvio que querían empezar por allí, mientras otro decía que, como tenía guiles podría comprarme provisiones, así que era más que evidente que quería que fuera con ellos.

Boko se adelantó, diciendo que iba a ir si o si, a lo que ambos se miraron extrañados de nuevo por la barrera del lenguaje pero, aunque, aceptaron no sin informarle que podíamos meternos en líos a lo que Boko exclamó su ¡kué!, una muletilla típica de nuestra especie.
Miré de reojo a boco y le guiñé un ojo, una muestra de confianza.
— Boko viene—. Dije, de forma algo más fluida— Boko....ayuda....en.....bosque.....cuando......humanos......malos.....atacaron—. Le defendí, honestamente parecía que cada vez tenía menos dificultad en el habla, pero aun así sabía que me quedaba un largo camino para aprender a dominarlo— Boko....va....donde yo.....voy.
Era mi hermano y era la promesa que le hice a mi madre en su lecho de muerte y no era ya el chocobo indefenso que encontramos en el bosque. Era muy fuerte, y eso era algo que realmente admiraba de él.
Biggs de igual modo accedió, yo solo tuve que asentir, agradecido y girarme para mirar un instante a orion, para susurrarle un "gracias amigo" y de esa forma, salir del establo, aparentemente para hacer unas compras.

Nos dirijimos al poblado, no decía nada pero durante el día las cosas eran muy distintas. Por las noches no se escuchaba nada y por el día estaba todo rodeado de humanos.
Biggs estuvo tirando de mí casi todo el trayecto porque no paraba de quedarme mirando una cosa y otra, y otra que captaban mi atención, pero ¡Es que todo era tan distinto! Que mi mirada estaba constantemente perdiéndose en las distintas estructuras y diseños artísticos, todo tan distinto a donde venía... Pero no era el único, Boko estaba tan sorprendido y curioso que yo. La plaza, la gente, toda con ropas, todas muy distintas pero todos exactamente igual. Era algo normal entre los humanos parecía ser.
Finalmente llegamos, Biggs fue el que habló directamente mientras yo me dedicaba a mirar el escaparate con curiosidad, jé, que distinto era todo a como lo tenía chocomunny, aquí todo parecía más organizado y bonito, no como él que parecía tenerlo todo completamente en desorden pero siempre parecía saber donde lo tenía.
La nostalgia me hizo perderme en mis pensamientos hasta que Biggs, me pidio que estuviera atento a como se hacía.
— Mire, quiero 6 pociones, 3 éteres, antídoto, una hierba eco, una cola de fénix, una lanza de hierro, una de garras de cuero, 1 traje de campesino.

 

Rigel Betelgeuse

Vi a Biggs animado de nuevo. Aquellas palabras del chico chocobo habían conseguido sosegar su inquietud, su miedo incipiente, su soledad. Wedge quizá seguía vivo, ¿eh? ¿Cómo sería posible eso? Solo se me ocurría una opción... Una opción más que probable.

Aprovechando el momento de comunicación, el salvaje nos dijo que él se llamaba Kein, y su hermano chocobo Boko. Y nos prometió hablarle bien a los demás chocobos de nosotros si le ayudábamos a regresar a su hogar. No nos resultaba eso útil en realidad, pero si tenía información sobre Wedge, debíamos hacerlo y aceptar el pacto. Además... no es como si tuviésemos algún sitio al que ir de momento, ¿no?

Porque nada nos aseguraba que, si regresábamos a Elérea, no nos enviasen directos a prisión. Si es que no algo peor.

Nos fuimos a dormir entonces, pudiendo descansar algo mejor, con la idea en la cabeza de que Wedge seguía vivo. Cuando quise darme cuenta, caí preso del sueño.

A la mañana siguiente, me desperté temprano, como acostumbraba a hacer en mis días de rutina militar. Biggs se había levantado ya, y desde dentro de la posada se escuchaban sus gritos en el exterior.

