Para situaciones raras…éstas.

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por lupus, 27 Abril 2011.

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    lupus

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    Para situaciones raras…éstas.
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    1263
    Primera situación: quejas del proletariado. ​

    Cupido se paseaba cabizbajo por las calles de Nueva York cuando pasó por delante de una floristería y vio a una mujer a la que conocía, por lo que decidió entrar a saludarla.
    __ ¡Irma, ¿cómo tú por aquí?!__ le preguntó mientras la abrazaba cuando la mujer terminó con su anterior cliente.
    __ Pues ganándome unos dólares vendiendo flores.__ replicó Irma.
    __ Pero, ¿tú no llevabas la menstruación a las mujeres?__ le preguntó Cupido, extrañado.__ Recuerdo que ibas por todas partes completamente vestida de rojo.
    Al recordar su tan querido uniforme de trabajo, Irma se encogió en un rincón en medio de una atmósfera oscura.
    __ Me quitaron el traje.__ le explicó al preocupado dios del amor.__ Mis superiores me han despedido y le han dado mi traje a otra chica que, dicho según sus palabras, es “más eficaz y productiva” que yo. Y todo porque cometí algunos pequeños errores en mi itinerario.
    __ ¿Qué ocurrió?
    __ Te lo contaré.

    >> Hace dos semanas, estaba trabajando con mi ordenador para ver a que mujeres debía visitar cuando mi taza de café se derramó sobre el disco duro y hubo un cortocircuito. Al principio me asusté por la posibilidad de que hubiese perdido todos los datos pero al ver que seguían ahí, los imprimí sin darme cuenta de que tenían algunos errores debido al contacto. <<

    __ ¿Qué errores tenía?__ le preguntó Cupido con interés.
    __ ¡¿Quieres dejarme seguir la historia, imbécil?!
    __ Vale, tigresa, vale; cualquiera diría que tienes la…esto…continúa.
    __ Así que empecé mi itinerario sin saber de los errores en los datos y visité un piso de San Francisco donde se suponía que vivía una joven de veinte años. Sin embargo, cuando llamé a la puerta,…

    >> __ Hola, soy tu menstruación.__ dije mientras daba unos suaves golpecitos en la puerta.
    Me abrieron la puerta dos tiarrones mojados y con batas alrededor de la cintura; se notaba que acababan de salir de la ducha.
    __ No sé si lo ha notado pero somos hombres.__ me dijo el más alto de ellos, un morenazo de agárrate y no te menees; por la irritación que mostraba, deduje que le había interrumpido una acción muy placentera.
    __ Sí que lo he notado, sí.__ repliqué mientras les miraba de arriba abajo.__ Como para no darme cuenta. ¿Y no hay ninguna mujer de veinte años con ustedes? Una hermana, una amiga, una madre que tuvo a su hijo en la adolescencia y ha rejuvenecido mágicamente…
    __ Le ahorraré el tiempo.__ me dijo el otro, un rubio que tampoco estaba nada mal.__ Somos gays, estamos solos y no hay ninguna mujer aquí.
    __ Ya lo veo, ya.__ susurré algo cortada.__ Menudo desperdicio de cuerpazo.
    Y los muy maleducados me cerraron la puerta en las narices sin ni siquiera invitarme a entrar a ver cómo era el asunto ese del sexo entre hombres.
    Tras ese primer error, decidí pasar a la siguiente mujer de la lista, que se encontraba en una residencia de ancianos en Portugal. Me dije a mí misma que debía de ser una enfermera tan atenta de los ancianos que vivía con ellos, así que fui a su habitación y llamé a la puerta.
    __ Hola soy tu menstruación.
    Entonces me abrió una anciana en silla de ruedas que me dijo:
    __ Llegas con unos años de retraso, maja.
    __ ¿Usted es Isabel Remojo?__ le pregunté mientras miraba mi carpeta, extrañada.
    __ ¡¿Qué remojo ni qué…?! ¡Me llamo Isabel Resojo!
    Y acto seguido se puso a perseguirme por todo el pasillo hasta que le di esquinazo; para que digan que las ancianas son personas indefensas.
    Tras lo ocurrido, fui a Pamplona para visitar a una joven de 15 años y cuando llegué a su casa, vi que se la llevaban en un ataúd.
    __ Oiga, ¿qué ha ocurrido?_- le pregunté al padre.
    __ ¿Quién quiere saberlo?
    __ La menstruación de su hija.
    Y el muy salvaje me agarró del pelo y me abofeteó mientras me gritaba:
    __ ¡Pues se ve que la niña y su novio lo hicieron sin condón y como te has retrasado tanto, se han llevado un buen susto y la niña ha muerto de un infarto!
    __ Pobre novio.__ comenté cuando me soltó.__ Debe de estar desolado.
    __ ¡Desolado, no sé, pero enlosado, desde luego!__ replicó el hombre.__ ¡Porque, cuando pensó que había dejado embarazada a mi hija, se subió al campanario y se tiró de cabeza contra el adoquinado! ¡Todavía intentan desincrustar su cuerpo de allí!
    Y así ocurrió todo. <<

