One-shot de Naruto - Pequeños tesoros

Tema en 'Fanfics Terminados de Naruto' iniciado por Rahzel, 29 Septiembre 2019.

  1.  
    Rahzel

    Rahzel Usuario popular Comentarista empedernido

    Aries
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    Título:
    Pequeños tesoros
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1163
    Personajes: Ibiki; Hinata
    Nota de autora: Esto es parte de la actividad Palabra por palabra que organizó Insane hace ¡uff! Y yo jamás terminé. Creo que anduve sin internet en ese mes y me fue difícil ya para cuando llegué a la mitad del reto. Pero, soy terca, como mula empacada como para dejar el reto a la mitad. Así que lo iré subiendo de a poco en estos días. Espero lo disfruten :)
    Palabra: bufanda


    Pequeños tesoros



    Revisó sus bolsillos un largo rato frente a la puerta de su casa hasta que llegó Hinata preocupada de verlo fuera en medio de la nieve. Ella llevaba los víveres para hacer la cena en su casa, como cada noche desde hacía un poco más de un mes, cuando finalmente hicieron formal y pública su relación, considerando que eso no le hizo nada de gracia al padre de la mujer, no afectó en nada la actitud de ella para con él. Hinata finalmente plantaba cara a sus sentimientos y aunque estuvo muchos años enamorada de Naruto, se dio cuenta de que esa relación jamás podría ser. Y al alejarse de las misiones trabajando haciendo informes en el departamento de investigación, la muchacha encontró mucho más que consuelo para sus días tristes, sino también a alguien a quien amar y por quién estaba dispuesta a todo: Morino Ibiki.

    —Perdí las llaves —gruñó frotando sus manos heladas.

    —Sostén esto, por favor —le pidió ella amable entregándole la bolsa de víveres y buscó en su bolso la copia que le había dado, ingresando al hogar.

    Él entró y ella le siguió los pasos encendiendo la luz.

    —¿No eran importantes esas llaves? Tenían esa moneda…

    —Olvídalo. Sólo préstame tus llaves para sacar una nueva copia —le dijo acomodando todo sobre la encimera y luego, se quitó el abrigo, yendo directo a la chimenea a echar unos leños y encender el fuego para calentar la vivienda.

    Hinata no creía que fuera tan fácil como eso. Ibiki jamás habló de su padre hasta que le contó la historia de aquella moneda perforada que colgaba de su llavero. Él dijo que era una tontería que lo creyera su amuleto, aun así, siempre lo tuvo con él hasta ese día. Por eso mismo, no podía pensar que era una tontería.

    De todas formas, decidió no insistir con el tema y preparar la comida que, conociéndolo no iba a obtener una respuesta sobre eso. Hinata sabía lo difícil que era lidiar con aquel hombre y sus sentimientos ¡era un maldito muro cuando quería! E insistir no la iba a llevar a nada, como siempre, esperar a que se lo dijera era lo mejor. Aunque en este caso, su idea era otra.

    Hizo la cena como todas las noches y fueron a la cama juntos. Él quedó dormido casi apenas su cabeza tocó la almohada, más, Hinata tenía otros planes en mente en esa noche. Se levantó sigilosa, tomó rápidamente su abrigo y salió de la casa. Ibiki le había comentado más o menos por donde estuvo durante el día, así que ella decidió seguir su rastro, aunque… en la nieve, todo se dificultaba, pero con su Byakugan, algo, apenas un poco de la tarea se le facilitaba. Y fue caminando parsimoniosa buscando el objeto, haciendo una revisión exhaustiva del mismo… sin éxito alguno.

    Si quizás, no hubiese estado nevando, todo sería más fácil. Ya era medianoche y ella, se negaba a volver con las manos vacías, aunque se diera cuenta de que casi no aguantaba el frío. Se había abrigado así nomás, pensando que iba a ser mucho más sencillo, pero estaba buscando un objeto pequeño en kilómetros y kilómetros de tierra cubierta de nieve: había minimizado demasiado la situación, tristemente.

    ¡Pero no se iba a rendir! Estaba dispuesta a hallarlo así quedara congelada, no iba a volver a casa con las manos vacías.