El pelirrojo forcejeaba con Kein, por los suelos, intentando que se vistiese con la ropa que le había conseguido. Lo primero que habíamos establecido para el trato era que debía vestirse como un humano, ¿y ya estaba peleando por eso? ¿Cómo íbamos a establecer ningún tipo de pacto con un salvaje que no sabía de normas ni disciplina?

—¡Kein, esa ropa es parte del trato, debes ponértela! —exclamé, preocupado por la escena. Esto... No sabía si iba a salir bien. Por suerte, Biggs consiguió ganar la pelea, y Kein acabó vestido, por la fuerza. Suspiré, desconfiado.

>>Está bien así, Kein. No debes preocuparte por tu aspecto. Es solo para poder llegar a tu casa lo antes posible —traté de alentarlo, para que se sintiera cómodo. No fue el caso, pero al menos las palabras de Boko y Orion sí que sirvieron, porque tras hablar con ellos se calmó.

Biggs intervino entonces, para sugerir qué hacer. Lo cierto es que no teníamos ninguna pista sobre dónde podría estar...

—... Empezaremos por conseguir algunas provisiones, sí —respondí a la última afirmación de Biggs—. Si el chico tiene guiles, podrá conseguir también algunos objetos. Una vez que nos hayamos aprovisionado bien, partiremos para buscar a Wedge. Quizás podamos ir a alguna población a preguntar por su paradero, o si lo han visto —miré entonces a Kein, ya vestido—. Boko podrá venir con nosotros, pero deberás vigilar que no se meta en líos. Ahora Biggs te acompañará; te aconsejo que compres algunas pociones o armas, por si las necesitas de camino a casa —le dije al chico. Era realmente extraño hablar con él, sin tener la certeza de que me estuviera entendiendo.

Me marché yo también, siguiendo al grupo, aunque en la distancia. Mis manos volvieron tras mi espalda, y una vez más, me paseé por Doli con el uniforme eleano. Ese que no sabía cuánto tiempo más me duraría. Agh... De verdad esperaba que todo fuera un ardid de Wezen.

Mientras Kein observaba toda la mercancía, seguido de Biggs, que le frenaba de hacer locuras, yo miraba en algunos puestos el equipamiento. Nada de lo que había allí me llamaba la atención: esas prendas podrían servirme para defenderme, pero también podrían jugar en mi contra. La paja del sombrero podría arder con facilidad, y la boina era algo que me negaba a llevar: mi posición en el ejército me lo impedía, debía mantener mi uniforme.

Al final acabé comprando unos zapatos artesanales, que encargué hacer a medida. Pedí que fueran lo más parecidos posibles a los del traje del ejército, y gracias a la capa tampoco se distinguían mucho, evitando llamar la atención. Con ese calzado, seguro que conseguía una mayor agilidad para moverme. Era la mejor apuesta. Asimismo, compré una katana que poseían allí. Era algo más grande que la que poseía ya, así que aún no me atrevía a usarla; sin embargo, me vendría bien para un futuro. Y por último, algunos objetos varios, como las preciadas colas de fénix.

Con todo listo, podíamos marcharnos. Biggs también había hecho las compras para Kein, así que no faltaba nada más. Regresamos a la posada a por las pertenencias, y allí Kein se escabulló a las chocoberizas. ¿Por qué iba hacia allí ahora? Al seguirlo, vimos cómo se sentaba junto a un chocobo que estaba en el suelo y comenzaba a hablar con él.

Agh, ¿más contratiempos...?

Contenido oculto

- Zapatos artesanales (+6 velocidad): 120 guiles
- Éter (+10 PM, ratio x0,1): 80 guiles x2
- Cola de fénix (revive a un aliado caído, con PS iguales a ratio x0,33): 130 guiles x2
- Uchigatana [Katana] (20 Daño físico, elemento aire) (Req.: 10% dominio): 350 guiles

En total 890 guiles. Me equipo los zapatos, pero no la katana (porque no puedo(?)).

