Pasillo (1º piso)

Me sonreí al oír que Jack rechazaba mi propuesta de lamer culos, aunque lo hice viendo al frente y ninguno de los dos habría podido distinguirlo. Luego siguió hablando de las instalaciones y no le presté mucha atención hasta que oí mi nombre en su boca. Lo vi de reojo antes de empezar a bajar las escaleras, en dirección al primer piso.

—Sí, estoy en el de lectura. Se reúnen en la biblioteca, planta baja —comenté con ligereza, disponiéndome a indicar las instalaciones—. Ascensor, como siempre. Aulas y baños, como siempre. La enfermería aquí, el club de cocina y el salón de artes. Ahí se reúne el club de arte, claro.

Me tomé un instante para detenerme, apoyar la espalda en los ventanales y mirarlos.

—¿Hay algún club que les interese, muchachos?

Distinguí una cabellera cian apresurándose por las escaleras, hacia arriba, y arrugué ligeramente el ceño un segundo. No tenía idea cómo describirlo, no había mucho disruptivo en su lenguaje corporal, pero lo conocía lo suficiente para... bueno, conocerlo. Había algo extraño. Hice un repaso mental bastante rápido de los últimos días, no lo había visto mucho y casi siempre andaba ocupado. No tendía a preguntar con qué, pero ahora la duda inevitablemente acudió a mi mente.

Solté el aire por la nariz, revisé algo en mi móvil y devolví la atención a mis acompañantes de recorrido, removiéndome en señal de que pretendía retirarme.

—Bueno, muchachos, el tiempo se va acabando. En la planta baja está la cafetería, el gimnasio y todo eso, al lado de cada puerta hay un cartel, la verdad. También hay un invernadero y un dojo afuera. El almuerzo tendrá que quedar para otro día, nos vemos~

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madarauchiha

 

Entre toda la estupidez, encargarme de que Joey y Jack se conociesen por todo el asunto del club tenía que ser lo único que haría sin ninguna clase de intención extraña, y seguramente lo iba a hacer hasta encantada. Conocía a Joey, sabía que lo de la fotografía era algo mucho más importante para él de lo que pudiese parecer, y tener a alguien genuinamente interesado en ello seguro que le alegraría.

Así pues, asentí con la cabeza ante aquello y seguí después el movimiento de su cabeza hasta dar con la cámara que había en los casilleros, levantando le brazo para saludar a la misma con una sonrisa divertida. Venga, ¿no se había dado cuenta de las cámaras que había por todos lados, siendo esta además una escuela de puros pijos? Estaba empezando a entender por qué se había acercado a mí sin más; seguramente no tenía ni idea de la reputación que me precedía.

—¿Eh~? Pues no sé, la directora dice que seguridad, pero supongo que en realidad es para controlarnos y que no hagamos tonterías~ —le mandé un beso a la mujer a través de las imágenes, si no nos conoceríamos ya ella y yo, y me giré de nuevo hacia el chico—. Pero no puede poner cámaras en los baños ni en las duchas del gimnasio, ¿verdad?

Y tenía que saberlo perfectamente, esa señora no podía ser para nada tonta. Tenía que saber que habíamos trasladado todas las ilegalidades a los baños, a la azotea y al armario de enseres. Pero quizás era lo que quería, ¿o no? Mejor tener todo lo malo en un par de sitios concentrados que por toda la academia, I guess.

Sea como fuere, la guiñé el ojo divertida y no tardé en girar sobre mis talones para poder seguirlo a lo largo del pasillo. Pensé que usaríamos el ascensor, pero el tipo siguió caminando hacia las escaleras y, bueno, ¿quién era yo para inmiscuirme en nada? Si tardábamos en entrar a clases y lo usaba de excusa, no iba a ser yo la que se quejase al respecto.

>>¿Me estás invitando a una cita, Jackie~? Qué atrevido~ —canturreé, divertida, lanzándole una mirada de soslayo—. Fine, I'm all yours then~

Tendría que guardarme las cosas más interesantes para el almuerzo entonces, ¿quizás? Pf, qué sabía yo, también podía ir contándole cosas según me acordase y ya, con tal de tenerlo entretenido y contento. Sobre todo tenía que tenerlo contento~

No sé cómo llegamos al primer piso, pensé que no lo alcanzaríamos nunca y también pensé que mi culo inquieto estaba haciendo un gran esfuerzo para conseguir lo que quería conseguir.

