Pasillo (Planta Baja)

Dicho y hecho, a la jodida estúpida le bastaba cualquier reacción, incluso las más automáticas y que apenas si pasaban por el filtro de la consciencia a duras penas. No sabría decir si semejante cosa pecaba de conformista realmente, pero tampoco era que me importara, ese trío de idiotas podían hacer lo que les saliera de los cojones en tanto se mantuvieran a una distancia prudente o al menos no estuvieran dando por culo con frecuencia.

La rubia se acercó a Kurosawa, le robó algunos frutos secos y finalmente tomó la hierba, ni siquiera se molestó en corroborar si las cantidades eran correctas, si el precio correspondía, nada. Ni de coña imaginé que fuese porque creía que no la iba a estafar, si me caía en los huevos la hija de puta, así que me limité a pensar que era que le daba igual.

Mejor para mí, qué decir.

Me guardé el dinero en el bolsillo sin más, estuve por volver a sacar el porro pero al final desistí porque la verdad era que ya estaba pasado no solo de alcohol, sino de hierba también para variar. Como siguiera con aquel ritmo me iba a provocar un bad trip de campeonato mundial o una intoxicación a secas, así que mira, mejor parar el puto carro un segundo.

Kurosawa se acercó, me tomó la mano izquierda antes de que pudiese hacer nada y dejó lo que le quedaba de los frutos secos en mi palma, así sin más. Me encogí de hombros, me los llevé a la boca y mientras masticaba escuché la pregunta de Alisha.

¿Le importaba siquiera lo que estaba preguntando, a la muy cabrona?

—Esperaba poder sacarle más dinero a quien fuese, pero parece que me entretuve más de la cuenta y ahora se me fueron los clientes —respondí sin más—. ¿Qué se supone que planeas tú?

Pregunté pues porque sí, la verdad a mí me traía sin cuidado lo que sea que hiciera.

Shiori caminó hasta la rubia, apoyó la espalda en la pared como ella y cambió el peso de un pie al otro con cierta pereza. Hasta ella parecía menos ebria de lo que había estado yo hace un rato, si éramos sinceros.

—Estuviste bebiendo bastante en el salón, ¿no, senpai? —soltó Kurosawa y asentí con la cabeza, ni modo.

—Jugué al beer pong después y tampoco me fue bien. Así como dato, el césped de afuera no sabe muy bien —respondí al aire, frunciendo apenas el ceño.

—¿Eh? ¿Me perdí el espectáculo? Espero que alguien lo haya grabado~

Pedazo de cabrona.

 

Decidí seguir centrando mi atención en el cigarro en lo que el chico respondía, asintiendo de manera distraída ante sus palabras y encogiéndome de hombros después como única respuesta a su pregunta. Si a mi me interesaba poco lo que hacía, me imaginaba que a él menos le podía importar lo que hacía yo, y a decir verdad, tampoco me apetecía contárselo. Así como no le contaba nunca nada a nadie, en resumen.

—Ya sabes, o te lo pasas bien o trabajas, las dos cosas no pueden ser~

A menos que tengas a alguien dispuesto a esperarte para divertirte después de negociar, claro, pero ya ahí no me iba a meter.

Solté una risa baja al escuchar el intercambio entre ambos y los miré sin poder esconder la diversión en mi expresión. ¿Comer césped como castigo? That's cruel~ Hubiese sido digno de verdad, desde luego, such a pity we were busy~

Me llevé el cigarro ya acabado a los labios y volví a rebuscar en mi bolso, hasta que acabé por rendirme después de un buen rato. Ugh, de verdad que tenía que parar de dejar los mecheros por todos lados, ¡y Joey me tenía que devolver unos cuantos también! Qué remedio. Me separé de la pared para acercarme de nuevo al pelirrojo, sin intenciones raras ni nada por el estilo.

>>¿Fuego? —mientras esperaba su respuesta, miré a Shiori de reojo—. ¿Y tú qué vas a hacer, linda~?

