Seven Parte Aleatoria del Continente

Gaspar Lemos (Voracidad)

La gran cantidad de comida ingerida con el paso del tiempo me dio una espesa capa de energía pura, la cual me volvía un ser muy resistente. No obstante, las ralentizaciones, las flechas y poderes mágicos estaba causandome un estrago físico. Me quitaba las flechas y seguía avanzando, y con ellas, los agujeros de las heridas mermaban un poco de sangre, por lo tanto, poco a poco iba dejando un rastro de sangre por el suelo.

Roxy por fin estaba logrando dar con sus objetivos, parece que poco a poco lograba dar con sus objetivos, aunque en realidad seguía siendo de poca ayuda.
Luego de un rato luchando contra los demonios, pensabamos en tomar el bastion pero...

—Oh, rayos...

Benja y Samara arrojaron la misma expresión y entonces te volviste para ver hacia donde ellos miraban.

—¿Q-qué hacemos, Gaspar? —preguntó Benja.
—¡Vayámonos! Actualmente solo caeríamos en combate, y yo no dispongo de la suficiente resistencia para enfrentarlo... por ahora. —Respondí, y decidí alejarme del lugar con las heridas sangrando un poco.

 

Erick Maxen (Codicia)

No me había costado más que unos segundos tener al enano a mi merced, desde ahí tenia dos opciones, dejarlo vivir y que decidiera que quería mi cabeza o matarlo y quedarme con su trono, la respuesta era lógica.

—Cometió un grave error su alteza, lo mío siempre será mío y lo que osa llamar suyo también—

Entonces empecé a sentir dolor en la espalda, alguno de sus soldados debía haberme dado ¿porque no darle muerte con sus propias armas?

Mientras aún lo levantaba con una mano, desenterré una flecha de mi espalda para atravesar su cuello con la misma y cuando me aseguré de que estaba muerto levante su cadaver para que sus soldados lo vieran, ahora respondían ante un nuevo rey y su nombre era Erick.

 

Erick Maxen (Codicia)

Contenido oculto

Decides enterrar esa flecha en el cuello del enano quien pareció totalmente sorprendido cuando sintió el proyectil traspasar su aorta de un lado a otro.

Les mostraste a todos tu víctima pero tarde te diste cuenta que ese era el príncipe y no el rey. En ese momento el rey no se encontraba en el bastión y no esperabas tampoco que los enanos aceptaran a un humano como rey.

Sentiste un flechazo más en el muslo y empezaste a sentir que tu vida peligraba. Podrías acabar con muchos, aún estando herido, pero no con todos. En ese momento, para tu suerte, una explosión de un barril de alcohol distrajo la atención de todos y el lugar se llenó de humo y polvo astral volando.

Estabas concentrado en el polvo astral que llovía sobre ti, esas cosas eran tu debilidad, ver tanto allí flotando y sin dueño te revolvía el estómago.

Entonces sentiste una mano arrastrarte lejos del lugar. A pesar de poner un poco de resistencia no pudiste evitar que te llevara. Encabezó la marcha hasta traspasar casi todo el gran salón y se metió por un pasillo donde luego te introdujo en una habitación con una gran puerta de madera. Lejos del encanto del polvo astral enfocaste tus ojos y te diste cuenta que era una enana. Era delgada aunque sus pequeños bracitos se veían fuertes. Su rostro juvenil y amable, enmarcado en su cabello castaño, no te sonrió pero te dejó ver que sus ojos brillaban.

—Oye, no te daré las gracias por matar a ese borracho golpeador así que acepta el hecho de que te saque de ahí y coopera conmigo.

La enana no necesitó inclinarse para extraer la flecha de tu muslo con cuidado. Su frente llegaba a tu abdomen. Con sus pequeñas y firmes manitos acarició tu herida mientras sentías como si un bálsamo formara una generosa capa de piel y calmara el dolor.

—Siéntate, voy a tratar tu espalda.

Un poco confundido, le obedeciste. No tenías idea de qué hacer a continuación, ellos no te aceptarían como su rey pero querías ese polvo. Lo querías todo. Y también a esa enana, querías ser quien la maltrate luego de una borrachera.

Tu espalda pasó por el mismo proceso que tu muslo y la herida se cerró. La debilidad por la carne desgarrada y el dolor punzante estaba presente pero al menos no morirías desangrado.

—Has revolucionado al bastión. No te permitirán salir de aquí. Si quieres puedes venir conmigo, conozco una salida de este lugar. No te arriesgues, los enanos somos tercos, no te van a dejar escapar tan fácilmente.

Era una buena oferta pero te negabas al hecho de haber realizado toda esa travesía sin recibir nada a cambio. Además, estaba tu compañera leonina y su tigre, posiblemente los ejecutaran por tu comportamiento y no querías permitirlo tampoco, ellos eran tuyos y nadie los mataría más que tú. También pensabas ir por todas y desafiar a los enanos, tratar de quedarte con el lugar y con ese hermoso polvo astral que bañaba cada rincón del bastión.

¿Irás con la enana para salvar tu vida? ¿Irás a buscar a Frigit y su tigre escabulléndote por el lugar hasta su celda? ¿O irás a reclamar lo que te pertenece de los enanos?

Si elijes la última opción, tira un dado de 10 caras.

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Gaspar Lemos (Voracidad)

Contenido oculto

Decides huir. Ese demonio no es un rival para enfrentar sin preparación.

Para tu suerte, el demonio parece elegir quedarse en su lugar. Sólo ves algunos demonios perseguirlos mientras se van y arrojar algunas flechas que no hacen mas que causarles un susto.

Los cuatro abandonan el bastión y regresan al establo donde los habían dejado para esperar una carreta. Benja y Samara parecen impactados.

