Aquel estridente sonido golpeaba sin misericordia en todos los muros de la casa. ¿A-Acaso estaban torturando a alguien? —Sigues siendo un asco como siempre —exclamó una niña al entrar en la habitación; llevaba en sus manos dos vasos. Uno lo dejó apoyado en la mesa que tenía al lado, y el otro se lo llevó a los labios— ¿Aún no te rindes? El aludido, un joven un poco mayor que la chica, negó lentamente y le sonrió en su lugar, mientras continuaba tocando aquel viejo piano. —Por supuesto que no, querida hermana —levantó la vista y miró a algún punto indefinido en la pared—. Sé que, tarde o temprano, llegaré a tocar música como los grandes compositores de antaño. ¡Estoy seguro de ello! —Pues para eso aún te queda mucho camino —respondió la chica, marchándose del cuarto. Aún así, no pudo reprimir una pequeña sonrisilla mientras lo hacía.
Pobre pequeño. ¿Qué edad tendrá? Me supongo que es pequeño para que tenga esa ilusión de ser como los de antaño. Y quien sabe, quizá realmente en un futuro convierta en un gran músico y realmente aprenda a tocar bien el instrumento aun a pesar de que la vida real sea tan dura y que, desafortunadamente, a pesar de esforzarse y esforzarse, no se puede llegar a lo alto que deseamos llegar. Los que tienen talento son los que triunfan, los que no, pues un esforzarse contra el viento. Comprendo el mensaje que se intenta transmitir con el relato; la esperanza muere al último y que, si luchas por tu sueño, puedes lograrlo. No obstante, siendo sinceros o mejor dicho, "abriendo" los ojos a la realidad; la vida real es dura y, quizá nuestro protagonista lo comproborá en un futuro. ¿Será que, si uno no logra cumplir sus sueños es porque no se esforzó lo suficiente? ¿Hasta cuando se considera esforzarse lo máximo, cuando ese sueño, ese anhelo se cumple? Pero como dice un dicho, "soñar no cuesta nada." Bueno, creo que me he ido mucho por las ramas… y estoy delirando de más. Buen relato.