    __ Parece que ninguno de los dos hemos tenido mucha suerte con el trabajo.__ comentó Cupido mientras se limpiaba las gafas.__ A mí me han dejado sin sueldo durante un año entero; y me habrían despedido de no ser funcionario.
    __ ¿Y eso?__ le preguntó Irma.

    >> Hace una semana recibí un encargo para que les disparara una flecha a los hijos de dos granjeros rivales para que se enamoraran y la rivalidad entre sus padres terminara.
    La primera parte de mi trabajo la hice a la perfección y le encajé una de mis flechas al chaval. El problema surgió a la hora de darle a la chica su dosis de amor. <<

    __ ¿Por qué?__ le preguntó Irma.
    __ Bueno, ya sabes que padezco miopía y me cuesta ver las cosas de lejos y resulta que, a mis ojos, la chica era una figura borrosa.__ se explicó Cupido, que se sentía avergonzado por lo que había ocurrido.__ Mi flecha erró el blanco.
    __ ¿Y a quién le dio? ¿A su padre? ¿Al padre de la chica? ¿Le diste al mismo chico y le produjiste un síndrome de Narciso?
    El dios del amor miró al suelo en silencio mientras sacaba de su bolsillo una bola de cristal y la dejaba sobre el mostrador.
    __ Míralo por ti misma.
    Irma se inclinó y vio a un joven escultural en medio del humo que había dentro de la bola.
    __ Está de muy buen ver.__ le comentó a Cupido, que zapateaba nervioso.__ Pero, ¿qué demonios hace desnudo y arrodillado bajo un caballo? ¡Ah, dios mío! ¡¿Qué hace cogiendo “eso” con las manos?! ¡Y se lo lleva a la boca, el muy insensato!
    Irma miró escandalizada a Cupido, quien ya estaba encogido en un rincón con aire deprimido.
    __ ¡¿Cómo se puede confundir a un caballo semental con una chica?!
    __ Lo que ves no es lo peor.__ añadió el dios del amor con una sonrisa forzada.
    Irma se acercó de nuevo a la bola de cristal para apartarse inmediatamente.
    __ ¡¿Cómo se le ocurre mostrarle el…a semejante bestia cuando yo no puedo ni pensar en la idea de que me hagan un tacto rectal! ¡Le está abriendo como un sacacorchos a una botella! ¡Eres un irresponsable, Cupido!
    __ ¿Y qué me dices de los dos muertos que has dejado tú?__ le preguntó la deidad.
    La mujer reconoció que tenía razón pero es que esa imagen del caballo y el joven en pleno acto mandaba a tomar por culo sus deseos de tomar clases de equitación; y nunca mejor dicho.
    Los dos amigos se dejaron caer lentamente al suelo mientras el mismo pensamiento pasaba por sus cabezas:
    “Currar es un infierno.”
     
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    XDDDDD jajaajajajajajajajajajaja, ho dios mio, ho dios mio, jajajjaajajajajajaja no puedo no puedo de veras que no puedo parar de reir, pobre cupido y su miopia e Irma, como siempre, tu conocimiento sobre la mitología griega es perfecta, y tu buen humor sigue intacto, muy intacto XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD me he reido como nunca, esto lo tiene que ver mi familia, se lo leere, claro, siemrpe y cuando no te improrte ;) pero, pero XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD no puedo parar de explotar de la risa, tendran que echarme agua fria, XDDDDDDDD.

