Perfecto para olvidar (Tomo&Eriol)

Re: Perfecto para olvidar (Tomo&Eriol)

Perfecto para olvidar​

(Tomoyo&Eriol)​

Cáp. 16 Un sentimiento extraño​

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*****Flash Back*****​

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-¿Chang?-preguntó la azabache, sorprendida de verlo en ese lugar.
-Daidouji, Hiragizawa ¿están bien?-preguntó acercándose lentamente a la cabaña, pues se le dificultaba el poder caminar.
-¿Cómo nos encontraste?-preguntó Tomoyo con mucha intriga.
-¿Cómo crees? Este niño feo no podría haberlos encontrado sin mi ayuda-contestó Kerberos descendiendo del cielo lentamente.
-Hola Kerberos-dijo Eriol, sonriente.
-Clow, se puede saber ¿¿Cómo perdiste a Tomoyo??-exclamó el guardián, viendo su sonrisa con desprecio.
-No fue culpa suya, la tormenta borró nuestras huellas-comentó la azabache extendiéndole una cálida sonrisa.
-Hiragizawa, podrías congelarte si no te abrigas-replicó Chang seriamente, viéndolo temblar un poco.
-No te preocupes, estoy bien.-contestó sonriendo.

Chang pudo notar algo diferente: la mirada que Eriol poseía era una mirada llena de ternura y… ¿amor? Mientras veía a Tomoyo. Se dio cuenta de la manera en la que la protegía y claramente notó su bufanda alrededor del cuello de la azabache, pero prefirió no decir nada pues no era una persona muy sociable.

-Será mejor que nos vayamos. Está haciendo mucho frío-comentó el serio chico de Hong Kong.
-Tienes razón-contestó Tomoyo- Muchas gracias por venir a rescatarnos-añadió sonriente.
-Los llevaremos hasta el pie de la montaña. Hay muchas personas y no podemos dejar que nos vean-dijo Chang, acomodándose –lo que pudo- sobre Kerberos.
-Muchas gracias por tu amabilidad-contestó Eriol, amablemente.
-Esta tormenta será fácil de evadir. Ya se está calmando el viento-comentó el guardián, comenzando a alzar el vuelo.
-Kinomoto no es la única distraída, después de todo…- pensaba Chang, observando a Eriol y Tomoyo, quienes iban (sobre la espalda del guardián) detrás de él.

*****Fin del Flash Back*****​

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Habían pasado ya varias semanas desde aquél incidente en las montañas heladas y faltaba muy poco para Navidad. Syaoran y Sakura habían regresado de China y se encontraron muy alegres por la noticia de que sus amigos regresaron a salvo de las montañas, aunque no sabían como lo hicieron.
Esa tarde, se encontraba un grupo muy amplio de amigos en el parque, teniendo sus típicos días de campo; eran 8 en su totalidad.
Comenzaron a hablar de esos típicos temas que la mayoría de veces tocaban, hasta que una de ellas prefirió hablar de la celebración por venir…

-Y, ¿ya saben que harán para la Navidad?-preguntó curiosamente, Naoko.
-Aún no…-contestó Sakura- ¿Por qué no la celebramos todos juntos?-sugirió felizmente.
-¡Me parece una magnífica idea!-exclamó Tomoyo- Así podré grabar a Sakura, abriendo sus regalos.

Tales palabras, causaron que todos los presentes la vieran con gotas anime detrás de sus cabezas.

-¿Saben qué? En mi casa hay mucho espacio y hay rumores de que habrá una feria cerca, podríamos celebrar la Navidad ahí-comentó Rika.
-Me parece una buena idea-contestó Sakura.
-Hablando de la Navidad, ¿saben cómo se originó Santa Claus?-preguntó Yamazaki, apareciendo repentinamente al lado de Sakura.
-¿¿Cómo??-preguntó la dueña de las cartas, con mucha intriga.
-Pues verás, hace muchos años existió un gigantesco oso polar que usaba magia.-comenzó a relatar Yamazaki- Usaba su magia para convertir los enormes cubos de hielo en regalos…

Chiharu estuvo a punto de lanzarse al cuello de Yamazaki y ahorcarlo, cuando…

-Así es. Pero un día, el polo norte se llenó de regalos y el oso polar ya no sabía que hacer con ellos y por ello, apareció un grupo de pingüinos justamente el 24 de diciembre-agregó Eriol, siguiendo la corriente a Yamazaki.
-Exacto. Entonces, los pingüinos llevaron los regalos a diferentes casas por medio del agua. Pero después de muchos años, a las personas pareció molestarles el hecho de que fuera un oso quien creaba los regalos.-añadió el pelinegro.
-Además, como era la tradición que más le gustaba a los niños, decidieron contratar a un hombre para que fuera a vivir al polo norte y trajera los regalos que el oso polar hacía, para que los niños no se asustaran al ver a un enorme grupo de pingüinos entrando por sus chimeneas.
-¿¿En serio??-exclamó Sakura, sorprendida- A mí me parecería emocionante ver a los pingüinos trayéndome mis regalos. Y dime, ¿por eso el parque pingüino tiene ese nombre?
-Exacto.-contestó Yamazaki, siendo ahorcado por Chiharu.
-¿¿Cuándo dejarás esas mentiras??-decía enojada mientras sacudía su cuello.
-¿¿Qué?? ¿Era mentira?-preguntó Sakura, inocentemente.

Tomoyo –a pesar de que estaba sonriendo- se veía distante, como sumida en sus pensamientos…

-¿Te sucede algo, Tomoyo?-preguntó Rika, un poco preocupada.
-No es nada, solamente pensaba en lo hermoso que será el traje que confeccionaré para Sakura para que lo use en Navidad-contestó (mintiendo) sonriente, causando que la vieran con gotas anime en sus cabezas.
-Navidad será la próxima semana, ¿les parece bien la idea de celebrarla en mi casa y luego nos vayamos a la feria?-preguntó Rika, un poco inocente.
-Es una excelente idea, ahí nos veremos-contestó Sakura-¿verdad Syaoran?
-De acuerdo.-contestó serio, el joven mago.

Todos siguieron conversando amenamente y de vez en cuando, Yamazaki sacaba otra de sus mentiras acompañado de Eriol. Por otra parte, el joven de anteojos no podía quitarle la vista de encima a la azabache y esta vez se trataba de algo diferente a la primera vez que la vio directamente y se dio cuento de cuanto le gustaba. Esta vez era amor…

*****Flash Back*****​

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Eriol se encontraba sentado en su típico sillón rojo, observando hacia la ventana…

-Oye Eriol, ¿en qué tanto piensas?-preguntó curiosa, Nakuru.
-Como molestas. Deberías dejar de hacerle preguntas tontas-replicó el pequeño Spinel en su identidad falsa.
-Pero si no es ninguna pregunta tonta-repuso Nakuru, haciendo puchero- Dime Eriol, ¿pensabas en esa chica con la que has estado saliendo?-preguntó haciendo cara maliciosa.
-Así es.-contestó sonriente.
-Pero si eres todo un Donjuán-comentó codeándolo con malicia- Y dime, ¿qué pasó entre uds. En las montañas?
-¿De qué hablas?-preguntó Eriol, fingiendo demencia.
-Sabes muy bien de qué hablo. Además, has estado muy pensativo desde que regresaron de las montañas-contestó Nakuru.
-No pasó nada-contestó sonriente.
-Pues yo creo que te has enamorado de ella o no estarías tan pensativo-comentó viéndolo de frente.-Opino que deberías decírselo. Dijiste que saldrían mañana a un día de campo, esa serían una buena oportunidad.-sugirió guiñándole el ojo.
-En verdad que eres fastidiosa-replicó el pequeño Spinel.
-¿Por qué dices eso, Spick?-preguntó haciendo puchero.
-¡Que no me llamo así!-reclamó enojado.
-Me he enamorado…- pensaba Eriol seriamente, imaginando el sonriente rostro de la azabache que no lo dejaba conciliar el sueño ni concentrarse.

*****Fin del Flash Back*****​

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Cuando el día de campo hubo por terminado, Eriol decidió que sería buen momento para confesarle de su enamoramiento. Aprovechó el momento, mientras Sakura y Syaoran se despedían de los demás, y se fue con la azabache hasta un lugar un poco alejado para poder confesárselo con tranquilidad.

-¿Qué querías decirme?-preguntó Tomoyo con su típico semblante alegre.
-Siento que me he ena…
-¡Tomoyo! ¡Eriol!-gritó Sakura, corriendo hacia ellos., interrumpiendo las tan ensayadas palabras del ojiazul.
-¿Por qué están tan cansados?-preguntó la azabache al verlos resoplar.
-Los vinimos siguiendo….creí…que se habían adelantado…mucho…-contestó Sakura entre resoplos.

Tomoyo soltó una pequeña e inocente risa. Eriol la miraba embelezado y recordaba lo unido que se sintió a ella, estando en las montañas heladas. Supuso que su confesión debería esperar…
Se despidieron y cada quien se fue a sus respetivos hogares a excepción de Sakura y Tomoyo quienes se dirigieron a un lugar completamente diferente: un taller de reparaciones que se encontraba en el centro de la ciudad.

-¡Xú! ¡Tienes visitas!-gritó un hombre de aspecto rígido y con camisa manchada de aceite.
-Buenas noches Chang-dijo Tomoyo sonriente, viendo como el ojiazul se acercaba a ellas con su típico porte serio.
-Daidouji, Kinomoto ¿qué hacen aquí?-preguntó un poco sorprendido de verlas.
-Vinimos a dejarte esto-dijo Sakura sonriente, extendiéndole una pequeña canasta de comida.
-¿Para qué?-preguntó serio.
-Sabemos que trabajas hasta tarde y quisimos traerte un delicioso pastel que hizo el papá de Sakura-contestó alegremente, la azabache.

El ojiazul no dijo nada y se limitó a tomar la canasta.

-¡Vaya! ¿Todo esto lo hiciste tú?-exclamó Sakura al ver muchos tipos de proyectos no terminados, pero que aun así conservaban una imagen hermosa.
-Así es-contestó serio.
-Creo que ya debemos irnos-comentó Tomoyo, sonriente- ¡Casi lo olvidaba! Queremos invitarte a la fiesta de Navidad que celebraremos en casa de Rika.-añadió sonriente.
-¡No faltes!-gritó Sakura mientras se alejaba.
-¡Adiós!-gritó Tomoyo desde lo lejos.

