Pasillo (3º piso)

No le di importancia a la respuesta de la muchacha, realmente, no porque me interesara o pretendiera pasar de ella, sino porque me movía en base a reacciones simples y según ese criterio, el chico se había coordinado mejor con mi energía que ella. Ni siquiera me pregunté si la habría incomodado o pillado desprevenida, simplemente... no lo pensé. Tomé lo que brindó y ya.

La miré, pues, cuando habló, pero acabé desviando mi atención al muchacho. ¡Ah, Kasun! Sí, sí, ese era el apellido del gemelo malvado.

—Yes, I am —respondí aún con entusiasmo, balanceándome ligeramente sobre mis talones—. Tu hermano va a esa, ¿no? Que a ver, a ver, ¡me estoy arriesgando, eh! Sólo digo, es pura intuición femenina, una corazonada.

Al final se me aflojó una risa y me corrí el cabello tras la espalda cuando pretendió adelantarse con mis movimientos.

—Suena super divertido tener un gemelo. ¿Han hecho esas cosas que ponen en las pelis? Como intercambiarse las citas, o rendir exámenes en lugar del otro, o vestirse como el otro y jugarle bromas a los demás.

 

Asentí varias veces cuando el muchacho me siguió el chiste, aún a sabiendas de que era una tontería, me consideraba una chica sencilla y tan sólo eso bastaba para mantenerme el buen ánimo. Y por las mismas razones, digamos, tardé lo suyo en notar que iban agarraditos de la mano. Había sido sutil, pero me pareció que Génesis había afianzado el contacto y recién entonces me pregunté si serían pareja.

Bah, tampoco me interesaba.

La pregunta de Zoldryck me forzó a poner las neuronas en funcionamiento. Arrugué el ceño, haciendo un paneo mental de mi clase, y por suerte conseguí la respuesta que deseaba. Gracias debería darle a que fuera uno de los hot ones, o de otra forma no habría podido contar con mi ayuda ni de coña.

—¡Ah, el albino! Sí, sí. —Volví a asentir varias veces, estirando el cuello para husmear dentro de la 3-2—. Lo vi, sí. ¿Te tocó con él, sugar? So lucky~!

Luego me preguntó sobre nuestro proyecto y deslicé la mirada a Génesis, con la misma sonrisa animada de siempre, esa que me daba las pintas de no enterarme de nada. No era la más avispada de la camada pero tampoco era imbécil, e internamente me pregunté si a la niña le habían comido la lengua o algo, que debía hablar su amigo/novio/loquefuera por ella. ¿Quizá fuera simplemente tímida? Aunque se había puesto algo dura con la morena de recién. Bah.

Otra vez: tampoco me interesaba mucho.

—Now, now, baby, don't be so harsh~ —Solté una risa fresca, juntando las manos a la espalda, y asentí—. Me parece bien, o incluso si quieres verlo ahora, total estoy super aburrida.

Volví la mirada a Zoldryck.

—¿Y tú qué tal? ¿Vas a acompañarnos? Tres mentes piensan mejor que dos, after all~

 

Me mordí la lengua para no responderle a Génesis con el chiste más tonto y evidente del mundo, porque no tenía pinta de que fuera a festejarlo; es más, quizá me miraba como si estuviera imbécil ¡y prefería ahorrarle esa herida a mi corazón!

¿Dónde haría uno el proyecto de arte?

¡En la sala de arte, duh!

Parpadeé y recorrí el pasillo con la mirada, como si pretendiera confirmar su punto de que... ¿estaba sucio? A mí no me lo parecía. Entre tanto, aquellos dos parecían más y más pareja, así que puse todas mis neuronas al servicio de la causa.

—Podemos ir a la biblioteca o algún lugar con computadoras, en caso de que necesitemos investigar algo. Con respecto al proyecto... —Sonreí un poco de repente, junto a un "¡ah!" muy ilusionado, y me acerqué a la chica. Bueno, a ambos—. ¿Te interesa la moda, Génesis? ¡Podríamos hacer un proyecto de indumentaria!

