Pétalos de Rosa

Re: *Pétalos de Rosa*

Muajajajaja gomen por la espera, aqui les dejo la conti, XD y de pana aunque les sorprenda Atobe es un chico de lo mas tierno y encantador, y las que lo duden vean la Ova llamada "El regalo de Atobe" y verán a lo que me refiero ;)

"Calles de soledad"
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~9~
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En aquellas grandes ciudades donde el neón brilla mucho más que las estrellas las personas suelen vivir entre las sombras soportando las más duras pruebas de supervivencia, encontrar hogar o alimento era cuestión del día a día y pese a las muchas personas que deambulaban en las calles derrochando dinero y exquisiteces nunca había alguien lo suficientemente bondadoso como para brindar una mano a los mas necesitados… así son las grandes ciudades, los inmensos edificios engañan a los ojos de la gente de una éxito inminente y no les dejan observar la realidad de aquellos que viven bajo los suelos.
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La joven Ray jamás se había olvidado de su origen, ella provenía de lo más bajo de las clases sociales, una niña que desde que tenía uso de razón había limosnado para tener algo que comer, y una pequeña que había soportado entre periódicos y cartón el intenso frío de la noche, así era New York, un lugar inmisericorde con los que no tenían de que vivir.
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Ella no era la única niña que se había quedado sin padres antes de tiempo, por suerte estaba rodeada de pequeños que había sufrido sus mismo infortunios, habían crecido todos juntos enfrentando aquellas calles descorazonadas, algunos murieron de frío, hambre o enfermedades con los años, sin embargo otros de ellos se mantuvieron unidos como una fuerte familia, hermanos y hermanas que no mantenían ningún vinculo de sangre, pero que habían aprendido a necesitarse ante los terribles golpes de la vida.
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Tres eran los mayores, Tom el chico fuerte que los protegía, la cabeza de la familia, Mery la chica dulce que confortaba sus corazones y Ray la que luchaba por traerles el dinero suficiente para cubrir lo básico en sus necesidades… éstos tres jóvenes, habiendo perdido a otros tantos de sus amigos en el proceso habían logrado de hacerse una especie de hogar bajo un puente de la ciudad, en donde podían dar cobijo a los niños huérfanos de la localidad… como podían sobrevivían…


-Esta semana encontramos a dos niños más, con esos tenemos 9 –dijo Mery preocupada-.
-No podemos dejarlos solos –Acotó una Ray de apenas 15 años-.
-Lo se, pero debemos hallar la manera de buscar más dinero o moriremos todos de hambre –concluyó Tom-.


Así pasaban aquellos días de invierno, sin duda la peor de todas las fechas, tres jóvenes aún menores de edad al cuidado de 9 niños todos menores a 10 años, una realidad demasiado dura de afrontar para ellos, sin embargo era su deseo evitar que esos pequeños fueran consumidos por la ciudad, como habían sido consumidos sus camaradas tiempo atrás… harían cualquier cosa por sobrevivir.
*
Dispersa en la oscuridad de la noche aquella joven se ocultaba entre las sombras en busca de algún objetivo, nada malo había ocurrido aquel día, a altas horas de la madrugada ella había regresado a su intento de hogar con un nuevo botín…


-No me gusta que hagas esas cosas Ray –comentó Tom oculto entre las sombras-.
-Es la única manera de sobrevivir –acotó la joven contando lo que había obtenido-.
-Robar no nos llevará a nada bueno –el joven observaba a la chica con tristeza-.
-Con esto sobreviviremos un par de días, no te preocupes.


Los días continuaban pasando entre aquellas penurias, Ray salía cada noche a refugiarse entre los callejones en busca de alguien a quien asaltar, normalmente eran hombre pasados en alcohol u otros delincuentes de la localidad, sin duda era una peligrosa labor pero ella sabía que alguien debía hacerlo, más de una vez la habían golpeado y más de una vez había regresado a casa a rastras… su alma inquebrantable comenzaba a cansarse de tanto pelear.
*
Los pequeños de caritas sucias le agradecían con lágrimas en sus ojos cada pedazo de pan y cada sorbo de agua limpia que Ray les llevaba todas las mañanas provenientes del dinero que a algún desafortunado había hurtado, al margen de la ley y la justicia la joven se había hecho con el tiempo una fama que retumbaba en las calles bajas de New York como la peligrosa “Mother” la joven que cazaba para alimentar a los hijos de la calle, así aquellos jóvenes habían armado sus vidas con los años… finalmente ella había cumplido 18 años y entre sus manos tenía una crisis que debía resolver costara lo que costara, el nuevo objetivo ya estaba fijado…


