Por otro lado, era seguro que Kasun tenía decisiones que tomar por decir poco, no que me interesara pero pues valía la peña señalarlo. Tendiéndolos de compañeros de clase uno se daba cuenta de algunas cosas, mierdas que seguro Shiori ni siquiera tenía cómo saber o que estaba ignorando abiertamente. Igual la película que se estaban montando prometía desastre para alguien, fuesen ellos o no. Como fuese, el comentario de Craig de que procuraría que fuese la sobria del grupo me hizo reír por lo bajo y no dije nada, me limité a esperar la anécdota de turno del par de idiotas. Por eso no era partidaria de comer cuando ya tenías el alcohol bien metido en la cabeza, o comías antes o te lanzabas a la muerte con el estómago vacío, pero ya ebrio era un desperdicio. Había más posibilidades de devolver la comida (incluso si no era un huevo crudo) que de conservarla dentro del estómago. —Con esto sabemos que no debemos aceptar comida que venga de Paimon-senpai si está ebrio —dijo Shiori con una mueca de desagrado en el rostro. —Te intoxicas con alcohol o se te pega la salmonella, choose your fighter —añadí detrás de sus palabras. Kasun dijo que era el pobre desgraciado que tenía que cuidar a su gemelo y a la rubia rígida que vivía pegada a ellos, me pareció que la mención a Allen confundió un poco a Kurosawa pero se hizo la tonta, como siempre. Seguía desconociendo qué tanta información tenía esta mocosa o no. —¿Música? —dijo antes de suspirar—. ¿Pues lo que escuche quien tenga el derecho a altavoz? No sé, no suelo escuchar música tampoco. —¿Rollo punk? Bastantes variantes alternativas de rock, metal, pop —contesté soltando lo primero que me llegó a la cabeza—. Un poco de indie dependiendo del día.
Mi hermano diría que era cuestión de tiempo para caer en las propuestas implícitas de Kurosawa, y era cierto, la atracción que solía tener con las mujeres como ella era absurda. Lo había mencionado una vez con Catherine, el que me gustaban las chicas demandantes, caprichosas o dominantes; vete a saber si era por el hecho de que simplemente me moldeaba sin siquiera intentarlo, como el viento en medio de la tarde. No importaba cuánto ardiese el sol, la brisa solía estar presente entre el vapor del atardecer. —Trataré de abstenerme a cocinarles en el bar entonces —soltó Paimon con ligero sarcasmo en la voz. Hablaron de algunas anécdotas cómicas con relación al alcohol, y bueno, lo más gracioso en mi caso había sido terminar en una pelea por ser arrastrado por mi hermano, y bueno, el moretón que tuve en la cara por días fue por demás humillante. Pregunté por los géneros musicales a ver qué tal y Akaisa comentó un par luego de que Kurosawa no mencionara ninguno. —Metal o rock —concordó Paimon desde su posición. —Sinceramente suelo escuchar de todo, así que crossover. Para finalizar completé con mi gusto general: —Por mi parte, prefiero la electrónica —miré a Akaisa, casi invitándola ahora a ella a lanzar la siguiente pregunta para el grupo.
Por demás, el match con esta chica era... curioso, porque eso de llevarle la contraria a Kurosawa no era una opción. Su forma de acercarse a las personas y organizarlas era mucho más amable, pero era lo mismo, mi agresividad y la amabilidad controlada de Shiori venían de un mismo núcleo de furia y disgusto. Por eso ver quiénes entraban al círculo por voluntad era un genuino circo. El comentario de Paimon de abstenerse a cocinarnos en el bar hizo que tanto yo como Kurosawa soltáramos la risa, pues porque uno qué sabía. A lo mejor cruzaba a un 7-Eleven y compraba algo a mitad de la noche, ¿y luego qué? Mejor andar con prudencia con las ideas culinarias del moreno. La conversación sobre la música continuó, Paimon se lanzó con el metal y el rock, Craig con todo lo que le pusieran por delante y Kasun se quedó en la electrónica, digamos que cada uno calzaba con su personalidad, incluso el vacío en la información de Shiori. Como fuese, la mirada de Zoldryck delató que me estaba lanzando la pelota a mí y yo le di algunas vueltas a cómo seguir. Kurosawa suspiró, revisó la hora en el móvil luego de sacarlo del bolsillo de la falda y al terminar lo regresó a su lugar, para después volver a invadir el espacio de Kasun. Se medio recostó a él sin ninguna intención en particular y suspiró con cierta pesadez. —¿Y géneros de películas? —dije entonces, dejando la pregunta abierta para todos.
