Patio norte

Emily Hodges

Correspondí al abrazo de Aika sin dudar, aunque en realidad era un poco difícil teniendo en cuenta que prácticamente me había envuelto con todo su cuerpo. A veces odiaba ser tan pequeña.

Asentí ligeramente con la cabeza, esbozando una sonrisa también. Preferí ignorar los pensamientos de que aun quedaba Mimi por delante y que dudaba mucho que nuestra relación volviese a ser como antes, porque quizás era hora de hacer frente a lo que significaba para nosotras nuestra relación. Por el momento, iba a disfrutar de aquella paz antes de que se desatase la tormenta de nuevo.

Me separé finalmente de ella, aún sonriendo, y le acaricié la mejilla antes de dejarla finalmente libre.

—Gracias, cariño.

Mis palabras, una vez más, fueron sinceras, pero antes de que la escena se alargase demasiado, le di un par de palmaditas cariñosas en la espalda, riendo.

>>Anda, vuelve a la mesa, ¿sí? Yo tengo una cosa más que hacer antes de volver a clases, así que si me disculpas~

Y haciendo una reverencia exagerada, me despedí finalmente de la chica y dirigí mis pasos de nuevo hacia el banco dónde había estado segundos antes. Recogí lo que me había quedado del almuerzo y, tras unos segundos de debate, saqué el teléfono de la falda y lo desbloqueé.

Ishikawa-senpai
¿Sigues con Anna en el salón de actos?

Tan rápido como escribí aquellos mensajes, volví a bloquear el móvil y lo guardé en su sitio, con las mejillas sonrojadas. E-era una emergencia, ¿v-vale?

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Que bueno que te lo leíste porque mira que me da tiempo a más softness (???

 

Había acabado yéndose sin decir una sola palabra. La cosa había sido divertida al principio pero luego... ¿Qué demonios?

No lograba conectar los puntos, pero de cierta forma sentía que lo que sea hubiera ocurrido en la enfermería era clave para comprender, bueno, todo. Como fuera, había sido jodidamente incómodo y, no iba a negarlo, estaba un poco molesto. Lo habían dejado pintado como una obra en exposición, y en medio de la cafetería, por todos los cielos.

Sabía que Anna podía ser un poco impulsiva, pero... nunca había ocurrido algo así.

Había salido de la cafetería y se puso a vagar por los pasillos sin demasiado rumbo. En cierto momento su móvil vibró y le echó un vistazo: había recibido un texto de un número desconocido.

"¿Sigues con Anna en el salón de actos?"

Bueno, dos más dos, bastante sencillo. La foto que llevaba sólo confirmó sus deducciones. Primero y antes que nada, la agendó y luego le respondió echando la espalda contra la pared.

No, se quedó en la cafetería con Sonnen-kun
¿Por?
Ah, y hola hola, Hodges-san~

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hey there uwu

 

Emily Hodges

Apenas y acabé de recoger mis cosas, el móvil vibró con la clara respuesta a mis mensajes. Inflé las mejillas, dejándome caer sobre el banco. No tenía que haber respondido tan pronto, a ver...

Encendí el teléfono y miré los mensajes con curiosidad. ¿Eh? ¿Con Sonnen-senpai? Pues entonces mejor no molestarla, uhm. Y bueno, de nuevo me sonrojé porque prácticamente podía imaginarme su rostro con ese último mensaje.

Si es que era tonta, solo le daba más motivos para burlarse de mí.

¿Eh~? Quería verla antes de volver a clase, pero mejor la dejo en paz~
Hola y adiós, senpai, gracias por tu ayuda :D

Bloqueé el teléfono pero, chasqueando la lengua con resignación, volví a encenderlo después.

Sigo en el patio, por si te has quedado solito y desamparado.

Si es que me ponía yo solita en la boca del lobo, ¿verdad?

 

Al final se había dispuesto a comer, luego de acariciar al gorrión. Vio a la castaña que se acercó junto a Emily y luego a esta segunda alejarse con Aika, ¿había pasado algo? No se enteraba de nada realmente, como era usual. En cualquier caso él no tenía por qué estar al tanto de cosas que no lo incluían y tampoco iba a ponerse a preguntar. En tanto las chicas tuvieran su charla tranquilas y arreglaran lo que sea que tuvieran que arreglar, pues él se quedaba tranquilo.

Dio un respingo cuando Verónica le habló de nuevo, dado que se había distraído bastante y asintió con la cabeza rápidamente, bajándose que tenía en la boca antes de responderle.

—Ah, sí. Mi primer día fue ayer —respondió con una sonrisa en el rostro—. Conocí un montón de gente divertida, entre ellas Izu-chan. ¿Tú Vero-chan, a qué clase vas? ¿Te está gustando la Academia?