Contenido oculto

Ya tah, roleé que Kein iba a las chocoberizas de la posada para poder comenzar la misión del chocobo doméstico :D

 

Kein
Suspiré cuando acabamos de comprar y me guardé las cosas, ¿Eso era comprar? No parecía ser algo tan distinto a con lo que hacía con Chocomunny, pero con tantos objetos, tampoco me veía muy preparado para saber que comprar o en que circunstancias. Constantemente miraba a Boko, el cual, aunque se iba distrayendo como yo casi a cada paso que daba, no iba a dejar que le hicieran nada, aunque Rigel me dijera que le vigilara que no se metiera en líos sabía que Boko no iba a separarse de nosotros en ningún momento, ya tenía demasiadas experiencias (y miedo) a que le ocurriera algo estando solo en un sitio que desconocía.
Y así fue, se mantuvo a mi lado en todo momento pero en el escaparate puso su cara contra el cristal para ver mejor el contenido mientras abría el pico en gesto de sorpresa, aunque yo también hice algo similar pero sin poner mi cara contra el escaparate, sino simplemente distraído mirando todo lo que había a su alrededor.
Biggs suspiró, pidiendo todo lo que consideraba que me iba a ir bien dadas sus actuales circunstancias y finalmente me guardó las cosas.

Posteriormente fue el propio Rigel quien se puso a comprar, Biggs me pidió que estuviera atento para que aprendiera como hacerlo, por lo que accedí para mirar a Rigel comprar y la verdad, no parecía complicado pero con tantas cosas ¿Como iba a saber si lo que pedía era correcto o lo que necesitaba? Al menos con los chocobo, la comunicación me resultaba mucho más sencilla, pero iba captando cada vez más y con mayor claridad las palabras humanas. Si eso era cosa de magia, como se me dijo desde el principio, la magia es una maravilla.

Finalmente comprobé como Rigel compró zapatos artesanales, una katana y otros objetos que no supe identificar del todo.

Y, con todas las compras finalizadas, empezamos a marcharnos de camino a la posada tranquilamente a por, según ellos, pertenencias, quzás para empezar la bísqueda de Wedge. Pero al llegar, logré zafarme de la vigilancia de ambos humanos para ir corriendo a la chocoberizas, mientras me sentaba con un chocobo que que estaba en el suelo, parecía necesitar ayuda....

Contenido oculto

Okidoki, ya posteé, y como dijo Pablo en el post anterior, iniciaríamos la misión de chocobo doméstico, pero no podía evitar hacer este post aunque suene a alto post de relleno (?)

 

En las chocoberizas, ciertamente, había un chocobo que parecía apenado. Y no pudo evitar alzar la cabeza con curiosidad cuando llegaron Kein y Boko, mirándolos atento.

—Kué... ¿q-qué pasa? Este humano me mira mucho...

Pero al darse cuenta de que Kein hablaba su lengua, se impactó, abriendo mucho los ojitos. Era un chocobo pequeño, como Boko, más o menos. Y tras suspirar, agachó el pico.

—Ay, es que... estoy un poco triste. No tengo ni el cuerpo para reaccionar ante un humano que habla chocobés —confesó, suspirando—. R-Resulta que yo soy un chocobo doméstico, vivo aquí y aquí soy muy feliz, ¡he nacido en Doli! Pero... jo. Mi mamá no era de aquí, ella nació en un bosquecito chocobo por aquí cerca, uno de esos bosquejos ocultos donde se refugian los chocobos. Sé que está por algún sitio de Elérea, pero, ¡jo! No sé dónde.

>> Y m-mamá murió. Mi humano quiere llevar sus cenizas a su hogar natal, pero y-yo no tengo ni idea de dónde de está. Y quiere que le guié hasta allí, pero, ¿cómo le guío, si no sé dónde es? Ay...