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Cuando la azabache llegó a la mansión Daidouji, se dirigió a su habitación donde se cambió de ropa y se puso algo más cómodo para usar en la casa. Estuvo a punto de abandonar la habitación para dirigirse al cuarto de costura y comenzar a confeccionar el traje navideño de Sakura, cuando vio algo que hizo sus ojos brillar y detenerse por unos momentos: el listón rojo que tenía bordado su nombre en hilos dorados…… el mismo listón que le había dado su actual novio pocos días después de haber regresado al país hacía casi un año. El solo hecho de recordar lo que había vivido con Eriol la hizo ruborizarse y sonreír hasta que recordó que casi le decía algo muy importante ese mismo día. Al pensar en ello, sus ojos brillaron dulcemente y su corazón comenzó a palpitar de la misma manera desconocida que lo había hecho estando en las montañas heladas, y que tanto la mantenían confundida.
Esta sintiendo algo pero, ¿qué era?

Continuará……….​

 

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Perfecto para olvidar​

(Tomoyo&Eriol)​

Cáp. 17 El centro comercial​

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La ciudad de Tomoeda: ¡Oh lugar más apacible y lleno de tranquilidad a pesar de las atareadas responsabilidades de esa época! Claro está que no existen quejas ante tal situación aunque así como se mantiene tranquila por momentos, también oculta lo estresante de hacer las enormes filas del cajero para retirar el dinero suficiente para, por consiguiente, nuevamente formar una serie de numerosas filas y caminatas sin mencionar las posibles peleas y/o escupitajos que se puedan recibir.
Así es, nos referimos a la época exacta a la que muchos perezosos o distraídos, llamamos “El último momento de las compras”. Pero, ¿por qué exactamente recibe ese nombre? Es decir, no vemos la total razón de su porvenir y aún así ignoramos la claridad y lo obvio que se presentan los hechos: Navidad en 2 días. Claro, los almacenes y centros comerciales –sin mencionar pequeñas tienditas a orillas de las calles- se encontraban repletas de aquellas personas que habían dejado para último momento la atareada rutina de comprar regalos a sus familiares y por supuesto que los jóvenes adolescentes se incluían en esa enorme lista de “los mal portados” podríamos decir, aunque no tuviese nada que ver con su comportamiento.
Dicho grupo de personas que abarrotaban los almacenes de la ciudad de Tomoeda no excluía a nuestros amigos colegiales ¡Al contrario! Los incluía perfectamente y en primera fila. Los tres jóvenes colegiales salieron esa mañana como solían hacerlo casi todas esas épocas a excepción que esta vez los acompañaría un nuevo integrante: cierto “inglesito” enamorado.

-¡No puedo creer que hayamos olvidado comprar los regalos!-exclamaba Sakura, quien buscaba con la vista alguna posible tienda que no estuviese muy llena. Hacía ademanes extraños en forma de desesperación.
-¿De qué hablas? Siempre olvidas comprar tus regalos y debemos acompañarte a comprarlos de emergencia-comentó Syaoran quien iba con su típico porte calmado y sus brazos detrás de la cabeza como si necesitase soporte alguno.
-¡Eso no es cierto!-replicó Sakura- Tú también te olvidaste de comprar tus regalos ¿verdad, Tomoyo?-preguntó ilusionada, esperando tener a alguien que fuese igual de olvidadiza que ella, para no sentirse tan despechada.
-Yo compré docenas de regalos hace dos semanas, incluyendo el magnífico regalo que compré para ti, Sakura.-contestó la azabache con una amplía sonrisa, causando que Sakura tuviera una caída anime.
-¿Y qué me dices tú, Eriol? ¿Ya compraste los regalos?-preguntó teniendo la esperanza que fuera la única persona que la acompañara en su desdicha.
-Así es. Los compré hace una semana-contestó sonriente haciendo que Sakura cayera de rodillas en el piso llorando y lamentándose de su olvido.-Pero creo que aun me hace falta un regalo-añadió devolviéndole la sonrisa a la joven de ojos esmeraldas que ahora brillaban como un par de luceros.

Por otra parte, las compras resultaban algo sencillas para cierto ojiazul que se encontraba a punto de abandonar el centro comercial……

-Aquí tienes tu cambio y tu compra-dijo amablemente un señor que aparentaba mayor edad, mientras le extendía unas monedas y una bolsa de compras desde el mostrador.
-Xié-xié- contestó en su idioma natal, tomando sus compras y abandonando la tienda. (Significado de xié-xié es “gracias” en chino)

El serio ojiazul abandonó la tienda y buscó con la mirada alguna otra que le llamase la atención. Por fin vio una que cumplió los requisitos: una joyería e inmediatamente pensó en aquella joven que le cortaba la respiración… Meilin.
Chang comenzó a caminar hacia la joyería hasta que vio algo que lo hizo esconderse detrás de un muro y espiar: Eriol se despedía del resto y se aproximaba a la misma joyería a la que el serio joven de Hong Kong, pretendía entrar. Su primera reacción fue irse pero recordó ciertas palabras de dicha jovencita exigente, hacía apenas unas horas atrás:

*****Flash Back*****​

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-¡No lo haré!-gritaba el frustrado ojiazul, quien caminaba como loco en un pequeño apartamento, con el teléfono pegado a su oreja.
-No seas malo… por favor…- se oía la voz de Meilin haciendo puchero al otro lado de la llamada.
-¿¿Por qué te interesa tanto que espíe a Daidouji y Hiragizawa??-preguntó intrigado pero sin perder la compostura.
-En la última carta que me envió Eriol, me dijo que tenía algo muy importante que decirle a Daidouji pero por cuestiones de tiempo no me dijo qué era. Quiero que averigües de qué se trata-contestó la china, haciendo puchero nuevamente.
-Pues no lo haré. Ni siquiera creo que iré a esa fiesta navideña-replicó el ya enojado ojiazul.
-¿¡¿Qué dices?!?-exclamó en tono de sorpresa, pero con ciertos síntomas de enojo- Tienes que ir a esa fiesta, solo así podrás decirme que sucede entre ellos.
-Te digo que no iré. No lo haré, ¡Y punto!-demandó enojado, soltando sollozos del otro lado de la llamada- ¿Meilin? ¿Qué te sucede? ¿Estás llorando?
-¡Pues claro que sí! ¡No piensas ayudarme!-gritó soltando fuerte llanto- Nunca piensas en mí, solamente piensas en lo que tú quieres hacer sin importarte los pequeños favores que te pido-replicó fuertemente, causando un sonoro suspiro por parte de Chang, quien tenía dibujada una gota anime detrás de su cabeza.

*****Fin del Flash Back*****​

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-Agh, de todas maneras compraré ese collar- dijo Chang con un suspiro y descubriéndose del muro que impedía que lo vieran, para dirigirse a la joyería.

Le tomó varios minutos el poder decidirse por un collar que le gustara y estuviese en su presupuesto el cual era muy limitado. Lo llevó al mostrador, donde se lo envolvieron para regalo.
Al hacer su compra todo resultó bien pues Eriol no notó su presencia hasta que salieron de la tienda y se percató de ésta.

-Buenas tardes joven Chang-dijo sonrientemente el inglés.
-Buenas tardes, Hiragizawa.-contestó seriamente.
-Veo que haces las compras de los regalos-comentó con sus típicas sonrisas cálidas- Dime, ¿se los darás a alguien especial?
Gruñó y contestó- Meilin.
-Ya veo. Se nota que la quieres mucho, ¿no es así?-preguntó viéndolo a los ojos.

Chang ignoró la pregunta y lo siguió viendo fijamente.

-Disculpa que te lo preguntara-se disculpó el inglés, haciendo una reverencia al notar la inexpresión en el rostro del otro.
-Debo irme-dijo serio, dándose la vuelta y listo para marcharse cuando fue interrumpido por la voz de una dulce chica de cabellos azabaches.
-Buenas tardes, Chang-dijo sonrientemente la colegiala quien se encontraba delante de él.
-Daidouji…-murmuró serio pues no deseaba estar en medio de esos dos.
-¿Te gustaría acompañarnos a tomar el almuerzo?-preguntó dulcemente, extendiéndole una cálida sonrisa.
-De acuerdo…-murmuró resignado, pues no tenía escapatoria de cumplir el rol como espía al que había aceptado finalmente, debido a los sollozos de su novia.

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Eran 5 los jóvenes que esperaban ser atendidos en una especie de zona comedor que se encontraba en medio del centro comercial. Hablaban pocos temas pues Chang solamente se limitaba a asentir y no decir más que monosílabos.
Mientras esperaban que llegara algún camarero a su mesa, Syaoran dejó atrás su vergüenza –cosa que era muy raro ver en él- y quiso besar a Sakura tiernamente. Sus caras se fueron acercando poco a poco pero no llegaron a juntar sus labios puesto que un muy grosero camarero se interpuso entre ellos y no se veía muy feliz……

-Mocoso, quita tus manos y tus labios de mi hermana-exigió Touya viéndolo con enojo.
-¡Hermano!-exclamó Sakura sonrojada, con enojo y sorpresa.- ¿Qué haces aquí?-preguntó confundida.
-¿Qué parece que hago? Estoy trabajando-contestó serio.
-Creí que ya no tenías trabajos a medio tiempo…-comentó un poco apenada.
-Te vigilo y te mantengo alejada de algunos mocosos….aprovechados- dijo enojado haciendo énfasis en la última palabra.
-Tranquilízate, Touya. Deja que Sakura y Li se diviertan con sus amigos-dijo Yukito intentando tranquilizar al moreno.-Discúlpalo, te prometo que no los molestará-dijo llevándose a Touya de ahí.
-¡Pero que escena tan romántica!-exclamó Tomoyo quien, aparentemente, había estado grabando toda la escena causando que Sakura y Syaoran se sonrojaran y la vieran con gotas anime detrás de sus cabezas.

Mientras los 5 jóvenes degustaban de sus almuerzos, los dos camareros se disponían a hablar tranquilamente delante del mostrador pues no había mucha clientela…

-¿Por qué hiciste eso? Interrumpiste a Sakura y a Li-replicó Yukito con seriedad pero sin perder esa tranquilidad y encanto que lo caracteriza.
-No me gusta que ese mocoso se le acerque tanto-contestó enojado observando a su hermana de reojo.
-Se nota que la quieres mucho. Si no, no te pondrías tan celoso-comentó el peligris con una enorme sonrisa.
-Ya, no molestes-le replicó el frustrado moreno, parándose a su lado y viéndolo de frente con un brillo especial en sus ojos.
-¿Qué sucede? ¿Por qué me miras así?-preguntó un poco confundido.
-Hacen falta solamente 2 días-contestó sonriente, el moreno.
-¿De qué hablas?-preguntó con mucha intriga.
-¿No recuerdas ese día?-preguntó un poco burlón sin quitar sus ojos del rostro de Yukito- Fue en Navidad, cuando tú por fin aceptaste…
-¡Kinomoto!-exclamó hombre de enormes proporciones y que vestía el traje de chef, acercándose a los dos camareros (interrumpiendo las palabras del moreno)- Llegaron más clientes, ve a atender la mesa número 10-exigió.
-De acuerdo-contestó serio, abandonando el mostrador para dirigirse a la mesa correspondiente.
-Tsukishiro, te necesitamos en la caja registradora-añadió el, aparentemente, jefe de ellos.