    Pobre irma y su compu, esa es la deidad que mas odio, pobres cuerpos desperdiciados, haaaa, todos los hombres que son guapos siempre resultan que son gays ¿por queeeeeee? Y Cupido ¿como peude cometer tal equivocación? Peor fue la de Irma, llegar tarde causdandole un susto de muerte, literalmente, a esos dos muchachos y el de la vieja, jajajajajajajajjaajja, pobre anciana, bueno Irma, ¿necesitas mas para ser despedida? XDDDDDDDDDDD quiero ver el próximo capitulo ya!!!!!!!!!!!, no me aguanto XD, y yo en el trabajo no sabes como se me quedan mirando (ni yo logro descifrar esas miradas) pero aun asi me estoy riendo con ganas, siguela pronto, bey.
     
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    lupus

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    3
     
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    Segunda situación: siete años de mala suerte… ¡chorradas!​

    La reina se colocó frente al espejo que acababa de comprar en el Bazar del Mago y murmuró:
    __ Espejito, espejito mágico, ¿quién es la más mujer más bella de este reino?
    El humo que había en el espejo se retorció formando unas letras: “Pregunta más tarde.”
    __ ¡Más tarde no me sirve de nada!__ le gritó la furiosa reina.__ ¡Dime quién es la más hermosa ahora mismo!
    Pero en el espejo sólo aparecieron las mismas palabras: “Pregunta más tarde.”
    __ ¡Me cago en todo lo que se menea!__ chilló la reina, completamente fuera de sí.
    Descolgó el espejo de la pared y lo estrelló contra el suelo rompiéndolo en miles de fragmentos.
    __ ¡¿Pero, ¿está usted loca, majestad?!__ le preguntó Sylph, uno de los sirvientes de la reina, que pasaba por delante de la puerta de la habitación en ese momento.__ ¡Mire que eso lo va a pagar muy caro!
    __ ¡Ya lo he pagado caro!__ replicó la mujer.__ ¡Mil monedas de oro desperdiciadas en esta porquería de espejo!
    __ No me refería a eso, sino a los siete años de mala suerte que le caen al que rompe un espejo.__ le explicó Sylph.
    La reina le miró con sorna y le dijo:
    __ ¡Eso no son más que estúpidas supersticiones! ¡El único que va a sufrir calamidades aquí es ese tramposo de Valiant, que me vendió este “maravilloso, único y útil artefacto!
    __ ¿Valiant? ¿Él le vendió ese espejo, él?__ le preguntó su sirviente, asombrado por la información.__ ¿Cómo se le ocurrió hacerle caso?
    __ Es que me explicó que su mujer está enferma y que el tratamiento es muy caro.__ dijo la reina con tristeza.__ Además, tiene tres hijos a los que cuidar y el pago de la hipoteca; me dio mucha pena y le compré esta baratija.
    __ ¿Mujer? ¿Hijos? ¡Pero si Valiant no está casado, majestad!
    __ ¡¿Cómo?!__ exclamó la reina.__ ¡¿Lo dices en serio?!
    Sylph asintió y añadió:
    __ Y es imposible que tenga hijos porque se hizo la vasectomía antes de empezar a acostarse con mujeres. Se ve que usted no sabe que Valiant miente más que un político ante las cámaras.
    Acordándose de la madre que parió a ese estafador, la reina suspiró y le preguntó:
    __ ¿Sabes tú quién es la más hermosa de este reino?
    __ Yo, personalmente, no.__ respondió el sirviente mientras sacaba un libro de su bolsa y se lo mostraba a la reina.__ Pero en este libro pone que la más hermosa es su hijastra, Blancanieves.
    Consumida por los celos, la reina salió de la habitación como una exhalación y se dirigió al laboratorio, donde introdujo un poderoso veneno en una manzana para acabar con su hijastra, que se había comprado un chalet en el bosque y se había independizado el día anterior. Acto seguido, se transformó en una anciana y partió del castillo para buscar a su hijastra, aspirante a cadáver.
    Sin embargo, en cuanto salió por la puerta, un hombre vestido de enfermero la tomó por los hombros y la empujó hacia un autobús mientras le decía:
    __ No debería separarse del grupo, señora Rosengber, y menos ahora que ya volvemos a la residencia.
    __ No, oiga, usted se equivoca.__ susurró la reina.__ Yo sólo estaba de paso y…
    Pero el enfermero no le prestó atención e hizo que se sentara junto a un tembloroso anciano.

