Pasillo (Tercera planta)

Kouchii, como el bueno Kouchii que era, me vio incluso desde la considerable distancia que nos separaba en el pasillo y, por supuesto, me devolvió el saludo; podía haber sido un detalle nimio, pero lo cierto era que también había contribuido a mi buen humor posterior. No pensé que hubiera sido un gesto muy relevante, pues no me di cuenta para nada que tanto Joey como Alisha se quedaron mirando el intercambio, pero no pasó mucho tiempo hasta que el chico lo mencionó, aprovechando que (casualmente) la muchachita que estaba por ahí con Kou era de nuestro grupo. A mí tampoco me pasó desapercibido el comentario que Joey hizo sobre el tal Sakai y la rubia aquí presente, provocando que también la mirase con cierta diversión plasmada en el rostro.

—I was just doing my duty as a senior~ —fue toda su justificación, encogiéndose de hombros como si no fuera nada importante, y me sonreí con gracia antes de volver a centrarme en el moreno.

—Uhm... puedo hablar con mis padres. No están aquí ahora mismo, pero seguramente alguno pueda venir para la entrevista sin problema —ofrecí, junto a una sonrisa pequeña, y no pude evitar echar un nuevo vistazo sobre mi hombro hacia el par que acompañaba a Kou—. ¿Deberíamos aprovechar que está ahí y hablar con ella también? Con la chica de nuestro grupo, digo —cuestioné en dirección a Joey, ladeando apenas la cabeza.

—¿Acaso quieres interrumpirles la cita, Riachuelo~?

—¡No tiene pinta de ser ninguna cita! —me defendí, prácticamente al segundo de haber escuchado la acusación de la otra chica, y no pude evitar inflar un poco las mejillas antes de dejar salir un suspiro pesado—. En ese caso... ¿te podrías encargar tú de hablar con los demás, Joey? Ya que están en tu clase... y tenías mi número, ¿cierto? Me puedes escribir con lo que sea y yo aviso a mis padres para que vengan, si al final nos quedamos con ellos. ¿Te parece bien...?

Por supuesto, esa última pregunta la añadí con una buena dosis de ojitos para convencerle a hacer todo el trabajo sucio.

 

La justificación de Ali fue tan obvia e innecesaria como hilarante, y me tomé la libertad de soltar una buena carcajada.

—Tus senior duties implican mostrarle la escuela, Ali-chan, no otras cosas —respondí, con toda la diversión aún colada en la voz.

Respecto al proyecto... Riamu mencionó a sus padres, señaló a Diekmann y propuso de llamarla. La estupidez que soltó Alisha se me había ocurrido a mí también, sólo que quise ser bondadoso, por lo que ver la predecible reacción de la otra pobre criatura me dibujó una sonrisilla en los labios. Me guardé las opiniones y alcé una mano entre nosotros cuando empezó a pedirme cosas como si fuera el mayordomo. Y no, los ojitos no le iban a servir. Era inmune a los ojitos. ¿Tenía idea a cuántos ojitos me había expuesto a lo largo de mi vida? No, señor, aquí estábamos hablando de negocios.

—Hold up, darling, hold up. Ni siquiera sé a qué se dedican tus padres —destaqué, divertido, y crucé los brazos sobre el pecho—. Y aquí en Wickham Interviews nos tomamos muy en serio nuestra labor, ¿sabes?

Creía recordar que se dedicaban al entretenimiento, o a la moda, o a la televisión, o al cine... pero, claramente, mi idea era demasiado ambigua.

La conversación telepática que estuvieran manteniendo estos dos me era bastante indiferente, más allá de los indicios que notara por la simple tragedia de llevar un par de ojos funcionales en la cabeza. Intuía que Eda estaría bastante entretenida con toda la situación, caso opuesto ya se habría retirado, y los dejé sacar las conclusiones que quisieran respecto a mi tío. ¿Había sido imprudente de mi parte proponerlo como entrevistado? Quería creer que sabría comportarse. Ya era un hombre adulto.

Diekmann habló de su grupo, y justo un instante antes de nombrar a Riamu noté que, más allá de ella, la chica saludaba en esta dirección desde la puerta de la 3-3. Fue fácil distinguirla, quería decir, era como un pastelillo andante con ese color de pelo. Esbocé una sonrisa ligera, aún si la distancia no permitiera discernirla, y alcé la mano junto a mi cabeza un par de segundos para corresponderle el saludo.