>>Aquí está la enfermería. Tenemos de todo menos una enfermera que nos haga caso, así que es barra libre. Y las camas están muy bien para echarse una siesta de vez en cuando. Y no te preocupes, no está en contra de las normas eso~ ¿Qué más? Ah, eso de ahí es la sala de arte y no quieras meterte a menos que quieras que cierta kitten te acabe arañando~

¿Un poco críptico el mensaje? Quizás, pero así era más divertido.

>>¿Y de dónde eres, Jackie?

 

Emi lo entendía, podría haber apostado por ello desde un comienzo y ahora sólo lo confirmaba. Según algunas cosas que me había contado ella aún nunca se había enamorado o sentido nada particularmente fuerte por alguien, pero su forma de ver y conectar con el mundo le permitía comprender. Estaba segura de ello, y así no lo hiciera una mierda, lo único que me transmitía era apoyo y seguridad. Se lo agradecía inmensamente.

No nos tomó nada volver a hacer el tonto. Comenzamos a subir las escaleras, a la pasada me pareció ver a Kurosawa pero no le brindé mayor crédito. Como mínimo me alegró verla en la escuela, no iría a creer que ya se sentía bien pero era un avance, ¿no? Mínimo, aunque sea. ¿Qué importaba el tamaño del paso, en tanto te direccionara hacia adelante? Al menos así lo veía yo.

Emi captó mi atención al llamarme y giré el rostro hacia ella, nuestros brazos seguían enganchados. Giramos en el primer piso para seguir hacia el segundo e inflé las mejillas como una cría.

—Salgo tarde —me quejé, animándome de golpe—. ¡Pero qué va! Podemos escabullirnos luego del receso y saltarnos las clases de la tarde. ¿Qué dices? ¿Cometerías crímenes conmigo, Emi-chan?

 

Le dediqué otra sonrisa, bastante aliviada, y asentí con la cabeza con algo más de convicción cuando recibí su respuesta. No tenía ningún motivo para no creer que sus palabras fuesen ciertas, así que las acepté sin mayor complicación. Yo también me alegraba de conocerla, ¡parecía bastante amable!

—Uhm... de hecho a eso venía. Ri está de viaje, no sé realmente si volverá mañana o no, así que no sé si podéis contar con ella para el trabajo. ¡Pero si necesitáis ayuda con su parte yo quizás pueda!

Aunque nosotros tampoco nos habíamos puesto con ello y vete tú a saber si estaba en posición para ofrecerme de esa manera. Pero hey, no podía hacer nada si me salía el impulso; además, todo repaso podía ser de ayuda, ¿o no?

>>¿Yume-san? Ni idea, lo siento. Ri solo me dijo que parecía un poquito denso y que casi compartían apellido. Quizás sea mejor que le preguntes a alguien de tu clase, seguro que te puede ayudar mejor que yo~

 

Cuando vi que volvía a sacarme la lengua ya me hacía a la idea de que podríamos echarnos la mañana entera con esa tontería, y podía pecar de infantil a veces pero tenía mis límites. Me limité a sonreírle y me encogí de hombros, rindiéndome, antes de seguir con lo demás. Era probable que Sanji fuera a ganarme en todo lo que se propusiera porque, de por sí, parecía contar con una reserva infinita de energía. Al menos esa sensación me daba desde que lo había conocido en la fiesta, entre sus trucos de magia, la parafernalia, las bromas, los hurtos inofensivos y los monólogos. Vaya, sólo de enlistar todas las cosas que le había visto hacer me cansaba.

Sabía que no podría estar a su altura, pero igual era muy divertido seguirle el juego un rato.

Seguí sus movimientos de soslayo al verlo sacar las cartas y tal, pero no acoté nada al respecto. Subí a sus ojos apenas abrió la boca y le presté la atención de siempre, recuperando la sonrisa infantil al oír su idea.

—Venga, ¿por qué no? Es un plan infalible, nadie nos descubrirá y podremos avanzar con la operación a ojos de todo Dios. Tú me pides el croissant con crema y yo sé que me estás preguntando por el próximo objetivo a eliminar. Quiero decir, investigar. Sí, investigar, mucho más family friendly. ¡Somos espías, no sicarios! ¿Por qué Hollywood no entiende la diferencia?