El muchacho aceptó la sugerencia de acompañarnos, a lo que festejé con un simple aplauso y luego volví a reírme.

—¿Robarte ideas? —repliqué, y por lo poco que había visto ya de ella, le piqué apenas el brazo a la rubia haciendo puchero—. Oye, quiere robarse nuestra idea, ¿no vas a regañarlo o algo?

Igual era, obviamente, pure bullshit, así que no tardé nada en recuperar el ánimo y menear la cabeza.

—Nop, me transferí hace poquito, así que todo esto es bastante nuevo para mí. ¿Ustedes qué onda? —Y luego de haberle dado vueltas un rato, sin ninguna clase de vergüenza pregunté—: A todo esto, ¿son pareja o qué onda?

 

Los días iban transcurriendo cada vez con más normalidad y, por mucha culpabilidad que quizás llegase a sentir, lo cierto era que me estaba acoplando bastante bien a mi nueva vida en Japón. No me daba el corazón para negar la hospitalidad que Satoko y Tadao nos estaban ofreciendo, y tampoco podía seguir haciéndome la dura cuando veía a mamá tan feliz ahí, tan... deslumbrante; como si siempre hubiese pertenecido a aquel hogar.

Quizás fuese momento de que yo también superase la ruptura de mis padres.

Sea como fuere, la segunda semana de mayo nos recibió con un nuevo proyecto escolar, y mentiría si no dijese que aquella noticia me tiró algo de ansiedad encima. Con el primer grupo había tenido suerte, pero no tenía ni idea de cómo sería el segundo, y era cierto que había mejorado mi japonés de manera bastante exponencial... pero justamente por eso temía no estar a la altura, porque posiblemente mis compañeros esperarían cierto nivel de eficiencia que no sabía si iba a poder alcanzar.

También podía ser que me estuviese haciendo bola por nada y que me hubiesen tocado personas bastante comprensibles, claro, pero hasta que no diese con ellas, no podía dar nada por asegurado.

La suerte quiso hacer que enfrentase mi temor más pronto de lo que hubiese supuesto, pues al salir al pasillo para dirigirme a algún punto para almorzar, distinguí un grupo reunido en el que reconocí la cabellera tan colorida de Abigail, una chica de mi clase que justamente me había tocado como compañera en el trabajo. Podían no estar hablando del proyecto, a decir verdad, pero me pareció distinguir mi nombre al inicio de la conversación y... supuse que tenía que atreverme a intentarlo.

Siguieron hablando en lo que yo me decidía a acercarme, y preferí pensar que no estaba interrumpiendo nada importante cuando finalmente alcancé la posición del trío. No me había parecido reconocer el nombre de un chico en el grupo, tampoco, pero no era una preocupación con la que quisiese lidiar en aquel momento, así que simplemente decidí dejarlo pasar.

—Buenas tardes. Disculpad, espero no molestar, pero soy Eun-bi y... ¿creo que compartimos grupo en el proyecto? Al menos creo que lo hago contigo —añadí mirando a la pelirrosa, con una sonrisa algo nerviosa al dar con su mirada—. Esto... Bueno, si estáis hablando de eso, me gustaría participar, de ser posible.

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holi, mi five no me permitía no participar en una posible reunión de los grupos en los que estoy, so si me disculpan me voy a acoplar un poquito (? realmente podéis ignorarme, yo tiro mi dadito cuando toque y me voy, no molesto mucho (????

 

Noté que la chica me repasaba con la mirada, aunque con su expresión tan ¿incambiante? ¿Existía esa palabra? Anyway, que no tenía forma de saber lo que pasaba por su cabeza. Parpadeé, aguardando por su respuesta, y mi sonrisa se ensanchó apenas aceptó. ¡Ahora sí estaba emocionada! La moda me gustaba mucho y, de hecho, consideraba que también me gustaba mucho expresarme mediante la ropa que vistiera, así que podía decirse que era un tipo de arte, ¿verdad?