--------------
Cuando finalmente terminaron de comer, los 5 jóvenes decidieron continuar con su labor de comprar los regalos. Les había costado mucho el poder convencer a Chang de que los acompañase pero finalmente cedió pues no soportaba el ruido y mucho menos si se trataba de 2 chicas de su misma institución que poseían gran encanto.
Fueron de tienda en tienda, comprando regalos y probando algunos disfraces solo por diversión. La pasaron muy bien durante todo ese tiempo a excepción de Chang quien parecía no mostrar emoción alguna. Lentamente fueron pasando las horas y faltaba muy poco tiempo para que anocheciera. Touya había pasado las últimas horas, vigilando a Syaoran para mantenerlo alejado de Sakura; claro que él también era vigilado por Yukito para evitar que se entrometiera en sus conversaciones y/o caricias inocentes.
Eriol había estado deseando el poder hablar a solas con Tomoyo para confesarle su enamoramiento, desde hacía ya muchas horas y por esa razón aprovechó el momento en que entraron a otra tienda, para poder hablar con ella…

-¿Qué sucede, Eriol? ¿Por qué me miras así?-preguntó la azabache un poco intrigada, mientras detenía su andar para ver la mirada extraña que poseía su novio.
-Quería decirte algo muy importante-comentó felizmente.
-¿De qué se trata?-preguntó curiosa, sonriéndole.
-Quería decirte que yo me he ena…
-Daidouji, Hiragizawa, no se atrasen- dijo Chang seriamente, quien apareció frente a ellos interrumpiendo la frase del inglés.
-Ya vamos-contestó sonriente, la azabache- Creo que deberíamos seguir. Sakura debe estar esperándonos.
-De acuerdo-contestó un poco decepcionado.

Chang había notado claramente la forma en la que Eriol observaba a la azabache cuando hablaba con ella y se sintió un poco culpable por el hecho de haber cortado sus palabras. Sabía muy bien de qué se trataba esa mirada y lo comprendía perfectamente pues él pasaba por eso cada vez que veía a Meilin. Con solo el hecho de escuchar su voz, el ojiazul sonreía a pesar de no ser su personalidad. Simplemente sentía tal atracción hacia Meilin que le permitía conocer a la perfección por lo que estaba pasando Eriol pues a él también se le había dificultado el poder hablar de eso con la experta en artes marciales quien, aparentemente, había correspondido a ese sentimiento (cierta noche…)
Si bien no era asunto suyo el hecho que Eriol amara a Tomoyo o no, sentía un peso de culpabilidad por haber interrumpido su, posiblemente, tan ensayado discurso.
Cuando finalmente abandonaron el centro comercial, se fueron caminando cubiertos por la oscuridad de la noche sin saber que habían sido profundamente observados durante toda la tarde…

-Es tiempo…-murmuró maliciosamente, una de las sombras que se encontraban sobre los árboles que estaban a orillas del camina que transitaban los 5 jóvenes.

Continuará………..​

 

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Perfecto para olvidar​

(Tomoyo&Eriol)​

Cáp. 18 Los tres magos​

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La noche se basaba en un enorme manto de oscuridad que rodeaba la ciudad de Tomoeda. Dicho manto simplemente permitía disipar algunas luces de los postes de luz que se encontraban a orillas de del camino por donde iba caminando un grupo de 5 jóvenes alegres. Así es, no habían regresado aun a sus hogares puesto que hacía menos de 15 minutos que habían abandonado el centro comercial y se habían encaminado por los senderos de Tomoeda creyendo que su noche sería como todas las demás y no tendrían que hacer mayor esfuerzo pero, lamentablemente, estaban a pocos minutos de saber que sería todo lo contrario…
Sakura y Syaoran se detuvieron repentina y bruscamente y se vieron de reojo tratando de explicarse lo que pasó por sus cabezas. Comenzaron a moverse con alboroto tratando de buscar el provenir de su corazonada pero no era visible para ellos. Tal acto causó un poco de preocupación en los 2 únicos jóvenes no poseedores de magia. El mago inglés se mantuvo tranquilo a excepción del mago chino quien aun seguía en posición de alerta.

-¿Sucede algo malo?-preguntó Tomoyo con preocupación en su hablar.
-¿Sientes esa presencia?-preguntó Syaoran, dirigiéndose con la mirada hacia Sakura.
-Si.-contestó seria, buscando el provenir de tal.
-Hiragizawa, ¿tú también la sientes?-preguntó el mago chino, viéndolo de frente.

Eriol se limitó a asentir.

-Viene de…-supuso Syaoran.
-¡Ahí!-exclamó Sakura, volteándose precipitadamente y apuntando con su mano hacia tres postes de electricidad que estaban a pocos metros delante de ellos.
-Vaya, vaya. Pero si nos han descubierto-comentó una de las sombras que estaba sobre un poste eléctrico, con tono burlón.
-Tienes razón. No le fue difícil encontrarlos-concordó la otra sombra, irónicamente.
-Debemos darle mérito por haber identificado nuestra posición tan rápidamente.-afirmó uno de ellos quien parecía ser el líder de ese misterioso trío.
-¿¡¿Quiénes son uds.?!?-exclamó Syaoran, viendo las tres misteriosas sombras.
-Somos los aprendices de Clow-contestó el líder, saliendo de las sombras y mostrando su identidad y apariencia.

Las otras dos sombras hicieron lo mismo y mostraron su apariencia. Eran jóvenes que no aparentaban más edad que Sakura. El líder era un chico de cabello azabache y lucía un traje negro que traía dibujado en la espalda, la insignia mágica que traían, anteriormente, las cartas Clow. El otro era un chico de cabellos rojizos que traía el mismo traje azabache a excepción que el dibujo de su espalda era una luna.
La última entidad era una chica de cabellos dorados, quien poseía un traje oscuro que mostraba un sol en su espalda. Era como si quisieran imitar a los 2 guardianes de las cartas y al creador de tales. Sakura aun no procesaba las palabras <somos los aprendices de Clow>.

-¿Y bien? ¿No dirán nada?-cuestionó burlonamente el chico que poseía el dibujo de la luna en su espalda.
-¿¿Se puede saber qué quieres??-preguntó Syaoran con cierto enojo.
-No seremos descorteses.-contestó el líder- Mi nombre es Kuno, él es Yutaro…
-Y mi nombre es Megumi-interrumpió la chica de cabellos dorados, con una sonrisa un tanto maliciosa en su cara.
-¿¿A qué vinieron??-preguntó Syaoran, exigente de una respuesta casi inmediata.
-Hemos aprendido a usar magia poderosa y conocemos muy bien acerca de las cartas que creó el mago Clow.-comenzó a relatar, Kuno- Cuando murió, sabíamos que alguien más sería el dueño de tales pero no permitiremos que su nuevo dueño sea alguien que no sepa usarlas correctamente. ¡Por eso hemos venido! A probar el poder de su nuevo dueño ¡y sabemos que eres tú!- añadió, señalando a Sakura desafiantemente.
-¿¿Qué??-exclamó Sakura, asustada.
-Báculo mágico que guardas los poderes del sol y la luna, muestra tus poderes ante Kuno: quien aceptó esta misión contigo. –recitó haciendo que un extraño báculo apareciera en sus manos.
-¡Posee un báculo mágico!-exclamó Tomoyo sorprendida, mientras grababa toda la acción.
-Adelante, usa tu llave mágica.-sugirió Kuno, burlonamente.
-¿No sellarás los poderes del otro mago?-preguntó curiosamente, Yutaro.
-¿¿De qué hablan??-exclamó Sakura, quien seguía en estado de shock.
-Tú eres la dueña de las cartas. Quien fue escogida para capturarlas y hacerlas tuyas y ahora posees más magia de la que imagina. Eres dueña de quien juzgará a quien decida quedarse con ellas: Yue. Y la bestia del sello: Kerberos-explicaba seriamente, el líder del trío- Ya que posees magia tan poderosa, no podré dejar que tengas ayuda de tus amigos…

En ese momento, Kuno agitó su báculo el cual absorbió los poderes mágicos de todos los presentes, a excepción de los de Sakura.

-¡Syaoran! ¿Te encuentras bien?-exclamó Sakura preocupada al verlo tan débil sobre el piso.
-Si, no te preocupes-contestó con cara de sufrimiento.
-¡Sakura, usa las cartas!-gritó Tomoyo, preocupada.
-Si-contestó levantándose del suelo- Llave que guardas el poder de mi estrella, muestra tu verdadera forma ante Sakura: quien aceptó esta misión contigo. ¡Libérate!-recitó, convirtiendo su llave en un báculo mágico.

Mientras tanto, no muy lejos de ese lugar…

-¿Qué sucede?-preguntó Touya preocupado, al ver que Yukito se detenía precipitadamente.
-Es una presencia muy poderosa-contestó convirtiéndose en Yue.
-¿Crees que Sakura esté en problemas?-exclamó exaltado y con preocupación.
-No lo sé, pero esta presencia no es la suya-contestó serio y elevándose lentamente del piso.

Touya comenzó a correr al lado de Yue con la esperanza de ver a su hermana a salvo. A medida avanzaban, la presencia se acrecentaba y los iba guiando hacia el puente que quedaba cerca del parque pingüino.
Tomoyo y Chang se encontraban protegidos detrás de unos árboles, observando la pelea y, obviamente, la azabache grababa toda la acción con un leve brillo en sus ojos el cual fue notado por el ojiazul de Hong Kong, quien no comprendía muy bien la razón de su mirar de esa forma a su mejor amiga ya que era muy parecida a la manera en la que Eriol la miraba a ella.

-Creo que es momento de comenzar-comentó Yutaro con una risa maliciosa.
-¿Cuál carta usarás primero?-preguntó Megumi, curiosamente.
-¿Carta? ¿De qué estarán hablando?- se preguntaba Sakura en su mente.
-Deberás pasar por 3 sencillas pruebas. Si logras vencerme, te dejaremos en paz-dijo Kuno sonriente.
-¿Qué clase de prueba será esa?- se preguntaba Syaoran, quien aun se encontraba tendido sobre el piso.
-Poderes ocultos que protegen el sello del sol y la luna, rompan el hechizo de la dueña de las cartas y abran el paso a tres de ellas…-comenzó a recitar Kuno, con mucha concentración mientras agitaba rápidamente su báculo- ¡Pelea, Disparo y Tierra!