En lo que sentí el peso de Kurosawa me ajusté un poco a su posición, sacando el móvil al sentir que había vibrado un par de veces. Lo desbloqueé con la huella y noté un par de mensajes de Gen. El día de hoy estaba almorzando con mi hermano, por lo que no estaba preocupado de que estuviera sola ni nada. Abrí la aplicación en lo que Kurosawa lanzaba la pregunta. Justo Allen me estaba diciendo de arrimar a su apartamento para ver una película después de clase, de seguro mi gemelo tendría que ver con la intención de sacarla de la rutina. Contesté un "Allá estaré" y agregué un emoji de cinta de película. —Terror o drama —habló el moreno primero, y ya luego vino el albino. —Comedia, o documental. —Comedia también —concordé—, ah, y acción —bloqueé el celular de nueva cuenta antes de echar una ojeada a la hora. No faltaba mucho para que finalizará el receso.
La conversación se había quedado atorada en temas donde yo no tenía nada que aportar, como siempre, porque era una señora de cincuenta trabajando doble jornada sin tiempo de verse una peli o escuchar una canción sin dormirse o algo. Ni siquiera usaba música de fondo cuando atendía a mis cosas, me distraía más de lo que me ayudaba a concentrarme así que me había rendido luego de un par de intentos. Al verme excluida del asunto por defecto me recosté en Zoldryck pues porque sí, además de que le quedaba poco el receso no sería yo la que les jodiera el bonito momento de amistad. En general este grupo me parecía de lo más extraño, porque la colada era yo, pero suponía que el orgullo me pesaba más que la idea de excusarme para irme y dejarlos. No estaba demasiado segura de todas maneras, Katrina estaba allí por los motivos de siempre, Zoldryck era que se dejaba arrastrar y los otros dos, bueno, suponía que Paimon se quedaba por Craig pero tampoco entendía muy bien qué sostenía al primero. —Suspenso, misterio y drama diría yo —contestó Akaisa a la pregunta que ella misma había formulado luego de que los muchachos respondieran. —Lo de la música aplica a las películas —respondí por puro protocolo, de hecho recordaba haberle dicho a Zoldryck que no veía series la vez que salimos a comer ramen. Me quedé callada, allí apoyada en Zoldryck, pero los ojos dispares de Katrina se quedaron pegados en mí esperando que sacara una pregunta de la manga. Tomé aire con cierta pesadez, le di vueltas un rato y al final pregunté cualquier tontería, no me acordaba si lo habíamos hablado en algún momento así que me sabrían disculpar cualquier rastro de demencia prematuro. —¿Comida favorita? Última pregunta antes de que termine el receso. —Lo segundo fue un anuncio y medio giré el rostro hacia Kasun, de la forma que me lo permitió la posición al menos, y le hablé en voz baja—. ¿Me acompañas a mi clase? A ver, asumí que me acompañarían en manada porque les quedaba de camino a su piso, pero no hacía daño decírselo a él en específico. Por demás, no le había puesto atención a los mensajes en su teléfono, la verdad, pues porque tampoco era tan chismosa ni tan salida como para estarle revisando los mensajes a los demás. Si había cosas que tuviese que saber, las sabría en otro momento y ya. —No me acuerdo cómo se llama y no lo como desde que salimos de Estados Unidos, pero una... Supongo que era como mi segunda madre, qué más da, preparaba un pollo en una salsa buenísima. Llevaba varias cosas, pero lo que recuerdo es la leche de coco y un tipo muy específico de chile, no sabía igual con otro —respondió Akaisa y suspiró con pesadez—. Toda la comida sabía insípida en comparación. —Curry —contesté yo detrás de ella sin detenerme mucho en explicaciones. Mamá hacía buen curry, pero desde la muerte de Kaoru no había vuelto a cocinarlo y a papá y a mí no nos quedaba igual nunca. Era otra de las cosas que había perdido, por desgracia. Contenido oculto Traté medio de ir cerrando porque el día se acaba el martes y no sé qué tan ocupada voy a estar aaa
El almuerzo había transcurrido paulatinamente, por lo que en algún momento miré la hora y sabía que faltaba poco para que la campana sonara. En medio de lo de las películas y eso se me vino a la cabeza el hecho de que Shiori parecía no tener nada de preferencia hasta el momento, era deprimente si me lo preguntaran, que una chica de segundo grado no tuviese género musical o de películas definido; algo extraño en realidad. Bostecé en algún momento, estaban hablando de comida ahora y eso me sacó una sonrisa tenue, porque bueno... —Ninguna en partícular, mientras esté bien hecho —contesté. Kasun asintió en algún momento, probablemente porque ella le habría dicho algo antes. Craig pareció pensárselo un poco antes de responder: —Borsh o el Pelmeni —murmuró con el acento ruso colándosele en la pronunciación de los platos. Se estiró luego. Akaisa mencionó un plato que de por sí era común, al igual que Kurosawa, pero cualquiera que tenía dos dedos de frente sabía que no se trataba de la complicación del platillo, ni de los ingredientes de alta calidad, la cocina era mucho más que eso. Supuse entonces que terminaríamos subiendo en grupo a clase, a fin de cuentas todos ibamos para el mismo punto, y por ahí derecho dejaríamos a Shiori en su salón. Contenido oculto Cierro por aquí Yaahl, disfruté mucho este almuerzo y mis niños también ♥
