Interior Pasillo (Planta baja)

Apretó ligeramente los dientes al sentir el jalón de cabello y una sonrisa socarrona le decoró el rostro, que sólo fue ampliándose más y más a medida que la veía hacer. Cuando tomó su mano, se la llevó a la boca y empezó a usar su lengua para...

Joder.

Quitó la mano de un movimiento seco y la enredó entre su cascada dorada, atrayéndola con cierta brusquedad para devorarle los labios. Siguió besándola mientras sus dedos libres le rozaban la espalda hasta deshacer sin problema el ganchito del sujetador. Detalló su columna, sus caderas y se coló por debajo de su falda. Se sonrió.

Dos podían jugar a ese juego, ¿verdad?

—¿Conque desobedeciendo? —soltó contra su boca, en un murmullo ronco y agitado—. Qué mal, Ali-chan~

Volvió a atrapar sus labios, mientras su mano trazaba caminos circulares alrededor de su intimidad sin tocarla jamás. Se acercaba, se acercaba lo suficiente para enviarle descargas por todo el cuerpo y entonces se alejaba. Una y otra vez, sin concederle siquiera derecho a respirar, sujetándola firmemente por el cabello de la nuca para divertirse con sus labios, su lengua y todo el calor que emanaba cada centímetro de piel.

La iba a devorar.

Se la iba a follar.

Pero primero, iba a jugar.

 

Alisha Welsh

Son of a bitch.

Sabía que pretender jugar con Joey iba a acabar en mi derrota, lo supe desde el primer momento. Lo conocía demasiado bien y nunca perdía, pero quizás eso era lo que había querido desde el principio.

Mis brazos cayeron por su espalda y las uñas se clavaron con fuerza sobre su piel, incapaz de controlarlo. Ups, eso iba a dejar marca~. Los pulmones me quemaban en busca de oxígeno y el agarre que había afianzado en mi cabello me impedía moverme con libertad, así que lo único que me quedaba era gemir de manera desesperada contra sus labios.

La cabeza me estaba dando vueltas.

Joder.

—Joey...

No sé como encontré la voz para hablar, aunque si tenía que ser sincera aquello había acabado siendo más un suspiro que otra cosa. Dejé caer la cabeza hasta apoyar la frente sobre su hombro.

>>Por favor...

La desesperación se coló en mi voz, completamente sumisa.

Había perdido.

 

Contenido oculto: +18

Siseó suavemente al sentir las uñas de Alisha rasguñándole la piel, y soltó una risa floja al aire cuando su nombre salió de sus labios y echó la cabeza sobre su hombro. Ah, pobre Ali-chan~

La mano que había permanecido aferrada a su cabello se relajó por fin, y le acarició la melena en su amplia extensión antes de tantear los bolsillos de su pantalón echado en el suelo.

—Alisha —la llamó, una nota de seriedad casi ansiosa se había colado en su voz—, muévete.

Sus órdenes, como siempre, no dejaban espacio a réplica. Dejó que la chica hiciera mientras sacaba la billetera y, de ella, un pequeño paquete plateado. Lo rasgó entre sus manos, echado a sus anchas sobre el retrete, y se acercó apenas un momento a los pechos de Alisha para atrapar uno entre sus labios y succionarlo lenta y tortuosamente. Lo besó y lamió mientras se masturbaba con ligereza, para estar totalmente listo, y su otra mano se clavó en los glúteos de la chica con cierta rudeza.

Liberó su boca y se colocó el preservativo, secándose las comisuras con el dorso del antebrazo antes de arrancarle el sujetador de encima y sonreírle. Tenía, de repente, unas ganas casi insanas de ver sus pechos rebotando mientras lo follaba, y ella no iba a negárselo, ¿verdad?

—Go on, darling —murmuró, pasando la punta de los dedos sobre su torso desnudo, y se relamió—. Fuck me.