—Pues sí, la conozco. Está justo ahí, de hecho, y... —Afilé un poco la vista y regresé a Eda—, parece que te estás perdiendo una muy valiosa reunión de grupo.

El tipo era Wickham, si no estaba errado, así que las piezas encastraban. En cualquier caso, también mencionó a un tal Kylian que no conocía de nada y regresó a mí con una chispa de diversión. Su respuesta fue certera, se lo iba a conceder, y reflejé su gesto, ladeando ligeramente la cabeza.

—Suena a desperdicio, ¿no crees?

 

—En ningún lado de mi contrato pone esa especificación, honey —me quejé ante el comentario de Joey, simple y llanamente porque quejarse todavía era gratis en este maravilloso país.

Sea como fuere, ellos estaban ahí reunidos para hablar de su proyecto, así que ese fue el tema que acabó tomando más protagonismo en su conversación. Podía parecer que me molestaría estar tan obviamente haciendo third-wheeling con los tortolitos aquí presentes, pero nada más lejos de la realidad; me estaba divirtiendo bastante escuchándoles hablar y dejando caer algún que otro comentario afortunado cuando el timing lo requería.

Joey se estaba portando bastante bien con ella, fuera por el motivo que fuera, y mira que era una misión complicada, con lo fácil que nos lo estaba poniendo la pobre niña cada vez que abría la boquita. Aun así, el muchacho levantó la mano para pararla cuando empezó a encargarle no sé cuántas cosas, y yo no pude hacer nada por evitar la risilla que se me escapó con ello, pues Riamu se mostró genuinamente sorprendida por el gesto en cuestión.

—Ah... lo siento —murmuró, y me dio la sensación de que algo de rubor se le subió a la mejillas, posiblemente porque el asunto sí que le dio algo de vergüenza—. Mi padre es director de cine, así que imagino que debería servir para arte, ¿cierto? Y mi madre... huh, hace muchas cosas. Técnicamente es una empresaria, hizo la carrera y todo, así que podríamos preguntarle para economía.

—¿En serio? That's really cool, Ri-chan —solté, algo sorprendida por la revelación, y me incliné para picarle la nariz un poco porque sí—. ¿Nos dejarías pedirles fotos autografiadas para venderlas? We could make a fortune!

—Para eso la mejor sería mi madre —cedió ella, tras dejar salir una carcajada de clara diversión—. A veces también modela, así que seguramente la reconocerán más fácilmente. Y bueno, señor entrevistador... ¿tiene usted más preguntas~?

Well, at least parecía que se le había pasado la vergüenza de antes.

 

—Which one, Alibee? Your hoe contract? —le repliqué a Ali al instante de su queja, con la tranquilidad de cualquier descarado sinvergüenza.

Que Riamu se avergonzara tanto cuando dos segundos antes había estado poniéndome ojitos como otra descarada sinvergüenza me hizo gracia y también me hizo preguntarme si no sería otra niña mimada de las que había por aquí, de esas que no habituaban recibir negativas por respuesta a sus encantos. La idea me hizo su debida gracia y me limité a recibir la información que había pedido. Podría haberme esforzado por calmar su preocupación activamente, pero ¿para qué?

La caridad tenía un límite, ¿no?

Su padre resultó ser director de cine y su madre empresaria, por ponerlo simple. Ali le picó la nariz y su idea de los autógrafos me arrancó una risa floja mientras desenredaba los brazos, regresando las manos a los bolsillos. Tenía su punto, eh, me gustaba esa mentalidad de tiburón. Su intervención pareció terminar de relajar a Riamu, o al menos me dio esa sensación, y meneé la cabeza con calma.

—Me gustaría entrevistar a tu papá, suena bastante interesante y catchy. Por desgracia vivimos en democracia. —Mi tono no cambió pese a haber dicho eso, giré el rostro hacia el grupo de la 3-1 y tomé aire—: ¡Diekmann! ¡Ven aquí!

Debieron escucharme hasta en el segundo piso. Inmediatamente después me pegué a la cara una sonrisa bien inocentona y aguardé.

