Exterior Patio frontal

Al final prácticamente había terminado dejando al chico en cuestión por su cuenta al no obtener ninguna respuesta de su parte, quizás porque en sí no había ninguna respuesta y él mismo lo sabía o algo similar, dirigiéndose a clase no sin antes recordarle en caso de que realmente lo necesitara por la clase de pregunta que le había hecho, que su salón estaba en el tercer piso y debía ingresar al aula que le hubieran indicado.

Fuera de eso no sentía que pasara algo muy interesante durante el resto de las clases si decidía ignorar el hecho de que seguían llegando estudiantes como si no importaran todo lo que ya llevaban en cuanto a teoría y apuntes, pero, sabía que el dinero era capaz de hacer que todo pasara y muy seguramente fuera el caso de varios. Tomó su cajita de bento, su botella de té y se dirigió hacia el patio frontal aprovechando que tampoco era un lugar demasiado popular entre muchos estudiantes para comer, sentándose en una de las sombras que hacía el edificio por el lado de las barras blancas de la entrada.

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Post medio meh, pero, listo uvu Insane

 

Sorprendería lo sorda que podía hacerme para continuar acercándome a las personas, si ya con Alek había perdido el miedo a todo en realidad, así que poco me importó lo que dijo en los casilleros el chico que identifiqué en lo que caminaba por el patio frontal con destino al patio del norte, en donde habíamos almorzado con Jez el día pasado. Debía darle las gracias igual a ella porque el jugo de manzana, aunque Hal nunca se lo dijese probablemente por lo desconfiado que era... sino fuese por la bebida probablemente el bobo hubiese seguido derecho sin comer absolutamente nada más que beber algo de agua.

Porque bueno, su madre le había llamado esa mañana.

Y cuando su madre llamaba nunca era para preguntar si estaba bien.

Pestañeé entonces en lo que cambiaba mi caminar, con mi almuerzo entre manos. Aaron sino mal recordaba, comiendo solo y eso, pues hoy tampoco tenía con
quién comer así que le haría compañía~

—Baby, eh, es decir, Aaron —le molesté divertida, sentándome a una distancia prudente sobre el césped, también bajo las sombras de las barillas de entrada—. Este sitio se ve muy solo, no sé, algo triste comer por acá escondido así que te fastidiaré un poco en lo que almorzamos —dejé la botella de agua entre mis piernas—. ¿Pudiste ayudarle al chico de los casilleros?

 

Un largo y pesado suspiro salió de sus labios cuando escuchó aquel molesto apodo resonar por el patio, ignorándolo lo máximo posible incluso luego de ser corregido hasta que notó que la trayectoria de la chica no iba a cambiar en ningún momento y su destino era, sentarse allí con él como si el resto del patio no estuviera disponible, como si no pudiera estar comiendo sola por alguna razón.

Y no era en lo absoluto su culpa ese detalle.

—Si te parece tan triste te invito a que te largues a buscar otro lugar y a otra persona que fastidiar —No quería comer rápido solo para salir de allí, no cuando sabía que eso no engañaría a su estómago a sentirse satisfecho y que, de igual forma, seguro era capaz de seguirlo haciendo que perdiera dos veces en ese sentido —, ni siquiera él sabía qué quería, con buscarlo te cumples la nueva compañía y un nuevo lugar donde estar, es la mejor idea.

Abrió la tapa de su caja de arroz para sacar sus palillos y suspirar nuevamente, ya era tarde para no haber buscado otra compañía o simplemente comer en el aula.

 

Destapé mi bento como si la grosería de sus palabras no fuesen más que hojas desprendiéndose de los frondosos árboles, observando el almuerzo que había preparado esta mañana. Acababa de mercar la noche anterior así que estaba algo emocionada en lo que observaba los pulpitos de carne, las veruras, el arroz y trozos de fresa como porción de fruta.

—Dicen que si hablas con mucho desdén alejarás a la gente~ —comenté con una sonrisa suave en el rostro, mirando su almuerzo ahora.

Tenía solo arroz, los palillos en la mano y ningún otro bento en el que quizá guardase el resto de su almuerzo, volviendo la vista al mío en lo que me recogía el cabello en una coleta alta para evitar que alguno se desprendiera y fuese a caer en mi comida.