-No va a sobrevivir mucho más –comentaba Mery con lágrimas en sus ojos-.
-La única opción es someterlo a esa operación –murmuró Tom lleno de impotencia-.
-Pero son demasiados millones, nosotros ni en sueños podríamos pagar algo así –exclamó la dulce joven entre lágrimas-.
-No dejaré que muera –dijo Ray fríamente-.
-¿Qué piensas hacer? –Cuestionó Tom-.
-Ya tengo todo planeado…
-Ray… no cometas ninguna tontería –exclamó el joven en tono autoritario-.
-No dejaré que muera con tan solo 5 años de edad… no lo permitiré, cueste lo que cueste –concluyó Ray mientras se marchaba-.


Los chicos tan solo pudieron observar preocupados como ella se perdía entre los callejones, dentro de los más bajos mundos ella era reconocida por el tatuaje en forma de cruz que tenía en el brazo izquierdo, sin duda su marca personal, tan solo con verla todos le profesaban respeto, sin duda se lo había ganado, aunque sus métodos no fueran honrados sus fines eran realmente altruistas, con el tiempo se había hecho de muchos contactos que le informaban cuando buenas presas estuvieran cerca de sus territorios, para aquellos días un pez realmente gordo era el objetivo, al parecer se trataba del heredero de una gran fortuna japonesa, un chico de apenas 18 años que se había labrado un extenso camino en riquezas, aquél era el tipo de personas a las que Ray más detestaba, aquellos que tenían como ayudar pero no se molestaban en hacerlo… la noche indicada para el encuentro había llegado.
*
El flamante automóvil de la familia Atobe recorría las calles sin pasar desapercibido, todos los vigilaban celosamente, sabían que aquél chico era el siguiente objetivo de Ray, los negocios del joven habían salido a la perfección, por lo que a altas horas de la noche finalmente se había destinado a regresar a casa, no tenía imaginado lo que le esperaba en el camino… Una joven salió de la nada y el auto la golpeó sin intención, el chofer asustado se bajó a ver que había sucedido, por suerte la chica parecía estar bien, es más estaba demasiado bien, un golpe sordo dejó inconsciente al piloto de aquel automóvil por lo que el joven Keigo lleno de intriga decidió bajarse a ver que estaba sucediendo… la mirada llena de odio de Ray le invadió, más sin embargo el joven tan solo sonrió cínicamente…


-¿De que rayos te ríes? ¡Sube al auto! –gritó Ray enfadada-.
-¿Qué pasa si no lo hago? –cuestionó Atobe con tono altivo-.
-Me obligarás a dispararte –la joven sujetaba en sus manos un arma de fuego-.
-Hazlo si tanto lo deseas.
-Si tan poco que importa tu vida tendré que pagarla con tu chofer –amenazó la joven-.
-Esta bien, esta bien, subiré aunque no me gustan las citas tan improvisadas –comentó el chico entre risitas-.


Atobe subió al asiento delantero del auto y Ray al asiento del piloto, en ningún momento dejo de apuntarle, el estaba bastante tranquilo pese a la situación en lo que Ray por su parte no quitaba de su rostro aquella expresión de rencor.


-¿A dónde me llevas? –preguntó Atobe intrigado-.
-No preguntes idiota –contestó ella enojada-.
-Secuestrarme a mí no es algo muy inteligente-.
-No me interesa si me matan en el proceso –La joven se veía realmente decidida-.
-Vaya… pero lamento decirte que ya nos están siguiendo –El joven señalaba con sus dedos dos autos negros que venían tras ellos-.