 

Con mi llamado a Diekmann noté que su grupito de tres se disolvía luego de que los tíos hicieran algo con sus móviles. Shinomiya le sonrió a Eda y miró en nuestra dirección un instante, sólo un instante antes de darse la vuelta y regresar a nuestra clase. En cualquier caso, la niña primero saludó a Ali-chan y pensé que, normal, ¿sabes? Los artistas tendían a apreciar mucho a sus musas~

—Te solicitábamos —acordé, en un tono más bien caballeresco—. Ri-chan y yo estábamos hablando del proyecto y me ha dicho que su padre es director de cine y su madre, bueno, para resumirlo es empresaria. Pensé que entrevistar a su padre podía ser divertido y bastante original, dudo que haya muchos directores de cine por aquí. Y, como estabas tan cerca, naturalmente quisimos tu opinión.

¿Y el teatro de lord inglés de dónde salía? De los cojones, obviamente.

—In any case, nos queda muy poco tiempo. —Saqué el móvil de mi bolsillo y se lo extendí a Diekmann junto a una leve inclinación; aproveché la cercanía para sonreírle y bajar apenas el tono—. ¿Me dejarías tu número, preciosa?

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qué mess de interacción, me encanta JAJAJA

seguro es mi último post con Joey, ofc. Me tomé la libertad de resumir desde acá lo que hizo Kou yyyy gracias a ambas, i enjoyed it <3

 

—Mhm~ —fue toda la respuesta que le di a Joey por su pregunta, prácticamente dando por finalizado el asunto cuando apoyé la barbilla sobre su hombro y le dejé un beso en la mejilla... o más bien cerca de la comisura de sus labios.

Por lo demás, les dejé bastante en paz a la hora de hablar de su proyecto, solo metiendo el hocico cuando consideraba que no estaba interrumpiendo nada demasiado importante. La estupidez de las fotografías autografiadas la había dicho un poco por decir, pero oye, Joey y yo no las teníamos que apañar de alguna manera en aquella escuela llena de pijos, y a veces era demasiado difícil no intentar aprovecharse de ellos.

Joey eligió al padre de la muchacha como su opción preferida (algo que me sorprendió un poco, debía admitir, pues pensé que intentaría aprovechar para conocer a una posible MILF), y justo después gritó en medio del pasillo para llamar a Eda, lo que logró sacarme una risilla divertida por lo repentino del gesto. La muchacha se acercó, dedicándome una sonrisa que no dudé en corresponder, y Joey la puso en contexto con lo que habían hablado; todo fue relativamente bien hasta que vi cómo se aprovechaba de la situación para pedirle el número de teléfono a Eda.

>>Huh, ¿te lo puedes creer? Right in front of our salads —me quejé en dirección a Riamu, en un murmullo que sin embargo procuré que Joey pudiera escuchar—. Y yo que pensaba invitarlo a mi casa esta noche... ahora ya no quiero. Wanna hang out with me instead~?

—Sí, claro —me contestó, no sin antes haberse tomado su tiempo para reírse por toda la situación que había montado—. Mientras tanto... —añadió, alzando la voz al dirigirse hacia los otros dos—. Me adapto a cualquier cosa que el grupo elija. Mi padre puede venir en cualquier momento, así que nada más me decís lo que decidáis y yo me encargo de todo~

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por aquí también cierro con las niñas uwu it was a real pleasure, like always, rolear con mI HUSBANDO WHICH I LOVE SO DEARLY, so thank you for that, honeybee <3

 

El almuerzo acabó siendo realmente entretenido, lo que me hizo considerar aquel lunes como un inicio de semana más que bueno. La cara mala de aquella semana era que ya no iba a poder alargar lo del proyecto más tiempo, especialmente cuando tenía a Kashya recordándomelo de cada vez con más insistencia; ella era una para hablar, encima, si tampoco se había puesto en contacto con ninguno de su grupo. Pero va, va, teníamos dos potenciales entrevistados y éramos dos interesados, claramente íbamos a tener que organizarnos de alguna manera.

Decidí salir un poco antes que ellas, por lo que acabé llegando a la academia bastante temprano; hice el cambio de zapatos y subí las escaleras a mi ritmo, sin tener prisa alguna. En algún punto del paseo bostecé... quizás más de dos o tres veces, y finalmente llegué al pasillo de tercero tras lo que consideré que había sido una eternidad.