Podía decir que estar Markus me alegra el dia bueno desde el primer momento que lo había conocido ya lo había sentido así, era muy divertido y risueño obviamente no lo conocía de todo pero eso era lo que él me había demostrado en los pocos días que habíamos empezado a hablar. Ya habíamos llegado al pasillo de la planta baja así que lo guíe por el camino miestras caminábamos a la piscina, ni idea de cuánto nos habíamos demorado pero ya casi se nos acababa el tiempo. El hablo y me dispuse a escucharlo, miestras lo miraba después en cuando con una sonrisa divierta al escuchar la primera pista que me dio, entrecerre mis ojos levemente al repetir en mi cabeza lo que había dicho, así que lo primero que haría con su amiga y el otro lo harían cuando dominaran la academia, reí en poco por qué sabía que si se lo proponía si lo haría y más si su amiga era igual que el de energético . —¿Entonces es algo que se dará el viernes? —cerre los ojos tratando de adivinar de que se trataría—. ¿Es alguna presentación? Si no estaba equivocada, y era una presentación ¿de que podría ser?, no quize materizarme mucho. Lo que dijo después que le faltaba un par de ángelitas y entonces me nombró a mi y a Fiorella para que el proyecto saliera mejor, hizo que me reía divertida —Si me sigues diciendo eso voy a tener más curiosidad de que se trata ¿sabes?. Con eso caminé mirando levemente mi alrededor miestras lo dirijia por la cafetería para después pasar por el patio norte hasta que llegamos al patio patio frontal, para después ir hacia el este en eso entramos a la piscina mire todo el lugar buscando a Fiorella con la mirada hasta que la encuentre, su cabello era el primero que reconoci en todo el lugar ya que era una mata de cabello demasiado brillante pero de un tono rojizo muy hermoso, para ser sincera me sorprendí el primer día que la conocí. —Fiorella —yo la llamaba así, su mejor amiga la llamaba roja, rojita o zanahoria escuché su risa al girarse a verme. —Sophie —me saludo miestras me sonreía antes de mirar a Markus—. ¿El es?. Lo mire antes de contestarle. —Fiorella te presento a Markus —sonrei—. Markus te presento a Fiorella. Camino hasta que se puso frente de el. —Ciao piacere di conoscerti —estiro su mano hacia el, miestras le sonreía y obviamente me imaginaba que ella le hablaría en Italiano cuando supiera que él era Markus. Contenido oculto Holis uwu, trate de cerrar en poco el post, y perdona si lo lleve mucho?).
Me sentí bastante pillado cuando Sophie intentó adivinar si lo del viernes era una presentación, lo que me llevó a repasar nuestra charla como si de una cuenta matemática se tratara. Si lo pensaba bien, no sería la primera vez que mi entusiasmo me llevaba a tirar pistas de más, al punto de poner en grave peligro la sorpresa del espectáculo o, por lo menos, el juego de intriga con el que intentaba captar el interés de mi compañera. Como la cosa todavía parecía salvable, hice lo que cualquiera en mi lugar haría: fingir sordera. Aunque para cuando me volvió a decir lo de su curiosidad, pues ahí paré los oídos como correspondía, con la sonrisa divertida de siempre. Así pues, tras hacer el mismo camino del lunes, llegamos por fin a la dichosa piscina, el maravilloso lugar que no habíamos alcanzado a disfrutar la vez pasada. El día estaba igual de brillante, pero mucho menos caluroso, lo cual era de agradecer. Ah, una pena que nos hubiéramos demorado en el camino. Había bastante muchachada disfrutando del lugar pero, incluso con tanta presencia, lo primero que noté nada más llegar fue una llamarada rojiza. Al enfocar mejor los ojos, pude ver que se trataba del hermoso cabello de una chica que nos estaba mirando con especial atención. El cabello combinaba bastante bien con su rostro, igual de bonito, por lo que mantuve mis ojos en ella hasta que, para mi gozo, Sophie nos guió hasta ella. ¡Era la mismísima Fiorellita! —Il piacere è mio, Fiorellita! Sei affascinante come immaginavo! —respondí mientras estrechaba su mano y la sacudía con entusiasta energía. Casi podía imaginar acordeones italianos empezando a sonar a nuestro alrededor— Stavo raccontando a Sophita di una cosa che farò venerdì. Entrambi sono invitati. Ya que quedaba poco tiempo, tocaba ir directo al grano. Contenido oculto Perdón por dejar la interacción un poco abierta a esta altura, jaja. Cualquier cosa, te paso por el MP lo que Markus tiene para contar (?)