Una especie de resplandor salió expulsada del báculo, el cual atrajo las 3 cartas que nombró. Ya no poseían la apariencia de cartas Sakura ni tenían su nombre en ellas lo cual causó asombro en todos los presentes.

-¡Rompió el sello de las cartas!-exclamó Sakura con asombro.
-¿Te sorprende?-preguntó el líder del trío, en tono burlón.-Si activo el poder de las cartas, se controlarán por sí solas y tendrás que capturarlas nuevamente. Muy sencillo ¿no crees?
-¿Cómo habrá hecho eso?- se preguntaba un muy sorprendido Syaoran.
-¿Y bien? ¿Aceptarás mi reto?-preguntó desafiante.
-De acuerdo.-contestó Sakura decididamente y parándose con seriedad.
-Muy bien, la primera será sencilla-comentó sonriente y preparando su báculo para pronunciar otra clase de conjuro- ¡Disparo!

Los disparos, en un principio, caían al azar y solamente perseguían a Sakura quien no tenía sus cartas a la mano para defenderse. La dueña de las cartas se encontraba en aprietos y no podía defenderse a ella misma ni a sus amigos, al mismo tiempo.
Kuno encontró la situación como algo gracioso pero para Yutaro no lo era y por esa razón decidió acelerar el proceso y atacó a Tomoyo……

-¡Tomoyo!-gritaron Sakura y Eriol al unísono.
-¡Sakura, usa esta carta!-gritó Kero, quien apareció repentinamente.
-Si. ¡Escudo!-gritó la joven de ojos esmeraldas, creando un campo de protección alrededor de sus amigos.

-Kerberos…-murmuró Megumi, sospechosamente.

-¡Sakura, ya sé como detener la carta!-gritó Syaoran, levantándose y corriendo hacia ella.

La mirada del castaño le hizo comprender cuál era su plan. Kero había aparecido en el preciso momento para darle sus cartas y una de ellas, en efecto, era la carta espejo…

-¡Espejo!-gritó Sakura, provocando que apareciera la carta que sostenía aquél delicado artefacto en sus manos, razón por la cual recibía el nombre: un espejo.

Syaoran comenzó a correr para que la carta del disparo lo siguiera. El plan funcionó a la perfección: condujo la carta hacia el espejo, logrando así que Sakura pudiese capturarla nuevamente.
Kero, quien ya había tomado su forma original, miró la acción con orgullo de que su dueña tuviese tanto ingenio después de tantos años. Kuno miraba maravillado pero con seriedad…

-La chica tiene ingenio-murmuró Yutaro.
-Has pasado la primera prueba con poco esfuerzo y mucho ingenio-dijo Kuno- Pero, ¿podrás con la siguiente?-preguntó desafiantemente, agitando su báculo.

Continuará………​

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Perdonen que me haya salido tan corto el capítulo pero se los compensaré haciendo los siguientes. Más largos.;)

 

Re: Perfecto para olvidar (Tomo&Eriol)

Perfecto para olvidar​

(Tomoyo&Eriol)​

Cáp. 19 Las 2 pruebas y el secreto de Clow​

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-Sakura, ¿Quiénes son estos sujetos?-preguntó Kerberos, acercándose a su dueña.
-Son magos aprendices de Clow- contestó Sakura, seriamente.
-¿¡¿Qué dices?!? ¿¡¿Y se puede saber dónde esta Clow?!?-exclamó sorprendido y buscándolo sin la mirada sin poder encontrarlo.
-Que poca memoria tienes Kerberos -bufó Yutaro.
-Clow murió hace muchos años, ¿qué no lo recuerdas?-preguntó Kuno con cierto cinismo.-Nosotros aprendemos por lo que conocemos de él y sabemos que ha reencarnado pero aún no hemos tenido el honor de conocerlo-añadió con cierto respeto hacia el mago en cuestión.
-Ya veo… con que estos sujetos no se han percatado de la presencia de Hiragizawa- pensaba Kerberos con seriedad, viendo de reojo al inglés que se encontraba, sospechosamente, detrás de un árbol.- aunque no es de extrañarse, pues sabe esconderla muy bien.
-Creo que sería mejor comenzar con la segunda prueba-dijo Kuno con una sonrisa maliciosa y agitando su báculo- ¡Tierra!

La superficie comenzó a temblar fuertemente causando que se partiera en algunas zonas y creara estalagmitas en otras. El trío de los que se hacían llamar <aprendices> se colocó en un lugar seguro para evitar cae en algunas grietas formadas por la carta Tierra. La superficie quedó totalmente llena de grietas que separaban a Tomoyo –quien había quedado en un pedazo de tierra al lado del árbol- a Chang –quien había quedado en el mismo espacio de tierra que Syaoran- y a Sakura y Kerberos –quienes quedaron en un espacio más amplio en el cual también estaba el trío de aprendices-.
Fue como si Kuno hubiera preferido que fuese apropósito la manera en la que se dividió la superficie para que pudiesen, ellos, solamente pelear sin interrupciones.

-¡Sakura!-se escuchó el grito de Yue, quien venía volando y esquivando las enormes estalagmitas que aun sobresalían.
-Llegas demasiado tarde, Yue-recriminó Kerberos.
-¿Dónde está mi hermano?-preguntó la preocupada chica de ojos esmeraldas.
-No te preocupes, está a salvo detrás de aquél árbol-contestó el juez con su típico semblante serio, señalando hacia el árbol detrás del cuál, no solo se encontraba Tomoyo, si no que también el hermano mayor de Sakura.

-Yue…- murmuró seriamente, Yutaro.
-Por fin están todos-comentó Megumi con cierta malicia en su tono de voz.
-Al fin podremos comenzar…-dijo Kuno con una risa un tanto malévola, viendo hacia la dueña de las cartas, el juez y el guardián.

-¿¿Quiénes son uds. Y qué quieren??-preguntó Yue con frialdad.
-Son aprendices de Clow que quieres arrebatarle el cargo de dueña de las cartas que TÚ le diste a Sakura-contestó Kerberos, despectivamente.
-¿¡¿Qué les da el derecho de hacer eso?!?-exclamó con enojo.
-Pues es muy sencillo-contestó Kuno, cínicamente- Verás Yue, cuando el mago Clow murió te dejó a cargo de juzgar a quien hubiese capturado alguna carta y decidirías si sería digno de ser su dueño. Pues la realidad es que he podido arrebatarle 3 cartas a ella, lo cual me da el derecho de exigir que me hagas la prueba y hacer saber quien es más apto; si ella o yo.

Todos se sorprendieron y sobresaltaron a escuchar eso. Los oídos de Sakura no creían lo que acababan de escuchar pues era demasiado inverosímil pero cierto puesto que era el trabajo de Yue el juzgar a quien quisiera adueñarse de las cartas.

-¡No puedes hacer eso!-exclamó Kerberos con mucho enojo.- Esas cartas pertenecen a Sakura, yo misma la elegí como Card Captor y pasó el juicio final el cual es la mayor prueba de que en verdad está capacitada para esto.
-De acuerdo. Que ella termine las 2 últimas pruebas que tengo preparadas y así será la verdadera dueña y si pierde, tendré que pasar por el juicio final contra Yue ¿qué les parece?-sugirió Kuno con cinismo y malicia.
-Pero que mocoso tan…-empezó a recriminar Kerberos elevándose para ir a atacarlos, cuando fue detenido por la estridente voz de su dueña.
-De acuerdo.-contestó Sakura decididamente y con valentía.
-Muy bien.-contestó Kuno, con una amplia sonrisa- ¡Pelea!

El temblar de la tierra le dificultaba el trabajo de mantenerse en pie y para colmo habían invocado la carta pelea la cual obstaculizaba más el trabajo de poder defenderse. Yue y Kerberos quisieron atacar pero Megumi y Yutaro –quienes aparentemente tenían poderes- se abalanzaron contra ellos para evitar que ayudasen a Sakura.
El plano general de esa pelea se describía como una misión imposible para Sakura puesto que debía preocuparse por defender a todos los que se encontraban indefensos (Tomoyo, Touya, Syaoran, Chang y Eriol) al mismo tiempo que debía capturar la carta tierra y la carta pelea, la cual la perseguía para luchar contra ella.

-Será mejor hacer algo o Kinomoto no podrá defenderse- pensaba seriamente, Chang.

El ojiazul de Hong Kong comenzó a correr rápidamente: esquivando las estalagmitas que aparecían de repente y saltando las enormes rupturas en la superficie, que separaban cada pedazo de tierra. Finalmente llegó hasta donde estaba la carta pelea y comenzó a luchar contra ésta. Sus habilidades en las artes marciales se hicieron notar esa noche puesto que no recibía golpes y conseguía lastimarla pero sin poder detenerla. Sakura aprovechó el momento –y esa ayuda que Chang le dio- para poder elevarse en el cielo con la ayuda de la carta vuelo y poder concentrarse en un plan para capturar a ambas cartas que le causaban problemas.

-Llámala- sonó la profunda voz de Eriol quien se comunicaba con ella mediante los pensamientos.
-¿¿Qué??- exclamó Sakura en su mente pues no comprendía bien a qué se refería.
-Llámala- repitió nuevamente con seriedad.
-¡Sakura, llama la carta!-exclamó Kerberos, quien la observaba a pesar de encontrarse ocupado luchando contra Megumi- ¡Esas cartas te pertenecen, solo debes llamrlas y hacer que te escuchen!
-¿¿Cómo haré eso??-exclamó intrigada.
-Concéntrate, solo así podrán escucharte. ¡¡¡Usa tu cabeza!!!-sugirió Kerberos.
-¿Mi cabeza?-exclamó en un murmullo para sí misma, confundida pues aún no comprendía lo que debía hacer.
-Llámalas con tu mente- sonó la profunda voz de Eriol, quien no cesaba de hablarle telepáticamente.

Sakura en ese momento lo comprendió todo y cerró sus ojos. Se concentró a tal grado que no escuchaba los estruendos que causaban las bolas de energía que expulsaba Yue ni los rayos de luz de Kerberos. Su mente solo se concentraba en un punto: el movimiento de la carta tierra cuyo centro provenía de un punto determinado el cual aun brillaba de color rosado (representando el título como Carta Sakura).

-Ven. –Pedía la mente de Sakura- Detente, ven.- decía con su mente, tratando de comunicarse con el centro de la carta.

Finalmente la carta cedió a sus súplicas y se cesó su tarea de destruir la superficie terrestre para tomar, nuevamente, la forma de carta Sakura y regresar a su mandato. Sakura tomó esa carta en su mano con una enorme sonrisa pues lo había conseguido, ahora solo hacía falta capturar la carta pelea y todo ese martirio estaría terminado.

