Self-insert Para mi querida y única amiga real...

Pam · 6 Marzo 2008

Para mi querida y única amiga real...

Para mi querida y única amiga real...

— ¿Cómo has estado…?
— Bien.
— ¿Cuándo volverás a tu casa…?
— No sé.
………………………
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Fue la última vez que volví a oír tu voz. Aún sigo pensando si realmente fui alguien importante en tu vida. Aún seguiré pensando en eso, pero…jamás obtendré respuesta. Parece que fue ayer cuando nos conocimos…Y pensar que te conozco hace 19 años y en octubre se convertirán en 20 de conocernos y así susecivamente hasta que llegue a perecer algún día y talvez olvide lo que he hecho en esta vida.
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Paso tanto tiempo, tantos años y aún sigo añorando volver a verte aunque sea un instante, una vez más...y poder preguntarte si realmente me querías en verdad.
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Aún recuerdo las cosas que habíamos pasado…vagamente, pero las recuerdo, pese a los años. Recuerdos cálidos y dulces, otros tristes y amargos, pero son tan sólo eso… “recuerdos”. Quisiera volver atrás, vivir otra vez aquello, verte nuevamente a mi lado, apoyándome, comprendiéndome, entendiéndome…cuando nadie más lo hacía.
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Recuerdos de mi infancia…
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Tengo 5 años y me parece que abrí los ojos en un desesperado intento para darme cuenta de cual es mi nombre y quienes son mis padres, mis hermanos. Mi vida es tranquila y sin problemas, tan sólo me levanto para desayunar en las mañanas y voy directamente al lugar más feliz del planeta tierra…tu casa.
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Siempre tenía que ir a despertarte en las mañanas, porque yo madrugaba cada día y mi primer pensamiento era ir a verte, para que fuéramos a jugar juntas un día más.
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Te admiraba en tus horas de sueño con el cabello largo y revuelto entre las sábanas, con tu rostro pálido mostrando serenidad y ternura. Mientras seguías dormida, recorría lentamente cada rincón de tu habitación. Observaba los múltiples juguetes que estaban esparcidos por todas partes, desde pequeños osos de felpa hasta muñecas enormes que emitían sonidos reales.
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Casitas de Barbie, juegos de té, pelotas, juegos de mesa de todo tipo, más muñecas, libros de cuentos, etc. Seguía contemplando en silencio cada objeto inanimado y cogí entre mis pequeñas manos una muñeca, con la cual jugaría esta vez. La deje a un lado y me acerqué nuevamente a tu cama, donde aún permanecías dormida. Tus hermanas se levantaban soñolientas y perezosas, notando mi presencia luego de fregarse los ojos y apartar sus cabellos que cubrían sus rostros.
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— Haz llegado temprano —comentó a modo de saludo la mayor de las tres hermanas—. Pero veo que sigue dormida —repuso observando a su hermana menor que seguía en los brazos de Morfeo.
— Sí… —comenté un poco tímida para después volverme a verla.
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Después ambas jóvenes abandonaron el lugar casi sin ánimos de empezar el día, aún querían continuar con sus horas de sueño. La otra no me saludo y fue directamente al baño como era su costumbre, dejándome a solas nuevamente en aquella habitación. Minutos más tarde ella despertó y me observó después de desperezarse y fregar sus ojitos bastantes irritados a causa de la luz que provenía del exterior.
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Sonrió al verme y yo emule aquel hermoso y sincero gesto de afecto. Se incorporó como pudo y con ánimos fue a lavarse los dientes para poder desayunar después…o eso creía yo. Su madre —como era costumbre—, preparó leche tibia y se lo colocó en su biberón que tenían tonos verde agua. La madre de ella comento que en breve dejaría ese hábito porque ya estaba creciendo y yo tan sólo la observaba a ella deleitándose con aquel líquido blancuzco que tanta felicidad le proporcionaba.
Al término de ello fuimos a jugar y comenzaba una vez más a sentirme realizada y animada por ello.
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Cada minuto, cada hora que pasaba era tan valioso para mí. Nunca nos despegábamos una de la otra, siempre juntas a toda hora, en todo momento. Pasó el tiempo y tuvimos vecinos nuevos el cual era una pareja de edad no tan avanzada que tenían dos hijos. Un niño unos años mayor que nosotras y una niña de nuestra edad. Tenía el cabello rizado de color dorado brillante, unos ojos verdes y vivaces y una sonrisa dulce y encantadora.