En si hoy tenía mis emociones más revueltas de lo normal, así que se me hizo re raro que pasara pendiente e escuchando todas las clases de la mañana, bueno aunque ahora que lo pensaba muy pocas veces me desconcentraba de mis cosas toda la mañana me había puesto a pensar en lo que había pasado con mis padres, nada cambiaría hasta que no los soltara lo sabía muy bien pero algo en mí no quería hacerlo simplemente quería tenerlos así aún sabiendo que eso me dañaría. El día anterior había logrado despejarme ya que Sophie me presento a su amigo italiano y para no mentir, me sentí muy bien hablando Italiano me sentía más serca de mis país así que para mí era un placer hablarlo. Antes de que soltara la campana le había mandado un mensaje a Adara, la última vez que había hablado con ella fue cuando almorzo en mi casa se lo debía después de todo. Había bajado a la planta baja direccionandome a la piscina, quería despejarme un poco, ni idea que me traía hasta acá sabiendo que podría ir a la sala de música a tocar el piano era lo que más me tranquilizaba, pero bueno que más daba ya había entrado a la piscina así que busque un lugar donde sentarme sonreí con una sonrisa algo apagaba cuando caminé al sitio donde estária. Claramente no contaba que alguien más estaría aquí, y aún peor pare en seco a fijarme de quien se trataba. Arata Shimizu. Parpadee un poco miestras pensaba en quedarme o irme pero sabía muy bien que no podía huirle a mis problemas toda la vida, así no quisiera muy llegaría el día que me tocaría pasar alguna palabra con el como la que tuvimos en los casilleros y cuando nos tocó hacer el proyecto. Asi que caminé despacio pero antes de llegar a el me quedé en una distancia pronunciada. —Buenas esperó que no te moleste que esté aquí. Contenido oculto Holiwis por aquí te dejo a la niña uwu. Zireael
Estupideces a un lado, el trato con Ikari había quedado cerrado de forma temporal y el imbécil entraba al período de prueba para demostrar que en efecto podía recibir la cantidad de pasta que estaba pidiendo o más. Ahora quedaba esperar el intercambio de ambos pelirrojos, las pruebas del chico y finalmente una suerte de prototipo, suponía. A mí me tocaba encontrar un contacto capaz de conseguirnos metal de la calidad que el hijo de puta necesitaba, pero todo era por el bien de nuestra pequeña sociedad. Trataría de escarbar entre los contactos estos días, pero si no encontraba nada funcional tendría que acudir a la red de información de Sonnen para no buscar a Cayden para más favores de mierda, no luego de la charlita a la que nos había sometido anoche. Al maldito mocoso lo había poseído el espíritu de su viejo, es más, me tenía enfermo la sola idea de que había hablado con él directamente en quién sabe qué momento, pero ese asunto era suyo. Reaper se había echado la vida pretendiendo que su hijo no existía, le enviaba regalos, sí, pero eso no significaba una mierda, si acaso le recordaba al crío que tenía un padre que no quería verlo. ¿Y ahora? ¿Ahora resultaba que el maldito desgraciado iba por la vida dándole consejos que me incluían a mí y a Sonnen, luego de que el cuervo rechazara a los chacales? Lo que le rescataba al cerebro de Cayden, lo suficientemente cegado por la necesidad de venganza como para enfrentar a su padre, era que parecía haberle dejado claro al viejo que no haría nada que implicara regresar a Altan al tablero. La decisión que el imbécil había tomado había sido por la enana lo sabía todo el punto mundo y a mí me parecía lo correcto. Lo único verdaderamente correcto que había hecho Altan en semanas, por lo que asumí al ver su estado de anoche. Cuando sonó la campana del receso me levanté del pupitre, saqué de la mochila la primera taza que había encontrado por la mañana donde había empacado unos sobros de arroz frito, a falta de una caja de bento de verdad, y dejé el salón en dirección a la piscina porque me parecía un buen lugar. Qué sabía yo, igual le había pillado un poco el gusto después de las conversaciones con Sasha y tal. Al salir vi la silueta de Sonnen desvanecerse en las escaleras a la azotea, Cayden salió en la dirección contraria y ni siquiera se dio cuenta de mi presencia, como si fuese un títere o algo. Suspiré con cierta pesadez, todo el mundo tenía una mierda diferente con la que lidiar y semanas atrás me había tocado a mí, ahora quizás debía preocuparme por el hecho de que el apellido Shimizu estuviese sonando en la calle pero, bueno, cada cosa en su momento. Al llegar a la piscina caminé hasta la orilla, di algunos pasos por el borde y sentí el sol demasiado violento como para quedarme allí, llevar tanto sol no era bueno y si Tess se daba cuenta de que no me cuidaba los tatuajes iba a meterme una putiza. Observé mi reflejo un segundo antes de alejarme de la orilla para buscar la poca sombra de un árbol cercano al área, me senté allí, mandé a la mierda la camisa del uniforme para quedarme solo con la camiseta de tirantes de abajo y me concentré en la comida. Me había comido la mitad del arroz frito, porque comí en plan aspiradora como Cayden, cuando noté la silueta que ingresó a la zona de la piscina y reconocí la mata de pelo pelirrojo para variar. Estos hijos de puta me tenían rodeado, de verdad, a este paso me iba a teñir para no sentirme excluido. El caso fue que la chiquilla no pudo hacerse la vida, se acercó y aunque mantuvo cierta distancia. —Me da igual, Flamita —respondí con la boca medio llena, pues porque sí me daba lo mismo en ese momento—. La piscina es lo bastante grande para que quepamos los dos me parece. Contenido oculto yo: ahora arata está más tranquilo yo recordando lo que había planeado para el día: y eso fue, de hecho, una mentira