Ray sumamente nerviosa pisó el acelerador para tratar de escapar, sin embargo los autos que le seguían no los perdieron de vista ni un segundo, la joven comenzaba a perder la calma, sirenas de patrullas comenzaban a reunirse por los alrededores, era sumamente evidente que estaban siendo rodeados… Ray conducía a máxima velocidad a penas y podían verse pasar por las ventanas las luces difuminadas que alumbraban las calles, debía escapar de alguna manera… dos autos la seguían por detrás, en calles paralelas habían más perseguidores y algunos motorizados comenzaron a hacerse presentes, una barricada se presentó frente a ella por lo que no tuvo más opción que frenar de golpe… todo había terminado…


-Te dije que era una mala idea –dijo Atobe irónicamente-.
-Te mataré –murmuró ella apretando el revolver entre sus manos-.
-Si haces eso tu vida también llegara a su fin –Keigo finalmente se mostraba serio-.
-Eso no es importante, mi vida no vale nada, ustedes los ricos viven en sus mundos de fantasía mientras que nosotros nos vemos obligados a hacer cualquier cosa por comida, estoy harta… ¡No quiero que otro pequeño muera en mis manos! –Exclamaba la chica entre lágrimas y dolor-.
-Matarme no resolverá nada… baja el arma –Atobe le había tomado las manos a la chica suavemente hasta que finalmente soltó el revolver… ella seguía llorando-.


En poco tiempo la policía había llegado y por supuesto la secuestradora había sido esposada de inmediato, en menos de media hora estaba tras las rejas, sus sueños se vieron invadidos de recuerdos aquellas noche, no pudo conciliar el sueño, era la imagen del pequeño al que no había podido salvar la que le atormentaba, las horas pasaban sin misericordia, sin darse cuenta ya había transcurrido una semana en aquel terrible lugar cuando finalmente un oficial la sacó… alguien había pagado su fianza por lo que Tom y Mery la esperaban afuera de la comisaría pacientemente, ella no podía verlos a la cara de la vergüenza.


-Nos alegra que estés bien –dijo Mery sonriente-.
-Pero aún así, todo lo que hice no sirvió de nada –Ray se mostraba decepcionada ante su propio fracaso-.
-El no murió –dijo Tom de forma cortante…
-¿Cómo es posible…?


Ray no podía creerlo, los tres juntos subieron a un taxi y llegaron al hospital central de la ciudad, el pequeño había salido bien de la operación y su salud estaba estable, los ojos de la joven se llenaron de lágrimas, no entendía como aquello había pasado, la voz de un chico a sus espaldas la había sorprendido de golpe… se trataba de Keigo Atobe.


-Vaya que si me has dado problemas niña –comentó el joven entre risas-.
-Ningún niña… mi nombre es Ray tonto engreído-.
-¿Así le hablas a tu salvador mocosa malagradecida? –cuestionó el joven de forma altiva-.
-¿Mi salvador?
-El fue el que pagó tu fianza Ray –dijo Mery un poco angustiada-.
-Y también pagó la operación –acotó Tom-.


La joven Ray supremamente apenada y sonrojada tan solo pudo darle la espalda a Keigo y agradecerle secamente, aquel gesto sin duda era suficiente para el chico del lunar en la mejilla.


-Y eso no es todo niñita, ven conmigo –Keigo jaló a Ray del brazo y la subió a la limosina junto al resto-.


Después de un corto trecho de viaje en la carretera finalmente llegaron al destino, una casa bastante grande y sumamente hermosa, tenía muchas habitaciones y todo lo necesario para vivir cómodamente… en su entrada un letrero resaltaba “Casa Hogar Atobe” un centro que el propio Keigo había desarrollado para dar alojo a los niños de la calle, aquellos desamparados que no tenían donde vivir ni nada que comer… sería el principio de una nueva vida.


-Tom administrará el lugar y Mery cuidará de todos, así que no te preocupes –comentó Atobe con una gran sonrisa-.
-¿Y yo? –Cuestionó Ray-.
-Me gusta tu decisión y carácter, así que quiero que vengas conmigo a Japón y trabajes para mí-.
-¿Cómo? ¿Estas loco? –cuestionó ella avergonzada-.
-Esa es mi única condición para mantener este lugar –concluyó Keigo victorioso-.


Ante aquellas palabras Ray no tuvo ni que pensarlo, debía aceptar por el bien de los pequeños y de un futuro mejor… en poco tiempo ya todo estaba listo para su partida, las lágrimas de Mery y el fuerte abrazo de Tom serían sus más valiosos recuerdos.


-Cuídate mucho Ray –comentaba Tom un tanto nostálgico-.
-Tu también cuídate y cuídala a ella –decía Ray refiriéndose a Mery-.
-Deberías quitarte ese tatuaje, daña tu piel.
-No digas idioteces –contestó ella sonrojada.