Hmmm, el chocobi quería encontrar un Bosquw de Chocobos, ¿eh? Esos bosques estaban usualmente bien escondidos... pero quizá el instinto de Kein le permitiese encontrarlos. Si averiguaron el camino podrían contárselo luego al chocobo...


Objetivo: encuentra el bosque chocobo cercano y cuéntale su ubicación al chocobo doméstico de Doli.


En el mapamundi, si Kein está en el grupo, podéis examinar cualquier casilla, por vacía que parezca, en busca de bosques ocultos de chocobos. Solo debéis rolear que Kein husmea la zona en cuestión y, si hay un bosque, os lo diré y os daré acceso.

 

Rigel Betelgeuse

Kein reaccionó de manera brusca, quizás demasiado. Con rencor, expresó su desacuerdo a obedecer mis órdenes, entre gritos y un alboroto innecesario. Afortunadamente, aún no habíamos entrado en ninguna población, así que no molestamos a nadie. ¿¡Pero a qué venía esto ahora!? Parecía hasta más molesta con nosotros que con Wezen, y ni siquiera habíamos hecho algo malo. ¡Era un indisciplinado! ¡Argh, ¿cómo iba a conseguir que entendiese la importancia del honor y los modales un salvaje?!

—¡Mira, Kein, el único motivo por el que colaboramos es porque Wedge arriesgó su vida por salvar a tu hermano chocobo! ¡Los dos tenemos un objetivo, nosotros encontrar a Wedge y tú regresar a tu bosque! Así que no me vengas con que "cooperas a tu manera", y si no nos gusta nos aguantamos: no eres tú el que no está ayudando a nosotros, ¿me oyes? Los dos nos estamos ayudando recíprocamente, y yo ya he cedido permitiéndote escaparte y ayudar a ese chocobo doméstico. Sin embargo, aún no veo que hayas cumplido ni un poco el trato que hicimos: no sabemos nada aún de Wedge y no haces más que ponernos impedimentos. ¡Tienes que comportarte, joder! —regañé, muy nervioso por la actitud del salvaje. Respiré hondo, y traté de calmarme para no empeorar la situación.

>>... Mira, Kein. Nosotros ya tenemos la información que queríamos, y podríamos continuar la búsqueda solos. Sin embargo, no sería justo: os prometimos ayuda, y queremos cumplir nuestra promesa. Pero, por desgracia para vosotros, en este mundo los humanos controlamos... casi todo. Algunos hasta se creen capaces de decidir si alguien merece vivir o no, o quién usa armas tan poderosas como la tecnología Magitek, capaz de hacer destrozos como el que viste. Y probablemente, ni tú ni yo seamos bien recibidos en el imperio ahora mismo. Así que no podemos ir llamando la atención. No quiero que me obedezcas porque sea tu superior: quiero que me obedezcas porque yo sé mejor que tú cómo funcionan las cosas aquí fuera, y quiero ayudarte, ¿de acuerdo? —pedí, finalmente, llevándome la mano al entrecejo, algo desesperado por no saber cómo afrontar la situación. Biggs debía de estar muy entretenido viéndome así.

De cualquier modo, regresamos a Doli y volvimos a las chocoberizas, donde Kein pudo hablar con el chocobo doméstico.

Contenido oculto

No sé si Fer quiere responder para reaccionar, o completamos ya la misión y postea después, pero anyway, aquí estamos (?

 

Kein
Mi reacción pareció enfurecer mucho más a Rigel, aunque como dijo menos mal que no teníamos ninguna persona al lado, pero la ira era demaisado brusca en mí ¿Encima se atrevía a recriminarme? ¿Un humano? Tenía un honor hacia con ese Wedge, ¡NO HACIA ÉL! Apreté el puño mientras me gritaba, antes no me había importado porque no le entendía, pero ahora lo tenía claro...¿Se sentía superior a mí? YO ERA EL ÚNICO QUE PODÍA DARME ÓRDENES A MÍ MISMO, ni el más mínimo honor iba a hacer que lo fuera a salvar, no quería perder el tiempo, pero el humano volvió a estallar mientras estábamos regresando a B2, y a juzgar por los pasos a Doli, el poblado que habíamos dejado atrás.

