Pasado mañana (inu/kag,mir/san,sess/?)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por InunoTaisho, 6 Agosto 2010.

  1.  
    Cinderella

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    TT__TT no fui la primera en postear, no es justo! :se pone a dar patadas de niña berrinchuda:
    Nee, basta ya de berrinches y vallamos al tema >.< ESTE CAPITULO SI FUE TIERNO! *~*
    Sobre todo en esta parte, donde Inu confiesa haber espiado!
    Ajfhjhfksdfj Que lindo OwO

    ESE MIROKU SI ES CALENTURIENTO! no se puede esperar!? Mi carta se puso rojita cuando lei la parte donde quiere!
    Oye Kagome si se tarda! ya quiero que llegue e Inuyasha se ponga cursi! >.<
    Gracias por avisarme! ^^

    Sayonara~
     
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  2.  
    Kai

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    Hola linda!!!! me gustó mucho la continuación...creo queq despues de mucho comento..es que cuando lo leia es por que lo guardaba pero no comentaba por no tener internet y cuando iba a comentar ya habia orto capi..pero sabes qeu no me pierdo tu historia por nada....
    En este capi no hubo mucho dialogo pero el que hubo me hizo sonrojar jejeje. Inu anda de azorado y bueno me lo imagino al ver a Kag....Pegando brincos de emoción y yo con él.
    Miroku no cambia, un jaguar nunca pierde sus manchas ¬¬, es mas creo que en este caso acumula manchas...jajaja.
    Pero así es muy querido y termina siendo el que le da humor pintoresco y de doble sentido a la historia, asinedo INuyasha el qeu se lo da por tonto, es decir ser él jejejje.
    Sayoo.....
     
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  3.  
    kagomeG

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    LoL! Lo savia! Inu-perver (bueno... Se podría decir que "normal" para el Hehe) pero hasta a mi me dió vergüenza... No mucho lo de miroku y Sango (ya nos acostumbramos Hehe) pero cuando dijo eso de cuando regresara y todo eso... Se me subieron los colores a toooda la cara... Y en mi mente dije "dios! El mundo se acabará" y es que ¿de cuando acá Inu dice ese tipo de cosas? O almenos decir lo que siente TAN abiertamente.
    Hehehe ¡me alegra que ya lo hayas actualizado!
    (¡Miroku, Ni se te ocurra pervertirlo! SOLO lo necesario)
    Yy... Bueno ya estoy resignada a ese Monje (amé los juguetes de las niñas ¡quien como ellas!)
    Pero ya tenia que tener a ese bebe y no se como lo valla a tomar cuando Miroku se entere... ¡no va a dejar respirar a la pobre de Sanguito!
    Bueno amiga me despido... Anhelo por que Aome llegue

    KagomeG y ukyo
     
  4.  
    InunoTaisho

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    Gracias por postear, me salen lágrimas de emocion. Dejenme decir que hasta a mi me dio penita porque yo lo escribi, bueno con ayuda, y de pensar en Miroku y sus calenturas, Sango y sus esfuerzos para controlar a su marido, Inuyasha y sus... para aprender a ser cursi... me apené. Como bien saben... Inu no seria Inu si se hiciera demasiado cursi y encimoso como su amigo el monje... asi que ya veran los aprietos que tendra en cuanto su amada Aome vuelva a su lado jajajaja de nada valio espiar. Sayonara y no pierdan detalle de mis historias principales y mi pequeño fic navideño.
     
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  5.  
    Whitemiko

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    O.o O.o O.o
    increible!!!me tarde mucho en pasarme lo siento amiga!!!!ayyyy cosa!!!que lindo, me imagino a inu más rojo que su haori, y luego que los dos animales se abrazaron...
    te pasaste!!!jajajaja lo lei como 7 veces y no me dejaba de dar risa!!sigue asi amiga!!porfavor sigueme avisando de tus fics!!!
    XOXO
    bye!!
     
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  6.  
    InunoTaisho

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    Título:
    Pasado mañana (inu/kag,mir/san,sess/?)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    56
     
    Palabras:
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    Gracias nuevamente a todos por leer y especialmente a mis fieles lectoras: Angels, Kag love Inu, Whitemiko, KagomeG y todos y todas, me emociona que les fascine mi historia, siempre trato de mejorar y seguir algunos consejos. Les deseo felices fiestas y un muy buen inicio de año... y sin más preaumbulo la conti de esto:

    Cap. 17 parte 4

    Continuamos en el Sengoku…

    El monje Miroku se había ausentado nuevamente de la aldea, a petición de su esposa, y así incrementar su nivel espiritual que le permitiera la purificación de los aditamentos especiales, los huesos y piel de yōkai, para elaborar armas necesarias en el trabajo de exterminador. Sango, auxiliada por Kohaku, Kirara e Inuyasha, por supuesto con el apoyo de su marido, desarrollaron en la pequeña población una escuela de exterminadores. Como ya no había nadie más para tan peligroso oficio, sólo su hermano, a ella le pareció una buena idea. Además, el entrenamiento de exterminador requiere de por lo menos 5 o 6 años de preparación. Aun había tiempo. Con lo que no contaba la yōkai taijiya era con un poco de intervención de la naturaleza a favor de su amado, aproximadamente un mes y medio después de su partida.

    Esa mañana volvió a sentir un mareo… como un buen tiempo atrás, mientras les daba a sus gemelas de desayunar. Las pequeñas parpadearon asombradas al ver la cara de mamá por un momento. Afortunadamente Shippou y Kohaku estaban ahí, y también se asombraron.

    ¿Sucede algo hermana? — le preguntó el muchacho con preocupación. Sango por poco se cae y se puso pálida.

    Creo que… — dijo ella recuperando el equilibrio y después… salió corriendo como pudo, con rumbo al… baño.

    ¡Mami! — dijeron las chiquillas, algo temerosas.

    Tranquilas niñas — las consoló Shippou.

    Del baño se escucharon ruidos extraños que hicieron erizar la piel a los dos jóvenes mientras cargaban a las gemelas, que parecían a punto de llorar ante la precipitada salida de su mamá. Sango volvió un rato después, limpiándose la boca con un pañuelo. Se veía algo mal. Se terminó su té, después de abrazar a sus peques.

    Gracias chicos. — les indicó a Shippou y a su hermano tomando a sus hijas en brazos — No se asusten mis niñas, — les sonrió — parece que papá se salió con la suya después de todo — y suspiró, adquiriendo un tono rojizo en sus mejillas al recordar a su amado.

    ¿A qué te refieres? — preguntó Shippou dudoso, las gemelas sonrieron otra vez al ver contenta a su mamá.

    ¿En serio te sientes bien? — Kohaku la miraba todavía con preocupación.

    ¡Por supuesto! — le contestó su hermana muy sonriente. Las niñas le jalaron el cabello — Señoritas, cálmense — les dijo a sus hijas con seriedad y las acomodó en sus cojines — y terminen su desayuno.

    ¡Si mami! — dijeron al unísono.

    Hablaban bastante bien pues Lin les platicaba mucho y las chiquillas eran muy pericas, repetían todo lo que oían. Se dispusieron a terminar de… tirar su arroz.

    Tenían que comerlo. — les dijo con severidad la castaña, pero a la vez divertida de que sus hijas fueran tan ocurrentes.

    Se dirigió a los jóvenes mientras las pequeñas recogían uno a uno los granos de arroz, se reían y se los comían, afortunadamente habían caído en la mesa.

    Bueno… creo que le daré a mi amado esposo una sorpresita que le agradará mucho, no se lo digan todavía ahora que lo vayan a ver. — volvió a sonreír mientras recuperaba poco a poco el tono habitual de su linda piel en tanto que los chicos la veían dubitativos — No se preocupen. Lo que sí es importante es ver hasta donde podemos avanzar con la escuela. — le dijo especialmente a su hermano — A ver si después acompañas a Inuyasha a ver al anciano Totosai, para que empiece a forjar las armas en cuanto Miroku regrese.

    Muy bien hermana — contestó Kohaku, ya más tranquilo al ver a Sango reponerse.

    Entonces… — Sango se levantó nuevamente, y regresó con dos pequeños recipientes para bebida — En cuanto terminen con su arroz, podrán tomar su leche — les indicó a sus hijas con ternura.

    El tiempo pasó, porque tiene que pasar. Inuyasha sospechaba que Sango tenía algo raro. Continuaban con las lecciones básicas del curso de exterminador y ella era una excelente maestra. Se movía con su agilidad característica y soltura, hasta les había dado a los pequeños discípulos y a sus padres una exhibición de sus habilidades con el Hiraikotsu, ayudada por su amigo Hanyō, el cual sufrió bastante para esquivar los embates del arma, por algo Sango era en su tiempo la mejor exterminadora; y les explicó que necesitaban por lo menos 5 o 6 años para poder utilizar un arma, contándoles su propia historia y la de su hermano. Pero había ocasiones… en que se retiraba antes de terminar, llevándose la mano a la boca y corriendo precipitadamente al baño. Bueno, el de plateada cabellera no quería quedarse con la duda.

    Oye Kohaku, — le preguntó al muchacho el día que fueron a ver a Totosai, para afilar a Tessaiga, esperando no toparse con Sesshōmaru, porque una vez había coincidido con el gran demonio y no fue nada agradable — ¿qué tiene tu hermana?

    No estoy seguro. — contestó el aludido — Se pone algo mal pero no quiere que le diga a su Excel… a mi cuñado sobre su estado, dice que es una grata sorpresa para él — y sonrió, algo sonrojado.

    ¡Keh! Entonces… ya me imagino por donde va la cosa — “Mugre Miroku endemoniado” pensó el Hanyō divertido “y Sango que se hacía del rogar… bueno, por lo menos no fue tan pronto”.

    ¿En serio? — le preguntó Kohaku — ¿Usted sabe que es lo que tiene?

    Creo saber pero… — dudó un poco — no estoy seguro. Es mejor que esperemos.

    Así pasaron los tres meses de ausencia. Y el traje de exterminadora de Sango… volvía a quedarle más justo que de costumbre. Ella se sonrojó en cuanto Inuyasha le hizo la observación de que se le notaba… algo apretado en la parte baja de la cintura. Sabemos que nuestro amigo es la mar de “discreto”.

    ¿Qué estas viendo? — lo cacheteó la castaña ese día en que Miroku regresaría, después de finalizadas las clases y siendo la hora de cenar.

    Las gemelas se divertían con las lecciones, y a pesar de no ser niñas mayores trataban de imitar los movimientos ágiles de mamá o el tío Kohaku. Claro que con su corta edad, un año y cinco meses, pues… no les salía pero para nada. Aún así se carcajeaban junto con Lin cuando se caían al tratar de girar. Tal vez cuando sean más grandecitas… querrían ser exterminadoras. Ahora, sentadas tomando su merienda, se rieron del pobre “Perrito” Inuyasha y también quisieron golpearlo con sus palillos.

    ¡”Perrito” malo! — dijeron entre risas, tirándole arroz.

    Basta niñas, — les indicó su mamá con severidad — la comida no se tira, y a papi no le va a gustar que hagan eso.

    Las dos pequeñas terminaron sus verduras, sin dejar de ver a Inuyasha con la diversión reflejada en sus ojitos azules y cafés, y haciéndole gestos simpáticos. El Hanyō las fulminó con su dorada mirada mientras se sobaba la mejilla y se comía los granos de arroz que le arrojaron.