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Yo, sabiendo que le vídeo de Cay va a acabar en posesión de Ali:

 

Era como un contener cerrado a cal y canto, ¿no? Es decir, no hacía falta ser un genio de ninguna clase para saber que Alisha parecía no contarle nada a nadie y punto, en ese sentido digamos que también me recordaba a Akaisa. Me estaba pareciendo mucho más caótica eso sí, le faltaba la vena obsesivo-compulsiva de la otra, la que hacía que incluso sus desastres estuvieran perfectamente cronometrados.

Por otro lado no tenía idea de si alguien había grabado lo del patio, imaginaba que sí aunque no había puesto cuidado a nada de eso. Como tal me daba un poco igual, no había dignidad alguna que conservar luego de haber comido césped.

Mantuve la vista en Welsh al verla rebuscar en el bolso, posiblemente buscando un mechero que obviamente no estaba allí, y pasé saliva un par de veces mientras tanto. Todavía tenía sed la verdad, pero bueno, ya luego iría a buscar otro vaso de agua o lo que fuese.

Al final terminó por despegar la espalda de la pared para acercarse de nuevas cuentas para pedirme fuego, porque ciertamente sería estúpido si no lo tuviese. Hubdí la mano en el bolsillo hasta que di con un encendedor barato de esos de ruedilla, de los que llevaba siempre que iba a juntarme con gente porque sabía que los hijos de puta se dejaban esas mierdas como si hubieran sido suyas toda la vida, y lo accioné extendiéndolo hacia ella para que hiciera lo propio.

Shiori pareció sopesar su respuesta unos segundos, paseando la mirada por el pasillo.

—Supongo que me iré en un rato, veo que esto se vació bastante —respondió pero añadió algo más—, pero no me enojaría si me preparas un par de tragos de despedida, senpai~

—¿Quieres ser parte del club de la resaca de la muerte? —pregunté luego de soltar una risa por la nariz.

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shio bitch quieres morir hoy?

 

Volví la vista hacia el chico en cuanto noté que se movía, sonriéndome con una satisfacción estúpida al ver que sí tenía un mechero disponible. Hubiese sido un poco problemático si no hubiese sido el caso, porque todo apuntaba a que Kurosawa no fumaba y mucho menos iba a llevar un mechero porque sí, y pereza me daba ir a buscarme a otra persona. A win-win situation, overall~

Me eché hacia delante, hasta lograr encender el cigarro con el fuego que me estaba extendiendo, y la primera calada se sintió algo así como el puto paraíso o algo. Joder, estaba hecha un desastre, ¿verdad? Pero qué más daba; el humo llenaba todos los huecos y se sentía demasiado bien como para tan siquiera pensar que había algo de malo en ello.

Solté una risilla al escuchar la respuesta de la morena, casi como si hubiese esperado que la misma fuese exactamente así. En ningún momento dejé de mirar a Cayden, eso sí, y una nueva sonrisa ladeada me alcanzó los labios cuando me llevé el porro a los labios para darle una segunda calada.

Aprovechando que ya había acortado las distancias de nuevo entre los dos, extendí apenas la mano que tenía libre y me hice con su barbilla, llevando el dedo pulgar hacia su labio inferior para poder presionarlo ligeramente hacia abajo. Me incliné lo suficiente para que nuestros labios estuviesen cerca pero no unidos y le pasé el humo directamente a la boca, antes de soltarlo y volver junto a la chica como si nada.

¿A qué había venido todo eso? A que me había salido del coño, básicamente.

—Ni caso, Shio-chan. ¿Sabes qué? Las fiestas y las folladas, si son buenas, te dejan marca al día siguiente~ —canturreé, echándole el brazo por encima de los hombros, y giré el rostro para poder guiñarle el ojo y que lo viese—. So dontcha worry, que yo me encargo~

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¿Es mi trabajo a tiempo completo joder a los personajes de Pau? Pregunta seria. Yo digo sí.

 

Obviamente no iba a salir impune del hecho de que Alisha hubiera desaparecido la sana distancia que nos había estado separando por un par de minutos, si parecía que la mente de la cabrona funcionaba con probabilidades de joder a la gente que la rodeaba por puto amor al arte. Estaba atento, había reaccionado a la respuesta de Kurosawa y tal, pero la cabrona no me había quitado los ojos de encima así que seguro ya se le había ocurrido su nueva estupidez.

