One-shot "Papá"

Para la acitividad: "Bebés al ataque"​

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No. de palabras: 2002 -sin contar título y POV-​

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Fandom: FMA​

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Tipo: One-shot​

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"Papá"​

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POV. Riza​

Se hizo mas tarde, él no llegaba, me tenía muy preocupada. Me vestí, vestí al bebé, ¿les mencione su nombre? Se llama Edward, le insistí a mi esposo a llamarle así, pues ese gran joven nos cambio la vida los dos. Sobre todo a Roy, le hizo abrir los ojos antes de hacer una locura.

Volví a bajar las escaleras, agarré el portabebés con las llaves del carro. Puse el portabebés, con Ed arriba, en los asientos traseros del coche y le puse el cinturón. Me bajé e inmediatamente subí al asiento del conductor. Arranque el coche enojada, le había dicho a Roy que no se quedará tan tarde. Avancé rápidamente así alejándome de la casa.

Al llegar al edificio, agarré en brazos a mi hijo y entré en dicho lugar. Busqué la oficina del Mustang, a la vez enojada y preocupada. Hasta que la encontré, azoté la puerta contra la pared, del modo en que, al parecer, lo desperté, estaba muy cómodo durmiendo en su escritorio.

─Oh, Hawkeye, ¿qué haces aquí? ─ preguntó sorprendido levantándose por verme en su oficina

─ ¿Cómo de que qué hago aquí? Vine a ver porque no llegabas a casa

─ Emm, jeje, me dormi─ llevo su mano izquierda a su nuca

─ Nada de jeje. Yo preocupándome por ti, mientras tu estas aquí durmiendo muy cómodo

─ Oww, te preocupas por mí─ Se acercó a mi, , él sabía que era mi debilidad, cambio de lugar su mano, ahora en mi mejilla, sentí un escalofrío, eso siempre hacia trataba de seducirme con su mirada viéndome de reojo teniendo cerca su rostro

─ Obviamente, soy tu esposa ─ ya más tranquilizada le explique, apartando mi mirada de la suya

En eso suena el teléfono

─ Bueno, ¿quién habla?

─ Buenas señor Mustang, ¿esta con usted Hawkeye, Riza?

─ Aquí se encuentra, ¿para qué la quiere?

─ Usted solo dele el teléfono a su esposa

─ ¿Bueno?─ pregunte llevando el aparato a mi oído

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POV. Roy​

Solo veía como mi amada hablaba en privado, con la voz baja y dándome la espalda, quería saber de que estaba hablando y con quién.

Después de varios minutos vi que colgó, me acerqué a ella, y se me adelantó

─ Era el general del norte, me dijo que me necesitan, que por mi gran desempeño como militar, necesitan capturar a alguien

─ B-bueno, ¿entonces porque no nos dijeron a los dos?

─ No lo sé, me dijeron que no eras necesario

─ Bueno. ¿Y cuando sales de aquí, cuanto tiempo estarás allá?

─ Planeo irme hoy en la mañana… Y me dijeron que como unos 5 días, en esos días planean ya haberlo capturado

─ ¡¿Hoy?! ─ exclamé

─ Si hoy, ¿Por qué?

─ Acuérdate que le dimos la semana a la niñera ¿Quién va a cuidar a Ed?

─ Pues aprovecha este momento para que estés un tiempo con Ed

Amaneció muy pronto, me despertó una voz, con la intención de despertarme

─ Al fin te despiertas, Roy, ya vinieron por mi, te deje una lista de lo que debes hacer en la mesa, los horarios de comida, de la leche etc. Están en el refrigerador, si tienes problemas para dormirlo, no te preocupes, dale un poco de leche y se dormirá, si no funciona cántale una canción, te deje la letra de su canción favorita en el refrigerador. ─ Me informaba Riza mientras bajaba rápidamente las escaleras─ Aquí tienes a Ed, esta dormido─ Me entrego al bebé

─R-Riza no se si pueda─ le dije con mucho temor al saber que yo solo iba cuidar a un niño de un año, a quien no conocía del todo, en ese tiempo no le ayude a Riza ni a la niñera a criar al niño, ni sabia como bañarlo o como cambiarle de pañal

─ Claro que si Roy, ten confianza de ti, ya verás que vas a poder

Abrió la puerta, a fuera ya la estaba esperando un coche que la llevaría la estación de trenes, donde le espera uno para llevarla a su destino . Subió al carro, bajó la ventana y nos despedimos.

