Palabras de Diciembre

Selenezquita: Por todas las que mencionaste. Es muy tranquila, poco convencional, inocente y a la vez le resta valor a las reglar. Lo que tu dijiste :D Ahaha yo iba a dejarlo rojito, pero por algo que ella le iba a decir, pero se me olvió que era y lo deje así :p Gracias por haberte pasado y haber comentado, Te quiero mucho *-*

Titulo: Fantasías diarias.
Colectivo: Magic Wolken
Summary: Que bien se sentía vivir en las nubes.
Palabra: Invasión.
Advertencias: ----

Invasión.

Sus ojos verdes miraron anonadados las burbujas de jabón que flotaban en el aire, combinados con el agua de las regaderas, que a la luz del sol, parecían diminutos diamantes. Parecía una danza de figuras brillosas, que cambiaban de color. Redondas, corazones, casi hasta podía ver dragones, lo cual sería maravilloso.

Se sentía bien, muy bien, no quería ni pararse ni hacer nada, sólo deleitarse con el show que veían sus claros ojos. En esos momentos era donde se perdía y dejaba este planeta, este universo, y se dejaba llevar por aquellas ondas brillantes que la envolvían, llevándola a lugares muy lejanos del universo.

A ella le gustaría salir de este planeta, tal vez irse a vivir a otro lugar. Aunque para los pobres marcianitos sería una invasión a su vida, pero no había de que preocuparse, ella podría amoldarse a su singular modo de vivir.

Emily sonrió un poco, pero la felicidad se le fue rápidamente, pues las regaderas las cerraron y el agua dejo de flotar. Su fantasía había acabado y también se dio cuenta de que, por mucho que le gustaría saltar de universo en universo, no podría dejar a su familia, la extrañaría mucho.

Titulo: Travesura.
Colectivo: Magic Wolken.
Summary: Se lo tenía merecido.
Palabra: Gula.
Advertencias: ---

Gula.

Ems se miró cuidadosamente por la puerta, observando la habitación de su padre. Aunque eso no era lo que le interesaba, sino la enorme vitrina de licores que tenía Edward, de todos los sabores, colores. Torció el gesto molesta, era gula pura. Su padre podía gastarse mucho dinero en una sola botella, era ridículo.

Suspiró y se alejó del lugar. Era horrible estar tentando al enojo. Bajó al primer piso y mientras lo hacía, desde las escaleras alcanzó a ver un extraño paquete, una caja grande. Curiosa, bajó y se dio cuenta de que era para su padre.

Eran las cajas mensuales de coñac que compraba y de toda clase de licores que ni se acordaba de los nombres; eran para él y para sus invitados. Aún no le cabía en la cabeza la enorme cantidad de dinero que se perdía en un ratico. Frunció el ceño, pero algo se le ocurrió. Estaba aburrida y esto podría divertirle en demasía.

Cogió la caja con esfuerzo y comenzó a rastrarla, llevándola arriba. Cuando llegó, la abrió y cogió dos botellas, se inclinó sobre el balcón, (arriba en las escaleras) y las botó. El alboroto de los vidrios al romperse y el líquido manchar las baldosas blancas, la motivaron a seguir.

Una por una, todas terminaron estrelladas en el piso. Rió un poco, se estaba divirtiendo mucho, hasta podía creer que había hecho una pintura con el licor. Mordió su labio inferior y luego cogió la caja vacía, mientras la tiraba al suelo.

Ya podía escuchar los pasos que venían corriendo para ver que era lo que sucedía. Bajó rapidito y se fue corriendo, mientras se iba al jardín. Tal vez no la culparían, pero lo más probable es que si fuera, Emily era la única que se atrevía a hacer eso, a romper las reglas. No tenía la culpa de que fuera muy aburridor estar limitado. Rió un poco, el castigo que le iba a dar su padre iba a ser duro, pero valió la pena, pues se divirtió mucho y además Edward se lo tenía merecido por guloso.