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Ella como siempre fue tan amistosa y agradable invitándola a su casa a jugar, ya que vivía en la casa de al lado. Yo, sin embargo, experimente unos celos terribles temiendo que me dejara, que me abandonara. Pese a que jugábamos juntas todo el tiempo, aún así, no pude evitar los celos.
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A veces peleaba por tonterías con aquella niña, pero ella siempre me hacía ver lo que era correcto, lo que era mejor para ambas. Hacíamos las pases y continuábamos jugando sin reparar en el tiempo transcurrido.
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…………………………
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Cierto día de lluvia, yo deseaba estar jugando con ella a las muñecas…no podía asistir a causa del mal tiempo. Supliqué, imploré para que me dejaran ir a verla aunque sea un par de horas. Como ya no soportaban mi insistencia me dejaron ir. Fui tan feliz por ello.
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Corrí con todas mis fuerzas para llegar a su casa y poder jugar. No me importaba en lo absoluto si me mojaba o no, era lo de menos en ese instante. Al llegar allí no se sorprendió nadie de ello, era típico que siempre que, por más horrible que este el clima, yo este allí junto a ella jugando.
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Fui a su encuentro y jugamos animadas como de costumbre, pero ese día, aprovechamos la lluvia. Corrimos y reíamos felices…quedamos empapadas corriendo a todos lados en su patio…tu patio, ¿recuerdas…?
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Fui tan feliz ese día. Sentía el agua que me daba más ánimos por seguir jugando y divertirme bajo su manto. Ella reía con sinceridad causando alegría en un día de tempestad. Esa era ella, tan dulce, tan risueña y tan bondadosa con todos sus amigos.
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………………………….
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Llegó el día de mi cumpleaños y todos los niños de mi barrio fueron invitados. Era una fiesta sencilla, pero nadie había faltado. La lluvia fue testigo de ese día, pero para la tarde cesó. Mi madre organizó la fiesta sin hacer faltar lo que a todos los niños le gustaba. Era mi cumpleaños número 7.
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Globos, pastel, piñata, gaseosas, caramelos, chocolates, etc., todo era perfecto. Lo disfrute mucho, especialmente porque ella estaba allí conmigo. También estaba la otra niña, Yohanna, la de cabellos dorados con rizos, junto a su hermano que había asistido también a mi fiesta. Todos me traían muchos regalos bonitos, los juguetes que toda niña siempre desea, ¡hasta autitos me regalaban!
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Pero no puedo negar que me gustaba jugar con ellos, ya que disfrutaba de pequeñas carreras con mis hermanos espirituales, haciendo mucho ruido en casa de mi madrina.
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Luego llegó el de ella, llegó su cumpleaños. Se veía tan encantadora. Traía un corte de cabello nuevo, a pesar de que le quedaba mejor el cabello largo, ahora lucía uno bien corto. Todos sus amigos y compañeros de clase estaban allí, incluyéndome a mí. Los regalos por doquier y los globos adornando el lugar atraían mucho a todos los niños… menos a mí. Yo quería estar con ella jugando, pero sólo con ella y nadie más.
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Era tan posesiva hasta el punto de haber mentido varias veces a otras niñas con tal de alejarlas de ella. Todo sea porque ella este conmigo.
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Un día nada bonito para mí, impidió que fuera a jugar con ella, otra vez. Me sentía débil y sin fuerzas. No podía levantarme de la cama, lo único que pude hacer es estar pegada a ella. Estaba enferma, tenía fiebre y un cansancio horrible. Me sentía terriblemente agotada. Vino a visitarme, vino a jugar conmigo, a mi casa, como tantas veces lo había hecho aunque para ser sincera, ¡casi vivía en su casa y no en la mía!
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Me observaba seria, talvez angustiada por mi estado…preocupada. Agradecí eternamente ese momento en que vino a verme, ya que…yo siempre cuide de ella cuando enfermaba, estaba a su lado aún sin poder jugar, me sentía feliz de acompañarla.