Finalmente ella y Atobe habían llegado al aeropuerto y se habían embarcado hacía su vuelo a Japón, desde el cielo un nuevo mundo se habría paso ante los ojos de Ray quien finalmente se veía liberada del peso de sus obligaciones y aunque trabajara para Atobe podía darse el lujo de ser ella misma.


-¿Tom te gusta verdad? –cuestionó Atobe intrigado-.
-Es muy serio para mi –respondió ella mirando por la ventanilla-.
-No lo creo
-Él estará mejor con Mery… -concluyó ella volteando su mirada hacia su tatuaje-.


Mucho tiempo más había pasado desde que Ray se había convertido en una Rosa, de entre las más astutas y poderosas había llegado amar su trabajo y servía a Keigo fielmente, después de todo la casa hogar de New York era una de las más exitosas y funcionales, sin duda ella estaría eternamente agradecida.
*
Una vez frente a aquella habitación un chico castaño de anteojos le había dado la bienvenida…


*Habitación 109*

Aquella Rosa pasó las horas junto con Tezuka haciendo lo que mejor sabía hacer, su trabajo, quizás nadie era tan apasionada como ella, le organizó a su chico clases, actividades y entrenamientos, estudios y entrevistas de manera que pudiera convertirse en la mejor estrella posible, Kunimitsu estaba sorprendido de ver lo eficiente que era aquella chica, aquella que sonreía constantemente por el éxito de su labor… sin embargo había una cosa que sin duda le costaría conseguir.


-¿Acaso tu no sonríes? –preguntaba ella de forma sarcástica-.
-No veo que sea necesario –respondió el seriamente-.
-Tarde o temprano te haré sonreír.
-No lo creo…
-Vaya, eres muy serio para mi –murmuró la joven para si-.
-Deberías quitarte ese tatuaje, daña tu piel –dijo Tezuka observándola con detalle-.


Ella se lo queda observándolo atónita y sonrojada, no pudo evitar sonreír tímidamente, él no entendía el trasfondo de su propio comentario y su inquebrantable seriedad no cambio ni un poco en el transcurso de toda la tarde… muchas cosas pasarían antes de que Ray cambiara el corazón de aquel muchacho…

~Continuará~​

Ya veremos más pasados en la siguiente conti ;)

MayOtk
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Re: *Pétalos de Rosa*

xD Atobe rulez... en fin la Ova es un especial aparte de Prince Of Tennis super bueno y entretenido de media horita que muestra a todos en diferentes actividades como cantar, actuar, concursos y competencias y como plato fuerte se muestra la verdadera personalidad de Keigo ;) se los juro que se enamoran hasta mas no poder...

"El regalo de Atobe" asi se llama en español "Atobe kara no okurimono" en japonés 100% recomendada.

 

Re: *Pétalos de Rosa*

Hola chicas, sorry por la espera xD aqui les dejo el pasado de Sayu ;) disfrutenlo...
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"Traición"

~10~

Todas las personas de este mundo llegan a sufrir en algún momento de sus vidas, las malas por aquellas terribles acciones que simplemente se le devuelven y las buenas por el egoísmo y envidia que tienen todos los seres humanos dentro de si, ella lo sabía perfectamente, ella que había sido abandonada por la gente que alguna vez cuidó y protegió… Su corazón era desconfiante de todo lo que le rodeaba y con mucha razón… Solo en una persona del mundo entero ella tenía fe tan solo porque la había salvado de las garras de la traición.
*
Un beso apasionado mantenía unidos los labios de aquella pareja superficial, no había ningún sentimiento de amor entre ellos, pero ella confiaba en el y se sentía segura en sus brazos, con eso era suficiente, mientras que él simplemente necesitaba de aquella fachada para mantener su imperio, fuera de todo romance pasajero podría decirse que compartían una pura amistad.