 

Título: Miedo​

Colectivo: Bands War​

Palabra: Luces​

Summary: La luz cegadora que se presentaba ante ella era lo único que la protegía de su mayor miedo: el fracaso.​

Palabras: 212​

Tenía tanto miedo... miedo de salir a escena, de arruinarlo todo y de que todos se burlaran de ella. Y pues, esa era la mentalidad de la pequeña Julieta Sheenan de apenas siete años ante su primer concierto oficial de violín. Por supuesto, normalmente su padre no aprobaría este acto, pero luego de insistir y pedirlo como su "regalo adelantado" de cumpleaños no se pudo negar. El anfitrión la nombró y ella salió temerosa al salón. Las cegadoras luces eran intensificadas por sus lentes con mucho aumento, la niñita no veía bien. Aún sin ver a sus espectadores por el haz, sin ni siquiera ver su instrumento, la sublime melodía comenzó a emanar de la pequeña figura al frente que no medía más de metro diez.

Al terminar la atercipoelada obra, los reflectores bajaron y las luces por fin le permitieron ver ante quien había tocado: una enorme cantidad de personas adultas que miraban a la niña prodigio con admiración. Los aplausos no tardaron en llegar, y a pesar de no demostrarlo, quedó aturdida. Recién cuando volvió a su lugar detrás del telón se dio cuenta de que le habría gustado más que las luces jamás se hubieran ido. A pesar de todo... le daba un poco de confianza tocar a ciegas.

 

Título: Sola​

Colectivo: Bands War​

Palabra: Cachorro​

Summary: Mentiría si dijera que no se sentía muy sola en ese momento... para su suerte, ese animalito bajó del cielo a cuidarla.​

Palabras: 247​

Ahí estaba ella, sola bajo la lluvia. Moreteada, aturdida y triste, muy triste. Su hermano la había dejado ahí para ir a darles una lección a las personas que la habían dejado así. Pero a Annie no le importaba, no quería que su hermano se metiera en problemas, sabía que eran bastantes chicos y temía que su hermano no fuera suficiente. La pequeña ojiazul juntó sus rodillas con su pecho y se ordenó a sí misma dejar de llorar, que nada arreglaría haciéndolo. Pensó en su hermano, en que tal vez necesitaba apoyo, pero justamente lo que le dijo antes de irse fue eso, que no lo ayudara, que podía solo. La niña de cabello negro levantó levemente la vista y se encontró con lo que menos pensaba ver: un diminuto cachorro descansaba a sus pies. Conmovida, lo acercó a su cuerpo y tomó al animal entre sus manos; ignoró el olor a perro mojado que tenía y comenzó a acariciarlo. Ese cachorrito le haría compa
ñía mientras esperaba a su hermano. El perro lamió su mano y cayó en un sueño placido y profundo, al igual que la pequeña que se acomodó en una esquina donde el agua no llegaba.
Despertó en su cama un poco mas tarde con el mamífero a su lado, lo abrazó esbozando una enorme sonrisa y se durmió nuevamente. No le importaba si el Sol no volvía a salir, si el día ya nunca llegaba, porque ya no se sentía tan sola.​

 

Navidad.

Lo bonito de la navidad era que, a pesar del frío, todos parecían destaparse un poco. Pero había que verlo bien de cerquita, o sino no se vería el minimo, pero importante cambio.
Todos se escondían, durante todos los 365 días del año. Tal vez era para ocultar la debilidad o la soledad, quien sabe. Pero lo hacían: Lykaios tras su irritabilidad, Emily tras sus dragones y nubes de algodón, Inma tras sus libros, Varinia tras su materialismo y Lene tras sus pinturas o ese misterio que a veces la envolvía.
Fuera lo que fuera, ellos vivían escondidos, o tal vez solo así son ellos. En tal caso, llegaba aquella época del año, y todo parecía hacerse más amable, más natural. Era como si sus personalidades se ablandaran o se agrietaran, por una magia que iba más allá de sus conocimientos.

La navidad era bonita, siempre y cuando la notaras.

Esfera.

Era desastroso y deprimente pensar que la luna sólo era una enorme roca fría que flotaba alrededor de la tierra. Lene se acostaba de noche en el pasto e imaginaba que además de una esfera espacial, la luna era como una musa plastilina libre y enigmática, como una de esas pinturas viejas y rusticas que nadie le prestaba atención, pero que eran más las bellas por su historia y esencia.

 

Título: En moto.​

Colectivo: Bands War​

Palabra: Tormenta​

Summary: Julieta sabía que no debía hablar, pero aún así, su amiga la escucharía.​

Palabras: 174​

Luego de un arduo ensayo, la vocalista y la bajista se dirigen a la motocicleta de la primera para ir juntas a casa. Le tocaba a Annie quedarse a dormir en lo de la rubia.