Le iba a dar un venazo cuando se diera cuenta que la chica iba a tercero, eso sin duda.

 

Se mantuvo impasible en tanto leía lo que Emily decía sobre dejarla en paz. No iba a ser él quien abriera la boca sobre lo que probablemente anduvieran haciendo en la cafetería, o probablemente no, quién sabe. No se había quedado para confirmarlo.

Como fuera, estaba buscando el contacto de Anna para pasárselo a Emily cuando su móvil vibró con una nueva notificación. Volvió al chat, curioso, y soltó una risa suave tras leer el mensaje. ¿Solito y desamparado? Pero bueno, qué bicho le había picado.

Se sonrió, divertido, y le adjuntó el contacto de Anna.

Ahí te dejo el número de An-chan, por si quieres decirle algo~

Ignoró el resto a posta, mientras se guardaba el aparato en el bolsillo y enderezaba su camino de vuelta al patio norte. Decidió probar suerte en el banco donde habían almorzado y, bueno, hasta ahí llegó su búsqueda. Era agradable cuando las cosas le salían como las planeaba.

Se acercó por detrás, con las manos en los bolsillos, y se inclinó junto a Emily de un movimiento rápido y repentino.

—Hola —dijo, viéndola de costado y con todo el cabello color cielo cayendo hacia el césped.

Se irguió de inmediato y rodeó el banco para sentarse a su lado, risueño. Le echó un vistazo al patio antes de deslizar la mirada hacia Hodges.

—Tanto tiempo, Hodges-san~

 

Apoyó los codos en la mesa, para sostener su rostro entre sus manos mientras lo veía probar el bento con una ilusión casi infantil. En realidad solo la alegraba el hecho de que aceptara algo de su parte y bueno, claro, estaba esa preocupación por asegurarse de que comiera algo, por poco que fuese.
Soltó una risa suave al escucharlo hacer aquella pregunta y negó con la cabeza, a riesgo de quitarle el interés que había pretendido esconder.

—Lo hizo mi hermano. —El mismo que me alentó a ceñirme en patearte el culo en el club—. Pero bueno, si quieres que prepare algo para ti tampoco voy a negarme. A ver, ¿qué comidas te gustan, Shawn?

Había entrecerrado ligeramente los ojos, con cierto dejo de diversión reflejada en ellos. Una parte de sí disfrutaba de molestar un poco al albino, era evidente.
No era muy diestra en eso de cocinar, ciertamente, pero Richard podía ayudarla o incluso Kurosawa que también se le daba bien la cocina. No le importaba pedirle ayuda a un par de personas para prepararle algo que le gustara.

Era esa clase de tonta.

 

Emily Hodges

Guardé el número de Anna en cuanto vi que el chico me lo pasaba, escribiéndole un "gracias~" como respuesta. No respondió a los demás así que... simplemente volví a apagar el móvil y lo guardé en la falda.

No mucho después, como había supuesto, escuché su voz y distinguí la cabellera cian apareciendo de la nada. Y mira que si bien una parte de mi se lo esperaba, no pude evitar dar un pequeño respingo al verlo.

Me tranquilicé en lo que el chico se sentaba en al banco y le dirigí una mirada de soslayo.

—Anda, senpai~ No me digas que ya me echabas de menos~

 

Murmuró un suave "¿hmm?" al oírla hablar y echó la cabeza hacia atrás, de brazos cruzados, bajando los párpados un momento para disfrutar de la brisa y la calidez del sol sobre su piel. Sin perder la sonrisa un instante entreabrió un ojo, echándole un vistazo a Emily, y chocó suavemente la rodilla con la suya para captar su atención.

—Así que —murmuró, irguiéndose un poco—, ¿cuento contigo para mostrarme el invernadero~? —Ladeó apenas la cabeza, risueño—. Después de clases.

 

Emily Hodges

Acabé por girar todo el cuerpo para mirarlo en cuando noté que llamaba mi atención con la rodilla. Subí así una piernas doblada en el banco y apoyé las manos en el espacio que se había creado, por encima de la falda, mirándolo con la cabeza ladeada.

—¿Eh? ¿Qué clase de pregunta es esa? —solté en un tono de queja infantil, frunciendo el ceño—. Me comprometí a hacerlo, ¡y yo siempre cumplo mis promesas!

Relajé mi expresión después, aunque acabé por apartar la mirada algo avergonzada, centrándome en las personas que seguían por la zona intentando aprovechar lo que quedaba de descanso.

>>A-además... tengo que agradecerte de alguna manera lo de esta mañana...

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El invernadero y lo que quieras, guapo ;) (????

 

Repasó sus movimientos sin mucha precisión, como quien no quiere la cosa, y asintió, animado.

—Estoy seguro que sí, Hodges-san.