Chasqueé la lengüa furioso por las palabras de Rigel, por lo que le miré fijamente, primero furioso pero, fui calmando mis facciones, aun viniendome una profunda tristeza.
— Lo siento....Rigel, no tener modales, yo...No poder perdonar aun, todo demasiado reciente para mí, todo demasiado rápido. No poder perdonar lo que hicieron, los humanos no tener derecho a controlar, Rigel. No una especie, capaz de....hacer daño a gente que no merece, gente que abandona a otra, como ellos abandonarme a mí cuando pequeño yo ser, es lo único que tiene lógica. Luego arrebatarme otra vez a mi familia. Yo quiero ayudar por deber vida, pero odio a humanos por arrebatarme a los mios, otra vez. No creer en vosotros, pero vosotros ayudarme...—. Derramé una lágrima— No entender nada...Yo no enten...entiendo nada de esto.... No poder fiarme más que de mi mismo y Boko. Me habeis causado demasiado daño....
Luego me fui directamente al establo donde me esperaba el Chocobo doméstico, haciendo que las facciones de mi cara se relajaran, para hablarle con amabilidad.
— Hemos encontrado un bosque chocobo cerca, mira—. Como pude le fui explicando por donde era, poco a poco— Pero tened cuidado, por favor, puede llegar a ser peligroso—. Concluí con amabilidad.

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Respondí, perdonad el lapso, me fui a dar un paseo u.u

 

En el momento en el que Rigel dijo "joder", Biggs supo que la cosa estaba realmente tensa. Ojiplático, observó el intercambio entre su jefe y el chico salvaje, mientras acariciaba a Boko. Y, hablando de Boko, pese a no entender exactamente qué estaba pasando, captaba por las miradas de los dos humanos que no pasaba nada bueno.

—... el jefe le casca un hechizo, ya verás —musitó Biggs, que, tras eso, se aclaró la voz para intervenir—. Bueno, bueno, jefe, Kein, vamos a parar, ¿sí? Aquí hay algo claro, y es que todos tenemos en común que queremos salvar a Wedge, ¿o no? Porque yo estoy seguro de que Bokito quiere salvarle —le rascó bajo el pico, ante lo que el chocobo no pudo sino estremecerse—. ¿Verdad que sí, pequeñín? Así que eso, vamos a intentar llevarnos bien todo lo que podamos, ¿eh?

Boko, entonces, pasó junto a las piernas de Biggs y apoyó su cabeza entre su costado y su brazo, cómodo. Y miró a Kein.

—Kein, Kein. No te enfades. No conozco mucho a Rigel, pero... Biggs es majo. Me gusta.

Y tanto que le gustaba. Los dos habían hecho buenas migas mientras que Kein y Rigel se dedicaban a discutir, al parecer.

Sea como sea, lograron al fin transmitirle la información sobre el Bosque Chocobo al pequeño chocobo doméstico del corral, que, al oírlo de parte de Kein, no pudo sino sonreír abiertamente.

—¡Q-Qué bien! ¿Entonces es esa arboledita al sur? ¡G-Genial, llevaré allí a mi humano! Ay, muchas gracias —aleteó y saltó, feliz—. N-No sé qué puedo ofreceros como recompensa... ¡ah, ya sé!

Biggs y Rigel vieron entonces cómo el chocobo se alejaba, tomaba con su pico una cesta y la acercaba a ellos. Estaba... llena de verduras de esas que comen los chocobos habitualmente.

—¡Oh! —exclamó Boko, emocionado—. ¡V-V-Verduras Gysahl! ¡K-Kein, te lo puedes creer! ¡Mira cuántas hay! ¡Son un manjar, y en el bosque hay muy pocas! ¡Todo un lujo!