-Keigo estas más distante que de costumbre –decía la joven picaramente-.
-Lo siento Sayu, no era mi intención –comentó el joven con una flamante sonrisa-.
-¿Estas pensando en ella verdad? –Cuestionó la joven con cinismo-.
-Si sabes que la amo no entiendo porqué sigues conmigo –respondió él secamente-.
-Soy una mujer con necesidades y tú eres el único hombre en el que confío-.
-No deberías conformarte con eso solo por temor a que te hieran –Atobe estaba muy serio en ese momento-.
-Keigo no me sermonees, tú y yo sabemos que este mundo esta podrido –refutó la joven con un dejo de tristeza-.
-¿No tenías hoy trabajo?-.
-Si, debo encontrarme en una hora con Syuusuke Fuji –comentó ella sin entusiasmo-.
-Es un joven atractivo –acotó Atobe levantándose del sofá-.
-No empieces cupido, no te dejaré tan fácilmente y si tu me dejas a mí tu romance con tu hermanita podría estar en peligro –Sayu portaba una mirada maliciosa-.
-No puedo creer que antes fueras tan buena-.
-Yo tampoco –dijo ella secamente-.
-Digas lo que digas jamás me traicionarías, tienes miedo a quedarte sola y soy todo lo que tienes- Atobe se sirvió un trago tranquilamente-.
-Me atrapaste como siempre Keigo… mejor me voy a trabajar-.


Sayu se puso de pié y salió de la oficina tranquilamente, ella sabía que nada podía hacer contra Atobe, simplemente se divertía provocándolo, por un instante su camino se cruzó con el de Maya, no se saludaron, ni siquiera se miraron o cambiaron su expresión llena de frialdad, eran rivales y lo sabían perfectamente, “Le quitaré a Keigo el sabor de tus besos en este instante” pensaba Maya desafiante, Sayu lo sabía, pero aún así no podía hacer nada para evitarlo.
*
La joven salió del gran edificio y se montó en su automóvil deportivo, a ella le desagradaban las limosinas y los lujos extremos, nunca había vivido en condiciones como aquellas y lo que era más ella estaba conciente de todo el mal y la pobreza que azotaba el mundo, finalmente muchos años de su vida los dedico a ayudar a las personas más desafortunadas, hoy día comenzaba a perder la perspectiva que alguna vez le había hecho tener fe en la humanidad… Todo gracias a aquella traición…
*
Un semáforo en rojo detuvo su camino, su vista se posó indefinidamente en aquella luz tan intensa, ese color le desagradaba bastante, esperaba ansiosamente el cambio de luz para continuar su camino, sin embargo el tiempo parecía haberse detenido en ese instante, aquel rojo había invadido sus memorias y el rojo de su propia sangre fue manchando sus pensamientos… ya habían pasado 6 años desde que había llegado a Japón… pero aún recordaba perfectamente lo que había ocurrido en lo que ella llamaba “Su vida anterior”
*
Los días pasaban con un soleado incandescente e implacable, las sabanas se extendían por todas partes, así era África, una tierra exótica llena de imponentes criaturas y hermosa naturaleza, no del todo profanada por la mano del hombre y un tanto desactualizado en la historia del crecimiento, sin duda eran unas tierras hermosas y maravillosas en cuando a flora y fauna se refería, sin embargo para los humanos que la habitaban no había más que hambre, pobreza y enfermedad, día tras día miles de hombres, mujeres y niños morían en las garras de la desnutrición, de la ignorancia y la falta de medicamentos… Muy pocas personas se dedicaban a ayudar a estas almas en desgracias, personas que viajaban desde otros países y formaban asociaciones de ayuda y rescate… Tan solo aquellos de gran corazón, impecable entrega y libres de egoísmo podían dedicar sus vidas enteras a sanar los males del mundo y sin duda Sayu era una de ellas.
*
Diariamente aquella joven se despertaba con los rayos del sol y distribuía entre las diferentes aldeas agua y alimentos, procuraba tender una mano a los enfermos y a penas y atendía sus propias necesidades, ella junto con su equipo formado de escasas ocho personas se habían convertido con los años en una familia preocupada por lograr un cambio entre las civilizaciones menos privilegias, su arduo trabajo había logrado sus frutos, se habían ganado el respeto y el cariño de todos los ciudadanos de aquellas gratas tierras, de alguna manera se sentían satisfechos con el granito de arena que aportaban diariamente a aquella gente.
*
Entre sus días sin descanso un acontecimientos sin precedentes ocurrió por accidente en aquellas tierras, fue descubierto por uno de los aldeanos un pozo de petróleo al parecer bastante profundo, pese a que tan solo buscaba agua que beber llegó a toparse con aquel enorme tesoro, en poco tiempo la localidad estaba repleta de grandes empresarios que deseaban poner sus garras en aquel elemento natural tan valioso en el mundo entero, sin embargo debido a la gran competencia que había entre magnates tan solo dos corporaciones podían pagar el preció por su valía, entre ellos las empresas Smith y por supuesto el Imperio Atobe… y la decisión a aquel conflicto estaba en manos de Sayu… después de todo ella era la portadora de los documentos de propiedad de las tierras cercanas al pozo.