Sí me confundió un poco que no captara mi broma, y cuando Zoldryck se acercó a su oído pensé si no estaría justamente explicándole eso. A ver, a ver, no quería ser muy savage ni nada, ¿pero esta tía era...? ¡B-bueno, tampoco quería usar la palabra 'normal'! Pero ya sabes, de esas personas que les cuesta relacionarse socialmente pero para matemática y esas cosas son un rayito. ¿Sería de esas?

¡No estaba juzgando, tho! Sólo curiosidad, pura curiosidad.

—Ow, that's so cute! —celebré con honestidad, juntando las manos junto a mi rostro, y recibí su pregunta sin darme cuenta del cambio de tema brusco ni nada—. ¿Hmm? I'm from the States, miss! California, más concretamente. ¿Ustedes?

Y estábamos por empezar a caminar cuando una cuarta persona se nos unió, interrumpiendo, también, la pregunta que ya tenía en mente para el par de t- Ah, no, no, que habían dicho que eran mejores amigos. ¡Recuérdalo, Abby!

Me giré hacia la castaña y abrí la boca, pues la asocié de inmediato con mi clase. Sí, sí, tenía que ser la famosa Eun-bi. No tardó nada en confirmar mis sospechas, me miró y le sonreí, asintiendo con la cabeza.

—En efecto, ¿será el destino? ¡Mira cómo nos reunimos casi sin quererlo! No puede salir un mal proyecto de esta suerte, ¿verdad? —Qué manera de decir estupideces, my god—. Justo habíamos decidido ir a la biblioteca para conversar al respecto, además de que pensamos que podíamos hacerlo sobre moda. ¿Qué te parece, linda? ¡Ah! Y ese de ahí es... Ahora vas a ser Morgan.

Me reí, viendo a Zoldryck, y junté las manos al frente.

—Bueno, ¿vamos~?

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Pueden postear directamente en la biblioteca, si quieren <3

 

La idea de oficializar el club de Joey como el punto de reunión de nuestro grupo seguía haciéndome ruido, lo hacía incluso por razones que no llegaba a comprender plenamente, pero así como no tenía fundamentos para denegarle la participación aquí, pues tampoco los había para esto. Si se lo analizaba fríamente todo era ganancia, ese club sólo lo frecuentaba él y estaba relacionado a lo que debíamos hacer. Podríamos trabajar con calma y las veces que quisiéramos.

¿Por qué, entonces, la idea seguía enfriándome la sangre?

Cuando Kenneth preguntó, Joey se apresuró por responder y no pude sino quedarme callada. Lo escuché reírse cuando Thornton bromeó sobre estropear sus fotos y, confianzudo como era, buscó sus hombros para jalarlo y arrastrarlo hacia la puerta. Yo los seguí con calma, escuchándolos. Había echado un vistazo en torno al aula, por la mera curiosidad de ver si estaba Arata o no y saludarlo, pero a medio camino recordé que Joey y Alisha eran algo reiterativos sobre su existencia y... preferí no darles material de sobra para nada. La idea me ponía malísima, el hecho de notar que el par de imbéciles llegaba a tener alguna clase de influencia sobre mi vida y mis decisiones, pero antes de que pudiera repensarlo ya estábamos en el pasillo. La oportunidad había pasado.

One win for them, I guess.

—Nonsense! —Joey exclamó de repente, captando mi atención—. Seguro eres el próximo Picasso de nuestra generación. ¿Tienes bocetos encima o algo?

Cuando llegamos frente al club, grande fue nuestra sorpresa al darnos cuenta que la puerta no cedía. Joey murmuró algo por lo bajo, inclinándose para husmear en la cerradura, y alternó la mirada entre ambos.