Vaya tono de azul sucio tenía en los ojos con esa iluminación y el humo de la hierba.

Escuché que Shiori soltaba una risa floja, me alcanzó como si fuese el sonido de una cuerda al ser rozada y yo ya estaba empezando a preguntarme seriamente si la jodida chiquilla no sería un voyeur en todas las de la ley. Se lo estaba pasando bomba viendo todo el espectáculo, tanto que aunque desde el día anterior su figura había estado fusionada con la de Kaoru, en ese momento se separó casi con violencia.

Sus núcleos eran idénticos, el rostro que había robado de su hermano se conservaba como una momificación, pero había algo debajo que era suyo nada más y era bastante más preocupante. Ese sentido de la diversión algo desviado, la burla acentuada en sus acciones, sus gestos y todo lo que hacía, movida por una ira que seguramente habría cargado desde el nacimiento.

Daba un poco de mal rollo.

Estaba activando una serie de alertas diferentes.

Yako habría detenido a Welsh, pero Shiori estaba mirando. Era como si ella misma hubiese liberado a los lobos sobre un cordero perdido y esa idea bastó para avivar mi fuego hasta entonces bastante frío, me obligó a encerrarlo con mucha más consciencia, dejándolo solo rebotar dentro de mis paredes.

Atajé la movida que la jodida cabrona iba a hacer, sobre todo teniendo en cuenta que era precisamente el numerito que Kohaku y yo nos habíamos montado en la habitación, también el que me había montado con Arata en los baños del tercer piso. Tenía tensión en el cuerpo, obviamente, de hecho podría haberla apartado de un solo empujón, pero me quedé.

Me quedé porque la zorra estaba jugando con mi maldito orgullo y para ser un maldito palo de dientes tenía más ego del que debía ser sano.

Me tomó la barbilla, me instó a separar los labios y me echó el humo en la boca; lo inhalé despacio, con maña para qué mentirnos y liberé el restante sin ninguna prisa, sin poder retener del todo la sonrisa de suficiencia que se me formó en los labios. Ahí se iba un poco a la mierda lo de no fumar más por esa noche.

Las fiestas y las folladas, si son buenas, te dejan marca al día siguiente.​

Kinda nasty, but true I guess.

—Just the voice of experience right there —solté pues porque sí.

—Sabía que podía contar contigo —respondió Kurosawa con una alegría que rozó lo infantil y casi me lanzó un escalofrío por la espalda—. ¿Qué dices? ¿Qué Cay-senpai nos siga acompañando o no?

Se me escapó una risa bastante ronca y tuve que morderme la lengua para no soltarle a la chica que estaba siendo una genuina cabrona. Tampoco respondí en sí, si acaso pasé la mirada de Kurosawa a Alisha y ya, total digamos que era responsable de Shiori.

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tengo que dejar de escribir tanto con Cayden en todo sitio la verdad, pero sabemos que no pasará

 

Men are so stupid, for fuck's sake.

Que el idiota aquí presente se comiese todo el espectáculo cuando perfectamente me podía haber quitado sin más y no me hubiese importado lo más mínimo solo confirmaba que, no importaba absolutamente nada, los hombres siempre se iban a guiar por su estúpido orgullo de macho alfa. Incluso el manojo de nervios de Cayden, al que por supuesto le reflejé la sonrisa de suficiencia antes de separarme de él.

Ya de por sí me hacía bastante gracia eso de ellos y claro que era una de las cosas de que más me aprovechaba para, no sé, tirarme o reírme de alguno, dependiese de mi humor; pero que fuese justamente nuestro querido Cay Cay pues un poquito de extra gracia me hacía.

—You're damn right, little lamb~ —respondí, impostándome una voz solemne y asintiendo un par de veces con la cabeza, completamente seria, antes de soltar una carcajada suave.

