Perdón

Esta historia es para la actividad For world with you, y dicho esto espero que les guste, hace mucho no escribo cosas así.

Perdón​

Estaba arrodillado ante ella, la brisa rozó mi cara y al levantar la vista observé su semblante serio, su mandíbula apretada y fue cuando todo se sintió en cámara lenta, fueron cosas de segundos cuando al levantarme un fuerte golpe impactó en mi mejilla. Ardía, dolía, palpitaba pero solo al verla supe que a ella le dolía más que a mí.

–No sé como perdonarte y mucho menos como podría todo volver a lo de antes… –quebró el silencio con voz ahogada, lo cual solo mostraba las lágrimas que obligaba a no salir, mi pecho se apretó y el remordimiento afloraba.

–Solo te pido que me perdones y volvamos, cada día que despierto es una agonía no poder llamarte, no saber cómo estás o abrazarte… –rogué bajando la vista para evitar enfrentar su adolorida mirada. Pude escuchar su respiración agitada, cerraba y abría sus manos con fuerza angustiándome cada vez más.

– ¿Cómo? Dime como aceptar esto porque yo no lo sé ¿Cómo voy a perdonarlos y fingir que nada pasó? ¡Era como mi mejor amiga! ¡Mi hermana! ¡Era mi prima! –Explotó gritándome – ¡Mírame! ¿Tuviste la suficiente valentía para hacer todo a mis espaldas pero no para mirarme ahora? ¿De verdad? –Levante la mirada al cielo al sentir como se aguaban mis ojos, cada palabra se incrustaba en mi cuerpo, cada verdad rompía más mi corazón, traté de armarme de fuerzas y mirarla pero mi cuerpo se resistía a mis deseos de verla ¿O realmente mi deseo es huir?

–Ella también está sufriendo, todos lo estamos –susurre desesperado recordando como todo acabó así.

Veinte de Diciembre fue el día que apareciste tomada de la mano de ella, ambas sonreían como niñas haciendo travesuras, hablaban de sus deseos navideños, de quien iría a ver a quien el siguiente año, que se colocarían para año nuevo… dos sonrisas que me enamoraban, dos miradas que me conquistaban cada día más. No sé cuando aquél magnetismo hacía ella me ganó, pero sé que rompí el lazo que tal vez era mayor que el nuestro. Traicionamos tu confianza, marchitamos tu cariño y espantamos tu comprensión.

A medida que más tiempo pasaba a su lado, mis ganas de verla siempre aumentaban, enlazaba nuestras manos mientras mis ojos y sentimientos eran direccionados a otra persona y solo en un suspiro la persona de mis pensamientos no eras tú. Ella volvió a su ciudad y solo nos podíamos contactar por internet sin decirte nada.

Un doce de Febrero me llamaste una y otra vez mientras temeroso te colgaba sin parar, leía tus mensajes que llegaban pero no sabía cómo responderte, y fue cuando explotó. “Lo sé todo” “cobardes” “sean felices, me quitare del medio”, letra por letra me golpeaba fuertemente, sentí como mi corazón daba un vuelco y me faltaba el aire; comprendí que realmente te amo y había cometido un grave error. Todos me dijeron que dejara de intentar hablarte, que te dejara ir…

El ocho de Marzo al vernos rápidamente hablaste: –estoy cansada de esto –me dijiste cuando te esperé fuera de tu instituto sin dejarme hablar –por favor, te lo ruego –tu voz sonaba tan melancólica, tus ojos verdes se veían muertos y te notabas claramente cansada como si no durmieras bien por las noches, mi corazón solo me gritaba que te abrazara, pero sabía que eso solo empeoraría las cosas…

Tarjetas, cartas, chocolates, flores, mensajes, entradas de cine que quizás nunca usaste, regalos que tal vez nunca quisiste abrir o aceptar. Cada vez que mi celular vibraba mi corazón se aceleraba, solo con ver a una chica que me recordara a ti producía lágrimas, sabía que no eras tú pero en el fondo de mi corazón esperaba que fueras. No sabía que mas hacer para recibir tu perdón.

Y todo nos trae de vuelta a este momento, estamos a dieciséis de Octubre, es primavera y estoy seguro que deseas darme otra cachetada pero aún así no te sentirás completa como antes, también comprendo que estoy siendo egoísta y quizás creas que piso tus sentimientos rogándote por esta junta, respiro hondo y trato de calmarme; los recuerdo me atormentan y hacen temblar mi cuerpo, te miro a los ojos, los cuales ya están rojos de tantas lágrimas y noches sin dormir, nos debemos ver fatal como esas películas que nos gustaban ver cada fin de semana.

–Por favor…

–Confiaba en ustedes, creía que nosotros estábamos bien, el día en que supe todo… algo se rompió dentro de mí, me gustaría, que cosas digo, me encantaría poder hacer que lo nuestro vuelva a la normalidad –habló al calmarse, siempre demostraste ser la fuerte de la relación, mi estomago se apretó, sabía que esto no acabaría bien, –pero no podría volver a confiar, no para tener una relación. Cada día que un nuevo regalo o carta me llegaba mi corazón lloraba, la imagen de ustedes dos juntos mientras estabas conmigo… digo, si me lo hubieran dicho nos estaríamos ahorrando todo esto –susurró, se sentó en el césped y palmeo al lado de ella, la acompañe.

–Yo… –me interrumpió negando con la cabeza cansada.

–Déjame acabar antes de que me quiebre otra vez –respiró hondo y continuó –el cariño que le tengo a ambos no se irá, los quiero a pesar de todo, los adoro y cuidaré los buenos recuerdos, sé que cuando me enteré no actué bien y pido disculpas de ello pero estaba realmente dolida igual que hace un rato, perdón por golpearte, se que así las cosas no se solucionan pero encuentro que pedirme todo esto cuando ambos sabemos que pasó es hiriente y solo abre nuevas heridas. Hoy solo vine para poder cerrar este ciclo de amarguras y penas como seguramente ambos vivimos por meses –una pequeña lágrima rodo por su mejilla y su voz comenzaba a temblar, enlazo sus ambas manos para detener el movimiento y miró al frente tratando de obtener nuevamente su calma –se que dije que no te iba a perdonar, pero sabes… te perdono –soltó, un extraño sentimiento comenzó a florecer dentro de mí –pero no quiero volver a estar contigo, además te pido que no me busques más –se seco torpemente las lágrimas mientras una brisa helada nos envolvía. Se levantó lentamente como si su cuerpo pesara más de lo normal, sacó una caja mediana de su bolso y me la entregó con tristeza –no puedo aceptar nada de esto, espero que podamos ser felices por separado al menos –sonrió con sus mejillas sonrojadas por el frío y el llanto, se despidió con la mano y comenzó a alejarse antes de que yo pudiera decir algo.

Abrí la caja desesperadamente, en ella se encontraban todas las cosas que le había estado mandando en el último tiempo. Sin darme cuenta pequeñas lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas aumentando rápidamente. No puedo soportarlo, lo único que veo es su espalda marchar y no puedo hacer nada, es insoportable. Ya no me queda nada más que hacer, pero lo que ahora deseo es poder volver a verla sonreír.


Espero que les haya gustado, sugerencias, correcciones y sus opiniones claro, espero que las escriban, sin nada más que decir los dejo hasta la próxima vez <3