    Horas más tardes, la reina logró escabullirse y continuó caminando hasta llegar al gran chalet de Blancanieves.
    “Como se lo monta la chavala; y parecía tonta.” pensó al ver el nuevo hogar de su hijastra.
    Disfraza de nuevo como anciana, se acercó y llamó a la puerta. Blancanieves, una hermosa joven de piel blanca y cabello negro.
    __ ¿En qué puedo ayudarla?__ le preguntó la chica.
    __ Me llamo Dolores y soy su vecina.__ mintió la reina.
    __ ¿En serio?__ le preguntó Blancanieves, en cuya cabeza sonó una alarma imaginaria.__ Pues no he visto ningún otro chalet por aquí.
    __ Es que yo vivo en una madriguera con una familia de tejones; el precio de las casas está por las nubes.__ le explicó la anciana con una sonrisa.__ Sólo he venido para darte la bienvenida y darte una pieza de fruta como gesto de buena voluntad.
    “¿Una manzana? ¡Que tacaña es esta vieja! ¡¿Tanto le costaba regalarme una cesta llena de jamón patanegra, turrones y unas botellas de vino blanco?!” pensó la joven mientras tomaba la fruta que su disfrazada madrastra le entregó. Entonces una idea oscura pasó por su cabeza y gritó:__ ¡Sí, claro, miren que graciosa la vieja! ¡¿Cuál es el truco?! ¡Todos recordamos lo que pasó la última vez que alguien le regaló una manzana a una mujer!
    Blancanieves pulsó un botón que había en la entrada de su casa e hizo sonar la alarma. De pronto, siete robots de medio metro salieron de una pequeña puerta mecánica y apuntaron a la reina con sus escopetas.
    __ ¡Adelante, SECIH!__ gritó la joven.
    La reina salió corriendo de allí seguida por los robots, que le disparaban sin cesar.
    Blancanieves sonrió satisfecha y le dio la manzana a un ciervo que pasaba por allí, viéndose obligada a llamar a Recogida de Animales Difuntos cuando el venado cayó fulminado por el veneno.

    La reina corría todo lo que podía mientras los SECIH de su hijastra la perseguían sin descanso.
    __ ¡¿Cómo puedo tener tan mala…suerteeeeeeeeeeeeeee?!
    Tan concentrada había estado en escapar de los enanos robóticos que no vio que se dirigía hacia el borde de un barranco y se despeñó.
    __ Pues al final la reina tenía razón.__ le susurró Sylph a uno de sus compañeros.__ Al final, la mala suerte no le ha durado ni un día.
    Un hombre sentado en la fila de delante se giró y les reprendió:
    __ Más respeto, maldita sea, que estamos en un cementerio.
    __ Estamos aquí reunidos para dar el último adiós a la malvada reina, señora de los malhechores.__ recitó el cura, que se encontraba ante la tumba de la reina.__ Era una mujer egocéntrica, vanidosa y celosa que no dudaba en explotar a los campesinos para conseguir enriquecerse; en resumidas cuentas, que no tenía nada bueno por lo que recordarla. Ahora se encuentra en el infierno, caminando de la mano de su novio Satanás. ¡Arde, zorra, arde! Amén.
    __ Amén.__ repitieron los asistentes al funeral mientras realizaban la señal de la cruz.

    SECIH: Siete Enanitos Contra los Inspectores de Hacienda.
     