    ******​

    Eran casi las tres de la mañana, Hinata estaba helada, pero aún seguía fuera, buscando en medio de la noche aquel preciado recuerdo sin éxito alguno. Ya ni siquiera se fijaba en lo que sucedía a su alrededor, había visto una moneda enterrada en la nieve y pensó que podría dar con el llavero y así, encontrar ese tesoro que tanto quería él, aunque jamás lo admitiera. Con las manos desnudas, pues, no llevaba guantes, comenzó a quitar la nieve sintiendo el dolor en sus dedos por el frío ¡y seguía nevando! Y ni eso la detuvo, estaba tan concentrada que no lo escuchó, ni cuando puso el abrigo en sus hombros, sólo hasta que sostuvo sus manos y la detuvo. Le colocó una bufanda amarilla con la que envolvió su cuello helado, luego, sostuvo sus manos, masajeándolas para mejorar su circulación y que el calor volviera a su piel: era un tempano de hielo.

    —¿Eres idiota o qué? —dijo con notable molestia en la voz— ¿Qué haces en medio de semejante nevada?

    —Q-quería… buscar tus llaves —respondió ella agachando la cabeza— y estoy cerca de hallarlas.

    —Cerca de una hipotermia estás —la arropó bien con el abrigo y ella, miró el agujero que había cavado con sus manos y luego, lo vio a él terminando de abrochar su ropa para que no sintiera frío. No pudo evitar pensar que Ibiki la cuidaba mucho, ya sea en el trabajo o fuera de éste, como si fuera de cristal. Y ella no podía molestarse por eso, por el contrario, le resultaba demasiado tierno ver a un hombre como él tan afligido por una mujer como ella y no pudo evitar sonreír, algo que no le pareció nada simpático a él en la situación en la que estaban—¿Tengo algo en la cara?

    Ella negó con la cabeza ampliando su sonrisa.

    —Creo que te ves muy tierno así.

    Él no supo si fue la mirada cálida de Hinata o el hecho de que jamás se había preocupado hasta ese punto por nadie que se puso rojo. Y nervioso, la tomó de la cintura y comenzó a caminar con ella en brazos evitando mirarla, evitando que ella viera ese peculiar gesto casi imposible en un genio de la tortura y la psicología como lo era él.

    Hinata se rio, no fuerte, pero lo suficiente como para escuchar un regaño de él de nuevo, volviendo al tema de que salió en la nieve por una tontería. En algún momento, podría decir que le importaba aquel amuleto, no era un tipo sentimental, pero sentía que debía tener algo que lo hiciera sentir más humano y menos ninja. Su generación había sido absorbida tanto por su trabajo que se habían olvidado de muchas cosas, al punto que no había más hombres detrás del ninja. Y él, había encontrado algo más por quien pudiera dar todo. Una jovencita de ojos malva y alma cálida, capaz de llevar luz a un sitio tan oscuro como el departamento de investigación y torturas: ella era su verdadero tesoro.



     
    Última edición: 29 Septiembre 2019
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  2.  
    Luix

    Luix Fanático

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    Ya había intentado antes leerte, pero ahora pude bien :0

    Lo primero que cruzó mi cabeza fue el impacto de que Hinata haya descartado ya rendida los sentimientos por el rubio torpe. Pero luego me sorprendió aún más que haya cambiado su rumbo hasta topar con Ibiki.

    Manejaste bastante bien sus personalidades, Hinata realmente me fue tierna al verla buscar desesperada y sin precauciones adecuadas las llaves de él. Además de que tampoco perdiste a Ibiki, incluso cuando se sonrojó por darse cuenta de sus actitudes.

    La trama es estupenda, y muy original diría, llamativa y al menos a mi, me hizo entretener hasta el final. De ortografía y demás, no tengo mucho que decir, me sumergí demasiado en el texto. Pero estaba bastante impecable.

    Ha sido un gusto.
    Saludos ~
     
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  3.  
    Pire

    Pire Usuario VIP Comentarista Top

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    Tus historias de IbiHina siempre terminando sorprendiendo por como a pesar de ser una de las parejas más crack que haya visto, lo adecuas de tal manera que las personalidades quedan perfectas, acordes a lo que el personaje en en esencia.

    Pensé por un momento que Ibiki realmente no había perdido las llaves, solo que le había dicho a Hinata eso por alguna razón pero bueno esa no era la parte relevante sino el gesto de Hinata de salir con el frío congelando su trasero una minúsculo llavero que podría estar en cualquier sitio. Algo realmente dulce t adorable de su parte, digno de la Hyuga.

    Un escrito bastante dulce, como Hinata busca algo tan preciado para él e Ibiki la cuida a tal grado de como si fuese a.romperse en cualquier momento

    Adorableee
     
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