 

Alisha Welsh

Contenido oculto: don't read this ffs

Cuando lo escuché hablar, mi cuerpo reaccionó casi por inercia, sin tardar ni un segundo en cumplir aquella otra orden. Aun si hubiese querido levantarme, lo cierto es que las piernas me temblaban de una manera terrible, así que tuve que quedarme prácticamente sobre sus rodillas con las manso sobre sus muslos, mirándolo impaciente.

Impaciencia que poco tardó en desaparecer cuando sentí su boca sobre mi pecho, haciendo que volviese a entornar los ojos. El oxígeno que había conseguido recuperar volvió a escaparse con una velocidad vertiginosa, estando especialmente sensible después de su juego momentos antes.

Mierda, Joey, siempre haces lo que quieres.

Apenas era consciente ya de lo que sucedía, solo logré captar sus palabras porque no había ningún otro ruido salvo mi respiración agitada.

Y mierda, su acento.

Fui capaz de incorporarme unos segundos, los suficientes para deshacerme de lo que me quedaba de ropa interior, pero no me molesté en quitarme la falda. Si quería que eso pasase, que se encargase él.

—Yes, sir~

Nada más decir aquello, rodeé la base de su miembro con mis dedos y me dejé deslizar por toda su extensión, suspirando con pesadez cuando lo sentí completo en mi interior.

Estaba más que acostumbrada a su tamaño pero eso no me impidió quedarme quieta durante unos segundos, volviendo a llevar mis manos sobre su pecho. Comencé a moverme no mucho después, de arriba abajo, con lentitud para ir aumentando el ritmo poco a poco.

>>Tócame más, por favor...

Otro suspiro cerca de su oído.

Contenido oculto

ES QUE ENCIMA ESTOY VIENDO TU FIRMA MIENTRAS ESCRIBO Y ISTG QUE ME LLEVE ALGUIEN YA I FEEL SO DIRTY

 

Contenido oculto: +18

Alisha era obediente, puede que a veces encontrara diversión en desafiarlo pero su mente se nublaba con facilidad. Joey conocía los caminos y, al fin y al cabo, los disfrutaba sin excepción. Todos y cada uno. La Alisha sumisa, la Alisha dominante. Las conocía al dedillo y sabía qué hacer, cómo tocarla, dónde besarla.

La mayoría de las veces, sólo se trataba de enloquecerla.

Se amoldaban bajo las manos del otro, como porcelana fría.

Joey apretó la mandíbula y un gruñido bajo vibró junto al aire que soltó por la nariz, lento y profundo, cuando el interior de Alisha se ciñó a su alrededor. ¿Por qué mierda se sentía siempre tan jodidamente bien? ¿Cómo es que jamás se acostumbraba?

Era adicto.

Mantuvo los dedos presionados en sus caderas, clavándole las uñas de tanto en tanto, con la cabeza echada contra la pared y sus ojos paseándose por el cuerpo de la muchacha sobre su regazo. El largo cabello dorado, la piel blaquecina, sus labios enrojecidos y los pechos turgentes meciéndose al ritmo de sus estocadas; lentas, al principio, aumentando poco a poco. Hubo un momento en que cerró los ojos y soltó una risa floja, mordiéndose el labio.

Realmente estaba manteniendo la correa tensa del demonio que solía susurrarle al oído, ese que lo instaba a tomar el control. Dominar, arrollar, poseer.

El aliento caliente de Alisha chocó contra su piel perlada y obedeció sin complicaciones. La sujetó por los hombros, para quitársela de encima, erguir su torso y rodearlo con los brazos. Volvió a devorar sus pechos, clavándole los dedos en la espalda baja mientras la rubia seguía moviéndose. Se metió uno de sus pezones en la boca, lo saboreó y aplastó con la lengua antes de succionarlo, arrastrando las uñas a lo largo y acompañando el vaivén con sus caderas.

Contrólate, Joey.

Mierda, contrólate.