El único nombre que había reconocido en el tablón fue el del chico aquel que conocí en el campamento, así que al menos algo de ventaja tenía; el problema estaba en que no tenía ni idea a qué aula iba. Sospechaba que a la 3-2, pero para no tener posibilidad alguna de error, consideré que lo mejor sería esperarle directamente en el pasillo. Con un poquito de suerte, no se me escapaba entre los demás alumnos y podíamos hablar algo del proyecto en cuestión.

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Gigi Blanche heyo, heyo uwu parece que fue ayer que paseamos por este mismo pasillo... (?)

 

La conversación con Jezebel había sido amena y bastante inesperada, poniéndolo en retrospectiva. Mi plan original había sido valerme de Kohaku para no estar solo, lisa y llanamente; pero, a veces, las personas ajenas a nuestros círculos frecuentes eran en cierta forma refrescantes. Daban perspectiva, quizá. Me las había arreglado bien, ¿verdad? Había sido capaz de charlar con ella, hilar ideas de forma decente e incluso bromear. Conservaba la esperanza de que hubiera sido agradable para ella también.

Cuando llegué a casa me interné a jugar, reacio a permitirme pensar cualquier cosa, en algún momento las luces de la sala se encendieron y un rato después mamá entreabrió la puerta, avisándome que la cena estaba lista. No comí mucho y ella me preguntó al respecto, le dije que había picado unas porquerías mientras jugaba y me recordó que no debía hacer eso, que más tarde me calentara la cena cuando tuviera hambre. Había muchos días que mamá se cansaba con facilidad. Se fue a duchar, yo fregué los platos y me dejó un beso de buenas noches en el cabello. Sobre el silencio vibró el motor de la nevera, el eco de un ladrido lejano, y los resortes de su cama se quejaron. Me quedé mirando el bendito plato de comida envuelto en papel film.

Lo de las porquerías era mentira.

Al otro día me encontré a Ko y su amiga en los casilleros, esa de la que no sabía mucho y él tampoco hablaba. Tenía una presencia algo extraña, suponía. Llegando al tercer piso se excusó con que debía revisar no sé qué en la sala de música y me dejó a solas con la chica, cosa que me incomodó un poco. A ella parecía darle igual, de cualquier forma. Se suponía que virara en la 3-1, pero por algún motivo siguió caminando a mi lado y la inercia acabó acercándonos a un muchacho que estaba allí, en el pasillo. Lo recordé del campamento y, ya de paso, que nos tocaba juntos en el proyecto. Thornton, ¿no? Como se pronunciara eso.

—Morning, lad —lo saludó ella con suavidad.

—Hola —murmuré yo también, junto a una sonrisa de leve disculpa—, ¿cómo estás?

Aquel almuerzo no había sido precisamente relajado y, además de eso, de repente sentía estar metiendo el hocico entre él y la chica. Pero bueno, en algún momento había que hablar del bendito proyecto, ¿verdad?

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hola hola, kakeru viene con sorpresita :D

 

Pasaron apenas un par de segundos hasta que decidí sacar el móvil, buscando entretenerme con cualquier red social mientras esperaba a mi compañero. Fue una suerte que al final no tuviera que esperar mucho, aunque debía admitir que tampoco me di cuenta de cuánto tiempo había pasado en realidad, de lo enfrascado que había acabado en la pantalla; la verdadera suerte fue que ellos me vieran a mí, de hecho, porque quizás a mí se me habrían pasado desapercibidos.

¿Ellos? Así era, nuestro querido amigo Fujiwara había venido acompañado... y vaya compañía bonita~. Mi rostro se suavizó prácticamente al instante de distinguir su voz, solo permitiéndome controlar la sonrisa sedosa de mis labios al ser consciente de la presencia del muchacho a su lado, apenas un segundo después. Me pareció que el pobre no estaba muy cómodo en ese instante, y podía entenderlo, así que iba a procurar ser lo más profesional posible al respecto.

—Buenos días~ —devolví el saludo hacia ambos, con una sonrisa amigable (y poco más que eso)—. Todo bien, ¿y vosotros? Justo te estaba esperando... ¿Fujiwara-san? Uy, qué raro me suena. ¡Bueno! Nos ha tocado juntos en el proyecto de este mes. No sé si ya viste la lista con los demás, pero estamos con... Hori Hoshino, Sakuya Izayoi y Katherin Manson. ¿Te suena alguno? Creo que Sakuya está en mi clase, pero no le pongo cara...