En cuanto detectó el titubeo en su voz, enfocó un poco más su atención en ella y, sin perder la sonrisa, se hizo el tonto. ¿Agradecer? ¿Lo de esta mañana?

—¿Hmm? ¿Qué cosa~?

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chale shitty post sowwy

 

Emily Hodges

Volví a fruncir el ceño, girando la cabeza de manera algo brusca. Inflé las mejillas y acabé por volver a colocarme mirando al frente, cruzándome de brazos.

—Hmpf, nada, da igual...

Seguí enfurruñada un par de segundos, porque estaba segura que sabía a lo que se refería pero él nunca bajaba la guardia, ¿no? Hasta que al final decidí quitarle importancia y volví a relajarme.

>>¿Qué tal lo del baile? Supongo que al final el senpai sí ha entrado al club, ¿no?

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¿A mi me hablas de shitty posts? (?)

 

Algo de sangre le subió al rostro cuando le guiñó el ojo, pero fue tan tenue que realmente podía pasar porque el sol de la tarde que llevaba ya recibiendo desde hace rato le había enrojecido las mejillas.

—Vale, me lo anoto~ —dijo en respuesta a lo de la comida. ¿Debilidad por los dulces? Bueno, normal por decir lo menos. No había nada como un buen postre, aunque ella misma ya se estaba echando el azúcar de la semana con esos dorayakis.

Lo vio recostar la cabeza en la mesa, con los brazos como apoyo, y cuando cerró los ojos no pudo contener el impulso. Estiró la mano y le dedicó una caricia en el cabello, fue breve, apenas para no quedarse con las ganas.
Regresó la mano a su espacio y alzó la vista al cielo, absolutamente despejado.

—Tampoco es que sea muy quisquillosa, en casa cocinan de todo y pues a veces Richard se inventa cosas raras. Agradece que ese bento era normal. —Sonrió para sí y lo siguiente lo soltó casi en un murmuro, regresando la vista a la mesa y a sus dos acompañantes—. Pero hombre, a veces no hay nada mejor que un tazón de arroz con pescado fresco.

 

La dejé hacer mientras se enfurruñaba. Siempre conseguía molestarla, incluso con las cosas más simples, y ciertamente no perdía el encanto. Al menos de momento.

Le presté mayor atención cuando se recompuso y me preguntó sobre el baile en el salón de actos. Las imágenes de Anna y Daute bailando destellaron frente a mis ojos y me arrancaron una sonrisa algo distante. La enana estaba preocupada sobre Emily, ¿no? Bueno, sobre Altan también pero... eso ya parecía haberlo sorteado. O algo así.

—Así es, bailaron muy bonito y Anna estaba muy contenta. —Me recosté en el espaldar, relajando el cuerpo, y solté el aire con calma—. Tú también ibas a formar parte del club, ¿verdad?

Nunca me involucraba, ¿no? No, no lo hacía.

—Bah, al menos creo que An-chan cuenta con eso.

Pero era Anna.

 

Emily Hodges

—Hm~

Jugueteé con la tela de mi falda al escuchar su respuesta, con una pequeña mueca. En realidad me hubiese gustado verlo, se notaba que era algo que a Anna le gustaba hacer y seguro que lo había disfrutado, pero de alguna manera sentí que haberme quedado era lo correcto.

Le dirigí una mirada de reojo y la mueca rápidamente pasó a ser una sonrisa ligera. ¿Acaso estaba preocupado? Claro que sí, Anna era su amiga también, ¿verdad? Desde antes que todos nosotros, de hecho.

Con ligereza me dejé caer hacia el lado, hasta depositar mi cabeza sobre su hombro, con los ojos cerrados y una expresión serena. Solo abrí un poco un ojo para mirar su reacción de reojo antes de volver a cerrarlo con rapidez.

>>Ya te lo he dicho, senpai, siempre cumplo mis promesas~ —dije, en voz queda—. Aunque espero no tener que pasar una prueba de acceso también, que entonces no me deja entrar~ —añadí, con una ligera risa.

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Gigi: si alguien se le acerca demasiado igual se me paniquea
Gabi: que le aviente a Emi encima dice

 

Realmente no me importaba que ciertas emociones se filtraran a través de mi máscara, nunca me había avergonzado querer a quienes quiero. Pude adivinar por el color en la sonrisa de Emily que había adivinado mis intenciones y sólo le devolví la mirada con calma. Sin embargo, sentí una especie de descarga que logró tensarme el cuerpo en el preciso instante que Hodges se echó sobre mi hombro. Giré la cabeza hacia los edificios de aulas y me rasqué apenas la nariz, manteniendo mi mano allí apenas más tiempo del necesario.