Gruñó como un animal resentido y la observó desde allí abajo, con una expresión casi sedienta. La jaló hacia él para obligarla a arquearse y así alcanzar su cuello. Se permitió respirar contra su piel, agitado, enredando los dedos entre su cabello.

—Sí —jadeó, llevando una mano a sus glúteos—, sigue así, preciosa.

 

Alisha Welsh

Contenido oculto: Yep seguimos horny nada que ver por aquí

Eché la cabeza hacia atrás con un gemido profundo, uno que fui incapaz de controlar y acabó rebotando por toda la estancia. Me mordí el labio, intentando controlar los sonidos posteriores.

Mis caderas seguían moviéndose de manera casi automática, aumentando el ritmo de manera inconsciente y dependiendo de lo que el chico decidía hacer con las demás partes de mi cuerpo.

Mierda, nunca fallaba el cabrón. Era inútil resistirse, me tenía comiendo de la palma de su mano cada vez porque sabía cómo y dónde tocarme con una facilidad irrisoria.

Un gruñido vibró en el fondo de mi garganta cuando lo sentí tirar de mí, haciéndome levantar los brazos para apoyar las manos sobre la fría pared detrás de su espalda.

—Fuck.

Sentí los pelos poniéndose de punta cuando su aliento chocó contra mi cuello y mi cerebro, de alguna manera, logró procesar lo que decía para responder con un movimiento más rápido de mis caderas.

Cerré los ojos con fuerza.

>>Más. No pares, Joey, joder.

 

Contenido oculto: que para cuándo acaban? no sé yo, alta resistencia

Alisha echó las manos contra la pared y sus pechos se aplastaron en el torso de Joey, arrancándole un suspiro ahogado. ¿Acaso tenía forma de comérsela con más ansiedad de la que ya tenía encima? Como si nunca fuera suficiente, como si siempre quisiera más.

Y más.

Y más.

¿Que no parara? Mierda, ya no iba a poder controlarse.

Se aferró a sus muslos con ambas manos y la alzó sin problema, pegándola a una de las paredes del cubículo. La depositó en el suelo, le comió la boca casi por gusto y, justo antes de dedicarle aquella sonrisa perversa, la obligó a girarse sobre sí.

Clavó los dedos en sus caderas.

Y la penetró.

Comenzó a embestirla sin grandes sutilezas, su cerebro ya no estaba para juegos y sólo quería follársela. Duro. Llevó una mano a su cascada dorada, la recogió entre sus dedos y jaló de ella, obligándola a arquear la espalda; entonces alcanzó uno de sus pechos y comenzó a masajearlo, sin aminorar el ritmo de las estocadas. Estaban haciendo un ruido del demonio, todo su cuerpo estaba sudando y ya no sólo era Alisha, sus respiraciones frenéticas también rebotaban por doquier.

Así y todo, aún le faltaba mucho para darle.

Porque era el jodido diablo.

—¿Así te gusta? —jadeó, socarrón, inclinándose sobre ella para alcanzar su oído—. ¿Así te gusta que te follen, Ali-chan~?

 

Alisha Welsh

Contenido oculto: la resistencia legendaria de los pendejos

¿Que si lo había estado buscando? Quizás. Joey me gustaba de todas las maneras posibles pero había algo en su manera de dominarme que me hacía derretirme como nunca.

A él le gustaba tener el control sobre mí y a mí no podía importarme menos. Porque cuanto más lo disfrutase él, más acabaría disfrutándolo yo también.

El contraste del frío del suelo y de la pared contra mi piel quemando solo me hizo gemir más, extasiada. Ah, mierda, no podría aguantar mucho más. No sabiendo lo que se venía.

Mis uñas arañaron la pared cuando Joey me dio la vuelta, sintiéndome incapaz de pensar con un mínimo de claridad. Estaba empezando a ignorar por completo que estábamos aún en la Academia y que aun podía aparecer alguien en el baño.