—¿Quieres probar? Hice el intento de cocinar con una nueva salsa de soja, algo de un comercial y eso —sujeté uno de los pulpitos para extendérselo—, y tú pareces Japonés, así que me gustaría saber tu opinión; no hay nadie más cerca y no me levantaré a buscar a otro cuando estás aquí~

¿Una forma de compartir ajustándome a que parecía gruñir por solo hablarle? Un poco sí, pues por cuenta propia sabía que era el tener de poco a nada en la nevera, y cuando tenía y alguien no pues no dudaba en ofrecer aunque no les cayera bien.

 

Alzó una ceja incrédulo de sus palabras,, ella venía hacia él diciéndole que le iba a fastidiar, llamarlo por el molesto apodo y además criticar el lugar donde planeaba comer pero sugerirle de forma algo más directa que podía estar con alguien más en un lugar mucho mejor era hablar con desdén, ¿en qué parte estaba siendo de alguna forma el malo de la situación?

—Debe de ser una vil mentira cuando sigues aquí —Llevó el primer bocado de arroz a su boca con un tono ligeramente más molesto —, a menos que te guste que te hablen con desdén o algo para ser la excepción a la regla.

Y esperaba que no le diera la razón en eso, porque en voz alta, sonaba hasta raro para él.

—No seré tu experimento a un intento de cocina, esto es más que suficiente y, si hicieras caso a mi consejo, si tendrías alguna otra persona para que te de su opinión.

Dejó su bento sobre sus piernas momentáneamente para poder abrir la botella de su té, quizás eso combatiría lo amargo de su situación.

 

Me sonreí apenas ante su respuesta, si es que se me hacía un chico de lo más tierno como pataleaba por alejarme sin saber que eso solo me haría comer lo más de tranquila a su lado. Me acomodé los mechones que por lo lacio del cabello quedaron alrededor de mi rostro pese a la coleta alta.

—Me gusta hacer compañía a los chicos reacios, lo siento~ —murmuré risueña, ladeando ligeramente la cabeza ante el rechazo de la comida. Bueno, parece que mi movida no había surtido efecto así que relajé mis hombros como si nada, regresando mis pupilas lavanda al pulpito de carne.

Me lo llevé a la boca entonces, masticando al saborear lo que había preparado aquella mañana.

—Está rico —comenté elevando ligeramente las cejas, sujetando ahora una porción de verduras para comerlas con parsimonia, continuando la plática sin mirarlo realmente—, el "experimiento" salió bien, ¿ahora si probarás?

 

Bufó negando con suavidad su cabeza, por supuesto que le iba a gustar hacerle compañía a las personas que no querían una, tan siquiera sabía ya que eso de respetar deseos no era algo que fuera a ser contemplado por ella en un futuro cercano —¿Entonces tus gustos tienen que estar por encima de la otra persona? —Preguntó antes de volver a dar otro bocado a su bento, al igual que ella tampoco la estaba mirando en lo absoluto, en ese momento su arroz era lo más interesante que tenía en el paisaje.

Y mientras ella se mantuviera allí dándole su espacio sabía que podía estar algo más tranquilo.

—Dije que no, estoy bien con mi comida así que tu también solo disfruta la tuya y come en silencio si ya vas a estar aquí en contra da mi voluntad.

 

Pero si ya me veía que a diferencia de Alek que soltaba improperios a diestra y siniestra, Aaron hacía la discusión interminable, y yo de lejos era una obsesa por tener la última palabra, eso lo había aprendido en el trabajo a las malas así que tan solo me limité a sonreír con liviandad, sintiendo el césped en mis piernas al moverlas ligeramente mientras bebía algo de agua en lo que éste volvía a rechazarme.

Mira que podía ser bastante pesada si me lo proponía, y viendo que el tonto tenía únicamente arroz pues como no ofrecerle de lo mío.

—Hace un buen clima —cambié el tema esperando que dijese cualquier cosa para sujetar uno de los pulpitos y colocárselo dentro de su bento en lo que me corría rápidamente lejos de él sin aún levantarme del suelo, alejándome hasta un poco más para evitar que me lo fuese a devolver—. No tienes que comerlo, pero tampoco vayas a tirarlo, hay mucha gente muriendo de hambre como para botar la comida —comenté continuando con mi almuerzo.