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    surisesshy

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    XDDDDDDDDDD ya veo, todos son cuentos fantásticos diferentes a los demás XDDDDDDDDD y me he calado dos capítulos el mismo día, que suerte tengo, no me podía ir mejor n.n, este ha estado mas gracioso que el anterior, pobre vieja bruja y todo por romper un espejo XDDDDDDD bueno, al menos no fueron siete años de mala suerte, solo un día, tiene que agradecer XDDDDDDDDDDD.

    Esta blanca nieves es más inteligente, pero pobre ciervo XDDDDDDDDDDDDDD me he reído bastante, no espero a la próxima situación, después de todo, la risa es la cura de todo mal, hasta la próxima.
     
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    Ladron de Musas

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    Dios no puedo dejar de reir,tienes un no se qu que hace que tus relatos tengan una gracia que,diablos,la pensaba para pasarme a leer tus fics,pero me di cuenta que Suri los leyo asi que tambien me decidi,y no me arrepiento,el cap de cupido e irma ja ja ja ja esta de locos, ja ja ja ja ja ,"toc toc-quien es?-Soy tu menstruacion" ja ja ja ja ja ja ja ,y la metida de cuatro de cegaton de cupido ja ja ja ja ja ,y luego arde zorra arde,amen ja ja ja ja ja ja ja
     
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    lupus

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    Tercera situación: ¡menudo resurgir de las cenizas!​

    Había una vez una hermosa joven cuya belleza no era visible para los demás por culpa de las cenizas que la cubrían. No, no es porque la chica trabajara en el crematorio ni de deshollinadora; tampoco mató a su familia ganándose una maldición que le obligara a llevar sus cenizas pegadas a la piel, como al tonto de Kratos de God of War. Lo que ocurría es que su malvada madrastra y las pijas de sus hermanastras la obligaban a dormir junto a la chimenea, justo encima de las cenizas, indicio de que necesitaban urgentemente un deshollinador de verdad.
    Y no crean que la dejaban dormir todo el día como a un gato doméstico. Cenicienta no dormía demasiado bien, pues se acostaba tarde para terminar todas las tareas que le mandaban y se despertaba temprano para comenzarlas. Por esa razón la llamaban Cenicienta: porque su rostro estaba ceniciento a causa de la falta de sueño y por las cenizas que siempre llevaba encima.
    La pobre Cenicienta trabajaba y vivía en condiciones infrahumanas ya que ni siquiera le habían hecho un contrato. Eso sí, sería fija en el puesto de criada para siempre.
    “Podría ser peor.” pensaba la joven siempre que trataba de dormirse frente la chimenea. “Podrían obligarme a dormir en un colchón de clavos, como a los fakires.”
    El único alivio en su vida lo encontraba en sus sueños; sueños en los que conocía a su príncipe azul, se casaban y la vida se convertía en un arco iris de colores aunque hay que señalar que es probable que el amoníaco de la lejía con la que lavaba los baños tuviese algo que ver con eso último. Sin embargo, los sueños sólo eran eso, sueños y Cenicienta se despertaba deprimida al comprobar que seguí siendo la esclava de su madrastra y que nunca escaparía de esa mala vida.
    Pero no podía estar más equivocada, pues lo imposible iba a dejar de serlo.

