Pétalos de Rosa

Re: *Pétalos de Rosa*

Well, aqui los últimos pasados de las Rosas ya conocidas jejeje, para la siguiente un par de personajes nuevos apareceran ;) ja-ne


~Triste cuento de hadas~


~12~
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Las crisis del ser humano pueden ser tan grandes o tan pequeñas como queramos verlas, es irónico como una guerra puede causar el mismo daño para un individuo que la ruptura de una familia, finalmente el corazón no entiende más allá de que lo que le golpea directamente, por más grande o más pequeño que se vea un problema desde afuera el dolor siempre es el mismo… solo dolor…
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Ellas lo habían aprendido a la perfección aquella fría noche de Diciembre, esas dos hermanas de escasos diez años que habían presenciado escondidas tras las puertas de su habitación como su padrastro ahogado en alcohol y frustración golpeaba salvajemente a su adorada madre hasta el punto de dejarla sin vida, mucho había sido su dolor desde entonces, mucha había sido su soledad y el peor de sus castigos sin duda había sido que ese desgraciado hombre hubiese permanecido impune pese a su terrible delito… Las niñas presas en su minoría de edad no pudieron alejarse de él… tan solo les quedaba esperar a que él las liberara o simplemente a que fuesen mayores, sin embargo muchos años pasarían antes de aquello…
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Mari y Ely, las niñas más bellas del pueblo eran queridas y bendecidas por todos los aldeanos, después de todo ellos sabían lo cruel que había sido la vida con ellas desde aquel entonces… Habían crecido hermosas y esplendoras, ahora con quince años eran pretendidas por gran cantidad de jóvenes, sin embargo su padrastro jamás consentiría ningún tipo de relación similar, ellas le pertenecerían por siempre… o almenos eso era lo que siempre repetía.


-Mari es hora de regresar a casa, el viejo se molestará –decía Ely preocupada-.
-Pero hermana él esta allí –decía la hermana menor un tanto sonrojada-.


El chico de sus sueños, atractivo, caballeroso y amable, un joven que la estaba pretendiendo hacía un par de años atrás y que hasta entonces había esperado su respuesta, ella sabía que sería muy peligroso acercarse demasiado a él, sin embargo observarlo de lejos por lo menos sería un agradable consuelo.


-Olvídate de esas cosas Mari, si el viejo te descubre te matará –exclamó Ely temerosa-.
-No tiene porque enterarse…


Entre cartas habían llevado a escondidas su romance a través del tiempo, no habían osado a tocarse, difícilmente se hablaban, pero aquello era suficiente… esa tarde las hermanas llegaron tarde a casa y su bienvenida como era costumbre fue un horrorosa tunda por parte de su padrastro, golpes y moretones por todo el cuerpo, aquello era bastante habitual en ellas, cicatrices el lugares no visibles, sin duda alguna aquel hombre sabía donde golpearlas para que no le descubrieran, luego de cada paliza el les extendía un caramelo… ellas debían tomarlo y comerlo con mucho desprecio, esa era la recompensa por aguantar los golpes en silencio, ese sabor dulce a caramelo con los años había comenzado a resultarles verdaderamente asqueroso… algún día podrían liberarse de ese despreciable sabor.
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Aquella noche el viejo había salido de casa, sin duda a atragantarse en alcohol como era costumbre o quizás a pudrirse en alguno de sus vicios, los juegos de azar, las apuestas ilícitas y las prostitutas mantenían a aquella familia al borde de la ruina constantemente, eran las pequeñas las que debían trabajar al doble para saldar las constantes deudas de su padrastro… en aquella ocasión sin duda no sería diferente, esos días en que el viejo desaparecía las hermanas aprovechaban para escaparse un rato a divertirse, en aquella ocasión Ely prefirió quedarse en casa a descansar en tanto que Mari prefirió reunirse con su príncipe soñado, hacía mucho tiempo que no había podido siquiera abrazarle.
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Para aquel entonces el viejo se había metido en un buen problema, sus deudas llegaban a un punto que resultaban impagables… los prestamistas ya no le ayudarían nuevamente, después de todo con ellos también tenía deudas millonarias, golpeado y amenazado tomó camino a casa rondando entre sus pensamientos alguna posible solución… por un instante pensó en huir y dejarle a las mocosas el paquete pero aquel pensamiento fue interrumpido por la imagen de Mari besándose con un joven del pueblo… enervado de rabia y lleno de frustración camino hacia ella lanzando un primer golpe al rostro del joven, azotándolo contra el suelo violentamente y tomando seguidamente a la pequeña por el cuello con fuerza…


-Te vienes conmigo zorra –exclamó el viejo apretándole el cuello fuertemente…
-A… ayu… da –musitaba a duras penas Mari dirigiéndole una mirada a su amado-.