—El bastión está perdido. Debemos avisarle a Soxe y a Elfendor. Tenemos que unir fuerzas para acabarlo —comentó Benja.

Lo que más mal te traía era el hambre. Te sentías muy mal por todos los golpes recibidos y no haber obtenido ningún fruto de todo eso. Samara pareció darse cuenta al verte.

—Iremos a uno de los puestos de vigía cercanos a organizarnos. Puedo cocinar algo allí.

Estuviste muy de acuerdo con esa idea. Montaron unas ardillas gigantes hasta el lugar. El puesto de vigía estaba cerca y había sólo tres personas ahí dentro que los hicieron pasar y los dejaron ponerse cómodos. Roxy estaba muy entusiasmada por su actuación.

—Demonios temer a Roxy. Yo matar dos, ellos no verme venir, ¿eh? Hacer muy rápido la lanzada de flechas. Ellos no verme ni en sus sueños.

Asentiste con la cabeza mientras Benja estaba inmerso en sus pensamientos y Samara les dejaba una canasta con pan en la mesa que empezaste a devorar con rapidez. La humana abrazó a la scravit con ternura mientras seguía hablando.

—Roxy, asesinadora de monstruos. Suena bien, ¿eh?

Asentiste sin darle importancia y luego de un momento la mujer dejó frente a ti un plato de sopa que tenía trozos de carne de un color amarillo dentro. No le diste importancia y comiste.

Gruñiste al darte cuenta que era una comida que dejaba bastante qué desear. La muchacha no tenía idea de cocina. La observaste y te diste cuenta que ella sorbía su sopa mirándote también. Agachó la cabeza con resignación al darse cuenta que probablemente estarías enfadado.

Ella te había engañado. No tenía ni idea de cómo hacer un pastel. Y en ese lugar no había ninguna aguamiel, sólo vino rancio. ¿Cómo te sientes sabiendo que te llevaron allí engañado?

—¿Gaspar bien? —Roxy te observa preocupada. Al parecer estás exudando furia por la estafa.

¿Que harás en respuesta a lo sucedido?

Tira un dado de 10.

 

Gaspar Lemos (Voracidad)

Decido huir con mis compañeros, tal demonio no era un rival al que pudiésemos enfrentar sin mas ayuda y mejor preparados.
Aún así, el mismo decidió dejarnos ir, solamente algunos de sus súbditos seguían arrojándonos flechas, más que todo para alejarnos.
Benja y la asesina parecen impactados ante tal situación, la verdad, estamos vivos por pura estrategia.... suponía. —Maldita sea, no me esperaba eso... —comenté, mientras observaba mis heridas. —El bastión está perdido. Debemos avisarle a Soxe y a Elfendor. Tenemos que unir fuerzas para acabarlo —comentó Benja, lo observé, pero los rugidos de mi estómago comenzaron a incrementarse y no podía dejar de pensar en comida, hasta me sentía mareado... —Iremos a uno de los puestos de vigía cercanos a organizarnos. Puedo cocinar algo allí.—comentó Samara, mientras nos dirigíamos a dicho lugar.
—Demonios temer a Roxy. Yo matar dos, ellos no verme venir, ¿eh? Hacer muy rápido la lanzada de flechas. Ellos no verme ni en sus sueños. — rei y asentí con mi cabeza de manera positiva, el olor de las ardillas gigantes me tenía estimulado a que comería algo muy delicioso. Samara trajo una canasta con panes, los cuales desaparecieron rápidamente, de verdad que tenía hambre.
—Roxy, asesinadora de monstruos. Suena bien, ¿eh?

Luego Samara trajo un plato de sopa, el cual tenía trozos de carne amarillenta dentro, me importó nada y comencé a comer rápidamente, pero casi rayaba en el mal gusto, me molesté.... Samara al parecer no sabía cocinar, y ella lo sabía también, me miró y no pudo evitar alejar su mirada, eso me molestó, me engañó... —¿Gaspar bien? —preguntó Roxy, pues ella se dio cuenta de mi reacción...

 

Marny Ederly (Soberbia)

Me quede mirando al vacío por unos momentos, meditando, las palabras de aquel tritón eran verdaderas y un sin fin de gente me las había dicho antes, sin embargo en sus labios eran tan dulces que me encandilaban.

Mientras reflexionaba sobre la decisión correcta pude escuchar un par de voces algo familiares, Gorfel orgulloso me informaba sobre el éxito en su misión de encontrarme una habitación perfecta y Altirayel sobre la ubicación de su prometida, vaya que había perdido el tiempo con este tritón.

—No pienso perder el tiempo contigo, pero ¿sabes?— aspire un momento intentando encontrar las palabras justas — Mientras sigas hablando así puedo ser generosa y permitirte venir conmigo— continué.

Gire en las puntas de mis tacones para quedar de frente a mis dos acompañantes, primero me centre en Gorfel.

—Vaya, espero que realmente se un buen lugar, fuiste bastante rápido en hallarla — ligeros cumplidos estarían bien para mantenerlo centrado en su deber conmigo: servirme.

Enseguida mire al elfo.

—No esta lejos, pero deberíamos tomar precauciones, debemos ir descansados ...— ¿Era realmente eso o yo quería seguir con aquel tritón? —En todo caso disfruten hasta la media noche, nos veremos aquí a esa hora e iremos a dormir, mañana por la mañana iremos en busca de tu prometida, Altirayel ¿Ambos entendieron?— la respuesta definitivamente seria afirmativa por parte de ambos, asi que me gire de nuevo a ver a mi seguidor.

Medite mis palabras y añadí —Aunque, si tus intenciones son otras y no me agradan, yo misma acabaré contigo, con eso en mente ¿Aun quieres invitarme una copa?—