En si no me espere encontrarme con el aquí en la piscina por nada del mundo pero no podía ser ingenua y no pensar que este lugar estaría desocupado aun mas sabiendo lo espacioso que es, como tal mi vista se poso en el por algunos largos segundos hasta que la aparte y la lleve a sus brazos, bueno lo que me llamo la atención fueron sus tatuajes, no se por que pero me hicieron recordar a Enzo el también tenia pero por mi parte siempre llegue a pensar que eso no era lo mio aunque simplemente también pensaba que había personas que se les miraba bien. Y ahora que miraba a este chico, podía decir que todo en el gritaba a kilómetros. Peligro. Oh mas bien así llegue a pensar cuando lo vi mas de cerca en los casilleros. Parpadee en poco quitándole la mirada de encima por que en si ni siquiera se cuanto tiempo me había tirado mirándole los brazos, me senté en el mismo lugar en el que estaba parada, como había pensado y calculado pues estábamos en una distancia pronunciada así que lleve mis manos al fondo de mi falda para sacar mi móvil y algún moño para recogerme el pelo en una coleta alta, con este ultimo decidí poner alguna melodía de las que siempre usaba para aprenderme en el piano, puede que llegaran hasta el pero para ser sincera no me importo. La cosa fue justamente cuando me iba acomodando el hablo, ya pensaba sentarme antes de que el digiera que la piscina era bastante grande para que los dos entráramos en ella, aunque viéndolo bien tampoco fue que le pedí permiso para estar aquí. Pero lo que podía decir que hizo que llevara mi atención en el con una ceja alzada fue el apodo que uso en los casilleros. Flamita. —¿Flamita? —mi acento se escucho en un claro italiano por puro comodidad de mi parte—. Pensaba que ese apodo había sido por pura burla por que habías decido fastidiarme en los casilleros. Contenido oculto yo: fiorella estará algo tranquila en su alrededor esta vez de seguro <3. fiorella por dentro: simplemente no puedo controlar mi lengua cuando estoy cerca de gente como el.
Podían llamarme loco o lo que quisieran, sobre todo porque me había negado a llevarle mucho el apunte anoche al tema, pero sabía que las cosas no podían hacer más que seguir yéndose por el caño. El estado de Altan, así como el día que me pidió hierba y estaba metido en el armario de enseres, era un recordatorio de que las emociones tendían a congelarlo más que a movilizarlo en ciertos escenarios. Si sus cuestiones empeoraban, Cayden no era consciente realmente de la manera en que eso afectaría sus exigencias. Tendría un lastre pegado en la nuca. Si todo salía mal la mariposa tendría que eliminarlo de su plan del todo. No era propio de mí quedarme atorado en cuestiones ajenas, pero en este caso lo que pasara con uno implicaría que algo pasaría con el otro y dudaba mucho que el corderito solo cancelara todo el plan. Esta mierda nos apelaba a los dos como daño colateral, como siempre, y estaba entre resignado y cansado de eso pero no era que pudiera hacer mucho más al respecto, pero tenía un mal presentimiento de todo. El momento de introspección de la semana lo interrumpió Fiorella, obviamente, la mocosa apareció y se quedó mirándome, sus ojos viajaron a los tatuajes de los brazos ahora completamente descubiertos y me dio algo de risa. Podían pasar años y el asunto nunca perdía el efecto, sobre todo teniendo en cuenta que estábamos aquí en Japón. Los tatuajes en extranjeros eran... bueno, relativamente entendibles, pero para los de cepa era otro cuento. La historia de la yakuza los había marcado como el único grupo importante, en términos de peligro, que se tatuaba. No aparté la vista de ella, entretenida con el pequeño recorrido visual que había tomado porque también pareció algo bastante inconsciente, por la forma en que quitó la vista después. Seguí comiendo como si nada, se sentó en el mismo sitio que se había quedado de pie y puso música en el teléfono, un piano que sonaba aburrido a cagar, pero al menos eso tendría la decencia de no decírselo. —¿Hmh? Te estás dando demasiada importancia, quizás —respondí a lo del apodo, algo de sorna se me coló en el tono—. Le pongo apodos a todos, tal vez porque quiero molestar a todo el mundo, tal vez no. Nunca lo sabremos. Contenido oculto ando en tremendo parkour emocional jsjsj
La notas en el piano se escuchaban casi en todo el lugar, bueno hasta que se me dio la jodida ganas de bajarle y ponerlas para que solo mis oídos pudieran escucharlas, no se las había puesto a el y en si eran para mi, así que si quería podía ponerlas hasta el volumen que quisiera ni siquiera me digne a pensar si al chico aquí presente tal vez le molestaría que las escuchará. Por favor, eran mis oidos. Como tal destape la bandeja que había traído de comida y empecé a comer sin prisa algúna hasta pensé que el chico no estaba es este lugar y mucho menos algunos metros de mi, en si podía hacer así en todo el receso y me ahorraría el malestar. Pero como miraba y escuchaba la tranquilidad duró poco, por qué escuche lo que me respondió y con tono que lo hizo no lo mire ni nada suspiré en poco miestras trataba de