—No estoy seguro si está cerrada o tiene la cerradura trabada, así que mejor buscamos al conserje. —Nos dedicó una sonrisa deslumbrante y empezó a caminar en reversa—. Me esperan acá, eh, ¡y nada de hablar mal a mis espaldas!

Con el muchacho fuera del panorama, mi cuerpo se relajó sin pedir permiso y respiré por la nariz, cepillando mi cabello con una mano. Lo pasé entre mis dedos en toda su longitud y le sonreí a Kenneth.

—¿Qué tal has estado, cielo? ¿Todo tranquilo?

 

El muchacho prácticamente se me echó encima tras responder a su pregunta, lo que me hizo confirmar con bastante facilidad mi teoría de que era alguien algo confianzudo. Por el momento me sentía bastante cómodo en su presencia y, a decir verdad, agradecía relacionarme de vez en cuando con algún chico; en absoluto iba a desestimar la maravillosa compañía femenina que había tenido la suerte de tener aquellos días, pero tampoco pensaba hacerlo con la masculina si se daba el caso, ni mucho menos.

—Claro, ahora en el club os puedo enseñar algunos y decidir si podemos hacer algo de verdad con ello o no —contesté con aire liviano, tras haber soltado una simple carcajada a su comentario anterior por mi posible talento artístico.

Sin embargo, al llegar al famoso club, la puerta no quiso ceder y Joey tuvo que ir en busca del conserje para poder acceder a la sala, lo que nos dejó a Sasha y a mí prácticamente a solas en mitad del pasillo. Me despedí del muchacho con un gesto de cabeza simple y me giré hacia la pelirroja inmediatamente después, notando la manera en la que su cuerpo se relajaba una vez el moreno salió del panorama.

Una vez más, nada en lo que me tuviese que inmiscuir.

>>Todo bastante bien, de hecho —le respondí, sin alterar demasiado mi sonrisa algo risueña—. Empiezo a llevarme mejor con el idioma y a conocer bastante gente, así que no tengo demasiadas quejas. ¿Tú cómo has estado estos días, Sasha? Creo que no nos vemos desde que coincidimos en el festival aquel, ¿cierto?

 

Arrugué el ceño ligeramente ante su respuesta, no porque me lo hubiera creído sino porque, de estar siguiéndome el teatro, lo correcto era hacer lo propio, ¿no? Además, bueno, esta chica no era precisamente de dar el brazo a torcer. Al menos esa impresión comenzaba a darme. Lo que sí me agarró en curva, sin embargo, fue su próxima movida.

Cuando me tocó.

No era ningún maniático excesivo del espacio, pero me gustaba administrarlo con tiempo y como a mí me apeteciera. Era consciente de que mostrarme amigable y lucir tan inofensivo tendía a darle a la gente una imagen... algo errónea, quizá. Nada me importaba demasiado, ¿por qué me afectaría que me pongan mano encima? Ya había pasado situaciones así varias veces, sobre todo en la calle.

Y el resultado no cambiaba.

No quise ser grosero con ella, sin embargo, así que me quedé quieto y simplemente esperé a que rompiera el contacto. Cuando me rodeó para comenzar a caminar, me permití ese instante sin su atención encima para respirar y disponerme a seguirla, como si nada. Conforme pasaba el tiempo, la sensación de incomodidad fue mermando.

—¿Actor? No realmente —murmuré en tono suave, mis manos refugiadas dentro de mis bolsillos—. Los actores se supone que sean versátiles, y yo sólo sé poner cara de cordero degollado.

Era consciente que no había hecho mucho por mantener viva la conversación, pero tampoco se me ocurrió qué otra cosa decir.