Dirigí entonces la atención hacia Morgan; me fue imposible no suavizar de nuevo la expresión al instante de conectar con sus ojos, pero hice todo lo que estuvo en mis manos para que el cambio fuese lo más sutil posible. La cosa era que pretender esconderlo lo estaba haciendo un poco más emocionante, así que el asunto se estaba complicando un poquito más de la cuenta.

>>¿Nos echarías una mano, Morgan? ¿A ti te suena algún nombre~?

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bebi, bebi, ¿cómo quieres que se me concentre el chico en el proyecto con su chica ahí delante? that's so hard :(

 

El cambio en el semblante de Thornton me resultó tan evidente que estuve por ocultar la cabeza debajo de una piedra, si es que la idea tenía sentido, y que se neutralizara al notar mi presencia digamos que empeoró la sensación. No era nada terrible, de todos modos, así que hice mi propio esfuerzo. Morgan se deslizó hasta apoyarse también en la pared, a su lado, y me alegró que el muchacho trajera a colación el asunto del proyecto. Nos permitiría fingir demencia a todos.

Bueno, a él y a mí. A Morgan parecía darle igual. O sólo a mí.

Como fuera.

Estuve por responderle, pero viró su atención hacia la chica y yo lo imité. Ésta parpadeó, mirando a Kenneth, y luego me echó un vistazo a mí.

—¿Quiénes? —inquirió, tranquila.

—Hoshino, Izayoi, Manson —repetí, y miré al muchacho—. Manson va a mi clase, pero no he hablado nunca con ella.

—Ah, Manson, sí —intervino Morgan, esbozando una pequeña sonrisa—. Hablé un par de veces con ella, ¿dos, creo? Pero si es compañera de nuestro muchacho aquí diría que no me necesitan para nada, ¿o sí~?

Aquello, por supuesto, lo finalizó mirando a Thornton. Pretendían volver tan sutil la forma en que estaban ligando en mis narices que acababa siendo estúpidamente evidente, y la tontería... por algún motivo empezó a hacerme gracia en vez de incomodarme.

 

La situación estaba siendo un poco hilarante, a decir verdad. Los dos estábamos siendo terribles intentando fingir que no nos andábamos tirando los trastos, tanto que el asunto se había vuelto estúpidamente obvio y bastante cómico en general. Morgan no pareció estar haciéndonos ningún caso, lo que acabó añadiéndole incluso más gracia a la escena, pero al final pareció que tanto ella como mi compañero conocían a una de las chicas del grupo; a la misma, para ser más exactos.

—¿Dos votos? Parece que tenemos una ganadora —comenté, ligeramente divertido por la coincidencia, y repasé a Morgan con la mirada tras haber añadido el comentario que hizo—. Sin embargo, tú has hablado más veces con ella, así que bien podrías darnos algún consejo u opinión, ¿no crees~?

No tenía ningún sentido pedirle ayuda sobre cómo hablarle a una chica a la que solo íbamos a buscar para el proyecto, no hacía falta nada más que ser cordial con ella, ¿pero en qué universo le diría a Morgan que no la necesitábamos? A ver si se nos iba a escapar tan pronto~

>>Podemos intentar hablar con ella después, entonces —retomé con más tranquilidad, virando mi atención de vuelta hacia el chico—. ¿Tienes a algún candidato en mente? Si no, había pensado en pedírselo a alguno de mis padres. Mi padre es investigador científico y mi madre escritora, así que cualquier podría ayudarnos, imagino. Eso sí, no están aquí y no creo que puedan venir, así que tendría que ser por videollamada...

 

La respuesta de Kenneth pareció dejar encantada a Morgan, le suavizó la sonrisa y ladeó ligeramente la cabeza, llevando sus manos entre su espalda y la pared. No respondió al instante, se dedicó a sostenerle la mirada con una serenidad tan pasmosa que me pregunté si le estaría hablando telepáticamente o algo.

—¿Necesitas consejos para hablarle a una chica? —le replicó, divertida, y rompió el contacto visual desinflándose los pulmones—. No recuerdo nada particular de ella.