masticar lo que me había metido a la boca. Esta vez lo mire pero de reojo repasandolo de arriba a abajo. —¿Yo? ¿Importancia? Para nada si supieras cuánto me interesa darmelas de importe en algo te sorprenderia —habia usado el mismo tono que el uso pero esta vez una sonrisa entre divertida y con sorna apareció en mis labios—. Pues yo no soy todos o todo el mundo, así que te diría que para ti solo soy Fiorella Bianchi, así como tú eres Arata Shimizu para mí —lo mire, cuando murmure su apellido sabiendo el significado de este —. Es como si yo te dijera rubiales, ricitos de oro o Sr storm ¿alguno te gusta? Por que estaríamos a manos en eso de decirnos apodos sin siquiera conocernos. Simplemente alce los hombros. «Asi que no me conoces no te conozco, solo somos compañeros de clases que prácticamente solo han pasado palabra tres veces sin llegar a mencionar algo largo y en pocas palabras los apodos entre tu y yo serían para otra categoría. Contenido oculto Dios que rápido Arata me inspiro?) Mejor dicho no quería dejar si responder teniendo ya a Fiorella maquinando en mi mente.
Si quería dejar a media academia sorda con su remix de piano a mí me daba igual, la verdad fuese dicha, tenía cierta capacidad para desconectar ciertos estímulos si me lo preguntaban. Eso y que el andar en la moto me tenía el oído bastante entrenado al ruido de cualquier categoría. Igual en algún momento le reguló al volumen, seguí en lo mío luego de la respuesta de rutina y cuando ella soltó la réplica un bocado se me quedó a medio camino. Me hizo gracia por los motivos incorrectos, regresé el bocado de arroz a la taza, se me aflojó la risa que amenazó con convertirse en una carcajada y sus ejemplos no hicieron más que empeorarlo. Podía decirme que no estaba dándose aires de reina de la colina, pero lo que estaba diciendo había dado a entender todo lo contrario, pero la verdad era que le correspondía a ella darse cuenta. —Me da exactamente lo mismo cómo me llames —respondí con algo de acidez—. Justamente porque no somos nada más que compañeros de clase no podría darme más igual. Reí otra vez, fue más para mí mismo que para ella, me pasé la lengua por los dientes y tapé el último bocado de comida que me quedaba porque la graciosita estaba titulada en tomarse todo demasiado personal. Ningún imbécil podía seguir comiendo en semejante contexto, obviamente. Igual era yo el que estaba buscando un chivo expiatorio y Fiorella era mi excusa, como lo era todo Dios, yo qué sabía. —El privilegio de molestarse por esas cosas lo tienen solo a los que les sobra tiempo de ocio, niña. Aunque igual está mejor eso, ¿no? ¿Llamarte niña en vez de Flamita? Aunque seas ambas cosas. —Suspiré con cierto dramatismo y me tragué otra risa—. De todas formas es indiferente, nunca te pedí permiso. Contenido oculto se intentó (? *no intenté nada*
Y aquí era donde pensanba que haber venido hasta acá fue una mala idea, mejor fuera escogido la sala de arte de segura haya estuviera más tranquila de lo que estaba aquí con este chico, es que enserio a mí solo me seguían las cosas malas. Respire con pesadez, tratando de tranquilizara mi respiración en si tener ansiedad y recordarte continuente de lo que vives en tu casa, o como te atacan por la muerte de tus padres no es nada fácil. Realmente necesitaba tranquilidad pero no lo que conseguí algo peor y tenia nombre y apellido, es que este chico era una jodida tormenta para el mundo entero en esta academia. Las notas de las melodías del piano siguieron sonando hasta que solo faltaron tres, así que ahora podía decir que escucharlas no me calmaban en nada más bien lo que ahora necesitaba era las teclas del piano en mis dedos, apague de golpe mi móvil cuando él dijo el término de decir algo que hiz reía con cierto sarcasmo. —Estamos de acuerdo en algo entonces, simplemente somos compañeros de clase, así por qué nos interesaria en algo como nos llámemos —alce los hombros—. Hasta podría insultarte en inglés o en cualquier idioma y ni cuentas te darías. No te interesa en nada después de todo ¿no?. El noto de mi voz, no sonó normal en si sono frío esa era la forma en la que siempre le hablaba a mi hermana cuando me sacaba de mi casillas. Escuché su risa y seguí todos su movimientos de reojo, se me había quitado el apetito pero si quería mantenerme cuerda en lo que soltaría pues te tenía que tener algo en la boca. Lo que escuche después hizo que todo lo que estuviera pasando en mi mente se parara y recuerdos de cuando era apenas una niña después de la muerte de mis padres trascurrieran en mi mente, cerré los ojos tratando de borrar las imágenes que saltaron en mi mente sin mi permiso. Niña, el me había dicho niña tal y como la persona que.... Cálmate Fiore Hace cuánto que no lo recordaba, pasó hace seis años seguía siendo una niña. Trate de tranquilizarme con todo lo que tenía pero simplemente creo que no lo conseguí. Y creo que sí me miraba en un espejo estaba más pálida que un muerto. —Ninguno de los dos —inquiri con frialdad—. Y me importa tres rábanos si me pediste permiso o no, en si me resbala no tiene ningun valor significativo en nada —murmure con cierto sarcasmo—. Hasta creo que podríamos llevarnos normal pero, gente de tu calaña simplemente no me pasa. Contenido oculto quem: trata de tranquilizarla por qué tal vez este sufriendo un ataque de ansiedad por lo que recordó. fiorella: escupirle todo lo que piensa Arata.