—Entonces... ¿qué cenaremos? —preguntó riendo la ojiazul.
—Supongo que pasta, ¿por? —contestó poniéndose el casco.
—Se me antoja una buena pieza de carne... —agregó relamiéndose—. Hace mucho que no como buena carne.
—Carnívora —contestó riendo.

La de cabello largo encendió el motor y el vehículo se puso en marcha. En el trayecto ambas estaban en silencio, pues Julieta sabía que a su amiga no le gustaba que la desconcentraran cuando conducía, la ponía irritable. La rubia se limitó a mirar el cielo mientras avanzaban.

—Una tormenta se acerca... —pensó al ver las nubes sobre ellas—. Ojalá lleguemos antes de que llueva, odio mojarme las medias...

Tras pernsar en esto, su compañera subió la velocidad y, como había dicho anteriormente, llegaron antes de que lloviera. Suerte que Annie la había escuchado pues ella planeaba mojarse un poco antes de llegar.​

 

Termostato.

Hacía un calor del infierno, casi podía sentirse que se estaba derritiendo. Marlene se escurrió sobre un sillón, mientras se cubría con múltiples bolsas de hielo. Odiaba el calor, lo detestaba, la hacía sentirse tan pesada y cansada. Y sí que hacía calor… maldijo por lo bajo al termostato, tal vez se habría dañado.

Lene se colocó otra bolsa en la cabeza, intentando perderse en el leve pero magnifico frío que desprendían los cubitos sobre su cuerpo.

::::::::::::::
Listo, terminé, uff.
Me diverti mucho, ehh. Gracias a todos los que leyeron estas bobaditas, a los que comentaron, incluso por sus "me gusta" Mil gracias, especialmente a mi coranzocito de hielito Selenezca *-* Gracias *-* <3

 

Título: Una sola rosa
Colectivo: Niños Mal
Palabra: Termostato
Summary: Y todas las mañanas siguientes recibía una sola rosa roja, atada con una cinta blanca.
Palabras: 343

Una sola rosa​

A Catherine se la podría considerar una persona educada, madura. Seria.
Había veces en las que era todo lo contrario. En las que molestaba a las personas solo por el mero placer de verlas rabiar. En las que era completamente fría.

Esas veces, ni siquiera Juliette lograba calmarla, e incluso a veces era víctima de su sarcasmo, con una sonrisa.

Esas veces, eran en las que Julie, llevaba a su amiga a una discoteca o un bar lleno de adolescente y la abandonaba ahí, sabedora de que al día siguiente, Cat, estaría de nuevo normal.

Juliette Alexander no era tonta, sabía perfectamente lo que pasaba después de que ella se fuera.

Sabía que los chicos comenzaban a rodear a su Catherine y que probablemente ella despertaba a la mañana siguiente en la cama de algún desconocido.
Que se duchaba se vestía y se iba sin decir nada.

Que se iba a su casa se volvía a duchar y se vestía rápido para ir a buscarla.
Para pedirle perdón una y mil veces, con una sola rosa roja que ataba con una cinta blanca.

Una rosa que ella atesoraba hasta que se marchitaba.


Aquel día era uno de esos.

Ella no pudo salir lo suficientemente rápido aquel día y lo vio.
No pudo evitar las lágrimas que caían presurosas de sus ojos aguamarina.
Unas lágrimas que pareció ver la de cabellos negros, por que salió corriendo tras ella sin coger el abrigo, a pesar de que el termostato marcaba un bajo cero que sobrepasaba el de los últimos años.

La abrazó por detrás sin importarle el frío y la beso repetidas veces. Calmando a ambas y entrando en calor.
La rubia se limpió las lágrimas y se dio la vuelta con una sonrisa.
—Cat, te vas a resfriar.
—Por estar contigo, no me importa si muero ahora mismo de una hipotermia.
—¿Me dejarás sola?
—Ni en sueños. —murmuró, para que solo ella lo oyera.

A la mañana siguiente, otra vez, había recibido una rosa.
Una sola rosa escarchada y atada con un lazo blanco.