—¡Pues aquí tenemos muchísimas! Tomadlas, por favor. Es lo menos que puedo hacer.

Dubitativo, Biggs fue el que cogió el cesto.

—... vaya. Sé que los humanos también podemos comer estas cosas, pero es como, hum... ¿raro? En fin, Kein, dale las gracias y eso. Uh, el cesto está lleno de plumas...

¡Encargo completado!
x5 verduras gysahl para cada uno
x2 plumas de chocobo para cada uno

 

Kein
Suspiré al ver como Boko y Riggs se llevaban de forma tan excelentemente buena mientras que yo mismo me mantenía distante, más bien, tensa con Rigel. No era su culpa, pero no entendía las razones por las que me hacía hacer todo eso. Quiero decir ¿Por qué simplemente no puedo hacer lo que quiera? Era más que evidente que si lograba consecutar nuestro objetivo ¿Que más da de una forma o de otra? Quizás fuera porque Wedge podía estar moviéndose pero ¿¡Que me dijeran lo de que no podía montarme en chocobo?! Eso ya me parecía demasiado...

Boko, quien pasó por debajo de las piernas de Biggs, nuevamente me hablo, pidiendome que no me enfadara, que, aunque no conocía mucho a Rigel, Biggs le caía bien,y ¡Claro que lo hacía! No te jiba, la verdad es que con todo el rato toqueteándole porque le parecía mono era para no caerle bien, lo que me hizo reír ligeramente al pensar en ello.
— De nuevo, te pedir disculpa Rigel—. Contesté con honestidad— No quierer discutir....
Al acabar de darle la información al chocobo, éste empezó a aletear muy contento, decidiendo ir, no sin antes darnos un pequeño obsequio, una cestita con verduras Gyashi, por lo que Boko se puso a aletear con alegría, mientras nos las íbamos repartiendo equitativamente, así como plumas de chocobo, que contaron dos para cada uno, por lo que me las guardé para mirar a Rigel.

— Tu decir que empezamos buscar por Portobelo ¿No?—. Pregunté a Rigel, indudablemente más calmado.

 

Void

Tras el combate, Myura se tomó una de las pociones que llevábamos para curar el daño que había recibido.

Poco después volvimos a entrar al poblado de Doli, y no tuve que esperar mucho para que Myura se transformase en gato y me saltase a la cabeza como siempre. En cualquier caso, busqué con la mirada al jefe de obras.

Debía estar por aquí cerca, ¿No? Después de todo el sol aún no se ocultaba.

Buscar al jefe de obras para darle las piedras.

 

Se sorprendió el jefe de obras al ver a Void llegar con aquella bolsa cargada de grandes y gruesas piedras. Con gesto de admiración y asombro, miró al chico, analizándolo de arriba abajo.

—C-Caray, chaval, ¿has conseguido esto tú solo, con el pico que te dimos? Impresionante... d-debo decir que estoy genuinamente asombrado, ¡además, eso debe pesar muchísimo para cargarlo! Con estas piedras podremos sacar como para quince peldaños de la muralla. ¡Es una pequeña contribución, pero una que agradecemos enormemente todos los dolineses!

Hurgó entonces en una bolsa que tenía a sus pies, y empezó a sacar verduras y productos varios que parecía guardar con mimo, haciéndole entrega de varios a Void.

—Ten, chaval, para ti. Esto es lo único que te puedo ofrecer en compensación. ¡Tengo un huertecito, y de vez en cuando hasta me atrevo a pastorear a las tontainas de las garulas! Mi mujer ha abierto recientemente un tiendecilla en el mercado, por cierto, ¡si te interesa, pásate a ver! Y no dudes en acudir a la pastelería del pueblo, ¡si les llevas productos de calidad, te harán el favor de cocinártelos sin dudarlo! Mucho más si tenemos en cuenta qe nos has ayudado tan amablemente, ¿no?

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