En mi absoluta defensa, si a ella meterse a un espacio en el que estaba yo aunque fuese de varias hectáreas no le había parecido una idea lo bastante mala no me hacía responsable. Llegados a este punto tenía la cantidad exacta de cero interés en pretender llevarme bien con esta chica y molestarla o no me importaba lo mismo que molestar al resto del mundo, lo que quería decir: nada. La manera en que detuvo el móvil fue respuesta suficiente, a la mocosa se la estaba llevando el diablo, pero como si las señales corporales no fueran suficiente la niña soltó un discurso digno del primer ministro. Siguió dando vueltas alrededor de la mierda de los apodos, se paseó por los insultos en otro idioma y yo parpadeé casi con pereza, de hecho en algún punto dejé de escucharla. Traumas desconocidos y lo que quisieras, pero no me empeñaría tanto en molestarla si ella no reaccionara a la mínima estupidez. Hasta Cayden tenía algo más de resistencia y mira que también estaba hasta las pelotas de mi puta existencia. Estaba diciendo no sé qué de los de mi calaña cuando decidí levantarme, tomando la taza, los palillos y la camisa conmigo. —¿Decías? Me aburrí a la mitad, sentí que estaba en clases —apañé mientras daba los primeros pasos fuerza de la sombra—. Como sea, de por sí la gente de mi calaña no pierde el tiempo en estas discusiones. Mucho menos luego de darme cuenta de que una piscina entera la verdad no alcanzaba para los dos, disfrútala, todita para ti. Contuve el impulso de decirle que se fuese a la mierda de puro milagro, seguí andando, tiré la taza desechable en el primer tacho de basura cerca de la entrada y mientras dejaba la zona de la piscina me puse la camisa otra vez. Ni siquiera me tomé el tiempo de abotonarla ni nada, seguí mi camino hacia vete a saber dónde, cualquier sitio donde la mocosa dejara de dar por culo me servía. Contenido oculto hubiera sido contra su naturaleza quedarse más tiempo JASHAJ
Contenido oculto i’m only just strong enough i’m just strong enough i’m slowly sinking through the ground below so hold me just long enough to just long enough to show me how to find my way back home Era la primera vez que alcanzaba la zona de la piscina. Ni siquiera estaba plenamente seguro de cómo había llegado aquí, había salido al patio frontal y del resto se encargaron mis pies. Repasé el espacio con la vista, la brisa sopló y el agua, tímida, se meció apenas. No había nadie, en definitiva, que era lo importante. Parpadeé, al tomar aire sentí un pinchazo en la garganta y recorrí el borde de la piscina. Me senté. Me quedé observando el vaivén del agua, en silencio, inmóvil. Se parecía, en cierta forma, a las mareas que había encontrado en las paredes. Durante el campamento también me había abstraído frente al lago, ahora que lo pensaba. Había un poder en el agua, una suerte de hechizo, que emergía de las profundidades y me embotaba los sentidos. Era como si en cualquier momento pudiera aparecer una sirena frente a mí. Quizá dibujara fantasmas en las paredes a modo de consuelo. Quizá llevara toda la vida esperando un milagro. Uno capaz de arrancarme de mí mismo, de mi vida estropeada y mi cerebro disfuncional. Quizás estuviera siendo dramático, también, pero qué sabía yo. No podía pensar nada bonito ahora mismo, con las emociones atoradas en el pecho y la imagen de Anna y Sonnen frente a mis ojos. En el agua pretendí encontrar un consuelo, pero los ojos se me llenaron de lágrimas y tuve que llorar. Tuve que hacerlo. Era necio, lo sabía, era absolutamente necio y doloroso aferrarme al mismo corazón que había latido por ella el año pasado; pero temía desangrarme si la arrancaba. Temía descuidarme y, en el proceso, arrancar también los cables que me mantenían atado al mundo. Temía regresar a los espacios silenciosos, abrirle la puerta a los fantasmas y recostarme en un piso frío y duro. La alternativa, sin embargo, dolía. Dolía demasiado. De una u otra forma me sentía atrapado. Agaché la cabeza, cerré los ojos con fuerza y seguí llorando. El año pasado había sido yo, viéndola bailar y recibiendo sus manos. El año pasado me había sonreído a mí, había reído conmigo, y me había molestado por lo pata dura que era. El año pasado... se habían roto muchas cosas. Llevaba meses intentando aceptar la realidad, que Anna se había alejado de mi alcance, pero una cosa era entenderlo y otra muy, muy diferente, era que ocurriera justo frente a mí. Dios, sólo quería sacármela del corazón. Pero no tenía idea cómo hacerlo. Contenido oculto man, im absolutely destroyed