 

A ese punto realmente parecía que si no volvía a conectar mirada con ella su presencia simplemente desaparecería aunque eso solo implicara verse el uniforme, el suelo, su bento, el té cuando lo tomaba para no sentir que su garganta lo necesitaba para pasar lo único que estaba comiendo en ese momento. Ya sabía en sí que su comida ni siquiera era apropiada para un japonés promedio y que la misma pereza de levantarse para buscar otro lugar pudiendo correr el peligro de ser seguido lo hacía tener que aguantar la caridad de la chica le estresaba bastante.

—Supongo —Contestó por mero reflejo, frunciendo el ceño de repente cuando apareció aquel punto colorido en el bento y luego soltarle semejantes comentarios sobre no desperdiciar comida. Se limitó a solo tomarlo con los palillos y dejarlo en el hueco del arroz que ya se había comido y no tenerlo en lo que le quedaba —, ¿haces muy seguido esto de ignorar las peticiones de la gente sobre algo? Si no te estoy pidiendo tu comida, no me la des como si eso fuera a solucionar lo que sea que crees que este pasando.

>> Para de una vez y come en paz.

 

Algo de gracia me hacía el que logré cambiarle el tema tan rápido, pasando de todo su discurso para responder con una suposición. Agradecía realmente que no estuviese lloviendo, almorzar dentro del instituto no era algo que me gustase en realidad, en cambio ahí afuera con la suave brisa del viento, los rayos del sol y la cantidad de vegetación se disfrutaba más.

—¿Qué tal te va en las clases? —cuestioné así de la nada mientras seguías masticando, cubriéndome los labios con el dorso de la mano—. ¿Tú trabajas o algo?

Ya le había dado un pulpito, y dudaba que se lo comiera hasta el final en que yo me marchase, porque si lo dejaba ahí se dañaría en cuanto llegase a casa y sería tirarlo a la basura, justo lo que le dije que no hiciese, así que esperaba y mis matemáticas no fallasen en esta ocasión.

 

Y allí iba a de nuevo a ignorar por completo sus opiniones y ni siquiera sabía como se sentía al respecto.

Tenía más que claro que ella solo quería la interacción de la forma que más oportuna le parecía, nada le costaba responder porqué no estaba respetando las cosas que le decía como si ella tuviera más derecho de hacer lo que se le diera la gana aunque eso le importunara, solo le estaba hablando al jodido aire.

Casi se sentía como con los Yume cuando parecía que no existía si no estaba haciendo las cosas que querían.

Suspiró dejando caer la cabeza hacia atrás, apoyándola contra la pared por unos segundos antes de reincorporarse y tomar un trago largo de té —Me va bien en las clases porque es lo único que hago por suerte —Contestó algo más monótono, dando otro bocado a su arroz y probablemente en unos minutos más ya terminaba con aquella cajita —, si quieres responde de una vez tus preguntas.

 

No es como sino me importase sus quejas ni mucho menos, bueno, quizá si me importaba poquito, pero vamos, que sino la gente como él nunca tendría a nadie cerca y no podía parecerme por demás aburrido y solitario por ahí derecho, así que me limité a seguir terminando mi almuerzo hasta dar por fin con los trozos de fresa que no tardé en comer en lo que éste me respondía.

No supe muy bien por qué pero imaginé que trabajaría o algo, sin embargo no era así. Me reí entre dientes al tener que responderme mis propias preguntas.

—Las clases bien, quizá no las disfruto como otros pero es llevadero —me terminé mi botella de agua en lo que me daba una pausa—. Y sí, trabajo y eso medio tiempo en horario nocturno, no es tan divertido como quisiera pero al menos se escucha buena música.

 

Terminó asintiendo de manera automática a lo que le decía aunque realmente no era algo que le interesara demasiado, eran respuestas muy generales a decir verdad y hasta le parecía obvio que no las disfrutara mucho con su condición de extranjera pero, tampoco es que fuera a hacer algo al respecto si su respuesta fuera a ser negativa.

—No creo que un trabajo de estudiante sea divertido de igual forma —Cerró su bento, dejando en efecto aquel pulpo que le había dado dentro junto con sus palillos para luego también terminarse su té y poder iniciar a levantarse de su lugar —, voy a irme yendo ya con suerte tienes a alguien más que molestar y me dejas el resto del receso tranquilo.

Sacudió un poco su uniforme para quitarse la tierra de encima antes de iniciar a caminar hacia el edificio nuevamente, probablemente de vuelta a su salón.