    Kohaku, Lin, Shippou y Kirara también estaban allí. La anciana Kaede había salido y estaría ausente por tres días. Generalmente, cuando Miroku estaba en la aldea iba con ella a esas largas travesías, a brindar sus servicios espirituales, y regresaban mucho antes; pero ahora, ante la ausencia de su Excelencia, la anciana fue sola y no se arriesgó a volver hasta más tarde. La luna nueva sería en dos noches más. Kohaku acompañaría nuevamente a su amiga junto con el Señor Sesshōmaru, y le emocionaba pensar si llegarían más allá de la India. En ese momento, le pusieron ojos de puntito al semidemonio.

    ¡Keh! — se defendió el aludido con enfado — Sólo es una observación — “Esa Sango es tan brusca” pensó aun adolorido.

    Pues entonces… — le dijo su amiga más calmada, dándoles a sus hijas el arroz, porque tiraban la mitad de lo que llevaban a la boca — no veas lo que no debes ver.

    En ese momento ya se había cambiado el ajustado traje de exterminadora por una túnica un poco más holgada. Para su marido había preparado… un exquisito pescado asado. Una bienvenida por todo lo alto, como siempre. Esos recibimientos le hacían a Miroku más llevaderas sus ausencias, porque era amorosamente atendido a su regreso y su mujercita… muy cariñosa por varias noches. ¡Su gusto, así hasta se iba contento! Y hablando del Rey de Roma…

    ¡Ya estoy aquí! — se oyó la voz de Miroku desde afuera.

    Las niñas se emocionaron y sonrieron felices al oír la voz de papá. “¡Papi!” dijeron al unísono. Sango se levantó rápidamente y salió presurosa. Sus pequeñas la imitaron y se levantaron de sus “asientos” tan rápido como les permitían sus piernitas.

    ¡Cariño! — le dijo su amada y lo besó con ternura, al arrojarse en sus brazos — ¡Ya te esperábamos! Pasa Hachi por favor.

    El tanuki iba a entrar cuando… fue derribado por las dos pequeñas al cruzar la puerta como “tornados”.

    ¡Papi!, ¡Papi! — le gritaron y se abalanzaron sobre su papá.

    ¡Mis mujeres! — Sango soltó a Miroku y permitió que cargara a las gemelas. El monje estaba más que feliz ante el recibimiento de sus tres mujeres — ¿Cómo están mis tesoros? — y las besó en sus rosadas mejillas. Las gemelas… le tomaron las arracadas otra vez mientras le canturreaban:

    ¡Papi pervertido! ¡Mami bonita! — y lo jalaron sincronizadamente de ambas orejas.

    ¡Auch! Niñas, me duele — dijo, y trato de bajarlas con cuidado. Las chiquillas no cedieron y se rieron de la expresión de papá.

    Ahome, Kikyō — les dijo con severidad su mamá — no jalen las orejas de papi y vamos a terminar de cenar.

    ¡Si mami! — contestaron al unísono y soltaron a su papá, para después besarlo en los cachetes — ¡Papi pervertido! — le dijeron con ternura infantil mientras lo miraban con aire de inocencia en sus ojitos marrones y azules, respectivamente.

    ¡Mis mujeres! — Miroku apretó a sus gemelas con cariño y se encaminaron adentro de la cabaña.

    Sango le tomó el brazo a su marido y sonrió divertida. Sus hijas podían ser verdaderos “diablitos” con carita de ángel.

    Hachi se había levantado solito y se metió antes que la familia, un poco apenado. La cena fue divertida, pues las gemelas insistieron en darle a su papá de comer, al ver que su mamá le prodigaba tan buena atención. Casi le meten el pescado en la nariz, hasta que Sango las acomodó en su lugar y las obligó a terminar su propia cena. Así que Miroku… suspiró resignado y acabó alimentándose solo, después de darle a Kikyō su porción correspondiente de pescado mientras su esposa le daba a Ahome lo que aún no había terminado. Platicaron de varias cosas y llegó el momento de dormir. Lin sirvió la última “taza” de té del día, las pequeñas habían jugado con papá al “caballito” y otros juegos. Ya se veían soñolientas y en ese momento tomaban su leche.

    Mis mujeres queridas, — Miroku las tomó a ambas entre sus brazos, las niñas bostezaban al terminar su “bebida”. El monje había tenido que quitarse las arracadas después de… tantos jalones cariñosos de sus hijas. Las miró con el amor reflejado en sus oscuras pupilas azules — su papá les cantará una bella canción para dormir.

    Y se arrancó con una linda canción de cuna, meciendo a sus gemelas. Con su armoniosa y dulce voz, pronto las chiquillas cayeron dormidas en… brazos de Morfeo. Miroku puede ser muy galán y avorazado, pero también una ternurita. Sango miraba a su esposo con tanto amor reflejado en sus lindos ojos cafés… pero también se preocupó por los otros niños, era hora descansar.

    ¡Qué bonita canción! — dijo Lin escuchando cantar al monje.

    Ella también bostezaba de sueño. Kohaku se sentía igual de soñoliento, pero no quería ceder por considerarse el “mayor”, con sus trece años encima.

    Si. — dijo también Shippou, frotándose los ojos de cansancio — No sabía que Miroku podía cantar tan bien — Kirara se había enroscado para dormir junto al kitsune.

    ¡Keh! — fue lo único que dijo Inuyasha, escuchando absorto el canto de su amigo.

    A ver cariño, — puntualizó Sango en cuanto su marido terminó de cantar, al ver a sus pequeñas dormidas — acostemos a las niñas y acompaña a Inuyasha con los demás a la cabaña de la anciana Kaede.

    Llevaron a sus hijas a sus respectivas “camitas”. Lin casi se duerme… más bien dicho se durmió sobre el hombro de Kohaku, cerrando sus lindos ojos achocolatados, pues la armoniosa melodía le dio más sueño. Hachi se quedó dormido en el suelo, junto al fogón.

    De una buena vez Sango, — le espetó Inuyasha en cuanto los esposos regresaron, mientras él tomaba a Lin suavemente en sus brazos — ¿qué diablos le ibas a decir a Miroku, que has estado muy rara?

    Ella lo miró enojada… y después sonrió, abrazando a su amado esposo, que estaba sorprendido ante lo que su amigo dijo. Kohaku y Shippou también esperaban, frotándose los ojos cargados de sueño. El muchacho ya llevaba a la pequeña Kirara dormida entre sus brazos.

    ¿Qué es? — la abrazó Miroku con preocupación.

    Pensaba decírtelo más tarde cariño, — y volvió a fulminar a Inuyasha con sus ojos cafés, haciéndolo temblar un poquito ante su enfado — pero éste indiscreto… — y miró nuevamente a su marido, con mucho amor — ¡Tendremos otro hijo! — le plantó un beso tronado en el cachete — Ahora vayan a dejar a estos niños que ya deben dormir — y se apartó delicadamente del abrazo de su esposo.

    Una vez más… el llanto extasiado del monje ante la noticia, que olvidó a sus amigos para abrazar más fuerte a su amada.

    ¡Amor mío! — y la besó con tanta pasión que casi se ahogan los dos.

    Ejem… — intervino Inuyasha — ¿Me vas a acompañar o no? — y se sonrojó ante la romántica y empalagosa escena.

    Si no fuera porque Miroku ya tenía ganas de más… Sango tuvo que golpearlo otra vez.

    ¡Miroku, contrólate! — le dijo con enfado, pues él le había agarrado… donde le gusta agarrar — Acompaña a Inuyasha. — y se apartó de su apasionado marido, que sobaba su cachete enrojecido, para besar a su hermano y al zorrito, que parecían haberse despabilado más por el golpe que por la noticia — A dormir, ya mañana platicamos.

    Buenas noches hermana — dijo el muchacho aguantando el bostezo.

    ¡Ajum! Buenas noches Sango — Shippou no pudo reprimirlo.

    Buenas noches Inuyasha, y gracias por cuidarlos. — le sonrió la castaña a su amigo y también le dio su correspondiente abrazo, lo que le provocó un breve sonrojo al Hanyō, una vez más. Después empujó suavemente a su marido hacia la puerta — No te tardes cariño, — le guiñó pícaramente un ojo — te daré tu masaje para el estrés porque estas cansado del viaje.

    Miroku cargó a Shippou y tomó de un hombro a Kohaku, aun estaba un poco… absorto por la noticia, que ni se había preocupado por el mapache dormilón. Las lágrimas volvieron a brotar en sus ojos azules.

    ¡Seré padre una vez más! — dijo mientras caminaban hacia la cabaña de la anciana Kaede — ¡Qué sean dos nuevamente!

    Su amigo le puso ojos de puntito, con una gotita anime en su frentecita, “¡Qué ocurrente es este maníaco!” pensó al mirar al monje con esa simpática expresión.

    Bueno mañoso pervertido, — le afirmó Inuyasha acomodando a Lin en su “camita” en cuanto llegaron a la casita; Kohaku se tiró en su colchoneta, después de colocar a Kirara sobre su cojincito, y Shippou se acostó con el muchacho — lograste lo que querías, aunque te costó más trabajo que la primera vez.

    Muy gracioso, — le contestó, aún le caían lágrimas — pero recuerda que ya te veré cuando te toque. — y salió disparado rumbo a su cabaña, gritando a los cuatro vientos — ¡SERÉ PADRE OTRA VEZ!

    El Hanyō lo vio correr, entre enojado y divertido, y pensó en su querida Aome y en algunas cosas futuras… sonrojándose otra vez al imaginarse perdiendo la cordura como Miroku al recibir la buena noticia… y lo que sigue después. “Desgraciado Miroku enfermo… y Sango no se queda atrás” meditó el ojidorado. “Aunque hay que reconocer que fue más astuta que su pervertido esposo, y sí que no se embarazó pronto o a estas alturas ya tendrían más de tres hijos”. Miró a los niños dormidos y se resignó a permanecer con ellos… en el techo de la vivienda, observando el fragmento de la luna en la cercanía del novilunio, mientras su pensamiento divagaba hacia el futuro… al amor de una linda y dulce chica que lo amaba y regresaría con él… muy pronto.

    Nota de la autora: Aquí en el Sengoku nos adelantamos bastante, ya dos años, para que Aome no tarde en regresar y ya nos movamos en un solo plano (casi). Y… ¿a quién se le ocurre gritar por la calle a las diez de la noche?, en esa época era raro. Ese Miroku y sus ocurrencias, jajaja. En la época actual me regresaré un poquito para culminar la historia de Shinosuke. Sayonara y no se pierdan la continuación de este fic y el de “Un juego por la vida de Naraku” que esta muy divertido.
    P.D. Los diálogos de las niñas… no voy a escribirlos como si fuera el “lenguaje de los bebés”, me molesta mucho. Serán diálogos normales, como si fueran personas grandes. Komori uta son canciones de cuna en japonés. Si alguien conoce una bonita canción de cuna en japonés que me diga, o si no pondré la letra de una tradicional nana mexicana o una canción de Cri – Cri para que cante Miroku. Y no se pierdan mi pequeña contribución por las fechas, que tenía girando en mi cabecita loca.
     