Contenido oculto

Lista del mes de Diciembre:
-Nieve*
-Esfera
-Escarcha
-Luces
-Estrella(s)
-Tormenta*
-Techo*
-Termostato*
-Cachorro
-Lucidez
-Gula
-Dorado
-Invasión
-Fin
-Navidad

Palabras: 5

 

Selene; Hahahahaha, quería hacer algo divertido, y la pervertida fui yo que lo puse en el escrito, LOOOOL.
Hasber sabía que lo estaban viendo, por eso presumió ante las chicas y sobre su primo e Iván, me imagino el rostro de Ban mirándole allí. Hahahaha.

Gracias linda, la palabra no me daba, pero no busqué en San Google.

Hibaripunto; Joder, siempre me confundo, nunca aprenderé a escribirlo bien :(
Allí estaba Iván, por eso Nikki quiso ver (?) Espero que no se le haya desviado el ojo hacia los otros dos, aunque con el show que dio Hasber...

Yo espero leer los de Selene, cofcof.
♥♥

Gracias chicas, las quiero. Esta vez traje un poco sobre Heather y uno de Lernerd.

Título: Entrevista
Colectivo: Niños Mal
Palabra: Luces
Summary: Definitivamente no eran las luces que la ponía así, sino aquel hombre que tenía al frente.

Heather tomó asiento al lado de su padre; ambos entraban a una entrevista realizada por un joven hombre apuesto y musculoso, llevaba una franela color rojo que remarcaba su buen cuerpo. Las luces del cuarto iluminaban aquél lugar y, cada vez que el hombre sonreía, sus dientes brillaban perfectamente.
Heather sintió calor de repente y miró las lámparas que colgaban del techo; se preguntó a qué se debía: si las luces la mareaban o era el hombre que tenía al frente.

—¡Heather! —llamó su padre para que contestase la pregunta que le habían realizado. El hombre posó sus ojos en el rostro de la chica y ésta sonrió ampliamente, cruzó las piernas y subió un poco la falda, notando la mirada del joven.

—¿Cómo te va en el reformatorio?

Heather imaginó besándolo, quitándole la franela roja, besándole los hombros, pasándole las manos por todo el cuerpo bronceado. Su mente siguió vagando hasta que le volvieron a repetir la pregunta.

—¿Cómo te va en el reformatorio, Heather?

—Bien, supongo; aunque debo convivir con jóvenes que nada que ver conmigo.

Definitivamente no eran las luces que la ponía así, sino aquel hombre que tenía al frente.

Título: Cuida lo mío, y yo lo tuyo.
Colectivo: Lernen Miteinander zu Leben
Palabra: Cachorro
Summary: La profesora creyó que con aquella actividad aprenderían a cuidar las cosas de los demás.

Elizabeth metió la mano en la caja que contenía los nombres de todos sus compañeros; sacó un papel doblado y se lo entregó a la profesora.

—¡Máximo! —leyó con diversión—. Te tocó Máximo.

El susodicho miró con horror el cuerpo de Hakwe desde su asiento. Imaginar a su perro Sam al cuidado de ésa le causaba escalofríos. Imaginó una escena tétrica en que Elizabeth era la bruja y su pobre cachorro la víctima de su maldad.

—Lo más apreciado que tiene el joven Máximo es su cachorro Sam; así que te tocara cuidarlo durante una semana, Elizabeth —indicó la profesora. La actividad consistía en apuntar a una lista los objetos u animales que más apreciaban los alumnos, para que después otros lo cuidasen durante una semana.

—No es un cachorro, es una bestia —comentó Hakwe.

—¡Señorita! —exclamó la mujer—. Cuide sus palabras y tome asiento. Que pase el siguiente.

Elizabeth caminó por la fila de mesas y cuando pasó por la de Christopher lo fulminó con la mirada; a él le había tocado cuidar de su Niní, pero Máximo las pagaría si su amigo se atrevía hacerle algo a su adorada gatita.

Lista del mes de Diciembre
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Palabras: 5

 

OMG OMG Ya lo traigo, ya ya ya.
Título: Blanca Navidad
Colectivo: Lernen Miteinander zu Leben
Palabra: Nieve
Summary: Desafio de Antonella. Sí, auqella era una blanca navidad.
Palabras: 421

Blanca Navidad​

Máximo llamó y envió SMS’ emocionado.
La nieve caía aquel día y no parecía que fuera a parar, así que comenzó a cantar mientras buscaba la confirmación de los asistentes a su fiesta de navidad.
Sería increíble: alcohol, chicas lindas, sus amigos, buena comida… ¡y nieve!