Este se quedó atónito con el golpe, el miedo invadió su cuerpo completamente, a duras penas logró ponerse de pie para salir corriendo velozmente dejando a Mari en las manos violentas de aquel sujeto… la joven no sabía que le dolía más en aquel momento, si las manos brutas de su padrastro cortándole el aire o la traición de su amado quien le había abandonado…
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Fue un camino tortuoso a casa, Ely asustada le dio la bienvenida a su hermana casi asfixiada, acto seguido el padrastro comenzó a golpearlas con gran ira, desquitando en ellas todos sus problemas, en su mente la idea de su salvación ya se había formado, tan solo era cuestión de tiempo para que viera saldadas sus deudas…
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Un par de meses después de que las heridas de las jóvenes desaparecieran por completo el viejo inicio su plan de pago… simplemente se trataría de una venta al publico, aquel que ofreciera el precio más alto se llevaría el objeto vendido y sin duda muchos de los viejos ricos del pueblo estarían interesados en aquel par de hermanas que a partir de aquel momento estarían disponibles como meros objetos sin alma ni corazón…
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Una noche antes de la venta el viejo se paseó por el pueblo llevando a rastras a sus dos hijas, espléndidamente vestidas y arregladas, una forma realmente asquerosa de exhibir la mercancía a vender… todos los hombres del pueblo se habían interesado realmente en las pequeñas, quizás valía la pena pagar un buen precio. Mari entre el publico vio a su amado… el la veía sumamente avergonzado, quizás deseaba ayudarla pero el miedo le carcomía, ella en un intento desesperado se alejó de su padrastro y corrió hacia él y le abrazó fuertemente con lágrimas en sus ojos…


-Por favor ayúdanos… por favor –decía ella al borde del desespero-.
-Pero… yo… -el joven trataba de soltarse de ella a toda costa-.
-Tu familia tiene mucho dinero… por favor cómpranos y te juro que te pagaremos –murmuraba Mari suplicante-.


En ese momento el padrastro de Mari sumamente molesto se acercó a la joven, por lo que le chico bastante asustado la empujo lejos de él y se marchó corriendo negándose a ayudarla… ella paralizada del dolor tan solo se destinó a esperar el duro golpe del viejo, sin embargo una mano le detuvo.


-¡Suéltame mocoso! –grito el viejo enfadado-.
-Nunca le pegues a una dama en frente de mi –contestó el chico japonés lleno de confianza-.
-No permito que un don nadie como tu me diga que hacer –exclamó el viejo sacándose de encima la mano del joven-.
-Como sea… nos vemos señorita –comentó el chico guiñándole el ojo a Mari-.


Aquel desconocido había sido más valiente que el joven que tanto tiempo le había dicho a Mari que la amaba… era tan grande la decepción y el miedo que ambas sentían en aquel momento, escapar les resultaba imposible.
*
El día de la venta había llegado, las jóvenes fueron exhibidas ante los compraremos casi sin ropa, nada podía ser más humillante que ver sobre sus cuerpos aquellas asquerosas miradas lujuriosas… sin más comenzaron las ofertas y en poco tiempo ya habían superado los 5 millones de dólares, las jóvenes habían perdido toda esperanza, el viejo que las compraría sería sin duda el más asqueroso de todos… pero nadie podría ofrecer más de aquella suma, repentinamente las puertas de la habitación se abrieron violentamente y el joven japonés se hizo presente.


-¿Qué diablos haces aquí? –cuestionó el viejo sorprendido-.
-Vengo a ofrecer un precio –dijo el chico con una gran sonrisa-.
-No creo que tengas más de 5 millones niñito-.
-¿Qué e parecen 10 millones en efectivo? –Cuestionó el joven abriendo un par de maletines dejando a la vista aquella gran cantidad de dinero-.


Todos se quedaron sumamente sorprendidos con aquello, el joven japonés sin decir ni una palabra mas dejo los maletines abiertos y caminó hacia las chicas librándolas de sus ataduras y brindándoles abrigos que las cubrieran adecuadamente… su sonrisa radiante les brindó a aquellas jóvenes un poco de paz.


-¿Quién eres tu? –Cuestionó Ely agradecida-.
-Atobe Keigo… su futuro jefe –dijo el joven guiándolas a la salida-.
-¿Jefe? –interrogó la menor-.
-Por supuesto, de ahora en adelante serán mis rosas y trabajaran en mi imperio –concluyó el chico-.


Nadie hizo comentario alguno ante aquella intervención, nadie podría pagar más de aquella suma y eso Keigo lo sabía a la perfección, el viejo tenía su dinero y sin saber muy pronto también tendría su merecido… camino al aeropuerto las chicas comenzaron a dejar con cada paso el pasado atrás… aquel joven que Mari había amado la observaba tristemente desde las cercanías, ella se percató de su presencia por lo que Atobe en ese momento la tomó entre sus brazos sorpresivamente robándole un beso de sus labios.