Qué le diesen.

El tirón de pelo, las embestidas, su respiración agitada, el pecho... Estaba en una jodida nube.

—Sí —jadeé.

¿Qué sentido tenía mentir?

>>Shit, Joey, sí —la voz se me desgarró en una especie de grito ahogado—. Me vuelve loca, no pares~

 

Contenido oculto: +18

Alisha ya no se resistía ni un ápice, Joey sabía que realmente no les quedaba mucho tiempo y, para la gracia, le sacaría el mayor provecho posible.

¿Qué le habría pasado para dejarla tan jodidamente caliente? Mira que ni la mitad de los créditos podía llevarse él, siendo honestos. Le daba curiosidad, luego podría preguntar cuando le permitiera hablar con propiedad~

Sus piernas habían comenzado a flaquear ligeramente, todo su cuerpo ardiendo en lo que, sabía, era apenas el comienzo del puto final. La mejor parte. Intensificó las embestidas, ambas manos en sus caderas para profundizar la penetración, y mantuvo sus ojos fijos en la falda corrida de Alisha hasta que unos parchones negros comenzaron a empañar su campo visual.

Apretó los dientes, llenándose con sus malditos gemidos escandalosos, y su propia respiración le quemó en los pulmones.

Dejó escapar el aire de golpe al correrse, deteniéndose un momento para permitirse disfrutar de la sensación mientras los espasmos comenzaban a sacudirle el cuerpo. Echó una parte de su peso sobre la espalda de Alisha, impregnada de sudor, y le hizo cosquillas con el flequillo. Entreabrió los ojos, cansado, y depositó un beso vago donde sus labios alcanzaban.

Se desplomó sobre el retrete, echando la cabeza hacia atrás, y bufó. Una sonrisa juguetona estiró sus labios.

—Holy shit, esa estuvo buena.

 

Alisha Welsh

Contenido oculto

Sentí las embestidas llegando a su máxima fuerza y entendí el significado de ello. Lo entendí porque yo no estaba muy lejos de esa misma situación.

Había cerrados los ojos, esperando el momento, y no mucho después de sentir a Joey llegando a su final, mi cuerpo se deshizo en un sonoro orgasmo que me hizo arquear la espalda aún más.

Joder.

Dejé salir un suspiro resignado cuando lo sentí salir y con el cuerpo aún tembloroso me deslicé por la pared, la respiración terriblemente agitada y sintiendo el contraste de temperatura aún presente.

Apenas fui capaz de dejar salir una carcajada baja.

—You've outdone yourself, pretty boy~

Después de unos segundos conseguí estabilizarme lo suficiente para girarme y sentarme sobre la tela de mi falda, con la cabeza contra la pared, buscando de manera vaga la ropa interior.

Entreabrí los ojos para mirarlo, curiosa, mientras me colocaba las bragas, sin esconder un quejido traicionero al mover las piernas para ello.

Iba a preguntar, ¿verdad?

Contenido oculto

Uy que me aviente un post a las siete de la mañana toda dormida dice

 

Su pecho seguía bajando y subiendo de forma notoria. Tragó saliva, sintiendo la garganta espesa, y una risa áspera brotó en consecuencia al oírla. Pues sí, ¿eh? Y en los jodidos baños de la Academia.

Estaban mal de la cabeza.

—¿Todo bien? —soltó como si nada, mientras se quitaba el condón y lo anudaba, chequeando que no derramara—. ¿Puedes caminar, Ali-chan~?

Bueno, el post sexo nunca era muy glamuroso, ¿verdad? Y con Alisha ciertamente ya poseía la confianza necesaria de andar así, a sus anchas, hasta que se dignara a vestirse. La fina capa de sudor sobre todo su cuerpo comenzó a enfriarse y le arrojó escalofríos, a lo que apretó los dientes y se sacudió brevemente.