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  7.  
    Whitemiko

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    muy buena amiga!!!me gusta el rumbo que esta llevando la historia
    me casaria mucha gracia ver a miroku gritando a los cuatro vientos a altas horas de la noche(lo que imaginarán los vecinos)¿que que está loco?(no si no que es un pervertido de campeonato)jejeje bueno creo que si kimiko
    bueno felicidades amiga te quedó muy bien!!
    XOXO
    bye!!!
     
  8.  
    Cinderella

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    Ò.Ó No comente antes por el tonto internet. Pero aqui estoy como fiel seguidora de esta maravilloso Fic *-*.
    Ugh, que tierno son esas niñas angelicales del demonio xD.Pobre Inu que las tiene que aguantar, pero bueh, pasara lo mismo cuando venga Kagome. Yo quiero jalarle las orejas a Inu, seria tan genial.
    Miroku, tu haces eso en donde yo vivo, y mínimo te suelo a los pitbulls... Luego de felicitarte e insultarte xD
    Kagome por fin vas a venir, ya era hora de que llegaras! Me encanto (como siempre).

    Sayonara~
     
  9.  
    Kai

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    Kyaaaaa!!!!Miroku siempre logrando lo que quiere tarde pero seguro..otro bebe ¡y quiere que sean dos! que abusivo.
    Aqui me tienes como toda loca adicta a tus historias...
    Me encanta el buen rumbo que toma tu primera historia- no creas que lo he olvidado- ya van mas adelantados pero sin perder la nocion de las cosas...No detecte ningun error, eres mejor que yo en eso mi honai, no creo que sea un problema para ti pero para mi sí, tu historia tiene ese toque tierno de la trama que me encanta...

    Sabes en lo de la nana podrias poner la cancion que sale en la peli 4 de inuyasha, la cancion de despedida de la isla horai, a mi me parece muy tierna, y como en uan parte dice <la madre y el padre juntos estan> bueno algo así no recuerdo pero es linda y va acorde, como si Miroku lo recordara de esa aventura....No s vemos o leemos.
     
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  10.  
    kagomeG

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    ¡Y aquí me tienes!
    Mugre Miroku, se salió con la suya hahaha
    Pues yo ya hanciava a ese bebe (yo que regrese Aome...) por eso!
    Y es que ansió ver la cara de Inuyasha cuando:
    "¡Inuyasha, seremos padres!" ¡MUERO por leer eso! He... Ya me emocione!
    Oye! Pero como Miroku no va a parir otro hijo solo grita "¡SERÉ PADRE OTRA VEZ!" y la pobre solo bomita, ¡pobresita!

    Concuerdo con kag love Inu: En lo personal amo la canción: "the song to send of spirits" que es la de la peli 4, y es que hace como un año dije: "¿y si encuentro la canción de la película?" y con mi talento para encontrar la música.... La encontré y hasta me la aprendí (no esta tan difícil) presumida!
    Que dice:

    El padre a dicho que la mano del demonio (youkai) es la mano que proteje.
    La madre a dicho que la mano del ser humano es la que consuela.
    Ambas manos ensamblan juntas y abren la puerta el retorno del carmesi.
    Y piden ser la luz que proteja a los niños.
    que proteja a los niños...

    Amo esa canción! Y me sigue apenando cuando Inu o Aome se ponen a pensar cosas al estilo miroku... Aun que tengo que aceptar que crecieron *llora como una madre cuando su hijo va a la Universidad* snif snif! Que rápido crecen...! (creo que eso le concierne a Izayoi) pero... Me da no se que cosa!
    Bueno amiga... Ya me voy con mi drama antes de que me habientes el zapato Hehe tqm! Y gracias por aviárnos! Ya estamos en vacaciones! Wow!

    KagomeG y ukyo
     
  11.  
    Lucy J Watson

    Lucy J Watson Usuario común

    Aries
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    estubo muy bueno
    miroku cantando quien se lo podria creer
    bueno espero que lo sigas pronto y me avises
     
  12.  
    InunoTaisho

    InunoTaisho Orientador del Mes Orientador

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    gracias por sus comentarios y su apoyo moral pos aqui traigo la conti

    Capítulo 18 parte 1

    Tal vez algo desfasado con respecto al periodo Sengoku, pero aquí tengo algunos datos relevantes. Después de que Shinosuke se vaya ya no habrá mucho que decir de la época actual.

    Era un hermoso día de vacaciones. El “nieto” mayor de Sesshōmaru, Shinosuke Takahashi, de la última generación de Lin y Kohaku, se iría a Londres, Inglaterra, para cursar una carrera que le permia continuar en el manejo del negocio de la SONHY. Por el momento disfrutaría de unos días más de convivencia con la familia y amigos antes de partir hacia el otro lado del mundo.

    Así que, aprovechando ese tiempo, invitó a Aome a pasar un día de campo en compañía de su familia, la de Aome, la cual aceptó gustosa. Irían al área recreativa situada muy cerca de las faldas del Fujiyama, la montaña sagrada para los japoneses. Un pintoresco lugar cubierto de hermosos árboles de cerezo y almendros. Ellos tenían ahí un sitio privado, un lugar que muchos años atrás el “abuelo” Sesshōmaru había escogido para… alguien especial.

    Esa mañana, muy temprano, Aome y su familia estaban listos para partir. Todos estaban muy alegres, dispuestos a disfrutar la convivencia. Aome lucía una cómoda playera de cuello redondo, en color azul, con estampado floral, pantalón de mezclilla corte algo acampanado y tenis especiales para caminatas en el campo, porque Shinosuke le había prometido escalar un poco, tenía que ir preparada. Sota también llevaba tenis Converse, y una playera negra. Su mamá había optado por unos pantalones en tela de algodón, ella no pensaba escalar, y el abuelo… como visten las personas mayores, con una abrigadora camisa de franela. No olvidaron empacar chamarras por si refrescaba más tarde. La señora Naomi, auxiliada por su hija, preparó varios bocadillos para disfrutar en el camino, pues el parque no está tan cerca de Tokio como podría parecer. Aproximadamente a las 6:30 de la mañana llegaron por ellos.

    ¡Voy! — dijo Aome en cuanto tocaron a la puerta, y salió disparada de la cocina, en donde le ayudaba a su mamá a empacar las viandas.

    Sota y el abuelo miraban el noticiero matutino, y el chico trataba de convencer a Buyo, el gato, de que comiera sus “Whiskas”. “Inu” ya había comido las suyas y veía al minino con una expresión de reproche perruno.

    ¡Buen día! — saludó la pelinegra al muchacho que estaba en la puerta — ¡Luces muy bien!

    Shinosuke vestía como si fuera alpinista profesional; claro, no llevaba tantos trapos encima, pues no escalarían el Everest. Lucía unas buenas botas especiales para montañismo, unos pantalones en tono kaki, chaleco a juego y una cómoda sudadera negra, sin olvidar las protectoras gafas oscuras. Le sonrió a su amiga.

    Buen día Aome, gracias por el cumplido. — entró en cuanto ella le permitió el paso — ¡Buenos días! — saludó al abuelo y a Sota, y se dirigió con la chica hacia la cocina.

    Buen día Shinosuke. — saludó la señora Naomi con la sonrisa que siempre tiene en su rostro — Tú tan guapo como siempre.

    Gracias, permítame ayudarle. — tomó las cosas que ya estaban empacadas, y salió con ellas — Los esperamos.

    Sota, ya deja a Buyo en paz, luego te preocupas por él. — dijo Aome con un poco de reproche a su hermano — Ayúdanos.

    Ya voy hermana, no te esponjes — contestó el niño, dejó al gato que jugaba con sus croquetas, y entró en la cocina para terminar de cargar los paquetes.

    Aome llevaba lo demás y salió con su amigo, seguida de “Inu”, que movía la cola muy contento. En la entrada se toparon con… Jaken. La chica parpadeó un poco al verlo.

    ¡Hola Jaken! — lo saludó con amabilidad.

    Tome señor Jaken, — le dijo Shinosuke y le entregó un pequeño paquete de los que llevaba — se le agradece su ayuda.

    El pequeño yōkai ni le contestó a Aome ni le dijo nada al muchacho. Tomó el paquetito y regresó por donde vino. Los dos jóvenes lo siguieron.

    ¿Acaso tu abuelo no está en casa? — preguntó la pelinegra al chico en un susurro.

    Si está. — contestó él, también en voz baja, con una pequeña sonrisa — nos alcanzará más tarde. El señor Jaken tiene algunas cosas que hacer por órdenes del abuelo, por eso viene.

    ¿De verdad va a ir? — se sorprendió un poco al imaginar al gran demonio conviviendo con ellos como cualquier persona.

    Sí, pero en realidad… no estará mucho tiempo con nosotros. Luego te cuento — dijo sin dejar de sonreír, sobre todo al notar la cara de incredulidad de Aome ante la perspectiva de ver a Sesshōmaru como un “abuelito normal”.

    Al llegar abajo, en vez de la limusina… había una vagoneta especial para viajes, en la que irían todos muy cómodos, y también llevaban un camper. La familia estaba ahí… bueno, el señor Daisuke y el señor Ranma no pudieron asistir por las cuestiones de los negocios, el abuelo confía en ellos y no lo van a defraudar sólo por ir a un paseo. “Bussines are bussines”, Negocios son negocios, es la máxima comercial. El señor Ryoga Jibiky los acompañaría, él conduciría. Las señoras Akane y Nodoka estaban juntas y también los traviesos Kotaru, Kohaku y Lin, y por supuesto Rumiko, la cual le dijo a nuestra amiga que ya tenía las composiciones artísticas para la siguiente temporada del anime. Por cierto que la chica vestía casi como su hermano, únicamente que su ropa era en azul marino y de corte femenino, la sudadera en azul claro, y nuevamente el armazón combinaba con su vestuario. Todos se saludaron amablemente y se acomodaron en sus lugares, sin dejar a Buyo ni a “Inu”, los cuales viajarían en el camper, en un sitio especial. Buyo no estaba de acuerdo en meterse a la canasta y dormir. “Inu”, como buen perro educado, se acomodó en su espacio y miró con enojo al gato, como diciéndole “Más te vale que te acomodes”. Ante esa mirada perruna, el minino brincó asustado y se quedó quietecito.

    Los jóvenes también irían en el camper para cuidar a las mascotas. Los niños con sus mamás, el abuelo, el señor Jaken y por supuesto el señor Jibiky, en la vagoneta. Los chicos le enseñaron a Sota su nuevo P2P y se dispusieron a jugar con él. En cuanto estuvieron listos tomaron camino. Aome y sus amigos platicaron de muchas cosas de su edad, las típicas conversaciones sobre música, programas de televisión, chismes de los artistas del momento, la última súper película… hasta debatieron un poco con Shinosuke porque él no estaba de acuerdo en un comentario de ellas acerca de la película de “Harry Potter”. A las mascotas les convino que las chicas estuvieran ahí, pues el gato se acomodó mejor en las piernas de Rumiko y Aome acariciaba las orejas y la cabeza del perro.

    Pues digan lo que digan — les puntualizó Shinosuke, divertido de la expresión de las dos muchachas — creo que Draco Malfoy es más guapo que Harry.

    ¡Qué vas a saber de guapura! — le dijo su hermana con un poco de reproche.

    Mucho, por algo soy el más apuesto. — le sonrió — ¿Tengo o no razón Aome? — miró pícaramente a su amiga.

    Eee… — tartamudeó un poco y enrojeció ante su mirada, porque su amigo tenía razón al decir que era apuesto — Tú si, pero Malfoy… no me gusta.