—Hey, Chris, ¿Tu vendrás, no? —Comentó, dejando a un lado el móvil mientras veía a su amigo entrar en la habitación.
—Claro. Si no, luego estarás lloriqueándome, y eso es molesto.

Navidad, Navidad, Dulce Navidad~ ​

El villancico sonaba en el coche de Christopher y el alemán cantaba en voz de grito, mientras el de ojos verdes apretaba con fuerza el volante para no golpearle.​

Serán unas blancas navidades~ ​

—¡Será genial ya lo verás! ¡Me lo confirmaron todos! —Comentaba ilusionado el rubio, como si lo que se celebrara fuera su cumpleaños. Sacó el móvil del abrigo y lo puso en la mesa, antes de quitarse la cálida prenda.

Doyle hizo lo propio y se sentó en el sofá mientras su compañero de “travesuras” iba a preparar las cosas y sacar el alcohol.
De repente, a su lado, el móvil del alemán vibró.
Lo tomó antes de llamarlo, pudiendo ver así la pantalla que rezaba “20 nuevos mensajes”.

Molesto y con la mosca detrás de la oreja los ojeó, y en todos sin excepción ponía lo mismo: Una cancelación a la fiesta.
Miró la cocina donde trajinaba su amigo feliz y decidió borrarlos.

Oh, blanca navidad~ ​

—¿Aún no llegó nadie Chris?
—No, deben de haberse estancado en la nieve —comentó, sin preocupación tomando una botella y comenzando a beber.
Máximo, siguió el ejemplo de su amigo y tomó otra de las botellas.


—¿Ya habrán salido de la nieve?
—Vendrán en cualquier momento.
Mintió por enésima vez en la noche, estaba aburrido del alemán. Quería que se callara de una vez… ¿pero como… ?

Cuando de nuevo, el de ojos azules comenzó a cantar, borracho, él tiró de su camisa y rozó sus labios.
Apenas un segundo, que logró hacer que el otro se callara y él amara el silencio.

Máximo saltó para atrás, asustado, y huyó de la casa. Haciendo que el holandés pensara que lo podría atropellar un coche.

Suspiró y cogiendo el abrigo, siguió a su amigo a la calle, y lo siguiente que sintió fue como algo frío y blando se estrellaba contra su cara.

—…Máximo… ¡Ahora verás!

Y, aunque les hubieran plantado, cosa que el rubio intuía, aquella fiesta fue la mejor con creces.
Estaba con su mejor amigo, y rodeados de nieve.

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Lista del mes de Diciembre:
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-Fin
-Navidad

Palabras: 6

 

Colectivo: We have a baby.
Palabra: Techo.



Dentro del Magic Palace, Bibi arrebata al bebé de los brazos de un desesperado Erick. El albino se enfada pues no entiende las razones de tanto llantos mientras Bianca acuna al niño entre sus brazos como si de una madre se tratara. Ellery sonríe mientras contempla la escena.

Thomas y Isaac dan vueltas por la casa, la segunda critica la falta de colorido en la ropa del rubio.

Bajo ese techo todos son una familia, cada uno con su distinta función y, sobre él, Dante arregla el tejado a cambio de una bolsa de dulces. El italiano comienza a sospechar que está siendo explotado…

***
No soy buena poniendo títulos ni haciendo summarys así que me como el apartado :'D

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Palabras: 1

 

Colectivo: Winderstand der Nox
Palabra: Luces


Es navidad en Winderstand y un equipo bastante peculiar se encuentra reunido en su sala de entrenamiento.
Tsu y Viktor traen el árbol e ilusionados, lo abren. Alex y Kale aparecen más tarde con los adornos. Poco a poco, todos los cuelgan, Ivette ordena pues lo adornos deben estar perfectos, como ella. Yukari va en busca de una escalera, la pequeña no llega a lo alto; mientras, Lara y Cynder se enredan con las luces y ríen.