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En este caso, ella me acompañó, y comenzó a jugar conmigo un juego de mesa que mi madre me había comprado. Aún estando débil igual jugaba, ya que por esa razón vino a mi casa, vino a mi… venía a cuidarme.
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Como esforzarme me costaba tanto, mi madre nos separó y dijo que era mejor que volviera mañana. La observe seria, triste talvez porque ya no podíamos continuar divirtiéndonos o porque no podíamos estar juntas…no sé. Es lo que pude deducir ese día.
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Pasaron unos años más. En ese entonces estaba Melisa, una vecina nueva que se había mudado en la casa que estaba junto a la de ella. Yohanna y su familia se había ido a vivir a otro lugar ya para esa época —porque la casa era alquilada—, y fuimos amigas de otra niña nueva, de la cual también tenía celos, en su momento...pero después la pude apreciar más al conocerla, pese a sus indecisiones.
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Ella tenía ocho años, siendo mayor mi mejor amiga —ya que era más vieja que yo tan sólo por meses— y yo cumpliría el día de hoy 9.
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Otra fiesta, diversión para muchos, pero no tanto para mí, pese a que deseaba tener muchos regalos y nada más. Me gustaban menos los cumpleaños últimamente.
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Fue como las demás, sencilla pero llena de niños, de amigos de mi edad y de tíos y primos que festejaban conmigo. Ella traía una pollera de jeans con una remera rosa con tonos blancos. Me sentó junto a ella en el columpio que tenía en casa y cuando mi madre nos ofreció unas gaseosas, los tomes con mis manos torpes y eché el líquido oscuro sobre su ropa limpia.
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Me sentí tan avergonzada que fui corriendo dentro de la casa. Mi rostro quedó colorado a causa de ello mientras observaba una risa alegre proveniente de sus labios. Reía feliz pese a haber hecho tal cosa y lo paso por alto entre risas sin reprocharme o molestarse por lo sucedido momentos antes.
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No quise salir afuera, en medio de las demás personas a causa de mi pena y vergüenza. Pero mi madre insistió y tuve que obedecer. Nos divertimos mucho al fin y al cabo, con todas mis amigas. Fue un día bueno y si no mal recuerdo, ella me regaló una bolsa que traía otra bolsita más pequeña dentro junto con una cartuchera de Mickey & Minnie Mouse, mis personajes favoritos. Eran de color rosa todo el juego de bolsas.
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En ese entonces, me gustaba el color rosa…
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………………………
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Estaba enferma. Una vez más había enfermado. Para mi era normal que le doliera su vientre, y creí que se mejoraría para el día siguiente, pero no fue así…no lo fue.
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Exámenes, análisis…todo para poder ir al médico de cabecera de mi familia para informarle a sus padres que tenía eso…esa enfermedad tan terrible y tan temible para muchos…leucemia.
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Sus padres creían que el doctor se había vuelto loco. Yo estaba allí, pero mi uso de razón en ese entonces era tan vago que ni me imaginaba un tercio de la gravedad del asunto. Su enfermedad había avanzado mucho y sólo le quedaban meses de vida…en lo sumo seis, según el pronóstico.
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Poco después, su sedoso cabello caía rápidamente, como aquella lluvia…pero aquello era distinto en ese entonces.
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Su rostro se volvió más pálido y su madre nos advertía que no debía contagiarse con gripe o algo parecido, porque agravaría aún más su condición. La fui a ver y a un lado creí ver peluca, igual que sus hermosos cabellos castaños ignorando que eran suyos en verdad, ¡que eran suyos por todos los cielos…!
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Ese día ella había regresado de la capital sin esperanzas de vida y luego se marchó a San Paulo, Brasil. No la volví a ver por varios meses y tan sólo le podía enviar una carta que…quien sabe si la había leído, de las múltiples que le mandaban sus compañeros de colegio, sus amigos/as, sus primas/os, etc. Su hermana menor —que estaba allá— era compatible con ella y le iba a donar una parte de su cuerpo…una médula si no mal recuerdo, para que siga viviendo, en ese entonces ya eran cuatro hermanas.