-Muy bien hecho, de verdad que me sorprendes.-dijo Kuno aplaudiendo con una sonrisa cínica en su rostro.
-¡Sakura, has hecho un magnífico trabajo!-exclamó Tomoyo muy contenta desde árbol, al lado del cual se encontraba.- ¡Ahora solo debes llamar a la carta pelea para hacer que se detenga!-gritó señalando al ojiazul de Hong Kong quien ya se encontraba agotado de estar peleando.
-Me temo que eso no será posible-interrumpió Kerberos con seriedad.
-¿Qué dices, por qué?-exclamó Sakura con un aire de decepción.
-La carta Pelea es una carta activa, quiere decir que no se detendrá hasta ser derrotada. Recuerda que tiene un ego muy grande-explicó el serio guardián.
-Vaya, parece que alguien hizo la tarea-bufó Megumi sarcásticamente.
-¿¿Qué??-exclamó Sakura, sorprendida- ¿Debo pelear contra ella?
-Así es.-contestó Yue secamente.
-No será tan sencillo-interrumpió Kuno con un aire de superioridad- Si bien, les he quitado sus poderes mágicos y se los otorgaré a la carta Pelea….
-Parece un excelente plan-comentó Yutaro con una risa maliciosa.
-Ese sujeto piensa lastimar a mi hermana y eso no se lo permitiré- pensó seriamente Touya.

Syaoran tomó el lugar de Chang como contrincante de la carta pelea pues el ojiazul se había agotado. Kerberos y Yue continuaron atacando a Megumi y Yutaro quienes parecían estar más fuertes cada segundo que pasaba.
Touya pudo observar como Sakura -quien no encontraba la forma de detener a la carta pelea- se encontraba muy agotada como para usar una carta que la ayudase, así que decidió correr para hacer algo útil en ayuda de su hermana.

-¡Li!-gritó el moreno, corriendo hacia el –extremadamente sorprendido- mago chino.- ¡Tú ve y ayuda a Sakura, yo me encargo del resto!-gritó interponiéndose entre el mago y la carta.
-Si.-asintió serio retirándose de la pelea para ir a ayudar a su novia.

Tomoyo continuaba grabando todas esas escenas y, aunque se preocupaba por Sakura, mantenía cierta calma. Repentinamente su vista se posó en el joven inglés quien también observaba la pelea. Al verlo, su corazón comenzó a palpitar de una manera que jamás había sentido y su rostro se ruborizó completamente; sintió un nerviosismo como el que tuvo la noche que le confesó sus sentimientos y junto sus labios con los de él. No recordaba haberse sentido de esa manera jamás y, a pesar de que era algo nuevo, también era una sensación placentera a tal grado que hizo sus ojos brillar como 2 enormes faros encendidos en la oscuridad de la noche. Tan sumida, se encontraba, en sus pensamientos que no dio notó cuando un rayo de energía lanzado por Kuno, se dirigió hacia ella…

-¡Daidouji!-gritó Chang levantándose y con intenciones de correr hacia ella a pesar de encontrarse extremadamente cansado.

Eriol había sido más rápido que el chico de Hong Kong y había conseguido alejarla del rayo de energía, cargándola en sus brazos.

-Muchas gracias-dijo Tomoyo con un leve sonrojo marcado en su rostro.- Dime, ¿te encuentras bien?-preguntó preocupada.
-No te preocupes por mí, no me pasó nada-contestó con una amplia sonrisa, mientras la bajaba con gentileza de sus brazos.
-Dime, ¿qué era eso que querías decirme esta tarde?-preguntó curiosa.
-Te lo diré en otro momento, quiero que sea especial-contestó abrazándola y sonriéndole cálidamente.

Se miraron fijamente a los ojos y se quedaron embelezados por los encantos de cada uno. Sus rostros se acercaron lentamente para besarse, pero su acción fue interrumpida por el grito del orgulloso guardián.

-¡Sabía que lo harías!-exclamó sonriente y corriendo hacia ella.
-Muchas gracias Kero. No lo habría hecho sin tu ayuda y la de los demás-contestó Sakura, abrazando al feliz guardián.
-Te felicito, tienes unos grandes poderes-dijo Kuno con una sonrisa, mientras se acercaba a ella lentamente.-En verdad que eres muy poderosa.

Kuno, Yutaro y Megumi se inclinaron respetuosamente ante ella.

-Creo que nuestra misión aquí ha terminado-concluyó el azabache, mientras se alejaba con sus dos acompañantes.

Mientras se alejaban, Kuno sintió una presencia que lo hizo girar su rostro, sorprendido. Vio fijamente a Eriol con un rostro que claramente decía <Tú, eres…> el inglés simplemente se limitó a asentir pues sabía perfectamente el significado de su mirada. El aprendiz de mago entrecerró sus ojos e hizo un pequeño gesto con su mano el cual fue claramente comprendido por Eriol.
Después de que cada uno regresara a sus hogares, el inglés fue a su mansión donde era esperado por sus 2 creaciones, quienes se encontraban en incógnita.

-Dime Eriol, ¿esa presencia era de…-comenzó a preguntar Nakuru.
-Así es.-contestó serio.
-¿Qué querían?-preguntó el pequeño Spinel- ¿Acaso se dio cuenta?
-Estoy seguro que notó mi presencia.-contestó con su semblante serio.
-¡Qué mala suerte, Eriol!-replicó Nakuru con decepción- Ahora, ¿qué piensas hacer?

En ese momento, el teléfono de la mansión Hiragizawa sonó y el inglés fue a contestarlo.

-¿Aló? ¿Clow?- se escuchaba la interrogante voz de Kuno al otro lado de la llamada.
-Así es-contestó serio.
-Se ha quebrantado ese pacto-comentó el aprendiz- Creo que ya sabes lo que debes hacer o te atienes a las consecuencias.
-Lo sé perfectamente. Cumpliré con mi parte.

Mientras tanto, en la residencia Kinomoto.

-¿¡¿Qué dices?!?-exclamó un sorprendido moreno- ¿¿Esos tres sujetos eran los…
-Así es.-contestó seriamente, Yukito.
-¿Sakura ya lo sabe?-preguntó intrigado.
-Aún no se lo hemos mencionado.
-¿Crees que hayan sentido la presencia de ese tal mago Clow?-preguntó el moreno con seriedad, acercándose al joven de cabellos grises.
-No lo creo, si fuera así ya hubiesen advertido algo acerca del pacto-contestó serio y pensativo.
-De acuerdo. No le diremos nada a Sakura hasta estar seguros-concluyó Touya.
-¿Cómo crees que reaccionará Tomoyo ante todo esto?-preguntó Yukito con un poco de tristeza en su tono de voz.
-No lo sé. Pero creo que no será nada bueno.

Continuará……..​

 

Re: Perfecto para olvidar (Tomo&Eriol)

Weee! Hoy salí temprano del colegio debido a una reunión de padres y por eso pude publicar la conti. A esta hora =D espero les guste.

Perfecto para olvidar​

(Tomoyo&Eriol)​

Cáp. 20 ¡Date cuenta!​

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Había amanecido en la alegre ciudad de Tomoeda, los pájaros revoloteaban buscando su nido para mantenerse abrigados, la nieve caía lentamente dejando ver un cielo hermoso y tremendo paisaje navideño. En efecto, era esa época de dar y recibir y pasarla en familia o amigos. Después de aquél incidente con los tres magos, nadie había vuelto a mencionar palabra al respecto ¡al contrario! Esperaban pacientes que llegara la hora que habían escogido para ir a casa de Rika y festejar entre amigos. El enorme manto blanco que cubría el suelo simplemente le agregaba ese efecto de familiaridad para compartir en familia. En la residencia Kinomoto, como de costumbre, Sakura fue la primera en levantarse emocionada para abrir los regalos.

-¡Hermano, Papá, apresúrense!-gritaba Sakura con emoción, sentada alrededor del árbol.
-Te gusta mucho esta fecha, ¿cierto?-preguntó Yukito con una tierna sonrisa.
-Así es.-contestó alegremente.
-Y dime, ¿vendrá Li para darte tus regalos?-preguntó curioso pero sin borrar esa sonrisa de su rostro.
-Este año, todos nos reuniremos en casa de Rika. Ahí nos entregaremos los regalos-contestó Sakura, con una inocente sonrisa.
-Ya veo.-comentó el chico de cabellos grises, quien también esperaba impaciente la llegada de Touya y Fujitaka.
-¡Hermano!-gritaba la impaciente chica de ojos esmeraldas hipnotizantes.
-Aquí estamos, ya no tienes que gritar, monstruo- replicó Touya haciendo que Sakura se enojara y lo pisoteara.
-Muy bien, ¿Quién repartirá los regalos este año?-se preguntaba Fujitaka pensativamente, mientras se agachaba y miraba a Sakura a los ojos- el año pasado lo hizo Touya, ¿quieres hacerlo tú, esta vez, Sakura?
-¡De acuerdo!-contestó la alegre chica, tomando el primer regalo el cual era una caja roja.-Este es para Yukito, feliz cumpleaños.
-Muchas gracias Sakura-contestó amablemente, mientras tomaba la pequeña y la colocaba sobre su regazo.
-El siguiente es para…. ¡papá!-dijo Sakura con mucha emoción, entregándole el regalo a su padre.
-Apresúrate monstruo, o no terminaremos nunca-replicó Touya con un tono burlón.
-El siguiente es para ti, toma-dijo apresuradamente aventándole el regalo pues no podía esperar a abrir el suyo.- ¡Este es el mío!

Sakura abrió su regalo y sacó una camisa creada en China que traía un ying yang dibujado en la parte de atrás, tal y como lo traían los trajes de la familia Li.

-¿Te gusta?-preguntó curiosamente, Fujitaka sonriéndole.
-Está muy bonito, ¿tú lo compraste?-preguntó curiosa.
-Te equivocas. Touya hizo todo el trabajo; buscó libros de cómo hacer bordado chino y te confeccionó esa camisa-contestó Yukito, provocando que Touya se diera la vuelta.
-¿¿De verdad??-exclamó Sakura, con asombro-¡Muchas gracias!-gritó abalanzándose sobre su hermano y abrazándolo.

En ese momento, el reloj de muñeca de Sakura comenzó a sonar haciendo que mirara la hora, la cual la sobresaltó.

-¡Ya debo irme!-exclamó separándose de su hermano para subir las escaleras e ir a bañarse y cambiarse.
-Creo que será mejor que me vaya-dijo Fujitaka tomando su chaleco.
-¿A dónde irás tan temprano?-preguntó Touya, intrigado.
-Me llamaron para avisarme de un problema que quieren que les soluciones.-contestó mientras abría la puerta principal para irse- Prometo estar de regreso para cuidar la casa, no tendrán que quedarse.
-No te reocupes papá-comentó el moreno- que te vaya bien, adiós.
-Adiós sr.-se despidió Yukito con una sonrisa.
-Hasta luego-finalmente abandonó la casa.