    Aome, no le subas más el ego a este presumido. — le dijo Rumiko sin dejar de ver a su hermano — “Modesto” tenías que ser — puntualizó con un poco de sarcasmo.

    Es mi segundo nombre. Acéptalo hermanita. — le contestó sin dejar de sonreír — Por cierto, ¿te habló Hiroshi anoche, verdad? — le preguntó y le puso cara de seriedad.

    ¡Uy!, ahora hasta chismosito me saliste. — respondió y se sonrojó también como su amiga — Quería invitarme al cine a ver… pero le dije que no.

    Aome y Shinosuke se rieron un poco de la turbación de Rumiko.

    No te preocupes, — le dijo más calmado el muchacho — el abuelo no se va a enojar… a menos que mi amigo se porte mal, cosa que no creo. Porque antes del abuelo, lo asesino personalmente — e hizo una cómica mueca, como si le rebanara el cuello a alguien.

    No es eso… — tartamudeó la muchacha aún apenada — es que yo… no se.

    Tranquila, — le dijo Aome muy sonriente — luego te doy una ayudadita.

    Aome es experta en domar hombres difíciles — dijo él con picardía.

    ¡Shinosuke! — le reclamaron ambas chicas y después… se rieron con ganas.

    Buyo mejor… se estiró como buen gato y prefirió acostarse en su canasta, lejos del bullicio de los jóvenes. En cambio “Inu” parecía encontrar muy interesantes las cosas que platicaban y hasta levantaba de vez en cuando las orejas.

    Llegaron al hermoso parque a buen tiempo. El sitio especial reservado para ellos estaba más cerca de la ladera del Fuji. La vista era impresionante y el paisaje perfecto para disfrutar. Tenían varios juegos infantiles donde los “peques” se la pasaron a gusto, y que decir de “Inu”, que corría para todos lados ladrando de contento. Había varias mesas con linda sombra bajo los árboles, en donde acomodaron las viandas que llevaron, y de una de ellas Buyo tomó posesión para su actividad favorita… dormir.

    ¡Es hermoso! — dijo Aome extasiada ante el bello panorama.

    Este lugar le gustó mucho al abuelo, en aquella época. — dijo Shinosuke terminando de acomodar las cosas — Es tan especial para él que viene muy seguido con la abuela, pues aquí nadie los molesta. Pasan mucho tiempo juntos cuando ella esta aquí.

    ¡Qué romántico! — puntualizó Aome, y le brillaron los ojitos al imaginar al Daiyōkai paseando bajo la luna llena en compañía de su esposa por ese hermoso sendero — Me imagino lo bien que se ha de sentir ella, sobre todo considerando… la frialdad e indiferencia de tu “abuelo”.

    Bueno, — guiñó el muchacho un ojo — no sabemos en realidad como sea con la abuela en la intimidad… — y se sonrió, pues su amiga enrojeció un poco, como pensando improbable que Sesshōmaru tuviera una actitud… digna del monje Miroku con Sango — Lo que si podemos afirmar es que realmente la ama, por ello decidió casarse con ella.

    Aome suspiró, recordando al joven Hanyō que esperaba por ella en esa lejana época, y considerando que para ellos también había un sitio especial, el árbol sagrado, en donde se habían conocido y por el que aún tenían sutiles contactos.

    Todos los adultos se sentaron para jugar un juego de mesa entretenido, comentando cosas de… adultos, como el negocio, recetas de cocina, lo último en medicina, la perspectiva de los estudios de sus hijos… Sólo Jaken no se quedó, y se apartó por un sendero llevando consigo algunas cosas que había traído de la mansión, ayudado un poco por Shinosuke.

    Bien señor Jaken, — dijo el muchacho en cuanto el sirviente especificó que lo demás lo haría él — si necesita ayuda me avisa.

    No te molestes, — contestó el aludido con un poco de su dureza acostumbrada — el amo bonito confía en mí — y se fue caminando lentamente, arrastrando lo que llevaba.

    OK., yo solo decía.

    ¿Qué es? — preguntó Aome curiosa — ¿Podrá el solo? — miró al demonio verde que se esforzaba un poco con lo que trataba de cargar.

    En cuanto este listo lo sabrás. — dijo su amigo — El abuelo consintió en que supieras… porque fuiste importante en su vida. No te preocupes por el señor Jaken, es tan testarudo — Rumiko afirmó con la cabeza.

    ¿En serio? — dijo un poco asombrada la pelinegra.

    Sí, ya lo conoces… — empezaba a decir la chica de gafas.

    No, me refiero a lo otro. — puntualizó Aome — A lo que de tu abuelo consintió en… ¿qué? — preguntó dudosa.

    No comas ansias, ya verás — dijo Rumiko, y sonrió.

    La mañana pasó y llegó el momento de almorzar, cerca del mediodía. Todos saborearon los bocadillos, incluso Jaken, que había regresado muy cansado. Los muchachos habían escalado un trecho, junto con los niños e “Inu”, para apreciar un poco más la vista hacia Tokio, hacia la mansión, y las ciudades y pueblos circunvecinos. El panorama era espectacular y hasta tomaron fotos. Lógicamente el ascenso y descenso también les abrió el apetito feroz. En ese momento vieron cruzar una ráfaga en el cielo que descendió cerca de donde ellos estaban.

    ¡El abuelo! — gritó Lin emocionada — ¡Ya llegó!

    Todos se levantaron, incluidos Aome y su familia, y le hicieron una reverencia al Daiyōkai, que se aproximaba con su elegancia habitual y el mismo rostro inexpresivo de siempre. En esta ocasión Sesshōmaru vestía un traje tradicional como el que solía utilizar en el Sengoku, sólo que ahora era de color azul oscuro, que hacía resaltar más el largo cabello plateado, su blanca piel y el ámbar de sus ojos. Los miró a todos desde su altura por un momento, recordemos que ya es tan alto como pudo haber sido su padre, inclinando levemente la cabeza en señal de agradecimiento por el recibimiento. Después se dirigió a Jaken:

    Jaken, — dijo con su voz grave — espero que este mejor que la última vez.

    Si amo bonito, — el sirviente tembló un poquito y le hizo una reverencia más profunda, haciendo que se viera mucho más pequeño de lo que ya es al lado de su Gran Señor — todo quedó como usted lo pidió.

    Sesshōmaru desvió la vista del pequeño ser verde y la fijó momentáneamente en Aome, la cual se sonrojó mucho al sentir esos ojos dorados tan fríos y duros… nada que ver con la ternura de Inuyasha (aunque tierno, lo que se dice tierno, tampoco lo es). El gran demonio sonrió brevemente, como adivinando sus pensamientos.

    Mujer, — le dijo ya sin mirarla — acompáñame — y empezó a andar lentamente por el sendero sobre el que Jaken se había ido y regresado.

    Eee… — tartamudeó ella, volteó a ver a Shinosuke, que le hizo un rápido ademán afirmativo con la cabeza —Claro — y lo siguió, tratando de ir a su paso.

    Jaken se dispuso a seguirlos.

    No Jaken, — dijo el Daiyōkai en tono autoritario, sin voltear siquiera y sin detenerse — te quedas.

    El sirviente se detuvo e hizo nuevamente una profunda reverencia, sin decir nada más.

    Aome iba caminando tan rápido como podía, y pensando en muchas cosas. ¿Qué es lo que quería mostrarle el Inugami, y por qué? El sendero estaba bordeado por altos árboles de cerezo y almendro, que en ese momento daban sombra, cargados de bellas flores y botones; aún así, a pesar de su altura, Sesshōmaru casi rozaba las ramas altas. Parecían apartarse un poco al paso del gran demonio. A Aome nunca le ha gustado mucho el silencio, y trató de conversar un poco… sin mucho resultado, especialmente porque no es tan fácil que alguien con más de dos metros de estatura escuche a una persona que con trabajo llega a 1.65 ms., sobre todo si se trata de un Daiyōkai de pocas palabras.

    Eee… — trató de decir para animarse a platicar — ¿a dónde me llevas?

    Por toda respuesta… el silencio. Sesshōmaru ni se dignó a mirarla.

    Umm… — “Por Dios, su silencio me intimida tanto como él” pensó con un poco de molestia — ¿Acaso este lugar es importante para ti?

    Esta vez… sólo una breve mirada de soslayo. “Lo tomaré como un sí” pensó, y mejor ya no abrió la boca.

    Después de caminar por espacio de quince minutos, que a la muchacha se le hicieron una eternidad, salieron del sendero y ella pudo ver… un magnifico mausoleo de mármol blanquísimo, que no desentonaba con el paisaje. Se veía hermosamente adornado con lindas flores de muchos colores. Rosas, claveles, violetas, margaritas, orquídeas, alcatraces… Por lo visto Jaken lo había limpiado y decorado con esmero. Era un lugar ubicado en la falda del Fujiyama, no era un sitio de paso para los visitantes. Su lugar “especial”.

    El monumento no era en si muy grande, como todo a lo que el Daiyōkai estaba acostumbrado, pero lucía precioso, como rodeado por un aura de pureza. Aome abrió la boca y se acercó con cuidado. Sesshōmaru sólo se quedó de pie, mirando la tumba con esa rara expresión compasiva que la pelinegra recordaba vagamente haber visto en su rostro de estatua griega. La chica leyó lo escrito sobre la piedra, con esa excelente caligrafía que ya conocía. Un hermoso poema, unas bellas palabras y un nombre…

    “Cómo ama el ángel dichoso
    al Eterno que le crió;
    como el artista lo hermoso
    y el poeta lo misterioso,
    Así, niña, te amo yo

    “Donde este tu tesoro, estará también tu corazón”

    “Lin… mi ángel, mi niña, mi tesoro en esta Tierra”

    ¿Es la tumba de… Lin? — preguntó con sorpresa, mirando fijamente al gran demonio.

    Su última morada. — afirmó con aparente calma — Este lugar le gustaba mucho cuando vivía. Kohaku está aquí con ella.

    ¿Fueron felices, verdad? — preguntó Aome, más afirmando que dudando. Ya tenía algunas lágrimas en sus ojos cafés.

    Si no hubiera sido así nunca lo habría aceptado. — fue la respuesta — Nadie la lastimaría jamás.

    ¡Qué… bonito! — sollozó un poco la muchacha — ¡Ella también te… quería mucho!

    Sesshōmaru ya no le contestó, se acercó también a la tumba, sin dejar de mirarla con un amor como Aome no había creído ver jamás en esa mirada ambarina. Ella se apartó un poco. El gran demonio parecía querer llorar al recordar a su pequeña y tierna niña que le había cambiado la vida. Se agachó sobre el sepulcro e inclinó el rostro, como elevando una plegaria por su dulce alma. Estuvo un momento así. Sin enderezarse le dijo a Aome:

    Eran tan parecidas, que también fue sacerdotisa. — después se levantó, haciendo que la chica se hiciera otro poco hacia atrás, pues la imponente estatura le da temor a cualquiera — Gracias por cuidarla en mi ausencia. — la miró brevemente una vez más — Te fuiste antes que ella, por eso te traje hoy.

    Por… nada. — dijo Aome limpiándose un poco las lágrimas; nuevamente la perspectiva de “morir” antes de “nacer” se le hacía un poco rara — Es un honor.