Hombre, con la atención que acababa de prestarnos igual me creía que no recordara la mitad de las cosas que ocurrían a su alrededor. La idea me hizo algo de gracia, de todos modos, pensé que parecía algo peculiar y que, en cierta forma, tenía sentido que fuese amiga de Ishi. Kenneth regresó a mí y la sonrisa que esbocé ante su pregunta debió adelantar mi respuesta. Las profesiones de sus padres sonaban mucho más interesantes y me valí de la excusa para no ahondar en mi lado del charco. Estaba por responder cuando Morgan intervino.

—¿Tu mamá es escritora? —repitió, y por primera vez encontré algo más genuino en su tono y su semblante; había fruncido ligeramente el ceño y lo que agregó fue un reclamo en toda regla—. No me habías dicho nada.

De repente sonó a que Kenneth le debía explicaciones, así que preferí callarme y aguardar a que el drama acabara.

 

Morgan pareció quedarse encantada con mi comentario, lo que provocó que mi propia sonrisa se suavizara al recibir la suya, y después no tuve mayor problema en sostenerle la mirada durante el tiempo que ella quisiera mantener la conexión suspendida. Sabía que estábamos en medio del pasillo, que hasta teníamos al pobre Fujiwara comiéndose el espectáculo de gratis, pero la conexión no dejó de sentirse excesivamente íntima a ratos; así fue hasta que ella volvió a hablar, claro, pues la pregunta que soltó después me hizo soltar una risa que logró romper toda aquella ilusión en un segundo.

—Así es, soy un desastre hablando con mujeres~ —admití, encogiéndome de hombros con una cuota de derrota en el rostro.

De todos modos, Morgan dijo que no recordaba nada en particular de ella y ahí acabó muriendo el tema. Mi atención viró hacia el chico, a quien creí que la idea de entrevistar a mis padres le había parecido buena idea, pero antes de que el mismo pudiera llegar a decir algo, la voz de Morgan volvió a deslizarse en nuestra dirección. No iba a mentir a nadie, su tono de reclamo me tomo tan desprevenido que ni siquiera supe como reaccionar de primeras; me quedé quieto un par de segundos, hasta que finalmente me atreví a girar la cabeza para mirarla de nuevo, con una expresión de obvia confusión.

>>Es escritora, sí. Eh... no pensé que eso fuera algo que te interesaba saber, la verdad... Lo siento.

Miré a Kakeru de reojo justo después, en busca de alguna especie de ayuda de su parte, pero al final el gesto duró solo un breve segundo. Ah, ni modo, suponía que tenía que afrontar aquello solo, como todo un hombre hecho y derecho...

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mis padres a punto de divorciarse, oh no

 

El mini circo, al menos, me estaba permitiendo conocer a mi compañero de equipo un poco mejor. Por la réplica de Morgan y su respuesta claramente sarcástica pensé, bueno, que debía irle bien con las mujeres. No que fuera un picaflor, sólo parecía sentirse confiado al respecto. Claro que la hipótesis podía acabar en tela de juicio si considerábamos lo que ocurrió treinta segundos después, con el reclamo de Morgan y su reacción. El delay con el que se giró hacia ella me hizo gracia, como si de repente la chica se hubiera convertido en un monstruo a su lado y temiera enfrentarla, cuando en verdad estaba... bueno, ¿estaba tranquila?

Él la conocería mejor, ni idea.

El chico buscó mi mirada después de hablar, aunque pareció arrepentirse del desliz al instante y me tragué la gracia. Había dicho que no creía que a Morgan le interesara la información y ésta suspiró, cerrando lentamente los ojos. Fueron ¿tres segundos? de silencio donde no supe lo que ocurriría, hasta que la chica regresó a los ojos de Kenneth.

—Quizá sí seas un desastre hablando con mujeres, lad —resolvió, en un murmullo sereno, mientras se despegaba de la pared—. What a shame, what a shame...

Fui incapaz de definir si estaba bromeando, si le daba igual, si estaba enfadada, ofendida, resignada. Se fue sin más, tras haber hablado al aire, y seguí brevemente su recorrido al pasar detrás mío y dirigirse a la 3-1.