Me había puesto a repiquetear las uñas en la lata de café, un poco indecisa. Bueno, mejor sería avisarle, ¿no? Suponía que... tenía que hacerlo.

—In any case, te recomiendo que vayas hoy o directamente la semana que viene, ya que esta espía fue encargada en otra misión y deberá relocalizarse un par de días. ¡Y si no estoy yo, no tendrás tu café gratis! —Lo había señalado con la lata y luego relajé el brazo, riendo un poco—. No podemos permitir que te pierdas de tu café gratis.

Subimos las escaleras con bastante calma, la palabra en francés que usó la cacé al vuelo y sonreí de pura inercia. Me había ocurrido igual cuando canté frente a Altan, en el gimnasio. Ese idioma de cierta forma me conectaba a un lugar que había perdido, que no estaba segura de querer recuperar, pero que aún así estaba lleno de recuerdos cálidos. Pura nostalgia, digamos.

—Bueno, no se diga más. Cuando vayas a visitarme pondré a prueba tus habilidades, ¿sabías que tenemos más de quince variedades de café? ¡Quiero verte adivinarlas todas, eh! —De repente noté que era prácticamente una apuesta y recordé la que habíamos hecho en la fiesta. ¿Prudente sería recordárselo? Qué sé yo, no me importó—. Speaking of which... sigo esperando aquí por sus órdenes, Señor~

Se me había colado cierta suavidad en la voz que no me molesté en disimular, si al fin y al cabo estaba jugando con él.

Luego respondió a mi pregunta y asentí, haciendo memoria. No conocía a nadie de la 3-3, así que no tenía ningún tip que facilitarle. Cosas como, de quién colgarse para los informes, con quién no meterse, a quién pedirle siempre los bolígrafos y tal.

Lo miré al recibir su pregunta y por suerte no se me coló nada extraño, ni en la voz ni el semblante. Asentí a lo de que era australiana y doblamos en el pasillo para seguir subiendo.

—Sip, somos todos australianos en casa. Nos mudamos hace seis años, la esposa de papá había conseguido un puesto aquí, en el Sakura. Por eso conseguí entrar, también. Esa es mi historia. —Le sonreí—. ¿Y tú? Me contaste que eras camarero, lo del hostal, Colombia y demás, pero ¿qué te trajo al culo del mundo?

 

—Oh, Nakano. Somos vecinas, entonces~ Conozco bastante bien la zona así que, ya sabes.

Aproveché un envión para guiñarle un ojo y adelantarme apenas, caminando con tal liviandad que provocó a mi cabello rebotar un poco. Atendí a su respuesta de mi tontería y solté una risa suave, sin malicia ni nada. Me daba ternura que se lo hubiera tomado tan en serio y ¿qué iba a hacer yo, sino seguirle el juego?

—Bueno, bueno, ¡más despacio, cerebrito! Un problema a la vez. —Alcé la vista al techo en lo que cruzaba los brazos por debajo del pecho, pensativa—. Veamos, ¿cómo conseguir agua dulce? Supongo que podríamos construir unos recipientes con hojas, barro incluso, o buscar piedras hundidas y... ¿esperar a que llueva? ¡O algún arroyo! O invocamos al dios de la lluvia. —Me detuve de golpe, colocando una mano en su hombro, y la miré como si hubiera tenido la mejor idea del mundo—. ¡O mejor, al dios de la lluvia y al de los arroyos! Ahí no puede fallar.

Unos pocos segundos después regresé la mano a mi espacio y seguí camino, riéndome.

—De cualquier forma ya tenemos una buena noticia, tú te quedarías el té, yo el café, y no habría conflictos en nuestras aventuras de supervivencia.

 

Alguien tendría que decirle a nuestro querido Jackie que había conseguido una peripecia incluso digna de enmarcar, eh. Ni siquiera había que conocer a Joey cómo lo conocía yo para darse cuenta de que había relajado el culo unos cuantos decibelios con todo el asunto del club, y yo me tranquilicé también un poco por rebote.

¿Qué sentido tenía no hacerlo, cuando se sentía tan bien? Comportarse como los adolescentes que se suponía que éramos y no los cabrones que nos habíamos obligado a ser, quería decir. También nos lo merecíamos de vez en cuando, ¿no?