    Se quedaron otro tiempo ahí, ella un poco atrás, él de pie junto a la tumba, mirándola con la tierna mirada que siempre le había dado a la chiquilla que cambió su corazón y lo ayudó a ser más grande de lo que ya era. Una suave brisa agitaba su plateada cabellera, haciéndolo lucir tan atractivo como de costumbre, y también movía brevemente las flores que adornaban la tumba. Después… se elevó lentamente, dirigiéndole a Aome unas últimas palabras, sin volver a fijar su vista en ella.

    Despídeme de mis “nietos”, debo ir… — la estola se desenrolló con la elegancia habitual y rápidamente se perdió tras las tenues nubes.

    La pelinegra se quedó por un momento absorta y le dirigió una última mirada al hermoso mausoleo blanco. Los ojos se le llenaron de lágrimas una vez más. Regresó por el sendero, meditando muchas cosas. Sabía que en un tiempo más adelante volvería “atrás”, a ver a la pequeña niña responsable de que ese Daiyōkai llegara a ser algo diferente… de cómo ella lo había conocido.

    Nota de la autora: Hay que acabar de buena manera la época actual, porque después de la partida de su amigo no habrá ya casi nada interesante. El anime seguirá su curso y Aome continuará sus estudios hasta el fin, cuando ya estará completamente segura de que su vida tiene más sentido en el Sengoku, con su amado Inuyasha y sus amigos. Tal vez Aome regrese por lo menos tres o cuatro veces, acompañada de Inuyasha, antes de que el pozo se cierre en definitiva y se quede en el Sengoku, porque así termina la historia original, y eso no lo voy a cambiar. El poema es un fragmento de “¡Cómo te quiero!” de Amado Nervo, un poeta mexicano. Las palabras son un versículo de la Biblia, que me parecieron adecuadas. Sayonara.
    P.D. La historia de amor de Sesshōmaru… es para otro fic. No me insistan más en que revele el nombre de su amada, gomenasai, os lo suplico, para que en cuanto la publique la disfruten como ésta. En ella se aclararan muchas dudas respecto a lo que le hizo sentir Lin y el hecho de que al final se haya casado con alguna de las mujeres que lo amó, porque la revivió por algo… ya se enterarán. Ese es mi punto de vista, debido a que la gran Rumiko Takahashi dejó la historia del imponente demonio al aire. Todo lo demás está casi escrito y no lo modificaré demasiado.
     
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    Cinderella

    Cinderella Usuario común

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    LOL! Me hiciste llorar con lo de Lin, en serio. Que hermosos poema, se notaba que la queria mucho, a de ser dificil =/ Quiero saber quien se quedo con Sessomaru e.e aunqu ya tengo una idea xD pero no me adelanto. Espero que Kagome regrese pronto para que este junto a Inu *---------*
    Que post tan corto >.< Pero bueh, Saludos ^^

    Sayonara~
     
  14.  
    SangoxMiroKagoxInu

    SangoxMiroKagoxInu Entusiasta

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    HERMOSO CASI LLORO CN LO DE LIN WEEEE *llanto*T-T pero bueno jejje ahiiii no aguando a que KAGOME REGRESE A LA EPOCA SENGOKU PARA QUE ESTE CN INU *-* jejejej TE quedo super lindo ^^
    Y creo que tmbn tengo MIS SOSPECHAS con la esposa de SESSHOMARU aunque no toy segura es una posibilidad muy remota a este presente alcanzable (jje bno esa es mi frasesita tipica cuando voy a dar una idea o cuando pido permisoo jeje "mami sera que por una pues remota posibilidad muy remota y lejana a este presente alcanzable puedo.."xD) bno SAYO!! CUIDATE!!
     
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  15.  
    Kai

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    Hola linda...LLoré con lo de Lin...Es extraño lo que debe sentir Kagome, es decir morir antes de nacer...osea es extraño pero al menos la felicidad es lo que les espera....

    Me dio risa lo de Shinosuke en cuanto que Kagome puede controlar Hombres dificiles, me rei con ellos...
    Espero con ansias la llegada y las idas por el pozo de Inu y Kag antes que se cierre...Nos leemos...
     
  16.  
    InunoTaisho

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    Título:
    Pasado mañana (inu/kag,mir/san,sess/?)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    56
     
    Palabras:
    4184
    Capitulo 18 parte 2

    El tiempo sigue su curso… en la época actual. Las vacaciones terminan y la partida de un buen amigo está más cerca.

    Aome había estado en los estudios de la SONHY para ver como se grababa un capítulo del anime. Fue emocionante verse en su versión animada. Se realizaba la tercera película basada en la historia y todo el trabajo de animación era sorprendente. Conoció a los Seiyū y a todo el equipo de producción, los cuales halagaron su trabajo y la felicitaron por tan buena historia. Las tres temporadas que ya habían salido fueron premiadas con buenas críticas y reconocimientos que brinda la Asociación de la Televisión Japonesa a la rama de la animación. Otros más en los haberes de SONHY T.V. Por supuesto que nuestra amiga recibió sus regalías.

    La última salida con sus amigos fue un sábado en la tarde, pues Shinosuke se iría el siguiente día para ya instalarse definitivamente en Londres; su mamá y Rumiko lo acompañarían y estarían con él por lo menos quince días en lo que se acostumbraba al nuevo país. Así que esa salida era muy importante. Irían a la feria para divertirse en los juegos y poder platicar un poco más de algunas cosas pasadas, pero futuras para Aome. ¡Lo complicado de querer viajar en el tiempo… no puedes cambiar el pasado porque cambiarías el futuro drásticamente!

    Eso no incluía niños… Kotaru y Kohaku le hicieron muecas de enfado a sus primos mayores y Lin lloró, pero ni aunque fue con el “abuelo” consiguió esta vez persuadirlo de obligar a Shinosuke a llevarla.

    Lin, — le dijo Sesshōmaru, mirándola con “ternura” especial, pero con su grave voz que no admite excusas — hay cosas de mayores en las que no debes intervenir.

    La niña no quedó conforme del todo, pero tampoco se plantearía el desobedecer al “abuelito” Sesshōmaru. Su mamá Akane los consoló llevándolos al cine a ver la película “Mi villano favorito”, aunque los gemelos ya se sienten muy mayores para ver “chiquilladas”.

    Shinosuke y Rumiko se fueron por Aome. Nuestra pelinegra amiga le había hecho a su simpático amigo una tarjeta de despedida para el día de su partida. Tenía muchas cosas que agradecerle. Ya los esperaba en cuanto la limusina llegó por ella. Aome vestía un lindo pantalón de mezclilla deslavado y con bordados florales sobre los muslos y en las bolsas traseras, sandalias blancas y una linda blusa de encaje en ese color. Sus negros cabellos los recogió en una media cola, la cual ató con una cinta también blanca, y una bolsa de mezclilla completaba su atuendo.

    ¡Hola! — saludó a Shinosuke, que descendió caballerosamente a abrirle la puerta.

    Adelante hermosa señorita. — le dijo muy galán y le hizo una reverencia para dejarla subir — Su carruaje ha llegado.

    ¡Gracias! ¡Qué gracioso! — le sonrió y se sonrojó por el cumplido.

    Adentro estaba Rumiko, vestida con unos pantaloncitos negros en corte capri y unas lindas sandalias a tono. Los pantalones eran coordinados con una blusa en color fucsia y su armazón del mismo color. Todo de buena marca, como siempre. El muchacho vestía en mezclilla oscura, playera negra con un estampado de su grupo favorito, Nigthwish, tenis Converse, en negro también, y para rematar un buen cinturón de cuero negro con adornos metálicos. Parecían modelos de pasarela para jóvenes, en opinión de su amiga pelinegra.

    Oh chicos, lucen geniales. — les dijo Aome, sentándose junto a Rumiko en cuanto Shinosuke entró al auto — Todo se les ve bien.

    Tú también te ves espectacular. — le puntualizó la de gafas con una sonrisa — Por eso sus “pretendientas” — señaló a su hermano — te tenían envidia.

    Con perdón de ustedes señoritas, — les sonrió el muchacho — hay muchas chicas que se alucinan por alguien inalcanzable… como yo.

    ¡Uuyy! — le dijeron al unísono — ¡Qué modesto! — se rió Aome.

    La limusina ya había tomado rumbo al parque de diversiones. Ellos platicaban de varias cosas. En media hora llegaron al lugar. Ya oscurecía. La hora perfecta para las diversiones.

    Y bien chicas, — les dijo Shinosuke — decidan a que juegos subiremos para comprar los boletos. Eso sí, — les guiñó un ojo — si quieren el túnel del amor subieran ustedes juntas, no cuenten conmigo.

    ¡Ay hermano, no seas…! — lo miró Rumiko como si estuviera enfermo, mientras él se carcajeaba de las expresiones de las dos muchachas, pues Aome se había puesto colorada.

    ¡Shinosuke, que dices! — dijo bastante apenada.

    Ya, en serio, — respiró hondo para serenarse — escojan ustedes, porque si escojo yo a lo mejor ni les gusta.

    Pues claro que no, — intervino su hermana — a ti te gusta la casa del terror, el tiro al blanco con dardos y con escopeta…

    Bueno, — dijo Aome más sonriente — el tiro al blanco no me parece mal.

    Pero éste — Rumiko señaló una vez más a su sonriente hermano — quiere ver bailar a la “mona” esa, — puntualizó — con esa música horrible.

    ¡Rumiko, es sólo una muñeca fea y exagerada! — dijo el muchacho con tono ofendido y poniendo los ojos en blanco — ¡Ni que fuera a pedirla en matrimonio!

    Los tres se carcajearon de la observación, sobre todo porque en ese momento pasaban frente a los locales de tiro al blanco, en donde si le atinas bailan los muñecos que tengan ahí al son de una melodía. En las ferias de México se acostumbran para entretenimiento. Se decidieron por los autos chocones, en los cuales Shinosuke mostró sus dotes de conductor dándoles a todos un buen repasón. También entraron a la casa de los espejos y se divirtieron con sus imágenes distorsionadas. Claro que jugaron tiro al blanco y Aome se ganó un lindo perrito de peluche muy parecido a “Inu”.

    Subieron a la montaña rusa y casi se ensordecen con sus gritos. Se encontraron a algunos amigos. Aome saludó a Ayumi, que iba con su novio. Eri también salía con otro chico, y Yuka hacía compañía a sus hermanitos, iba de chaperona. También se toparon con Hiroshi… misteriosamente solo. Rumiko sospechó que había sido plan con maña de parte de su hermano… ya se arreglarían en casa. Nuestra amiga también saludó a Hojo con su novia.

    Se divirtieron otro poco subiéndose a algunos juegos extremos, como el Kamikaze o “martillo”, que da vueltas poniéndote de cabeza; las “tazas locas”, que giran sobre sí mismas al mismo tiempo que dan vueltas. Entraron a la casa del terror y Rumiko por poco se sube sobre Hiroshi cuando en un recoveco les salió un “zombie”, haciéndola dar un brinco y arrancando una carcajada a su hermano.

    ¡Eres muy malo! — dijo la pobre chica un poco llorosa, mientras Shinosuke lagrimeaba… de risa — ¡Le voy a decir al abuelo y a papá!

    No te esponjes, relájate… — le dijo él, recuperándose un poco — Además Hiroshi te iba a proteger.

    Aome también miraba a su amigo con un poco de reproche, pero notó al pobre Hiroshi muy apenado.