─ Cariño… ─ No me decía nada, se estaba despidiendo del niño─ Cariño…─ Terminó de despedirse subió el cristal y avanzo el coche, dejándome con la palabra en la boca ─ No me dejes…─ lo dije demasiado tarde, ya estaba en la otra cuadra

Entre a la casa, senté a Ed en el sillón, yo me senté en el otro sillón que estaba del otro extremo. Me le quedé viendo fijamente, sin apartarle la vista, preguntándome como sobreviviría a esto.


Minutos después sonó el teléfono, contesté, era del trabajo, que me presentará. Me paré inmediatamente, se me olvido avisar que cuidaría a mi hijo una semana. Volteé hacia donde estaba sentado, que sorpresa menos esperada, ya no estaba…

─ ¡¡¡Nooo!!! ¡Llevo solo 15 minutos con mi hijo y se a perdido!! ─ Enloquecí, no podía creer que solo por unos segundos lo descuide y desapareció ─ Tranquilízate Mustang─ Me traté de tranquilizar─ Estoy en mi casa… el esta en casa… nada malo puede pasar, no pudo haber salido─ empecé a caminar hacia el comedor, sin percatar algo muy importante, unos segundos después me di cuenta─ ¡¡¡¡La puertaa!!!! ─ Regresé a la entrada, estaba abierta la puerta no lo podía creer ¡No la cerré! ─ ¡¡Soy un tonto!! ¡Mi hijo a de estar ahí afuera y yo aquí lamentándome! Debo hacer algo rápido─ decidido salí de la casa cerrando la puerta, pregunté a los vecinos si no lo habían visto, atravesé cuadras buscándolo.

Me pasé toda la tarde en la calle, resignado, volví a casa, entre y cerré la puerta. Me acerque al teléfono para llamar a mi esposa. Tenía miedo, no sabía como iba a actuar Riza al oír que eh perdido a nuestro hijo, su gran amor. Marqué, con los dedos temblando sin parar, hasta que acabe de marcar, solo oía los tonos esperando a que contestara. Hasta que la escuche

─ ¿Bueno?

Escuche su voz, me tranquilizo, ya que sabía como ella iba a saber que hacer─ Hola, Riza

─ Roy, ¿para qué me llamas? ¿Qué paso?

─ No, no pasa nada Riza, ¿aún estas en el jet? ─ Traté de ocultar mi miedo con la pregunta, así no
le caería tan pesada la noticia

─ Si, ya Roy, no me lo puedes ocultar, ¿qué pasa?

─ Riza… Yo… Nuestro Hijo… Ed…─ no le quería decir

─ ¿Ed? ¿Qué pasa con Ed?

─ Riza… Tranquila, no le pasa nada a Ed… creo…

─ ¿Crees? Roy, ¿Qué ocurre?

─ Nuestro hijo se a…─ no termine, vi a Ed en el comedor tirando todo lo que colgaba

Me quedé mudo un momento, no lo podía creer, ¡Ed estaba en casa!

─ Roy, ¿Roy?

Colgué sin decir nada, fui al comedor a recoger todo lo que había tirado, todo el desorden que hizo Ed.

Pasó rápido el tiempo y oscureció, me fui a acostar, estaba nervioso, no podía dejar solo a nuestro hijo en una habitación, me lo lleve a mi cuarto y lo acosté conmigo.

Amaneció, tuve que ir al trabajo con mi hijo.

Al llegar al trabajo todos me miraban extraño, y susurraban a los oídos de los demás cosas que creían que no escucharía como “Oh, ¿ya viste? Nunca imagine al general agarrado de la mano de un niño” “Mustang no parece del tipo amigable con los niños” etc.

En fin, le tuve que encargar a la teniente segunda Ross que de favor me lo cuidara mientras firmaba la enorme pila de papeleo.

Aun así sabiendo que mi hijo estaba en buenas manos, me iba a asomar cada 5 minutos. Hasta que me llamaron la atención. Tenían razón, tenía que concentrarme en el trabajo. Solo oía nerviosamente como mi hijo hacia de todo desorden. Se oía como tiraba los estantes de la biblioteca, obviamente Scieszka, quien también cuidaba que no hiciera mucho desorden, los levantaba.