Le seguí el ritmo de los pasos hacia el exterior, eché un vistazo hacia los árboles entre lo que comenzabamos a caminar hacia la piscina. Era un lugar en el que no había estado antes, tan solo llegué a pasar de forma superficial por los alrededores pero si tenía algo de ganas de verla, porque ni en clase de deporte solíamos usarla, y realmente no tenía tiempo para meterme a un club, así que bueno, sabía que no me iría a meter ni mucho menos, además, no le veía madera a Arata para hacer el tonto dentro del agua. Qué sabía yo, todo esto no eran más que suposiciones de un tipo que ni conocía. —Total —concordé risueña, cosa que no era del todo cierto, a la final en el bar me había quedado un rato a solas con Tora, y ayer en el almuerzo igual, pero por hacer la gracia nada más. Me lo pensé un poco, casi que contando los días nada exactos. —Creo que más de un mes, pero ciertamente me la pasaba en el salón de clase. En cuanto llegamos el lugar estaba solo, detallé el color del agua, lucía bastante limpia y apenas tenía un par de hojas flotando en ella. Ubiqué entonces uno de los árboles que daban sombra y lo elegí como punto de almuerzo. —¿Y tú? —me senté por fin, dejándome caer con la espalda tras el tronco, me acomodé ligeramente la falda y aproveché el ya estar sentada para mirarlo desde abajo. No tenía una intención real, pero podría observar ahora sí un poco más su piel con el contraste del sol, pasando por algo tan banal como el darle mi atención visual, fue algo de nada, pestañeé con lentitud regresando mis pupilas a mi almuerzo. Dejé la lata a mi costado, buscando una liga en el bolsillo de mi falda para dedicarme a recogerme el cabello en una coleta alta.
Cuando estuvimos en la piscina me acerqué al borde un poco por inercia, observé el agua y me quedé allí unos segundos aunque percibí que ella no se detenía demasiado. Seguí escuchándola de todas formas y su respuesta solo llenó un fragmento de silencio, porque sabía que ella había estado sola con el tigre, sin Rowan. No era un avance, si acaso sonaba a condena. La seguí mientras me contestaba lo de cuánto llevaba en esta escuela, me regresó la pregunta ya habiéndose sentado y yo me acomodé a uno de sus costados. Desenvolví el sándwich, le di una mordida, mastiqué antes de responderle y regresé los ojos a la piscina. —Dos meses y unos días, creo. No le llevo mucho la cuenta, entré la semana que hicieron la fiesta en casa de una chica de mi clase —contesté luego de forzarme a hacer cuentas—. ¿Fuiste al campamento y eso?
Revolví un poco el almuerzo con los palillos, no era más que verduras al vapor, un trozo de carne y poco arroz. No solía comer grandes cantidades, pero sí que solía intercalar el desayuno, fruta, almuerzo, fruta, cena y fruta que a la final beneficiaba mi rendimiento fisíco para mantenerme en el trabajo, entrenando para competencias o eventos y lo minímo del estudio. No me esforzaba más que para sacar lo necesario ya que mi objetivo era vivir de otras cosas menos cuadrículadas cuando adulta. Comí algo, mastiqué en lo que lo escuchaba. Habló sobre una fiesta que ni idea, y sobre un campamente que había notado los panfletos con Hal en su momento pero de igual forma los ignoramos a grandes rasgos. —No. ¿Tú sí? Llevé otro trozo de carne con arroz, distrayéndome entre tanto con la vista de los pajaritos que se la pasaban cantando en un árbol cercano al que estábamos. —¿Qué tal estuvo? Escuché que acá hacen mucho eso de prueba de valor, ¿te dio miedo en algún momento? Con la pinta que traía, si fuese una respuesta afirmativa, me daría mucha gracia.