    Shinosuke, no seas así. — le dijo la pelinegra, sonriéndole un poco al otro chico — Hiroshi, ¿te gustaría tomar un helado con nosotros? — le preguntó al muchacho — En cuanto salgamos de aquí… claro.

    Gra… gracias — contestó el aludido.

    Hiroshi, amigo, — Shinosuke se calmó un poco más y le dio seriedad a su tono — lamento que mi hermana te haya molestado y te ofrezco una bebida para compensar su descaro.

    ¡Shinosuke! — le dijeron al unísono las dos chicas, con tono de enojo, mientras él se reía otra vez.

    ¿Cómo crees? — Hiroshi enrojeció más — No fue ninguna molestia — haciendo enrojecer… a Rumiko.

    Lo siento, — dijo ella con pena — no era mi intención.

    Salieron de la casa y se fueron a un lugar cercano en donde ofrecían helados, refrescos y otras cosas refrescantes. Se tomaron una copa grande de helado, en tanto Rumiko y Hiroshi recuperaban su color normal. Después charlaron sobre otros asuntos, como en donde estudiaría Hiroshi y la carrera que cursaría… el chico se quedaba en Tokio, y le dijo a Rumiko si en alguna otra ocasión le gustaría salir con él, a lo que la chica dijo que… tal vez, nuevamente con un subido tono en las mejillas. Aome y Shinosuke los invitaron a subir a la gran rueda de la fortuna, desde la que se aprecia una bella perspectiva de Tokio iluminado.

    Hiroshi se despidió… porque ya era algo tarde para él y tenía que volver a su casa, pues no tiene una limusina que lo espere. Le dijeron adiós muy alegremente y esperaron su turno para subir en una de las cabinas. Rumiko aún estaba apenada porque el joven le había dicho que era una chica muy linda, la más bonita que había conocido, y eso que alguna vez había visto a Aome con la típica cara de baboso de los muchachos cuando ven a las mujeres bonitas. Shinosuke la “molestó” un momento, como buen hermano mayor, en cuanto llegó su turno de subir a la rueda panorámica.

    ¿No qué no, hermanita? — le dijo pícaramente en cuanto el juego empezó a funcionar — Sólo recuérdale que no se pase de listo en mi ausencia.

    Shinosuke, no me molestes. — le contestó con un poco de reproche, el rubor todavía encendía sus mejillas — Tú lo planeaste, ¿verdad? — lo miró escrutadoramente.

    ¿Yo? — contestó con aire inocente y un poco ofendido — ¿Cómo crees?

    Oigan, no se peleen. — sonrió Aome a sus amigos — Vamos a disfrutar la vista.

    Cierto hermanita, — dijo Shinosuke sonriente, y abrazó a Rumiko — no seas amargadita.

    Ya verás cretino en cuanto lleguemos a casa — la chica también abrazó a su hermano y le dio un beso en la mejilla, sonriéndole también.

    Me vas a extrañar — afirmó Shinosuke haciéndose el importante.

    Mucho — confirmó la chica de gafas.

    ¡Yo también! — dijo Aome poniendo ojitos tristes, pero sin dejar de sonreírles.

    Amiga, te llevó en el corazón y te escribiré muy seguido por Facebook, mientras estés aquí. — le guiñó un ojo — Y ahora, pongan atención a la historia… — pues le había prometido a Aome ampliarle un poco más el panorama con relación al “abuelo” Sesshōmaru.

    Soy toda oídos — dijo ella, y miró atentamente a su amigo, que aún abrazaba a su hermana por los hombros. Rumiko también puso atención a la narración.

    “Entre la primera y la segunda guerra mundial hubo un periodo de inestabilidad económica que en realidad no afectó mucho a nuestro país, que poco a poco se desarrollaba como potencia mundial, aprovechando los vacíos de los antiguos imperios colonialistas, como Inglaterra o Alemania. Después de la muerte de Inuyasha, el abuelo había pensado en retirarse del ejército, ya no quería involucrarse más en las barbaridades humanas. Casi había conseguido que la descendencia fiel dejara también las armas de lado. En 21 años entre una y otra guerra parecía que nada podía interrumpir esa paz, sobre todo en nuestro continente; aunque el avance del comunismo había preocupado un poco a la élites en el poder, considerando que Rusia y China son vecinos fronterizos y un peligro potencial para la estabilidad de la región. Claro que eso no pasó desapercibido para el abuelo y su intuición, y supuso que tarde o temprano los humanos se involucrarían nuevamente en grandes conflictos… por el poder (las chicas afirmaron con la cabeza).

    “No se equivocó. La guerra empezó una vez más en Europa. Esa gente que siempre se ha creído la más civilizada han sido los más bárbaros, y se extendió con rapidez en todo su territorio. Aquí en nuestro país no se hizo esperar, había personas que apoyaban la entrada a la guerra para nuestro provecho y otros estaban en contra. El abuelo era de los últimos, nunca apoyó la guerra. Sin embargo, ante la inminente orden de participar… participó, evitando involucrarse tanto. Hasta donde se podía, por su alto rango delegaba funciones y trataba de no ser de las tropas al frente. Y obviamente… por la “gloria” del emperador, todos los varones en edad civil fueron al frente. Varios de los descendientes tuvieron que cumplir con el alto mando”.

    ¡Cómo si el emperador fuera un dios! — intervino Rumiko con un poco de enfado en la voz. Aome afirmó con un movimiento de cabeza.

    Pues ya sabes que así era considerado antes, y al abuelo siempre le pareció ridículo. — contestó su hermano, muy serio — Pero no me interrumpan.

    El juego ya se había detenido, y ellos regresaron a sentarse en el café donde tomaron anteriormente los helados con Hiroshi. Está vez sí se bebieron un capuchino calientito y una rebanada de pastel. Shinosuke continuó con el relato.

    ¿Dónde me quedé? — preguntó como si no lo recordara.

    En la segunda guerra mundial y la participación de Japón — le recordó Aome.

    ¡Ah!... bien, entonces…

    “Las batallas fueron crueles y sanguinarias… mucho más sanguinarias que las anteriores por la sofisticación de la tecnología armamentista. Saben que la guerra en el Pacífico fue básicamente entre nuestro país y los Estados Unidos (una vez más las chicas asintieron). Al principio fue favorable a nuestro bando, debido a que los estadounidenses también peleaban en Europa y los habíamos… “agarrado” desprevenidos. El abuelo estuvo presente en muchos de los triunfos, pero nunca le vio la razón lógica a pelear y dar la vida por el “divino” emperador, y lo absurdo del conflicto; por lo que, de manera discreta, fue retirándose de las operaciones militares, al mismo tiempo que los norteamericanos dominaban las acciones. Las cosas peores pasarían… y él no podía hacer nada más que esperar la caída del imperio… y proteger a los que prometió proteger.”

    Así que… ¿se rindió? — preguntó Aome asombrada, como considerando improbable esa posibilidad… especialmente en el Daiyōkai, que nunca había aceptado una derrota.

    ¡No, por supuesto que no! — le sonrió Shinosuke — Ya lo conoces, él no es de los que se rinden. Pero esto no tenía ninguna validez para su honor… por ello no le preocupaba si el imperio era vencido. — le dijo más serio — Él sólo tenía que cumplir lo prometido a la pequeña que confió en su palabra.

    ¿Y qué más? — preguntó Rumiko, dudosa y ansiosa.

    No me distraigan — dijo el muchacho.

    “Sabía que la guerra llegaba a su fin. Las derrotas eran continuas y los hombres ya no querían seguir peleando por algo sin sentido. En Europa se habían rendido, sólo era cuestión de tiempo de que Japón cayera también… tiempo y alguna otra ayuda.

    “Ese fatídico día del 6 de agosto de 1945 no será nunca olvidado por nuestra nación, ni por el abuelo. Él estuvo ahí y vio los horrores de esa arma de destrucción. Lo buscaba desesperadamente para protegerlo, no pudo sacarlo a tiempo del ejército, y temía por su frágil vida. Recibió el impacto de calor y sintió que no podría cumplir con lo prometido. Al ver la devastación causada… su corazón latió conmovido. Tendría que hacer lo que había hecho muchos años atrás. Tenseiga… es un arma bendita cuando se utiliza por una noble causa y un noble sentimiento, y la convicción de que es lo que deseas. No podía identificarlo entre los miles de cadáveres calcinados, o lo que quedaba de ellos; ni siquiera con su fino olfato, todo olía a muerte. Por lo tanto, era menester que también aquellos a los que no conocía fueran regresados a la vida, aunque fuera un momento, pues la radiación los volvería a consumir. Le dieron lástima, pero no podía hacer más por ellos. Blandió a Tenseiga y acabó con los millares de seres del más allá, que venían a llevarse las almas de esos infortunados. Así pudo encontrarlo y llevarlo lejos de ahí.”

    Aome había empezado a sollozar, al pensar que Sesshōmaru estuvo presente en ese momento tan espantoso.

    Pero, ¿a quién buscaba tu abuelo? — preguntó con voz entrecortada.

    Al menor de la generación de ese entonces… el que no había podido desertar del ejército todavía. — especificó Shinosuke con seriedad. Rumiko también sollozaba un poco — Su nombre era… Kohaku, como el antecesor. Este nombre se ha repetido por todas las generaciones, junto con el de Lin.

    Lo salvó con Tenseiga… y, ¿qué le ocurrió después?

    Sí. — confirmó su amigo — En cuanto al muchacho… al fin de la guerra se hizo monje y se retiró a la soledad del Tibet, pero murió en paz después de algunos años.

    Debió haber sido duro — intervino Rumiko.

    Entonces… ¿no ha vuelto a utilizar a Tenseiga… ni a Bakusaiga? — preguntó nuevamente Aome, aunque en realidad consideraba improbable que la poderosa Bakusaiga la haya empleado en los conflictos humanos.

    Creo que esa fue la última vez que Tenseiga ha sido utilizada por el abuelo. Y la otra espada… no que yo sepa. — afirmó el chico — Antes, en la época Sengoku, utilizó a Bakusaiga más seguido… principalmente para defender el honor de la abuela… pero esa es otra historia que ya conocerás.

    ¿Y la radiación… no lo afectó también? — fue su última pregunta con respecto al tema, imaginando que otros poderes o habilidades pudo haber adquirido el gran demonio… o si “ella” era la responsable de su gran estatura o… muchas cosas más.

    Quien sabe, — Shinosuke se encogió de hombros — sus habilidades sobrenaturales no las conozco, fuera de las que describiste en tu historia, que de por si son impresionantes; su capacidad de elevarse y volar a gran velocidad le es muy útil para ir al cielo.

    De todos modos, — dijo Rumiko — con o sin radiación, el abuelo es espectacular — y volvió a sonreír.

    Eso si — confirmó nuevamente su hermano.

    Bueno, y todo ha salido bien desde entonces, ¿verdad? — continuó la pelinegra, al ver que sobre su “abuela” no le contarían nada, y que para su “abuelo”… sólo tenían alabanzas y mucho que agradecerle.

    Sí. — afirmó Shinosuke con su simpática sonrisa — La estabilidad mundial le permitió desarrollar el negocio y aprender muchas cosas de los humanos… aunque nunca ha podido involucrarse al cien por ciento con nosotros.

    Llegó la hora de irse. Llevaron a Aome a su casa. Shinosuke la acompañó hasta la puerta, Rumiko se despidió amablemente de ella y le prometió hablarle por teléfono en cuanto regresara. Los dos jóvenes se veían algo tristes.