—¿Pero de qué vas? —me quejé, con un tono de indignación infantil, y levanté la mano para hacerme con su mejilla entre los dedos y poder tironear de ella ligeramente—. Si yo tengo cinco, tú no pasas de seis, darlin'.

Acabé por soltarlo después de un rato, obviamente, y volví a mirar al otro chico de reojo. Iba a ignorar olímpicamente todo el asunto del proyecto, aunque era más consciente que la florecilla andaba desaparecida y que luego habían añadido a otro chico que ni había mostrado el pelo por la clase, así que parecía que nos iba a tocar hacerlo a nosotros for real.

Si me preguntaban cómo demonios nos habíamos mantenido en el curso que nos tocaba siendo que ambos éramos unos desastres académicos pues... solo hacía falta ligarse a un nerd que estuviese dispuesto a hacerte los deberes and to master the fine arte of cheating. Pero no parecía que ninguna de esas dos nos fuese a servir ahora, ¿o no? ¿Quizás podría Matty salvarnos el culo o algo~?

>>So boring, honey! —volví a soltar con tono de queja, separándome de Joey para adelantar el paso y caminar de espaldas para poder encararlos—. ¡Pues nos cuentas cualquiera de las otras! Nosotros también tenemos anécdotas, podemos intercambiarlas o algo~

Que me hubiese separado de Joey no significaba que me hubiese separado de Joey, if y'all know what I mean. Cuestión de que había aprovechado el brazo que tenía sobre mis hombros y había acabado rodeando esa mano con las mías, medio usándolo de apoyo-medio porque no me apetecía soltarle y ya.

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Me disculpan el toretto mode but the power of softness. But also ali-chan metiéndonos en problemas (???

 

Solté una risilla, encogiéndome de hombros, y rodé un poco los ojos antes de acabar girando el rostro para mirarlo por encima del hombro.

—A ver, cariño, si no asumiese que vas a perder, ¿qué sentido tendría apostar nada? —repliqué, haciendo una ligera mueca con los labios.

Me di cuenta de que se había soltado la corbata y la chispa de una nueva sonrisa se abrió paso antes de volver la vista al frente, cuando alcanzamos ya las escaleras de subida. ¿Ya le estaba entrando el calor o cómo iba la cosa? Ah, no me digas que ya se estaba imaginando su premio o lo que fuese; qué chico más adelantado.

>>Fine, then. Tenemos lo siguiente: jardinería, teatro, arte, lectura, cocina, fotografía, baloncesto, esgrima, ocultismo y radio.

En lo que le nombraba toda la lista, alcanzamos el primer piso, y me giré sobre mis talones para mirarlo con una sonrisa desafiante.

>>Take your chances now.

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mira ese doble post vieja no me importa nada

 

Me apoyé en la barandilla de la escalera con los codos, dejando caer la mejilla sobre el dorso de la mano para poder mirarlo de la mejor manera posible.

No creía que tuviese mucho problema en adivinar que, como mínimo, estaba en el de baloncesto porque, yo qué sé, estaba bastante segura que daba esas vibes de chica deportista. El club de fotografía, por otro lado, solo podían llegar a adivinarlos quienes supiesen mínimamente que lo llevaba Joey y una parte de mi relación con él, cosa que definitivamente este chico no podía saber aún.

Solté otra risa floja, dejando salir el aire por la nariz, cuando nombró las tres posibilidades y adquirí una expresión pensativa cuando terminó de hablar, con la pregunta incluida y todo. ¿Teatro y radio? That's freaking funny, I swear to God. Aunque al menos tenía que darle un punto por una cosa: mis buenos teatros sí que me podía montar cuando me daba la gana, así que ni tan extraño.

—Ah, qué problema, I don't know~ —solté, buscando de nuevo su mirada, con el rostro compungido como si de verdad estuviese sufriendo por no saber qué responderle o algo—. ¿Sabes? En realidad estoy en dos clubes y has dicho en esa lista uno de ellos. Así que... ¡ah, ya sé! Double or quits: elige uno de esos tres y si aciertas, admito mi catastrófica derrota~

Exageré un poquillo la voz diciendo aquello, y hasta acompañé las palabras con un gesto dramático llevándome la mano a la frente, para finalmente recuperar la sonrisa divertida. ¿Intentaba confundirlo o algo? So bitchy~

>>Deal? —finalicé, extendiendo el brazo con la mano abierta y la chispa expectante en mis ojos.