Microrrelato Pescador de Ilusiones

En medio del desierto vivía un joven; no sé sabe cuándo llegó ni de dónde vino, sólo apareció un día. Todas las mañanas a salir el sol se sentaba debajo de una palmera solitaria, tomaba su caña de pescar y lanzaba el anzuelo a las calientes arenas. Los viajeros que por allí pasaban al verlo se reían y pensaban que estaba loco por pescar donde no hay agua, pero por más rara que fuera su actitud nadie se acercaba a hablar con él.

Un día una caravana de mercaderes pasó cerca de donde él se encontraba; el líder al observarlo sintió curiosidad y se acercó para observarlo más de cerca. Se detuvo a su lado y el joven no se inmutó; pasaron varios minutos de incómodo silencio que fue roto al final por el beduino quien colocándose a la altura de su rostro le preguntó: ‘¿Qué haces?’ y el joven sin perder su postura le respondió: ‘Estoy pescando’.

La curiosidad del mercader en vez de disminuir con la respuesta aumentó y nuevamente lo interrumpió, ‘¿Y qué pescas?’; sin dejar de mirar su objetivo le dijo: ‘Ilusiones’. El viajero se sorprendió por la respuesta obtenida y por unos segundos se quedó pensando, colocó su mano sobre el hombro del chico y le dijo: ‘Que tengas buena pesca’ y se marchó.

El joven se hizo adulto, el adulto se convirtió en anciano, pero nunca dejo de pescar… ilusiones.