    Ese mismo día, el rey decidió celebrar un baile en el castillo e invitar a todas las jóvenes solteras del reino para que su hijo, el príncipe por pura lógica, pudiera elegir una esposa.
    __ Realmente genial.__ susurró el príncipe mientras observaba los preparativos.__ Mi padre preparando una fiesta para que encuentre a alguien con la que casarme; ¡ni que estuviésemos en la Edad Media!
    __ Tranquilo, alteza.__ le dijo uno de sus dos nobles amigos, que estaban jugando al póquer.__ Seguro que encuentra a alguna chica que le haga tilín. ¡Ajá, escalera de color!
    __ Maldición.__ refunfuñó su compañero, arrojando sus cartas con furia para después dirigirse al príncipe.__ Y si no encuentras a nadie que te guste, siempre puedes aprovechar para echar una cana al aire.
    El príncipe resopló irritado; hablar con esos dos nunca le ayudaba en nada.
    Varios mensajeros salieron del castillo y recorrieron las calles de la ciudad anunciando por megafonía del baile en honor al príncipe, que duraría hasta que encontrase a una mujer con la que quisiera casarse, e invitando a todas las jóvenes disponibles.
    __ ¡Vamos, chicas, tenéis que arreglaros!__ les instó la madrastra a sus hijas, que subieron a su habitación llenas de emoción ante la posibilidad de que el príncipe eligiera a una de ellas como su esposa.__ ¡Tú sigue limpiando, Cenicienta!
    La aludida suspiró con tristeza y continuó barriendo las cenizas del suelo.
    __ Como me gustaría poder ir a ese baile.
    En ese momento, se escuchó un fuerte golpe y una mujer con alas en la espalda y con un sombrero de pico. La desconocida se incorporó sacudiéndose la suciedad de su ropa y tosiendo.
    __ ¿Santa Claus?__ le preguntó Cenicienta.
    La mujer la miró enfadada y replicó:
    __ ¡A mí no me confundas con ese gordinflón barbudo! Yo soy tu hada madrina y he venido para…
    __ Ese cucurucho que tienes en la cabeza es ridículo.__ le interrumpió la joven refiriéndose al sombrero puntiagudo del hada.
    __ Como iba diciendo, he venido para…
    __ ¿Me vas a conceder tres deseos?
    __ ¡No soy el genio de Aladino!__ gritó el hada, que sacó la varita amenazadoramente.__ ¡Y como me interrumpas otra vez, te convertiré en un trozo de carbón!
    Cenicienta tragó saliva y permaneció en silencio, satisfaciendo a la mujer, que continuó:
    __ He venido para que puedas ir a baile y tengas la oportunidad de conocer al príncipe y lograr que se fije en ti.
    __ ¿Yo? Esto es una broma, ¿verdad? Es imposible que el príncipe se fije en alguien con estas pintas.__ replicó la joven criada señalando su descuidado aspecto.
    El hada se acercó a ella con una sonrisa de oreja a oreja.
    __ Eso no es ningún problema si me conoces.__ declaró mientras agitaba su varita.
    Una intensa luz azul surgió de la varita y las transportó a un gran salón de belleza que Cenicienta nunca había visto.
    Un hombre de pelo engominado y vestido con una camiseta de estilo hawaiano y pantalones de cuero se acercó a ellas y abrazó al hada.
    __ ¿Vienes por una visita de cortesía o porque requieres mis servicios?__ le preguntó tras darle un beso en cada mejilla.
    __ Por lo segundo, Raúl.__ respondió el hada.__ Pero es ella la que los necesita para un baile que tendrá lugar esta noche a las nueve; quiere atraer la atención del príncipe.
    Raúl lanzó un silbido de sorpresa y empezó a caminar alrededor de Cenicienta, observándola con ojos críticos.
    __ Lo que necesita es un milagro.__ declaró al cabo de un rato.
    __ Entonces es una suerte que tú seas un experto en realizar milagros.__ le aduló el hada con actitud retadora.__ Te propongo algo: si logras darle el aspecto de una verdadera princesa, te daré una recompensa.
    __ ¿Y cómo podrías recompensarme?__ le preguntó Raúl cruzándose de brazos.
    El hada fingió meditarlo un momento y dijo:
    __ Te daré el teléfono de mi hermano; siempre me has dicho que estás colado por él. ¿Qué me dices?
    __ Trato hecho.__ respondió el estilista mientras le estrechaba la mano. Acto seguido, silbó y gritó: __ ¡Chicas, tenemos un milagro que realizar!
    Varias trabajadoras del local rodearon a Cenicienta y la empujaron a la siguiente sala.
    __ Tranquila, querida; estás en manos de profesionales.__ le recomendó el hada madrina al notar su nerviosismo mientras se sentaba y cogía una revista del corazón para leer.
    Las estilistas llevaron a la joven a una bañera enorme, la despojaron de sus harapos y prácticamente la arrojaron al agua caliente.
    __ ¿Qué hago con esta ropa?__ le preguntó una de las trabajadoras a Raúl, que la miró con asco.
    __ Tírala al incinerador de basura.
    __ ¡¿Qué?!__ exclamó Cenicienta al ver que la chica se iba de la sala con su ropa.
    __ No te preocupes.__ le dijo Raúl, indiferente.__ Cuando hayamos acabado contigo y cuando el príncipe te vea, te aseguro que no vestirás nunca más semejante estropicio.
    La joven trató de relajarse pero le resultó imposible debido al picor de las sales de baño y a lo fuerte que las estilistas le frotaban el jabón por toda la piel para quitarle la suciedad y las cenizas.
    Al cabo de un rato, la sacaron de la bañera y le pusieron un albornoz para hacer que se tumbara en una silla mientras Raúl quitaba el tapón y dejaba escapar el agua, oscurecida por la suciedad.