—Entonces... —dije, balanceando apenas el cuerpo, y le dediqué una sonrisa a Kenneth para fingir demencia—, ¿tienes alguna preferencia particular por entrevistar a tu papá o tu mamá? A mí me da un poco igual, creo. Podríamos preguntarle a los demás.

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*inserte gasp dramático*

 

La reacción de Morgan fue... ¿buena? ¿Mala? No tenía ni idea, a decir verdad. Se mantuvo en silencio una buena cantidad de segundos, manteniéndonos a ambos en vilo con ello, y después soltó un comentario que no supe definir si había sido una broma o iba completamente en serio. Seguí con la mirada el camino que hizo en dirección a su aula, llegando a fruncir el ceño con confusión al verla alejándose, y no fue hasta que la voz de Kakeru se hizo presente a mi lado que finalmente aparté la vista del pasillo para dirigirla hacia él; no sin antes haber tenido que pestañear un par de veces para centrarme, claro.

—Me da igual, sí —logré murmurar en respuesta, encogiéndome apenas de hombros—. Puedo preguntarle quién estará disponible antes, pero realmente creo que los dos pueden hacernos hueco cuando haga falta. Así que podemos preguntarle a los demás y decidir después, sin problema.

Fui capaz de dedicarle una sonrisa ligera al acabar hablar, pero una vez nuestra discusión del proyecto pareció alcanzar su final, no pude evitar volver a echarle un vistazo fugaz al pasillo a sus espaldas. Lo dudé apenas un segundo, más o menos lo que tardé en redirigir la atención hacia el chico, nuevamente con el ceño algo fruncido en señal de duda.

>>Oye, ¿a ti qué te ha parecido? ¿Seguía Morgan molesta por mi desliz o se le había pasado? No me ha quedado nada claro...

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kakeru, ¿crees que puedes ignorar el divorcio de tus nuevos padres improvisados así como si nada? WRONG

 

El pobre chico se quedó pilladísimo con la reacción y la salida ¿dramática? de Morgan, necesitó un segundo extra para regresar a nuestro tema de conversación y le concedí una sonrisa que pretendió ser comprensiva. En definitiva resolvimos definir al entrevistado con los demás miembros del grupo y asentí; suponía que podría acercarme a Manson, siendo que compartíamos clase y me resultaría más fácil ubicarla.

Tuve la sensación de que seguiría hablando, sólo que no sabía de qué exactamente, pero cuando le echó un nuevo vistazo al pasillo lo entendí. Me hacía gracia, la verdad, cómo había acabado en medio de... ni siquiera estaba seguro de considerarlo una discusión, vaya. La pobre criatura me preguntó directamente mi opinión al respecto y me encogí de hombros, soltando el aire por la nariz.

—¿La verdad? No tengo idea —reconocí, esbozando una sonrisa entre resignada y conciliadora—. Sé que aparecí con ella, pero es que tenemos un amigo en común que justo se había ido. No la conozco de nada, así que no sabría decirte.

Bueno, qué respuesta de mierda, ¿no? Le eché un vistazo a la puerta de la 3-1 a mis espaldas y regresé a Kenneth.

—En cualquier caso... la mejor solución es preguntárselo a ella, ¿no?

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no los veas bonding over el drama salido de la nada JAJAJAJA

 

La respuesta que me dio Kakeru fue bastante decepcionante, a decir verdad, y no tuve ningún reparo en dejar salir un suspiro pesado como clara muestra de ello. I mean, el pobre chico no tenía culpa de nada, claro, pero eso no quitaba que hubiera tenido la pequeña esperanza de recibir algo de ayuda extra por su parte; al final resultó que no se conocían demasiado, solo tenían un amigo en común que les había dejado a solas.

—Sí, tienes razón, hablaré con ella en otro momento. Gracias~ —cedí ante la posible solución que me ofreció, dedicándole también una sonrisa amable a modo de agradecimiento, y un par de segundos después saqué mi teléfono del bolsillo para extendérselo—. ¿Te importaría darme tu número? Así podemos ir hablando cualquier cosa del proyecto y nos organizamos.

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aaaah, todo era un plan maestro de Morgan por hacerlos bros, now it makes sense (???

weno, por aquí voy cerrando con el niño uwu fue cortito, pero también mucho más divertido de lo que había esperado JAJAJ so i really enjoyed it <3