Le di otra calada al cigarro mientras Shiori hablaba, solo aumentándome más la diversión con el tono infantil tan casual que usó y su pregunta final. De verdad que esa niña era una puta joya, y pensar que casi la atan y podríamos haber perdido todo este potencial. Que caprichoso es el destino a veces~

Dejé caer la cabeza, apoyando la mejilla sobre melena carbón, solté el humo y busqué la mirada de Cayden entre la nuble blanca, sonriendo con una inocencia de lo más jodida mientras me encogía de hombros.

>>Si quiere seguir deleitándonos con su compañía, no seré yo la que se queje~ Eso sí, no prometo no intentar comérmelo en un rato, so... take your chances, baby boy~

 

Contenido oculto: oh yes bitch ive been waiting for this song for weeks

Lo que estaba haciendo pecaba de suicida a secas, era consciente de ello desde el inicio; también lo había sido pretender robarle el reflector inicial a Cerbero y aún así lo había hecho de todas maneras. Era orgulloso, también tenía una ambición que pecaba de peligrosa para mí mismo y eso lo había sabido siempre, de hecho uno de los recuerdos más viejos que guardaba estaba relacionado a eso.

Quería la atención, pero pasaba era que no resaltaba en ningún área que la escuela valorara. Era malo memorizando información, aprendía más con la práctica, no tenía capacidad deportiva y tampoco artística, a pesar de tener el ojo afilado para cuestiones visuales. Era buen estudiante en un par de asignaturas, un asco en todo lo demás, y luego de eso... ¿Qué me quedaba? Mi capacidad de leer el mundo desde mi encierro autoimpuesto y las manos livianas que habían atraído la atención de Yako.

¿Era envidia? ¿Celos de lo que quienes se sentían cómodo al revolverse con la gente eran capaces de alcanzar?

Quería lograr lo mismo que los demás, quería lograr incluso más solo para demostrar que podía alcanzar cualquier mierda que me propusiera sin dejar de ser yo. No tenía que imitar a nadie para subir en al jerarquía, sacar a los que la habían dominado por años y quedarme con sus reconocimientos, todos y cada uno de ellos. Todo para silenciar a cualquiera que se atreviera a poner en duda la capacidad de los que encontrábamos confort en las cuevas frías y silenciosas en las que habíamos nacido.

La verdad la mierda era compleja, a veces creía comprenderla y luego me daba cuenta de que solo estaba girando en círculos sin llegar a comprender nada realmente. Lo mismo estaba pasando allí con la rubia aquí presente, creía tener calculadas mis propias reacciones, pero en condiciones normales no me hubiese quedado allí, así que estaba desafiando mi propia naturaleza.

El alcohol de hace unas horas, la hierba y la gracia de Ko me habían dejado con el cerebro vuelto al revés, eso segurísimo. Estaba filtrando la información de forma diferente y aunque no me acercaba ni de coña al nivel de las dos salidas aquí presentes, al menos me estaba paseando por el mismo plano. Demasiado a mis anchas para mi propio bien, porque de nuevo, era el cordero estúpido que lanzaban a los lobos.

La sonrisa de Kurosawa se acentuó cuando Alisha apoyó la mejilla en ella y el humo solo hizo que sus ojos parecieran un par de carbones encendidos.

—¿Hmh? Quizás debería hacer apuestas entonces —dijo en su tono de voz de siempre, suave, y tuve dificultades otra vez en separar su figura de la de su hermano. Eso se estaba convirtiendo en un dolor de cabeza si era honesto.

—¿Qué quieres apostar, Kuro-chan? —pregunté sin alzar la voz a pesar de que me estaba llevando un poco el demonio.

—La chaqueta que llevabas cuando apareciste en casa el otro día y una pequeña devolución de dinero para Ali-senpai.

Jodida loca.

—La sukajan con el zorro bordado —aclaré a lo que ella asintió con la cabeza, ni siquiera me molesté en pensar lo del dinero siendo que le había sacado plata extra a la tonta esta. Era una putada, esas chaquetas costaban bastante dinero, pero esa en particular me la había dejado su hermano precisamente, podía decirse que era suya y a la vez no. Iba a tener que cortarme la cabeza para que se la dejara, por egoísta que sonara, además ni siquiera sabía que había sido de Kaoru, ¿para qué la quería realmente?—. Prefiero ponerte los dólares en la mano e igual le duele a mi bolsillo.