    Te extrañaré amigo — dijo ella con unas cuantas lágrimas.

    Yo también Aome, pero se que todavía no te vas, no lo has decidido del todo. Vendré en cuanto pueda, — le sonrió, pues a los hombres les cuesta trabajo llorar — tal vez no el primer año porque tengo que adaptarme a muchas cosas… te escribiré seguido.

    Aome lo abrazó, y después le dio su tarjeta.

    Para que no me olvides, aunque me vaya al Sengoku.

    Nadie puede olvidarte. — le dijo con sinceridad, y también le dio un apretado abrazo — ¡Gracias! — se fue y se despidió agitando la mano.

    Aome también le dijo adiós con ese gesto. Se quedó ahí un momento, pues Shinosuke le había dicho la verdad. No volvería aún porque ya había decidido terminar el Instituto, aunque ello signifique no ver a su amado por dos años más, y se le apachurre tantito el corazón. Pero quiere darle el gusto a su mamá y ser ejemplo para su hermano. Recordó a Inuyasha al mirar el árbol sagrado. Corrió hacia él y lo abrazó, como si su querido Hanyō estuviera del otro lado.

    ¡Inuyasha! — le dijo mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas — Te extraño tanto, pero necesito dejar bien las cosas aquí, con mi familia… puede que falte mucho pero tu amor me da esperanzas… para terminar el Instituto… — y vio un pequeño pedazo de pergamino en el lugar donde su amado había estado sellado. Se acercó más, limpiándose las lágrimas, y lo tomó.

    Lo leyó y se le dibujó una amplia sonrisa, era un sencillo poema escrito especialmente para ella… del otro lado del tiempo.

    Nota de la autora: Lo del nombre de la Asociación lo inventé yo, pero “Inuyasha” si recibió premios… por cierto ¿cómo será la animación de una animación?
    La época actual ya no será tan interesante, porque Aome continuara estudiando y Rumiko no puede contarle más cosas de las que Shinosuke ya le contó. Y la historia en el anime seguirá su curso, pues fueron seis temporadas, sin contar el Kanketsu, que sería la séptima, más las películas y los dos OVAS, y apenas van en la cuarta jajaja. Insisto que la historia amorosa de Sesshōmaru es para otro fic que ya estoy desarrollando, aunque este y “Un juego por la vida de Naraku” son por el momento mis prioridades, porque no quiero dejar las cosas a medias. Otro capítulo más (largo) de la época actual, en donde el tiempo pasará más rápido y… el anhelado regreso al Sengoku. Sayonara y les deseo a todos los lectores de este foro un muy buen inicio de año.
     
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    surisesshy

    surisesshy Usuario popular

    Escorpión
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    Hola y como lo prometido es deuda, aqui estoy, tu fic es muy atrayente, no me he despegado de la compu ni un segundo desde las 6pm y ya son las 10, (no sabia que era tan tarde) me gusta tu fic un montón, jajajajaja, que mirocu ni mas pervertido y ya me imagino a inu así, que gracioso, lo que no me esperaba era a kouga desesperado con hijos, ahora si que no puede molestar a kagome, waooooo, no esperaba que pusieras a Sesshy tan meloso y no espero por ese fic que nos estas prometiendo, un fic especial de Sesshy, ¡¡¡no me lo pierdo por nada del mundo!!! asi que avisame he.

    Ya en otra categoria, en el siguiente capi es el regreso de Kagome, ¿verdad?, ya quiero ver que tan cursi se va a poner Inu cuando regrese, jajajajaja. Que lindo el poema en la tumba de Lin, pobre de sesshy, soportar la
    muerte del ser que mas quizo en su vida, el que lo cambio para siempre,hasta yo llore, es que tambien soy un poco sensible y eso demuestra tu capasidad para transmitirle al lector los sentimientos de los personajes, buen logro, te felicito.

    Veo que tus fics son como los animes de Clamp, todos llevan una coneccion..... Me gusta, nadie habia hecho eso, a mi hermana le interesara. Bueno, me despido y terminala, yo te apoyo, ya lo sabes. Byes!!!!
     
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  18.  
    kagomeG

    kagomeG Usuario común

    Piscis
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    AMiga!!! LOL! Ya extrañaba esto!! Y ando de viajera y mis fam y yo estamos en Villa hermosa de paso... Muy feita la ciudad y estamos en un hotel muy bonito Hehe... Y mañana otras 12hrs de viaje... T.T
    Y me perdí de DOS capitulos... (imperdonable!) sii!!! Perdoname!
    Pero que hermosos y conmovedores capitulos! (yo quería llorar con lo de Rin) yo lloré... Haha como me dió un ataque de risa cuando shinosuke (amor de mi vida *•*) ukyo, ni lo conoces! (pero mi imaginación si!) Ahh! ¿en que estaba? A ya! Cuando el le dice a kag "es toda una domadora de hombres difíciles" hhaahahah buenísimo! Amo tu ingenio
    Muero po que vuelva al sengoku pero esta bien que se quede a arreglar las cosas bien en su epoca y luego vuelva.
    (oye querida InunoTaisho... Ya te he de haber cansado pero... Si shinosuke tiene novia... Que se llame "Gemma", ¿si? *se hinca con ojitos llorosos* siii??!?!!? Porfavor!!!) bah ukyo! Das pena... Aun que seriá todo un honor (^-^)
    Gracias por los avisos Hehe y Perdon por apenas pasar...
    Sayooo!!
     
  19.  
    Kai

    Kai Usuario VIP

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    Hola!!!!
    Que linda la conti..una muy buena despedida, no total pero si linda.
    Ese Shinosuke si que quiere emparejar a Rumiko...
    ESpero que continues y cómo a muchos nos dejas con la duda ¡quien es la abuelita?, para otro fic que espero leer...Sayoo
     
  20.  
    InunoTaisho

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    Pasado mañana (inu/kag,mir/san,sess/?)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    56
     
    Palabras:
    3162
    ok gracias por sus comentarios y aqui esta la continuacion:

    Capítulo 19

    Este tal vez sea el último en la época actual, pero bastante largo, en dos o tres partes para que no me quede tan corta. Próximamente el retorno al Sengoku, ¡al fin!

    El segundo año en el Instituto empezó como un buen día. Aome encontró a Rumiko en la entrada y se la presentó a sus amigas. Ellas se asombraron un poco de que la creadora de los dibujos para la animación de la historia “Un cuento de hadas de la época feudal, Inuyasha” fuera tan joven. Lo pesado fue que la bombardearon con preguntas sobre… su hermano, Shinosuke. Nuestra amiga pelinegra la rescató a tiempo.

    Discúlpalas, — sonrió Aome, en lo que caminaban al baño — es que eran… son…

    Descuida, — respondió Rumiko también sonriendo — no es la primera vez.

    En cuanto había regresado de Inglaterra, Rumiko se había visto con Aome y platicaron alegremente de muchas cosas. La invitó a la mansión, aprovechando que el abuelo se fue de gira… al cielo. Claro que le pidió permiso, nada de desobedecer. Shinosuke le envió muchas fotos y postales de lugares importantes, y un bello regalo con mucho cariño:

    ********** Flash Back **********

    ¡De verdad que Inglaterra es un hermoso lugar! — dijo Aome, admirando las postales.

    ¡Uy si!, y también Gales y Escocia. — confirmó Rumiko mostrándole algunas más de los lugares mencionados — Y la escuela es enorme, ni tiempo va a tener mi hermano de conquistar inglesas — se sonrió un poco.

    ¿En serio pensaba ligar a una inglesa? — se asombró la pelinegra.

    ¡Jajaja! — ahora sí se rió la de gafas — Quería conocer a Emma Watson en persona, pero ella se fue para Estados Unidos a estudiar; y el abuelo no lo cambiaría sólo por el capricho de ligarse a una mujer — y puso los ojos en blanco un momento.

    ¡Qué pena! — suspiró Aome — Hubieran hecho una bonita pareja… pero creo que ella hace mejor pareja con Ron… Rupert Grint — se sonrojó un poco — Me acostumbré a Ron y Hermione.

    Yo también — volvió a sonreír Rumiko, y se encogió de hombros — En fin. Mira, aquí hay algo más para ti — sacó un paquete pequeño.

    ¿Qué es? — preguntó curiosa la pelinegra.

    Ábrelo.

    Era un hermoso libro, bellamente encuadernado, y tenía escrito en la portada “Diary” en letras doradas. Anexo una linda tarjeta con una excelente caligrafía.

    “Amiga: Te mandó este diario para que nunca dejes de escribir, es lo que te gusta”

    ¡Qué lindo detalle! — dijo Aome con una gran sonrisa, mientras le brotaba una lagrimita.

    Escribe tus memorias de aquí también. — Rumiko se alegró con ella, pues no sabía en sí lo que su hermano había mandado — Para que no te olvides de nosotros en el Sengoku.

    ¡Nunca los olvidaría! — Aome la abrazó.

    ********** Fin de flash Back **********

    Cada una de ellas se fue a su salón. Aome alcanzó a sus amigas y entraron juntas para iniciar las clases.

    Oye Aome, — le dijo Yuka un poco inquisitiva — ¿en serio no te relacionaste… con Takahashi?

    Aome puso los ojos en blanco por un instante.

    Yuka, — le contestó, mientras se sentía un poco de su “aura maligna”, que hizo que Eri y Ayumi retrocedieran un paso — no empieces.

    Tranquila Aome, — le dijo Ayumi, mientras sonreía como bobita — son… celos profesionales.

    ¿Cómo que celos profesionales? — dijeron al unísono Aome y Yuka — ¡Explícate! — reclamó la última mientras la pelinegra parpadeaba con asombro.

    Eee… — tartamudeó su amiga.

    Es clarísimo. — dijo Eri en su defensa — Tú — señaló a Yuka — aún no has conseguido novio.

    ¿Qué? — se asombró — ¿Creen que es por eso que…?

    ¿Por qué más? — afirmó Eri y se cruzó de brazos.

    Ayumi ya no dijo nada más, sólo enrojeció un poco de pena. Yuka se veía ofuscada. Y Aome… parpadeó varias veces, como tratando de digerir lo que escuchó, para después soltar una sonora carcajada que hizo que todos los demás la quedarán viendo como si estuviera loca, incluidas sus amigas.

    ¡Jajajajaja! — se rió por largo rato, casi le brotan lágrimas.

    La llegada del profesor puso fin a la discusión. Aome respiró profundamente para calmarse, y se mantuvo muy sonriente en clase. Respondió algunas preguntas que hicieron el profesor y los siguientes, pues antes del almuerzo tenían tres clases.

    A la hora del descanso, las cuatro amigas se juntaron en la cafetería para finalizar el tema de la primera hora. Aome saludó a lo lejos a Rumiko, que andaba con sus nuevas compañeras.

    En serio que están locas, — les reclamó Yuka a Eri y a Ayumi — ¿cómo pueden pensar semejante cosa?

    Es que… — decía Ayumi un poco apenada.

    Es verdad. — volvió a decir Eri — Nadie te ha pedido salir con él.

    Yuka enrojeció de vergüenza, parecía a punto de llorar, Eri había sido muy cruel.

    No te desesperes. — sonrió Aome queriendo saldar las cosas. Sus amigas la voltearon a ver — Ya llegará alguien adecuado. No como… otros — y miró significativamente a Eri.

