Pecados Capitales.

Pecados Capitales.

Jelou, people. Santos me retó a hacer ésto, así que aquí está. Yo lo haré con las kunoichis y él con los shinobis. Es un conjunto de 7 drabbles con su respectivo pecado capital.
Disfruten~

Título: Pereza.
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Autor: Lady Analie.
Personaje: Temari.
Clasificación: K.
Advertencias: No usé beta.
Summary: Por primera vez en su vida, Temari disfrutaría "estar en sus días".

Pereza
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Gimió suavemente cuando escuchó al despertador avisándole la llegada de su hora de despertar, estiró su brazo con molestia y tanteó en su mesa de noche hasta encontrar el objeto que causaba su enojo. Con un golpe seco lo lanzó al suelo, haciendo que éste se rompiese y dejara de sonar su irritante alarma. Suspiró y volvió a acomodarse en su suave almohada de plumas dispuesta a conciliar el sueño nuevamente.



— ¡Temari! —mátalo, mátalo, mátalo. ¿Qué nadie respetaba el sueño ajeno?



La nombrada adivinó que su hermanito menor tenía ganas de morir a manos de ella; o, simplemente, le encomendaría alguna tarea. Nadie respetaba los días libres, sobre todo los de aquella joven trabajadora que no hacía más que intentar cumplir al pie de la letra sus deberes como embajadora. Hizo un sonido quejándose y se tapó la cabeza con uno de sus cojines.



—Muérete un rato, Gaara —murmuró buscando una posición cómoda para seguir durmiendo.



Escuchó el crujir de la escalera que delataban unos pasos acercándose peligrosamente a su habitación, decidió que seguiría descansando y después vería cómo reaccionaba instintivamente si alguien osaba tan sólo tocar su puerta. Por un segundo pensó que pasar tanto tiempo con Shikamaru había afectado notoriamente su comportamiento; pero aceptaba que estaba bastante cansada por el viaje de regreso a Suna.



—Temari, Gaara quiere que… —habló Kankurō entrando súbitamente a la habitación de su irritada hermana, pero fue interrumpida por ésta.



— ¡Largo ahora mismo! —gritó con histeria sorprendiendo al moreno.



Sin darse a rogar, el marionetista se marchó y cerró con suavidad la puerta. La rubia volvió a recostarse rezando por poder dormir un rato más. Estaba segura que, luego de ese grito, sus hermanos no fastidiarían por un momento.



—Olvídalo, Gaara —oyó que su hermano hablaba—. Temari está en sus días, así que no la pienso molestar.



Sonrió y se abrazó a la almohada. ¡Oh, sí! Por primera vez, iba a disfrutar estar en sus días. ​

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Espero ver lo tuyo, Santos ¬¬.
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