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ando haciendo tiempo en lo que Rojito me responde en la cafetería uwu

 

Había llegado bastante temprano a la escuela, y como no le encontraba sentido a quedarme dando vueltas por ahí, hice el cambio de zapatos y subí directamente a mi clase. Repasé unos apuntes, respondí un par de mensajes. Mi nombre resonó a un par de metros y el cuerpo se me tensó ligeramente, misma razón por la cual fingí no haber oído nada. Si iba a ser inevitable, pues vale, pero no iba a mover un músculo para propiciar alguna clase de interacción. No me apetecía y me daba pereza, entre otras cosas.

Era consciente de la existencia del proyecto, pero tampoco me quitaba el sueño.

Al final, fue inevitable. Oí al grandulón acercándose más o menos desde que puso un pie dentro de la 3-3, pero no alcé a mirarlo hasta que se detuvo a mi lado y me habló. Lo observé con la cara de poker de toda la vida, con una clara nota de indiferencia, y seguí sus movimientos en silencio hasta que cerró la boca. Se había sentado, bueno. Confianzudo el cabrón.

—No sé nada de ellos, no —respondí en tono plano, incorporándome—. Pero los dos van a la 3-2, ¿no?

Y ya que parecía tan lengua larga, seguramente me ahorraría el trabajo. Enterré las manos en los bolsillos y lo miré de reojo, indicándole que me siguiera o sólo asegurándome que lo hiciera. En lo que duraba el trayecto, sopesé su última pregunta.

—No me detuve a pensar qué hacer, no. —Nos detuvimos frente a la 3-2 y eché un vistazo dentro, aunque obviamente acabé mirando a Jack. Me mantuve en silencio un par de segundos, cara de poker, sin quitarle los ojos de encima, hasta que agregué—: Aoyama, Misato y Sonnen, Altan.

¿Era mi forma de decirle que preguntara por ellos? Pues... sí. Ya estaba visto que no se me daba bien la vida social, precisamente.

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weno, no sé si ya tienen otros planes or something pero just in case, por si se quieren unir a la reunión Kuno Vizard Yáahl andan buscando a sus niños

 

Ni el más grande de los imbéciles habría negado que la reacción de Dunn me la había buscado a posta desde hace días, por mucho que el mocoso pareciera haber estado en el Nirvana muchísimo rato, pero había bastado que le asignaran el proyecto para que se le enredara en el cuerpo una telaraña negra como el putísimo Vantablack. Lo estaba comprimiendo como una serpiente o los dientes de un lobo, para ser más preciso, hasta hacerlo reventar. La hostia en la cara era una de las cerezas del pastel y luego llegué yo, a decirle sus verdades y atizar el incendio.

Si hubiese andado de mala hostia era posible que me hubiese reído en su cara, no había una sola fibra en el cuerpo de ese imbécil que fuese amenazante, por mucho que lo intentara, y de hecho en su violencia había tanto miedo que daba la sensación de que si lo mantenías allí el suficiente rato terminaría echando a llorar como un crío de seis años. Sin embargo, por mucho que fuese un cachorro anémico, en su fuego había tanto resentimiento que él mismo no sabía qué hacer.

Éramos líneas paralelas.

Nunca lograríamos conectar.​

No tenía los detalles, los argumentos o suposiciones que movían semejante desastre, pero tenía el nombre de su diablo y era suficiente desde mi punto de vista. Aún así me quedé en medio del patio durante un minuto entero en lo que Arata se llevó al crío consigo, con la palabra parásito haciéndome eco en la cabeza y solo cuando conseguí arrojarla a un lado reinicié la marcha bajo la leve llovizna.

Ese retraso me impidió ver más de un numerito, entre eso lo del nuevo, a Anna llevándose a Hodges y todo el teatro. Habían nuevas hilachas cruzando el aire, como siempre, atadas a ninguna parte y acabé por ignorarlas hasta encontrar dónde se interconectaban casi por accidente, incluso si me atravesaban. Fue así que hice el cambio de zapatos, pasé de la existencia de Arata, Cayden, la princesa goma de mascar y el príncipe francés para decidirme por tomar el ascensor.