    __ Vosotras ocupaos de las uñas que yo me hago cargo del pelo.__ les ordenó a cuatro de las estilistas. Después se dirigió a una quinta chica y le pidió: __ Prepara un buen montón de cera para depilar; al parecer está chica no ha tenido nunca la esperanza de estar con un hombre.
    __ ¡Eh!__ exclamó Cenicienta, indignada por el comentario.
    Pocos minutos después, tenía a cuatro chicas trabajando las uñas de los dedos de las manos y de los pies mientras Raúl le lavaba el pelo con abundante champú anticaspa al tiempo que eliminaba la ceniza atrapada entre los largos cabellos.
    __ ¡Menudas greñas tienes, hija!__ exclamó el jefe, que forcejeó un poco para liberar sus dedos tras aclarar el champú con agua.__ ¡Tienes tanto pelo como un león!
    Raúl se acercó a una mesa y cogió un peine y unas tijeras para recortar un poco las puntas. Por su parte, las chicas terminaron de recortar las uñas simétricamente y de eliminar la suciedad atrapada bajo ellas y le aplicaron una capa de esmalte de uñas de color rojo.
    Una vez hubieron acabado con las uñas y el pelo, los estilistas llevaron Cenicienta a otra sala y allí comenzó la tortura de la depilación.
    __ ¡Aguanta, muchacha!__ le gritó el hada madrina desde la entrada al escuchar sus gritos.__ ¡Tarde o temprano se te morirán los nervios y dejarás de sentir el dolor!
    __ ¡¿Y cuándo será eso?!__ gritó Cenicienta mientras Raúl le arrancaba una tira de la pierna.
    Lo único bueno de la depilación fue que los siguientes tratamientos no resultaron dolorosos, pues consistieron básicamente en frotar los callos de sus manos y sus pies con piedra pómez y crema hidratante.
    __ Estás muy paliducha.__ comentó Raúl mientras la miraba fijamente.__ Hay que darle a tu piel un aspecto más saludable. ¿Qué proponéis, chicas?
    Sus ayudantes empezaron a hablar entre ellas y una de ellas respondió:
    __ Tal vez maquillaje.
    __ No, tiene que ser algo más duradero.__ dijo Raúl.__ Y que sea para todo el cuerpo.
    __ ¿Una pequeña sesión de rayos UVA?__ le preguntó otra de las chicas.
    __ ¡Eso es!__ corroboró el joven.__ ¡Bravo por ti! ¡Llevad a nuestra cliente a la máquina de rayos UVA!
    De modo que Cenicienta se vio de nuevo arrastrada por las ayudantes de Raúl, que la hicieron meterse en una extraña máquina que le recordó a un ataúd; por dentro había alargadas bombillas alojadas en la tapa.
    __ Ponte estas gafas y no te las quites.__ le aconsejó Raúl mientras se las entregaba.
    La joven se las puso y todo se volvió oscuro. Sin embargo, a pesar de que no podía ver nada, sí pudo sentir la vibración de la máquina y un extraño y repentino calor la rodeaba como si estuviese bajo la misma luz del sol.
    Al cabo de un rato que se le hizo eterno, la máquina se apagó y las chicas la sacaron para embutirla en un precioso vestido de noche de color rojo un poco escandaloso, pues sólo le cubría hasta unos centímetros por encima de las rodillas.
    __ Si quieres llamar la atención de un hombre, tu aspecto tiene que ser provocador.__ replicó Raúl cuando Cenicienta se lo comentó.
    Mientras las chicas le entregaban unas medias para que se las pusiera, el estilista se fue de la sala y volvió con un par de hermosos zapatos de cristal rojo.
    __ Y ahora sólo faltan unos pocos retoques.__ dijo cuando la joven comprobó que le valían.
    Finalmente, las chicas le pusieron sombra de ojos y pintalabios de un intenso color carmesí. Además, Raúl le echó unas gotas en los ojos para eliminar el enrojecimiento que respirar el amoníaco de cerca le había provocado.
    __ Finito.__ dijo con una sonrisa.__ Mírate en el espejo y dime qué te parece.
    Cuando Cenicienta se dio la vuelta para mirarse en el espejo que había colgado en la pared de aquella sala, estuvo a punto de gritar. Aquel hermoso reflejo que le devolvía la mirada no podía ser el suyo, el de una chica harapienta que dormía sobre la ceniza.
    “Parezco otra persona.” pensó asombrada mientras se pasaba las manos por la cara.
    __ Tú sí que haces magia, Raúl.__ dijo el hada madrina, que había entrado sigilosamente.
    __ Lo sé.__ replicó su amigo extendiendo la mano.__ Mi recompensa, por favor.
    La mujer dejó caer un papelito con el número de teléfono de su hermano pero Raúl siguió con la mano extendida.
    __ ¿Qué pasa?
    __ Mis honorarios, por favor.
    __ ¡Ya te he dado el teléfono de mi hermano!
    __ Ese ha sido el pago extraoficial; ahora quiero mi pago oficial.
    Deseando decirle por donde podía meterse el dinero, el hada le pagó y cogió a Cenicienta de la mano para llevarla hasta un imponente carruaje aparcado ante el salón de belleza.
    __ ¡¿Cómo lo has conseguido?!__ le preguntó la joven a su hada madrina.
    __ Gracias a mi varita MasterCard.__ le explicó el hada mientras zarandeaba su varita con orgullo.
    __ ¿Varita MasterCard?__ le preguntó Cenicienta, extrañada.
    __ Es que la magia la administra un banco, ¿comprendes? Y ahora que lo pienso, tengo que ir a recargarla; se está quedando en números rojos.
    Cenicienta se subió al carruaje pero el hada todavía tenía que decirle algo:
    __ Recuerda volver antes de la medianoche.
    __ ¿Por qué? Seguro que a las demás las dejan hasta la una.__ replicó la chica.__ ¿Eso es un hechizo de madre?
    __ ¿Por qué crees que me llaman hada madrina?
    Cenicienta puso unos ojos de cachorrillos a los que el hada no pudo resistirse.
    __ Está bien.__ cedió al final.__ Déjales flipando y vuelve cuando quieras.
    Y dicho aquello, el cochero chasqueó el látigo y el carruaje se puso en marcha.