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Su padre junto con sus hijas mayores nos habías ido hasta Foz de Iguazú para poder hablar con ella por teléfono. Todos estaban ansiosos por hablar con ella otra vez. Yo no supe que decir en ese momento y entre cuchicheos por que hablara creo que articulé unas palabras talvez indicadas por otros para que lo repitiera, o talvez eran mías…
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— ¿Cómo has estado…?
— Bien.
— ¿Cuándo volverás a tu casa…?
— No sé.
— ¿Cuándo vuelvas podremos jugar juntas, otra vez…?
— Sí
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La sentía tan distante en ese momento, pareciera que se despedía de mí en ese instante.
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Cynthia era la única persona que me comprendía, que sabía de mi carácter, que me entendía perfectamente y que sabía cómo manejar la situación cuando me ponía posesiva o triste.
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……………………….
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Se cumplieron seis meses que estaba allí, en aquel hospital. Yo jugaba con un videojuego queriendo salir victoriosa de uno de los múltiples juegos que tenía cuando mi padre se acercó a mí y me pidió que dejara de lado eso.
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— Quiero decirte algo, cariño… —repuso con la mirada triste que yo no podía ver—…necesito que seas muy fuerte…. —observándome con detenimiento.
— … —asentí en silencio aún sin comprender lo obvio.
— Cynthia ha muerto…
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No podía ser verdad, no… ¡¿por qué…?!
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Era el fin de mi vida. Lloré a mares, amargamente, triste, deprimida, avergonzada, culpable, sola…
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Sentí el vacío que invadía mi cuerpo en ese momento. Ya había sufrido pérdidas semejantes, pero no como esta. No así…tan terrible, tan dolorosa. Cuando la trajeron de San Paulo hasta este país y la vi con los ojos cerrados, con cabellos de color dorado como el sol y su rostro con múltiples manchas moradas, creí, pensé, soñé y desee con mi alma que fuera otra persona y no ella…pero esa no era la verdad. Ella había muerto despidiéndose de mí la última vez que hablamos o que creía haber hablado con ella.
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No pude imaginarme mi vida sin ella a mi lado, sin poder visitarla, sin siquiera poder jugar con ella una vez más y escucharla reír con alegría y entusiasmo por las tonterías que hacíamos.
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Mi mundo dio un giro de 360º ante mis ojos.
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Cuando fuimos al cementerio llevé una de las coronas de flores junto con su prima. Jamás creí que le llevaría flores con el fin de despedirme para siempre de ella.
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Quise morirme también para estar junto a ella, pero mis deseos no fueron concedidos…tuve que ver cuando la enterraban, cuando la escondían en aquel cajón blanco que ahora…era su nuevo lecho, en el cual yacía inmóvil, sin expresión alguna.
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Fin de los recuerdos…
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Cuando revivo todo eso, lloro sin evitar sentirme culpable por ese suceso tan atroz en mi vida. Pero ya es tarde…10 años tarde.
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Aún quisiera verte en sueños aunque sea un momento y que me contestes si alguna vez fui alguien importante para ti…si me considerabas como una hermana, una amiga…
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Mi dolor sigue a flor de piel y mis recuerdos siguen viviendo en mí, pese a que no siempre los esté rememorando con frecuencia. Siempre te quise como una hermana, como una amiga a la cual jamás recuperaré. Aún sigo queriéndote como la mejor de mis amigas, como la hermana que siempre quise. Sigo sola aquí…y Dios, nuestro señor, es testigo de que me siento culpable y que quisiera pedirte perdón por haber sido tan posesiva y celosa, además de haber sentido cierta vez… un poco de celos por un suceso que tú sabes bien cual es...
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Ojala me perdones alguna vez y me digas al menos, entre sueños, lo que quiero saber, esperando también que me perdones y disculpes por todo aquello que he hecho, también si te he lastimado de cierta forma por mi actitud...