Así, poquito a poquito, el árbol va recobrando la magia de esa época y sólo queda encender las luces…

Las sonrisas desaparecen pues la luz se ha ido. La pequeña Scarlett se entristece y su hermano intenta animarla.

De repente, las luces se encienden una a una iluminando sus rostros, sus sonrisas. Las bombillas cambian de color y el árbol cobra vida.

Mientras, Lisbeth esconde la mano con la que sujeta el enchufe.

***

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Palabras: 2

 

Colectivo: Magic Wolken
Palabra: Nieve
Nota: Pre-colectivo, situado cuando los personajes comienzan a vivir juntos.

En la mansión Dunkelmeer, la menor de los gemelos Priest entreabrió sus ojitos. La pequeña se estiró para después incorporarse, Joan se acercó a la ventana e intentó desempañar el cristal. Su rostro se iluminó al observar el exterior.

La morena buscó sus zapatos y, a pesar de estar en pijama, atravesó velozmente el pasillo hacia la puerta de su gemelo.

Sonrió al encontrarle dormido, la pequeña se subió a la cama y comenzó a saltar en ella.

—Hermano despierta, rápido, rápido —le llamó repetidas veces mientras botada a su lado.

El mayor abrió los ojos y, cuando visualizó a su hermana, no tardó en fruncir el ceño.

—¿Qué quieres?

—Nieve— respondió entusiasmada haciendo referencia al manto blanco que cubría el jardín— levántate, hay que despertar a los demás.

El mayor volvió a taparse con las mantas tras murmurar un “déjame”, Joan hizo un puchero y con una sonrisa se levantó.

—Voy a despertar al resto—tras decir eso, abrió las ventanas de par en par y salió de la habitación.

La menor de los gemelos fue tocando puerta por puerta para despertar a sus primos quienes, a diferencia de su hermano, se mostraron entusiasmados al ver la razón del alboroto.

Poco después, los pequeños Dunkelmeer estaban en el salón, ataviados con la ropa más abrigada que tenían.

De esa manera, mientras los mayores dormían, los pequeños salieron al jardín.


—¡Hagamos una guerra de nieve!—gritó Annelie entusiasmada, pues sería la primera vez que jugara con todos sus primos.

—En ese caso nos haremos equipos por familias: Lennar y Sharlotte; Joan y Caín; Annelie, Abel y yo— el mayor de los Lancastah no tardó en organizar los equipos y las reglas.

El equipo que recibiera menos golpes y diera más ganarían ¿El premio? Organizar los juegos durante 2 semanas.

Todos aceptaron mas ninguno de sus primos notó la pequeña sonrisa de Joan.

La batalla comenzó: todos estaban igualados y el uso de la magia no tardó en aparecer. A pesar de que Lennar conseguía derretir algunas de las bolas que les lanzaban y los Lancastah se defendían con hechizos, todos eran demasiado jóvenes para que los hechizos resultaran efectivos. De esa manera, la pelea se decidió por ramas.

La victoria de los Priest, a pesar de la resistencia de los otros equipos, no tardó en llegar. Después de todo Caín se anticipaba a los lanzamientos y Joan podía lanzar varias bolas además de controlar medianamente su trayectoria.

Cuando entraron, congelados y con nieve por todas partes. Los mayores no tardaron en regañarles.

—Lo siento, fui yo la que organizó el juego. Me emocioné al ver la nieve y quería jugar con mis primos— se disculpó Joan mientras agachaba la cabeza, arrepentida.

Sus tíos suspiraron, quizás habían sido demasiado duros. Leelu sonrió y se acercó a la pequeña.


—No pasa nada Joan, sólo avisad la próxima vez ¿Quién quiere un chocolate caliente?— preguntó la matriarca con una sonrisa.

La menor de los gemelos sonrió mientras se iba a la cocina.

Mientras los pequeños se tomaban su chocolate y hablaban, Joan sacó el tema del premio.

—Entonces, ¿yo decidiré los juegos las próximas dos semanas?


—Sí, aunque lo deberías decidir los dos— respondió Axel.

—A Caín no le gustan mucho los juegos, así que me deja elegir a mí.

Joan sonrió e interiormente agregó “vosotros seréis mis juguetes las próximas dos semanas”.

A pesar de que Lennar intentó retar a Caín, éste se levantó sonriendo ligeramente.