—Hecho entonces. ¿Qué quieres si logras salir entero de esta, senpai? —Otra sonrisa amplia, felina.

Salir entero, bastante acertado uso de palabras.

—El dinero de las invitaciones a la fiesta salió de tres bolsillos, el de Akaisa, el de Sonnen y el mío.

—¿Vas a devolverle dinero a Al?

—Tengo cara de crío pero no por ello voy a devolverle billetes a un niño pijo. —Incluso si yo no me alejaba demasiado de uno—. Convertiré los gastos horizontales en ganancia para mí.

Deslicé la mirada a la rubia entonces, le eché encima una de las sonrisas inocentonas y seguí hablando.

>>Suponiendo que salga vivo. —Me regresé el mechero al bolsillo al darme cuenta que lo había mantenido en la mano todo el rato—. El dinero sale del bolsillo de ambas y les aseguro que no fue poca cosa tampoco. Así que sí, seguiré deleitándolas con mi presencia incluso si me cuesta la poca integridad que me queda.

¿Necesario? Absolutamente.

Mira que no podían descuidar dos segundos porque ya la estaba cagando por amor al arte.

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look at that growth line mah boy, embrace it

lamento el tocho aGAIN

 

Me erguí de nuevo mientras ellos comenzaban a hablar de no sé qué apuestas o algo por el estilo, dejando a Shiori libre por completo para poder pasar un brazo por debajo del pecho y seguir fumando sin más. Los escuché por encima, porque la verdad era que me estaba pareciendo un asunto más personal de ellos en aquel momento, pero acabé por alzar una ceja cuando recibí de nuevo la mirada inocentona de Cayden encima.

Solté una risilla, dejé salir otra nube de humo y me encogí de hombros, ladeando ligeramente la cabeza. Lo recorrí de nuevo con la vista, sin ninguna prisa, y acabé por chasquear la lengua cuando encontré de nuevo su mirada ámbar. Mira que lo había dicho por decir, pero si el pelirrojo se metía solito en la boca del lobo, pues qué iba a hacer yo al respecto~

Apagué el cigarro, me giré para encarar a Kurosawa y levanté el brazo, deslizando los dedos por su mejilla y mandíbula hasta alcanzar la barbilla, donde afiancé el agarre y la obligué a girar la cabeza. Me incliné para buscar sus labios y le comí la boca simplemente porque me dio la gana, vaya.

Cuando me separé, apenas me quedé mirándola un segundo antes de caminar hacia la posición de Cayden. Lo hice con pasos suaves y lentos, rodeé su cuerpo hasta quedarme a su espalda y pasé los brazos por sus hombros hasta rodearle el cuello. Levanté la mano que aun tenía sujetando el cigarro y se lo coloqué en los labios, bajando la otra para poder rebuscar en su bolsillo y, por supuesto, rozándole el brazo en el proceso.

—¿Sabes qué pasa, Cay-kun? —susurré contra su oído, sacando finalmente la mano para llevar el mechero de nuevo hacia el porro y encenderlo—. Yo soy bastante pobre~ Así que... voy a tener que sacar todas mis armas para ganar, espero que no te moleste~

Sonreí como una jodida cabrona y ni siquiera le di tiempo a una posible respuesta antes de dedicarme a deslizar la lengua por su cuello y mordisquearle el lóbulo de la oreja cuando lo alcancé. Me separé después como si nada, di una vuelta sobre mí misma de puro teatro en la que aproveché para dejar el mechero de nuevo en su bolsillo y recuperar el cigarro para darle una calada, y volví a acercarme a la morena.

>>Así que unos tragos para Shio-chan, ¿cierto? ¿Volvemos al salón entonces~?

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Oh boy, dónde te has ido a meter (?)

anyways, te la puedes arrastrar al salón o a cualquier otro lado, si quieres uwu