Quisiera decir y expresarte de mil maneras mi sentir, pero ni las palabras o pensamientos son suficientes para mi. No quisiera despedirme aún, nunca lo he hecho pese a que ya no estés aquí. Pero de todas maneras quiero que sepas que siempre fuiste parte de mi y que siempre he conservado conmigo un tesoro que me has dado alguna vez...un corazón pequeño de color rosa. Aquel dije tan preciado.
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Nunca olvides que te quiero mucho, desde el fondo del alma mi querida amiga…y espero que nos podamos encontrar en algún momento no muy lejano a este.
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Gracias por comprenderme y apoyarme.
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<o:p>P. M.</o:p>
…………………………
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“Dedicado en homenaje a Cynthia N. Insaurralde L., la cual fue y será por siempre mi hermana y mejor amiga del alma… que en paz descansa en el reino de los cielos…”<o:p></o:p>
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Este One-shot es una historia real, la cual es de mi autoría narrando los hechos verdaderos de mi vida junto a esta persona a quien siempre he estimado y la cual siempre será un modelo a seguir para mí. Ojala les haya agradado…
Saludos…

Pami · 7 Marzo 2008

Re: Para mi querida y única amiga real...

Primero que nada: reporté la discusión para que lo pasen a Originales, donde debería de ir.

Ahora bien... cuando la trama sale de un asunto real, es difícil juzgarla, porque estás juzgando recuerdos o sucesos. Pero puedo decirte que la relataste de una manera fácil de entender y que te provoca sentir lo de la protagonista (en este caso tú).
El título atrae y va muy acordé.

Por parte de ortografía, encontré errores de dedo y algunos ortográficos somo susecivamente que es sucesivamente.
Te recomiendo buscar a un beta, así él podría ayudarte a pulir esos detalles.

Amaia · 8 Marzo 2008

Re: Para mi querida y única amiga real...

¡Hola!
Me ha encantado el one-shot.
La forma en la que expresas lo que te ocurrió...
Que demonios... ¡Estuve a puntito de llorar!
Espero que sigas escribiendo más one-shots u otras cosas que se te ocurran.

¡Saludos!,
Amaia

Pam · 8 Marzo 2008

Re: Para mi querida y única amiga real...

Agradezco sus comentarios...

Pami: Pues estoy realmente muy agradecida por tu comentario al respecto de esto. Y lamento no haberme dado cuenta de ese error, me sentí tan mal a medida que lo escribia y talvez por eso no me fije de ese pequeño y gran detalle que hace y marca la diferencia al relatar algo. Pues el título me salio del alma en verdad y me alegra saber que haya sido acertada. Tomaré en cuenta de buscar a un beta para que me ayude a pulir lo necesario y pueda quedar mejor esto.

Amaia13: Agradezco sinceramente tu comentario. En parte fue duro para mi contar esto, pero como era el único medio en que podía expresarme libremente y decir lo que pienso y siento, creí que sería muy bueno compartirlo con los demás. Gracias por tu apoyo...y prometo colocar otro one-shot en cuanto pueda.

Bye...

leti · 8 Marzo 2008

Re: Para mi querida y única amiga real...

¡Amiga!

¡Tanto tiempo!

¿Qué puedo decirte? Has plasmado muy bien los sentimientos en este escrito tuyo. Me dejas muy bien la impresión de cómo fue la convivencia, la infancia de ambas niñas. ¡Cuán realista y cuán cierto es! Así son los infantes, caprichosos, celosos, posesivos.

Por otra parte, la tristeza y la añoranza, siempre presentes me invadieron. Debo confesarte que también me hiciste recordar a una amiga mía, muy querida, a la que no he visto en años.

Me gustó mucho tu historia. Te felicito.

TE mando un mega beso y un super abrazo.

¡Cuídate mucho amiga!

BESOS!!!!!!!!

Pam · 9 Marzo 2008

Re: Para mi querida y única amiga real...

Mi querida amiga leti, cuanta alegría me da saber que te haya gustado mi historia, mi verdadera historia. No pensé que te pasarías por aquí, pese a que hace bastante tiempo que no se nada de ti. Me deja muy complacida saber que también te traje un grato recuerdo a tu memoria, pero...aunque en tu caso es muy diferente, ya que tu amiga aún vive y la mia...haya muerto hace muchos años...
Aún sé que no es suficiente lo que he escrito, diría muchas cosas más al respecto, aunque jamás pueda traer conmigo nuevamente a esa persona tan importante para mí. Pero de todas maneras viven conmigo sus recuerdos y pienso que de todas formas todavía esta aquí...conmigo.

¡Gracias por tus alagos!

Te mando un abrazo de oso y muchos besos cariñosos.

Suerte en tus cosas y cuidate mucho...

Chaito...

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