—Así que —murmuró al aire, limpiándose un poco mejor con papel higiénico—, ¿algo que quieras confesar, hija? Dios te oye.

Tuvo que contenerse la risa. Había que ser un cabrón, ¿eh? Ahí, en los baños de la escuela, desnudos y justo luego de follar como putos animales, poniéndose a bromear así.

 

Alisha Welsh

Chasqueé la lengua, dándole una patada ligera en su propia pierna mientras volvía a cerrar los ojos, echando la cabeza hacia atrás.

—¿Eres estúpido? Ni que fueras para tanto.

Mentira, pero qué más daba, no le iba a dar la satisfacción de escucharlo de mis propios labios.

Esperé a que acabase de acomodarse para ponerme en pie, colocándome el sujetador pero sin abrocharlo, dándole la espalda mientras pasaba el pelo por un hombro para darle mejor acceso, esperando.

Solté una risa amarga, bajando la vista.

>>Forgive me Father, for I have sinned~ Me acabo de tirar a un tipo en los baños de la Academia porque mi mejor amiga me ha zorreado y me ha dejado muy cachonda. ¿Crees que tengo salvación~?

 

Se sonrió, socarrón, y siquiera pensó en responder a su provocación. Repasó su silueta con la mirada un instante antes de erguirse y llevar las manos a su sujetador, mientras la oía. Lo abrochó sin la menor de las complicaciones y se dispuso a vestirse.

—¿Suzu-chan? —replicó, tan incrédulo que soltó una risa al aire—. ¿La Suzu-chan que tú y yo conocemos? Venga, Alisha, ¿hasta una newbie te deja así~?

Hizo un mohín de condescendencia y le picó una mejilla, ya de pie junto a ella, para extender los brazos y mostrarle la camisa desabotonada.

—¿Y qué onda? ¿Por qué no te la comiste a ella y ya?

 

Alisha Welsh

Era estúpido, ¿verdad? Que hubiese arrastrado a Joey a los jodidos baños de la Academia por un par besos torpes de la chica, pero ahí estaba, y ni siquiera yo lo entendía.

—Eh~ Claro que no, verte salir de la biblioteca también me pareció muy sexy, darling.

Me giré en cuanto noté que me picó la mejilla y lo miré con una sonrisa, comenzando a abrocharle la camisa segundos después. Me quedé en silencio mientras lo hacía, abrochando cada botón con extremo cuidado y la vista completamente fija en ello hasta que logré cerrarla por completo. Suspiré, dejando la mano con suavidad sobre su pecho.

>>Anoche me dijo que me quería —confesé, finalmente, levantando la vista—. Y que quería que la tocase. No puedo hacerle eso, voy a romperle el corazón a una niña buena, no es eso lo que hacemos.

¿Pero entonces por qué estás planeando aceptar su proposición, estúpida?

Contenido oculto

pero que es este after sex tan cute lol (?

 

Mantuvo su atención sobre ella, en silencio, mientras le acomodaba la camisa. Luego de haber hecho semejante alboroto era extraño, ¿no? Aquel vacío punzante. Podía oírlos, algunos estudiantes yendo y viniendo por los pasillos, la lluvia afuera, sus respiraciones pausadas.

Una sonrisa ligera se le escapó al recibir los ojos celestes de Alisha y la escuchó atentamente. Era obvio que algo le había pasado, lo había notado desde la noche anterior, luego de la fiesta, pero no supo bien cómo preguntar. Estaba en una situación de mierda, ¿no? Se había metido en terreno pantanoso.

"No es eso lo que hacemos."

Tenía razón, ¿verdad? Podían darle mil y un vueltas, pero era tan sencillo como eso. Ellos ya habían tomado su decisión, habían trazado la línea y cruzarla... cruzarla era lisa y llanamente estúpido.

Incluso cruel.

Pero por algo vivían allí, ¿no? Entre las sombras. Porque nada les importaba.