Estaba por entrar a la 3-2 cuando noté al gigantón con Sugawara frente a la clase, así que fue cosa de hacer dos más dos. Igual me acerqué con intenciones de entrar, hasta que escuché mi nombre salir de la boca del otro cara de moco y me detuve junto a ellos.

—Atkinson se pegó la lotería, ¿no? Mucha conversación no le va a salir en este grupo —dije al aire con la misma cara de póker que Sugawara y después me presenté, igual de escueto—. Sonnen, obviamente. No sé dónde esté Aoyama.

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pues pa aprovechar el bug me cuelo aquí, ola

 

Ni siquiera hubo que buscar, vaya. Como si los hubiera conjurado, los dos miembros faltantes se materializaron en fila. Primero volteé hacia Sonnen, lo recordaba de aquella vez con Ayaka, de cuando había querido ayudar a la amiga de Kohaku y este iba con ella. Claro que hasta ahora hacía la asociación cara-nombre. Mira nada más, las vueltas de la vida. Su comentario me dio igual y me mantuve en silencio, reparando brevemente en sus ojos negros, cuando deslicé la mirada apenas un par de centímetros más allá de él. Aoyama.

Seguí su reverencia sin moverme un centímetro, aunque alcé mínimamente las cejas al advertir que había pasado por completo de la existencia del basquetbolista aquí presente. ¿Por qué? No sabía ni me interesaba. Aoyama iba a la misma clase de Sonnen, asumí que sabría quién era quién.

—Atkinson —destaqué con calma, apoyando la espalda en la pared detrás de mí y sin remover las manos de los bolsillos. Sólo moví la cabeza brevemente en dirección a Jack, para que se diera por entendida—. No tendremos tiempo de reunirnos en ninguna parte ahora, pero ya que estamos aquí... Por mi parte, creo que un informe escrito sería lo ideal.

Eso, claro, referido a mis nulas habilidades artísticas. Habiendo nacido en la cuna de los Sugawara y sin un rumbo claro, mamá se había esforzado por... alentarme en varias direcciones. Artes, deportes, idiomas. Lecciones de piano, alemán, pintura, tenis, violín, chino, inglés. Me llevaba con ella a las obras de teatro y los ballet, y de vez en cuando convencía a papá para que me invitara a los partidos de polo o me hiciera un lugar en las tardes de golf. Nada duró demasiado. Más temprano que tarde vimos el beneficio del acuerdo, yo hacía caso unos pocos meses y cuando dejaba entrever mi cansancio, mamá me dejaba en paz un tiempo hasta que encontrara otra actividad. Dudaba que alguna vez la idea le hubiera dado la más mínima cuota de alegría, pero fue lo mejor que conseguimos.

Eso, claro, hasta que me fui a la mierda.

Poseía la teoría, por ende, de muchísimas mierdas sin sentido, así que si enfocábamos el proyecto desde un punto de vista analítico o descriptivo podría ser de utilidad. Caso contrario, bueno, me los quedaría mirando.

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Sé que le toca a Tomtom postear, pero quedan poquitos días de período y me gustaría que todos lleguemos a lanzar la listita so fuck orden :D

Haru: 2.5 puntos
Altan:
Jack:
Misato:
TOTAL: 2.5 puntos

 

Aoyama ya no se moría este año, porque poco después de mencionarla apareció en la reunión improvisada. Seguí sus movimientos de forma muy parecida a Sugawara de hecho, tampoco me moví un ápice, y solo me quedé pensando en que había pasado de la existencia del gigantón como una campeona. No que me interesara, pero simplemente me pareció curioso siendo que al chico casi teníamos que ponerle un casco para que no se diera de topes con los marcos de las puertas.