-Así que ustedes son los únicos que pueden pagar el pecio –decía la joven llena de seguridad-.
-Así es señorita, usted decidirá –comentaba caballerosamente el joven Smith con una flamante sonrisa-.
-No la metas en tus juegos Smith, juega limpio por una vez en tu vida –recalcó Atobe un tanto enfadado-.
-¿Celoso Keigo? No me digas que te gusto esta hermosa señorita… -dijo el joven rubio de ojos azules observándola finalmente-.
-No me llames por mi nombre, no seas insolente.
-Calma ustedes dos… yo decidiré a quien darle las tierras únicamente dependiendo de lo que me ofrezcan, no por sus caras bonitas –acotó Sayu muy decidida-.
-¿Y que es lo que deseas? –cuestionó Atobe intrigado-.
-Conocer sus propuestas y ver como pretenden mejorar este lugar –dijo la joven mirándolos a ambos-.
-Me parece bien –dijo Smith secamente-.
-Trato hecho señorita –concluyó Atobe-.

Los días comenzaron a pasar, Sayu obligó a aquellos dos jóvenes a instalarse en la aldea, con todas las necesidades y limitaciones a las que ella estaba acostumbrada, de alguna manera quería que ellos entendieran la terrible vida que habían llevado aquellas personas todo aquel tiempo.
*
Smith se había acercado mucho a ella, hablaban constantemente y sin duda habían comenzado algún tipo de relación de la cual Atobe no estaba interesado, el simplemente trataba de adaptarse lo mejor posible a aquella vida y si algo le agradaba realmente era poder ver todas las noches las estrellas que adornaban el firmamento…

-¿Qué haces aquí todas las noches? –Preguntaba Sayu un tanto intrigada-.
-Mirando las estrellas –contestó Keigo secamente-.
-Si, son realmente hermosas.
-Que extraño que no estas con ese idiota –exclamó Atobe fastidiado-.
-Parece que si estas celoso-.
-Ja!, no te creas tanto, solo hay una mujer en este mundo que amo y esta lejos de aquí –comentó Keigo tristemente-.
-Hay algo que no comprendo, al parecer no estas interesado en estas tierras.
-Te equivocas, todo lo que agrande mi imperio es de mi interés –dijo el joven sin apartar su mirada del firmamento-.
-Pero no intentas acercarte a mi para contarme tus planes-.
-No me interesa estar detrás de ti suplicando tu atención si lo único que quieres son palabras lindas encójelo a el-.
-El tiene buenas intenciones –Sayu comenzaba a molestarse-.
-Sin duda te ha dicho puras idioteces como construiré hospitales y escuelas y juntos salvaremos a toda esta gente –Atobe mantenía un tono de ironía-.

Sayu se quedó en completo silencio, sin duda todo aquello se lo había dicho Smith en su momento, no entendía como Atobe podía ser tan asertivo en aquellas situaciones.

-¿Cómo sabes tu eso? –cuestionó ella apenada-.
-Esas palabras prefabricadas las usan todos los empresarios de poca monta como él –dijo Keigo lleno de seguridad-.
-Entonces dime… ¿Qué harías por esta gente?
-Traería dinero, solo eso –dijo el joven seriamente-.
-¿Solo eso? –cuestionó ella decepcionada-.
-Así es… solo les traeré dinero, ellos sabrán si construyen con sus manos sus escuelas y hospitales, ellos decidirán como labrar su futuro, yo solo les traeré dinero, no como Smith que hará un par de hospitales y los desatenderá –Aquellas palabras retumbaron una y otra vez en los pensamientos de la joven-.
-Comprendo…
-¿Tu estás enferma verdad? –interrogó Atobe mirándola de reojo-.
-¿Cómo lo sabes? –ella estaba muy impresionada-.
-Nada se escapa a mi vista…
-Contraje esta enfermedad hace algunos años atendiendo unos niños moribundos, no me debe quedar mucho de vida –dijo ella tristemente-.
-Si te vas de aquí y te atiendes debidamente te salvarás.
-No puedo dejar a toda esta gente –La desesperación la invadía-.
-No tienes idea de que tan egoísta puede ser la gente por quien te sacrificas-.