—Yo que vosotros me preocupaba más por las próximas dos semanas.

El resto de Dunkelmeers no tardarían en saber la razón de esas palabras y, ni siquiera el escalofrío que sintió Lennar al observar la sonrisa de la morena, les daría una idea de lo que pasaría.

Para los gemelos Priest, era una suerte que nadie de su familia conociera a la verdadera Joan; sobretodo para el mayor, pues se acababa de librar de dos semanas junto a su hermana.
****

Tengo que empezar a habituarme a usar a los Meer..

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Palabras: 3

 

Colectivo: Winderstand der Nox
Palabra: termostato.
Pareja: Alexander Scarlett Rose y Lisbeth Vanger.
Nota: me lo pidió Alice y aquí lo dejo~



Lisbeth extrañaba el frío, echaba de menos el envolverse en mantas y decirle a la estufa que intentara darle algo de calor. Ahora se las pasaba gritándole al aire acondicionado, despojándose de las ropas que la seño sargento le obligaba a vestir ¿Qué más le daba a ella que la sueca se paseara en ropa interior?

Ella quería frío y lo quería ahora. La joven sueca le dirigió una mirada fulminante al termostato, recriminándole el calor que hacía.

En ese momento Ivette pasó por delante suya, no tardó en sonreír.

Olvidándose momentáneamente del calor, fue dando pequeños saltitos hasta llegar a la habitación que buscaba: Yukari-Scarlett.

Su sonrisa se ensanchó al ver como la niña hiperactiva no estaba. La sueca se dedicó a esperar mientras oía el sonido del agua.


Rió ligeramente al verlo salir del baño, mas que nada se reía de la expresión de asombro al encontrársela tumbada en su cama.

—¿Cómo has entrado?—preguntó el inglés con una de sus clásicas sonrisas mientras se acercaba a la chica.

Esta se levantó, al llegar hasta él rodeó con sus brazos el cuello del rubio.

—Por la puerta ¿por dónde sino?—respondió Beth, justo cuando Alex iba a contestar, le cayó poniendo su dedo contra los labios de Scarlett— necesito que me hagas un favor.

Como era de esperarse la sueca era amable cuando buscaba algo y a Alex ese juego le agradaba, después de todo el ser seducido no le ocurría muy a menudo.

El rubio la miró y Lisbeth no dudó en susurrarle lo que buscaba, aunque la negativa del inglés llegó antes de lo esperado.

—¿Qué te cuesta? A cambio mantendré a Viktor alejado de Lara~


La sueca no era tonta y lo acababa de demostrar tras su sugerencia, era más que obvio que el rubio accedería; después de todo era para proteger a su hermana.

—Esta bien pero, a cambio, pido una cosa—antes de que Vanger pudiera preguntar qué quería el inglés ya había juntado sus labios con los de ella.

La joven se fue sin decir nada mientras Alex sonreía complacido para encaminarse hacia Ivette, posó su mano sobre el hombro de ésta y, poco segundos después, ya estaba ocupando su cuerpo.

A Lisbeth no le gustaba que la tomaran desprevenida pero, al llegar a su cuarto y mirar el termostato, su enfado desapareció.

**

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Palabras: 4

 

Colectivo: Katekyo Hitman Reborn! Diebstahl Ringe.
Palabra: Gula



Durante un día cualquiera en la base de los Vongola, Inaduri comenzó a fijarse en el comportamiento de sus compañeros. Esa misma mañana la estadounidense había leído algo acerca de los pecados capitales y, mientras observaba a su nueva familia, no tardó en comenzar a etiquetarlos a cada uno en un pecado.

Sin lugar a dudas Alexander era la pereza al igual que Vanessa la lujuria.

Como era de costumbre, Cawley discutía con Hazel, posiblemente por acercamiento de esta al guardián de la nube… Indauri pensó que Cawley era la envidia. El japonés les apartó a los dos frunciendo el ceño; Shizuo era la ira, sin duda.

Cuando Sebastián les ordenó sentarse a comer, a Indauri no le quedó ninguna duda de que su jefa, quien atacaba sin piedad la comida de sus acompañantes, era una mezcla de Soberbia y Gula.

Indauri miró a Itami, Reid y Sebastián, la pelirroja tendría que investigar para conseguir asociarles uno a ellos.

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Palabras: 5