    El chico que le había pedido salir la… engañó con otra muchacha. Aome le había dicho de muchas formas que ese tipo no le convenía, pero su amiga no le hizo caso. Después… se sintió muy mal por eso, pero Aome sólo la consoló y le dijo las mismas palabras que en este momento le decía a Yuka.

    Eee… — tartamudeó la aludida, y ahora ella enrojeció de pena.

    Cierto. — afirmó Yuka, y sonrió también — ¿Qué paso con…?

    Ok., ya entendí — se defendió Eri.

    Ayumi sonreía como bobita y también se apenó un poco por su insistente amiga.

    Muy bien. — dijo Aome — Chicas, el tener o no un novio o alguien con quien salir no es una necesidad.

    Claro. — intervino Ayumi — No te alucines Yuka.

    La aludida respiró profundamente mientras Eri recuperaba su tono natural. Tomaron sus respectivos almuerzos y se dirigieron nuevamente a clases.

    Después de la salida Aome se quedaría un poco más tarde por el club de arquería, al cual Rumiko había entrado.

    Y bien amiga, — le dijo muy sonriente en lo que se ponían el uniforme especial — por curiosidad, ¿por qué escogiste este club?

    Bueno, — contestó la de gafas, también sonreía — no quise el de dibujo porque… ya sabes, y el de lectura… me aburre, prefiero leer sola en casa. Además tú me vas a ayudar mucho — le dijo con carita suplicante.

    ¿Y qué dice tu “abuelo”? — preguntó.

    Ya lo conoces como es de cariñoso, — afirmó Rumiko y puso los ojos en blanco por un momento — me dijo “Haz lo que quieras”.

    Así empezaron con las clases. Y Aome le explicó a Rumiko y a otras chicas cual era la forma correcta de tomar el arco. Fueron divertidas, pues Aome les daba un ejemplo… y volvió a pasar lo mismo que ocurrió meses atrás.

    —Fíjense bien, — les sonrió a las seis novatas, incluida Rumiko — así deben concentrarse… tensar el arco y fijar la vista en el objetivo — decía mientras hacía lo que explicaba — y en cuanto estén seguras… sólo lo sueltan sin titubear.

    En ese momento, cuando concentro su mente… volvió a cargar levemente su poder espiritual, y al disparar… el blanco se desvaneció al recibir el impacto de la flecha.

    Todos parpadearon… y Aome fingió indiferencia en tanto le brotaba una gotita anime en lo alto de su frentecita. Rumiko sonrió como tontita, pues ella si comprendía exactamente lo que ocurrió.

    ¿Qué sucedió? — dijo Aome como si no entendiera nada — ¿Alguien puede explicarme?

    Al final limpiaron entre todos el desorden y Aome se disculpó diciendo que se sentía mareada. Salió más temprano que los demás, después de que Rumiko le guiñara un ojo.

    ¡Qué barbaridad! — se dijo a si misma mientras caminaba — ¡Tengo que controlarme o si no…! — suspiró — Tranquila Aome.

    Llegó a casa. Había pasado cerca del árbol sagrado antes de entrar, y le dejó un beso para su amado Hanyō.

    Hoy tengo mucho quehacer Inuyasha, — le dijo sonriente — así que no podré estar contigo más tarde — y le lanzó el beso al aire, como si las hojas lo atraparan y lo hicieran llegar atrás.

    “Inu” llegaba corriendo y se fue con ella para comer. Después de las rutinas diarias, como ayudar a su mamá, a su abuelo, hacer sus deberes, asear a “Inu”, auxiliar a Sota…, tomaba su baño nocturno antes de descansar. Al término de la larga jornada diurna se secaba el cabello y se estiró un poco. Se sentó nuevamente a su mesa para escribir sus memorias del día, en el bello cuaderno que le envió su querido amigo, al cual nombro en su honor:

    “Querido Shinosuke:

    “Hoy fue un día tan especial, ¡ya estoy en el segundo grado del Instituto! Mis planes de antes han cambiado y ahora lo importante es que me iré con mi amado… aunque aun faltan dos años, pero no importa porque se que él me esperará en el “pasado”… pero te quiero contar que el primer día de clases es siempre muy cansado, porque a veces las nuevas materias son más difíciles, los nuevos profesores son más exigentes, tienes algún nuevo compañero… en fin.

    “Lo mejor es que Rumiko está en la escuela y en cuanto dispongamos de tiempo podremos hablar de muchas cosas más… de acuerdo con lo que aun pueda contarme, y ampliar mi panorama…

    Ella toma las clases en el club de arquería. Y ocurrió un hecho sorprendente… debo controlar mi poder espiritual o tal vez todos se asusten y me vean como un fenómeno…”

    Recordó a su amado…

    ¡Ay Inuyasha!, — dijo suspirando un poco — a veces las personas suelen ser crueles con las cosas que no entienden… ¡Pobrecito de ti, debes haber sufrido mucho cuando eras pequeño!

    Continuó escribiendo después de limpiar una pequeña lágrima que le había salido. Media hora más tarde…

    ¡Ajum! — bostezó y se estiró nuevamente — ¡Qué buen día! ¡Gracias Dios mío porque aún estoy viva y podré volver! ¡Buenas noches “Inuyasha”!

    Abrazó al perrito de peluche que tenía junto a varias hojas de pergamino, en donde había breves poemas escritos para ella… del otro lado del árbol.

    ********** Flash Back **********

    Aproximadamente cuatro meses después del nacimiento de las gemelas, en la época Sengoku, Inuyasha había pensado un poco en ceder y pedirle ayuda al único que podía ayudarle… aunque significara admitirle que verdaderamente tenía… deseos ocultos.

    Ni hablar. — se dijo a sí mismo — Sólo le pediré un empujoncito.

    Bajó del árbol sagrado y se encaminó a la cabaña de sus amigos. La tarde era fresca y los niños jugaban cerca del río. Encontró a la pareja haciendo… lo de siempre. El maníaco calenturiento muy cerca de su hermosa mujer.

    Perdón — habló Inuyasha al ver a Sango… amamantando a Kikyō.

    Ahome dormía profundamente en los brazos de su padre.

    Adelante — dijo Miroku, y acostó cuidadosamente en su “cunita” a la nena dormida.

    No… gracias. — Inuyasha desvió la mirada de Sango. Aún seguía sonrojado — Quería hablar contigo… de hombre a hombre.

    Miroku lo observó con una breve sonrisa significativa, mientras su amada parpadeó extrañada.

    En seguida te alcanzo — le respondió.

    Inuyasha se retiró rápidamente.

    ¿Qué le pasa a…? — preguntaba Sango, acunando a Kikyō, que parecía más dormida que despierta.

    Su marido la hizo callar suavemente con un pequeño beso, acariciándole dulcemente el rostro.

    No es nada amor, no te asustes. — le sonrió — Luego te cuento… si tenemos tiempo… — le dio un último besito cerca de la oreja, la miró pícaramente haciéndola sonrojar, y salió de su hogar.

    Cinco minutos después se encontraba con el Hanyō en el árbol sagrado. Inuyasha parecía nervioso.

    Bien, ¿al fin te decidiste? — dijo el monje.

    ¡Keh! No empieces… — espetó el ojidorado.

    ¿Sí o no? — lo miró duramente Miroku — Por eso me pides hablar aquí y así. No finjas.

    Yo… — tartamudeó el peli plateado — ¡Keh! Sólo es por… ya sabes.

    Inuyasha, Inuyasha, — el de ojos azules le palmeó el hombro — si pones atención a mis consejos te desahogaras.

    Al grano torpe. — dijo con brusquedad — Dame unos cuantos consejos para… — se sonrojó una vez más — ser… algo… cariñoso. — y volvió a hablar con dureza, mirando con enfado a su amigo — ¡Pero nada de… manías!

    ¡Qué carácter! — le reprochó el monje — ¡Primero cambia un poco tu actitud, o me regreso con mi Sanguito para hacerle…! — ahora el sonrojado fue otro — Bueno, a ver si Kikyō ya se durmió también — y sonrió como bobito por lo que estuvo a punto de decir, sobre todo considerando lo que su amigo quería.

    Inuyasha puso ojos de puntito mientras le brotó una gotita anime en lo alto de su cabeza, pero se dio cuenta que Miroku tenía razón… por algo el monje era… lo que era, un mañoso libidinoso al que su esposa adoraba, a pesar de todo.

    OK., — dijo más calmado, recuperando una expresión normal — trataré de mejorar. ¿Qué sugieres que haga mientras Aome no está?

    Mmm… — el ojiazul meditó cerrando los ojos — Me parece que… — se cruzó de brazos.

    Inuyasha lo miraba escrutadoramente, pero lo dejó hacer, porque si no su amigo se molestaría y tendría que empezar otra vez… era mejor esperar a ver que se le ocurría.

    Si… eso es. — el monje abrió los ojos — Podrías expresar tus sentimientos escribiéndole palabras bellas, así tal vez sea más fácil después.

    Eee… — tartamudeó una vez más — ¿Me dices cómo?

    Pon atención — le sonrió Miroku.

    Y le enseñó a escribir y describir lo que sentía. Cinco noches después…

    Listo — dijo Inuyasha, colocando en el árbol sagrado, en ese lugar donde alguna vez estuvo la flecha que lo selló, un pequeño pergamino.

    Recordó que fue por ahí donde contactó con Aome en alguna ocasión. Tal vez aún se pudiera.

    Aome — susurró un poco — espero que te guste. Lo hice con amor.

    Y del otro lado del tiempo, el día que Shinosuke se despidió de la pelinegra, ella encontró el pergamino en el árbol.

    ********** Fin de Flash Back **********

    “Me dijiste ¡vuelvo!
    Y se llenó de sombra el firmamento,
    y se cubrieron de nieve mis ocasos,
    y se pintó de rojo mi nostalgia;
    y aún espero tu regreso.”

    “Te extraño, pero se que volverás cuando tengas que volver”

    Fue el primer poema, y cada 20 días más o menos había recibido más. Aome quiso contestar, pero al parecer sólo funcionaba de atrás para adelante.

    ¡Qué pena! — se dijo a sí misma al ver que el pedazo de papel que ella había escrito continuaba allí — Quería que Inuyasha supiera que estoy bien.

    Pero, por lo menos, el movimiento de las hojas transmitía sus palabras a los pensamientos y recuerdos del Hanyō.

    “Con la fragancia de las horas idas,
    se cubran de luz nuestras auroras,
    y con la vida de las nuevas horas
    el tiempo no rompa nuestros lazos”

    “Con cariño de Inuyasha”

    Estas eran las últimas, así que nuestra pelinegra amiga ya tenía un álbum de colección de poemas. Se durmió y en sus sueños estaba ya con su amado. Y el tiempo sigue su curso.

    Nota de la autora: Jajaja Inuyasha escribiendo poemas de amor para ser cursi… ¿quién lo viera? Jajaja pero a la hora de la hora… ya verán que trabajazo le va a costar decirle de frente lindas palabras a su amada porque… él es así. Si no… dejaría de ser Inuyasha. Jajaja ¡Miroku y Sango siguen a la cabeza en cursilerías! Ya en menos tiempo Aome estará con ellos.

    P.D. Los pequeños poemas son de la autoría de un poeta de mi tierra que se llama René Vidaña. Sayonara y no se pierdan “Un juego por la vida de Naraku”.
     
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