Tome una decisión arriesgada, me hice como si leyera todos y solo iba a firmar 5/7 de hojas.

Cuando llegue al 3/7, era la hora de descansar y de la comida.

Me senté con mis colegas, Fuery, Havoc, Breda y Falman. Era raro estar con ellos sin Riza.

En media plática aparece Ross con mi hijo y su compañero, y Brosh. Y se sentaron como si ellos también fueran de la plática, no se si siquiera sabían de que hablábamos.

Mis compañeros no dejaban de admirar a mi hijo

─ Que hermoso es tu hijo, Roy─ me dijo Fuery mientras Ross le daba en sus brazos a mi hijo

─ Si, ya que no se parece en nada a su padre ─ le susurro Havoc al oído a Breda y Falman

Me enfade con eso

─ Si, se parece más a su madre─ dijo Falman

─ Solo espero que no haya sacado la actitud de ninguno de ellos─ dijo algo preocupado Fuery, con lo que nos echamos a reír.

Paso el día, dejé de trabajar y mejor me fui a la casa.

En pleno sueño, mi hijo se despierta llorando. Fui corriendo a la cocina, no sabía como preparar la leche. En cuanto supe que decía atrás como hacerla, ya tenía todo regado. Al terminar regué más polvo y agua.

Subí

Lo cargué y le traté de dar, no quería. Entonces se me ocurrió ir a abrir una papilla y dársela. Bajé con él. Lo senté en su silla. La abrí, y con una cuchara trate de imitar lo de Riza, el tren, el avión, las muecas, pero no la quería. Lo obligué, se batió todo, pero cuando le metí la cucharada, me lo regreso, escupiéndomelo en la cara.

Me harté, no podía más, hice todo lo que Riza me dijo.

Me acordé de la canción. La agarre y subí al cuarto.

Traté de cantarla, pero no tenía la dulce voz de una madre. Se lo canté veinte veces y nada. Mejor me senté en la mecedora con el niño, ya estaba cansado, y el niño seguía llorando. Me entro el sueño, empecé a cantar la canción lento, de tantas veces de cantarla me la aprendí de memoria, el niño se tranquilizo, empezó a cerrar los ojos al igual que yo. Cuando por fin lo pude dormir, suena el despertador.

─ ¡¡¡Aaaaagh!!!!─ grité de enojo, haciendo que el llanto sonará nuevamente. Estaba estresado, no podía más, tenía que alistarme.

Poniéndome la camiseta sonó el teléfono, era Riza, me dijo que ya lo habían capturado y regresaría esa misma tarde a las 3:00 al aeropuerto, la quería recoger, así que con mayor razón fui a alistar a mi hijo para trabajar lo más rápido, me puse el uniforme lo más rápido que pude. Baje las escaleras, subí al carro, no quiso. Después de varios intentos no quiso arrancar. Agarré la cangurera, me la puse y metí a mi hijo. Salí corriendo de la casa al trabajo.

Agotado y sudado al fin llegue al trabajo, fui a mi oficina a paso veloz para ponerme a trabajar.

Dieron las 2:40, salí y me fui en taxi al aeropuerto, llegué y dieron las 3:00 era un milagro, llegue a tiempo, vi a Riza llegar con las maletas en mano, corrí a abrazarla. Se puso contenta al ver que estaba ahí con mi hijo.

Terminando la bienvenida, tomamos un taxi y fuimos a casa.

Pero una cosa muy importante se me olvido, ¡la casa estaba echa un asco!

Llegamos. Antes de que entrará me le adelante e hice lo que pude. Bien, terminé el recibidor, entró, y fue directo a la cocina, no la pude detener, vio todo lo que hice. Subió y vio toda la ropa tirada.

Con los gritos mi hijo vino y me defendió, poniéndose en frente mio, mirándola, y con dulzura cinco palabras dejo salir “No mami, no a papi” Me llenó de emoción, lo levanté, emocionado diciendo “¡Dilo otra vez!¡Di papi!” Mi hijo me lo repetía. Con eso a Riza se le paso el enojo


Y desde esos días ahora le prestó más atención a mi hijo…