One-shot Piscina [Pokémon Rol]

Título: Piscina.
Fandom: Pokémon Rol Championship.
Personajes: Mimi Honda, Alpha Xenodis, Emily Hodges, Matt Honda, Dante Miles, Hubert Mattsson, Liza White, Nikolah Cruz, Talía Wells, Alpha Xenodis, Ian Lockhart, Effy Joy.
Palabras: 1033
Summary: "Mimi se mostró reticente al principio, pero cuando Emily se enteró de la noticia, le propuso un plan que no podía negar: todos los Holders la acompañarían y así sería más llevadera la semana."
N/A: No voy a etiquetar a todo el mundo bc sois demasiados (?) | Yugen no es algo especialmente wow ni nada por el estilo pero recuerdo que te hizo cierta ilusión cuando dije que quería hacer este escrito así que dije: ¿por qué no acabarlo hoy? So yeah, espero te guste~ y a todo el que lea uwu

—¡Mimi! Tu piscina es fantástica.

Fue Alpha quien pronunció aquellas palabras pero lo cierto es que todos los presentes opinaban lo mismo.

El padre y la madrastra de Mimi habían planeado un viaje a Alola de al menos una semana, y solo aceptaron que Matt se quedase en casa si su hermanastra también estaba en la misma. Mimi se mostró reticente al principio, pero cuando Emily se enteró de la noticia, le propuso un plan que no podía negar: todos los Holders la acompañarían y así sería más llevadera la semana.

No es que a Mimi le hiciese especial ilusión ir a Sinnoh, ni aunque todos sus amigos la acompañasen, pero la ilusión en los ojos de Emily eran su debilidad. Por supuesto, era muy difícil conseguir que todos los entrenadores se juntasen para hacer algo, ¡así que debían aprovechar cada oportunidad!

Así que ahí estaban, un grupo de doce adolescentes admirando la enorme piscina que había en el patio trasero de la mansión.

Mimi había llamado con antelación para preparar las habitaciones de sus amigos, así que en cuanto llegaron, los mismos pudieron acomodarse con rapidez.

Y no mucho después, todos bajaron corriendo a la piscina. Era pleno verano y no pensaban desaprovechar la oportunidad que los Honda les habían ofrecido… involuntariamente.

Mientras todos se acomodaban en la piscina, haciendo las actividades que más les apetecía, Mimi se quedó algo apartada, mirando a su hermano de reojo mientras se cruzaba de brazos, molesta.

—No te acerques a mis amigas, te lo advierto, Matt —sentenció, con voz autoritaria.

El chico simplemente sonrió, socarrón, sin apartar la vista de la piscina.

—Mii-chan… el problema va a ser que no se acerquen ellas a mí —respondió, con tono arrogante, lo que solo hizo que Mimi sintiera un escalofrío recorrer su cuerpo.

Ugh…

Finalmente ambos se acercaron a los demás, eso sí, cada uno por su lado.

Mimi se hizo con una tumbona y, colocándose las gafas de sol sobre sus ojos, se tumbó en la misma, dispuesta a aprovechar el día para al menos pillar algo de moreno.

En un par de aquellas tumbonas también se encontraban Dante y Hubert, algo más apartados y de hecho bajo la sombra de unas sombrillas, hablando con tranquilidad mientras de vez en cuando miraban hacia la piscina, siempre con la vista sobre alguien el concreto.

En el agua, mientras tanto, estaban la gran mayoría de holders. Por un lado, Emily, Liza y Nikolah estaban intentando enseñarle a Talía a nadar y jugaban juntos en la zona menos profunda, pero por otro lado…

—Ya te lo he dicho Alpha, soy mejor nadador que tú.

—¡Eso ya lo veremos!

—A ver, chicos, guardad las fuerzas para la competición.

Sí, por otro lado Ian y Alpha habían acabado en otra disputa sobre cuál de los dos era mejor, en aquella ocasión, nadando. Effy había acabado envolviéndose en el tema como árbitra y Matt, que se había acercado a la chica con intenciones no muy claras, también.

Nikolah sacó a Talía rápidamente del agua, y Liza y Emily lo siguieron no mucho después, dejando la alberca libre para aquella improvisada carrera.

Y así fue como toda la atención acabó centrada en aquel par… como solía ser ya común cuando acababan juntándose.

—¡Muy bien! —empezó a hablar Effy—. ¡Preparados, listos…!

* * *​

—¿Quién decías que era el mejor?

Había caído ya la noche y los holders habían salido ya del agua, encontrándose dentro de la mansión momento antes de cenar.

Alpha gruñó, molesto.

—Tú —admitió, finalmente, a regañadientes, provocando en Ian una enorme sonrisa de satisfacción.

—Ya déjale Ian, nos seas malo~

Ian se resignó de seguir molestando a Alpha tras escuchar a Emily, pero lo que estaba claro era que ninguno de los dos iba a olvidar aquella derrota del entrenador de ojos ambarinos.

Así pues, tras la cena, los jóvenes acabaron separándose para ir cada uno a su habitación.

…

O ese era el plan al menos.

Lo cierto es que Emily insistió en aprovechar aquella reunión para hacer una fiesta de pijamas y así fue como todas las chicas acabaron reunidas en el cuarto de Mimi, rodeadas de dulces, mantas, películas y juegos. Realmente la mansión de los Honda tenía de todo.

Aquella pequeña fiesta no pasó desapercibida para los chicos, creando reacciones dispersas entre los mismos. Los más sensatos decidieron quedarse en sus respectivas habitaciones para pasar la noche pero no sucedió lo mismo con la otra parte.

Alpha, Matt e Ian estaban más que dispuestos a sorprender a las chicas en plena pijamada. Así que, decididos, se acercaron a la puerta de la Honda, escuchando las risas y gritos de las jóvenes a través de la misma.

Sin embargo, fueron recibidos por unos ojos chispeantes y la figura imponente de un Luxray, que los analizó antes de gruñirles.

—Raiden~ —fue Matt el que comenzó a hablar, acercándose al pokémon.

La respuesta que recibió, por supuesto, fue un gruñido aún más fuerte y amenazante, además de unas chispas que comenzaron a brotar de su pelaje.

Decidieron, pues, que lo mejor sería retirarse.

* * *​

—Está claro que debo ser yo el que suba.

—Dudo que sepas escalar ese árbol, Alpha, mejor lo hago yo.

Por supuesto, aquello no significó que los chicos se rindiesen. ¡Claro que no!

Habían acabado buscando un plan B, y este fue intentar escalar un árbol cercano a la ventana de Mimi e intentar espiarlas desde ahí.

Desgraciadamente, no fueron conscientes de que las chicas ya estaban enteradas de sus planes. Y tan metidos estaban en la discusión sobre cuál iba a subir que no se percataron de las ventanas abriéndose.

Para cuando se quisieron dar cuenta, los tres habían acabado empapados de una sustancia pegajosa y cuando miraron hacia arriba vieron a las chicas asomándose por el balcón, cubos en mano, riendo.

Sin querer saber qué era lo que habían usado, el trío salió corriendo hacia el interior de la casa, dispuestos a darse una buena ducha.

—¡A ver si aprendéis! —les gritó Mimi, claramente más molesta que el resto.

Sin embargo, incluso la rubia acabó sonriendo levemente cuando volvieron a la habitación, mirando a sus amigas.

Desde luego, aquellas reuniones merecían completamente la pena.