—Ali-chan —la llamó, con voz suave y pausada, y le sonrió—. Es raro verte preocupada.

Le picó la nariz, cariñoso, y luego distrajo su mirada mientras le acomodaba el cabello tras la espalda.

—Si te preocupa, deberías pensar las cosas antes que sentirlas. Los arrepentimientos son una cagada, ¿no?

 

Alisha Welsh

Asentí con la cabeza, sonriendo de manera genuina al escucharlo. Éramos unos raros, ¿verdad? Teniendo sexo en un lugar público para después pedirnos consejo mientras nos vestíamos mutuamente con un cariño inmenso.

Quizás hasta los promiscuos estúpidos como nosotros merecían tener a alguien a quien querer.

Me agaché para coger mi camisa y el lazo del uniforme, extendiéndoselos hasta dejarlos sobre sus manos, e imité su posición anterior, extendiendo los brazos hacia los lados.

—Yo también quiero~ —pedí, con tono infantil, mientras hacía una mueca.

 

Se permitió una risa divertida, realmente enternecida, y comenzó a disponer sin reproches. Abrió la camisa, la sacudió un poco pues había estado en el suelo, y empezó a vestirla con toda la paciencia del mundo.

—Matty hará hoy un pollo con papas en la cena —comentó, enganchando los botones—. ¿Quieres venir? Ya sabes, podemos comprar salsa barbacoa cuando salgamos de aquí así nos intoxicamos~

Algo le decía que Alisha se sentiría mejor acompañada.

 

Alisha Welsh

—Ah~ —me llevé la mano a la mejilla, en un gesto dramático—. Creo... que me estoy empezando a enamorar de ti, Wickham-kun~

Solté una risilla baja después, dejando caer la mano, y volví a asentir con la cabeza, mucho más emocionada.

>>Me encantaría~ —respondí finalmente, y llevé la otra mano a su flequillo, revolviéndoselo con una sonrisa—. Pero solo porque cocina Matty, ¿eh~? Creo que si no fuese tu hermano, sí que me enamoraría de él.

Ladeé la cabeza entonces, divertida, sacándole la lengua durante un breve instante. Era broma, por supuesto, Matty había acabado siendo, de alguna manera, como un hermano mayor para mí también.

 

Se rió con genuina frescura, casi infantil, al oír su broma. Una vez tuvo lista la camisa, buscó el lazo y lo pasó por detrás de su cabeza para empezar a anudarlo sobre su pecho.

Por eso le gustaba tanto su relación con Alisha, ¿verdad? Era francamente imposible que se enamoraran del otro, al menos en el sentido que cualquiera esperaría. Ya hasta lo habían intentado y todo y, Dios, qué desastre había sido. El simple recuerdo era capaz de arrancarle una risa.

—¿Eh? ¿Vas a decirme que no te gusta cómo cocino, Ali-chan? —se quejó, enfurruñado, y luego la sujetó por los hombros para sacarle la lengua—. ¡Y aléjate de Matty, sucia zorra! ¡Él es mío!

No era como si tuvieran una etiqueta preestablecida. Alisha sólo era estúpidamente importante para él y ya.

 

Alisha Welsh

—Claro que me gusta, tonto~ Pero, ah, Matty-senpai, ¿qué puedo hacer? Soy una chica muy débil.

Suspiré con pesadez pero lo cierto es que no pude contener la risa de genuina diversión que me provocó su último gesto, haciéndome perder el papel de la broma. Llevé una mano a su mejilla.

>>Está bien, sabes que eres mi hermano favorito~

Joey y yo medíamos más o menos lo mismo así que no tuve muy complicado alzar la cabeza para depositar un beso sobre su nariz, rodeándole el cuerpo después con mis brazos.

"Gracias"

>>Deberíamos irnos ya, ¿no? —murmuré, en cuanto me separé, dirigiéndole otra sonrisa algo pícara—. O voy a acabar por comerte otra vez~