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Media hora más tarde, Sakura aún no bajaba las escaleras. Touya y Yukito estaban sentados en el sofá de la sala tomando chocolate caliente y hablando de ciertos temas que les llamaban la atención. Repentinamente, el moreno tomó una pequeña caja de color verde que tenía escondida debajo del sofá y se la extendió al chico de cabellos grises, el cual se veía un poco sorprendido.

-¿Para mí?-preguntó con inocencia.
-Fue en este preciso sofá…-comenzó a relatar el moreno, inspiradamente.
-¿Hablas de…
-Exacto-interrumpió viéndolo de frente.- Sabía que no lo olvidarías-le sonrió con dulzura.
-No lo haría. Es el mismo día en que por fin…
-¡Ya me voy!-gritó Sakura, quien bajaba las escaleras a toda velocidad y corría hacia la puerta- ¡Casi lo olvido!-regresó hasta donde estaba su hermano y el chico de cabellos grises- Feliz aniversario hermano, Yukito-sonrió y los abrazó fuertemente para después irse de la casa.
-El día en el que por fin aceptaste tus sentimientos-concluyó Touya sonriéndole.

Mientras tanto, en la mansión Daidouji……

Estaban una chica de cabellos azabaches y su madre, sentadas alrededor de la mesa mientras esperaban a un joven inglés que las visitaría esa mañana para tomar el té. Sonomi no decía nada y simplemente observaba a su hija: había algo en ella que se veía diferente, pero era algo que solo una madre notaría a primera vista. Podría sonar extraño y hasta inverosímil, pero su madre era capaz de ver su corazón a través de su mirada y sabía perfectamente las dificultades que pasaban en éste y que ni la misma Tomoyo sabía que existían. Sonomi se inclinó hacia delante para verla mejor y decidió hablar con ella.

-Dime hija, ¿ya se lo dijiste?-preguntó con una sonrisa causando confusión en la azabache.
-¿Decirle qué?-preguntó Tomoyo, intrigada.
-¿¿Qué aún no te has dado cuenta??-exclamó sorprendida.
-¿De qué?-preguntó confundida pero sin perder la calma y esa dulce sonrisa que la caracteriza.
-Ya veo… aún no lo sabe.- pensó seriamente- Pues de que…-se dispuso a contestare y explicarle pero en esos momentos entró una sirvienta.
-Disculpes srta. Daidouji, ya llegó el joven Hiragizawa-dijo la sirviente, respetuosamente.
-Hágalo pasar-ordenó Sonomi con una sonrisa.

A los pocos minutos Eriol entró a la sala del té donde fue recibido amablemente por las dos mujeres Daidouji de esa mansión. Sonomi le hizo una seña con su mano para que tomara asiento y así lo hizo.

-¿Irán juntos a la fiesta en casa de la srta. Sasaki?-preguntó la madre de Tomoyo con una leve sonrisa en su rostro.
-Así es-contestó Eriol devolviéndole el gesto y viendo a Tomoyo a los ojos.

Sonomi pudo notar la misma sensación que tenía Tomoyo, en Eriol pero se dio cuenta que el chico se mostraba más seguro ante tal situación.

-Casi lo olvido-comentó el inglés, repentinamente- Feliz navidad.-dijo sonriente, extendiéndole una caja de regalo a cada una.
-Muchas gracias.-contestaron las dos mujeres, al unísono.

La sra. Daidouji abrió su regalo lentamente. Era un suéter de fina tela y realmente hermoso.

-¡Es precioso!-exclamó abrazando el abrigo- Muchas gracias.-le dijo con una amplia sonrisa.
-De nada.-contestó felizmente.

Acto seguido, Tomoyo abrió su regalo el cual era un hermoso collar bañado en oro y con una piedra preciosa que guindada de éste. La chica no dijo nada y simplemente miraba el collar que sostenía en su mano, con una cálida sonrisa y embelezada. Miró a Eriol a los ojos y se ruborizó tiernamente. Al ver eso, Sonomi se disculpó con la excusa de tener que hacer una importante llamada, y los dejó solos no sin antes guiñarle el ojo al inglés como si dijera “esta es tu oportunidad”. Una vez hubo abandonado la habitación, los chicos se quedaron viendo a la cara -ambos sonrientes- pero Tomoyo pudo notar algo que antes no había visto en los ojos de Eriol: un brillo especial que lo delataba.

-¿Me permites?-preguntó el inglés, cordialmente, haciéndole una señal como si se refiriera al collar.
-Por supuesto- contestó sonriente, dándose la vuelta y quitándose el cabello de la espalda para dejar descubierto su cuello.

Eriol se acercó y tiernamente le colocó el collar. Tomoyo se dio la vuelta nuevamente, para quedar cara a cara con su novio.

-Dime, ¿qué era eso tan importante que querías decirme?-preguntó la azabache, teniendo leves sospechas pues, a pesar de los años, nunca había perdido su habilidad de percibir las cosas.
-Quería decirte que me ena…-fue interrumpido por el inoportuno teléfono.
-Disculpa-dijo Tomoyo levantándose para contestar la llamada.

-¿Aló? ¿Sakura?-preguntaba Tomoyo- ¡Casi lo olvidaba!-exclamó- Nos veremos en casa de Syaoran.-dicho esto, colgó la llamada.

--------------
Ya era la hora de la fiesta navideña en casa de Rika Sasaki. La primera persona en llegar había sido Naoko quien, a falta de personas, comenzó a leer un libro de historias terroríficas. Seguidamente llegaron Chiharu y Yamazaki, quien comenzó a sacar sus mentiras de cómo el oso polar de los regalos y el hombre de las nieves peleaban por obtener el papel como Santa Claus. Llegaron Sakura, Syaoran, Tomoyo y Eriol; ahora si era una fiesta.
Chang nunca apareció así que decidieron comenzar a repartir los regalos. Cuando finalmente llegó el atardecer, se dirigieron a la feria que había cerca de la casa de la anfitriona.

Mientras tanto, en la mansión Hiragizawa….

Touya y Yue esperaban fuera del portón de la susodicha mansión, a que fuesen atendidos por sus habitantes. Finalmente salió Nakuru quien se sorprendió mucho de ver al juez y al moreno en ese lugar.

-¡Touya, has venido a visitarme!-exclamó feliz e infantilmente, mientras abrazaba al moreno.
-Akizuki, ¡suéltame, que no he venido a hacerte ninguna visita!-le exigió firmemente, quitándosela de encima.
-¿Se puede saber qué es todo ese ruido que….? ¡Hay!- exclamó el pequeño Spinel quien apareció volando lentamente.
-Si no vinieron a visitarnos, quiere decir que…-Nakuru tomó la forma de Ruby-Moon- Han venido a pelear nuevamente.
-Me parece que Yue ha venido a causar problemas nuevamente-concordó el pequeño guardián en forma de gato negro, mientras se transformaba en Spinel-Sun.
-¡No es nada de eso!-exclamó Touya interponiéndose entre ellos para evitar problemas.
-Entonces, ¿a qué han venido?-preguntó Ruby Moon en tono serio.
-Esos tres magos que vinieron a probar la magia de Sakura…-contestó Yue, con seriedad- Se tratan de…
-Exacto.-contestó Spinel Sun, interrumpiendo lo que iba a decir el juez- Son el trío del pacto.
-Y se ha roto-concluyó Ruby Moon.
-Entonces ¿regresarán?-preguntó Yue.
-Así es.-contestó Spinel Sun, con cara de decepción pero sin perder su porte de seriedad.-De lo contrario, habría que atenerse a las consecuencias…
-Pérdida de poderes-concluyó Yue, interrumpiendo las palabras del guardián.
-¿Creen que debemos decirle a Sakura?-preguntó Touya.
-Será mejor que Eriol se lo diga.-interrumpió, Ruby Moon.- Si te refieres a Tomoyo…

--------------
Lentamente fueron regresando los jóvenes a sus casas. La chica de cabellos azabaches estuvo a punto de hacer lo mismo pero se recordó del ojiazul de Hong Kong. Tomoyo se dirigió a la casa de Chang con una caja de regalo en sus manos. Cuando llegó, esperó a ser atendida y finalmente salió el serio, y casi antisocial, chico de Hong Kong.

-Daidouji, ¿qué haces aquí?-preguntó sorprendido.
-Quise pasar a dejarte tus regalos-contestó soriente.
-Pasa-dijo abriendo la puerta de su casa.

Era una especie de apartamento pequeño y mal pintado. En cierto modo era acogedor pero le hacían falta muchos arreglos que iban desde las ventanas, hasta la puerta principal. Una vez dentro, Chang le ofreció una taza de té a la chica de cabellos oscuros y ella aceptó felizmente.
Por fin se encontraba degustando del delicioso té de China y quiso entablar conversación con el serio ojiazul, quien no le quitaba la mirada de encima.

-Gracias por el té-dijo la azabache, sonrientemente mientras colocaba la taza sobre el posavasos que estaba en la pequeña mesita delante de ella.
-Dime, ¿por qué viniste a dejarme esos regalos?-preguntó serio, sin prestar atención al comentario de la chica.
-Pues deseaba poder verte en la fiesta y como no fuiste quise venir a traértelos.-contestó viéndolo de frente.
-Supongo que ya habrás abierto tus regalos-comentó secamente, a lo cual ella asintió.

Chang la seguía observando con seriedad hasta que se percató de un detalle que resaltaba sobre el cuello de la chica: su collar. El mismo que había visto en la joyería donde compró el regalo para Meilin, hacía solamente 2 días.

-Ese collar…-murmuró. Levantó su mirada y la vio serio- ¿Te lo regaló Hiragizawa?-preguntó con mucha intriga.
-Así es.-contestó extendiéndole una amplia sonrisa.

En ese momento, Tomoyo vio la hora en el reloj de pared del apartamento de Chang y se dio cuenta que ya era tarde.

-Debo irme.-comentó levantándose un poco sobresaltada.- Nos veremos luego-dijo eso, se dio la vuelta y estuvo a punto de marcharse, cuando…
-Date cuenta-dijo el serio muchacho, mientras la tomaba del brazo.

Tomoyo simplemente lo miró interrogante.

-Date cuenta de la verdadera persona que acapara tus pensamientos-le dijo serio- Creo que eres lo suficientemente lista como para hacerlo así que, Date cuenta.-dicho eso, la soltó y la dejó ir con una duda en su cabeza pues se encontraba confundida ante tal comentario.