—Eh, no creo —susurré, tomándome un momento antes de volver mi vista hacia Emily; lo hice un instante, de todos modos, antes de fijar mis ojos al frente—. Se puso idiota porque el muchacho tenía toda la pinta de saber lo que hacía. Y aunque te molestara, jamás te negaría el acceso al club.

Liberé el aire por la nariz y me permití sonreír.

—Está muy ilusionada por compartir algo con sus amigas, es... importante para ella.

Estúpidamente importante.

 

Emily Hodges

Una sonrisa satisfecha se me plasmó en los labios cuando noté su reacción. Había sido sutil pero yo también era buena para darme cuenta de las cosas, sobre todo si eran ese tipo de cosas.

De todas formas, pronto la sonrisa se tornó una enternecida cuando siguió hablando de Anna y acabé por abrir los ojos, observando los pétalos de cerezos aún cayendo.

—¿Sabes? Me hace muy feliz saber que me considera su amiga hasta ese punto, teniendo en cuenta que nos conocemos de hace... dos días —admití, con una risa ligera al final—. No sé lo que le ha pasado antes de venir aquí pero sé que es una buena chica y me gustaría que lo supiese, y que sea feliz. Si el club es importante para ella, no lo rechazaría por nada del mundo.

Suspiré y me incorporé de nuevo en el banco, no queriendo incomodarlo más de lo necesario. Extendí el brazo hacia delante con los dedos cerrados en un puño a excepción del índice y, para mi sorpresa, un pétalo acabó por caer en la punta del mismo, provocándome una sonrisa ilusionada.

>>¡Mira! ¡Ha caído justo aquí!

Movida por un impulso infantil, volví a inclinarme hacia él para dejar el pétalo sobre su nariz, separándome después con una risa divertida.

>>Anda, te queda bien el rosa, senpai~

 

Solté una risa suave tras oír lo primero que dijo, la vibración se acompasó a la risa de Emily y pensé que había sonado bonito. Luego enfoqué mi atención en ella mientras seguía hablando y una sonrisa genuinamente enternecida curvó mis labios.

—Es de encariñarse rápido, le pasa siempre con los gatos —resolví, liviano, y ladeé apenas la cabeza—. Tú también eres una buena chica, Hodges-san, y me alegra saber que Anna puede contar contigo. Espero que lo sepas.

Luego detallé sus movimientos en silencio, vi cómo extendía el brazo y alcé las cejas, sorprendido, cuando el pétalo de cerezo se meció hasta depositarse justo en la punta de su dedo. Un relámpago de confusión me cruzó el rostro al verla inclinándose hacia mí y me quedé duro por puro reflejo, para que el pétalo no se cayera. Por la misma razón me contuve la risa y lo observé, poniéndome bizco, antes de enfocar el ámbar sobre el púrpura de Emily.

—Si no se me cae por veinte segundos más, me das algo —resolví sin mayores complicaciones ni espacio a réplicas, con el tono suave e inocente de siempre.

¿Que qué cosa me daría?

Dependía de ella.

 

Emily Hodges

—¿Me acabas de comparar con un gato?

Intenté sonar molesta al hablar pero lo cierto es que la expresión del chico al seguirme el juego era demasiado divertida y no pude esconder las carcajadas de genuina diversión cuando me miró con los ojos bizcos.

Rápidamente saqué mi móvil y coloqué un temporizador de veinte segundos, así como había dicho, dejando el aparato entre ambos con la cuenta hacia atrás.

>>¿Darte algo~? —repetí una vez conseguí calmar un poco las risas y pude hablar con algo de normalidad—. Eso suena demasiado general, senpai, podría darte algo malo también si no eres más específico~

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Aika, viendo que lo que Emi tenía que hacer era ligarse a Ko: am i fucking joke to you? (???

 

Su pregunta me hizo la gracia suficiente para echarme a reír, pero logré concentrarme en mi labor de mantener el pétalo en su lugar. Acababa bizco de tanto en tanto por la mera inercia de chequearlo, aunque apenas y respiraba.

Realmente, sólo habría necesitado una brisa de nada para perder. Pero nunca perdía una apuesta, ¿verdad?

Escuché todo lo que me dijo y una sonrisa juguetona se dibujó en mis labios ante la incapacidad de hablar. Aguardé y aguardé, con la templanza digna de un budista, hasta que la alarma del temporizador comenzó a sonar y mi sonrisa se estiró un poquito más, apenas hacia el costado. Triunfante, recogí el pétalo entre dos dedos y me giré hacia Emily, flexionando una pierna sobre el banco, para depositarlo esta vez sobre su nariz.

—Puedes darme algo malo, si así lo prefieres, Hodges-san —susurré, apoyando ambas manos en el espacio libre entre los dos para inclinarme hacia ella—. Depende de ti~