    El príncipe ya no podía más; cualquier hombre diría que estaba loco pero lo que estaba era harto de que hubiese tantas jóvenes tras él.
    __ ¿No ha encontrado a ninguna que le guste?__ le preguntó uno de los nobles que siempre le acompañaban.
    __ Ninguna me atrae.__ replicó el príncipe.__ Y el hecho de que me persigan tanto no resulta de ayuda.
    __ Empiezo a pensar que es usted algo rarito.__ dijo el otro noble, que le guiñó un ojo a una joven que se encontraba cerca.
    En ese momento, la mirada del príncipe se posó en una hermosa joven que acababa de entrar en el salón y que atrajo de inmediato la atención de muchos de los invitados.
    “Que hermosa es.” pensó tragando saliva.
    “No es posible.” pensó la madrastra, que apenas logró reconocer a Cenicienta bajo su nuevo aspecto.

    CONTINUARÁ.​
     
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  7.  
    surisesshy

    surisesshy Usuario popular

    Escorpión
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    XDDDDDDDD jajajajaja, estan parodia si está buena, "la varita mastercard" XDDDDDDDD esa si me gustó, espero la segunda parte pronto y ver en que acaba esto, XDDDDDDDDDDDD (nunca de los jamases me despilare, para eso existe gillette mach 3 XD) bey, y hasta la próxima.
     
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