Continuará………..​

 

Re: Perfecto para olvidar (Tomo&Eriol)

Perfecto para olvidar​

(Tomoyo&Eriol)​

Cáp. 21 Debate de la mente y corazón​

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Ahí estaba ella, tan hermosa como siempre, tan sonriente como nunca antes se había visto, sus ojos brillantes como los fuertes rayos del sol que alumbraban esa tarde por su ventana. Tomoyo: descripción de una chica sumisa y casi perfecta, con una sonrisa y una voz que impactaban a cualquiera. Si, aquella niña que había seguido por muchos años a su mejor amiga sin siquiera saber por que la miraba con tanta adoración; esa misma niña de cabellos largos color azabache que bailaban junto al viento, esa niña había crecido. Finalmente se había dado cuenta de la verdadera razón por la que se había encontrado pensativa últimamente y estaba decidida a hacer la confesión que podría cambiar su forma de pensar; podría cambiar su vida. Estaba decidida a tomar el teléfono y marcar el número de su novio para decirle todo lo que sentía, cosa que le había tomado las dos últimas horas para que pudiera darse cuenta.

*****Flash Back*****​

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Sentada sobre los cómodos asientos de su teatro personal en su habitación, Tomoyo observaba su más resiente grabación: la pelea de Sakura contra el trío de magos que se hacían llamar Los aprendices de Clow. La chica de cabellos azabaches poseía un brillo especial en sus ojos a medida pasaban las escenas pero, repentinamente, las escenas se entrecortaron y se acabó la grabación; y es que fue en el momento que fue rescatada por Eriol de uno de los ataques de Kuno. Comenzó a recordar aquellas palabras llenas de ternura pero que a la vez levantaron sospechas por su parte: “Te lo diré en otro momento, quiero que sea especial”. Esas habían sido las palabras que el inglés le había dicho a modo de no confesarle sus sentimientos en medio de una pelea; claro que ella no lo sabía.

Se levantó de su asiento al recordarlo y se dirigió a su cama, donde se acostó para poder pensar unos momentos; realmente lo necesitaba. Sus ojos se centraron en la mesa de noche donde guardaba todas sus pertenencias más preciadas y disipó un espacio vacío. Recordó haber visto una foto de Syaoran y Sakura en el escritorio de ésta última y la sensación que había tenido de querer, algún día, poder tener una foto de esa clase sobre su mesa de noche. Tal sentimiento le produjo una sensación de satisfacción y sus ojos adquirieron aquél brillo especial que solamente tomaban al estar cerca de él… Eriol Hiragizawa.

Repentinamente, su vista comenzó a nublarse hasta que reaccionó y se condujo por el camino de los recuerdos teniendo en mente la más resiente memoria; la más confusa de todas. Recordó haber ido a visitar al joven Xú Chang de Hong Kong después de la fiesta navideña en la feria que quedaba cerca de la casa de Rika Sasaki. En su mente estaba muy bien guardadas aquellas tan misteriosas palabras que le había dicho el serio ojiazul antes que se marchara de su apartamento: <Date cuenta de la verdadera persona que abarca tus pensamientos>. La palabra verdadera hacía énfasis en su cerebro, y la repetía una y otra vez sin poder comprenderlo. Claro que ese recuerdo no había sido relevante para ella hasta que comenzó a pensar en su querido ojiazul de Inglaterra. Que momento de suma concentración en el que estaba y aún así, era como si no estuviese prestando atención a su propio debate mental.

Se levantó y comenzó a dar vueltas en su habitación. Finalmente se detuvo frente a un armario abierto dentro del cual pudo observar un listón color carmesí, que resaltaba de entre sus ropas; el listón que le había regalado Eriol dos días después de que se dañara el que le había dado Sakura, a causa de la lluvia. Era como si cada recuerdo que tenía de Sakura fuese reemplazado por nuevos recuerdos con Eriol: desde ese listón hasta su propia concentración visual. Había perdido todo deseo de concentrarse en los trajes y hazañas que realizaba su amiga, todo para no dejar de pensar en el inglés que provocaba aquellas fuertes palpitaciones en su pecho, y que la ruborizaba con el solo hecho de sonreírle.

Su mente comenzó a divagar sin tener la más mínima idea de lo que se refería Chang con las palabras: <Date cuenta>. Tampoco comprendía su repentino cambio de actitud; era como si estuviese tramando algo, aunque eso lo que menos la mantenía pensativa. Su mente se centró en aquél día: el día que aceptó ser la novia de Eriol e hicieron aquella promesa bajo la sombra de un árbol; un árbol de cerezo. ¡Más claro que el agua no podría estar! Era como si Eriol hubiese escogido ese lugar pues sabía lo mucho que Tomoyo apreciaba a Sakura, la flor de cerezo. Claro estaba el hecho que la escogencia del inglés se debió a que respetaba la inseguridad de la azabache ante la relación y era un claro simbolismo que estaría dispuesto a esperar que ella misma fuera dejando esos sentimientos detrás y no la obligaría a hacerlo. Tal analogía causó conmoción en Tomoyo y su corazón comenzó a palpitar rápidamente sin mencionar lo ruborizada que se encontraba. Era obvio que no dejaría de apreciar a Sakura pero se había dado cuenta que su manera de apreciarla era de una amistad profunda y no como lo hacía con Eriol.

-Me he enamorado…-murmuró con una leve sonrisa y totalmente ruborizada, mientras una mano tocaba su pecho levemente para sentir las fuertes palpitaciones.- De Eriol Hiragizawa.-concluyó.

*****Fin del Flash Back*****​

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Y ahí se encontraba: a punto de tomar el teléfono para llamarlo y decirle que se encontraran en un lugar para poder confesarle su amor de frente. Su mano se posó en el teléfono pero, en ese momento, sonó haciendo que se sobresaltara. Era definitivo que alguien la había interrumpido. Contestó el teléfono y la escuchó; la voz del inglés.

-¿Aló? ¿Tomoyo?- se escuchaba la seria voz de Eriol.
-Buenas tardes- contestó sonriente. No tenía ni idea.
-Quisiera hablar contigo- dijo con una voz que no prometía nada bueno.
-¿Sucede algo malo?- preguntó temiendo lo peor.
-Iré a tu casa.- concluyó.
-De acuerdo.-dicho esto, colgó el teléfono.

No comprendía por qué Eriol se encontraba tan serio pero no podría averiguarlo hasta que llegara. Tomoyo fue a esperarlo a la entrada de su casa.
Finalmente llegó y comenzaron a hablar frente al protón de la mansión Daidouji. Sonomi se fue a sentar delante de la ventana donde había observado el primer beso de su hija. Sostenía una taza de café para mantenerse despierta pues no había podido conciliar el sueño la última noche debido a su trabajo. Había visto la cara de Tomoyo al salir a recibir a su novio, por esa razón sabía que no sería nada bueno y se encontraba esperando ver como terminaría la situación para brindarle apoyo a su hija si era necesario.

-¿Qué sucede?-preguntó la azabache, inocentemente, al ver la seriedad en el rostro del ojiazul.- ¿Qué querías decirme?
-¿Recuerdas al trío de magos?-Tomoyo simplemente asintió- Son el trío que protege un pacto….
-¿Sucede algo malo?-preguntó la azabache, interrumpiendo su hablar.
-Debo regresar a Inglaterra.

Continuará……​

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Ok, este ha sido el capítulo q MÁS me costó escribir. La verdad me tomó muchas horas pues tuve un bloqueo mental y no sabía como alargarlo. Ya tenía una idea bien formada d como sería este cáp. Pero lamentablemente no podía ser más largo que esto. Los demás cáps. Sin serán más largos, lo prometo.

 

Re: Perfecto para olvidar (Tomo&Eriol)

Perfecto para olvidar​

(Tomoyo&Eriol)​

Cáp. 22 El pacto; una lágrima.​

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Vacío. Definición de soledad y tristeza en un lugar que solamente aquél que cumpla con tales características podrá ver. Llanto. Un sentimiento que puede, en ocasiones, denotarse como alegría pero que la mayor parte del tiempo es todo lo contrario. Ambas conllevan a la soledad y tristeza; soledad que muchas veces se siente a pesar de estar en una habitación llena de personas y tristeza, la cual se siente a través de muchos rasgos que causan ese agotamiento y sufrimiento que podemos llegar a sentir al recibir una mala noticia o cuando hieren nuestros sentimientos. Tomoyo estaba sentada delante de su ventana observando las gotas de lluvia caer sobra las verdes hojas de las plantas. Su corazón estaba vacío y su alma, llena de tristeza; sus ojos brillaban con una luz apagada que denotaba llanto, el cual no se había presentado a pesar de las circunstancias por las que estaba pasando. Aunque estuviese triste por la noticia que había recibido hacía apenas dos días, no había llorado. No había derramado ni una sola lágrima a pesar de saber que la única persona de la cual se había enamorado se marcharía de su lado. Al contrario, su rostro mostraba una leve sonrisa aunque era forzada y no era sincera pues sus ojos demostraban todo lo contrario. Simplemente necesitaba estar sola.

Todavía se reprimía el hecho de haber podido contestarle nada después que le dijera la trágica noticia. Había tenido la oportunidad de, talvez, convencerlo que se quedara si le confesaba sus sentimientos… su amor. Pero no, ella había escogido quedarse callada y tragarse su palabras; había sentido como si un balde de agua fría hubiese caído sobre su espalda cuando escuchó las palabras <Debo regresar a Inglaterra>.