-¿Qué haces? –preguntó Mari sonrojada-.
-Ese sujeto no vale la pena… olvídalo –acotó Atobe-.
-Ya lo se –dijo la joven con una sonrisa-.
-¿Y ahora que? ¿Seremos tus amantes? –preguntó Ely temerosa-.
-Para nada, ya yo tengo pareja –musitó aquel tranquilamente-.


Las chicas se sintieron tranquilas tras ese comentario, aunque quizás un tanto decepcionadas, finalmente el chico era muy atractivo…


-Lo único que lamento es que el viejo se quede con ese dinero –comentó Ely fríamente-.
-¿Te refieres a este dinero? –cuestiono Atobe mostrando los maletines-.
-No puede ser… -Mari estaba realmente contenta-.
-Negocios son negocios –concluyó Keigo picaramente-.

Camino a Japón la vida no podía ser más dulce, en efecto el viejo había sido asesinado a mano de sus cobradores y las Rosas a partir de aquel momento habían estado completas… Ya varios años habían pasado desde aquel cruel pasado.


*Habitación 112*


-Es irónico que seas tu mi rosa nuevamente –decía Gakuto observando a Ely de pies a cabeza-.
-No me dejaré engañar nuevamente por ti –musitó ella directamente-.
-No quiero tal cosa… solo quiero que seas mía nuevamente –Gakuto se acercó a ella sensualmente recostándola a una pared-.
-Suéltame –agregó ella en tono de orden-.
-Estamos en una habitación de hotel… no me puedes pedir eso-.
-Eso no es mi interés –Ella había comenzado a temblar-.
-Sabes que te amo –continuaba el joven acariciando suavemente las piernas de la joven por debajo de su falda-.


Ely estaba realmente extasiada por el momento, pero aquellas imágenes asquerosas comenzaron a llenar sus pensamientos nuevamente, aquellas donde Gakuto yacía revolcándose con esa mujer desconocida… la rabia comenzó a hervirle la sangre por lo que le acertó una cachetada y salio corriendo de la habitación… Gakuto se arrodillo en el suelo adolorido por el golpe y con el alma destrozada, de sus ojos brotaban lágrimas a montón…


-Hasta cuando podrás perdonarme… Ely –susurró para si el pelirrojo-.


*Habitación 113*

Mari también se encontraba junto a su chico… el joven pelirosa de ojos lilas, tan dulce como siempre, comiendo caramelos a más no poder… por alguna razón la joven comenzaba a sentir fatiga.

-¿Quieres uno? –Cuestionó el joven extendiendo un caramelo-.
-Para nada, eso me da asco –dijo la joven expresando su repulsión al caramelo-.
-Estás loca –dijo el mirándola entre risas-.
-No me molestes-.

La joven dio tres pasos hacia el con la intención de borrarle esa sonrisa del rostro, sin embargo piso accidentalmente uno de los caramelos que el había dejado caer al suelo resbalando aparatosamente y cayendo sobre él de forma muy comprometedora.

-Si querías estar conmigo podías haberlo pedido amablemente –comentó él con mucha picardía-.
-No digas estupideces –acotó ella sonrojada tratándose de levantar, sin embargo él la rodeó con sus brazos-.
-De cerca no te ves tan desagradable –susurró el pelirosa con una sonrisa-.
-Hueles a fresas… realmente tu también me das asco-.
-No digas eso sin probarme –concluyó el joven robándole un beso a su rosa-.


Un beso intenso e inesperado que de alguna u otra manera a Mari le resulto sumamente amargo, ella se separó de el de un golpe y se apresuró a la cocina para beber un sorbo de agua… ese sabor en sus labios era realmente repugnante.

-No beso tan mal… ¿O si? –preguntó el joven divertido-.
-Sabe a caramelo –dijo ella sumamente pálida-.

Marui pudo notar como el miedo se asomaba por los ojos de la joven, él sabía que nadie podía odiar algo tan dulce a menos que tuviera una muy buena razón para ello… el simplemente se acerco hasta ella para abrazarla… de un momento a otro la joven dejó de temblar.

-Te besaré una y mil veces hasta que sientas el verdadero sabor del dulce –dijo el joven sonriente-.
-Vomitare –comentó ella mirándolo con recelo-.
-Lo soportaré –susurró el joven con una mirada encendida en sus ojos-.

Mari lo observó un tanto intimidada, como Rosa sabía que aquello no estaba permitido, así que simplemente se negaría rotundamente a cualquier cosa que pudiese suceder… no quería pasar por lo mismo que su hermana, ya habían sufrido suficiente y de cualquier manera la joven realmente dudaba que ese sabor tan horrible a caramelo algún día llegaría a gustarle… de alguna manera se sentía tranquila.

~Continuará~

~MayOtk~

Muajajaja para esta conti me inspire en Okane na gai xD y algunos detallitos de D.Gray-Man ;) ja-ne
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