Por otro lado, esta chica tenía toda la pinta de ser la señorita responsabilidad y no sabía si darle el pésame. No decía que fuéramos malos estudiantes ni nada, pero tampoco teníamos pinta de, bueno, esforzarnos más allá de lo meramente necesario aunque igual y era una mera suposición guiada por las apariencias. Ya bastante era que hubiésemos conseguido juntarnos así de repente.

Como fuese, el segundo cara de moco soltó una idea y lo miré con el rabillo del ojo, porque tenía toda la pinta de almacenar información innecesaria suficiente para montarse un informe, cosa que a mí tampoco me faltaba. Regresé la atención al otro par con cierta pereza que no me molesté en disimular y hablé luego de haber tomado aire.

—Apoyo la idea del informe. Podemos elegir un movimiento artístico y ya está —comenté pues para por lo menos apuntar el asunto hacia alguna parte, claro que tampoco me las iba a dar de dictador en un proyecto escolar, así que añadí algo más—. Si están de acuerdo, claro.

Pasaba que por mucho que mi madre fuese una prodigio de la música y lo que quisieras, nunca hubo manera de que yo lograba nada relacionado a la música, menos a las artes plásticas y que no se dijera del resto de expresiones artísticas que uno pudiese nombrar. Lo de siempre, era bastante rígido, suponía que no me permitía el flujo emocional de los artistas y esas cosas. Lo que quería decir es que ponerme a mí a hacer algo práctico era un chiste, así que mejor irnos a la segura o algo así.

Suponía que si se decidían por descartar la opción de dos malditos introvertidos con complejo de máquina podíamos hacerles de sujetapapeles o lo que fuese, qué más daba.

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me muero de cansancio pero la responsabilidad que altan no tiene, la tengo yo okno
Edit: mis listas están malditas, lo juro por dios

Haru: 2.5 puntos
Altan: 0.5 puntos
Jack:
Misato:
TOTAL: 3 puntos

 

Que Ri hubiese tomado de esa manera el liderazgo del proyecto era de alguna manera sorprendente, pero al mismo tiempo no tanto si me paraba a analizarlo el suficiente tiempo. Era una chica enérgica a la que definitivamente le gustaba ser el centro de atención, y si el asunto trataba de algo que le gustase, definitivamente era de esperar que acabase guiando a los demás gracias a su entusiasmo. Por ello no me sorprendió demasiado el hecho de que hubiese estado mensajeándome todo la tarde anterior con ideas y preguntas sobre el proyecto; se notaba que quería hacerlo bien y yo no podía estar más orgullosa de ella.

Acepté, pues, encontrarme con ella antes de que empezasen las clases para terminar de ultimar algunos detalles en persona. La vi en los casilleros, de hecho, pero realmente no planeaba molestarla cuando parecía estar rodeada de tan buena compañía (para ella) y, a decir verdad, hubiese estropeado un poco el secretismo que tanto quería llevar con el asunto, por lo que decidí mejor esperarla en la tercera planta para cuando acabase.

Así pues, me quedé esperando en el pasillo, y unos cuantos minutos después escuché las puertas del ascensor abriéndose, haciendo que girase la cabeza para mirar hacia allá por designio de una especie de sexto sentido. Y efectivamente, apenas un segundo después vi a Shinomiya saliendo mientras se ajustaba la corbata, seguido de Ri haciendo exactamente lo mismo con su falda. No había que hacer dos más dos para saber qué rayos había pasado ahí dentro, lo que me hacía un poco de gracia a aquellas alturas, a decir verdad.

—¡Ah, Thi! ¡Buenos días~!

Me despedí del chico con un gesto de cabeza mientras entraba a la clase, justo en el momento en el que Riamu se percató de mi presencia, y me quedé un rato más en el pasillo junto a ella para terminar de aclarar algunas cosas antes de despedirnos e ir cada una a su aula.

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Riamu: 1.5 puntos
Cayden: 1.5 puntos
Alethea: 1.5 puntos
Kou: 2.5 puntos
TOTAL: 7 puntos