Mientras tanto, en la residencia Kinomoto……

-¿¿Qué dices??-exclamó Sakura con asombro.
-¡Tranquilízate o podrían escucharte!-gritaba Kero tapándose los oídos.
-¿Dices que Hiragizawa regresará a Inglaterra?-interrumpió Syaoran sin perder la compostura, a diferencia de su novia.
-Así es mocoso-contestó el pequeño guardián, cruzándose de brazo y flotando pensativamente- Si no lo hace habría que atenerse a las consecuencias-añadió.
-El pacto que se ha roto-afirmó el mago de China, pensativamente.
-¿¿No existe alguna manera de evitarlo??-preguntó Sakura con mucha preocupación, mientras pensaba en su amiga de cabellos azabaches.
-Ya sabes cuales son las únicas opciones y no creo que Clow acceda a tomarla-contestó Kero con seriedad.-Además, sería un grave error si lo hiciera.
-Ya veo…-suspiró Sakura con aire de decepción.
-¿Qué te sucede Sakurita?-preguntó el pequeño Kero mientras se acercaba a ella con preocupación.
-Si Eriol se va, eso significa que…
-Él y Tomoyo no se volverán a ver-finalizó Syaoran con seriedad, viendo el triste rostro de su novia.
-¡Es verdad!-exclamó el pequeño guardián- Había olvidado por completo que Tomoyo y Hiragizawa son novios.
-¿Ese pacto fue creado por ese trío de magos que vinieron a arrebatarle las cartas a Sakura?-preguntó Syaoran.
-Pues…-Kero se detuvo a pensar- La verdad, ni Yue ni yo estamos muy bien informados al respecto pero sabemos que si no se cumple Kuno es capaz de arrebatarle los poderes permanentemente.
-¿Y por qué ese pacto no me afecta a mí?
-Pues porque no eres competencia para Sakura-contestó el guardián, causando enojo en su oyente- Además, tú nunca conseguiste capturar tantas cartas como Sakura mientras éstas se habían dispersado, en cambio Hiragizawa es la reencarnación del mago que las creó por lo tanto su magia se iguala a la de Sakura y puede serle peligrosa-explicó con seriedad.
-¿¿Qué pasaría si su magia aumentara??-se apresuró Sakura a preguntar con mucha intriga y preocupación.
-Si la magia del mocoso aumentara y te igualara sería sometido al juicio con los tres magos para saber si deben aplicar el pacto-contestó viéndolos a ambos de frente- pero es muy probable que permitan que se quede en Japón pues es una persona muy especial para ti, Sakura. Mientras siga estando bajo tu protección es poco probable que lo lastimen; recuerda que tú pasaste las tres pruebas de Kuno con facilidad y eso te da más poder sobre ellos.
-¡Entonces, ¿no crees que pueda obligarlos a olvidar el pacto con Eriol?!-exclamó ilusionada.
-No es tan sencillo-contestó causando decepción en la chica de ojos esmeraldas- Hiragizawa lleva muy poco tiempo en Japón y él mismo fue quien decidió regresar a Inglaterra a efectuar su magia allá y lo habían sellado para que solo la practicara estando en ese país.
-¿Estás diciendo que…
-Exacto.-contestó el pequeño guardián, cruzando sus diminutos brazos- Eriol Hiragizawa regresó a Japón sin el consentimiento de los tres magos, por esa razón decían no conocerlo.-Sakura y Syaoran se encontraban atónitos y guardaron silencio por largo rato.

En la mansión Hiragizawa se armaban ciertos conflictos……

-¡¡¡No quiero irme!!! –gritaba Nakuru con desesperación y haciendo fuerte puchero.
-Ya tranquilízate, aún no sabemos qué decisión tomará el amo Eriol-replicó el pequeño Spinel quien, hacía apenas unos minutos, se encontraba leyendo un libro.
-¿Qué decisión hay que tomar?-preguntó Eriol dándose la vuelta y viéndolos con una sonrisa forzada pues sus ojos denotaban tristeza.
-¿No considerará la segunda opción?-preguntó el pequeño guardián con mucha sorpresa.
-No puedo perder mis poderes. Creo que esa no es una opción más para mí-contestó agachando la mirada.
-¿Y qué hay de tu noviecita?- preguntó Nakuru con mucha intriga- ¿La dejarás sola por no querer abandonar tus poderes?
-Tomoyo es la persona de la que me enamoré pero estoy seguro que estará bien sin mí.-se apresuró a contestar- Solo espero que pueda perdonarme, pero en estos momentos no puedo dejar mis poderes de fuera.
-Estoy seguro que ella entenderá-comentó Spinel con seriedad.
-¡Pues yo no pienso irme!-replicó Nakuru- No me interesa si prefieres quedarte con tus poderes pero yo no…-detuvo sus quejas al ver el rostro triste de Eriol.
-Esperaba que pudieras acompañarme-dijo con un leve suspiro- pero si lo que quieres es quedarte, no puedo obligarte a lo contrario. Además, ustedes no perderán sus poderes, ese seré yo si me quedo; no tienes nada que perder.-la vio con sus ojos brillantes que irradiaban la profunda tristeza que sentía.-Podría liberarte si es lo que quieres.
-¡Mira lo que haces con tus tontos pucheros de niña chiquita!-le replicó Spinel con enojo.
-¡No soy ninguna niña chiquita!-repuso formando puchero- ¿Por qué eres tan malo conmigo, Spick?
-¡Qué no me llamo así!-gritó enojado.
-Pero si es un nombre bonito.
-¡No lo es! Es denigrante.-replicó.

En ese momento, Erol se levantó y abandonó la sala para alejarse del ruido; en verdad necesitaba estar solo y pensar bien las cosas. El timbre de la mansión Hiragizawa sonó y el ojiazul de Inglaterra fue a ver de quien se trataba.

-Buenas noches-dijo Tomoyo con una leve sonrisa.
-Muy buenas noches-contestó un poco sorprendido de verla- ¿Quieres pasar?
-Me gustaría que fuéramos a caminar un momento-contestó viéndolo a los ojos como si estuviese rogando.
-De acuerdo.-concluyó acercándose a ella para caminar a su lado.

Comenzaron a caminar al lado del otro pero sin siquiera tomarse de las manos o tener algún tipo de roce. No dijeron nada por largos minutos y Eriol comenzaba a preguntarse a dónde lo estaba levando. La noche era hermosa y la luna brillaba como nunca al igual que las estrellas las cuales, con su luz, adornaban las calles de Tomoeda dándoles aquél toque familiar por el cual se caracterizaban. El inglés se sintió tentado a preguntarle el lugar al que se dirigían pero se guardó las palabras al ver que entraban al templo Tsukimine y caminaban en dirección al árbol de cerezo que estaba cruzando el pequeño puente que había en éste. Era el lugar dónde comenzó su relación como pareja. El lugar de la promesa.
Tomoyo miraba el árbol con cierta melancolía y Eriol quiso hablar cuando fue callado por la misma chica de cabellos azabaches.

-Este árbol nunca ha dejado caer un solo pétalo de sus flores-comentó colocando su delicada mano sobre el tronco de éste.
-Tienes razón, este ha sido el único árbol el cual se aferra a sus flores y no las deja caer.-contestó con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro.
-Dime, ¿escogiste este lugar por alguna razón en particular?-preguntó viéndola de frente.
-Sé lo importante que es para ti y lo que representa.-contestó firmemente pero sin perder su encanto.-Dime, ¿tienes algo importante que decirme?
-Quería saber la razón por la que regresarás a Inglaterra.
-El trío de magos que vinieron protegen un pacto…
-¿Qué clase de pacto?-interrumpió con intriga.
-Hace algunos años, después de que todas las cartas se cambiaran a Cartas Sakura, se formó un comité para decidir cual sería el futuro de la nueva dueña-comenzó a narrar tomándola de las manos- En ese comité se decidió que no podría haber ninguna persona que igualara sus poderes mágicos o los superara. Kuno posee grandes poderes desde que era muy pequeño pues pertenece a una enorme familia de magos y es capaz de despojarlos a cualquiera si se lo propone. Cuando el comité concluyó en que no podría haber nadie tan poderoso como Sakura -en lo que a magia se refiere- dejaron por claro que no podría regresar a Japón ya que podría poner en riesgo el destino de maestra de las cartas que le fue otorgado a ella.
-Pero, ese grupo de magos dijeron no conocerte-replicó con tristeza.
-Cuando el comité tomó esa decisión él aún no había desarrollado sus poderes de despojamiento de magia y por eso no se presentó a la reunión. De ser así, jamás hubiera podido escapar y regresar a Japón pues me hubieran mantenido vigilado y enseñando magia a los novatos.-explicó colocando su mano tiernamente bajo el mentón de Tomoyo.- ¿Irás a despedirte mañana al aeropuerto antes que regrese a Inglaterra?-preguntó con dulzura.
-Sí.-contestó abrazándolo y aferrándose a él con fuerza.

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Al siguiente día, la alarma de Tomoyo sonó 20 minutos después de lo previsto y cuando finalmente se despertó pensó que no llegaría a tiempo al aeropuerto. Se bañó apresuradamente y vistió; subió a su limusina con la esperanza de llegar a tiempo.
En el aeropuerto se encontraban una llorosa Nakuru y un triste Eriol –y un enojado Spinel escondido en una maleta del ojiazul-. Finalmente llegó la chica de cabellos azabaches y corrió hacia su novio.

-Sabía que vendrías-le dijo sonriéndole y tomando sus manos.
-No quería que te fueras sin poder despedirme de ti-le dijo con tristeza y una leve sonrisa forzosa.
-Hay algo que quería decirte-dijo acortando distancia entre ellos.

Nakuru, quien lo había convencido de su acción porvenir, se alejó de allí para darles algo de privacidad. Como era de esperarse, Sonomi miraba desde lejos para poder estar presente cuando su hija necesitara un hombro para llorar. Sabía que lo necesitaría.

-¿De qué se trata?-preguntó inocente y levantando su rostro para ver sus brillantes ojos azules.
-Quería decirte que me enamoré de ti.

Fue como si se hubiera congelado el tiempo y su cuerpo se hubiera paralizado. Sentía como si una daga se metiera en su espalda una vez más y no la dejara coexistir. Tomoyo lo miró de frente y estuvo a punto de contestarle cuando escuchó la horrible voz que llamaba a los pasajeros del vuelo hacia Inglaterra. Eriol la miró con una sonrisa y se dio una media vuelta para poder marcharse. Tomoyo vio como se alejaba poco a poco y se perdía entre la multitud hasta que desapareció. En verdad se había ido.
Fue en ese momento que pasaron múltiples imágenes por su cabeza y recordó el día que se reencontraron bajo la lluvia; también recordó las promesas bajo la sombra del árbol de cerezo y recordó el día que reconoció su enamoramiento. Fue en ese momento que Tomoyo lloró. Finalmente se presentaron las lágrimas y una a una fue dejando sus ojos para transformarse en llanto. Sonomi corrió para abrazar a su desconsolada hija ya que sabía que ésta no podría soportar encontrarse sola en una situación tan triste y llena de amargura. Debía estar para cerrar esa yaga en su corazón y decirle que todo estaría bien.
Entre toda la multitud del aeropuerto se encontraba una peculiar persona que había escuchado y observado lo suficiente como para no notar la situación. Claro que, a causa del exceso de personas presentes, sería muy difícil reconocer aquel singular ente que no cesaba de vigilar a la desconsolada chica de cabellos azabaches.

-El pacto debe ser cumplido al pie de la letra, Daidouji…-murmuró Chang, quien se encontraba escondido detrás de un muro para no ser identificado.

Continuará………..​

Hola!!! Disculpen la tardanza pero en verdad que me lleno d cosas x hacer y luego no hago ni uno xD. Bueno, ojalá les haya gustado la continuación y dejen sus comentarios x favor =D