No hubo más palabras después de aquello, él tenía toda la razón y ella lo sabía, sin duda ya había tomado una decisión, sin embargo no sabía cuantos problemas les traería aquellas simples palabras…

-¿Ya has decidido? –Cuestionó Smith exaltado-.
-Así es… Pienso darle la propiedad a Atobe –dijo ella sin reservas-.
-Debes estar bromeando –exclamó el chico rubio muy enfadado-.
-No bromeo, su perspectiva me pareció más favorable –acotó ella decidida-.
-No es necesario que peleen, aún hay mucho por ver –comentó Atobe calmado-.

Smith los observó con rencor y se fue sin decir palabra alguna, Atobe no se sorprendió con tan reacción sin embargo Sayu se sintió un tanto triste por aquello…

-En realidad yo no le interesaba –dijo ella al borde del llanto-.
-No pienses en tonterías, estoy segura de que lo peor esta por venirse –concluyó Atobe preocupado-.

Al día siguiente se llevaría a cabo el traspaso de propiedad de las tierras, ya todo estaba listo, Smith por algún motivo había desaparecido, esa noche no habían estrellas en el firmamento que observar, sin embargo Atobe se mantuvo con su mirada perdida en el cielo, en poco tiempo comenzó a escuchar la movida de su enemigo…
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La aldea entera comenzó a incendiarse, todos corrían desesperados, los mismos aldeanos que alguna vez Sayu y su equipo habían alimentado se habían levantado en armas y comenzaron a matar despiadadamente a sus salvadores… En poco tiempo de todo el equipo tan solo Sayu estaba con vida, corría desesperadamente con los papeles de las tierras en manos, con el rostro lleno en lágrimas por sus amigos caídos, sin poder creer en la traición de su propia gente, tan solo podía sentirse como un animal cazado mientras corría sin detenerse, al poco tiempo cocho contra un joven que impidió que ella cayera al suelo, la rodeo con sus brazos dulcemente y se susurró al odio… “Todo estará bien”…
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La joven levanto la mirada y lo observó con detenimiento, él sonreía, sin duda se sentía sumamente cálido, el miedo se fue filtrando lentamente y cerrando sus ojos se dejo guiar por aquel joven, finalmente habían llegado a la base de su helicóptero.

-Ya no tienes nada porque quedarte en este lugar, tu gente te ha traicionado –dijo el joven tristemente-.
-No entiendo porque mataron a todos mis amigos… porque querían matarme –Sayu lloraba a más no poder-.
-Él les ofreció comida y medicina, dinero y bienestar y ellos simplemente se vendieron.
-La gente que alimenté, que protegí y por los que enferme… -Ella no salía de su horrible asombro-.
-Ya todo terminó, te vienes conmigo a Japón, te curarás y formarás parte de mi imperio –El joven le secaba las lágrimas con delicadeza-.
-Muchas gracias Atobe-.

El la subió al helicóptero y juntos partieron de aquel lugar consumido por el fuego y la avaricia, ella había aprendido su lección y sin duda pasaría mucho tiempo antes de que volviera a confiar en alguien más que no fuera Atobe… y en cuanto a Smith, pues claro que Atobe se encargó de hundir por completo su empresa en las sombras.

*

En ese momento las muchas cornetas de automóviles la sacaron de su sueño, el semáforo estaba en verde por lo que ella pudo continuar…
*
En poco tiempo yacía frente a la habitación 110 del hotel y un joven sonriente de cabellos castaños y ojos azules le dieron la bienvenida.

-Mucho gusto en conocerte, soy Syuusuke Fuji –dijo el joven amablemente-.
-Ojos azules… tan bellos como el cielo –comentó ella tranquilamente-.
-No entiendo lo que dices –dijo él entre risas-.
-Tus ojos están podridos… tu corazón también lo esta –acotó ella fríamente-.
-Si ese es el caso mi querida Sayu… tú y yo somos iguales –el joven no dejaba de sonreír-.
-Veo que me conoces-.
-Bienvenida a mi mundo… Sayu-chan…

Dos miradas encontradas, ambas contaminadas de los males de este mundo, tan enturbiadas sus almas que sin duda sería difícil exculpar todas las penas que les agobiaban… Tan solo el futuro sabría que depararía su encuentro… quizás una guerra sin cuartel o un amor sin fronteras, eso nadie podría saberlo…
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~Continuara~

MayOtk


Para la proxima nos espera el pasado de Lilium ;) ja-ne
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